Revista Pastoral Popular Nº340

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Teología de la Liberación

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constituyeron las condiciones básicas de la posibilidad de la teología latinoamericana de la liberación, junto con una nueva perspectiva para leer la Biblia y un compromiso de la Iglesia en su conjunto con la causa de los pobres, que se expresó en las conferencias de Medellín y Puebla.

en Jesucristo. Se establece así una misteriosa conexión entre el pobre y Cristo, entre la presencia del Señor crucificado en los rostros de los crucificados de este mundo. Esta es la experiencia fundante de la TL, de la cual brota y sin la cual no hay verdadera TL.

2. Identidad y originalidad de la TL

2.1. El testimonio de la praxis y el aporte teológico de Ronaldo

Los teólogos de la TL han presentado su reflexión teológica como una nueva manera de hacer teología. La identidad específica y el aporte propio es de orden metodológico, aun cuando el método también influye en el contenido. Gutiérrez define la teología “como una reflexión crítica sobre la praxis histórica de los pobres iluminada por la Palabra de Dios vivida y aceptada por la fe”. Surge aquí la importancia de la “praxis”, que es la expresión concreta y verificable del amor a Dios y al prójimo en la vida ordinaria y en las luchas contra las diferentes formas de opresión y a favor de la liberación.

Ronaldo vivió como nadie esta inserción en la vida del pueblo y se identificó con sus sufrimientos y esperanzas. Vivió aquí en La Granja, en el sur de Chile y en Lo Espejo muy cercano a los pobres y aprendió de ellos como lo dijo muchas veces. Desde la fe se hizo cargo de los sufrimientos y aspiraciones de los pobres, especialmente de los niños y de los jóvenes. Sufrió con ellos por los efectos del neoprén y de otras drogas que causan efectos terribles en los jóvenes. Nunca se dejó llevar por la amargura, contagiaba con su buen humor y consiguió realizaciones importantes como la Casa Azul.

La teología, por lo tanto, no brota tanto de un interés científico o académico, sino de la preocupación por el sufrimiento y la opresión de los pobres, iluminada por la palabra bíblica del Dios de los pobres y de la identificación de Jesús con los pobres en su persona, su estilo de vida y en su misión. Las distintas formas de opresión y de dominación son la expresión histórica del pecado y los cristianos, guiados por su fe, se abren a la gracia gratuita de la salvación o liberación de Dios

Ronaldo vivió una profunda inserción con los movimientos sociales de liberación y aprendió de los pobres para aterrizar el gran aporte teológico dentro de la perspectiva de la TL. Ronaldo fue profesor de teología en la Facultad de Teología de la Universidad Católica, miembro del equipo de reflexión de la CLAR y dictó cursos y conferencias en distintos países de América, en África y en otros continentes. Como miembro de Amerindia se integró con los equipos de teólogos

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Teología de la Liberación

4 asesores en las Conferencias Episcopales de Puebla, Santo Domingo y Aparecida.

espirituales que coinciden y actualizan los postulados de la TL.

3. La grave crisis de 1984

4. Repensar la TL a la luz de los actuales signos de los tiempos

El 3 de septiembre de 1984 la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó una Instrucción con una dura crítica a la TL. La acusaba de infiltración marxista, politización radical de la fe e incluso dudas sobre la divinidad de Jesucristo. El efecto negativo de esta Instrucción fue inmenso. Por una parte, los sectores conservadores, dentro y fuera de la Iglesia, se alegraron y consideraron ese documento como un triunfo desde su perspectiva. Los teólogos de la liberación, por su parte, no se sintieron interpretados con un documento tan negativo. Teólogos, obispos, intelectuales, cardenales y otras personalidades rechazaron públicamente el documento exponiendo razones personales y doctrinales muy valederas.

Como hemos dicho anteriormente la TL nace de una nueva experiencia de fe a partir del análisis de la realidad y de la iluminación bíblica liberadora. Hoy día se han producido grandes cambios al nivel del análisis de la realidad que impulsan también a algunos cambios en la reflexión teológica, sin renunciar a las intuiciones fundamentales. Nos proponemos aquí señalar algunos de esos nuevos desafíos. 4.1. Un nuevo contexto social

Con la caída del muro de Berlín en 1989 cayeron también muchas utopías y proyectos de cambio y transformación. Se impuso el neoliberalismo y nos hemos quedado sin El rechazo fue tan grande que la misma Congregación un modelo alternativo. Esta crisis profunda nos lleva a de Roma se sintió obligada dos años más tarde a escribir revisar nuestros métodos y nuestros análisis. Uno de otro documento en 1986, rectificando la primera y con ellos se refiere al análisis que utilizó la TL. Hoy día nos una interpretación más positiva del proceso social de damos cuenta que debemos ir más allá de los análisis liberación y de la perspectiva teológica liberadora. Más sociales, económicos y políticos. Hay que completarlos aun, el Papa Juan Pablo II escribió una carta pública con el análisis antropológico, cultural, de género y a todos los obispos de Brasil donde afirmó que “la ecológico. Hay que completar los aportes de la razón TL, bien entendida no sólo es conveniente sino útil y analítica de la modernidad y de la razón instrumental necesaria”. A pesar de todo esto, las consecuencias de de la ilustración con el aporte de la razón simbólica, Editorialfueron devastadoras. Muchas esa intervención oficial cordial y emocional, que es más amplia y polisémica. Al prójimo como ya tisacerdotes mismo 01 grandes personas, especialmente obispos se Esta apertura a la razón simbólicaPágtiene quedaron con la Tprimera Instrucción e ignoraron la eología de la Liberación segunda. Prevaleció Itinerarios que la TL de había sido condenada y la teología de la liberación y el aporte de Ronaldo Muñoz Pág 02 esa impresión ha durado por 30 años. Sergio Torres González

Teologíasociales Feminista liberadores, en las En los movimientos comunidades de base y entre los teólogos y teólogas de Las Teologías Feministas como prácticas del Evangelio de Jesús la liberación el efectoDno fue tan negativo. El movimiento oris Muñoz liberador permaneció vigente y activo, la TL se mantuvo T eología Indígena y se extendió hacia otros ámbitos y surgieron nuevos La perspectiva Liberadora la Teología India / Indígena actores y sujetos teológicos. Más aun, algunos de aspectos fundamentales de laSTL como la opción por los pobres ofía Chipana Quispe y la crítica al sistema económico fueron asumidos en Ecoteología algunos documentos oficiales de Juan Pablo II y de los Ecoteologia Episcopados de muchos países. de la Liberacion: ¿vertiente o fuente?

