JUAN CARLOS Y ELIÁN REYES

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EMOCIONES Y CUARTOS DE CRIA (I) AGRACANTO-FECC VISITANDO A JUAN CARLOS REYES PÉREZ Y A ELIÁN REYES BOLAÑOS

Juan Carlos y Elián Reyes. Padre e hijo

RITO PÉREZ GARCÍA - AGRACANTO- GRAN CANARIA – C.N. A96D


He quedado en casa de Juan Carlos Reyes Pérez (C.N. DT-059) por varios motivos, charlar sobre pajaritos, también tiene algunos regalos para mí. Salgo

con media hora de antelación,

tiempo suficiente para llegar hasta su casa. Unos 25 Kms en coche. La carretera, ahora nueva, casi por estrenar, es ancha. Permite ir rápido y disfrutar de las vistas azules, nuestro mar, puerta de nuestra querida isla Gran Canaria al Atlántico, su muelle nos ha hecho cosmopolitas, gente abierta, sociable. Al otro lado aún se ven fincas de plataneras en pequeñas mesetas y laderas de barrancos profundos donde se conserva mucha de la historia de Gran Canaria. La vegetación natural de la zona corresponde a las plantas suculentas

que se mezclan con

territorios de transición, creando pequeños microclimas por la orientación y exposición del terreno a los vientos alisios. Si prestamos atención y dejamos volar la imaginación, allá, en la frondosa palmera que ocupa parte de la ladera norte del barranco, parece que canta el viejo canario del monte, patriarca, dueño del lugar, ha sobrevivido un año más, su sangre corre por los

jóvenes

pollos…

la

carretera

que

serpentea

llama

poderosamente mi atención, los sentidos fijos en ella, siempre.


Juan Carlos me espera a la puerta, nunca tengo claro cuál es su casa. Él es el alma palpitante de nuestra Sociedad, el que nos contagia de energía. El que todo lo consigue. Agracanto no sería lo mismo sin su capacidad de trabajo. Aparco el coche, no es fácil hacerlo en la zona donde él vive. Alzo la vista y allí está, ropa de trabajo. Cada día se levanta muy de madrugada para atender las exigencias de sus pajaritos. Luego se marcha a su ocupación diaria, esta le ocupa todo el día, un

descanso para

almorzar y volver al rutinario arte que le-nos sustenta, el trabajo. Llega a las 20 h a casa, que es la hora fijada para la cita. Cuando subimos, en la casa está Adriana, su mujer, y Elián (C.N. FD-O54), su hijo de 10 años y criador también de Timbrado discontinuo, la herencia se transmite de padres a hijos. Después de los saludos, Elián tenía pendiente entregarme el control de cría de los pollos que le han nacido este año. Hemos iniciado un control exhaustivo de todos los pajaritos nacidos en Agracanto.

Entrañable momento. Don Pedro Vallejo (juez) y Elián (criador) disfrutando juntos de un merecido descanso.


Subimos a la azotea, allí está su cuarto de trabajo, el solitario cuarto donde muchos idealizamos el futuro, soñamos con variaciones conjuntas, floreos lentos silbados, imaginamos la mágica canción perfecta en nuestros canarios. Canción que nos deleite y asombren los oídos de nuestros compañeros, canción que dibuje premios en los trazos finales de la planilla que emite el juez. Si no soñamos, no merece la pena este arte. El compañerismo, la amistad son pilares básicos. Pero lo es más querer crecer-mejorar individualmente, conquistar premios que nos motiven, ¿o sólo en mi nacen estos sentimientos? Juan Carlos es un prestigioso criador, amante de la amistad, defensor a ultranza de las cosas bien hechas y de la superación. Mantiene un reciclaje continuo que hace su criadero funcionar conjuntamente con las lecciones convertidas hoy en experiencia, cría desde los 9 años.


