Crisis del Periodismo y Modelos Alternativos

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Crisis del Periodismo y Modelos Alternativos: Situación del sistema de medios en España y proyectos emergentes desde los profesionales del sector

Trabajo Fin de Máster Autor: Víctor Aníbal López Fernández Tutor: Domingo Sánchez Mesa

Facultad de Comunicación y Documentación Universidad de Granada

Máster en Información y Comunicación Científica Septiembre 2013

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El alumno, D. Víctor Aníbal López Fernández, garantiza, al firmar este Trabajo Fin de Máster, que este trabajo de investigación ha sido realizado respetando los derechos de otros autores a ser citados, cuando se han utilizado sus resultados o publicaciones. En Granada, a 10 de Septiembre de 2013.

Víctor Aníbal López Fernández

Fdo.:

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ÍNDICE INTRODUCCIÓN.............................................................................................................. 5

CAPÍTULO I. La estructura del sistema de medios en España I. Consideraciones previas............................................................................................. 10 II. Contexto: Un breve repaso a la evolución del sistema de medios en España..... 13 III. Una normativa en favor de la concentración........................................................ 21 IV. Principales protagonistas: Los grandes grupos de comunicación...................... 29 V. Conclusiones y consecuencias.................................................................................. 43

CAPÍTULO II. La crisis del Periodismo en España I Introducción: El Periodismo, un sector con problemas............................................ 49 II La crisis, más allá del desplome publicitario............................................................53 III Periodistas, profesionales en precario.....................................................................59 IV La independencia en los medios: Gana la banca...................................................65 V Una mirada hacia los grandes grupos. Dos emblemas: PRISA y Mediapro..........70 VI. Conclusiones y retos..................................................................................................80

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CAPÍTULO III. Alternativas y horizontes en la crisis de los medios I. Introducción: La Nueva industria y los periodistas................................................... 86

I.I. Posibilidades de renovación en la industria............................................... 86

I.II. Periodistas, una vuelta a los orígenes........................................................ 91

II. Alternativas a la crisis del sector: Nuevos tiempos, nuevos medios, viejo periodismo....................................................93

II.I. Casos de estudio........................................................................................... 96

II.II. Otros proyectos e iniciativas.....................................................................121

II.III. Periodismo Hiperlocal...............................................................................124

II.IV. Periodismo y ‘Crowdfunding’:..................................................................127

III. Conclusiones: ¿Hacia un nuevo modelo?...............................................................129

BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................140

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Introducción “Antes, los periodistas eran un grupo muy reducido, se les valoraba. Ahora el mundo de los medios de comunicación ha cambiado radicalmente. La revolución tecnológica ha creado una nueva clase de periodista. En Estados Unidos, les llaman 'media worker'. Los periodistas al estilo clásico son ahora una minoría. La mayoría no sabe ni escribir, en sentido profesional, claro. Este tipo de periodistas no tiene problemas éticos ni profesionales, ya no se hace preguntas. Antes, ser periodista era una manera de vivir, una profesión para toda la vida, una razón para vivir, una identidad. Ahora la mayoría de estos 'media workers' cambian constantemente de trabajo; durante un tiempo hacen de periodistas, luego trabajan en otro oficio, luego en una emisora de radio... No se identifican con su profesión”. (Ryszard Kapuscinski)

Los medios de comunicación reciben la designación oficiosa de 'Cuarto Poder', porque sobre ellos recae buena parte de la función social de control del resto de poderes de un estado. El periodismo adquiere reconocimiento gracias a su papel como divulgador de información útil, veraz y de interés, accesible para todos los ciudadanos, de forma que tengan elementos para elaborar juicios de valor bien fundamentados y ayuden a conformar la capacidad de tomar decisiones libres mediante el conocimiento en profundidad de asuntos que le afecten, pero cuyos detalles se encuentren fuera de su alcance. Por tanto el desarrollo de un periodismo libre y de calidad, contribuye a mantener la salud democrática de una sociedad. Este poder sin embargo se ha visto contaminado al encontrarse sometido a las

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dinámicas de una economía de mercado que ha visto en los medios de comunicación una oportunidad de potenciar la rentabilidad de sus negocios, bien a través de la explotación directa o sirviéndose de su capacidad de influir, por encima de los principios sobre los que se ha sustentado tradicionalmente el periodismo. A medida que las empresas periodísticas han ido creciendo, se han ido alejando cada vez más del rol que las avalaba como garantes de los derechos y libertades de expresión, opinión y sobre todo de acceso a la información. La primacía de la búsqueda de beneficios ha llevado a una dependencia excesiva de otros sectores, sobre todo el de las entidades financieras y las grandes industrias. La optimización de la rentabilidad se lleva por delante los criterios de verificación, rigor, contraste e investigación, en una primera etapa de la expansión comercial. En una segunda fase, las dificultades económicas tras el pinchazo de la burbuja financiera toma como primeras víctimas a los periodistas, que abandonaron el control de las empresas en manos de los grandes capitales ajenos al sector, y ven ahora como sus condiciones laborales se deterioran cada vez más. Altos índices de desempleo con un flujo de destrucción de puestos de trabajo que sigue creciendo, bajos salarios, largas jornadas y diferentes presiones que revierten en un producto informativo de cada vez menor calidad; son algunas de las consecuencias de haber desprotegido a este sector. No obstante, las funciones del periodismo siguen obedeciendo a necesidades reales de la sociedad, que se han visto plasmadas en la importancia que han adquirido casos como el auge de las redes sociales o de plataformas como Wikileaks, que ponen de manifiesto que la información crítica sigue siendo una demanda de la sociedad y que cada vez satisfacen menos los grandes medios de comunicación. En este sentido muchos de los profesionales que no tienen cabida en estas empresas están tomando el testigo en los últimos años e intentando poner en marcha nuevos proyectos de periodismo que vuelvan a su naturaleza original y que respondan a los nuevos retos de la sociedad del siglo XXI. En este trabajo hemos querido hacer un repaso por toda esta situación, no sin antes advertir que se trata de un campo de estudio muy complejo. Tratamos con un sector muy dinámico, sometido de forma permanente a fuertes cambios, acentuados aún más en los últimos años, tanto por la situación económica como por

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las innovaciones tecnológicas y la consolidación de nuevos comportamientos sociales a la hora de consumir información. Además no debemos perder de vista que en la actividad de las empresas periodísticas se entrelazan una variada gama de factores: económicos, jurídicos, tecnológicos, políticos, históricos, sociales, etc. Por tanto este estudio trata de ofrecer una línea coherente para poner al lector en situación acerca de la evolución del sistema de medios en España, pero cada uno de los aspectos que se abordan en este trabajo presenta a su vez un amplio abanico de posibilidades para futuras investigaciones y que confiamos en desarrollar con más profundidad en trabajos posteriores. El objetivo principal de este trabajo es analizar cómo y por qué el periodismo en España ha llegado a la situación de deterioro en la que se encuentra actualmente. Sin embargo, a pesar de adoptar una perspectiva crítica, esta investigación también trata de recoger soluciones y modelos alternativos que contribuyan en parte a recuperar la función social necesaria de contar con información útil y de calidad. Nuestro objeto de estudio serán las empresas que se dedican al periodismo y los factores que las condicionan. En la fase de análisis de la momento actual hemos enfocado el trabajo hacia los principales grupos de comunicación, al ser los más representativos de la situación y cuyo ámbito de influencia abarca prácticamente a toda la sociedad española. También hemos acotado el ámbito de estudio a la esfera privada, al entender que los medios de titularidad pública, a pesar de compartir elementos comunes de la situación de crisis, se rige por criterios diferentes que darían lugar a otro tipo de consideraciones, que trataremos de analizar en futuras investigaciones. Al mismo tiempo, pondremos nuestra atención en los periodistas, profesionales del sector de los medios de comunicación, que ven como el ejercicio de su profesión se convierte cada vez en una tarea más difícil. De modo que hacemos también un especial hincapié en revisar cuáles son las propuestas que se organizan desde el sector como respuesta ante este escenario complicado. Esta investigación está organizada en tres grandes apartados. En el primer capítulo hacemos un repaso a la estructura de medios en España: vemos quiénes son los

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grandes grupos empresariales que reciben la mayor parte de la audiencia y de la inversión publicitaria. Analizamos qué medios de comunicación los conforman y de qué manera han evolucionado para alcanzar el punto en el que se encuentran actualmente. Además de los criterios económicos, estudiamos los factores políticos y jurídicos que han favorecido la concentración de empresas periodísticas en un grupo reducido de conglomerados de medios. La segunda parte se centra en la crisis de los medios de comunicación. Se aprecia que no se trata solamente de una crisis económica fruto de la caída de la inversión publicitaria debido a las dificultades financieras que afectan a la sociedad en su conjunto, sino que va más allá y pone de manifiesto una crisis propia de las empresas periodísticas caracterizada por un lado por cambios en los modos de acceso y consumo de la información, y por otro, por la pérdida de la credibilidad e independencia que define a la naturaleza del periodismo. Finalmente estudiamos qué movimientos y alternativas se están desarrollando desde la base de los periodistas como profesionales de este sector en deterioro. Así podemos ver cómo en los últimos años nuevos proyectos al margen de los grandes grupos apuestan recuperar la esencia de los principios básicos del periodismo, pero adaptados a las nuevas condiciones económicas, tecnológicas y sociales. Para elaborar este trabajo nos hemos servido de bibliografía de académicos de referencia en el campo de la estructura, con una amplia trayectoria en el estudio y análisis del comportamiento de los medios de comunicación. Entre ellos destacan el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Enrique Bustamante, el catedrático de la Universidad de Málaga, Bernardo Díaz Nosty, o el profesor de la Universidad de Sevilla, Ramón Reig, entre otros autores dedicados a este ámbito de estudio como los del Grupo de Investigación PASEET de la Universidad Carlos III, dirigido por la catedrática de Periodismo María Pilar Diezhandino. Junto a las fuentes académicas, nos hemos servido de trabajos de analistas especializados en medios de comunicación, donde destaca el investigador Pascual Serrano, periodista con un enfoque crítico y una vasta experiencia en la investigación y el tratamiento de este sector. Además nos ha resultado de mucha utilidad la aportación del periodista Pere Rusiñol, una fuente de primer

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orden que desde su propia experiencia proyecta los mecanismos y condiciones que mueven a los grandes medios. Además de estas obras, la revisión bibliográfica se completa con distintos informes de organismos profesionales que nos aportan datos concretos acerca de la realidad actual del sector. Entre ellos destaca el Informe Anual de la Profesión Periodística 2012, editado por la Asociación de la Prensa de Madrid o el Libro Blanco de la Prensa Diaria 2013, que publica la Asociación de Editores de Diarios Españoles. No obstante, ya hemos señalado que este campo de estudio se encuentra sometido a una realidad muy cambiante, de modo que los procesos de redacción, verificación y publicación de las referencias bibliográficas hacen que en ocasiones no sean los recursos más apropiados cuando se abordan temas muy incipientes. Este es el caso de nuestro tercer capítulo donde estudiamos proyectos e iniciativas periodísticas emergentes en los últimos años, donde muchas de ellas apenas superan el año de funcionamiento. Para este apartado hemos desarrollado un pequeño trabajo de campo y hemos acudido directamente a los propios periodistas que están poniendo en marcha estas iniciativas, como las mejores fuentes posibles para recabar los datos que nos permitan estudiar las características de estos nuevos medios de comunicación, cómo se organizan y qué objetivos persiguen. Con este trabajo pretendemos aportar una visión completa e integral de cuáles son los problemas que afectan al periodismo en España, de las causas del alejamiento de los medios de comunicación con la sociedad, del deterioro del ejercicio profesional y del abandono de los principios de calidad y rigor que caracterizan a un sector que cumple una función social necesaria. Al mismo tiempo, buscamos poner de manifiesto que existen otras fórmulas que se están desarrollando y que aspiran a poder ejercer un periodismo profesional como modo de vida. Se trata de proyectos emergentes y en crecimiento, con propuestas de organización y administración diferentes a las de los grandes grupos y que reivindican volver a las bases de la función social de los medios, mostrándose como un modelo alternativo ante las empresas periodísticas que dejan su objeto social en segundo plano ante la búsqueda de la rentabilidad a toda costa.

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CAPÍTULO I. La estructura del sistema de medios en España I. Consideraciones previas

El sentido de estudiar el funcionamiento del sistema de medios de comunicación en el seno de una sociedad se sustenta en que, a través de estos agentes se garantiza en buena medida derechos y libertades individuales, tal y como se recoge en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde se protege el derecho a recibir informaciones y opiniones, así como de difundirlas. Esta consideración ha sido la base para que los medios de comunicación de masas hayan alcanzado la condición oficiosa de ‘cuarto poder’, de forma que cualquier organismo dentro del estado de derecho que incumpla los compromisos adquiridos con el mismo, está sometido al conocimiento público y deberá por tanto asumir las consecuencias.

Asimismo la Constitución Española de 1978 es la primera en Europa que

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reconoce el derecho a recibir y comunicar libremente información veraz (Serrano, 2010:297), de manera que el análisis de cómo funcionan las empresas dedicadas a difundir información en España está directamente vinculado con la revisión del cumplimiento de derechos fundamentales de una sociedad democrática. Sin embargo, el campo de estudio presenta una naturaleza compleja, ya que a pesar de cumplir con una función social reconocida, los medios de comunicación son empresas en su mayor parte de carácter privado, que responden a los mecanismos y a la lógica del mercado, desarrollando unas características particulares como industria. Para empezar, el valor de uso va ligado a la personalidad de sus creadores, de modo que dos empresas informativas que aborden un mismo tema, probablemente no lo hagan de la misma forma. Así los consumidores se decantarán por una u otras opción en función de sus criterios particulares (educación, cultura, estatus social, situación geográfica, etc.).

Además, la información es un producto con un corto periodo de valor, de forma

que los medios tienen una necesidad imperiosa de renovación constante. Junto a ello, la estructura de producción presenta unos elevados costes fijos, variando según el soporte (impreso, radio, televisión, Internet) pero unos coste variables relativamente reducidos (distribución y comercialización) y costes marginales aún más reducidos por consumidor complementario. Esta estructura genera un marco apropiado para el desarrollo de economías de escala, donde los beneficios van a crecer sobre todo con la expansión y la incorporación de nuevos mercados. Así en esta línea se entiende, como veremos más adelante, cómo el sector se ha ido desarrollando de forma continua hacia la concentración de las empresas, tanto a nivel nacional como internacional (Bustamante y Zallo, 1988). En el plano del consumidor, conviene señalar que, la demanda de productos informativos, no se agota con la compra o uso de los mismos, ya que la necesidad de información puede incluso aumentar o evolucionar hacia nuevos productos. Así los medios y editores contribuyen a la creación de intereses, gustos, tendencias, al tiempo que van conformando sus marcas o sellos personales. Aunque también con ello se desarrolla la diferenciación social, ligada a la selección y lectura de bienes simbólicos a partir del capital cultural de cada individuo y los valores de cada tiempo y lugar (Bustamante, 2003:23-24).

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Así, en el caso de España, el escenario de la comunicación social masiva se ha transformado profundamente desde el fin de la dictadura franquista. Según el profesor Enrique Bustamante, a un estrecho abanico de medios bien caracterizados por su especificidad mediática le ha sucedido una explosión de soportes, redes y terminales de información, cada vez más imbricados en una convergencia digital que desdibuja sus fronteras y sus lenguajes y los articula crecientemente en ofertas y usos sociales. No obstante, esta multiplicación de soportes no ha traído consigo la garantía del pluralismo y de la diversidad cultural, sino que oculta que se trata muchas veces de voces ventrílocuas, diferentes por el medio de transporte y por el formato, pero idénticos en su base ideológica (Serrano, 2010:06). De esta forma las empresas informativas desarrollan una estrategia que Bustamante denomina el “Efecto catálogo” , donde una misma organización es responsable de productos diferentes, con el fin de abarcar distintos nichos de mercado, de modo que los éxitos compensen a los fracasos, los productos de masas a los minoritarios, pero siempre bajo el control y los objetivos de la misma empresa (Bustamante, 2003:25). Bustamante ya reivindicó en su libro Los amos de la información en España (Bustamante, 1982) el derecho de los receptores a saber “quién les informa, actuando como juez de la realidad al decidir las noticias y la orientación ideológica que éstas llevan consigo ineludiblemente”. Sin embargo, al igual que él ya entonces, otros autores de estudios posteriores (Reig:2012; Serrano:2010) han puesto de manifiesto las dificultades para obtener los materiales de base que identifiquen y sirvan para el análisis de la propiedad de los medios informativos. El profesor de la Universidad de Sevilla, Ramón Reig, señala que los medios de comunicación “suelen exigir en sus mensajes transparencia y claridad a las instituciones de todo tipo, pero cuando se intenta indagar en sus tripas más ocultas, aparece la opacidad” (Reig, 2012:245). Por otro lado, el que estemos ante un sector inmerso en un gran número de transformaciones -tecnológicas, reglamentarias y empresariales, complica y dificulta el seguimiento de los movimientos accionariales o de acuerdos entre las empresas (De Miguel, 2003:228).

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II. Contexto: Un breve repaso a la evolución del sistema de medios en España

A diferencia de lo sucedido en otros países occidentales, como Estados Unidos y muchos estados europeos, en España nos encontramos con un desarrollo tardío del sistema de medios de comunicación, como consecuencia del férreo control de las comunicaciones ejercido por el régimen franquista (1939-1975). Durante la dictadura, el gobierno ejercía la propiedad y el dominio de los medios de comunicación. Existía un organismo de Prensa y Radio del Movimiento, que llegó a sumar 35 periódicos y 45 emisoras, además de medios privados afines al régimen y limitados por una intensa supervisión y censura. (Segovia, 2005:03)

No obstante, a partir de 1958, en la etapa que se conoció como el “desarrollismo”

dentro de la dictadura franquista, es posible señalar que empezó a funcionar un sistema de libre mercado en los medios de comunicación, aunque limitado a las estaciones de radio, que no fueron nacionalizadas. Si bien es cierto que tanto el contenido de sus noticias y servicios informativos, como quiénes ejercían la propiedad de estos medios, estaba estrictamente controlado por las autoridades, se les permitió mantener la titularidad privada, así como desarrollar y llevar a cabo operaciones comerciales (Llorens, 2010:847). Durante la etapa de la transición la Prensa del Movimiento inicia su desmantelamiento, y va cerrando sus cabeceras o bien se van privatizando, cediendo el terreno a la iniciativa privada. De igual modo, en 1977 un Real Decreto concede la libertad de información a la radio. Surgen tres cabeceras muy significativas que apuestan por la consolidación de la democracia, El País, Diario 16 y El Periódico. Por su parte en la radio la Cadena SER afianza su liderazgo junto a RNE y la Cadena COPE, y nace Antena 3 Radio bajo el impulso del Grupo Godó. (Fuentes y Fernández, 1997; Franquet, 2002).

Precisamente los medios de comunicación jugaron un importante papel para

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la consolidación de la democracia en España. Con la transición, el sector de la prensa consiguió un importante estatus por su capacidad de influencia política y económica, puesta al servicio del afianzamiento del régimen democrático. No obstante, esta influencia también le resultó muy útil a la hora de evitar cualquier limitación de sus actividades obteniendo así ciertas ventajas respecto a otros sectores industriales, ya que una intervención del gobierno en los medios de comunicación privados hubiese podido interpretarse como las prácticas censoras del régimen franquista (Llorens, 2010:848). Así, la llegada democrática trae consigo un fenómeno de alianzas e intereses comunes entre los poderes políticos y las empresas de comunicación, que buscan promover estructuras de aprovechamiento mutuo, unos para afianzar su posición política, otros para obtener ventajas comerciales (Díaz Nosty, 2011:20-22). El favoritismo político se convirtió en una acusación común a la hora de repartir licencias de radio y televisión, más aún cuando entra en juego el sistema de gobierno autonómico, de manera que las distintas administraciones (nacional, autonómica o municipal) tienen capacidad para decidir quiénes pueden entrar en el negocio de los medios de comunicación. Ante la situación de contar con un espacio radioeléctrico limitado, la radio y la televisión no pueden regirse por las condiciones del libre mercado y el Estado ha tendido a jugar un papel intervencionista en muchos sentidos (Segovia, 2005:04). La espera de un clientelismo político y una contraprestación electoral para los poderes políticos por parte de los medios de comunicación provoca su posicionamiento editorial -en los de titularidad privada- o su instrumentalización -en los de carácter público-. El profesor Bernardo Díaz Nosty describe esta situación como “una interlocución opaca entre poder y medios, refractaria a los mecanismos de control democrático. La polarización política de los medios ha minado la función social del periodismo. Se los valora de forma conjunta con las opciones políticas con las que se alinean.” (Díaz Nosty, 2011:20).

A partir de la década de los 80, con la entrada de agentes privados en el sector

de la televisión, se van dando los pasos más importantes para la creación de los grupos

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de comunicación en España. A diferencia de los grandes grupos de comunicación norteamericanos, articulados en torno al sector audiovisual, los grupos europeos están muy basados en lo escrito: libros, periódicos y revistas, como referencia, aunque después la vertiente audiovisual haya cobrado mayor volumen de negocio. (De Miguel, 2003:230). De esta forma, entre los 80 y los 90, el grupo PRISA, propietario de la editorial Santillana y editor del diario El País, decide aprovechar los amplios recursos de los que dispone para emprender negocios en otros sectores mediáticos. A mediados de los 80 se introduce con fuerza en el sector de la radio, al incorporar a su negocio la cadena de emisoras de la SER. En los 90 se consolida como líder de la radio en España tras comprar las emisoras de su principal competidor, Antena 3 Radio (puesta en marcha por los editores de La Vanguardia, ABC y Grupo Zeta). Una vez eliminada la competencia, la sociedad resultante ‘Unión Radio’, dentro del grupo PRISA queda como el referente destacado del sector (Segovia, 2005:5-6). Por otra parte, la Ley de Televisión Privada de 1988, ponía a disposición de las empresas de información tres nuevas licencias de emisión. De este modo PRISA continúa con su expansión como grupo mediático al conseguir una de estas licencias para explotar Canal +, un canal de televisión privado, que además mantenía parte de su programación limitada para abonados.

Junto a Canal + aparecen otros dos nuevos canales de televisión, Antena 3 y

TeleCinco, con emisión en abierto. Al frente se encontraban agrupaciones de distintas sociedades, destacando los editores de La Vanguardia en la propiedad de Antena3, y Fininvest en Telecinco, sociedad de Silvio Berlusconi que posteriormente se quedaría como socio dominante del canal a través de Mediaset.

La llegada de la televisión privada a España supuso que las empresas de medios

extranjeras vieran en un mercado por cubrir cuando aún la industria estaba dando sus primeros pasos. De ahí que la primera legislación buscara proteger las empresas nacionales, pero al mismo tiempo permitía la entrada limitada de otras firmas mediáticas, que aportaban dinero y “saber hacer”. Esto también supuso la entrada

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de corporaciones de otros ámbitos económicos (telecomunicaciones, financiero, energético) en el accionariado de los grupos de medios de comunicación españoles, que buscaban nuevas oportunidades de negocio (Segovia, 2005). La radio, por su parte, vio potenciado un proceso de reestructuración del sector y una concentración de la propiedad, de las audiencias y de los ingresos publicitarios. El aumento de licencias y la competición con la televisión fomentaron la especialización temática en las emisoras de radio, dominando sobre todo la radio musical, con un papel destacado de las radiofórmulas importadas de EEUU, vinculadas a la industria musical.

La liberalización posibilitó el nacimiento de multitud de emisoras, muchas de

ellas de ámbito local que, poco a poco, fueron sucumbiendo a la ley del mercado, que prima las grandes concentraciones de estaciones en detrimento de los emisores locales, con el fin de abastecer mercados publicitarios más extensos (Franquet, 2003). En esta situación se encuentra el germen de lo que Díaz Nosty considera que fue la “burbuja mediática”, donde se creaban grandes grupos de comunicación con la participación de agentes “ajenos a la ética de la cultura periodística”, de manera que esta expansión no supuso mejora en la conciencia crítica, la estima social o las condiciones laborales de los profesionales de la información. Asimismo incide en que la “burbuja mediática” no sólo se dio en los grandes grupos, sino también en la proliferación de proyectos locales carentes de “lógica comunicativa y profesional” (Díaz Nosty, 2011:20-22). Las sucesivas legislaciones que fueron promoviendo tanto los gobiernos de Felipe González, como el de José María Aznar y el de José Luis Rodríguez Zapatero para regular el sector de los medios de comunicación, trajeron aparejados movimientos de entrada y salida de accionistas, fusiones, absorciones o creaciones de nuevas cabeceras, como veremos con un poco más de detalle más adelante. Sin embargo el mayor punto de inflexión en los últimos años ha sido la aprobación en 2005 de la Ley de Impulso de la Televisión Digital Terrestre (TDT). Esta norma supone un mayor número de licencias

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de televisión, el medio más codiciado por los grandes grupos debido por ser el que mayores beneficios representa. Previa a la entrada del sistema de TDT, se concedió una nueva licencia de televisión en analógico (La Sexta) al grupo MediaPro, y Canal+ pasó a emitir todos sus contenidos en abierto, dando origen a Cuatro. En esta primera década del siglo XXI se consolidan también los grandes grupos como Vocento, resultante de la fusión del Grupo Correo y Prensa Española, con ABC como su cabecera emblemática, y Planeta, que decide dar el salto del sector editorial y se hace con el control de Antena 3 Televisión y Onda Cero Radio. Junto a ellos aparece Unidad Editorial, resultante de la unión entre Unedisa, sociedad editora del diario El Mundo y Recoletos, con el diario deportivo Marca como principal referencia. Así, a través de procesos de integración vertical se van conformando los grupos de comunicación. En la mayor parte de los casos, partiendo de una cabecera impresa, ya que la prensa, con sus altos crecimientos en beneficios, en algunos casos superiores al 20% anual, había ayudado a lo largo de la década de los noventa, a que ciertos grupos empresariales pudieran capitalizarse y emprender otras aventuras (Santa María, 2011:163). Estos grandes grupos se lanzan al mercado de la televisión gracias a la cantidad de canales que posibilita el sistema de Televisión Digital Terrestre. Díaz Nosty insiste en que se trata de un proceso especulativo, donde de forma paralela a la burbuja inmobiliaria, se concedieron licencias de TDT muy por encima de la media europea, apoyados en el excedente de mano de obra fruto de otra burbuja, en este caso la académica, consiguiendo con ello favorecer el empleo precario y un descenso de la calidad y el rigor periodístico (Díaz Nosty, 2011:21). A finales de la primera década del siglo, la crisis económica surgida a raíz de la explosión de la burbuja inmobiliaria, arrastra a un sector fuertemente endeudado tras décadas de expansión, y que ve como el mercado publicitario, una de sus principales fuentes de ingreso, está en declive. Como hemos señalado anteriormente, la mayoría de los grupos

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de comunicación en España se construyeron partiendo del buen funcionamiento de las cabeceras impresas. No obstante, José Vicente Santamaría, de la Universidad Carlos III, señala como la prensa escrita se encuentra con serias dificultades: - Un índice de difusión por debajo de 100 desde el año 2002 - La tasa de penetración de lectores es la segunda más baja de la Unión Europea, y el coste medio por ejemplar de periódico, uno de los más caros. - La edad media de los lectores (>44 años) no deja de aumentar - La fuerte reducción de la publicidad y de la venta de ejemplares, ha provocado una fuerte caída de los resultados de explotación (Santamaría, 2011:163). Del doble mercado que presenta la prensa diaria, la venta de ejemplares y de espacios publicitarios, la publicidad es la principal fuente de ingresos de los periódicos: En términos económicos, ‘sanos’ debe representar entre el 50 y el 75%. Si la publicidad aporta menos del 35% de los ingresos, el periódico está en dificultades de continuar apareciendo. Y, en la mayoría de los países occidentales, el porcentaje de inversión publicitaria que acapara el medio diarios está descendiendo frente al porcentaje en crecimiento del medio televisión (Albornoz, 2003:113). De estas situaciones se desprende que el sector de la prensa está inmerso en una profunda renovación que lastra los beneficios empresariales de muchos de estos grupos. Sin embargo, como indica Larrañaga, se desconoce la cifra exacta del endeudamiento bancario que tiene el sector, así como su evolución en los últimos años, puesto que en muchos casos, este endeudamiento reside en sociedades holding de los grandes grupos de comunicación y no en las sociedades participadas, de manera que medios de comunicación con beneficios pueden verse arrastrados por las deudas de otras de las empresas del grupo. En el caso particular de la prensa gratuita, la caída de la inversión publicitaria ha acabado por completo con su crecimiento y de hecho, se han cerrado cabeceras como Metro, ADN o Qué!, siendo 20 Minutos la única que aguanta hasta el momento. Se trata de un mercado saturado y poco diferenciado, en el que los éxitos de audiencia no han tenido correspondencia con sus ingresos publicitarios (Larrañaga, 2009:66).

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Esta situación

ha conducido a grupos grandes y pequeños a realizar

reestructuraciones de plantilla (en forma de ERE) en sus publicaciones y ha llevado a la necesidad de recurrir a grandes capitales extranjeros para sostener el sector: Prisa con la sociedad estadounidense Liberty, Unidad Editorial y el grupo italiano RCS, Mediaset controlada por Mediaset Italia o Planeta sustentada en sus socios italianos De Agostini (Díaz Nosty, 2011). Internet aparece como el gran reto de los grupos multimedia ya que, aunque cuenta con un acelerado nivel de penetración (del 0,9% al 35% en diez años) y que además continúa en ascenso, la adaptación de las empresas informativas al medio digital ha sido lenta y no ha logrado aún identificar un modelo de negocio que responda a la rentabilidad y sostenibilidad de su actividad (Santamaría, 2011:164). No obstante, el profesor de la Universidad Carlos III, Luis Alfonso Albornoz, valora la aparición de Internet como un elemento positivo y esperanzador frente a esta difícil situación, ya que ha permitido al negocio de la prensa renovarse en un contexto multimedia, reducir sus tiempos de producción y estructura de gastos, e incrementar su productividad (Albornoz, 2003:117).