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Rogelio A. Correa S.

Pero no se puede Rnegar eseña que la TL vio disminuida su fuerza y su influencia en de la Iglesia y visible Flores Sangre oficial - de Judith Ress y en muchos países y sectores fue considerada como Ivone Gebara una corriente del pasado y sin vitalidad. La elección Coyuntura del Papa Francisco ha traído nuevo aliento a esta corriente teológica. El énfasis y la insistencia del Papa Carta de apoyo al Papa Francisco por la opción por los pobres, la dura condenación delcolusiones P. Luis Roblero, a propósito de las sistema económico neoliberal y la propuesta de renovar 25 aniversarios de la publicación de la agenda latinoamericana... el seguimiento de Jesucristo liberador como elemento fundamental del discipulado son aspectos doctrinales y Pastoral Popular

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Editorial

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Al prójimo como a ti mismo Judaísmo : “Lo que es desagradable, no se lo hagas al prójimo” (Talmud, Shabbat 81a) Sijismo : “No soy un extraño para nadie y nadie es un extraño para mí” (Gurú Grand Shehib S. 1290) Zoroastro : “No le hagas a otro lo que a ti te daña” (Shayast-na-Shayast 13.29) Hinduismo : “No le hagas a los demás nada que no te harías a ti mismo para evitar el sufrimiento. Esta es la esencia de toda moral” (Mahabharata 5,15,17) Jainismo : “Debes tratar a cualquier ser viviente como tú quieres ser tratado” (Mahavira Sutrakritanga 1,11,3) .” Budismo : “No trates a otros de una manera de la que tú piensas que te ofendería o dañaría a ti” (Buddha, Udana-Varga 5,18) Taoismo : “Considera el éxito de tu prójimo como tu éxito y su fracaso como tu fracaso” (T’ai-Shang Kang-ying P’ien)

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n amigo nos compartió estas sentencias por Internet. Vienen bien como variaciones de un tema que se nos había vuelto manido, redundante, aburrido y hasta olvidado, por inútil. ¿Inútil? Sí, porque los que van de a caballo lo olvidaron, ¿qué nos queda entonces a los que vamos de a pie? ¿No nos están engañando los mandamases – diciéndonos que vayamos a la iglesia a que el cura nos predique el amor del prójimo, para que no les robemos a ellos? Vieja costumbre de patrones de fundo pechoños que creíamos olvidada en tiempos de globalización: cortes de género para las Hijas de María, ternos para los Socios de San José, todo para “la Pascua”, con tal que tuvieran anotada su asistencia a las misas contratadas durante el año. Los hijos de los hijos de aquellos patrones – ¿ingenuos o convencidos? - se pasan ahora de listos: primero, durante veinte o más años financian a un cura que les entrega cuarenta nuevos curitas flamantes para predicar los mandamientos de la honradez y las buenas costumbres y, por lo mismo, alejar el comunismo definitivamente de las mentes de pobladores, marinos mercantes, mineros, trabajadores forestales y aborígenes. Así ellos pueden extraer sin problemas laborales las riquezas de suelo, mar, tierra, lagos y ríos. Mientras tanto, han ganado por añadidura la “indulgencia” de una iglesia a ellos sometida por sus favores. No importa que el cura en cuestión llevara de tapadita, mojigata y santurrona, a lo Tartufo, unas costumbres nada santas. Lo importante es que apoyó al régimen que les facilitó a ellos, los mandamases de siempre y los nuevos de ahora, las granjerías y privilegios que los hicieron ricos. Segundo, se las amañaron para que no toda la moral

se traspasara a las leyes. Por ejemplo, la moral de no dañar al prójimo más pobre mediante el encarecimiento de productos de primera necesidad. A esa ley moral no le corresponde, hasta ahora, ninguna figura jurídica de delito. Ellos se han paseado con “sus” representantes en los salones y pasillos del Congreso para convencerles, mediante apoyos financieros para sus campañas, de que tal figura jurídica de una ley moral, en este caso, no era necesaria. Ahora sí, asustados por la reacción popular, quieren dársela a toda prisa y con suma urgencia. (De paso, los lobitos en ciernes se precaven, por las dudas, de otros lobos viejos y más poderosos). Estábamos consternados de lo que está pasando. Hasta que un capellán de cárceles, el P. Roblero, salió con voz profética a denunciar lo que nos deprime: tantos años de enseñanza del catecismo parecen inútiles cuando los supuestamente catequizados se olvidan del evangelio al delinquir explotando al prójimo para acumular más y más riquezas, sin fin; y éstos no son castigados, sino sólo otros que también delinquen, pero carecen de la protección del renombre y del poder financiero, civil, militar y hasta religioso de iglesias a su servicio. También las citas compartidas por un amigo que encabezan este artículo nos devuelven el alma al cuerpo. Ellas nos muestran que Jesús no está solo con su evangelio, sino que él es portavoz de un mensaje intuido por la sabiduría de muchos pueblos. Su mensaje no es inútil. Hace falta sólo activarlo. Para las circunstancias del aquí y ahora. Por una iglesia que no sea de los poderosos ni de los obispos que están con ellos, sino nazca siempre de nuevo del corazón más profundo de lo humano. PP.

