Conéctate, número de junio de 2014: El éxito

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CAMBIA TU MUNDO CAMBIANDO TU VIDA

12 PELDAÑOS DEL ÉXITO Vale la pena planificar

Equilibrio vital Es cuestión de ritmo

Entre el barro y el palacio Una de cal y otra de arena


Año 15, número 6

A N U E S T RO S A M IG O S Pienso que el mayor deseo que abrigamos para nosotros —y también para nuestros seres más cercanos— es gozar de buena salud y felicidad y tener éxito en la profesión o estilo de vida que hayamos escogido. Por desgracia, éxito es una palabra capciosa, cargada de contradicciones. En su primera acepción es simple y llanamente el resultado feliz de un negocio, de una actuación. Se puede tener éxito en una empresa, sacando adelante una familia o cumpliendo un sueño de toda la vida. Aspiraciones nobles todas ellas. No obstante, en la obsesiva sociedad actual, el éxito también está asociado a la fama, a lo que está en boga, y se suele establecer un vínculo entre el éxito y la riqueza material, lo que genera ansiedad y sentimientos de frustración en quienes no lo consiguen. Una cosa es el exitismo y otra el éxito. Exitismo es afán desmedido de éxito. Ya me dirán si no vivimos en una sociedad exitista. Las presiones que nos imponemos o a las que sometemos a los demás para triunfar en los estudios, en una profesión o en la vida —ligadas casi siempre a logros materiales— nos roban muchas veces la felicidad y nos impiden alcanzar el tan anhelado éxito. Personalmente no creo que el éxito se deba medir por el dinero o por los bienes adquiridos, la popularidad que tengamos o la gente con la que nos codeemos. El éxito así entendido suele ser pasajero y no garantiza la felicidad. El verdadero éxito se halla en nuestra plena realización como personas, independientemente de si gozamos o no de la aceptación de los demás o si nuestros esfuerzos obtienen jugosos premios en metálico. El evangelizador escocés Oswald Chambers escribió: «Dios te llama a ser Su amigo leal, a cumplir los propósitos y las metas que Él te ha trazado». Una vida que cumple los propósitos y las metas que Dios dispuso —cualesquiera que sean en cada caso— es una vida de éxito, y una persona que mantiene un vínculo de amistad con Dios es a todas luces una persona feliz. Esa en esencia es la clase de éxito que deseo para mí, para mis seres queridos y para ti, amable lector. Gabriel García V. Director 2

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Director Gabriel García V. Diseño Gentian Suçi Producción Samuel Keating © Aurora Production AG, 2014 www.auroraproduction.com Es propiedad. Impreso en Taiwán por Ji Yi Co., Ltd. A menos que se indique otra cosa, los versículos citados provienen de la versión RV, revisión de 1960, © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizados con permiso.


EQUILIBRIO vital Dina Ellens

Hace poco un amigo me dijo: «Mi empresa anda bien, pero

mis alergias han empeorado más que nunca. Por lo visto, cuando me estreso se agravan. ¿No será que lo uno está relacionado con lo otro?» Todos sabemos lo que es estar muy ocupados, pero Jesús nos dice: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y Yo les daré descanso. Carguen con Mi yugo y aprendan de Mí, pues Yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma»1. Para muchos que vivimos en ciudades, la palabra yugo tiene poco significado. Aquí en Asia, sin embargo, con frecuencia suele verse a hombres y mujeres llevando cargas pesadas al mercado. Lo hacen utilizando un palo de madera que colocan sobre sus hombros, con una 1. Mateo 11:28,29 (nvi) 2. V. Mateo 8:24 3. V. Marcos 6:31 4. V. Marcos 1:35

cesta colgada de cada punta. La clave consiste en mantener un equilibrio perfecto. Han llegado a dominar cierta forma rítmica de caminar a fin de evitar que las cestas se balanceen demasiado hacia un costado o hacia el otro. Aunque Jesús sabía que su estadía en la Tierra sería breve, no se ponía frenético ni se atosigaba de trabajo cada día. Logró hacer mucho porque llevaba una vida equilibrada. Descansaba cuando se sentía agotado2, instaba a Sus discípulos a hacer lo mismo3 y también dedicaba tiempo a orar y escuchar a Su Padre4. Nosotros también podemos llevar pesadas cargas si adoptamos un buen ritmo y mantenemos un equilibrio entre atender a nuestras obligaciones y hacer pausas para descansar y recargar energías. Dina Ellens vive en Java Occidental (Indonesia), donde se dedica a labor es voluntar ias. ■

Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de ustedes. 1 Pedro 5:7 (ntv) Para todo hay ocasión: hay tiempo para distenderse y tiempo para estar ocupado, tiempo para divertirse y tiempo para trabajar, tiempo para recibir y tiempo para dar, tiempo para comenzar y tiempo para concluir. Jonathan Lockwood Huie (n. 1944) No es el peso lo que nos derrumba, sino la manera en que lo llevamos. Anónimo La mayor parte del trabajo que se hace en el mundo no es obra de genios, sino de personas comunes y corrientes que llevan una vida equilibrada, que han aprendido a trabajar de manera extraordinaria. Gordon Hinckley (1910–2008) La felicidad no es cuestión de intensidad, sino de equilibrio, orden, ritmo y armonía. Thomas Merton (1915–1968) 3


Adaptación de un artículo de Peter Amsterdam

12 ¿Te enfrentas en este momento a un proyecto de

difícil realización o a una tarea que se presenta monumental? Seguramente ya te has hecho una idea general del rumbo que quieres tomar; pero vas a necesitar una estrategia, un plan gradual para alcanzar tu objetivo. Planificar la ejecución de un proyecto es una inversión. Una planificación adecuada y prudente requiere horas de trabajo, paciencia, mucha investigación, consultas y —para quienes incluimos una dimensión espiritual— oración. En todo caso, un buen plan produce magníficos resultados que compensan de sobra todo el tiempo y el esfuerzo invertidos en él. Si bien las fórmulas para crear una estrategia son muchas, expongo a continuación algunas pautas de demostrada eficacia:

1 Determinar los objetivos a largo plazo ¿Qué es exactamente lo que aspiras a lograr? Define cada objetivo 1. Proverbios 3:5,6; v. también Proverbios 16:9 2. Mateo 7:7; v. también 1 Juan 5:14,15 4

Peldaños en términos muy concretos y concisos. Quédate nada más con uno o dos objetivos primordiales, pues eso multiplicará tus posibilidades de éxito. Más adelante puedes ampliarlos o diversificarlos en la medida en que los recursos lo permitan.

a corto plazo, trata de prever los obstáculos, impedimentos y situaciones que podrían enredar el proceso y paralizar tus avances. Si estás al tanto de las dificultades que podrían presentarse, puedes ir buscando soluciones anticipadamente.

2 Trazarse metas a corto plazo que contribuyan al logro de los grandes objetivos Para alcanzar los objetivos a largo plazo necesitas escalones, metas intermedias que te vayan acercando al destino final. Tales metas deben ser detalladas, concretas y verificables. Alcanzar los grandes objetivos toma tiempo. Es mucho más motivador tener metas intermedias; así los progresos se hacen más patentes. Cada vez que marcas como cumplida una de esas metas más abordables, sabes que estás un poco más cerca del objetivo a largo plazo.

4 Formular una estrategia Una vez concretados los grandes objetivos y las metas intermedias, te hará falta un plan que detalle tareas específicas para alcanzar cada una de esas metas. Hay que ser pragmático: un plan muy ambicioso puede ser deslumbrante; pero si resulta muy complejo o difícil de llevar a la práctica, no levantará vuelo. Cuando una tarea requiera la intervención de varias personas, asigna a cada una las acciones que le correspondan. Se debe determinar quién dirigirá cada paso y cuáles serán los plazos. Es vital que haya alguien responsable de cada labor.

3 Identificar los obstáculos que pueden presentarse Una vez que hayas determinado los objetivos a largo plazo y las metas

5 Pedir orientación a Dios Habiendo hecho lo anterior, pide a Dios que te confirme que vas


dEL ÉXITO bien encaminado, que has establecido un buen orden de prioridades, que no has pasado por alto nada sustancial, y que tanto los objetivos a largo plazo como las metas intermedias son realizables. «No te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas»1. 6 Escribir el plan Poner el plan por escrito evita que haya cosas que se pasen por alto o se queden en el tintero. Para que se cumpla lo programado y poder deslindar responsabilidades y ponderar los progresos, es vital tenerlo todo por escrito. A muchos les resulta útil llevar un diario de todo lo relacionado con el proyecto. 7 Ejecutarlo El fallo más frecuente consiste en no seguir lo planeado. Muchos dedican grandes esfuerzos a crear un excelente plan y tienen las mejores intenciones de llevarlo a cabo. Pero luego surgen inconvenientes, terminan muy atareados, y no lo cumplen.