De este modo, las mayores esperanzas de los grupos mediáticos pasa por la

televisión, que es el mayor generador de ingresos, aunque también el causante de buena parte de la elevada deuda que arrastran. Por este motivo los cambios normativos aparejados a la incorporación de la TDT en el panorama mediático ha supuesto una revolución tan grande en el sector. El Real Decreto-Ley de 23/2/2009 promulgado en la segunda legislatura de Zapatero facilitó una nueva recomposición de fuerzas mediáticas. Mediaset y el Grupo Planeta, propietarios de las principales cadenas de televisión (Telecinco y Antena 3), aprovecharán las dificultades de PRISA y de MediaPro para hacerse con el control de Cuatro y La Sexta respectivamente, así como del resto de canales asociados a su licencia de TDT. De esta forma aparecen a principios de la segunda década del siglo XXI dos grandes plataformas televisivas que controlarán de entrada, casi el 50% de la audiencia;

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gestionarán el 80% de la publicidad en televisión y dispondrán de 16 canales en la nueva TDT (Santamaría, 2011:166). El resto de grupos que poseen licencias para emitir en canales de la Televisión Digital Terrestre, no se encuentran en situación de presentar un proyecto empresarial competitivo, y han optado por establecer acuerdos con empresas de los grandes conglomerados de comunicación mundiales, para la explotación de estos canales, que pasan a emitir la programación de firmas temáticas estadounidenses como Disney Channel, MTV, Paramount o Discovery Channel. Así, José Vicente Santamaría define la situación resultante de esta evolución de los grandes medios como un “oligopolio mutante” dado lo cambiante de su estructura en lo que respecta a su propiedad accionarial. En este modelo, algunos grupos de comunicación han ido tomando el relevo de los antaño dominantes; pero en cualquier caso, los medios con fuerte presencia audiovisual han ejercido y ejercen un dominio sobre el resto. Santamaría resume así en cinco puntos las características más significativas del modelo de medios en España en estos momentos: 1.

Debilidad estratégica. Precaria profesionalización de estructuras, levantadas

en su origen por empresas de carácter familiar, en muchas ocasiones procedentes de otros sectores. Son escasamente transparentes y con déficit de gestión. 2.

Dificultades para la internacionalización. Son numerosos los proyectos fallidos

en Europa y Latinoamérica. 3.

Grupos pequeños en comparación con los grandes internacionales.

4.

Fuerte dependencia de la banca. Estima que esta dependencia viene dada,

no tanto por la presencia de la banca en los Consejos de Administración de estas empresas, como por los créditos concedidos y de los que son deudores, así como de los préstamos para circulante, que permiten en el caso de grupos y de numerosas televisiones autonómicas tener liquidez para hacer frente a las necesidades de pago más perentorias. 5.

Importante presencia de capital extranjero. Distintos grupos italianos controlan

o están presentes en 3 de los 4 grupos multimedia.: Mediaset (Telecinco 50,1%; Sogecable 22%), RCS (Unidad Editorial 90%), De Agostini (Planeta 50%). Además

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Bertelsmann (Alemania) participa de un 13% de Antena 3, Televisa y WPP (México, suman un 40% de MediaPro), y Liberty (EEUU) cuenta con una participación decisiva en el grupo PRISA (Santamaría, 2011:160-161). Asimismo, la profesora de la Universidad Complutense de Madrid, Ana Segovia, apunta a que los estudios de todas estas estructuras de propiedad, la función económica y la regulación de los medios ofrecen como resultado “una destaca concentración de la industrias comunicativas, una apabullante unidireccionalidad de los flujos culturales e informativos, y una imparable comercialización y homogeneización de los contenidos” (Segovia, 2005:02).

III. Una normativa en favor de la concentración

Señalaba el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, Carles Llorens, que una vez finalizada la etapa de la dictadura, los primeros gobiernos democráticos evitan poner limitaciones a la actividad de los grupos mediáticos en una suerte de acuerdo que beneficia a la consolidación de los partidos en una estrenada democracia mientras que, por otro lado las empresas informativas obtienen importantes volúmenes de negocio (Llorens, 2010). Según el catedrático Fernando Quirós, fueron los gobiernos socialistas entre 1982 y 1996 los que regulan el sector de los medios de comunicación, tradicionalmente en manos del estado franquista o de familias oligárquicas, desde las tesis de las grandes corporaciones: “la mejor política de comunicación es la que no existe, de forma que

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el establecimiento de empresas y los procesos de fusión o absorción no deben tener límites, con respecto a los medios públicos, su existencia debe estar ligada a la rentabilidad”. En poco tiempo desaparece la prensa regional independiente, que pasa a estar integrada en los grandes grupos y la televisión es entregada a quienes ya eran poderosos en otros sectores (Serrano, 2010:298). Amparada en la reciente protección del derecho a la libertad de información (Constitución Española de 1978, art. 20) y la adopción de un sistema de mercado en consonancia con el resto de estados occidentales, los primeros pasos de la industria de la prensa disfrutaron de un amplio margen de libertad en su actividad empresarial. De hecho, la legislación no establece ningún límite específico del sector de la propiedad de activos en el sector de la prensa. Sin embargo la radio y la televisión, al depender necesariamente de las condiciones técnicas del espacio radioeléctrico para su difusión, estuvieron sometidas desde el primer momento a las regulaciones que han desarrollado los distintos gobiernos (Llorens, 2010:851-854). En el Estatuto de Radio y Televisión de 1980, se establece la definición de la radio como un servicio público esencial y se posibilita su gestión bien de forma directa por el Estado o bien de forma indirecta por particulares a quienes se les otorgara la correspondiente concesión de servicios.

La ley de Ordenación de las Telecomunicaciones (LOT) de 1987 recoge las

condiciones que deben asumir los adjudicatarios de las licencias de radio, destinadas en principio a limitar la concentración. Ya hemos visto que las posibilidades del incipiente mercado español en el sector de los medios de comunicación eran muy atractivas para los grupos extranjeros ya consolidados y en busca de ampliaciones de negocio (Segovia, 2005), de modo que en un afán por preservar el control en manos de empresas nacionales, esta normativa establece que ningún socio extranjero podría ostentar más del 25% de los títulos de una sociedad concesionaria.

Asimismo, con el objeto de garantizar la pluralidad, la LOT recogía que los

titulares de una concesión de FM sólo podían serlo de una segunda concesión que coincidiese sustancialmente en el ámbito de cobertura de la primera “si por el número

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de las concesiones ya otorgadas queda suficientemente asegurada la pluralidad de la oferta radiofónica”, aunque la ley no llega a establecer ningún criterio para entender cuándo queda bien cubierta dicha pluralidad. También recoge esta ley otra claúsula, en principio destinada a evitar los monopolios, donde se determinaba que una entidad no podría tener participación mayoritaria en más de una sociedad concesionaria si explotaban servicios de radio en el mismo ámbito de cobertura. No obstante, se deja una vez más en el campo de lo indefinido qué supone expresamente esa participación mayoritaria.

Este último principio, sin embargo, fue vulnerado por el grupo PRISA cuando

en 1992 procede a la compra de Antena 3 Radio, su principal competidor. Este hecho fue denunciado en su momento al entenderse el abuso de posición de dominio en el sector, con una resolución en contra de esta compra por parte del Tribunal Supremo en el año 2000. Para entonces, PRISA ya había cerrado las emisoras de Antena 3 Radio y se había consolidado como líder destacado de la radio a nivel nacional. Y no obstante, la ley que aprobaría Zapatero en 2005, daría cobertura legal a esta situación en favor de PRISA.

Por otra parte, el gobierno de José María Aznar, en 1999, también modificó

la LOT de 1987, de manera que las acciones de las empresas radiofónicas dejan de estar obligadas a tener carácter nominativo. Esto propició la compra de Onda Cero por parte de Telefónica, en un intento del Partido Popular por promover un grupo de comunicación afín, ante las presiones recibidas desde el grupo PRISA. Con estos ejemplos se comprueba como los diferentes gobiernos han empleado la regulación del sector de los medios de comunicación en función de intereses particulares por encima de los de garantizar la función de servicio de un bien público como es el espacio radioeléctrico (Segovia, 2005:7-11). Por su parte, la televisión empezó a ser regulada mediante la Ley de televisión privada de 1988. Esta norma imponía que las condiciones para ser adjudicatario de una licencia de televisión privada pasaban por que la sociedad dispusiese de 1.000 millones de pesetas, al tiempo que ningún accionista podía superar el 25% de la participación. Con ello vino la entrada de capital multinacional y de la banca en la propiedad de los

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canales privados. Las tres licencias que se otorgaron entonces fueron: •

Canal +: Con unas condiciones particulares, ya que sólo una parte de su emisión

era en abierto, mientras el resto era sólo para abonados. Estuvo avalada principalmente por el grupo PRISA y Canal + Francia. •

Antena 3: Con la participación destacada de los grupos Godó, Prensa Española-

ABC y Correo. •

Telecinco: Donde la ONCE, Fininvest (Berlusconi) y Anaya eran los principales

referentes entre los accionistas.

Esos tres consorcios eran además los propietarios de tres de las cuatro grandes

cadenas de radio privadas existentes en España (Cadena SER, Antena 3 Radio y Onda Cero, respectivamente) y de algunos de los diarios más importantes del país, como El País (PRISA), La Vanguardia (Grupo Godó) o ABC (Prensa Española) (Segovia, 2005:1112).

Sin embargo, este umbral de participación en el accionariado del 25% para una

licencia nacional de televisión recogido por la normativa de 1988, ha sido modificado varias veces en los últimos 20 años, siempre en la misma dirección de la liberalización. Después de la aprobación de la Ley de Televisión Privada de 1988, los accionistas de televisión pidieron más flexibilidad para mejorar la eficiencia en la gestión de sus canales. Algunos de sus argumentos fueron que esa flexibilidad facilitaría las estrategias de expansión y podrían proteger sus inversiones de las crisis cíclicas (Llorens, 2010:851). Estos argumentos se hicieron más convincentes con la llegada al gobierno del Partido Popular desde 1996 hasta el 2004. Con ellos se aprobó en 1998 una primera reforma de la Ley 10/1988, que elevó el umbral de las acciones que un mismo accionista puede mantener en una empresa de televisión del 25% al 49% (Ley General de Telecomunicaciones 50/1998). Una segunda reforma, en 2002, trajo consigo una serie de cambios menores en la legislación antimonopolio de radiodifusión existentes en relación con las cadenas de televisión regionales y locales (Ley 53/2002). La tercera reforma de la Ley de Televisión Privada (Ley 62/2003), cobró más importancia:

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Cualquier accionista podría mantener el 100% de las acciones de una cadena de televisión nacional, siempre que no mantuviera una participación de más del 5% en otro canal de televisión.

A pesar de la importancia de los cambios en lo que a la concentración de la

propiedad respecta, que introdujeron las modificaciones normativas de 2002 y sobre todo en 2003, éstas llegarían como normas aprobadas de urgencia en forma de Leyes de Acompañamiento a los Presupuestos Generales del Estado, lo que supuso un trámite sin prácticamente debate parlamentario previo. Con la Ley General de Telecomunicaciones de 1998, además de los cambios en materia de propiedad, se pone en marcha el Plan Técnico de Televisión Digital Terrestre, donde se otorgan nuevas licencias: Quiero TV (Grupo Planeta), Veo TV (Unedisa) y Net TV (Vocento). Esta concesión supondría más adelante la salida de Vocento de Telecinco. El nuevo cambio de gobierno, presidido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), trajo consigo una nueva serie de reformas importantes en el sector de los medios de comunicación, plasmadas en la ‘Ley de Medidas Urgentes para el Impulso de la Televisión Digital Terrestre, de Liberalización de la Televisión por Cable y de Fomento del Pluralismo’ de 2005 y que se ampliarán con tres anteproyectos de ley y dos reales decretos.

Además se producen cambios en el sistema de emisión de televisión en

analógico, ya que se concede una nueva licencia para La Sexta, propiedad del grupo MediaPro, fortalecido al abrigo del gobierno de Zapatero, y se modifica la licencia de emisión en analógico de Canal+, que pasa a emitir todos sus contenidos en abierto a través del canal Cuatro. El anteproyecto de Ley General Audiovisual pretendía aportar un nuevo marco jurídico que acabase con la dispersión normativa en los distintos niveles de la Administración. Se proponen así nuevos límites a la competencia, de forma que, según el nivel, un mismo agente puede concentrar como máximo: •

En el ámbito estatal: un canal en analógico. En digital, como máximo un

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múltiplex (cuatro programaciones). •

En el ámbito autonómico: el 50% de los canales privados disponibles en cada

Comunidad Autónoma. •

En el ámbito local: un solo canal.

Asimismo, una empresa no podrá participar en más de dos licencias de

televisión de ámbito estatal, autonómico o local en el caso de que coincidan en la misma zona de recepción de la emisión. Por este motivo PRISA se deshace de su cadena de televisiones locales, Localia, incompatible con la titularidad de Cuatro en el ámbito estatal. También Vocento hace la misma operación con su red de emisoras locales, tras obtener la licencia para Net TV. También se establece que una empresa no podrá ostentar una participación superior al 5% en más de un operador de igual cobertura (Segovia, 2005:11-17) Por su parte la Ley de Radio y Televisión de Titularidad Estatal aborda una reforma del ente público, que dejará de ser dependiente del Estado para constituirse en una sociedad anónima cuyo capital será 100% estatal, mientras que la Ley de creación del Consejo Estatal de los Medios Audiovisuales plantea la creación de un órgano regulador independiente que supervise el sector (Segovia, 2005:16). Sin embargo una de las medidas más importantes fue la Ley 8/2009 que elimina la publicidad de la Corporación RTVE, lo que supone un aumento en la factura por publicidad de las televisiones privadas (Santamaría, 2011:160).

Según Ramón Zallo con las medidas desarrolladas por el gobierno de Zapatero,

beneficiando a las televisiones afines (Cuatro, La Sexta), se ganó en pluralismo y se evitaba un sistema de radio y televisión derechista, pero también se evidenciaba, para sonrojo del sistema mediático, el partidismo de los medios y las relaciones entre poderes y operadores. No se utilizó la vía de las obligaciones de servicio público para el sistema y de un Consejo Audiovisual que lo exigiera (Zallo, 2010:19). En el ámbito específico de las televisiones locales, hay que señalar que comienzan a aparecer en los 80, pero no son reguladas hasta 1995. Aún así no se desarrolla el reglamento para su concesión, ante la presión de los grandes grupos, poseedores

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de redes de tv locales: Vocento (en los sitios donde poseía un periódico local), Localia (PRISA) o Popular TV (COPE) (Segovia, 2005:17-20). Tras distintos proyectos, la Ley de Medidas Urgentes para el Impulso de la Televisión Digital Terrestre deja en manos de las comunidades autónomas la decisión de fijar el número de televisión locales públicas que consideren oportuno en cada demarcación, garantizándose al menos una. Esto levantó nuevas acusaciones de adjudicaciones por amiguismo, siendo un caso destacado las 30 concesiones en Madrid, todas a grupos afines al Partido Popular.

Por otra parte, la televisión por vía Satélite se liberaliza en 1995, cuando la Ley

de Telecomunicaciones por Satélite de 1995 considera que ésta deja de ser un servicio público. A raíz de esta ley surgen dos plataformas: Canal Satélite Digital (PRISA junto con Canal Plus Francia) y Vía Digital (Telefónica, RTVE, Televisa y participaciones de Recoletos, Unedisa, COPE).

Estas plataformas se sumergen en un enfrentamiento, al estar cada una en un

lado del espectro político, y con la lucha por la gestión de los derechos de retransmisión del fútbol. Esta lucha supuso varios años de tribunales y de legislaciones del gobierno para favorecer a Vía Digital frente a Canal Satélite. Finalmente el asunto se zanjó con la fusión de las dos plataformas, sobre todo por criterios económicos, al comprobar que no había mercado para las dos (Segovia, 2005:20-23).

La ‘viabilidad económica’ ha sido un argumento sobre el que se han apoyado los

distintos gobiernos para sostener la desregulación a la que han ido progresivamente sometiendo al sector de la televisión. Para el profesor Zallo, está claro también que las actuaciones del último gobierno socialista en esta materia resultan “una autopista para una gran concentración con el horizonte de solo tres grupos dominantes, o dos dominantes y otros grupos menores, al final de la carrera” (Zallo, 2010:21). Así en esta línea encontramos la modificación de calado más reciente en el Real DecretoLey 1/2009 de Medidas Urgentes de Telecomunicaciones, a través del cual una empresa titular de una licencia nacional de televisión puede fusionarse y controlar otras siempre y cuando la audiencia media no supere el 27% en los doce meses consecutivos previos

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al momento de la fusión. De este modo se evita una posible situación de monopolio en el caso de que se uniesen Telecinco y Antena 3, pero a su vez se posibilita que las dos grandes cadenas absorban a Cuatro y a La Sexta respectivamente, creándose una situación de duopolio en el sector televisivo privado (Llorens, 2010:855-856). El investigador Pascual Serrano considera que este fomento de la concentración, trae consigo una pérdida de pluralidad así como minimiza el control del estado de un bien público como es el espacio radioeléctrico y de un derecho constitucional como el del derecho a la información (Serrano, 2010:301). Amplía esta reflexión a la luz de ejemplos como el de la Asociación Europea de Editores de Diarios (ENPA) cuando tras una Asamblea Nacional en Sevilla emitió una declaración en la que se mostraba contraria a una posible directiva europea sobre concentración y pluralismo de medios porque “podría derivar en regulaciones y restricciones de contenidos”. El autor considera que nada tiene que ver una regulación pública preocupada por la concentración de medios en pocas empresas con una intervención del Estado en los contenidos, ya que ninguna ley está inmiscuyéndose en lo que una televisión o un periódico quiera difundir o publicar, pero estas organizaciones empresariales de medios de comunicación no cesan de presentar toda la legislación que no les gusta como ataque a la libertad de expresión (Serrano, 2012:12-13). También es muy interesante la opinión del profesor Bernardo Díaz Nosty, quien frente a todo el movimiento de normativas y cambios legislativos que condicionan la concentración y la propiedad de los medios, recuerda que “no existe regulación que ampare el ejercicio de la profesión periodística y sus objetivos de transparencia y atención al derecho a la información del ciudadano”. Señala también cómo es “especialmente sangrante el caso del sector audiovisual en España, que carece de una alta autoridad reguladora, exigida por Europa, y cuya creación es rechazada por la industria y postergada por los gobiernos de Aznar y Zapatero” y pone como otro ejemplo del rechazo de la industria hacia la regulación en el mantenimiento de los anuncios de contactos, que fomentan la práctica de la prostitución y la degradación de la mujer, y que siguen presentes en los medios de comunicación (Díaz Nosty, 2011:42-43).

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IV. Principales protagonistas: Los grandes grupos de comunicación

Hasta el momento hemos realizado un repaso muy general de la evolución del sistema de empresas informativas en España, y de cómo la gestión de los diferentes gobiernos ha contribuido a una concentración creciente de los medios de comunicación en torno a grandes grupos multimedia.

Sin embargo tanto los cambios normativos, como los avances tecnológicos que

ofrecen cada vez mayores posibilidades a las empresas informativas, unido a un intenso dinamismo del mercado; hacen que sea muy complicado seguir en cada momento los movimientos de fusiones, absorciones, cierres, aperturas y cambios de titularidad en las acciones y en la propiedad de los medios. Abordamos un campo muy cambiante, en el que es necesario actualizar los datos con mucha frecuencia. Siendo conscientes de esta dinámica, también es necesario tener algunos puntos de referencia acerca de los principales actores dentro de la industria de los medios en España, de modo que a continuación veremos con un poco más de detalle quiénes son los grupos mediáticos más destacados. Casi todos los grupos de comunicación en España tienen una característica común, y es que nacen a partir de soportes de comunicación en papel, ya sea en diarios, revistas o libros. Según el profesor Ramón Reig, es lógico ya que la comunicación y el periodismo, sobre todo en épocas contemporáneas han devenido a través de una generación marcada por la información en prensa, a la que prosiguió el auge de la radio, después la irrupción de la televisión como el medio de referencia y actualmente el desarrollo de la era digital entre los consumidores que se incorporan al mercado de la información. Por tanto, es natural que la diversificación del capital haya pasado desde lo escrito a lo audiovisual y a lo digital (Reig, 2012:211). Existen sobre todo cinco grandes grupos: PRISA, Planeta, Mediaset, Vocento y Unidad

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Editorial. Llorens señala que se mantiene el equilibrio porque que cada uno de ellos tiene una posición débil en al menos una de las salidas tradicionales de comunicación: radio, televisión o prensa (Llorens, 2010:856). Junto a ellos, orbitan también una serie de grupos medianos, con una importancia relativa al ámbito geográfico o al sector en el que operan.

De hecho, entre los grandes grupos de comunicación, los tres mayores (Planeta,

PRISA y Mediaset) controlan actualmente más del 80% de la publicidad en televisión, más del 50% de las ediciones online de la prensa las dos mayores cadenas de radio privada en España, la casi totalidad de los grandes derechos deportivos (Fútbol, Fórmula 1, Baloncesto, y otros deportes minoritarios), el 100% de la TDT de pago, y más del 50% de los canales de pago (Santamaría, 2011:158).

GRUPO PRISA El Grupo PRISA (Promotora de Informaciones S. A.) tiene su origen en 1958, cuando el empresario Jesús de Polanco funda la Editorial Santillana. Desde entonces, la familia Polanco ha ido expandiendo al grupo hasta convertirlo en un gigante mediático. En 1972 Polanco se incorpora como accionista a una sociedad (la que sería PRISA propiamente) fundada con el objetivo de lanzar un periódico de ideología progresista, que se vio plasmado en la publicación de El País, en 1976 y que es a día de hoy el periódico de información general más leído en España.

En 1983, Polanco adquiere la mayor parte de las acciones de PRISA, se convierte

en el presidente del grupo y amplía el sector de negocio comprando parte de las acciones de la Sociedad Española de Radiodifusión (SER). Poco después fue ampliando su participación hasta 1991 cuando se hace con el control de la cadena. En 1992 y en contra de la legislación vigente, compra la mayoría de las acciones de Antena 3 Radio, su principal competidor, consolidándose como líder destacado de la radio.

También pasó a participar en el sector televisivo cuando en 1989 obtiene una

licencia para explotar un canal, con contenidos de pago (Canal+). Posteriormente en

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2006, Canal+ pasaría a emitir sus contenidos en abierto, bajo el nombre de Cuatro. No obstante, obligado por las dificultades económicas, el canal fue vendido en 2009 a Mediaset, aunque mantiene una participación del 20%.

Mantiene una gran influencia en Latinoamérica, donde posee o participa de

medios de comunicación en casi todos los países. También posee Media Capital, un potente grupo de comunicación en Portugal.

Desde sus inicios el grupo PRISA ha estado vinculado ideológicamente con el

Partido Socialista, sobre todo durante los años de gobierno de Felipe González. Así se vio favorecido en casos como la obtención de la primera licencia de televisión privada, con permiso para su explotación de pago, o la compra de su competidor en radio (Antena 3), vulnerando la normativa vigente.

Su expansión ha sido constante desde el momento de su fundación, lo que le

ha llevado también a contraer una elevada deuda, que una vez sobrevenida la crisis económica en 2008, hizo tambalearse al gigante mediático. Gran parte de esa deuda se debe a la OPA que lanzó para hacerse con la totalidad de Sogecable (ahora Prisa TV) y los derechos de retransmisión deportiva (Serrano, 2010:147-189). De esta forma la familia Polanco deja de ser la accionista mayoritaria del grupo, para dar paso a ‘Liberty’, una sociedad estadounidense formada por un conglomerado de empresas financieras y fondos de inversión que adquiere más del 40% de PRISA. Junto a ella, otras entidades bancarias como el Santander, HSBC o La Caixa, controlan un 20%, y la familia Polanco se queda con cerca del 30% (Reig, 2012:214.221). Actualmente, los medios de comunicación más destacados que forman parte del Grupo Prisa son: Prensa: El País, Cinco Días, As, las ediciones de El País en distintos países de América Latina y una participación del 20% en el diario francés Le Monde. Radio: La red de emisoras de la Cadena SER. Además cuenta con las radiofórmulas de los 40 Principales, Cadena Dial, M80, Máxima FM y RadioOlé. Está también presente, de forma directa o indirecta, en emisoras de diez países de América Latina. Televisión: Cuenta con la plataforma de televisión digital vía satélite, Digital+, a través de la que gestiona distintos canales temáticos (40 TV, Sportmanía, varias opciones de

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Canal+...). Tras la venta del canal en abierto Cuatro, adquirió una participación del 20% en Mediaset España. Además sigue teniendo una gran fuerza en el sector editorial a través de Santillana (AEDE, 2013:309-362). Durante su expansión, llegó a controlar también otros medios de comunicación, como periódicos regionales (El Correo de Andalucía, Diario Jaén) o una red de emisoras de televisión locales agrupadas bajo la marca Localia.

GRUPO PLANETA Planeta parte al igual que PRISA de una editorial, fundada en 1949 por José Manuel Lara, líder en España, pero que entró en el negocio más amplio de la comunicación hace unos años, después de la retirada de Telefónica del mercado de los medios en 2003. Desde entonces, ha ocupado el segundo lugar en la radio y la televisión. Sin embargo, los periódicos tienen un perfil bajo en cuanto a número total de lectores (Llorens, 2010:857). Se trata de un gigante con más de 70 editoriales en todo el mundo, que ha ido diversificando su actividad introduciéndose en los medios de comunicación. A través de otras sociedades tiene participación en otros sectores, de difícil investigación, pero donde destaca la propiedad del 6% del Banco Sabadell, siendo accionista de referencia. Actualmente cuenta con una gran conglomerado de medios de comunicación, bajo la marca A3Media. Todo comenzó cuando la gestión de Antena 3 TV en sus primeros años, en manos del Grupo Godó y del Grupo Zeta empezó a presentar problemas, y en 1992 ya acumulaba deudas de 70.000 millones de pesetas con sólo dos bancos. Estas deudas se incrementan tras el desembolso de Asensio (Grupo Zeta) por los derechos del fútbol. En este momento, Telefónica, apoyada por el gobierno de Aznar entra en juego y compra el 25% de Antena 3, así como Onda Cero (la emisora se había fundado en 1989 por la ONCE, y fue asociada a Antena 3 en 1999, en el momento en el que es comprada por Telefónica). Cuando Telefónica abandona Antena 3, en favor de otros intereses, entra Planeta

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en el año 2003, con sus socios italianos DeAgostini que a los pocos años contaban con el 50% del Grupo Antena3. Con la llegada de Planeta se produjeron despidos masivos en Antena 3, incluyendo un dudoso ERE, aprobado por Zaplana, que ponía en la calle a 250 trabajadores, cuando altos directivos como Ernesto Saéz de Buruaga fueron indemnizados con 6 millones de euros.

En Colombia es el propietario mayoritario de un gran conglomerado de medios

(Casa Editorial El Tiempo), donde distintos miembros de la familia Santos Calderón (que ocupan o han ocupado la presidencia y altos cargos del gobierno) han sido también socios de Planeta y han ejercido destacados puestos en el grupo mediático, de donde se desprende un tratamiento protegido desde estos medios de comunicación a los miembros de esta rama política.

También ha sido protagonista de otras polémicas, como por ejemplo, la del

hecho de editar la revista Playboy y que durante años su periódico, La Razón, recogiera anuncios de prostitución; pero tras el acuerdo para distribuir El Osservatore Romano, el presidente declaró la profundidad de los principios católicos de La Razón. Sin embargo el otro periódico del grupo, ADN, se proclamaba no adscrito a ninguna ideología política o religiosa. De forma que según señala Pascual Serrano, lo único que deben tener en común los medios de Planeta, es su rentabilidad.

En el accionariado del Grupo Antena 3, están los italianos De Agostini, aunque

tienen su sede en el paraíso fiscal de Luxemburgo. También tiene participación la compañía de medios alemana RTL, propiedad de Bertelsmann (Serrano, 2010:85-118). Los medios de comunicación de referencia en España bajo la titularidad del grupo Planeta son: Prensa: La Razón Radio: Onda Cero, Europa FM y Onda Melodía. Televisión: Antena 3, La Sexta, y los canales temáticos Neox, Nova, Nitro, La Sexta 3, Xplora y GolTV (TDT de pago). Revistas: Grazia, Interiores, Lonely Planet, Playboy, Psychologies, Historia y Vida, Drapper, Factoría Prisma. Además cuenta con un vastísimo potencial en el sector editorial con las firmas

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destacadas de Planeta, Seix Barral o Espasa (AEDE, 2013:309-362). En su fase de expansión fue también editora del periódico gratuito ADN y su versión digital ADN.es.

GRUPO MEDIASET ESPAÑA Este grupo fue creado en 1989 en torno a la apertura del mercado de la televisión privada en España donde comenzó gestionando el canal Telecinco. Durante toda su trayectoria ha centrado su actividad en la producción y en la exhibición de contenidos televisivos. Actualmente es parte del grupo italiano Mediaset, propiedad del empresario y político Silvio Berlusconi (Llorens, 2010:853). Aunque Berlusconi, comenzó sólo con un 25% de participación en Telecinco, Mediaset fue haciéndose con cada vez más cotas de poder, hasta hacerse mayoritario y extender su participación a medios de PRISA (Cuatro, Digital+), y así de paso influir en la imagen de ‘Il Cavaliere’ que se proyecta fuera de su país. En la trayectoria de Mediaset estuvieron presentes como accionistas la ONCE y el grupo editorial ANAYA en el momento de su fundación. Más tarde, con la salida de éstos, entró el Grupo Vocento, quien estuvo durante un tiempo al frente de los servicios informativos de Telecinco, pero en 2002 vendió la mayor parte de sus acciones, al ser incompatibles con la licencia de TDT obtenida para Net TV. Esta salida de Vocento reforzó aún más el control italiano en Mediaset. En el año 2009, Mediaset se hace también con los canales de televisión del grupo PRISA, a cambio de un 20% de participación en la nueva sociedad. De esta forma Berlusconi se convierte en el propietario del mayor grupo de televisión del España. Este empresario, según nos recuerda Pascual Serrano, está a la cabeza de 150 empresas y tiene numerosas causas abiertas, muchas de ellas por delitos fiscales. Desde sus responsabilidades políticas ha impedido la investigación y facilitado la prescripción de muchas de estas causas, algunas vinculadas con la mafia italiana.

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Mediaset cuenta actualmente con los siguientes medios de comunicación en España: Televisión: Telecinco, Cuatro, Factoría de Ficción, La Siete, La Nueve, Boing, Divinity, Energy y participación en la plataforma de satélite Digital+. Su accionariado en 2012 era de Mediaset, un 50,5% y Free Float (capital flotante que cotiza en Bolsa) (Serrano, 2010:191-218).

GRUPO VOCENTO Este grupo es fruto de la fusión en 2001 de dos grupos tradicionales y conservadores, el Grupo Correo (con su origen en 1875) y Prensa Española (nacida en 1891), y está ligado al gran capital financiero vasco así como a empresas de construcción e inmobiliarias.