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Itinerarios de la teología de la liberación y el aporte de Ronaldo Muñoz Sergio Torres González Teólogo

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on motivo de un nuevo aniversario de la partida del recordado amigo y teólogo de la liberación, Ronaldo Muñoz, se realizó el II Encuentro Teológico en su memoria en la Parroquia San Pedro y San Pablo de la comuna de La Granja los días 3 y 4 de octubre de 2015. En esa oportunidad un numeroso grupo de personas se reunió para recordar su memoria y verificar la actualidad y vigencia de esa corriente teológica liberadora. Sergio Torres, teólogo y amigo de Ronaldo Muñoz inauguró el II Encuentro 2015 con la siguiente introducción. 1. El origen histórico de la TL La Teología de la Liberación nació en la década de los cincuenta y de los sesenta en América Latina y El Caribe. La expresión histórica y literaria más visible fue la publicación del libro del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez “Teología de la Liberación. Perspectivas”. Ese libro fue el reflejo y la expresión de un poderoso movimiento social de esa época que se expresó en dos aspectos:

dirigentes políticos y que fue muy influenciada por la victoria de la revolución cubana en ese país. (b) Por otro lado un hecho muy importante fue la presencia activa de sectores significativos de cristianos en los procesos de liberación, sin renunciar por ello a su experiencia religiosa, al núcleo básico de su fe en Jesucristo liberador. Estos dos movimientos

(a) Por un lado, se produjo lo que se ha llamado la “irrupción de los pobres” y de los postergados en todo el continente. Ese fenómeno consistió en la toma de conciencia generalizada y progresiva de la situación de dependencia de los pueblos latinoamericanos y de la posibilidad de liberarse de esa dominación mediante la organización y la lucha social y política por su propia liberación. Fue como una corriente arrolladora que se extendió por nuestras tierras, que incluyó principalmente a los jóvenes, a los trabajadores, a intelectuales y Pastoral Popular


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constituyeron las condiciones básicas de la posibilidad de la teología latinoamericana de la liberación, junto con una nueva perspectiva para leer la Biblia y un compromiso de la Iglesia en su conjunto con la causa de los pobres, que se expresó en las conferencias de Medellín y Puebla.

en Jesucristo. Se establece así una misteriosa conexión entre el pobre y Cristo, entre la presencia del Señor crucificado en los rostros de los crucificados de este mundo. Esta es la experiencia fundante de la TL, de la cual brota y sin la cual no hay verdadera TL.

2. Identidad y originalidad de la TL

2.1. El testimonio de la praxis y el aporte teológico de Ronaldo

Los teólogos de la TL han presentado su reflexión teológica como una nueva manera de hacer teología. La identidad específica y el aporte propio es de orden metodológico, aun cuando el método también influye en el contenido. Gutiérrez define la teología “como una reflexión crítica sobre la praxis histórica de los pobres iluminada por la Palabra de Dios vivida y aceptada por la fe”. Surge aquí la importancia de la “praxis”, que es la expresión concreta y verificable del amor a Dios y al prójimo en la vida ordinaria y en las luchas contra las diferentes formas de opresión y a favor de la liberación.

Ronaldo vivió como nadie esta inserción en la vida del pueblo y se identificó con sus sufrimientos y esperanzas. Vivió aquí en La Granja, en el sur de Chile y en Lo Espejo muy cercano a los pobres y aprendió de ellos como lo dijo muchas veces. Desde la fe se hizo cargo de los sufrimientos y aspiraciones de los pobres, especialmente de los niños y de los jóvenes. Sufrió con ellos por los efectos del neoprén y de otras drogas que causan efectos terribles en los jóvenes. Nunca se dejó llevar por la amargura, contagiaba con su buen humor y consiguió realizaciones importantes como la Casa Azul.

La teología, por lo tanto, no brota tanto de un interés científico o académico, sino de la preocupación por el sufrimiento y la opresión de los pobres, iluminada por la palabra bíblica del Dios de los pobres y de la identificación de Jesús con los pobres en su persona, su estilo de vida y en su misión. Las distintas formas de opresión y de dominación son la expresión histórica del pecado y los cristianos, guiados por su fe, se abren a la gracia gratuita de la salvación o liberación de Dios

Ronaldo vivió una profunda inserción con los movimientos sociales de liberación y aprendió de los pobres para aterrizar el gran aporte teológico dentro de la perspectiva de la TL. Ronaldo fue profesor de teología en la Facultad de Teología de la Universidad Católica, miembro del equipo de reflexión de la CLAR y dictó cursos y conferencias en distintos países de América, en África y en otros continentes. Como miembro de Amerindia se integró con los equipos de teólogos

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4 asesores en las Conferencias Episcopales de Puebla, Santo Domingo y Aparecida.

espirituales que coinciden y actualizan los postulados de la TL.

3. La grave crisis de 1984

4. Repensar la TL a la luz de los actuales signos de los tiempos

El 3 de septiembre de 1984 la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó una Instrucción con una dura crítica a la TL. La acusaba de infiltración marxista, politización radical de la fe e incluso dudas sobre la divinidad de Jesucristo. El efecto negativo de esta Instrucción fue inmenso. Por una parte, los sectores conservadores, dentro y fuera de la Iglesia, se alegraron y consideraron ese documento como un triunfo desde su perspectiva. Los teólogos de la liberación, por su parte, no se sintieron interpretados con un documento tan negativo. Teólogos, obispos, intelectuales, cardenales y otras personalidades rechazaron públicamente el documento exponiendo razones personales y doctrinales muy valederas. El rechazo fue tan grande que la misma Congregación de Roma se sintió obligada dos años más tarde a escribir otro documento en 1986, rectificando la primera y con una interpretación más positiva del proceso social de liberación y de la perspectiva teológica liberadora. Más aun, el Papa Juan Pablo II escribió una carta pública a todos los obispos de Brasil donde afirmó que “la TL, bien entendida no sólo es conveniente sino útil y necesaria”. A pesar de todo esto, las consecuencias de esa intervención oficial fueron devastadoras. Muchas personas, especialmente obispos y sacerdotes se quedaron con la primera Instrucción e ignoraron la segunda. Prevaleció que la TL había sido condenada y esa impresión ha durado por 30 años.

