Conéctate, agosto 2022: Comenzar de nuevo

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CAMBIA TU MUNDO CAMBIANDO TU VIDA

Año 23 • Número 8

PEQUEÑOS COMIENZOS para llegar lejos

Dirigir con humildad Lección de liderazgo

Ciclos

Los altibajos de la vida


Año 23, número 8

A N UE ST RO S A M I G O S el n uevo ser La Biblia abunda en relatos sobre sobre renaceres y nuevos comienzos. Dios sabe que vivir en un mundo caído luego del pecado original no es fácil. Él entiende que con frecuencia nos descarriamos y anhelamos volver a empezar. No nos echa en cara nuestros errores y fracasos, sino que continúa conduciéndonos con amor a Sus brazos. Al leer este pasaje de Isaías es difícil no palpar el tono de emoción con que se expresa Dios: «¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados.1 En esa ocasión se dirigía a los israelitas para recalcarles que a pesar de todos sus fallos, Él seguía velando por ellos con infinito amor. Así como les había abierto camino cuando los sacó de Egipto en tiempos de Moisés, anunciaba que los libraría de su cautiverio en Babilonia y los llevaría de regreso a su amada tierra. Y dicho y hecho, así fue. Dios nos concedió la oportunidad de empezar de nuevo por medio de Su Hijo, Jesús: «Todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!2 En nuestro tránsito por la vida experimentaremos nuevos comienzos, ya sea que nos cambiemos de trabajo, nos traslademos a otra ciudad, entablemos una nueva relación sentimental o demos inicio a una nueva etapa de vida, por ejemplo llegar a ser padres o abuelos. Hay quienes se alborozan y se entusiasman al embarcarse en una nueva empresa, o que vibran ante la oportunidad de emprender una aventura desconocida. Otros, en cambio —quizá los más— ansían la estabilidad, la constancia y la repetición, y se estresan cuando las cosas no marchan por una senda reconocible. En todo caso, sea que le tengas pavor o afición a lo desconocido, Dios ha prometido brindarnos Su apoyo, aliento y fuerzas para todo lo que nos depare la vida.

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Gabriel García V. Gentian Suçi Ronan Keane

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Gabriel García V. Director

© Sociedades Bíblicas Unidas, 1995, y de la versión Reina-Varela Actualizada 2015 (RVA-2015), © Casa Bautista de

1. Isaías 43:19 NVI

Publicaciones/Editorial Mundo Hispano.

2. 2 Corintios 5:17 NTV

Utilizados con permiso.

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Rosane Pereira

EL MEJOR AÑO

El año pasado me costó decidir si pasar o no la

Nochevieja con mi familia en Niteroi, Brasil. No recordaba la última vez que había pasado una noche lejos de casa y de mis perros, pero al final decidí ir. Y me alegro mucho de haberlo hecho. Mis dos hijos, mi nieta y yo lo pasamos muy bien. Nos reímos mucho, nos hicimos fotos familiares y bailamos al ritmo de música festiva interpretada en vivo. A medianoche disfrutamos de los fuegos artificiales en la playa de Copacabana. Fue una noche perfecta. Al día siguiente, que justamente era mi cumpleaños, oí la voz de Dios que me decía: De cumpleaños te regalo el don de disfrutar de la vida y hacer cosas que contribuyan a tu propio bienestar, lo que a menudo postergas en tu afán por atender a los demás. Tienes que cuidarte también a ti misma si quieres tener la energía y la inspiración para seguir entregándote a los demás. Unas semanas después un vecino aceptó pintar mis paredes por un precio justo. Mientras los muebles estaban fuera de casa, decidí barnizar los artículos que lo necesitaban y coser nuevas fundas para el sofá. Luego reorganicé los muebles e hice otras mejoras en las que había querido centrarme desde hacía tiempo. Nunca había hecho tanto 1. TLA

trabajo físico como en esas tres semanas, pero me dejaron rejuvenecida y con renovadas energías. Unos meses más tarde, mi iglesia buscaba voluntarios para participar en un nuevo programa de enseñanza de inglés, y sentí el típico impulso de ayudar. A raíz de ello ahora enseño a una clase de 30 adolescentes y adultos. Rezamos juntos, escuchamos música y vemos películas cristianas, y conversamos, nos reímos y compartimos gratos momentos. Lo mejor que adquirí de aquellas experiencias es la mentalidad —nueva para mí— de que la vida hay que disfrutarla a cada paso, la esperanza se debe sostener frente a cada empresa difícil, y el entusiasmo y el coraje son lo que nos impulsan a seguir adelante. Mi propósito para los tiempos venideros es confiar en Dios por la esperanza eterna que tenemos en Él. En Jeremías 29:11 Su Palabra dice: «Mis planes para ustedes solamente Yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar.1 Intuyo, pues, que con Su ayuda, ¡todo saldrá bien al final! Rosane Pereira es profesora de inglés y escritora. Vive en Río de Janeiro y está afiliada a La Familia Internacional. ■ 3


