Dracmas 06

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CONTENIDO 1

Editorial. Un lugar donde encontrar respuestas Mtra. Greisy De Gracia de Murillo

2

Desde la rectoría. ¿Una inversión? ¡Una visión! Prof. Ismael Castillo Osuna

3

Vida estudiantil. “La educación cristiana, inversión que trasciende” Mtro. Ekel Collins Domato

5

Éxito académico. Un plan de estudios que hace de la educación cristiana, una inversión que trasciende Dra. Raquel Bouvet de Korniejczuk

8

Financiamiento. ¿Vale lo que cuesta la educación adventista C. P. Benjamín Lázaro Carballo

10

Padres ricos en fe. Patriarca con visión trascendente Entrevista

12

¡Ven y cuéntanos!. La pasión y el servicio que nos une Foto conmemorativa del 65 aniversario UM

RESIDENCIAS ESTUDIANTILES Apartado 16 Av. Libertad 1300 Pte. Montemorelos, N. L. México 67530 Tel. (826) 263-0928 Fax (826) 263-0901 www.um.edu.mx padres@um.edu.mx

Ismael Castillo Osuna Rector Raquel Bouvet de Korniejczuk Vicerrectora Académica Benjamín Lázaro Carballo Vicerrector Financiero Ekel Collins Domato Vicerrector Estudiantil Rubén Meza Rodríguez Vicerrector Administrativo

14

Padres ricos en fe. Continuación patriarca con visión trascendente

16

Profesión de fe. ¿A quién elijo servir? Ptr. Arnulfo Pimentel

18

Preparación profesional. ¿Cómo le serviré? Ptr. Abner Hernández

Asistente Mirella Hernández C.

21

Compañero de la vida. ¿Con quién le serviré? Lic. Thelma Mirolo

Diseño Abimelec Olán Acosta

23

Lugar de servicio. ¿Dónde le serviré? Ptr. Victor Figueroa

Fotografía Abimelec Olán Acosta Pulso estudiantil

Dirección Editorial Greisy De Gracia de Murillo Bienestar Estudiantil

Revisión José Antonio Rubí Dracmas, monedas griegas de plata a las que se refirió Jesús en la parábola registrada en Lucas 15:8, 9, objeto de gran valor para la mujer allí mencionada, pues era su dote. En sentido figurado, representa a los hijos. DRACMAS, revista semestral para padres y tutores de alumnos de la Universidad de Montemorelos con el fin de informar, inspirar y comprometer en la tarea de preparar para esta vida y la venidera al invaluable tesoro que son los hijos.

Las residencias estudiantiles son un hogar lejos del hogar. Dan la oportunidad de hacer amistades duraderas con jóvenes creyentes de otros países y estados de México. Ofrecen un ambiente seguro para el alumno y una tranquilidad para sus padres, además que permiten la cercanía de todos los otros servicios universitarios sin demora ni traslados.


CONTENIDO 1

Editorial. Un lugar donde encontrar respuestas Mtra. Greisy De Gracia de Murillo

2

Desde la rectoría. ¿Una inversión? ¡Una visión! Prof. Ismael Castillo Osuna

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Vida estudiantil. “La educación cristiana, inversión que trasciende” Mtro. Ekel Collins Domato

5

Éxito académico. Un plan de estudios que hace de la educación cristiana, una inversión que trasciende Dra. Raquel Bouvet de Korniejczuk

8

Financiamiento. ¿Vale lo que cuesta la educación adventista C. P. Benjamín Lázaro Carballo

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Padres ricos en fe. Patriarca con visión trascendente Entrevista

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¡Ven y cuéntanos!. La pasión y el servicio que nos une Foto conmemorativa del 65 aniversario UM

RESIDENCIAS ESTUDIANTILES Apartado 16 Av. Libertad 1300 Pte. Montemorelos, N. L. México 67530 Tel. (826) 263-0928 Fax (826) 263-0901 www.um.edu.mx padres@um.edu.mx

Ismael Castillo Osuna Rector Raquel Bouvet de Korniejczuk Vicerrectora Académica Benjamín Lázaro Carballo Vicerrector Financiero Ekel Collins Domato Vicerrector Estudiantil Rubén Meza Rodríguez Vicerrector Administrativo

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Padres ricos en fe. Continuación patriarca con visión trascendente

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Profesión de fe. ¿A quién elijo servir? Ptr. Arnulfo Pimentel

18

Preparación profesional. ¿Cómo le serviré? Ptr. Abner Hernández

Asistente Mirella Hernández C.

21

Compañero de la vida. ¿Con quién le serviré? Lic. Thelma Mirolo

Diseño Abimelec Olán Acosta

23

Lugar de servicio. ¿Dónde le serviré? Ptr. Victor Figueroa

Fotografía Abimelec Olán Acosta Pulso estudiantil

Dirección Editorial Greisy De Gracia de Murillo Bienestar Estudiantil

Revisión José Antonio Rubí Dracmas, monedas griegas de plata a las que se refirió Jesús en la parábola registrada en Lucas 15:8, 9, objeto de gran valor para la mujer allí mencionada, pues era su dote. En sentido figurado, representa a los hijos. DRACMAS, revista semestral para padres y tutores de alumnos de la Universidad de Montemorelos con el fin de informar, inspirar y comprometer en la tarea de preparar para esta vida y la venidera al invaluable tesoro que son los hijos.

Las residencias estudiantiles son un hogar lejos del hogar. Dan la oportunidad de hacer amistades duraderas con jóvenes creyentes de otros países y estados de México. Ofrecen un ambiente seguro para el alumno y una tranquilidad para sus padres, además que permiten la cercanía de todos los otros servicios universitarios sin demora ni traslados.


EDITORIAL Un lugar donde encontrar respuestas La sexta revista para padres ricos en fe “Dracmas”, mediante su contenido abordado por los administradores de la universidad y personal de esta comunidad universitaria, una comunidad de creyentes en el segundo advenimiento glorioso de Jesucristo, trae a consideración cuatro preguntas existenciales que le dan razón a la educación cristiana de sustentar que ella es una inversión que trasciende. No hay puntos intermedios, por eso Jesús declaró contundentemente: “Ninguno puede servir a dos señores...” “El que no está conmigo, está contra mí. El que conmigo no junta, desparrama.” Entonces… ¿A cuál señor elijo servir? Pablo, habiendo sido escogido por Dios y capacitado como instrumento para una misión particular, aclara que “a cada uno le es dada manifestación del Espíritu para el bien común.” Entonces… ¿Cómo le he de servir? “¿Andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?”, inquiere el profeta Amós para advertir la importancia de elegir como compañero o compañera de la vida a quien comparta el mismo Señor y la visión de servicio. Entonces… ¿Con quién le serviré? Y finalmente, el Señor de la viña a quien elegimos servir, encomienda a

sus discípulos actuales: “Id a todas las naciones, haced discípulos…” Entonces… ¿A dónde iré a servirle?

¿A quién le sirvo? A la edad de 12 años manifesté públicamente que serviría solo a Dios.

Por lo antes dicho, como un caso muy especial, en este espacio queremos agradecer a Dios por los tres años que contamos con los servicios de una joven cristiana líder, Mirella Hernández Colmenares, egresada de nuestra carrera de Psicología Educativa y actualmente en la fase final de la maestría en Educación. También a sus padres Isaías Hernández Vargas y María Colmenares de Hernández, originarios de Xochiltepec, Veracruz, por inculcar tan altos valores espirituales y morales en ella y por su visión para invertir en la educación cristiana.

¿Cómo le sirvo? Me preparé en colegios cristianos para servir en colegios cristianos como educadora. ¿Con quién le sirvo? Desde 1974 me uní en matrimonio con el pastor Abraham Murillo con quien comparto la pasión de servir. ¿Dónde le sirvo? Por más de tres décadas hemos servido en México, tanto en el ministerio como en el magisterio. Los últimos siete años, en la Dirección de Bienestar Estudiantil de la UM.