El Grupo Correo comenzó su actividad con El Noticiero Bilbaíno y la posterior

unión con El Pueblo Vasco, mientras que Prensa Española empezó editando la revista Blanco y Negro, aunque en 1903 lanza el diario ABC, que sería su cabecera más importante.

La historia de estos grupos, y por consiguiente de Vocento, está ligada a la

derecha política conservadora. Su principal cabecera de referencia es el diario ABC, que en su momento apoyó al régimen franquista, y más tarde se mantuvo en esta línea editorial, alineándose y prestando apoyo al Partido Popular durante la democracia. Asimismo se identifica con la monarquía y los preceptos de la Iglesia Católica (Serrano, 2010:55-83).

La expansión del grupo Vocento se ha centrado sobre todo en la incorporación

de cabeceras regionales, líderes en su sector, convirtiéndose en el mayor grupo de prensa local de España. Sin embargo no le ha ido tan bien en el sector de la radiodifusión, donde presenta sus mayores flaquezas (Llorens, 2010:857). El grupo intentó poner en marcha en 2004 una red nacional de emisoras bajo la marca de Punto Radio y la participación del reconocido periodista Luis del Olmo. Sin embargo no ha conseguido hacerse un hueco en un sector dominado por las otras grandes cadenas (SER, Onda Cero, COPE, RNE) y terminó con sus emisiones en marzo de 2013.

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En televisión cuenta también con la experiencia fallida de tener una

canal de contenido generalista, La 10, que empezó a emitir en el año 2010, pero a principios de 2012 claudicó tras no conseguir asentar su marca. Su licencia de TDT, Net TV, es compartida con el grupo conservador Intereconomía, y con la empresa estadounidense Disney, socios que explotan los canales de Intereconomía TV y Disney Channel respectivamente, dentro del múltiplex de Vocento. La propiedad de este grupo siempre ha estado en manos de varias familias de empresarios españolas: Ybarra, Urrutia, Luca de Tena o Bergareche; pero según el profesor Enrique Bustamante, el sello que condiciona la información en este grupo no es tanto el control del clan familiar, sino la capacidad que han tenido de integrarse en la oligarquía y con el poder dominante en cada momento (Bustamante, 2002). Los principales accionistas de Vocento son a su vez propietarios o consejeros en muchas otras empresas, con finalidades bien diferentes: fondos de inversión, entidades financieras, empresas energéticas, etc. De hecho, entre su accionariado se encuentra Mercapital, una sociedad de inversión de capital riesgo (Reig, 2012:225). Según Pascual Serrano, es evidente que Vocento está dirigido por empresarios y directivos de bancos, financieras, sociedades de inversión, multinacionales de energía y de bebidas, e incluso de alimentación. Difícilmente se puede mantener una independencia informativa con esos sectores empresariales implicados. Es lógico pensar que cualquier información que afecte negativamente a esas empresas o al contexto político y económico más adecuado para que se desenvuelvan no tendrá cabida en el entramado informativo del Grupo Vocento (Serrano, 2010:75-77). En el desarrollo de su historia, han sido muy llamativas las luchas intestinas entre cabeceras del mismo grupo. Especialmente conocido fue el enfrentamiento entre Jiménez Losantos, de la COPE (participada entonces por Vocento) y José Antonio Zarzalejos, director de ABC, que acabó en los tribunales, perjudicando los intereses mutuos de las compañías sobre todo en el negocio de la radio. También el periódico insignia tuvo encontronazos con Telecinco, cuando también estaba participada por

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Vocento. Además han sido muchos los periodistas emblemáticos que han ido y venido entre ABC y su principal competidor, La Razón, empezando por Luis María Ansón, que fue director de ABC y fundador de La Razón (Serrano, 2010:66-72). En estos momentos Vocento agrupa a los siguientes medios de comunicación en España : Prensa: ABC. En las cabeceras regionales cuenta con: El Correo, El Diario Vasco, El Diario Montañés, La Verdad, Ideal, Hoy, Sur, La Rioja, El Norte de Castilla, El Comercio, Las Provincias, La Voz de Cádiz. Además de la agencia de noticias Colpisa. Radio: Tras el cierre de Punto Radio, no cuenta con actividad en este sector. Si bien parte de sus emisoras pasaron a la Cadena COPE, y a través de un acuerdo de colaboración, desde la edición digital de ABC, se retransmite actualmente los contenidos de la emisora de la Conferencia Episcopal. Televisión: Tiene el 50% de Net TV, el mútiplex de TDT que comparte con Intereconomía y Disney. Gestiona así dos canales, que tras el proyecto fallido de La 10, emite los contenidos de Paramount Channel y MTV. Revistas: Edita revistas como el suplemento XL Semanal, Inversión&Finanzas, MujerHoy y HoyCorazón (AEDE, 2013:309-362). En su trayectoria también ha participado de forma significativa en el canal de televisión TeleCinco.

GRUPO UNIDAD EDITORIAL El Grupo Unidad Editorial surge como tal en el año 2007, tras la fusión de otros dos grupos: Unedisa, que tenía el diario El Mundo como principal cabecera de referencia y Recoletos, sociedad editora del diario deportivo Marca. Unedisa se crea en el año 1989, cuando el periodista Pedro J. Ramírez (director de El Mundo), junto con otros compañeros, son despedidos del ya extinto Diario 16. En ese momento ponen en marcha una empresa editorial enfrentada al Grupo PRISA, y que supuso también un gran desgaste para el gobierno de Felipe de González por sus

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reportajes de investigación relacionados con la trama de los GAL.

El Grupo Recoletos por su parte, nace en 1992, a partir de la fusión de varias

editoras: Punto Editorial, Marca, Expansión y Diario Médico. Punto Editorial contaba con la participación de Pearson, uno de los grandes grupos de comunicación internacionales, de modo que en principio se integra en una red con otros medios en el extranjero.

Sin embargo en torno al año 2000, Pearson dejó de estar interesado en la

participación de Recoletos y comenzó a desprenderse de sus acciones, provocando a su vez una gran depreciación y crisis en la compañía, que abandonó completamente en el año 2004.

Por otro lado, en 1991 el grupo italiano RCS (Rizzoli Corriere dela Sera) había

comprado el 45% de Unedisa, convirtiéndose en el accionista de referencia. Más tarde, en 2003 le compra parte de las acciones en manos de Recoletos, y se hace con el 87%. En estos procesos de compras y fusiones, varios directivos y fundadores de El Mundo, poseedores de acciones, utilizaron su información privilegiada para comprar acciones de otros socios, sabiendo del interés de los italianos, para embolsarse posteriormente cuantiosas sumas de dinero, que alcanzaban hasta un 500% del valor de las acciones (Serrano, 2010:219-242). En 2007, RCS ya era propietaria del 96% de Unedisa y ese año compra el 100% de Recoletos en la fusión que origina finalmente Unidad Editorial, de modo que el grupo editor del Corriere dela Sera ostenta la práctica totalidad de las acciones de la sociedad española (Reig, 2012:221-225). No obstante, mantiene como accionista minoritario a Pedro Ballvé, presidente de Campofrío, empresa que según relata el investigador Pascual Serrano, siempre aparece muy bien valorada en Expansión, el diario de información económica del grupo (Serrano, 2010:228).

El grupo RCS, propietario de la práctica totalidad de Unidad Editorial, posee

también varios medios en Italia. En su accionariado en 2010 están sobre todo bancos, entidades financieras y grandes empresas como Pirelli, Fiat (con una importante división de industria armamentística) o Benetton. El principal de estos accionistas es Mediabanca, donde se encuentra representado el mayor banco de Italia. Al frente

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de Mediabanca está Cesare Geronzi, condenado e imputado en varias ocasiones por diferentes delitos financieros (Serrano, 2010:229-234).

La actividad de Unidad Editorial ha tenido un gran impacto en la prensa

generalista (El Mundo) y en los diarios y revistas especializadas (Marca, Expansión), mientras que en la radiodifusión han tenido más dificultades. Cuentan con una pequeña cadena de radio deportiva, Radio Marca, así como una licencia de TDT desde la que pusieron en marcha el canal de televisión, Veo TV, que no logró afianzarse y cesó sus emisiones en 2012 (Llorens, 2010:857). Las empresas informativas más destacadas que forman actualmente parte del Grupo Unidad Editorial, son: Prensa: El Mundo, en prensa generalista. En prensa especializada: Marca, Expansión, Diario Médico, Correo farmaceútico. Revistas: Telva, YoDonna, Actualidad Económica, Descubrir el Arte, Siete Leguas, Golf Digest, La Aventura de la Historia. Radio: Radio Marca Televisión: Tras el reciente cierre de Marca TV, Unidad Editorial no explota directamente ninguna emisora de televisión. Cuenta sin embargo con un múltiplex de TDT a través del cual emiten en estos momentos Discovery Max, AXN (TDT de pago), Orbyt TV (un canal interactivo en pruebas) y 13 TV (AEDE, 2013:309-362). Tiene también actividad editorial a través de La Esfera de los Libros. En otras etapas, Unidad Editorial mantuvo en emisión el canal de televisión Veo7, así como MarcaTV. También el Grupo Recoletos ha editado otras cabeceras como Gaceta Universitaria, o el diario gratuito Qué!, que vendió al grupo Vocento.

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OTROS GRUPOS DE MEDIOS EN ESPAÑA Junto a los grandes grupos de comunicación que hemos visto hasta el momento, existen también una serie de grupos medianos, actualmente en retroceso debido a la crisis que atraviesa el sector, y que veremos con algo más de detalles en el siguiente capítulo. No obstante han sido también responsables de la configuración de la estructura actual de las empresas de información en España y han jugado un papel importante en la situación en la que ahora nos encontramos, de modo que es pertinente mencionarlos:

GRUPO ZETA Comenzó con la revista Interviú, donde además de desnudos femeninos, publicaban importantes reportajes de investigación. El grupo empezó levantado por el empresario Antonio Asensio, de forma independiente, pero conforme fue creciendo, los vínculos con el poder fueron minando esta independencia. Pascual Serrano señala episodios comprometedores acerca de las prácticas del Grupo Zeta, como la retirada de un reportaje sobre el hermano de Alfonso Guerra, o sobre Banesto, agradecido a cambio por el banquero Mario Conde con un talón de 7 millones de pesetas. Además de Interviú, cuenta con una gran diversificación de revistas y en alianza con Banesto y BCH se hizo durante un tiempo con la presidencia de Antena 3, de donde salió tras la conocida como ‘primera guerra del fútbol’, donde pactó por los derechos de retransmisión deportiva con el grupo PRISA y en contra de Telefónica (apoyada entonces por el gobierno de Aznar) (Serrano, 2010:119-131). Además formó parte también de la emisora de radio Rock&Gol, junto con la COPE, y entró en el accionariado inicial del periódico La Razón. Actualmente se encuentra sumido en una crisis profunda y estuvo a punto de ser comprado por el grupo siderúrgico Gallardo. Tiene también una diversificación de negocio con su división de rotativas, Viajes Cartur y Corredurías de Seguros (Reig, 2012:238-239).

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Actualmente forman parte de Zeta: Prensa: Sobre todo cabeceras regionales como El Periódico de Catalunya, El Periódico de Extremadura, El Periódico de Aragón, Mediterráneo, Córdoba, La Crónica de Badajoz. También las firmas deportivas Sport, Diario La Grada. Revistas: Interviú, Tiempo, Cuore, Woman, Viajar, Primera Línea, Digital Camera. También cuenta con la editorial Ediciones B (AEDE, 2013:309-362).

GRUPO GODÓ Se trata de un grupo catalán, dedicado principalmente a la edición de diarios y revistas especializadas.

El accionariado es 100% de la familia Godó, de hecho un 98% pertenece

exclusivamente a Javier Godó, Conde de Godó y grande de España. La cabecera de referencia de este grupo es el diario La Vanguardia, y tanto el investigador Pascual Serrano como el periodista Pere Rusiñol, coinciden con destacar la habilidad de este grupo para codearse bien con el poder. De esta forma encontramos como apoyó fielmente el franquismo y posteriormente a la monarquía, representando siempre los intereses de la burguesía catalana (Serrano, 2010:133-145; Rusiñol, 2013:85-95). Dentro del grupo Godó encontramos: Prensa: La Vanguardia, como diario generalista. Mundo Deportivo, en prensa especializada. Revistas: Magazine, Historia y Vida, QueFem, Culturals, TvManía, Salud y Vida. Radio: Emisoras regionales RAC 1, RAC 105, y con participación en PRISA Radio. Televisión: 8TV y Barça TV, ambos de emisión regional en Cataluña (AEDE, 2013:309362).

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PRENSA IBÉRICA Es un grupo, propiedad del matrimonio Moll-Sarasola, dedicado en un principio a la prensa regional, semanarios, distribuidores, canales de tv, radio, imprentas, etc..

Aranzazu Sarasola es hermana de Enrique Sarasola, íntimo amigo de Felipe

González en su etapa en el gobierno, lo que les facilitó hacerse con importantes cabeceras de los antiguos periódicos franquistas. En los últimos años Francisco Javier Moll ha dejado de apostar por sus empresas en medios de comunicación, en favor de un potente negocio inmobiliario, expandiéndose en Australia (Serrano, 2010:39-53). Tras el cierre de muchas de sus cabeceras y canales locales de televisión, en estos momentos Prensa Ibérica mantiene las siguientes firmas regionales de prensa diaria: Diari de Girona, Diario de Ibiza, Diario de Mallorca, Empordà, Faro de Vigo, La Nueva España, Información, La Opinión A Coruña, La Opinión de Málaga, La Opinión de Murcia, La Opinión de Tenerife, La Opinión de Zamora, La Provincia DLP, Levante-EMV, Mallorca Zeitung, Regió 7, Superdeporte (AEDE, 2013:309-362).

GRUPO MEDIAPRO IMAGINA En estos momentos, MediaPro no ostenta la titularidad de ningún medio de comunicación destacado, pero hasta hace poco ha sido un grupo relevante dentro del sistema de empresas informativas, tras poner en marcha el canal de televisión La Sexta (actualmente vendido al Grupo Planeta) y el periódico Público (cerrado en 2012).

En el año 2005, MediaPro se fusiona con Globomedia, para crear el grupo

Imagina, un gigante del sector audiovisual, dedicado sobre todo a la producción de contenidos para su distribución entre diferentes empresas y a la gestión de los derechos de retransmisión deportiva (Llorens, 2010:857).

En su accionariado destacan Torreal S.A. (20%) y WPP (20%), además de otras

SICAV y fondos de inversión. Parte de las empresas que componen Mediapro están

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radicadas en Holanda, donde tienen ventajas fiscales y no necesitan hacer público su accionariado.

Tras la sentencia que obligaba a Mediapro a indemnizar a PRISA por la que fue

la “segunda guerra del fútbol”, se puso de manifiesto que el grupo estaba compuesto por un complejo entramado, con cerca de 150 sociedades de todo tipo: gestoras de derechos, producciones audiovisuales o del sector inmobiliario. El crecimiento de este grupo estuvo asociado a la llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero, al que se le acusó de intentar crear un grupo de comunicación afín, tal y como habían hecho sus predecesores en el cargo, José María Aznar con Telefónica, y Felipe González con PRISA. El periodista Miguel Barroso, marido de la que fue ministra, Carme Chacón, ocupó varios cargos en el gobierno de Zapatero y fue el mediador entre el gobierno e Imagina para la creación de La Sexta, donde además luego pasó a ocupar un cargo importante dentro del grupo. La aprobación de la TDT de pago para GolTV, gestionada por MediaPro, provocó

un aluvión de críticas al gobierno de Zapatero desde El País y los medios de PRISA, grupo que hasta ahora era el único que poseía televisión de pago (Serrano, 2010:243266).

V. Conclusiones y consecuencias

Tras este recorrido general en torno a cómo se ha configurado la estructura de la industria de los medios de comunicación en España, nos es posible situarnos mejor en el escenario del momento actual y tener una consciencia algo más certera acerca de los retos, dificultades y oportunidades que afectan al sector de la información en estos momentos.

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Por

un lado tenemos el cambio de paradigma tecnológico, donde la

convergencia del audiovisual, la informática y las telecomunicaciones, y su contexto (digitalización, desregulación, etc.) inauguran una etapa donde los grupos de comunicación tienden al gigantismo. En esta carrera adquieren una presencia simultánea y significativa en varias industrias culturales, lo que les confiere un tremendo poder de influencia sobre el pluralismo (De Miguel, 2003:245).

Algunos autores se muestran muy críticos con esta situación de pérdida de

la pluralidad, y señalan que tras observar quiénes están detrás de estos grupos de comunicación, cada vez mayores, se desprende una única línea ideológica: la de la defensa del mercado y el silenciamiento o ataque a cualquier ideología que defienda cambios en las estructuras económicas dominantes (Reig:2012; Serrano:2010; Bustamante:2003). El economista Juan Carlos De Miguel señala que el crecimiento y las fusiones no siempre implican mayor rentabilidad, ya que existen numerosas dificultades derivadas de la adopción de sistemas de sinergias, la adaptación al nuevo contexto, el excesivo endeudamiento, menor flexibilidad, etc. (De Miguel, 2003:245-246). Sin embargo la tendencia a la concentración es una realidad constatada, con el peligro real del que advierte Enrique Bustamante, de la creación de supermonopolios de poder privado sobre las infraestructuras y la oferta de contenidos y apunta hacia la respuesta de los Gobiernos que debería respetar tanto la competencia y el libre mercado con el mismo interés con el que garantice una defensa del pluralismo, con una política anti-trust sistemática que impida la creación de estos monopolios, y no con medidas a posteriori. Esta política además debe ser llevada a cabo por organismos independientes de los Gobiernos, y con objetivos primarios de defensa de la competencia entre soportes y operadores, en la búsqueda de un equilibrio mantenido (Bustamante, 2003:197-198). El profesor Luis Alfonso Albornoz apostilla que las empresas no pertenecientes a grandes holdings de medios de comunicación van a desenvolverse en un escenario difícil ya que deben enfrentar para su supervivencia amenazas de naturaleza económica: competencia en desigualdad de condiciones, mercado publicitario restringido o controlado, cargas fiscales prohibitivas, hiperinflación, etcétera (Albornoz, 2003:112).

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Pero lejos de esta regulación que evite las grandes concentraciones en favor del pluralismo, nos encontramos en un escenario donde los grupos priman las estrategias financieras o bursátiles. La capitalización bursátil de un grupo es seguida de manera meticulosa, de la misma manera que la de los grupos rivales y de los posibles objetivos, para buscar el mejor momento para proceder a las adquisiciones, absorciones o fusiones. El problema es que en muchas de las adquisiciones efectuadas en los últimos años se han pagado precios muy elevados, que resultan después difíciles de rentabilizar dentro de plazos razonables (De Miguel, 2003:246). Por este motivo, denuncia Ramón Reig que para hacer frente a este tipo de operaciones y de movimientos, nos encontramos cómo detrás de un gran grupo está siempre la banca, sea como accionista, sea como prestamista. Junto a ella se suman otras grandes empresas (como por ejemplo El Corte Inglés) que sostienen a los medios de comunicación, pero al mismo tiempo se convierten en terreno muy resbaladizo para el periodista que desee desarrollar bien su trabajo al tener que evitar temas polémicos vinculados a estas empresas. Así Reig se queja de que los periodistas cada vez tendrán que dedicarse más a tratar temas superficiales y anodinos, algo que, al final, se volverá en contra del propio grupo y dañará a la propia democracia al resultar afectada gravemente la credibilidad del periodismo (Reig, 2012:220).

Uno de los factores que ha propiciado esta situación ha sido la ausencia en España de

una regulación de la propiedad multimedia de las empresas españolas en distintos sectores (radio, prensa, televisión), limitándose sólo establecer normas sobre la participación en cada medio por separado (Llorens, 2010). Esto ha permitido fortalecer a los grupos mediáticos, pero también como consecuencia, su crecimiento en los últimos años ha implicado, para alguno de ellos, un alto grado de endeudamiento que ha puesto en peligro su propia supervivencia (De Miguel, 2003:246). En esta misma línea, Pascual Serrano manifiesta que la vía del crecimiento a toda costa, mediante la búsqueda ansiosa de capitales, homogeneiza el funcionamiento de las empresas y los procesos de financiarización (endeudamiento masivo, apelación a los mercados de capitales), suponen que los grandes grupos se parecen cada vez más en sus estrategias y en su visión ideológica del mundo, por fuerza de

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su integración en el gran capital (Serrano, 2010:07).

Este fenómeno de concentración y de crecimiento de conglomerados

mediáticos, no se da exclusivamente en España, sino que, al contrario, es una tendencia a nivel global. En este sentido, De Miguel remarca que los Estados siguen influenciando en la marcha y la estructuración de los grupos de comunicación, bien mediante mecanismos explícitos de regulación o bien mediante mecanismos informales de influencia (De Miguel, 2003:246-247). No obstante, el investigador Pascual Serrano se muestra más escéptico ante el papel regulador de los Estados, cuando dice que todos esos fenómenos se han caracterizado por su ‘espontaneidad’ de mercado, al margen de una legislación que se ha ido acomodando a ellos en lugar de controlarlos u orientarlos (Serrano, 2010:07). Respecto a la función que deben tener los estados, Bustamante también añade que la regulación debería controlar límites y condiciones de las exclusivas de programas, y primar la producción independiente y local, mediante obligaciones legales de inversión y con incentivos financieros y fiscales que permitieran el desarrollo en cada mercado (Bustamante, 2003:199). Como consecuencia negativa añadida, encontramos la opacidad de las operaciones empresariales de los medios de comunicación, y la falta de transparencia acerca de quiénes son los agentes responsables en buena parte de la información y la conformación de la opinión pública. Pascual Serrano advierte que actualmente los medios que tanto alardean de destapar los asuntos oscuros de empresas y políticos se convierten en los mayores censores y ocultadores de las cuestiones económicas que les afectan a ellos. Resulta paradójico que quienes se supone que tienen el objetivo de facilitar información a la ciudadanía adopten la postura contraria, la opacidad a la hora de desvelar quiénes son sus propietarios. Las empresas exponen a los periodistas, como caras visibles, pero estos no son más que trabajadores, y ocultan realmente quiénes son los propietarios y tienen el control real de un medio de comunicación. Incluso en las empresas cotizadas en Bolsa, con obligación de hacer público su accionariado, la información está escondida y es farragosa, o en otros casos nos perdemos en una cadena de empresas pantalla, que oculta a los verdaderos accionistas (Serrano, 2010:18-20).

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En este sentido es significativo el testimonio de José Rubio, presidente del comité de empresa de Antena 3 TV durante casi veinte años, recogido en el libro Traficantes de Información, donde señala que “la tendencia actual de los grupos de comunicación es a ramificar su estructura mediante todo un entramado de empresas. De esta forma se persiguen dos objetivos. Por un lado, que las condiciones laborales de los empleados se rompan, se reviente su homogeneidad y se dificulte la organización laboral y su representación. Pero fundamentalmente eso se hace para que el dinero se lo puedan distribuir mejor las personas que gestionan la empresa sometiéndose a menos controles de las autoridades y de los accionistas” (Serrano, 2010:21). Ante este panorama, José Vicente Santamaría nos presenta de forma concreta cómo se traducen estas consideraciones en el nuevo mapa mediático español, condicionado por el fenómeno global de la concentración y la convergencia empresarial, y a su vez azotado por la crisis financiera y el desplome de la inversión publicitaria. Esto se plasma en un elevado endeudamiento por parte de los grandes grupos españoles: • La deuda del grupo PRISA, después de las últimas desinversiones y de la entrada de Liberty , rondará los 4.000 millones de euros; una deuda equivalente a la contraída en su día por Reyal Urbis , una de las mayores inmobiliarias españolas. • El grupo Unidad Editorial adeuda todavía 1.100 millones de euros, solicitados a la banca para comprar el grupo Recoletos y convertirse así en líder en prensa. • El grupo Planeta , tras la adquisición de la editorial francesa Editis, en mayo de 2008, por importe de 1.000 millones de euros, ha tenido que renegociar su deuda, que asciende actualmente a casi 1.700 millones de euros. • Mediapro, como han reconocido sus gestores, sus compromisos con los bancos se elevan a unos 2.500 millones de euros. Esta deuda representa unas sesenta veces sus fondos propios. • El Grupo Zeta está intervenido prácticamente por La Caixa , su principal deudor. • Vocento es claramente el grupo menos endeudado, con poco más de cien millones de euros. En resumen, más de 8.000 millones de euros es la cantidad que adeudan PRISA, Mediapro, Planeta y Unedisa. Pero si a esa cantidad le añadiésemos la deuda que han

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ido acumulando TVE y las cadenas autonómicas, nos encontraríamos con una deuda superior a los 10.000 millones de euros. Los datos de los últimos años demuestran que la caída de ingresos de la prensa es muy superior a la de las televisiones, de forma que la televisión e Internet se constituyen así como los grandes sectores de futuro de los grandes grupos. El modelo televisivo en abierto, muy rentable en estos últimos años, pasa en estos momentos por serios problemas, achacables al declive de la publicidad y a una audiencia cada vez más fragmentada tras el aumento en la oferta de canales en la Televisión Digital Terrestre. Aún así, Santamaría predice que los grupos dominantes en el panorama televisivo, resultado de las recientes fusiones (A3 Media-Planeta y Mediaset) están encaminados a sustentar un sistema cada vez más oligopólico, en torno a los cuales pivotarán una serie de grupos cuyo porvenir está hoy supeditado al futuro de la prensa escrita y al éxito de su migración a Internet (Santamaría, 2011:167-170).

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CAPÍTULO II. La crisis del Periodismo en España I. Introducción: El Periodismo, un sector con problemas

En el capítulo anterior hemos hecho una revisión general acerca de cómo se articula la estructura de las empresas dedicadas a la información y el periodismo. De esta revisión se desprende como a lo largo de la trayectoria de estas empresas, el criterio de la rentabilidad de los negocios en la comunicación ha sido la punta de lanza de un proceso de liberalización, que ha derivado en una alta concentración de empresas en pocos grupos, con operaciones de altos costes y endeudamientos arriesgados . Este proceso ha estado apoyado por una serie de cambios en las regulaciones normativas que, si bien han amparado la sostenibilidad económica de las empresas, no han tenido el mismo empeño en garantizar la protección de la función social del periodismo.

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Decía el reconocido periodista Richard Kapuscinski que “las tecnologías punta han provocado una multiplicación de los ‘media’”, y se preguntaba acerca de sus consecuencias: “La principal, es el descubrimiento de que la información es una mercancía, y que su venta y difusión pueden aportar importantes beneficios. Antaño, el valor de la información estaba asociado a diversos parámetros, en particular al de la verdad. También estaba considerada como un arma que favorecía el combate político” (Kapuscinski, 2002). Por tanto el Periodismo, reconocido como cuarto poder de la democracia y elemento de garantía de acceso a la información pública, se encuentra sometido a la dinámica del mercado y de los poderes económicos. Así en esta situación, la llegada de la crisis económica en España tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en torno a 2008, afecta con especial virulencia a las empresas de comunicación que se encontraban ya de por sí en una situación económicamente inestable, en una suerte de “tormenta perfecta”: La búsqueda de modelos de negocio cada vez más rentables unida al desplome de la inversión publicitaria fruto de la crisis, deja a estas empresas en una situación delicada. En este contexto, el ejercicio profesional del periodismo se ve seriamente deteriorado, ya que el aumento del endeudamiento de las empresas informativas y la caída de los ingresos se ven traducidas en condiciones laborales inestables y precarias para los profesionales que desarrollan estas funciones. Dicho de otro modo, los periodistas pagan los platos rotos y son damnificados por las especulaciones de las empresas que emplean a periodistas. Esto repercute en productos informativos de cada vez peor calidad, lo que afecta a un descenso en los consumidores, pero sobre todo, en una caída de la credibilidad y de la imagen de los medios de comunicación como contrapoder y servicio útil al ciudadano. También señalaba Kapuscinski que “el descubrimiento del aspecto mercantil de la información ha determinado la afluencia del gran capital a los ‘media’. Los periodistas idealistas, aquellos dulces soñadores en busca de la verdad que dirigían antes los periódicos, fueron frecuentemente sustituidos por hombres de negocios”. Así también

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se ha visto mermada la independencia de los profesionales de la información, que desarrollan sus tareas en el seno de empresas que responden a los intereses de directivos de sectores ajenos al de la difundir públicamente información de carácter útil y veraz. El periodista también incide en este cambio del objeto de las empresas periodísticas, señalando cómo ahora “el precio de una información depende de la demanda, del interés que suscite. Lo que prima es la venta. Una información será juzgada sin valor si no es capaz de interesar a un gran número de público”. (Kapuscinski:2002) El profesor Ramón Reig coincide en recalcar como los periodistas cada vez están más alejados de los núcleos donde se toman las decisiones en las empresas donde trabajan. Evoca como referencia, salvando las distancias, el periódico del oeste del siglo XIX, donde el propietario ejercía las veces de director y del propio redactor, y gozaba de por ello de un estatus de reconocimiento y de poder de influencia. Ahora señala que el periodista en cambio se encuentra sometido a una censura, ejercida “a través de las 5 P: Propietarios, Publicidad, Política, Producción y Público”. Así remarca el profesor que, las grandes estructuras conforman un mensaje que las justifica. Esto supone un límite en el ejercicio del periodismo, que no es libre ni crítico, ya que se debe a sus dueños, que no son periodistas, sino empresarios con actividad en múltiples sectores (Reig, 2012:43). Una vez más, Kapuscinski ilustra el cambio de paradigma en el Periodismo con la siguiente imagen: “Antes, los media estaban instalados en inmuebles de segunda categoría y disponían de estrechos despachos, mal iluminados y amueblados, donde se agitaban los periodistas desaliñados y sin un duro, rodeados de montañas de dossieres en desorden, de periódicos y de libros. Hoy, basta con visitar los locales de una gran cadena de televisión: los inmuebles son suntuosos palacios, todo de mármol y espejos. El visitante es guiado por azafatas-maniquíes a través de largos pasillos calafateados. Estos palacios son actualmente la sede de un poder del que antaño sólo disfrutaban los Presidentes de los Estados o los Jefes de Gobierno. Este poder se encuentra ahora en las manos de los directores de los nuevos grupos mediáticos” (Kapuscinski, 2002).

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En este clima, los periodistas asisten a un deterioro constante tanto de sus condiciones de trabajo, como de la calidad de las informaciones, así como decae también la satisfacción por el mismo. El último Informe Anual de la Profesión Periodística que edita la Asociación de la Prensa de Madrid, lo pone de manifiesto al arrojar las siguientes conclusiones basadas en los datos recogidos entre los profesionales del sector: 6.