Como hemos dicho anteriormente la TL nace de una nueva experiencia de fe a partir del análisis de la realidad y de la iluminación bíblica liberadora. Hoy día se han producido grandes cambios al nivel del análisis de la realidad que impulsan también a algunos cambios en la reflexión teológica, sin renunciar a las intuiciones fundamentales. Nos proponemos aquí señalar algunos de esos nuevos desafíos. 4.1. Un nuevo contexto social Con la caída del muro de Berlín en 1989 cayeron también muchas utopías y proyectos de cambio y transformación. Se impuso el neoliberalismo y nos hemos quedado sin un modelo alternativo. Esta crisis profunda nos lleva a revisar nuestros métodos y nuestros análisis. Uno de ellos se refiere al análisis que utilizó la TL. Hoy día nos damos cuenta que debemos ir más allá de los análisis sociales, económicos y políticos. Hay que completarlos con el análisis antropológico, cultural, de género y ecológico. Hay que completar los aportes de la razón analítica de la modernidad y de la razón instrumental de la ilustración con el aporte de la razón simbólica, cordial y emocional, que es más amplia y polisémica. Esta apertura a la razón simbólica tiene

En los movimientos sociales liberadores, en las comunidades de base y entre los teólogos y teólogas de la liberación el efecto no fue tan negativo. El movimiento liberador permaneció vigente y activo, la TL se mantuvo y se extendió hacia otros ámbitos y surgieron nuevos actores y sujetos teológicos. Más aun, algunos aspectos fundamentales de la TL como la opción por los pobres y la crítica al sistema económico fueron asumidos en algunos documentos oficiales de Juan Pablo II y de los Episcopados de muchos países. Pero no se puede negar que la TL vio disminuida su fuerza y su influencia en la Iglesia oficial y visible y en muchos países y sectores fue considerada como una corriente del pasado y sin vitalidad. La elección del Papa Francisco ha traído nuevo aliento a esta corriente teológica. El énfasis y la insistencia del Papa por la opción por los pobres, la dura condenación del sistema económico neoliberal y la propuesta de renovar el seguimiento de Jesucristo liberador como elemento fundamental del discipulado son aspectos doctrinales y Pastoral Popular


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grandes consecuencias para la TL. El pueblo necesita pan, pero también requiere flores y fiesta, trabajo y ternura, belleza, salud y respeto a la tierra, resistencia y esperanza, hay que completar el análisis social con las cuestiones de género, corporalidad y afectividad, cultura, religión y ecología. 4.2. Una nueva iluminación teológica Desde diversos lados está llegando el clamor para proponer algunos cambios en la orientación del contenido teológico de la TL, sin renunciar a sus opciones fundamentales como la opción por los pobres y el seguimiento de Jesús liberador. El cambio propuesto se relaciona nada menos que con el núcleo básico del mensaje liberador de Jesucristo, con su relación con el reino de Dios. La TL ha reafirmado con fuerza esa opción de Jesús con el reino como el objetivo fundamental de su misión en la tierra. Algunos teólogos actuales nos dicen que el reino de Dios no se puede definir solamente a partir de Jesucristo. Proponen que siguiendo la tradición bíblica, la experiencia del mismo Jesús y la teología oriental hay que definir el reino también a partir del Espíritu. El reino implica la acción del Espíritu en nuestra historia, que actúa desde abajo y desde dentro, con una estructura pascual y siempre con nuevas formas de presencia. La TL, se nos dice, que tiene que completar su cristología y eclesiología con la pneumatología. Esta es una gran y hermosa tarea que se nos presenta por delante. 4.3. Una nueva praxis liberadora En los años ‘70 y ‘80, cuando nació la TL, se hablaba de un cambio de estructuras y de un camino al socialismo. En cierto sentido se sacralizó al pueblo y se creía que la transformación de la sociedad estaba a la vuelta de la esquina. Los duros años de las dictaduras y la caída del muro de Berlín trajeron desilusión y desesperanza a lo largo y ancho del mundo. Hoy día estamos sin un horizonte concreto hacia el cual caminar. Han caído los grandes relatos y tenemos solamente pequeños

relatos, pequeñas narraciones liberadoras de la vida cotidiana que igualmente nos vinculan con el proyecto del reino. Esta situación plantea nuevos desafíos a la praxis de los cristianos. Hoy día no hay partidos políticos capaces de tomarse el poder y la conciencia política y sindical de los trabajadores decayó enormemente. Trabajosamente estamos buscando las nuevas modalidades de nuestra praxis sin renunciar a algunos elementos de la utopía y de la esperanza. Hay que seguir denunciando el actual sistema como excluyente de las grandes mayorías y del descarte de grandes sectores, como dice el Papa Francisco. Hay que apoyar los nuevos movimientos sociales y poner como una gran prioridad el cuidado y la defensa de la creación como nos propone la Encíclica Laudato si’. Hay que escuchar tanto el grito y sufrimiento de los pobres como el grito y sufrimiento de la tierra. 4.4. Nuevas expresiones teológicas liberadoras Hay que empezar desde abajo, desde la vida cotidiana, con cambios pequeños que vayan transformando la realidad para rehacer un nuevo tejido social, cultural y eclesial. Hay que construir una espiritualidad de resistencia cultural, ética y espiritual como expresión del seguimiento de Jesús en el complicado y difuso escenario social y cultural en que nos movemos. Esta forma de resistencia cultural se ha expresado en los nuevos sujetos y actores sociales y teológicos que han venido a completar la historia de los primeros sujetos teológicos de la TL en su momento inicial. Hoy día los sectores indígenas y afroamericanos del continente y en particular las mujeres han levantado su voz con una fuerza increíble, han remecido los pilares de la TL tradicional y se han expresado en nuevas corrientes liberadoras, como la teología feminista, indígena, afroamericana y ecoteología. Estas corrientes son fieles a las intuiciones iniciales, pero al mismo tiempo ponen al descubierto nuevas formas de opresión y nuevas luchas de liberación y se han expresado con lenguajes y estilos alternativos y complementarios que se expresan en lo que hoy se llaman las diferentes teologías liberadoras. Este II Encuentro de reflexión teológica que recuerda al querido y recordado amigo Ronaldo Muñoz nos encuentra en un momento de optimismo y esperanza con la presencia y liderazgo del Papa Francisco que abre una nueva y promisoria etapa para estas teologías liberadoras. En el transcurso del día de hoy escucharemos intervenciones sobre la teología indígena y sobre la teología feminista. Completaremos este II Encuentro con un vía crucis ecológico para denunciar los pecados contra la madre tierra y para invitarnos a todos a un proceso permanente de conversión ecológica.

