Almogaren 16, extra 1995

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ALMOGAREN REVISTA DEL CENTRO TEoLoGlco DE LAS PALMAS

DICIEMBRE 1995 N." 16

V Jornadas de la Qisforia

NUMERO EXTRAORDINARIO 43





ALMOGAREN Revista del Centro Teológico de Las Palmas

NÚMERO EXTRAORDINARIO

DICIEMBRE 1995


Edita:

Centro Teológico de Las Palmas

Director:

José Luis Guerra de Armas

Secretaría:

Antonio Tarajano González

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Campus Universitario de Tafira 35017 Las Palmas de Gran Canaria

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Diseño cubierta:

Elías Zait León Javier Alzugaray García

Imprime:

Imprenta Pérez Galdós, S.L. Profesor Lozano, 25 (El Cebadal) 35008 Las Palmas de Gran Canaria

Dep. Legal G.C. 451-1988


SUMARIO

Págs.

Editorial ............................................................................................................

7

1. SOCIEDAD Y MENTALIDADES

La actitud ante la muerte en Gran Canaria en el tránsito entre el siglo ARANDA MENDIAZ ......................................... X V I I al XVIII por MANUEL

13

Legislación episcopal sobre la fiesta del Corpus por FRANCISCO CABALLERO MUJICA .................................................................................................. 21 Mujer y Convento en Las Palmas de Gran Canaria, siglo XVIZ por ESTEBAN ALEMAN RUIZ..............................................................................

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11. LAS INSTITUCIONES

El Patrimonio del Cabildo Catedral de Canarias en el Antiguo Régimen. Su composición y gestión por PEDROQUINTANA ANDRES .........................

73

La Orden de Santa Clara en Canarias, siglo XVIZ por P. JOSEGARCIA SANTOS .......................................................................................................... 85

-

111. RELACIONES IGLESIA SOCIEDAD

E n torno al Obispo García Jiménez: Gobierno, conflictos y litigios en la GONZALEZ ALONSO .................. Iglesia canaria del siglo XVZI por TOMAS

125

Conflictos jurisdiccionales entre el Obispo García Jiménez y su Cabildo Catedral por MATIAS DIAZMARTIN ............................................................ 155 El pendón de la conquista: lugar de encuentro en las relaciones iglesiaEstado por JUANARTILES SANCHEZ ............................................................. 173


Págs.

La huella heráldica del Obispo Cámara y Murga en Las Palmas por JUANGOMEZPAMO ....................................................................................

185

Noticias sobre la reconstrucción del convento dominico de San Pedro Mártir por JOSE~ O N C E P C I O N RODRIGUEZ ....................................................

197

Algunos aspectos del legado artístico del siglo X V I I por GRACIELA ............................................................................................ GARCIA SANTANA 213 Dotación de la ermita de Nuestra Señora de la Consolación de Garachico por MARIADOLORES TAVIODE LEON.....................................................

223

V. LA LABOR ASISTENCIAL Situación de la beneficiencia en San Miguel de La Palma a lo largo del siglo X V I I por LOURDES ARVELO GIL..........................................................

229

VI. FUENTES

Los registros parroquiales del bachiller Don Juan Mateo de Castro por J ~ s u EMILIANO s RODRIGUEZ CALLEJA .........................................................

241


EDITORIAL

Con la aparición de este número extraordinario de ALMOGAREN queremos dar por finalizada la publicación del total de los trabajos presentados en las V JORNADAS DE HISTORIA DE LA IGLESIA EN CANARIAS, 1993. La salida a la luz de estas páginas ha sido posible gracias a la generosa colaboración económica de la Viceconsejería de Cultura, a quien manifestamos nuestro más sincero agradecimiento. Las ponencias y comunicaciones que ahora se publican intentan seguir dando cumplimiento al objetivo de nuestro departamento, es decir, el estudio e investigación de las distintas áreas de la historia de la Iglesia en Canarias, con la esperanza de que en un futuro se pueda ofrecer una síntesis más amplia y esclarecedora de la misma. Así en el campo del estudio de las mentalidades abierto en nuestra región con los trabajos de Galván Tudela, Hernández González, Felipe Bermúdez y otros, se ofrece una valiosa contribución con las aportaciones de Aranda Mendíaz, Caballero Mujica y Esteban Alemán tratando temas tan interesantes como la actitud ante la muerte, la expresividad religiosa de la fiesta del Corpus o el novedoso estudio de Mujer y convento en Las Palmas del siglo XVII. En cuanto a historia de las instituciones, Pedro Quintana Andrés reflexiona en profundidad sobre la composición y gestión del Cabildo Catedral de Canarias en el siglo XVIII, continuando así una línea de investigación abierta por Macías Hernández sobre los diezmos. El clero regular, factor tan importante para los estudios de nuestra historia y hasta el presente tan deficientemente tratado, se enriquece con el minucioso trabajo del P. J. García sobre la Orden de Santa Clara.


Las relaciones Iglesia-Estado se encauzan y materializan en España a través del Patronato Regio, institución estudiada con tanta competencia por el profesor Bethencout Massieu. Y es en este campo donde contamos con las extraordinarias colaboraciones de González Alonso y Matías Díaz sobre la significativa figura del obispo García Jiménez, personaje que descuella no sólo por el tiempo de permanencia en la Diócesis, sino sobre todo por las múltiples intervenciones que tuvo en la sociedad de su época. También en este ámbito y en relación con sus tesis sobre las relaciones Iglesia-Estado en el pontificado del Obispo Verdugo, Artiles Sánchez enmarca magistralmente este problema en torno al símbolo emblemático del pendón de la conquista. Y por último, Gómez Pamo, trata de forma, creemos que exhaustiva, la heráldica episcopal de Cámara y Murga. Finalmente en cuanto al legado artístico, tema que ha sido tratado con bastante amplitud en todas las jornadas, contamos con estudios tan interesantes en este campo como los de García Santana y Concepción Rodríguez. La comunicación de Arvelo Gil enriquece notablemente la ya no despreciable serie de estudios sobre asistencia social en Canarias y el conocimiento de las fuentes recibe ahora de manos de Rodríguez Calleja una ayuda, como eslabón inestimable, en torno al desconocido mundo de los archivos parroquiales. Al ver ahora ya cumplidos nuestros deseos con la edición íntegra de las ponencias y comunicaciones de las V Jornadas de historia de la Iglesia en Canarias tenemos la sensación de haber salido de una "casa", el mundo del siglo XVII, lleno de enorme contenido y color, que invita a regresar nuevamente a su estudio y a profundizar en todas sus dimensiones. Ojalá se cumplan estos deseos en el futuro.