El aumento del paro y la precariedad laboral se sitúa en 2012 por primera vez

como el principal problema de la profesión. 7.

El segundo problema en importancia es la mala retribución del trabajo

periodístico. 8.

La falta de independencia política y económica de los medios, que era el

principal problema profesional en 2011, ocupa ahora el tercer puesto. 9.

En cuarto lugar está la falta de rigor y neutralidad en el ejercicio profesional.

10.

Carga de trabajo y falta de tiempo para elaborar la información son el quinto

problema más acuciante (APM, 2012:36-38).

El informe viene a confirmar cómo las consecuencias de un periodismo

‘desregulado’ y sometido a las dinámicas del libre mercado, unido a una situación de crisis financiera, han desembocado en una sangría laboral de los profesionales de la comunicación, que desarrollan su labor en condiciones precarias. Así también se ve afectada su independencia, que si bien está amparada jurídicamente, el temor acuciante de la pérdida del puesto de trabajo hace que quede totalmente supeditada a los criterios económicos de los consejos de administración.

La situación económica, la precariedad laboral y la caída de la independencia

y la credibilidad serán los ejes sobre los que analizaremos en este segundo capítulo la crisis de la profesión periodística.

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II. La crisis, más allá del desplome publicitario

El Informe Anual de la Profesión Periodística 2012 señala que el declive de la industria de los medios es el resultado de dos crisis superpuestas: una económica y coyuntural, y otra socioeconómica, de carácter estructural.

La crisis coyuntural es consecuencia del deterioro de la economía a partir

de 2007-2008 como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria y el brusco descenso de toda la actividad económica generada al albur de la misma. La principal consecuencia que se desprende de esta situación, en relación a las empresas periodísticas es que con el estancamiento de la actividad económica se desploma una de sus fuentes de ingresos principales: la publicidad. Este desplome de la inversión publicitario es especialmente acentuado en la Administración Central, que reduce sus contrataciones de publicidad en un 67% desde el año 2007.

Además de la caída de la publicidad, la crisis económica trae acarreada otras

consecuencias negativas para las empresas periodísticas. El pronunciado aumento de las tasas de desempleo y la precariedad cada vez más generalizada de los puestos de trabajo, han supuesto un descenso del poder adquisitivo en una porción importante de la sociedad. De este modo, muchos ciudadanos se ven obligados a reducir el gasto en productos que no consideren necesarios, y esto afecta a medios como los periódicos, revistas o televisión de pago. Por lo que también desciende otra de sus vías fundamentales de ingresos.

La crisis económica se ha superpuesto a otra que los medios experimentan

desde la década de los 90. Esta crisis venía originada por los cambios de estrategias de los anunciantes: En primer lugar la liberalización del sector televisivo a partir de esos años supuso una concentración de la publicidad en torno a este soporte, que aún hoy presenta la mayores cifras de inversión. Además, antes de haber superado el trasvase de la publicidad de la prensa impresa y la radio hacia la televisión, la sociedad se ve envuelta en un proceso de digitalización, donde Internet aparece como un

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nuevo medio con una enorme capacidad de atracción que a día de hoy permanece en crecimiento (APM, 2012:57-63). En relación a la consolidación de Internet y su influencia en la inversión publicitaria, el periodista Pere Rusiñol señala que la irrupción de las redes sociales ha rebajado de forma dramática y en muy poco tiempo el valor publicitario de los medios y, por tanto, el precio de los anuncios. Y justo coincidiendo con la mayor crisis económica desde el crash de 1929, que conlleva la reducción adicional de los presupuestos publicitarios ante dificultad financiera de las empresas y también por el sinsentido de invertir en publicidad cuando el consumo se retrae. Así, la suma de estos factores ha supuesto el hundimiento, en muy poco tiempo, de los modelos de negocio de los grandes medios basados, sobre todo, en la publicidad (Rusiñol, 2013:117). El Informe Anual de la Profesión Periodística estima que entre 2007 y 2011 la facturación agregada de las televisiones, los diarios, las revistas y las radios se redujo un 26% (APM, 2012:56). Aunque todos los medios están siendo afectados, la crisis tiene una especial incidencia en la prensa impresa, con mayor pérdida de circulación, audiencia y atractivo publicitario. Según el investigador Ramón Reig, la prensa de papel en España está en retroceso o estancada. Sólo 100 de cada 1.000 españoles leen prensa (Reig, 2012:262) y es un medio cuya penetración ha descendido más de 7 puntos desde el año 2007 (AIMC, 2013:03). Además el profesor Reig critica la torpeza de los periódicos para reaccionar a esta situación, al considerar que las promociones como ‘gancho’ para vender periódicos contribuyen a la pérdida de la innovación del periodismo en cuanto a contenidos (2012:262). Y tampoco les ha resultado de gran utilidad, cuando entre 2008 y 2011 la inversión publicitaria se redujo en un 39% en los grandes diarios impresos (Rusiñol, 2013:117). Las revistas también han sufrido con dureza la crisis: En 1994 captaban el 15% de la inversión publicitaria, en 2012, el 8%. La caída fue especialmente pronunciada entre 2008 y 2011, cuando la inversión publicitaria cayó un 41% en sólo tres años (Rusiñol, 2013:117). La patronal de la prensa escrita estima que en España la inversión publicitaria

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ha pasado de 1461 millones en 2007 a 645 millones en 2012, una caída del 56% en cinco años (AEDE, 2012). Esto ha llevado al cierre de varias empresas empresas editoras y la pérdida de numerosos puestos de trabajo. El profesor Luis Alfonso Albornoz recoge la investigación del Euromedia Research Group donde señalan que en Europa Occidental la circulación de diarios de alcanzó su pico durante las décadas de 1950 y 1960. Desde entonces, este mercado alcanzó la fase de “madurez” del ciclo de vida de este producto, volviéndose difícil su expansión. Mientras, el consumo de otras fuentes de información y entretenimiento, como la televisión e Internet, no ha parado de crecer (Albornoz, 2003:111). Albornoz remarca cuatro puntos que ponen de manifiesto el declive de los diarios impresos: •

El retroceso de la difusión.

La pérdida de parte del mercado publicitario.

El descenso del número de lectores jóvenes.

La disminución de la influencia de la prensa frente a otros medios de

comunicación. Por su parte, el sector radiofónico es un tanto peculiar, y acuña el dicho de que “goza de una mala salud de hierro”. A pesar de la crisis, la audiencia no ha dejado de crecer, especialmente por el crecimiento de las radios temáticas. Desde el año 2007, la penetración de la radio en España ha aumentado más de 7 puntos (AIMC, 2013:03). Sin embargo la inversión publicitaria se ha reducido, un 27% entre 2007 y 2011 y un 5% en 2012. A duras penas alcanza el umbral del 10% de cuota de la inversión. El volumen principal de la inversión radiofónica se reparte entre un reducido número de cadenas y, a pesar de ello, no es infrecuente que varias de ellas arrojen pérdidas en sus cuentas de resultados. Las principales empresas radiofónicas de España vieron caer sus ingresos entre 2007 y 2010 el 16%. Según el Informe Anual de la Profesión Periodística, con los datos de 2010, de las seis principales compañías radiofónicas, sólo tres obtuvieron beneficios: Unión Radio (Cadena SER), Uniprex (Onda Cero) y Radiocat XXI (RAC 1) (APM, 2012:69).

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El sector de la televisión acaba recientemente de cerrar un ciclo, donde las

principales empresas (Mediaset y Planeta) han reducido el número de competidores con las absorciones de los activos televisivos de Cuatro y La Sexta. De este modo los grupos resultantes se reparten el 88% de la inversión publicitaria del medio, y acaparan el 46% de toda la inversión publicitaria en España.

El peso del sector televisivo es tal, que 11 empresas de televisión, tienen el

50,1% de la cifra de negocio de las 100 primeras empresas de medios en España (APM, 2012:70).

A pesar de ello, la crisis también afecta a este sector, que entre 2008 y 2011 vio

descender la inversión por publicidad en un 29% (Rusiñol, 2013:117). Además se trata de un medio pierde audiencia entre los más jóvenes, que buscan contenido en otros soportes y la rentabilidad en 2012 se sitúa en la mitad de los beneficios obtenidos en los años previos a la crisis (APM, 2012:70). Si abordamos el funcionamiento de los medios en Internet, el Informe Anual de la Profesión Periodística destaca que el acceso a Internet y el consumo de información y noticias a través de la red está en crecimiento. No obstante, matiza que todavía no se ha madurado un modelo de negocio que consolide la actividad de los medios de comunicación y apunta como causa, el desconocimiento de cómo fluye realmente la información por la red, junto a otros factores estructurales como la competencia por la publicidad de grandes compañías tecnológicas, la abundancia de soportes o el escaso desarrollo de los modelos y sistemas de pago.

Por el momento los datos disponibles muestran que el negocio generado por

los medios informativos digitales es escaso. En los grandes grupos, con una fuerte presencia en periódicos, los resultados en 2012 fueron: PRISA (ElPais.com) 55 mill; Vocento (ABC.es junto a las cabeceras regionales) 56 mill.; Unidad Editorial (ElMundo. es) 39 mill; cifras que se sitúan por debajo del 10% de sus respectivas cifras de negocio. Además los medios convencionales se sitúan muy por encima a la hora de captación de ingresos respecto a los medios nativos digitales, para quién llegar al millón de euros ya es un éxito enorme (APM, 2012:71).

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Ya hemos señalado, que la caída de la inversión en publicitaria no ha sido el único

factor que ha colocado a las empresas de medios de comunicación en una situación complicada. El profesor Enrique Bustamante recuerda que también la búsqueda de una expansión acelerada, sostenida sobre el crecimiento externo (compras, absorciones...), había aumentado gravemente el endeudamiento de los grupos. Bustamante apunta en esta crisis hacia un proceso más profundo de industrialización de la cultura y la información, sometidas a la presión comercial por la búsqueda de beneficios a cortomedio plazo.

En los últimos años esta situación ha dejado experiencias catastróficas, como

fue el ejemplo de la quiebra del gran grupo de comunicación alemán Kirch. Así se demuestra la fragilidad financiera de estas estrategias de crecimiento, y la dificultad mantenida de trabajar en campos y culturas muy diferentes al oficio originario (Bustamante, 2003:344). En este último punto, coincide Bernardo Díaz Nosty, al asegurar que una faceta de la crisis fue la ampliación excesiva del sistema de medios y la aparición de otras expresiones mediáticas, que eran calificadas sin serlo, de periodismo: “La ambigüedad provocó una extensión confusa del concepto genérico de periodismo. Comunicación mitigada en otras naciones europeas, donde no todos los comunicadores tienen la consideración de periodistas y se mantiene una distinción clara del periodismo con el entretenimiento, la publicidad, la acción mediadora institucional y las relaciones públicas” (Díaz Nosty, 2011:16). También así lo percibe Ramón Reig al considerar que en el sistema de medios de comunicación en España se va perdiendo la figura de periodista y aparece la del comunicador y el profesional del marketing (Reig, 2012:262). Aún más allá va el investigador Pascual Serrano al abordar la deriva del periodismo hacia la comercialización de los grandes grupos, ya que entiende que “se podría decir que el grupo posee una agencia de publicidad, pero dada la importancia de la publicidad en la viabilidad económica de la empresa, quizá sería más acertado afirmar que ahora una agencia de publicidad posee un grupo de medios” (Serrano, 2010:33). Otro factor característico de la crisis actual de los medios de comunicación ha sido el optimismo tecnológico que vincula la situación en que estamos con la decadencia de

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la prensa impresa y no tanto a la necesidad de regenerar las prácticas profesionales, la ética y la calidad narrativa. Díaz Nosty considera que se trazaron escenarios de futuro vinculados a modelos ficticios de negocio y se desarrolló una literatura académica admirativa del resplandor tecnológico, con escasa reflexión sobre el papel social del periodismo y las estrategias especulativas de la industria (Díaz Nosty, 2011:16-17). Más crítico aún se muestra el periodista Pere Rusiñol, cuando señala que la crisis de los medios “tiene más que ver con el capitalismo de casino que con la desintegración de un modelo de negocio que ha saltado por los aires como consecuencia de la inasumible deuda financiera heredada de la burbuja, pese a que tantos directivos tratan de culpar ahora a Internet” (Rusiñol, 2013:10). Esta convergencia de elementos que han desembocado en lo que denominamos como la crisis de los medios, también ha sido posible en parte gracias a las carencias reguladoras de la Administración Pública. Según Díaz Nosty, la vecindad entre el poder y los medios, con ausencia de mecanismos de regulación y control, ha permitido dar alas a las estrategias expansivas del sistema, mediante concesiones y apoyos a los intereses de las corporaciones afines a los Gobiernos y el blindaje de los altavoces mediáticos (Díaz Nosty, 2011:16). Así también lo cree Enrique Bustamante, que años antes ya señalaba que con la ayuda de la regulación (o desregulación) de los Estados, la tendencia no es hacia una creciente competencia y pluralismo, sino a la constitución de potentes ‘gatekeepers’ y carteras de derechos, integradas o aliadas. De este modo la variedad de voces se salda así con muy pocos emisores dominantes y con la ayuda de la capacidad financiera, para sustentar el peso del marketing, la imagen de marca, la tecnología propietaria, etc., con el consiguiente endeudamiento de las grandes empresas (Bustamante, 2003:344-345).

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III. Periodistas, profesionales en precario

Una de las principales consecuencias de la crisis en las que se encuentran inmersas las empresas periodísticas es las cotas de precariedad alcanzadas por los periodistas y profesionales de la comunicación, quiénes han visto como sus condiciones se han vuelto malas e inestables, con bajos salarios, niveles de desempleo exagerados, destrucción acelerada de puestos de trabajo, jornadas laborales indeterminadas y una escasa representatividad y unión en el sector. Según Dardo Gómez, secretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), “hace años que los directores han resignado su poder de decisión y lo han dejado en manos de los gerentes y directores de marketing. En este panorama, el staff periodístico vive más preocupado por la política interna y por preservar sus puestos que por la calidad de la información. Así se acepta todo tipo de recortes de la plantilla o arbitrariedades en la gestión de la información sin oposición alguna” (Serrano, 2010:29).

Si atendemos a los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el paro

registrado en el colectivo de periodistas en septiembre de 2012 era de 27.443 personas, triplicando la cifra del mismo mes en el año anterior, cuando se contabilizaban 9.937 (APM. 2012:31). El Informe Anual de la Profesión Periodística recoge cómo 6.400 periodistas han perdido el trabajo en los últimos cuatro años como consecuencia de las reducciones de empleo y los cierres de diarios, televisiones, revistas y radios (APM:2012), y a la fecha de cierre del Informe, se encontraban además cerca de 3.000 puestos de trabajo en negociación. La cifra publicada por la Federación Española de Sindicatos de Periodistas (FESP) en 2013 confirmaría que se elevan hasta los 10.000 los periodistas despedidos desde el año 2007 (FESP, 2013).

Dentro del colectivo de periodistas en situación de desempleo, la mayor parte

son profesionales de medios de comunicación, con el 68% de los profesionales en el

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paro, frente al 18% de los profesionales de gabinetes y comunicación corporativa.

También son muy preocupantes las cifras de los periodistas que se incorporan al

mercado laboral: Entre los que buscan su primer empleo, el 50,7% lleva entre 1-2 años sin trabajo, y el 12,3% entre 2-4 años (APM, 2012:31-33). El profesor Díaz Nosty señala a la “burbuja académica”, como otro factor que contribuye a acentuar la crisis de los medios, ya que se traduce en una multiplicación de la oferta formativa de periodistas que el mercado no puede absorber, así como también en la degradación por la sustitución de profesionales por estudiantes o recién licenciados en prácticas (2011:54).

Igual se recoge en el Informe de la Profesión Periodística al apuntar que mientras el

sector empresarial de los medios continúa, bien ajustando sus plantillas, bien cerrando soportes ante la dificultad de mantenerlos por las caídas de ingresos, el sistema de enseñanza se mantiene licenciando a miles de titulados año tras año y los medios que se crean, en su mayoría aprovechando el nuevo entorno digital, no bastan para asegurar la renovación del mercado de trabajo (APM, 2012:39-40). Ante esta situación, los periodistas no cuentan con una alta participación en organizaciones profesionales y además no se sienten bien representados por las asociaciones profesionales del sector ni por los sindicatos. Según la encuesta realizada por la Asociación de la Prensa de Madrid, los periodistas suspenden a estas organizaciones en el tratamiento de las cuestiones y temas profesionales así como también en la defensa de las condiciones laborales que afectan a los periodistas (APM, 2012:44). Pese a ello, esos profesionales apuestan con gran claridad porque las organizaciones profesionales asuman un papel más activo en la defensa de sus condiciones laborales ante las empresas. Según los datos recogidos por los observatorios profesionales, se puede extraer la conclusión de la enorme generalización de la crisis, que afecta a todo tipo de medios. De los 6.393 puestos de trabajo destruidos en el periodo 2007-2012, la distribución según el tipo de empresa ha sido la siguiente:

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Destrucci贸n de empleo en los medios Periodo 2007 - 2012

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Señala el periodista Pere Rusiñol que la sucesión de los Expedientes de

Regulación de Empleo en las empresas periodísticas no ha supuesto solo despidos masivos, sino que “ha servido para extirpar de las redacciones las referencias de lo que eran las empresas antes de la burbuja y del tsunami. Se han llevado por delante la memoria de lo que el periodismo fue en algún momento no tan lejano” (Rusiñol, 2013:14). A la sucesión de despidos se le une la reducción de empresas y medios de comunicación que emplean a los periodistas. De esta forma encontramos que en el periodo de 2008 a 2011 han cerrado 197 medios, distribuidos de la siguiente manera (APM 2012:):

Medios cerrados entre 2008 y 2011

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Unido a la destrucción de puestos de trabajo, nos encontramos con la pérdida de calidad del empleo. Por ejemplo, un 68% de los encuestados por la Asociación de la Prensa de Madrid, ha visto como le reducían el salario y se hacen habituales las contrataciones más precarias (APM, 2012:33-35). La doctora en Periodismo de la Universidad de Sevilla, María José Ufarte, ha estudiado otro aspecto muy interesante de la precariedad creciente entre los periodistas. Partiendo de un estudio sobre los profesionales de los medios en Almería, ha identificado que los casos de ‘burnout’ o “síndrome de estar quemado en el trabajo”, han crecido notablemente dentro del sector periodístico. Los profesionales sufren agotamiento, despersonalización y falta de interés por la actividad que realizan. Asegura Ufarte que la precariedad laboral, unida a la mala organización de las empresas informativas y a las excesivas cargas de trabajo, ha hecho que el índice de insatisfacción crezca en el seno de la profesión. Esto afecta la calidad de los textos periodísticos que se presentan ante la sociedad de manera superficial, dejando apartado los métodos de investigación y de contraste (2013:38). El Informe de la Profesión Periodística apostilla que el 91% de los periodistas encuestados considera que la crisis ha afectado a su trabajo y lo ha hecho, sobre todo: disminuyendo la disponibilidad de medios profesionales, generando inestabilidad e inseguridad, aumentando las funciones que se realizan y eliminando puestos de colaboradores. La crisis sienta las bases para que el trabajo periodístico tenga ahora menor calidad que antes y así lo entienden el 87,3% de los periodistas que trabajan en medios (APM, 2012:).

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驴C贸mo ha afectado la crisis al trabajo del periodista?

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IV. La independencia en los medios: Gana la banca

Tanto un estudio del CSIC, como el realizado por la propia APM para el Informe de la Profesión Periodística, muestran un elevado grado de desconfianza de la sociedad en los medios y en su función de informadores públicos, control político y garantía democrática.

Sin embargo, también una encuesta del CIS señala que la mayoría de la

población (más del 50%) considera que los periodistas tienen una importante capacidad de influencia en ámbitos de la política, la economía, los deportes y la cultura (APM, 2012:76-78). Es interesante la reflexión de Pascual Serrano en torno a la oportunidad perdida en el medio televisivo, que podría haber servido para muchos fines: educar, informar, explicar o seguir el funcionamiento de las instituciones. Sin embargo “el resultado ha sido la búsqueda desesperada de audiencias mediante la frivolización y la banalización, la avaricia para captar publicidad hasta provocar el hartazgo, y la simplificación de un mensaje, siempre fundamentado en la disponibilidad de buenas imágenes y no en la suficiente racionalización para explicarlas. Todo ello está llevando a la tumba a nuestro modelo de televisión” (Serrano, 2012:11). En una línea similar, el editor Edwyn Plenel asegura que no será posible sostener el periodismo como actividad o como negocio si no se recupera la credibilidad que le hace imprescindible en su función democrática. Plenel hace una comparación del periodismo, al que le sucede lo mismo que a la política: “lleva demasiado tiempo ensimismado en su burbuja, en esa especie de púlpito desde el que ha derrochado vanidad en lugar de pegar el oído al asfalto y acompañar a los ciudadanos en sus nuevas inquietudes, exigencias e intereses” (Plenel, 2012:19). Nuevamente, la visión de un periodista con la trayectoria de Richard Kapuscinski,

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nos ayuda a abordar la cuestión de la credibilidad de los periodistas de la siguiente manera: “Antes el periodismo era una misión, no una carrera. Hoy ya no se encuentran periodistas que practiquen esta actividad identificándose con ella, y habiendo decidido dedicarle plenamente sus vidas y lo mejor de si mismos. Para algunos es una forma de hobby que pueden abandonar en cualquier momento para hacer otra cosa. Numerosos periodistas hoy, podrían trabajar mañana en una agencia de publicidad, o pasado mañana como agentes de cambio”. Considera el periodista que, desde que la información empezó a ser considerada como una mercancía, dejó de someterse a los criterios tradicionales de “verificación, autenticidad y error”. Ahora regida por las leyes del mercado, “es la evolución más significativa entre todas las que han afectado al dominio de la cultura” (Kapuscinski, 2002). En esta deriva de la información periodística hacia la ‘mercantilización’, los medios de comunicación diseñan sus estrategias para ganar porciones de mercado y asegurar su viabilidad económica. Un tema de máxima preocupación según señala el profesor Luis Alfonso Albornoz es que la tradicional diferenciación entre la línea editorial del medio y la comercial, está cediendo espacio frente al mix deliberado, y en aumento, de ambas. Remarca que la incidencia de la prensa es un referente en la esfera pública y que la información que ofrece es fundamental para que los ciudadanos tomen las decisiones que estimen oportunas en lo que atañe a la res pública, de manera el interés comercial condicionante de la información degrada el funcionamiento de los sistemas democráticos (Albornoz, 2003:124). La primacía de los criterios de rentabilidad en la profesión periodística, deterioran la credibilidad de los medios de comunicación debido a que dejan cada vez más expuesta su falta de independencia en favor de los intereses de las empresas que sostienen a los medios, bien como accionistas o como inversores a través de la publicidad. Como apunta Pascual Serrano, “si los periódicos están aplicando Expedientes de Regulación de Empleo no editorializarán en contra del abaratamiento del despido. Si sus consejeros delegados son titulares de fondos SICAV, es lógico que los medios apoyen un buen trato fiscal para esos fondos. Si muchos de sus accionistas participan en empresas con

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sedes en paraísos fiscales, tampoco pondrán mucho énfasis en denunciar su existencia y la lucha contra ellos” (Serrano, 2010:24). Del mismo modo coincide Ignacio Muro, del grupo de investigación PASEET, de la Universidad Carlos III, en señalar que antes, cuando los editores, los propietarios, eran hombres de prensa, sabían que su riqueza era el prestigio y la credibilidad, es decir, la marca. Pero, poco a poco, las empresas dejan de ser empresas de comunicación y pasan a ser negocios donde ya no manda el director, sino el consejero delegado, el gerente o el jefe de personal. Este hecho no sólo subordina los periodistas a los gestores, sino que introduce una lógica que debilita la calidad informativa al descapitalizar la profesión: de un lado, porque excluye a sus mejores profesionales; de otro, porque encumbra a una generación menos capacitada y más débil, tanto por sus condiciones laborales como por su inexperiencia (Diezhandino, 2012:30).

Atendiendo pues a la delicada situación económica de los grupos de comunicación,

la banca obtiene un gran poder y capacidad de influencia sobre los medios, al ser propietarios de sus créditos o al depender de sus partidas para campañas publicitarias. La capacidad de crear opinión hace que los medios de comunicación sean un inversión atractiva, aunque no supongan beneficios económicos directos (Serrano, 2010:31). Por su parte, Pere Rusiñol comenta también en esta línea que, más allá de los cambios en las formas de producción derivados de las innovaciones tecnológicas (abaratamiento de costes, reducción y simplificación de los procesos de elaboración, cambios en el consumo de medios de comunicación,etc.), el cambio más importante es que “donde había empresas propiedad de editores de periódico, hay ahora empresas propiedad del sector financiero” (Rusiñol, 2013:108). Así el periodista señala que el problema no es que el sector financiero opere como tal en su línea habitual de negocio, sino “que la banca se convierta en editora de prensa”: “Un diario, una radio o una televisión controlados por un banco desde el corazón de la estructura misma del capital supone una amenaza enorme para el periodismo. Y hoy casi todos los grandes medios de España han sido absorbidos por el poder financiero. No con la clásica dependencia de la influencia publicitaria o de los créditos, sino de forma mucho más profunda:

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directamente en la propiedad” (Ibíd.).

Rusiñol remarca que la banca ha tenido siempre una gran influencia sobre los

medios de comunicación por una doble vía: mediante la contratación de publicidad, ya que los bancos suelen encontrarse entre los principales anunciantes, y a través de la concesión de créditos. Pero la última burbuja financiera y su posterior pinchazo han tenido efectos muy profundos en los medios que van mucho más allá: “al igual que sucedió en muchos otros sectores del capitalismo de casino que se expandió antes del crash de 2008, las empresas periodísticas tradicionales crecieron de forma espectacular construyendo grandes conglomerados multimedia siempre mediante el apalancamiento, con deudas gigantescas que la crisis convirtió en inasumibles”. Al no poder responder a las grandes deudas contraídas con el sector bancario, éste se ha ido incorporando al capital de las empresas: “ya no es que influyan, sino que son directamente los dueños, con un enorme coste para la independencia periodística en un momento en que toda la información gira alrededor de las bancos: reforma financiera, preferentes, salarios de los ejecutivos, dación en pago, agujeros contables, rescate financiero, pensiones, etc.” (Rusiñol, 2013:109). También lo denuncia así el profesor Ramón Reig, cuando estudia todo el proceso de concentración de empresas periodísticas que conforma las grandes estructuras empresariales y destaca que “todas estas alianzas necesitan capital detrás, accionistas...”. Si los bancos, los fondos de inversión, superficies comerciales o el sector de la construcción se convierten en accionistas de medios de comunicación, Reig reflexiona y se pregunta: “¿Qué les queda entonces a los periodistas como tarea? ¿El periodismo continuado de denuncia...? No, estas premisas, que son el verdadero periodismo, pasan a un segundo plano. Ahora a los periodistas les queda, sobre todo, el espectáculo, los sucesos, las catástrofes e informar de que en invierno hace frío y en verano calor” (Reig, 2012:34-35). La lista de temas periodísticos y de relevancia pública relacionados con el sector financiero es muy extensa, ya que no se limita exclusivamente a las entidades bancarias, sino que éstas son también accionistas de referencia en grandes multinacionales,

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como Repsol, Abertis o Telefónica (Rusiñol, 2013:13). Rusiñol, en su libro Papel Mojado, pone como ejemplo a Telefónica, que junto a las empresas accionistas de referencia de la misma (CaixaBank y BBVA) y las participadas por ella (Canal+, IAG) “suponen un volumen de inversión publicitaria desorbitado como para ganarse las críticas de ningún medio” (2013:109). A ello añade las estrechas relaciones que mantiene con dirigentes políticos de los grandes partidos, consumadas en forma de contratación de asesores como Rodrigo Rato, Eduardo Zaplana (ex-ministros del Partido Popular) o Javier de Paz (próximo al expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero).

El periodista también hace mención también a otros casos de vinculación del

poder financiero y los medios como el del Grupo Planeta, propietario de medios como Antena 3, La Sexta, Onda Cero o La Razón, y cuyo presidente, Juan Manuel Lara, es a su vez vicepresidente del Banco Sabadell. Así pues, el deterioro de la independencia en los medios de comunicación, queda también constatada por parte de los propios periodistas que lo corroboran en el último Informe Anual de la Profesión Periodística: Casi tres cuartas partes de los encuestados manifiesta haberse sentido presionado en alguna ocasión, y el 80,4% señalaba al jefe o la empresa como origen de esas presiones. La independencia de los periodistas o al menos la percepción que éstos tienen de ella, se erosiona y los encuestados, críticamente, lo reconocen. El grado de independencia se queda lejos del aprobado, en un 4,09 sobre 10 (APM, 2012:38-39). A su vez, el 70% de los encuestados para el estudio del grupo PASEET, asocia la falta de credibilidad a la creciente politización mediática, mientras que el 50% lo atribuye a la injerencia de anunciantes y grupos de presión en la línea editorial y el 48,30% a la menor calidad y cantidad de recursos redaccionales (Diezhandino, 2012:135).

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V. Una mirada hacia los grandes grupos. Dos emblemas: PRISA y Mediapro

Atendiendo una vez más al Informe Anual de la Profesión Periodística, comprobamos que los cinco grandes grupos de comunicación en España (PRISA, Planeta, Mediaset, Unidad Editorial y Vocento), junto con Zeta y Godó, acaparan más del 75% de los ingresos del sector. Sin embargo, su rentabilidad pasó de 473 millones de beneficios en 2003, a 91 millones de pérdidas en 2011. De hecho, esta pérdida de rentabilidad comenzó antes de la crisis económica (APM, 2012:59). Para tratar de acercar aún más las dimensiones de la crisis que atraviesan los medios de comunicación en España, en este apartado se relatan algunas de las repercusiones que ha tenido en las empresas la situación combinada del desplome de la inversión publicitaria, la reducción del consumo de medios, la precarización del empleo de los periodistas y sobre todo la gestión empresarial, sometida a los criterios y dinámicas de un intenso liberalismo de mercado. En el apartado destacaremos especialmente los casos del grupo PRISA y del Grupo Mediapro-Imagina, por ser muy ilustrativos del funcionamiento y la lógica de los grandes conglomerados de medios de comunicación ante la crisis del periodismo. Nos servirá de referencia la obra Papel Mojado del periodista Pere Rusiñol, que trata la decadencia de la prensa, y son especialmente interesantes los capítulos dedicados a estos dos grupos, al contar con su experiencia de primera mano tras su paso como redactor jefe del diario El País (PRISA) y como adjunto a la dirección del diario Público (Mediapro).

