Horizonte 2050

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Serie abierta de artículos publicados en la sección de Economía de la revista Profesiones. Unión Profesional. 2023.

Profesiones: Horizonte

Las profesiones en el 2050, un ejercicio de proyección y proactividad

Inmersos en una época de cambios acelerados e insospechados a raíz de la pandemia de COVID-19 son muchos los sectores sociales e institucionales que se han planteado lo que nos puede deparar el futuro y en qué medida podremos mejorarlo. Es la tarea del informe España 2050, presentado por el Gobierno en mayo, que persigue identificar los desafíos a los que nos enfrentamos, y crear una estrategia de largo plazo para abordarlos. En las profesiones, esta tarea de prospección forma parte de su esencia. Por ello, con esta serie que iniciamos, además del ejercicio de proyectar algunos aspectos sobre cómo podrá ser el futuro de las profesiones en el 2050, también se desea abrir un espacio de reflexión de carácter ontológico con el objetivo de potenciar oreconducir ciertas tendencias actuales que puedan afectar el ejercicio profesional y, por ende, a la sociedad.

El margen de actuación con el clima

Una materia que se ajusta a este espíritu es el cambio climático. Como apuntó en agosto el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas, las emisiones de gases de efecto invernadero que producen las actividades humanas son responsables de un calentamiento del planeta de 1,1 grados centígrados desde el periodo 1850-1900 hasta la actualidad. Situación que producirá algunos efectos irreversibles por el clima.

Sin embargo, defiende que «una reducción energética y duradera de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero pueden limitar la magnitud del cambio climático». ¿Cuándo? Según el panel de expertos los efectos beneficiosos en la estabilización de las temperaturas como resultado de estas acciones aplicadas en la actualidad podrían ser perceptibles entre el 2040 y el 2050. Hacia este horizonte se dirige la Estrategia a largo plazo para 2050 en la Acción por el clima de la Comisión Europea que aboga por una acción climáticamente neutra.

Tecnología, sustitución o complementariedad

Respecto a los avances tecnológicos, el trabajo The Future of Jobs Report 2020, publicado en octubre del 2020 por el Foro Económico Mundial, afirma que solo para el 2025 habrá 85 millones de puestos de trabajo que pueden verse desplazados por un cambio en la división del trabajo entre humanos y máquinas. Con todo, sostiene que podría surgir un número mayor de funciones y trabajos fruto de esta división. Un fenómeno que habrá de dirimirse en los términos de sustitución y complementariedad. Concepto último que parece encajar más según la evidencia en las profesiones liberales, las cuales precisan una interacción personal y aplicación intelectual más específicas, sin perjuicio de que la tecnología pueda afinar y agilizar ciertos procesos de su acto profesional.

Profesiones: Horizonte

Horizonte de futuro en la Educación Física y Deportiva

Las profesiones, motor de respuestas Es evidente que en estos desafíos y otros que surjan las profesiones colegiadas tendrán un papel significativo que les demandará proporcionar respuestas con un prisma multidisciplinar. Una de las primeras cuestiones a definir con mayor claridad será el reparto coordinado y adecuado del espacio de actuación entre la política y la labor de las profesiones en el descubrimiento y aplicación del conocimiento avanzado, el cual debe ser más escuchado y aprovechado como hemos podido comprobar con la pandemia. Más allá, si las ciudades concentrarán más población, las profesiones de arquitectura e ingeniería habrán de aportar soluciones que sean capaces de aunar y disponer una mejor habitabilidad, una eficiencia energética más adecuada, nuevas infraestructuras, y todas aquellas materias propias de cada profesión que puedan contribuir a la mejora del entorno construido. Si nos remitimos a las profesiones sanitarias y sociales, uno de los retos será lograr una mayor coordinación y previsión junto con los poderes públicos para minimizar riesgos como las pandemias y otras crisis sociosanitarias. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en sus últimos informes de Perspectivas Económicas ha recomendado con especial insistencia incrementar la inversión pública en salud y mayor coordinación de las profesiones que operan en los sistemas nacionales de salud a nivel global. Igualmente, la digitalización de muchos campos del funcionamiento de la justicia, así como la respuesta a las amenazas que puedan surgir en torno a los derechos en la esfera digital será prioritaria para conformar y garantizar un desempeño social más eficiente y seguro. Entretanto, en las profesiones de economía, la profundización en la economía conductual con la finalidad de comprender mejor nuestros procesos de decisión, la aplicación de técnicas de computación más sofisticadas para predecir los efectos de algunas políticas, o hacer frente a los desafíos más explícitos que implicará el envejecimiento demográfico sobre el sistema de pensiones, serán algunos de los temas de mayor atención. Mientras, en el ámbito científico, además de suministrar fórmulas, procedimientos y saberes al terreno de la economía productiva y la vida en sociedad, sus descubrimientos en la ciencia de frontera del conocimiento ampliarán el abanico de soluciones desde áreas como la física, la química o la geología. En todo ello, el avance y mejora de los sistemas de educación determinará buena parte de nuestro éxito para enfrentar los futuros interrogantes.