V JORNADAS D E LA HISTORIA D E IGLESIA EN CANARIAS. SIGLO XVII



SOCIEDAD Y MENTALIDADES



ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 13 - 19. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

LA ACTITUD ANTE LA MUERTE EN GRAN CANARIA EN EL TRÁNSITO DE LOS SIGLOS XVll AL XVlll

MANUEL ARANDAMENDIAZ UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Los protocolos notariales como fuente para el estudio de la reciente historiografía modernista, han sido objeto de un inusitado interés en los últimos decenios por parte de los investigadores, sobre todo los dedicados al análisis de la Edad Moderna. El exámen de esta masa documental ofrece un rico espectro de posibilidades de investigación en el campo de las Ciencias Sociales y del Derecho, entre otras cuestiones porque la amplia tipología de las escrituras notariales nos permite hacer estudios diversificados, bien de forma individualizada o global de aspectos concretos de la vida social tanto en la esfera urbana como en la rural. En ambas parcelas podemos destacar trabajos importantes sobre la economía agraria o la sociología de las ciudades teniendo como fuente las ventas de tierras, hipotecas, obligaciones, arrendamientos rústicos, contratos de aparcería, testamentos e inventarios post-mortem. En esta línea y como pionero podríamos citar a P. Goubert con su obra Beauvaisis de 1600 a 1730. Contribution a l'histoire sociale de la France au XVIIe siecle, en cuya publicación queda señalado el papel predominante de la documentación notarial. En este sentido, y dentro de esta rica variedad de documentación que ofrecen los protocolos notariales, hemos elegido para nuestro estudio la


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MANUEL ARANDA MEND~AZ

escritura de testamento, dentro de su vertiente peligrosa; fuente predilecta para el estudio de las mentalidades colectivas, principalmente en los que se refiere al análisis de la desacralización del mundo moderno.

La fuente principal para nuestro estudio ha sido el testamento tratado de forma seriable entre los períodos 1690-1695 y 1700-1705. Para el período comprendido en los últimos años del siglo XVII, la media de testamentos tabulados ha sido de 15; cantidad notablemente inferior en volumen a los primeros años del siglo XVIII cuyo número medio es de 25 escrituras; si bien es cierto, que en el siglo XVII hay una media de tres y cuatro protocolos por año que no es posible consultar por el mal estado de conservación en que se encuentran. El número de escribanías en las dos etapas estudiadas es similar, esto es, de ocho a diez Escribanos de Número, siendo Francisco Quiroga y Losada en 1704 el que sobresale con un total de 33 escrituras de testamento. Dentro de las escribanías de la ciudad de Las Palmas, abordaremos al testamento en sus diferentes cláusulas religosas (mortaja, sepultura, fundaciones), e intentaremos estudiar su evolución a través del tiempo, obteniendo los resultados que a continuación exponemos.

3.

ASPECTOS RELIGIOSOS DEL TESTAMENTO

3.1. Mortaja La cláusula en la que el otorgante solicita un determinado tipo de mortaja es utilizada en un 90% para los testantes del siglo XVII y en un 85% para los siglo XVIII, siendo su uso indistinto en hombres y en mujeres. Al igual que ocurre en otras ciudades penínsulares, o incluso en Francia, nuestros testantes de forma mayoritaria adoptan como mortaja el hábito religioso de las diferentes órdenes monásticas, intentando de esta manera alcanzar la remisión de las faltas que se lograría con su uso. Aquellos otorgantes que no poseen una suficiente capacidad económica, solicitan ser amortajados en un alba blanca "a imitación de Nuestro Señor Jesucristo". La mayor parte de estos testantes son pobres que se encuentran enfermos en el Hospital de San Martín, es el caso que ejemplifica Simón González Verde en 1690. Para ambos períodos estudiados el hábito franciscano es el más solicitado por los testantes, muchos de los cuales pertenecen a la orden de los Terceros; este aspecto pone de manifiesto la popularidad que goza San Francisco;


LA ACTITUD ANTE LA MUERTE EN GRAN CANARIA EN EL TRÁNSITO DE LOS SIGLOS XVII AL XVIII

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por una parte, por el concepto de pobreza que encierra; por otra, por la enorme cantidad de indulgencias concedidas al mismo por los papas, desde Nicolás IV hasta Clemente VII. Así, entre 1690-1695 solicitan este hábito el 93,8% de los otrogantes, cantidad que aumenta a un 96,794 entre 1700-1705. Le sigue en importancia el hábito dominico, preferencia ésta que coincide con el grupo social de mayor poder económico; únicamente un 0,3% de los otorgantes indican otro tipo de hábito, fundamentalmente las vestiduras sacerdotales, acompañadas de un determinado hábito, de esta manera lo exponen en 1700 los clérigos Manuel Ramos Bravo de Laguna y el Racionario D. Luis Rodríguez al solicitar el hábito dominico y franciscano. Sólo el otorgante Luis Martín nos informa en 1704 q;e tiene el hábito en su poder, el resto de los testantes silencian este aspecto. Finalmente el otorgante D. Diego Romero Tello de Medina, nos comunica en 1704 el tipo de tela que tiene su hábito agustino: " E l hábito se ha de hacer en paño de anascote que dichos religiosos tienen, y que lo han de bendecir".