GRUPO PRISA Desde la creación de Santillana en 1958, la familia Polanco fue expandiendo el grupo PRISA hasta convertirlo en un gigante mediático. Sin embargo en los últimos años se

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ha convertido en algo difícil de sostener, y entre 2009 y 2010 la familia Polanco puso en marcha un proceso de desinversiones y venta, pasando de controlar el 70 al 30% de la acciones.

En el año 2007 vende los periódicos El Correo de Andalucía y Diario Jaén al grupo

siderúrgico Alfonso Gallardo. En 2008 se deshace de edificios en la Gran Vía de Madrid y de la calle Caspe en Barcelona. Ese mismo año cierra también Localia, su cadena de televisiones locales.

En el año 2009, PRISA se encuentra en una situación económica desesperante.

El principal problema es arrastrar una deuda de 5.000 millones de euros que ha tenido que ir renegociando periódicamente con los acreedores. Este agujero fue generado sobre todo por los enfrentamientos por los derechos del fútbol, primero contra Telefónica-Antena3, después contra MediaPro, y sobre todo la OPA para adquirir Sogecable (Serrano, 2010:156-189). A partir de entonces, bajo la presión de la enorme deuda, comienza un amplio desmantelamiento de la estructura con ventas de empresas y entrada de nuevos accionistas multinacionales (IBN, Credit Suisse, Telefónica, Mediaset, etc.). Mientras tanto, Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA, declara en varios foros que El País, la cabecera de referencia en el grupo, está acabada y que ya no interesa. Pere Rusiñol, ex redactor jefe de El País, glosa en cifras esta caída del periódico: •

Las ventas actualmente están en torno a los 350.000, respecto a las 450.000

que tenía en 2004. •

En 2007 facturó 218 millones en publicidad, en 2011 se desplomó a 107

millones. •

En 2000, cuando PRISA empezó a cotizar en bolsa, el precio de la acción rozaba

los 30 euros. A principios de 2013 está por debajo de 0,4. •

Entre 2000 y 2013 la deuda ha pasado de 400 millones a 3.700 millones

La cuenta de resultados pasaron de 90 millones de beneficio, a pérdidas de 450

millones en 2011. Sin embargo llama la atención sobre la paradoja de que ante esta situación, Cebrián no sólo haya permanecido al frente del grupo empresarial, sino que ha multiplicado

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por seis su sueldo, embolsándose 12 millones de euros en 2011. Ésto no ha sido óbice para que en 2013 El País ejecutara un ERE para eliminar al 30% de la plantilla, cuando además El País no declaró pérdidas en 30 años, ganó en una década más de 800 millones (Rusiñol, 2013:21-54). Fruto de la presión a la que se ve sometida, PRISA vende en 2010 el 57,7% de la empresa al grupo americano Liberty el 57,7%, dejando de ser la familia Polanco los accionistas de referencia. Liberty inyecta 650 millones de euros y consigue además la participación de un conglomerado de bancos y fondos de inversión (HSBC, Santander, Centaurus, Tyrus o Pentwater Growth, entre otros) que inyectaron otros 500 millones (Serrano, 2010:156-189). En julio de 2012 la Junta de accionistas aprueba convertir en capital parte del crédito con varias entidades. De esta manera Banco Santander, CaixaBank y HSBC pasan de ser sólo acreedores a ser accionistas de referencia (Rusiñol, 2013:40). Advierte Pascual Serrano que, justo tras la compra de acciones de PRISA por parte del Santander, el banco emite un informe en el que recomienda comprar acciones de PRISA. Este informe es a su vez recogido como noticia por los diarios del grupo (El País, Cinco Días). Serrano señala cómo realmente la empresa no ha mejorado su funcionamiento, pero el Santander, empleando el control de los medios, obtiene beneficios al promover una subida del valor de las acciones que ha comprado (2012:21). Asimismo Rusiñol apunta como, tras convertir la deuda contraída con CaixaBank en acciones de PRISA, los actos sociales en los que participaba Isidro Fainé (presidente de CaixaBank) empezaron a tener un lugar destacado entre las páginas de los diarios del grupo (2013:40-43). Junto a las retribuciones millonarias de Cebrián y mientras PRISA continuaba su desplome en Bolsa, el año anterior el consejo de administración concedía a un grupo de directivos un paquete de incentivos por valor de 300.000 euros; los seis consejeros ejecutivos además se repartieron casi 12 millones y otros doce altos cargos se llevaron 11 millones. A su vez, la entrada de Liberty como el principal accionista de PRISA despertó un fuerte conflicto laboral entre los trabajadores del grupo, que manifestaban cómo los comités de empresa no habían sido informados de los nuevos cambios y lo que esto

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supondría para ellos. Además señalaban que se estaban debilitando las estructuras de las empresas, mediante externalizaciones y divisiones (Serrano, 2010:156-189). Ya en el año 2009 la asamblea de trabajadores ya se manifestaba en contra de la reducción de salarios como medida ante la crisis, sin saber todavía lo que se le venía encima. El periodista Enric González, una de las firmas de referencia de El País por aquel entonces, manifestaba en su columna: “cualquier día, en cualquier empresa, van a rebajar el sueldo a los obreros para financiar la ludopatía bursátil de los dueños”. Esta columna fue censurada por el periódico y nunca llegó a publicarse (Escolar, 2009). Tanto Pascual Serrano como Pere Rusiñol, coinciden en la valoración de Liberty como una agrupación de inversores, que buscan rentabilidad a medio plazo, pero que, estos inversores no son empresarios de los medios, sino de las finanzas. Brueggen, representante de Liberty en el consejo de administración es conocido como un tiburón especialista en vaciar y desmontar empresas, aunque su perfil fue tratado con mimo en los medios de Prisa (Rusiñol, 2013:35-40; Serrano 2010:178-181). Pocos años después, con el anuncio del ERE, son expulsados de la redacción de El País profesionales históricos con más de 30 años de experiencia, y donde el 70% la plantilla firmó la exigencia de dimisión del director, Javier Moreno, quien respondió que él solo se debía al Consejo de Administración (Rusiñol, 2013:52).

GRUPO MEDIAPRO-IMAGINA Como apuntábamos en el capítulo anterior, Mediapro ha sido tradicionalmente un conglomerado de empresas dedicado principalmente a la producción y difusión de contenidos audiovisuales y a la gestión y retransmisión de eventos deportivos. Así pues, aunque su labor se desarrollaba dentro del ámbito de la comunicación, no tenía una gestión directa de medios de comunicación propiamente dichos. Sin embargo en el año 2006 entra en juego con el lanzamiento del canal de televisión La Sexta. Desde el inicio de esta andadura, Mediapro fue acusada de crecer auspiciada por los favores del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que buscaba la creación de un grupo afín políticamente.

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Según Pere Rusiñol, con la creación del diario Público en 2009, Jaume Roures busca acercarse más al entorno de Zapatero. Pero este diario, de corte progresista, se imprimió por última vez el 23 de febrero de 2012. Sin embargo, el ex-director adjunto señala que, a pesar a la crisis, Público era un periódico de reciente creación que ya acariciaba la rentabilidad: Sólo presentaba 3 millones de pérdidas. Mejores cifras que El Mundo y ABC. También redujo las pérdidas y aumentó los ingresos durante cuatro años consecutivos mientras el resto de periódicos empeoraban y consiguió disparar su audiencia en un momento en el que sus competidores estaban perdendo lectores. Apunta Rusiñol que también era el diario menos dependiente de la publicidad (menos del 40% de sus ingresos), y por tanto menos el menos afectado por el pinchazo de la burbuja y la caída de la inversión. Además contaba también con una audiencia de perfil de izquierda-progresista, un nicho vacío en ese área (Rusiñol, 2013:57). El ex director adjunto denuncia que la puesta en marcha de Público fue una herramienta de Roures para conseguir muchas concesiones en TVE y lograr la modificación de la legislación para poner en marcha la TDT de pago con GolTV y así rentabilizar el pulso que había mantenido con PRISA por los derechos del fútbol (Rusiñol, 2013:58). Pascual Serrano advierte por su parte que aunque en ese mismo año, 2009, Roures presumía de la buena marcha de MediaPro, al parecer contaba con un agujero de más de 3.000 millones de euros (Serrano, 2010:260-262). Al mismo tiempo, los sindicatos de RTVE acusaban de que se estaba externalizando gran parte de la producción en beneficio de empresas de Mediapro. Así considera Rusiñol que, una vez conseguidos sus objetivos, Roures deja de invertir en Público. No presta un aval para materializar varios créditos que ya habían sido aprobados (el Banco Santander pondría 3 millones de euros, Caja Madrid otros 3 millones y una caja andaluza otros tantos). Tampoco recoge ninguna de las iniciativas de los lectores para reflotar el periódico.

Igualmente desatiende las ofertas de un grupo empresarial chileno y de otro

vinculado al gobierno de Venezuela con interés en apoyar empresas de comunicación de corte progresista. Además acusa a Roures de encargar un informe ‘ad-hoc’ que

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desoye las buenas cifras que presenta Público y lo empuja directamente al cierre (Rusiñol, 2013:60-68). Sin embargo, cuando sale a subasta la cabecera digital de Público, ‘Publico.es’, Roures y los directivos de Mediapro evitan que puedan hacerse con ella un grupo de ex trabajadores del periódico agrupados en la cooperativa MásPúblico. Para ello presentan una oferta superior con una empresa inmobiliaria, Display Connectors, controlada por ellos a través de un entramado de empresas (Fernández, 2012).

OTROS GRUPOS Hemos querido destacar los casos de PRISA y Mediapro porque entendemos que son muy descriptivos a la hora de entender cómo los mecanismos del libre mercado afectan a la actividad de los medios de comunicación. No obstante, situaciones similares a éstas también se encuentran en el resto de los grandes conglomerados empresariales del sector del periodismo en España, y de los que podemos hacer una breve mención, basadas sobre todo en el trabajo del investigador Pascual Serrano en Traficantes de Información (Editorial Foca, 2010):

VOCENTO En el año 2009 los beneficios del grupo Vocento caen estrepitosamente un 73,6%. Para evitar entrar en pérdidas el grupo vende su participación en Telecinco. Otro ejemplo del efecto de la crisis en Vocento lo tenemos en el caso del diario gratuito Qué!. Fue comprado a Recoletos en 2007 por 132 millones, en plena burbuja financiera, pero a principios de 2010 acumula un millón de pérdidas, por lo que se ve obligado a ir cerrando cabeceras locales, hasta su desaparición definitiva en 2012. En su división audiovisual, Net TV, dos señales de TDT son explotadas por sus socios, con Disney Channel e Intereconomía (empresa esta última en serias dificultades actualmente). En los canales explotados con Vocento, intentaron en 2010 lanzar La 10, un canal de televisión de ámbito nacional, aunque la iniciativa fracasó y cerró sin éxito. Actualmente sus dos señales están explotadas por Paramount Channel y

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MTV, acuerdos que están reportando beneficios al grupo, aunque haya fracasado su proyecto televisivo. Las malas cifras del año 2009 se tradujeron también en otra serie de despidos como por ejemplo el ERE en el diario ABC, con la salida de 133 trabajadores y la recolocación de otros 75. O entre otros, los del diario Las Provincias que despide a 33 trabajadores o Rioja Televisión que se desprende de otros 9. Sin embargo pocos meses antes sus directivos se repartían sueldos, indemnizaciones y pensiones vitalicias millonarias:

Los 5 directores generales se repartían 1.631.000 euros. Los 14 consejeros:

4.879.000 euros. El consejero delegado, Belardino García Fernández, con apenas 9 meses de cargo se lleva en enero de 2008, 10 millones (2 por año, durante 5 años). El presidente, Santiago Ybarra, se firma un pensión vitalicia de 300.000 euros. Este reparto de beneficios del ejercicio 2008, se estima que rondó los 20 millones de euros. Mientras, las indemnizaciones del grupo por los despidos a trabajadores en 2009 tan sólo 1.106.000 euros (Serrano, 2010:79-83). A finales del año 2012, el grupo registra pérdidas que se repiten desde hace varios años y que le llevan a un endeudamiento de 183 millones (mucho menor por otra parte que las deudas de otros grupos como PRISA o Unidad Editorial). De modo que en el primer trimestre de 2013 Vocento acomete un Plan de Eficiencia que se salda con 350 despidos en tres meses: 1.

ERE y cierre de Punto Radio: 136 personas

2.

ERE en Las Provincias: 20 personas

3.

ERE en La Verdad de Murcia: 36 personas

4.

ERE en Infoempleo.com: 21 personas

5.

ERE en Hoy: 20 personas

6.

ERE en CM Vocento: 28 personas

Además de despidos puntutales en ABC (12 personas), en el diario Sur (12

personas) o las imprentas de El Correo (PR Noticias, 2013).

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GRUPO UNIDAD EDITORIAL Recuerda Pascual Serrano lo que decía el editorial del periódico El Mundo, principal referencia del grupo Unidad Editorial, el día de su aparición: “El Mundo será en la práctica de sus lectores porque los trescientos accionistas que hemos construido su capital social lo hemos hecho concurriendo a un proyecto cuyas reglas de juego están nítidamente definidas de cara a garantizar su independencia. El Mundo no tiene “amo”, y por eso jamás utilizará la información como elemento de trueque u objeto de compraventa en el turbio mercado de los favores políticos y económicos” (Serrano, 2010:228). Actualmente el resultado está en las antípodas de aquellas declaraciones. Un gran grupo empresarial extranjero, los italianos RCS, son los dueños del periódico y los que iniciaron el proyecto protagonizaron un episodio de especulación con las acciones, utilizando tanto su poder ejecutivo en el grupo como su información privilegiada, gracias al cual se embolsaron una buena cantidad de dinero a costa de otros socios (Serrano, 2010:228-229). Además la compra en el año 2007 del Grupo Recoletos por la abultada cifra de 1.100 millones de euros ha lastrado la economía de Unidad Editorial, que en el primer trimestre de 2013 continúa arrojando pérdidas derivadas de la amortización de esta compra. (PR Noticias, 2012). Esta deuda junto a la caída de ingresos ha obligado a la reducción de la plantilla mediante Expedientes de Regulación de Empleo en 150 personas en el diario El Mundo, y 143 en el resto de cabeceras de Unidad Editorial, a lo largo del año 2012. (PR Noticias,2012; Cuarto Poder, 2012).

GRUPO MEDIASET A pesar de haber visto reducidos sus ingresos en los últimos años por la caída de la inversión publicitaria, Mediaset, de capital italiano y con un negocio basado exclusivamente en la televisión, ha mantenido su actividad con beneficios incluso en estos años de crisis (PR Noticias, 2013).

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No obstante, el dominio del espectáculo y el entretenimiento en sus contenidos, con una búsqueda intensa por liderar las audiencias y mantener la rentabilidad económica, le han llevado a ser muy criticada por la calidad de su programación, siendo el principal referente cuando se habla de ‘televisión basura’. Pascual Serrano nos recuerda que Silvio Berlusconi es el principal propietario del grupo Mediaset. El empresario y político italiano está a la cabeza de 150 empresas, tiene numerosas causas judiciales abiertas, muchas de ellas por delitos fiscales (entre ellas el conocido precisamente como ‘Caso Mediaset’). Desde sus responsabilidades políticas ha impedido la investigación y ha facilitado la prescripción de muchas de estas causas, además mantiene vinculos con la mafia italiana. Un ejemplo de los procedimientos del entorno de Berlusconi está en el caso de Dell’Utri, primer hombre de Mediaset en España. Fue condenado e imputado por numerosas causas judiciales, sin embargo fue presentado a las elecciones en el partido de Berlusconi, y ha sido elegido diputado y eurodiputado, con la intención reconocida de eludir la acción de la justicia (Serrano, 2010:201-205).

PLANETA El medio de comunicación referente en este grupo es Antena 3. Antes de la llegada de Planeta, el canal de televisión arrastraba una enorme deuda, acuciada por el desembolso del presidente Antonio Asensio por lo derechos del fútbol, y que fue lo que llevó a Telefónica, apoyada por el gobierno de Aznar a entrar en juego, comprando el 25% de Antena 3, y Onda Cero, que integra en un mismo grupo. Es en el año 2003 cuando entra Planeta, con sus socios italianos DeAgostini, con Maurizio Carlotti como persona de referencia. A los pocos años contaban con el 50% del Grupo Antena3 y Carlotti se convertía en consejero delegado (Serrano, 2010:110116). La nueva dirección decide entonces sanear la economía del grupo declarando un ERE muy polémico por sus condiciones y la sospecha de un pacto político entre Planeta y el gobierno de Aznar (El Mundo, 2003). Se realizaron despidos masivos, que ponían en la calle a más de 200 trabajadores, en una empresa que daba beneficios, y

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cuando altos directivos como Ernesto Saéz de Buruaga fueron indemnizados con 6 millones de euros. En el año 2011, Planeta cierra el periódico gratuito ADN, en pleno proceso de reconversión y pone en la calle a 60 trabajadores (El Economista, 2011).

ALGUNOS GRUPOS MEDIANOS En los grupos de comunicación medianos y pequeños, también encontramos numerosos episodios que reflejan la dureza de la crisis de los medios y sus particulares vertientes, como por ejemplo un ERE en 2009 en el Grupo Godó, donde se despedía a 46 trabajadores y que posteriormente fue declarado nulo por la justicia (Serrano, 2010:144). De este grupo además señala Pere Rusiñol que su propietario, Javier Godó, se ha convertido en vicepresidente de La Caixa, y consejero de CaixaBank, entidad que supervisa la gestión de El Periódico, principal competidor de la cabecera de Godó, La Vanguardia (Rusiñol, 2013:91-92). El Periódico es propiedad del Grupo Zeta, conglomerado que en 2008 entra en una grave crisis, con una deuda estimada de 200 millones. Zeta cede prácticamente la gestión del grupo a su principal acreedor: La Caixa, que fue vendiendo las empresas anexas del grupo, manteniendo las principales cabeceras. En 2009 suscribe un crédito sindicado con 24 entidades financieras y comienza un proceso con un ERE del que se desprende de la cuarta parte de la plantilla y continua vendiendo o cerrando cabeceras (Serrano, 2010:124-125). En Prensa Ibérica encontramos casos como el cierre de La Opinión de Granada, basados en los intereses inmobiliarios de su sede, la compra y cierre de La Prensa de Ibiza, competidor de Diario de Ibiza, de Prensa Ibérica, o irregularidades en la política de recursos humanos en Levante o Faro de Vigo. Son algunos de los episodios que ponen de manifiesto que el interés de este empresario no reside en ofrecer servicios informativos y periodísticos, sino que se sirve de estos para otros fines empresariales (Serrano, 2010:44-53).

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VI. Conclusiones y retos

A lo largo de este segundo capítulo, hemos podido observar de forma general algunos de los principales problemas que aquejan al periodismo en España actualmente y que han originado una situación de inestabilidad e incertidumbre en estas empresas sobre las que recae un papel fundamental de información al ciudadano y de control y evaluación crítica de los poderes que regulan la sociedad. Buena parte de estos problemas se derivan del sometimiento de las empresas a las dinámicas del libre mercado, donde la búsqueda de la rentabilidad se sitúa como objeto principal, por encima de la función social del periodismo, y donde se diluye la naturaleza original de las mismas en un océano de absorciones, fusiones, deudas, audiencias, cierres y despidos. Como dice el profesor Ramón Reig, “el periodismo no es un mero oficio, sino un quehacer intelectual que sus dueños se empeñan en degradar tal vez en perjuicio de ellos mismos” y considera que no son los periodistas los que tanto han dañado al periodismo, sino sobre todo, la mercantilización y la politización de que ha sido objeto (Reig, 2012:15). La recesión económica no ha sido la causa primera de la crisis del periodismo, como apunta el profesor Bernardo Díaz Nosty sino que ha venido a agravar la situación que, con anterioridad, existía en el negocio de los medios. Advierte, especialmente entre las nuevas generaciones, una insatisfacción creciente con las soluciones informativas que ofrece la industria: “La formación adquirida los lleva a demandar otros contenidos de los medios, o incluso a buscar alternativas a estos, al tiempo que se muestran más refractarios a la manipulación, la propaganda y la desinformación” (2011:13). La crisis de los productos periodísticos, por tanto, no es fruto de la recesión económica, sino un proceso de degradación anterior a la misma. La crisis económica ha servido

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para acelerar la caída y para evidenciar las carencias de las empresas periodísticas. Según Díaz Nosty, se ha descubierto un periodismo “erosionado en su credibilidad por la cercanía con el poder, que lo aleja de la realidad social y el abandono de su función de control democrático” (Díaz Nosty, 2011:14). Coincide también en esto el periodista Pere Rusiñol cuando asegura que el problema no está, como muchas empresas se empeñan en señalar, en un modelo de negocio que se derrumba debido a Internet y a que los lectores no quieran pagar, sino que a los lectores “les cuesta pagar por información de la que no se fían” (Rusiñol, 2013:15). Así también lo apuntan las conclusiones de El Periodista en la Encrucijada, cuando afirman que a pesar de la crisis el problema del periodismo no es el soporte y que el gran reto del cambio lo tienen las empresas, no los profesionales que sigan manteniendo sus principios de siempre (Diezhandino, 2012:04). Muchas de las situaciones que hemos visto en este capítulo han sido recogidas por el investigador Pascual Serrano en su libro Traficantes de Información. Tras el análisis y el repaso que hace desde sus páginas a los distintos grupos de comunicación en España, justifica el uso del término “traficantes” como el que mejor los identifica, puesto que “hemos encontrado fraudes fiscales, especulaciones urbanísticas, violaciones de las medidas contra la concentración, atropellos laborales, mientras altos directivos disfrutan de sueldos millonarios y contratos blindados, ejecutivos con sentencias judiciales que les implican en connivencia con la mafia, fortunas nacidas a la sombra del nazismo, empresas que comercializan armas para dictaduras o implicaciones al más alto nivel con el franquismo”. En un texto muy crítico con las empresas manifiesta el investigador que el derecho reconocido a recibir información y opinión veraz, se convierte en “una marca para su cotización en la Bolsa de valores o en objeto de trueque y comercio entre grandes grupos económicos y financieros” (Serrano, 2010:297-298). En esta misma línea advierte Ramón Reig del riesgo de encontramos ante una telaraña mediática que está en el interior de la economía de mercado, y donde lo más común es que el mensaje más extendido en los medios de comunicación no cuestione de forma habitual esa situación, de manera que se convierta en un mensaje sustancialmente igual, homogéneo y mundializado. Esto supondría el estancamiento del conocimiento

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profundo y la sustitución del periodismo y la comunicación por un mero funcionalismo (Reig, 2012:297). El caso es que cada vez más los profesionales de la comunicación se transforman en “simples operarios” obligados a producir bienes rentables y a dar forma a los criterios editoriales emitidos desde los consejos de administración de propietarios (Serrano, 2010:298). Para Ramón Reig es una encrucijada: “el periodismo se ve obligado a depender de sus dueños directos e indirectos para poder vivir, pero vivir de esa manera daña al propio periodismo”. Para el profesor no vale la pena una existencia semejante y entiende que el periodismo, “o es riguroso y honesto, caiga quien caiga, o morirá, dejará de ser periodismo y se convertirá en simple entretenimiento, evasión, anécdota, seriedad aparente” (Reig, 2012:292). No conviene olvidar el papel que tienen los estados para regular estas sociedades, y cómo una aparente libertad de empresa conlleva a una situación de precariedad y deterioro en la información. Los medios privados son muy permeables al poder gobernante, ya que buena parte de sus ingresos dependen de publicidad institucional, de las medidas fiscales, subvenciones, normas para el control de la propiedad... Sin embargo, como señala Dardo Gómez, secretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas, en España no se establece un marco normativo que permita preservar la independencia profesional, ni garantizar a los lectores, oyentes o televidentes su derecho a la información, a diferencia de otros países europeos (Serrano, 2010:28-29). Pascual Serrano invita también a no perder de vista los movimientos y experiencias que se están desarrollando en otros países, como varios de América Latina, “conscientes de que los medios estaban siendo tomados por grupos económicos con intereses enfrentados a los de la ciudadanía”. Recuerda que gobiernos, como el de Ecuador primero, y el de Venezuela después establecieron por ley que ni las entidades bancarias y financieras, ni sus accionistas mayoritarios, ni representantes, podían tener participación accionarial en los medios de comunicación. En el caso de Argentina no podían tener participación los políticos para evitar su utilización partidaria, y en

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Ecuador tampoco los empleados públicos y miembros de consejos y directorios de órganos de reglamentación o concesión de licencias (Serrano, 2012:91). Algunos estudiosos estiman como un factor a tener en cuenta en la crisis de los medios, la ruptura generacional. Las nuevas generaciones, mejor formadas y demandantes de otros productos y soluciones, no encuentran sentido a los medios tradicionales a los que tacha de los problemas que hemos enunciado de falta de credibilidad, de no conectar con sus intereses y ofrecer una información política desacreditada. Casos como el de Wikileaks o el de la Primavera Árabe advierten que “está surgiendo, entre las grietas de la crisis, un periodismo basado en las nuevas extensiones tecnológicas, que cubre vacíos, engarza estructuras y da sentido a paradigmas como los de la globalización, la superación de las barreras políticas y lingüísticas, la reducción psicológica de conceptos espacio-temporales en los que se asientan principios como la seguridad, la identidad o la cultura” (Díaz Nosty, 2011:82). El Informe de la Profesión Periodística también se hace eco de cómo cada vez más los jóvenes emplean nuevos soportes e incorporan nuevos hábitos en el acceso y consumo de información. Cada vez manejamos un mayor volumen de información, en menos tiempo, y por ello reivindican la figura del periodista como mediador para lidiar con esa información y reducir la complejidad. Según el catedrático Daniel Innerarity, “las sociedades democráticas reclaman con toda razón un mayor y más fácil acceso a la información. Pero la abundancia de datos no garantiza vigilancia democrática; para ello hace falta, además, movilizar comunidades de intérpretes capaces de darles un contexto, un sentido y una valoración crítica” (APM 2013:81-83). Desde el punto de vista de la transición al nuevo entorno digital son los diarios quienes tienen una presencia mayor y más reconocida en la web. En 2011, por ejemplo, 11,9 millones de españoles declararon acceder a diarios online, mientras que los que accedían a las webs de las radios y las televisiones se quedaban en el entorno de los 3 y 4 millones. No obstante, a pesar del crecimiento que están teniendo los diarios digitales, el debate se mantiene en torno a cómo alcanzar la sostenibilidad económica

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que garantice la continuidad de estos medios de comunicación. En este sentido se preguntaba a los profesionales en el Informe de la Profesión Periodística y casi dos tercios de los encuestados respalda que la información en Internet debe ser de pago, aunque un colectivo significativo, el 35,5% de los encuestados, se manifestaba a favor de la gratuidad de la información y la búsqueda de otras vías de financiación (APM, 2013:52). Según el estudio del Grupo PASEET, los resultados señalan que la mejor solución sería una mezcla de ambos modelos, el de pago y el gratuito, aunque en este caso sólo se podría cobrar por la información que incluyera un alto componente de agenda propia (Diezhandino, 2012:150).

No obstante, como idea emergente de todo esto, el profesor Díaz Nosty rescata

que “una cuestión relevante en la encrucijada de estructuras y valores que fenecen y soluciones que emergen consiste en saber qué aspectos del pasado están vigentes y cuáles deben ser rescatados del acervo fundacional del periodismo” (Díaz Nosty, 2011:82). Del mismo modo, conviene distinguir, de entre las que nacen, los que argumentan un cambio de paradigma de aquellas manifestaciones transitorias que cubren temporalmente zonas de vacío. Para finalizar este apartado, podemos destacar que aún en este escenario tan desfavorable, son muchos los periodistas que manifiestan su vocación y su interés en seguir haciendo un periodismo útil y crítico, a pesar de las dificultades. Kapuscisnky decía que la revolución de los “media” está aún en pleno desarrollo. Según el periodista, se trata de un fenómeno demasiado reciente en la civilización humana, “para que hayan podido producirse los anticuerpos necesarios para combatir las patologías que genera: la manipulación, la corrupción, la arrogancia, la veneración de la pornografía”. Considera que, tarde o temprano, la crítica a la que están sometidos los medios influirá, al menos en parte, en los contenidos. Además, hace también una crítica a la sociedad al señalar que “mucha gente se sienta ante el televisor porque esperan ver exactamente lo que la televisión les ofrece”, recordando a Ortega y Gasset al decir que la sociedad es una colectividad de personas satisfechas de ellas mismas, de sus gustos y de sus elecciones (Kapuscinski, 2002).

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Así también la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, Carmen del Riego, en la presentación del Informe Anual de la Profesión Periodística 2012, declara que a pesar de los datos devastadores, “los periodistas, pese a todo, queremos seguir siendo periodistas, que amamos esta profesión, que la concebimos como lo que es, un servicio público a los ciudadanos, y que diferenciamos muy bien el buen periodismo, de lo que se dice periodismo y no lo es.” (APM, 2013:12). Porque, como señala también el periodista Daniel Fernández, una prensa libre es la prensa que informa a sus lectores y se debe a sus lectores y a sus periodistas, evidentemente por un pacto que no es sólo económico, sino principalmente moral y de credibilidad respeto mutuos (Plenel, 2012:12). Pere Rusiñol considera que el panorama de los medios tradicionales es desolador y todo indica que la agonía va a seguir inexorablemente. Pero “ya no hay que confundir a los medios tradicionales con el periodismo”. Paradójicamente, la descomposición de las empresas tradicionales combinado con la revolución tecnológica que abarata muchísimo todos los costes de producción, dibuja un terreno en el que nunca ha habido tantas oportunidades para los nuevos medios que deseen hacer viejo periodismo: es decir, “el periodismo independiente de toda la vida. Con mayor o menor acierto, pero más o menos independiente” (Rusiñol, 2013:16).

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CAPÍTULO III. Alternativas y horizontes en la crisis de los medios I. INTRODUCCIÓN: La Nueva industria y los periodistas I.I. Posibilidades de renovación en la industria

Una vez que nos hemos situado en la crisis de las empresas periodísticas, con su historia, evolución, protagonistas y razones, queremos abordar en este tercer capítulo las posibles alternativas y nuevos proyectos que se mueven dentro del sector del periodismo para dar respuesta a un modelo que actualmente presenta serias deficiencias.