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Teología Feminista

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Las Teologías Feministas como prácticas del Evangelio de Jesús: irrupción de una novedad que libera no sólo a mujeres Doris Muñoz Teóloga - Educadora

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na cuestión previa es aclarar ¿Qué entendemos por feminismo? ¿Qué imágenes se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en mujeres feministas? Es necesario partir con la pregunta, porque aún existen muchos prejuicios respecto del concepto… Aún se asocia con mujeres “marimachas”, “amachadas”, “contra hombres”!! En realidad, las feministas somos mujeres con conciencia crítica que nos hemos dado cuenta de las discriminaciones que hemos vivido históricamente, por ser mujeres, en una sociedad “construida” patriarcalmente. Esta es una realidad que ha provocado y provoca mucho dolor, incluso la muerte, de miles de mujeres en América Latina, continente aún mayoritariamente cristiano. Consideramos esto una flagrante injusticia que denunciamos de todos los modos posibles y -por ello- cree-

mos que es una tarea evangélica de deconstruir la visión patriarcal instalada también en los discursos teológicos que han excluido la experiencia y visión crítica de las mujeres creyentes. En esta línea, más bien habría que decir que el discurso teológico dominante se ha usado para legitimar un tipo de injusticia que –a todas lucesva en contra de la experiencia que nos muestra Jesús en los evangelios. Las teologías feministas luchan en contra de esa discriminación. Felizmente, en la actualidad cada vez son más hombres los que se suman a esta lucha y, de paso decir entonces que el feminismo no es sólo cuestión de mujeres, sino una cuestión de dignidad humana que nos afecta a todas y todos. ¿Por qué tener que hablar de luchas feministas después del anuncio del Evangelio de Jesús? ¿Qué ha pasado con el anuncio de “Buenas Nuevas” que hemos tenido que hablar de Teologías de Liberación desde las personas excluidas? Pareciera ser que es porque –históricamente- las grandes mayorías que somos las personas excluidas -por cualquier causa- hemos estado al margen de la producción del discurso sobre Dios y sí muy en la reproducción de este imaginario que nos ha oprimido y excluido. Una primera novedad que surge a partir de una relectura del AT es que el ser humano es imagen y semejanza de Dios: “A su imagen los creó, mujer y hombre los creó…”, Gén 1,27. Esta afirmación surge después del exilio en Babilonia y muestra un avance

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respecto del texto de Génesis desde el capítulo 2,4b a capítulo 3 con la caída y las maldiciones. La sospecha que levanta la hermenéutica feminista es, justamente, que históricamente los textos que más se han predicado en las iglesias son estos últimos y desde una hermenéutica andro y antropocéntrica, especialmente en el castigo, la vergüenza y la culpa asociada al cuerpo y la sexualidad (Gén3, 16). Esto se ve claramente reflejado en los textos del Levítico referidos al castigo asociado a la impureza del cuerpo y a la distancia y/o exclusión de esta dimensión en el espacio sagrado del templo (Lev. Capítulos 12 y 15) Por otro lado, ha permanecido invisibilizada la dimensión liberadora relacionada con enfoques inclusivos de lo humano que la Biblia contiene y de la que hay una gran producción feminista. Esta introducción es necesaria para poder comprender el real significado de la Buena Noticia que ofrece Jesús para hombres y mujeres que se constituye en el “discipulado de iguales”, concepto acuñado por la hermenéutica feminista1 para referirse a la participación de las mujeres en el auténtico seguimiento de Jesús desde los orígenes del cristianismo. Esta afirmación surge de la práctica del cristianismo primitivo que, entre otros textos bíblicos, se desprende del texto de San Pablo en la carta a los Gálatas 3,28 escrito alrededor del año 56 y por tanto, después de unas décadas de experiencia

cristiana y que señala que entre “ los bautizados ya no hay… ni hombre ni mujer” Es decir, -y aquí la primera novedad- en la comunidad de los y las bautizadas están incorporadas todas las personas más allá de cualquier diferencia externa (raza, nacionalidad, religión, clase, sexo) y todas las que se agregarían en la actualidad… (edad, orientación sexual, etc.) Esta es una característica fundamental de la comunidad de las y los bautizados y supone una conversión a la propuesta de Jesús, como una nueva forma de ser, un nuevo nacimiento, una posibilidad de ser radicalmente diferentes y libres para vivir de otro modo, al estilo del Dios de Jesús. Lo que significa que se rompe con el sistema de muerte que se ha impuesto para excluir a toda aquella persona que por cualquier razón fue excluida del sistema de privilegios organizado, mantenido y reproducido por los poderosos que –finalmente- excluye a Jesús mismo del sistema y lo asesina. Una segunda novedad es que las teologías feministas afirman que las mujeres son con toda propiedad Imago Dei en cuanto seres creados a imagen y semejanza divina (Génesis 1,27) y a partir de esta primera afirmación, son Imago Christi2 por cuanto Jesús –en su propuesta radicalmente novedosa, no actúa, en cuanto varón, sino en cuanto ser humano, de ahí que la “salvación” es para todo ser humano de cualquier raza, sexo y una larga

