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CAMBIA TU MUNDO CAMBIANDO TU VIDA

LA SENDA DE LA VIDA Destinos impensados

Habrรก un final feliz No sobredimensiones tus problemas

Cabinas telefรณnicas abandonadas No te quedes atrรกs


¿Buscas libros, compactos o videos que te comuniquen fuerzas, te motiven y te ofrezcan soluciones? Visita nuestro sitio web o ponte en contacto con cualquiera de los distribuidores que se indican a continuación.

Año 13, número 1

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A N U E S T RO S A M IG O S Si bien todo año se inicia con cierta cuota de ilusión y expectación, en nuestros radiantes cielos suelen también asomar algunas nubes de inquietud e incertidumbre, particularmente en los tormentosos tiempos en que vivimos. Nos asaltan muchos interrogantes: ¿Alcanzaré mis metas? ¿Me depararán buena salud los meses y años venideros? ¿Gozará también de buena salud mi economía personal o familiar? ¿Y mi familia? ¿Tendrá el anhelado bienestar? Año nuevo es el momento ideal para dejar en manos —o mejor aún, en hombros— de Dios la carga de preocupaciones que nos agobia. Dicen que el futuro es tan halagüeño como las promesas de Dios. Promesas como que Él estará con nosotros hasta el fin1, o que solo abriga pensamientos de paz hacia nosotros, y no de mal2. ¡Qué mejor momento para aferrarnos como nunca a Dios y soltar todo lo que nos causa desasosiego! Varios amigos y familiares míos pasaron por durísimos momentos el último año. Parecía que las pruebas y batallas que los asediaban no les daban tregua. Para algunos fue una angustiosa situación económica, producto de la crisis o la cesantía que afecta a su país, o a su difícil situación laboral; otros sufrieron una vorágine de conflictos familiares, separaciones y quebrantos emocionales. Los trances de todos ellos me tocaron de cerca y francamente me provocaron desazón, pues se trata de personas muy queridas para mí. Así y todo, he aprendido a ponerlos en manos de Dios y pedir para ellos alivio y asistencia divina, y no me he visto defraudado. Dios se ha hecho presente. Varios de ellos han logrado salir adelante a pesar de los pesares. Y a los que todavía siguen con el agua al cuello, Dios les ha dado resistencia para no sucumbir, pues ha prometido que no nos probará más allá de nuestras fuerzas. Cuando hayan terminado de aprender lo que Él quería enseñarles o se haya cumplido Su amoroso designio, los ayudará a salir a flote. Ruego que tú también puedas hacer lo propio. Encomiéndale a Dios tu situación particular y la de tus seres queridos. Que Dios alivie tus cargas y te dé fuerzas y fe para afrontar el futuro. ¡Feliz año! Gabriel En nombre de Conéctate

México, Centroamérica: Conéctate A.C. Apdo. Postal I-719 Mitras Centro Monterrey, N.L., 64000 México E-mail: conectate@conectate.org Tel: (01-800) 714 4790 (nº gratuito) +52 (81) 8123 0605 +52 (81) 8134 2728 (fax) Chile: Casilla de Correos 14.702 Correo 21, Sucursal La Moneda Santiago Tel: (09) 469 7045 E-mail: conectateconosur@conectate.org Argentina, Paraguay, Uruguay, Perú, Bolivia: E-mail: conectateconosur@conectate.org Colombia, Venezuela, Ecuador, Antillas: Conéctate Colombia Apartado Aéreo # 85178 Bogotá Colombia Tel: (1) 7586200 E-mail: conectatecoven@conectate.org España: Conéctate Apdo.626 28080 Madrid (34) 658 64 09 48 Resto de Europa: Activated Bramingham Pk. Bus. Ctr. Enterprise Way Luton, Beds. LU3 4BU Inglaterra E-mail: activatedeurope@activated.org Tel: +44 (0) 845 838 1384 Estados Unidos: Activated Ministries PO Box 462805 Escondido, CA 92046–2805 E-mail: info@actmin.org Tel: 1-877-862-3228 (nº gratuito)

Director Gabriel Sarmiento Diseño Gentian Suçi Producción Samuel Keating © Aurora Production AG, 2011 http://es.auroraproduction.com Es propiedad. Impreso en Taiwán por Ji Yi Co., Ltd. A menos que se indique otra cosa, los versículos citados

1. Mateo 28:20 2. Jeremías 29:11 2

provienen de la versión Reina-Valera, revisión de 1960, © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizados con permiso.


Mi CAPITÁN Elena Sichrovsky

A comienzos del año emprendí un viaje. Sentada al

borde del agua, respirando el aire salobre del mar, tuve sentimientos encontrados de entusiasmo y vacilación al recorrer con la mirada el océano que tenía por delante. En el transcurso de mi viaje me enfrenté a algunas turbulencias y adversidades. El mar turquesa se convirtió en una gran masa oscura y revuelta de furiosas olas y espuma. La lluvia y los vientos azotaron implacablemente mi nave. Pero también hubo días de bendición y avance sostenido, en que el sol resplandecía sobre las olas y la suave brisa impulsaba mi barca hacia adelante. No pasé sola por esas experiencias. Mi capitán, Jesús, estuvo conmigo. Juntos iniciamos cada día. Juntos capeamos las tormentas de la adversidad. Juntos nos reímos y disfrutamos del sol. Sabía que Él tenía un plan para nuestra travesía y que había trazado nuestro derrotero.