Peter Amsterdam

ENCOMENDAR TODO A JESÚS Perdonar es una de las cosas que más nos cuesta a los seres humanos. No obstante,

cuando le cedemos nuestras heridas a Dios y le decimos: «Jesús, te entrego esto; yo ya no lo quiero. Estoy harto», Él cubre esas heridas, dolores y penas con Su amor y nos alivia y restablece. Dios comprende todas las situaciones y el corazón de cada persona. Es posible que jamás lleguemos a entender el motivo que pudo tener alguien para hacer algo, o para comportarse de cierta manera, o hacernos lo que nos hizo. Pero no es cuestión de entender, sino de perdonar. Con todo, perdonar suele ser muy difícil, va a contrapelo de nuestra naturaleza humana. Por eso el Señor dice que precisamos Su ayuda para lograrlo. Él es quien nos da las fuerzas y la gracia para perdonar. Todo el mundo tiene contratiempos y chascos. Lo que importa es la manera en que se reacciona ante las dificultades, problemas, penas y desengaños. Si nos resentimos por algo que nos ha herido, nos amargamos. Y si no desarraigamos esa amargura, espiritualmente nos vamos debilitando. Con el tiempo nuestro corazón y nuestra

1. Véase Romanos 8:28 2. V. Marcos 11:25,26 4

mente dan acogida a nuevos pensamientos negativos referentes a otras situaciones y personas. El rencor es como un arado que labra la tierra de nuestro corazón, preparándola para acoger la semilla de la insatisfacción y el abatimiento. Si no se lo encomendamos al Señor y nos deshacemos por entero de ello, a la larga puede llegar a superarnos y causar mucho daño a otras personas. Suele suceder que cuando albergamos resentimiento en el corazón no vemos las cosas con claridad. Ni siquiera apreciamos muchos detallitos que tiene el Señor con nosotros, porque el resentimiento no nos deja ver las cosas buenas. Sin embargo, una vez que lo dejamos en manos del Señor, todo se ve con mucha más claridad, y podemos experimentar en mucho mayor grado el amor del Señor. Nada puede alterar el hecho de que esas cosas malas sucedieron. Lo que sí se puede cambiar es el efecto que tienen en nosotros hoy. Se pueden enterrar, podemos deshacernos de ellas y Dios puede sacar algo bueno de la experiencia. Podemos hallar verdadera libertad al despojarnos de esas cosas y no permitir que dominen nuestra


vida. No es que la herida o el dolor no hayan existido, sino que el Señor puede tomar esas circunstancias —por sombrías, tristes, dolorosas, penosas o injustas que fueran— y hacerlas con el tiempo redundar en bien.1 Cuando de veras encomendamos todas nuestras cargas y afanes al Señor, Él puede aliviarnos los dolores, sanar las heridas, remediar todo daño, todo malestar y cualquier situación del pasado con la que estemos lidiando. Lo único que nos pide es que soltemos esas cosas. Conviene también recordar que nosotros mismos necesitamos perdón. Jesús dijo que si perdonamos a

quienes nos ofenden, nuestro Padre celestial nos perdona a nosotros.2 Si somos conscientes de que nosotros también hemos cometido errores y tomado decisiones equivocadas que han perjudicado a los demás y que, por tanto, precisamos perdón The willingness y misericordia, to forgive nos resulta is a sign más of fácil ser perdonadoresspiritual y misericordiosos con maturity. los demás.It and emotional Naturalmente, una se lo hemos encomendado is vez oneque of the great virtues to which todo al Señor, tenemos seguir aspire. dejandoImagine todo ena Sus weque all should world manos. Una vez que filled perdonamos tenemos willing que vigilar with individuals both to nuestro corazón y noapologize dar lugar and a críticas que pudieran lleto accept an apology. varnos a resentirnos yIsamargarnos en el futuro. Tenemos there any problem that could que resistirnos a pensar ofensas que nos hanwho hecho noten belas solved among people y negarnos a adoptarpossessed una actitud criticona a the humilitycon andrespecto largeness las personas que nosofhan agraviado. spirit and soul to do either -- or Sigamos acudiendo a Él una y otra vez, sigamos both -- when needed?—Gordon B. amándolo yHinckley confiándoselo todo, que Él nunca (1910–2008) nos fallará. Aunque la gente o las situaciones nos decepcionen, aunque nos pity parezca que Where mercy, love, and dwell, nosotros hemos fallado, ¡el Señor theremismos God is dwelling too.—William noBlake falla jamás! Su plan es infalible. Su (1757–1827) amor nunca deja de ser. Nuestra vida está en Sus manos. Si somos capaces de creer eso y actuar en consecuencia, viviremos mucho más contentos. Perdona, echa todo eso por la borda y sigue adelante. A medida que lo hagas, Él te dará un corazón más amoroso, compasivo y generoso. Te transformará en una mejor persona, un hombre o mujer más fuerte, y un pilar en el que puedan apoyarse otros. Es decir, ¡te hará más semejante a Él! Peter Amsterdam dirige juntamente con su esposa, María Fontaine, el movimiento cristiano La Familia Internacional. Esta es una adaptación del artículo original. ■