8 Orar para que se haga realidad Pide ayuda a Dios para que se materialice el proyecto. «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá»2. 9 Evaluar los progresos Establece un sistema para medir los progresos a intervalos regulares. Verifica que las tareas se terminen de acuerdo con el programa y que se avance debidamente en la consecución de las metas a corto plazo. Si no te detienes periódicamente a consultar el mapa y ver dónde te encuentras, te expones a desviarte del camino del éxito. 10 Contar con imprevistos Hay que ser flexible. Las cosas en raras ocasiones se dan exactamente como nos imaginábamos. Al evaluar los progresos, conviene estar preparado para factores no previstos y adaptarse a las circunstancias cambiantes. Si surge algo que te impide llevar a cabo la tarea como esperabas, busca alternativas. Si algo no da resultado, modifícalo.

En términos generales conviene adherirse al plan; pero este no tiene por qué ser inalterable. 11 Evitar complicaciones Inicialmente, cuando se traza un plan, suele parecer sencillo. Pero cuanto más se avanza, más se complica, bien porque se incorporan nuevas ideas, o bien porque resulta más complejo de lo que parecía; y a veces por ambas razones. Procura percatarte de cuándo un plan está sobrecargado y haz una distinción entre lo que es necesario y lo que no. No tengas reparos en eliminar lo superfluo y reducir lo que simplemente consume demasiados recursos. 12 Celebrar los triunfos No esperes a haber alcanzado los objetivos a largo plazo para celebrar. Festejar el cumplimiento de las metas intermedias produce satisfacción y genera entusiasmo. Peter A mster da m y su esposa, M ar ía Fontaine, dir igen el movimiento cr istiano La Fa milia Inter nacional. ■ 5


EL NILO ROJO Elsa Sichrovsky

Cuando cumplí nueve años

me regalaron un librito que enseñaba a pintar con acuarelas. Yo estaba entusiasmadísima y comencé a pasar ansiosamente las páginas. De repente se me cayó el alma a los pies: la primera cuarta parte del libro consistía en ejercicios tonales y descripciones de trazos y mezclas de colores. ¡Qué aburrido! Decepcionada, pasé a la siguiente sección, que daba consejos sobre pinceles y tipos de papel. «No necesito todo esto —pensé—. ¿Dónde está la parte entretenida?» Avancé hasta la mitad del libro, donde me llamó la atención un cuadro de unas fresas. El producto final se veía prometedor, y las fotos instructivas que mostraban el proceso paso a paso parecían fáciles de seguir. Ahí sí se ponía interesante el libro. Mojé el pincel en el agua y me di a la tarea. No tuve mayores dificultades con la base de amarillo limón para hacer los toques de luz en las fresas;

1. V. Éxodo 7:14–25 6

pero cuando traté de aplicar el color naranja para los tonos medios, resultó que mi mezcla contenía demasiada agua y muy poca pintura. Nunca había mezclado acuarelas. No tenía ni idea de cómo se hacía. El papel delgado de mala calidad sobre el que estaba pintando se resistía a absorber el rojo intenso para los tonos más oscuros y comenzó a deshacerse, sobresaturado por las abundantes capas de pintura acuosa a la que no había dado ocasión de secarse. Aquello más parecía un cuadro del río Nilo azotado por las plagas1. En un intento desesperado por salvar mi obra, quise pintar los sombreritos verdes de las frutillas; pero mi pincel era demasiado grueso y se escurrió pintura verde hacia el rojo, formando una grotesca laguna marrón. Para cuando logré limpiar aquel pegote, ya había decidido no volver a agarrar un pincel. Sin embargo, a la mañana siguiente mi descorazonamiento

había dado paso a una resolución: destinaría parte de mis ahorrillos a la compra de los útiles que necesitaba y me tomaría la molestia de estudiar y practicar. A la larga me di el gusto de pintar paisajes y bodegones, y hasta el cuadro de las fresas. Ahí me di cuenta de que toda la parte aburrida me había servido de base para lograr obras bien acabadas. Con frecuencia ansío cumplir mis metas rápida y fácilmente y me desanimo o pierdo el entusiasmo cuando me topo con obstáculos y dificultades. Aún no he descubierto la pildorita mágica del éxito, pero la enseñanza que me dejó aquel Nilo rojo me recuerda que tengo que arremangarme y perseverar en los momentos tediosos, difíciles o desagradables. Es la única forma de plasmar unas fresas en un lienzo. Elsa Sichrovsk y es estudiante de secundar ia. R ealiza labor es misioner as junto con su fa milia en Taiwán. ■


