Link! N20

Page 1

Entrevista exclusiva a Gustavo Dessal: "Las posibilidades, los desafíos y los límites que enfrentan los sujetos en el paradigma capitalista actual" Nº 20 | Junio 2016 | Año 6 | Precio $40

Opinan: Sergio De Piero, Eduardo Blaustein, Sebastián Nofal

L A GR I ETA

¿Nos preguntamos a qué llamamos “grieta”? Cómo nos aproximamos a entender qué encierra este concepto y sus implicancias. Cuáles son los mecanismos que se activan para volver opacauna parte de la realidad que se quiere ocultar detrás de este fenómeno.

EN ESTE NÚMERO:

JUICIO OPERATIVO INDEPENDENCIA:

Gabriel Pereira y Ana Daneri en un análisis de la significación histórica del juicio contra la impunidad

LUCIANO LUTEREAU, ALDO TERNAVASIO, ROSANA ALDONATE, HUGO FERULLO, FABIOLA ORQUERA



Staff Año 6 - N° 20 Junio 2016

Directora y Editora responsable:

Adriana Gil Colectivo Editorial:

José Vitar Aldo Ternavasio Rosana Aldonate Eduardo Núñez Campero Hugo Ferullo Ricardo Gandolfo Mario Racedo Colaboradores especiales:

Carlos Podazza, Emanuel Gall, Matias Quirno Costa, Eva Fontdevila Colaboran en este número

Hugo Ferullo, Eduardo Blaustein, Aldo Ternavasio, Gabriel Artaza Saade, Luciano Lutereau, Ana Daneri, Sebastián Nofal, Fabiola Orquera, Gabriel Pereira, Rosana Aldonate Fotos:

Nano de la Riva

es miembro de:

Sumario 4

Editorial: Adriana Gil

5

Dossier: LA GRIETA

6

— Entrevista a Sergio De Piero.

9

— ESENCIAS DE LA GRIETA - Eduardo Blaustein

11

— TRAMAS Y RUPTURAS - Sebastián Nofal

13

Diálogos: Entrevista a Gustavo Dessal Adriana Gil y Gabriel Artaza Saade.

16

Psicología: La época del psicoanálisis. Luciano Lutereau.

18

Economía: Notas para planificar las ciudades tucumanas. Hugo Ferullo.

20

Páginas del Bicentenario: Cultura, Tucumán, Bicentenario. Fabiola Orquera.

22

JUICIO OPERATIVO INDEPENDENCIA. Ana Daneri y Gabriel Pereira.

24

Cine&Arte: “Lo que queda del amor”, por Aldo Ternavasio.

26

Poema: Cartas de París, Rosana Aldonate.

Arte de tapa:

Leo Miranda Historieta:

Leo Miranda Dirección de Diseño y Coordinación General:

Mario Tapia Correo electrónico:

adgil_06@hotmail.com Tels: 0381-425 5308 0381-156 430088 Dirección: Quito 2580 (Yerba Buena, Tucumán) Impresión:

Agencia Paradigma

San Miguel de Tucumán Revista LINK! es una publicación bimestral. Registro de la propiedad intelectual en trámite. La revista se responsabiliza por los dichos de la redacción. No se responsabiliza por los dichos de terceras personas que no pertenecen a la redacción. Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos citando la fuente.

Correo de lectores

Amigos, los convocamos a mandarnos sus comentarios e inquietudes a nuestro correo. También dejamos inaugurada la página del lector y la ponemos a su disposición para que escriban un artículo acerca de algún tema de interés. La extensión no debe superar las 500 palabras. Tienen que incluir nombre completo, DNI y profesión.


4

Editorial

LAS GRIETAS, LO FRÁGIL Y LO POSIBLE

Por Adriana Gil

H

ay un arte en Japón, el Kintsukuroi, basado en la creencia de que cuando un objeto con cierta historia se ha dañado, en lugar de deshacerse de él, juntan las partes y rellenan las grietas con oro o plata; en lugar de ocultar las imperfecciones las resaltan y celebran como muestra de la fragilidad humana. Las sociedades también se dañan, se agrietan, antagonizan. Son cuerpos sociales atravesados por las configuraciones que se imponen desde las decisiones del poder y que resultan en un orden en el cual no todo está liso y homogéneo sino que ese orden se dispone de modo tal que las rupturas, las fisuras sean lo menos perceptibles posible. Hablar de la “grieta” ¿para qué nos ha servido? Tal vez podamos coincidir que para exacerbar oposiciones políticas e ideológicas, y multiplicar discusiones que se agotan en un punto ciego. Podríamos ampliar la mirada sobre las grietas que nos constituyen como sociedad y hacer ciertas distinciones. Un primer plano refiere a que la discusión por la “grieta” nos ha situado (¿a propósito?) en un extremo en el que no podemos tolerar el pensamiento distinto del otro. En algún momento se produce una imposibilidad para aceptar las razones de esas diferencias. Esto supone la naturalización de que es justificable la enjundia con que se emprende la agresividad hacia el otro. El impulso lanatista ha perseguido, con matices, este efecto social, y no se logró contrarrestar eso de manera efectiva. Con el discurso de que sólo una fuerza política produjo la división por la que hoy estamos todos desunidos se siguen produciendo dispositivos e imágenes de una agresividad inusitada para exasperar las frustraciones sociales. La discusión empobrece y dificulta el necesario debate acerca de que una sociedad democrática y plural debe poder asumir que vivir en comodidad con las diferencias inevitables entre sus miembros es parte de sus más nobles fines. Hemos sufrido hechos ignominiosos como resultado de regímenes que pretendieron construir sociedades sin fisuras ni heterogeneidades. Por desgracia, los crímenes de odio se suceden en todo el globo, perpetrados por quienes han traspasado ese límite tras el cual una parte de la humanidad se disuelve sin merecer más que la bestialidad y la muerte. Pensemos sino en los migrantes y su

infrahumano peregrinar, abandonados a su suerte. Lo francamente perturbador es que las atrocidades se disparan en todos los rincones sin que eso constituya una herida moral para buena parte de la humanidad. El otro plano para pensar es ¿cuándo se habla de grietas en nuestro país? Se habla de grietas toda vez que en nuestra historia los antagonismos producto de las desigualdades sociales intentan oponerse a un orden injusto que afecta a lo más frágil de la pirámide social. Entonces, es la experiencia antagónica con lo establecido la que se convierte en el vehículo para destruir la unión nacional. La grieta, por lo tanto, no es que una enorme masa de ciudadanos viva por debajo de condiciones mínimas de humanidad. Lo inaceptable es lapretensión de restitución de dignidad que se propone como posibilidad. Si tanto nos aflige la división ¿por qué no nos crispa por igual que haya seres humanos a los que se niega, por decisiones políticas de gobierno, un umbral mínimo de decencia? He ahí una grieta que nos separa del otro y el límite que divide lo justo de lo injusto, el bienestar colectivo de la opresión, la abundancia avara de la miseria más abyecta. ¿Qué sensibilidades dejan de condolerse por esos seres que transitan desde siempre las grietas de nuestra historia? ¿Será la insensibilidad el fruto amargo de un proceso por el cual aquello que se aleja cada vez más de la propia representación de clase empieza a deshumanizarse? Es más fácil despreciar y odiar lo que se va volviendo menos humano en nuestra percepción. Nos preguntemos por qué el reconocimiento de un derecho a quien no dispone de más posesiones que su propia prole suscita tanto malestar. El tema merece profundidad si aspiramos a no dejarnos arrastrar por las brutalidades que abundan planetariamente. Frente a las fragilidades atrapadas en las grietas de la desigualdad no podemos mirar para otro lado. Siempre está a nuestro alcance reparar lo que se va dañando con más ideales, con mayor preocupación por los vulnerables, con el mutuo cuidadode todo lo que nos acerca como seres humanos. Es lo que debería comprometernos para frenar la barbarie, sino todo se reducirá a un cinismo crispado.


Dossier L A GRIETA


6

Dossier —

L A

G R I E TA

Entrevista a Sergio De Piero

“Qué nivel de consumo le corresponde a cada sector social, encierra un fuerte componente de clase” El politólogo Sergio De Piero analiza los matices observables en la construcción política de la “grieta” como estrategia de un sector de poder hasta las causas más profundas que conciernen a los conflictos al interior de nuestra sociedad.

Por Adriana Gil*

-En una aproximación al fenómeno llamado la “grieta” se podría partir de una generalización, alimentada mediáticamente, que atribuye al kirchnerismo el haber producido ese tajo destructivo en la sociedad argentina ¿concuerda usted con esta caracterización? ¿Cuál es su mirada al respecto?

hoy presidente, realizar una campaña en la que las propuestas de gobierno fueran de las más difusas, sin conexión con las políticas que hoy se están aplicando. -Puestos a observar los acontecimientos históricos recientes ¿considera que la “grieta” fue una construcción política ideada con el fin de fomentar el odio entre los argentinos o le adjudica otro origen con otros objetivos?

La construcción del término “la grieta” como resumen de la En la misma línea, fue una estrategia electoral, no pensada construcción política del kirchnerismo, fue sin dudas un éxito solo por Cambiemos, sino por los distintos actores que lo que en cuanto a la generación de un relato para enfrentar al gobier- buscaban era impedir que el peronismo continuara en el pono anterior y a su coalición política. En la idea de “la grieta” se der, aun con Daniel Scioli. Sin partido político (Cambiemos sintieron expresados diversos esestá todavía muy lejos de serlo), pacios políticos y culturales de la el modo de generar confianza en Argentina, que antes que erigirse las propuestas del macrismo, me Algunos grupos no toleran que las como una alternativa política al parece que pasó por alimentar organizaciones políticas territoriales peronismo/kirchnerismo, optaeste relato que si, en efecto, tiene de base, puedan ejercer poder al ron por esta construcción mucho muchos contenidos de odio, de interior del Estado. No les parece menos sólida que un partido pocierta revancha que se percibe en mal que lo haga un empresario, un lítico, pero más eficaz en cuanto a algunas acciones del gobierno acgerente, pero si un líder social. la capacidad de sumar voluntades tual. Si el macrismo fuera un cony adhesiones. Se expresó primero servadurismo popular podría haen las distintas marchas contra la ber apelado a otros recursos, pero política kirchnerista (el 8N, etc.) y luego logró plasmarse en el no deja de ser un espacio de elite tecnócrata y su conexión apoyo a la candidatura de Mauricio Macri. Trazar un blanco con los sectores populares es muy débil. De allí la necesidad sobre negro, hizo que del lado de la grieta “K”, estuvieran to- de apelar a cuestiones simbólicas como la grieta donde en el dos los que no repudiaran al gobierno de Cristina Fernández “ellos” cada grupo habrá volcado distintos intereses, teniendo y por eso les fue relativamente sencillo ubicar a Daniel Scioli como antítesis al kirchnerismo. en la campaña, del “lado del mal”. Por eso, la idea fue una muy eficaz, de corto alcance en su construcción política, pero -En un artículo en La Nación, Pablo Mendelevich habla de buenos resultados a la hora de las elecciones. Alimentar de tres antinomias, una por siglo, que en su opinión, asesesa demonización del peronismo gobernante, le permitió al taron sendas divisiones a la sociedad argentina: Rosas, Pe-


rón y como última, el kirchnerismo, y los acusa de reducir el conflicto a un modo binario. Además, elogia a Jorge Lanata por llamar “grieta” a esta antinomia K-antiK. ¿Qué reflexión le merece esta opinión?

analiza las actuales políticas, lo que observamos no es una corrección de errores mencionados en la campaña (por ejemplo la inflación) sino lo contrario: mayor inflación y transferencia de ingresos hacia los sectores concentrados.