Gracias, Mirella, por tu apoyo sin reserva como asistente para la revista Dracmas y las otras áreas de Bienestar Estudiantil. Nos alegra que seas creyente de tercera generación, que Dios te haya dado dones y guiado a prepararte profesionalmente aquí para servirle bien. Celebramos que hayas elegido como esposo al psicopedagogo Jonás Armenta, un joven tan extraordinario como tú, con el mismo temple e ideales. Dios los bendiga y les abra el camino donde no solo sean felices, sino también útiles. ¡Dichoso el campo de trabajo que les invite a trabajar para el Señor! Apreciado lector, gracias por considerar nuestros mensajes y más aún, por compartirlos.

Mtra.Greisy de Murillo Panamá, Atención a Padres 1


DESDE LA RECTORÍA ¿Una inversión? ¡Una visión!

Había pasado apenas el día del aniversario de la independencia de México en el mes de septiembre de 1965. Era el día para enfilar hacia Montemorelos… era mi turno, como parte de una larga fila de hermanos cuya madre tenía una clara visión de la educación adventista. Mi madre no estaba en calidad de “inversionista”, sino motivada por una gran visión… ¡Ilimitada! ¡Eterna! La inversión que se hace en la educación adventista es, como todo lo relacionado a nuestra redención, un camino de fe. Al enviarnos al colegio adventista mi madre podía “demostrar cosas que no se veían” (Heb. 11:1). Es la misma fe con la que los padres se encaminan con sus niños en brazos a las plataformas de las iglesias para dedicarlos al Señor. Es la misma fe con la que los padres encaminan luego a sus hijos a las aulas de las divisiones infantiles… y los domingos a las reuniones de los clubes de “Aventureros” y “Conquistadores”. Es la misma fe con la cual aceptamos los privilegios de nuestra mayordomía, en relación con la

dedicación de nuestro tiempo, nuestras facultades y nuestros recursos. El enviar a nuestros hijos a las universidades adventistas implica en todo sentido un camino de fe. En el modelo educativo, en los profesores, en el personal de apoyo, en su programa espiritual y disciplinario. Especialmente implica un camino de fe en cuanto a la inversión de recursos financieros para el pago de colegiaturas. Un camino de fe para que se despierte en nuestros hijos el espíritu emprendedor y se abran las puertas profesionales a través de programas de autofinanciamiento. Aquel día de septiembre de 1965, mi madre completó con monedas (que recogió de diversos “escondites” en los que acostumbraba guardar los “cambios”) el costo de mi pasaje. ¡Todo lo que tenía!

¿A quién le sirvo? A Dios. ¿Cómo le sirvo? Abriendo oportunidades para que los jóvenes de escasos recursos encuentren en su preparación profesional una misión de servicio abnegado. ¿Con quién le sirvo? Con mi familia cercana y con mi familia extendida en las personas de mis compañeros de trabajo. El énfasis es que somos una gran familia. ¿Dónde le sirvo? Donde Dios me llame. Por ahora no tengo el horizonte nada que me atraiga fuera de la Universidad de Montemorelos, lugar donde tengo concentradas todas mis energías y esperanzas.

¡Qué fe! ¡Qué visión!... Y dice ella que es la mejor inversión de su vida.

Prof. Ismael Castillo O. México, Rector


VIDA ESTUDIANTIL “La educación cristiana, inversión que trasciende” “Muchas preguntas importantes sobre la educación superior se relacionan con su costo”, dice un estudio de la Secretaría de Educación de los Estados Unidos de Norteamérica. “¿Será una buena inversión para los estudiantes? ¿Estará al alcance de estudiantes provenientes de familias de ingresos medios? ¿Estará al alcance de estudiantes de familias de escasos recursos? ¿Estará bien el precio por lo que se recibe en la educación superior? ¿Cómo se comparte el costo de la educación superior entre estudiantes, sus padres y el gobierno?” (Alsalam, p. 1, 1996). Frente a la tendencia de la alza en los costos de la educación superior, se hace fácil cuestionar si realmente vale lo que cuesta. Cuando los costos de las instituciones privadas se comparan con los de las instituciones públicas, se agudiza la preocupación. La pregunta persiste, ¿realmente vale lo que cuesta? En las instituciones cristianas de educación superior, más que cubrir un costo, los padres y estudiantes hacen una inversión para la vida que trasciende el presente y se proyecta hacia el futuro. La educación “significa más que la prosecución de un determinado curso de estudio. . . Abarca todo el ser, y todo el período de la

existencia accesible al hombre. . . Prepara al estudiante para el gozo de servir en este mundo, y para un gozo superior proporcionado por un servicio más amplio en el mundo venidero” (White, La educación, p. 11). En la Universidad de Montemorelos—como parte de una educación trascendente—, todo estudiante tiene la oportunidad de responder a varias preguntas básicas que, entre otras, encierran su cosmovisión. “Una cosmovisión se constituye de varias presuposiciones básicas, bastante consistentes entre sí, en las que se cree conscientemente, y que en general, son ciertas. Generalmente [las suposiciones] no se cuestionan ni se habla de ellas entre amigos y sólo las recordamos cuando algún extranjero de nuestro universo ideológico las pone a prueba” (Sire, p. 17).

¿Cuál es la realidad primaria: lo que es verdaderamente real? ¿Cuál es la naturaleza de la realidad externa, es decir, el mundo que nos rodea? ¿Qué es un ser humano? ¿Qué le sucede al ser humano cuando muere? (Sire) ¿A quién voy a servir? ¿Cómo prepararme para servir? ¿Con quién haré pareja para servir? ¿A dónde iré a servir? Arthur Holmes, en su libro “The Idea of a Christian College” [La idea de una universidad cristiana] sugiere algunas cualidades de la educación trascendente recibida por el profesional cristiano. En primer lugar menciona las “virtudes cristianas” que comprenden un compromiso inamovible con Dios y su propósito para nuestra vida. En segundo lugar, virtudes morales, que incluyen cualidades del carácter como amor, imparcialidad y valor para mantenernos en nuestras

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¿A quién le sirvo? En primera instancia a Dios; a la Iglesia, a la sociedad en general y a cada joven y señorita que estudia en nuestra institución. ¿Cómo le sirvo? Proveyendo actividades y espacios protegidos en los que los jóvenes y señoritas puedan crecer profesionalmente y desarrollar su potencial al máximo.

convicciones. Pero es con la tercera clase que “alcanzamos una distinción de la educación, cualidades de la mente. . . amplitud de entendimiento, apertura a ideas nuevas, honestidad intelectual sobre la óptica de los demás. . . habilidad analítica y crítica, no sólo destrezas verbales y el poder de comunicación, sino gracia y elocuencia para su expresión” (pp. 102, 103). “La obra de la verdadera educación consiste en . . . educar a los jóvenes para que sean pensadores y no meros reflectores de los pensamientos de otros hombres. . . . Deben ser dirigidos a las fuentes de la verdad, a los vastos campos abiertos a la investigación en la naturaleza y en la revelación. Contemplen las grandes realidades del deber y del destino, y la mente se expandirá y robustecerá. En vez de jóvenes educados, pero débiles, las instituciones del saber debieran

producir hombres [y mujeres] fuertes para pensar y obrar, hombres [y mujeres] que sean amos y no esclavos de las circunstancias, hombres [y mujeres] que posean amplitud de mente, claridad de pensamiento y valor para defender sus convicciones” (White, p. 15). Este tipo de educación cristiana bien vale la inversión de todo el esfuerzo, el tiempo, la fe y los medios económicos del hogar, la escuela, y la iglesia, para que su trascendencia resplandezca por la eternidad.

Alsalam, Nabeel “The Cost of Higher Education”. U.S. Department of Education, (March, 1996). Holmes, Arthur F. The Idea of a Christian Education, Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1997. White, Elena G. La educación, Mountain View, CA: Pacific Press Publishing Association 1974.

¿Con quién le sirvo? Con un grupo excelente de compañeros, hombres y mujeres comprometidos con la educación cristiana, y con un grupo de jóvenes y señoritas igualmente comprometidos, que desarrollan su liderazgo en favor de sus compañeros. ¿Dónde le sirvo? Primordialmente en la Universidad de Montemorelos y por la influencia que se logre dejar en la vida de los jóvenes, en cada lugar adónde ellos vayan.