Desde el sector tradicional de la prensa, se ha apuntado en numerosas ocasiones

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hacia Internet como causa de los problemas del sector, al ser un medio que rompe los ritmos de producción y los hábitos de consumo de información presentes hasta el momento. No obstante esta crítica ha ido evolucionando desde la criminalización de Internet hacia la consciencia de que este medio encierra buena parte de las claves para el desarrollo de las empresas periodísticas, y el debate se ha trasladado en mayor medida hacia cómo deben adaptarse las productos y las empresas y cómo hacer rentable y sostenible la actividad en medios de comunicación digitales. El profesor Luis Alfonso Albornoz señala que la edición “on line” presenta grandes ventajas desde el punto de vista económico: costes nulos de impresión y distribución, y bajos costes de almacenamiento, frente a los altos costes de impresión, distribución y almacenamiento de la prensa diaria en el mundo “off line”. Albornoz revisa los orígenes de la prensa ‘online’, que sitúa en Estados Unidos en 1994, como formas de promoción de medios en papel. Sin embargo ya en 1997 se constatan las ediciones digitales como unidades de negocio propias, y de hecho los diarios digitales más rentables “son los que disponen de sus propios departamentos, sus propios equipos de trabajo y sus propios presupuestos” (Albornoz, 2003: 117-127). La ‘crisis de las puntocom’, alrededor del año 2001, puso en tela de juicio los medios digitales como ‘panacea’ de las empresas informativas. Sin embargo la situación de monopolio de la prensa tradicional no volverá a recuperarse. En el año 2000, el investigador británico Sparks vaticina un escenario ‘online’ caracterizado por una creciente concentración de fuentes de noticias nacionales e internacionales y el paralelo desarrollo de nuevos tipos de diarios locales. Según este autor, es posible un modelo en el cual se manifieste una división de trabajo entre grandes sitios portadores de tradicionales contenidos de información pública y diarios muy localistas, más orientados a prestar servicios para su comunidad que a la producción de noticias. Una vez superada la fase de las copias de las ediciones impresas colgadas en la red, los medios digitales optan por dos estrategias diferentes: Una consiste en incorporar profesionales jóvenes, con baja profesionalización periodística, salarios reducidos y ritmo de trabajo continuado. La otra es contar con profesionales de alta cualificación como periodistas, pero este es un modelo más costoso, y ante la falta de claridad en el negocio, se obliga a los periodistas a prestar servicios para los que no

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han sido preparados (información lúdica, práctica, etc.), más propias del marketing, la publicidad y las relaciones públicas.

Durante este desarrollo de medios online aparecen nuevas constataciones

como la de que el ritmo de trabajo y parte de los contenidos y servicios ofertados por una publicación online son diferentes a los de una edición impresa, y necesitan una plantilla de profesionales propia. De esta manera aunque parten de una raíz común, prensa en papel y en digital se van diferenciando. Tal y como hemos señalado antes, el debate se centra en cómo hacer rentable la actividad de las empresas informativas digitales. El profesor Albornoz repasa las opciones para obtener ingresos al alcance de cualquier empresa periodística editora de diarios on line: venta de sus contenidos y servicios de archivo, las suscripciones a la publicación, la publicidad, el patrocinio, el comercio electrónico y las subvenciones.

El cobro por los contenidos ofertados en Internet, ha fracasado en varias

experiencias. Sin embargo producir contenidos de calidad en exclusiva para las publicaciones en la Red es caro y la caída de ingresos por publicidad obliga a las empresas a buscar fórmulas de ingresos. Entre las soluciones propuestas están los micropagos, aunque también tiene sus críticas basadas en que “atomizan los actos de decisión de compra, con su carga de angustia y confusión”. Algunos diarios ofrecen servicios exclusivos para los suscriptores o clientes. En cualquier caso, la diversificación de fuentes de ingresos parece de momento la medida más extendida para lograr la sostenibilidad de estos medios (Albornoz, 2003:11-128). El periodista Borja Bergareche afirma que “la ecuación en la que la prensa debe dar el salto a lo digital es la más endiablada posible. Debe hacerlo mientras intenta mantener a flote un modelo que hace aguas pero alimenta las nóminas. Se le exige enderezar el rumbo pero nadie tiene aún las coordenadas de un mundo desconocido” (Orihuela; 2011:17).

Pese a esta incertidumbre, el profesor Enrique Bustamante considera que

tras el estudio de los diferentes productos y servicios culturales y comunicativos, no encuentra una visión sustitutiva de los antiguos soportes y redes por los nuevos, sino un paisaje de larga coexistencia, con amplios ajustes (Bustamante, 2003:334). Entre

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estos ajustes, el profesor va señalando una serie de transformaciones de las industrias culturales, basadas en la desintermediación y la aparición de nuevos intermediarios en el entorno digital.

En el proceso de creación las tecnologías digitales parecen abaratar los costes

de contenidos y servicios. No obstante señala que, en la práctica, se ha limitado a la experimentación con nuevos formatos y lenguajes de alcance minoritario, dada la búsqueda de rentabilidad a corto plazo de las empresas y demanda nuevas necesidades formación para aprovechar todas las posibilidades de los nuevos medios. (2003:335). También apunta que la reducción de los costes variables disminuye las barreras de entrada en el sector y promueve una mayor competencia con nuevos actores (2003:337338). Pero, al mismo tiempo esto favorece las economías de escala, que impulsan a las Industrias Culturales hacia la concentración. Los servicios a demanda, re-catalogaciones o las librerías de derechos, cobran una nueva vida comercial y se incrementan los lazos y dependencias comerciales entre los diversos sectores de la cultura y la comunicación. Por otro lado, crece la comunicación segmentada, y los tiempos de consumo no tienen por qué ser necesariamente simultáneos a la emisión. En cuanto a la distribución, se debilitan los mercados analógicos, pero aparecen nuevas formas de intermediación: Portales, buscadores y proveedores de contenidos concentran y orientan el tráfico, a la vez que asumen nuevas funciones de empaquetadores y comercializadores de información.

Bustamante concluye que las nuevas redes pueden posibilitar nuevos espacios

para la expresión y supervivencia económica de creadores y Pymes culturales y comunicativas, y propiciar un mayor pluralismo e intervención de los usuarios que vayan minando el dominio de los grandes grupos, aunque sea en mercados de ‘nicho’ y en espacios de no-mercado. No obstante incide en la necesidad de proyectos que recojan una voluntad y conciencia de trabajo en estos nuevos espacios, ya que esas potencialidades no se van a mantener “por la marcha espontánea del mercado” (2003:348-349).

En este sentido, Luis Alfonso Albornoz hace una serie de propuestas y un

llamamiento a la sociedad civil y a las Administraciones, conscientes de la importancia de la prensa para dirigir sus esfuerzos en función de elementos como:

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Reforzar el tejido industrial de editoras de diarios digitales, ofreciendo ayudas

de diferente tipo a las publicaciones nuevas y a las empresas de prensa pequeñas y medianas. •

Garantizar la presencia y visibilidad de los diarios on line.

Establecer políticas de discriminación positiva a favor de las pymes editoras,

a través de subsidios, premios, desgravaciones fiscales, etc.. para la digitalización de sus fondos y su actuación online, con especial atención a las asociaciones de estas empresas. •

Impulsar redes regionales y proyectos colectivos de diarios online.

Promover contenidos locales y regionales on line para su difusión nacional e

internacional (Albornoz, 2003:134). También el profesor José Luis Orihuela hace una serie de recomendaciones para aprovechar el momento de ‘crisis’ y salir de ella aprovechando las ventajas de las nuevas tecnologías y formas de comunicación. Recomienda a las grandes empresas que es momento de invertir, más que de ahorrar, ya que las oportunidades en un entorno con múltiples actores que publican información, pasa inevitablemente por la diferenciación y la calidad. “Los diarios están llenos de contenido irrelevante: hay demasiado de nada”, y para cambiarlo se necesitan más periodistas y mejor preparados, cubriendo menos temas y con más profundidad (Orihuela; 2011:40).

La adopción de las nuevas narrativas digitales es uno de los mayores desafíos a

los que se enfrentan las redacciones. Deben abordar temas nuevos, más cercanos a los intereses reales de los lectores, mejor tratados y contados aprovechando todo el potencial narrativo de la digitalización (2011:40): contenidos multimedia, interacción, movilidad, hipertexto, etc.

Orihuela recomienda también la integración de redacciones para no acabar “como

una empresa de guetos”. El profesor considera que las empresas de medios están abocadas a ser multiplataforma y a convertirse en empresas de contenidos. Pero la integración no consiste en tener periodistas multitarea, que hagan de todo, sin profundizar en nada, sino en “equipos líquidos” que combinen diferentes talentos. El periodista-orquesta que redacta, diseña, locuta, graba, edita, programa, publica y difunde, no puede hacer todas estas

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tareas con la calidad necesaria para el cumplimiento de sus funciones. Un periodista debe saber hacer contenidos rigurosos, veraces, contrastados e interesantes, y saber integrar sus funciones dentro de un equipo donde otros profesionales serán expertos en ilustrar esos contenidos o en crear y dinamizar plataformas útiles para su difusión. Lo importante es que los profesionales se organice en equipos multidisciplinares y no en departamentos estancos como ha venido siendo hasta ahora. Donde por un lado estaba la redacción, dividida en secciones, y por otro los ‘técnicos’ que se ven obligados a atender por igual a los contenidos de deportes como a los de economía.

I.II. Periodistas, una vuelta a los orígenes

Ante la situación de unos profesionales del periodismo alienados, convertidos en autómatas de rellenar páginas, o minutos de radio y televisión con información repetida, insustancial, sin investigación ni contraste, con el único objetivo de mantener ventas o audiencias, y dentro de un sector donde han perdido la capacidad de tomar las decisiones, surge la inevitable pregunta: ¿Qué hacer?. La periodista Carmen del Riego, en un artículo sobre información política, nos apunta la respuesta: “Volver al periodismo” (Del Riego, 2011:1). Según Bernardo Díaz Nosty, esta una corriente que impregna el pensamiento de los periodistas veteranos, espoleados por su progresiva expulsión del sistema, pero que “recupera la memoria de la profesión, descontaminada de aditamientos tecnológicos, llamados no obstante, a reforzar las potencialidades del periodismo” (Díaz Nosty, 2011:86). Recoge también unas declaraciones del maestro de periodistas, Ryszard Kapuscinsky, quien reconoce que la profesión “necesita nuevas fuerzas, nuevos puntos de vista, nuevas imaginaciones, porque en los últimos tiempos ha cambiado de una forma espectacular”, e incide en la idea de que las nuevas tecnologías facilitan el

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trabajo de los periodistas, pero no ocupan su lugar.

Por su parte, Fernando González Urbaneja, ex presidente de la Federación de

Asociaciones de la Periodistas de España (FAPE) indica que el periodismo al que hay que volver, es a aquel que “busca activamente la verdad, que practica la verificación más que la aseveración, la precisión antes que la velocidad; que hace un relato interesante, apasionante, de hechos relevantes; que rectifica diligentemente cuando se equivoca; que practica la transparencia y muestra su trabajo; que evita los agujeros negros del partidismo político o ideológico; que se comporta con imparcialidad y huye de la equidistancia; que cuida la independencia respecto a las fuentes y evita la tentación de las modas y de sus propios intereses o preferencias para no enturbiar el buen juicio” (Díaz Nosty, 2011:4-7). Pone así el periodista una luz de optimismo sobre el negro escenario actual del periodismo, al asegurar que “los ciudadanos no dan la espalda al buen periodismo”, sino que más bien “rechazan sucedáneos o falsificaciones” (Ibíd.). En relación al debate sobre el modelo económico de las empresas periodísticas, Ramón Reig es tajante al afirmar que “el periodismo verdadero no necesita de la publicidad” (Reig, 2012:244). El profesor achaca la idea que se ha generado acerca de la dependencia de la publicidad a un argumento inventado por los agentes del mercado, y asegura que “el periodismo lo que necesita son receptores que lo sigan y confíen en él porque se gane la confianza de sus destinatarios, que son los ciudadanos”. Según Reig, la publicidad supone la aceptación de dependencias económicas, y con ellas un límite a la libertad de expresión, y por tanto una devaluación del periodismo. Sin embargo plantea escepticismos en relación a los modelos alternativos, aludiendo a que contienen “más voluntarismo que profesionalidad y más dispersión que articulación”.

El periodista Pere Rusiñol coincide también con la idea de que, en lugar de

centrarse en temas tecnológicos, sin objetivos ni rumbos fijos, la solución a la crisis de los medios pasa por volver a la esencia, para recuperar mucho del terreno perdido. Lo denomina “Back to basics” (Rusiñol, 2013:17): ofrecer información relevante y propia, elaborada con la máxima independencia, a los ciudadanos dispuestos a pagar por estar mejor informados.

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II. ALTERNATIVAS A LA CRISIS DEL SECTOR: Nuevos tiempos, nuevos medios, viejo periodismo. En torno a esta idea de recuperar la esencia del periodismo, entendido desde su función tradicional de servicio e información de interés público, útil y veraz; y dejando a un lado el debate espurio acerca del soporte, aparecen en los últimos años nuevas iniciativas, proyectos y empresas, de naturaleza muy diversa pero que comparten un espíritu y objetivos comunes. Según Pere Rusiñol, esto es lo que pretenden, “con toda la humildad”, los nuevos medios surgidos de las ruinas de los medios tradicionales, a menudo bajo control de los propios periodistas, porque suelen buscar nichos temáticos, más pequeños y especializados, para llegar donde fallan los grandes grupos. Es inevitable que algunos de estos proyectos mueran en el intento, pero en su conjunto “apuntan un camino de efervescencia y esperanza, con bases modernas pero con raíces bien trabadas con el viejo periodismo, justo cuando todos los caminos tradicionales parecen de pronto llevar a ningún lado o, en el mejor de los casos, al cementerio” (Rusiñol, 2013:17).

Según el director del “Informe Anual de la Profesión Periodística 2012”, Luis

Ramiro, en los últimos cuatro años han nacido en torno a 200 medios de comunicación. Muchos de ellos puestos en marcha por periodistas en paro, despedidos de las grandes empresas. Los tipos de medios recorren todo el espectro posible: desde diarios digitales, a televisiones y radios online pasando por otros medios de temática especializada o de ámbito hiperlocal, local, provincial, autonómica y nacional. (Torrús, 2013). Uno de los elementos que mejor aúnan a estos nuevos medios es el afán por mantener su

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independencia a la hora de desarrollar su labor como periodistas. Esta independencia pasa, como hemos comprobado a lo largo de este trabajo, por empresas capaces de mantener el control sobre sí mismas, y no encontrarse sometidas a los intereses de entidades ajenas al medio de comunicación. Aunque con diferentes fórmulas, la mayor parte de los nuevos proyectos han apostado fuerte por esta línea de redacciones con capacidad de autogestionarse. Sin embargo, el investigador Pascual Serrano nos recuerda que aunque en estos momentos estén proliferando estas iniciativas, ya existen modelos con estos planteamientos desde hace muchos años. Un ejemplo de referencia en este sentido lo encontramos en el caso de Le Monde Diplomatique (Serrano, 2008:574-575):

Este diario mensual nacido originalmente en Francia, en 1954, fue fundado por

Hubert Beuve-Méry, quien fundó también de Le Monde, diez años antes. Hoy cuenta con 62 ediciones internacionales en 24 idiomas con una tirada total de casi dos millones de ejemplares. Sus contenidos son amplios reportajes que incorporan la profundidad y el contexto necesarios para comprender muchos de los procesos internacionales.

Los asalariados (redactores y demás trabajadores) poseen el 24 por 100 del

capital de la empresa; los lectores, reunidos en el seno de una Asociación, Les Amis du Monde Diplomatique, poseen el 25 por 100. De esta forma, lectores y trabajadores del periódico, juntos, son dueños del 49 por 100 de la empresa. Es decir, más que la ‘minoría de bloqueo’ (33,4 por 100) exigida por la ley en Francia, y que impide que el accionista mayoritario pueda tomar decisiones en determinados temas sin contar con la aprobación de esa minoría. Así, el director de Le Monde Diplomatique es elegido por los trabajadores del periódico. El resto del capital, o sea 51 por 100, lo posee el diario Le Monde. La publicación mantiene además su independencia limitando sus ingresos por publicidad a sólo el 5 por 100 de su cifra negocios, y gracias a la ‘minoría de bloqueo’ antes citada. Al igual que hace casi sesenta años Le Monde Diplomatique varios de los proyectos de medios de comunicación que han surgido en España a raíz de la crisis, buscan fórmulas para garantizar el desarrollo de un periodismo hecho con los principios, criterios y el rigor característico de la profesión, diluido en la deriva de los mecanismos de un liberalismo

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de mercado que no atiende a estas mismas razones. En este trabajo hemos seleccionado una pequeña muestra de casos para analizar algunos de los planteamientos que están adoptando los periodistas que han decidido retomar las riendas de su profesión en medio de esta crisis. Aunque, como hemos señalado antes comparten buena parte del espíritu y de los objetivos de recuperar los valores del periodismo, la incertidumbre en la que se encuentra el sector de los medios de comunicación en estos momentos lleva a los nuevos proyectos a experimentar en muchas de sus acciones. De esta forma, encontramos diferentes planteamientos en conceptos como el modelo de negocio, los soportes y recursos empleados o la organización y la propiedad de las nuevas empresas. En este trabajo vamos a ver con algo más de detalle los casos de dos diarios de ámbito nacional, Eldiario.es e Infolibre, que se enfocan en los campos tradicionalmente generalistas del periodismo: política, economía y sociedad. Junto a ellos veremos otros dos ejemplos de otra tendencia en crecimiento entre los nuevos proyectos: el periodismo hiperlocal. Nos servirán de referencia los ejemplos de GranadaiMedia y Reporteros Jerez. Además existen numerosas iniciativas sobre medios de comunicación especializados en algún sector en particular, buscando convertirse en una referencia en ese ámbito y atraer el interés de un público concreto. Dentro de estos medios ‘de nicho’ revisamos la publicación sobre noticias de ciencia, Materia, y la revista cultural Jot Down. Finalmente haremos un breve repaso, a modo casi de glosario, sobre otras iniciativas que se están desarrollando en la línea de revitalizar el sector del periodismo castigado por el hundimiento de las empresas, el desempleo de los profesionales y la pérdida de identidad. La información recogida en estos casos proviene del contacto directo con representantes autorizados de cada uno de los medios de comunicación. En Eldiario.es nos atendió el subdirector del medio, Juan Luis Sánchez y en Infolibre, el gerente de la empresa, Juan Pescador. Por su parte en GranadaiMedia contactamos con la socia fundadora Ana C. Fuentes mientras que en Reporteros Jerez lo hicimos con su director Pablo Piñero. También se prestó a colaborar con este estudio la directora de Materia, Patricia Fernández de Lis y el director de Jot Down, Ángel Luis Fernández. No obstante, la profundidad de

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las entrevistas difiere entre los distintos casos debido a que algunas fueron realizadas de forma personal mientras que en otras se empleó el contacto a través de correo electrónico. La información proporcionada ha sido organizada en forma de fichas de manera que todos los casos respondan a una serie de elementos comunes, a fin de facilitar un análisis posterior.

II.I. Casos de estudio:

ELDIARIO.ES Para obtener la información y los datos de este medio, hemos contactado con Juan Luis Sánchez, subdirector de ElDiario.es. Nombre del medio: Eldiario.es Soporte: Digital Inicio de la publicación: Septiembre 2012 Sociedad editora: Diario de Prensa Digital S.L. Ámbito territorial en el que desarrolla la actividad: Nacional. Aunque incluye temas de carácter internacional, o cultural, de interés para toda la comunidad de habla en español.

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Descripción: Eldiario.es es un medio digital de información y análisis con el foco puesto en la política y en la economía en un sentido amplio, considerado desde un punto de vista más cercano a la ciudadanía en general. Es el medio que mejor lanzamiento ha tenido en digital de todos los que han ido saliendo en los últimos años. Pretenden ofrecer algo nuevo entre una oferta informativa monocorde. Apuestan por Internet, para ser tecnológicamente independientes, frente a las grandes inversiones que implican mantener y distribuir impresiones. Motivación inicial del proyecto: Tras el cierre de Público, el periodista y exdirector de esa cabecera, Ignacio Escolar, junto a varios miembros del equipo detectan que se ha quedado un huevo vacío en un sector de los medios de comunicación. Coincide con la salida del periodista Juan Luis Sánchez, del medio Periodismo Humano. Uniendo recursos y experiencias de ambos proyectos, deciden poner en marcha un periódico con un nuevo enfoque social y periodístico, basado en Internet y en las formas de comunicación digital. Apuestan por las redes digitales como un medios ágil, moderno y abierto. Principios-valores: Entre sus valores está la vocación de hacer un periodismo riguroso, independiente y honesto. Consideran la libertad, la justicia, la solidaridad, el progreso sostenible de la sociedad y el interés general de los ciudadanos, las premisas sobre las que sustentan su labor informativa. Se declaran defensores de los derechos humanos, la igualdad y una democracia más transparente y abierta. Señalan que su intención como periodistas es acompañar a los ciudadanos en la tarea de comprender y descifrar la realidad. Para ello incorporarán diversas voces que intervienen en el debate público y en las redes sociales, que potencien la inteligencia colectiva. Su objetivo es convivir en ese ecosistema para hacer un trabajo que revierta en la sociedad. Se declaran como un grupo de periodistas movidos por la ambición de “comprar su libertad”, reivindicar su oficio, ser dueños de la redacción en la que trabajan y garantizar así que la línea editorial sea independiente y no responda a intereses ocultos.

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Consideran que, aunque son modestos en los gastos, también son profesionales y defienden que el periodismo debe ser un oficio remunerado y no un hobby, por el bien de toda la sociedad. Audiencia: En torno a los dos millones de usuarios únicos al mes. Perfil de la audiencia: El perfil del lector de Eldiario.es es masculino, clase media-alta, formación universitaria, interesado en la política y usuario de nuevas tecnologías. La edad media de los lectores está resultando más elevada de que estimaban que iba a ser en un principio. Referentes: Han adaptado muchas de las cosas que se habían puesto en marcha en el medio ‘Periodismo Humano’. También les ha influido la experiencia del diario digital español Soitu.es, y desde el punto de vista del desarrollo tecnológico les gusta el ejemplo del Huffington Post. Reconocen además otros referente como el diario francés Rue 89 o el estadounidenses The Atlantic. Se han fijado en experiencias de redes de blogs, para generar sus propias comunidades en torno a sus espacios temáticos o medios verticales: Diario Turing (Tecnología), Desalambre (Derechos Humanos) o El Asombrario (Cultura). Organización de la empresa: Sociedad Limitada Propiedad de la empresa: Cerca del 70% del capital de la empresa está en manos de trabajadores de la misma. El socio mayoritario es el director Ignacio Escolar. Tras él, está el núcleo fundador de alrededor de diez personas que cuentan con una participación alrededor del 4% cada una. Entre ellos los periodistas Juan Luis Sánchez, Iñigo Sáenz de Ugarte, Andrés Gil, Luz Sanchís, Gonzalo Cortizo, Fèlix Martínez y Olga Rodríguez. También en el área de gestión son trabajadores y accionistas Joan Checa y José Sanclemente. El resto de acciones las ostentan un grupo de amigos de Eldiario.es, la mayoría

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profesionales de la comunicación, que comparten afinidad con el proyecto y han decidido invertir en el mismo, como son los casos de Enric Lloveras, Daniel Bilbao, Montserrat G. Román, David Martínez, Pablo Ascariz y Carlos Lloret. Declaran que no tienen detrás a ningún gran grupo empresarial, ni ningún favor político, ni tampoco ningún endeudamiento con los bancos, lo que les permite flexibilidad e independencia en la gestión del medio. Número de trabajadores: Alrededor de unas quince personas. Número de socios-trabajadores: Unas diez personas. Fuentes de ingresos: Sobre todo la publicidad y las suscripciones de socios. Durante el primer año han contado con más ingresos por socios que por la publicidad, aunque se encuentran bastante equilibrados. Estiman que en este segundo año, al estar más consolidada la marca, atraigan a más anunciantes. .Los socios aportan una cuota mensual de 5 euros. En estos momentos cuentan con cerca de 6.000 socios, lo que les supone una fuente de ingresos estable de unos 30.000 euros al mes. También editan la revista ‘Cuadernos’. Es trimestral, se distribuye entre los socios y se vende además en quioscos, tanto en papel como electrónicos, al precio de 5 euros. Del primer número se han vendido 7.000 ejemplares. Objetivos del proyecto a corto plazo: En primera instancia, se plantan ‘sobrevivir’ y seguir manteniendo la publicación. Para esta temporada pretenden asentar las comunidades que ya están funcionando como Diario Turing y Desalambre y renovar la parte de Cultura. Intentar sostener una agenda informativa propia, sin entrar ni dejarse llevar por las polémicas del momento. Quieren profundizar en los temas de sociedad, por lo que van a incorporar a una persona para que coordine ese área.

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Objetivos del proyecto a medio-largo plazo: Quieren mantener y extender la conciencia de la necesidad de un medio sustentado por los socios por encima de la publicidad para poder hacer el producto que realmente quieran leer esos socios. No consideran la opción de cerrar sus contenidos al pago, por lo que nadie va a pagar por la información, sino que van a pagar porque se pueda seguir haciendo esa información, que se difunde en abierto. Sinergias con otros proyectos: Las redacciones regionales de Eldiario.es (Cataluña, Galicia, País Vasco y Andalucía), son proyectos independientes y asociados, en un modelo similar al de las cadenas de radio. Eldiario.es presta una marca y una tecnología, a una redacción que comparta los principios del proyecto. Las redacciones regionales ponen los contenidos, y el beneficio que generen es suyo. La redacción central se beneficia del tráfico y de la consolidación de la marca. Además tienen acuerdos de publicación con diferentes medios y plataformas especializadas, como la Fundación Civio, Materia, Hemisferio Cero, Líbero, entre otros, mediante alianza que buscan la promoción mutua. Acogen también espacios gestionados por Amnistía Internacional, Médicos Sin Fronteras o ACNUR desde donde emiten sus mensajes las propias ONG.

INFOLIBRE Para obtener la información y los datos de este medio, hemos contactado con Juan Pescador, gerente de Ediciones Prensa Libre S.L.. Nombre del Medio: Infolibre Soporte: Digital

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Inicio de la publicación: Marzo 2013 Sociedad editora: Ediciones Prensa Libre, S.L. Ámbito territorial en el que desarrolla su actividad: Nacional Descripción: Infolibre es un diario digital con información de actualidad de carácter general, aunque enfocado principalmente hacia la política y la economía así como el análisis y la opinión. No obstante también incluyen secciones de cultura y del sector de los medios. Entre sus principales señas de identidad resaltan la voluntad de hacer un periodismo independiente de los poderes tanto políticos como económicos y financieros. Motivación inicial del proyecto: El equipo fundador de Infolibre se decidió a impulsar este medio de comunicación motivado por la inquietud de la práctica de un periodismo verdaderamente independiente. Se consideran una propuesta informativa y cívica que nace en el momento en que la crisis económica amenaza tanto a la democracia como al periodismo, subordinados cada vez más a los intereses del poder económico y financiero. Principios – valores: Según el gerente de Ediciones Prensa Libre S. L., Juan Pescador, y tal y cómo recogen también en su página web, Infolibre aspira a practicar un periodismo con los siguientes principios: •

Profesional: Todos los contenidos son decididos por sus profesionales. El

proyecto está impulsado por un grupo de periodistas que tienen una participación sustancial en el accionariado de la empresa editora. De esta forma pretenden garantiza que los criterios informativos prevalecerán sobre los intereses de otro tipo. •

Independiente: Infolibre aspira a sostenerse fundamentalmente con las

aportaciones económicas de sus lectores. De esta forma pretende garantizar que su actividad se encuentra libre de compromisos tanto con los poderes políticos así como

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con los poderes económicos y empresariales. Mantienen que su único compromiso es con los socios y lectores. •

Libre: Se declaran contrarios a cualquier forma de financiación opaca que

pueda esconder condiciones a sus contenidos. Aseguran que solamente albergarán publicidad a tarifas públicas y que no aceptan subvenciones o acuerdos con contrapartidas ocultas, que supongan un detrimento a la verdad y a los intereses de los lectores. •

Honesto y riguroso: Se consideran obligados a diferenciar hechos de

opiniones y manifiestan su compromiso con la confidencialidad de las fuentes, pero a su vez con el contraste de los datos. Entienden que el sensacionalismo no tiene lugar en nuestras publicaciones; así como tampoco los eufemismos ni los encubrimientos. •

De calidad: Declaran su convicción por un periodismo que aporte conocimiento

para contribuir a formar la opinión de sus lectores. Que busque la calidad en la forma de presentar los contenidos y que está convencido de que una ciudadanía bien informada es más libre. •

Progresista: Manifiestan mantener una actitud y pensamiento comprometidos

con la democracia, con los derechos humanos y con los valores cívicos de la solidaridad, la igualdad y la libertad. Consideran una prioridad defender el interés público por encima del privilegio y respaldar los derechos individuales y de las minorías cuando se vean amenazados. Pretenden promover el reconocimiento del mérito como única fuente de distinción, así como impulsar las reformas que precisa el sistema democrático para que la política sea ejercida y reconocida como un espacio noble de servicio público y rendición de cuentas ante los ciudadanos y nunca como una fuente de ventajas o privilegios. •

Participativo: Consideran que una información valiosa no se sostiene sin la

contribución de los periodistas. Pero también que su calidad y valor crecen si se nutre de la colaboración y participación de suscriptores y lectores. Por eso su intención es crear una Comunidad que canalice las aportaciones informativas y opiniones, siempre sujetas a supervisión periodística con criterios de calidad e independencia. Declaran que no admitirán colaboraciones o comentarios insultantes o injuriosos. •

Con espíritu internacional: Aseguran tener como objetivo construir una red

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internacional de publicaciones dispuestas a coordinar sus esfuerzos y a compartir sus recursos en torno a la defensa de la libertad de prensa y de la información de calidad. Audiencia: Hasta la fecha cuenta con un seguimiento de 50.000 lectores diarios. Perfil de la audiencia: Infolibre se dirige a un público general y heterogéneo. Su objetivo es llegar al mayor número de lectores posible. Declaran dirigirse a todo aquel que tenga necesidad de información comprometida con los lectores y, a diferencia de los medios convencionales, no con los poderes fácticos que dominan la sociedad. Referentes: La actividad de la empresa editora de Infolibre toma como referencia el modelo de la sociedad francesa ‘Mediapart’. La empresa francesa es a su vez socia de Infolibre, y sirvió como ejemplo para articular la Sociedad de Amigos de Infolibre. Actividad de la sociedad editora: Ediciones Prensa Libre S. L. centra su actividad en la edición de prensa. La publicación del diario digital Infolibre es la principal actividad de la empresa. No obstante también editan y distribuye la revista mensual en papel Tinta Libre, que aborda reportajes de investigación. Organización de la empresa: Sociedad Mercantil bajo la forma de Sociedad Limitada. Propiedad de la empresa: Existen aproximadamente una decena de socios mayoritarios. Entre ellos están varios periodistas de la redacción de Infolibre, la empresa francesa Mediapart y la editorial Edhasa. Además de estos hay un amplio número de socios con pequeñas participaciones. Todos ellos están representados en un Consejo de Administración que dirige y administra la sociedad.