Esa es una típica expresión de quienes aun no pueden pro- -¿Cuál es su mirada respecto a los modos deseables en que cesar el ingreso de los sectores populares a la vida política los conflictos deberían circular y resolverse en una demoargentina. ¿Cómo dividió Perón cracia saludable en términos de a los argentinos? ¿Reconociéndojusticia y reconocimiento de dele entidad política a los sectores rechos? Eso expresa la publicidad oficial de populares? Da la impresión que la empanada: cada uno en su lugar, eso es lo que no pueden tolerar Digo lo obvio: el conflicto es inhaciendo lo suyo […] No existen diversos espacios culturales y poherente a la vida en común. La conflictos porque cada individuo líticos de la Argentina. Por ejempolítica surge porque existe el ocupa el lugar que le “corresponde” plo, que el sindicalismo tenga conflicto, es el modo más acepen la sociedad. Si vos te salís de ese poder, que haya una gran cuota table para resolver en casos partilugar, es cuando viene el conflicto. de igualitarismo en la sociedad culares y administrar en términos argentina. Algunos grupos no generales, el conflicto. La demotoleran que las organizaciones cracia demostró ser la herramienpolíticas territoriales de base, puedan ejercer poder al interior ta más justa pero también más eficaz para lograr una convidel Estado. No les parece mal que lo haga un empresario, un vencia entre personas y grupos con intereses y pensamientos gerente, pero si un líder social. Eso no tiene nada que ver con diversos. En estos casi 33 años de democracia los argentinos reconocer y mencionar los errores políticos que se cometieron hemos dado un paso gigantesco en esta construcción a favor en los gobiernos peronistas; pero cuando uno lee las críticas, y dela tolerancia y la convivencia. No hay recetas mágicas, es se-


que cada individuo ocupa el lugar que le “corresponde” en la sociedad. Si vos te salís de ese lugar, es cuando viene el conflicto. Por eso cada uno debe adecuarse a las expectativas que el mercado le ha asignado, y esperar otras condiciones para mejorar su nivel de vida. Pero no hay que politizar eso, nos dicen. Hay que dejarlo en manos del mercado. -Como reflexión de este primer semestre de gobierno de Cambiemos ¿cuál es su opinión respecto de ciertos dispositivos comunicacionales tales como “tirar todos para el mismo lado” o “todo es posible juntos” como si la población a la que están dirigidos no estuviera surcada por una amplia disparidad de intereses? Viene justo con la idea que recién mencionaba ¿no? El mismo lado, es una especie de utopía, un lugar que no existe en donde confluyen los intereses de todos los que guir respetando esa construcción, sabiendo que los conflictos vivimos en este país. No es una idea siquiera de bien común estarán siempre allí, en algunos casos emergerán con mayor (que también es bastante complicada). Es vaga, imprecisa y no gravedad que en otros; lo que no puede hacerse es negarlos, construida histórica y socialmente. No nos traza un hacia dónni reprimirlos sistemáticamente, porque en algún momende, porque si explicitara eso, las voluntades de acompañar esa to estallarán. Siempre se pueden crear políticas nuevas que empresa serían muchas menos. ¿Por qué apelar a un concepatiendan esos conflictos, pero manteniendo el horizonte de to tan vacuo como la “revolución mejorar las condiciones de vida de la alegría” si podemos hablar de del conjunto de la sociedad. mejorar la distribución del ingre¿Por qué apelar a un concepto tan so, reducir la desigualdad, bajar el -En su opinión ¿cree que la vacuo como la “revolución de la desempleo? Porque a esos objetivos llamada “grieta” es una foralegría” si podemos hablar de mejorar no se llega “tirando todos para el ma adoptada por los sectores la distribución del ingreso, reducir mismo lado”. Se llega planteando establecidos de poder parainla desigualdad, bajar el desempleo? políticas que fuercen ese destino, visibilizar los antagonismos y Porque a esos objetivos no se llega sabiendo que no todos los actores las luchas que disputan con la “tirando todos para el mismo lado”. económicos y sociales compartirán dominación? del mismo modo esos objetivos, pero que es posible orientarse hacia Algo de eso hay. Existen cuesallí, estableciendo algunos acuerdos, no definitivos, pero sí tiones de clase que por momentos no se manifiestan abiertaque nos permiten dibujar los contornos de una sociedad un mente. Frases pronunciadas por miembros o adherentes del poco más justa. Si el discurso niega esas diferencias, es porque actual gobierno, respecto a qué nivel de consumo le correstrabaja para, como mínimo, sostenerlas. ponde a cada sector social, encierra un fuerte componente de clase. Trazan con esas palabras nuevas grietas, líneas divisorias de la sociedad que los grupos no deben cruzar. Poseen una violencia simbólica importante porque pretenden definir, casi normativamente, los accesos al mercado de consumo según el sector social que se ocupe; es justamente atacar la idea de movilidad social, que el peronismo vino a fomentar en los 40 y que claramente se retomó en los pasado años recientes. Eso expresa la publicidad oficial de la empanada: cada uno en su lugar, haciendo lo suyo; hay una idea organicista muy fuerte de fondo en todo este nuevo relato. No existen conflictos por-

Sergio De Piero. Licenciado en Ciencia Política (UBA), Magíster en Ciencia Política y Sociología (FLACSO) y Doctor en Ciencias Sociales y Humanas (UNQ). En el Área Estado y Políticas Públicas de FLACSO es investigador, profesor y miembro del Comité Académico de la Maestría en Políticas Públicas para el Desarrollo. Es profesor Titular regular de la Universidad Nacional Arturo Jauretche. Profesor Adjunto del Seminario la Argentina Reciente de la carrera de Ciencia Política de la UBA. Actualmente es también profesor de la Maestría en Gestión Pública de la UNR y del Doctorado de FLACSO. Sus investigaciones y publicaciones tratan sobre organizaciones sociales e historia política argentina reciente.


9

Dossier —

L A

G R I E TA

Esencias de la grieta

L

lega el pedido para escribir algunas líneas sobre un asunto que nos preocupa, nos obsesiona, nos desgarra: la grieta. La grieta que –con justicia, desd que asumió el nuevo gobierno– ahora llamamos la grieta reloaded. Se viene escribiendo mucho, muchísimo sobre el asunPor Eduardo Blaustein* to desde hace añares. Hace a la esencia del asunto que se comenzó a escribir sobre la grieta dándola como un fenómeno nacido por obra de la maldición kirchnerista, como un proceso social y cultural nacido por culpa exclusiva de los tonos intensos del ciclo kirchnerista. Hace a la segunda esencia del asunto que en buena medida se instaló la idea de la grieta –aunque la grieta tiene

orígenes “legítimos” como todo conflicto político– para culpar al kirchnerismo y que se dijo: grieta=odio. Pero el odio en buena medida nació a la vez como una muy exitosa operación cultural de quienes instalaron la idea. Y casi simétricamente, desde el kirchnerismo se respondió con demasiado grito, con demasiado encierro, con una tendencia alarmante a interpelar casi exclusivamente a la propia tropa. El kirchnerismo –entre otros factores– perdió las elecciones por esos yerros. Pero ahora la grieta está recargada. Por la inflación, por los tarifazos, por los despidos, por la crueldad inusitada con que se producen esos despidos, por el evidente afán de revancha que se ve en el discurso, las actitudes y las acciones concretas del funcionariado macrista. Mauricio Macri conserva una


10

son omnipotentes. En Argentina y en el mundo existe una larga tradición de sospecha contra la política por parte de las sociedades. Los medios operan sobre campos culturales preconstituídos: el resentimiento contra la política y la antipolítica, la explotación de los fenómenos de corrupción que desencadenan grandes broncas, el individualismo, la tendencia al sálvese quien pueda. La famosa “batalla cultural”, en ese sentido, es dinámica y permanente: a veces se ganó y a veces se perdió en tiempos kirchneristas. No se saldaba con una Ley de Servicios Audiovisuales que el propio kirchnerismo implementó mal y el macrismo destruyó. La batalla cultural, si es por el resultado electoral, se perdió… por un tiempo que no El conocido y formidable blindaje mediático que protege al sabemos cuánto durará. Como sea: hay un primer mal entengobierno de Mauricio Macri es otro asunto largamente dis- dido que consiste en achacar toda la responsabilidad de lo que cutido. Y aunque ese blindaje seguramente se continuará en vivimos a “los poderes concentrados” y los medios. No es así: el tiempo y aunque hace a otra de las esencias de la grieta hay una sociedad en el medio que hay que saber ganarse. Sue(de un lado los poderes concentrados con una capacidad de le decirse con alguna razón que en nuestro país hay un tercio fuego comunicacional extraordinaria, del otro inmensas ca- flotante de la población que vota una u otra cosa. Si alguna vez –varias– se ganó contra los popas de la población que apenas deres concentrados y el grupo Clapueden sentirse representadas rín la pregunta es por qué luego se en medios alternativos o en las “La grieta tiene mucho, muchísimo, perdió. La respuesta está en atender calles), ese blindaje comienza de puramente emocional y cultural mejor a ese tercio. a mostrar sus primeras fisuras. aunque existan intereses económicos Por los Panamá Papers, aunque altamente racionales que la Segundo mal entendido, las satanimedio se escondan o diluyan; fogoneen.” zaciones. Satanizar a las clases mepor las primeras internas que dias fue otro error del kirchnerismo exhibe el gobierno; y porque y de buena parte de sus bases más fundamentalmente la realidad activas. Con la enorme curiosidad es demasiado cruel como para pretender esconderla. O porque, cuando se trata del Grupo de que tanto la dirigencia como buena parte de lo más dináClarín, una vez obtenidos los buenos negocios, ya se pueden mico de las bases militanteskirchneristas… provienen de las clases medias. Y acá se escribe “clases medias” en plural porque ir filtrando oposiciones oportunistas. es de una tosquedad grave pretender crear un paradigma uniLa sensación que se tiene es que la grieta nació para quedarse versal y homogéneo para el complejísimo universo que compor mucho tiempo. No hay que festejarla sin embargo, no pone nuestras clases medias, al menos una parte significativa hay que complacerse o regocijarse en esa idea desde actitudes de las cuales supieron ser “progresistas” (en el buen sentido y meramente emocionales –la grieta tiene mucho, muchísimo, no en el satanizado) en el 73, durante fines del menemismo de puramente emocional y cultural aunque existan intereses y el Estallido, o en los últimos años. Del mismo modo es económicos altamente racionales que la fogoneen- porque la poco operativo hablar de “pueblo” en sociedades tan dañadas política no puede hacerse desde lo meramente emocional, y fragmentadas como la nuestra. Si es por pueblo, buena parte aunque necesariamente contenga lo emocional. La política de ese pueblo votó macrismo y massismo, incluyendo sectores bien entendida debe interpelar, saber escuchar e incluir a la populares. El resultado de esas simplificaciones es que cuando mayor cantidad de personas posibles. Hoy, desde su aun difu- nos va bien, somos “épica” y somos “pueblo” idealizado. Pero sa propuesta de “frente ciudadano”, Cristina Kirchner, en lo cuando nos va mal, en las redes sociales se habla (con odio) de que acaso implique una autocrítica callada, acaso diría “hay “esa manga de cabezas de termo que votaron a Mauricio” y la que incluir a la mayor cantidad de ciudadanos posibles”, así palabra pueblo se olvida. como dijo enfáticamente que con puras puteadas los que se Con meras puteadas no sólo que no hacemos buena política, oponen al macrismo “no van a convencer a nadie”. fomentamos la grieta en el sentido odioso de la expresión, el Si la idea es armar una oposición más eficiente contra las de la grieta que quisiéramos superar. políticas macristas entonces hay que desarmar algunos mal entendidos. El primero: los medios de comunicación hegemónicos, cuando instalaron la primera noción de grieta no consiguieron su objetivo por puro poder de fuego porque no imagen positiva importante pero en caída. Las encuestas demuestran que esa caída se nota con mucha mayor nitidez entre los sectores populares, los más afectados por las políticas macristas. La grieta está tan recargada que en poco más de cien días el macrismo recibió tres grandes movilizaciones en contra: la del 24 de marzo (la abrumadora mayoría vivió esa jornada con los ojos puestos en Macri), la que acompañó a la ex Presidenta y –la mayor de todas- la convocada por las distintas centrales sindicales que se unieron en tiempo récord en virtud justamente de la agresividad inusitada de las políticas del nuevo gobierno.