3.2. Sepultura El lugar de la inhumasión y la tipología de la sepultura es una constante en la documentación testamentaria. Desde la Edad Media la sepultura preferente en toda Europa será en el interior de las iglesias y catedrales; será en el siglo XVIII y durante el reinado de Carlos 111, cuando en 1776 se promulga una ley que regula la creación de cementerios y la prohibición de enterrar en el interior de los templos. Como indica González Lopo, la cuestión había dejado de ser religiosa para convertirse en un problema de salud pública. Dentro de nuestro estudio todos los testantes nos indican el lugar donde quieren ser enterrados, únicamente un 0,8% deja este particular en manos de sus herederos o albaceas. Sera el convento de San Francisco el que solicitan mayoritariamente nuestros otorgantes (87% entre 1690-1695 y 85% entre 1700-1705), le siguen en similar orden la Catedral, el convento de Santo Domingo y el de San Agustín; el primero con destino preferente de los miembros de su Cabildo y los dos restantes a los testadores con un mayor volumen de forma específica la ubicación en el interior del templo; en tal sentido son un total de 14 para el período comprendido del siglo XVII y 6 para el siglo XVIII. Detallan más este particular los miembros del clero sobre todo los que forman parte de la Catedral. En este sentido, el Dr. D. Agustín Jorge Padrón lo declara en 1691: "Deseo que m i cuerpo sea sepultado en la Catedral al pie de la escalerilla que ha de subir al monumento ...". El deseo de enterrarse cerca del esposola o junto a determinados familiares, es motivo de un deter-


minada declaración; de esta manera lo manifiesta Tomasa Vella en 1691, al desear la sepultura que diga el Padre Guardián del, convento de San Francisco ". .. y si pudiere al lado de donde se encuentra dicho mi marido", O en 1704 el testante Miguel González que declara su deseo de enterrarse en el convento de Santo Domingo "... al lado de la sepultura donde está enterrada mi mujer Ana de Montesdeoca". La imagen de una determinada advocación sera también motivo de preferencia en la elección del lugar de la sepultura, así lo dice en 1693 María Luisa Betancort al pedir ser enterrada en la capilla de Nuestra Señora de la Soledad ". .. junto al altar de m i padre San José". Finalmente la pila del agua bendita va ser también lugar de enterramiento para algunos otorgantes, como lo declara el maestro de cantería y albañilería Francisco Vitoria en 1690: "Deseo ser enterrado en la capilla de la Orden Tercera del convento de San Francisco, al lado de la pila del agua bendita"; deseo que también lo expone en 1704 el Sacristán de la Sacristía Mayor de la Catedral, Ambrosio Suárez Navarro; "Deseo ser enterrado en la Santa Iglesia Catedral, junto a la pila del agua bendita que está a la entrada de la puerta. ..".

3.3. Sufragios para la salvación del alma Las disposiciones post-mortem para la salvación del alma comportan uno de los elementos más importantes en la vertiente religiosa del testamento. Efectivamente, la celebración de misas antes, durante y después del fallecimiento del testador, constituye un capítulo de gran interés en el estudio de la mentalidad religiosa del Antiguo Régimen. Como demostrara Vovelle, el mayor o menor número de estas fundaciones es indicativo de transformaciones en la sensibilidad religiosa de los individuos. Asimismo el número de sufragios es un claro indicador del nivel económico del testante, que va más allá cuando hay fundaciones vinculares. En esta línea, tanto para el siglo XVII como para el XVIII observamos que un 81,6% y un 76,5% de los testantes solicitan algún tipo de sufragio. En cualquier caso se ha de distinguir entre las misas de inmediato cumplimiento de aquellas que han de celebrarse en un tiempo-medio o en un tiempo-largo, estás últimas de forma perpetua. Para ambos períodos estudiados el número de misas de inmediato cumplimiento oscila entre 15 y 300, en función de la capacidad económica del testante; caso específico es el del otorgante D. Alonso Tinoco de Castilla que declara 3.000 misas rezadas por su fallecimiento o el Alférez Gotardo Calimano que desea 2.000 misas, ambos en 1702. Salvo estos caos específicos u otros que solicitan entre 300 y 500, la tónica general se puede establecer en torno a una media de 15-30 misas rezadas. Dentro de este apartado nos encontramos con los sufragios cantados los cuales son declarados por testantes con un elevado nivel económico. Pocos serán los otorgantes que declaren


este particular, siendo un total de 19 para el siglo XVII y de 3 para el siglo XVIII, como ejemplo tenemos a Isabel Hernández que en 1691 expone en su testamento la celebración de una misa cantada de cuerpo presente, o el testante Ventura González de Medina quien en 1690 desea se le digan: "misas cantadas a disposición de mis albaceas...", en 1700 el Capitán D. Jacinto Hernández de la Vega y Montesdeoca solicita una misa cantada, pero esta vez con vigilia. Cabría hablar finalmente de aquellos testadores que declaran misas perpetuas y que generalmente van a coincidir con los sufragios cantados. Estas misas perpetuas, que pueden ser bien cantada o bien rezadas, tendrán lugar al año del fallecimiento del otorgante y bajo una advocación determinada. El total de testadores que piden esta tipología de misas es de 19 para el período estudiado del siglo XVII y de 21 para el siglo XVIII. Al revés de lo que sucede con los sufragios de inmediato cumplimiento, donde en la mayoría de las ocasiones el testador omite la limosna; en las perpetuas el otorgante nos indica el dinero que desea dedicar a este apartado. De esta manera en 1705 lo expone el licenciado Golfos de la Puerta al declarar la perpetuidad de cincuenta misas rezadas para lo que deja 5.000 r.v., o el también licenciado Álvarez de Lugo quien declara ese mismo año dejar un rédito de 12.000 reales anuales para la celebración de 200 misas rezadas con una limosna de tres reales cada una en la festividad de la Virgen de las Nieves, en 1605 la testante Doña María Andrés González declarará en su escritura de testamento su deseo de celebrar de manera perpetua dos misas cada año en la capilla de Nuestra Señora del Carmen. En cualquier caso, y como hemos constatado, tanto los sufragios de inmediato cumplimiento como las misas perpetuas, descienden de forma clara a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. 3.4. Invocaciones

Uno de los aspectos más discutidos del testamento es el de las invocaciones, aunque a su vez nos proporciona información sobre el pensamiento del que testa. En tal sentido, el otorgante menciona a lo largo de sus testamento la relación de una serie de invocaciones, que aunque por separado no guarden una relación entre si, en su conjunto podemos sacar una serie de observaciones de especial interés sobre la base una profesión de fe completa, la encomendación del alma o la solicitud de abogados intercesores. En este aspecto hemos podido constatar que todas las escrituras consultadas para los dos períodos poseen una fórmula inicial similar, en la que Dios es el eje la misma, en ninguno de los documentos consultados hemos hallado terminología latina; en segundo lugar, y al igual que ocurre en algunas ciudades penin-