Las educadoras y educadores físico deportivos se aproximan a un futuro en el que la práctica físico-deportiva es y será un pilar fundamental para la sostenibilidad de la salud de la ciudadanía. Esta profesión juega un papel fundamental, en primer lugar, como agente de salud temprano, a través de aquellas y aquellos que ejercen como docentes de Educación Física, inculcando hábitos saludables a la población infantil y adolescente. El esfuerzo de estas y estos profesionales no solo se centra en lo que se realiza en sus clases, sino que contribuye a un horizonte social con personas activas y con suficiente alfabetización motriz para llevar a cabo los diferentes retos físicos que se plantean en el día a día: desde la práctica de un deporte, hasta el hecho de transportar de forma segura las bolsas de la compra o caminar por diversas superficies minimizando el riesgo de lesión.

Una profesión más presente en lo cotidiano Con una población cada vez más inactiva y sedentaria, y con más comorbilidades para las que se ha demostrado que el ejercicio físico es beneficioso, la Educación Física y Deportiva se torna imprescindible. De hecho, la Educación Física que se institucionaliza como materia en el sistema educativo, también encuentra su continuum en el ejercicio profesional de las educadoras y educadores físico deportivos que trabajan en el ámbito de la salud, planificando e implementando programas de ejercicio físico como herramienta coadyuvante a los tratamientos de carácter sanitario en personas con patologías olesiones; o en el ámbito del rendimiento, llevando a cabo la preparación física de deportistas o trabajadores para optimizar su condición física, sus competencias motrices y sus capacidades coordinativas para la competición o situaciones laborales de exigencia física.

Las educadoras y educadores físico deportivos son los profesionales del sector de la educación física, la actividad física y el deporte con mayor nivel de cualificación, pero no son los únicos. Esto significa que también son quienes se encargan de la dirección científico-técnica de los servicios, además de la intervención directa en aquellos con mayor complejidad y necesidad de conocimientos, capacidades y responsabilidades, como los mencionados anteriormente (docencia de la Educación Física, ejercicio físico orientado a la salud, preparación física).

Retos de futuro en el ámbito normativo Ahora bien, en el futuro próximo es totalmente necesario que en España se afronte una ordenación de estas y estos profesionales del deporte con diferente nivel de cualificación, porque sin una ley estatal, actualmente existe un problema para la ciudadanía en el que se están prestando servicios complejos, y que

comportan riesgo para la salud, por personas infracualificadas. En especial, esto es importante cuando se trata de poblaciones especiales o con factores de riesgo, a quienes cada vez se recomienda en mayor medida la actividad física. Ahora bien, países como Francia, Brasil, Canadá, Sudáfrica o Australia han asumido que, para afrontar el reto de las enfermedades no transmisibles, los profesionales del deporte con mayor cualificación, es decir, las educadoras y educadores físico deportivos, deben integrarse en el sistema sanitario. España debe mirar al futuro también con este objetivo.

Esta ley estatal ordenadora se hace cada vez más necesaria ante la ola digital, ya imparable, que ha convertido la venta de servicios virtuales de práctica físico-deportiva en tendencia, con un crecimiento exponencial, y que también necesitan de principios deontológicos sobre los que sustentarse. El marketing del 'todo vale', la distorsión de la imagen corporal sin valores ni evidencias científicas, es habitual en los perfiles de redes sociales de supuestos influencers que comercializan fitness.

Más y mejores servicios en el entorno digital Pero no solo es necesaria la intervención normativa para afrontar la definitiva regulación profesional del sector del deporte, sino que las educadoras y educadores físico deportivos deben estar preparados para ofrecer sus servicios en un entorno digital, ofreciendo una imagen profesional, y empleando plataformas online que favorezcan la práctica físico-deportiva a sus clientes, deportistas y alumnado. Esto también significa que sepan aprovechar todas las nuevas tecnologías que facilitan una cada vez más precisa evaluación de la condición física, para poder adaptar la dosis de ejercicio físico de una manera más milimétrica.