*Periodista. Escritor


11

Dossier —

L A

G R I E TA

TRAMAS Y RUPTURAS Por Sebastián O. Nofal*

R

eivindicar justo en estos momentos el panfleto como género literario.

Los argentinos tenemos gran tradición en el género (desde Sarmiento hasta Walsh, los tuvimos y tenemos de alta calidad argumentativa) y hoy, casi uno se atreve a pensar, es indispensable. Sin reducir la discusión a un aspecto, el panfleto fortalece el lazo, abre la cancha a convencer a los no convencidos. En nuestro panfleto deberíamos incluir ciertas ideas y relatos que se ocultan o transmiten marginalmente. Permítanme centrar un poco en Tucumán. Porque siendo este el año del Bicentenario, es también el año del Cincuentenario del cierre de la mitad de los ingenios que estructuraban la Industria Azucarera y el año en que se realiza el juicio por la Mega causa Operativo Independencia. Del Bicentenario se encargará mucha gente, sin duda. Pensemos en qué significan estos dos hechos separados por nueve años que no fueron años vacíos. El Operativo Independencia fue la consecuencia del cierre de los ingenios. Si intentamos hacer el esfuerzo de imaginar la provincia antes de ambos hechos, tendremos claramente un panorama menos irracional que el actual. Pero como uno de los experimentos más salvajes de lo que empezaremos después a llamar neoliberalismo, el cierre de los ingenios fue la brutal enseñanza de cómo al capital las tramas sociales le parecen variables irrelevantes. Antes del comienzo la FOTIA tenía alrededor de 90.000 agremiados. Si sólo multiplicáramos por cuatro a cada agremiado, tendríamos la mitad de la población de la época. Los números son siempre parciales y -sobre todo- en épocas de shock económico, difusos. Uno puede consultar varias fuentes, pero tendrá que sacar una cifra estimativa. Aproximadamente la mitad de esos agremiados quedó sin trabajo y unos doscientos mil tucumanos migraron -en su mayoría al gran Buenos Aires. Para tener una dimensión del impacto, fue entre un cuarto y un quinto de la población total. ¿Qué construcción social soporta semejante atentado? Probablemente ninguna. Y sin embargo los gremios y las asociaciones intermedias y las instituciones de ayuda mutua, amortiguaron el golpe. Pero lejos de no provocar efectos, el cierre fue devas-

tador. Devastó una estructura industrial que no era para nada “justa” pero permitía una dinámica de negociación desde el primer gobierno de Perón. Las organizaciones populares mutaron y se adaptaron a un contexto de lucha que había cambiado radicalmente. Por supuesto, se radicalizaron. Es para esa mutación que fue diseñado el Operativo Independencia. Para que no quedaran dudas. Para que a nadie se le volviera ocurrir organizarse, o mejor, siquiera discutir con sus vecinos o familiares las políticas que se empezaban a convertir en “globales”. El OI fue la puesta en práctica de lo que (Acdel) Vilas y (Antonio D.) Bussi habían aprendido en Vietnam (previos aportes de la Doctrina Francesa de contrainsurgencia). Esto incluyó explícitamente la destrucción del lazo social, poniendo en juego los aspectos más disciplinarios de la sociedad y logrando que la población no sólo sospechara de sus vecinos, sino que empezara a ver hasta en las cooperadoras escolares “focos subvesivos”. Muchos años después, en una de las poblaciones más afectadas por esos métodos (se pesaba el pan de cada panadería de cada pueblo para asegurarse que no proveyeran a los guerrilleros), tuve oportunidad de conocer a una señora cuyos dos hijos varones estaban desaparecidos y que sostenía en su propia casa el “comité” del partido con el que Bussi llegó a ser gobernador en democracia. Eso debería decirlo todo: Bussi llegó a gobernador en democracia con el apoyo de (parte) sus propias víctimas, que no lo percibían como victimario. Parece delirante. Pero es lo que bestialmente produce la ruptura de todos los parámetros con los que se trama una comunidad. Nuestros propios hijos pueden convertirse en el Enemigo. Cuando estamos en ese punto ¿cómo confiar en el vecino? ¿Cómo saber cuáles son las intenciones de aquel que organiza una sociedad de fomento, un club, una biblioteca popular? Esa es la historia de los últimos 50 años de Tucumán. Un complejo y colorido tejido que fue tramándose a lo largo del siglo XX y que fue rasgado brutalmente en un período de diez años. Reconstruir esa trama, esa riqueza, nos ha costado todos estos años de Democracia y la tarea sigue pareciendo casi sin comenzar. No quisiera pecar de simplificador. Fueron todos


12

los factores económicos y políticos del contexto nacional e internacional los que ayudaron a la destrucción y dificultan la reconstrucción. Pero, teniendo en cuenta las nuevas generaciones que entraron a la militancia social y/o política, aún no estamos cerca siquiera de volver a una situación similar al comienzo - antes de los cierres. Mucho menos en estos tiempos de ataque feroz a la economía y la cultura popular. En estos primeros seis meses del gobierno de Macri ha quedado clarísimo que la única respuesta posible es la organización. Los gremios tradicionalmente burocráticos dieron el mismo penoso espectáculo de siempre (mientras escribo esto, la Corte Suprema acaba de decir que sólo ellos tienen derecho a huelga, no los ciudadanos, no las organizaciones que no tengan personería jurídica). Los partidos políticos han oscilado entre la traición de sus mandatos populares y el coma. Y sin embargo, la trama -con menos colores, con menos hilos- está más viva que nunca. Los doce años de gobierno popular no fueron inútiles. Decenas de pequeñas organizaciones diferentes, con matices, con discusión, con militantes jóvenes pero curtidos por años de acción, florecen. Si el producto del proceso de destrucción fue la idea no pronunciada “el Enemigo es el otro”, es ahora que tenemos que ejercer esa subversiva idea de “la Patria es el otro”. No es una consigna vacía. No es un infantilismo ideológico. Debe ser la consigna de nuestro regreso. Justamente porque apuesta a ese nuevo tejido que la derecha cree que se puede destruir con slogans repetidos hasta el cansancio. La Patria es el otro

complejamente, conociéndonos, contándonos nuestras historias, tratando de encontrar puntos en común y de acercar posiciones. La Patria es el otro como un ejercicio constante de la escucha y la mirada, como el encuentro de objetivos comunes y sinérgicos en la acción. Estamos ante una derecha muy bruta y muy prepotente. Una derecha que ni siquiera cree que sea importante conocer (mucho menos respetar) las leyes que estructuran el Estado. Que la trama se vuelva a tejer, que el diseño sea mejor, los colores más vivos, depende de eso, de asumirnos panfletarios constantes. Con estilo, abriendo preguntas, compartiendo dudas. Pero militantes, cotidianamente panfletarios oponernos a la idea de la salvación individual tan cara al neoliberalismo. La Patria como una construcción simbólica que nos revele cada uno de los detalles y diferencias, debe ser el otro. Será cuestión de tejer y panfletear.

*Psicoanalista y escritor.


13

Dialogos

“El goce masoquista es el cómplice ideal de la dominación ejercida por el paradigma neoliberal” El reconocido psicoanalista Gustavo Dessal analiza los rasgos de época definidos por el paradigma capitalista y su incesante camuflaje mercantilista dispuesto paracondicionar y manipularlas subjetividades, la vida en común y los lazos sociales. Desde preguntas por la felicidad, el amor y la democracia hastaaquellas que refieren a las cada vez más necesarias batallas éticas que se libran en defensa, en última instancia, de la propia condición humana. Por Adriana Gil y Gabriel Artaza Saade*

Adriana Gil: En una de sus conferencias acerca de la felicidad, Ud. se refirió a la satisfacción humana como “algo que nunca encuentra su plenitud, que está como siempre situada en otra parte”. Si aquí hablamos de límites ¿a quése enfrenta el sujeto en la época actual gobernada por el discurso capitalista con sus poderosas exigencias por el éxito y la autorrealización?

te en anamorfosis. La autorrealización es ese engendro neológico animado por el proyecto silencioso de Thanatos, aquella fuerza que de acuerdo con Freud atenta contra el lazo social y la creación de la vida en común. AG: Si pensamos en las dimensiones más esenciales de la vida humana, las del amor y de lo político, que involucran vínculo y encuentro ¿cuáles cree Ud. que pueden ser las dificultades que amenazan esas experiencias en el paradigma de la época actual?

Gustavo Dessal: He dedicado muchas páginas a este tema, interesado en el estudio del superyo no sólo como una instancia del sujeto, sino como un modo inherente a la lógica interna del capitalismo, discurso cuyo alcance es mucho mayor que el sistema de producción que lo sustenta. GD: Soy muy prudente a la hora de haAl carecer de la imposibilidad como líblar sobre los peligros que amenazan acmite, la circularidad de su movimiento tualmente la condición humana. Existen, “El sistema democrático no da paso a un nuevo discurso, como desde luego, pero no debemos olvidar que sufre una perversión sucede con el discurso del amo. El la pulsión de muerte es atemporal, o mediscurso capitalista condensa lo demojor dicho trans-histórica. No existe época nunca antes conocida.” níaco de la repetición con la demanda alguna en la que no podamos apreciar sus voraz del superyo. Hace unos días se efectos. Se ha insistido en que el discurso anunció el último balance de Apple, capitalista destruye los lazos amorosos, y con un saldo menor al esperado. El descenso en las ventas no estoy tan seguro de que eso se pueda afirmar de manera del iPhone y la ausencia de un objeto nuevo en el mercado rotunda. Ulrich Beck, uno de los más destacados sociólogos les impidió superar sus récords. Los accionistas no se confor- alemanes de las últimas décadas (fallecido el año pasado) obmaron con obtener un saldo apenas mayor. Aquí observamos serva un dato muy sencillo: las modernas transformaciones de dos aspectos a destacar. En primer lugar, una avidez insaciable las fórmulas familiares, amorosas y sentimentales no han conque aumenta a medida que se satisface, y que no se confronta seguido derrotar la creencia de los seres humanos en el amor. a ninguna castración salvo la de la catástrofe que hace esta- No deja de ser significativo que la inmensa mayoría de quiellar la burbuja. En segundo lugar, el concepto de innovación nes se separan siguen confiando en el amor, y buscan pareja como imperativo permanente. Esa búsqueda desenfrenada de nuevamente. Es verdad que lo líquido ha afectado el plano nuevos señuelos que logren teledirigir el mecanismo del deseo del amor, ya que los vínculos son más lábiles, y el narcisismo no puede descansar. El mercado es una gigantesca rueda con de la “realización personal” crea una intolerancia a la vida en objetos cuya vida libidinal es cada vez más efímera. Snapchat común cada vez más acentuada. A ello sumamos el retroceso es una verdadera metáfora de esto. Usted puede enviar una de la virilidad en el mundo occidental, como consecuencia fotografía o un mensaje que en unos instantes se borra. El del “empoderamiento” legítimo y necesario de las mujeres. mundo es más que líquido: se vuelve evanescente. Todo esto parece poner el amor contra las cuerdas, pero en El otro ejemplo, que desarrollé en un artículo no exento de mi opinión, se exagera un poco. Observo que los psicoanalisironía (“El regreso de la palabra o Los chicos de Silicon Valley tas muchas veces se hacen eco de una suerte de catastrofismo también lloran”, publicado en http://meteoro.elp.org.es/me- milenarista. Lo que actualmente vivimos son formas nuevas teoro-no-4/) es la tragedia de los emprendedores de startups. en las que se manifiesta tanto la imposibilidad de la relación Los medios diseminan las historias de los triunfadores, pero sexual, como los artificios mediante los cuales se intenta suplir ocultan lo que sucede con los perdedores, que son el noven- la falta de esa escritura. ta y nueve por ciento de los casos. Depresiones, intentos de suicidios, y suicidios logrados, son los dramas subjetivos de Cuando aparecieron los sitios de contacto por internet, los quienes son devorados por las fauces del superyo neoliberal. analistas se mostraban recelosos. Que un paciente usase esas Como en el famoso cuadro de Los embajadores de Holbein, la páginas era considerado un síntoma. Hoy en día sería ridícuépica y la estética del éxito contemporáneos, incluye la muer- lo pensar así, puesto que eso se ha vuelto tan habitual para