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MANUEL ARANDA MENDfAZ

sulares, la invocación a la figura de Nuestra Señora es señalada de forma genérica: "En el Nombre de Dios Amén y de la Virgen María Nuestra Señora. .." es la exposición inicial que en 1690 hace en su testamento el Presbítero D. Lorenzo Pérez Estañol; en tercer lugar cabría destacar aquellas invocaciones de la esfera personal del testador como es el santo de su nombre o el de alguna advocación particular el día de su festividad. De esta manera, el día de la Asunción, el de los Difuntos, el de Santa Ana o el de San Francisco, serán los más solicitados por los otorgantes de los dos períodos estudiados, aquellos testantes que son del ámbito rural pero que testan en la capital, nombran en sus escrituras las advocaciones de sus respectivos lugares: Santa Brígida, San Mateo, Nuestra Señora de la Soledad, la Virgen de las Nieves o San Roque. Dependiendo de una mayor o menor economía, nuestros testadores solicitan las misas de San Vicente perrer, cuya cantidad ascendía a treinta, o las misas por la Salvación del Alma; en esta línea, un total de 18 testantes lo piden para el siglo XVII y 43 para la centuria siguiente.

4.

CONCLUSIONES

A modo de breves conclusiones al trabajo que ahora presentamos podemos indicar algunos cambios en la conducta religiosa a través de los testamentos. La mortaja, a diferencia de lo que sucede en Galicia occidental, sigue siendo preferentemnte el hábito de una orden religiosa específica, mayoritariamente la de San Francisco de Asis para ambos períodos, la cual se declara indistintamene por otorgantes masculinos o femeninos. El sudario blanco sólo es usado por aquellos otorgantes que no pueden pagarse cualquier tipo de hábito, mientras que los testadores con un mayor poder económico solicitan el hábito dominico o agustino. La sepultura sigue teniendo lugar de forma mayoritaria para el siglo XVII y para el XVIII en el interior de los templos; siendo el convento de San Francisco el que sobresale en primer lugar, sobre todo en aquellos testantes miembros de la Orden Tercera. La catedral es el lugar de inhumación para el clero catedralicio y grupos sociales muy concretos de la ciudad; en último lugar, aquellos testadores con poca o nula capacidad económica que dejan este particular en manos de sus albaceas. Las misas de fundación son también declaradas de forma mayoritaria por nuestros testantes, aunque su número varía a lo largo de cada período en función de la economía de cada testador. No observamos profundas fluctuaciones en el número de estos sufragios, es más, hay un ascenso en los prime-


ros años del siglo XVIII, característica común con otras ciudades españolas. Este hecho va a ir paralelo en calidad y cantidad de limosnas: La redención de cautivos, las oraciones a los pobres y las limosnas que se entregan, serán más evidentes a comienzos del siglo'XVII1. Las invocaciones serán también declaradas también por todos los otorgantes aunque cabe distinguir entre aquéllas que encabezan la escritura y las que de forma voluntaria declara cada testador. Entre las primeras se encuentran toda una serie de advocaciones que hacen referencia sustancialmente a la figura de Dios, Nuestra Señora o Jesucristo, esta tipología es más rica en los miembros del clero o en los otorganrtes seglares que de una forma u otra están vinculados con la Iglesia. El segundo tipo de invocaciones que va a formar parte de la esfera personal del testador, lo encontramos de manera generalizada en los dos períodos estudiados a igual que la fórmula inicial. En resumen, hemos observado a lo largo del estudio de ambos períodos, que hay pocas fluctuaciones en la actitud religiosa de los testantes, no podemos afirmar la existencia de profundos cambios en ese momento. En cualquier caso, y al igual que se observa en otras provincias españolas o en Francia, esta inflexión se manifestará a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, con del descenso del número de sufragios y la omisión paulatina de la tipología de los funerales. Todavía seguirá vigente en los últimos años del siglo XVII y comienzos del XVIII, el apego a una religiosidad barroca, es más, este particular se va a acentuar de forma clara en los primeros años de esta última centuria.

Manuel Aranda Mendíaz



ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 21 - 53. O CENTRO TEOLOGICO DE CAS PALMAS

LEGISLACI~NEPISCOPAL SOBRE LA FIESTA DEL CORPUS: EL TEATRO

FRANCISCO CABALLERO MUJICA CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

S i e m p r e antecedió a la ley los diferentes fenómenos que la produjeron. Este criterio elemental afectó también a la legislación particular en Canarias sobre la celebración del Corpus Christi en el siglo XVII. Para su mayor comprensión son necesarias las referencias anteriores y medir así el alcance de ciertos mandatos y de constituciones sinodales que la regularon. Como introducción pedagógica, nos ha parecido conveniente insertar algunos párrafos de un autor canario del siglo XVII, el bachiller Juan Mateo de Castro, como justo homenaje en el tercer centenario de su muerte que se cumple precisamente en el presente año de 1993, Dice así el aruquense:

" L a fiesta del Corpus Christi es una de las mayores y m á s solemnes que nuestra Santa Madre Iglesia tiene, porque en ella solemnizamos la memoria de la Pasión del Señor y cómo quiso dársenos en manjar para que fuésemos con tal mantenimiento sustentados espiritualmente. Y aunque es verdad que el Jueves de la Cena se celebra la propia fiesta en memoria de aquel día que comulgó a sus santos


FRANCISCO CABALLERO MÚJICA

Apóstoles, porque entonces la Iglesia está ocupada en otras cosas de la Pasión, n o puede celebrar tan desembarazadamente una cosa tan grande, el Papa Urbano IV, movido de gran devoción, determinó instituir día señalado en el cual toda la Iglesia Católica celebrase solemnemente u n día, con sus octavas, su Santo Cuerpo en pan y su Preciosa Sangre en bebida, y para esto señaló el jueves después de la fiesta de la Santísima Trinidad. Y envió sus breves para toda la Cristiandad para que se hiciese la solemnidad en el día señalado, para lo cual concedió muchas indulgencias y gracias porque así, con aquel interés espiritual, los fieles se moviesen a celebrar con más espíritu fiesta tan llena de misterio. Después, los Papas Nicolas V y Eugenio IV ampliaron las indulgencias de manera que, siempre, se va renovando la devoción" (1).