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Reflexiones

Perdón y misericordia Los débiles nunca llegan a perdonar. El perdón es el

atributo de los fuertes. Mahatma Gandhi (1869–1948) ♦ El que no perdona a los demás destruye el puente por el que él mismo ha de pasar; pues todos los hombres necesitan perdón. George Herbert (1593–1633) ♦ El perdón no implica minimizar el pecado o hacer caso omiso de las consecuencias del mismo. Conlleva maximizar nuestra fe, confiando en que la mano de Dios impartirá tanto justicia como misericordia para los afectados. Richelle E. Goodrich (n. 1968) ♦ El perdón y la misericordia deben ser gratuitos y no basados en algún mérito del malhechor. Si este debe hacer algo para merecerlo, entonces no es misericordia. El perdón siempre tiene un costo para quien lo otorga. Timothy Keller (n. 1950)

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Perdonar es liberar a un cautivo y descubrir que ese era uno mismo. Lewis B. Smedes (1921–2002) ♦ El perdón es una respuesta redentora ante una ofensa o agravio. Los únicos candidatos al perdón son quienes nos han ofendido o agraviado. Si nos causan un perjuicio sin quererlo, los excusamos. Solamente perdonamos a quienes culpamos. Lewis B. Smedes (1921–2002) ♦ Quizá consideres imperdonable lo que has sufrido, que no tiene perdón de Dios. Sin embargo, Dios puede despojarte de esa carga y transformar tu corazón. El amor de Dios, que obra milagros, es tan amplio como para perdonar y ayudarte a perdonar. Gabriel Sarmiento ♦ El perdón es para ti, no para la otra persona. Es algo que practicas en tu fuero íntimo, que sientes en cuerpo y alma, y que te libera de tu pasado para vivir la vida a plenitud. Barbara J Hunt

Cuando finalmente nos arrepentimos de nuestro pecado y perdonamos a quienes nos han agraviado —como nos pide Dios en Su Palabra que hagamos una y otra vez— entonces la luz divina cobra fuerza y proyecta un haz sanador sobre nuestro corazón que nos aclara la visión de Dios. Matt Brown ♦ Él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Tito 3:5 NVI ♦ Sean misericordiosos, como también su Padre es misericordioso. Lucas 6:36 ♦ Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia. Mateo 5:7 ♦ En cambio, la sabiduría que procede de lo alto es primeramente pura; luego es pacífica, tolerante, complaciente, llena de misericordia. Santiago 3:17 ■


Keith Phillips

9 TÁCTICAS PARA CAMBIAR 1 Hacer un balance y fijarse metas. Elabora una lista de los aspectos en que quieres cambiar y de las medidas que puedes tomar para efectuar esos cambios. Poner por escrito tus metas y planes te ayudará a concretar tus ideas y reafirmar tu compromiso. 2 Incorporar los cambios al horario o calendario. Sin un plan definido las buenas intenciones suelen quedar olvidadas en el trajín de todas las demás obligaciones que tenemos. 3 Apoyarse en Jesús por sobre todo y no exclusivamente en la fuerza de voluntad, el intelecto o las habilidades naturales. La Biblia exhorta: «Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.»1 4 Buscar orientación y estímulo en la Palabra de Dios. Dios promete: «Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar.»2 Un sitio web para hacer búsquedas en la Biblia, una concordancia o un manual de estudio, facilitan mucho la tarea de averiguar lo que dice la Escritura sobre temas concretos relacionados con los cambios que aspiras a realizar. 5 Unirse a un grupo de apoyo o formar uno. Juntarse con gente de ideas afines a las tuyas proporciona un 1. Mateo 6:33 NTV