delo de estado mafioso italiano se va exportando al resto del mundo, y se distingue del Estado Islámico (otra modalidad de la mafia) en que no asesina a mansalva ni emplea la religión como argumento sino la seguridad. Un terrorismo moral, si se quiere. A quien considere que exagero, le recomiendo la lectura de “Black Mass” de John Gray, donde propone con argumentos de peso la relación oculta entre el fundamentalismo islámico, la razón Ilustrada, y el neoconservadurismo. Gabriel Artaza: En su próxima conferencia en Tucumán el tema será las “Batallas del psicoanálisis” ¿a qué hacen referencia esas batallas?

conocer gente como antes lo era ir a bailar a una discoteca. Por supuesto, el amor por internet introduce diferencias. Eva Illiouz sostiene que se trata de una degradación mercantilista del amor, donde los intercambios se negocian como transacciones comerciales. Me parece un tanto exagerado. La degradación de la vida amorosa no es algo nuevo, forma parte de las condiciones de la sexualidad del ser hablante, y no afecta a todo el mundo de la misma manera. Si nos movemos al terreno político, el panorama es, en cambio, mucho más sombrío. El sistema democrático sufre una perversión nunca antes conocida.Por primera vez en la historia encontramos que las formas totalitarias del poder político, social y económico no requieren de la fuerza ni de la violencia para imponerse. Adoptan los semblantes de la democracia, una democracia cautiva en los hilos sigilosos de los medios de comunicación, las redes mafiosas de las que forman parte la mayoría de los políticos, los entramados de corrupción que han sustituido casi por completo a las ideologías políticas. España es un ejemplo patente de este fenómeno, que pone de manifiesto hasta qué punto el goce masoquista es el cómplice ideal de la dominación ejercida por el paradigma neoliberal. Los más afectados por la crisis votan mayoritariamente a los partidos que sirven a los intereses del poder financiero. Esto lo verificamos en todas partes. El progresivo fracaso de los proyectos hegemónicos en Latinoamérica no ha requerido de golpes militares a la vieja usanza. El discurso capitalista se ha reformado, ha aprendido nuevas técnicas de camuflaje, emplea métodos donde la violencia no se ejerce de forma brutal, sino más sutil. Explota los resortes de la subjetividad que convienen a sus estrategias. En suma: ha descubierto que la manipulación de los fantasmas, los deseos y los goces, son mucho más efectivos que los sistemas basados en el terror. Los estados occidentales ya no ejercen el terror irrestricto, sino que emplean el terrorismo asiático como argumento para justificar la única función que los gobiernos “democráticos” han conservado: la de ofrecer a la ciudadanía sus servicios de protección. Es la misma lógica que emplea la mafia, de allí que la estructura mafiosa se va infiltrando progresivamente en todos los estados. Es una especie de “italianización” general. El mo-

GD: El psicoanálisis ha debido luchar desde sus orígenes contra las resistencias que se le han opuesto, apoyadas en distintos argumentos según las épocas. En los años veinte del siglo pasado, la Asociación Alemana de Madres Católicas impulsó una campaña para prohibir la obra de Freud y su práctica, lo cual fue llevado a cabo con el ascenso del nazismo. En aquella época, el acento sobre la sexualidad fue el blanco de los ataques, así como la idea de que la conciencia no fuese la instancia soberana de la vida psíquica. Tras la Segunda Guerra Mundial, las transformaciones sociales hicieron que la sexualidad dejara de ser percibida como un escándalo, y por primera vez en su historia el psicoanálisis atravesó un período más o menos pacífico, donde alcanzó su máxima influencia tanto en el plano de la clínica como de la cultura. Pero a partir del oscurantismo que se inicia con la implantación globalizada del paradigma neoliberal, asistimos a una forma de cientificismo que se propone colonizar campos del saber que hasta entonces habían permanecido fuera del interés científico. El cientificismo es una de las mayores amenazas al discurso analítico. Constituye un peligroso instrumento de ataque empleado para conquistar un dominio hegemónico de la subjetividad. Su falacia consiste en la aplicación de leyes universales a fenómenos que en verdad exigen un enfoque singular, procurando así extinguir toda dimensión de la diferencia. Es fundamental no confundir el cientificismo con la ciencia, puesto que esta última no pretende ejercer un totalitarismo uniformizante. Mientras el cientificismo no admite los límites de los principios que trata de imponer, la ciencia traza un campo de acción perfectamente recortado. La ciencia estudia las causas genéticas de diversas enfermedades, mientras que el cientificismo es aquella perversión de la ciencia que, por ejemplo, pretende fundamentar en una presunta teoría genética por qué votamos ideologías de derechas o de izquierdas, o creemos en Dios. Un estudio llevado a cabo por una universidad británica asegura que los dueños de gatos tienen un coeficiente intelectual mayor que los dueños de perros. Esto no es un invento mío, es tan real como aquella universidad alemana que -tras una sesuda investigación “científica”- demostró que mirar los escotes de las mujeres previene en los varones el riesgo de accidentes cardíacos (pese a que el sentido común indicaría exactamente lo contrario…). Estos son algunos ejemplos del uso falaz y malintencionado del prestigio científico para manipular la información y lograr imponer una práctica que beneficia a un sector de poder económico. La fabricación deliberada de síndromes y trastornos mentales con el fin de incentivar la producción de fármacos ha sido en ocasiones denunciada incluso hasta por algunos de sus propios esbirros “arrepentidos”. Las batallas actuales del psicoanálisis no se limitan a aquellas en las que esta disciplina es objeto de un ataque, sino que supone por el contrario pasar a la ofensiva. El tiempo de la defensa ha acabado, y comienza la era en la que el discurso analítico debe lanzar una contraofensiva en diversos frentes, apuntando a desenmascarar la impostura de numerosos métodos terapéu-


15

ticos que se arrogan una presunta cientificidad. Esa batalla será larga, y desde luego no estamos seguros de ganarla, pero resulta indispensable puesto que aquello que está en juego no es sólo un método de abordaje clínico, sino una concepción ética de la existencia, un modo de concebir la especificidad de la diferencia humana. No podemos permanecer neutrales ante el hecho de que la genética, la biología molecular y las neurociencias instalen la ideología que habrá de regir la concepción del sujeto. Lo que está en disputa es mucho más que los intereses del mercado por producir una subjetividad dócil, hecha a la medida de sus propósitos. Es la condición humana lo que está siendo objeto de una redefinición cuyas consecuencias ya podemos comprobar. GA: ¿Cómo plantearía la diferencia entre realizar un análisis y una psicoterapia? GD: Las psicoterapias son ramificaciones, todas ellas, del tronco original del psicoanálisis. Cualquier tratamiento de la subjetividad que se realice mediante la palabra ha surgido a partir de la práctica analítica, con independencia de que eso se reconozca o no. Lacan fue elocuente al respecto, y definió la psicoterapia como el propósito de devolver un sujeto a su estado anterior. Anterior, se entiende, al momento en que se desencadenó su padecimiento. La psicoterapia se propone un objetivo claramente delimitado por una pragmática funcional: restablecer la libre circulación del principio del placer, lo cual supone concebir el síntoma como una anomalía que debe ser erradicada. Para el psicoanálisis no existe ni la normalidad ni la salud mental, por lo tanto el síntoma es ese miembro molesto de la familia con el que debemos aprender a convivir, ya que forma parte de nosotros y no podemos deshacernos de él sin sufrir una automutilación de la verdad. Por supuesto que esto implica una labor compleja, puesto que tampoco se trata de resignarse al síntoma, sino una elucubración de saber, un desciframiento de lo que ese síntoma supone en términos de significación y de satisfacción inconscientes. El resultado no consiste en eliminarlo, sino en depurar su función en la vida de un sujeto. El síntoma, enemigo que la psicoterapia procura abatir, es por el contrario el máximo aliado de la labor analítica. No hay análisis sin síntoma, y la curación analítica rehabilita su dignidad, cuando tras lograr que libere su sentido desconocido, su misteriosa morbilidad, nos devuelve una parte de nuestro inconsciente. GA: Al decir de Bauman, con quien usted tiene recientemen-

te publicado un libro, nuestra época actual se caracteriza por la “liquidez en los vínculos entre los sujetos” ¿Cómo caracterizaría la época desde el psicoanálisis de orientación lacaniana? GD: Es una pregunta que exigiría una respuesta muy extensa, pero voy a intentar centrarme en lo esencial. La tesis que sostuve en ese libro, “El retorno del péndulo”, es que la teoría de Zygmunt Bauman desarrollada a partir del concepto de “liquidez” es sintónica con la constatación lacaniana del ocaso del Nombre del Padre. Las fronteras que separaban los territorios, las categorías, las ideologías, las creencias, las relaciones de poder, de amor, de familia, las patologías, las identidades e identificaciones, las clases y las clasificaciones, todo ello se ha difuminado, se ha fluidificado. La estética del capitalismo contemporáneo se caracteriza por desarticular cualquier contexto histórico. La atemporalidad es el ideal normativo y su filosofía es el instante. Lo local se reabsorbe en beneficio de lo global, con el resultado de que lo universal engulle lo particular, lo captura para luego disolverlo en el flujo cambiante de la moda. Nada debe perdurar, a fin de asegurar que la insatisfacción del deseo vuelva a quedar cautiva de lo nuevo, novedad que a su vez habrá de calcularse para caducar en el momento oportuno y garantizar de ese modo lo que comentábamos al principio: el relanzamiento constante del imperativo de goce. La muerte programada del objeto y su incesante sustitución se conjuga con su contrario: la promesa de vida eterna, pero ya no de la mano de la religión, sino de la ciencia, o mejor dicho de la industria y de la técnica, embarcadas en la obsesión delirante de prolongar cada vez más la duración cronológica del cuerpo vivo. Es notable y sintomático que los nuevos super-millonarios que dominan el mundo cibernético estén dispuestos a poner una parte sustanciosa de su fortuna al servicio de la conquista de la inmortalidad. Hay que tomarse esto muy en serio, puesto que no se trata de ciencia ficción, sino de proyectos avanzados que habrán de cambiar el concepto de lo humano. La paradoja es que el delirio de la inmortalidad es una variante refinada de la pulsión de muerte, es decir, la manifestación extrema de ese rasgo diferencial que caracteriza al discurso capitalista: la forclusión de la imposibilidad. *Psicoanalista. GUSTAVO DESSAL. Psicoanalista y escritor. Formado en Buenos Aires y París, pertenece a la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Desde 1982 reside en Madrid en donde practica la clínica y dicta seminarios y conferencias. Ha publicado dos novelas: Principio de incertidumbre y Clandestinidad, y los relatos agrupados bajo los títulos: Operación Afrodita y Más líbranos del bien. Con Zigmunt Bauman escribió El retorno del péndulo.