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8 lista de etcéteras…y por ello no hay en la comunidad del discipulado seres de primera o segunda categoría para representarlo. En este sentido, otras lecturas del NT sacan a la luz las prácticas liberadoras entre las mujeres, descubren la presencia de ellas como “iguales” en el movimiento de Jesús, más tarde la iglesia. Un claro ejemplo de ello son las mujeres de las que nos habla el libro de los Hechos… Leer la Biblia en esta perspectiva, encontrar aquellos pequeños espacios comunitarios en donde –efectivamente- se vivió de otro modo nos anima a creer que es posible construir otras relaciones de poder entre los hombres y mujeres que siguen a Jesús hoy día. Cambiar estas prácticas, libera no sólo a la mujeres, sino que permite a los varones, liberarse de viejas ataduras patriarcales que también les han encasillado en estereotipos masculinos opresores y excluyentes de aquellas dimensiones humanas vinculadas a lo femenino… y por ello, no es raro que sean los mismos hombres quienes censuren a aquéllos que tratan de romper el molde. Una tercera novedad de una lectura feminista del evangelio nos devuelve también el espacio cotidiano, el lugar de la iglesia doméstica, como un lugar privilegiado para que acontezca la novedad liberadora del evangelio especialmente en el sentido de reconocer en ese espacio un lugar privilegiado para romper con las injusticias y desigualdades de género que se producen en el espacio de la casa y que se siguen reproduciendo a pesar de que “en conciencia” sabemos que es una injusticia,

que detrás de ello hay personas –la mayoría mujeresque viven en una situación de permanente exclusión… (No pueden participar de otros espacios, su trabajo es invisibilizado, no remunerado, etc.) ¿Cómo es posible

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que el espacio donde se reproduce la vida, el hogar, la familia –núcleo del que tanto se habla y aparentemente se “valora”- sea tan ninguneado y desvalorizado? Una cuarta novedad y un aspecto fundamental de las teologías feministas y ecofeministas es que vinculan como una unidad indisoluble el cuerpo y el espíritu. Recuperan el cuerpo como un lugar en donde acontece la presencia de Dios, lo sagrado… Como ya se dijo, en la cultura, en la sociedad, en la religión del AT el cuerpo era considerado impuro y todavía es una visión que se mantiene y reproduce en los sistemas religiosos. También en muchas comunidades cristianas, en donde las personas, especialmente las mujeres, pero no sólo ellas, han experimentado y experimentan su cuerpo como un lugar inadecuado para la vivencia de la espiritualidad. En esta línea, releer los pasajes evangélicos en donde Jesús se relaciona con las mujeres y las personas catalogadas como impuras, ha orientado y favorecido una espiritualidad que rompe los esquemas dualistas que separan el cuerpo y el Espíritu con mayúscula. Ha sido muy liberador y subversivo comprender la experiencia de la mujer que sufre de hemorragia que toca a Jesús y no lo contaminan sino al revés; ellas se sanan… Especialmente porque Jesús devuelve a la mujer el poder de su sanación y liberación cuando le dice: “Mujer, tu fe te ha salvado” y de este modo la recupera de la exclusión y soledad a la que la había condenado el sistema se pureza e impureza de la religión dominante. A partir de estas prácticas de leer la Biblia desde el cu-

erpo, se ha podido experimentar el cuerpo como el lugar donde acontece y se vivencia a Dios y/o lo sagrado, y a partir de ello experimentar y profundizar una espiritualidad que retoma la relación con lo corporal. En las últimas décadas se ha tomado conciencia que toda práctica espiritual es corporal y viceversa. Muchos relatos bíblicos muestran que Jesús toca al ser humano para sanarlo y la salvación acontece en todo su ser. De ahí que se podría afirmar que la sanación/salvación es desde el cuerpo -de la hemorroisa, del leproso, del ciego y otras personas- y desde ahí se experimenta en el alma!! Y al revés la sanación del cuerpo llega a través del alma, toda vez que acontece en lo profundo la experiencia de perdón y resiliencia, ante antiguos traumas vividos que encadenan y oprimen. Esto ha permitido ir “juntando” estas dimensiones que son parte de lo humano, pero que han sido generalmente excluidas en la experiencia religiosa cristiana Leer la Biblia con todos los sentidos, ha permitido devolverle al cuerpo su carácter de sagrado, no al estilo de ni para el “mercado”, sino para vivir una profunda espiritualidad desde allí y de verdad creer/sentir que es bueno, “y vio Dios que era bueno”… Comprender el quehacer de Jesús desde este otro “no lugar” –el cuerpo- y explicitarlo como una dimensión que no puede estar ausente en la vida “espiritual” de todo ser humano -especialmente de las mujeres- es fundamental, porque este ha sido, sin duda, el “lugar”, el motivo, la causa de su exclusión. Si bien, antes también estuvo presente, se profundizaba una espiritualidad –a pesar del cuerpo- o por lo menos desde una vivencia problemática del cuerpo y la sexualidad, como si hubiera que desprenderse de esta realidad para vivir la “auténtica espiritualidad. Esta experiencia libera en la medida de que se puede experimentar que la espiritualidad es una dimensión de la vida que se vive cotidianamente y está presente en todo el accionar humano. Esta mirada ha estado de la mano de la re-sacralización del cuerpo de la tierra y por ello, en la medida que volvemos a revalorar la dimensión del cuerpo como una experiencia espiritual, también se ha ido comprendiendo que lo material “lo profano” no está vaciado del espíritu “lo sagrado”, sino que es en toda la creación en donde Dios se manifiesta. Notas: 1 E. Schüssler Fiorenza, “En memoria de ella. Una reconstrucción teológicofeminista de los orígenes del Cristianismo”, DDB, Bilbao, 1989. 2 Johnson, E. “La que es. El misterio de Dios en el discurso teológico feminista”. Herder, Barcelona, 2002.

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La perspectiva Liberadora de la Teología India / Indígena Sofía Chipana Quispe RR.TT.