6. Salmo 100:4

2. Salmo 32:8

7. Proverbios 24:16

3. Eclesiastés 4:9

8. Salmo 37:24

4. Proverbios 27:17 NTV

9. Filipenses 2:13 NTV

5. Mateo 18:19

10. 2 Corintios 5:17

refuerzo positivo y apoyo moral, dos catalizadores de los cambios. «Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.»3 «Como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con su amigo.»4 6 Solicitar oración. La Biblia nos enseña que la oración en grupo logra extraordinarios resultados. «Si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecha por mi Padre que está en los cielos.»5 7 Agradece a Dios —aunque no hayas visto aún la respuesta— por haber contestado tu oración y haberte fortalecido en tu momento de necesidad. «Entrad por Sus puertas dando gracias, por Sus atrios con alabanza.»6 8 No rendirse. Ante un intento fallido, pide a Dios que te ayude a perseverar. «Siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse.»7 «Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano.»8 9 Seguir creyendo que, con la ayuda de Dios, se puede cambiar. Invoca versículos que aumenten tu fe, como: «Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.»9 y: «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas.»10 Keith Phillips fue jefe de redacción de la revista Activated, la versión en inglés de Conéctate, durante 14 años, entre 1999 y 2013. Hoy él y su esposa Caryn ayudan a personas sin hogar en los EE.UU. ■ 7


PEQUEÑOS

COMIENZOS Iris Richard

Se cuentan innumerables narraciones

y parábolas de pequeños comienzos que conducen a mayores fines. La presente es mi propia historia de cómo partí con muy poco. Un comentario de un extraño fue lo que me llevó a reorientar la obra social que realizábamos en ese entonces. El sitio donde trabajábamos no había dado mucho fruto duradero y el resultado de nuestra labor no había sido para nada el esperado. Daba la sensación de que nuestros esfuerzos no habían servido de nada y el trabajo resultaba cada vez más decepcionante. Yo no tenía idea de qué era exactamente lo que necesitaba cambiar, pero un día, cuando menos lo esperaba, un encuentro echó a andar las cosas. Mientras esperaba una cita en una sala de recepción, entablé en una conversación superficial con un extraño. Era un empresario del continente africano que hablaba con cariño de su país, los bellos paisajes, la gente, pero también de la desigualdad social y la pobreza imperantes. Más adelante, haciendo memoria de ese encuentro, me di cuenta de que una semillita se había sembrado en la tierra fértil de mi mente. Al principio no fue sino un ligero estímulo, pero cuando le puse más atención, una idea empezó a germinar. Poco después esta se transformó en un plan, que al principio daba miedo, pero a la vez

1. La primera carrocería... derivación de un carruaje Motor a Diesel 2. Mateo 13:31–33 NVI 8

era intrigante, sobre todo porque implicaba un cambio cardinal en cuanto a nuestro lugar de residencia y mi modus operandi. Después de encomendar esta empresa al Señor en oración y de practicar una lluvia de ideas, el plan poco a poco fue cobrando forma y nos pusimos en marcha. Tímidamente y pasito a pasito nos encaminamos en la dirección que nos había indicado Dios, una empresa que a todas luces nos parecía monumental. Nos habíamos embarcado ya hacia territorio desconocido. Durante las primeras etapas, cuando apenas estábamos estableciendo una obra comunitaria en África, nuestra fe, determinación y paciencia fueron sometidas a duras pruebas. Debíamos sortear innumerables dificultades y obstáculos impredecibles. Finalmente, después de años de prueba y error, se configuró la base de un obra de ayuda humanitaria duradera. Al observar la cantidad de logros que comenzaron con solo un empujoncito, nuestra obra hoy celebra 27 años de servicios en barrios marginales. Desde aquellos primeros pasos indecisos y humildes comienzos, miles de familias pobres han recibido ayuda, niños abandonados han tenido acceso a la educación, seguida de oportunidades laborales, e innumerables vidas se transformaron para bien. Desde entonces aprendí a no subestimar la fuerza de un pensamiento, de una idea germinal o de un sueño que Dios pone en tu corazón y te impulsa en determinada dirección, y que al seguirlo puede conducirte a algo nuevo y trascendente. Me recuerda una historia que leí hace poco.


La primera carroza no tirada por caballos la construyó en 1769 un francés llamado Nicholas-Joseph Cugnot. Era una enorme carreta de tres ruedas impulsada a vapor y que andaba a la vertiginosa velocidad de 3,6 kilómetros por hora. Difícilmente que en aquella época alguien hubiera podido encontrarle alguna ventaja al carruaje sin caballos de Cugnot. Era muy caro, ruidoso, y hasta el peor jamelgo avanzaba a mayor velocidad. No obstante, esa primera carroza sin tracción animal dio lugar a una revolución. A veces nos conviene recordar que está bien empezar con poco, a partir de una idea que parece una locura, y observar si a partir de dicha concepción surge algo importante.1 Jesús destacó así la capacidad que tienen las pequeñeces de convertirse en algo grande: «El reino de los cielos es como un grano de mostaza, que un hombre sembró en su campo. Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus ramas». Asimismo les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como la levadura que una mujer tomó y mezcló en una gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa.»2 Si prestamos oído a los susurros de Dios en nuestro interior y permanecemos en sintonía con Su plan para nuestra vida, hasta lo que parece imposible se puede hacer realidad. Iris Richard es consejera. Vive en Kenia, donde ha participado activamente en labores comunitarias y de voluntariado desde 1995. ■