Por otra parte, el futuro próximo de la Educación Física y Deportiva no solo pasa por su reconocimiento como agente esencial en el fomento de los hábitos saludables, especialmente de los estilos de vida activos, y por el uso y aprovechamiento de la tecnología, sino también por moldear ciertas actividades profesionales a los nuevos requerimientos sociales: asesorando en la elaboración y puesta en marcha de ciudades y municipios activos, llevando la preparación física de jugadores de e-sport, o incluso analizando los datos (big data) de deportistas y equipos para que las y los profesionales del entrenamiento deportivo y la preparación física puedan saber cómo obtener ventajas sobre los rivales.

En todo este proceso de transformación de las actividades profesionales, las corporaciones colegiales juegan un papel muy importante, ofertando un desarrollo profesional continuo que satisfaga las necesidades de la colegiación para que puedan prestar servicios de calidad, y también detectando las posibles afectaciones deontológicas en las nuevas relaciones que está promoviendo la nueva sociedad tecnológica.

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Profesiones: Horizonte 2050 Profesiones: Horizonte

La química, una profesión esencial para construir el futuro

El futuro de nuestra sociedad, su progreso, su prosperidad, su avance, su crecimiento debe asentarse en profesiones como la química; una actividad versátil, con una

in finita capacidad de adaptación a las circunstancias y de asumir retos constantes. Disciplina en permanente cambio, v iva y dinámica pues debe prepararse cada día para afrontar nuevas realidades. Sus p rofesionales son conscientes d e que desarrollan su actividad en un entorno exigente que r equiere formación y preparación continua para asumir r etos permanentes.

Conectar realidad y conocimiento

La profesión química es un a actividad científico-técnica y esta característica le imprime un protagonismo relevante en la construcción de nuestra sociedad, con la vista puesta en el horizonte 2050 de las profesiones. ¿Por qué? Por ser u na profesión que aúna y conecta talento con realidad. Se d esarrolla en el ámbito, a veces intangible, de la ciencia, d e la innovación, de la investigación y, al mismo tiempo, su hábitat está en el entorno tangible de la técnica, la práctica, la empresa o de las necesidades de la sociedad. La química, por sí sola, es una profesión, una actividad que tiene una clara vocación d e transferencia del talento hacia el mundo de la iniciativa, hacia un ecosistema empresarial g enerador de riqueza y basado en la innovación constante. Vivimos una época de profundos cambios, acelerados por el impacto de la pandemia de la COVID-19. Durante estos meses de pandemia, la profesión química demostró su cap acidad de adaptación y de servicio. Sus profesionales han estado y están en primera línea, al considerarse ésta una p ro fesión intrínsecamente unida a la salud de las perso nas. Ahí están, a modo de ejemplo, los miles de químicos que d esarrollan su actividad en especialidades hospitalarias como análisis clínicos, bioquímica clínica, microbiología y parasitología, radiofarmacia, genética clínica. Y también d esempeñando su actividad en retaguardia, buscando y desarrollando nuevos fármacos.

La Agenda 2030 como hito fundamental

La química y sus profesionales son fund amentales para q u e con su ayuda consigamos culminar con éxito la Agend a 2 030 y que los Objetivos de Desarrollo Sostenible ( ODS), encargados de abordar esos grandes retos globales, sean una realidad. Esa hoja de ruta elaborada para alcanzar u n objetivo social común, un desarrollo global y humano sostenible, se conseguirá con ayuda de la química. Pues d ispone de los medios y los profesionales adecuados para p ro mover una agricultura sostenible y seguridad alimentaria; para garantizar la disponibilidad de agua y su sa -

2050, un horizonte no tan lejano

neamiento; para desarrollar energías asequibles, seguras, accesibles y sostenibles; para promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación; para crear ciudades resilientes y seguras; para garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles; para luchar contra el cambio climático; para conservar los océanos y sus recursos o para proteger y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres.

La química en la relocalización industrial

La pandemia impactó de lleno en la globalización. La falta de suministros básicos y de materias primas para nuestras empresas tiñe de números rojos algunos sectores de nuestra economía. Hoy la apuesta generalizada la capitaliza la producción Km 0. La química está posicionándose también en este nuevo escenario, donde la formación universitaria será fundamental para desarrollar nuevas iniciativas de cercanía, nuevos procesos de producción, nuevos productos que antes llegaban de terceros países. Nuestra sociedad demandará trabajadores con un elevado grado de especialización que garantice la competitividad de las empresas. La formación estática y encorsetada tiene los días contados y los planes de estudio de nuestras universidades deberán estar al servicio de un mercado laboral cada vez más exigente y especializado. Es preciso encajar oferta formativa y demanda empresarial, con un ecosistema empresarial cada vez más competitivo.