Y al tratar del origen de las procesiones, después de señalar las del Domingo de Ramos y de la Presentación de Jesús en el templo, añade: " L a tercera es la del Corpus Christi, instituida por el Papa Urbano ZV, la cual se solemniza con mayor aparato que ninguna de las otras y, con razón, porque las demás hácense en memoria de lo pasado, mas aquella tiene la presente a su Señor y vanlo honrando todos los fieles con cuantas maneras de regocijos pueden y saben"(2). En estos textos se encuentran explícita e implícitamente los criterios canónicos, litúrgicos, pastorales y populares de la fiesta del Corpus en el siglo XVII. No obstante, para su mayor comprensión totalizadora, conviene ampliar las ideas expuestas por Juan Mateo de Castro en su obra " D e República Christiana" de la que los hemos tomado.

Orígenes de la Fiesta La solemnidad del Corpus Christi brotó en la vida católica medieval como legítima reacción y normal consecuencia de las controversias eucarísticas habidas en el siglo XI, frente a las ideas de Berengario de Tours y a la influencia de cátaros, albigenses y valdenses que negaban la presencia real de Cristo en las especies sacramentales. El pueblo fiel, que alimentaba su fe en la Eucaristía en su doble dimensión de memorial de la Pasión y presencia real, añadía otra característica: Su contemplación y adoración, "ver" en cier(1) F. CABALLERO MUJICA, El Manuscrito "De República Christiana" del Bachiller Juan Mateo de Castro. Un texto de divulgación canóncia del siglo XVII, Las Palmas de Gran CanariaJ979, págs. 206-207 (2) Ibídem, pág. 244


LEGISLACIÓNEPISCOPAL SOBRE LA FIESTA DEL CORPUS: EL TEATRO

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to modo aquello que se negaba. Los pocos excesos que hubo al respecto, fueron subsanados energicamente por la Iglesia, pues, aquella época no fue muy distinta a otras posteriores por la afición a lo mistérico con los errores que produjeron. De ahí, como consecuencia normal, la prudencia de los pastores en no reconocer fácilmente pretendidos milagros y apariciones eucarísticos (3). Pero sería una de las auténticas apariciones, la recibida por la beata J. de Rétine o de Cornillón, la que inclinó a Roberto obispo de Lieja, a aprobarla, previo riguroso dictamen y veredicto del general de los dominicos, Hugo de San Caro, y de Jacobo Pantaleón, arcediano de su catedral. Dicho prelado, junto a la aceptación del mensaje de Juliana, decreta en 1246 la celebración de la procesión del Corpus Christi, objeto primordial de la aparición (4).Dieciocho años más tarde, el 11 de agosto de 1264, el papa Urbano IV, por su Confirmada por bula "Trensiturus", extendió la fiesta a la iglesia univer~al'~). Clemente V y el concilio de Vienne en 1314 ( 6 ) , produce un extraordinario movimiento de piedad popular en la medida que se extendía por todo el occidente europeo").

Características Esta fiesta eucarística puede parecer como mera repetición de la Cena Pascua1 celebrada el Jueves Santo. Esta solemnidad se orienta al aspecto sacrificial, mientras que el Corpus Christi a la exteriorización de la presencia real. Su ubicación, por designio pontificio, en el tiempo litúrgico de Pentecostés, intensifica la centralidad del gran misterio eucarístico en la vida de la Iglesia. Sacrificio eucarístico y presencia real forman una sola verdad e idéntico misterio. Su celebración en tiempos distintos, nada resta a la realidad de sus específicos contenidos, Sólo cabe una realidad en las celebraciones: Jueves Santo, su institución; Corpus Christi, su exaltación. Así se explica que Urbano IV sitúe el centro de la celebración del Corpus Christi en el culto popular, en que los loores y la alegría del pueblo fueran sus elementos constitutivos, junto al establecimiento del oficio litúrgico: Salmos, antífonas, himnos, responsorios, y leccione~'~).

(3) (4) (5) (6) (7) (8)

Cfr. M. RIGHETTI, Historia de la Litúrgia, Madrid, 1951,t. 1, págs. 869-874 Cfr. J. PASCHER, El Aiio Litúrgico, Madrid, 1965,págs. 290-291 Cfr. L. CHERUBINI, Magnum Bullarium Romanum, Luxemburgo, 1742, t. 1, Pág. 121 Cfr. Clem, 3,16 1. Cfr. J. PASCHER, O.C. págs. 308-309. Cfr. M. RIGHE'ITI, O.C.págs. 869-874


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FRANCISCO CABALLERO MÚJICA

La Procesión

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Urbano IV en su bula "Transiturus", nada dice de la solemne procesión del Corpus Christi, pero la proyección de su fiesta con aquellos matices populares ya indicados, produjo la explosión de fervor y de iniciativas, trasladando a calles y plazas lo que se celebraba en el altar del sacrificio eucarístico. Son los años en que se inicia la procesión en el Santísimo Sacramento en Colonia en 1279, en Cataluña en 1314, en Inglaterra en 1325, en Roma en 1350. Más aún, si a principios se llevaba la Eucaristía cubierta, muy pronto la invectiva popular proyecta la custodia, ostensorio, andas, etc., manifestación del arte más rico y exquisito al servicio de la presencia real de Cristo en el gran misterio eucarísti~o(~). A partir de 1264, es el mismo Urbano IV quien encarga a Santo Tomás de Aquino, la reforma del oficio de la solemnidad, a partir de otro anterior, al que pronto se añadiría el texto de la misa propio, en la que sería consagrada la hostia que en la procesión se expondría a la contemplación y adoración de los fieles('O).Es el sigo de Adoro te devote, O salutaris hostia!. Como no tratamos de un seguimiento exhaustivo de la fiesta del Corpus Christi, acercándonos a la época de nuestro estudio, no podemos prescindir de la aportación del Concilio de Trento al respecto. En su decreto sobre la Eucaristía, correspondiente a la sesión décimo tercera, capítulo quinto, de once de octubre de 1551, dice: "Declara además el Santo Concilio que m u y piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre q u e , todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos" ("1. El Corpus en el ámbito canario Según se incorporaban a Castilla las diferentes islas Canarias, junto a su normalidad gubernativa, judicial o militar, se desarrollaba paralelamente la vida cristiana siguiendo los módulos implantados por los conquistadores, fenómeno realizado con la sencillez del que a cambiar de casa y solar trae consigo no sólo todos los enseres domésticos, sino, además, sus creencias y las manifestaciones de su fe. De ese modo el precepto dominical y las dife( 9) Cfr. Clem, 3,16,1. (10) Cfr. J. PASCHER, o.c.,págs. 290-291 (11) E. DENZINGER El Magisterio de la Iglesia, Barcelona, 1963, canon 6, págs. 247-249,