Aun así, hubo momentos en que puse en duda Su buen juicio, cuando sintiéndome débil y agotada por la lucha divisaba en el horizonte otra tempestad en ciernes. —Jesús, ¿debemos sufrir más dificultades? —le imploraba—. Si me amas tanto como afirmas, ¿no puedes hacer que mi travesía sea menos penosa? Sonriendo, Él me respondía afectuosamente: —Créeme que te amo. Siempre te he amado y no dejaré de hacerlo en el futuro. Aunque a tu alrededor ahora mismo todo parezca tumultuoso y turbulento, será así solamente por un tiempo. Después de la tormenta el cielo se verá más despejado y hermoso que nunca. No tienes más que asir Mi mano. Yo te sacaré adelante. Busca las bendiciones que traen estas tempestades. Aprendí que la clave está en permanecer cerca de Él hasta que

desaparezcan los nubarrones. Y mientras esperaba descubrí cosas asombrosas. Durante aquellos días tormentosos percibí más que nunca Su amorosa presencia. Sus tranquilizadoras palabras me infundieron fuerzas, me calmaron los nervios y disiparon mis temores. Y ¿qué de las bendiciones de las que me habló? Ahora, en el umbral de un nuevo año, vuelvo la mirada atrás y veo que esas épocas de pruebas generaron en mí valor, fe y esperanza; valor para no darme por vencida a pesar de las complicaciones y contratiempos; fe anclada en un amor que nunca me ha defraudado; y esperanza en Jesús, que me ha trazado un plan perfecto no solamente para este año que comienza, sino para toda mi vida. Elena Sichrovsk y vive en Taiwán. Está afiliada al movimiento cr istiano La Familia Inter nacional (LFI). ■ 3


Una ciudad en la que viví en cierta época

CABINAS TELEFÓNICAS ABANDONADAS Curtis Peter van Gorder

Nuestro potencial está por delante de nosotros, así tengamos 8, 18, 48 u 80 años. Todavía tenemos posibilidades de mejorar. Mañana podemos ser mejores que hoy. John Maxwell 4

está hoy en día salpicada de cabinas de teléfono abandonadas y obsoletas. Permanecen vacías y en silencio, fantasmales recordatorios de la utilidad que tuvieron en otro tiempo. Hoy simplemente ocupan espacio en las aceras, y solo las usan algunas arañas que en un dos por tres tejen su tela en un recoveco. Hace diez o veinte años esas cabinas constituían un medio vital de comunicación. Sustituidas por los teléfonos móviles, mucho más prácticos y con muchas más funciones, son reliquias que no merece la pena ni mantener ni eliminar. Esas viejas cabinas telefónicas despiertan en mí un dejo de tristeza. Me recuerdan a las personas que están atrapadas en el pasado porque no pudieron o no quisieron adaptarse a lo nuevo. Cualquiera de nosotros puede terminar en ese estado. Si pensamos más en el pasado que en el presente y el futuro, perdemos contacto con el mundo que nos rodea y nos quedamos atrás. El mundo está siempre cambiando; por eso tenemos que estar preparados para cambiar con él, para adquirir nuevas habilidades y esforzarnos continuamente por progresar. Eso se aplica tanto a nuestro entorno físico como a nuestra vida espiritual. El año pasado fue prolífico en experiencias de aprendizaje para mí. Me mudé de Oriente Medio a la India y cambié de actividad laboral. Eso sin duda puso a prueba mi capacidad. Aunque los cambios suelen ser francamente difíciles, he descubierto que por lo general acaban por beneficiarme. Tuve que adaptarme a un nuevo ambiente y situación, y eso fue muy instructivo. Me imagino que por naturaleza los seres humanos tenemos inclinación hacia lo estático, hacia la inmovilidad. Sin embargo, la forma que teníamos ayer de hacer las cosas no siempre es la mejor manera de abordarlas hoy y de cumplir con las exigencias del presente. Cambiemos o no cambiemos, lo que hasta ayer estaba a la vanguardia en poco tiempo queda a la retaguardia. No hay más que echar un vistazo a la vertiginosidad con que cambia el mundo tecnológico y sus artilugios. Hojeando hace poco unos números antiguos de una conocida revista de electrónica no pude menos que reírme de algunos de los productos que eran aclamados como innovadores en su época y que hoy están desfasados. Como dice el refrán: «Lo que hoy parece, mañana perece». Es mejor avanzar con los tiempos. Curtis Peter van Gorder es guionista y especialista en animación. Vive en Bombay (India) y está afiliado a LFI. ■


Nueve TÁCTICAS para CambiAR

En constru

cción

Keith Phillips

1

Hacer un balance y fijarse metas. Hazte una lista de los aspectos en que quieres cambiar y de las medidas que puedes tomar para efectuar esos cambios. El hecho de poner por escrito tus metas y planes te ayudará a concretar tus ideas y reafirmar tu compromiso.