Acto profesional químico y bienestar futuro Ante la evidencia que demuestra el protagonismo de los químicos, la organización química colegial no está dispuesta a renunciar a derechos adquiridos con esfuerzo, a lo largo de los años y reconocidos por ley. Hoy la química es una profesión regulada reconocida en el anexo VIII del Real Decreto 1837/2008. Y deberá seguir siéndolo, porque el ámbito de actuación de sus profesionales está ligado a la necesaria protección de los intereses de la sociedad. Los químicos a través de su actividad profesional, garantizan y velan por la seguridad de las personas, la salud y el medio ambiente. Y lo seguirán haciendo, pese a quien pese. El Consejo General de Colegios Oficiales de Químicos tiene muchos objetivos pero sólo una gran misión: defender la profesión química y a consumidores y usuarios, controlando y vigilando la buena praxis de sus profesionales, como garantía de los servicios que prestan. Es la corporación colegial quien avala que están en manos de profesionales altamente cualificados para el ejercicio de sus funciones. Condición fundamental y prioritaria, pues trabajamos en beneficio del bienestar de la sociedad, destinataria final del acto profesional químico.

Hace tan solo unos días (esa es la sensación que tengo) hablábamos del año 2020 como si faltaran décadas para llegar a él. Pero llegó y pasó y nos obligó a trasladar a 2030 los objetivos no cumplidos en nuestras agendas.

La subjetividad del paso del tiempo no es algo que vayamos a descubrir ahora, pero el listado de cosas pendientes comienza a alargarse y a pesar en nuestro equipaje; y más cuando nos enfrentamos a retos, como el cambio climático, que no admiten un compás de espera.

Los científicos debaten si estamos todavía a tiempo de frenar las consecuencias del calentamiento global que, en forma de sequías, desastres naturales y climas cada vez más extremos, hemos tenido como aperitivo.

En lo que sí se muestran todos de acuerdo es en la cifra de dos grados centígrados que, como planeta, podemos permitirnos en cuanto a aumento de la temperatura si queremos conservar y habitar en un mundo tal y como lo conocemos.

Las previsiones del Gobierno de rehabilitar cerca de 1,2 millones de edificios para el año 2030, llegando a los 7 millones en 2050 nos parecen acertadas

Reducir el consumo de energía de los edificios

Con este panorama, desde el Consejo General de la Arquitectura

Técnica de España no dejamos de insistir en el papel crucial que tendrá la edificación en esta batalla que todas las profesiones vamos a librar en los próximos años.

No por conocidos, dejan de asustar los datos que revelan que los edificios consumen cerca del 40% de la energía total y son causantes de algo más del 35% de las emisiones de efecto invernadero. Si tenemos en cuenta que el 75% de los edificios se construyeron antes de la entrada en vigor de las primeras directivas europeas sobre eficiencia energética y el 80% de ellos, seguirá en pie en 2050, nos damos cuenta de la verdadera dimensión del reto al que nos enfrentamos.

Solo la rehabilitación, integral y con criterios de eficiencia energética (no hablamos de pequeñas reformas con criterios estéticos,

ni de otras rehabilitaciones importantes como las de dotar de accesibilidad a nuestros edificios) servirá para invertir este proceso y contribuir a la descarbonización de nuestro parque edificado, un auténtico despilfarrador de energía y contaminador incontrolado del aire que respiramos.

Desafíos crecientes en torno a la rehabilitación El camino no va a ser fácil e iremos superando dificultades como hemos hecho hasta ahora. La terrible crisis económica y de empleo que nuestro sector atravesó tras el estallido de la burbuja inmobiliaria o la más reciente pandemia de la covid-19, son solo dos ejemplos de ello.

A la vista ya tenemos incertidumbres que nos ocupan y preocupan pero que no nos hacen perder de vista nuestro verdadero objetivo. Los altos precios de la energía, la escasez de materias primas y de mano de obra especializada o los problemas de suministro son algunos de los escollos que deberemos enfrentar para consolidar un sector de la rehabilitación que dé respuesta a las necesidades sociales, económicas y medioambientales de los próximos años.