16

Psicologia

La época del psicoanálisis

C

Por Luciano Lutereau

psicoanálisis.

ernir el alcance de nuestra época desde el psicoanálisis parece una tarea destinada al fracaso. O, al menos, extemporánea, en la medida en que otras disciplinas tendrían esa reflexión a su cargo. Sin embargo, establecer ciertas coordenadas relativas al horizonte de la subjetividad de nuestro tiempo parece una condición incluso para el ejercicio del

hacia el porvenir. Ahora bien, con Hegel también podría decirse que concluye el proyecto moderno. El pensamiento hegeliano incluye también un anti-modernismo fundamental, que se anticipa en diferentes cancelaciones, sea el “fin de la historia”, “el carácter de pasado del arte”, etc. En última instancia, de acuerdo con Arthur Danto, la pregunta por lo posmoderno comienza cuando se trata de pensar lo que viene “después del fin”.

En particular, es notorio que las afirmaciones relativas a la época siempre supongan un “nosotros” como precedente. “Nuestra época”, “Nuestro tiempo”, “Nuestros días”, son diferentes expresiones que delimitan que la contemporaneidad requiere una suerte de apropiación. Y, por cierto, desde el psicoanálisis hemos visto proliferar los más diversos términos para dar cuenta de ese supuesto conjunto: “niño generalizado”, “forclusión generalizada”, “perversión generalizada”. En efecto, parece que lo “generalizado” es el signo de una marca del sujeto actual.

En este punto, cabría destacar que entre las diferentes formas caducas de nuestro tiempo se encuentra el estilo. La historia del arte lo demuestra: ¿qué estilo no se encuentra a disposición en el arte contemporáneo? La pluralidad de estilos se acompaña de mucho más que la pérdida de la novedad. Antes que el furor de lo nuevo, es el valor de la excepción lo que ha caído en desuso. En la apertura de sus Escritos, Lacan citaba a Buffon, con la sentencia “El hombre es el estilo”, singularidad asociada incluso a que el estilo dependa de la satisfacción pulsional.

Como ha destacado S. Askofadé, en su libro Clínica del sujeto y el lazo social (2015), la expresión “perversión generalizada” no se encuentra en la obra de Lacan. En todo caso, puede deducírsela a partir de la afirmación relativa al “niño generalizado” –pronunciado “Discurso de clausura de las jornadas sobre la psicosis en el niño” (1967) – que enfatiza un destino que trasciende la cuestión de la infancia: el del sujeto que desestima el goce al servicio del cual actúa, solidario del imperio de la ciencia como dispositivo que no sólo produce un saber sino también objetos de consumo. Lo que se generaliza son diferentes formas de goce que, en potencia, ponen en cortocircuito el lazo social. No se trata sólo de la ciencia, sino de la ciencia en el marco del capitalismo. No obstante, más allá de lo que se generalice, ¿qué implica este movimiento de elevación a lo general como rasgo de la época?

En el pasaje del siglo XIX al siglo XX, ese lugar de excepción lo ocupaba la histérica. El síntoma histérico ponía en jaque el lazo social. Era la otra cara del sujeto universal del discurso filosófico. Sin embargo, el sujeto “generalizable” de nuestro tiempo se encuentra lejos de la pretensión de universalidad. Por ejemplo, Dora (esa histérica puntual que Freud atendió durante un breve tiempo) podía ser el paradigma de la histeria; pero en el caso del sujeto de lo general se trata de un movimiento diverso: ya no se trata de leer la estructura en aquello que la pone en cuestión (el sujeto “en” la estructura), sino de un rasgo que puede ser distribuido para todos –y todas–.

En un artículo publicado en el Magazine Littéraire, Michel Foucault sostenía que la modernidad comenzaba con Kant. A partir de este momento, el presente histórico pasaría a tener un interés relevante para los filósofos. Hegel llamaba a la lectura de periódicos la “plegaria realista de la mañana”. Por lo tanto, en la medida en que la filosofía se propone dar cuenta de la época, podría decirse que esta última divide al pensamiento, ya sea porque lleva a la impugnación o bien a una crítica de lo instituido, como un modo de orientación

Es lo que escuchamos en diversas consultas actuales: “Tengo derecho a ser feliz”, “Me lo merezco”, etc. He aquí diversos indicadores de una queja que ya no reclama desde un lugar de excepcionalidad, sino desde la pertenencia a una supuesta conformidad. Los pacientes freudianos se debatían con los efectos de la castración, los de nuestro tiempo primero deben salir airosos respecto de la frustración. Todos dañados, todos traumados, todos víctimas. En su libro ¿Por qué el psicoanálisis? (1999) E. Roudinesco establece una coordenada propia del mundo contemporáneo: la destitución del sujeto dividido por el individuo. El conflicto psíquico, corazón de la subjetividad descubierta por Freud,


Fotografía de la publicidad “Meritocracia”, de la firma Chevrolet para Argentina.

se diluiría en el marco de una afectividad difusiva y triste. La sociedad de los deprimidos, siempre disconforme y acosada por la psicofarmacología, sería la comunidad en la que el individualismo se realiza no sólo como egoísmo (el detalle cínico sería un aspecto menor) sino a partir de cierta “reivindicación normativa”. “Tengo derecho a ser feliz”, es un enunciado habitual en nuestros días; o bien, mucho más terrible, ya lo dijimos, “me lo merezco” pareciera el dicho que consolida la forma actual de la locura. De acuerdo con Lacan, loco no es el mendigo que se cree rey (esa fantasía puede ser incluso una forma de sostener el deseo) sino el rey que se cree rey. Dicho de otro modo, la locura de esta creencia radica en su inmediatez, en el hecho de que desconoce la mediación simbólica que, por ejemplo, ubica en un pueblo la decisión última de derrocarlo o incluso decapitarlo. Ahora bien, en nuestros días el loco ya no es un caso infatuación, sino que acusa recibo de otro furor: ¿quién podría realmente decir que se merece aquello que le tocó en suerte? Radicalicemos la pregunta: incluso si en efecto se lo merece, ¿quién podría decir que lo tiene porque ha hecho méritos, y no por la generosidad, más o menos azarosa, de algún Otro (el azar mismo)? Pensemos una última situación. Concedamos el mérito y el reconocimiento como causa de la realización del individuo, pero resta aún la otra variable: la felicidad. ¿Quién podría reclamar ser feliz? Porque este es el aspecto olvidado en la enunciación de este tipo de frases, que la ampliación progresiva de derechos civiles no produce una mayor libertad subjetiva. Desde ya que este alegato no tiene como objeto inculpar a los derechos por sí mismos, sino delimitar el desvanecimiento de la imputación del sujeto. Creerse con derecho (donde importa menos el derecho que la locura de la creencia) lleva una posición de reivindicación del estilo “Nadie puede prohibirme”.

De esta manera, si la sociedad se ha vuelto depresiva es porque no sólo ha desbancado el universo de las prohibiciones (y las represiones atribuidas) sino fundamentalmente al Otro como instancia que puede darle al sujeto la cifra última de un malestar cuya causa no posee. Por el contrario, el correlato del sujeto deprimido es algo peor que la represión. Si, con Lacan, entendemos que lo que no está prohibido se vuelve obligatorio, no puede extrañar que al sujeto dividido por el deseo se le oponga el sujeto de la performance. Esta última se verifica en diferentes niveles: por un lado, si la causa del padecimiento no proviene del encuentro con el Otro, entonces debe estar en alguna fibra última del cuerpo biológico (y por esta vía tenemos el desarrollo de las disciplinas del cerebro y las neurociencias); por otro lado, la búsqueda permanente de ser diferente conduce a la máxima homogeneización, tal como se comprueba en la proliferación de técnicas de autoayuda y diversos caminos espirituales ofrecidos para que cada uno se encuentre consigo mismo (aunque el verdadero yo de cada sujeto sea el saldo de una identificación con una imagen ideal proveniente de otra cultura, eventualmente oriental). Ser uno mismo, ser como se es, ser original, he aquí las posiciones locas y delirantes del individuo de nuestro tiempo, demasiado empastadas con la ambición de ser y menos con el devenir.

* Psicoanalista. Doctor en Filosofía y Doctor en Psicología (UBA). Magister en Psicología (UBA)


18

Economia

ECONOMÍA URBANA: NOTAS PARA PLANIFICAR LAS CIUDADES TUCUMANAS

L

a pregunta que funda el campo de investigación de la economía urbana se relaciona con el viejo enigma de la concentración de gente alrededor de lugares llamados ciudades. La idea del equilibrio espacial permitedar razones capaces de explicar la elección de la gente (los trabajadores, las empresas, los consumidores) al momento de decidir dónde Por Hugo D. Ferullo* localizar sus viviendas y sus empresas, y la respuesta gira alrededor de los costos y beneficios que acarrea la aglomeración.

por otro, dado que en la globalización no sólo compiten las empresas sino también las ciudades, es central la competencia por talentos y cerebros. El argumento principal abandonó la idea de equilibrio espacial por una teoría capaz de explicar las ventajas de la aglomeración en la velocidad del flujo de ideas y su incidencia en la creación de capital humano y en la innovación como fuente principal del crecimiento económico actual.