Mtro. Ekel Collins D. Argentina, Vicerrector Estudiantil


EXITO ACADÉMICO

Un plan de estudios que hace de la educación cristiana, una inversión que trasciende —¿Acaso habría alguna diferencia importante si mi hijo estudia en una buena universidad pública o particular o en una universidad adventista?—pregunta una mamá que está interesada por la educación de sus hijos. Tal vez usted se ha hecho esta pregunta o la ha escuchado en boca de alguno de sus amigos. —Sí que hay diferencia—podría decir alguien. En una universidad adventista hay un ambiente más espiritual, hay maestros que están interesados en la educación de nuestros hijos, hay compañeros que son creyentes… Estas son buenas razones, pero no son las únicas. También el plan de estudios hace una diferencia en la educación cristiana. —¿En qué sentido el plan de estudios de una universidad adventista puede marcar una diferencia en la formación de mi hijo?—volverá a preguntar esa mamá. El plan de estudios es como una dieta prescripta por un médico. Contiene los elementos que la institución educativa considera indispensables para la formación de un profesional. Y su cumplimiento es obligatorio para que se le otorgue el título.

Las universidades analizan cuidadosamente qué experiencias de aprendizaje van a incluir en la “dieta educativa” de un estudiante. Esas experiencias son las que van formando a un profesional que se insertará al mercado laboral, a un ciudadano que se insertará en la sociedad, y un discípulo que seguirá a Cristo. La Universidad de Montemorelos tiene un plan de estudios que acaba de ser analizado por la Comisión de Currículo Institucional. Por medio de encuestas de opinión aplicadas a distintos públicos y por entrevistas con estudiantes, docentes, egresados y padres se ha analizado el impacto del plan de estudios en la formación de los distintos profesionales, no solamente en los aspectos específicos de la profesión, sino también en su formación general para enfrentar los problemas de la vida y ejercer un liderazgo significativo en la sociedad y en la iglesia.

De este estudio de impacto se han identificado cuatro fortalezas notables: 1. Un plan de estudios con cuatro componentes que intencionalmente atienden la educación integral del estudiante. El currículo organizado en cuatro componentes: a) Relación con Dios y la revelación que comprende clases de estudio de la Biblia y experiencias de servicio comunitario, b) preparación profesional, que comprende los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para un desempeño profesional exitoso. 2. Clases de Biblia que abarcan toda la Biblia. El diseño de las clases de Biblia permite una aproximación al estudio de la Biblia que comprende todos los libros de la Biblia, de modo que el egresado tiene un panorama completo de las Sagradas Escrituras. 5


3. Integración de la fe en el currículo en general. La aproximación al conocimiento se realiza desde la perspectiva de la fe en todas las asignaturas. Los docentes han recibido capacitación para configurar una cosmovisión de la asignatura desde una perspectiva cristiana y enfocar las experiencias de aprendizaje desde esa perspectiva filosófica. 4. Vinculación con la práctica y la realidad profesional en las experiencias de servicio comunitario y otros espacios. El plan de estudios actual ofrece la oportunidad de establecer conexiones de la formación especializada y de la formación general con la realidad mediante experiencias de servicio comunitario y de otras experiencias prácticas. Esta vinculación permite al egresado tener contacto con la realidad laboral y social y también desarrollar un espíritu

de servicio desinteresado hacia los más necesitados. Además, el plan de estudios actual ofrece a los estudiantes algunas oportunidades únicas, que son especialmente identificadas por sus públicos. Las oportunidades más destacadas son las siguientes: 1. Interés de las empresas en el tipo de egresados UM. Hay un interés creciente en el mercado laboral que contrata a los egresados de la Universidad por el perfil de los egresados del plan de estudios actual. Los empleadores buscan profesionales que no solamente tengan capacitación profesional, sino también una fuerte preparación general, la capacidad de trabajar en equipos, un compromiso ético sólido y un espíritu servicial y solidario. Estas características son un producto común de los egresados actuales, y son valoradas por los empleadores.

2. Los padres buscan una universidad por sus aspectos formativos. Hay un incremento en la preocupación de los padres por los aspectos formativos de la educación superior. Los padres no solamente buscan a una institución educativa por su excelencia en la capacitación profesional sino también por su compromiso con los valores morales, espirituales y sociales. 3. El modelo educativo de la UM se percibe como un modelo de la educación superior adventista. Las universidades adventistas están en la búsqueda de un modelo curricular que atienda a la formación integral de los estudiantes. El modelo de la UM es percibido como una opción viable para la educación adventista a nivel superior 4. Impacto en la comunidad por el servicio. Las comunidades cercanas a la Universidad han sido beneficiadas por las iniciativas de servicio comunitario de docentes y estudiantes. Esta interacción entre la universidad y la comunidad ha producido un fuerte impacto en los estudiantes y en los miembros de la comunidad. Asimismo se han identificado algunas necesidades del plan de estudios actual, que serán atendidas en la revisión del plan de estudios. Las necesidades más importantes son las siguientes: 1. Un currículo más flexible


que permita al estudiante más oportunidades de intercambio entre instituciones educativas. 2. Un horario diario más equilibrado, de modo que el estudiante pueda tener más tiempo disponible elegir algunos aspectos de su formación general o especializada. Por eso la Universidad de Montemorelos, tras un estudio de las tendencias y del plan de estudios actual ha decidido: 1. Mantener la identidad del modelo educativo dentro del marco de la filosofía adventista de la educación. 2. Fortalecer el impacto que hagan los egresados como líderes en el cumplimiento de la misión de la iglesia y un aporte significativo a la sociedad. 3. Atender las tendencias curriculares de modo que el currículo sea más flexible, basado en competencias y más integrado en las experiencias diversas de aprendizaje. 4. Atender la carga horaria del estudiante, considerando cada elemento del plan de estudios con peso en créditos. Así la Universidad de Montemorelos extiende una mirada al 2010 y el nuevo plan de estudios con un modelo curricular basado en competencias, de modo que el estudiante sienta la responsabilidad de la gestión de su propio proyecto educativo. Para esto, presentará

periódicamente portafolios de avance donde incluirá evidencias que demuestren la adquisición de las competencias requeridas. Además, el nuevo plan de estudios le permitirá al estudiante optar por la adquisición de un perfil profesional particular por medio de la elección de certificaciones que enriquecerán su capacitación en base a sus intereses y los talentos. El plan de estudios 2010 tendrá la flexibilidad que permita al estudiante participar en programas de intercambio con otras instituciones de modo que con facilidad pueda hacer estancias de un semestre en otras universidades del país o del extranjero. Le proveerá al estudiante experiencias de ejercicio profesional que lo inserten fácilmente al mercado laboral, incluso con emprendimientos que le abran oportunidades de ser gestores de su propio trabajo. Además, la elaboración del portafolio de avance le ofrecerá una plataforma para el desarrollo de su portafolio profesional. Las certificaciones optativas, las materias electivas, las experiencias de servicio y el trabajo de investigación final le otorgarán al estudiante la oportunidad de desarrollarse hacia el fin último de la educación adventista: el servicio abnegado.

¿A quién le sirvo? Le sirvo a Dios, que me ha llamado para servirle en la educación adventista. Dios me ha provisto de oportunidades maravillosas de crecimiento y servicio. ¿Cómo le sirvo? Le sirvo como docente, que es mi actividad favorita y también en la administración académica de la Universidad, conduciendo la formación general y profesional de los estudiantes. ¿Con quién le sirvo? En nuestro hogar, el servicio es un proyecto de familia. Víctor, mi esposo, también es docente. Nuestros hijos también sirven a la iglesia desde sus profesiones. ¿Dónde le sirvo? Le sirvo donde Dios me dé una misión. Actualmente es aquí, en la Universidad de Montemorelos.

Raquel de Korniejczuk Argentina, Vicerrectora Académica 7


FINANCIAMIENTO

¿Vale lo que cuesta la educación adventista?

