El Vocero de Puerto Rico

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EL VOCERO/ Ángel L. Vázquez

EL VOCERO / domingo, 22 de abril de 2012

CORAZÓN BORICUA

La directora del Hogar Ruth, Ileana Aimat Ríos, junto a la coordinadora Ana Ilia Dávila Arroyo (a la derecha) y la manejadora de casos Bairá Soto (a la izquierda)

Guayacán para erradicar la violencia

Innovador proyecto del Hogar Ruth, que acoge a varones adolescentes que son hijos de las víctimas de violencia machista

ALANA ÁLVAREZ VALLE EL VOCERO

C

omo el árbol de guayacán que crece despacio pero nada lo derrumba, es el proyecto del mismo nombre del Hogar Ruth, que les provee vivienda transitoria a las mujeres sobrevivientes de violencia doméstica y sus hijos varones adolescentes. Esta iniciativa, que funciona con la ayuda de fondos federales HUB, llena la gran necesidad que tienen las mujeres de un lugar de vivienda seguro para ellas y sus hijos, ya que en la mayoría de los albergues no aceptan a los varones adolescentes y la estadía es solo por un tiempo limitado de varios meses porque son de emergencia. También, les brindan las herramientas para que completen una carrera corta o consigan empleo fijo y así puedan independizarse. Ileana Aimat Ríos, directora del Hogar Ruth, indicó que el programa comenzó en julio de 2011 y ya cuentan con 14 participantes y alrededor de 52 niños. “Guayacán es para que estas mujeres no sean doblemente victimizadas y se puedan quedar con sus niños. Entonces, pueden romper con el ciclo de violencia y logran el empoderamiento”, señaló Aimat Ríos. “Muchas veces viven cerca de la familia y, por eso, reinciden porque no tienen a dónde ir. La misma presión de los hijos por volver es fuerte, porque el periodo para romper con el ciclo fue muy corto”, comentó la coordinadora Ana Ilia Dávila Arroyo. La manejadora de casos Bairá Soto Toledo, agregó que el agresor utiliza el entorno familiar para ejercer poder y control, poner trabas. En muchos casos, utilizan a los menores, quienes se sienten como el jamón del sándwich. “Cuando los mueven a un entorno diferente,

es que puede alejarse y sanar”, precisó. Uno de los requisitos técnicos del programa es que la residencia a la que se muda la familia tiene que ser en el área norte, en municipios como Cataño, Toa Baja, Corozal y Manatí. La familia puede ser de Ponce, pero tiene que estar dispuesta a relocalizarse, lo que en muchas ocasiones es beneficioso porque es un nuevo ambiente para la familia. Cada caso es diferente, por lo que se evalúan uno a uno. Se pensaría que las mujeres se acogen a este servicio

son enfermería, trabajo social, mecánica, lo que es un logro para muchas de ellas. Las apoyamos para que se sientan seguras para dar ese paso”, sostuvo Soto Toledo. Guayacán, igualmente, les provee ayuda sicológica a los niños y jóvenes, porque la inmensa mayoría ha sentido los efectos físicos y sicológicos del maltrato. “Se trabajan dinámicas grupales e individuales sobre diversos temas como el tema del ‘bullying’. Muchas veces se Grupo de trabajo del Hogar Ruth, que ya cuenta con 52 varones adolescentes que reciben servicios junto a sus madres, quienes son víctimas de violencia de género.

luego de estar en un albergue, pero muchas llegan inclusive antes de dejar el hogar maltratante, buscando una opción para no separarse de sus hijos. También, son referidas por la Oficina de la Procuradora de la Mujer y por distintos municipios. Como el proyecto es una entidad organizada, puede realizar alianzas con las escuelas y los centros de cuido para que los niños tengan lugar para estudiar o jugar mientras las madres completan sus estudios o su jornada de trabajo. Además, se les facilitan los procesos para obtener documentos oficiales necesarios, que tal vez perdieron o tuvieron que dejar en la mudanza. “Algunas de las carreras que estudian

ven afectados en términos académicos y emocionales. La literatura sostiene que deben discutir lo que les preocupa para que no copien conductas, para que aprendan la manera correcta de resolver conflictos y demás”, apuntó Soto Toledo. “Se ofrecen talleres para toda la familia en general sobre manejo de presupuesto, maternidad y paternidad responsable, y técnicas no violentas”, agregó Dávila Arroyo. El colectivo sin fines de lucro coincide en que dirigir y coordinar proyectos como este es una labor complicada y muy dura “pero alguien lo tiene que hacer”. “La sociedad tiene sus problemas y tienen que haber componentes que ayuden a resolverlos. Queremos poner

nuestro granito de arena. Es un trabajo importante, porque si no ¿con quién contarían estas familias?”, cuestionó Aimat Ríos. “Es bien satisfactorio. Llevo 14 años trabajando en el Hogar Ruth y, cuando ves el cambio de los niños de los participantes, cuando ven que sus vidas no corren peligro y ves como sonríen y hablan, es bien satisfactorio”, reveló Dávila Arroyo. “En los últimos años ha sido cuesta arriba porque dependemos de fondos, y por la recesión la carga ha sido bien onerosa”, añadió Soto Toledo. La comunidad puede involucrarse con el proyecto donando servicios o artículos materiales alimentos no perecederos, enseres electrodomésticos, mobiliario para la casa, ropa, uniformes escolares, artículos personales, detergentes, cosas usadas y nuevas. También hacen falta servicios de mecánica para autos, de plomería y de electricistas, para mencionar algunos. Quienes deseen conocer sobre el Hogar Ruth y el Proyecto Guayacán pueden acceder www.hogarruth.org. Las organizaciones o agencias interesadas en referir participantes deberán requerir el formulario de solicitud vía correo electrónico a hogarruth@hotmail.com o pueden comunicarse con Ana I. Dávila, coordinadora de servicio; Bairá Soto o Dessy Bones, manejadoras de casos, al 787-883-1884 //787-883-1805 o 787792-6596. Nota de la editora: Si usted conoce personas y organizaciones que sirvan de modelo para la sociedad por sus buenas acciones y cuyos ejemplos puedan reseñarse en las secciones Corazón Boricua, Metamorfosis o Misión Naturaleza que publica El Vocero en sus ediciones de domingo, lunes y martes, favor remitir la información al correo electrónico: mrivera@vocero.com o llamar al 787-721-2300 extensión 323.


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