Cuadernos Plural #3

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Familias LGB en Extremadura: Mirando hacia el futuro Santiago AgustĂ­n RuĂ­z


03 Abril 2012

Jose Mª Nuñez Blanco Silvia Tostado Calvo David Luceño González

GOBIERNO DE EXTREMADURA Consejería de Salud y Política Social

BA-122-2012 - ISSN: 1889-99-78


INDICE INtroDuCCIóN 1. IDENtIDaD y EstruCtura EN las famIlIas CoN paDrEs y/o maDrEs homosExualEs o bIsExualEs 1.1 orientación sexual: ¿madres y padres homosexuales o bisexuales? 1.2 Estructuras familiares lGb 1.2.1 familias nucleares 1.2.2 familias reconstituidas 1.2.3 familias monoparentales 1.3 algunos datos sociodemográficos

2. Cómo llEGaN los NIños/as a uNa famIlIa lGb 2.1 hijos/as de relaciones heterosexuales 2.2 Inseminación artificial o fecundación in vitro 2.3 Gestación subrogada 2.4 adopción por personas del mismo sexo 2.5 familias de acogida lGb 2.6 tendencias en la formación de familias lGb

3. las famIlIas lGb y su ENtorNo soCIal y famIlIar 3.1 Derechos sociales y relación con la administración 3.2 relaciones con el entorno familiar 3.2.1 reacciones de aceptación en el entorno familiar 3.2.2 Complicaciones en las relaciones con el entorno familiar 3.3 relaciones con el entorno social 3.3.1 Espacio exterior y vecindario 3.3.2 relaciones de amistad y relaciones con la comunidad 3.3.3 relaciones en el entorno laboral 3.4 relación con el sistema sanitario 3.5 posición ante el movimiento de derechos lGbt

4. Cómo sE rElaCIoNaN los hIjos/as DE famIlIas lGb 4.1 relaciones entre padres/madres e hijos/as 4.2 Visibilización 4.2.1 Cómo se hacen visibles los hijos de familias lGb 4.2.2 Cómo manejar la homofobia 4.3 roles sexuales en hijos e hijas de familias lGb 4.3.1 manejo de los roles sexuales 4.3.2 referentes masculinos y femeninos

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INDICE 4.4 la sexualidad de los niños y adolescentes de familias lGb 4.4.1 orientación sexual 4.4.2 Educación sexual 4.4.3 Identidad sexual 4.5 Contacto con otros niños y niñas de familias lGb

5. famIlIas lGb y sIstEma EDuCatIVo 5.1 relación con la escuela 5.2 Contenidos educativos 5.3 protección frente al acoso escolar

6. EpíloGo: El DEbatE CIENtífICo y aCaDémICo EN torNo a las famIlIas lGb 6.1 principales resultados de las investigaciones previas 6.2 argumentos contra las familias lGb 6.3 Investigación sobre necesidades y derechos, un nuevo modelo de estudio

bIblIoGrafía

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las primeras a las que hay que agradecer la existencia de este informe son a las personas, en abrumadora mayoría mujeres, que han tenido la voluntad de compartir aquí sus testimonios y experiencias. Ellas han abierto las puertas de sus hogares y han hablado de aspectos de su intimidad muchas veces alegres pero otras no tanto. pocos investigadores se habrán sentido tan respetados como yo durante las entrevistas que derivaron en este documento. también quiero agradecer su paciencia y apoyo a Esperanza ochaíta, catedrática de psicología Evolutiva y de la Educación de la universidad autónoma de madrid y directora de la investigación doctoral que se desarrolla paralelamente. tener tan cerca a un referente no sólo en la investigación, sino en la construcción de los derechos de la infancia y la adolescencia es todo un privilegio. Estas páginas no existirían sin la colaboración de antonio ayala, padre gay y maestro de educación infantil a un tiempo, que fue quien me introdujo en primera persona en la realidad de las familias lGb, llenando mi “mochila” antes de comenzar con conocimientos teóricos e impresiones prácticas. si el texto tiene un carácter eminentemente optimista, eso se debe a los chicos y chicas que han participado en los programas de educación sexual que imparto en distintos institutos de la periferia de madrid. frente a la imagen sesgada que se nos transmite de las nuevas generaciones, ellos y ellas me demostraban día a día con sus opiniones, gestos y vivencias que la intolerancia frente a la diversidad sexual se está convirtiendo cada vez más en un residuo del pasado. por último, muchas gracias a pablo Cantero y josé maría Núñez, dos hombres que han demostrado que la voluntad individual es capaz de derivar en transformaciones sociales que acaban beneficiando a todos y todas. sin ellos Extremadura sería diferente.


INtroDuCCIóN

la existencia de gays, lesbianas y bisexuales que ejercen o quieren ejercer como padres y madres ha generado grandes debates tanto a nivel social como legislativo y científico. se ha discutido acerca de los “derechos” de las personas homosexuales, sobre los “efectos” de las familias que forman, sobre su “normalidad”, su “moralidad”, su “capacidad”... pero lo cierto es que el conocimiento sobre esta cuestión no termina de concretarse. ante el desconocimiento que sigue rodeando la diversidad familiar, queremos presentar la realidad de las familias lGb desde dos puntos de vista: • por un lado reflejamos, dándoles voz, las experiencias de varias madres y padres homosexuales y bisexuales que viven en Extremadura. repasamos con sus palabras algunos de sus recorridos vitales, preocupaciones, ilusiones, inquietudes y demandas. se trata del resultado de una serie de entrevistas directas con 12 componentes adultos de 8 familias LGB residentes en Extremadura. hemos contado con el testimonio de 10 mujeres lesbianas o bisexuales, un hombre gay y la mujer heterosexual que ha sido madre mediante un acuerdo con él. todas estas personas nos han ofrecido su testimonio libremente y residen tanto en ciudades como en núcleos rurales grandes. • paralelamente, hemos ido poniendo esta realidad en el contexto de las investigaciones, estudios y publicaciones que han ido apareciendo en las últimas décadas, tratando de trasladar un panorama general sobre el estado de la materia.


partimos de la base de que las familias LGB existen, y seguirán existiendo con mayor o menor reconocimiento legal, con mayor o menor visibilidad y con estructuras que variarán en números y proporciones según el contexto social en el que aparezcan. En el caso concreto de Extremadura, la realidad de esta existencia es, en líneas generales, positiva, y pionera si la comparamos con la mayor parte del planeta. por este motivo, a pesar de las dificultades que han podido vivir quienes han participado en nuestro estudio, las conclusiones que se proponen son optimistas. se busca la utilidad para investigadores, profesionales y activistas, pero muy especialmente para aquellas personas que sientan inquietud por los modelos familiares que forman personas con una sexualidad distinta a la mayoritaria. algunos podrán mirarse en el espejo de sus experiencias y otros, tal vez, animarse también a criar niños y niñas.


Identidad y estructura en las familias con padres y/o madres homosexuales o bisexuales

1. IDENtIDaD y EstruCtura EN las famIlIas CoN paDrEs y/o maDrEs homosExualEs o bIsExualEs

antes de comenzar es importante definir de qué estamos hablando exactamente, y no es tarea fácil, puesto que adjetivar una familia en función de la orientación sexual de uno o varios de sus componentes resulta cuanto menos excepcional. El concepto de familia homoparental o familia LGB probablemente dejará de emplearse cuando la diversidad sexual esté completamente incluída. En la actualidad nos remite a tres términos (homosexualidad, familia y parentalidad) que no tienen una definición consensuada ni mucho menos cerrada. la definición de familia ha evolucionado enormemente en las últimas décadas (rodrigo y palacios, 1998; arranz, 2009), y puede aplicarse desde a núcleos de convivencia de lo más variado hasta a sistemas de relaciones entre personas que ni conviven ni comparten lazos de sangre. la asociación Nacional de trabajadores sociales de EE.uu. (NasW, 1999) la define como “el agente primario de socialización así como la unidad económica primaria en nuestra cultura”, y lo habitual en el ámbito académico es asimilar el término a unidades de convivencia y crianza, aunque socialmente abarca también a más personas con las que no se convive, como tíos, abuelos, primos, etc. En nuestra cultura (mediterránea) puede aplicarse también a grupos que se reparten en distintas unidades de convivencia pero que muy a menudo comparten tareas domésticas y/o de crianza, línea que seguiremos aquí.

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la parentalidad es también un constructo en constante evolución, y podemos definir como “padre” o “madre” a personas que tienen distintos lazos biológicos y de crianza con un niño/a. tradicionalmente el término se refiere exclusivamente a aquellas personas que le han concebido, pero se emplea también para referirse a quien le adopta, acoge, o incluso a otras figuras adultas involucradas en la crianza. las experiencias que recogemos nosotros se refieren a aquellas personas a quienes los niños identifican como “madres” o “padres”, independientemente de su estatus legal o los lazos sanguíneos que existan. por último, la orientación sexual es un factor de la personalidad que no es bipolar y puede analizarse en distintos niveles (atracción, prácticas, deseos fantasías y sueños) que no siempre son coherentes entre sí (agustín, 2009). Nosotros hablaremos de lesbianas, gays y bisexuales cuando las mismas personas se identifiquen como tales. En los próximos capítulos vamos a hacer referencia a muchas situaciones en las que, de una forma u otra, se puede hablar de “familias homoparentales” o “familias LGB”. hemos optado por la definición más abierta posible, entendiendo como tal a cualquier familia en la que exista al menos un niño o una niña y al menos una persona homosexual o bisexual a quien este niño/a identifica como padre o madre. pese a que la orientación sexual de los padres o madres de un niño es sólo un aspecto más en su familia, y desde luego no el más importante, todas las familias que hemos entrevistado comparten una “identidad LGB”: son conscientes de constituir un modelo familiar a menudo excluido, poco conocido y digno de

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ser visible. Esta identidad basada en la orientación sexual de padres y madres les define sólo en parte, puesto que se suma a otras muchas características, como el número de miembros, la procedencia social, capacidad económica, nivel cultural, etc. En un primer momento, nuestro estudio planteaba también la posibilidad de abarcar familias con padres o madres transexuales (hablaríamos entonces de familias LGBT). De hacerlo estaríamos confundiendo orientación sexual e identidad de género, y la inclusión simbólica de la “t” resultaría no sólo poco rigurosa, sino injusta para los padres y madres transexuales, que viven una realidad condicionada en muchos aspectos por la confusión social producida entre homosexualidad y transexualidad.

1.1 orientación sexual: ¿madres y padres homosexuales o bisexuales? En el anterior Cuaderno plural (Diversidad Sexual en las Aulas. Evitar el bullying o acoso escolar homofóbico) hacíamos un repaso acerca del concepto de orientación sexual, y lo relativamente novedoso de considerar la existencia de una identidad homosexual o heterosexual. siempre han existido quienes se relacionaban eróticamente con otros de su mismo sexo, pero sólo a mediados del siglo xIx comenzó a considerarse que el deseo marcado hacia hombres o mujeres formaba parte de la personalidad de cada cual. antes, simplemente, se sabía que había conductas eróticas de un tipo u otro, con hombres o con mujeres, pero no se pensaba que éstas tuviesen relación alguna con la per-

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sonalidad del individuo. a partir de la inclusión de la orientación sexual en la personalidad, comienzan a formarse las primeras identidades “homo”, “bi” y en contraposición, “heterosexuales” que incorporan el deseo sexual en el modo de presentarnos ante el mundo o ante nosotros mismos. tal como señala pichardo (2009), las primeras identidades lGb vienen impuestas desde fuera, pero posteriormente muchas personas se apropian de esta diferenciación considerándose a sí mismos homosexuales o bisexuales. Con el tiempo, diversos autores o grupos de investigadores han creado modelos o “escalas” con más o menos acierto y combinando distintos factores como deseo, fantasías o atracción, que servirían para definir la “orientación del deseo” de los individuos (berkey y cols., 1990; Kinsey y cols., 1948; Klein sekepof y Wolf, 1985), pero sigue siendo difícil consensuar qué significa ser “gay”, “bisexual” o “lesbiana”1. En la tabla 1.1 presentamos los principales resultados estadísticos respecto a la orientación sexual en España. tabla 1.1 La orientación sexual en cifras - En nuestro país un 3% de la población ha tenido al menos una relación homoerótica según el Instituto Nacional de Estadística (2004). Se trata del dato más avalado, pero lamentablemente nos habla sólo de si las personas dicen haber tenido o no relaciones con personas de su mismo sexo, no de sus deseos o si se identifican como homo, hetero o bi sexuales.

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y lo va siendo cada día más, según aparecen nuevas realidades y nuevas identidades, algunas de las cuales cuestionan la propia existencia de los sexos masculino y femenino.

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- Algunos autores elevan el porcentaje de quienes han tenido contacto erótico con resultado de orgasmo con alguien de su mismo sexo a lo largo de su vida al 25-40% (Landarrajoitegui, 2000). - De acuerdo con el Centro de Investigaciones Sociológicas (2011), entre los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años, el 2% de los chicos y el 2,2% de las chicas sólo se siente atraído por personas de su mismo sexo, mientras que el 4,5% de las chicas y el 1,4% de los chicos dice sentirse atraído principalmente por personas de sexo opuesto pero también por personas del mismo sexo. Pichardo y colaboradores (2007) encontraron que de una muestra de más de 4.000 estudiantes, aproximadamente el 1% afirmaban sentirse atraídos únicamente por personas de su mismo sexo, otro 1% afirmaba no tenerlo claro, el 3% se situaba en posiciones, intermedias y más del 10% prefería no contestar. - El porcentaje de matrimonios entre personas del mismo sexo ha ido creciendo en los últimos años desde su aprobación (2005-2010), pasando de un 1,06% en 2005 a un 2,5% en el primer trimestre de 20102. La proporción de matrimonios entre hombres ha duplicado cada año la de mujeres.

al preguntarles por su identidad, encontramos gran variedad entre los componentes adultos de las familias que hemos estudiado: aunque relacionarse con personas de su mismo sexo constituye un elemento importante de su identidad, cada persona lo expresa de una forma característica. Entre las 12 definiciones que hemos encontrado ninguna es igual a otra, y la

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Datos extraídos de la publicación del movimiento Natural de población del Instituto Nacional de Estadística

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mayoría ha pasado por distintas experiencias y deseos más o menos heterosexuales, sea en el pasado o en la actualidad. Esta diversidad nos llevó a plantearnos, a medida que realizábamos las entrevistas, cuáles hubieran sido los resultados si explorásemos la definición sobre su propia orientación sexual que darían los componentes de familias “heterosexuales”, entre quienes gran número de personas también han tenido experiencias y deseos homosexuales. Veamos los tres tipos de identidades que encontramos nosotros: Identidad homosexual. Varios de los padres y madres que hemos entrevistado se definían a sí mismos como gays o lesbianas, es decir, como personas homosexuales. Curiosamente, son una minoría quienes se han identificado así desde el comienzo de la madurez, aunque también es cierto que en tres de las familias los niños son fruto de relaciones heterosexuales, por lo que sus madres han tenido al menos una relación con un hombre en el pasado. El testimonio más representativo es el que sigue a continuación, en el que una mujer nos cuenta que para ella el lesbianismo es parte de su forma de ser, de manera permanente e inalterable: “Yo soy lesbiana. Desde el primer momento y nunca me he escondido. La familia mía somos muy grande, y de toda la familia la que se lo vine a contar fue a mi madre primero, y me apoyó desde el primer momento… antes con esa sonrisa de que no creía; pero a la hora de la verdad… el que peor lo llevaba era el abuelo, pero igualmente me apoyó muchísimo. Somos cinco hermanos y de los cinco también tuve mucho apoyo. Por ahí a los 10 años vine a descubrir que me gustaban las mujeres… Y poco a poco vas viendo cosas, escuchas y todo y yo… me di cuenta de que este era mi camino. He tenido muchas relaciones, muchas amigas. Compromisos serios he tenido dos y este tres, pero relaciones cortas he tenido muchas.”

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para otra mujer, sin embargo, el considerarse lesbiana es resultado más bien de su estado actual: en estos momentos está enamorada de otra mujer, por lo que ahora es lesbiana. pese a que en el pasado ha tenido otra orientación, su identidad a este respecto está guiada por el presente. además, para esta mujer, definirse como lesbiana es una posición política, de autoafirmación en la relación con los demás: “Ahora mismo sí, ahora mismo mi identidad es lesbiana… Pero yo tuve una pareja heterosexual durante 15 años de la que estuve muy enamorada. Yo en aquel momento me consideraba heterosexual… Pero después me enamoré locamente de Lucía [su actual pareja] (…) Me enamoré y dije, “bueno, porqué negarme a ser feliz, ¿no?”. Lucía tuvo un novio pero luego ha tenido… nunca parejas estables pero sí ha estado con otras chicas, sí. Yo digo que soy lesbiana; evidentemente, el ser lesbiana también es una posición, ocupa un puesto. Es diferente, una posición también política (…) tú te relacionas de otra manera. Por ejemplo, yo he seguido trabajando en el mismo sitio… Cuando la gente se pone a hablar de su pareja… “a mi fulanito no le gusta tal comida”, de esto que es normal, ¿no? Pues yo a partir de que fui pareja de Lucía empecé a hablar también de eso”

El planteamiento “político” que hace esta mujer nos resulta especialmente interesante. así como en otros momentos o culturas, la orientación sexual ha sido más o menos relevante, hoy muchas personas ven imprescindible identificarse públicamente como LGB en respuesta a la represión social que sufren. sin actitudes individuales difícilmente se conseguirá llegar a la inclusión, puesto que la diversidad podría quedar oculta. una tercera forma de sentirse homosexual es la que plantea el único hombre de nuestro estudio. para él, definirse como gay es una forma de tomar postura ante sí mismo respondiendo a una pregunta que, a su modo de ver, viene inducida por el contexto social. sin embargo, aun identificándose

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como homosexual, deja abierta la puerta a los deseos o experiencias heterosexuales: “Sí, me gustan más los hombres. Y me identifico como gay. (…) Tampoco es que haya sido una cosa así de siempre, porque yo de quien recuerdo de toda la vida, de quien yo estaba enamorado que te mueres es de una amiga mía, una chica. Pero luego también pasaron los chicos por delante, ¿no? Y entonces es una cosa… hasta que dices, “hasta aquí hemos llegado. Yo ya no quiero saber más de nada y quiero esta estabilidad mental por lo menos.” O sea que es un poco digamos, tormentoso. Es una cosa bastante extraña, por que yo amores que haya tenido, mi amiga y luego otro chico que… y luego, pues vale, sí, pero también un poco extraño… aunque ya te digo, yo sí me considero gay aunque haya habido eso(…) Ese deseo tan marcado de la sociedad de decir “eres una cosa” o “eres otra cosa”… “¡déjame en paz, que esté con quien me de la gana!” ¿Por qué tienes que decir “siempre voy a estar con un tío”, o “siempre voy a estar con una tía”? Me gusta estar con quien sea, con una persona con la que estás bien, ¿no?”

Identidad bisexual. sólo una de las participantes en nuestro estudio se identificaba como bisexual, conclusión a la que había llegado, según nos cuenta, tras un proceso de reflexión. sin embargo, nos aclara que su deseo va dirigido en estos momentos hacia una mujer y que, aunque en el pasado tuvo relaciones heterosexuales, le parece difícil volver a tenerlas. Ella lo explica así: “Yo después de una jornadas que hicimos aquí en Cáceres he descubierto que soy bisexual. Sí tengo claro que no estaría ahora con ningún hombre. De momento, vamos. Pero… me tendría que cambiar mucho la vida para volver a estar ahora con un chico… Si nosotras nos separáramos y yo volviera con un chico, tendría que encontrar un chico que fuera como ella, y es muy complicado”

llama la atención que sólo una de las entrevistadas se identifique como bisexual, a pesar de que son mayoría quienes reconocen

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algún grado de atracción hacia personas de su mismo sexo. tal vez se deba a lo relativamente novedoso de esta categoría, más reciente aún que la propia división entre “hetero” y homosexuales. también es posible que una vez hemos decidido identificarnos con una orientación sexual para muchas personas resulte más seguro identificarse como homosexuales, tal como exponía el chico de nuestro estudio. la identidad bisexual viene asociada a todo un cúmulo de estereotipos que muchas veces han calado incluso entre quienes se consideran gays o lesbianas, como pueden ser la permanente búsqueda de relaciones, la imposibilidad de encontrar pareja de uno u otro sexo debido a un deseo por los dos o la falta de madurez. Identidad abierta. por último, varias mujeres definen su orientación sexual de forma abierta. aunque tienen conciencia de formar parte de una familia LGB, para ellas se trata de una etiqueta con la que no se sienten cómodas. probablemente, estas identidades son más coherentes con las últimas teorías respecto a la conformación del deseo sexual, que puede conjugar distintos grados de atracción, distintas preferencias, cambios en la evolución personal, etc. una de ellas lo expone con esta contundencia: “Nunca me ha gustado lo de etiquetarme, la verdad. Creo que lo mismo podría haber estado con un hombre que con una mujer, y vamos, y he estado. Y sí que me siento más cómoda. Yo en realidad he tenido dos relaciones [con chicas]. He tenido más relaciones con chicos que con chicas.”

las otras mujeres que se identifican de manera abierta dan argumentos similares. reconocen en su experiencia deseos de distintos tipos, que les hacen difícil incorporarse en una catego-

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ría. otra mujer resume la confluencia de factores que guían sus deseos de la siguiente manera: “A mi me han gustado los hombres y yo creo que me siguen gustando todavía. Una cosa no quita la otra ¿no? ¿Me puedo considerar bisexual? Sí, pero ahora mismo me puedo considerar lesbiana porque tengo una relación con una mujer, así que no me considero bisexual. Eso no quita de que vea un hombre y diga que está bueno.”

Como conclusión, podríamos afirmar que entre los adultos de estas familias, y probablemente en la sociedad general, existen tantas formas de ser homosexual o bisexual como de ser persona. tantas, seguramente, como formas de ser “heterosexual”.

1.2 Estructuras familiares lGb a la hora de definir lo que es una familia y analizar sus estructuras partimos de la propuesta de leungs, Erich y Kanenberg (2005), que hablan de “dos o más personas que se consideran a sí mismas como una familia y que toman entre ellos compromisos y responsabilidades que se asumen comúnmente como fundamentales para la vida familiar”, aunque también nos parece interesante la definición que hace la socióloga Inés alberdi (1999)3: “La familia está formada por dos o más personas unidas por el afecto, el matrimonio o la filiación, que viven juntas, ponen sus recursos materiales en común y consumen conjuntamente una serie de bienes en su vida cotidiana”. las familias LGB extreme-

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Citada en pichardo, 2009

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ñas reproducen modelos de convivencia similares a los que se observan también entre las familias heterosexuales. En nuestro caso, hemos encontrado dos familias nucleares (una pareja con niños/as), dos monoparentales (una mujer o un hombre con niños/as) y cuatro reconstituidas (una pareja que cría a niños/as nacidos en el seno de una relación anterior). Cada estructura familiar tiene condicionantes distintos que es bueno estudiar por separado. Veamos:

1.2.1 familias nucleares hablamos de familia nuclear para referirnos a aquellas parejas que cuidan a uno o varios niños nacidos en el seno de la relación entre las mismas, es decir, cuya filiación es simultánea y forma parte de un proyecto común. se trata del modelo básico que actualmente se establece en occidente y al que, por distintos motivos, aspiran muchas personas. sin embargo, y pese a su difusión, no siempre ha sido el modelo mayoritario. En otras épocas predominaban las familias troncales (que incluían también a miembros de la generación anterior: los abuelos), extensas (en las que conviven también tíos, hermanos con sus hijos, etc.) o reconstituidas, de las que hablaremos posteriormente y que suponen la unión entre personas que ya tienen hijos de otras relaciones. la formación de una familia nuclear era hasta hace pocos años terreno vedado para las parejas del mismo sexo y de hecho en nuestro estudio este modelo corresponde con los niños más jóvenes. Con la llegada de las técnicas de reproducción asistida y la adopción individual comenzaron a aparecer las primeras fa-

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milias nucleares lGb, aunque de manera irregular, puesto que los niños sólo podían ver reconocida su filiación con uno de los miembros de la pareja: la madre que se inseminaba o la persona que les adoptaba individualmente. “Nosotras sí teníamos claro que queríamos tener familia, pero no sabíamos que nos teníamos que casar. Porque conocimos a unas chicas de Valencia [que les informaron de la necesidad de casarse para poder realizar la filiación conjunta]… si no, no hubiésemos podido registrar a la niña.” (Carmen): “Si no, Alejandra tendría sólo una mamá ahora. Que estamos muy bien, muy felices, pero no entraba en nuestros planes casarnos, por lo menos no así… Fue, vamos, de penalti total.”

puesto que es el modelo principal en nuestro entorno, los vínculos y los afectos en la familia nuclear se desarrollan con más naturalidad. los niños aprenden fácilmente que son hijos de las dos personas que les crían, y que son fruto del proyecto común de ambas personas, que se respaldan entre sí. la única diferencia con otras familias nucleares que el niño o la niña puede conocer estriba en el sexo de sus padres o madres, que en este caso es el mismo, de ahí la necesidad de utilizar una calificación distinta para cada persona, a la que todavía no estamos acostumbrados. respecto a la claridad en los vínculos, una madre explica cómo su hijo aún confunde los nombres pero tiene claros los vínculos: “Con los nombres tiene un follón… porque intentamos decir una “mamá” y otra “mami” y claro, es muy gracioso… ya sí lo va diferenciando, yo soy “mami” y Silvia es “mamá”, pero si yo estoy sola con él, yo soy mamá también ¿sabes? Y a veces dice ¿dónde está “mamamami”? Y entonces… tiene un follón. Supongo que seguiremos intentando lo de “mamá” y “mami” pero bueno, se lía un poco todavía. Pero vamos, sí se da cuenta de que cuando llama a una o llama a otra. Por aspectos más secundarios o, yo que sé, por la interacción que tienes con él.”

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En cuanto a la distribución de tareas y roles, encontramos dos modelos distintos. por un lado, algunas parejas homosexuales mantienen una separación equiparable al tradicional reparto de tareas, en el que uno de los cuidadores (en las familias heterosexuales, la mujer) adquiere un papel principal y el otro actúa más como “apoyo” en la crianza. una de las mujeres lo expresaba así: “Pero al final la madre principal soy yo, y yo creo que Ángeles es la que apoya… al final asumimos tareas o roles…”

sin embargo, el modelo predominante en parejas del mismo sexo parece ser de un reparto equitativo en las tareas de cuidado a los niños, independientemente de quién haya sido la madre gestante, quien haya adoptado originalmente o aportado la carga genética. Esa es al menos la conclusión de las investigaciones realizadas hasta el momento en distintos países (bos y cols. 2004) y también en España (González, 2002) en las que se compara el reparto de tareas entre familias de mujeres y en las compuestas por personas de distinto sexo. Esta crianza equitativa se ha puesto en práctica desde los primeros meses de vida de los hijos/as, tal como explican las dos parejas: 1/ (Carmen): “De las tareas lo único que yo no hago es ducharla, bañarla, porque me da miedo. Todo lo demás lo hacemos entre las dos.” (mónica): “Entre las dos. (Carmen): “La ducha sí que yo no me he atrevido todavía.” (mónica): “La baño yo, pero la secamos las dos, el masaje entre las dos…” 2/ (laura): “Con la lactancia estaba claro que lo daba yo. En cuanto ya se puedo introducir [el biberón] pues lo dabas tú [refiriéndose a la madre no gestante]…” (silvia): “Todo lo que no era pecho pues sí, empecé yo enseguida a mezclar o a intentar dársela yo para que también reconociera, digamos, aceptara…”

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En todo caso el reparto tradicional de las tareas impregna muchos aspectos de la sociedad en la que viven, y a nivel laboral aún resulta difícil conciliar igualitariamente. a la hora de acceder a la baja de maternidad, sólo se recibe una, y en estos casos la decisión ha sido a favor de la gestante: “Legalmente no te dan baja de maternidad a las dos… Vamos, legalmente las puedes repartir, pero vamos… te dan el equivalente a una de maternidad y una de paternidad… Ella cogió la de maternidad y yo la de paternidad. A mí me gustaría, sí, claro que me hubieran dado cuatro meses a mi también, pero… al final digamos el planteamiento no es tanto ese… el planteamiento es que… al final lo que tienes son 16 semanas por una parte y dos semanas por otra. Al final lo que tienes son 18 y parece más razonable que esté el máximo posible… y más si hay lactancia… con la madre biológica y bueno, pues qué le vas a hacer… En nuestro caso que una vez te incorporas al trabajo no nos queda más que guardería, pues extiendes todo lo que puedes el tiempo de casa…”

1.2.2 familias reconstituidas Nos referimos a aquellos modelos en que conviven una pareja y los hijos aportados a la familia por uno o los sus miembros fruto de relaciones anteriores. se trata de un tipo de convivencia emergente que cada vez cobra más fuerza tanto entre personas heterosexuales como entre personas homosexuales. pese a su aumento exponencial, se trata de un modelo sobre el que se habla poco, lo que a veces acarrea algunos problemas. los niños de estas familias viven un cambio muy importante al pasar a convivir con la nueva pareja de su madre/padre, precedido generalmente por un proceso de separación o duelo. Cuatro de las familias que han participado son reconstituidas, siendo por ahora el modelo mayoritario entre las familias LGB.