La fe cree lo que no se ve, y la recompensa de la fe es ver lo que creemos. San Agustín (354–430) ♦ Vuelve a empezar y vuelve a fallar. No dejes de hacerlo. Cada vez que falles, vuelve a empezar y te harás más fuerte, hasta que hayas conseguido una finalidad, quizás no la inicial, pero sí una que te alegrará recordar. Anne Sullivan (1866–1936) ♦ Nunca desprecies los comienzos modestos ni menosprecies tus propios logros. Recuérdalos y sírvete de ellos como inspiración para pasar a lo siguiente. Cuando te aventuras fuera de tu zona de comodidad, sea cual sea el punto de partida, ya eso es algo importante. Chris Guillebeau (n. 1978) ♦ Hay que ser muy valiente para desprenderse de lo que nos es familiar y nos proporciona aparente seguridad e ir en pos de lo nuevo. Sin embargo, lo que ya no tiene sentido, no ofrece ninguna seguridad verdadera. Alan Cohen (n. 1950) ♦ Da el primer paso con fe. No es preciso que veas toda la escalera; basta con que subas el primer escalón. Martin Luther King Jr. (1929–1968) 9


Steve Hearts

DIRIGIR CON HUMILDAD Hace varios años dirigí un grupo de canto juvenil formado principalmente por adolescentes. Todos ellos eran músicos y cantantes talentosos. Mi trabajo consistía en ayudarlos a mejorar su formación musical. Disfrutaba mucho de mi función de conductor, tal vez demasiado. Me veía a mí mismo como el líder y siempre tenía que tener la última palabra, sobre todo en lo que respecta a cómo sonábamos y cómo debíamos sonar. Me enorgullecía de mi buen oído musical y me irritaba mucho cuando se lo cuestionaba en lo más mínimo, o cuando se señalaba cualquier pequeño fallo en mi modo de tocar la guitarra o de cantar. Consideraba que yo era el que tenía más talento y experiencia y que los demás eran aprendices. Una de las cosas que me señalaban repetidamente era mi tendencia a acelerar el tempo 1. RVC 10

de las canciones cuando tocaba la guitarra. Los del grupo, así como otras personas que escuchaban nuestros ensayos, insistían en que lo hacía, pero yo me negaba a admitirlo, hasta un día en que tocaba la batería mientras practicaba con otro grupo de músicos más experimentados. Efectivamente, el bajista me llamó la atención al principio y me dijo: «Mantén la cadencia, Steve. Estás acelerando mucho el tempo». Quedé petrificado, solo que en aquella ocasión la observación procedía de un músico cuyo talento y experiencia superaban con creces los míos. Eso me hizo reflexionar. Ya desde hacía tiempo se notaba mucha tensión en el grupo de canto; yo lo atribuía a casi todo el mundo menos a mí. Más tarde hablé con una de mis amigas sobre las dificultades que había tenido recientemente con el grupo que dirigía y le conté que estaba cayendo en cuenta de que la culpa podía ser mía. Cuando terminé, me dijo que un buen líder debe saber también cuándo y cómo ser un buen seguidor. Si bien sus palabras pusieron mi mundo patas arriba, al mismo tiempo eran ciertas. Me preguntaba cómo podría aprender a seguir los consejos de los muchachos a los que estaba instruyendo, que eran mucho más jóvenes y menos