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Entre los impulsores y accionistas se encuentran distintas personalidades del mundo de la cultura, las artes, el derecho o la universidad. Éstos han decidido poner en marcha la Sociedad de Amigos de Infolibre con el objetivo de participar en el accionariado del medio, con el fin de garantizar su independencia y mantenerlo ajeno al poder político o financiero. El primer consejo de administración de la Sociedad de Amigos de Infolibre SL está constituido por Luis García Montero como presidente, Pilar del Río Sánchez como vocal y Juan Saula Adell como secretario. Sociedad de amigos de Infolibre: Se trata de una Sociedad Limitada, que tiene el objeto de agrupar en una sola entidad a una serie de socios (personas tanto físicas como jurídicas) que deseen apoyar la actividad de Ediciones Prensa Libre S.L. mediante la inversión de capital como accionistas. A través de esta sociedad, los inversores tendrán representación en el Consejo de Administración de la Empresa. La razón de ser de esta sociedad es garantizar la independencia editorial de Infolibre, tanto promoviendo que la principal fuente de financiación sean las suscripciones de los socios, como asegurando que la propiedad del diario permanezca de forma mayoritaria en manos de los periodistas y los lectores. Los accionistas agrupados en la Sociedad de Amigos de Infolibre SL tendrán participaciones entre 400 y 12.000 euros, hasta alcanzar una cantidad total de 150.000 euros, que supone un porcentaje aproximado del 10% del capital social de Ediciones Prensa Libre. En un manifiesto público, la Sociedad de Amigos de Infolibre declara que apoyan el proyecto “cuando la crisis económica y la crisis de nuestra democracia reclaman más que nunca un periodismo vigilante y comprometido y cuando la voluntad popular y el periodismo se ven amenazados por los grandes poderes económicos, financieros y también políticos; tanto aquellos de ámbito nacional como los transnacionales”. (Manifiesto completo en: http://www.Infolibre.es/suplementos/sociedad_amigos_info_libre/el_manifiesto.html ) Número de trabajadores: Once. Número de socios trabajadores: Cerca de media plantilla, un 45%, es a su vez co-propietaria de Infolibre. (Cinco de los

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once trabajadores cuentan con participación). Fuentes de ingresos: Infolibre tiene dos fuentes principales de ingresos: la publicidad y los socios. Hay que señalar que gran parte de los contenidos que genera Infolibre son de acceso restringido para los socios. Declaran rechazar los ingresos publicitarios que puedan esconder condiciones editoriales y que solamente contarán con publicidad a tarifas públicas. La publicidad se comercializa a través de la empresa Adconion Media Group. En este apartado es conveniente aclarar que existen dos conceptos distintos, aunque a veces emplean el mismo término. Están los ‘socios’, entendidos como suscriptores de Infolibre y los ‘socios’ entendidos como accionistas de la empresa. Los sociossuscriptores contribuyen a los ingresos de la empresa a través de dos modalidades: •

Suscripción ‘Socio’: Aportación de 6 euros mensuales. Esto le permite acceder

a todos los contenidos de pago del diario digital, así como a una serie de servicios exclusivos: Debates, chats con el director, adelantos, etc. •

Suscripción ‘Socio Plus’: Aportación de 8 euros mensuales. Igual que la

suscripción normal, pero incluye cada vez la revista TintaLibre. También ofrecen la posibilidad de tener un periodo de prueba de la suscripción durante15 días por 1 euro. Además están los ingresos por la venta en quiosco de la revista mensual impresa TintaLibre al precio de 3 euros. Señalan que no aceptan subvenciones o acuerdos que supongan un detrimento de los intereses de los lectores y de la verdad y que no firmarán con empresas o bancos “acuerdos institucionales” para financiarse. Este compromiso de transparencia incluye la publicación en la web de las cuentas anuales de Ediciones Prensa Libre S.L., la empresa editora de Infolibre y del mensual TintaLibre. Objetivos a corto plazo: La creación de un entorno de lectores suficiente para mantener la cabecera el periodo

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necesario para consolidarse como un medio de referencia. Objetivos del proyecto a medio-largo plazo: Alcanzar un punto de equilibrio en sus cuentas que garantice la sostenibilidad y la continuidad en el tiempo del proyecto.

GRANADAIMEDIA Para obtener la información y los datos de este medio, hemos contactado con Ana C. Fuentes, socia, fundadora y periodista de GranadaiMedia. Nombre del Medio: GranadaiMedia Soporte: Digital Inicio de la publicación: Mayo 2011 Sociedad editora: Giro Comunicación Ámbito territorial en el que desarrolla la actividad: Hiperlocal. GranadaiMedia se centra y está dirigido a una serie de barrios de Granada: Albaycín, Centro, Chana, Norte, Realejo y Zaidín. Descripción: GranadaiMedia es un diario digital centrado en el ámbito hiperlocal de varios barrios de la ciudad de Granada. En sus señas de identidad destacan el tener a un periodista especializado para cada uno de los barrios que abarca. Está abierto a la participación ciudadana y pretende crear comunidad en los barrios y fomentar la participación vecinal de forma que los vecinos además de protagonistas de la información, tengan la posibilidad de generar sus propias noticias como reporteros ciudadanos. De esta

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forma contribuyen a generar debates en los barrios de la ciudad con el objeto de enriquecer y dinamizar la vida pública. Ofrecen además una agenda con alternativas de ocio y turismo de utilidad tanto a los residentes como a los turistas. Motivación inicial del proyecto: El proyecto surge a raíz del cierre en el año 2010 del diario La Opinión de Granada, del Grupo Prensa Ibérica. Cinco de sus extrabajadores se unieron entonces con la idea de seguir haciendo periodismo. Tenían claro que tenía que ser en Internet. Se encerraron para diseñar un nuevo proyecto, para lo cual revisaron qué se estaba haciendo en otros sitios, sobre todo en Estados Unidos, donde la crisis de los medios había llegado años antes. Entendían que debían ofrecer algo distinto a lo que ya había, y detectaron un nicho de mercado en el sector hiperlocal. Principios-valores: Los principios sobre los que se asienta GranadaiMedia son los de realizar un Periodismo centrado en la actividad de barrio. Manifiestan que toda la actividad que desarrolla la cooperativa se hace con el único objetivo de mantener la publicación de GranadaiMedia. El resto de servicios que ofrece son instrumentos que permitan sostener este medio de comunicación de forma independiente. A través de GranadaiMedia pretenden seguir la actualidad de los barrios de Granada y sus problemas, incluyendo los espacios públicos y personajes que forman parte de su historia y de su presente. La investigación, el análisis y una perspectiva crítica son las premisas con las que declaran afrontar las historias. Manifiestan no estar adscritos a ninguna línea editorial ideológica de izquierdas o derechas. Declaran deberse a las personas y a su derecho a estar informadas. Aseguran tratar de abordar la información desde la pluralidad, sin omisiones ni prejuicios. El objetivo es no limitarse a notas y ruedas de prensa para brindar historias que generen cambios en positivo para los barrios, al tiempo que dan a conocer su vida diaria para hacer juntos comunidad.

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Audiencia: Cuentan con una media de 1.100 visitantes únicos al día. Es una cifra que se encuentran en una progresión creciente. A través de las redes sociales, donde también difunden buena parte de su actividad, suman 2.000 seguidores a través de Facebook y más de 3.000 en su cuenta de Twitter. Perfil de la audiencia: A lo largo de tres años de actividad, han detectado dos perfiles diferentes de usuarios de GranadaiMedia: •

Lectores que acceden a sus contenidos sobre todo a través de las redes sociales.

Son en su mayoría jóvenes, con formación universitaria, nivel cultural medio-alto. •

Lectores que acceden a los contenidos mediante la suscripción al boletín diario:

Gente de los barrios interesada en la información cercana, que recibe cada mañana en su correo electrónico un resumen de los acontecimientos más destacados. Referentes: Diarios digitales locales estadounidenses como ‘Voice of San Diego’; ‘MinnPost’ o ‘ChiTown Daily News’. En España proyectos como ‘Somos’ en Madrid o ‘Lo que pasa en Tenerife’ en las Islas Canarias. Otras actividades de la empresa: Además de la edición de GranadaiMedia, Giro Comunicación ofrece asesoría y servicios de comunicación en general. Desarrollan actividades de formación en comunicación corporativa y nuevas tecnologías. Realizan además el diseño y gestión de estrategias de comunicación corporativa con especial atención a las redes sociales. Organización de la empresa: Sociedad Cooperativa. Se decantaron por este modelo debido a las presiones a las que se vieron sometidos por parte de los cargos superiores en su anterior experiencia como redactores del diario La Opinión de Granada. Buscaban un modelo de organización más igualitario.

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También porque apuestan por los valores de la economía social, de forma que los beneficios repercutan de forma directa en el desarrollo de una mejor información. Lo consideran como una herramienta para mancomunar los esfuerzos. Propiedad de la empresa: La empresa es propiedad a partes iguales de los cinco socios que forman la Cooperativa Giro Comunicación. Número de trabajadores: Los cinco socios, un colaborador e incorporarán próximamente un comercial. Número de socios-trabajadores: Los cinco periodistas ya mencionados: Ana C. Fuentes, Álvaro Calleja, Lorena Cádiz, Luis Arronte, Rocío S. Nogueras. Fuentes de ingresos: GranadaiMedia cuenta con dos fuentes de ingresos: Los patrocinios y los donativos. Los patrocinios son ingresos procedentes de negocios y comercios de los barrios en los que trabaja GranadaiMedia. La fórmula de patrocinio implica que los patrocinadores conozcan el proyecto. GranadaiMedia les dedica una sección especial, diseñando una campaña y promoción individualizada, pero a su vez diferenciada de la información. Por otra parte, aunque los contenidos de GranadaiMedia están abiertos a todo el público, el periódico solicita la colaboración de los lectores para mantener el sitio. No existe una cuota fija de asociado, sino que las contribuciones son libres, siguiendo un modelo similar al de Wikipedia. No obstante, en estos momentos los ingresos generados a través de GranadaiMedia representan tan sólo un 5% de todos los que entran en la Cooperativa. Objetivos del proyecto a corto plazo: Aumentar los ingresos que genera GranadaiMedia de un 5 a un 25%. Para ello van a contratar a un comercial profesional y focalizar los esfuerzos en conseguir más patrocinadores. Objetivos del proyecto a medio-largo plazo: Llegar a cubrir toda Granada, en incluso el área metropolitana con el mismo concepto

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de información de barrio, y con al menos un periodista especializado y dedicado a cada barrio. Sinergias o alianzas con otros proyectos: Se establecen sinergias con los patrocinadores, a quienes se les otorga un lugar y un tratamiento específico dentro del medio, aunque bien diferenciado de la información. También acogen las iniciativas de otros profesionales como los blogs Desgranavídeos y Horas Contadas.

REPORTEROS JEREZ Para obtener la información y los datos de este medio, hemos contactado con Pablo Piñero, director de ReporterosJerez. Nombre del medio: Reporteros Jerez Soporte: Digital Inicio de la publicación: Septiembre 2012 Sociedad editora: Reporteros de Jerez S. L. Ámbito territorial en el que desarrolla la actividad: Local. Circunscrito al municipio de Jerez de la Frontera. Descripción: Reporteros Jerez es un diario digital de información circunscrita al ámbito del municipio de Jerez de la Frontera. Además de la cobertura de las noticias de interés general, presta especial atención mediante secciones propias de elementos que forman parte de la identidad de Jerez de la Frontera, como la Feria, el Motociclismo, el Festival de

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Flamenco o la información Cofrade. Además la información local está clasificada según los distritos del municipio. Motivación inicial del proyecto: Tras el cierre de la cabecera de ‘La Voz’ del grupo Vocento, en Jerez de la Frontera, un grupo de trabajadores de este medio deciden crear un periódico digital propio e independiente, donde tengan cabida contenidos hiperlocales de carácter general Principios-valores: En Reporteros Jerez manifiestan una apuesta por la rigurosidad y la inmediatez, calidad y diseño del producto, además de potenciar los contenidos dando importancia al apoyo visual de imágenes y los vídeos. Audiencia: Cuentan con una media entre 5.500 y 6.000 visitas al día. Además suman en redes sociales cerca de 3.200 seguidores en Twitter, y alrededor de 1.400 a través de Facebook. Perfil de la audiencia: Público interesado en las noticias de Jerez, que tienen acceso a la informática y que se manejan bien en las redes sociales. Interés para el mundo cofrade, local, político, cultural, deportivo, etc. Otras actividades de la empresa: Corresponsalía a la carta: Servicio a otros medios de comunicación y agencias de fuera de Jerez. Noticias, reportajes, entrevistas, crónicas, fotografías y/o vídeos sobre cualquier cuestión relacionada con esta ciudad o su zona de influencia. Asesoría de comunicación: El tercer gran servicio que ofrece Reporteros Jerez es la consultoría de comunicación, dirigida a otros nichos de mercado como son pymes, asociaciones, colectivos y organizaciones tanto de la ciudad como del resto de la provincia. Ofrecen asesoramiento y gestión en materia de comunicación, organización de eventos, atención a los medios, notas de prensa, redes sociales y cualquier otra demanda que en este sentido pueda requerir el cliente.

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Organización de la empresa: Sociedad Limitada. Propiedad de la empresa: La empresa es propiedad de 10 socios, que comparten todos el mismo porcentaje de la misma. Hay un director que representa a la sociedad y al medio. Número de trabajadores: Cuatro empleados a tiempo parcial y 5 colaboradores. Número de socios-trabajadores: Cuatro. Fuentes de ingresos: Principalmente publicidad. También venta de fotografías, reportajes o vídeos, y empresas que contratan sus servicios para llevarles la comunicación. Objetivos del proyecto a corto plazo: Seguir consolidándonos como medio y llegar y darse a conocer entre toda la población jerezana. Aumentar el volumen de venta de publicidad en nuestra página web. Objetivos del proyecto a medio-largo plazo: Expansión a otras localidades, municipios de la zona y provincias.

MATERIA Para obtener la información y los datos de este medio, hemos contactado con Patricia Fernández de Lis, directora de Materia. Nombre del medio: Materia Soporte: Digital Inicio de la publicación:

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Julio 2012 Sociedad editora: Materia Publicaciones Científicas SL Ámbito territorial en el que desarrolla la actividad: Global. Destinado a lectores en español de España, América Latina y Estados Unidos. Descripción: Materia es una web de noticias de ciencia, medio ambiente, salud y tecnología. Cuenta con una redacción experimentada y con varios reconocimientos (dos premios Prisma, premio de la Agencia Española de Protección de Datos, premio Daphne, Premio Bohoslavsky), dedicada en exclusiva a elaborar información de alta calidad, con rigor e independencia. Sus contenidos se pueden republicar bajo licencia Creative Commons. Cuenta con el apoyo de un Consejo editorial formado por prestigiosos profesionales de la ciencia en español, entre ellos tres galardonados con un premio Príncipe de Asturias. Motivación inicial del proyecto: El núcleo de Materia se forma en la sección de Ciencia del diario Público. Se trataba de una sección muy amplia, de 4-5 páginas diarias y que contaba con bastante reconocimiento. Los redactores confiaban en que, a diferencia de lo que se hacía en otros medios, la ciencia interesa y es lo que a ellos les gustaba hacer. Tras el cierre del diario Público, recibieron muchos mensajes de apoyo, y de lamentos por la única sección de ciencia que quedaba en la prensa diaria. El proyecto comienza por la confluencia de estos elementos. Una serie de profesionales especializados que se conocen, que trabajan bien juntos y que se quedan en el paro, y por otro lado una demanda de noticias e información diaria de ciencia. Según la Fecyt, el 53% de los españoles cree que la información científica en la prensa diaria es insuficiente. Así deciden aprovechar la base de seguidores de la sección de Ciencia de Público, y se lanzaron a poner en marcha Materia. Principios-valores: Elaborar noticias e informaciones sobre Ciencia, de alta calidad, con rigor e

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independencia. Consideran que la difusión sin ánimo de lucro de la información que se genera en el mundo científico y tecnológico es la única manera de aportar el conocimiento de calidad que diferencia las sociedades prósperas. Por ello, Materia ofrece sus contenidos de forma totalmente gratuita y que puedan ser reproducidos libremente por otros medios de comunicación en español, siempre que se cite su autoría y procedencia, no se altere de forma sustancial su contenido y se compartan bajo la misma licencia Creative Commons. Pretenden ser una referencia a la hora de explicar: •

Las últimas investigaciones en biología, física, paleontología o astrofísica,

narradas con claridad, sencillez y rigor. •

La lucha por la defensa del medio ambiente.

Los avances en las nuevas tecnologías e Internet, analizados en profundidad.

La investigación en salud, denunciando los productos milagro de eficacia no

contrastada científicamente. •

La ciencia en la actualidad. La investigación y la tecnología ya no forman parte

aislada de la información, así que se proponen explicar los porqués y los cómos de grandes historias de la política, la economía, los sucesos, los avances sociales y los deportes. Audiencia: Desde su lanzamiento han sumado 1,500.000 páginas vistas y cuentan con una media de 300.000 usuarios únicos al mes. Es el doble de la que cifra que estimaban que iban a alcanzar en el plan de negocio, basándose en los resultados de otras experiencias, y teniendo en cuenta que no están dentro de ningún gran grupo, ni tienen ningún apoyo externo para promover el lanzamiento de Materia. Consideran que parte de este éxito se debe a que todo el contenido es Re-publicable, sólo se exige la cita y el enlace de la fuente. Gracias a esto han conseguido visibilidad, visitas y posicionamiento en los buscadores. Además señalan que la mitad de estos usuarios vienen de América Latina. Estiman que en estos momentos están promoviendo la comunidad más grande de

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interesados por la ciencia en español, con unos 4.000 seguidores en Twitter y 20.000 en Facebook. Perfil de la audiencia / público al que se dirige: Materia se dirige a lectores de información científica, concienciados y con un alto poder adquisitivo. Un estudio sobre los 2,7 millones de lectores de la publicación ‘New Scientist’, modelo que sirve de referencia para ‘Materia’, refleja que el 93% prefiere comprar productos que no dañen el medio ambiente. El 89% consideraría comprar un coche híbrido. El 85% prefiere pagar más por productos respetuosos con el medio ambiente. El ingreso medio de los hogares que leen New Scientist alcanza los 90.000 dólares. El 84% de los lectores tiene estudios superiores. Referentes: Desde el punto de vista informativo declaran su admiración por la publicación británica ‘New Scientist’, que combina artículos muy sesudos, con noticias más ligeras y con una parte interactiva muy interesante. Desde el punto de vista de negocio, manifiestan haberse influenciado por una mezcla de diferentes iniciativas. Por ejemplo, el modelo de ProPública (EEUU), que desarrolla periodismo de investigación, con libre republicación de sus contenidos. Sin embargo ProPública lo financia por completo una fundación, y señalan que el modelo de mecenazgo es muy diferente en Estados Unidos que en Europa. No obstante también señalan que se trata de un proyecto novedoso, donde no existen demasiadas referencias. Otras actividades de la empresa: Los trabajadores de la empresa desarrollan también otras actividades para poder sobrevivir. Lo hacen tanto dentro de la sociedad, como de forma independiente a título personal. Aseguran que gracias al éxito de materia, se les han abierto otras puertas. Con Materia declaran que han conseguido afianzar una marca y un reconocimiento para conseguir ingresos por otro lado. Entre las otras actividades se encuentran desarrollar contenidos para terceros o la

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organización y gestión de eventos relacionados con la ciencia. Estas actividades tienen como objetivo mantener el corazón de la empresa, que es el portal, aunque no sea en estos momentos una fuente de ingresos que permita mantener a siete personas. Organización de la empresa: Materia Publicaciones Científicas se constituye como una Sociedad Mercantil Limitada. Propiedad de la empresa: Son 7 socios. Cinco de ellos cuentan con un porcentaje de participación similar, y dos de ellos algo menor. Número de trabajadores: Siete. Seis redactores y un webmaster. Número de socios-trabajadores: Todos los socios son trabajadores de la empresa. De los siete, cinco de ellos están dedicados a tiempo completo, mientras que los dos con menor participación, tienen una dedicación parcial. Los seis redactores son periodistas especializados con amplia trayectoria en comunicación de la Ciencia: Patricia Fernández de Lis, Manuel Ansede, Nuño Domínguez, Daniel Mediavilla, Javier Salas y Miguel Ángel Criado. Fuentes de ingresos: Reciben ingresos por la publicidad de ‘Materia’ a través del sistema de Google Adsense. También han tenido campañas de publicidad específicas de anunciantes que han buscado expresamente anunciarse en Materia porque estaban interesados en el público que lee Materia (promotores de cursos, másters, libros, etc.). Señalan que en septiembre comenzarán con la búsqueda de patrocinadores más estables, tanto en grandes empresas como en pymes. Aseguran que la búsqueda de la relevancia va antes que la consecución de ingresos. Primero se han preocupado de tener una web que la gente quiera ver y conseguir una posición de relevancia. Una vez alcanzado esto, comienza la fase de buscar rentabilidad al producto que ellos quieren mantener. Consideran que hay distintos modelos de negocios, según el tipo de información que

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haga cada medio. Materia no piensa poner ninguna limitación a los contenidos, ni de tiempo ni de asociados, ya que creen que por los contenidos que hacen es mejor ‘dejarla libre’. El modelo apostará más por el patrocinio, tanto de empresas como de lectores, que por el pago. Objetivos del proyecto a corto plazo: El objetivo inmediato es “sobrevivir”, y conseguir la permanencia y continuidad de Materia. Objetivos del proyecto a medio-largo plazo: Materia quiere convertirse en la sección de ciencia deslocalizada que reabra las páginas de información científica en los periódicos de España y América Latina. Les gustaría convertirse en la marca de información científica de referencia en español. No sólo por la información, sino también por la comunidad que genera. Pretenden aprovechar esa comunidad para organizar grandes eventos de ciencia. Van a empezar con este objetivo este año en España y esperan hacerlo también en América Latina el año que viene. Otro de los objetivos es alimentar esa comunidad con cursos de formación. Para ello pretenden explorar el mercado de los contenidos de pago en tabletas y smartphones, elaborando grandes reportajes y contenidos educativos digitales. Sinergias o alianzas con otros proyectos: Como todos los contenidos son republicables, consideran que hacen del mundo una sinergia total. Aseguran ser conscientes de que son un medio pequeño y que hacen una información de nicho, que en principio mucha gente desprecia o cree que no interesa. Por ello han querido romper esa dinámica ofreciendo sus contenidos a quien quiera publicarlos. Mantienen una una relación muy cercana con Eldiario.es porque muchos de ellos son excompañeros del diario Público, pero les republican también medios como La Razón o Libertad Digital. Hacen mucho hincapié en la prensa local, que no suelen tener muchos periodistas como para tener buena información de ciencia, e intentan cubrir esa carencia. También

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utilizan sus contenidos muchos medios importantes de América Latina. Cuentan con una asociación directa con Yahoo, que hace una republicacion de todos sus contenidos para España, América Latina y Estados Unidos. Además mantienen acuerdos con otras publicaciones como El Confidencial, o Líbero, y están trabajando en otros acuerdos.

JOT DOWN Para obtener la información y los datos de este medio, hemos contactado con Ángel L. Fernández, director de JotDown. Nombre del medio: Jot Down Soporte: Digital y Papel Inicio de la publicación: Mayo 2011 Sociedad editora: Wabi Sabi Investments, S.C. Ámbito territorial en el que desarrolla la actividad: Global en la web y nacional en los productos impresos. Descripción: JotDown es una revista cultural que incluye entrevistas en profundidad, reportajes, ensayos y reflexiones. Los contenidos temáticos abarcan un amplio abanio: Cine, Televisión, Música, Ciencia, Arte, Literatura, Deportes, Estilo de vida... Mantienen dos líneas paralelas, por un lado la edición digital, con actualización permanente de sus contenidos, y por otro la publicación de la revista en papel, con una periodicidad trimestral.

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Motivación inicial del proyecto: Declaran que el motivo principal por el que deciden lanzar JotDown fue por diversión. Los socios fundadores proceden de diferentes ámbitos profesionales y no dependían de la revista como medio de subsistencia. La idea de la revista nació de hacer el medio que les gustaría leer, ya que tenían una sensación de cansancio, de no acabar de encontrar exactamente lo que nos querían en otros medios. Su idea fue siempre hacer una publicación con informaciones pensadas para el papel: textos largos, grandes imágenes, en blanco y negro... Sin embargo, dadas sus posibilidades financieras tuvieron que probar primero con una edición digital, aunque trasladando exactamente y contra todas las recomendaciones, su idea de publicación impresa a la web. Principios-valores: Reconocen que en sus contenidos tiene cabida casi de todo. Los elementos diferenciales están en que se trate de textos de calidad, con un tratamiento en profundidad, amplios y con una buena narración en la redacción. Otorgan también mucha importancia a la imagen, con fotografías muy expresivas y siempre en blanco y negro. Audiencia: La tirada de la revista en papel es de 5.000 ejemplares, con periodicidad trimestral. La edición digital cuenta con 400.000 usuarios únicos al mes en la web. Perfil de la audiencia / público al que se dirige: Lectores con interés en la cultura, con un perfil de nivel cultural medio-alto. Referentes: The New Yorker. Marcan como referencia que pretendían ser la versión en castellano de la emblemática publicación norteamericana. Otras actividades de la empresa: Además de la publicación de JotDown, se dedican a la edición y venta de libros y de otras revistas, junto a la venta de contenidos propios.

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Organización de la empresa: Sociedad Civil. Propiedad de la empresa: La empresa tiene 2 socios y 20 cuentapartícipes. Número de trabajadores: 8 trabajadores y 150 colaboradores Número de socios-trabajadores: Entre los socios y los cuentapartícipes, hay siete personas que trabajan en la plantilla de la empresa. Fuentes de ingresos: Las principales fuentes de ingresos de JotDown son la venta de publicidad, tanto en la edición de la revista en papel como en la web; las suscripciones y venta de números. Objetivos del proyecto a corto plazo: Consolidar la editorial y seguir promoviendo productos como JotDown y otras publicaciones que satisfagan su propia curiosidad e interés. Objetivos del proyecto a medio-largo plazo: A medio plazo les gustaría traducir sus contenidos al inglés, ya que declaran que Londres es la quinta ciudad de donde más lectores recibe. Con la vista puesta en el largo plazo, su deseo estaría en establecer una cabecera en Estados Unidos. Sinergias o alianzas con otros proyectos: Han creado su propia red de librerías y distribuyen otras cabeceras afines a la suya como son Yorokobu, Mongolia, Alternativas Económicas, Líbero y Números Rojos.

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II.II. Otros proyectos e iniciativas:

Hacer un repaso exhaustivo por todos los nuevos medios y proyectos periodísticos surgidos en los últimos cuatro años, como consecuencia de la crisis del sector, sería objeto de un trabajo de investigación aún más amplio y profundo. De manera que este estudio pretende apuntar algunas líneas para desarrollarlas en futuras investigaciones. Para facilitar esta tarea haremos una breve reseña de otros casos e iniciativas interesantes para ahondar en el fenómeno de la creación de nuevos medios que rompen de algún modo con la estructura asentada en España. Es especialmente interesante lo acontecido tras el cierre de la edición impresa del diario Público y el despido de la mayor parte de sus profesionales. De este grupo de trabajadores han nacido varios proyectos impulsados y gestionados por los propios periodistas, en alguno casos incluso con el control accionarial, como por ejemplo: •

Revista Mongolia: Sátira y análisis político. Con el director de Arte y el adjunto a

la dirección de Público. •

Revista Alternativas Económicas: Edición de información económica. Entre sus

promotores está el adjunto a la dirección de Público y varios ex periodistas de El País. Es una cooperativa, con el exitoso modelo francés ‘Alternatives Economiques’ como socio y como referencia. •

Revista Líbero: Publicación deportiva, con el jefe de Internacional y un redactor

de Actualidad de Público al frente. •

Materia: Web de noticias de ciencia fundada por la prestigiosa sección de

Ciencia, de Público. •

Eldiario.es: Diario digital, con Ignacio Escolar, primer director de Público, y varios

redactores y firmas de opinión del diario. •

Infolibre: Diario digital, con el último director y subdirector de Público al frente.

La Marea: Cooperativa de ex-trabajadores de Público. Edita una revista mensual

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y sinergias con En Cubierta, revista electrónica de libros digitales, promovida por la ex responsable de libros de Público. • El Mono Político: Perioblog, con el jefe de Opinión de Público. Mezcla noticia, análisis y opinión. El cierre de Público, una publicación joven, por otra parte; y la eclosión de proyectos derivados pone de manifiesto la existencia de un germen en el seno de los profesionales por mantener y desarrollar nuevos modelos de periodismo, pensados y adaptados para desenvolverse en la situación actual. Esta adaptación se produce tanto a nivel tecnológico, como de inquietudes en la audiencia que la prensa tradicional no resuelve, nuevos hábitos en el consumo de información o en las fórmulas de organización, dimensión y funcionamiento de las empresas. A continuación hacemos un pequeño repaso por estas iniciativas, tanto las surgidas tras el cierre de Público, como otras experiencias:

LA MAREA Además de Eldiario.es e Infolibre, de la plantilla de profesionales de Público surgió también otro proyecto de información general, con los aspectos tradicionales de la actividad periodística: política, internacional, sociedad, economía, cultura y opinión. En este caso se trata de una revista mensual, impresa en papel, aunque también está disponible en versión digital, que apuesta por los reportajes en profundidad. Sus planteamientos para conseguir hacer un periodismo libre e independiente, pasan por garantizar que la propiedad del medio permanece en manos de los trabajadores. En este caso, están agrupados en la cooperativa MasPúblico, formada por exredactores de Público. La Cooperativa permanece abierta a la incorporación de nuevos asociados. Junto a ellos, reciben también ingresos por parte de los suscriptores de la revista, las ventas en quioscos y las contribuciones al proyecto en forma de donaciones, de forma que declaran que se deben principalmente a socios y lectores, aunque también

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ofertan a anunciantes la revista para incluir publicidad. Su modelo está inspirado en el del diario alemán Die Tageszeitung.