2

Incorporar los cambios al horario o calendario. Sin un plan definido, las buenas intenciones suelen quedar olvidadas en medio del trajín de todas las demás obligaciones que tenemos.

3

Apoyarse en Jesús y no exclusivamente en la fuerza de voluntad, el intelecto o las habilidades naturales. La Biblia dice: «Mejor es confiar en el Señor que confiar en el hombre»1, y: «Felices los que en Dios encuentran ayuda. Irán sus fuerzas en aumento»2.

4

Buscar orientación y estímulo en la Palabra de Dios. Dios promete: «Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar»3. Un sitio web para hacer búsquedas en la Biblia, una concordancia o un manual de estudio, como por ejemplo Una vida más feliz, Fundamentos o La Biblia en cápsulas4, facilitan mucho la tarea de averiguar lo que dice la Biblia sobre temas concretos relacionados con los cambios que aspiras a realizar.

5

Unirse a un grupo de apoyo o formar uno. El estar con gente de ideas afines a las tuyas proporciona un refuerzo positivo y apoyo moral, dos catalizadores de los cambios. «Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo»5. «Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo»6.

1. Salmo 118:8

6. Proverbios 27:17

2. Salmo 84:5,7 (DHH)

7. V. Santiago 5:16; Mateo 18:19

3. Salmo 32:8

8. Salmo 100:4

4. Estos tres libros se pueden solicitar

9. Proverbios 24:16

escribiendo a la cualquiera de las

10. Salmo 37:24

direcciones de la página 2

11. Filipenses 2:13

5. Eclesiastés 4:9

12. 2 Corintios 5:17

6

Solicitar oración. La oración en grupo logra extraordinarios resultados7.

7

Agradecerle a Dios Su ayuda. Cuanto más agradecido te muestres, más querrá Dios hacer por ti. «Entrad por Sus puertas dando gracias, por Sus atrios con alabanza»8.

8

Ante los tropiezos, pedirle a Dios perseverancia. «Siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse»9. «Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano»10.

9

Seguir creyendo que, con la ayuda de Dios, se puede cambiar. Invoca versículos que aumenten tu fe, como: «Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer por Su buena voluntad»11, y: «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas»12. ■ 5


LA SENDA DE LA VIDA Peter Amsterdam

Hace unos meses, mi esposa, María, y yo cenamos con un amigo joven que nos habló de sus últimos planes. Abrigaba grandes sueños y audaces aspiraciones. Nos contó que por meses había sentido que Dios lo impulsaba a ir en determinada dirección, pero había descartado la idea por considerarla alocada. No obstante, mientras más la desestimaba, más se intensificaba su deseo de llevarla a la práctica. Con el tiempo le preguntó al Señor si esa era en efecto la misión que tenía para él. A partir de ese momento empezó a sentirse en paz en cuanto a tomar ese nuevo rumbo. El día en que cenamos juntos ya tenía planes bastante concretos: pronto iba a mudarse para dedicarse a cumplir su sueño, encaminándose por fe en la dirección que consideraba que el Señor le estaba indicando. María y yo nos quedamos impresionados con su sinceridad y su deseo de seguir el llamamiento de Dios. Durante la conversación hice un comentario en el sentido de que a veces Dios nos muestra que hagamos algo que se aparta mucho de lo corriente, y luego se vale de los pasos iniciales que damos en esa dirección para llevarnos a emprender un viaje que a la postre nos conduce a otro destino, totalmente impensado. La senda de la vida queda a menudo trazada por una serie de decisiones

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que aparentemente no guardan relación entre sí, pero que se suman y a la larga nos llevan a encontrar la satisfacción. —¿Me puedes dar un ejemplo de eso? —me preguntó el joven. Me quedé unos segundos pensando y le respondí: —Pues sí. En mi caso fue así. Hace unos cuarenta años, poco después de unirme a La Familia Internacional (LFI), uno de los sostenedores de nuestro centro, que era dueño de una imprenta, nos donó una prensa. Su idea era enseñarnos el manejo de aquella máquina y de todo el equipo de su taller para que pudiéramos ahí mismo imprimir nuestras publicaciones didácticas y de evangelización. Por esas cosas de la vida resultó que yo fui uno de los pocos que recibió capacitación como impresor. A eso me dediqué un año y medio. Me había integrado en La Familia Internacional para dar a conocer directamente a la gente el amor y el mensaje de Jesús. De ahí que no me resultara nada fácil estar día tras día imprimiendo publicaciones, tarea que muchas veces me resultaba tediosa y rutinaria. Jamás me imaginé que aquello era algo muy importante dentro de los designios de Dios para mí. Gracias a los conocimientos adquiridos en ese taller de impresión, con el tiempo me invitaron a Alemania a colaborar con las publicaciones de LFI en alemán. En los años siguientes trabajé también en otros centros de impresión, y a la larga me pidieron que supervisara el departamento que imprimía las