PASO A PASO Reflexiones No mires nunca hacia abajo para examinar el suelo antes de dar el siguiente paso; solo quien mantiene la vista fija en el horizonte acierta el camino. Dag Hammarskjöld (1905–1961) El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir. Salmo 37:23 (nvi) Nuestros objetivos solo se pueden alcanzar a través del vehículo de un plan, en el que debemos creer fervientemente y sobre el cual debemos actuar con energía. No hay otro camino hacia el éxito. Anónimo Tener fe es dar el primer paso, aun cuando no veamos toda la escalera. Martin Luther King, Jr. (1929–1968) Andando, andando, vamos llegando. Refrán español

Das el primer paso hacia el éxito cuando te niegas a permanecer cautivo del entorno en que te encuentras. Mark Caine Los triunfadores tienen la capacidad de distanciarse del lienzo de su vida como lo hace el artista para ganar perspectiva. Hacen de su vida una obra de arte, una obra maestra individual. Denis Waitley (n. 1933) La mayoría de los grandes hombres lograron su mayor éxito justo después de su mayor fracaso. Napoleon Hill (1883–1970) A la visión debe seguir el emprendimiento. No basta con contemplar la escalera; es preciso subirla. Vance Havner (1901–1986) El primer paso para llegar a cualquier parte consiste en decidir que no te vas a quedar donde estás. Anónimo

Un viaje de mil kilómetros comienza con un primer paso. Lao-Tsé (c. 604–531 a. C.) Agua blanda en piedra dura, tanto da que hace cavadura. Refrán español Si añades un poco a lo poco y lo haces con frecuencia, pronto llegará a ser mucho. Hesíodo (c. 700 a. C.) Que tengas felicidad suficiente para conservar tu dulzura, pruebas que te fortalezcan, tristezas para no perder tu sensibilidad, esperanza para seguir siendo feliz, fallos que te mantengan humilde, éxitos para atizar tus ansias de progreso, amigos para reconfortarte, bienes para satisfacer tus necesidades, entusiasmo para avanzar con ilusión, fe para desterrar la depresión, y determinación para que cada día resulte mejor que el anterior. Anónimo ■ 7


Entre el BARRO y el PALACIO Adaptación de un artículo de María Fontaine

La vida no siempre nos sonríe tanto como nos gustaría.

A veces debemos hacer frente a un cúmulo de experiencias difíciles de soportar. Cuando se ponen a prueba nuestra paciencia y nuestra fe, cuando nuestros intentos de obrar con acierto acaban cubiertos por el fango de los problemas y las dificultades, puede parecer imposible hallar sentido y valor a lo que hacemos. En esas circunstancias resulta fácil pensar que nuestro día a día es tan penoso como caminar por un pozo de barro. Así y todo, podemos recuperar el ánimo y la motivación 1. V. Hechos 9:22–31 2. V. Hechos 11:25,26; 13:1–3 3. V. Génesis 37:9-11 4. V. Génesis 37:28 5. V. Génesis 39 6. V. Génesis 40,41 7. V. Éxodo 2:10–15 8. V. Hechos 7:29,30 9. Mateo 8:20 (nvi) 10. Salmo 139:7–12 (nvi) 8

recordando que no estamos solos. El poder y el amor del Señor se hacen patentes tanto en los peores como en los mejores momentos. Surten efecto tanto en el barro como en el palacio. Veamos el caso del apóstol Pablo, un hombre que muchos cristianos consideran un ejemplo de fe inquebrantable ante la persecución y los peligros. Sin embargo, aunque por lo general tuvo una actitud muy positiva, pasó por su cuota de experiencias en el barro, por así decirlo. Después de su encuentro con Jesús y su consiguiente conversión en Damasco, Pablo se embarcó de lleno en una vida de discipulado. Antes que elogios, su entrega incondicional le acarreó la ira de sus antiguos colegas judíos, que contrataron a sicarios para asesinarlo a la salida de la ciudad. Tampoco confiaban en él sus nuevos hermanos en Cristo. La persecución que antes había dirigido contra los cristianos llevó a muchos a poner en duda la sinceridad de su conversión.