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según manifiestan las madres, sus hijos no se han librado de las dificultades propias de estas situaciones; como pueden ser los temores de los niños ante la separación de sus padres. aunque es completamente natural, una ruptura del núcleo familiar es un suceso traumático para cualquier niño: implica un cambio brusco de sus rutinas, viene acompañado de emociones estresantes o conflictos por parte de los padres o madres y, especialmente, supone una modificación del vínculo con el padre o madre con quien va a dejar de convivir. una de las madres explica así la reacción de su hija: “Sofía lo que entendió peor fue la separación. No entendía que su padre y yo nos hubiéramos separado cuando no nos llevábamos aparentemente mal. (…) Su padre se fue a otra vivienda y los niños siguieron viviendo con nosotras y siempre con mucha relación con su padre. Sobre todo Sofía, que veía a su padre muy desvalido”.

además, ante una ruptura, niños y niñas son testigos directos de cómo una relación en la que, al menos en teoría, había cariño y estabilidad, se rompe. Necesitarán comprender que eso no amenaza sus propias relaciones y vínculo afectivos, puesto que si bien el amor entre dos adultos puede perderse, esto no ocurrirá con el afecto que sienten ambos hacia él o ella. otro problema que puede añadirse en las familias reconstituidas son los conflictos con las antiguas parejas en cuanto al cuidado de los niños una vez se ha producido el divorcio, situación que también manifestaba una de las madres: “El padre pasa del niño. El niño va siendo mayor y va dándose cuenta de cosas, por lo tanto cada vez va con su padre más a disgusto (...) No cuida su relación con Manuel en ningún sentido. Ni en el económico que al fin y al cabo es importante pero para mi es el

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menos importante, ni en el afectivo, ni… De régimen de visitas él tiene establecido dos tardes en semana, y en el mes de agosto va a hacer dos años que no visita ni una sola tarde a su hijo, y luego los fines de semana depende de si a él le cuadra o no le cuadra”

sin embargo, no en todos los casos el divorcio y posterior formación de una pareja del mismo sexo ha supuesto un conflicto: “Con su padre tienen muy buena relación. De hecho Sofía ha estado viviendo fuera en Madrid y ahora que ha vuelto está viviendo con su padre que vive sólo. Ella vivió a caballo con nosotras y con su padre porque el instituto estaba cerca de donde su padre vivía.”

uno de los aspectos más importantes cuando se forma una familia de este tipo es el papel que cada uno de los adultos va a tomar con los hijos que, hasta ese momento, eran sólo de uno de los miembros de la pareja. las respuestas varían en función de muchos factores, entre los que destacan la relación que tenga el niño/a con su otro padre/madre original, la edad del niño/a o los deseos de paternidad de la nueva pareja. De los cuatro núcleos de familias reconstituidas que hemos conocido sólo en uno la pareja de la madre original comenzó a ejercer como madre del niño a raíz de la nueva situación: “El papel de ella [lorena] es de madre. Legalmente no va a poder ser, pero es su madre y de hecho el niño le llama mami porque empezó equivocándose “mama, mami, ¡uy!, Lorena”, y llegó un momento en que él se dio cuenta que se le iba pero ya le llama mami voluntariamente. Y de hecho de él fue la idea de decir: “Tú eres mamá y tú mami, así no nos equivocamos” Ayer lavándonos las manos, él dijo: “Es que mi padre y mis dos madres son tan buenos”… (…) él tiene mucha suerte porque tiene dos mamás. Él está encantado… la verdad es que son dos pendientes de él.”

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Identidad y estructura en las familias con padres y/o madres homosexuales o bisexuales

En los otros dos casos no se ha producido esta nueva filiación, tal como explica otra pareja: (teresa): “Nosotras no estamos casadas. Para mi sí es una familia, es mi hijo y es mi pareja, y yo quiero que todos seamos una familia. Pero yo no creo que Marta considere a Juan su hijo, ni él le considera a ella su familia” (marta): “No, él tiene un padre y una madre y pues, no. Entiendo que si yo hubiera llegado aquí y Juan tuviera 3 años, tal vez las cosas hubieran sido diferentes. Pero al tener él 14 años, es una edad muy complicada, y bastante ha sido centrarse en que hubiera una convivencia normalizada y un respeto… Porque no eran tiempos fáciles” (teresa): “Es difícil. Ten en cuenta que yo no sólo me separo de su padre sino que formo una pareja con Marta y se viene a vivir aquí. Eso en menos de un año. A él no le dio tiempo a asimilar una cosa cuando se vio metido en otra. (…) Lo cierto es que no hemos tenido riñas ni reproches, pero es difícil.”

ambas posibilidades son igualmente válidas, y las familias que hemos entrevistado se mostraban satisfechas con los vínculos que habían creado aunque estos fuesen diferentes entre sí. sin embargo, conviene resaltar algunos aspectos para evitar confusiones o malestar: la participación de los hijos/as es importante. Efectivamente, un niño no puede decidir acerca de las relaciones afectivas de sus padres/madres, ni siquiera acerca de con qué personas convivirá (aunque si hay distintas opciones sí podría escoger), pero si los niños/as se sienten partícipes del proceso y perciben que su opinión y sus emociones son tenidos en cuenta, se sentirán mejor. Destacamos, por ejemplo, el modo gradual y más o menos explícito con que uno de los niños ha ido participando en la conformación de la nueva identidad familiar, que, si bien es agradecida por ambas mujeres, no se ha impuesto:

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“Nosotras tuvimos muy claro desde que empezamos a salir que al niño no le íbamos a forzar a nada (…) y rodando sólo ha sido el niño el que ha ido demandando y nosotros hemos ido dando (…) por ejemplo, cuando Lorena le preguntó “¿Y dónde me recomiendas tú que me alquile un piso?” el niño dijo “Vente a nuestra casa, que te dejamos” Salió de él. (…) Ir andando y ver arroz en el suelo y decir mira, ha habido una boda “¡Vivan las novias!”… Ha ido saliendo de él. El que él le llame mami, el que él le pida permiso a ella para ciertas cosas… ha sido él el que ha ido poniendo las pautas. Ha sido una decisión que hemos tomado nosotras, que el papel de Lorena va a ser el de madre, pero porque el niño lo ha demandado así.”

No es necesario forzar vínculos que las personas no sienten o no desean. si un niño antes tenía un padre y una madre, y ahora aparece un cuidador más, tanto mejor, pero si la nueva relación es más distante, no hay tampoco ningún problema. por otro lado, el afecto o el respeto no pasan irremediablemente por asumir roles paterno o maternofiliales: los niños pueden convivir perfectamente con las parejas de sus padres o madres sin tomarles como tales. así lo explican dos mujeres: (marta): “Hay gente que se cabrea y dice “No, no, si estáis viviendo juntas y es el hijo de ella, pues es tu familia. Pues no, será lo que asimilemos que somos. Y en principio somos… un grupo de personas que vivimos juntas y nuestro nexo común es ella. Hace poco alguien me dijo “no, no, es tu hijo”. No, no es mi hijo” (teresa): “Yo no puedo pedir a mi hijo a que considere a Marta otra madre. Ya tiene una, él ya tiene su madre. Tiene muy claro su familia, su padre, sus abuelos, su…”

si se opta por la filiación, ésta ha de ser permanente. ya hemos señalado que los niños que han vivido una ruptura a menudo tienen miedo al abandono; y lo cierto es que en algunos casos, cuando asumimos a la ligera una filiación, este abandono puede producirse. para la estabilidad de los niños resulta de especial

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importancia que si la nueva pareja de su madre/padre va a comenzar a identificarse también como “padre” o “madre”, se trate de una relación con proyecto de permanencia, independientemente de que las circunstancias de la nueva pareja puedan cambiar. para los niños el paso por distintas rupturas resulta estresante y doloroso, pero más aún lo es reconocer a una persona como padre o madre y ser “abandonado” por éste/a una vez se rompe la relación de pareja en que se han implicado. En este sentido, una pareja reconstituida de nuestro estudio había hecho una reflexión explícita al respecto: “En el caso de una ruptura entre Lorena y yo, nosotras nos romperíamos en mil trozos, pero el que peor lo pasaría es el niño, porque no deja de ser una de sus madres que se larga, porque con las dos no va a estar… Nosotras esperamos que no sea así, pero si pasase algo así, yo estoy convencida de que la relación entre el niño y Lorena no se rompería. No se rompería porque yo estoy convencida de que ella no querría romperla, y yo por supuesto no haría nada por romperla. Va a ser su madre el tiempo que estemos y no se puede romper.”

En todo caso, en las familias reconstituidas no es posible regularizar esta nueva filiación cuando el niño o la niña ya tiene reconocida la paternidad/maternidad con dos personas. así lo explica la madre de esta familia: “Adoptarle no puede adoptarle mientras que Francisco [el padre] exista. Mientras tenga la patria potestad compartida conmigo… Mientras que él sea el padre legal del niño, Lorena no le puede adoptar. (…) Si ella pudiera adoptaría al niño. Yo lo he estado comentando con mi abogada, la posibilidad de que tengan algún derecho y ella me ha dicho que Lorena legalmente nunca va a ser nada de Manuel. Yo le he dicho que si nos casamos que sí será algo del niño, puesto que yo soy su madre legal y biológica… pero no. (…) Si a mi me pasase algo, el niño se iría con su padre, pero Lorena tendría derecho a un régimen de visitas”.

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Es importante hablar claramente del papel de cada cual y ser consistentes con los roles que asumimos ante los niños/as. todas estas circunstancias pueden generar muchas confusiones entre los miembros de familias reconstituidas, que a menudo no saben que “nombre” dar a la nueva relación entre adulto y niño. antiguamente se hablaba de “padrastro” o “madrastra”, pero esta etiqueta ha adquirido connotaciones muy negativas y en la actualidad la mayoría de los niños se refieren al nuevo adulto como “el novio/a de mi padre/madre”, pese a que el rol y las relaciones que se establecen pueden variar enormemente. puede ser una tarea bastante difícil, pero lo ideal es marcar de la forma más clara posible el papel que tiene cada cual en la convivencia, los límites que no se pueden traspasar y lo que se puede esperar de cada persona.

1.2.3 familias monoparentales las familias monoparentales son aquellas en las que un adulto sólo convive con su/s hijo/s, y agrupan tanto a madres y padres solteros como a divorciados. se trata de la estructura de convivencia que más esfuerzo supone para el adulto, puesto que una sola persona debe asumir todas las tareas del hogar, tomar las decisiones inmediatas, etc. hemos contado con dos familias monoparentales, encabezadas ambas por mujeres: una de ellas formada por una madre separada y su hijo (concebido junto a otra mujer) y otra en la que los niños eran hijos de un hombre homosexual pero vivían con su madre heterosexual. la maternidad en solitario entraña gran número de retos, pero a nivel social estas

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mujeres reciben pocas presiones por su condición de lesbianas, puesto que las familias monoparentales encabezadas por mujeres son relativamente frecuentes. Caso a parte son las familias monoparentales encabezadas por hombres homosexuales o bisexuales, de las que no hemos encontrado todavía ejemplos en Extremadura y que posiblemente se vean sujetas a mayor presión social. las dos familias monoparentales que hemos entrevistado contaban con otro adulto que ejerce como padre o madre, pese a no convivir con los hijos/as. otras familias están compuestas por madres o padres solteros, siendo ellos la única figura paterna o materna de los hijos/as y un último grupo estaría constituido por padres o madres en solitario que mantienen una relación conflictiva con el otro progenitor de los niños. En las familias de nuestro estudio los niños tenían una relación fluida e importante con el padre o madre con quien no conviven. una de las madres lo expresa así: “Hay cosas en las que yo también cuento con él de forma imprescindible a la hora de tratar con los niños… No sería yo la misma si fuera madre soltera, por ejemplo. Hay una persona más con la que cuento. Pero si familia se entiende por estar siempre juntos, vivir, yo no planteo familia con Lucas, por ejemplo (…) Él iba a ejercer de padre. Él viene y les ve, y ellos viven conmigo.”

Generalmente, estas son las familias más vulnerables a nivel económico, pero también se ha comprobado que muchas veces estos chicos y chicas maduran antes y asumen mejor responsabilidades familiares (tareas domésticas, atención y cuidado de otros miembros de la familia (Gately y schwebel, 1992). más allá de su propia estructura, este modelo familiar no cuenta con rasgos diferenciales en cuanto a su carácter lGb, sino que según las re-

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laciones que se formen a su alrededor, comparte peculiaridades tanto con las familias nucleares como con las reconstituidas.

1.3 algunos datos sociodemográficos los tres modelos principales de familias presentes en la sociedad española aparecen, como hemos visto, también entre las familias LGB. aunque no hemos encontrado referentes, es de suponer que otros modelos minoritarios también aparecerán en estas familias: formas comunitarias de convivencia, personas que viven con más familiares, custodia compartida, etc. Esta diversidad de modelos no se da sólo en las familias LGB, sino que en la sociedad general hace ya años que la familia nuclear heterosexual dejó de ostentar la mayoría absoluta, tal como señala pichardo (2009) haciendo un análisis de los datos del censo de población en España. En estos momentos, nos resulta imposible hacer una estimación del número de familias LGB, aunque en la tabla 1.3 presentamos algunos datos estadísticos. tabla 1.3 Las familias LGB en cifras - El porcentaje de nuevos matrimonios homosexuales ha pasado de constituir el 1,5 al 2,5% del total de matrimonios registrados en 2010. - Las últimas cifras sobre parejas homosexuales que crían niños y niñas provienen del censo de 2001, en el que había registrados 2.785 niños y niñas conviviendo con parejas del mismo sexo, cifra que a la luz de los datos obtenidos en otros países, podría representar menos del 10% de los hijos e hijas de familias LGB en España.

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- Los estudios referidos a Estados Unidos estiman que en este país el número de hijos e hijas de personas homosexuales ronda el 1% de la población infantil (Stacey y Birbatz, 2001), aunque según el criterio aplicado para definir a las personas homosexuales, esta cifra podría multiplicarse. El 1% es un porcentaje asumido también por aquellos que se han manifestado férreamente en contra de la homoparentalidad (Cameron, 2004). - El censo de EE.UU. permitió por primera vez en 1990 registrar a una persona del mismo sexo como “pareja no casada”, contabilizando entonces 145.130 parejas de este tipo. En 2000 la cifra ascendía a 594.691 (Pawleski y cols., 2006). En un 27% de esos hogares (34% de las parejas de lesbianas y 22,3% de las parejas de gays) vivían niños, aunque no se especifica su número. Por lo tanto, siendo conservadores puede deducirse que en EE.UU. al menos 160.000 niños y niñas son criados por parejas del mismo sexo. - En cuanto a la población europea, las investigaciones a gran escala sobre muestras aleatorias realizadas en Gran Bretaña o bien se ajustan también a esas cifras (Rivers y cols., 2008) o encuentran porcentajes bastante inferiores (0,22% en Golding y cols., 2001). - Si extrapolamos los porcentajes de EE.UU. y Gran Bretaña a la población española, estaríamos hablando de entre 90.000 (1%) y 20.000 (0,22%) niños y niñas hijos de personas homosexuales, de una población total de 9.031.929 menores de 18 años (INE; 2010). Tengamos en cuenta que en todas estas cifras no estarían incluidas las familias LGB monoparentales ni probablemente tampoco otras formas de convivencia no registradas en censos y padrones.

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hemos contado con una muestra de 8 familias, lo cual supone con toda seguridad una proporción pequeña del total de familias LGB que habitan en Extremadura, aunque sí se han respetado las proporciones sexuales que se ofrecen habitualmente: hay una clara mayoría de familias LGB encabezadas por mujeres. los estudios señalan que las familias LGB se encuentran por encima de la media en lo referente a estatus socioeconómico, circunstancia que no se confirma completamente para las familias extremeñas que han participado en nuestro estudio. aunque efectivamente hay varias parejas con una posición económica excelente, también nos encontramos con personas en paro o que tienen dificultades para llegar a fin de mes. En cuanto al nivel de estudios, sí se confirma la tendencia habitual: la mayoría de las investigaciones nos hablan de una sobrerrepresentación de las personas con estudios universitarios, cosa que también ha ocurrido en nuestra investigación.

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Cómo llegan los niños/as a una familia lGb

2. Cómo llEGaN los NIños/as a uNa famIlIa lGb

si por algo se diferencian las familias LGB de otros modelos familiares es por la diversidad de vías de acceso a la paternidad o maternidad que encontramos. todas las vías que vamos a mostrar a continuación aparecen también en familias heterosexuales, aunque naturalmente, en las familias LGB están sobrerepresentadas, puesto que es imposible la concepción entre personas del mismo sexo. Cada una de las vías de formación tiene sus propias peculiaridades, por lo que pensamos que deben presentarse por separado.

2.1 hijos de relaciones heterosexuales hasta hace muy poco, la mayor parte de niños y niñas de familias LGB eran fruto de relaciones heterosexuales anteriores a la “salida del armario” de los padres o las madres, y de hecho, el 50% de las familias que han participado en nuestro estudio se han formado de esta manera. Nosotros hemos encontrado con una brecha generacional en la que los niños más mayores provenían de relaciones heterosexuales y los más pequeños no; y esta misma brecha aparece también en las investigaciones realizadas por González y cols. (2002, 2005) y arranz (2010). De hecho, en la única investigación realizada con hijos adultos de familias homoparentales que se está realizando en España (González y lópez, 2005) 15 de

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los 16 participantes habían nacido en una relación heterosexual. En la investigación dirigida por la misma autora realizada con niños más pequeños, la proporción es de 18 sobre 28. hay distintas interpretaciones que pueden hacerse de este hecho. por un lado, puesto que la orientación del deseo puede irse modificando a lo largo de la vida, muchas personas pueden comenzar a sentir deseos homoeróticos después de haber formado una familia heterosexual. por otra parte, y probablemente éste sea el motivo principal, hasta hace pocos años (y aún hoy para algunos sectores) las familias LGB eran un contrasentido, y han sido muchos quienes, vistos en la tesitura de renunciar a tener hijos o renunciar a sus deseos, han preferido renunciar a los últimos. una de de las mujeres de nuestro estudio lo expresa así al referirse a una antigua compañera: “Yo de hecho en la otra relación que tuve, la razón fundamental que pesó para que rompiésemos fue eso. Ella decía que tenía que renunciar a ser madre para tener una relación homosexual. También es cierto que yo como de pequeña decía que iba a ser soltera y sin hijos, pues tampoco era algo que me preocupase mucho... Sí tenía asumido que había que renunciar a ello…”

otras muchas mujeres que actualmente se definen como lesbianas, no se sintieron siempre así, y tuvieron hijos con las personas que amaban en el marco de una relación heterosexual. una de las madres explica que ya había intentado tener hijos durante una relación anterior con un hombre: “Yo venía de otra relación anterior [con un hombre] y había estado intentando tener familia”

Cuando se produce esta situación, los niños y niñas de familias LGB tendrán que asumir también la nueva orientación de sus pa-

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dres o madres; algo para lo que tal vez no estaban preparados o sobre lo que podrían tener ciertos prejuicios. teóricamente, no debería haber especial problema en asumir esta nueva orientación mientras esté garantizado el cariño hacia los hijos, pero lo cierto es que las presiones sociales hacen que no siempre sea fácil. Entre las familias que hemos entrevistado, comprobamos que cuando se trata de niños y niñas ya mayores (adolescentes), se convierte en un tema difícil de abordar, de modo que en ocasiones ni siquiera se ha tratado explícitamente en el hogar. así lo manifiesta una de las mujeres, que ha tenido un conflicto al respecto con su hija adulta y teme tenerlo también con su hijo adolescente: “Yo tengo miedo, y no son miedos infundados, porque la prueba la tienes en todo lo que me está pasando. Yo tengo miedo, tengo miedo de que yo le diga a mi hijo: “Mira, oye, que te tengo que contar una cosa, que Yolanda y yo tú sabes que tal y que cual, pero es una relación, de pareja, no se qué, no se cuantos” y diga mi hijo: “¿Sí? Pues qué asco o no se qué” que me lo estoy inventando, lo estoy, que a lo mejor me dice mi hijo “¿Y qué pasa? Ya lo sabía”, pero tengo miedo y ese miedo no hay quien me lo quite. Y tengo miedo a lo mismo que me ha pasado con mi hija me pase con mi hijo y… yo que sé… que no sé hasta que punto soy yo… Evidentemente lo tengo que decir porque ella y yo nos vamos a casar, tengo que tener mis 15 días de matrimonio, vamos a tener un hijo en común… O sea que esto no lo puedo ocultar más… Vamos a ver, yo a mi hijo por ejemplo cuando le hablo le digo: “Que la casa la estamos manteniendo entre Yolanda y yo, ¿eh? Que no somos millonarios…” Yo le hablo siempre en plural. La casa es de las dos, los gastos… ¿Qué son miedos infundados? Pues no sé si son infundados o no, pero eso es inevitable.”

otra duda frecuente es si la visibilización de la orientación sexual puede acarrear una pérdida de la custodia de los hijos en caso de divorcio. En España los hijos de personas lGb engendrados en relaciones heterosexuales no han experimentado dificultades

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a la hora de mantenerse bajo custodia de sus madres/padres4, pero en otros países como EE.uu. la orientación sexual si ha sido empleada para retirar algunas custodias. De hecho, la asociación americana de psicología se ha tenido que pronunciar públicamente (apa, 2004) negando cualquier validez a las creencias erróneas en que se han basado estas decisiones judiciales: que las personas homosexuales sean mentalmente enfermas, que las lesbianas sean menos maternales que las heterosexuales y que las relaciones de los gays y las lesbianas con sus parejas sexuales no les dejen tiempo para establecer una relación de crianza saludable.

2.2 Inseminación artificial o fecundación in vitro Consiste en aquellas familias cuyas madres han concebido a través de un tratamiento de fertilidad, bien sea inseminación artificial con donante anónimo o conocido. En 1990 se estimaba que entre 5.000 y 10.000 lesbianas estadounidenses fueron madres por esta vía (patterson, 2000). la inseminación artificial es el camino más escogido por aquellas lesbianas que desean tener hijos biológicos puesto que el proceso es sencillo y cada vez más accesible. aún así, las madres lesbianas que han planificado su maternidad tienden a ser significativamente de mayor edad que las heterosexuales, puesto que suelen plantearse la maternidad

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Ciertamente, ha habido algunos casos excepcionales, como el protagonizado por el juez ferrín Calamita, de murcia al negar la custodia a una madre lesbiana a causa de su orientación sexual. posteriormente el tribunal supremo inhabilitó y suspendió a este mismo juez por prevaricar en el retardo de una adopción por parte de una mujer homosexual.

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más tarde que éstas y posteriormente encuentran muchas más dificultades para desarrollarla (Gatrell y cols., 2006). hay varios aspectos que resultan relevantes en cuanto a la inseminación artificial: Donante anónimo o donante conocido. ésta es una cuestión que ha planteado algunas dudas a las parejas, que finalmente optaron por emplear donante anónimo. Cuando se opta por un donante conocido, las motivaciones pueden ser varias, desde tener un vínculo genético con la madre no gestante si, por ejemplo, se solicita la donación a algún familiar suyo hasta asegurarse de que el donante es una persona sin dificultades psicológicas o antecedentes de patologías físicas. pichardo (2009) se entrevistó con una mujer que había accedido a la maternidad con donante conocido, que defendía esta vía por la posibilidad de explicar a sus hijos en un futuro quién estaba detrás de su concepción. pese a que finalmente optaron por donante anónimo, los argumentos a favor y en contra fueron sopesados por todas. En España el uso de donante conocido no ha sido regularizado, por lo que no hay forma alguna en la que este pueda renunciar a la paternidad, creando una situación de inseguridad tanto en el donante (por si se le exige una responsabilidad económica en el futuro) como en las receptoras (que en ocasiones temen que el donante reclame la patria potestad del niño/a). una de las mujeres explica así cómo se planteo la cuestión: “Sí que nos planteamos un poco ya cuando Ángeles vio que era un poco en serio, si que hicimos pequeñas intentonas de plantearnos qué posibilidad había de que fuera biológicamente suyo también… pero las opciones que barajamos tampoco eran… ella propuso su

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hermano, pero no hablamos nunca con él ni nada, vamos… yo me negué en rotundo porque a mi me parece que es meter… que hay que tener la cabeza muy limpia… muy limpia, entiéndeme, tanto yo como el hermano de Ángeles en este caso y tal, para no confundir. Yo creo que yo al menos yo no estoy preparada para eso… yo prefería que fuera un donante anónimo y no… no, no, no… quizás para eso soy un poco cuadriculada, fíjate… Por ahí no hubiera pasado.”

otra de las parejas acudió a la clínica con un amigo gay, pero éste no resultó ser fértil. finalmente, optaron por el donante anónimo para evitar confusiones: (laura): “Empezamos intentando buscar un donante. De hecho fuimos a la clínica con un amigo que se ofrecía como donante… y le hicieron un estudio de esperma y dijeron que no era muy idóneo y luego lo pensamos mejor y decidimos que era mejor un donante anónimo y fuimos a la clínica otra vez y ya… Decidimos que mejor anónimo porque el ser humano es impredecible y las amistades no siempre son eternas, y las intenciones de la gente no siempre son las mismas… este chico sí es gay y tenía la intención de la pura donación y fuera, pero viviendo a lado y conociendo a la persona… la verdad es que yo no podría… Entonces, yo no podría no quererlo y no estar lo más cerca posible y liar un poco al niño… mientras más claro, mejor…” (silvia): “Puedes acabar creando un vínculo y que exista una relación confusa entre el donante, la pareja, el niño… Puede que donde hoy no quería nada, o donde hoy era una cosa privada, se convierte en pública…”

acuerdos de paternidad o maternidad. pese a que las madres lesbianas de nuestro estudio no han optado por ello, son cada vez más las parejas o mujeres solteras que llegan a acuerdos para acceder a la maternidad con donante conocido. En países como francia o Gran bretaña es habitual llegar a acuerdos entre gays y lesbianas para formar una red familiar y, de hecho, hay asociaciones que fomentan y facilitan los primeros contactos (Cadoret, 2003). De este modo, niños y niñas tienen dos proge-

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nitores de distinto sexo a los que conocen pero que nunca han tenido una relación de pareja entre sí. las redes familiares que así se forman suelen incluir de una forma u otra a las respectivas parejas de los progenitores si las hubiese, hablándose de “copadres” o “co-madres”. la familia con padre homosexual que hemos entrevistado respondía a un modelo acuerdo, siendo la madre heterosexual. En este caso, ambos progenitores ejercen un rol parental claro, aunque los niños residen con la mujer. Ella explica el proceso así: “Yo en un momento dado quise tener hijos, y yo no tenía pareja. Yo tuve pareja muchísimos años. Entonces esa pareja se rompió y vi que yo no iba a encontrar una persona con la que formar una familia o tener unos hijos en pareja, pero no me quería morir sin cumplir ese deseo. (…) Ya tenía super claro que yo o me iba a una clínica de fertilidad o tenía un hijo con alguien pero sin que lo supiera esa persona. Yo ya tenía pensado afrontar la maternidad en soledad, ya se lo había dicho a mis padres y todo (…) Hice unos intentos, tuve una relación con una persona con la que sabía que no me iba a atar nada más después de eso. Sabía que no iba a tener una relación con él ni nada… Lo que me asustaba un poco era tener que responder preguntas a un hijo mío por una clínica de fertilidad… Cuando quieres explicar tú de dónde vienes y tal… Pero vine super dispuesta a la clínica de fertilidad para pedir donante anónimo (…) A mi me asustaba ir a una clínica de fertilidad porque mucha parte del carácter de la persona es de origen genético, y yo me preguntaba ¿qué clase de persona será? ¿tiene alguna enfermedad mental? (…) Cuando yo le conté el problema que tenía para buscar un padre, él se ofreció. Me dijo que el siempre había querido tener hijos y a él no le importaría (…) A toda la gente que conocía, a mis amigas mis hermanas y eso me decían “mira Carlos está muy bien… es una persona que tú conoces desde siempre, que va a ser una ayuda con tus hijos… Yo también tenía el temor de que “¿Y si yo me muero? ¿Qué va a ser de mis hijos?”

Elección de la madre gestante. todas las mujeres de nuestro estudio se consideran madres de sus hijos independientemente de

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este factor, y la ley así también lo determina cuando la inseminación artificial se realiza dentro del matrimonio, pero ha sido un punto sobre el que todas han hablado. para muchas personas, el “vínculo biológico” es secundario, y no le dan especial importancia a quién será la gestante. una de las madres no gestantes lo explica así: “No lo hemos pensado ni nada: me he puesto yo un cojín, se lo ha puesto ella, y veíamos que le quedaba mejor a ella. Y dijimos bueno, tú primero y si de pronto el día de mañana voy yo.”

otras, que también viven la maternidad en igualdad sí destacan que para ellas es importante vivir la gestación ambas: “Queríamos que las dos viviéramos la experiencia de la gestación… La idea era empezar yo que era la más vieja, pero ya cuando tomamos la decisión yo tenía mucho estrés en el trabajo y un puesto de responsabilidad que no me permitía… pero ahora ya me he puesto al tema.”

para otra de las madres sí era importante ser ella quien fuese la gestante: “No se planteó quién de las dos iba a gestar porque la idea de la gestación fue mía desde un principio, con lo cual esa negociación no la hubo. Yo quería quedarme embarazada y Ángeles no es que no quisiera, es que no quería ni que yo me quedara… Lo que pasa es que la convencí al final y decidimos que fuera así. (…) Ella ya tenía biológicamente a Hernán y nuestra relación creíamos que iba a ser para toda la vida y ya pensábamos que el vínculo estaba allí, como cuando una pareja adopta a un niño o una niña que es su hijo aunque no sea biológico. (…)”

¿Donación cruzada? Este procedimiento, denominado recepción de ovocitos de la pareja (ropa), consistente en implantar

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el óvulo de una mujer fecundado por donante anónimo en el útero de una segunda mujer para su gestación. De este modo algunas parejas sienten que su papel en la maternidad es más equitativo, pese a que la carga genética del futuro hijo sólo corresponda a una de las dos. así se lo planteaba una de las madres: “En un principio sí nos lo planteamos porque dijimos “hombre así es como si fuera de las dos más”… La verdad es que sí, pero bueno genéticamente sería sólo suyo igual que en este caso genéticamente es mía ¿no? Y dijimos bueno, pues yo lo llevo y genéticamente es suyo… Lo que pasa es que cuando nos empezaron a explicar el proceso, nos dijeron que aquí en Extremadura no se hacía, que nos tendríamos que ir a Valencia o a Barcelona…Y económico, una barbaridad.”

a lo que la otra madre responde: “Yo lo vivo como si ella [refiriéndose a la niña] hubiera empezado dentro de mí igual… Porque empezamos con los pinchazos, con las molestias… ella sentía las molestias, yo sentía los antojos. Nunca tuvo antojos, yo los tuve por ella… No sé, yo lo sentí desde el primer momento y todo.”

El resultado es que ninguna de las familias que hemos conocido ha optado por esta opción, aunque sabemos que existen ya varias parejas de mujeres extremeñas que han optado por ella. pública, privada o auto inseminación. España es uno de los pocos países en los que las mujeres solteras o lesbianas pueden acceder a inseminación artificial a través de seguridad social, pero aún así todavía falta camino por andar hasta que se normalice el acceso, que no es uniforme en todas las comunidades autónomas ni en todas las regiones, variando incluso en función

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de los profesionales que atiendan a cada persona. las parejas entrevistadas que se han inseminado lo hicieron en la sanidad privada y manifiestan sentirse muy satisfechas tanto con los resultados como con el trato recibido. pese a que no contamos con casos, sí sabemos que varias parejas de mujeres están realizando el proceso a través de la sanidad pública extremeña, donde alguna de ellas manifiesta no haberse sentido del todo comprendida y aceptada. respecto al trato en las clínicas privadas, una de las madres cuenta que finalmente optó por la vía privada por resultarle más cómoda: “De hecho nos habían dicho que había otra chica, que se lo había hecho en la misma clínica. Porque yo les pregunté “Mira, ¿habéis tenido más casos y tal?”. Y dijimos, pues mira, vamos adelantando algo. (…) Nos han apoyado mucho y muy bien. El tema de hacerlo en privado fue solamente por la lista de espera de la seguridad social y además tenía que ser en Badajoz y tenía que ir allí, hacerme todas las pruebas allí.”