Fondos europeos y proyectos para el 2050 En la parte soleada del camino, encontramos importantes estímulos como la llegada de los fondos europeos para la recuperación que tienen en la transformación del parque edificado uno de sus objetivos fundamentales.

Las previsiones del Gobierno de rehabilitar cerca de 1,2 millones de edificios para el año 2030, llegando a los 7 millones en 2050 nos parecen acertadas, así como el presupuesto de 6.800 millones de euros que se destinará para lograrlo.

Nuestra profesión jugará un papel decisivo en esta apasionante andadura que hemos comenzado. Al igual que estamos aportando todos nuestros conocimientos y experiencia en aspectos puntuales como la Guía para elaborar el Libro del Edificio Existente, los diferentes estudios sobre las carencias de nuestro parque edificado en materia de calidad del aire interior y salubridad o la importancia de medir y cuantificar los consumos de energía y las emisiones contaminantes con nuestra Calculadora Energética, nos ponemos a disposición de la Administración y la sociedad para demostrar nuestro grado de compromiso y preparación para ser un eslabón fundamental en la cadena del proceso edificatorio.

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Profesiones: Horizonte

España 2050 y la gA: historia de la evolución

Me gustaría poder conocer lo que los Gestores Administrativos (gA) del siglo XVIII imaginarían que sería el futuro ante la primera Revolución Industrial. O como afrontaron los gA del siglo XIX la Segunda Revolución Industrial.

Me atrevo a asegurar que por sus cabezas pasaron ideas parecidas a las que hoy recorren los cerebros de los actuales gestores administrativos. Y me atrevo a afirmar q ue l a única diferencia entre ambos eventos son los elementos centrales que motivaron cada revolución.

Ahora nos planteamos como queremos que sea España en el 2050, y estoy seguro que a nuestro colectivo el futuro le provoca las mismas incertidumbres que surgían dos o tres siglos atrás. Solo cambian los medios. Porque lo que hoy consideramos un vuelco sin parangón por los fuertes avances tecnológicos, estoy convencido que generaban el mismo vértigo. La máquina de vapor o el fuerte desarrollo ferroviario, por ejemplo, son vistos ahora como pequeños pasos comparados con los que estamos dando, pero pónganse ustedes en los zapatos de los ciudadanos de aquella época.

Nuevo paradigma: medioambiente e igualdad

No es nuevo, por tanto, la transformación social provocada por determinados cambios de paradigma. La preocupación por el medioambiente es uno de ellos. Y eso supone que destinemos nuestros esfuerzos a cuidar el planeta; ya no vale todo, si no que hay que avanzar con una importante restricción que respetar. La preocupación por la igualdad es otro. Estos cambios son los que van a establecer las líneas rojas para establecer el país que queremos en el 2050 y, en consecuencia, nos van a requerir que los esfuerzos se dirijan de una manera determinada.

Este proceso está cambiando el skyline de las profesiones. Aparecen nuevas profesiones y otras deben transformarse profundamente. Y no hay que tener miedo a afrontar lo que viene. Cada profesión, cada consejo general y cada colegio debe realizar su propio análisis España 2050. Qué pueden hacer por nuestro país, cuál debe ser su reset, qué papel debe alcanzar para cumplir los objetivos establecidos en ese documento.

Vanguardia y anticipación

Los gestores administrativos llevamos haciendo esa adaptación desde siempre. Somos el enlace natural entre la administración y el ciudadano. Y esa relación seguirá existiendo. En los últimos años hemos sido capaces de anticiparnos a los procesos de digitalización, hemos contribuido con los negocios para que cumplan con los requisitos de igualdad que los Gobiernos establecen. Hemos facilitado los procesos de prevención de blanqueo de capitales o de riesgos laborales. Ayu-

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La profesión médica y la transformación digital, claves para una sociedad más longeva

daremos a cumplir con los requisitos ‘verdes’. Esa es nuestra especialidad, y seguirá siéndolo. Nuestro reto no es adaptarnos a las nuevas relaciones entre los ciudadanos y las administraciones. Nuestro reto es estar al día de las normativas y de las tecnologías, de los nuevos procesos, de las nuevas herramientas. Y desde el consejo general y desde los diferentes colegios llevamos años observando los cambios en nuestro entorno, adaptando nuestros procesos y construyendo los procesos de formación necesarios para que nuestros colegiados estén al día.