Para Pablo debió de ser muy difícil no sentirse fracasado luego que sus compañeros lo abandonaron y lo mandaron a Tarso, su ciudad natal1. A pesar de todo, no se dio por vencido, y con el tiempo Dios envió a Bernabé con la idea de divulgar el Evangelio por Asia Menor y a la larga por todo el Imperio romano2. Es cierto que muchos grandes hombres de fe tuvieron momentos en que volaron alto, como José con el faraón, o Elías cuando pidió que cayera fuego del cielo, o Daniel en el foso de los leones; pero la mayor parte del tiempo estuvieron vadeando en el barro como todos los demás, porque ahí su fe podía fortalecerse y quedar claramente demostrada. De un momento a otro José pasó de encontrarse en la cúspide del mundo3 a ser vendido como esclavo en una tierra extranjera4. Gradualmente fue mejorando su situación hasta llegar a ser mayordomo en casa de una de las figuras


más importantes de Egipto. Sin embargo, eso duró poco tiempo, pues víctima de la vengativa esposa del hombre para el que trabajaba, fue a parar a la cárcel por negarse a traicionar sus principios5. Seguramente él se consideró un desastre luego de semejante desenlace. Con todo y con eso, aprovechó los escasos recursos de que disponía para seguir adelante, por ejemplo interpretando sueños para otros desafortunados que como él habían acabado en el barro de la cárcel. Tuvo que esperar dos años hasta que finalmente lo liberaron y Dios lo catapultó al puesto que le había preparado como la segunda persona más influyente de Egipto6. Está luego el caso de Moisés. Dios permitió que lo criaran en la corte del faraón; sin embargo en su juventud, con toda su fuerza y aplomo, no estaba listo para ser el instrumento que Dios iba a utilizar para librar a Su pueblo7. Dios tuvo que sumirlo en el barro de la tierra

de Madián —en pleno desierto—, donde soportó 40 años de exilio hasta que Dios consideró oportuno llevar a cabo Su plan por medio de él8. ¿Y qué de Jesús? ¡Sin duda pasó Sus momentos en el barro! Llegó a decir: «Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza»9. Si alguna vez has pensado que las cosas te han salido tan mal en la vida que Dios ya no puede rescatarte, recuerda lo que dijo el rey David. Pese a haber hecho cosas terribles, sabía que el amor divino, que siempre lo había socorrido, no le iba a fallar. «¿A dónde podría alejarme de Tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de Tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás Tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, aun allí Tu

mano me guiaría, ¡me sostendría Tu mano derecha! Y si dijera: “Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mío”, ni las tinieblas serían oscuras para Ti, y aun la noche sería clara como el día. ¡Lo mismo son para Ti las tinieblas que la luz!»10 Jesús obra de forma distinta en la vida de cada uno de nosotros porque no hay dos personas exactamente iguales. Todos los que fueron considerados grandes por Dios tuvieron un elemento en común: estaban resueltos a permanecer fieles aun cuando no entendieran los designios que Él tenía para ellos. Así pues, a despecho de lo que te deparen el presente y el futuro, recuerda que Dios ha prometido caminar siempre a tu lado, ya en un palacio, ya en el barro. M ar ía Fontaine y su esposo, Peter A mster da m, dir igen el movimiento cr istiano La Fa milia Inter nacional. ■ 9


EL TRIUNFO DE LA PERSEVERANCIA Toda obra del ingenio humano que nos causa admiración y nos maravilla es, en definitiva, una prueba de la irresistible fuerza de la perseverancia. A ella se debe que una cantera se convierta en pirámide y que países distantes acaben unidos por canales. Si un hombre comparase el efecto de un golpe del pico o de una palada con el diseño general y el resultado final, se sentiría abrumado por la desproporción. No obstante, esos pequeños actos, cuando se repiten de manera incesante, superan a la larga las mayores dificultades. Con la exigua fuerza de los seres humanos se nivelan montañas y se demarcan mares. Samuel Johnson (1709–1784) Nunca pierdas la ocasión de hacer cosa de provecho: del proyecto, pasa al hecho, del plan, a la ejecución. Hasta verla concluida no abandones tu labor, y hazla con tanto primor cual si te fuera la vida. Con la alegría en el pecho, aunque en la frente el sudor, sé alegre y trabajador y al éxito irás derecho. Ismael Parraguez (1883–1917) 10

Si quieres alcanzar el éxito en la vida, toma como amiga del alma a la Perseverancia, como sabia consejera a la Experiencia, como hermana mayor a la Cautela y como ángel guardián a la Esperanza. Joseph Addison (1672–1719) Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Santiago 5:7 Dios, valiéndose de Su inmenso libro ilustrado que es la naturaleza, te está enseñando a esperar, a sembrar la semilla y a aguardar a que el grano madure lentamente bajo el cielo paciente. Él no te entrega de un momento a otro cosas perfectas y plenamente desarrolladas, sino que planta semillas de cosas que paulatinamente crecerán, madurarán y llevarán fruto. Nos da primero yemas, luego flores que se abren en toda su plenitud, y por último el fruto perfecto. Adaptación de un texto de Hugh Macmillan (c. 1850) ¿No se cumple hoy tu esperanza? Tú no te desmoralices, que puede que sin tardanza vengan días más felices. Anónimo ■