publicaciones de LFI para gran parte de Europa. Ese trabajo me llevó a otro que me puso en contacto con David y María, fundadores y dirigentes de LFI. Al cabo de unos años me invitaron a trabajar directamente con ellos en calidad de asistente. Mi trayectoria comenzó con un paso que en su momento fue complemente inesperado y contrario a lo que yo tenía calculado. Una cosa me llevó a otra hasta que al final terminé dedicándome a lo que hago hoy, labor que me encanta y me satisface. Lo que intenté hacerle ver a nuestro amigo fue que por más que su iniciativa no resultara, bien podía ser el primer paso de una travesía que lo llevaría a un estupendo destino, quizá mejor y más gratificante que el sueño que abrigaba en ese momento. Desde entonces he procurado transmitir ese mismo principio a otras personas. Les explico que no deben desilusionarse si luego de aventurarse a tomar un camino que pensaban que era el indicado por Dios, las cosas no les salen como tenían previsto. Podría tratarse del primer paso hacia algo extraordinario. Lo que uno aprende o las personas que se conocen en la aventura inicial pueden resultar más importantes que la aventura en sí.

Las dificultades, la incertidumbre y las desilusiones actuales pueden ser peldaños que nos lleven a un futuro éxito. *** Anoche me acosté y me quedé despierto en la cama, rezando y reflexionando sobre ciertas decisiones que debo tomar y el efecto que tendrán. Al cabo de un rato me levanté y empecé a escribir este artículo. Poco después de haber empezado, el Señor me habló al corazón: «Detente a pensar en lo que estás escribiendo. Lo que le contaste a ese amigo también se te aplica a ti. Debes estar dispuesto a dar por fe los primeros pasos hacia lo nuevo, a aventurarte y seguirme a Mí aunque parezca descabellado. Paralizado por la indecisión jamás darás el primer paso; sin embargo, ese primer paso es el que te encaminará hacia el destino que Yo he elegido. Todos estos años me has confiado tu vida; ¿puedes seguir confiando en Mí ahora? Sígueme, confía en Mí y deja que el futuro se vaya revelando día tras día». Peter A mster dam y su esposa, M ar ía Fontaine, dir igen el movimiento La Familia Inter nacional. ■

La voluntad de Dios no se descubre de una sola vez. A medida que vamos avanzando y pasando por cambios espirituales y físicos, y que van cambiando los tiempos y las circunstancias, es preciso que nos replanteemos nuestra vida o que reevaluemos ciertos aspectos de ella para estar seguros de que aún seguimos el plan de Dios y no nos hemos quedado rezagados. Es algo que un cristiano debe hacer frecuentemente. María Fontaine 7


' HABRA UN FINAL FELIZ María Fontaine

La vida está llena de decisiones. Todos los días nos vemos

1. Mateo 17:20 2. Marcos 9:23 3. V. Lucas 11:11–13 4. Romanos 8:28 5. V. Filipenses 4:8 8

obligados a tomar algunas, grandes o pequeñas, y cada día que pasa tenemos un historial cada vez mayor de decisiones tomadas. Algunas nos resultaron bien, otras mal, otras en parte bien y en parte mal, y otras más todavía no se sabe. En todo caso, cada una de ellas contribuyó a hacer de nosotros lo que hoy somos. Los siguientes son algunos principios que a mí me han servido al reflexionar sobre el pasado y los factores que me han conducido a mi situación actual. Nuestro futuro no está limitado por nuestro pasado. Independientemente de las decisiones que hayamos tomado, de las que otros hayan tomado por nosotros y de nuestras circunstancias actuales, el futuro sigue siendo tan halagüeño como las promesas de Dios, dos de las cuales son: «Si tenéis fe, […] nada os será imposible»1, y: «Al que cree todo le es posible»2. Si no estás en la situación en que desearías estar, aún hay tiempo para cambiar eso. Mientras da vueltas el cielo, hay esperanza en el suelo. Si una decisión que tomaste parece haber tenido malos resultados o derivó en consecuencias imprevistas, ten presente que probablemente no has visto todavía todos sus efectos. Lo que tiene aspecto de piedra o de serpiente todavía puede transformarse

en pan o en una comida completa3. El cineasta, actor y productor Orson Welles dijo en cierta ocasión: «El final feliz depende de dónde ponemos punto final a nuestra historia». O como dijo otro: «Todo terminará bien; y si no ha terminado bien, es que todavía no hemos visto el final». Ese principio es particularmente cierto en el caso de las personas que aman al Señor y buscan Su orientación, puesto que Él ha prometido obrar de manera que todas las cosas redunden en nuestro bien4. Revivir el pasado y lamentarnos de algunas cosas que hicimos, o sumirnos en el remordimiento por no haber hecho otras que nos hubiera gustado hacer, es propio de nuestra naturaleza humana. Dios lo comprende. Así y todo, es un error dejar de ver todo lo bueno que también trajeron esas experiencias: la madurez, la profundidad y otras enseñanzas que contribuyeron a forjar nuestro carácter y a prepararnos para cosas mayores y mejores que han de venir. Al volver la mirada hacia el pasado debemos apreciar los bienes y dichas que nos deparó. No nos olvidemos de «todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro y todo lo amable» que también ha habido en nuestra vida5. Demos gracias a Dios por las decisiones acertadas que tomamos en el pasado y por las que nos va a ayudar a tomar en un futuro. ■