El uso de inseminación casera o auto inseminación es infrecuente en España, pero muy habitual en países como francia o alemania, en los que el acceso a las técnicas de reproducción asistida sólo es posible desde el matrimonio heterosexual. aunque pichardo (2009) entrevistó a una pareja que había empleado este método en dos ocasiones y hemos encontrado también algunos testimonios fuera de Extremadura, la posibilidad en España de acceder a inseminación artificial sin necesidad de estar casado hace que la mayor parte de quienes llegan a acuerdos opten por inseminarse a través del sistema sanitario. la bibliografía y las experiencias al respecto fuera de España sí son extensas, probablemente debido a las dificultades para acceder a la inseminación artificial a través de los servicios de salud; de hecho,

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investigadores como baetens y breawaeys (2001) defienden el método casero, afirmando que se trata de un método que “respeta más la autonomía e intimidad de la pareja” puesto que no involucra personal socio-sanitario. reiteración del donante. Cuando la familia va a aumentar en un nuevo miembro, muchas parejas optan por solicitar a las clínicas que se trate del mismo donante; de modo que se refuerce el vínculo fraternal, pero también por cuestiones de salud: (Silvia): “En la clínica preavisamos que tuvieran la precaución que pudieran pedir del mismo donante” [para el segundo hijo, que está gestando ella]. (Laura): “Parece ser que es muy común. Más que nada era por el tema de salud. Por si tiene alguna enfermedad de estas más drásticas, que pudiera tener la posibilidad de tener a alguien que tuviera las mismas condiciones genéticas.” (Silvia): “Y del vínculo.” (Laura): “Bueno, y del vínculo… Aunque fíjate, yo más por salud… Siempre lo he pensado más por salud.” (Laura): “Hemos pensado tener más hijos… Pero ya veremos si somos capaces… Creo que nos vamos a quedar en dos.”

2.3 Gestación subrogada una última vía que conocemos para acceder a la filiación planificada mediante técnicas de reproducción asistida es el uso de gestación subrogada5, procedimiento que comenzó a emplearse por parejas heterosexuales cuando la mujer no era capaz de gestar y que se ha popularizado al ser utilizado por hombres solteros o en pareja homosexual. En estos casos, los hombres buscan a

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a la que algunas personas se refieren como “vientres de alquiler”

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una mujer dispuesta a gestar al feto, empleando a veces sus propios óvulos y en la mayoría de los casos óvulos de una donante anónima para evitar el vínculo entre la mujer gestante y el bebé. se trata de una técnica que generado bastante polémica y de hecho no ha sido regularizada en España, por lo que los niños españoles gestados de esta forma han nacido en países como EE.uu., India o ucrania, donde sí es legal. la situación en nuestro país es la siguiente: por ley, cuando un niño/a nace se le atribuye la maternidad automáticamente a la mujer que da a luz, cosa que no ocurre en otros países y que impide de facto el uso de la gestación subrogada si no se desea mantener un vínculo entre el niño y la mujer gestante. El proceso de gestación subrogada es altamente invasivo para las mujeres, por lo que se suele desarrollar mediante un intercambio económico, lo que ha llevado a algunos países a regularizarlo sólo en los casos en que la mujer gestante es pariente de quienes serán los futuros padres o madres. la “plataforma de apoyo a familias homoparentales que acceden a la paternidad mediante Gestación subrogada” (pafhGs, 2011) explica de esta manera cómo se desarrolla el proceso en California, donde el procedimiento sí está regularizado en todos los casos: La familia que promueve la paternidad (Intended parents) lleva su demanda de filiación ante el juzgado de familia correspondiente. Antes de que el bebé nazca se produce un juicio de paternidad (Parental Judgement) en el que se hace valer el contrato de subrogación. Se suele hacer coincidiendo con el momento en que el embarazo empieza a ser viable. La sentencia se pro-

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duce al poco tiempo estableciendo la filiación del feto no nacido (nasciturus) y es comunicada al hospital donde se ha programado el parto. Cuando llega la fecha del nacimiento, los padres adquieren responsabilidad legal plena sobre el bebé desde el momento en que se corta el cordón umbilical. El niño nace como hijo natural de sus padres legales y como tal es inscrito en el registro local. Por otro lado, la gestante subrogada no figura en ningún documento público relacionado con el niño. Cualquier modelo de familia puede formalizar un contrato de subrogación ya sea monoparental, homoparental o familia tradicional. Y en todos los casos es con los cabezas de familia que promueven la subrogación con quienes resulta establecida la filiación. Para el sistema legal californiano, padre es quien desea serlo y así lo establece mediante contrato, independientemente de la relación biológica. Por este motivo, California es uno de los destinos preferidos para parejas homosexuales que quieren acceder a la paternidad. En otros estados puede llegarse a la misma situación de filiación a nombre de dos varones pero es necesario pasar por un proceso de coadopción. Existe todavía un debate pendiente sobre tres aspectos que deben tenerse en cuenta: • los posibles efectos que pudiera o no tener la gestación subrogada en las mujeres gestantes. • El modo de plantear a los niños su origen. • la relevancia o no mantener algún vínculo con la mujer gestante.

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En todo caso, cada vez son más los hombres homosexuales que acceden a la paternidad por esta vía, y muchos de ellos están encontrando serias dificultades para regularizar la situación de sus hijos, que pasan a ser “apátridas” al no aceptar las autoridades consulares los registros de las autoridades de aquellos países donde sí se acepta este procedimiento. según la misma pafhGs, en verano de 2010 había ya más de 20 niños y niñas en España cuya situación es irregular, creándoles graves desventajas, como son la posibilidad de ser deportados o la imposibilidad de disfrutar de beneficios sociales. aún no hemos conocido ningún caso en Extremadura y es evidente que esta vía, mientras continúe su actual estatus, quedará restringida sólo a una minoría de hombres con suficiente capacidad económica y una decisión muy firme.

2.4 adopción por personas del mismo sexo aunque en nuestro estudio no ha participado ninguna familia adoptante, se trata de una vía que poco a poco se va extendiendo entre la población homosexual, dando una respuesta no sólo al deseo de muchas personas de ser padres o madres, sino especialmente a la necesidad de contar con familias para aquellos niños y niñas que actualmente viven privados del afecto y la seguridad que proporciona una familia. En todo caso, al abordar la adopción hemos de tener en cuenta que existen dos fenómenos diferenciados que tienen el mismo nombre: regularización de un vínculo que ya existe. se trata de aquellos casos en que una persona adopta a un niño al cual conoce y

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con quien ya tiene “de facto” una relación de filiación. Generalmente estas adopciones se producen cuando el niño o niña a adoptar es hijo de la pareja del adoptante, con quien ya convive y en el marco de un vínculo que ya se ha creado. pawleski y cols. (2006) realizaron breve listado con los principales beneficios que supone para los niños reconocer su derecho a ser adoptados por las parejas de sus padres/madres, independientemente de su sexo que presentamos en la tabla 2.4. tabla 2.4 Beneficios legales para niños y niñas al ser adoptados/as por las parejas de sus progenitores - Reconocimiento legal del compromiso y la responsabilidad entre los dos miembros de la pareja. - Reconocimiento legal de la relación del niño/a con sus dos padres/madres. - Ventajas en el acceso a viviendas de protección oficial. - Beneficio de la no separación de bienes para el padre/madre que sobrevive en caso de fallecimiento. - Beneficio del seguro médico y otras ventajas fruto del trabajo. - Posibilidad de que los dos padres/madres den su consentimiento en asuntos médicos, acompañar al centro sanitario. - Reconocimiento de la patria potestad ante la escuela y todos los estamentos educativos. - Posibilidad de viajar con el niño cuando se requiere. - Ventajas fiscales en la declaración de la renta. - Reconocimiento del derecho a no testificar contra familiares directos en un juicio.

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- Beneficios de la nacionalidad en cuestión de migración. - Ventajas de programas de compensación para familiares de víctimas de delitos. - Acceso a pensión alimenticia y todas las ventajas en caso de separación de los padres. - Derecho de visitas y distribución de la custodia en caso de divorcio. - Derecho a permanecer con el otro padre o madre en caso de que los servicios sociales retiren la custodia. - Reconocimiento legal en casos de violencia doméstica. - Derecho a mantener la relación con el otro padre/madre en caso de fallecer, y permanecer en el mismo hogar y viviendo con esa persona. - Beneficios en caso de orfandad (pensión, herencia sin impuestos).

adopción de un niño que se encuentra privado de entorno familiar. En estos casos, se crea una relación filial entre una pareja o una persona y uno o varios niños. la adopción cumple aquí una función principal para con los niños y niñas que por distintos motivos no tienen una familia en la que criarse. para que una persona o una pareja puedan adoptar, debe hacerse previamente un estudio que determine la idoneidad para la crianza de los mismos, y el niño/a a adoptar se les asigna en función de la capacidad de la persona o la pareja para satisfacer sus necesidades. la posibilidad de que las personas homosexuales puedan también adoptar supone un beneficio para muchos niños y niñas que actualmente carecen de una familia por dos motivos:

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• supone un aumento en el número de candidatos a la adopción, con lo que más niños y niñas podrán ser atendidos. • permite escoger a las personas más idóneas independientemente de su orientación sexual. En estos momentos, el mayor número de adopciones se produce a nivel internacional, y dado que ninguno de los países que necesitan familias adoptantes reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, las personas homosexuales o bisexuales están adoptando de forma individual. una vez en España, si el padre o madre adoptivo se casa, su pareja podría adoptar al niño/a. a nivel nacional es teóricamente posible adoptar de forma conjunta para un matrimonio entre personas del mismo sexo, pero lo cierto es que se trata de procesos muy lentos y en algunos casos son directamente saboteados por las Comunidades autónomas. otra situación que se está produciendo con frecuencia es que las personas lGb están adoptando niños y niñas con mayores dificultades para encontrar una familia (mayor edad, grupos de hermanos, peculiaridades físicas o psicológicas) puesto que las administraciones nacionales e internacionales parecen poner menos reticencias en estos casos. sea como fuere, es un hecho que la adopción lGb está en franco crecimiento, y si nos referimos a EE.uu., según la explotación del censo que hicieron pawleski y cols. (2006), el 6% de las parejas homosexuales criaba niños adoptados, frente a un 5,1% de las parejas heterosexuales casadas y el 2,6% de las no casadas. muchos de los estudios referentes a la crianza homoparental estaban destinados en parte a valorar las familias LGB

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como contextos idóneos para la adopción, tal como señalan González y lópez (2005), con resultados muy positivos en las principales áreas evaluadas. a este respecto aún será necesario superar prejuicios y hacer frente a posturas inmovilistas. Nos ha llamado la atención que incluso algunos investigadores de reconocido prestigio han manifestado dudas que a la vez nosotros nos cuestionamos si se hubiesen planteado para otros grupos estigmatizados. El sentido común señala que la orientación sexual, así como el color de la piel, la religión o la profesión de los adultos influyen en los niños a quienes crían, incluso pueden suponerles dificultades si no son aceptadas por otros; pero hasta el momento la ciencia no ha determinado que haya constituciones, razas u orientaciones sexuales que sean por sí mismas perjudiciales para el desarrollo de niños o niñas. si se obstaculiza la adopción por personas homosexuales en base a estos argumentos, no sólo estamos discriminando nosotros, si no que les negamos a los niños su derecho a ser adoptados por las personas más idóneas en base a supuestas “discriminaciones futuras” que podrían sufrir, lo cual es aún más grave. De forma similar se expresan portugal fernández y araixo Vilar (2004) en su artículo “Aportaciones desde la salud mental a la teoría de la adopción por parejas homosexuales”.

2.5 familias de acogida lGb la acogida es una figura que se crea para aquellos niños y niñas que no pueden convivir con sus familiares biológicos pero que

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mantienen su vínculo social y legal con ellos. se trata de un acto de carácter temporal, y puede considerarse un acto de solidaridad no sólo con el niño, sino también con su familia de origen, puesto que el objetivo final es reintegrar al niño o niña en su entorno, permitiéndole hasta que eso sea posible convivir en un entorno familiar estable, seguro y normalizado. la acogida por parte de personas homosexuales es una práctica relativamente común en Estados unidos, aunque con grandes diferencias entre estados y según las agencias de acogimiento (mallon, 2007; Downs y james, 2006). En España también empieza a extenderse esta práctica entre gays y lesbianas de una forma muy satisfactoria. Desgraciadamente, el sistema de protección de menores en España presenta grandes déficits, y entre ellos está el haber desvirtuado la figura del acogedor, generando una falsa idea de “adoptante de segunda” que puede hacer mucho daño tanto a quienes acogen como a los propios niños y sus familias. probablemente esta modalidad es la gran desconocida en nuestro país, de modo que señalamos algunos puntos clave que deben tenerse en cuenta a la hora de acoger: la acogida no debe confundirse con la adopción. los niños y niñas llegan a una familia teniendo ya otra, por lo que todos vamos a intentar colaborar en generar una suma de afectos, y no una contraposición entre los mismos. los acogedores en ocasiones se ven obligados a reclamar mayor contacto de los niños con sus familias de origen, puesto que las entidades intermediarias no siempre cuidan el trabajo con las mismas. además, el compromiso que supone acoger es diferente al que supone

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adoptar; aunque podamos ejercer un rol paterno o materno, lo hacemos de manera solidaria y temporal. tal como señala mallon (2007), el acogimiento o la adopción no es para muchos homosexuales una segunda opción sino la primera, y si no se accede a esta opción con los conceptos claros, se pueden generar situaciones difíciles. puede haber dificultades con la familia de origen o con las empresas que gestionan la acogida. se han dado algunos casos en los que las familias de origen no han aceptado que sus hijos sean cuidados en una familia LGB, con lo que pueden generarse algunos conflictos. éstos se resuelven generalmente a través de la mediación y el trabajo con las familias de origen, aunque estas condiciones no siempre se dan por falta de medios en las administraciones. a este respecto, puede ser interesante la investigación de Downs y james (2006), que estudiaron las necesidades de 60 gays y lesbianas acogedores profesionales. la mayor parte tenía entre 30 y 40 años de edad, y habían ejercido acogimiento por una media de 5,4 años; un 36,7% de los hombres y un 30% de las mujeres había encontrado obstáculos legales en el acogimiento debido a su orientación sexual; un 18,2% de los hombres encontró protestas por parte de alguna/s familia/s de origen a causa de su orientación sexual, y alrededor de un 30% de ambos sexos reconocía que su orientación sexual era motivo de preocupación para las familias de origen. muchos más hombres que mujeres afirmaban que debían probarse como padres excepcionales ante las agencias debido a su orientación sexual (31,6% frente a 10%). Encontraron además una gran diferencia en la actitud de las madres acogedoras lesbianas, ninguna de las cuales

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ocultaba su orientación sexual a las familias de origen con la actitud de los hombres que tenían menos relación y mayor tendencia a ocultar su orientación. las familias LGB pueden ser un modelo de éxito. algunos investigadores valoran de forma especialmente positiva el acogimiento en una familia lGb, puesto que ofrecen a niños y niñas que vienen de situaciones de exclusión social un modelo de éxito de personas que, a su vez, pertenecen también a una minoría. En el estudio antes mencionado de Dows y jones, se observó a este respecto que la mayoría (51%) decía percibir que eran más tolerantes con las peculiaridades específicas de los niños y niñas a quienes acogían. según mallon (2007), a la hora de decidir si una persona homosexual está capacitada para acoger uno de los primeros puntos a establecer es si esa persona puede manejar constructivamente la homofobia y el heterosexismo en su propia vida. una vez finalizada la acogida, los afectos no tienen por qué desaparecer. otro de los grandes déficits del sistema de protección de menores español es que no siempre se cuidan los afectos una vez ha terminado la labor de acogida, cuando son vínculos que pueden durar para toda la vida. En nuestro estudio no ha participado ninguna familia de acogida extremeña, aunque muy probablemente el número aumente exponencialmente en los próximos años. El sistema de protección va a adaptarse a los estándares europeos, que priman el acogimiento familiar frente a los centros residenciales (pues estos han resultado ser especialmente dañinos) y se hará cada vez más

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necesario reclutar familias dispuestas a cubrir las necesidades de muchos niños y niñas.

2.6 tendencias en la formación de familias LGB “Si los homosexuales y transexuales no contribuyen a la natalidad de su sociedad se les considera hedonistas, pero si lo hacen mediante la inseminación artificial o las madres de alquiler, se les critica por no seguir los caminos tradicionales.” (ugarte, I Congreso Estatal sobre adopción homoparental) Nos encontramos en un proceso revolucionario en cuanto a la paternidad y maternidad por parte de las minorías sexuales, y las experiencias que estamos recogiendo aquí son simplemente una pequeña muestra" de este cambio de tendencia que con toda seguridad va a producirse en los próximos años. Veamos algunas de las claves de lo que se avecina: Descenso en el número de hijos de familias LGB nacidos de relaciones heterosexuales. la sociedad ha ido madurando de forma que empieza a ser inaceptable que las minorías sexuales deban resignarse al matrimonio heterosexual para tener hijos, con el sufrimiento que esto conlleva, no sólo para quienes se ocultan, sino para los propios niños y niñas que viven en una familia formada “contra natura”, es decir: contra la voluntad natural de sus padres y madres. así, cada vez será menos frecuente escuchar testimonios como el de una de las madres de nuestro estudio:

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“Yo tenía tendencias pero eso es la historia de que lo ocultas; te echas un novio, lo ocultas… y no sólo eso sino que te pegas 17 años casada y tres años de novios… (…) Yo después de estar casada tardé tres años en tener hijos. Fue planificado.”

Esta mujer, después de pasar por una relación heterosexual, ha tenido el valor y la fuerza de seguir sus sentimientos y dar un cambio a su vida, pero sabemos que en la mayor parte de los casos no es así. De hecho, en estos momentos probablemente el mayor porcentaje de hijos e hijas de personas lGb están viviendo con padres y madres “en el armario”, puesto que muchísimos adultos tienen en estos momentos una “doble vida” que les hace tener una apariencia familiar heterosexual y seguir sus deseos homoeróticos a escondidas de sus hijos, muy a menudo generando angustia y malestar que acaba afectando muy seriamente al clima familiar. la inclusión acarreará, por tanto, un descenso en el número de niños y niñas que nacen en el seno de familias mal avenidas o cuyos padres y madres sienten que han tenido que renunciar a sus deseos para poder criarles. llegada del “homo-baby-boom”. Varios autores detectan un creciente cambio de actitudes entre las personas homosexuales. si antes la asunción de la propia orientación sexual conllevaba también “abandonar” cualquier proyecto de crianza, cada vez más personas conjugan el deseo de formar pareja con alguien de su mismo sexo con el de ser padres y madres. Este cambio de mentalidad ha calado fundamentalmente en las mujeres, que además de tener una gran facilidad fisiológica para tener hijos, estadísticamente suelen expresar mayores deseos de crianza. una de ellas explica así cómo evolucionaron sus planes de futuro en lo referente a la familia:

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“Como yo de pequeña decía que iba a ser soltera y sin hijos, pues tampoco era algo que me ocupara mucho la cabeza. Más bien sí tenía asumido que había que renunciar a ello, o prácticamente seguro había que renunciar… Luego va pasando el tiempo y te das cuenta que no.”

Entre los hombres, tradicionalmente se ha observado menor deseo de criar niños y niñas (shireman, 1996), circunstancia que, a tenor de los datos obtenidos por pichardo (2009) se refleja también en la población homosexual. En su estudio sobre diversidad familiar y relaciones homosexuales, observó que hasta un 43% de los hombres no tenía deseos de paternidad, frente a sólo un 23% de las mujeres que no los manifestaban. El porcentaje efectivo de quienes eran padres y madres era de un 8% de los hombres y un 14% de las mujeres. sin embargo, podría estarse fraguando un cambio de mentalidad, puesto que un 67% de los jóvenes gays entrevistados por D´augelli y colaboradores (2003) expresaron deseos de ser padres. posiblemente los cambios más importantes se estén produciendo entre los hombres homosexuales con mayor poder adquisitivo y más alto nivel de estudios. Vemos, por ejemplo, que en la muestra de rabun y oswald (2009) los 14 jóvenes gays entrevistados en la universidad de Illinois pensaban acceder a la paternidad a medio plazo. los mismos autores reflexionan sobre las facilidades que estos chicos van a poder encontrar, negadas a otros hombres homosexuales con menor estatus socioeconómico: posibilidad de escoger una escuela donde se cuide la no-discriminación, residencia en barrios liberales, capacidad económica para adoptar o acceder a técnicas de reproducción asistida, actitudes más tolerantes en el entorno familiar, etc. Como muestra, el único hombre de nuestra muestra llegó incluso a renunciar a la paternidad, un deseo que le acompañaba desde muy joven y sin embargo, ya pasados los 35 años, accedió a ella:

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“Yo siempre he querido ser padre. Y ya hubo un momento que dije, “me parece a mí que ya no”. (…) Me plantee adoptar. Pero la adopción siempre vi que era una cosa complicadísima, además un hombre sólo… (…) Llegué a decir, no, no voy a poder ser padre”

Conclusión: ¿aumentará o descenderá el número de hijos de personas lGb? según autores como stacey y birbatz (2001) las cifras totales probablemente se reducirán a medida que se consolide la inclusión social de la homosexualidad. aunque parezca una conclusión sorprendente, hemos de tener en cuenta que en la actualidad el mayor peso demográfico en la paternidad y maternidad lGb lo tienen los hijos de relaciones heterosexuales, que son precisamente las que tienden a reducirse. la filiación homosexual requiere planificación y recursos ausentes en la reproducción heterosexual y como ya hemos dicho, estadísticamente hay menos hombres que muestren un deseo de criar niños y niñas, aunque la tendencia pueda estar cambiando. lo que indudable es que en los próximos años aumentará el número de hijos de personas lGb que sean conscientes de ello y que se críen en un ambiente familiar natural, con menos tabúes y criados por adultos que se quieren.

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las familias lGb y su entorno social y familiar

3. las famIlIas lGb y su ENtorNo soCIal y famIlIar

Dada la recurrente polémica que gira entorno a las familias homoparentales, sobre las que parece que todo el mundo debiera tener alguna opinión, es habitual pensar que tal vez sus miembros tengan dificultades para relacionarse socialmente. sin embargo, nada más lejos de la realidad. a lo largo de los próximos epígrafes vamos a ir explorando cómo se integran tanto padres y madres como sus hijos, e iremos conociendo tanto sus dificultades como sus mucho más numerosas fortalezas. tabla 3. Percepción social de la homosexualidad Los cambios que se han producido en nuestro país en la percepción de la diversidad sexual son abrumadores: Mientras que en 1975 sólo el 3% de la población consideraba la homosexualidad como una opción respetable (Petit, 20036), ahora según el Centro de Investigaciones Sociológicas, (2011) el 86,4% de los jóvenes de entre 15 y 29 años consideraban que las personas homosexuales, bisexuales o transexuales tenían derecho a hablar con naturalidad en público sobre su orientación sexual. En este sentido, también en otros países el avance es significativo, aunque el nuestro continúa siendo probablemente el caso más positivo. En EE.UU. la aceptación de las relaciones homoeróticas entre adultos ha aumentado en 15 puntos porcentuales hasta alcanzar un 59% de la población y las políticas empresariales de no-discriminación por razón de orientación sexual han pasado

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Citado en pichardo, 2009

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de menos de un 50% a un 92% (Saad,2007). Nuevamente son los jóvenes quienes tienen una percepción más integradora, y según Broverman (2006) 3 de cada 4 bachilleres estadounidenses se mostraban favorables a la legalización del matrimonio o las uniones civiles homosexuales.

3.1 Derechos sociales y relación con la administración los componentes de las familias que han participado en este estudio tienen reconocidos una serie de derechos difíciles de encontrar en otras partes del mundo y que han ido e irán reflejándose a lo largo de estas páginas, como son: • Derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo. • protección jurídica frente a la discriminación tanto de forma genérica como, cada vez más, específica; puesto que el número de leyes que hacen referencia a la orientación sexual va en aumento. • Derecho a la filiación conjunta. • Derecho a acceder a procesos de inseminación artificial para mujeres solteras o casadas con otras mujeres. • Derecho a la adopción. Estos derechos adquiridos ya comienzan a ejercerse por muchos miembros de familias LGB en todo el país, y también en Extremadura. De hecho, la sensación de progreso en el marco jurídico es bastante generalizada, aunque sigue habiendo algunas reivindicaciones pendientes. El avance más relevante ha sido la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo y el posterior reconocimiento del derecho a la filiación conjunta, que

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ha permitido la constitución de los primeros núcleos familiares homosexuales en condiciones de igualdad. para las dos familias nucleares que hemos estudiado, la posibilidad de ver reconocida la filiación con ambas madres desde el nacimiento, que legalmente se sustenta en el matrimonio, ha sido determinante. ambas parejas se manifiestan claramente en ese sentido: (laura): “Yo me casé embarazada de tres meses, antes del nacimiento de Marco. Para que no hubiera ningún problema, por si acaso. Está registrado a nombre de las dos. A nosotros nos ha influido mucho era el tema legal, el tema jurídico, porque es un tema muy delicado (… ) Estábamos de vacaciones y una de las dos dijo, “Me gustaría ser madre” y otra dijo “Pues a mi también”… y de eso ha pasado muchísimo tiempo y prácticamente el tema es que le das vueltas a eso, a nivel legal en qué situación estás… Si le pasa algo a la madre biológica en qué situación se queda ese niño, con quién va… Y de hecho no hemos empezado hasta que ya se ha aprobado la ley” (Silvia): “Eso te da seguridad en todos los sentidos porque ya no tienes la sensación de bueno, pues yo que sé… desde un accidente de una de las madres a un divorcio; que una no tenga los mismos derechos que la otra persona sobre el niño”

ocurre también que las familias de las que hablamos están estrenando la legislación y en muchos casos tienen que ser ellas mismas las que se informen para poder explicar a las administraciones cómo deben actuar para cumplir la ley. un ejemplo muy completo es el de dos mujeres que fueron las primeras en realizar una filiación conjunta en Cáceres. según ellas mismas explican, se casaron “de penalti” (al igual que otra pareja que hemos entrevistado), puesto que en un primer momento desconocían la necesidad de casarse para ejercer la filiación conjunta. posteriormente, al ser las primeras mujeres en hacerlo, encontraron que los trabajadores del juzgado no conocían el procedimiento e incluso el primer funcionario que les atendió mostró su incredulidad ante la posibilidad de registrar un niño como hijo de dos mujeres:

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“Aquí en Cáceres, puff, estamos un poco… Cuando decidimos informarnos sobre le tema de la inseminación y tal, yo buscaba en Internet (…) Ahí fue cuando nos dijeron lo de la boda y demás. Aquí en Cáceres estuvimos buscando información porque yo no sabía si era una ley nacional, o provincial o por autonomías, o cómo era, y aunque nos habían dicho que era obligatorio casarnos para registrarlo a nombre de las dos, yo lo quise preguntar aquí. No sabíamos ni donde teníamos que preguntar… Nadie sabía nada… En asuntos sociales no tenían ni idea. Nos recibió una asesora jurídica gracias a un amigo que trabaja en el ayuntamiento (…)… No tenían ni idea, en el registro tampoco… Bueno, un lío. Mi hermana y mi cuñado que son heterosexuales no han tenido que hacer nada, y ya las chicas que vengan detrás y los chicos tampoco. Porque ya saben lo que tienen que hacer en el juzgado. Pero en el juzgado creemos que aquí es el único niño registrado a nombre de dos chicas. Es lo que nos dijeron en el juzgado. El funcionario que nos atendió muy bien porque íbamos enchufadas por un amigo también, y cuando fuimos a hacer el careo para casarnos, porque había que hacer un careo antes de casarnos para certificar que no era de conveniencia, pues ya le pregunté yo. Que si habían registrado al hijo de algunos homosexuales antes. Y me dijo “no, no.” Pero además eso habría que verlo, porque bueno, lo del matrimonio sí está legalizado, pero lo de tener un niño…” Y yo le dije: “Perdona, pero un hijo nacido dentro del matrimonio es un hijo común. Pero no te preocupes que ya te iré yo diciendo lo que tienes que hacer”. Pero ni nos trataron mal ni nada, es por puro desconocimiento. Nosotras estábamos tranquilas porque sabíamos que sí se hacía.”

sin embargo, todavía quedan aspectos jurídicos pendientes, varios de los cuales han ido apareciendo a lo largo de las entrevistas que hemos realizado. algunos de ellos son: la posibilidad de filiación conjunta sin necesidad de matrimonio previo, tal como ocurre con las parejas heterosexuales. El requisito jurídico que suponía casarse previamente, impidió a una de las familias que han participado en nuestro estudio constituirse legalmente, puesto que las dos madres preferían no casarse para

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no perder la pensión de viudedad que recibía una de ellas. así lo explica una de las dos: “Como reivindicación a mí me parece muy injusto que sin casarte no puedas asumir a tu hijo como propio… Yo cuando Javier [el niño]… cuando la gente me preguntaba yo decía: “Pues mira chica, yo me puedo poner en la puerta del juzgado para inscribir a Javier, ¿sabes?, y al primer tío que pase le agarro de la mano y le inscribo como padre… no me van a preguntar si estamos casados, si es su padre biológico… nada.” Digo: “Si es una mujer ya no puedo inscribirle como hijo de mi mujer si no estamos casadas.” Y yo creo que esa legislación tiene que cambiar y tú inscribas a tu hijo con tu pareja estés casada o vivas con ella o… es que me parece importantísimo por proteger a un niño. (…) ¿Por qué nos tienen que obligar a casarnos? Pero por esa circunstancia que no podíamos perder la paga de viudedad de Ángeles no hemos podido legalizar la situación de Javier.”

la posibilidad para las personas del mismo sexo de adoptar conjuntamente sin necesidad de un matrimonio previo, tal como ocurre con las parejas heterosexuales. aunque el matrimonio entre personas del mismo sexo está regulado de forma igualitaria, la legislación estatal referente a la adopción no contempla la igualdad entre parejas de distinto e igual sexo, por lo que un hombre y una mujer pueden adoptar al mismo niño sin necesidad de casarse. la situación está cambiando en algunas comunidades autónomas, pero sería necesario un cambio a nivel estatal. la regularización de la situación de los niños y niñas nacidos por gestación subrogada en otros países7. Cuestión sobre la que ya hablamos en el epígrafe dedicado a la misma.