duchos que yo. No obstante, cuando intentaba ponerme en su lugar por un momento, me imaginaba lo infravalorados que los hacía sentir. Además comprendí que los jóvenes a los que educaba musicalmente necesitaban ánimo y aliento para poder perfeccionarse y cumplir a fondo el papel que les correspondía en el grupo de canto. Así aprovecharían al máximo su talento y se superarían más allá de sus capacidades. Me di cuenta de que yo estaba teniendo el efecto contrario en ellos y decidí cambiar. En la primera oportunidad que tuve reuní al grupo, me disculpé por mi conducta y les comuniqué que, a partir de entonces pediría y valoraría su opinión y sus consejos. Desde ese momento me esforcé por verlos como compañeros y colaboradores en lugar de meros aprendices. Las cosas fueron mucho más fluidas, ya que no hubo más trabas para que todos se comunicaran sinceramente e hicieran sus aportes. Nuestros ensayos eran divertidos en lugar de estresantes, y nuestras actuaciones tocaban vidas con el amor de Dios. Los recuerdos que guardo de mi paso por ese grupo son impagables. Aunque desde entonces hemos pasado a seguir diferentes vocaciones y carreras, la amistad entre nosotros sigue siendo muy estrecha. La Escritura nos dice en 1Pedro 5:5: «Practiquen el mutuo respeto. Revístanse de humildad.1 Aunque me había aprendido ese versículo de memoria cuando era pequeño, aquella experiencia me enseñó a vivirlo. Steve Hearts es ciego de nacimiento. Se desempeña como escritor y músico y pertenece a la Familia Internacional en Norteamérica. ■

Es mejor dirigir desde atrás y poner a otros al frente, especialmente cuando celebras un triunfo o cuando ocurren cosas buenas. Ve al frente cuando haya peligro: La gente agradecerá tu liderazgo. Nelson Mandela (1918–2013) En última instancia, el liderazgo no consiste en actos culminantes llenos de gloria. Se trata de mantener a tu equipo centrado en un objetivo y motivado para dar lo mejor de sí con tal de conseguirlo, sobre todo cuando hay mucho en juego y las consecuencias son realmente importantes. Se trata de sentar las bases para el éxito de los demás, y luego apartarse y dejar que sean ellos los que brillen. Chris Hadfield (n. 1959) El éxito nunca es obra de una sola persona; es preciso trabajar en equipo. Dios lo configuró así porque la enseñanza más importante que quiere que aprendamos aquí en la Tierra es amar a la gente. No solo eso; hay cosas en tu vida que nunca podrás cambiar sin el apoyo, las oraciones y el estímulo de otros. [...] Nos necesitamos unos a otros para servir. Nadie cuenta con todos los talentos. Nadie reúne todos los dones. Dios lo hizo así intencionadamente para que tú me necesitaras y yo te necesitara y nos necesitáramos mutuamente. Rick Warren (n. 1954) Los grandes retos requieren un gran trabajo en equipo, y la cualidad más necesaria entre los compañeros de un equipo para sobrellevar la presión de una empresa difícil es la colaboración. Nótese que no he dicho «cooperación»; la colaboración es más que eso. La cooperación es trabajar juntos agradablemente; la colaboración, en cambio, es trabajar juntos dinámicamente. Los miembros de un equipo colaborativo hacen algo más que trabajar unos con otros. Cada persona aporta algo que añade valor a la relación y al equipo. La suma del trabajo en equipo verdaderamente colaborativo es siempre mayor que sus partes. John C. Maxwell (n. 1947) 11


GRACIA PARA MORIR Gabriel García Valdivieso

1. Juan 11:25,26 2. Juan 11:27 NTV 3. V. Juan 14:6 4. V. Juan 11:25 5. 1 Corintios 15:55 12

Ahora que estoy en la última etapa de mi vida, el tema de la muerte me ronda en la cabeza más que antes y no siempre es bonito. Los cristianos obviamente sabemos que la muerte no es el final de esta travesía. No obstante, es normal que nos preocupemos de la muerte y que nos cause cierta inquietud. Yo mismo no he estado exento de temores y dudas sobre mi partida de este mundo y a veces me cuesta mantener incólume mi fe acerca de las glorias del Cielo. Pienso entonces en todos los apóstoles y grandes hombres y mujeres de Dios que a lo largo de los siglos se aferraron a las promesas sobre la otra vida y murieron en paz. De ahí que me he refugiado en las verdades de la Biblia, probadas y comprobadas por millones de fieles a lo largo de los siglos. Absorberlas y meditarlas me ha infundido una profunda paz. Decidí que más me valía prepararme, edificar mi fe sobre la Escritura, que proporciona el cimiento indicado para hacer frente a la tumba. Como suele suceder siempre que lidiamos con dudas, no hay mejor manera de resolverlas o disiparlas que recurrir a la Palabra de Dios. Diversos pasajes de la Biblia me han reconfortado, particularmente los del Nuevo Testamento, como aquella ocasión en que Jesús le dijo a Marta: «Yo soy la resurrección