EL ORNITORRINCO LIMPIO Chalsey Dooley

Algunos días parecen ser mágicos: las cosas me salen bien,

pongo en práctica nuevas ideas y el tiempo me rinde. En cambio otros días, cuando llega la noche tengo que hacer un esfuerzo para recordar algo digno de mención que haya hecho. Es cierto que di de comer a los niños, los vestí, los ayudé con sus actividades didácticas y los llevé a jugar a la plaza… pero me quedo con gusto a poco. Tengo ganas de liquidar unos cuanto ítems de mi extensa lista de tareas pendientes. Quisiera poder decir que he hecho grandes progresos. No obstante, me da la impresión de estar atrasándome cada vez más en muchos aspectos de mi vida. Hace unos meses, al terminar una larga jornada, intenté quitarme de encima el peso del abatimiento por tener tanto que hacer y no dar abasto resolviendo problemas. Entré al baño y me encontré con que Patrick (de dos años) había tomado su suave

ornitorrinco de peluche, había llenado la pila, le había dado un buen lavado y en ese instante estaba echándole bicarbonato, producto que uso para limpiar la pila. Otro desastre que limpiar no era precisamente lo que más necesitaba; pero él lo había hecho con todo su buen corazón. Así que me reí y me dije para mis adentros: «Aunque no parece que vaya a avanzar mucho en las otras cosas, por lo menos el ornitorrinco está limpio». Más tarde, mientras miraba a los niños contentos y a gusto en la cama esperando su cuento, decidí modificar mi criterio de lo que considero un progreso y un buen día. Así que confeccioné una lista distinta, y cada noche la repaso para ver cuántos ítems puedo marcar como hechos. üü ¿Ayudé hoy a mis hijos a sonreír? üü ¿Fui paciente cuando me topé con contratiempos?

üü ¿Les mostré a todos mis hijos que los amo? üü ¿Estuve dispuesta a ayudar, escuchar y levantar el ánimo a los demás aun a expensas de dejar cosas sin hacer? üü ¿Recé por alguien hoy? üü ¿Me reí y decidí tomarme las cosas con calma cuando me sentí exigida al límite? Mañana será otro día. A la larga, las tareas pendientes se harán. Trabaja. Respira, Sonríe. Trabaja. Respira. Sonríe. Tarde o temprano lo lograremos, lo que sea que tenemos que lograr. Chalsey Dooley vive en Austr alia. Escr ibe textos motivacionales par a niños y educador es y se dedica de lleno a la for mación de sus hijos. Echa un vistazo a su sitio web: w w w.nurtur einspir e-teach.com. ■ 11


FORJAR UN LEGA DO Sukanya Kumar-Sinha

¿Alguna vez te has preguntado —como yo— qué impresión causas a los demás, o lo que es más importante, si tienes algún impacto duradero en la vida de otras personas? Dado que vivo en India —país multirreligioso en el que los cristianos constituyen apenas el 2% de la población— tengo constantemente presente el hecho de que los demás juzgarán a mi Dios según cómo yo me conduzca. Sé qué mi manera de actuar contribuye de forma importante a que se formen opiniones positivas de los cristianos en general y hasta de Jesús mismo. Mi tía ofreció una vez un vaso de agua a una pareja de ancianos cuyo vehículo se había averiado delante de la casa de ella y que estaban esperando la llegada de la grúa. El hombre aceptó el vaso de agua con gratitud y dijo: —Usted debe de ser cristiana. 12

El otro día, cuando regresaba a casa, me enojé con un motociclista que me rozó el auto. De golpe me di cuenta de que al mirar mi rostro airado también debió de ver la cruz que llevo colgada del espejo retrovisor. ¿Se llevó ese día una buena impresión de la cristiana con la que se topó? Creo que no. Enseguida me avergoncé de mi reacción. Evidentemente, tengo aspectos en los que debo mejorar. Por eso me animó mucho el siguiente juego que hicimos un día en familia. Confeccionamos tarjetas con los nombres de cada uno y todos escribimos palabras alentadoras en las tarjetas de los demás. Luego las juntamos de modo que no hubiera forma de saber lo que había escrito cada uno. Cuando me llegó el turno de leer lo que los demás habían dicho de mí, me sorprendió que no hubiera ninguna mención de mis atributos,