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rentes festividades del año litúrgico se celebraban con espontaneidad y austeridad propias del nuevo ambiente geográfico recientemente estrenado. El Corpus Christi, evidentemente, ocupó desde el principio el rango que la Iglesia le concedió en siglos anteriores con la belleza y esplendor que se manifestaba singularmente en Sevilla, trasladado a estas islas en fechas muy tempranas. No es extraño, por tanto, que el obispo Don Diego de Muros, a tenor del calendario universal católico, incorpore en el de la diócesis de Canarias, entre otras muchas festividades hispalenses singulares, la solemne festividad del Corpus Christi. Así lo ejecutó en su segundo sínodo diocesano celebrado en 1506(12). La pérdida de casi todos los archivos insulares más importantes, nos ha privado de datos relevantes de muchos acontecimientos pretéritos. También quedaron afectados los parroquiales. No obstante, referencias quedan, muy ricas por cierto, que nos acercan a las noticias más lejanas del Corpus en nuestras islas. Ernpezemos por Lanzarote. En esta isla no fue la lava de sus innumerables volcanes la que arruinara sus viejos archivos. Fueron, sí, los piratas invasores los que castigaron duramente sus pueblos, sus gentes, sus iglesias. Y con ellos sus papeles, sus noticias, su historia. Un sólo detalle ha llegado a nosotros de los elementos, entonces constitutivos del cortejo procesional del Corpus. Se lo debemos al obispo Alonso Ruiz de Virués en su visita pastoral a Teguise, celebrada el veintiocho de mayo de 1544. Dice así la partida correspondiente al inventario parroquial; "Madera: La culebra de la Pascua" (13).Dicho artilugio figuraba una tarasca en forma de serpiente grotesca de boca enorme que solía abrir la procesión del Corpus. Significaba el demonio vencido por la acción de la redención de Cristo. Existen referencias de su existencia en otras parroquias de las islas (14).

.

De Fuerteventura, ya tenemos más noticias documentales, referidas a los años a partir de 1605, debidos al archivo del viejo cabildo secular de la isla. La primera referencia nos indica que el Corpus fue solemnidad jurada por dicho cabildo desde el siglo anterior respecto a los gastos que suponía(15), con el objetivo de abonar los jornales de los que aportaban ramas y palme(12) Cfr. F. CABALLERO MÚJICA, Canarias hacia Castilla. Datos de un proceso histórico, Las Palmas de Gran Canaria, 1992,II, pág. 743. (13) Archivo Acialcázar-Las Palmas de Gran Canaria: Leg, loObispado: Visita del Obispo A. RUZZ DE VZRUÉSa Lanzarote; 28 de mayo de 1544. (14) Cfr. Archivo Parroquia San Juan Bautista de Arucas: Lib. 2" de Fábrica, fol. 48v. (15) Cfr. FONTES RERUM CANARIARUM, Vol. XVII: R. ROLDÁN VERDEJO. C. DELGADO GONZÁLEZ: Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura, 1605-1659,La Laguna de Tenerife, 1970, pág. 59, n. 8.


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ras(16),O barrían las calles del recorrido que, a su vez, debían ser enramadas, a lo que aportaban dos reales los dueños de yeguas y camellos de acarreto(17). Pero lo más sobresaliente consta del acuerdo capitular de catorce de mayo de 1665:

"Acordaron se eche derrama de dos reales a los zapateros, hortelanos, viñateros y camelleros, para pagar la fiesta del Corpus, y que Ignacio de Loyola (sic), provenga a algunos compañeros para hacer una danza ese día. Los dueños de los esclavos los harán venir dos días antes para que barran las calles de la Villa (de Betancuria), pagándoles su jornal. Se nombra comisario de dichafiesta a Sebastián de B e t a n c ~ r " ( ' ~ ) . Otra referencia al siglo XVII fue el acuerdo.

"que para el Corpus se corten tres palmas para el adorno de la iglesia, y se barran las calles"('9). En Tenerife, dada la conservación de su archivo capitular desde su fundación, encontramos documentación importante referida al Corpus Christi. En efecto; en las disputas habidas entre las parroquias de la Concepción y Nuestra Señora de los Remedios en el primer cuarto del siglo XVI, se asegura que se inició el Corpus, en la primera de ellas, en 1497, fecha de la ciudad Como los cabildos canarios de la época, no faltó en Teneride La Laguna(20). fe el texto correspondiente a sus ordenanzas. Dice así una de 23 de abril de 1507:

"Que todos los oficiales de cualesquiera oficiales que sean de toda esta dicha isla, el día del Corpus Christi salgan haciendo procesión en esta villa de San Cristóbal, en la procesión que de la dicha fiesta se hiciere, con sus oficios, según que en Sevilla se acostumbra hacer; y que todos los oficiales contribuyan para la fiesta" ("). Pero el cabildo de Tenerife impulsaba otras muchas actividades en torno al Corpus. Así, el diecinueve de mayo de 1508, acordó dar (16) Ibídem, pa'g. 267, n. 408. (17) Ibídem, pág. 85, n. 66, pág. 151, n. 181. (18) Cfr. FRC, vol. XV: R. ROLDÁN VERDEJO.. . Acuerdos.. ., 1660-1728, La Laguna de Tenerife, 1967, pág. 7 1 n, 70. (19) Ibídem, pág. 71, n. 70. (20) Cfr. FRC, vol. XVI, E. SERRA RAFOLS- L. DE LA ROSA, Acuerdos del Cabildo de Tenerife, 1518-1523, La Laguna de Tenerife, 1970, págs. 88-89, J. R O D R I G U E Z MOURE, Historia de la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción, La Laguna de Tenerife, 1915, pág. 28. (21) Ibídem, vol. IV, 1949,Acuerdos..., 1947-1507, pág. 179.