¿SEGURO o GARANTÍA? Rose Conn Al aproximarse el cierre del año pasado todavía estaba lidiando con muchas complicaciones y preocupaciones que desde algún tiempo me provocaban inseguridad. En ese momento me topé con un artículo acerca de la diferencia entre «seguros» y «garantías». Eso me llevó a reflexionar: ¿Es Dios mi seguro o mi garantía? La presencia de Dios en nuestra vida es en cierta forma un seguro. Sabemos que, pase lo que pase, Él estará con nosotros y nos bendecirá por haber confiado en Él. «Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es

en Cristo Jesús Señor nuestro»1. «Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien»2. Pero en mi vida cotidiana, sobre todo cuando me enfrento a una decisión o a una situación de apuro, lo que quiero y necesito aún más es una garantía a corto plazo. Pues Dios también nos da eso. Promete enseñarnos el camino3, suplir todo lo que nos falte4, y concedernos gracia y fortaleza en tiempos difíciles5. Además nos garantiza: «No te desampararé, ni te dejaré»6, lo cual es válido en las circunstancias inmediatas y también a perpetuidad. La vida es una sucesión de situaciones y decisiones. Cuando centramos nuestra atención en lo incierto y lo inseguro, nos paralizamos. En cambio, si le presentamos a Dios nuestros problemas y acudimos a Él al momento de tomar

decisiones, Sus garantías nos impulsan por el buen camino. «Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios […], y le será dada»7. «Tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: “Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda”»8. ¿Quién sabe qué nos deparará este año? Probablemente una combinación de sorpresas, éxitos, fracasos y algunas noches de insomnio. Pero Dios desea ser nuestro seguro y nuestra garantía cuando pasemos por todo eso: nuestro seguro a largo plazo y nuestra garantía a corto plazo. Rose Conn es ger ente de proy ectos de merc a dotecni a en Inter net y de diseño. Vi v e en los EE.UU. y está a fili a da a LFI. ■

Seguro: Contrato por el que una persona o entidad aseguradora se compromete, a cambio de una cuota estipulada, a pagar determinada cantidad de dinero al asegurado en caso de daño o de pérdida.

1. Romanos 8:38,39

5. 2 Corintios 12:9

2. Romanos 8:28

6. Hebreos 13:5

3. Salmos 32:8

7. Santiago 1:5

4. Filipenses 4:19

8. Isaías 30:21

Garantía: Seguridad que se da del cumplimiento o realización de algo estipulado o convenido. Diccionario Clave 9


caídas hacia arriba

Compilado a partir de los escritos de David Brandt Berg

La vida es una larga experiencia didáctica. Para quienes

conocemos y amamos a Jesús, Él es nuestro Maestro. Más que ninguna otra cosa, quiere enseñarnos todo lo que necesitamos saber sobre Él y Su amor, de forma que las cosas anden mejor y seamos más felices. Dios sabe que ninguno de nosotros puede lograr gran cosa si nos apoyamos exclusivamente en nuestras presuntas fuerzas e inteligencia. Es más, Jesús dijo: «Separados de Mí, nada podéis hacer»1. Por otra parte, la Biblia también dice que «todo lo podemos en Cristo que nos fortalece»2. He ahí la clave. Es menester que aprendamos a dejar obrar a Jesús por medio de nosotros. Claro está que uno no aprende a depender más del Señor en un santiamén. Requiere tiempo y experiencia; es un proceso que en muchos casos está jalonado de dificultades y aparentes derrotas. Es casi interminable la lista de personajes bíblicos a los que Dios tuvo que enseñar humildad antes de poder servirse de ellos.