Cuando pensamos en la educación adventista en términos de costos, encontramos que una carrera universitaria de ocho semestres puede costar en promedio un medio millón de pesos para un estudiante interno, que equivale a unos cuarenta y seis mil dólares. Aún así, muchos padres al considerar dónde estudiarán sus hijos, se deciden por una institución adventista, valorando la educación, no en pesos y centavos, sino en la formación integral que recibirán sus hijos. Tales padres comprenden que “ninguna tarea que se nos haya encomendado es tan importante como la de la educación de los jóvenes, y toda inversión que requiera su correcta realización será dinero bien empleado”. La Educación, p.219 Hace algunos meses leí un articulo extraído de la Revista Adventista de mayo de 2005 titulado “Una inversión para la eternidad”, escrito por Marta Stone, donde relata sus experiencias vividas en una universidad adventista, que bien pueden ser las experiencias de muchos de nosotros que hemos recibido este tipo de educación. Me llamó la atención algunas de sus expresiones: “… No era suficiente venir de un sólido hogar cristiano y admirar y hasta estar de acuerdo con las

creencias de mis padres; tenía que hacerme cargo de mi propia habilidad de pensar…

a desarrollar y tener claras mis prioridades y metas, y hasta influyendo en mi estilo de vida.

“… Guardo los preciosos recuerdos de cantos de alabanza que elevábamos juntos a Dios en un salón lleno de amigos cada viernes de noche… Escuché oradores que cambiaron y mejoraron mi relación con Dios a través de sus testimonios… estos son privilegios por vivir dentro de una institución cristiana.

“…Estoy convencida de que la educación adventista, desde el jardín de infantes hasta la universidad, es una gran necesidad y bien vale lo que cuesta.” El testimonio de esta estudiante, profesionista ahora, reafirma mi convicción en la educación adventista. Estudié en instituciones adventistas. Todos mis años de servicio en la iglesia he estado relacionado con la educación adventista, como docente, contador, administrador financiero o miembro de junta, y puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que la educación adventista vale más que lo que cuesta. He aquí, algunas razones: • Prepara al estudiante para servir en esta vida y en la venidera. • Incluye el conocimiento de la palabra de Dios, y de Dios mismo.

“… Sé que en el cielo habrá todo un grupo de personas que atribuirán su vida eterna directa o indirectamente a un colegio o universidad adventista. “… La educación adventista y todo lo que ésta abarca ha jugado un papel decisivo en mi formación, al modelarme hasta llegar a ser el tipo de persona que soy actualmente, ayudándome


¿A quién le sirvo? Estoy convencido de que le sirvo a Dios, decisión que tomé muy temprano en mi vida, mientras estudiaba la escuela secundaria, y fue lo que me impulsó a prepararme en instituciones adventistas para ofrecerle un servicio mejor. ¿Cómo le sirvo? Actualmente, como administrador financiero y docente. Todos mis años de servicio han sido en el área contable, financiera y docente.

• Reconoce a Dios como la fuente de toda sabiduría y entendimiento. • Imparte un conocimiento y una disciplina que conducen a un mejor desarrollo de la mente y la formación del carácter. • Enseña la ciencia del cristianismo, la que da un conocimiento experimental de los caminos de Dios. • Promueve el desarrollo armonioso de todas las facultades: físicas, mentales y espirituales. • Enseña a amar y a temer a Dios. • Prepara para el fiel cumplimiento de los deberes de la vida • Su propósito es honrar a Dios y servirle en el mundo. • Produce resultados tan duraderos como la eternidad • “Semejante educación provee algo más que una disciplina mental; provee algo más que una preparación física. Fortalece el carácter, de modo que no se

sacrifiquen la verdad y la justicia al deseo egoísta o a la ambición mundana. Fortalece la mente contra el mal” La educación, p. 19. ¿Qué educación puede superar a ésta? ¿Qué puede igualar su valor? “No se compra con oro, ni su precio será a peso de plata. No se puede adquirir con oro de Ofir, ni con ónice precioso, ni con zafiro.

¿Con quién le sirvo? Le sirvo con mi esposa Olga y mis tres hijos, quienes siempre me ha apoyado en este proyecto de vida. El apoyo de mi familia ha sido muy importante para aceptar las oportunidades de servicio que Dios me ha brindado. ¿Dónde le sirvo? Dios ha querido que de mis 28 años de servicio, 20 de ellos los haya dedicado a servir en instituciones educativas, 18 años en la Universidad de Montemorelos, en la cual sigo sirviendo.

Ni el oro ni el diamante se le igualan, ni se cambiará por alhajas de oro fino. Ni el coral ni las perlas se mencionarán. La sabiduría (la educación) es mejor que las piedras preciosas.” Job 28:15-18

Benjamín Lázaro C. México, Vicerrector Financiero 9


PADRES RICOS EN FE

Patriarca con visión trascendente

Familia Gutiérrez Hacia el poniente, Montemorelos tiene de fondo la sierra Madre Oriental, misma que por sesenta y cinco años ha sido como telón del escenario donde esta institución educativa cumple con su misión redentora… ¡Si esos montes hablaran! ¿Si esos montes hablaran, qué relatos de fe nos contarían? Pero no hablan… Sin embargo, aún hay padres de sorprendente visión que han vivido como testigos de la transformación creciente de la UM y más aún, la de su familia. Personalmente me conmueve observar la figura solitaria, algo frágil, de un nonagenario norteño, de aquí de Montemorelos, que por las mañanas atraviesa la universidad, entra por la avenida Libertad y sale al otro extremo, por el portón que da a los tres templos, para acortar camino y llegar donde

hay campo para plantar… (¡Y no acepta que le den un aventón!). Me conmueve porque detenerlo y charlar con él es un encuentro con un pasado de fe aún presente. Por tal razón, Dracmas se honra en esta edición llevar hasta usted las palabras de un encuentro concertado con este patriarca, don Reynaldo Gutiérrez y varios de sus descendientes, hasta de la cuarta generación. ¡Es sorprendente cómo sus cansados ojos cobran brillo! ¡Cómo su voz se hace fuerte al contar su aventura de fe! Tiene una lucidez que sus propios hijos envidian. Mientras iban llegando los Gutiérrez, en un ambiente de encuentro familiar para tomar fotos para la portada de la revista, preguntamos: ¿Dónde y cómo

empieza la historia del “proyecto educativo” de la familia Gutiérrez? Mis padres, Agapita Marroquín Tamez y Manuel Gutiérrez Reyes, originarios de Nuevo León, nacen y crecen en lugares circunvecinos a esta institución educativa, se conocen y se casan a principios del siglo XX y de ese matrimonio nacemos tres hijos.

¿Cuál es su nombre, cuáles son los nombres de sus hijos? Aquí en Nuevo León, nacimos mis dos hermanos y yo, mi nombre es Reynaldo Gutiérrez Marroquín, (actualmente tengo 93 años) me casé con la señorita Elisa Salazar Tamez, procreamos 6 hijos: Elida, que nace


en 1938, Juanita que nace en 1941, Obed, minerva, Imelda y Eliud. Sus hijos, Don Reynaldo,

¿dónde realizan sus estudios y qué estudiaron? Mis hijos Elida, Juanita y Obed, llegaron para hacer sus estudios primarios a esta institución, aquí los realizaron. En 1966 emplearon a Obed para trabajar en la huerta de naranjas. En este encuentro, nos permitimos preguntar a los hijos de Don Reynaldo lo siguiente:

¿Cómo influyeron estás experiencias en las decisiones que tomaron los hijos de sus hijos, tanto vocacionales como laborales? Juanita: Mi hija Esther estudió secretariado, Eliud y Samuel estudiaron Tecnología Dental. Elida: Mi hija Elizabeth estudió Secretariado (Actualmente es secretaria en la carrera de Medicina) Obed: Mi hija Nora estudió Contaduría Pública, Sonia estudió Medicina y Mirna, Tecnología Dental. Imelda: Mi hija Paty estudió Secretariado (es secretaria en Ciencias de la Educación), Saraí estudió Licenciatura en Educación Primaria, y Deisy

estudió Contaduría Pública y Administración de Empresas. Minerva: Mi hija Lorena estudió Ingeniería en Sistemas Computacionales. Eliud: Tengo tres hijas, Elisa, Sandra y Mayra Gutiérrez Salazar.