Alfred Marshall explicaba, en el siglo XIX, que las aglomeraciones industriales existían porque los individuos aprendenhabilidades unos de otros cuando trabajan en lugares próximos; este rol informacional explica la existencia continua de Se pretende comprender las relaciones económicas entre agen- ciudades. Como cada firma tiene información específica, los tes individuales que conducen a un equilibrio en el espacio. beneficios de la comunicación crecen con el número de firmas Dado este equilibrio, la gente no asigna ninguna ganancia al (externalidad positiva). Además, las comunicaciones tienen cambio de asentamiento de sus asuntos económicos, habida un efecto que decrece con la distancia, por lo que es beneficuenta del cálculo de los costos (de construcción, de trans- cioso concentrar firmas en el mismo distrito, dando lugar a porte, etc.) y de los beneficios (inlos efectos de vecindario, clusters greso esperado y ventajas relacioy redes sociales. En definitiva, la nadas con la salud, la educación, concentración urbana es genera“La ciudad no tiene naturaleza de el medio ambiente, etc.) ligados dora de empresariado e innovaclase o de casta; por más cerrado a los distintos lugares. El equición, de externalidades positivas que esté un barrio, le hace falta librio significa aquí un estado de y de retornos crecientes de escatotal indiferencia en relación con la (200 empresarios producen el contacto con los basureros, los sus preferencias de localización: más del doble del “derrame” que motoqueros, los conductores de los individuos en relación con la 100). ambulancia.” ubicación de sus viviendas (el flujo de salarios y de comodidades se Las nuevas tecnologías permiten iguala a los costos asociados a su que las firman se dispersen pero localización), las empresas en relación con conseguir traba- a la vez incrementan el retorno de ser inteligente. Para enjadores y los constructores en relación de la conveniencia de tender la economía urbana hoy, se debe admitir que el coconstruir o no nuevos edificios y viviendas. nocimiento es más importante que el espacio. Como afirma Manuel Castells, la economía del conocimiento actualmente Este tipo de políticas urbanas sostienen el respeto incondicio- es de naturaleza tecnológico-informacional4, es global (se pronal a la libertad de los ciudadanos y de las empresas de elegir duce internacionalmente) y funciona en redes (lo que permite dónde asentarse y de decidir movilizarse hacia otros espacios. flexibilidad y adaptabilidad). Las ciudades son clave de maEl objetivo de la política consiste en ampliar a los agentes nera doble: como productoras de procesos de generación de sus opciones disponibles, asumiendo que se busca servir no riqueza, y como productoras de la capacidad social de corregir a los lugares sino a las personas (si esto se invierte, políticas los efectos desintegradores de una economía de redes sin vadirigidas a valorizar ciudades en decadencia y desestimar la lores más profundos que los del mercado. La economía global movilidad hacia otras más pujantes, se termina favoreciendo tiene concentración territorial; y los medios de innovación negocios inmobiliarios más que a los pobladores). Lo que co- metropolitanos atraen dos elementos clave: talento y capital rresponde es dar libertad total para que los vecinos de las dis- de riesgo. tintas ciudades “voten con sus pies”, movilizándose allí donde el cálculo de costos y beneficios les indique el lugar óptimo de En este marco de la economía urbana del conocimiento, lo siguiente puede resultar de utilidad para analizar nuestras ciusu residencia particular y de sus negocios. dades tucumanas, en especial su Capital: Con la constante declinación de la significación de los costos1 de transporte2 y de los costos fijos de los puertos y del ferro- - Las ciudades son el espacio territorial donde la planificación carril3, lo más destacado en la economía urbana y espacial es, urbana está llamada a proyectar el desarrollo humano de la por un lado, los posibles efectos de externalidades positivas y, mayor parte de nuestra población.


19

Vista de la zona de tribunales en barrio sur, San Miguel de Tucumán. -La ciudad nace de una combinación de artes: una técnica, un saber, una aptitud con vistas al vivir juntos (no es el simple arte de los negocios inmobiliarios). Un equipo interdisciplinario puede ayudar en esta verdadera invención urbana, invención de un ser-juntos que involucre a todos. -Dos desafíos mayores: la recuperación del Estado y del rol de la política como instrumento de transformación social, para reconstruir una solidaridad que desmercantilice una parte de las relaciones sociales y garantice los servicios elementales para una verdadera ciudadanía de alcance general. -Las ciudades, como las personas, son demasiado diversas como para permitir prescripciones comunes a todas. Las teorías devienen muy poco útiles en términos de consejos prácticos. -Existe fuerte consenso acerca de que una política exitosa depende de fuertes externalidades positivas entre firmas, que provocan retornos crecientes de escala o un crecimiento más que proporcional. -El esfuerzo dirigido a los propios residentes parece más eficaz que el de atraer empresarios de afuera, lo que invita a diseñar programas educativos, de inmigración y de relación Universidad-sistema productivo. -A medida que las empresas se tornan cada vez más móviles, la ciudad adquiere cada vez más importancia como centro de consumo que como lugar de producción -El crecimiento urbano está asociado a la cantidad y calidad del capital humano: es la innovación lo que torna hoy más productiva a las ciudades. Como el conocimiento está en las personas, lo que cuenta es la educación (en Barcelona desarrollaron el concepto de ciudad educativa), las actividades culturales, la animación ciudadana, etc. Ciudades como el Distrito Metropolitano de Tucumán están lejos de ser un centro de atracción de creatividad y talento. Por el contrario, es imperioso pensar cómo revertir la fuga de cerebros que significa el continuo éxodo de jóvenes profesionales (hacia Buenos Aires o el exterior del país). -Cada industria deja su impronta en la ciudad. El área metropolitana de Tucumán creció bajo el influjo de la industria azucarera (factoría integrada verticalmente con empleados poco calificados), pero esta no parece una buena receta para la reinvención. La necesidad de reconversión debería alentar la creación de una Agencia de Desarrollo Urbano. -Es la calidad de vida lo que atrae y retiene al talento. Más

allá de los servicios indispensables para una buena vida necesitamos proyectar el modelo de sociedad que deseamos (la política es mirar a largo plazo). -La ciudad, según economistas urbanos de renombre, no produce pobres; los atrae por la oferta de empleos y de servicios sociales, además de otorgarles la posibilidad práctica de poder vivir sin necesidad de costearse la propiedad y un automóvil. Pero la ciudad se extendió tanto, que hay muchas menos oportunidades para la gente más pobre de conseguir empleo (la extensión acrecienta la necesidad de contar con, por lo menos, un automóvil en la familia). -Las nuevas formas de ocupación del espacio que aparecieron en Tucumán a partir, de los años 90 ilustran una dinámica particular de fragmentación social, propia de los countries y barrios privados (metáfora emblemática del modelo neoliberal, según la justa apreciación de MaristellaSvampa). Pero paralelamente, la ciudad es también el lugar de los ocupadores precarios, donde duermen los pobres a la intemperie, donde se recoge la basura como sustento de la economía de la miseria, y donde los vendedores ambulantes escandalizan a los comerciantes formales con su “competencia desleal”. La ciudad no tiene naturaleza de clase o de casta; por más cerrado que esté un barrio, le hace falta el contacto con los basureros, los motoqueros, los conductores de ambulancia. Pero en la vida actual parece renovarse el anhelo por una restauración del viejo dominio burgués con murallas (a veces invisibles, pero siempre poderosas, presentes en alquileres, pólizas, tipos especiales de tiendas, códigos de seguridad). El contraste es claro: la ciudad es cara, y lo muestra con indecencia, pero la miseria siempre la atraviesa y el vagabundeo no la abandona (la exclusión termina salpicando trozos que se cuelan por todos lados). La construcción de una ciudad “cerrada” (modelo norteamericano marcado por la afirmación de una ciudadanía “privada” con lógica de “ganadores” y de “primer mundo”), no es más que una ilusión (y de las peores, socialmente hablando). De 18 centavos por ton-mile en 1890, el costo medio de transporte en los EEUU se redujo hoy a 2,3 centavos.

1

En 1947, el 50% del transporte en EEUU se hacía por tren, mientras que actualmente 77.4% se hace en camiones.

2

Hay que ver las cosas dinámicamente: la globalización significa menor costo de mover los bienes, lo que significa que hoy son menos relevantes los ríos y los trenes.

3

Internet es hoy lo que era la fábrica en la era industrial. En este marco, el valor del capital de la empresa Cisco System, por ejemplo (produce los sistemas de dirección de los flujos de Internet y capacidad de adaptación en base a conocimiento e información) pasó de dos millones de dólares a 310.000 millones en 14 años.

4

*Doctor en Economía, Universidad Paris Lyon. Docente e investigador UNT.


20

CULTURA, TUCUMÁN, BICENTENARIO “El Aconquija nos vigila” Leda Valladares

Paginas del Bicentenario


Sin título, (pintura, 1989) - Sixto Aurelio Salas

21

A

bordar la cuestión de la cultura tucumana a dos siglos de que nuestra Patria comenzara a transitar los rumbos del universo supone transitar momentos de entusiasmo y apogeo y otros de imposibilidades, cercenamientos y ausencias lacerantes. Dados los límites de esta nota, más Por Fabiola Orquera* que una evaluación exhaustiva ese recorrido se presenta como una mirada sobre sus lineamientos más destacados. En primer lugar, conviene subrayar que la declaración de la independencia no significó el nacimiento ex nihilo de nuestra vida cultural, sino que marcó una nueva etapa después de tres siglos de aculturación de los pueblos ya existentes en el territorio, ocasionada por la conquista española. Nuestra región se caracterizó por una tenaz resistencia, como testimonia la lucha del pueblo calchaquí elogiada por Atahualpa Yupanqui en la carta escrita en apoyo al Malón de la paz que había llegado a Buenos Aires desde la Puna y que fuera publicada en el diario La hora en 1946. De las luchas calchaquíes se pasó a las luchas entre los modelos centralista y federal, a cuyo término se dio la paradoja de que los tucumanos José Manuel Avellaneda y Julio Argentino Roca llegaran a la presidencia de la nación en representación de la corriente modernizadora de matriz civilizatoria, poniendo de relieve la decisión de esta pequeña provincia de intervenir en la conducción del destino nacional. Ahora bien, reprimido por el modelo liberal subyacía el componente indígena, revalorizado ante la paranoia desatada por la llegada de los inmigrantes por autores como Ricardo Rojas, Fausto Burgos, Adán Quiroga y el ya mencionado Yupanqui, ferviente lector de los Comentarios reales del Inca Garcilaso de la Vega. Esta vertiente, disidente del modelo europeísta preconizado por Sarmiento, se alimenta en un ambiente interior, provincialista y andinista. Los conflictos surgidos de su relativo ostracismo activan la identidad mediterránea aun vigente, como se advierte en la novela que el santiagueño Lucas Cosci acaba de publicar, 1958. Estación Gombrowicz, donde las tradiciones indigenista y cosmopolita se enfrentan una vez más, trazando nuevos interrogantes. Algo parecido sucede en la música. Los calchaquíes siguen sonando a través de vidalas y bagualas, difundidas en gran medida por las investigaciones realizadas, desde Isabel Aretz, Juan Carlos Carrizo a la cantante y poeta Leda Valladares. Su hermano, Rolando, mejor conocido como “Chivo”, decía que la vidala era “la quebrada del corazón del hombre”, abrazando la noción de “paisaje” como el marco de elementos naturales sobre los que se proyectaban sus emociones. Pero es importante notar que todo “paisaje” tiene un anclaje histórico dado; en nuestro caso adquieren particular relevancia la llegada del ferrocarril en 1876, la formación de los grandes ingenios azucareros que ese hecho habilitó, y la fundación de la Universidad Nacional, en 1914. Sobre esos pilares se formó