1. Juan 15:5

6. V. Hechos, capítulo 9

2. Filipenses 4:13

7. 1 Corintios 1:25–29

3. V. Génesis, capítulos 37,39–41

8. 1 Corintios 10:11; Romanos 15:4

4. V. Éxodo, capítulos 2,3 5. V. 2 Samuel, capítulos 11,12,15 10

9. Isaías 55:8,9 10. Mateo 25:21


José es un claro exponente de ello. Su padre, Jacob, tuvo 12 hijos, de los cuales José era su preferido. Al final sus hermanos mayores tuvieron tanta envidia de él que poco faltó para que lo mataran. Lo echaron en una cisterna y luego lo vendieron como esclavo. José tuvo que perder su libertad y más tarde ser condenado como un delincuente antes que Dios pudiera exaltarlo —llegó a ser el segundo hombre más poderoso de Egipto— y valerse de él para salvar a Su pueblo del hambre3. Otro caso fue Moisés. Durante 40 años fue educado como un príncipe en la corte del faraón. Aun así, Dios no pudo valerse de él hasta que hubo vivido 40 años en el desierto sin hacer otra cosa que cuidar ovejas4. Y ¿qué se puede decir de David? Cuando se enamoró de Betsabé —una mujer casada— urdió un plan para que el marido de ella muriera en combate, tras lo cual mintió y pretendió encubrir su crimen. Dios tuvo que desenmascararlo y castigarlo severamente. Años después, Absalón, su propio hijo, lo traicionó y le arrebató el trono por una temporada5. Pero ¿fue la caída de David verdaderamente una caída? ¿No fue más bien una caída hacia arriba? Con Dios, a veces para subir hay que pasar por abajo. Todo lo contrario de lo que uno se imagina. David fue humillado, y eso le recordó que su grandeza dependía exclusivamente del Señor. Como consecuencia de las desgracias y reveses que sufrió, brotó la dulce miel de los salmos y la fragancia de sus alabanzas al Señor por Su amor, Su bondad, Su poder y Su misericordia. Y repasemos el caso del gran apóstol Pablo. En sus inicios fue un destacado activista judío conocido como Saulo, que se abocó personalmente a la tarea de exterminar a una incipiente secta que por entonces se propagaba con rapidez. Cierto día en que cabalgaba hacia Damasco con la misión de encarcelar y ejecutar a cuantos seguidores de Jesús de Nazaret encontrara, Dios tuvo que derribarlo de su caballo y cegarlo con la fulgurante luz de Su presencia. Temblando, impotente y totalmente ciego, Saulo hubo de ser llevado de la mano a la ciudad, donde permaneció tres días sin poder comer ni beber a causa de su estupor. Un discípulo de Jesús se presentó luego y oró por él, tras lo cual Saulo recobró la vista y se transformó en el apóstol Pablo. Antes de poder servirse de él para ayudar a muchos, Dios tuvo que quebrantarlo y transformarlo en otro hombre6. Casi todas las personas de las que Dios pudo realmente valerse tuvieron que llegar a sentirse acabadas. De lo contrario, se habrían vuelto tan soberbias y seguras de sí que se habrían atribuido todo el mérito. Por eso Dios opta por valerse de lo débil y lo necio7. Cuando aprendemos de nuestros errores, estos tienen un buen efecto en nosotros, como les sucedió a esos hombres de la Biblia. Además, uno también puede escarmentar en cabeza ajena. «Estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a fin de que tengamos esperanza»8.

Dios no siempre ve las cosas como nosotros. Sus pensamientos y Sus caminos difieren de los nuestros9. Él no nos juzga conforme a nuestros éxitos o fracasos, sino según nuestra motivación. Llegará el día, en el Cielo, en que dirá a quienes le hayan sido leales: «Bien, buen siervo y fiel»10. No dirá siervo exitoso, sino siervo fiel. Así, aunque no siempre entendamos por qué tenemos problemas, aprietos, dificultades y quebrantos, no olvidemos que Dios se propone algo con todo ello y sabe bien lo que hace. Él consigue algunas de Sus victorias más resonantes de aparentes derrotas. Victorias que nos vuelven más dóciles, quebrantados, humildes y totalmente dependientes de Él. No tenemos por qué abatirnos cuando parece que todo marcha mal y nuestras esperanzas se ven defraudadas. Es cuestión de caer hacia arriba. David Br andt Berg (1919–1994) fue el fundador de La Familia Inter nacional. ■

Dios te aguarda con los brazos abiertos. Para encontrarlo, haz esta sencilla oración: Jesús, deseo conocerte y sentir Tu amor. Te abro mi corazón y te invito a entrar en mí. Amén. 11


RESPUESTAS A TUS INTERROGANTES

Tiene Dios un plan ?

?

¿Realmente tiene Dios un plan maravilloso para mí, como he oído decir una y otra vez? Por lo general me da la impresión de que se trata más bien de un camino accidentado en el que me topo con un obstáculo tras otro y continuamente me siento zarandeado.

En efecto, Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, que se ajusta perfectamente a nuestra forma de ser, aptitudes e intereses. Es más, Él quiere revelarnos ese plan y ayudarnos a hacerlo realidad. «Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas»1. Ahora bien, eso no quiere decir que todo vaya a ser fácil ni que vaya a salir a nuestro antojo. Por el contrario, a veces puede parecer que cada circunstancia en la que Dios nos pone 1. Proverbios 3:5,6 2. V. Isaías 55:8,9 3. Jeremías 29:11 12

es dificultosa, y que tratar de seguir Su plan no hace más que complicar las cosas. ¿Alguna vez nos pide Dios demasiado? A veces da esa impresión. Aunque Él quiere lo mejor para nosotros, muchas veces el camino que nos lleva a eso está sembrado de triunfos y batallas, alegrías y penalidades. Puede que desde nuestra óptica una situación o suceso no parezca favorable; sin embargo, desde el punto de vista de Dios puede que sea justamente lo que Él desea que vivamos, porque sabe que así se cumplirán Sus designios. Él ve más allá de nuestro limitado horizonte, y Sus planes son más acertados y cabales que los nuestros2. En tiempos del profeta Jeremías, los israelitas sufrieron una derrota militar que los condujo a la diáspora y al exilio. Probablemente se preguntaron qué había sido del futuro prometido por Dios a Su pueblo. Él les explicó que vivirían en el exilio 70 años en castigo por su desobediencia y que eso también formaba