¿Ahora veamos que estudiaron o estudian algunos de los bisnietos? Elizabeth: Mi hija Keila Elizabeth Valenzuela estudió la licenciatura en Educación Preescolar, mi hijo Miguel Ángel estudia actualmente el tercer año de Medicina, y Marco Antonio está en el primer año de Administración de Empresas.

y Liza Grace hijas de Paty y estudiamos tercer año de primaria en el Instituto Soledad Acevedo de los Reyes (ISAR). Soy Eliúd Galván, mis 3 hijos actualmente estudian en el ISAR, secundaria, primaria y preescolar, ellos son Edgar Alan, Javier Eliud y Ana Lucía.

¿Alguno ha tenido la oportunidad de salir de México como misionero?

Soy Abisai Galván, nieto de Juanita, estudio el primer año de tecnología dental.

Elizabeth: Mi hija Keila actualmente está sirviendo como misionera en el Colegio Adventista Industrial llamado David Gay, en Guayará, Bolivia. Está dando clases a los alumnos de secundaria y preparatoria y colabora como preceptora de las muchachas de ese colegio.

Somos las gemelas Cinthia Yanet

Continúa en la página 14...

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ยกVEN Y CUร NTANOS! La pasiรณn y el servicio que nos une

Foto conmemorativa del 65 aniversario UM, sรกbado 17 de noviembre del 2007


Universidad de Montemorelos En medio de perfumes que exhalan los azahares, rodeada de naranjos tan verdes como mares; en la fértil campiña del Valle del Pilón; en el estado norte llamado Nuevo León; estás Escuela mía, brindando tus primores salpicados de trinos, de aves y de flores, para embriagar tus hijos con los dulces amores de tu integral, valiosa y real educación. Las Ciencias y las Artes, las Letras y la Historia, todo lo que enriquece y llena la memoria, que absorta, que cautiva, que llena de emoción, que dignifica el cuerpo, la mente, el corazón; esto das cada día al ávido estudiante que bebe de tu linfa, de tu fuente cantante conduciendo sus pasos por la senda triunfante del amor y el servicio, de plena abnegación. Por eso yo te canto con fervor y lealtad; enaltezco tu nombre, Magna Universidad. Tu recinto sagrado, Casa de Viva Ciencia exalta y dignifica la voz de mi conciencia, y brota de mi pecho un grito de alegría para decir con gozo que tú eres toda mía y que toda mi vida habré de recordar que en ti aprendí el secreto del Saber y el Amar. Autor: Juan Ramón Hondal Pastor jubilado de la UM

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PADRES RICOS EN FE

Continuación Familia Gutiérrez

Don Reynaldo, ¿Qué cree usted acerca de la educación en instituciones cristianas?

que brindara este servicio. Y desde 1991, tenemos un laboratorio y clínica dental.

El Patriarca: Que nuestros hijos sean formados en una institución cristiana, es la mejor oportunidad que podemos darles en esta vida.

Decidí buscar una muchacha cristiana con la cuál me casaría, y en 1991 conocí a Emily que había venido a estudiar a esta institución educativa, un año después nos casamos. Actualmente tenemos quince años de casados, hemos procreado tres hijos, Esthefani de 14 años, Jimmy de 10 años y Kennet de 6.

¿Qué les diría a los padres que están tomando la decisión de invertir en una educación para sus hijos? El patriarca: Que inviertan en la educación cristiana, pues estarán invirtiendo para la felicidad, tranquilidad y prosperidad de toda la familia. Recargado junto a un auto estaba Samuel, así que nos aproximamos para conocer cómo ha resuelto en su propia vida las cuatro preguntas más importantes: ¿A quién, cómo, con quién y dónde servir?

¿A quién sirves? No recuerdo bien si tenía doce o trece años cuando me bauticé, tuve altibajos en mi vida cristiana, pero siempre supe que el mundo no tenia nada bueno que ofrecerme.

¿Cómo le sirves? Yo quería estudiar administración de empresas, pero mi hermano me animó a estudiar tecnología dental pues él ya tenia la visión de que juntos procuráramos una empresa

¿Con quién le sirves?

¿Dónde le sirves? En la empresa que tenemos, encontramos muchas oportunidades de servicio, con las personas que llegan, que son de escasos recursos económicos, y aportando donativos que nos solicitan.

de enfermeras me visitaban y me dieron estudios biblicos, fué así que acepte el mensaje Adventista. Ahí despertó mi deseo de acercarme al colegio y que mis hijos estudiaran. Es muy importante que nuestros hijos se preparen profesionalmente porque de esa manera pueden alcanzar a personas que no serían alcanzadas por el evangelio de otra forma. Que al casarse elijan personas que tenga el amor de Dios en sus corazones, que estén saludables en todos los aspectos, que sean trabajadoras y limpias. Saben, yo recuerdo las palabras de mi compañera cuando cumplimos cuarenta años de casado, me dijo: ¡Qué felices hemos sido!

Don Reynaldo, en relación a las cuatro preguntas que su nieto Samuel ha contestado, ¿qué nos quiere usted agregar?

Me gustaría, insiste Don Reynaldo, que incluyan estos tres poderosos versículos que en mi vida han sido claves: Salmo 27:4, 2 Timoteo 2:15 y 1 Timoteo 1:15.

Conocí el evangelio por 1927 en Harlingen, Texas, me bauticé en una iglesia Bautista, aprendí a leer estudiando la Palabra de Dios, y cuando llegué a Éxodo capítulo 20 me di cuenta que Dios ordenaba que guardáramos el sábado. Posteriormente, por los años 1955, el pastor Andrés Pérez, capellan del hospital la Carlota, su esposa, el prof. Valentín Díaz, la enfermera Lidiecita Rayos de Díaz y un grupo

¿No le parece, apreciado lector, conmovedora la visión de Don Reynaldo? La fe en la educación cristiana puede llevarte a ti y a tu familia a alturas de desarrollo más allá de tus sueños. Porque… esto no acaba aquí, es una inversión de trascendencia eterna. ¡Qué maravillosa satisfacción llegar a la vejez y ver que sembraste la semilla correcta, en el terreno y tiempo correcto!


A UN LABRIEGO NONAGENARIO (A Reynaldo Gutiérrez) Calado el sombrero y azadón en mano, camina en silencio hacia el prado viejo. Sus pasos ya lentos, su cuerpo encorvado indican que el tiempo no en vano ha pasado. Atada a su cuerpo lleva en una alforja la buena simiente, por cierto variada. Semillas de arvejas, de maíz, de ocra; También de habichuelas muy seleccionadas. Cultiva el terreno y forma los surcos. Siembra las semillas, y cuando estas brotan, las cuida, las poda y las desinfecta. No se que compuestos químicos aplique, pero le resulta muy bien la receta.

Pero no por eso se arredra y se cansa. Sigue en pie de lucha: para él no hay bonanza. Sembrar es su sino; trabajar su empeño. Por eso lo admiro y no lo desdeño. Ya es nonagenario. Y cuando le veo sembrar la semilla con tanta ilusión, pienso con ternura en el Galileo que un día con su mano sembró la semilla en el surco abierto de mi corazón. Autor: Francisco Flores Chablé Pastor jubilado de la UM

Contempla las nubes y observa los vientos. Entre tanto espera el paso del tiempo. Espera que llueva en la primavera; Y si no, en verano; o no habrá cosecha. Cerca el prado viejo con mucho cuidado, y a la puerta vieja aplica un candado. Constante va y viene a ver la labor. ¡Que ejemplo nos lega este buen señor! Cuenta las semanas, los meses, los días. Predice la siega con bastante tino. A veces le fallan sus cálculos hechos, pero no se inmuta con un desatino. Dos veces lo he visto triste y cabizbajo calarse el sombrero y partir a casa. Poco le produjo su arduo trabajo. La helada temprana o el calor ardiente, malograron toda la buena simiente.

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PROFESIÓN DE FE ¿A quién elijo servir?