habilidades y dotes a mi juicio más evidentes. En cambio, en mi tarjeta había comentarios como los siguientes: «Tienes una fe firme en la oración». «Me encanta el hecho de que tienes una buena relación con Dios». «Das a Jesús prioridad en todo lo que haces». Más tarde tomé conciencia de cuánto significan esos elogios y del valor que tienen, sobre todo viniendo de quienes mejor me conocen. A fin de cuentas, nuestra actitud y los pequeños gestos de la vida cotidiana son en muchos casos los que dejan la huella más profunda. Por ellos se nos recordará. Suk an ya Kumar-Sinha es lector a de Conéctate. Vive en Gurgaon (India) y tr abaja como dir ector a de progr a mas de una legación diplomática en Nueva Delhi. ■


SECRETOS PARA LLEVARSE BIEN CON LOS DEMÁS Chris Hunt

La Biblia constituye todo un tesoro de consejos espirituales, pero también prácticos. En ella abundan los ejemplos de relaciones sólidas. Tanto es así que Martín Lutero comentó que la totalidad de la vida cristiana consiste en relacionarnos y entendernos con la gente que nos rodea1. Veamos qué enseñanzas nos transmite la Biblia sobre la buena convivencia.

Trata a los demás con la amabilidad con que deseas que te traten. En todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la Ley y los Profetas. Mateo 7:12 (nvi) No [debemos] buscar nuestro propio agrado. Que cada uno de nosotros trate de agradar a su prójimo. Romanos 15:1,2 (nbj) 1. La libertad cristiana, memorando de Martín Lutero del año 1520

Que se muestren afables y llenos de dulzura con todo el mundo. Tito 3:2 (blph) Procura ver las cualidades que tienen las personas. Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Filipenses 4:8 Sé adaptable. Esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación. Romanos 14:19 (nvi) Siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; […] a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley, para ganar a los que están sin ley. […] A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. 1 Corintios 9:19–22

Perdona siempre. Pedro se le acercó y preguntó: «Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces?» «No siete veces —respondió Jesús—, sino setenta veces siete». Mateo 18:21,22 (ntv) Sé solidario. Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros. Gálatas 6:2 (ntv) Me alegro y comparto con todos ustedes mi alegría. Filipenses 2:17 (nvi) Desde que supimos de ustedes, no dejamos de tenerlos presentes en nuestras oraciones. Le pedimos a Dios que les dé pleno conocimiento de Su voluntad y que les conceda sabiduría y comprensión espiritual. Colosenses 1:9 (ntv) Chr is Hunt vive en el R eino Unido. Ha sido lector a de Conéctate desde que comenzó a publicarse en 1999. ■ 13


CONSEJOS PARA SUPERAR EL ESTRÉS Rosane Pereira

Siempre he sido una persona muy activa. Desde

jovencita me decían que yo era el trajín personificado. Después del fallecimiento de mi marido comencé a sufrir de estrés. Me sentía abrumada por obstáculos de poca monta. Sabía que tenía que dar con estrategias para lidiar con las tensiones y minimizarlas. El primer paso —y también el más difícil— fue aminorar la marcha y ajustar mi carga de trabajo a mi capacidad. Yo ansiaba seguir viviendo al mismo ritmo de siempre. No fue hasta que perdí la memoria durante un día entero después de una jornada de muchas presiones que por fin decidí seriamente reducir mi carga de trabajo y la cantidad de horas que le dedico. En segundo lugar, ahora me preparo una lista de tareas justo 1. V. Mateo 18:3 14

después de mi sesión devocional matutina. Al terminar de desayunar me pongo a abordarlas una por una. Lo que no he logrado hacer al final del día pasa a la lista del día siguiente. Eso me ha librado de muchísima ansiedad por no saber bien lo siguiente que tenía que hacer o por el miedo a olvidarme de algo. En tercer lugar, priorizo más mi vida espiritual. A diario leo o escucho la Biblia u otros textos inspirativos, o pongo canciones edificantes mientras ordeno, cocino o coso. También me he comprometido a reunirme con otros cristianos los fines de semana. Cuarto, participo más seguido en actividades recreativas. Por ejemplo, voy a la playa o asisto a fiestas de cumpleaños, lo que me ayuda a hacer a un lado las preocupaciones y ver las cosas en su debida perspectiva. Cuando saco a pasear el perro

al final de jornada, en vez de pensar en el trabajo doy gracias a Dios por el atardecer, por las montañas y por todos los favores que me concede. Eso también me trae alivio al alma. Los que desde luego conocen la clave son los niños. Rara vez sufren de estrés. Siempre disfrutan del momento. No se preocupan por el futuro, pues saben que sus padres velarán por ellos. Jesús dijo que debíamos ser como niños para entrar en el reino de Dios1. Por eso, aparte de las demás estrategias que empleo, procuro recordarme a mí misma todos los días que mi Padre velará por mí ahora y siempre, y que desea que disfrute del mayor don que me ha dado: la vida misma. Rosana Per eir a es escr itor a y profesor a de inglés. Vive en R ío de Janeiro (Br asil) y está afiliada a la Fa milia Inter nacional. ■