Palabras necesarias Al iniciar este compartir quiero evocar la memoria de las antepasadas/os que habitaron las tierras que hoy nos acogen. Pido permiso a las ancestras/os para presentar mis palabras, que de algún modo hacen eco de lo que nos dejaron como herencia: sabidurías, espiritualidades, vivencias, arte, ritos, espacios sagrados, mitos milenarios e identidades. Para presentar el caminar de la Teología India, lo haré desde tres momentos: el primer momento ubicaré a la Teologías Indígenas/Indias (T.I.I.) en el proceso histórico que marcó determinantemente nuestra vida, para luego hacer un breve recorrido de lo que supuso empezar a armar el tejido de lo que hoy llamamos Teología India/ Indígena, para finalmente presentar el tejido de la Teología India/Indígena y sus desafíos.

vino habitar nuestras tierras de Abya Yala, palabra en la lengua Kuna1, que es usado para definir al sur y norte del continente, siendo América un nombre colonial. Si bien nuestros pueblos antes de la Conquista Europea, vivieron conquistas locales por los imperios que lograban adquirir fuerza y extenderse territorialmente, pero la conquista que sufrimos desde las otras latitudes del mundo, cambió completamente el curso histórico de nuestros pueblos porque hubo una ruptura trascendental, ya que de repente se nos impuso un nuevo modo de vivir y de ser, aunque, nuestras sabias/os dicen, pese a que se impuso toda una serie de opresiones en el cuerpo, la fuerza del espíritu ancestral se mantuvo; sin embargo no salimos ilesos/as de las diversas conquistas de la que aún somos parte, porque en nuestros tiempos aún somos

Nayraru kheparu uñtasisaw sarnakäta (Caminarás mirando el pasado en proyección al futuro) Para nuestros pueblos indígenas el pasado es muy importante, porque tiene que ver con la memoria, el amuyu, de la que procede el entendimiento, no se trata de mirar el pasado allá en el tiempo, sino de esa fuerza que empuja el presente y el futuro. En ese sentido, me parece importante rescatar lo que supuso la vida de nuestros pueblos indígenas en el encuentro o desencuentro con el otro/a que Pastoral Popular


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la región de las Venas Abiertas2, puesto que el saqueo de las compañías extractivas de nuestros recursos, día a día buscan expropiar las tierras y territorios de muchos pueblos; muchas cordilleras, montañas y cerros que son asumidos como protectores/as están siendo explotados por las mineras, las lagunas y ríos consideradas como guardianas, están siendo contaminados, los árboles de los bosques sagrados talados, así podemos seguir mencionando otros miembros de la gran comunidad de la vida que están siendo afectados en su ser, por lo tanto, su extinción y su deterioro afecta profundamente en las cosmovisiones y espiritualidades, porque supone la pérdida de sentido para muchos pueblos y por qué no decir, su desaparición. Todo esto lamentablemente con la venia de cada estado que siguen aún con las “políticas de exterminio” de los pueblos indígenas. Estos son tiempos en que somos conscientes de que en el tiempo de la Conquista y la Colonia, se nos impuso la identidad indígena, ya que antes de ello eran pueblos diversos con sus identidades propias, como dice Bonfil, “al indio lo creó el europeo, porque toda situación colonial exige la definición global del colonizado como diferente e inferior (desde una perspectiva total: racial, cultural intelectual, religiosa, etc.); en base a esa categorización de indio, el colonizador racionaliza y justifica la dominación y su posición de privilegio” (1988:19). Como consecuencia del proceso histórico que vivimos, hay una fuerte colonización de nuestro ser, se puede decir que por una parte estamos los indígenas, con todo lo que implica el calificativo indígena, para seguir con la conexión con nuestras raíces ancestrales. Pero también algunos/as entraron al fenómeno de “blanqueamiento”, que Franz Fannon, describe en su texto: piel negra, máscaras blancas. Que es negar las raíces ancestrales para asociarse a la cultura dominante, como diría Eduardo Galeano, “la cultura dominante admite a los indígenas y negros como objetos de estudio, pero no los reconoce como sujetos de historia; tienen folklore, no cultura; practican supersticiones, no religiones; hablan dialectos, no idiomas; hacen artesanías, no arte”. A lo largo de nuestra historia de convivencia con el otro/a de raíces noreuropeas, no hubo una valoración de las Sabidurías ancestrales, de la tecnología que muchos pueblos habían desarrollado, y nuestros/as alquimistas y cosmólogos/as, astrónomos/as, fueron asociados a los poderes diabólicos. Por otra parte, no podemos dejar pasar por alto, el tiempo de las políticas represivas de las Dictaduras que afectaron seriamente a algunas poblaciones indígenas, como es el caso de Guatemala3. A su vez, los grupos armados como Sedero Luminoso en Perú y la represión militar por otro, dejaron a pueblos enteros devastados4,

a sí mismo las FARC en Colombia que hizo que muchos pueblos se vieran expulsados de sus tierras y territorios. Y no sólo eso, sino que en las ciudades los espacios habitados por esas comunidades desplazadas fueron reprimidas e involucradas con los procesos de la guerrillas o la guerra armada. Actualmente, si bien hay un resurgir de los pueblos indígenas no sólo en Abya Yala, sino en los diversos continentes, también están siendo criminalizados, por la reivindicación de sus tierras y territorios, vuelve la idea de que el “indio” rebelde es terrorista. El mismo hecho que muchos estados no hayan considerado los Derechos de los Pueblos Indígenas en sus políticas de estado, es reflejo que aún no se asume a las poblaciones indígenas en su dignidad. Hay una suerte de romantización de lo ancestral como un aspecto puramente folklórico y mejor si queda en una exhibición de museo o en actividades concretas, aún hay un vacío en el reconocimiento digno y de acoger a las poblaciones indígenas con sus diferencias y aportes. Y en algunos ámbitos eclesiales, aún se mantiene la pregunta de que si el indígena tiene alma o no, aunque no se puede negar que hay un reconocimiento de la presencia de los pueblos indígenas, no porque se les haya concesionado el espacio, sino que muchas hermanas/ os indígenas y otros/as han tomado la palabra desde la resistencia permanente que sostuvo a muchos de nuestros pueblos, para articular lo que hoy conocemos como la Teología India/Indígena. Tejiendo el telar de la Teología India/Indígena El telar la Teología India/Indígena, está compuesto como diría la sabia Maya Ernestina López, con hilos rotos y quemados, pero también recibe el aporte de algunos hilos que nos llegaron de esos diversos modos de hacer teología, por ello me parece importante rescatar algunos aportes de la Teología de la Liberación que para nuestro continente y otros no pierden su vigencia. Aportes de la Teología de la Liberación Los aportes de la Teología de la Liberación (T.L.), llevaron a vislumbrar la liberación que nuestros pueblos emprendieron desde hace mucho tiempo atrás, en el ámbito eclesial sin duda que los lineamientos pastorales de los documentos que van desde Puebla, Medellín, Santo Domingo presentan ya unos aportes significativos para el caminar de unas iglesias que están compartiendo su vida al lado de los pueblos indígenas. Y en estos últimos tiempos el documento de Aparecida es reflejo de un proceso en el que se ha avanzado significativamente ya que hay un reconocimiento: “los indígenas y afroamericanos son, sobre todo, “otros” diferentes que exigen respeto y reconocimiento” (art. 89).