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y para muchas personas también, la propia regularización de la gestación subrogada como técnica de reproducción asistida en España

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la regularización de la filiación entre más de dos personas. Esta sería útil para las familias reconstituidas y especialmente para los acuerdos entre parejas o entre una pareja y un hombre o una mujer.

3.2 relaciones con el entorno familiar tal como señala el catedrático de la universidad de salamanca félix lópez (2004), las relaciones de gays y lesbianas con sus familias no siempre son buenas ni reina la comprensión. son de sobra conocidas algunas reacciones negativas ante la salida del armario de chicos y chicas, hombres y mujeres e incluso han salido a la luz casos de ruptura completa con el entorno familiar (saewic y cols., 2006). pese a ello, las investigaciones realizadas hasta el momento destacan que de forma mayoritaria las familias homoparentales tienen una red social sólida, y/o cuentan con un buen apoyo de la familia extensa (González y cols., 2002, brooks y Goldberg, 2001). los resultados a este respecto han sido variados y mientras que en algunas familias el apoyo por parte de abuelos, hermanos, tíos, etc. ha sido entusiasta, en otras ha habido conflictos o incluso negación de la realidad sexual y familiar de la persona homosexual.

3.2.1 reacciones de aceptación en el entorno familiar hemos encontrado reacciones muy positivas por parte de varias familias, incluso más de lo que se esperaba originalmente. En

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general, el contacto con la familia extensa es frecuente, aunque hay una variación importante entre unas familias y otras. Esta variedad es similar, por otra parte, a la que encontraríamos en familias heterosexuales, y se da también a nivel intrafamiliar: mientras que con algunos miembros de la familia el contacto es cotidiano, con otros está mucho más espaciado. No podemos olvidar que en el caso de las familias extremeñas a veces estamos tratando con personas de edad avanzada que viven en un contexto rural en el que las presiones sociales pueden vivirse con más agudeza, algo que nos hacía esperar más muestras de incomprensión o rechazo. sin embargo, han sido varias las mujeres que han insistido en que, cuando hay una relación de cariño intenso, el afecto puede superar los prejuicios o temores sociales. Con quienes más inquietud había era, como es natural, con los abuelos, los adultos de nuestro estudio tienen entre 32 y 53 años, con lo que sus padres pertenecen a una generación para la cual la inclusión de la diversidad sexual es todavía difícil de comprender, pero esto no ha impedido en la mayoría de los casos que las relaciones sean fluidas. Varias de las mujeres explican que con los más mayores la aceptación ha sido implícita y ha sido el cariño familiar el que ha permitido desarrollar la relación sin necesidad de hablar explícitamente de su familia como LGB. De hecho, algunas de las mujeres señalan que sus padres, simplemente, no terminan de comprender el vínculo que se ha establecido entre ellas, otra mujer y sus hijos. hemos seleccionado tres ejemplos muy similares que ilustran esta situación: Caso 1/ (marta): “Hasta hace poco a la familia tampoco se lo habíamos dicho así. Lo dimos por sentado. Abiertamente con mi hermana, pero con mi madre no.” (teresa):” Ella ya pensará que después de 8 años viviendo con una mujer… pues ya se imaginará algo.” (marta):

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“Como la gente te quiere pues te acepta. Mi madre a mí me quiere y me va a aguantar todo lo que… Aunque delante de sus amigas que encima son de misa diaria diga “la amiga de mi hija”. Es como un saber pero… como si las cosas no se dijeran no fueran.” (teresa): “Su madre me quiere muchísimo, pero hará que lo hablamos [sobre la relación de pareja] poco más desde hace dos años… Pero que no me he sentido yo mal antes, me he sentido siempre bien.” Caso 2/ “Con mis padres la política de los hechos consumados ha ido siempre muy bien… ellos siempre han tenido muy buena relación con Lucía [la pareja]. Nombre no le ponen, ya sabes que la gente mayor… es por lo que yo veo por el entorno, la gente mayor no les pone nombre… pero cuando llega su cumpleaños la felicitan, si yo voy por casa y no voy con Lucía mis padres me preguntan siempre por ella… Si vienen a visitarme ya saben que van a casa de las dos. Los mayores lo que quieren es verte feliz y no se quieren complicar la vida.” Caso 3/ “Con mi padre nunca hemos hablado directamente del tema… cuando me pregunta y me dice ¿y allí como…? Pues yo le digo: “Ángeles como otra madre, papá”… O sea, él no se atreve como mucho a preguntar… Ahora nos vemos más porque quieren ver al niño… aunque mi madre y mi padre no son abuelos al uso, son bastante despegaillos.”

De todos modos, la edad no parece ser el único factor que explica algunas reacciones de incredulidad, porque para una de las madres, quien mejor ha reaccionado ha sido su propia abuela. Esto demuestra que incluso entre las generaciones mayores de ámbito rural, puede llegar a haber una buena comprensión de las familias LGB: “Mi abuela tiene 85 años y está encantada de la vida, la bisabuela del niño. Y el otro día hablando con Lorena, le decía “Porque el padre del niño… porque es su padre de momento, todavía…” le decía mi abuela a Lorena para que ella tampoco se sintiera tampoco… porque a lo mejor creía que se podía sentir mal, porque es su madre también. Y ella quiere que Lorena venga, y que pase por casa, y es otra reacción que tampoco me esperaba yo.”

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Dadas las dificultades que podían esperarse para aceptar una situación fuera de lo común, uno de los principales temores en aquellos casos en que el niño o niña no tiene un vínculo genético con ambas mujeres es que la familia extensa de la madre no gestante no reconozca al niño/a como nuevo miembro de la familia, pero en nuestros casos esa no ha sido en absoluto la reacción. Dos de las mujeres que han sido madres por inseminación artificial explican así sus temores iniciales al rechazo por parte de la madre no gestante. (Carmen): “Teníamos un poco de temor, que de pronto nos dijeran que era una locura lo que estábamos haciendo, que no nos fueran a apoyar. Pero estábamos equivocadas.” (mónica):” Que no fueran a reconocerla como hija suya. Teníamos miedo a que mi familia no la vieran como mamá de Alejandra y yo también tenía el miedo de que su familia no aceptaran a la niña como nieta sobrina o prima, sabes… Sin embargo muy bien.” (Carmen). “Todo ha sido apoyo, estupendo. (…)Ve a sus abuelos, a su tía, a su prima…”

los mismos temores son esperables en el caso de familias reconstituidas, más si cabe teniendo en cuenta que los hijos no son fruto de un proyecto inicial común; pero la realidad ha mostrado ser distinta: “Lorena lo está adoptando, no en términos legales pero lo está adoptando. De hecho están tan seguros de ello que la madre, le hicieron una comida a su padre porque se jubilaba e íbamos a subir nosotros pero al final no subimos porque al niño no le conocían y la madre dijo “Bueno, yo creo que no es momento de que suba el niño porque es el día de tu padre y tal, y yo tendré que conocerle porque al fin y al cabo va a ser mi nieto ¿no?”. Y cuando estuvieron aquí para el cumpleaños de Lore, que vinieron para conocer al niño, que a mí ya me conocían se llevaron al niño por ahí y cuando volvieron, el padre dirigiéndose a Lorena le dijo “Yo pensé que tu hijo no corría tanto, pero vaya si corre”… diciéndoselo directamente, entonces… Y cuando dijimos que íbamos a vivir juntas dijeron que era lo suyo, que era obvio, que no había otra opción.”

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3.2.2 Complicaciones en las relaciones con el entorno familiar a pesar de las buenas relaciones con muchos familiares, ha habido varias dificultades que merece la pena señalar. al ser un modelo familiar sometido a constante juicio y supervisión, pareciera que los problemas sean un signo de debilidad, o que pudieran utilizarse para cuestionar el propio modelo de crianza, pero más bien al contrario. las familias (todas) están sujetas a conflictos de mayor o menor intensidad, y una característica poco habitual o sometida a estigmatización como es la pertenencia a una minoría sexual fácilmente puede ser un catalizador de los mismos. hemos agrupado las dificultades según tres patrones: Enfrentamiento ante la visibilización. hemos visto que en algunas familias la orientación sexual puede acabar siendo un tema tabú, que se maneja de forma más o menos implícita. sin embargo, en algunas circunstancias, resulta imposible ocultar el modelo familiar, y es en estas ocasiones cuando puede acabar saltando el conflicto si se estaba gestando. Quien más problemas ha tenido ha sido una madre que salió del armario ya adulta, siendo una de sus hijas mayor de edad, madre también y residente fuera del núcleo familiar. Esta madre informa que su familia no acepta la nueva relación y la situación ha terminado llevando a un conflicto con su propia hija: “Yo no tengo relación con mis padres. Desde Navidad para acá no hay relación. Al principio cuando comenzamos a convivir Yolanda y yo, más o menos se aceptaba, se ocultaba, no se le daba nombre… Se disfrazaba un poco la situación. Pero a medida que hemos ido conviviendo Yolanda y yo hemos ido dando más muestras de lo que somos, que somos una pareja. Porque viajamos juntas, vamos a los sitios juntas, compartimos gastos… A raíz

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de Navidad, decidimos compartir las Navidades. Un día con su familia y un día con la mía. Y mi madre por ahí no pasó. Mi madre ahí vio la cruda realidad que era que igual que una familia heterosexual las Navidades las pasan conjuntamente, tanto con la familia del marido como de la mujer, pues… vio claro que yo iba a compartir mi vida con Yolanda y con su familia. Y dijo que “verdes las han segado”. Y mi madre dijo la famosa frase “Abandonas con tu madre para irte con alguien que no es de tu familia”. Ahí ya se ve claramente que yo comparto mi vida con Yolanda. (…) A raíz de todo aquello se arrastró también a mi hija. Mi hermana se ha mantenido ahí quieta, pero sí que la relación ha cambiado… Y entonces yo ahora ya no puedo ver a mi nieto. Ahora ni mi madre ni mi hija vienen, ni mi yerno ni nada…”

la situación que vive esta madre pone sobre la mesa la necesidad de apoyo que pueden tener muchas personas lGb a la hora de comunicarse con sus seres queridos, especialmente cuando tienen un pasado heterosexual consolidado. la percepción que algunas personas pueden tener es que la mujer o el hombre lGb “se ha echado a perder” o incluso que ha traicionado determinados valores o principios. Es de esperar que con la inclusión de la diversidad sexual, este tipo de situaciones vayan reduciéndose cada vez más, aunque probablemente aún faltan varios años hasta que los prejuicios desaparezcan completamente. tal vez por temor a reacciones negativas, el hombre de nuestro estudio ha optado por no “salir del armario” ante su familia, presentando a sus hijos como fruto de una relación heterosexual de amistad: “Mi familia no sabe que soy gay. Les sorprendió mucho que sin yo tener una relación de ningún tipo, que vayan a tener un nieto… (…)Yo siempre les he dicho que somos amigos [la mujer con la que ha concebido y él], hasta ahí. La información adecuada a sus condiciones. (…) Les encantó la noticia.”

aunque esta situación ha provocado algunas confusiones en la relación de la madre de los niños con los abuelos paternos de éstos:

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“Ellos querían que yo me fuera a vivir a Badajoz, que me fuese a vivir con Carlos [el padre] (…) Le dije “Tú a mi me pones en unas situaciones muy difíciles, porque vamos por la calle y tu madre me presenta como si fuese su nuera”… Ellos piensan que hemos sido pareja. Se han cansado de preguntar y de esperar. (…) Yo no le quiero incomodar en su relación con sus padres, pero se creaban situaciones muy difíciles.”

Negación del modelo familiar. En otras familias los problemas pueden llegar no con la “salida del armario”, sino con la aceptación del modelo familiar en sí. por ejemplo, una abuela negaba el papel de madre que estaba tomando la nueva pareja de su hija: “Ella no acepta a Lorena como madre, pero el problema es que si Lorena hubiera estado ahí como mi pareja y ya está, bueno, todo hubiera ido regular, pero en el momento en que Lorena ha asumido el papel de madre, eso ya mi a mi madre no le interesa. Si hubiese sido un chico, ella estaría encantada de que yo hubiera encontrado un padre para mi hijo, pero ¿para que necesita mi hijo otra madre, si ya me tiene a mí? Manuel no necesita otra madre.”

otras personas sienten que esta negación es implícita, de modo que realmente hay personas que no quieren aceptar la realidad aunque sea evidente. En especial, explica una mujer, esto puede ser difícil para quienes han sido identificados como heterosexuales durante años: “La visión que la gente puede tener de mi caso, de las mujeres que hemos sido heterosexuales o hemos mantenido una relación heterosexual y ahora no, es mucho más dura ¿no? Estábamos aquí un día Yolanda estaba dormida y su tía estaba aquí viendo la tele… Y salieron dos mujeres besándose y dijo su tía “¿Y esas dos ahora?, que le han dado por hacerse lesbiana…” No lo quieren ver.”

falta de reconocimiento de la madre no gestante. al hablar de la inseminación artificial, señalábamos que la aceptación de las fa-

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milias de la vinculación conjunta ha sido en general muy positiva, pero no en todos los casos ha sido así. por ejemplo, en nuestro estudio hemos observado una situación incómoda con la hermana de una de las madres gestantes, a quien le costaba reconocer como tal a la madre no gestante: “La familia no nos trata igual a las dos ni nos ven igual de madres. Con Marco ahora cuando nazca el segundo supongo que cambiará un poco porque entenderán que los dos niños son hermanos y quizá esa diferencia de trato se diluya, pero yo incluso no sé si está tanto ligado con el tema de que quien es biológicamente, sino con el rol de padre y de madre. La forma tradicional de que el niño “es de quien lo pare”, entonces, el que no lo pare… mmmmh… no, la gente no lo ve, ni con familiares, ni… yo por lo menos no lo percibo. (silvia): “Cuando nació el niño, ellas [la madre gestante y su hermana] son dos hermanas nada más… ella no tiene hijos biológicos…ella está casada con un chico que tiene dos hijos pero estos chicos tienen su madre. Y yo creo que ella cuando nació Marco iba con demasiadas expectativas de hasta donde formaba parte de la familia de Marco y hasta donde… Choqué… hasta donde yo soy parte de la familia de Marco, eso no lo ha asumido… Quizás pensara que podíamos llegar, digamos, no por equiparar… digamos que estábamos todos un poco al mismo nivel y ella era su tía de sangre y podía tener más control o más influencia… y es verdad que yo tengo un carácter fuerte y unos prontos muy fastidiosos, y quizás cuando se ha encontrado que es mi hijo y lo educo como yo quiero, lo trato… vamos… si considero que tiene que comer, tiene que comer, si considero que ahora es la hora de dormir, lo es. Y como lo considero yo pues vale y no se discute… y se ha sentido un poco desplazada por alguien que no se esperaba que la iba a desplazar…” (laura): “Ella manifiesta que sí nos ve iguales, pero luego en el día a día es verdad que se nota…”

sin embargo, el hermano de la madre no gestante sí identifica al niño como su sobrino, independientemente del factor biológico: “Con mi hermano bien… Si que acepta perfectamente a Marco como su sobrino.”

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problemas con la familia extensa por parte de la ex-pareja (en familias reconstituidas). otro ámbito en el que pudiera haber conflictos es en las relaciones de los niños y niñas con sus abuelos, tíos, etc. cuya vinculación viene por parte del padre o madre “heterosexual”. a menudo en el contexto de una ruptura, la familia extensa tiende a formar bandos, y aunque cualquier argumento puede ser válido en el enfrentamiento, la “nueva” orientación sexual del padre o la madre puede ser tomada como excusa perfecta. En nuestro estudio encontramos una situación así, ante la cual la madre afectada resume las consecuencias del conflicto con una sola frase: “Y lo peor de todo es que no intentan hacerle daño a él, intentan hacerme daño a mi, pero quien sufre la consecuencias es Manuel.”

ante este tipo de situaciones vuelve a ser necesario acudir a la mediación y la serenidad, recordando que los niños y niñas lo último que desean es verse envueltos en los conflictos de los mayores.

3.3 relaciones con el entorno social las relaciones con el entorno social han resultado ser mucho más sencillas que en el ámbito familiar. para nosotros, seguramente éste ha sido el descubrimiento más sorprendente del estudio: sólo una de las familias destaca un suceso de homofobia en los entornos vecinal o laboral. Como iremos viendo, las reacciones de amigos y otros allegados han sido también en general positivas. En este sentido, los hechos parecen demostrar la ma-

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durez y la tolerancia que ha ido impregnando la sociedad extremeña (y en general de todo el país) en los últimos años ante la diversidad sexual. también es cierto que algunos de nuestros participantes no habían “salido del armario” en todos los ámbitos, pero a raíz de las experiencias de quienes sí lo habían hecho, cabe suponer que en lo referente a la homofobia en lo cotidiano cada vez nos encontramos más con miedos que con realidades. Evidentemente, esto no es un llamamiento a bajar la guardia, pero sí a encarar el futuro con optimismo. Veamos cómo se han desarrollado las relaciones en los distintos ámbitos:

3.3.1 Espacio exterior y vecindario El espacio exterior, que en tiempos pasados era escenario de agresiones o insultos, se ve ahora como un entorno seguro para salir en familia. Ciertamente, algunas veces las familias LGB suscitan expectación o incluso comentarios, pero no deja de ser una reacción natural ante un fenómeno (la diversidad familiar) hasta ahora invisible. El origen de esta sensación de seguridad, que para algunos es sorprendente, está en los cambios se han producido en la percepción social de la diversidad sexual y de los que hablábamos al comienzo de este capítulo. Ciertamente, queda mucha sensibilización aún por desarrollar, pero tanto los datos estadísticos como las experiencias de estas familias son optimistas. Con una percepción social bastante respetuosa, lo excepcional han de ser las muestras de rechazo o las agresiones, y así lo explica una de las madres, y en términos similares se expresan las otras dos parejas con niños pequeños:

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“Nos encanta estar al aire libre. La gente mira y nosotras siempre hacemos la misma broma de porqué nos mirará la gente. La gente mira extrañada, pero yo nunca me he dado cuenta de nada en plan mal, ni… (…) en familia nunca… También es cierto que yo tampoco ando mirando a ver si nos miran o no. (…) La percepción de nuestra visibilidad es guay… Yo no me siento atacada, ni menospreciada, ni… para nada…”

En el vecindario, situación es parecida, y todas las familias que son visibles se sienten respetadas por sus vecinos, con algunos de los cuales tienen una relación estrecha: “Yo tengo relación con los vecinos porque me he criado aquí. Hay vecinos que yo no sabía que lo sabían, y nos tratan muy bien… Dicen: “Anda, mira Alejandra, si es que sus mamás, no se qué”. Mi vecina de aquí al lado, que es mi vecina de toda la vida, nos hemos criado juntos y es como una segunda madre para mí… y muy bien. La mujer quiere más a Carmen que a mí, yo creo. No hay mirada de… Creemos que la gente lo acepta bien.”

tal como decía la primera mujer, no debemos confundir la simple curiosidad o falta de costumbre con homofobia. puesto que las familias LGB han comenzado a ser visibles hace relativamente poco tiempo, aún siguen despertando inquietud o expectación. así, vemos a una madre que nos habla de la curiosidad que pudieron sentir sus vecinos por su modelo familiar, que ella resolvió de una forma abierta y directa: “A mí, por ejemplo, cuando nos cambiamos a la casa nueva un día hubo una vecina, borracha [la vecina], que me preguntó “Oye ¿y tú eres lesbiana?”, así abiertamente. Y había varios vecinos más y dijeron “¿Cómo le preguntas eso?” y yo dije ¿y porqué no me lo va a preguntar? Pues sí, lo soy, claro ¿qué pasa?” y ella dijo “¿Ves como me he atrevido?…” (… ) a mi me parece que ante una pregunta tan abierta y no ofensiva, pues sí. Yo no voy a decir “soy lesbiana” si no hace falta, pero si me preguntan sí contesto.”

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un dato llama especialmente la atención: aunque su experiencia sea positiva, la mayoría de las mujeres mencionan que de una u otra forma perciben que sigue habiendo grandes niveles de homofobia en la sociedad, lo que les crea preocupación. por ejemplo, una de las familias más integradas explica así su percepción de la homofobia a nivel social: “Yo creo que la sociedad en general percibe mal nuestras familias. No sé si es porque los que piensan mal lo dicen y los que no, no lo dicen. Lo ves en la tele, en el periódico… Pero a lo mejor porque los que piensan que es una familia normal y corriente no salen en la tele a decirlo. Porque nosotras no vamos diciendo por ahí que somos una familia especial. Entonces a o mejor los que pensamos que somos una familia normal y corriente no salen en la tele. Eso nos hace pensar en el miedo, o sea en el futuro de Alejandra: Qué le espera, cómo la mirarán, como la tratarán, en el colegio, los demás niños, los papás de los demás niños…”

a este respecto, pensamos que es importante dar una respuesta social y comunicativa a los mensajes homófobos que siguen transmitiéndose en los medios de comunicación y que generan una situación ambigua que ha sido estudiada por la psicología y la sociología en relación a muchos otros grupos minoritarios: los individuos perciben de forma positiva y se relacionan se manera satisfactoria con las familias LGB cuando las conocen, pero pueden seguir manteniendo prejuicios e ideas estereotipadas respecto a quienes no conocen.

3.3.2 relaciones de amistad y relaciones con la comunidad todas las familias se sienten apoyadas y queridas en sus círculos de amigos, que en muchos casos son también un referente im-

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portante para los niños y niñas. Distintos estudios, entre los que destaca el de González y cols. (2002) han mostrado que, al contrario de lo que algunos estereotipos marcan, las personas lGb suelen tener amistades de todo tipo, relacionándose con personas tanto heterosexuales como de minorías sexuales. si en el estudio de González y cols. la red social estaba compuesta en un 72,2% por personas heterosexuales, la proporción en el caso de las familias que hemos conocido puede ser similar. a este respecto una de las madres lo expresa así: “Nuestro grupo de amigos son todos heterosexuales… Tuvimos una pequeña época en la que salíamos con un grupo, todo chicas lesbianas, pero como no nos gustaba el encasillarnos… Claro, el tiempo va pasando y te vas quedando con tu grupo heterosexual de toda la vida…” Como es natural, también algunas personas se sienten más cómodas en lo que se ha venido llamando “el ambiente”, es decir, en círculos compuestos principalmente por personas de minorías sexuales. se ha comprobado que para aquellos sujetos que pertenecen a minorías de cualquier tipo, el sentimiento de pertenencia a una comunidad aminora mucho los efectos negativos del estigma y la discriminación, circunstancia aplicable también a la diversidad sexual. jones y colaboradores (1984) definían dos funciones de la afiliación a grupos de miembros de minorías: permitir a las personas estigmatizadas disfrutar de ambientes en los que no se les maltrata ni injuria y dar apoyo para la auto-evaluación del grupo estigmatizado. también la teoría de la evaluación social (pettigrew, 1967) afirma que los miembros de grupos estigmati-

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zados que tienen un sentimiento fuerte de pertenencia al grupo y cohesión comunitaria se auto-evalúan en comparación con sus iguales y no con los miembros de la cultura dominante. De este modo, la persona puede dejar de percibir sus comportamientos como “desviados” y los puede normalizar. En principio, esta preferencia natural no tiene mayor relevancia para los niños y niñas, que tienen referentes adultos de todo tipo en distintos ámbitos, como el vecindario o la escuela. En otra familia, uno de los principales referentes masculinos del niño es un hombre que se identifica como gay: “Tengo yo también un amigo que es su padrino no oficial y su pareja es un chico y estamos mucho con ellos (…) Con Ernesto tengo una amistad enorme y él dijo “yo quiero ser su padrino” y desde que sale con este chico están los dos y los dos vienen juntos y los tiene asumidos como una pareja, Ernesto y Manuel, Manuel y Ernesto. Nos solemos ver cada 8 días, 10 días, depende un poco de los trabajos también.”

las amistades por su propio carácter tienden a ofrecer los apoyos más incondicionales, pero dado el desconocimiento social existente entorno a las familias LGB, también se han producido algunas complicaciones. por ejemplo, según nos explican, en las familias planificadas también algunos amigos muestran dificultades para identificar a la madre no gestante como madre en igualdad de condiciones: (silvia): “No notas que la gente tenga ningún tipo de rechazo ni alguna opinión en contra, pero sí por ejemplo tú [refiriéndose a la otra madre] y yo nos hemos reído con el tema de cuando te dan la enhorabuena, que pasó, y pasó. Ella [la otra madre] se quedó embarazada y la gente la da la enhorabuena ella, y no tenía nada que ver conmigo. Todo el mundo.” (Laura): “De una forma casi inconsciente, digo yo.” (silvia): “Y ahora [que está embarazada

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la otra mujer] nos pasa al revés. La gente me da la enhorabuena a mí, pero muy pocos se han dirigido a Laura para darle la enhorabuena, y es gente que sabes que no va con la idea negativa, pero sí que bueno que está automáticamente instalado en la cabeza que, no sé si el que no existe ese vínculo de familia o que la madre es la madre y los demás son añadidos. No sé dónde estará el origen. (…)Te hace gracia y lo comentas y tampoco le damos mayor importancia porque no lo merece, y entendemos que al final es el tiempo el que va dando la forma a las cosas. (…) Con una amiga me sentó mal; que me dijera “Fíjate, parece que la madre fuera Silvia” y bueno, no es que lo parezca, es que soy su madre.”

respecto a la integración en la comunidad, todas las familias se sienten también satisfechas. llama especialmente la atención que, más allá de aquellas mujeres que participan en asociaciones lGb, algunas mujeres están también involucradas en la comunidad religiosa. una de las madres explica también que su modelo familiar era conocido también en el seno del grupo cristiano en la que participan tanto su hija como el resto de la familia: “Ella participaba en la adolescencia en Cruz Roja, y también participaba con otros amigos en Huelva en una comunidad que ella iba… en una comunidad de tipo así cristianos de base y tal, y ella participa allí y es muy activista. En la comunidad se conocía la situación, y allí íbamos antes con el padre y nos conocíamos todos con unos amigos que tienen hijos… sin problema ninguno.”

otras dos mujeres, que se declaran cristianas, deseaban bautizar a su hija, aunque preveían que podía haber algunas complicaciones para ello. Estas mujeres dicen no sentirse identificadas con la jerarquía eclesiástica, pero sí se sienten parte de la comunidad católica y por lo tanto desean participar en el rito del bautismo: (mónica): “A mí personalmente la iglesia no me gusta. No creo en la iglesia, no creo en los curas, me parece que es un negocio total… Pero sí creo en Dios y bueno, soy católica. Y

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la queremos bautizar. (…) Nos han comentado de un cura, de un cura de aquí de Cáceres, que por lo visto es muy liberal.” (Carmen): “Muy campechano y yo creo que lo más seguro sí.” (mónica): “Yo lo que no sé es si depende del cura o depende del obispado. Si depende del obispado la hemos cagado. No creo que nos dejen… Y lo veríamos super injusto porque ellos predican que a los ojos de Dios somos todos iguales. Nos gustaría que estuviera nuestra familia. (…) El domingo vamos a ir a hablar con el cura. Vamos a ir con una amiga nuestra, dice que por lo visto hace una misa especial para niños y…”

por último, aunque con los amigos cercanos todos los participantes del estudio son visibles, en entornos sociales más amplios hay distintos grados. una de las mujeres, que aún no ha “salido del armario” en todos los ámbitos siente que está ocultando una parte de su cotidianidad: “Nuestra vida es clandestinidad pura y dura… Yo estuve a punto hace poco de decir que me casaba con Yolanda cuando estaba en un congreso en Lugo. Pero luego me corté porque dije cómo voy a decirlo aquí cuando mi entorno más cercano no lo sabe. Porque si yo lo digo en Lugo inmediatamente lo sabe Extremadura porque había compañeras conmigo de Extremadura. Entonces mi círculo más cercano como son mis compañeras de trabajo no se lo he dicho a nadie. Exceptuando una compañera que es lesbiana de otra sección.”

3.3.3 relaciones en el entorno laboral tanto la legislación española como los sindicatos y el propio movimiento de derechos LGBT protegen a las minorías sexuales, y lo cierto es que, por unos motivos o por otros, no hemos tenido noticia de casos de acoso o represalias laborales en componentes de familias LGB. Encontramos dos modelos diferenciados a este respecto: quienes son visibles y quienes prefieren no hablar

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de su vida privada en el ámbito laboral. En ambos modelos, los miembros de las familias LGB parecen sentirse cómodos. una de las mujeres dice: “Yo lo he dicho en todas partes abiertamente: Marta vive conmigo, es mi pareja. En mi sitio de trabajo, en todos sitios. Quien ha querido lo ha aceptado y quien no, no, pero a mi nadie me ha dicho nada. Yo creo que es positivo dar las cosas por sentadas… No andar ocultando… Esto es lo que hay y punto. Ahora tú eres libre de aceptarlo, tener la misma relación…”

El hombre de nuestro estudio, sin embargo, no se ha hecho visible en su entorno laboral, aunque piensa que de haberlo hecho, no habría tenido especiales problemas. Desde su punto de vista, la orientación sexual es una parte de su intimidad, e identificarse explícitamente como gay sería una forma de señalarse y captar más atención de la que a él le gustaría. parte de su relato al respecto es así: “En el trabajo no hay homofobia para nada, pero sí hay… (…) Es estar poco habituado a ello. Pero vamos, en mi trabajo tengo la suerte de estar en un servicio que nos llevamos todos bastante bien y somos bastante abiertos… (…) Como ellos dan por hecho las cosas… si preguntaran a lo mejor decía algo, pero como no preguntan… (…) Yo no voy preguntando a la gente si es heterosexual… así que ¿qué necesidad tengo yo de decir “aquí está el gay, el hetero el”?… En entornos así como mi lugar de trabajo ¿qué necesidad tengo yo de señalarme de esa manera? ¿no? Si te lo planteas así… que en realidad les importa un bledo, igual que me importa a mi un bledo que ellos sean hetero…”

sólo una mujer relata haberse sentido incómoda en el trabajo a causa de las actitudes homófobas de su jefe, pero sin embargo éstas no llegaron a concretarse más allá de un incidente personal que prefiere no relatar en el estudio:

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(mónica): “A mí en el trabajo me ha costado decirlo. Sí, porque además mi jefe es muy... Ya no es que sea muy de derechas, sino que es peor todavía. Yo sí he tenido un poquito de problemas en el trabajo. He tenido problemas para empezar porque estaba con una chica. No me ha puesto ninguna pega. Él no me ha llegado a decir nada por que yo tampoco me atrevía a contárselo, pero sí se ha llegado a enterar porque esto es muy pequeño y se ha enterado. (…) Se lo dije más que nada por los 15 días que me correspondían, aunque no me los cogí porque no hacía falta en ese momento y tampoco quería fastidiar, aunque sí le dije que bueno, que me tenía que incorporar algunos días de julio, pues ya empalmar y no incorporarme hasta septiembre, y me dijo que sí. (…) Él fue a vernos a la clínica y yo he estado en el trabajo con Alejandra y le ha hecho carantoñas y… Pero bueno, a lo mejor la relación que vamos a tener ahora es la que debíamos haber tenido siempre, de jefe y empleada y punto.” (Carmen):” Con los demás compañeros muy bien, y con el hermano de su jefe también muy bien.”

sí hay un aspecto del mundo del trabajo en el que todos coinciden, y es la dificultad para conciliar la vida familiar y laboral. Especialmente grave les resulta a aquellas mujeres que desean desarrollar una maternidad igualitaria el hecho de que sólo una de las dos pueda acceder a la baja maternal, aspecto del que ya hablábamos al referirnos a las familias nucleares y que afecta también a las parejas heterosexuales que pretenden realizar una crianza igualitaria entre hombres y mujeres.

