ESTILO
DEMOCRATICO
El estilo es un lujo personal inherente a cada uno de nosotros. No es una forma de vestir, sino una forma de apreciar lo que se viste.
E
l estilo es el estilo, la moda es la moda. Ambos conceptos suelen confundirse fácilmente y se tiende a sobre utilizarlos. La moda es una maravillosa obra humana que crece y se renueva, cada día más prolíficamente, cubriendo el planeta de figuras, texturas y colores cada nueva temporada. El estilo es el padre de la moda y como tal, lleva a la moda por el buen camino. La moda es un niño travieso y a veces se permite lujos que no debiera. El estilo sabe que finalmente, la moda debe aprender de sus propios errores. El estilo es un instinto. Un sentido extra que nos permite diferenciar entre una pieza utilizable y el fruto del ego de un diseñador, más que de su voluntad de aportar belleza al mundo. Alexander McQueen ha sido alabado antes y después de su muerte por sus icónicos zapatos Armadillo. Estos son una obra interesante y original, pero no existe forma en que una mujer acuda a una primera cita vistiendo esos zapatos sin provocar miradas de extrañeza. Difícilmente una profesional conseguirá ese puesto que anhela si acude a su entrevista luciendo tal capricho de McQueen. Ni hablar de bailar con ellos.
y eso es lo que todos amamos de ella. La moda es un lujo cuyo precio depende del nombre en su etiqueta, hay para todos los gustos, el verdadero estilo no se puede comprar. Ya quisiera el gigante del lujo LVMH adjudicarse esa etiqueta. El estilo es un lujo personal inherente a cada uno de nosotros. No es una forma de vestir, sino una forma de apreciar lo que se viste. Aquellos que deciden lo que será o no será aceptable en cuanto a moda, tienen una razón de existir. Ellos tienen esa misión porque nosotros los hemos puesto allí. Cada uno de nosotros, cuando acude a una tienda y elige una pieza, está dando su voto a favor a este selecto grupo de personas. Está diciendo “Sí, ellos han hecho un buen trabajo en elegir estas telas, estas siluetas, estas texturas para mí”. De otro modo cada cual trasquilaría su oveja, hilaría su lana y se vestiría a sí mismo del modo que más le acomodase.
La moda la hacemos todos y cada día la hacemos mejor.
Si estás leyendo esta columna, probablemente amas la moda. Si amas la moda, sin duda amas los shows de moda. Si amas los shows de moda, ya conocerás las prendas que las capitales de la moda han mostrado para el otoño-invierno 2010-2011 (¡Dios bendiga internet…!). Podremos ver prendas similares en nuestra ciudad durante la temporada fría el próximo año. Las lanas de Dolce&Gabbana son una maravilla absolutamente femenina y realista. Los dibujos del tejido son nostálgicos y la silueta es muy similar a la de 1980. Los diseñadores y casas de moda en general tienen muy claro que un porcentaje muy bajo de la población tiene ingresos suficientes para adquirir sus diseños. Ese bajo porcentaje basta y sobra para ellos. Lo que ellos fabrican, mas allá de las piezas que venden, es la idea del buen vestir. La fantástica guía de aquello que a don Estilo le hace feliz. La moda es inspiracional más que aspiracional
La moda la hacemos todos y cada día la hacemos mejor. El secreto es saber elegir y eso se aprende. Es una ciencia sencilla, pero a algunos les cuesta más que a otros. Incluso las más fervientes seguidoras de la moda y las favoritas de los diseñadores han cometido errores que quisiéramos no recordar. Un consejo de estilo: Cuando elijas un atuendo piensa en el futuro. Toma una foto mental de ti en este atuendo. Quizá en un par de años el mismo atuendo te parecerá ridículo. Quédate con las piezas que hace diez años se hubiesen visto hermosas y que en diez años más te seguirán pareciendo hermosas. La moda cambia. El estilo permanece. ¡Que viva el estilo! Escrito por Manu Guerrero