Cambios ante las criptomendas y el blockchain No queremos ser sujetos pasivos en este proceso, reaccionando a los cambios. Los gestores administrativos queremos ser agentes del propio cambio. Lo estamos haciendo. En lo que afecta a nuestro círculo de actividad y colaborando con otras profesiones a las que podamos aportar nuestro conocimiento y experiencia. Hay elementos que están cambiando ya. Mucho se habla de la fiscalidad de las criptomonedas, o cómo el blockchain está cambiando o va a cambiar el archivo de información o la formalización de las operaciones, donde los fedatarios públicos pueden ver un cambio radical en su actividad.

Algunos tendrán que cambiar radicalmente, otros deberán simplemente adaptarse, pero entre todos debemos ser capaces de adaptar nuestras profesiones al nuevo mundo que ya ha llegado y al que está por llegar. Lo que debemos demostrar a nuestra sociedad es que no nos agarramos a la silla, que somos modernos, innovadores y creativos y que nos preocupa más el bien común que nuestro propio ombligo.

España es el país con la mayor esperanza de vida de la UE y el tercero del mundo, solo por detrás de Suiza y Japón, un logro atribuible a muchos factores, entre los que destacan los avances médicos, pero que plantea nuevos desafíos a los profesionales y a los sistemas sanitarios. Un sistema de salud podría prestar servicios a más personas y de más edad, pero no más enfermas. Lo que determina el uso de los recursos sanitarios no es el número de años que ha vivido una persona, sino el grado de salud del que goza.

Hacia la medicina de las 5P y One health

Los sistemas de salud y la medicina están obligados, por tanto, a cambiar de visión, dejando atrás el modelo reactivo actual, muy enfocado hacia la enfermedad aguda, e implementar definitivamente l a m edicina d e las 5P (preventiva, predictiva, de precisión, personalizada y participativa) para lograr los mejores resultados de salud de la población, especialmente durante la senectud y, así, contribuir a la sostenibilidad del sistema.

La transformación digital en medicina es una herramienta clave para este esperado cambio. El uso masivo de datos y los sistemas de Inteligencia Artificial, la robótica o los wearables permitirán el desarrollo de esta medicina mucho más personalizada, predictiva y efectiva, especialmente en áreas como la oncológica y virar hacia ese nuevo modelo centrado en la salud de las personas y su entorno, sustentado en un sólido primer nivel asistencial que integre la medicina familiar y comunitaria con la atención sociosanitaria y domiciliaria, y con una estrategia de salud pública común basada en el concepto One health que nos permita preparar la respuesta adecuada a nuevas pandemias que sin duda surgirán ya que el cambio climático es la mayor amenaza contra la salud en las próximas décadas. Los médicos tenemos la importante misión de sensibilizar a los ciudadanos para combatirlo y ser ejemplarizantes tomando una postura proactiva en la descarbonización de la sanidad y en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En esta misión las tecnologías serán nuestro gran aliado.

Avances tecnológicos y atención digital

Después de los millones de teleconsultas realizadas durante la pandemia hemos tomado plena conciencia de lo que supone la transformación digital en el ejercicio de nuestra profesión. Cambiará sustancialmente y debemos ocuparnos de progresar en la accesibilidad e interoperabilidad de la información, en delimitar las indicaciones de la atención digital —muchos

contextos clínicos seguirán gestionándose inevitablemente de forma presencial— y en garantizar los mismos niveles de seguridad y calidad, sino superiores, de la atención médica clásica.

Las tecnologías deben ser confiables y creadas en plena sintonía con los técnicos e ingenieros, incluso harán falta nuevos perfiles profesionales con competencias mixtas. Todos los médicos debemos adquirir competencias digitales y ser los garantes de que esta nueva forma de relación médico-paciente no suponga una pérdida de los valores y el profesionalismo que caracterizan nuestra profesión.

Colegios profesionales, fuente de confianza Para obtener esta confianza, el CGCOM considera imprescindible un marco regulatorio para las plataformas de salud y exige la garantía de la identidad del profesional, su estado de habilitación para el ejercicio profesional y la autenticidad de los actos médicos que se generen en este entorno digital. El papel de los colegios profesionales será ejercer de fuente de confianza de los datos y de los contenidos. Incluso que los actos médicos tengan un reconocimiento jurídico y transfronterizo a través de una cartera digital europea que permita recibir, compartir credenciales y certificaciones de atributos de la condición de médico en cualquier parte de Europa. Desde la profesión medica estamos convencidos de nuestro insustituible papel y el de las nuevas tecnologías como piezas claves para construir un nuevo modelo sanitario sin barreras que fortalezca el bienestar y la justicia social en España.