3.4 relación con el sistema sanitario algo que nos ha llamado poderosamente la atención es que en general las familias que han participado en este estudio se mostraban bastante o muy satisfechas con la atención que han recibido por parte de los servicios de salud. las experiencias han sido positivas tanto en el ámbito público como en el privado, y

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la sensación general es que los profesionales han sabido aceptar su modelo familiar con naturalidad y sin hacerles sentir incómodas. una de las mujeres que dio a luz recientemente resume así el trato en los dos ámbitos, señalando que en cualquier caso no hubiera habido impedimento para tratar a las dos madres como tales: “Fue cesárea programada, entonces ella no pudo estar en el parto, pero en tal caso ella hubiera estado. No nos hubieran puesto ninguna pega, yo creo. Incluso estuve ingresada al principio del embarazo y nos trataron fenomenal en ginecología, y luego cuando nació en la privada también muy bien. Como nos la tenían que programar y yo tenía la clínica privada, pues nos la programó mi ginecólogo de siempre. Pero si no nos hubiéramos ido a la pública.”

y otra madre, en este caso de un niño un poco más mayor explica que ella ha acudido al centro de salud con su pareja y su hijo y que, incluso sin estar casada, el trato ha sido fluido. simplemente se lamenta de las dificultades que trae para su hijo no poder formalizar su filiación también con esta mujer: “Al médico le suelo llevar yo porque soy la que más tiempo pasa con él… Pero hace poco sí fuimos los tres para una urgencia… La verdad es que no nos andamos fijando en si la gente se ha dado cuenta o no se ha dado cuenta. Y cuando hemos ido al centro de salud, en ningún momento han echado a ninguna para atrás ni han dicho: “tú sí puedes pasar, tú no”, ni hemos recibido ningún trato vejatorio ni humillante, ni… Ella podría llevarlo, ella sola porque no le van a preguntar nada. Lo que no puede es autorizar, claro. (…) Si Manuel es hospitalizado, es el hijo de su cónyuge, y ella no es nada y ella no tiene permiso.”

aún así, se han producido algunos incidentes que podemos destacar. por ejemplo, uno de los pediatras, sin hacer un posiciona-

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miento explícito, parecía negarse a aceptar la filiación de las dos madres de un niño: (laura): “No nos han preguntado si somos madres las dos.” (silvia): “Bueno, sí, con el primer pediatra se lo contamos dos veces y no se quiso enterar.” (laura): “La verdad es que fuimos poco porque no nos gustó mucho…” (silvia): “Uno de los motivos de cambiarnos de pediatra fue ese.” (laura): “Le dijimos… somos las dos madres… y no sé si estaba sordo o se hizo el sordo… Y a ti te trataba como si fueras la tía o algo así, ¿no?” (silvia): “Sí, a mí me trataba como si fuera la tía o… Una cosa así, un poco raro. Y fuimos otra vez y volvió otra vez a las mismas y decía, entonces tú… porque decía que tenía mucha habilidad vistiéndolo y desvistiéndolo y tal… y decía: “Fíjate y tú no tienes hijos”… Y yo decía “Pues fíjate”… Fue incómodo y sobre todo absurdo.” (laura): “No sabíamos si es que no había escuchado o… Era llevar un diálogo de besugos. Tú estás diciendo una cosa y el que tienes enfrente hace como si le estuvieras diciendo otra, pues…” (silvia): “Nos cambiamos y ya muy bien.” (laura): “Todos eran privados. (…)Preguntamos, pero vamos, preguntamos también para el primero… Claro preguntamos a nivel médico, como profesional… Lo que nos interesa del pediatra es que sea buen profesional. Al segundo le dijimos que somos las dos madres y bien… tampoco es que haya hecho ningún comentario ni más allá. Simplemente, la verdad es que los pediatras van muy rápido y no suelen comentar nada. (…) A mí con el primero me queda la duda de si el hombre no escuchaba bien, porque yo con ese hombre no me comunicaba nada bien… No se enteraba de lo que yo le decía…”

y otra mujer señala que percibió una actitud negativa por parte de un ginecólogo, aunque ella tampoco le da más importancia: “El único problema fue con un ginecólogo de aquí de Cáceres del servicio extremeño de salud, que es un hombre bastante conflictivo en general. Cuando me fui a hacer la amniocentesis, claro en el informe pone Inseminación Artificial de Donante… Y Ángeles me dijo “Menos mal que no le has visto la cara” porque yo ya estaba en el potro aquel para que me hiciera el pinchazo. Dice: “¿Y esto de IAD qué significa en este papel?” y yo me levanté y le dije Inseminación Artificial con Donante. Y dice Ángeles que puso una cara de asco… Pero en realidad eso no fue nada.”

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Insistimos, en general la percepción es buena y pensamos que el sistema sanitario es un modelo a seguir. los profesionales del ámbito de la salud llevan en general varios años formándose para conocer y respetar la diversidad de los usuarios a los que atienden, y pensamos que, aunque tal vez la diversidad familiar no ha sido abordada específicamente, sí se ha creado una clara cultura de respeto y una perspectiva de derechos que puede ser exportada a otros ámbitos como el jurídico o el educativo donde aún queda camino por andar.

3.5 posición ante el movimiento de derechos lGbt Como parte final de la investigación, quisimos preguntar a los participantes si tenían algún contacto con las organizaciones que defienden los derechos de las minorías sexuales, así como el papel que tenían las familias en dicho movimiento o las reivindicaciones que pensaban que debían hacerse. éste nos ha parecido un tema ineludible debido tanto a los ataques que están sufriendo las minorías sexuales por parte de algunos sectores y organizaciones como por los cambios que se están produciendo a nivel jurídico y social entorno al reconocimiento de los derechos sexuales como derechos humanos. España es un país con una breve pero intensa historia de reivindicaciones por los derechos de las minorías sexuales que se remonta en sus formas organizadas a los últimos años de la dictadura. todas las actividades generadas entorno a este movimiento, que han pasado desde manifestaciones a difusión escrita, campañas de visibilización, etc. han obtenido unos frutos que afectan sin duda tanto a los

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adultos de minorías sexuales como a sus hijos e hijas, derivando en el reconocimiento de los derechos que recogíamos en el epígrafe 3.1 como en un clima social y cultural cada vez más respetuoso con la diversidad. hay que señalar que una parte de las mujeres participa en la asociación Extremadura Entiende, creada hace dos años para agrupar a mujeres lesbianas o bisexuales de toda la comunidad autónoma, y que por tanto varias de ellas están familiarizadas con el activismo, sin embargo, para otras personas se trata de un fenómeno nuevo o con el que prefieren tomar una posición distante. Nos ha llamado la atención especialmente el testimonio de dos de las madres, que simplemente afirman no haber tenido contacto alguno con este movimiento hasta muy recientemente porque no sabían de su existencia: “Tenemos contacto pero hace muy poquito… (…) Es que, yo llevo tres años en el mundo homosexual, con lo cual no sabía ni que había asociaciones y Carmen nunca ha tenido que…” (Carmen): “Yo es que nunca, nunca he ido a una asociación, nunca. (…) Tampoco he conocido a nadie de… (…) nunca me había llamado la atención, y no lo sabía tampoco, yo no sabía que había asociaciones o algo.”

una de las mujeres, que sí es activista, explica así su participación en las movilizaciones a favor de los derechos de las minorías sexuales: “Acudo a lo que puedo, de hecho yo estuve al año pasado en el orgullo en Badajoz, me encargué de la mesita de los niños, de los dibujos, de la plastilina… Hay un proyecto del área de visibilidad que es de desideratas a las bibliotecas que entre Diana y yo llevamos ese tema. A mi me gusta moverme, lo que pasa es que ni el tiempo, ni el transporte, ni

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nada… Yo lo he conocido siempre, pero yo no he empezado con el activismo y a moverme hasta que me separé.”

algo en lo que todas coinciden es en la importancia del movimiento asociativo a la hora de crear referentes y contacto con iguales para los niños. En esto coinciden con los resultados de arranz y cols. (2010), que observaron que las familias homoparentales eran las que más tendencia al asociacionismo mostraban: (silvia): “Yo empecé a investigar un poco para ver si encontraba familias para poder tener relación, para que Marco tuviera relación con otros niños de familias homoparentales. Y he empezado a descubrir que existen asociaciones. Vamos, no sabía que existían”. (Laura): “Yo por lo menos no le daba importancia. Ahora sí pero por el niño. A mí como persona homosexual no me suponía ninguna… No veía ninguna necesidad de que existieran. Aunque por otra parte a nivel social es cierto que es importante que estén ahí reflejándose y que es importante que la sociedad los vea.”

respecto a la organización en el entorno semi-rural que se vive en muchas zonas de su Comunidad autónoma, varias mujeres destacan lo complicado que resulta en ocasiones coordinarse, dadas las dificultades de transporte y comunicación. así lo resumen dos de ellas: (marta): “Tenemos el contacto que te permite la tierra, porque Extremadura es muy complicado para verse.” (teresa): “Por eso cuando nos conseguimos ver en unas jornadas nos lo pasamos tan bien.”

seguramente, este testimonio resuma muy bien la función que tiene para las familias LGB la existencia de asociaciones en defensa de las minorías sexuales, que, “no deberían existir” pero acaban resultándoles muy útiles:

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(mónica): “Yo creo que no debería ser necesario, porque los heterosexuales no tienen porqué tener ningún colectivo ni nada de eso, pero sí que nos viene muy bien porque por lo menos nos apoyamos, ¿sabes? Que no debería hacer falta, pero sí es verdad que te apoyas entre unos y otros. Nosotros por ejemplo cuando han hecho aquí las jornadas universitarias LGTB, pues nos hemos sentido fenomenal porque hemos dado nosotras una charla, han conocido el caso. Aunque eran de asociaciones que ya sabían que teníamos que casarnos, que esto y que lo otro, pero claro, le has contado la historia a gente que lo ve desde el mismo punto de vista tuyo… entonces por ejemplo a nosotras nos gustaría hacer quedadas de familias y, ¿sabes?, la verdad es que sí. Nos viene muy bien, sobre todo por los niños.” (Carmen): “Y ahora tenemos que estar más en esas, enterarnos más e ir a todas las asociaciones para que a la niña la vayan conociendo y ella vaya conociendo más casos.” (mónica): “Además, es que también depende mucho de las asociaciones… si nosotras hubiéramos sabido de alguna asociación, no hubiéramos tenido que echar mano de Internet para enterarnos de la boda… “

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Cómo se relacionan los hijos/as de familias LGB

4. Cómo sE rElaCIoNaN los hIjos/as DE FAMILIAS LGB

En una sociedad en la que la homofobia aún es un fenómeno con trascendencia, existe un temor fundado sobre cómo podría afectar a los hijos de gays, lesbianas y bisexuales. El desarrollo social de estos chicos y chicas ha sido uno de los ámbitos que más atención ha recibido por parte de investigadores y académicos, motivo por el que tenemos gran cantidad de datos. En general se observa diversidad en los modos de relacionarse socialmente de los hijos de familias LGB, y encontramos desde chicos y chicas muy sociables hasta personas más introvertidas. En lo que todas las familias coinciden en que su modelo familiar no ha disminuido las posibilidades de sus hijos e hijas de hacer amigos o relacionarse socialmente, sino que las distintas formas de relacionarse dependen de la personalidad de cada niño/a o adolescente. una de las madres, cuyo hijo es especialmente extrovertido, lo explica así: “La relación de Manuel con los otros niños es buenísima… El tiene amigos, tiene amigas… él llega al parque y lo primero que hace es al primer niño que encuentra decirle “Hola, ¿quieres ser mi amigo?” y encuentra amigos… ese dice que no, pues encuentra a otro “Hola, ¿quieres ser mi amigo? ¿jugamos? Vale” (…) A todos los cumpleaños le invitan. Todos los cumpleaños se han celebrado en casas o en parques de ocio de Cáceres. El suyo lo organizamos en casa. Las organizadoras éramos Lorena y yo; y estuvieron allí, todas las madres llevaron a los niños y todas las madres vinieron a recogerlos, y todos los niños le han invitado a él. Las madres a mí me conocen desde primero de educación infantil, que yo todavía estaba casada, de hecho me divorcié en ese curso, y ahora saben que Lorena y yo somos

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pareja, porque es evidente y ya te he dicho que no nos ocultamos, que somos visibles, y no he notado ningún cambio de actitud conmigo, ningún cambio de actitud con el niño, ni de niños hacia el niño, ni de madres hacia el niño, ni de madres hacia mí… nada. Y yo estaba asustada, también, todo hay que decirlo.”

otra familia, cuyo hijo representa un caso opuesto, pues su círculo social es especialmente reducido, también señala que el modelo familiar no ha influido en la situación: (teresa): “Juan no tiene muchas relaciones sociales, así que tampoco en ese sentido ha habido problemas. Él no nos ha comentado nunca que haya tenido problemas de ningún tipo. Cuando ha habido algún conflicto no ha tenido nada que ver con homofobia…” (marta): “Él es reservado, solitario…”

En cualquier caso, la vida social de estos niños, niñas y adolescentes ha sido una de las áreas sobre el que más se explayaban los participantes, planteando una realidad en la que se mezclan realidades muy positivas con algunos temores y reivindicaciones. Veamos algunos de los aspectos más relevantes:

4.1 relaciones entre padres/madres e hijos/as En general, las relaciones paterno o maternofiliales, tanto en nuestro estudio como en otras investigaciones realizadas con familias LGB están dentro de la normalidad o son bastante positivas. Nos llama la atención que, pese a ello, los padres y madres de estas familias tienen una tendencia generalizada a sentirse especialmente “observados” o a tener que demostrar que efectivamente sus familias “funcionan”, algo que ha sido detectado

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en España por equipo de arranz (2010), pero también en otros países (Kurdek, 2008). a la hora de estudiar las dinámicas que se generan en el seno de una familia homoparental, resulta de especial relevancia tener en cuenta el modelo concreto de familia que estamos estudiando. por ejemplo, no pueden esperarse las mismas dinámicas en una pareja que ha planificado conjuntamente un embarazo que en una familia reconstituida donde uno de los progenitores ya ejerce de madre o padre y tiene establecido un vínculo al que incorpora una nueva pareja. algunos puntos clave en las dinámicas familiares son los siguientes: Estilos de crianza. Diversos estudios, entre los que destaca el de bos y cols. (2004) y el de González y cols. (2002) encuentran en las familias con progenitores del mismo sexo un reparto más equitativo entre los miembros de la pareja, lo que puede deberse a que no median roles sexuales. bos y cols. (2004) compararon en holanda a 100 familias lesbianas que habían planificado su maternidad con otras 100 familias heterosexuales de similares características sociodemográficas. Encontraron, tras aplicar varias herramientas de evaluación, que no había diferencias significativas en las experiencias de maternidad entre mujeres hetero u homosexuales (estrés, competencia y justificación). sí hubo diferencias entre las madres no biológicas de las familias LGB y los padres de las familias heterosexuales en la justificación de la paternidad: las madres no biológicas anticipaban críticas de los demás y querían justificar su propia competencia. Encontraron también, en consonancia con los posteriores hallazgos de Kurdek (2008) que las madres biológicas lesbianas estaban más satisfechas con la coparentalidad de sus parejas que las heterosexuales.

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además observaron que los objetivos de la crianza (los atributos que deseaban que sus hijos desarrollasen) de las madres lesbianas concordaban menos con los patrones sociales más establecidos (como ambición o autocontrol) que en las madres y padres heterosexuales. por último observaron que el tiempo que pasaban con los niños o dedicaban a tareas educativas se repartía más equitativamente, algo que también aparece en el estudio de González y cols. para la población española. otro factor que hemos detectado en nuestro estudio es que todas las familias tienen un estilo educativo dialogante, y en ningún caso hemos encontrado patrones autoritarios o impositivos, lo cual probablemente sea fruto del conocimiento cercano que todas estas personas tienen acerca de los efectos de la represión. Visibilidad ante los hijos y homofobia internalizada. un tema que ha generado inquietud es la necesidad o no de visibilizar la identidad lGb de padres y madres homosexuales o bisexuales ante sus propios hijos. Naturalmente, las familias nucleares no tienen este dilema, porque los niños se han criado con dos padres o dos madres, pero sí es una cuestión que afecta a las familias reconstituidas, monoparentales y las formadas por acuerdo. paul (1986, citado en a.p.a, 2005) señala que los hijos que habían sido informados a este respecto bien en la infancia, bien en la adolescencia tardía asimilaban la información mejor que aquellos que eran informados en la adolescencia temprana. un ejemplo interesante es el de la familia formada por el hombre gay de nuestro estudio, cuyo hijo mayor tiene ahora 5 años. aunque tanto la madre como el padre educan a ambos niños en el respeto a la diversidad, no se ha dado la ocasión de hablar de la orientación

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sexual del padre, que no tiene pareja y es una persona reservada. él nos explica así su proyecto: “Tengo un cuento precioso para mis hijos donde se explica que los hombres también, y las mujeres también… y algún día se lo explicaré. Los niños lo que tú les muestres con normalidad, ellos se lo toman con naturalidad (…) De todas maneras las cosas van surgiendo solas.”

En todo caso, la madre no ve imprescindible hablar de ello: “A los niños se les puede explicar cualquier cosa. Somos los mayores los que lo hacemos dramático o no dramático. Natural o no natural. Somos los mayores los que tenemos los fantasmas en la cabeza. (…)Cuando él tenga pareja ya se lo dirá a sus hijos… Pero las personas tampoco tienen porqué decir tanto, ¿no?”

las madres de adolescentes han “salido del armario” de forma más o menos explícita, y así nos lo explican dos de ellas: “Yo le dije que Marta se venía a vivir. Él ya había estado aquí, y sabía que yo hablaba todos los días por teléfono. Así como mi novia no lo he dicho. (…) Con Juan [el adolescente] yo no le pregunté. Lo dí por sentado.”

por otro lado, la homofobia internalizada8 es también un asunto que preocupa a algunos padres y madres de minorías sexuales. ayala (2011) señalaba que ante el bombardeo constante que sufren gays, lesbianas y bisexuales, lo esperable es que afloren, aunque sea de manera inconsciente, algunos comportamientos o prejuicios que pueden resultar dañinos para los hijos e hijas de familias LGB.

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se entiende por homofobia internalizada el rechazo o los prejuicios de las propias personas lGb a su propia condición o a las relaciones eróticas o amorosas entre personas del mismo sexo.

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Conflictos intrafamiliares. Concretamente, entre quienes han participado con nosotros, sólo una madre estaba teniendo un conflicto serio con una de sus hijas, ya adulta y con quien no convivía. otra de las madres también valoraba de forma negativa la relación de su hijo con el padre de éste, un hombre heterosexual. Explica que para ella el principal problema es la negación por parte del padre del niño del vínculo que se ha establecido entre éste y la nueva pareja de su madre: “Cuando su padre le dice que Lorena no es nadie, que Lorena no es su madre (…) Le monta un cacao en la cabeza al niño que viene descolocado, y poco a poco él va siendo mayor, se va dando cuenta de cosas, y es horrible.(…) Le dice que no le llame mami porque no es su madre. Le dijo “Lorena no existe”. Y el niño se da cuenta de que sí que existe. De que si le llevan al cole o soy yo es Lorena, de que por la noche el cuento se lo leemos los dos, de que la ducha un día me toca a mi y un día le toca a ella. Y Lorena existe y está ahí. Entonces darse cuenta de que su padre está diciendo cosas que no son… Y un día se dará cuenta y le dirá a su padre que el que no existe es él que se tira un mes y medio sin venir a verle porque no le da la gana.”

salvo estas situaciones, mediadas por la homofobia y la intervención de terceros, no hemos encontrado ningún conflicto grave a nivel intrafamiliar. De todas formas, la convivencia y el mundo afectivo es y será un espacio donde el conflicto tome forma cotidianamente, independientemente del modelo familiar en que vivamos, por lo que debiéramos estar preparados para aceptarlo, ser capaces de afrontarlo lo más abiertamente posible, y cuando no podamos, buscar ayuda o mediación a través de los servicios sociales o de las organizaciones en defensa de las minorías sexuales.

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4.2 Visibilización El tema más relevante respecto a las relaciones sociales de los hijos de familias LGB es cómo manejar la visibilización, cuestión que ha recibido atención por parte de todas las familias independientemente de la respuesta final que se de. Dos son los aspectos principales en cuanto a la visibilización: el modo en que transmitir o no información sobre el modelo familiar y las estrategias empleadas para afrontar la homofobia.

4.2.1 Cómo se hacen visibles los hijos de familias LGB En nuestro estudio se da una brecha generacional entre los niños más pequeños, criados originalmente en una familia LGB o que llegan a ella a muy corta edad, y los adolescentes que cambian de un modelo a otro de familia después de pasar su infancia en otro. lamentablemente no disponemos de experiencias de familias con niños preadolescentes, en ninguna de las dos situaciones, que habrían ampliado el panorama. los niños más pequeños han conformado hasta ahora su identidad fácilmente entorno a su modelo familiar, que es transmitido a los iguales con naturalidad, mientras que los mayores pasan por la tesitura de decidir cómo y a quién informan de unos cambios importantes, sin conocer de antemano cuál será la reacción de sus iguales. así, la percepción de los cuatro casos de adolescentes es que los chicos y chicas son cuidadosos a la hora de hablar del modelo familiar y no lo visibilizan abiertamente. una de las madres explica que su hija sólo lo habló explícitamente con las amistades más cercanas:

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“Ella lo comentaba poco. Había determinadas cosas que ella comentaba poco, imagino que para protegerse… lo obviaba… (…) A sus amigos íntimos sí se lo contaba… Dependía en el medio donde estuviera, porque tenía diferentes espacios, diferentes ambientes… Pero nunca ninguna reacción… Tenía amigos y amigas y todo… (…) se lo contó a sus amigas más cercanas y bien… bien, perfecto.”

y otra piensa que su hijo no ha hablado del asunto con sus amigos, aunque estos pueden dar su modelo familiar “por sentado”, puesto que han visitado la casa y conocen a las dos mujeres que viven en ella: “Juan en el instituto no ha tenido ningún problema porque todo ha sido un poco como camuflado. Si ha habido algún problema no me he enterado, pero yo creo que si le hubieran dicho algo él lo hubiera contado. Es que él no le da explicaciones a nadie. A él le gusta mucho mantener su intimidad y sus historias, independientemente de que para él los amigos son muy importantes. (…) Él tiene muchos amigos. Es muy querido en su círculo de amistades, tiene muchos amigos… (…) Ellos vienen a casa y nos ven a las dos, o sea que yo supongo que… O no dice nada y los amigos dan por hecho que yo soy la dueña de la casa y los amigos dan por hecho que ella es una amiga y que está aquí porque pasaba por aquí… No lo sé. La verdad es que no lo he preguntado nunca.” (yolanda): “Yo creo que no lo dice. No que lo oculta sino que no lo dice.”

los pequeños hablan con naturalidad a otros niños y niñas de su modelo familiar, y en el caso de los más jóvenes, son sus madres las que lo hacen. tres de las madres nos cuentan sus experiencias al respecto: 1/ “Yo a Manuel no le he visto explicarlo a los demás niños. La reacción que han tenido los niños, según él me ha dicho, como si nada. Como el que dice va a llover, pues vale.” 2/ “Él habla de que tiene dos mamás… Los niños así que más cerca... bueno el otro día una niña de aquí del bloque… llego aquí y estaba Noemí, una niña de 7 años y dijo: “¡Anda,

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María!… pero ¿no habías dicho que este fin de semana le tocaba [al niño] con Ángeles?” Fíjate una cría de 7 años ya como entenderá… entonces pues bueno… yo ya le dije que venía de recogerle… y el dice que tiene dos mamás y además su hermanito Hernán. Ahora la reacción de algunos niños y algunas niñas, a veces dicen ¡¿Qué tiene dos mamás?! Y yo les digo: “Sí, hay niños que tienen dos mamás…” y entonces tú les explicas. Se quedan como pensativos porque la mayoría no lo ha oído nunca. Entonces, claro. Dos mamás y ya está. Eso es gracioso la verdad.” 3/ (laura): “No hemos notado ninguna dificultad. Lo único es que te preguntan… “Pero, ¿Marco tiene dos mamás?”, “Sí, tiene dos mamás.” “¿No tiene papá?” “No, tiene dos mamás.” Eso lo preguntan muchas veces pero ya creo que ya lo tienen asumido totalmente. Al principio sí es verdad que… Les sorprende mucho.” (silvia): “Tampoco lo explicamos mucho. Tiene dos mamás y punto.” (laura): “Tú tienes un papá y una mamá, pues Marco tiene dos mamás. Mira qué suerte tiene”.

Dada la brecha generacional de la que hablábamos, no hemos podido comprobar si el modelo descrito por algunos autores, según el cual los niños más pequeños hablan abiertamente de su modelo familiar pero reducen las manifestaciones según se hacen mayores para evitar discriminación podría aparecer también en nuestra muestra, aunque esperamos que los progresos en la inclusión de estas familias eviten esta situación en los próximos años. lo cierto es que dos de las madres cuyos hijos son muy visibles se plantean con temor el futuro inmediato, cuando tengan de 10 a 14 años, edad en la que más dificultades podría haber: 1/ “Yo creo que sí va a tener riesgo. En el sentido que va a ser diferente y no tienes… Supongo que eso le pasará, con lo crueles que son los niños… supongo que le dirán “y tú no tienes papá”. Seguro.” 2/ “Ya cuando tenga 10 o 11 años no sé. Eso si me preocupa un poco. No mucho porque yo soy de vivir el día y todavía no me voy a preocupar. Ya lo iré viviendo en el día a día.”

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un dato interesante que aportan algunos estudios es que existen diferencias muy importantes respecto a cómo asumen la homoparentalidad los hijos e hijas de familias LGB en función del clima social y cultural que les rodea. Gershon y cols. (1999) hallaron niveles muy bajos de visibilización en el área de san francisco (EE.uu.) mientras que prácticamente la totalidad de los niños y niñas entrevistados en holanda por bos y cols. (2008) se lo había hecho saber a sus iguales. Dado el clima de tolerancia que cada vez se vive más en Extremadura, nos aventuramos a predecir que los más pequeños de nuestro estudio seguirán visibilizando su realidad a medida que pasen los años, pero es algo que sólo el tiempo dirá. lo que sí hemos visto con ellos es que la homosexualidad puede aparecer también en los juegos y conversaciones de los niños, incluso de los más pequeños. se trata de un fenómeno que también explicaban González y lópez (2005) y que muestra la interiorización de la diversidad sexual y el reflejo del mundo adulto que hacen los niños mediante el juego: “Y yo he visto a Manuel jugando con un niño que vino a casa, y estuvieron jugando con los muñecos estos de Toy Story, y uno era el cowboy y otro era el otro chico… y eran novios, y se daban besos, y estaban jugando los dos, y eran juegos normales y naturales… y en Manuel yo lo veo normal porque siempre ha sido así, pero el otro niño no, y me salió verlo porque viene de una familia heterosexual, con mamá, papá y los hermanos, y eso me anima… y eran novios, y se besaban, y se iban al cine y… y eran dos chicos. No sé si habrá sido así con todos los niños, pero con este en concreto…”

4.2.2 Cómo manejar la homofobia la homofobia es un fenómeno que todos los miembros de familias LGB van a tener que afrontar en algún momento de sus vidas, y los

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niños no son excepción. aún así, la experiencia varía de unos lugares a otros, como vemos en los estudios de la tabla 4.2.2 tabla 4.2.2.1 Experiencias de homofobia en distintos países Mientras que un 25% de los hijos de mujeres lesbianas decía haberla sufrido en EE.UU. (Morris y cols. 2002), en Holanda solo un 10% (Bos y cols., 2004). En otro estudio, Bos y cols. (2008) compararon una muestra de 79 niños y niñas estadounidenses con 74 holandeses, y comprobaron que el 37,5% de los chicos 46% de las chicas de EE.UU habían sufrido algún tipo de homofobia, frente al 14,7% de los chicos holandeses y el 22% de las chicas de ese país. Respecto a los problemas relacionados con haber sufrido homofobia, en el mismo estudio se observa que aquellos niños y niñas de EE.UU que la han sufrido tienen además más probabilidad de presentar dificultades psicológicas (de conducta, ansiedad o depresión, agresividad). Sin embargo en Holanda los problemas de quienes han sido víctimas de homofobia son menores e internos (pensamientos y autoconcepto más negativo).

la forma en la que se transmite la información sobre el modelo familiar o cómo responder a preguntas o incluso ataques ha sido un asunto importante para todas las familias, independientemente de la edad de los hijos e hijas. según los estudios de que disponemos (rabun y oswald, 2009; litovich y langhout, 2004) la mayor parte de las madres han hablado con sus hijos acerca cómo transmitir a los iguales el modelo familiar y cómo responder a posibles dudas o reacciones negativas. litovich y langhout (2004) señalan una serie de estrategias de afrontamiento obtenidas a través de un estudio cualitativo realizado con cinco familias de mujeres lesbianas. sus propuestas quedan reflejadas en la siguiente tabla:

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Estrategias para preparar a hijos e hijas de familias LGB preparar a los niños y niñas para el heterosexismo9. - Tener un discurso abierto acerca de la orientación sexual: Explicar desde edades tempranas cómo es la diversidad del deseo sexual y el significado de algunos términos como homosexual, heterosexual, gay o lesbiana. - Advertir de la posibilidad de que se produzcan sucesos relacionados con la homofobia. Señalar que pueden o no ocurrir, pero que en caso de ocurrir se puede hablar de ellos y cómo manejarlos. afrontar el heterosexismo. - Manejar la información. Los niños deben aprender a decidir en qué momentos y a qué personas quieren hablar sobre las características diferenciales de sus familias. - Corregir la desinformación. Cuando otros niños o adultos hagan observaciones incorrectas, los niños pueden estar preparados para corregirles y tener argumentos para ello. - Evitar que los niños se sientan “responsables” de defender a sus padres/madres del heterosexismo, puesto que no es su responsabilidad acabar con el heterosexismo de la sociedad. - Fomentar la tolerancia. Hacer ver a los niños que las posibles actitudes heterosexistas de otros niños no tienen un origen interno sino que se deben a prejuicios o comentarios que han recibido de fuera. - Explicar que la posible hostilidad no está dirigida hacia el propio niño sino que se focaliza en la demografía de la familia.