EL TRIUNFO FINAL

Frases del doctor Dwight L. Moody

y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente.»1 Enseguida Jesús remata con una pregunta —en realidad dirigida a todos nosotros—: «¿Crees esto?» El solo hecho de oír a Jesús plantearme serenamente ese interrogante me tranquiliza; y por supuesto le respondo: «Sí, Señor, siempre he creído».2 Frente a la perspectiva de la muerte, mi foco está puesto en Jesús. Sé que Él es el camino, la verdad y la vida,3 la resurrección y la vida;4 ¿para qué preocuparme entonces? Los primeros discípulos fueron testigos oculares de la resurrección de Cristo. Después de Su asunción divulgaron la noticia a los cuatro vientos. Así consta en numerosos pasajes del libro de Hechos. Las palabras y actitud del apóstol Pablo acerca de la muerte constituyen también gran fuente de ánimo para mí. En lugar de tenerle pavor, la esperaba con ilusión: «¿Dónde está, muerte, tu aguijón? ¿Dónde, sepulcro, tu victoria?»5 Hace varios años, en los meses previos a la partida de mi madre, ella tenía una actitud bastante positiva y despreocupada hacia la vida venidera. Sabía que había cometido muchos errores en su vida; sin embargo, se había reconciliado con Dios y se había entregado a Él. Así que no se preocupaba. En cierto sentido, ya estaba en brazos del Señor. Aguardaba el Cielo con alegre expectación. Su buen ejemplo contribuyó a calmar mis propios temores. Dwight L. Moody habló mucho sobre la muerte. Cuando alguien le preguntó si tenía la gracia para morir, respondió sabiamente: «No. ¿Por qué habría de tenerla?, si todavía no me estoy muriendo». Probablemente por eso no tengo yo todavía del todo la gracia para morir. Dios nos la conferirá cuando la precisemos. Y si tienes asuntos pendientes antes de ese fatídico día, preséntaselos a Dios y reconcíliate con Él pidiendo a Jesús que entre en tu corazón. Así, cuando te llame, te irás volando a Sus brazos. Gabriel García Valdivieso es director de la revista «Conéctate». Vive en Chile y está afiliado a La Familia Internacional. ■

Me parece que muchos cristianos tienen conflictos con el futuro; piensan que no tendrán la gracia suficiente para morir. Es mucho más importante que tengamos la gracia suficiente para vivir. Me parece que mientras tanto, la muerte tiene muy poca importancia. Cuando llegue la hora de morir, habrá gracia para ello; en cambio, la gracia para morir no es necesaria mientras se vive. Algún día leerás en los periódicos que D.L. Moody, de East Northfield, ha muerto. ¡No creas ni una palabra! En ese momento estaré más vivo de lo que estoy ahora; habré llegado más alto, eso es todo. Estaré lejos de esta vieja vivienda de barro, instalado ya en una casa que es inmortal: un cuerpo que la muerte no puede tocar, que el pecado no puede manchar; un cuerpo formado a semejanza de Su glorioso cuerpo. Nací de la carne en 1837. Nací del Espíritu en 1856. Lo que nace de la carne puede morir. Lo que nace del Espíritu vivirá para siempre. La tierra se aleja; el Cielo se abre ante mí. Si esto es la muerte, ¡qué dulce es! Aquí no hay valle. Dios me llama, y debo ir. Puede que la muerte sea la reina del terror… ¡Pero Jesús es Rey de reyes! 13


A n na P

er li n i

LOS QUE

S O N I M A C S O M A M TO

Como la mayoría de los jóvenes, en mi búsqueda del sentido y la

verdad de la vida, también me vi ante el afán de encontrar un rumbo que otorgara trascendencia a mi vida. ¿Qué camino seguiría, qué haría, qué creencias abrazaría? Es como estar frente a uno de esos postes indicadores que se encuentran al hacer senderismo. Aparecen varias placas que apuntan en diferentes direcciones y te indican el grado de dificultad de cada sendero. Algunas rutas están reservadas para montañeros experimentados, otras son de dificultad media y otras bastante fáciles y al alcance de cualquiera. Me encanta hacer senderismo, y aprendí que, aunque estos indicadores suelen ser útiles, a veces, después de tomar los caminos que señalan, lo dejan a uno desconcertado y casi decepcionado con el grado de dificultad que pronosticaban. En el mundo del excursionismo se dan muchos debates sobre cómo calificar las rutas, porque hay muchos factores que pueden determinar la dificultad, entre ellas la edad, el estado físico, las condiciones meteorológicas y un largo etcétera. Estoy bastante segura de que algunos de los caminos que decidí tomar en la vida acabaron siendo mucho más difíciles de lo que pensaba y, mirándolo en retrospectiva, me pregunto si con esa perspectiva que otorga el tiempo tomaría esos mismos caminos. A veces hasta me pregunto si me dejé embaucar cuando opté por algunos derroteros. Estoy segura de que no era realmente consciente de todo lo que iban a suponer. Nadie puede prepararte del todo para las sorpresas de la vida, y hoy me alegro de haber tenido el valor (o la locura) de acoger algunas de ellas. Son lo que han hecho de mí la persona que soy hoy en día.