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Profesiones: Horizonte

La ingeniería, pilar para el desarrollo sostenible del futuro

Hablar del año 2050 como un horizonte cierto resulta solo concebible en el ámbito temporal, que además llegará, antes de que nos queramos dar cuenta, pero poder prever cual será la situación de la humanidad para esta mitad de siglo, resulta cuanto menos un tanto osado. Y es que el ritmo vertiginoso de los acontecimientos y de la evolución tecnológica, nos puede llevar a pensar que todo será muy diferente a lo que concebimos o podemos intuir que será.

Cualquiera de las innovaciones que se están estudiando y desarrollando lo pueden cambiar todo, y marcar una nueva era, y no hablo solo de todo lo que tiene que ver con la digitalización e inteligencia artificial, que sin duda lo están haciendo ya, sino que me refiero además a lo esencial para la vida, es decir agua y energía, que siguen siendo el eje sobre el que pivota el desarrollo de las sociedades. Y son quizás, estos últimos, los grandes retos que tiene nuestra profesión, en particular, y la ingeniería, en general, por lo que podemos entender que estará claramente condicionada por todo aquello que seamos capaces de desarrollar e implementar con éxito, pero partiendo siempre de los objetivos de sostenibilidad que nos hemos marcado.

Debemos prepararnos para utilizar con éxito todas las nuevas tecnologías a nuestro alcance, y ello nos convierte en una profesión donde resulta 'obligatoria' la formación continua y continuada en el tiempo

Adaptar la deontología y el ejercicio

Por tanto, lo único que tenemos claro como profesión, h o y por hoy, es nuestra misión y la necesidad de estar p r eparados, lo cual, y sinceramente creo, es lo más imp o rtante, porque sabiendo donde queremos llegar y lo q u e necesitamos, será mucho más fácil encontrar el camino hacia el objetivo.

Dicho todo lo anterior, que puede resultar abstracto y quizás hasta un poco filosófico, lo que es evidente es que debemos prepararnos para utilizar con éxito todas las n u evas tecnologías a nuestro alcance, y ello nos convierte en una profesión donde resulta 'obligatoria' la formación continua y continuada en el tiempo, sin olvidarnos d e adaptar la deontología y la práctica profesional a los n u evos tiempos, labor que será imprescindible abordar

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La educación en 2050

Decano del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Cataluña

por los colegios profesionales. Y esto es así porque las profesiones en general estamos al servicio de la sociedad, y tenemos la misión de ofrecer los servicios que necesitan, y no cabe duda de que estos están cambiando.

Pero además, debemos ser capaces de ofrecer una mejor calidad de vida para todos, ofreciendo a su vez soluciones que nos permitan conciliar trabajo, familia y ocio, alargar nuestra esperanza de vida, y contribuir al progreso de las generaciones que nos siguen.

Nuestra profesión está presente en la práctica totalidad de los ámbitos de la sociedad (industrial, energía, sanitaria, residencial, urbana, agua, residuos, etc…), y tenemos como misión la de mejorar, solucionar y crear nuevos modelos más eficientes y adaptados

Favorecer el progreso de la sociedad

Nuestra profesión está presente en la práctica totalidad de los ámbitos de la sociedad (industrial, energía, sanitaria, residencial, urbana, agua, residuos, etc…), y tenemos como misión la de mejorar, solucionar y crear nuevos modelos más eficientes y adaptados a los nuevos requerimientos.

Sinceramente creo, que en estos momentos la ingeniería, en su conjunto, es una profesión imprescindible, de la que depende en gran medida el progreso de la sociedad, y por tanto presenta un futuro prometedor, pero a su vez, requiere de un cambio de modelo, menos rígido y más competitivo, que permita poner en valor y proyectar la preparación individual sin límites ni barreras mas allá de las del conocimiento. Y es ahí, donde los colegios debemos asumir un papel protagonista dotándonos de instrumentos que permitan esa evolución con el mismo nivel de garantías y seguridad que venimos ofreciendo. No podemos permanecer estáticos en una sociedad dinámica, y tenemos la obligación de impulsar, generar y trasladar ese desarrollo a nuestra sociedad, desde una óptica profesional, pragmática y rigurosa, que transmita la certidumbre y la seguridad en el futuro que todos necesitamos.

La sociedad del año 2050 será aquella que seamos capaces de construir, y si no queremos fracasar, debemos mejorar y mucho el presente.

La idea surge de la inquietante coyuntura geopolítica actual que acelera los continuos cambios a los que se enfrenta nuestra civilización y nuestro modus vivendi. Ante los continuos cambios, todos hablamos del futuro. Pero eso ya empezó, al menos, con el cambio de siglo, que muy bien podría ser conocido en el futuro como el siglo de Internet.