Tras la puerta, en continua evolución, el aviario. La gastada luz que se agarra a la tarde me descubre filas de jaulas de jóvenes pollos que buscan dormitar la noche donde el establecido orden social les permita, al encender los fluorescentes conseguimos la excitación de los noveles compositores, tímidamente empiezan un gorjeo que acaba en concierto de adolescentes notas, algunas con carácter e intencionalidad auguran futuro ante el juez.

Juan Carlos llena la tarde de letras, palabras hambrientas contando su historia. Empezó a criar siendo chiquillo, según lo aprendido de los ancestrales criadores-familiares, tradicional


era

en

los

Improvisados

inicios,

formarse

momentos

con

personalizaron

canarios la

balconeros.

tarde,

queridos

recuerdos, que lejanos. Fue recordándome fechas, el nacimiento de Agracanto ocupa un lugar relevante en sus estanterías cerebrales, por la magnificencia, además de los canaricultores, grandes amigos que crearon historia, por los proyectos previos al alta de constitución de lo que hoy es nuestra Sociedad, presume orgulloso de ser miembro fundacional. Va sacando, hilvanando una tras otra caras de amigos de aquel entonces, las brumas del pasado se disiparon, consiguió que en mi mente se hicieran reales contagiando los sentimientos que por aquellos años dieron alas a la segregación de FOCDE para darle al canario Timbrado el lugar que se merecía en esta Isla. Me habla de su pasión por la canaricultura de canto (discontinua), de su vocación como criador, de la experiencia de estos años, de los problemas a los que cotidianamente tiene que enfrentarse, de logros y fracasos. Sus ojos se encienden cuando me habla de sus Fs, de sus reproductores, de los jóvenes pollos en los que tiene puestas tantas expectativas, canarios sanos, que aclaran voces. No puedo evitar comparar su criadero con Agracanto, su respuesta es audaz, gozamos de la misma salud. Nosotros como personas hemos formado un grupo familiar compenetrado, que cada año crece con la llegada de nuevos socios. Mi aviario se basa también en la familia, consanguinidad cerrada fijando caracteres. Probando cruces abiertos. Canarios de monte de pausados floreos. La similitud no es pura coincidencia, enfatiza sus sentimientos convencido de lo dicho.


Arremolinadas en el suelo las últimas plumas se mueven un rincón más allá, la suave brisa local les da vida. El alpiste colorea los comederos, el pájaro mostrará sus cualidades canoras al juez, alimentado

de

esta

semilla.

Como

todos

las

jaulas

de

entrenamiento apiladas, ordenadas. Ellas, especialmente sus moradores serán los que graben el nombre del criador en la historia de la canaricultura. Las vitrinas de Juan Carlos vacías de trofeos. No de sueños, de futuros idealizados, de cruces que sorprendan, de pajaritos de bella canción, protagonistas que le


hagan traer a casa, al criadero el premio al trabajo realizado. Las vitrinas llenas de amistad, de proyectos, horizontes de próximos concursos. Tras cerrar la puerta, la humildad, la inquietud salieron con él, valiosas compañeras de viaje por los camino de su vida. Bajando las escaleras seguía hablándome, tanto que decir. Maestro de canaricultura, profesor de la vida, buscando siempre dar lo mejor de si día a día, poniendo siempre a nuestra disposición el resultado inmediato de sus experiencias. La satisfacción enorme de pertenecer a Agracanto, de formar parte de la canaricultura de canto en esta Isla, Gran Canaria. Acabamos en la sala de su casa compartiendo un café, el mío largo de leche. En la pared las ventanas se pintaron de oscuridad, tenía que irme, la carretera ahora solitaria me esperaba para iniciar la vuelta. Emociones, policromía de sentimientos, de formas de vida. Mi intención, transmitir ese sentimiento que recorre las venas cuando en el silencioso cuarto de cría nuestros canarios entonan la canción. Emociones de canaricultor. La teoría está escrita. Juan Carlos también es dueño de ella, en estos años como criador ha engrosado los libros de consulta con sus apuntes. El se especializó en amistad.

Gracias maestro.

Con cariño a Adriana y Elián.


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