Momentos de sosiego

Acude a El Abi May

«Mi amado me habló y me dijo: «¡Levántate, amada mía; ven conmigo, mujer hermosa!”»1 Marta fue una mujer que tuvo que aprender la importancia de valorar por sobre todas las cosas la paz y la inspiración que nos brinda Jesús. En una ocasión en que Él fue a visitarla, se preocupó tanto de ser buena anfitriona y estuvo tan inquieta y ajetreada que no le quedó tiempo para Él2. Ese incidente encierra una enseñanza para todos nosotros. Señor, ayúdame a acudir a Ti para disfrutar de Tu compañía. Presten atención y vengan a Mí, escúchenme y vivirán. Isaías 55:3 (nvi) Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Santiago 4:8 (ntv) 1. Cantar de los Cantares 2:10 (nvi) 2. V. Lucas 10:38–42

Así como los pájaros tienen sus nidos […] y los ciervos sus escondrijos y sus defensas, […] de la misma manera […] nuestro corazón ha de escoger cada día algún lugar […] donde guarecernos de cuando en cuando, donde refrescarnos y recrearnos. S. Francisco de Sales (1567–1622) Señor, ayúdame a hacer espacio en mis ajetreados días para acudir serenamente a Tu presencia. ¡Bendita quietud, santa quietud, que inunda de sosiego mi alma! En la agitada mar oigo a Jesús, ¡y toda ola se acalma! Manie Ferguson (1850–1932) Dios es un ser tranquilo que mora en la tranquilidad eterna. De igual modo tu espíritu debe convertirse en una pequeña laguna tranquila y cristalina en la que se refleje la luz serena de Dios. Gerhard Tersteegen (1697–1769)

Señor, ayúdame no solo a buscar un lugar tranquilo, sino a hallar también tranquilidad interior. [Jesús] no vino meramente a darnos pan; dijo: «Yo soy el pan». No vino meramente a ofrecernos luz; dijo: «Yo soy la luz». No vino meramente a mostrarnos la puerta; dijo: «Yo soy la puerta». No vino meramente a nombrar un pastor; dijo: «Yo soy el pastor». No vino meramente a señalarnos el camino; dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». J. Sidlow Baxter (1903–1999) El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Juan 3:36 Puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios. Hebreos 7:25 Creo en Ti, Jesús. Deseo llegar a conocerte mejor cada día y prepararme para vivir eternamente contigo. Abi May es docente y escritora. Vive en el Reino Unido. ■ 15


De Jesús, con cariño

LAS RUEDAS DEL PROGRESO La vida se compone de ciclos. Hay épocas en que todo va bien y otras en que al parecer todo marcha mal. Quiero que aprendas a aferrarte a Mí en cada fase del ciclo. Cuando te veas cara a cara con un nuevo obstáculo o dificultad, no te desanimes, ni dudes de que juntos tú y Yo lograremos superarlo. Las contrariedades te obligan a ejercitar tu fe, pues tienes que hacerles frente. Eso te lleva a la siguiente fase del ciclo. Clamas a Mí pidiendo ayuda, combates, triunfas y haces progresos. Es como una rueda que va girando: la parte de arriba baja, y la de abajo sube. Así se genera el movimiento hacia adelante. Cada vez que te enfrentas a una nueva prueba, debes volver a combatir. Aceptas el reto, me pides auxilio y una vez más vences y haces progresos. A mayores pruebas, mayores victorias. En todo caso, es importante que acudas a Mí para que te dé la solución y que aceptes la invitación a luchar hasta vencer. Así el ciclo no se interrumpe. No vas a querer quedarte en la parte baja donde los avances son mínimos. Por tanto, no veas los bajones de la vida como derrotas, sino como oportunidades de avanzar. Ya sé que es difícil pasar por esos ciclos, pero debes hacerlo para seguir avanzando. No cejes, pues. ¡Sigue adelante!


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