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Gallardo y cols. (2009) señalan que “El heterosexismo (del griego τερος, “diferente”; y del latín sexualis), o heterocentrismo, denota la suposición de que todo el mundo es heterosexual y la creencia que las personas heterosexuales son por naturaleza superiores a las personas homosexuales y bisexuales. además, el heterosexismo indica la discriminación y el prejuicio en favor de las personas heterosexuales y contra los gays, las lesbianas y los bisexuales. Como predisposición hacia las personas heterosexuales y la heterosexualidad, el heterosexismo se califica por estar “arraigado y [ser] característico de las más importantes instituciones sociales, culturales y económicas de nuestra sociedad.”

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Gershon y cols., (1999) encontraban que aquellos chicos y chicas que se lo habían contado a mayor número de personas tendían a tener mejores niveles de autoestima en el área de las relaciones íntimas de amistad, pero que no había ninguna otra correlación significativa. por lo tanto, y siguiendo las recomendaciones que acabamos de ver, la visibilización no es un requisito imprescindible para el bienestar, sino un proceso en el que niños y niñas deben ser partícipes y tener un cierto control. una de las madres de los adolescentes nos explica de esta forma cómo planteaba ella la cuestión con su hija: “Nos daba miedo que se metiesen con ella. Eso me preocupaba y por eso procuraba siempre decirle: “Bueno, esto lo hablamos en casa, tú cuando tengas algún tipo de problema lo hablamos en casa, no te defiendas sola”… en fin, para yo tener datos de si ella tenía… pero luego nunca ocurrió. (…) Mi afán de manera o bien subliminal o bien directamente, a mi me preocupaba que no se supiera defender… y le daba herramientas, datos… y le decía que ella cuando tuviera alguna duda de cualquier cosa, que lo preguntara en casa, porque lo mismo que había personas que eran diferentes, había también personas diferentes que no entendían la diferencia… pero la verdad es que luego nunca ocurrió nada.”

un modelo totalmente distinto es el caso de los hijos nacidos del acuerdo entre un hombre gay y una mujer heterosexual. Ellos sí hacen visible que su estructura familiar no es la habitual (pues viven sólo con su madre), pero no son percibidos como miembros de una familia LGB ni ellos mismos se autoperciben como tales. El padre lo explica así: “En la escuela no tienen ningún problema, de todas maneras no es lo mismo que cuando van con “mis papás” o “mis mamás”… ellos eso no lo tienen. Sí que se sabe que su papá vive en Badajoz, pero ya.”

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por último, y en la línea de las recomendaciones de litovich y langhout, Gollombok (2005) explica que en su estudio con hijos adultos de familias lesbianas relatan que de niños era importante que su madre fuese sensible a su voluntad de discreción y a que ellos decidiesen quién debía saberlo y quién no. En el epígrafe 5.3, cuando hablemos de la protección frente al acoso escolar, continuaremos profundizando sobre este tema

4.3 roles sexuales en hijos e hijas de familias LGB El debate acerca de si existen diferencias entre hombres y mujeres más allá de lo aprendido para unos y otras culturalmente sigue sin resolverse. sólo sabemos que estadísticamente hay características de personalidad y actitudes que aparecen más a menudo en hombres que en mujeres, en niños que en niñas. El conjunto de estos factores es lo que se ha dado en llamar roles sexuales. El rol sexual parece estar determinado principalmente por factores tales como el efecto de las hormonas sexuales en el feto (Collaer y hines, 1995) o las circunstancias sociales que rodean la crianza de un niño (saez, 2003). también son de gran importancia las influencias del grupo de iguales e incluso la “segregación” entre niños y niñas que se produce habitualmente entre los 4 y los 9 años (maccoby, 1995). Quizás la observación de cómo manejan los hijos e hijas de familias LGB abra caminos a la investigación en este asunto. por el momento, nos interesan varios aspectos:

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4.3.1 manejo de los roles sexuales la forma en que los hijos de familias LGB se expresan como hombres o mujeres, como chicos o chicas, ha sido otro de los temas que más expectación ha levantado precisamente por las respuestas que puede aportar en este debate. se trata de un asunto interesante; aunque no siempre se han aclarado los puntos antes de profundizar en él. En primer lugar la orientación y la expresión sexual son factores de la personalidad diferentes, aunque socialmente se confunden. más allá de las distintas teorías que han tratado de diferenciar entre sexo y género, o que han intentado explicar las diferencias que se dan entre el conjunto de los hombres y de las mujeres, lo cierto es que la sociedad espera y enseña unos determinados comportamientos de hombres y mujeres, de niños y de niñas. En este sentido las familias LGB suponen un excelente “campo experimental”, puesto que sus componentes adultos rompen visiblemente con uno de los comportamientos que se esperan por su sexo, como es la elección de pareja. En ocasiones, esta ruptura puede ser aún mayor, y tratarse de mujeres y hombres cuya expresión sexual sea más o menos minoritaria (en su forma de relacionarse, expresar los afectos, abordar los problemas), pero lo que es innegable es que al menos en un campo que socialmente es relevante se produce esta ruptura; es de esperar por tanto que en sus actitudes transmitan a sus hijos e hijas menos rigidez al respecto. En la línea de lo esperado está la investigación de González y cols. (2002), que observaron que el 80% de los adultos que forman familias LGB presentan roles sexuales muy poco marcados (se habla de “androginia”) y tienen una concepción de la crianza en la que los

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roles de género deben ser flexibles. una de las mujeres de nuestro estudio expresa de forma muy gráfica el esfuerzo que realiza para tratar de transmitir a su hijo una visión menos rígida de los roles sexuales de la que socialmente se acostumbra: “A él le ha dado igual lo de chico y lo de chica hasta hace bien poco. Ahora ya tiene influencias externas. Ahora ya… Le encantaba el rosa, era su color preferido… Pero como ya le han dicho que el rosa es de chicas, pues ya no le gusta el rosa. Entonces yo intento quitarle esa idea de la cabeza “Mira esta camiseta rosa, Manuel, que es tuya, mira qué bonita es”, y el dice “No, que es rosa y no me la quiero poner” “Pero que es de chico, mira la etiqueta, que hay dibujado un chico”. Entonces se la pongo. Hay unos dibujos en la televisión que Germán, ese amigo que te decía precisamente, le dijo que no le gustaban esos dibujos porque eran de chicas. Entonces como a Germán no le gustaban porque eran de chicas, ya no lo quiere ver… Hará como 15 días o así estábamos en el sofá y él cogió el mando porque lo quería cambiar. Digo “No lo cambies, que lo quiero ver yo”, “Que no, que es de chica”, “Y yo ¿dónde me pongo? Que no pueda verlo”, “Pues tú ponte donde quieras, pero yo lo voy a ver”. Entonces él se puso así en el sofá detrás de mí y yo muy pícara le decía “¡Anda! Eso es una nave espacial ¿Y qué van a hacer con la nave espacial?” Por que no son de chicas. Es que yo no entiendo para nada de chico y de chica. “¡Anda! y ahora están haciendo no se qué”… Pues al final se levantó y los vio conmigo. Yo no le dije ni media palabra, pero cuando acabó le dije “¿te ha gustado?” “Sí mami, porque ¡qué chulo!… ” Le dije: “¿Ves como no es de chica? Eso lo pueden ver todos, los chicos y las chicas”. Pues ya se le ha quitado la tontería. Entonces, eso hay que trabajarlo. Él tiene muñecas, porque yo le he regalado muñecas. De hecho, mi madre le ha regalado muñecas, ahí donde la ves. Muñecas que eran mías de cuando yo era pequeña…”

El resultado de estos esfuerzos, compartidos por todas las familias LGB que hemos conocido, todavía no es claro, pero sí abre un campo muy interesante acerca de las diferencias sexuales entre niños y niñas y la importancia que tienen tanto la genética como la cultura en la adopción de roles sexuales por parte

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de niños y niñas. En esta línea ahonda la madre de los niños concebidos por un padre gay, que afirma lo siguiente: “Me ha sorprendido la genética muchísimo. Porque yo pensaba que todas esas cuestiones son por educación, y yo lo contrarresto, o lo enriquezco… pero no cerrarle puertas ante lo que es de niño y lo que es de niña. Nada es de niño y nada es de niña. Sin embargo sí que percibo que de forma natural… Lucas [el mayor de los dos hijos que tienen] tiene cosas que se corresponde con el rol típicamente de niño y Alicia [la hermana menor], no lo tengo tan claro. A Lucas le atraen las cosas más típicas de los niños, de los superherores, de forma natural lo ha sacado, ¿no? Nosotros no jugamos al fútbol; pero vamos a empezar porque veo que él lo pide, porque además lo necesita, jugar a un juego al que pueda jugar con otros niños.”

mientras que varios estudios parecen indicar que no hay diferencias significativas para los hijos de familias homoparentales en los comportamientos, gustos y preferencias asociados a un sexo u otro (Golombok y cols., 1983; brewaeys y cols., 1997), otras investigaciones indican que los juegos y las aspiraciones de estos niños y niñas están menos marcadas por su sexo que en la población general (González y cols., 2002, Green y cols. 1986; steckel, 1987; breawaeys y cols., 1997). por ejemplo, en la muestra de Green y cols. (1986) los hijos de mujeres lesbianas, y especialmente las hijas se vestían, jugaban y comportaban de manera menos estereotipada sexualmente. las niñas, también hijas de mujeres lesbianas, entrevistadas por steckel (1987) expresaban aspiraciones menos tradicionales para su futuro: el 53% de ellas aspiraban a profesiones como doctora, astronauta o abogada, frente a sólo un 21% de las hijas de madres heterosexuales. respecto a los chicos, también breways y cols. (1997) encontraban niveles más bajos de “masculinidad” (medida por un cuestionario

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de actitudes escolares estereotípicas), cuando se les comparaba con niños gestados por inseminación artificial en familias heterosexuales o con niños gestados de forma tradicional (entre ambos tipos de niños también había diferencias significativas, siendo éstos últimos los que presentaban comportamientos más típicamente “masculinos”). respecto a las relaciones de amistad en función del sexo, Wainright y cols. (2004), en su muestra de 44 hijos e hijas de madres lesbianas, encontraban que no había diferencias en el número de adolescentes que decían tener un mejor amigo y una mejor amiga. Cuando se pedía a los compañeros de clase que nombrasen una lista de amigos, aparecían como media en la lista de 5 de ellos y no había diferencias significativas con sus compañeros de familias heterosexuales en popularidad, centralidad en la red social o densidad de la red. una de las mujeres resume de forma muy gráfica la que tal vez sea la conclusión final: aunque rompamos con los roles rígidos, la identidad masculina o femenina probablemente permanezca, y puede ser vivida con naturalidad: “Yo entiendo que tenemos que irnos creando identidades, pero cuando empezó a ir a la guarde… yo me peinaba por la mañana y yo a lo mejor me ponía una pinza o algo… y él me decía ponme una pinza, mamá… y yo le decía, sí cariño y yo le cogía su flequillo y le ponía una pinza…. Pero él ya no quiere llevarlas. Él ya en la guardería habrá visto que las pinzas sólo… no sé si alguien se lo ha dicho, espero que no… no sé si alguien le habrá dicho “Eso se lo ponen las niñas” pero el simplemente por observación ve que los niños no llevan pinzas, entonces él ya no se las quiere poner. Porque alguna mañana he probado yo. Digo: “Te pongo una pinza” y él dice: “No, no gracias mama.” Él no se rebela pero él ya va viendo que hay cosas de chicos y cosas de chicas. Entonces sí me preocupa no por su identidad porque él es un chico y tiene que construir su identidad pero sí que no cumpla

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excesivamente con los estereotipos y los roles que llevamos asignados mujeres y hombres a lo largo de la vida.”

Este manejo “crítico” de los roles sexuales ha sido visto de forma muy positiva por algunos investigadores, que lo consideran una de las principales fortalezas de las familias LGB, opinión que comparten de esta forma otra madre: “A lo mejor una niña que juegue al fútbol a los padres no les gusta. A algunos padres no les gusta. O un niño que juegue con muñecas a algunos padres no les guste porque el niño salga mariquita. Entonces para nosotros es normal que una niña juegue al fútbol y un niño juegue con muñecas.”

4.3.2 referentes masculinos y femeninos otro debate que ha girado entorno a las familias LGB estriba en la necesidad o no de que niños y niñas tengan referentes de ambos sexos en su núcleo familiar. El argumento de que se necesita “un padre y una madre” es traído a colación por muchos críticos con la diversidad familiar como último recurso contra la inclusión de la diversidad familiar, y ha sido empleado incluso en publicaciones académicas. sin embargo, se trata de un debate viciado desde su origen, puesto que, con independencia de la existencia o no de familias LGB, millones de niños y niñas se crían satisfactoriamente en familias donde no hay adultos de ambos sexos: hijos de familias monoparentales, de personas viudas, divorciadas, etc. se estima que en reino unido un 22% de los niños y niñas viven en familias en las que no hay un padre presente (Office of National Statistics, 2002 en macCallum y Go-

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lombok, 2004) y de hecho, los numerosos estudios realizados con madres solteras demuestran que, una vez controladas las dificultades que tienen este tipo de familias (menor capacidad económica, falta de apoyo social o bajo nivel cultural), el nivel de bienestar de los niños no se diferencia significativamente del de los niños de familias nucleares heterosexuales (para una revisión, consultar macCallum y Golombok, 2004). Dos de las madres, una de las cuales es hija además de madre soltera, explican así por qué ellas no ven necesaria la presencia de una figura masculina en su núcleo de convivencia: (mónica): [al preguntar si ven importante que haya referente masculino] “No. Vamos Carmen te lo puede decir. “Se fue dando un portazo y no volvió”, puede decir. Yo tengo padres pero me crié con mis tíos y… no. (…) Yo creo que lo que puede enseñar un hombre lo puede enseñar una mujer. Y somos dos… O sea es peor porque yo voy a decir blanco ella va a decir negro y la niña va a hacer con nosotros lo que le de la gana, pero yo creo que no… vamos y María te lo habrá dicho. Ella lleva con el niño tres años y yo creo que a ella no le ha hecho falta.”

lo cierto es que, dada la abundancia de referentes masculinos y femeninos que los niños/as pueden encontrar en su entorno, tampoco es imprescindible buscarlos en el hogar, y mucho menos en la figura paterna o materna. todos los niños y niñas de nuestro estudio tenían referentes de ambos sexos en distintos lugares: abuelos, profesores, tíos, vecinos, amigos de la familia… para algunas de las madres esta cuestión adquiere una importancia distinta; y una de ellas, por ejemplo, nos explica cómo valoraba ella la convivencia del niño con un hermano mayor, hijo de su anterior pareja: “Para él es muy bueno tener a Hernán como referente masculino… Me acuerdo cuando era más pequeño que mi empeño era que el hiciera pis delante de Javier. Porque solo nos

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veía hacer pis a Ángeles y a mí. Luego mi preocupación se quitó porque en la guarde los sientan a todos para hacer pis… pero él ya sabe que él lo hace de pié, aunque hay veces que le da y se sienta y bueno, pues de un poco igual, ¿no? Yo no creo que sea el hecho de que tu construyas tu identidad sexual a partir de una familia homomaternal o homoparental o heterosexual; yo creo que eso es más la actitud que tenga la propia familia. Entonces si tu vives con un padre y una madre y el padre es el típico machote, pues tu serás el típico machote a nivel sexual y te identificarás con un semental, pero si vives con un padre para mí “normal” (no debes usar esa palabra nunca pero…) el niño o la niña construirá su identidad conforme a la educación que le den. No por la orientación sexual de la familia.”

4.4 la sexualidad de los niños y adolescentes de familias LGB finalmente, el gran temor de quienes se muestran críticos con las familias LGB parece ser el “contagio” o la misma normalización de la diversidad en la orientación sexual. tres son los aspectos que nos han resultado clave en cuanto a la sexualidad de estos niños, niñas y adolescentes: lo referente a su orientación sexual, la educación sexual que han recibido y la forma en que han desarrollado su identidad sexual.

4.4.1 orientación sexual En este punto, hemos de ser claros y no dejarnos llevar por posturas defensivas. si hubiera que encontrar alguna diferencia en el desarrollo de las personas criadas en familias homoparentales, probablemente estaría en este campo o en el manejo de los roles sexuales, del que acabamos de hablar. se trata de una conclusión lógica: lo único que hace “especiales” (estadísticamente ha-

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blando) a estos padres y madres es su orientación sexual, y por tanto de haber alguna diferencia, también estadística, en sus hijos, estaría aquí. Como cabe esperar, los hijos e hijas de personas homosexuales no ven la homosexualidad como una patología y por tanto están más abiertos a plantearse si esa será o no su orientación sexual. Veamos algunos resultados: • Bailey y cols. (1995) indagaron sobre la orientación sexual de 43 hijos de hombres homosexuales. El 86% se identificaba como heterosexual, frente a un 14% que no se autocalificaba así. Rees (1979, en Schum 2008) entrevistó a 12 hijos de lesbianas y a 12 hijos de heterosexuales. Todos los primeros indicaron su derecho a escoger su orientación sexual en el futuro frente a ninguno de los heterosexuales. • Tasker y Golombok (1997) compararon a 25 hijos de madres homosexuales con 21 hijos de madres heterosexuales y no encontraron diferencias respecto a la “orientación sexual hacia personas del mismo sexo” y a “identidad sexual”. Sí encontraron que el porcentaje de chicos y chicas que se había planteado la posibilidad de tener una relación homosexual se multiplicaba entre los hijos de familias lesbiana (14 frente a tres), y 6 de los hijos de mujeres lesbianas había experimentado alguna vez en su vida “relaciones homoeróticas” frente a ninguno de los hijos de madres heterosexuales. • El único estudio del que tenemos constancia que ha empleado una muestra aleatoria (Rivers y cols. 2008) encuentra que de 18 hijos e hijas adolescentes de mujeres lesbianas sólo uno se identificaba también como homosexual.

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De esta forma, los porcentajes de hijos e hijas de homosexuales que se identifican como tales parecen ser ligeramente superiores que en la población general, y el de quienes están abiertos a esa posibilidad parece también ser superior. Desconocemos la explicación de este fenómeno aunque nos aventuramos con dos hipótesis: por un lado puede estar ligada a un factor genético y por otro puede deberse a que estos chicos y chicas han tenido mayor facilidad para expresar deseos homoeróticos. mientras que muchos adolescentes y jóvenes sienten deseos homoeróticos pero los reprimen por haber sido criados en un contexto homófobo, quienes han sido criados en un ambiente tolerante (sea en una familia LGB o no), no tendrán esta dificultad. respecto al posible factor genético, aunque no se ha conseguido determinar las causas de la orientación del deseo humano, sí se ha comprobado que hay cierta relación entre éste y la genética. Diversos estudios realizados con hermanos y especialmente con gemelos mono y dizigóticos, criados en ambientes iguales o diferentes encuentran que en todos los casos hay proporciones significativas de coincidencia en la orientación homosexual (alrededor de un 57% para los gemelos monozigóticos, 24% para dizigóticos, y 13% para hermanos no gemelos). puesto que gran parte de los estudios publicados hasta el momento incluían a hijos biológicos de mujeres lesbianas, éste podría haber sido un factor clave. lo que queda claro es que las diferencias que se producen son estadísticas, y la propia historia de la humanidad ha demostrado que la orientación del deseo no se transmite, al menos directamente, de padres a hijos. Como dice una de las mujeres: “No creo que el desarrollo de su identidad sexual tenga que verse influido por nuestro tipo de familia. De hecho no todas las lesbianas que hay vienen de una familia con dos mamás.”

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[más bien, añadiríamos nosotros, las mujeres lesbianas han sido criadas mayoritariamente en familias heterosexuales]

En todo caso, el que haya un porcentaje algo superior de personas lGb entre los hijos de estas familias no nos parecería motivo de preocupación, puesto que la homosexualidad es un factor más de la diversidad humana. más aún, el hecho de que los hijos e hijas de gays y lesbianas se sientan más libres para expresar una u otra orientación sexual es un factor claramente positivo, en especial si lo comparamos con el porcentaje de hijos de familias tradicionales que, siendo homosexuales, sufren y se sorprenden innecesariamente por ello. Esta libertad en el desarrollo de la sexualidad no está completamente garantizado por el mero hecho de haber nacido en el seno de una familia LGB, puesto que resultados como los obtenidos por el National Study of Lesbian Families (Gatrell y cols., 2006) muestran que entre un 21 y un 28% de las madres lesbianas preferirían que sus hijos finalmente se identificasen como heterosexuales. En nuestro estudio, sin embargo, todos los participantes se mostraban abiertos a que sus hijos pudiesen desarrollar autónomamente sus preferencias, libertad defendida así por una de las madres: “No sé qué orientación sexual tendrá, pero desde luego la que tenga… primero la identificará antes. Yo soy bastante abierta y pienso que hablar de sexualidad con los hijos debe ser prioritario, por supuesto adaptado a la edad que tenga… A nivel de sexualidad supongo que tendrá más conocimientos, y luego cual sea su orientación, pues no lo se. Supongo que de pequeño dirá que le gustan las chicas… solo porque a los demás niños dirán que les gustan las niñas… y luego supongo que no tendrá problemas en identificar su orientación, pero supongo que eso se tardará ¿no?”

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y de esta forma planteó el tema la madre de uno de los adolescentes, que pese a ser claramente heterosexual, parece dejar la puerta abierta a sus propias preferencias: (Teresa): “Yo se lo pregunté en una ocasión… que salió un reportaje o algo de eso… digo: “¿Pero a ti te gustan las chicas o los chicos?” Así como de broma… “Yo creo que me gustan las chicas, pero como nada más que he tenido una novia…” Y yo dije: “Mira, éste deja abierta la puerta”; pero vamos, no, yo creo que le gustan las nenas, es muy hetero.” (marta): “Sí, el es muy hetero, es muy machito.”

otra de las madres explica así la identidad de su hija, que ha tenido relaciones con personas de ambos sexos: “Ella nunca ha tenido pareja estable, tiene relaciones diferentes, tiene muchas relaciones con jóvenes lesbianas y eso… pero no se ha definido… cuando hablamos de esto siempre dice “Cuando se es joven no se tiene definida la sexualidad”. Bueno, no la tendrás tú, pero otra gente sí la tiene… Y dice, bueno, otra gente se cree que la tiene… Ella podía decir libremente si había estado con una chica. Cómo no decirlo… vamos, ni aunque yo hubiera seguido viviendo con su padre. Con chicos también, sí. (…) Uno lo que quiere es que sean felices, eso es lo que te preocupa, no su orientación sexual.”

En cuanto al tipo de relaciones que establecen, un estudio aporta un dato interesante: tasker y Golombok (1997) observaron que, comparadas con las hijas de parejas heterosexuales, las hijas de mujeres lesbianas habían experimentado más y tenido más relaciones, mientras que los hijos de mujeres lesbianas habían experimentado menos y tenido menos relaciones que los hijos de parejas heterosexuales. se confirmaría así que la flexibilidad en cuanto a los roles sexuales que transmiten las familias LGB se daría también en el campo de las relaciones eróticas.

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Como conclusión, nos gustaría citar a stacey y birbatz (2001), académicos estadounidenses que son contundentes respecto a los temores que pueden rodear la sexualidad de los hijos de familias lGb. Ellos se refieren así a la posibilidad de que haya más hijos de personas lGb que se identifiquen a su vez como tales: “Reconocemos los riesgos políticos de señalar que una porción más elevada de los hijos de gays y lesbianas pueden también involucrarse en actividad homosexual. En un mundo homófobo los grupos antigays deploran estos resultados para denegar la custodia de sus propios hijos a los padres homosexuales y alimentar a los movimientos que se oponen a los derechos de los homosexuales. Sin embargo, pensamos que negar esta posibilidad es una cesión a la ideología heterosexista que puede mostrarse contraproducente a largo plazo. No es honesto intelectualmente ni sabio políticamente basar demandas de justicia en datos que pueden probarse incorrectos empíricamente. Más aún, exigir iguales derechos para los padres no-heterosexuales no requeriría probar que sus hijos no van a encontrar retos o dificultades específicos, especialmente cuando éstos se derivan de los prejuicios sociales. El tribunal supremo de los EEUU rechazó este razonamiento cuando condenó la discriminación contra los matrimonios inter-raciales en Palmore contra Sidote en 1984.”

4.4.2 Educación sexual un aspecto en el que coinciden todos los adultos que hemos entrevistado es en la importancia que confieren a la educación sexual de sus hijos e hijas. se trata de un aspecto esperable, puesto que son personas que han podido experimentar tanto en carne propia como a su alrededor las consecuencias que trae la desinformación respecto a la sexualidad: confusión, miedos, conductas de riesgo, etc. De hecho, se trata de una reivindicación que una de las madres expresa con esta claridad:

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“Creo que debería haber más educación sexual, porque te encuentras con muchos problemas, con que no se aborda el tema… De lo que no se habla es como si no existiera, y eso es una pena… En aquellos momentos, es que es asombroso… ahora mismo tú ves series donde las relaciones chico-chico o chica-chica pues están ahí, y empieza a ser pues un poco lo normal, pero en aquel momento todavía salía muy poco.”

Esta misma madre explica que la diversidad, y también en el ámbito sexual, era un tema de conversación habitual en su hogar, aunque cuando su hija era adolescente no disponían de material que incluyese la homosexualidad de forma rigurosa: “No tenía acceso a material que incluyese la homosexualidad. En casa sí que se hablaba, pero lo mismo que se habla de que otra gente tiene otras relaciones o otras personas tienen otro color o otras personas tienen otra cultura porque vienen de otro lugar, lo que es la diversidad, ¿no?”

En general se percibe un esfuerzo importante por educar sexualmente a los hijos, y un afán por abordar la temática con la mayor naturalidad posible. la madre de los dos niños concebidos por un padre gay nos explica a través de una anécdota la forma natural con que se ha tratado en su familia la relación de los niños (de 4 y 2 años) con su propio cuerpo: “Lucas sí hubo una época en la que se tocaba un montón… antes más que ahora… y mi madre era muy graciosa, porque decía: “Ese niño, haciendo eso delante de todo el mundo”… Yo le decía “Déjalo que es su pito y que haga lo que le de la gana con su pito”. Luego ya llegó un punto en que ya sobre todo su padre le dijo: “Eso se hace en tu habitación”. (…) Alicia también se toca de vez en cuando y dice: “Porque tengo chichi, y Lucas tiene pito”, y se lo enseñan y lo ven…”

otra de las mujeres ha tratado de proporcionar a su hijo las oportunidades y la información que ella misma no recibió, aunque

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también señala que según van pasando los años y los adolescentes van creando espacios de intimidad, la comunicación sobre la vida sexual se va haciendo menos fluida: “Yo le doy preservativos, yo no tengo ningún problema… en el sexo yo he sido la guarra de la familia… Yo lo hablaba con mis hijos tal como eran las cosas… porque lo que no es normal que cuando me vino la regla me fui a casa de una amiga, a casa de una vecina por no contárselo a mi madre, porque mi madre no me dio esa confianza, ¿no? Entonces no hay ningún problema, y yo le pregunto, yo le digo… Pero él no me dice, pues sí, pues… Yo creo que ya llega un punto un poco…(…) Mi hijo cuando era pequeño me contaba todas las cosas, ¿no? “Mamá porque con las niñas, porque con los niños” y a medida que ha ido creciendo ese tipo de cosas las ha ido recortando porque quiere su intimidad.”

4.4.3 Identidad sexual Entendemos por identidad sexual la convicción íntima de un individuo acerca de si es hombre o mujer. se han empleado muy diversos métodos para investigar este área y siempre se ha encontrado consistencia respecto a la identidad sexual de los niños y niñas estudiados. para ello se han empleado desde investigaciones que analizaban las preferencias de juegos y juguetes de los niños hasta cuestionarios y entrevistas estructuradas(andersen y cols., 2002). pensamos que es un error suponer que la orientación sexual de los padres puede influir en la identidad sexual de los niños porque son factores de la personalidad completamente distintos. frente a lo que suponen algunos mitos populares, las personas homosexuales se identifican con su propio sexo de la misma manera que las heterosexuales. Es la orientación de su deseo hacia hombres o mujeres lo que varía respecto a la norma estadística.

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4.5 Contacto con otros niños y niñas de familias LGB un punto que nos parece de especial relevancia es el posible contacto que estos niños, niñas y adolescentes pueden tener con otros chicos y chicas con quienes comparten modelo familiar. pertenecer a un grupo minoritario y susceptible de estigmatización puede tener un efecto estresante para aquellos niños y niñas que no conozcan vivencias similares a las suyas. por ello diversos estudios recalcan el efecto positivo de poner a los niños en contacto con otras familias homoparentales (litovich y langhout, 2004). Estas relaciones permiten a los niños tener una visión más amplia de la diversidad familiar y además dan un ejemplo de resiliencia10 frente a posibles sucesos estresantes superados por otros niños de la misma edad o algo más mayores. En general, las familias LGB que se han estudiado tenían alguna relación con otras familias similares, y por ejemplo en el estudio de González y cols. (2002), el 60% conoce y mantiene contactos con otras familias de gays y lesbianas con hijos. El 69% de los chicos se sienten muy bien con estos contactos y a raíz de los mismos se han iniciado conversaciones sobre las características comunes de estas familias. la mayoría de las familias extremeñas que hemos entrevistado tenía en mente facilitar el contacto de sus hijos con otras familias LGB, aunque debido a la dispersión de la población en esta Comunidad autónoma, no todas tenían claro que finalmente fuesen a hacerlo. por ejemplo, las madres de la más pequeña de nuestro estudio, un bebé de 2 meses, ya están planeando llevarle a sus primeros encuentros de familias LGB:

la resiliencia se define generalmente como la capacidad de superar elementos adversos y tener éxito a pesar de enfrentarse a circunstancias muy adversas.