DIAGONAL Diagonal es uno de los proyectos de periodismo independiente más veteranos en España, con su lanzamiento en el año 2005. Es un diario quincenal impreso en papel que aborda información política, social y cultural. Desde 2012 también funciona como diario digital. Lo edita una asociación, y es la evolución de un fanzine que se editaba en Madrid desde 1986. En su fase actual se sostiene gracias a la contribución de más de 5.000 suscriptores. Están dentro de una Cooperativa (COOP57) que apuesta por las redes de economía social y alternativa. Limitan la publicidad a entidades con criterios éticos, y al 20% del presupuesto.

ALTERNATIVAS ECONÓMICAS Se trata de una revista de divulgación económica, impresa en papel, con disponibilidad también digital, con una periodicidad mensual y una redacción formada por periodistas de larga trayectoria en medios como El País, Público o El Periódico de Cataluña. Aspiran a hacer una información didáctica, pero rigurosa, en torno a la crítica sobre las desigualdades e injusticias sociales desde el punto de vista de la economía. El modelo de la empresa es una cooperativa, inspirada en el modelo francés de ‘Alternatives Economiques’, que lleva más de treinta años funcionando y con la cuál colaboran.

Además de los ingresos por las ventas y suscripciones a la revista, incluyen

también la figura de los ‘Amigos de la Revista’, que aportan 21 euros por encima de la suscripción, y tienen derecho a participar en una Jornada Anual de debate sobre actualidad económica y social, y tendrán voz en la Asamblea Anual de la Cooperativa.

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LÍBERO Es una revista trimestral impresa en papel y creada por dos periodistas, que fueron miembros del equipo fundacional de Público. Está dedicada al fútbol, pero desde la reflexión social y su vinculación con la cultura. Aborda historias, entrevistas y artículos en profundidad, atemporales, desmarcados del ruido del periodismo deportivo ‘de actualidad’. La redacción la forman un equipo pequeño, aunque en cada número cuenta con numerosos colaboradores y firmas. El modelo de negocio es el tradicional de venta de ejemplares y publicidad.

MONGOLIA Una revista impresa en papel, con carácter mensual, dedicada a la sátira política, basada en un humor ácido e irreverente. Junto a estos contenidos incluye una sección de informes y análisis político riguroso. No recibe ingresos por publicidad, de modo que se sostiene por los lectores. El equipo de redacción lo componen siete personas, aunque en cada número cuentan con más colaboraciones.

II.III. Periodismo Hiperlocal

La prensa local ha sido durante muchos años un negocio rentable para las empresas periodísticas. La información cercana y los servicios de utilidad a los ciudadanos ha despertado el interés de los lectores y con ellos, el de los anunciantes. Tanto es así que los

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grandes grupos de comunicación vieron en las empresas de información regional y local posibilidades de expandir sus líneas de negocio y se introdujeron en este ámbito. A raíz de la crisis, el grupo PRISA se ha ido deshaciendo de sus cabeceras locales. VOCENTO sin embargo mantiene una apuesta muy fuerte en este ámbito, donde compite también en muchas ocasiones con cabeceras locales de otros grupos como Joly, en Andalucía, o Prensa Ibérica en otras regiones. Sin embargo, el hecho de que grandes empresas se hagan cargo de estos medios de comunicación, ha traído consigo la paradoja de que cada vez se presenta con menos profundidad la información local. Aprovechando la ‘sinergia’ de pertenecer a un grupo empresarial, los medios locales se han ido llenando cada vez más de contenidos ‘genéricos’ en detrimento de la información cercana. Un ejemplo muy ilustrativo son los contenidos de ámbito cultural, donde es habitual encontrar información abundante información sobre estrenos de cine, o publicaciones de ‘best-sellers’ . Pero cada vez cuesta más saber acerca de los grupos de música locales o las programaciones de salas independientes. Así nos encontramos con que periódicos y emisoras locales al integrarse en el seno de grandes empresas, tienen cada vez más páginas y minutos de temas generales, en detrimento de su naturaleza inicial, de información cercana. Así aparece en los últimos años un nuevo nicho de mercado: el periodismo ‘hiperlocal’, que viene precisamente a cubrir esa carencia de información acerca de temas exclusivamente locales, con un perfil de audiencia muy concreto y definido. Este hueco que están dejando los grandes grupos de comunicación está siendo otra de las líneas que están aprovechando los nuevos proyectos para conseguir ofrecer un periodismo útil y de interés, de modo que se están creando numerosos medios hiperlocales en toda España. Algunos ejemplos son:

PRAZA PÚBLICA No se trata de un medio hiperlocal en su concepción estricta, pero por su carácter regional nos parece apropiado reseñarlo aquí. Es un diario digital con información sobre Galicia y editado íntegramente en lengua gallega. Se edita a través de una fundación, cuyo único cometido es el fomento de la información y el debate como

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ejercicio cívico de la ciudadanía gallega. Los patronos de la fundación tienen todos una participación similar, y está abierta a las aportaciones de todos los interesados en contribuir. Según la aportación realizada, cualquier persona puede pasar a formar parte del Patronato o del Consejo Asesor de la Fundación. Además instauran una moneda virtual, el ‘patacón’ mediante la cual se podrá intercambiar las aportaciones por otros productos y servicios.

EL INDEPENDIENTE DE CÁDIZ Es un periódico creado y gestionado por un grupo de 30 periodistas. Se centra en informaciones de la ciudad de Cádiz y sus principales zonas de influencia: Bahía de Cádiz y La Janda. El proyecto en principio salió a la calle como un periódico diario en papel. No obstante, después de tres meses de publicación diaria, decidieron adaptar el formato a una edición semanal, también en papel, aunque mantienen activa de contenidos la edición digital. Sus fuentes de ingresos son las suscripciones y venta de ejemplares, la publicidad y también mantiene abierta la colaboración de los lectores a su proyecto de periodismo independiente mediante donaciones.

SEVILLA DIRECTO Se trata de un diario digital, que ofrece información local de la ciudad de Sevilla con el planteamiento de hacer noticias ‘de los barrios, desde los barrios’, de igual modo, la información deportiva se centra en el deporte base, más cercano a la realidad cotidiana de los lectores. Se apoyan también en las nuevas tecnologías para ofrecer retransmisiones de eventos en vídeo vía ‘streaming’. La sociedad está conformada por periodistas y apoyada por la Asociación de la Prensa de Sevilla y la Junta de Andalucía, a través de la Fundación Andalucía Emprende. Sus fuentes de ingresos se centran en la publicidad, pero enfocada hacia la promoción del pequeño comercio.

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HUELVA 24 Con un equipo formado por cinco periodistas con experiencia en el mundo de la información en la provincia de Huelva, se crea la asociación ‘Huelva Comunicación Digital’, como una matriz de proyectos de periodismo profesional. De esta matriz sale el diario digital Huelva 24, con información acerca de la actualidad local, provincial, económica, deportiva y cultural de la provincia de Huelva. Su principal fuente de financiación está en los ingresos por publicidad.

II.IV. Periodismo y ‘Crowdfunding’

El ‘crowdfunding’, también referido en ocasiones como ‘micromecenazgo’ o ‘financiación colectiva’, es uno de los fenómenos a través de los cuales la sociedad civil aprovecha los recursos que ofrece la conexión global a través de Internet y se articula para conseguir determinados objetivos. Las distintas plataformas de ‘crowdfunding’ ofrecen un escaparate donde los ciudadanos pueden dar a conocer un proyecto y unos mecanismos para que las personas interesadas en que salga adelante presten su apoyo, principalmente económico, aunque también recogen otras posibilidades como la colaboración mediante logística, difusión o trabajo. El profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, Raúl Magallón, recoge en su artículo “Periodismo y Crowdfunding. ¿Otro futuro ya está aquí?” (Magallón, 2013) que en el año 2012 el ‘crowdfunding’ movió 2.700 millones de dólares en todo el mundo. Este crecimiento trae consigo que surjan plataformas especializadas en sectores concretos, y el periodismo es uno de ellos. De modo que en el panorama internacional encontramos plataformas para financiar proyectos periodísticos como Spot.us en Estados Unidos, GoJournalism en Canadá, Youcommnews en Australia, J’aime l’info y

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KissKissBankBank en Francia, Emphas.is en Reino Unido o Youcapital o Benne en Italia.

En España aún no se han consolidado una plataforma de ‘crowdfunding’

específica para proyectos periodísticos. No obstante, de las principales sitios en nuestro país, dedicados a la financiación colectiva de proyectos en general, como Goteo o Verkami, se han valido algunos proyectos antes mencionados como Diagonal (en este caso, para recaudar fondos para lanzar su edición digital) o La Marea (para formar la Cooperativa y sacar sus dos primeros números). Además a través de este sistema han surgido en España iniciativas como: •

Fixmedia: Una herramienta que permite a los lectores reportar errores en las

noticias de los diarios digitales y someterlos a debate público para su corrección. •

Via52: Un semana digital, que a modo de laboratorio, experimenta con

diferentes formatos y mecanismos de financiación para abordar temas de actualidad en profundidad (un tema por número) y desde distintas perspectivas. •

España en llamas: Es un proyecto de la Fundación Ciudadana Civio, que aboga

por la cultura de la transparencia y el acceso a la información pública. Han creado gracias a la financiación colectiva, una aplicación donde navegar y visualizar los datos de los incendios forestales en España entre 2011 y 2011, para poner en contexto los sucesos relacionados con los incendios que ocurren actualmente. •

Cafe amb llet: Se trata de una revista en catalán, centrada en la provincia de

Girona, que tras una investigación acerca de la gestión económica de los hospitales de la comarca, promovió una campaña de ‘crowdfunding’ para publicar el libro “Artur Mas: ¿dónde está nuestro dinero?”, donde explican el expolio sanitario que sufre la ciudadanía. •

La Tuerka: Un programa de tertulia, debate y análisis político, desde el punto

vista de la izquierda de base y los movimientos sociales. Se emite en una canal local de Madrid, y tiene difusión a través de Internet. A través de ‘crowdfunding’ buscan la mejora de los equipos técnicos para ampliar los contenidos y alcances del programa. El profesor Magallón estima que, entre los múltiples cambios que están produciéndose en torno al periodismo, uno de los más importantes es el “reaprendizaje” por parte de periodistas y público del valor económico de la información. En una situación

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donde los grandes medios de comunicación se van alejando del interés real de los lectores, en favor de la rentabilidad económica, aparecen mecanismos que apelan a “la responsabilidad de los lectores” a la hora de tener una prensa independiente, económica y editorialmente. Un lector-mecenas que libera de las ataduras de grandes anunciantes y gobiernos (Magallón, 2013).

III. CONCLUSIONES: ¿Hacia un nuevo modelo? Al final de este trabajo, tras el estudio de cómo se organiza la estructura tradicional del sistema de medios de comunicación en España, revisar la situación de crisis que atraviesa, junto con el repaso de algunas de sus causas, y la constatación de que existen nuevos proyectos que pretenden oxigenar el oscuro panorama del sector, podemos remarcar algunos puntos interesantes acerca de qué factores pueden caracterizar este cambio. No obstante este trabajo sólo pretende ofrecer algunas directrices, que aunque estén fundamentadas en la investigación y análisis de experiencias, dejan aún margen para nuevas hipótesis y planteamientos. Esto se debe por un lado al dinamismo del sector, donde todas estas nuevas experiencias e iniciativas se encuentran aún en una fase de experimentación o en etapas tempranas en su desarrollo, y aún quedan lejos de la madurez. Muchas de ellas sufrirán enormes cambios, o desaparecerán, aunque no debemos calificar de fallidos los intentos, ya que estas experiencias alimentarán a otros proyectos hasta que alcancen un nivel de consolidación estable. Por otro lado, se trata de un campo de estudio complejo, donde intervienen factores empresariales, jurídicos, políticos, económicos, culturales y antropológicos. Este trabajo no tiene por tanto la profundidad necesaria para abarcar el fenómeno de la evolución de los medios de comunicación en toda su complejidad,

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sino que más bien pretende hacer un llamamiento hacia un fenómeno emergente, para estudiarlo con mucha más amplitud en una investigación posterior de tesis doctoral. Es por ello que las conclusiones que ofrecemos, no son sino puntos de partida para un seguimiento, revisión y ampliación, dentro de un sector cambiante.

Aún así, nos atrevemos a apuntar algunas de los puntos de interés en torno

a los cuáles giran las nuevas propuestas para renovar el sistema de medios de comunicación en España: Motivaciones: ‘Rebotados’ de los grandes medios. Puede parecer obvio, pero es interesante observar que, aunque el desencanto de los profesionales en activo con la situación del periodismo es patente (APM, 2012:38), muchos de los nuevos proyectos no hubiesen visto la luz si no se hubiese producido una situación de despidos de profesionales de los grandes medios. Es una muestra del bajo espíritu de emprendimiento empresarial que se da entre los periodistas, que se han acomodado en la posición de asalariados de grandes empresas. Elemento que como hemos visto ha influido en la crisis de credibilidad e independencia de los medios, al pasar a estar gestionados por intereses ajenos al periodismo. En los casos estudiados hemos visto como el cierre del diario Público fue determinante para la puesta en marcha de muchas iniciativas, al igual que en los ejemplos de GranadaiMedia y ReporterosJerez, fundados por profesionales de La Opinión de Granada y de La Voz de Jerez, respectivamente.

El hecho de que muchos profesionales con experiencia no tengan lugar en

los grandes medios, es una tónica común para el impulso de nuevos proyectos, pero no es la única, y encontramos también intereses por lanzar iniciativas totalmente nuevas y al margen de la situación laboral de los periodistas, como es el caso de JotDown. Pequeñas redacciones: Estructuras flexibles. Incluso en los proyectos más ambiciosos, como Eldiario.es o Infolibre, los núcleos duros de trabajo no superan las quince personas. En los casos de otros proyectos giran alrededor de cinco-seis periodistas. Sin embargo también es habitual servirse

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de de una red de colaboradores, personas que quieren implicarse en el proyecto, pero que no es posible integrarlas en las plantillas. De esta forma consiguen moderar los costes salariales y tener una mayor capacidad para adaptar su estructura a las situaciones aún inciertas que pueden sobrevenir.

Si bien es cierto que los casos estudiados son conscientes de las limitaciones

de contar con unos recursos reducidos, y contemplan en el medio plazo la ampliación de la plantilla en sus estrategias de crecimiento. Objetivos: Vivir del Periodismo. En la gran mayoría de los casos entrevistados y estudiados, el objetivo prioritario es ‘sobrevivir’. Algunos de los proyectos entrevistados, como Materia o GranadaiMedia, aún no generan ingresos suficientes para poder ser el medio de vida de los profesionales que lo sostienen. Sin embargo, nos encontramos en estas experiencias a profesionales con una fuerte sentimiento de vocación que no contemplan otras opciones de vida más que ejerciendo el Periodismo. No obstante, señalamos Periodismo con mayúscula, ya que la práctica totalidad de las iniciativas ponen de manifiesto que no sólo se trata de vivir de su profesión, sino de reivindicar la necesidad y la importancia que tiene para el funcionamiento de la sociedad una información de calidad, rigurosa, contrastada, crítica y útil.

En el medio-largo plazo, es común el planteamiento de la expansión

territorial, cada uno en sus respectivos ámbitos. Medios locales como Granadaimedia o ReporterosJerez aspiran a ampliar su cobertura y áreas de influencia, mientras que revistas como Materia o JotDown miran hacia fuera de las fronteras, en este caso hacia América Latina y a Estados Unidos respectivamente, en busca de más público de ‘nicho’ interesado en los temas específicos que abordan. Medios como Infolibre y Eldiario.es, con una apuesta fuerte por la información política y social nacional, aspiran más bien a consolidarse como cabeceras de referencia. Principios: Una vuelta al origen Según el ‘nicho’ al que va dirigido cada uno de los proyectos, los principios varían. Pero todos tienen un elemento en común y es el de elaborar información rigurosa,

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de calidad, contrastada y con criterios profesionales, al margen de las presiones y los intereses de anunciantes o de administraciones. Es llamativo porque se trata de principios básicos e inherentes al periodismo. Sin embargo, la crisis de credibilidad que atraviesan los medios tradicionales llevan a los nuevos proyectos a recuperar y enarbolar como bandera los elementos más básicos de la profesión. Referentes: Mirando a Estados Unidos Tal y como declaraba Ana C. Fuentes, de Granadaimedia, en Estados Unidos la crisis de los grandes grupos de comunicación comenzó antes que en España. Por lo tanto también fue en este país donde se desarrollaron antes modelos de medios de comunicación alternativos a los ‘media’ tradicionales. Así confiesan haberse fijado en los proyectos de Voice of San Diego; MinnPost o ChiTown Daily News. De igual manera otros medios como Materia declaran recibir influencias de ProPública, o Eldiario.es del HuffingtonPost y The Atlantic. También, aunque en una línea más clásica, JotDown declara tener en The New Yorker la cabecera en la que se fijan para su revista.

Sin embargo, aunque la influencia estadounidense es patente sobre todo en

los formatos y los contenidos de los medios emergentes en España, desde el punto de vista de la organización y de la propiedad empresarial, conviene señalar una importante influencia de otros modelos más destacados en Francia. Así la gestión y administración de las empresas por parte de trabajadores de las mismas, aunque bajo distintas fórmulas, se asemeja más a los casos de las experiencias consolidadas de Le Monde Diplomatique y Alternatives Economiques, o en una vertiente más actual, Mediapart. Soporte: ¿El papel no estaba muerto? La irrupción de Internet y las nuevas tecnologías de la comunicación que han contribuido a desestabilizar el sistema de medios de comunicación, ha supuesto también un horizonte de esperanza para nuevas iniciativas, que encuentran en el panorama digital más posibilidades de desarrollo: los costes son más reducidos, el alcance es global, el público crece en estos sectores, los recursos son muy variados, etc. Así la mayoría de los nuevos proyectos de medios de comunicación pasan

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por el soporte digital: Eldiario.es, Infolibre, Materia, GranadaiMedia, ReporterosJerez, PrazaPública, Huelva24...

Sin embargo, también muchos profesionales se muestran convencidos de que

la crisis de los medios de comunicación no se debe en tanta proporción al soporte como a los contenidos. Como reivindicación de esta idea, nuevos emprendedores de proyectos periodísticos han apostado por el formato tradicional de la publicación en papel, convencidos de que el público responderá a reportajes, noticias e informaciones en general realizadas con profesionalidad, rigor, y pensando en los intereses de los lectores. Así lo han entendido varias iniciativas como por ejemplo JotDown, Líbero, Alternativas Económicas, La Marea, Mongolia o El Independiente de Cádiz.

De igual manera, los proyectos ambiciosos, como Eldiario.es e Infolibre, a

pesar de manifestar su predilección por el medio digital, no desprecian tampoco las posibilidades de los medios impresos, apropiado para trabajar temas con profundidad y reflexión. Así lo incluyen como un recurso complementario en la edición de sus revistas mensuales Cuadernos y Tintalibre. De igual modo, pero a la inversa, casi todos los proyectos que apuestan fuerte por la publicación en papel, mantienen también cuidada y activa su marca en la web. El modelo de negocio: No existe la gallina de los huevos de oro. Hasta el momento el modelo de negocio en los medios de comunicación se basaba por lo general en los ingresos por publicidad, y en algunos casos se complementaba con la venta de ejemplares. La pérdida de lectores (en el sector de los periódicos), la multiplicación de fuentes de información ofreciendo lo mismo y el hundimiento de la publicidad, desestabilizan este modelo.

Los nuevos proyectos de comunicación creados en los últimos años como

consecuencia de la crisis en el sector, exploran distintas fórmulas para conseguir la sostenibilidad. El conocido analista de nuevas tecnologías, Enrique Dans, manifiesta en este sentido que “ganar dinero es esencial para la sostenibilidad, pero no es el fin principal, sino la consecuencia de hacer otra serie de cosas bien” (Dans, 2013). No obstante, revisando nuestros casos de estudio, encontramos de nuevo un elemento común en la mayoría de ellos: mayor implicación con la audiencia. Buscan reducir la

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dependencia absoluta de los ingresos por publicidad mediante la contribución de lectores que están interesados en apoyar su proyecto informativo.

El debate sobre si la información debe ser ‘de pago’ o ‘gratuita’, principalmente

en Internet, es uno de puntos neurálgicos en la situación de los medios de comunicación hoy día. En los casos que hemos estudiado encontramos distintas propuestas: Infolibre restringe sus contenidos a los socios que abonan una suscripción mensual. En esta línea, aunque en soporte de papel están otros medios como JotDown o la revista Mongolia, que apenas incluyen publicidad, pero sólo se accede a sus contenidos mediante la compra (en el caso de JotDown, el ejemplar tiene un precio de 15 euros, muy por encima de lo que el consumidor de revistas está acostumbrado a pagar). Eldiario.es ofrece ventajas a los socios que apoyan el proyecto también con una suscripción mensual, pero sus contenidos se ofrecen en abierto a todo el público.

Otros medios como GranadaiMedia, PrazaPública o La Marea acogen distintos

mecanismos para que las personas que se sientan identificadas con su proyecto y quieran que se mantengan, realicen sus aportaciones económicas para apoyarles.

Es conveniente señalar que, como hemos mencionado anteriormente, la

mayoría de estos medios de comunicación se encuentran en una fase temprana de desarrollo y no suponen aún una fuente de ingresos capaz de sostener a sus redacciones. Es por ello que muchas de las empresas combinan la edición de sus respectivos medios con otras actividades como servicios y asesoría de comunicación o creación de contenidos para terceros. Este modelo de negocio mixto se contempla en muchas de las empresas como GranadaiMedia o ReporterosJerez, y se está llevando a cabo en otras como Materia , que todavía no tienen asegurada la pervivencia a través únicamente de la actividad de su medio. La propiedad: socios y trabajadores. Las dificultades que atraviesan los grandes grupos, con estructuras complejas que son difíciles de adaptar a tiempos de cambio, llevan a los nuevos proyectos de medios de comunicación a buscar otro tipo de estructuras. Junto a una

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organización más adaptable a las circunstancias cambiantes en la que se encuentran los medios actualmente, se suma la recuperación de la independencia y de los criterios periodísticos en las empresas. De esta manera muchos profesionales de la información se deciden a embarcar en la gestión, dirección y administración de sus propias empresas, responsabilidades que hasta el momento habían optado por delegar en otros agentes, con el resultado de encontrar a entidades financieras y fondos de inversión al frente de medios de comunicación de referencia en España.

En todos los casos estudiados en este trabajo, los medios de comunicación

son propiedad y las empresas están dirigidas por periodistas. Los dueños de los medios, trabajan día a día en las redacciones. No obstante, encontramos diferentes planteamientos y fórmulas:

Casos como La Marea, GranadaiMedia o Alternativas Económicas, optan por

organizarse a través de un cooperativa, de forma que los socios ostentan la titularidad de las empresas en régimen de igualdad y deciden revertir los beneficios en la mejora de sus medios.

Sin embargo la opción más extendida es constituirse como una Sociedad

Limitada, en donde la mayor parte de su capital resida en manos de personas que trabajan en la empresa. Este es el caso de Eldiario.es, Materia, ReporterosJerez o El Independiente de Cádiz.

Es muy interesante el ejemplo de Infolibre, donde una parte de la propiedad

de la empresa la ostentan trabajadores de la misma, pero abren la posibilidad de que los lectores e interesados a título particular puedan ser ‘co-propietarios’ y adquirir acciones, a través de una sociedad de ‘Amigos de Infolibre’.

De una forma más residual, encontramos casos donde los medios de

comunicación se ponen en marcha bajo la forma jurídica de una Asociación de profesionales, como son los ejemplos de Diagonal o Huelva24, o de una Fundación, como PrazaPública o los proyectos de la Fundación Civio (En el apartado de ‘crowdfunding’ hemos mencionado España en llamas, aunque tienen también muchos otros). Audiencias: un largo camino por recorrer.

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Entre nuestros casos de estudio, el que ha alcanzado un mayor nivel de repercusión ha sido Eldiario.es. Aunque sus cifras de audiencia no son nada despreciables, dos millones de usuarios únicos al mes, son a día de hoy, según reconoce el propio subdirector, Juan Luis Sánchez, apenas la sexta parte de los lectores que alcanza El País. A modo ilustrativo también podemos señalar como GranadaiMedia, con 1.100 visitantes al día, se queda aún bastante lejos del principal referente de la prensa local en Granada, Ideal, con 209.000 lectores diarios o ReporterosJerez y su audiencia de 6.000 visitantes frente a los 124.000 lectores que se decantan cada día por El Diario de Cádiz (por tener una referencia cercana). (Datos extraídos del EGM, Mayo 2013).

Echar un vistazo a los datos nos permite darnos un baño de realidad y

comprender que aunque los planteamientos con los que nacen los nuevos medios de comunicación suponen una esperanza de cara a recuperar tanto la credibilidad como la función social del periodismo profesional, aún son opciones apoyadas por un público minoritario respecto a los números que aún sostienen los grandes grupos de comunicación. Sinergias: Una red de apoyos. Aunque no se haya manifestado de forma explícita en las entrevistas realizadas, muchos de los nuevos proyectos emergentes se sirven de alianzas y colaboraciones para potenciar el crecimiento mutuo. Por afinidad, son especialmente habituales las colaboraciones entre los medios de comunicación surgidos a raíz del cierre de Público. De esta manera, Eldiario.es como referente destacado, se nutre de contenidos de ciencia de Materia, de artículos sobre fútbol de Líbero o análisis económicos de Alternativas Económicas. Y aunque no saliese de la redacción de Público, el medio gallego PrazaPública sirve de delegación regional de Eldiario.es. También la redacción de Materia escribe artículos que relacionan la ciencia con el deporte en Líbero.

Del grupo de revistas que apuestan por el soporte en papel, algunas de ellas

(Líbero, Alternativas Económicas, Mongolia, entre otros proyectos) se han agrupado en torno a la sociedad editora de JotDown para aunar esfuerzos en la distribución y comercialización de sus ejemplares. Otro caso de alianza lo podemos observar en los proyectos de medios locales, entre

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ReporterosJerez y El Independiente de Cádiz, que se sirven de corresponsalías mutuas en los temas que atañen a sus respectivos ámbitos.

De esta manera los medios emergentes se apoyan entre sí para alcanzar

distintos objetivos, como aumentar la notoriedad, conseguir mayor difusión, ofrecer contenidos más completos o ahorrar costes. A tenor de este último punto referido a las ‘sinergias’, nos planteamos la posibilidad de que los nuevos medios emergentes puedan ir creciendo y repitiendo el mismo proceso de fusiones, absorciones, compras, etc. que ha llevado al sector de la comunicación hasta el punto donde se encuentra actualmente, convirtiéndose en un escenario cíclico. Así se lo planteamos a algunos de los casos entrevistados, quienes coincidían en general en la idea de que en estos momentos la situación es demasiado incierta como para aventurar que pueda darse un proceso de ese tipo. Patricia Fernández de Lis, directora de Materia, señala que las posibilidades de que los nuevos proyectos pasen a integrarse en grandes grupos son escasas actualmente, ya que la tendencia es hacia justo lo contrario, la “atomización”. Señala que las empresas están más preocupadas en sobrevivir al corto plazo que en pensar en opciones que les pudieran dar valor en el medio o largo plazo. Además reflexiona acerca de que los medios emergentes apenas cubren las necesidades de las redacciones, sus objetivos se centran en poder vivir del periodismo, pero no ofrecen una opción atractiva que despierte el interés de inversores.

Los entrevistados también remarcan el interés de, además de poder vivir de su

profesión, mantener unos contenidos de calidad, por encima del de ampliar las líneas de negocio. En este sentido Ana C. Fuentes comentaba que si en algún momento GranadaiMedia, fuese comprado o privado de los principios con los que fue creado, no duda de que los miembros de la cooperativa volverían a fundar un nuevo medio de comunicación. Juan Luis Sánchez, subdirector de Eldiario.es, coincide en que en que la clave para garantizar la independencia y la calidad que tratan de promover los proyectos emergentes, está precisamente en la propiedad de los medios. A pesar de la importancia que otorgan a conseguir el apoyo de socios y lectores que les permita reducir la dependencia de la publicidad, cree que el principal riesgo es caer en la

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ambición de recurrir a intereses externos al periodismo para fortalecer el crecimiento empresarial. Aunque la creación de nuevos medios de comunicación en los últimos años ha sido muy prolífica, un vistazo tanto a los datos de audiencia como a las cifras del volumen de negocio que manejan los proyectos emergentes frente a los de los grandes grupos de comunicación, nos permiten situarnos en un contexto donde se puede apreciar que realmente son empresas muy humildes las que intentan hacerse un hueco dentro del sistema. Sin embargo, estas nuevas empresas y proyectos periodísticos han conseguido introducir aire fresco dentro de un sector como el de los medios de comunicación, que se encuentra viciado por intereses económicos y políticos y que ha descuidado en buena medida la función social del control a las instituciones mediante el acceso público a una información veraz, últil y contrastada.

Ya hemos apuntado que muchas de estas iniciativas, sostenidas las más de

las veces por la voluntad antes que por los recursos, no conseguirán mantenerse dentro de un sector saturado y convulso. No obstante hay un elemento que no podemos dejar de constatar, y es que los medios de comunicación tradicionales se encuentran en una situación de caída, con grandes endeudamientos y pérdidas, tanto económicas como de credibilidad, y desorientados dentro de un nuevo escenario de la comunicación al que no terminan de adaptarse. Mientras tanto, por su parte los medios emergentes, aún salvando las enormes distancias que los mantienen de las grandes empresas, han mantenido desde su origen una tendencia de crecimiento continuado en audiencia y en seguidores, pero, aún más importante, es que están aprendiendo a adaptarse a un nuevo entorno tecnológico y social de consumo de información a una velocidad mucho mayor que las rígidas estructuras de los grupos de comunicación. Se puede decir que han sabido, o al menos lo están intentando, entender mejor los hábitos y las necesidades de los lectores. Así que no es descabellado aventurar que muchos de estos medios emergentes terminen consolidándose y convirtiéndose en una referencia alternativa a los modelos de comunicación tradicionales.

Sin embargo, es complicado afinar de qué manera se producirán cambios

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en el sistema de medios de comunicación, ya que abordamos un campo de estudio complejo y cambiante donde se entrelazana factores económicas, tecnológicos, políticos, jurídicos y sociales. Analizar las formas de evolución de las entidades dedicadas al periodismo en España, tanto desde la óptica empresarial como en sus funciones sociales, abre un abanico enorme de líneas de trabajo, y desde luego implica un estudio mucho más profundo, que confiamos en seguir ampliando en futuras investigaciones

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