parte de Su plan. Una noticia nada halagüeña. No obstante, les aseguró que continuaría apoyándolos. «Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis»3. Total que si te encuentras en una situación similar, medio perdido y extrañado por no saber qué fue del plan que Dios te tenía preparado, no te desesperes. Los designios de Dios nunca se ven frustrados. Él nunca se cansa de ayudarnos a entender y salir adelante. ■ «¡Si supiera qué va a ocurrir!», digo a menudo. Mas Dios nos suele encubrir nuestro futuro. Al no saber qué va a pasar, a Él nos aferramos más. Hasta el final nos guiará. Yo no lo dudo. Norman Clayton


LECTURAS ENRIQUECEDORAS

Nuestro guía a lo largo de la vida Samuel Keating • El Señor es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de Su nombre. Salmo 23:1–3 • Conduce rectamente a los humildes y a los pobres enseña Su sendero. Salmo 25:9 (NBJ) • Al hombre que honra al Señor, Él le muestra el camino que debe seguir. Salmo 25:12 (DHH) • Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y Él aprueba su camino. Salmo 37:23 • Tú eres mi roca y mi castillo; por Tu nombre me guiarás y me encaminarás. Salmo 31:3 • Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré Mis ojos. Salmo 32:8 • Este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aun más allá de la muerte. Salmo 48:14 • Me has guiado según Tu consejo, y después me recibirás en gloria. Salmo 73:24 • Lámpara es a mis pies Tu palabra y lumbrera a mi camino. Salmo 119:105 Samuel K eating es dir ector de producción de Conéctate. Vive en Milán (Italia). ■

REFLEXIONES

Confía en los designios divinos Nuestro mundo es el taller en el que Dios forja al hombre. Henry Ward Beecher (1813–1887) Camina prudente y valientemente. Por encima de ti hay una mano que te ayudará a avanzar. Philip James Bailey (1816–1902) La vida es un tapiz: Nosotros somos la urdimbre; los ángeles, la trama; y Dios, el tejedor. Únicamente el Tejedor ve todo el diseño. Citado por Eileen Elias Freeman en «The Angels’ Little Instruction Book», 1994. A su tiempo viene lo que Dios envía y quiere. / Cuando una cosa no está de Dios, en balde se empeñan los hombres. / Dios dirá y Dios dará. Refranes españoles Esperar sin poner condiciones es una actitud tremendamente radical ante la vida. Lo es también renunciar a controlar nuestro futuro y permitir que Dios defina nuestra vida. Constituye, sin duda, una postura muy radical en un mundo que está obsesionado por controlarlo todo. Henri J. M. Nouwen (1932–1996) Lo que es seguro es que Dios sabe lo que hace. De modo que aunque no entendamos los motivos que tiene para permitir que nos ocurran determinados sucesos, basta con que cubramos esos enigmas con la envoltura de la fe y que guardemos el paquetito hasta que algún día Él nos revele el porqué. David Brandt Berg (1919–1994) ■ 13


EL MARAVILLOSO MUNDO QUE NOS RODEA Ejercicio espiritual

Abi May

Imagínate un viajero

navegando tranquilamente por un río que serpentea a través de un frondoso valle. Los árboles y arbustos —algunos en plena floración— se alinean en la orilla. A lo lejos se elevan majestuosas cumbres nevadas. Sin embargo, es como si nada de eso existiera. El viajero está tan absorto hojeando la guía turística, estudiando la historia de la zona y viendo a dónde lo conducirá el río que no se percata de la belleza del entorno. «¡Levanta la mirada! ¡Te estás perdiendo la vista!» Lo llamamos, pero en vano. Él sigue leyendo, con la cabeza gacha y la mente en otra parte. Si bien hay veces en que necesitamos estudiar la guía y otras en que es preciso hacer una retrospección o dirigir la mirada hacia el futuro, es importante que nos acordemos de disfrutar del presente. En la próxima semana tómate cinco o diez minutos cada día para mirar de cerca el mundo que te rodea. Centra tu atención en las

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mullidas nubes blancas que van a la deriva sin esfuerzo alguno por el resplandeciente cielo azul. Estudia el intrincado diseño de los pétalos de una flor, o la elegante arquitectura de un árbol, o la formación que adopta una bandada de pájaros en vuelo. Procura observar algo diferente cada día y dar gracias a Dios por Su creatividad. • Inmóvil un día, bajo un árbol, no lo sabíamos: todas las hojas hablan, se cuentan noticias de otros árboles […]. Debemos dejar que hable no solo la boca de los árboles, sino todas las bocas, callar, callar en medio del canto innumerable. Nada es mudo en la tierra: cerramos los ojos y oímos cosas que se deslizan, criaturas que crecen, crujidos de madera invisible, y luego el mundo, tierra, celestes aguas aire, todo suena a veces como un trueno,