Anna Perlini es cofundadora de Per un Mondo Migliore 1 , organización humanitaria que desde 1995 lleva a cabo labores en los Balcanes. ■ 1. http://www.perunmondomigliore.org 14

Dios tiene un propósito para tu dolor, una razón para tu lucha y un premio por tu fidelidad. No te des por vencido. Anónimo Las pruebas y obstáculos son lo que hace interesante la vida. Superarlos es lo que le da sentido. Joshua J. Marine No es hasta que sales de tu zona de comodidad que comienzas a cambiar, crecer y transformarte. Roy T. Bennett (1939–2014) Puedes conocer a Jesús personalmente invitándolo a entrar en tu vida: Jesús, gracias por dar la vida por mí para que pudiera gozar de la vida eterna. Te ruego que me perdones todas mis ofensas. Entra en mi corazón, concédeme la vida eterna, lléname de Tu Espíritu Santo y llévame a conocer Tu amor y paz. Gracias por estar siempre conmigo, de aquí en más. Amén.


Marie Alvero

CICLOS Hoy estoy sentada en mi escritorio,

mirando por la ventana uno de los mejores días de este verano y quizá uno de los últimos. Se espera el primer frente frío para la próxima semana, y ya me estoy preparando para el inevitable cambio de tiempo. Aunque me habitué a esperar estos ciclos de la naturaleza, es curioso que siempre me sorprenda cuando ocurren en mi vida real. A decir verdad, los cambios de la vida no son tan predecibles como las estaciones. Mi vida, por ejemplo, no se detiene cada otoño para recomenzar más grande y mejor en la primavera. La realidad, sin embargo, es que el ciclo natural es mucho más polifacético. Algunas plantas hibernan durante la época de frío, mientras que otras florecen en esa estación y otras son perennes. Algunas no viven sino durante un ciclo; otras crecen prácticamente en cualquier lugar en que haya sol y tierra. Otras más, en cambio, requieren condiciones precisas para crecer, y esas condiciones varían de una planta a otra. Cuanto más observo la naturaleza, más veo los paralelismos y más en paz me siento, aun cuando parece que mi vida está en declive. La Biblia habla de esto en un profundo pasaje: Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: Tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de sanar; 1. Eclesiastés 3:1-8

tiempo de destruir y tiempo de construir; tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de estar de duelo y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar y tiempo de dejar de abrazar; tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de arrojar; tiempo de romper y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar; tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra y tiempo de paz.1 Sea lo que sea que esté pasando en tu vida, este fascinante pasaje te habla y te reconforta. Se aplica cuando estás en la cima del mundo como también cuando te toca empezar de nuevo. Nos recuerda que ambas situaciones son parte de la corriente de la vida, y que hay al menos una fracción de esos periodos que escapa completamente a nuestro control. Si estás comenzando de nuevo, sigue el consejo de los árboles en otoño: estate quieto. Deja que lo viejo caiga, que las raíces lleguen a lo más profundo, y no te preocupes si el aspecto que presentan las cosas en esa estación es soso. La actividad continúa en lo más profundo de las raíces. Las partes viejas y gastadas se desprenden, dejando espacio para lo nuevo. Volverás a florecer. Marie Alvero ha sido misionera en África y México. Lleva una vida plena y activa en compañía de su esposo y sus hijos en la región central de Texas, EE. UU. ■ 15


De Jesús, con cariño

TODO ESTÁ PERDONADO

No te descorazones por las equivocaciones y pecados del ayer. Lo pasado, pasado está. En el mismísimo instante en que clamas a Mí y solicitas Mi perdón, Yo te lo concedo. A partir de ahí, no hay motivos para que sigas preocupándote, ya no hay nada que temer, ni tienes que continuar llevando tú la carga. Si en este momento te presentaras ante Mí, Mi amor te envolvería y te llenaría de tal manera que se disiparían todos los dolores, sufrimientos y malentendidos del pasado y del presente. Tan inmenso es el amor que albergo por ti que no deja espacio para la tristeza o los sentimientos de culpa. Si comparecieras ante Mí, no sentirías otra cosa que aceptación y amor totales, pues sabrías que todo te ha sido perdonado. Yo lavo todos los temores. En Mi amor no hay temor. Si bien todavía te alojas en tu cuerpo humano, confía en que el amor que te tengo no es menor en este momento que el que te demostraré cuando te presentes delante de Mí. Siempre estoy contigo, pese a que ahora ves de manera indirecta y velada, como por espejo oscuramente.1 Eres mi criatura querida y amada. 1. V. 1 Corintios 13:12 NVI


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