Una primera reflexión: “Tengo la percepción de que desde que estrenamos el siglo XXI nos hemos obsesionado por el futuro, hemos descartado el presente y sobre todo hemos olvidado demasiado deprisa el pasado”.

Cinco paradigmas fundamentales

Poniendo el punto de mira en el ámbito de la formación docente, la sociedad a la cual servimos tiene, como mínimo, a nuestro entender cinco paradigmas fundamentales en cuanto a la orientación profesional:

I. La tecnología: los cambios tecnológicos como impulsores de la innovación en todos los campos, pero también como factores que pueden complicar las relaciones sociales.

II. La entropía: el aumento de la complejidad social en todos los ámbitos.

III. La política: la incursión y auge de "nuevos" valores como preocupación por el medio ambiente, búsqueda de otras igualdades, la sociedad multicultural, el respeto por las minorías, etc.

IV. La velocidad: la provisionalidad de una sociedad líquida, la inmediatez y la caducidad.

V. La interconexión: la comunicación de todos con todo. Las transformaciones profundas en el mercado laboral se producirán, poco o mucho, en todas las áreas que ya ahora se ven empujadas progresivamente a introducir parámetros de respeto al medio ambiente, protocolos que garanticen la vigilancia sobre temas de igualdad, por ejemplo, sin descuidar que las profesiones del futuro están en realidad por descubrir.

Habilidades, tecnologías y colegios profesionales

Por eso también se propone centrarnos en otros objetivos a mejorar y potenciar como las habilidades, siendo la primera de ellas ofrecer sólidas y múltiples bases de conocimiento, con rigor y con profundidad en todos los campos de la cultura para formar personas con visiones holísticas, amplitud de mente y pensamiento crítico fundamentado. La segunda habilidad sería la capacitación en las estrategias de aprendizaje, acostumbradas a hacer uso de la metacognición para posibilitar que las personas sigan aprendiendo a lo largo de la vida. La tercera abarcaría todo un conjunto de hábitos y

destrezas que les permitan fortalecerse emocionalmente para asumir cambios y afrontar retos y dificultades cambiantes. La cuarta habilidad sería el dominio de la lengua propia y de cuántas más lenguas sea posible, para favorecer los procesos de comprensión y expresión que necesita un mundo en que la comunicación será un pilar fundamental y porque el aprendizaje de las lenguas estructura el pensamiento. Y la quinta, la que permita asumir los valores de una ética más social y comprometida en mejorar la sociedad y el mundo. Las tecnologías deben estar presentes, como formación instrumental, en todas las etapas y áreas de aprendizaje, pero hay que focalizar cuatro aspectos clave, como la formación de usuario, que permita realizar un uso aplicado a las tareas profesionales de cada sector; la vigilancia activa, para que no se caiga en la sustitución de las capacidades y procesos cognitivos propios del ser humano por las tecnologías; la ética en el uso de las tecnologías, en todos los sentidos: uso fraudulento de datos o de información, suplantaciones, etc.; y la salud (posibles adicciones, control postural, hábitos saludables, etc.).

El ejercicio de la docencia requiere capacidades, habilidades, conocimiento y compromiso —también ético— con la educación (con la profesión, con el alumnado, con el conocimiento y con la sociedad)

En este contexto, los colegios profesionales deberán afrontar dos funciones prioritarias. La primera, orientar en la toma de decisiones sobre cómo tienen que formarse los niños y los jóvenes, con relación al aprendizaje de cada campo y, también los adultos. La segunda, estructurar, ofrecer e impulsar los procesos de formación inicial y permanente. Sin olvidar promover el ejercicio de la profesión docente dentro del marco deontológico, eje estructural de cualquier profesión. El ejercicio de la docencia requiere capacidades, habilidades, conocimiento y compromiso —también ético— con la educación (con la profesión, con el alumnado, con el conocimiento y con la sociedad). Y entonces nos quedan otras grandes preguntas: ¿y todo eso se enseña o se aprende? Si se aprende, ¿dónde y cómo se aprende? Y si se enseña, ¿cómo se enseña? Quizá lo más importante en la vida es aquello que no se puede enseñar. Estamos hablando de la actitud ante la vida, de cosas que van mucho más allá de los conocimientos y las capacidades. Y no hablamos de valores, sino de la capacidad de poner en funcionamiento los valores, es decir, de implementarlos activamente con las actitudes.

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