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12 A su vez, el reconocimiento del empobrecido como sujeto teológico, hizo que todos/as los/as que estábamos en esa denominación de “pobres”, fuera como la luz de fondo que nos conectó con los pozos propios que cada una/o tiene, y descubrir la presencia de Dios en nuestra realidad, pues en esa experiencia no sólo nos descubrimos como parte del pueblo empobrecido, sino que reconocimos el rico aporte que proviene de nuestros/as ancestros/as indígenas, un pueblo que resistió a la conquista y a la colonia, no como un pueblo sobreviviente, sino como un pueblo que se resistió a morir. Si bien tuvimos el empuje desde los procesos de la T.L. pero para nuestro caminar, el tiempo de mayor empuje y fuerza fue la memoria de los 500 años de conquista y resistencia. Ha sido un tiempo rico en que se nutrió la propuesta del proceso de la Teología India/Indígena, que surgió sin duda de la necesidad de asumir seriamente la cultura, aunque el diálogo con las espiritualidades indígenas, aún no se vislumbraban claramente, por ello se asumirá los procesos de inculturación del Evangelio, y de descubrir las semillas del “Verbo” Jesús, en nuestras culturas, que de algún modo será el reflejo de los procesos de inculturación, en las que se hacía ciertas comparaciones anacrónicas teniendo como parámetro las categorías cristianas. Por lo que ha sido el tiempo del silencio a la palabra, en ese sentido el sacerdote aymara Domingo Llanque, se planteará las siguientes preguntas: “¿para qué se interesan los misioneros y los científicos sociales en conocer la religión aymara y el rol que ha jugado en la lucha se su liberación? ¿…para ayudarlo en su liberación… o para introducir más fácilmente el contenido cristiano desplazando así el contenido aymara? (2015:8). Otro aporte importante que heredamos de la T.L. es que desde la conexión con nuestras historias ancestrales, campesinas, obreras, afros, sin tierras y otras, la vivencia de nuestra fe cristiana, no podía ser de otro modo que identificándonos con Jesús liberador, sabemos que su “supuesto mensaje” nos llegó con la espada y el dolor, es decir, se nos impuso con la extirpación de nuestros lugares sagrados, con la condena de nuestras sabias/ os, para cubrirnos de templos, cruces, procesiones y devociones de los seres que nos presentaron como protectores/as, sin embargo, en el corazón de muchos de nuestros pueblos, nos identificamos con ese ser sufriente que al igual que nuestras divinidades ancestrales, ayudó a resistir la violencia a la que fueron sometidos nuestros pueblos. Se puede decir mucho sobre las vivencias en torno a la T.L., pero desde mi experiencia, rescato como uno de los aportes más significativos, el vínculo entre Fe y Vida, un gran aporte frente a la espiritualidad dualista que aún persiste y que además se empeñan en separar la fe de la vida, experiencia que si bien potencia la caridad o la solidaridad como un acto movido por la fe, sin embargo,

no ve con buenos ojos la reivindicación de la justicia y el derecho de las/os empobrecidas/os. Como diría Ivone Gebara “a partir de la T.L., la “religión” se convirtió en aliada en las luchas por la tierra, en la reforma agraria, en las luchas por tener una casa para vivir, en la reivindicación a un salario justo y por la democracia” (2002:231). Para muchas y muchos que bebimos de las fuentes ricas de una iglesia encarnada en la vida de nuestros pueblos, no ha sido difícil asumir la invitación de vincular Vida y Fe, posiblemente porque desde nuestras cosmovisiones y espiritualidades ancestrales, la vida no se separa por partes, la fe permea toda la vida y todas las realidades, pues el mundo de lo simbólico, de la ritualidad, de la comunidad expresa ese vínculo, además desde la perspectiva de la dualidad andina todo se complementa a fin de restablecer la armonía que busca constantemente el equilibrio en las relaciones, que equivale al sentido de la justicia. La relación entre Fe y Vida fue fundamental y nada fácil, exigió una verdadera conversión, porque se trataba de compartir la vida con las excluidas/os del sistema, como decía un sacerdote comprometido con las comunidades indígenas, “que si no se hace presente el reino con su Justicia, en medio de ellos, no se hace presente en ninguna parte. Que si no se comparte su suerte –su marginación y el peso de la opresión – no se puede vivir la esperanza” (CRIMPO 1997:7). Desde la Fe y la Vida, la espiritualidad inspiraba nuestros compromisos, en palabras de Gutiérrez “centrada en una conversión al prójimo, al ser humano oprimido, a la clase social expoliada, a la raza despreciada, al país dominado” (2013: 51), pues tenía mucho sentido para lo que se estaba viviendo, no obstante para las espiritualidades de los pueblos indígenas tiene matices antropocéntricos ya que el ser humano está interrelacionado con todo lo que le rodea, desde esa misma perspectiva los aportes de las ecofeministas fortalecerán nuestras espiritualidades liberadoras, como diría Ivone Gebara, “la vida humana depende de todos los otros seres vivos para mantenerse en la vida. Por ese motivo, una teología que se preocupe sólo de lo humano, independientemente de su medio vital, parece extremadamente limitada (2002:236). De las voces críticas que nos llegaron desde otras vertientes teológicas, la Teología India/Indígena se afirmará en su palabra propia y sobre todo será la coyuntura de nuestros pueblos que nos llevará a asumir nuevos desafíos y a escarbar en la ancestralidad las palabras generadoras de vida para nuestros pueblos. Por lo que el planteamiento que ya se hacía el año 1988 Domingo Llanque se asumirá como reto y desafío, “formular bases para un diálogo entre iguales y en igualdad de condiciones”, no sólo al interior de las iglesias, sino también en nuestras sociedades.

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