Todo joven cristiano tiene que enfrentar preguntas que son básicas en su existencia y en la proyección de su vida; una tiene que ver con el servicio: ¿A quién le voy a servir con mi vida? Esta es una decisión de mucha trascendencia; tiene que ver con principios, valores, raíces culturales y religiosas, así como con su relación con Dios o las riquezas (vida egoísta) como lo señalara nuestro señor Jesús en el libro de San Mateo 6:24. El libro de Josué, en el Antiguo Testamento, relata cómo los israelitas conquistaron la tierra de Canaán. Habían salido de la esclavitud a la libertad, Dios los guió en su peregrinaje, los cruzó por el Mar Rojo en seco, cruzaron el Jordan y Dios les entregó las ciudades de Canaán, porque esa era la tierra de la promesa y ahora en el capítulo 24 de Josué, versículos 14 y 15 dice él a los líderes de Israel reunidos en Siquem un discurso de despedida “Ahora temed a Jehová y servidle con integridad…y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy quién sirváis; si a los dioses a los cuáles sirvieron vuestros padres… que yo y mi casa serviremos a Jehová”. Servir a Dios es tomar el camino de la vida en el servicio a los demás. Es tener a Dios presente en cada decisión, en cada acción, es poner

nuestros proyectos en sus divinas manos y dejarnos guiar por él y sus principios en todo. Significa centrar nuestra vida en servir a los demás con la carrera que elijamos. Como padres, es en el hogar donde ponemos las bases de nuestros hijos, enseñándoles a amar a Dios y a nuestros prójimos por precepto y ejemplo. Debemos guiar a nuestros hijos en el buen uso de la facultad que Dios da: el libre albedrío. En nuestro diario vivir debemos enseñarles las ventajas y bondades de servir a Dios. La iglesia contribuye, de manera importante en la enseñanza y reafirmación de valores y principios cristianos aprendidos en el hogar. La escuela cristiana es la otra institución que contribuye en esta decisión. Creo en la educación cristiana porque me ayudó a darle forma

y dirección al sueño que tenía de servir a Dios como Pastor, cuando era todavía un adolescente. Me uní a la Iglesia Adventista a la edad de 12 años, y ese curso escolar lo hice en una escuela adventista del Distrito Federal. Allí se me abrió el panorama y pude ir al Colegio Linda Vista y luego al Colegio Vocacional y Profesional Montemorelos (COVOPROM), para estudiar teología. Si no hubiera tenido contacto con la educación cristiana adventista, no sé dónde me encontraría ni a quién estaría sirviendo. En los colegios cristianos se toma o se reafirma la decisión de la filosofía que va a regir nuestra vida. Para servir a Dios, no importa qué carrera o vocación tengamos, esto es un decisión. La Universidad de Montemorelos nos ayuda a los padres a guiar a nuestros hijos para tomar las


mejores decisiones, ¿cómo?: • Por su plan académico. Al tener un área llamada “relación con Dios”, que incluye clases encaminadas a valores cristianos, tomando como base la Biblia. • Cuenta con un programa de “servicio comunitario” que se fortalece con la atención espiritual en el dormitorio y con los clubes juveniles. • Club de Misiones. La universidad cuenta con un Instituto de Misiones que promueve el servicio a Dios… sirviendo a los demás. Tiene proyectos en el área local, nacional e internacional, capacita y expone a los jóvenes a otras culturas; y los motiva a servir a la humanidad en el mundo entero. Servir a Dios trae bendiciones, satisfacciones, seguridad, realización y al final de todo, oiremos las palabras del Señor Jesús diciéndonos: “Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor”.

¿A quién le sirvo? Decidí servir a Dios siendo un menor. Conocimos como familia el evangelio por uno de mis hermanos que vivía en Chiapas cerca del colegio Linda Vista. Él a la vez lo conoció en Ixhuatán Chiapas. Nos invitó a ir a la iglesia y a los doce años fui bautizado. Al asistir al templo soñaba verme en el púlpito donde predicaba nuestro pastor. Sueño infantil que Dios hizo una realidad por medio de la educación adventista. ¿Cómo le sirvo? Como Pastor. En una semana de oración en el Colegio Linda Vista, estando en segundo de preparatoria el Señor me confirmó esa decisión. La primaria la terminé en el colegio Ignacio M. Altamirano, en el D.F. La secundaria y la preparatoria en el colegio Linda Vista. La licenciatura y la maestría en la Universidad de Montemorelos. ¿Con quién le sirvo? Tenía cinco años en el ministerio cuando conocí en Guadalajara a mi esposa, Marielena Meléndez Domínguez, ella era maestra de la escuela adventista Vicente Guerrero. ¿Dónde le sirvo? Dios me llamó a su servicio e inicié en el verano de 1970 en la Misión del Norte, serví dos veces en la Misión de Occidente, el resto del tiempo trabajé en la Misión del Norte hoy sección del Noreste. He servido al Señor como pastor de iglesia y en la administración en Occidente y en el Noreste.

Pastor Arnulfo Pimentel México, Pastor de la Iglesia Universitaria. 17


PREPARACIÓN PROFESIONAL ¿Cómo le serviré? Desde mi niñez, soñé con una buena educación profesional, pero habiendo nacido en un país en el cuál, debido a sus ideas sociales y políticas, no había cabida para una educación cristiana ni para que un cristiano tuviera acceso con facilidad a la educación superior; según crecía veía tal sueño cada vez más lejano y difuso. Ciertamente, se puede servir a Dios sin una educación superior, pero no deja de ser verdad el hecho de que una buena preparación académica y profesional abre el horizonte a un mejor y más completo servicio en nuestro paso fugaz por este mundo. Ahora bien, podríamos preguntarnos, ¿Pero es posible obtener una educación profesional en una institución no cristiana? La respuesta es sí, mas el dilema para cada padre sería contestar la pregunta ¿por qué entonces enviar a mis hijos a una institución cristiana?. Muchas serían las respuestas que podríamos dar a tal pregunta, pero quisiéramos ilustrarlo con un ejemplo práctico. En mi labor ministerial en los últimos seis años, me he puesto en contacto con jóvenes adventistas de diferentes partes del mundo enviados a prepararse a escuelas profesionales de medicina o de educación física en mi país. En dichas instituciones, no podrían ponerse en duda la excelencia de sus programas académicos; pero en sus programas se mezclan las diferentes corrientes filosóficas

ateas y humanistas impregnadas de incredulidad y libertinaje. Mi observación de los resultados de tal preparación profesional, ha demostrado el alto precio que los padres y jóvenes han pagado al escoger ese camino. Podríamos contar por cientos los muchachos que han perdido su fe, se han alejado de Dios y han introducido en sus vidas comportamientos y actitudes mundanales y destructivas. Otros tantos apenas logran subsistir en una corriente de mundanalidad que les arrastra. La cuestión es que esa realidad se puede encontrar igualmente en los sistemas educativos no cristianos de países dónde no necesariamente hay un sentimiento anticristiano. Elena White, una dedicada escritora cristiana, advirtió sobre esa realidad hace más de un siglo: “El método general de educar a la juventud no alcanza la norma de la verdadera educación. Conceptos ateos se encuentran entretejidos en las materias expuestas en los libros de texto. Así la mente de los jóvenes se familiariza con la sugestiones de Satanás, y las dudas una vez acariciadas llegan a ser hechos positivos para los que las abrigaron. Además la investigación científica se vuelve engañosa en virtud de la forma en que sus descubrimientos son interpretados y pervertidos”1 En mi experiencia personal, siento que pude escapar de tales influencias de una educación atea, gracias al programa de

estudios informales que mis padres prepararon en casa. Por eso, junto a mi hermano, sentimos que pasamos los estudios primarios, secundarios y preparatorios dos veces. Ya que debíamos compartir con nuestros padres cada día lo aprendido en clases, y luego ellos pacientemente y con el uso exclusivo de la Biblia aplicaban tales enseñanzas al marco cristiano. Pero, qué privilegio tenemos si nos encontramos en países dónde es posible darles a nuestros hijos una educación que los ayude a servir con una profesionalidad de calidad pero además cristiana. ¡Es una oportunidad que ¡NINGUNO SE DEBE PERDER! Y eso es lo que hace que la educación cristiana sea diferente. En primer lugar, por qué en la perspectiva educativa adventista toda clase sea de ciencia, filosofía o literatura en el modelo curricular fundamental; se enmarca dentro del contexto y la visión bíblica. Por eso podríamos decir que “la Biblia es la levadura en el pan educativo”2. Tal educación no puede fallar pues está fundamentada y sostenida por “la palabra de Dios en las Escrituras que es el libro de texto más perfecto que exista en nuestro mundo”3. Así que primero y ante todo, servir por medio de una educación cristiana es la respuesta a nuestra pregunta, debido a que se fundamenta en la Biblia la cual cierra las puertas a todas aquellas ideas o conceptos que pongan en riesgo la relación salvadora con Cristo de nuestros hijos y jóvenes.