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“Este verano va a conocer a más niños de familias homomaternales. Pero en Valencia. Unas amigas nuestras que ya prácticamente están todas con bebés. Y aquí bueno esperamos que algún día… Bueno, a Javier seguramente que lo conozca., y esperamos que conozca a alguno más. Para nosotras es importante. (…) Siendo pequeña le va a servir verse en un entorno más normal para ella y para los demás niños; y no tener que estar dando tantas explicaciones a lo mejor. Aunque no queremos que se deje de relacionar con los demás niños.”

otra de las madres explica que aún no lo ha hecho, pero que también es su intención: “Me gustaría que conociese a otros niños hijos de lesbianas, porque no quiero que se sienta como de otro planeta. Él conoce a los sobrinos de mi amiga Victoria y tal, pero hijos no conoce… (…) Nuestra idea es quedar con otras madres y que los niños se conozcan; poder hablar entre nosotras.”

Quienes no han tenido contacto con otros chicos y chicas de familias lGb han sido los adolescentes de nuestro estudio, algo que echa en falta una de las madres cuando repasa la situación: “Ellos no conocieron a ningún otro niños que tuviera padres homosexuales, y la verdad es que lo eché en falta, porque era una manera de explicitarlo mucho más, ¿no?”

a este respecto, el panorama está cambiando enormemente, y cada vez son más las redes formales e informales que se están creando para facilitar el encuentro entre familias LGB. En los últimos años puede hablarse una verdadera explosión de encuentros, jornadas, etc. que van desde lo local a lo estatal o internacional. El último gran encuentro celebrado en Extremadura, que invitaba a familias LGB a nivel estatal (y contó con la participación también de algunas familias portuguesas) tuvo una asistencia de 200 familias generando para los componentes de las mismas un punto 118


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de encuentro incomparable y permitiendo a los niĂąos y niĂąas tomar conciencia de que su modelo familiar, si bien no es el mayoritario, no es en absoluto excepcional.

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5. FAMILIAS LGB y sIstEma EDuCatIVo

la escuela es uno de los pilares de la sociedad y es además el lugar donde se sientan las bases del desarrollo futuro. hace años que las organizaciones a favor de las minorías sexuales comprendieron que para obtener una inclusión real, había que dedicar muchos esfuerzos a adaptar el sistema educativo, de modo que los más jóvenes aprendiesen a comprender y respetar la diversidad desde los primeros años. además, para muchos adultos de minorías sexuales, el colegio o el instituto no fueron espacios seguros, sino escenarios de incomprensión, burlas o exclusión, circunstancias que en absoluto desean para sus propios hijos e hijas. lo que nosotros observamos es que, si a nivel social y administrativo las familias LGB están cada vez más incluidas, en el ámbito educativo, aun siendo optimistas, es innegable que queda mucho camino por avanzar.

5.1 relación con la escuela Con diferencia, el contexto en que más tiempo pasan los hijos de familias LGB es el escolar, y por ello, la relación de los padres y madres con los centros educativos ha sido en todos los casos un asunto importante. si en colegios, guarderías e institutos las cosas funcionan, si los hijos de las familias LGB se sienten incluidos y protegidos en ellos, la satisfacción será enorme. sin embargo, por más que el contexto familiar o vecinal sea ade-

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cuado, si el contexto escolar presenta excesivas dificultades nos encontraremos con altos niveles de estrés y frustración. Veamos punto por punto algunas de las claves: Elección del centro escolar. En el sistema educativo español coinciden tres tipos de escuelas: públicas, concertadas y privadas. si bien todas las escuelas comparten en principio unos contenidos mínimos que han de respetar, así como la obligación de evitar cualquier tipo de discriminación, la realidad puede llegar a ser muy diferente. muchas de las escuelas privadas y concertadas sostienen un ideario propio, y a menudo lo defienden aún cuando choque con la propia legalidad. tengamos en cuenta que según señala el antropólogo josé Ignacio pichardo (2009) 7.326 centros educativos en toda España están gestionados directamente por la Iglesia Católica, entidad cuya jerarquía se ha mostrado en clara beligerancia con la inclusión social de las minorías sexuales y sus familias11. además, el sistema educativo español, en el que conviven en forma de servicio público escuelas gestionadas por entidades privadas y escuelas gestionadas por la administración, es excepcional en el ámbito europeo, siendo España el tercer país con mayor número de alumnos educados en centros privados, sólo superado por holanda y bélgica. En este marco las posibilidades de exclusión de sectores minoritarios son conocidas no sólo en lo referente a la diversidad sexual, sino también en la atención a minorías étnicas o víctimas de pobreza y marginación. Cuando en este estudio planteamos la inclusión de familias LGB

Estas posiciones de rechazo han afectado también, con mayor contundencia en el pasado, a otras familias minoritarias: monoparentales, en procesos de divorcio, etc.

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en la escuela, tengamos en cuenta que mayoritariamente nos estamos refiriendo a la escuela aconfesional, generalmente pública. Incluso los centros privados, financiados exclusivamente por sus usuarios, deben respetar los criterios igualitarios e inclusivos que marca el curriculum obligatorio; pero es un hecho que serán necesarios algunos conflictos hasta que esto se consiga. así, las familias de nuestro estudio ven vetado su acceso a la educación concertada a causa del carácter religioso de muchas de las entidades gestoras, e incluso el temor a ser discriminadas se hace patente entre aquellas mujeres que se consideran cristinas: “Nos han aconsejado un colegio público. Religioso como que no. Nosotras somos creyentes. No somos practicantes pero sí somos creyentes. Sino porque… Por comodidad a mí para el trabajo me vendría genial uno religioso, de las carmelitas porque está al lado de mi trabajo, pero no creo que la lleváramos…”

la educación pública les supone por tanto una garantía en el respeto a los derechos marcados por la ley y así lo manifiesta otra de las madres tiene muy claro que sólo en la educación pública verá garantizada su seguridad: “Ahora Javier va a empezar en el cole, y yo he escogido entre los coles que había por la zona. Es uno público porque el público me garantizaba la laicidad y me parece que a nivel legal podría tener menos dificultades en el caso de que surgieran. Puedo reclamar más mis derechos en un centro público. También he elegido un centro que es pequeñito. Tiene el inconveniente que ahí se conocen todas las familias, pero a mí como eso no me importa… y creo que eso te permite un trato más cercano con el profesorado. Y creo que eso es importante también. Espero que [el colegio] esté preparado… y si no, pues tendremos que ir aportando nuestro granito de arena.”

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adaptación de los centros a la diversidad familiar. Incluso en la escuela pública, algunas de las familias señalan que el sistema educativo no se adapta en muchos aspectos no ya para las familias LGB, sino para la diversidad familiar en general. Esto genera sensación de exclusión e incomodidad desde los primeros contactos: se puede decir que en general, en la escuela hay una “presunción de nuclearidad”12 respecto a las familias que puede llegar a ser muy dolorosa. Es un fenómeno que se observa en multitud de detalles, que pueden comenzar por los mismos formularios de uso cotidiano: “Me gustaría que en la escuela desde el formulario para hacer la matrícula del niño, hasta las temáticas y los centros de interés, se refleje que existe otro tipo de familias… Al principio empezaron a reflejar ya no solo el padre y la madre, sino que también existen los padres divorciados… igual que ha ido entrando todo ese tipo de… que vaya entrando otros tipos de modelos que evidentemente ahora no son una mayoría pero que existen…”

y no sólo los detalles, sino que las celebraciones y reuniones parten a menudo de un modelo familiar en el que cada vez más personas se sienten excluidas, como pueden ser aquellos niños que viven con sus abuelos, hijos de madres solteras, acogidos en centros de menores… uno de los ejemplos más tangibles es la celebración de los “días del padre” o de “la madre”, a los que han hecho referencia todas las familias con hijos pequeños. Cada familia ha resuelto esta festividad de una forma distinta. por ejemplo, dos mujeres lo explicaban así:

haciendo un paralelismo con la “presunción de heterosexualidad”, referida comúnmente a la suposición de que el interlocutor o el alumnado es siempre heterosexual hasta que se demuestre lo contrario.

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“En la guardería conocen nuestro modelo de familia y la verdad es que bien… Muy buena respuesta por parte de esto de la guarde y el día de la madre sí nos mandan dos detallitos… el del padre mandan, pero no pone “papá” (…) mandaron una cartulina… mandaron uno sólo. Allí estuvieron… el día de la madre mandaron dos detallitos… pero en el día del padre sin poner… ponía “felicidades” y ya está. Y cuando te intentan dar un papel en la guarde intentan borrar lo de “padre-madre”, pero claro, los papeles normalmente tienen eso mil veces escrito y a lo mejor te borran uno pero sigues leyendo al párrafo siguiente y a lo mejor te vuelve a aparecer… Pero si se nota que hacen el esfuerzo.”

Comunicación con el profesorado. la visibilización del modelo familiar ha supuesto una continuación de la brecha generacional de la que hablábamos anteriormente. mientras que todas las familias con niños pequeños son más o menos visibles (en el caso del hombre gay, como familia monoparental), ninguna de las familias con hijos ya mayores pensaba que en la escuela tuviesen conocimiento de que su hijo/a perteneciese a una familia con un modelo lGb. Esta invisibilidad de los mayores contrasta notablemente con la forma de expresarse del más desarrollado de los pequeños, un niño especialmente sociable que ha transmitido tanto a profesores como a compañeros información sobre su realidad familiar: “Él llega al colegio y lo cuenta. De hecho yo cuando he ido a ver a la profesora del niño a presentarle a Lorena como mi pareja y decir que si iba algún día a recogerlo estaba autorizada y tal, ella me dijo que ya lo sabía… pero vamos, que lo sabía ella y toda la clase y todo el patio… porque ya había estado el niño diciendo que tenía dos mamás; y que iba a tener dos mamás; y que Lorena se iba a venir a vivir con nosotros y que…”

De todas formas, algunas madres piensan que no debería darse por sentado que quienes forman parte de familias LGB tienen

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que comunicarlo a la escuela, puesto que la diversidad sexual y familiar debiera darse por supuesta: “¿Sabes qué pasa? Que a lo mejor es nuestro caso; que nos tratamos como si fuésemos normales, porque somos normales. Entonces creo que no tenemos porqué decirles en la guardería “oye, que”… Yo creo que eso parte de ellos, que ellos tienen que ver a los demás niños cómo se lo tienen que decir y el tipo de familia que tiene cada uno.”

a este respecto el padre de nuestro estudio explica que en la escuela donde asiste su hijo mayor ya han dejado de realizar actividades específicas con referencia exclusiva a la familia nuclear. En su caso, puesto que sus hijos tienen padre y madre, ha sido a consecuencia de la existencia de otros compañeros de la escuela que vivan en modelos distintos: “El primer año trajeron del colegio eso del día del padre, y los papás y las mamás… pero eso lo están quitando de los colegios. O bien por que no tienen padre o… pero lo están quitando y no han vuelto a hacer nada de eso.”

la asignatura de religión. por último, y volviendo a uno de los asuntos que determinaban la elección del centro escolar, el papel de la influencia religiosa se ha hecho patente incluso en los centros nominalmente laicos. se da la circunstancia de que los profesores de la asignatura de religión son los únicos que no han de pasar por un proceso selectivo público, sino que son seleccionados por la Iglesia Católica (y más recientemente, cuando el número de solicitudes es amplio, por el Consejo General de la Enseñanza religiosa Evangélica o la Comisión Islámica de España) a través de una “declaración de idoneidad” moral, que se renueva o no anualmente y se basa en aspectos personales tales

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como acudir a misa, apoyar o no el aborto, divorciarse, etc. Nos encontramos por tanto con una situación atípica en el ordenamiento jurídico que puede influir tanto a los niños que acuden a estas clases (que debido a los requisitos para impartirlas son más doctrinales que formativas) como a los que optan por otras alternativas. a este respecto, la madre de los dos niños concebidos por un padre gay manifiesta su negativa a que el más mayor asista a estas clases, aún a riesgo de ser el único de su grupo: “Aquí todo el mundo va a clase de Religión. Llega la primavera y se te llenan los pasillos del colegio de los trajes de comunión… y las procesiones de Semana Santa… es un tema que está omnipresente (…) Ya cuando entre el niño en Primaria, que entra en septiembre, tienen dos horas a la semana de Religión. Y yo le voy a poner Actividades de Estudio. A riesgo de que sea el único que salga de la clase. Me da igual, va a ir a la biblioteca. Lo malo que le pongan el ordenador así… o la tele. Pero yo ni me lo planteo que vaya a clase de Religión. Yo no quiero. Que se vaya a la biblioteca y lea. Lo tengo super claro que no voy a claudicar en eso. Porque no creo que lo que esté aprendiendo allí sea bueno. Porque si fuera otro enfoque de la religión, bueno, pero ahí la moralina católica del… es muy peligroso.”

se da la circunstancia de que el único conflicto que hemos registrado en el ámbito escolar ha tenido que ver precisamente con esta asignatura, en relación con la celebración del día de la madre de la que hablábamos antes. según nos cuenta una de las participantes, el problema se originó concretamente con la profesora de religión de su hijo, que no le permitió hacer dos regalos en el día de la madre: “En cerámica se hicieron dos regalos, uno para mamiLorena y otro para mamáElena, y la de Religión le dijo que no, y hacían una flor y una chica, o sea el dibujo de su mamá y una flor. (…) Ella a Manuel le dijo que él sólo tenía una mamá, que la otra era amiga de su mamá, y que sólo me hacía a mí. Entonces lo que él hizo fue hacer una flor y dibujarme a mí con

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un vestido arco iris (…) y dijo que yo era esa, pero que la flor aunque la profesora hubiera dicho que era también para mí, que la flor era para Lorena (…) A mí me dolió y lo hablé con Lorena… y fue ella la que me dijo déjalo estar, ya ha pasado el día y ella ya ha dado su opinión. Pero esos mensajes no son buenos, y son confundirle a él. Porque si a él se le está enseñando una cosa y luego viene un referente para él como es una de sus profesoras y le dice que no, que él sólo tiene una mamá y que la otra es amiga de su mamá… Entonces, ¿qué le hacemos? Pero es que yo con gusto hubiera hablado con ella, pero es que ¿qué haces? (…) Tú tienes la idea clara, la otra que diga lo que quiera y ya está.”

por estos motivos, pensamos que sigue siendo importante hacer una reflexión acerca de la asignatura de religión, en primer lugar acerca de si es pertinente que se mantenga, siendo como es un residuo de la escuela preconstitucional, pero en cualquier caso sobre el personal que la imparte y los contenidos mismos del curriculum de esta asignatura. resulta inaceptable que exista en las aulas de la escuela pública un grupo de profesores que no han pasado por los mismos procesos selectivos que los demás, cuya vida privada y opiniones morales y políticas determinan su acceso y permanencia en la docencia. los efectos de esta situación, aunque pueden contrarrestarse, son evidentemente negativos no sólo para los hijos de familias LGB, sino para muchas otras personas que viven de forma que para unas u otras confesiones sea reprobable.

5.2 Contenidos educativos la inclusión de la diversidad familiar en el curriculum es probablemente la principal tarea pendiente en lo referente a la relación de las familias LGB con la escuela. todas las familias han hecho

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referencia a ella y son también varias las propuestas y demandas que surgen a lo largo del estudio. las demandas y dificultades aparecen en los dos campos que incluye el curriculum educativo: El curriculum explícito. Es decir, aquellos momentos en los que la familia o las relaciones de parentesco son objeto de estudio por sí mismos. a lo largo de las distintas etapas educativas, y especialmente en las primeras, la familia es objeto de estudio, y a los niños se les enseña cuáles son las principales figuras, las estructuras que pueden existir, etc. hasta hace muy poco, al abordar la familia se trataba únicamente del modelo nuclear heterosexual, y poco a poco van incluyéndose otras realidades, aunque nos encontramos aún en los comienzos. una de las madres explica este proceso con paciencia: “Es lógico que Javier venga hablando de papá y mamá… tú puedes estar enfadada con el mundo y protestar, pero me parece normal también… yo no sé si han atendido más gente de parejas homosexuales, no lo sé. Pero desde luego no lo sabían. Entonces si llevas un montón de años explicando a familia, el papá, la mamá… pues es lógico que porque yo vaya un año o Javier vaya un año no lo va a interiorizar ya, pues claro ellos trabajan, ellas en este caso, trabajan con el modelo familiar que es más común allí con todos los niños y niñas. Eso no significa que de vez en cuando no hagan referencia a otros modelos de familia pero es que todas las familias son de padre y madre salvo la mía. En la clase de Javier son todas las familias así. Sí me gusta que se hable y que los demás niños y niñas vean que hay otros modelos familiares, por supuesto, pero hay que ir poquito a poco ¿no?”

a pesar de que, como decíamos antes, todas las familias del estudio están bastante satisfechas con el trato recibido, esta exclusión en los contenidos explícitos ha llegado a crear confusiones en los niños más pequeños, como nos explica otra mujer:

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“A mí un día si me sorprendió… como diciendo “¿Y papá?; porque a mi en la guarde me han estado contando el padre y la madre, la madre y el padre y entonces…” Y yo le dije: “Hijo, papá no, tienes dos mamás”… lo mismo que les digo a los otros niños se lo dije a él… y se quedó diciendo: “Ah, vale, vale”. Y luego está el papá Noel, que había uno ahí y cada vez que pasábamos preguntaba por el papá Noel13…”

ante esta situación, las familias LGB optan a menudo por implicarse en la relación con la escuela y ser ellas mismas las que soliciten la inclusión de su modelo familiar en los contenidos: “Cuando hablen de la familia yo creo que tendremos que insistir nosotras, me da esa sensación. De, oye: cuando toque el tema familiar referenciar que existe también otro modelo que es el que tiene Marco, que es este… pero no sé si lo tocarán o no. A lo mejor tienen intención, pero no sé, yo creo que habría que comentarlo.”

una de las vías más sencillas de incorporar la diversidad familiar en el curriculum es mediante material educativo, y ésta ha sido la opción que han tomado varias familias. una de las madres nos explica que en la escuela de su hijo recibieron muy bien el material, facilitando el trabajo explícito de los distintos modelos de familia en el aula: “Que yo sepa no ha habido ningún problema… aunque ahí he tenido yo también mucho que ver, porque yo sabía que en clase no se había hablado nunca de eso y a principio de

la confusión que muestra este niño respecto al significado de los “papás” es muy frecuente en los niños de su edad, independientemente del modelo familiar en que se crían. Cuando los niños y niñas comienzan a utilizar el lenguaje oral, descubren que el término “papá” es utilizado para referirse a algunos adultos “especiales” de sexo masculino, pero no siempre tienen claro el porqué de este apelativo. así, son frecuentes las situaciones en que los niños que llaman “papá” a hombres del circulo social, a desconocidos o a padres de otros niños. En las familias LGB esta circunstancia puede ocasionar preocupación o ideas erróneas sobre supuestas “búsquedas de padres” y en las familias tradicionales, sentimientos de “desapego” que nada tienen que ver con la realidad.

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curso hay que llevar un libro y yo llevé “Paula tiene dos mamás”. Entonces cuando tocó leer ese cuento en clase, la maestra explicó porqué Paula tenía dos mamás, y Paula tenía dos mamás porque había chicos que querían chicos, chicas que querían a chicas, que podían tener niños; que se adoptaban, que se tenían como todos los demás.”

El currículum oculto. se entiende por curriculum oculto aquellos contenidos que niños, niñas y adolescentes reciben de manera implícita, a través de los mensajes que se desprenden de las actitudes del profesorado (comentarios, gestos, comportamientos hacia unos u otros) o del diseño de los materiales, los ejemplos que se utilizan, dibujos, etc. En general, los mensajes implícitos son los que más se repiten, y por tanto los que más llegan a calar tanto en los estudiantes como en la población general. Incluir la diversidad familiar en los contenidos dedicándole un especio propio es desde luego, un importante paso, pero para alcanzar la inclusión no basta con identificar una realidad y saber que existe, hay que incorporarlo en lo cotidiano. una de las mujeres hace una reflexión que se puede utilizar como ejemplo de estas actitudes a las que nos referimos: “Que aprendamos desde ya a no preguntarle a un mocoso de tres años ¿tienes novia? Y a una mocosa de tres años: “¿Tienes novio?” Que aprendan a hablar de pareja… Cuando Manuel me pregunta: “¿Cuando voy a tener hijos?”, yo le digo: “Cuando tengas pareja y lo decidáis los dos…”

a menudo profesores que se autoidentifican como tolerantes y respetuosos, excluyen sin percatarse la diversidad de sus explicaciones, tareas, etc. realizar un cambio profundo no siempre es sencillo. trasladar la diversidad familiar al curriculum oculto es una tarea mucho más ardua porque implica un trabajo individual

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con cada uno de los profesores/as, y un proceso de reflexión por parte de los mismos. Desde nuestro punto de vista, obtener mejoras en este sentido conlleva ineludiblemente trasladar la diversidad familiar a los cursos de formación del profesorado y propiciar la práctica y el entrenamiento en estas habilidades, tarea que, poco a poco, va llevándose a cabo en distintas comunidades autónomas. francisca lópez y colaboradores (2008) hacen una interesante revisión de los aspectos que conviene revisar más urgentemente en lo referente a la diversidad familiar en la escuela que resumimos en la siguiente tabla: Algunas propuestas para una escuela inclusiva (extraídas de lópez y cols., 2008) - Debe dejar de obviarse la diversidad familiar en carteles, dibujos, comunicaciones con los padres, etc. - Una parte del profesorado mantiene prejuicios frente a los hijos de familias no convencionales. Así, aunque no hay datos sobre los prejuicios ante los hijos de familias LGB, en la Universidad de Sevilla detectaron en algunos profesores de primaria peores expectativas de rendimiento en cuanto a los niños/as que no convivían con su madre. - No deben mantenerse celebraciones no inclusivas, como los días del padre o la madre, que ellas recomiendan cambiar por el día de las familias, celebrado el 15 de mayo a propuesta de Naciones Unidas. - Debe fomentarse una actitud de naturalidad y respeto hacia la diversidad familiar, entrenando al profesorado para responder a las preguntas sobre la misma que puedan surgir de forma clara y abierta. -Deben revisarse los libros de texto y otros materiales escolares, así como incorporar a bibliotecas y aulas materiales didácticos relacionados con la diversidad familiar.

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Nos gustaría terminar este punto con las palabras de la madre de los dos niños concebidos por un padre gay, que incide en la importancia de los mensajes que pueden transmitirse desde el hogar frente a los contenidos negativos que puedan llegar a los niños desde la escuela: “Cada vez se integrará más. Concebirán que hay más modelos de familia. Lo que pasa es que eso llega aquí muy lentamente… Pero a mí eso no me preocupa en absoluto. Porque no es solamente el modelo de familia la mala información que reciben desde los colegios, hay muchísimas cosas también super importantes que están recibiendo desde ahí. Yo contaba con eso, pero también creo que es en la familia donde se deben contrarrestar esas informaciones. Yo no puedo proteger a los niños en una burbuja. Ellos se tienen que relacionar con los demás, y tienen que aprender de los demás, incluso lo malo también. Pero cuando lleguen a casa y lo planteen allí estaré yo para decir: “Eso no es así”. Es que si escuchan en la escuela una cosa y en la familia la misma o nadie les dice lo contrario, entonces ahí está perdida la batalla… pero también se educa batallando, ¿no?... Ojala la escuela fuera un sitio donde se aceptara la diversidad desde todos los puntos de vista, y se educara en igualdad. Pero eso es mentira, por lo menos aquí, eso es mentira. Parte de la mentalidad del magisterio español, que vaya tema el magisterio español, y parte también de las familias que están ahí alrededor. Pero es imposible pararlo porque si vieran mucho la tele también aprenderían malos modos en la tele, ¿no? Entonces yo creo que para eso están las familias para decir eso no es así. Pero vamos, ya te digo que eso no me preocupa.

5.3 protección frente al acoso escolar En nuestro estudio sobre acoso homofóbico en la escuela (agustín, 2009) ya señalamos que éste dependía esencialmente de características personales y la forma en que cada niño cumpliese o no con los estereotipos o roles sexuales masculinos y femeninos. De hecho, observábamos que el acoso escolar se centra

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en variables propias de la persona más que en sus relaciones sociales o familiares. sin embargo, éste ha sido un asunto que ha generado gran preocupación, tanto en el ámbito académico como entre aquellos homosexuales que desean ser padres y madres (rabun y oswald, 2009). pensamos que a este respecto, conviene tener claros algunos puntos: hay que diferenciar acoso escolar de agresiones o “bromas” puntuales. las relaciones sociales entre niños y niñas están medidas por gran cantidad de empujones, bromas, insultos, etc., y no parece que esto vaya a cambiar a corto plazo. Efectivamente, los más jóvenes tienen que aprender a diferenciar entre las “bromas” que hacen daño y las que no, entre los juegos donde todos jugamos a lo mismo y los que convertimos a alguien en víctima. pero es importante diferenciar un suceso concreto de la exclusión social o las agresiones continuas que suponen ser víctima de acoso escolar. En general, las bromas o insultos van a estar relacionadas con las características minoritarias de adolescentes y niños, y no es de extrañar, por tanto, que los hijos de familias LGB puedan experimentar a lo largo de escolarización sucesos en los que su modelo familiar sea ridiculizado o atacado… de igual forma que les ocurrirá a quienes tengan características minoritarias ya sea físicas (raza, estatura, grado de desarrollo), étnicas, psicológicas, religiosas... a este respecto, el National Lesbian Family Study (Gatrel y cols., 2006) de EE.uu. señala que a la edad de 10 años, un 43% de los niños y niñas había sufrido algún tipo de estigmatización debido a la orientación sexual de sus madres, y a los 5 años, un 34%. Efectivamente, aquellos temas sensibles como pueden ser el modelo familiar o la raza

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han de estar especialmente protegidos para que los compañeros de los hijos de familias LGB tengan claro que la familia no es un asunto sobre el que bromear o atacar, pero si efectivamente ocurre de manera puntual no tiene porqué implicar un trauma o afectar a las relaciones sociales de los hijos de estas familias. Es necesario enseñar a los niños, niñas y adolescentes a defenderse. aclarado que un insulto puntual no es suficiente para ser considerado acoso, es imprescindible enseñar a los hijos de familias LGB (y en general, a cualquier niño) a defenderse ante una situación que no les gusta. En los últimos años, se han enviado algunos mensajes confusos por parte de personas más o menos autorizadas entorno a cómo reaccionar ante insultos o bromas pesadas, y a menudo se ha instado a los niños a “no hacer caso” o “pasar” con consecuencias nefastas. al ser la diversidad familiar un tema que para algunas personas sigue siendo tabú, ésta se convierte en una propuesta aún más fácil para evitar intervenir. En el epígrafe 4.1.2 ya dábamos algunas pautas para manejar la homofobia, pero en cualquier caso el mensaje ha de ser siempre claro: si un compañero está haciéndome o diciéndome algo que no me gusta, debo defenderme. Entendamos defensa de una forma positiva: no estamos hablando de emplear la violencia o el insulto, sino de tomar medidas entre las cuales la primera es hacer saber al otro que lo que está haciendo nos está haciendo sentir mal y, si no cambia el comportamiento, pedir ayuda a profesores, compañeros u otros adultos. tengamos en cuenta que la mayoría de las veces los “agresores” ni siquiera son conscientes de que pueden estar haciendo daño al niño o niña afectado, y por ello el primer consejo es siempre hacer saber al otro que lo

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que hace nos está haciendo sentir mal, que ya no es una “broma”. aunque parezca sorprendente, en nuestra experiencia docente la mayoría de los niños que molestan a otros no suelen ser conscientes del daño que pueden hacer, y a menudo las agresiones son una forma poco habilidosa de intentar socializar o incluso de expresar amistad. Cuando las situaciones son más graves, los agresores suelen ser niños o adolescentes en situaciones familiares, sociales o individuales muy difíciles que requieren atención no sólo para proteger a los demás, sino a ellos mismos. El ambiente y los profesionales de cada centro educativo delimitan las posibilidades de que se produzca acoso. ya hemos dicho que la legislación educativa, y en general los reglamentos escolares, marcan muy claramente que ningún alumno puede ser víctima de acoso o agresiones en base a sus peculiaridades. pero sin embargo, se trata de un fenómeno que sigue ocurriendo, y esto ya sólo puede achacarse a las características de cada centro y las personas que trabajan en él. rivers y cols. (2008) encontraron que los adolescentes hijos de madres lesbianas eran menos propensos a recurrir a la ayuda del personal educativo en caso de tener alguna dificultad, lo que podría justificarse por el miedo a sufrir algún tipo de reacción homófoba por parte del profesorado. aunque no es lo habitual, sí se han dado casos de acoso a hijos de familias LGB. En las nueve investigaciones analizadas por andersen y cols. (2002) a este respecto se encuentra que la mayoría detectaba una preocupación por parte de estos niños y niñas acerca de las posibilidades de sufrir estigmatización, y que esta

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tomaba forma efectiva en unas pocas ocasiones.(o´Conell, 1993, tasker y Golombok, 1997); Gollombok (2003) explica que en su estudio con hijos adultos de familias lesbianas éstos no habían sufrido experiencias de acoso escolar con más frecuencia que el grupo control de hijos de heterosexuales, pero que sí recordaban haber sufrido con más frecuencia algunas bromas o burlas acerca de su propia orientación sexual. así pues debemos saber que este fenómeno existe y que aún no es posible bajar la guardia para poder atajarlo en caso de que suceda. sólo algunos investigadores han tenido la oportunidad de estudiar los efectos que tiene la estigmatización en hijos de familias LGB, pero ya sabemos, por ejemplo, que bos y Van balen (2008) encontraban síntomas de hiperactividad y baja autoestima en quienes la habían sufrido. El caso es que, como hemos ido viendo, ninguna de las familias extremeñas que hemos entrevistado manifestaba que sus hijos hubiesen sufrido acoso o estigmatización a causa de su modelo familiar.