un entramado artístico e intelectual ligado a la producción de caña de azúcar, caracterizado por la representación de chimeneas, cañaverales, carretas y trabajadores que protagonizaban conflictos derivados de las relaciones sociales que establecía el ingenio azucarero. Entre los imagineros del cañaveral más destacados, además de Yupanqui, se cuentan Mario Bravo -autor de En el surco, de 1929-, Mercedes Sosa -cuyo padre trabajaba en las calderas-, Gerardo Vallejo, José Augusto Moreno, Manuel Aldonate, Ezequiel Linares, Pepe y Gerardo Núñez y Chichi Costello, entre muchos otros. Claro que hay quienes han preferido el ambiente de los “cerros altos”, como Chivo y Leda Valladares y Gerónima Sequeida, continuadores de las coplas ancestrales, y artistas que se sienten atraídos por estéticas cosmopolitas. Cualquiera de estas corrientes de expresión, en todo caso, se relaciona con el medio en términos de representación, pero también de condiciones de producción. En este sentido, cabe mencionar que en los años cincuenta comienzan a formarse los cuerpos estables de la provincia y en 1958 se crea el Consejo Provincial de Difusión Cultural, que funciona hasta 1977, cuando la última dictadura militar la transforma en secretaría. Si el cierre de ingenios y la crisis social que caracterizaron a la dictadura de Juan Carlos Onganía habían incentivado el ímpetu de resistencia de los artistas imbuidos de un espíritu de justicia social, libertad y latinoamericanismo, la última dictadura significó un corte sobre las prácticas creativas ligadas a la vida bohemia y a la discusión política. Nada de eso sobrevivió: los referentes tuvieron que exiliarse para salvar la vida y los que permanecieron tuvieron que silenciar su voz o someterse a los estrechos límites de lo permitido. Después de la Guerra de Malvinas se produjo una tímida apertura, que fue abriéndose gracias al esfuerzo de los más jóvenes por conocer lo que se venía produciendo antes. Ese trabajo desarrollado a nivel interpersonal se torna colectivo cada vez que un proyecto o una actuación recuperan los repertorios de la pre dictadura, o los entreteje con las producciones contemporáneas. Así se va creciendo, en capas a veces paralelas y a veces superpuestas, en eventos oficiales y en salas del circuito alternativo que dan cabida a las expresiones que aquellos no contemplan. Con presupuestos insuficientes y con políticas que incentivan más la llegada de artistas nacionales que la difusión de los locales por fuera de los límites provinciales, el resguardo del aporte tucumano a la cultura nacional sigue reposando, en gran medida, en los que le profesan un amor inclaudicable, mientras queda pendiente la generación de una política de estado que proteja ese legado de los avatares del mercado y que mantenga viva su matriz productiva. Ese aspecto, que estaba cambiando a partir de la creación del Ministerio de Cultura de la Nación en el 2015, se ve truncado a las puertas del Bicentenario.

*Doctora en Letras. Investigadora del Conicet.


22

A 41 años: Juicio histórico por el “Operativo Independencia”

Por Ana Daneri*

El complejo entramado del terrorismo de Estado a la luz del “Operativo Independencia”

C

orría el año 75’ y aún Argentina era gobernada por un gobierno constitucional, cuando un grupo de hombres Por Gabriel Pereira* ingresó a su domicilio, ubicado en un pueblo del sur tucumano. Ricardo se encontraba solo, su mujer e hijas habían partido hacia la plaza como todos los viernes por la tarde. Incluso cuando no opuso resistencia, recibió una feroz golpiza. Fue trasladado a un destacamento ubicado en una citrícola cercana, donde le hicieron preguntas sobre su actividad gremial. Luego de recibir una nueva golpiza, fue nuevamente cargado en un camión y se lo llevaron, ya inconsciente, a otro predio. Cuando se despertó, maniatado y con los ojos vendados, los ruidos de máquinas, camiones y herramientas de trabajo lo ayudaron a reconocer el lugar de su detención: se encontraba en el galpón de un ingenio que todavía estaba en actividad. Los tres días de tortura interminables en el galpón fueron el preludio del infierno que viviría durante seis meses en el centro clandestino la Escuelita de Famaillá. Nunca entendió por qué tuvo que sufrir la tortura y, menos aún, por qué hasta ahora se encuentra desaparecido. Él era un obrero con activa participación gremial sin participación política en ninguna otra agrupación. Historias similares a la de Ricardo serán pieza central de las audiencias durante los debates de la megacausa “Operativo Independencia” que se iniciaron en mayo. Las historias del horror que se escucharán en el debate mostrarán nuevas facetas del terrorismo de Estado, tanto respecto de sus orígenes, que exceden al golpe de Estado del 76’; sus perpetradores, que incluyen a ciertos grupos empresarios y no tan sólo miembros de las fuerzas de seguridad; y sus objetivos, que incluyeron también el desmantelamiento del movimiento obrero nacional y provincial. Estos aspectos ayudan a desentrañar el com-

plejo entramado del terrorismo de estado en Argentina. El Operativo Independencia: el ensayo del horror El 9 de febrero del 75, a partir de un decreto firmado anteriormente por la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón, las fuerzas armadas y de seguridad dieron comienzo a una intervención masiva en Tucumán. Más de 3 mil soldados sentaron sus bases en el sur de la provincia, y poblaciones enteras vivieron durante años bajo un estrictoy violento control militar. Santa Lucía, Caspinchango, Lules, Famaillá, Los Sosa, las colonias de los ingenios azucareros, entre tantas otras, sufrieron la ocupación y, al día de hoy, aún hay una enorme cantidad de casos no denunciados. El objetivo principal fue llevar a cabo un plan sistemático de persecución y exterminio de opositores políticos y montar un aparato mediático de propaganda que permitiera a las fuerzas armadas posicionarse como actores políticos relevantes. Bajo el relato épico de “salvadores de la patria”, los militares buscaron hacerse con la suma del poder público. “La Escuelita” de Famaillá (primer centro clandestino de detención y exterminio concebido como tal) es el símbolo de la destrucción de la vida política de la provincia. Allí, dirigentes obreros y más de 1500 personas sufrieron los más horribles vejámenes y, en la mayoría de los casos, nunca regresaron. Mediante un sistema de secuestros, torturas y desapariciones, y del control social por medio del terror se ensayó en Tucumán el plan que se extendería al resto del país al año siguiente. Más de 40 años después, el juicio por la megacausa “Operativo Independencia” es el más significativo para la provincia. Con 270 casos que se probarán en el debate oral, es el juicio por crímenes de lesa humanidad más grande en la región


hasta el momento. Para Tucumán, además, su relevancia es mucho mayor ya que terminará de echar por tierra el relato de “una guerra”, repetido todavía hoy como justificativo de los crímenes. La “teoría de los dos demonios”, montada por los militares y sus apologistas, se pone en crisis al analizar la magnitud del despliegue de fuerzas y su accionar por medio del terror, la tortura y la desaparición. Además, será sin dudas un juicio complejo porque tomará los crímenes cometidos antes del golpe militar del ’76, mostrando así que el terrorismo de Estado fue una práctica política de opresión que excedió a la dictadura militar y que fue usado también en épocas democráticas por un sector de la clase política que decidió hacer política de una forma sanguinaria. Las empresas buscaron apagar el movimiento obrero

Nuevos desafíos A 41 años de la implementación del “Operativo Independencia” en Tucumán y 40 del Golpe de Estado en Argentina, gracias a la valentía, perseverancia y originalidad de los organismos de derechos humanos, transitamos un proceso de Memoria, Verdad y Justicia consolidado. Sin embargo, este proceso se enfrenta a nuevos desafíos, tal cual lo muestra el juicio Operativo Independencia. No es tarea fácil desentrañar la complejidad del terrorismo de Estado y mostrarlo como un programa de opresión que se mantuvo en la forma de hacer política de un sector determinado, sino también como un programa económico destinado, entre otras cosas, a desmantelar el movimiento obrero. Más compleja resulta la tarea de lograr condenas judiciales a los responsables civiles de este proyecto criminal, político, económico y cultural.

El juicio oral nos permitirá desentrañar y conocer la dimensión económica del terrorismo de Estado. A través de decenas La militancia y perseverancia de las organizaciones de derede testimonios, asistiremos a la reconstrucción del modo en chos humanos deben ser acompañadas por fiscales y jueces que un sector empresarial se involucró en la perpetración de comprometidos con los valores democráticos y de respeto por crímenes de lesa humanidad, ya sea prestando apoyo financie- los derechos humanos en los que se asienta nuestra sociedad. ro, proveyendo información sensible sobre los trabajadores, Asimismo, es crucial el compromiso del Estado en todos sus niveles. Ese compromiso o cediendo las instalaciones de debe ser expresado no solo sus predios para que fueran usaen declaraciones públicas, das como escenarios del terror. “La militancia y perseverancia de sino también en políticas La evidencia que dará cuenta las organizaciones de derechos concretas que permitan conde este involucramiento, podrá humanos deben ser acompañadas solidar el proceso de Medemostrar que el terrorismo de por fiscales y jueces comprometidos moria, Verdad y Justicia. El Estado fue también un progracon los valores democráticos y de firme compromiso con este ma económico destinado a beproceso debe traducirse en neficiar a unos pocos a costa de respeto por los derechos humanos.” la puesta en funcionamiento la vida y el salario de determide la Comisión Bicameral nados sectores sociales. No fue del Congreso de la Nación, tan solo un plan de exterminio de la resistencia politica, sino también de desmantelamiento creada en el 2015; la regularización de la situación de la Escuelita de Famaillá como sitio de la Memoria, así como el del movimiento obrero. mantenimiento de todos los Sitios del país; políticas educatiNo es casual que el mayor número de secuestros y desapa- vas y mediáticas específicas; la conservación de los archivos no riciones se haya producido entre personas de estos espacios. sólo como acervo del pasado sino como demanda del presenEsto se debe principalmente al rol que tuvo este movimiento te; el sostenimiento tanto de programas de acompañamientos en los 70. En años precedentes se había convertido en un ac- a los procesos por crímenes de lesa humanidad, así como de tor central de la política del país y había logrado cuestionar programas de Memoria y Verdad del Ministerio de Justicia. la autoridad al interior de los establecimientos laborales. La mayoría de los trabajadores secuestrados y/o desaparecidos El trabajo de los organismos de DDHH va a seguir en ese pertenecían a un movimiento fuertemente organizado y con camino, un camino que viene construyendo hace 40 años. diversas facetas políticas (en Tucumán, por ejemplo, Atilio Y es deber del Estado hacer carne ese camino para asegurar Santillán, Leandro Fote, entre otros, llegaron a ocupar cargos un estado de derecho y para que el Nunca Más, pronunciado de Diputado Nacional). Este poder político en ascenso, así hace más de tres décadas, sea efectivo. como su impronta de lucha por mejoras salariales y laborales en general, fue visto como una amenaza para los militares pero también como un fuerte obstáculo para los sectores empresariales. Sólo de esta manera es posible comprender las líneas represivas desarrolladas por los grupos económicos en el marco y de la mano del terrorismo de Estado. *Coordinadora Área de Memoria de Andhes *Director Adjunto de Andhes


24

Cine & Arte

Carol (2015), drama romántico británico-estadounidense, dirigido por Todd Haynes y protagonizado por Cate Blanchett y Rooney Mara

Lo que queda del amor. Notas sobre Carol y el código Haynes Aldo Ternavasio propone un recorrido por los itinerarios de un film que interpela con belleza y sutileza a la contemporaneidad

