Para Lemoine “En Chilpancingo se opera, de una vez para
siempre, la ruptura con el pasado, la desaparición como ente jurídico o figura moral de Nueva España, y, por consecuencia, el alumbramiento del Estado mexicano. Y es el discurso de apertura de Morelos, el que señala las pautas y abre los senderos. Redactado por Bustamante y remitido al caudillo desde Oaxaca, Morelos, de su puño y letra, le tachó el nombre de Fernando VII para patentizar, en forma radical, su idea de la soberanía”.1
Pero ¿cuáles son los antecedentes que dieron base para
llegar a tan mayúscula propuesta? Se señalaran algunos de ellos, acaso los más relevantes a nuestro parecer.
En la Época Moderna, encontramos una preocupación de
diversos teóricos sobre la “ideal” forma de gobierno, es precisamente en Inglaterra donde se desarrolla de manera preponderante tal reflexión. En la segunda mitad del siglo XVII John Locke, filósofo inglés, se aboca a discernir tales cuestiones, en especial en el Second Treatise of Government, al respecto Clavero ha señalado que en la idea original de Locke se dibujan tres poderes sin estipular el poder ejecutivo, no obstante será la
1
100
Lemoine, Ernesto, Morelos y la Revolución de 1810, 4ª. ed., Secretaría de Cultura de Michoacán, Morelia, 2009, p. 199.