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Epílogo: el debate científico y académico entorno a las familias LGB

6. EpíloGo: El DEbatE CIENtífICo y aCaDémICo EN torNo a las FAMILIAS LGB

Queremos dedicar un último espacio a los resultados de las investigaciones publicadas entorno a las familias homoparentales. En especial, se hace necesario conocer los argumentos que se emplean para dificultar el acceso a la paternidad y maternidad de las minorías sexuales y contar con algunos datos para responder. Con este fin, realizamos un resumen muy condensado en las próximas páginas, en el que aparecen de nuevo algunos de los aspectos que ya hemos ido señalando en los capítulos anteriores. No está de más aclarar que la producción académica sobre las familias LGB se ha visto demasiado condicionada por el debate moral y político: en lugar de buscar un mejor conocimiento sobre la paternidad y maternidad homosexual, muchos estudios han intentado demostrar o bien que la misma tiene efectos negativos o bien que se trata de familias “normales”. ante este conflicto más ideológico que científico, ha habido incluso quien ha considerado que los propios estudios comparativos, donde se cruzan los datos obtenidos en hijos de personas “heterosexuales”14 e hijos de familias LGB serían una forma de discriminación en sí mismos (Kitzinger y Coyle, 1995). sin entrar en la oportunidad o no de los estudios comparativos, lo que está claro es que la perspectiva defensiva seguramente tampoco sea la más apropiada; en palabras de stacey y birbatz (2001):

y ponemos de nuevo el término entre comillas, porque no hemos encontrado estudios que evalúen la identidad sexual de los padres y madres de familias formadas por parejas de distinto sexo.

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“En lugar de investigar si (y cómo) las diferencias en la orientación sexual del adulto pueden derivar en diferencias en la forma en que los individuos ejercen la paternidad y en el desarrollo de sus hijos, los diseños predominantes en las investigaciones buscan probar que los padres y madres homosexuales no son menos eficientes o menos valiosos que los padres y madres heterosexuales.”

Desde nuestro punto de vista, la principal dificultad que entrañan comparar las familias LGB con familias “normales” estriba en que las familias LGB, aunque minoritarias, son tan diversas como la población general. las estructuras varían, así como el número de componentes, el sexo de los p/madres, los vínculos que se forman entre cada miembro de la familia… y a esto hay que sumar que los resultados, positivos o negativos, seguramente estén más condicionados por el contexto social en que viven, los apoyos que reciben y el modo en que se les incluye que por la propia orientación sexual de sus componentes adultos que es, en teoría, lo que les define.

6.1 principales resultados de las investigaciones previas En general la mayoría de los estudios que las comparan con familias “normales” no sólo no encuentran efectos negativos en la crianza homoparental, sino que apuntan con ventaja hacia la misma. pero ¿esto significa que ser homosexual convierta a una persona en mejor cuidador/a? la lógica invita a pensar que no, por lo que probablemente las explicaciones sean varias, entre las que podríamos señalar algunas: • Gays y lesbianas, si no pasan por una relación heterosexual, necesitan hacer un esfuerzo consciente e importante para tener

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hijos/as. mientras que entre las parejas heterosexuales la reproducción a veces se da de manera inesperada, involuntaria o “por cumplir”, todas las familias LGB creadas en pareja o por personas solteras parten de un deseo inequívoco y han requerido planificación y energías, lo que supone un beneficio estadístico. • El nivel educativo y cultural es generalmente mayor en las familias LGB. probablemente, debido a que es más sencillo para las personas con mejor posición socio-cultural hacerse visibles, y actualmente muchas personas homosexuales de estratos menos favorecidos forman familias “heterosexuales”, manteniéndose invisibles o “en el armario”. • Cuando hablamos de adopción, además habrá que sumar el haber pasado por exámenes de idoneidad que certifican que el adoptante tiene capacidad económica, una adecuada motivación para la filiación y cualidades psicológicas positivas. En cuanto a la inseminación artificial, la mayoría de los casos se dan en clínicas privadas que requieren la posibilidad de afrontar sus costes. • Identificarse como gay, lesbiana o bisexual conlleva un proceso de reflexión e introspección que no todas las personas están dispuestas a realizar y que puede suponer una capacidad añadida a la hora de enfrentarse a la crianza. la mayor parte de las investigaciones sobre familias LGB se han realizado en Estados unidos y Gran bretaña, aunque en España contamos hasta el momento con dos grandes investigaciones (ver tabla 6.1). para realizar un resumen global hemos dividido los principales resultados obtenidos a nivel estatal e internacional en dos áreas principales, los que analizan el funcionamiento familiar y aquellos que evalúan directamente características de los hijos/as de familias LGB:

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análisis del funcionamiento familiar. la mayoría de las investigaciones que evalúan esta área han sido repasadas en los capítulos 3 y 4, cuando hablábamos de las relaciones sociales y familiares. aquí situaríamos las investigaciones a las que hemos hecho referencia cuando hablábamos de: • los estilos de crianza que parecen ser más equitativos en parejas de mujeres u hombres que en parejas formadas por distinto sexo. se observa un mayor reparto de las tareas e implicación de ambos miembros de la pareja (González y cols., 2002; arranz y cols. 2010, bos y cols. 2004) e incluso mayor satisfacción en el reparto de las tareas que en parejas heterosexuales (Kurdek, 2008) o una mayor habilidad en la crianza por parte de las parejas de las madres cuando se trata de familias reconstituidas (brewaeys y cols., 1997) • la consistencia de las redes de apoyo social. Compuesta por la familia extensa o por amistades muy cercanas que sustituyen a abuelos, tíos, etc. (González y cols. 2002, brooks y Goldberg, 2001) • los estilos educativos. Área en el que se observa claramente que estas familias tienden a emplear un estilo más participativo (González y cols., 2002, arranz y cols., 2010) con menor propensión al castigo físico en las familias de lesbianas (Golombok y cols., 2003) Evaluación psicológica de los hijos e hijas de familias LGB. En busca de los “efectos” de ser criado en una familia LGB, los aspectos sujetos a evaluación han sido de lo más diverso, sin que como era de prever, se hayan encontrado diferencias significativas en ningún caso. así, se ha evaluado:

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• El funcionamiento emocional: andersen y colaboradores (2002) revisaban 12 estudios al respecto sin que en ninguno se encontrasen diferencias con la población general. • la presencia o ausencia de trastornos de conducta. más allá de los discutibles que por su propia naturaleza suponen las etiquetas acerca de posibles “conductas antisociales” o “comportamientos disruptivos” en la infancia y la adolescencia, los resultados de aquellos estudios que han evaluado a madres y profesores al respecto no encuentran indicio alguno de problemas en este sentido. (Chan y cols., 1998; flaks y cols., 1995) • al menos tres estudios analizan la inteligencia de estos niños y niñas, sumando un total de 83 sujetos a lo que se administró el WIsC_r y el WIusC o el WppsI-r o el WppsI) sin que se encontrasen diferencias entre los hijos de madres lesbianas y los otros niños. • En cuanto a las conductas en conflicto con la ley, Wainright y patterson (2004), analizaron una muestra de 44 hijos de mujeres lesbianas extraídas de un estudio nacional y las compararon con otros 44 niños y niñas equiparados en sexo, edad, origen étnico, estatus adoptivo, presencia o no de dificultades de aprendizaje, ingresos familiares y nivel de estudios de los padres/madres. No encontraron diferencias significativas entre los dos grupos. • las mismos investigadores (Wainright y patterson, 2006), no encontraron diferencias significativas en cuanto al consumo de sustancias: aproximadamente el 25% de ambos grupos reportaba haber fumado alguna vez en su vida y alrededor de un 44% había bebido en ausencia de sus padres. tampoco se encontraron diferencias en el uso de otras sustancias, que se

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mantenía bajo, ni el porcentaje de amigos cercanos que fumaba. En cambio sí observaron que aquellos adolescentes que tenían relaciones familiares más pobres presentaban niveles más altos de abuso de sustancias y conductas delictivas, fuesen o no su familias de origen heterosexuales. • respecto a las relaciones sociales y de amistad, observan que no tampoco hay diferencias en el nivel de popularidad o el número de amigos de uno u otro sexo entre las amistades. • se ha detectado que la homofobia en el entorno es un aspecto preocupante para estos niños y niñas y que muchos han sufrido algún episodio relacionado con la misma, aunque no hay más víctimas de acoso escolar entre los hijos e hijas de familias LGB. (o´Conell, 1993; tasker y Gollombok, 1997) • por ultimo, el único área donde se han observado diferencias es en la sexualidad y el manejo de los roles sexuales, observando una mayor flexibilidad en ambos campos (brewaeys y cols., 1997; bailey y cols., 1995; tasker y Gollombok, 1997; rivers y cols. 2008) tabla 6.1 Investigaciones sobre homoparentalidad en España Los resultados de los estudios españoles son coherentes con los observados en otros países, y resultan muy relevantes por tratarse de equipos formados por académicos de reconocido prestigio y avalados por instituciones también rigurosas. El estudio de González y colaboradores es el más exhaustivo, e incluye información sobre salud mental de p/madres e hijos/as, red social, roles de género, salud, estilos educativos, autoestima, relaciones sociales y vida cotidiana. El estudio de Arranz, que explora también algunas de estas áreas, resulta especialmente valioso porque pone a las familias homoparentales en el marco de otras estructuras familiares, con las que las compara en igual-

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dad de condiciones. Finalmente, la valoración de las familias homoparentales es claramente positiva en ambos, despejando las dudas que pudiera haber sobre el funcionamiento y la integración de las familias LGB. • “Dinámicas familiares, organización de la vida cotidiana y desarrollo infantil y adolescente en familias homoparentales”, de González y colaboradores (2002) publicada por la Oficina del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. Realizada por un equipo de la Universidad de Sevilla en colaboración con el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Fue financiada por la Junta de Andalucía y la Oficina del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. • “Desarrollo psicológico en las nuevas estructuras familiares” de Arranz y colaboradores (2010). Realizada por un equipo formado por investigadores de la Universidad de Sevilla y la Universidad del País Vasco, financiado por la Fundación BBVA.

todos estos resultados, contrastados con las dificultades que tienen que afrontar las familias homoparentales no sólo a nivel social, sino también a nivel legislativo, sanitario o educativo, han llevado a una larga lista de instituciones y asociaciones profesionales a posicionarse claramente a favor de la integración y la aceptación de estos modelos de familia. aunque en España no ha habido aún declaraciones específicas por parte de los colegios o sociedades profesionales, en EE.uu. diversos organismos se han manifestado contra la discriminación a las personas homosexuales en relación con la paternidad o maternidad. la asociación americana de psicología presentó en 2005 una recopilación de posicionamientos oficiales al respecto que incluía las siguientes sociedades profesionales (apa, 2005): Academia Americana de Psiquiatría In-

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fantil y Adolescente, Academia Americana de Médicos, Academia Americana de Abogados Matrimonialistas, Academia Americana de Pediatría, Asociación Americana de Antropología, Asociación Americana de Medicina, Asociación Americana de Psiquiatría, Asociación Americana de Psicoanálisis, Asociación Americana de Psicología, Liga Americana de Bienestar Infantil, Asociación Nacional de Trabajadores Sociales, Consejo de Adopción de Norte América.

6.2 argumentos contra las familias LGB Existe un grupo de investigadores que se muestra reacio a aceptar los resultados positivos obtenidos hasta el momento y presenta distintas críticas a las principales publicaciones existentes. éstas críticas tienen una fuerte carga ideológica, pero es importante conocer sus argumentos por varios motivos: • En primer lugar, algunas objeciones si bien no son suficientes par descartar el conocimiento científico alcanzado hasta ahora sí pueden ser útiles para mejorar las pruebas y los estudios futuros. • En segundo término, los argumentos de estos investigadores son empleados a menudo por grupos de presión política con influencia legislativa y social. aunque en el ámbito científico los artículos que tratan de mostrar supuestos efectos negativos de la homoparentalidad han sido desechados por falta de ética o por estar claramente sesgados, los grupos que los utilizan sí pueden llegar a obtener resultados acordes a sus intereses.

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las principales críticas son de tres tipos: planteamientos religiosos o morales. muchas objeciones se basan en creencias ideológicas y/o religiosas (ver serrat, 2004 y réplica portugal y arauxo, 2004). sirva de ejemplo el único artículo frontalmente contra la homoparentalidad que hemos visto publicado en una revista científica española: el de lucas y cols. (2004), aparecido en la revista Infancia y Aprendizaje. su línea argumental defiende la necesidad de los seres humanos en la crianza de estar acompañados por un padre y una madre, que representarían y transmitirían las figuras masculina y femenina “complementarias entre sí”. El artículo sólo incluye tres citas en sus referencias, a parte del artículo de González y cols., por lo que se convierte más en un posicionamiento subjetivo e ideológico que en una crítica basada en el conocimiento académico. Crítica a las diferencias no reconocidas o minimizadas. ya hemos señalado que ésta puede ser una crítica acertada, en especial en lo referente a la mayor diversidad sexual entre los componentes de familias LGB. Varios estudios han encontrado diferencias significativas en lo referente a los roles sexuales o la orientación sexual de los hijos de gays y lesbianas, pero en las conclusiones no se han presentado estas diferencias con claridad, lo que ha sido aprovechado por estos investigadores “disidentes” para tratar de echar por tierra las conclusiones al completo. Como muestra de los puntos de partida de estas críticas citaremos a schum (2008), uno de los pocos investigadores “críticos” que ha logrado llegar a una publicación académica de gran alcance, como es Psychological Reports que afirma que:

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“Cuando ha habido hallazgos significativos, la mayoría de éstos indicaban resultados negativos de la paternidad gay o lesbiana en los niños, la mayor parte relacionados con una mayor disposición a considerar una gama más amplia de conductas sexuales distintas a las normas o roles heterosexuales”

para nosotros que haya un porcentaje algo mayor de hijos e hijas de gays y lesbianas que se plantean con naturalidad la posibilidad de serlo también ellos mismos no sólo no es sorprendente sino que resulta esperable dado el clima de homofobia latente en una porción significativa de familias tradicionales, asunto que explicábamos en el epígrafe 4.3 uso de muestras reducidas y no aleatorias. (redding, 2001; lucas y cols., 2004) Efectivamente, esta crítica se basa en un hecho real, y es que la mayoría de las personas que han participado en estudios sobre familias LGB han sido localizadas a través de contactos previos (método “bola de nieve”) como así hemos hecho en este estudio. Efectivamente, sería deseable que todas las investigaciones tuviesen algunos controles, como el uso de muestras amplias, detección de respuestas guiadas por “deseabilidad social”, seguimiento longitudinal o uso de grupos control. sin embargo, la ausencia de estos factores no invalida el conocimiento alcanzado por estas, en todo caso nos podría llevar a tomar con cautela aquellos que pretenden hacer una comparación entre poblaciones. por otra parte, empezamos ya a contar con los primeros estudios realizados con muestras aleatorias y con los primeros estudios longitudinales, aunque esto aún no es posible en España dada la invisibilidad de este tipo de familias a nivel estadístico. lo cierto es que los resultados obtenidos a partir de muestras de este tipo (aleatorias y/o longitudi-

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nales) van en la misma línea que los demás. En el artículo ya mencionado de lucas y cols. (2004) se ponen en duda los resultados obtenidos por González y cols. (2002) por que los métodos empleados (escalas validadas nacional e internacionalmente) no les parecen suficientemente fiables (proponen un análisis cualitativo en profundidad), aunque en este caso parece una crítica menos rigurosa que las referidas al tipo y tamaño de las muestras.

6.3 Investigación sobre necesidades y derechos, un nuevo modelo de estudio paralelamente al presente trabajo, hemos realizado una investigación de ámbito académico que abarcó a las seis primeras familias. En esta investigación pretendíamos explorar la situación de las familias LGB desde un marco teórico distinto al que se ha estado empleando hasta ahora: el de las necesidades infantiles y adolescentes. pensamos que a la hora de evaluar la situación de una determinada población minoritaria, no es apropiado comparar supuestos efectos con los valores medios de la población general, sino que hay que ir a la raíz tanto del bienestar como de los “efectos” positivos o negativos que la diferencia puede tener, y ésta es la cobertura de las necesidades humanas. las necesidades humanas, según los teóricos de las mismas (Doyal y Gough, 1992) son universales, e igualmente lo son las necesidades infantiles (ochaíta y Espinosa, 2004): se trata de salud física y autonomía. partiendo de esta idea, ochaíta y Espinosa desarrollan un catálogo de necesidades secundarias o satisfactores primarios, más concretas, que puedan estudiarse de forma empírica. podemos observar el catálogo de satisfactores en la siguiente tabla:

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tabla 6.3.1 Necesidades secundarias de salud física y autonomía desde el nacimiento a la adolescencia. salud física alimentación adecuada Vivienda adecuada Vestidos e higiene adecuada atención sanitaria sueño y descanso Espacio exterior adecuado Ejercicio físico protección de riesgo físicos

autonomía participación activa y normas estables Vinculación afectiva primaria Interacción con adultos Interacción con iguales Educación formal Educación no formal juego y tiempo de ocio protección de riesgos psicológicos

Necesidades sexuales y reproductivas

El concepto de necesidades secundarias o satisfactores primarios hace referencia a aquellos requisitos imprescindibles para favorecer el desarrollo de la salud física y de la autonomía de todos los niños, niñas y adolescentes, en todos los contextos culturales. aunque ochaíta y Espinosa admiten que las diferentes mentalidades culturales tienen costumbres distintas en la forma de satisfacer estas necesidades, el catálogo genérico de satisfactores se plasma de forma diferente para cada uno pero es común a todos los niños, niñas y adolescentes. la justificación de porqué ha sido incluido cada uno de estos satisfactores viene avalada por su demostración empírica y el consenso académico al respecto, aunque, como cualquier teoría de las ciencias sociales, está sujeta a discusión y modificación. la evaluación de los satisfactores puede adaptarse a distintos contextos culturales, de convivencia, económicos o sociales. a priori ningún modelo de familia (y por tanto las familias LGB tampoco) está incapacitado para satisfacer las necesidades de

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un niño o una niña. así como la vinculación afectiva o la interacción con adultos han demostrado ser satisfactores imprescindibles para un desarrollo sano y feliz, ninguna investigación ha identificado la familia nuclear o la orientación estrictamente heterosexual de los padres como un satisfactor de las necesidades infantiles. sin embargo, y esto lo hemos comprobado en nuestra investigación, algunas familias LGB sí satisfacen las necesidades de los niños de forma distinta a la mayoritaria y, sobre todo, se requieren tanto mejoras sociales como conocimientos prácticos para que las necesidades de estos niños y niñas puedan cubrirse en condiciones idóneas. por poner un ejemplo: la necesidad de interactuar con otros niños y niñas es común a todos, pero en las familias LGB se ha observado que puede ser especialmente relevante para ellos interactuar con otros hijos de familias minoritarias o sentirse protegidos ante situaciones de discriminación. Nuestra investigación ha sido exploratoria, y la mayor parte de las conclusiones las hemos ido señalando en los epígrafes correspondientes, sin embargo, queremos incluir aquí un pequeño resumen de los aspectos que pensamos que pueden ser tenidos en cuenta a la hora de atender o favorecer las circunstancias de las familias LGB en función de las necesidades infantiles y adolescentes. la necesidad de autonomía abarca aquellos satisfactores que están relacionados con el bienestar psicológico, la convivencia y la interacción social, motivo por el cual se concentran en ella la mayor parte de los aspectos a tener en cuenta que han surgido a través del análisis de los testimonios de las familias participantes. En cuanto a la necesidad de salud física, como era de esperar, han aparecido pocos aspectos significativos, relacionados principalmente con la atención sanitaria.

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tabla 6.3.2 Aspectos relevantes para las familias LGB en función de las necesidades infantiles y adolescentes Necesidad de autonomía participación activa y normas estables • Relevancia del papel que asume de cada miembro de la familia tanto entre los adultos como hacia los niños/as. Como hemos visto, existen muchos modelos de familia LGB, y no todas las relaciones o roles que se establecen son iguales. sea cual sea el modelo, los niños, niñas y adolescentes requieren saber claramente a qué atenerse, y qué personas son responsables o no de su educación, a quién deben pedir cambios, etc. • Participación en la toma de decisiones sobre la reconstrucción familiar. En aquellos casos en que los niños pasan de un modelo de convivencia a otro, y en especial cuando se incorporan terceras personas, es importante que los niños sean escuchados y se cuente con su opinión. • Existencia de asociaciones o comunidades libres de homofobia en las que puedan participar los niños, niñas y adolescentes de familias LGB. puesto que el asociacionismo y la integración en comunidades afines a sus ideas o intereses son importantes también para los menores. Vinculación afectiva primaria • Vinculación con la familia extensa. El contacto con tíos, abuelos, primos, etc. es importante, y en las familias LGB puede verse mediado por actitudes de incomprensión o rechazo en las que haya que intervenir. • En las familias nucleares, vinculación con ambos padres o madres independientemente de la relación genética con el hijo/a. se trata de un aspecto a tener en cuenta en todas las familias

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formadas por inseminación artificial, también en las heterosexuales. Cuando una pareja de personas del mismo sexo fértiles decide tener hijos en común, se hace importante reflexionar sobre el valor que cada miembro de la pareja da al lazo genético y en el caso de las mujeres a la gestación. • En inseminación artificial, valorar las ventajas e inconvenientes del uso de donante anónimo o desconocido, así como el modo de trasmitir la información a los hijos/as. • En acuerdos de gestación (co-paternidad o maternidad, acuerdos entre personas de distinto sexo, etc.) garantizar la claridad y estabilidad de los vínculos que se formen. • En las familias reconstituidas, claridad en el vínculo con las posibles parejas de las madres/padres. ésta no supone ejercer un papel u otro en la crianza, sino garantizar la continuidad de los afectos y los roles que se adquieran independientemente del devenir de la pareja. Interacción con adultos • Presencia de referentes masculinos y femeninos en el entorno. Dado que se trata de familias con cuidadores de un solo sexo, algunas personas se plantean ayudar a que los niños y niñas encuentren otros modelos adultos positivos de masculinidad y feminidad. En todo caso el entorno ya proporciona referentes de ambos sexos. • Relación con distintos adultos del entorno en ausencia de discriminación. tales como profesores, vecinos, amigos de la familia, etc. Interacción con iguales • Aceptación del modelo de familia por parte de los iguales. pese a que no hemos encontrado casos de rechazo por parte de otros niños, niñas o adolescentes, se hace importante evitar

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que éstos reciban mensajes homófobos por parte de sus propias familias, los medios de comunicación o el profesorado, que pudieran influir en su relación con los hijos/as de familias LGB. • Capacitación o apoyo al niño/a o adolescente para hablar de su modelo familiar con sus iguales. se ha resaltado la importancia de proporcionar guiones y explicaciones sencillas y naturales con las que poder transmitir su modelo familiar o actuar ante posibles muestras de rechazo. • Apoyo en la toma de decisiones sobre la visibilización del modelo familiar entre iguales. los niños/as o adolescentes requieren apoyo en sus decisiones acerca de cómo visibilizarse. • Contacto con otros hijos/as de familias similares. las relaciones con otros hijos e hijas de familias LGB reducen el estrés de minoría y facilitan otros modelos exitosos de convivencia e integración social. Educación formal • Inclusión en el currículo y los materiales educativos del modelo familiar. Dado que actualmente la diversidad familiar no se ve reflejada suficientemente tanto en los contenidos como en libros de texto, actividades, etc. • Formación del profesorado para abordar la diversidad familiar. puesto que el profesorado debe estar preparado para afrontar con naturalidad las distintas realidades que conviven en el aula, manejar posibles conflictos y proporcionar respuestas adecuadas a las dudas que pudieran surgir. • Acceso a centros aconfesionales para evitar discriminación. ya que los colegios gestionados por entidades religiosas a menudo incorporan en su ideario y contenidos mensajes contrarios a la diversidad familiar.

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• Uso de formularios, cartas… con lenguaje inclusivo. Cuando esto no es así, las familias pueden experimentar sensación de excepcionalidad y se evitan continuas adaptaciones y correcciones por parte de madres y padres a la hora de cumplimentar los mismos. • Protección frente a la discriminación en la escuela. pese a que el respeto a la diversidad y la ausencia de discriminación ya están reglamentados, es importante hacer especial hincapié en los mecanismos que desarrolla cada centro educativo para hacer frente a estas situaciones y encauzar posibles conflictos desde el inicio. Educación no formal • Acceso contenidos audiovisuales, cuentos, etc., inclusivos con la diversidad familiar y sexual. De forma que aparezcan distintos modelos familiares en las tramas de las historias, los personajes, etc. • Información en el hogar sobre el modelo de familia y la diversidad familiar. permitiendo conversaciones, facilitando materiales, etc. • Inclusión de la diversidad familiar en los medios de comunicación. puesto que en estos momentos los hijos de familias LGB disponen de pocos referentes, de modo que la visibilización en noticias, series de televisión, anuncios, etc. continúa siendo un tema pendiente. • Modificación para convertir en inclusivos los materiales a los que accede el niño/a. padres y madres pueden realizar cambios o hacer interpretaciones de los contenidos para incluir la diversidad familiar en los materiales a los que accede el niño/a o adolescente aunque esa no fuese la intención original de los creadores.

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juego y tiempo de ocio • Acceso a juguetes y materiales inclusivos y no estereotipados sexualmente. De modo que niños y niñas puedan expresar sus preferencias desde la infancia, sin necesidad de desarrollar roles sexuales tan rígidos. protección de riesgos psicológicos • Aceptación por parte del propio niño/a de su modelo de familia. los conflictos familiares o el rechazo a la propia familia son situaciones comunes a muchos adolescentes, independientemente de su modelo familiar, pero ciertamente las peculiaridades de las familias LGB pueden ser también el catalizador por el que algunos niños, niñas o adolescentes expresen sus conflictos familiares. • Seguridad e información jurídica y administrativa. Es de gran importancia garantizar la vinculación con ambas madres o padres en caso de familias nucleares, facilitar el registro civil, proteger frente a la discriminación, etc. • Protección frente al rechazo en todos los ámbitos sociales y familiares. Debe existir una conciencia social acerca de los efectos negativos que tienen para los hijos e hijas de familias LGB las posibles muestras de rechazo o exclusión de su modelo familiar. • Protección frente a discriminación laboral de las madres. aunque la legislación española ya recoge la protección laboral frente a toda forma de discriminación debe garantizarse que no se produzcan despidos o acoso ante la visibilización del modelo familiar. Necesidades sexuales (autonomía) • Posibilidad de conflictos o confusión entorno a los roles sexuales. al ser la homosexualidad una condición que rompe con uno de los roles sexuales más importantes, la asunción de al-

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gunos actitudes marcadamente masculinas o femeninas, así como el rechazo a conductas o características del otro sexo puede generar confusión en los padres y madres homosexuales. sin embargo, se trata de un fenómeno habitual en la infancia, que es parte del proceso de formación de la identidad sexual. • Educación sexual en todas las etapas. puesto que la curiosidad y necesidad de conocimiento, comprensión y vivencia positiva de la sexualidad comienzan desde el nacimiento. • Respeto a las preferencias sexuales del adolescente. aunque parece que en las familias LGB hay mejor predisposición a respetar la diversidad sexual, no deja de ser un aspecto relevante sobre el que todavía hay personas que pueden sentir temores o prejuicios.

Necesidad de salud física alimentación adecuada • Reparto de tareas respecto a la lactancia. las Naciones unidas recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses, pero en los casos de familias nucleares, se ha observado un especial interés por participar conjuntamente en la alimentación de los niños/as desde el primer momento. Este interés de compatibilizarse con la alimentación recomendada. Vivienda adecuada • Ausencia de discriminación en el acceso a la vivienda. aunque no se han encontrado ejemplos de discriminación en esta área, de haber alguna dificultad, se encontraría en posibles reticencias de arrendadores, vendedores o vecinos en el acceso a la vivienda.

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sueño y descanso • No se han encontrado aspectos relevantes. más allá de los que pudieran derivarse las carencias ocasionadas por dificultades en cualquiera de los otros satisfactores, tales como estrés o carencias materiales o económicas. atención sanitaria • Ausencia de discriminación en el ámbito sanitario. El personal que intervenga en la salud de niños, niñas y adolescentes hijos de familias LGB debe conocer y respetar la diversidad familiar. • Posibilidad de ambas madres o padres, cuando los haya, de autorizar y asistir a la atención sanitaria. Dificultad compartida con familias reconstituidas o no casadas. • Posibilidad de emplear un mismo donante para ambas madres en caso de gestación de hermanos. De esta forma se previenen problemas de salud y se favorece el vínculo entre los hermanos/as. Vestidos e higiene adecuada • Acceso a ropa y complementos no estereotipados sexualmente, respetando las preferencias de los niños/as. Varias familias insisten en su deseo de no marcar los roles sexuales profundamente a través de la vestimenta, aunque es importante respetar el desarrollo de la identidad sexual de los niños/as. Espacio exterior adecuado • Ausencia de discriminación en el exterior del hogar. pese que no se han encontrado ejemplos de agresiones comentarios u otras formas de exclusión en los espacios públicos, la protección frente a los mismos resulta un aspecto relevante. Ejercicio físico • No se han encontrado aspectos relevantes. más allá de los que pudieran derivarse las carencias ocasionadas por dificul-

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tades en cualquiera de los otros satisfactores, tales como problemas de exclusión en asociaciones deportivas, en el espacio exterior o en la escuela. protección de riesgos físicos • No se han encontrado aspectos relevantes. más allá de los que pudieran derivarse las carencias ocasionadas por dificultades en cualquiera de los otros satisfactores, tales como agresiones en los distintos ámbitos o problemas en la atención sanitaria. Necesidades sexuales (salud física) • No se han encontrado aspectos relevantes. más allá de los que pudieran derivarse las carencias ocasionadas por dificultades en cualquiera de los otros satisfactores, tales como dificultades en la atención sanitaria o en el acceso a métodos anticonceptivos.

Esta primera recopilación puede ser útil para orientar tanto las demandas como las futuras investigaciones que se hagan al respecto. algunas de las posibles reivindicaciones, sobre todo en los ámbitos jurídico y educativo han aparecido con gran claridad y tienen soluciones relativamente sencillas si se hace un pequeño esfuerzo social. otros aspectos tienen más que ver con la propia evolución de cada familia y pueden servir de orientación para quienes deseen intervenir con familias LGB, o elaborar materiales dirigidos a las mismas. El objetivo en cualquier caso ha de ser siempre el mismo: que todos estos niños y niñas puedan desarrollarse y vivir de forma plena, independientemente de su modelo de familia, sea éste minoritario o no

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