Además, servirle por medio de una preparación profesional y cristiana es la respuesta. Pues sólo en un contexto educativo cristiano se logra un desarrollo armonioso del carácter. Nada más peligroso que conocimiento sin responsabilidad moral, puede ser una fórmula mortal. El impactante aumento de la criminalidad, precisamente en sectores y personas educadas, nos muestran que sólo la educación cristiana puede darles a nuestros hijos una mente moral y cristiana; cuyos principios éticos no se basan en las normas siempre cambiantes de la sociedad dónde viven y laboran, sino en los sólidos principios de la palabra de Dios. También es en el contexto educativo cristiano dónde hay un balance entre el crecimiento de la mente y el crecimiento equilibrado de la salud física, ya que nuestros programas se encaminan a llevar a los alumnos a una responsabilidad total en cuanto a su salud, puesto que de nada servirían una mente llena de herramientas útiles para trabajar en un cuerpo débil y enfermizo que no puede acompañarla. Padres todos, esto se encamina simplemente hacia el objetivo fundamental o el gran corolario final de la educación cristiana, el cual está delineado en el mensaje del apóstol Pablo a Timoteo, al expresar “a fin de que (con el objetivo de que) el hombre de Dios sea completamente preparado para toda buena obra”4. Y en la institución cristiana, conocida como Universidad de

Montemorelos, se trabaja por medio de sus programas educativos, a fin de conducir al estudiante no hacia la meta del “status”, el ser o más bien el aparentar ser; sino dirigirlo hacia la meta del servicio, el ser (profesionales cristianos) que se muestra por el hacer. Podríamos asegurar que al culminar sus estudios, los jóvenes, están calificados para llevar adelante “toda buena obra”. ¿Cómo lo está logrando? por medio de un programa curricular y extracurricular basado en el testimonio de Jesús mismo, acerca de su misión, “He venido para servir, no para ser servido”5. Se reconoce que la educación cristiana que no desarrolla en sus alumnos un carácter también cristiano que encuentre su expresión en el servicio, no es prácticamente digna de llamarse por tal nombre. Así, cada uno de los estudiantes, reciben valiosos conocimientos en sus campos de especialización; pero se les añade algo más, y es la comprensión de que más conocimiento entraña más responsabilidad y más servicio para Dios, para la iglesia y la humanidad. Así, nuestros jóvenes y sus hijos, salen preparados para servir primeramente y ante todo por medio de una Misión de reconciliación. Ellos son embajadores de la reconciliación donde quiera, el mundo o la sociedad, se encuentren divididos; están plenamente capacitados para

promover la unidad familiar y social. Pero aún más, promueven la reconciliación con Dios de las personas a quienes sirven, convirtiéndose así, en fieles imitadores de Cristo que vino a reconciliar a la humanidad con la divinidad, y expresó esa primordial faceta de su misión reconciliadora en los siguientes términos “he venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”6. No hay mayor servicio que se le pueda prestar a la humanidad que llevarlos a una relación salvadora con Cristo; y ese servicio que se le presta al mundo es único y distintivo de la educación cristiana. Pero también trabajan en la tarea de reconciliar a la humanidad consigo misma, dividida por conflictos económicos, sociales, raciales, políticos, religiosos o de otra índole. Ellos por medio de un testimonio cristiano consecuente, sus palabras, su estilo de vida, sus relaciones con otros, están reconciliando, y destruyen barreras, abren caminos para el diálogo, promueven la paz. Este estilo de servicio los hace verdaderos agentes de paz, unidad y esperanza. Pero además en esta institución se les enseña que habiendo reconciliado, pueden y deben llevar adelante el servicio por medio de una Misión de esperanza. Cada una de las facetas del ministerio de Jesús trasmitía esperanza. Nuestro 19


mundo es un lugar que necesita que se le transmita esperanza, y no sólo la que podemos dar por medio de las palabras; sino aquella que se dan por medio de acciones concretas. En este aspecto, la expectativa crece, pues se trata de cómo los jóvenes de la UM están trasmitiendo esperanza por medio de sus programas de servicio comunitario. Además cómo esas actividades se pueden extender hacia los oprimidos, los hambrientos, los enfermos, los que no tienen oportunidad para una educación formal y entre aquellos a quienes se les niega la dignidad humana de alguna manera no sólo en los alrededores del campus universitario, sino en toda la república mexicana y aún más allá de nuestras fronteras. Por lo tanto, padres, les instamos a darles a sus hijos, no importa el costo, una oportunidad diferente, la EDUCACIÓN CRISTIANA; pues ella Sí HACE LA DIFERENCIA; ahora, mañana y en la eternidad. 1. Elena White, La educación cristiana (Miami, FL: APIA, 1996), 41. 2. Richard J. Edlin, The Cause of Christian Education (Northport, AL: Vision Press, 1998), 64. 3. White, La educación cristiana, 54. 4. Timoteo 3: 16 – 17. 5. Marcos 10:45. 6. Lucas 19:10.

¿A quién le sirvo? Soy un adventista de cuarta generación. Fui bautizado a la edad 8 años, así que la fe la recibí por la educación y la dirección de mis padres. ¿Cómo le sirvo? Le sirvo como pastor y docente. Estudié Contabilidad en escuela pública en Cuba, luego estudié la licenciatura en teología en el Seminario Adventista de Cuba, finalmente obtuve un maestría del Seminario Teológico Adventista Interamericano (SETAI) en su extensión de la Universidad de Montemorelos. ¿Con quién le sirvo? Con mi esposa Keila Díaz García, a quien conocí cuando estudiamos juntos la licenciatura en teología en el Seminario Adventista de Cuba. ¿Dónde le sirvo? Inicialmente le serví en la Asociación Oriental de la Unión Cubana como pastor de distrito durante siete años. Luego le serví por siete años en el Seminario Teológico Adventista de Cuba, como preceptor, profesor y vicerrector académico. Actualmente le sirvo como profesor en la Facultad de Teología de la Universidad de Montemorelos.

Ptr. Abner F. Hernández Fdez. Cuba Docente de la Facultad de Teología UM.


COMPAÑERO DE LA VIDA ¿Con quién le serviré?

Nada más intimidador para una madre y un padre que pensar en el día en que sus hijos elijan la persona con la cual compartirán el resto de sus días. Cada año, miles de personas se casan y algún día los que somos hijos también tomamos esa decisión tan importante. ¿Cómo le gustaría que fuera su yerno o su nuera? Quizás, podría enumerar una larga lista de características deseables en una persona; honesta, confiable, expresiva, cariñosa, que ame a Dios, etc. Algunas listas pueden ser largas. Una vez escuché que una persona hizo una lista de atributos que esperaba encontrar en su pareja y comenzó a orar pidiéndole a Dios por esa persona, hasta que un día la encontró y se casaron. En mi vida, en vez de darle una lista a Dios, lo cual está bien porque El dice “Pedid y se os dará”, siempre preferí darle un papel en blanco. La relación que tenemos con Dios es personal, es por eso que pensé que Él me conoce y sabe lo que anhelo. Con el tiempo las preguntas: ¿Cómo? ¿Con quién? ¿Dónde? se responden y están todas relacionadas. Para mí, comenzar la universidad fue como entrar a un mundo desconocido y lleno de posibilidades. Allí conocí a Walter, mi esposo, en los jardines de una

universidad adventista. Nosotros podemos decir que no solamente obtuvimos títulos universitarios, sino que el ambiente estudiantil nos brindó la plataforma para encontramos, conocernos y enamorarnos durante los años en que nos preparamos para ser profesionales. Estamos agradecidos a Dios por las instituciones cristianas, creemos firmemente que desde hace tiempo vienen cumpliendo con esta misión; Elena de White lo refiere de esta manera “Buena obra hacen los que tratan de escudar a la juventud contra la tentación y prepararla para una vida de utilidad. Nos alegra ver en las instituciones educativas cristianas, un reconocimiento de la importancia de la sujeción propia y la disciplina en la convivencia entre los jóvenes. Ojalá sean

coronados de éxito los esfuerzos de tales educadores” (Fundamentals of Christian Education, págs. 62,63). El noviazgo es una de las etapas más hermosas de la vida, yo diría que es como tocar el cielo. Una etapa donde un hombre y una mujer se conocen, se ven y sienten que su amistad es totalmente correspondida. Comparten comidas, intercambian chocolates y detalles, estudian juntos, conversan, disfrutan de adorar a Dios juntos, abren su corazón y se entienden mutuamente. Hasta que un día deciden que quieren estar por siempre juntos. Walter y yo llevamos casi 5 años de casados. El servicio a Dios nos trajo de Argentina a México, los dos somos comunicadores y actualmente trabajamos en la Universidad de Montemorelos.