otras veces como un río remoto. Tranquilidad, reposo, de un minuto, de un día… Pablo Neruda, «Oda a la tranquilidad» • El mejor remedio para quienes sufren de temor, soledad o pena es salir a un lugar donde puedan estar tranquilos, a solas con los cielos, la naturaleza y el Creador. Solo entonces puede uno sentir que todo es tal como debe ser y que Dios ansía que seamos felices en medio de la simple belleza de la naturaleza. Creo firmemente que la naturaleza trae solaz en todas nuestras tribulaciones. Ana Frank (1929–1945) • Dios es amigo del silencio. Mira cómo los árboles, las flores y la hierba crecen en silencio. Mira las estrellas, la Luna y el Sol, cómo se mueven en silencio. Madre Teresa (1910–1997) A bi M ay es docente, escr itor a y r edactor a de Conéctate. Vive en Gr an Br etaña. ■


¿DÓNDE ESTÁS, ESPERANZA? Mila Nataliya A. Govorukha

No me agradaba mi estado de ánimo. No era exactamente frío. Era más bien desapacible con posibilidad de tormentas eléctricas. Igualito que el tiempo que hacía aquel día. Entendía perfectamente por qué me sentía así, y eso me asustaba. Los cambios que se avecinaban eran como nubarrones de mal agüero que se cernían sobre mí. También sabía que había esperanza, que mi situación no era irremediable, del mismo modo que era consciente de que el sol estaba por allá arriba en alguna parte. Lo inquietante era no poder verlo. Me envolvió el aroma de la lluvia inminente. Me senté junto a un pajar en una colina. A mi derecha había un manzanar; más abajo, en la cuesta, unos cuantos arbustos, y a mi izquierda pastaba un pequeño rebaño de ovejas. Muy arriba, unos pocos rayos aciculares de sol traspasaban las nubes plomizas. Las montañas que había a lo lejos exhibían, en la creciente penumbra, toda una gama de colores apagados: verdes, grises, azules, morados. Me separaba de ellas una ligera lluvia que colgaba como una cortina transparente. Tuve que admitir que aun sin sol y sin los colores brillantes de siempre, la vista era hermosa. «Exactamente igual al día de hoy —pensé—. Igual que esta semana, que los últimos meses. La incertidumbre en que vivo es tan densa como estas nubes que penden sobre mí. Los obstáculos que se me presentan se parecen a esas montañas que tengo delante. Sin embargo, hasta estas difíciles circunstancias encierran una belleza latente». En ese momento las nubes pasaron, salió el sol, y de pronto el día se volvió más cálido. Una pequeña mariposa lila se posó en mi zapato, y un pájaro carpintero tecleó en código morse: «Dios es amor»1. La Esperanza me había mostrado su rostro, y era hermosa.

L A H OJA E N BL ANCO Evelyn Sichrovsky

Toda en blanco estaba la hoja, ancha como un mar albo de vasto tamaño. En las manos de Dios, el nuevo año tenía aspecto impecable, sin mancha. Tomé una pluma con mano dispuesta. Mil preguntas me asaltaron la mente. Mis ojos se encontraron de repente con mi Señor, que me dio esta respuesta: «Este año irá mejor, vida Mía, si lo depositas todo en Mis manos y firmas ahora esta hoja vacía». Conmovida le dije en tono llano: «Sin Ti, Mi amor, ¿a quién acudiría?» Y postrada firmé la hoja en blanco. ■

Mila Nataliya A. Govorukha es consejer a juvenil y director a de un progr ama de voluntariado en Bosnia-Herzegovina. ■ 1. 1 Juan 4:8 15


DE JESÚS, CON CARIÑO

Acepta Mi proyecto Quiero hacerte feliz, inyectarle sentido a tu existencia. El hacer eso está en Mis manos. Tengo respuestas para tus interrogantes, soluciones para tus problemas y perspicacia para entender las complejas situaciones en que te ves. Quiero comunicarte todo eso y mucho más; no obstante, tú debes poner de tu parte. Cuando me pides orientación, Yo te la proporciono1, pero debes acceder a dejar de lado tus propios razonamientos y planes2. Eso puede resultarte difícil, sobre todo si te has propuesto hacer algo que dudas que Yo considere oportuno u óptimo para todas las partes afectadas. Cuando afrontes pruebas de esa índole, repasa algunas promesas de la Biblia, por ejemplo: «Deléitate […] en el Señor, y Él te concederá las peticiones de tu corazón»3, y: «Nada bueno niega a los que andan en integridad»4. Si tu profundo y sincero deseo es descubrir y seguir Mi plan, Yo te daré lo mejor de lo mejor. Conozco tu pasado, tu presente y tu futuro. Comprendo tus necesidades y deseos, tus aspiraciones y tus miedos. Te conozco perfectamente; no se me escapa un detalle. Por eso, cuanto más aprendas a indagar y seguir el plan que tengo para ti, más probable será que halles auténtica felicidad y satisfacción. Tú debes tomar la iniciativa.

1. V. Jeremías 29:13; Mateo 7:7; Santiago 1:5 2. V. Isaías 55:8,9 3. Salmo 37:4 4. Salmo 84:11 (NBLH)


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