ramiro 148:Pauta viasual 2 columnas
4/1/11
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¿Y con la gráfica, qué hacemos?
La vida en gris Texto: Ramiro Seva (www.ehratas.com) “La melancolía que a los ojos del preocupado muchacho había parecido empañar los últimos días las cosas, independientemente de su belleza, se desvanecía como por arte de magia. El rocío parecía chispear con más brillo en las verdes hojas, la brisa susurrar entre ellas con música más dulce, y el cielo más azul y luminoso. Tal es la influencia que ejerce la condición de nuestros propios pensamientos incluso sobre el aspecto de los objetos visibles. Quienes observan la naturaleza y exclaman que todo es oscuro y tétrico no mienten, pues los sombríos colores son reflejos de sus propios ojos y corazones amargados. Los colores reales son delicados y precisan una visión más limpia”. Oliver Twist. Charles Dickens (1839).
Saber que la vida se puede ver de color de rosa o dominada por el gris ayuda a entender muchas cosas. Además, en el caso de la gráfica de Kleenex que acompaña a estas líneas, también ayuda a ganar un buen par de leones en Cannes, pero el caso es que, si se sabe dar forma y expresar brillantemente lo que se conoce o intuye, se obtienen resultados interesantes. Ese aprovechamiento de los elementos conocidos para comunicar algo de manera atractiva no es patrimonio exclusivo del diseño, como han demostrado las ciencias sociales con infinidad de estudios. Raro es el mes en el que no aparece en los medios una publicación que confirma científica y/o estadísticamente algo que ya nos temíamos. Eso sí, porque concluyan algo que se base en lo conocido no tienen porqué dejar de ser motivo de reflexión y de base para el conocimiento. Al contrario, flaco favor se le haría a la ciencia y a la sociedad si cuando un tipo, como ese apellidado Newton, formula una ley como la de la gravedad se le ignorase porque ya sabíamos que cuando algo se cae lo hace cada vez más rápido. Lo importante es que sus conclusiones permiten que se aplique el comportamiento de la atracción (conocido hacia la Tierra) a otros elementos y además se cuente con las fórmulas adecuadas para ello.
(directa o indirectamente) como a todo hijo de vecino. La principal conclusión que destaca es que la gente deprimida realmente ve de color gris, o cuanto menos más oscuro. Las retinas de los afectados por este mal tienen una capacidad mucho más baja para diferenciar los contrastes y se señala que esa pérdida puede convertir al mundo en un lugar menos placentero para vivir. Para ejemplificar esto, los autores señalan que el efecto es similar al de ver una televisión a la que se le haya bajado el contraste. Todo esto ha apa-
El problema en los ojos Pues bien, un estudio de esos que confirman lo esperado ha atraído mi atención especialmente y no tengo del todo claro si es por su relación con el mundo del color (que me toca como diseñador) o por la que tiene con la depresión, que me toca
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recido publicado por científicos de la Universidad de Friburgo en la revista Biological Psychiatry y, habiendo pasado más de un siglo y medio desde la cita de Dickens es apabullante su clarividencia. Como advertía el novelista, la enfermedad actúa directamente sobre los ojos y condiciona hasta el aspecto de los objetos visibles. Y claro, la constatación científica no sólo sirve para dar la razón a Dickens o a la sabiduría popular: ahora se sabe que se puede relacionar la severidad de una depresión con la capacidad para detectar el contraste, lo que abre puertas para comenzar a valorar una forma objetiva el estado de algo tan subjetivo como es la gravedad concreta de cada paciente.
Colores de una generación Por otro lado, uno no puede dejar de preguntarse cómo andaremos de contraste visual los españoles en general, especialmente con la situación que estamos atravesando desde hace un par de años. Al respecto me viene a la cabeza un estudio (otro que corrobora lógicas sospechas) que afirma que el 46% de los jóvenes de 15 a 24 años ve su futuro con pesimismo, al margen de que se supere o no la crisis. En este caso el estudio es Jóvenes españoles 2010, de la Fundación SM y afirma también que el 62% de la juventud piensa que los problemas económicos actuales tendrán un impacto muy negativo en su futuro profesional y personal. Con estos datos es fácil hacerse una idea general de por dónde van los tiros. Lo que queda por ver es si la coyuntura actual marcará sólo la mirada de una generación de españoles que se perdieron muchos colores o también hará que la producción de imágenes se oscurezca. A lo largo de la historia, diferentes situaciones críticas han sumido a multitud de pintores en “etapas negras”, y eso parece tener ahora más sentido que nunca. Por su parte, la gráfica publicitaria, emparentada con el arte, tiene una reputación de frívola y despreocupada que hace pensar que va a dejar que se le note su pesimismo mucho menos que a los jóvenes, pero puede ser que una mirada panorámica en unos años permita ver cómo se apagaron nuestras paletas. En cualquier caso, posiblemente como terapia, voy a tratar de que en la mía no se note nada y que esta prima del arte pueda mantener su mala fama. Con mucha honra. l