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Considero que para ser feliz, un matrimonio debe compartir convicciones profundas, sus metas de vida y sus valores, consideremos lo que a continuación se nos aconseja: “Los padres y las madres deben pensar que les incumbe guiar el afecto de los jóvenes para que contraigan amistades con personas que sean compañías adecuadas. Deberían sentir que, mediante su enseñanza y por su ejemplo, con la ayuda de la divina gracia, deben formar el carácter de sus hijos desde la más tierna infancia, de tal manera que sean puros y nobles y se sientan atraídos por lo bueno y verdadero. Los que se asemejan se atraen mutuamente, y los que son semejantes se aprecian. ¡Plantad el amor a la verdad, a la pureza y a la bondad temprano en las almas, y la juventud buscará la compañía de los que poseen estas características!” (Mensajes para los jóvenes, pág. 463) Para mí, el hecho de ir a una universidad adventista fue muy importante al elegir el compañero de vida. Piense, en una iglesia local ¿Cuantas opciones tienen los jóvenes para tomar esta decisión? Quizás 3 o 5, o tal vez 15, pero no 500. ¿Estará su yerno a su nuera en la Universidad de Montemorelos?

¿A quién le sirvo? Me bauticé a los 9 años con una fuerte convicción de servir a Dios, el amor y el compromiso que siento con Dios se lo debo a que mis padres se ocuparon de enseñarme de Él desde que era pequeña. ¿Cómo le sirvo? Dios puso en mi corazón el deseo y la habilidad de servirle en el campo de la comunicación organizacional. Me apasiona entender cómo funcionan las organizaciones desde el punto de vista sociológico, psicológico y comunicacional. Obtuve el título de Comunicadora Social en la Universidad Adventista del Plata y actualmente curso una maestría en Comunicación Organizacional en la Universidad Complutense de Madrid con el objetivo de brindar asesoramiento y servir a Dios en mi área de especialización. ¿Con quién le sirvo? Con mi esposo Walter, nos conocimos en la Universidad Adventista del Plata, fuimos compañeros de carrera y me enamoré de su voz, su forma de caminar, su paciencia y su personalidad algo misteriosa. Llevamos casi 5 años de casados y aún no tenemos hijos. ¿Dónde le sirvo? Muchas veces uno planifica y Dios dispone. Trabajé en la Patagonia, Argentina como docente, como productora en Santa Cruz, Bolivia, y hoy nos encontramos aquí en México, felices de servir a Dios en esta institución cristiana.

Thelma Mirolo Argentina, Docente de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación


LUGAR DE SERVICIO ¿Dónde le serviré?

Las interrogantes que orientan el camino de los seres humanos son: ¿De dónde venimos? ¿Qué hago aquí? ¿Hacia dónde voy? Las diferentes corrientes filosóficas han intentado responder a estas preguntas, sugiriendo diversos estilos de vida. Para quienes creen que el ser humano es el resultado de un proceso evolutivo y del azar, estos cuestionamientos les inducen a considerarse un accidente en el devenir de la historia, y les presentan un futuro incierto. Pero para los cristianos, las preguntas planteadas les desafían a encontrar un propósito para su existencia, y les ayudan a orientar su vida hacia un reencuentro con su Creador. Así, saber que no somos producto del azar sino de un acto creador de Dios le da sentido a nuestra vida. El propósito de nuestra existencia es prepararnos para volver a la comunión con nuestro Dios, la cual fue interrumpida con la intromisión del pecado en nuestro mundo. Esta filosofía de vida es la que se enseña en las instituciones educativas adventistas. No sólo se educa para que en esta vida seamos personas de éxito, sino para la eternidad, donde seguiremos disfrutando de la comunión con nuestro Dios.

profesional como profesor de ciencias en una institución estatal en la cual me dieron el conocimiento necesario para desempeñarme profesionalmente, pero los valores morales estuvieron ausentes en los esquemas curriculares. Luego de graduarme como profesor decidí estudiar en una institución adventista. Fue allí donde tuve la oportunidad de aprender no sólo el conocimiento para ejercer una profesión, sino los principios de vida que me formaron para ser un transmisor de los valores morales que es nuestra misión mundial. Mientras estudiaba en la universidad, no sabía dónde iba a servir. Pero sabía que Dios tenía un lugar para mí. La educación adventista me ayudó a tomar conciencia que así como cada hijo de Dios tiene un lugar en el reino de los cielos, también tiene

un lugar en la tierra donde debe servir a su Señor. Eso me estimuló a desarrollar las habilidades necesarias para un mejor desempeño profesional. Tan importante como saber dónde serviré al Señor es prepararme para ese servicio. Es decir, antes de responder ¿dónde vamos a servirle? Debemos contestar ¿Qué estamos haciendo? ¿Estamos desarrollando las habilidades que necesitaremos en el ejercicio de nuestra profesión? La preparación para el servicio es tan importante como el lugar donde se prestará el servicio. En cierto sentido, nuestro entrenamiento e idoneidad determina el lugar donde serviremos. En mi experiencia personal, nunca imaginé que Dios tenía un lugar para mí en diferentes países dónde Dios me ha llevado a servirle. Al

No es suficiente transmitir conocimiento, deben transmitirse principios de vida. Tuve una experiencia de formación 23


recapitular el trabajo realizado agradezco a Dios porque me permitió estudiar en una institución cristiana que me ayudó a desarrollar las habilidades necesarias para el servicio y un estilo de vida saludable. Agradezco a mi madre quien me alentó incansablemente a perseverar en los momentos más difíciles de la vida estudiantil. Dios no nos pide más de lo que podemos hacer, él desea que actuemos según nuestras fuerzas. Hoy es tiempo de prepararnos para enfrentar las arduas batallas de la vida y servirle donde él nos guíe. Hoy es tiempo de proponernos metas definidas y esforzarnos por alcanzarlas. Saber que tenemos un lugar donde serviremos le da sentido y orientación a nuestras vidas. La filosofía educativa en las instituciones adventistas tiene como objetivo formar ciudadanos que sean útiles y felices en esta vida, pero también formar ciudadanos para el reino eterno. Esto hace que la educación cristiana sea indispensable para quienes desean ayudar a sus hijos a ser excelentes profesionales y fieles hijos e hijas de Dios. Recordemos que la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos es una educación cristiana, una educación que tenga horizontes de eternidad.

¿A quién le sirvo? Tengo la convicción de que sirvo a Dios. ¿Cómo le sirvo? Como maestro y pastor. Estudié primeramente una licenciatura en Ciencias Biológicas y Química., luego la licenciatura en Teología, consecutivamente una maestría en Teología en el SALT en Sudamérica, y el doctorado en Teología Sistemática en la Universidad de Andrews. ¿Con quién le sirvo? Conocí a mi esposa, María Inés Chamaidán Solano, mientras estudiaba Teología en Lima. Tenemos 30 años de casados y 2 hijos Hans y Karen. ¿Dónde le sirvo? Dios nos ha guiado a través de su providencia a servirle en Ecuador, Perú, los Estados Unidos y México.

Ptr. Victor F. Figueroa Perú, Catedrático de la Facultad de Teología UM.


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