N

o deja de ser significativo el hecho de que cada vez que en una conversación se menciona la última película de Todd Haynes, Carol, surja inmediatamente la comparación con La chica danesa. Esta última goza de una estima abrumadoramente mayor que Carol, la obra maestra de Haynes. Al menos entre espectadores no “especialistas”. Sin emPor Aldo Ternavasio bargo, si se tuviera que confrontar La chica Danesa con otro film, quizá sería más productivo hacerlo con otra obra maestra, la del director portugués João Pedro Rodrigues, Morir como un hombre. La película de Tom Hooper es básicamente un biopic, es decir, un drama biográfico de lucha contra la adversidad. En este caso un drama de género por partida doble. Por su inscripción en un sistema de convenciones y por el conflicto de su protagonista, una pionera de la transexualidad. Desde un punto de vista estético, es difícil ignorar la presencia de esa modalidad que, de tanto en tanto, recrudece en la industria y que en más de una oportunidad a lo largo de la historia del cine puso a los jóvenes realizadores en estado de alerta y movilización. Es el cinéma de qualité. Una tendencia hacia lo “bien hecho” que podríamos denominar “lo estéticamente correcto” que, evidentemente suele ser la contraparte de propuestas políticas y moralmente también correctas. Lo políticamente correcto, se podría decir, no es lo malo, sino lo bueno con una vuelta de tuerca menos. Es lo justo para emocionarnos aunque con sentimientos lo suficientemente holgados como para no incomodarnos. El problema es que hay algo falso en esto porque la verdad siempre incomoda un poco. No porque inevitablemente sea decepcionante sino en todo caso porque sea como sea, decepcionante o no, no se puede evitar. En La chica danesa no se deja de tener la sensación de que tanto sufrimiento era evitable.Y es

cierto que lo era, así que mientras la película nos lo recuerda señalándonos prejuicios e indolencias, al mismo tiempo no deja de reconfortarnos como espectadores justos. El cine de calidad garantiza ese retorno de lo reconfortante sin que tengamos que dar algo a cambio. Al menos algo más que la entrada del cine. No es el caso del largometraje de Haynes que trae al cine la segunda novela de Patricia Highsmith. Publicada en 1952 como El precio de la sal y bajo el seudónimo Claire Morgan, la novela de Highsmith toma como punto de partida una anécdota personal. En diciembre de 1948 ya había terminado su primera novela, Extraños en el tren, un relato policial cuyos derechos, como sabemos, serán adquiridos por Hitchcock luego de ser publicada dos años más tarde. Pero ese año, unas semanas antes de navidad y acuciada por la falta de dinero, la joven escritora decide tomar un trabajo de vendedora en unos almacenes de Manhattan. Asignada a la sección de muñecas, Highsmith queda impactada por la aparición de una sofisticada mujer que se acerca a comprar un regalo. Deslumbrada por esa aparición casi irreal, tal como lo cuenta la propia escritora, ese día saldrá del trabajo y luego de llegar a su departamento compondrá de corrido el argumento de la novela. Ocho páginas febrilmente redactadas sobre la historia de amor entre Carol, una clienta y Therese, una escenógrafa que circunstancialmente trabaja de vendedora en aquellos almacenes. Literalmente febril. Mientras escribía cayó enferma de varicela. Luego de concluir el texto, Highsmith no quiso publicarlo con su nombre porque temía quedar asociada a un tipo de novela que no era al que deseaba consagrarse. Sin embargo, debido al éxito que tuvo, la segunda edición salió con el título actual, Carol y con el nombre de la escritora. Un aleteo en el enunciado genera huracanes en la enunciación.


Sesenta años después, en Carol, la película, todo resulta extremadamente simple. Pero simple no quiere decir fácil. Si bien su puesta en escenaes generosa en sutilezas, al espectador poco dispuesto a dar algo de su parte puede resultarle demasiada dócil. Nada de eso. Si todo parece evidente es porque los signos de lo que no lo es, tampoco lo son. Es en esta no evidencia de lo no evidente en lo que Haynes nos pide algo a cambio. ¿A cambio de qué? A cambio de toda esa belleza. A cambio de toda esa belleza nos pide, por ejemplo, que veamos en esos espacios ligeramente descentrados, no el preciosismo de la composición sino la oscuridad que la presiona y que solo en apariencia disimula, o en esos juegos de transparencias cromáticas, no un festín de impresiones sino el asedio de las opacidades que se ocultan entre ellas. Pero lo que Haynes pide es fundamentalmente tiempo. Tiempo para que los indicios de lo no evidente comiencen a acumularse y formen esa corriente subterránea que, sin que lo advirtamos, nos arrastra junto a Carol. Esta sutileza no es un capricho ni un test de presuntuosa inteligencia cinematográfica. Es algo inherente al drama de las protagonistas que a toda costa deben evitar que lo no visible desborde lo visible. En este sentido, una suerte de simetría inversa conecta a las protagonistas con el espectador quien deberá evitar que lo visible lo prive de lo no visible. Quizás por esto Carol no se dirija a cualquier espectador, sino a ese que se reconoce en los indicios siempre inciertos de lo no visible y que debido a ello, acepta la vulnerabilidad en la que lo coloca la sobreabundancia de visibilidad propia de la imagen contemporánea. Amar lo que se desea mirar más allá de las normas sociales del ver. El drama de las amantes reverbera en el drama de los espectadores, la discreción de la mirada frente al poder del espectáculo. Me gustaría llamar a esa puesta en simetría, el código Haynes. Entre otras cosas,el código Haynes hace que recién a los tres cuartos del relato, al final del segundo acto y justo en el giro hacia el tercero, se nos ofrezca la primera y única escena de sexo. Carol, la película, nos pide ese tiempo y Haynes acierta al ser consecuente con ella. Nada nos asegura que no se hayan acostado antes. Simplemente no lo sabemos. Porque de lo que se trata para Carol, la heroína, no es de encontrar la libertad para gozar de su cuerpo y del de Therese, sino de encontrar la forma de vida que expanda ese goce hacia todo lo que los cuerpos son capaces de prodigar a una vida. Algo sin duda escandaloso para nuestra época, algo que la moral dominante prefiere evitar: el amor. Entendemos ahora que si Carol se proyecta hacia ese universo que para el cine todavía es (sólo en apariencia) clásico no lo hace por una nostalgia formal sino porque sólo a partir del anacronismo podrá encontrar su verdad. Pero cuando aceptamos adoptar el código Haynes, se hace evidente que el anacronismo ya no es el lesbianismo en los ‘50 sino el amor en la contemporaneidad. Algo que definitivamente, al menos al cine, cuesta narrar. Una de las referencias visuales del film es el pintor norteamericano Edward Hopper, el pintor de la soledad femenina moderna. Mujeres para las que ya no hay un lugar quizá sobre todo porque ya no quieren el que se les asignaba. Hay a mi juicio una consonancia entre los grandes espacios desiertos de Western como los que atraviesa John Wayne en The Searchers y los grandes desiertos en los espacios arquitectónicos de Hopper. Es como si para él lo femenino fuese la última frontera de la cultura de posguerra y esas mujeres que quisieran conquistar el territorio más allá de ella, las últimas pioneras. Pioneras sin 7° de caballería, por supuesto. Las rastreadoras de sí mismas. De estas imágenes emana una melancolía que gira alrededor de los personajes y de la historia como un satélite

imperceptible que, no obstante, no deja de ejercer su influencia sobre la marea de sentimientos que se desplazan por el relato. Esa melancolía, que por cierto está en el extremo opuesto a la de Lars von Triers, no proviene de Carol ni deTherese que, efectivamente, lo último que parecen estar dispuestas a hacer es a dejarse empantanar en ella. Ambas están dispuestas a luchar por lo que quieren y a afrontar las consecuencias de sus elecciones. Es probablemente el propio relato el que encuentra en la historia de amor un objeto irremediablemente perdido. Quizás por esto, para Haynes carezca de atractivo la alternativa de adaptar la historia al presente y sólo encuentre en la década del cincuenta -esa suerte de prehistoria de la contemporaneidad-, la auténtica escala del acto de Carol. Acto propiciado por la ruin extorsión de su patético ex marido. Ella deberá decidir qué hacer con ese encuentro fortuito pero definitivo con Therese para, a partir de allí, poner en juego en cada uno de los pormenores que conformaran su cotidianeidad por venir, los trazos de lo que será la verdad de su vida. No resulta fácil imaginar la dimensión de ese acto en el contexto de la cultura contemporánea. La expresión exacta es que hoy resulta inverosímil. Surge así una pregunta. ¿Cómo logra Haynes recobrar esa dimensión del acto de amor? Hay un cortocircuito del que se sirve Haynes. Por un lado está la serie del amor doble o triplemente clandestino por su carácter extramatrimonial, femenino y lésbico. Aquí se juega gran parte del drama de Carol. Pero erraríamos en lo esencial si no viéramos por otro lado, cómo se va hilvanando otra serie, quizá mucho más clandestina para nosotros, que es la fidelidad al amor como un encuentro capaz de producir la verdad de una vida mientras es vivido. Esto no quiere decir, desde luego, que el amor sea la única manera de producir la verdad de una vida. Sin embargo, si algo nos deja Carol es la necesidad de preguntarnos hasta qué punto la contemporaneidad está predispuesta a tolerar esa verdad. Porque la clave está en interrogarnos cómo se relacionan estas dos series. Cómo una serie solapa a la otra hasta que ya no puede hacerlo más. Es ese no-poder-solaparlo-más lo que se transforma en una poderosa revelación. Así la historia de amor lésbico, interclase en los ’50 se transforma sencillamente en una historia de(l) amor. Carol, en un acto que no es ni sacrificial ni narcótico ni desafectado (los tres tópicos del drama amoroso actual), disuelve la escena en la que se desarrollaba su vida hasta ese instante. Al hacer esto se desplaza hacia una nueva escena que aún no ha comenzado a desplegarse. Esta nueva escena está habitada, al menos en parte, por las mismas personas, los mismos objetos, los mismos lugares y los mismos pasados. Igual, y pese a ello, es enteramente distinta. Tan proyectada hacia el futuro como hacia la reescritura del pasado. Todos los roles habrán cambiado. Si lo que ahora comienza todavía no tiene guión es porque sólo existe como puro impulso, como la promesa de una promesa, como algo que habrá sido una historia después de reinventar lo que es una historia. Porque lo que comprende Carol, sola, en ese severo despacho de abogados, en ese espacio saturado de una virilidad rancia en la que impera la doctrina de la destrucción mutua garantizada, es que una vida finalmente sólo se apoya en sí misma y sólo así, al final, habrá podido producir su verdad. Carol no puede cambiar la Ley, al menos no en lo que concierne a los otros. Pero sí puede impregnarla con su verdad. Carol, la película de Haynes, no narra la fidelidad posterior a esa verdad. Sólo la muestra cuando irrumpe. La deja aparecer. *Ensayista. Docente Escuela de Cine UNT.


Poema

En un andamio está la cruz de la existencia el vuelo sin regreso la salida sin tiempo En un andamio se dirimen los regresos los amores filiales las cartas, las mentiras y verdades En un andamio se reparten trabajo, retribución y sueños y el desatado cordón hacia la nada En un andamio está el mundo su arquitectura de concreto su concreta elevación de muros y ventanas todas humanas para diseñar la nada: cobijo y desamparo En un andamio está el salto la imprevista decisión del andamiante no es deporte es dislocada nota es ruptura de la pared, la ventana membrana celular del mundo humano El andamio es presilla de la vida pero también es trampolín desajustado es caída sea suicidio o accidente

Cartas de París

(Psicoanalista y escritora)

Por Rosana Aldonate

26

25 17


Las revistas culturales independientes

NO NOS VENDEMOS porque vos nos bancás!

Por una ley que promueva y fortalezca la comunicación cultural autogestiva

Los medios culturales independientes gráficos y virtuales representamos la diversidad que garantiza el libre flujo informativo. Crecimos y nos sostemos con el apoyo de nuestro lectores. Ahora, nos organizamos para exigir que se democratice el mercado con una ley que garantice inuestro libre funcionamiento y ponga límites a las mafias corporativas que pretenden controlar nuestra circulación.

· Reconocimiento del Estado de la inversión autogestiva: exención impositiva · Creación de un fondo destinado al sector equivalente al 20% de la pauta oficial. · Inclusión de la experiencia de la edición cultural independiente y autogestiva en los planes de estudios primarios, medios y superiores.

www.revistasculturales.org


Intendencia Javier Noguera


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.