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"poder a Vergara y Las Hijas para la administración y orden de la fiesta del Cuerpo de Nuestro Señor, ver los juegos y maneras de alegría que aquel día han de sacar los oficiales y otras personas.. . y tomar las cuentas de la manera que cada vecino debe pagar, según la calidad de cada persona"(22). En 1510 señala la costumbre de pregonar la fiesta, al tiempo que aprueba la confección de hachas de cera, paños de flecaduras, madera para las barreras de los toros y la hechura de los asientos correspondiente^(^^). En 1514 ya nombra los diputados "para ensayar y poner las cosas a punto" (24) y en 1523 ya se alude a los "catillos, materiales y pertrechos del año pasado" (25). El archivo del cabildo de Gran Canaria, el más antiguo de Canarias que llegó al siglo pasado, desapareció totalmente en un incendio, según parece, provocado, a mediados de dicha centuria. Entre los documentos que se salvaron, porque no se hallaban en el edificio siniestrado, están el Libro Rojo de Gran Canaria y el manuscrito de las Ordenanzas de Gran Canaria, correspondientes al año de 1531, felizmente editadas por el profesor Francisco Morales Padrón. Dice así la referida al Corpus Christi:

"Otrosz; que todos los maestros de navíos y caravelas y arraeces de barcos y marineros que se hallaren en esta isla y puertos de ella, treinta días antes de la fiesta del Corpus Christi, contribuyan para la fiesta que hacen los hombres de la mar el día del Corpus Christi, y que por el navío y maestro y marineros, una dobla; y si fuere de ahí abajo que pague media dobla según se ha acostumbrad~"(~~).

¿Y en la Catedral de Canarias? La Catedral, cátedra del Obispo, y sede de su cabildo de canónigos, ocupó siempre el lugar más preeminente en la diócesis. Estaba obligada, entre otras funciones, a celebrar con el mayor esplendor los domingos y festividades de tabla, es decir, las señaladas por el calendario universal eclesiástico y el estrictamente diocesano. Aunque que carezcamos de noticias documentales, puede inferirse por coherencia jurídica y litúrgica la celebración habitual del Corpus Christi. Cuando se estabiliza en Gran Canaria, a partir de 1483, el desarrollo de sus actividades capitulares, se inicia su documentación y por lo tanto las fuentes normales para enterarnos de las mismas. (22) (23) (24) (25) (26)

Ibídem, vol. IV, 1949, Acuerdos ..., 1508-1513, pág. 2. Ibídem, vol. XIII, 1965,Acuerdos,...,1514-1518, pág. 2. Ibídem, pag. 5. Ibídem, vol. XVI, pág. 192. F. MORALES PADRÓN, Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria, 1531, Las Palmas, 1974, pág. 121.


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Además de las dependencias jurídicas que unían la diócesis de Canarias a la metropolitana de Sevilla, siempre los usos y costumbres de la catedral hispalense pesaron en los de la de Canarias. Así, pues,

"Se dió orden para encargar a Sevilla una custodia de palo dorado, como la hay en la catedral de aquella ciudad" ("'. Tal orden, referida a las andas del Corpus propiamente dichas, se unió pronto otra iniciativa de importante valor litúrgico:

" E n vista de la devota satisfacción que había mostrado el pueblo en la fiesta de la Asunción con los Maitines cantados, se acordó ejecutar lo mismo en las del Corpus y San Ana, con distribución de cuatro doblas a los asistentes"(28).. Si los anteriores acuerdos se tomaron entre 1520 y 1526, en 1523 se suscribió otro de gran importancia por lo que indica sobre el cansancio que producía las fiestas del Corpus. Dice así:

"Que como en la fiesta del Corpus Christi había mucho trabajo y cansancio, el cual algunos beneficiados n o podían sufrir, para que no dejasen el Sacramento y procesión, el mayordomo de Fábrica tenga cuidado en proveer, acabada la prima, de algún consuelo corporal para esforzar el espíritu y llevar la carga y el estío más ~omodamente"(~'). Es muy posible que el citado mayordomo de fábrica aportara sus buenos oficios y los maravedises correspondientes para atender a los prebendados debilitados por la madrugada, la liturgia parsirnoniosa y la procesión dilatada. Ignoramos cuanto tiempo duró el remedio y el tentempié beneficial. Años más tarde encontramos la explicación a la desazón precedente. El obispo Diego Deza, en el cabildo de veintinueve de mayo de 1559.

"dijo que el jueves próximo pasado, día del Corpus Christi, Su señoría había visto cómo el Santísimo Sacramento, al principio de la procesión, se había puesto en u n tablado aderezado en la plaza de esta ciudad, fuera de la portada de los Caracoles, y allí estuvo por espacio de dos y tres horas hasta que acabaron los fuegos y las fiestas, lo que le pareció m u y indecente y que, de hacerse así, redundaban mucho inconvenientes que S u Señoría platicó de palabra, y le pareció de aquí en adelante n o se haga lo (27) Archivo Catedral de Canarias-Las Palmas de Gran Canaria: Actas: Cabildo: 8-V-1520. (28) Ibídem, Cabildo: 17-VIII-1526. (29) Ibídem, Cabildo: 23-IX-1523.


susodicho y que las fiestas y regocijos se hagan en la iglesia y por las calles, en tal manera que la procesión n o se impida, ni se haga parada fuera de la Iglesia" (30). La necesidad presentada por los beneficiados por la excesiva duración de la parada del Santísimo, a la que correspondía a continuación la procesión prescrita por los cánones, tiene su explicación muy a pesar de los regocijos y fuegos que gozaron. ¿Por qué tanto tiempo parados, dos o tres horas, y qué regocijos tan dilatados ocupaban la atención de los asistentes? Pronto lo sabremos. El dieciocho de abril de 1515, el obispo Fernando Vázquez de Arce abre su segundo sínodo diócesano. En su constitución sinodal n.. vigésimoquinta, regula el teatro religioso en la catedral y en la diócesis de Canarias. Conviene saber su contenido. Dice así:

"Contra representaciones. Somos informados que e n esta nuestra iglesia y diócesis se hacen, algunas veces, representaciones de la Pasión y de otros del Evangelio, de que resulta más reir y bular de los que miran que devoción, por ende, ordenamos y mandamos que ninguna representación se haga en nuestra iglesia y diócesis sin nuestra licencia o de nuestro provisor y, si lo contrario se hiciere, todos los que en tal representación se hallaren que, cada u n o de ellos incurra en pena de tres doblas, la una, para nuestro fiscal q u e lo acusare y, las dos, para nuestra cámara" (31). Junto a la benignidad de las multas a imponer a actores y espectadores, se introduce la exigencia de mejorar los textos de las comedias, que continuarán representándose fuera de las iglesias y no en su interior donde se contemplaba los abusos del mal gusto, etc. Todo, pues, parece indicar que los beneficiados y prebendados, aludidos anteriormente, contemplaron entre el calor de la jornada del Corpus la correspondiente comedia propia de la festividad. No obstante la prohibición sinodal, antes y después del acuerdo de las fatigas y desazones capitulares aludido, fechado el veintinueve de mayo de 1599, hubo en nuestra catedral representaciones internas. En efecto; el día de la Asunción del año precedente, quince de agosto de 1558, se representó bajo sus naves Entremés para una farsa del autor y canónigo canario Bartolomé Cairasco de F i g u e r ~ a ' ~ ~ ) . (30) Ibídem, Cabildo: 29-V-1559. (31) F. CABALLERO MÚJICA, Canarias hacia Castilla..., 11, pág. 933. (32) Cfr. A. MILLARES CARLO, M. HERNÁNDEZ SUÁREZ, Biobliografia de Autores Canarios, Las Palmas de Gran Canaria, 1977, vol. 11, pág. 125.


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También se registran representaciones dentro de la catedral, precisamente el día del Corpus Christi, de las que conocemos algunos de sus autores. Así, pues, sabemos que en cabildo de cinco de junio de 1573, se acuerda:

"Que se den a Juan Tovar ocho doblas por la comedia que hizo y representó en esta Santa Iglesia el día del Corpus Chri~ti"'~"'. Aunque el acuerdo transcrito no parece demostrarse que fuera Juan Tovar el autor de la comedia de turno, sino su montador y preparador, sí nos consta de otros. Así se dice en el cabildo de veinticinco de enero de 1580:

"Por saber que Pedro Medina, cura de esta Iglesia, tenía una comedia m u y buena, se le encargue para la fiesta del Corpus y se le paguen los gastos de ella" (34). Y en el de diecinueve de enero de 1596:

"Que Juan Centellas haga la comedia del Corpus, con parecer del Señor Cairasco" (35). Y en el acuerdo de dieciocho de junio del indicado año de 1596:

"Que la comedia del Corpus se haga dentro de la Iglesia"(36). Junto a estos autores, sobresale la figura señera de Bartolomé Cairasco de Figueroa. Suyas son Comedia del A l m a y Tragedia de Santa Susana, ambas para el día del Corpus, representadas sin duda en la catedral en años imprecisos (37). Con esto se comprueba que la lejana constitución sinodal de Vázquez de Arce había entrado, mucho tiempo hacía, en desuso aunque no faltaron obispos, como Hernando de Rueda 1580-1585, que velase por la ortodoxia de los textos(38). Parece que después de la oportuna iniciativa del obispo Diego Dieza se obtuvo cierto orden en los actos festivos del Corpus. Pero no queda muy claro que las comedias se celebrasen en el interior de la catedral o fuera de ella. Lo que queda demostrado es que la procesión, según el criterio episcopal, no podía interrumpirse. No obstante, al citado acuerdo capitular de dieciocho de mayo de 1596, se añade otro, ratificando el anterior, fechado el veintiséis de junio del mismo año por el que se acuerda celebrar la comedia y (33) (34) (35) (36) (37)

ACC-LPGC, Actas, Cabildo: 5-VI-1573. Ibídem, Cabildo: 25-1-1580, Ibídem, Cabildo: 19-1-1590, Ibídem, Cabildo: 18-VI-1596. Cfr. A. MILLARES CARLO, M. HERNÁNDEZ SUÁREZ, Biobliografia.. ., 11, págs. 129-130. (38) Cfr. S. PADRÓN ACOSTA, El teatro en Canarias: La Fiesta del Corpus, La Laguna de Tenerife, 1954, pág. 26.


fiesta en el interior del templo por los insuperados inconvenientes que se manifestaban en las calles y plazas, muy dados a las ir reverencia^'^^). Pero la Real Audiencia recurrió en contra del acuerdo capitular, pues contravenía las órdenes de Su Majestad el Rey de las Españas, que mandaba que la comedia y fiesta se celebrase en la plaza pública en donde debía elevarse los correspondientes tablados, casi siempre a cargo del cabildo o consejo de la Isla. Aún más; con ese acuerdo se vulneraba la costumbre antigua de celebrar tales festejos y regocijos en la plaza mayor de Santa Ana'"). Ocasión tendemos más adelante de que tal criterio sería asumido por el Obispo Francisco Martínez Ceniceros. No obstante, consta que en otros acontecimientos hubo teatro en el interior catedralicio. Tales fueron las representaciones habida, con textos de Bartolomé Cairasco de Figueroa, en las recepciones de los obispos Cristóbal Vela en 1576, Hernando de Rueda en 1582, Fernando Suárez de Figueroa en 1588 y Francisco Martínez Cenicero en 1597(41). Debemos registrar que ese afán teatral no fue exclusivo de la catedral canaria. Si fue ejemplo por la liturgia, la música y loables costumbres, también fue imitada en el afán expansivo del teatro religioso. Las parroquias de las islas atestiguan abundantemente que no fueron ajenas a esa demostración En La Laguna, en las parroquias de la Concepción de religiosa y cultural(42). Santa Cruz de Tenerife, en Santa Cruz de la Palma, etc., no faltaron tales manifestaciones durante siglos'"). Muy significativo al respecto es, también, el dato de 1582 referido a la parroquia, entonces muy humilde, de San Juan Bautista de Arucas. Es el siguiente: "Que si el pueblo quiere música y comedias el domingo infraoctava del Corpus Christi, el pueblo que las pague y que no tenga que hacer gasto alguno la Cofradía"(44). Entre las primeras referencias de la capilla de música de nuestra catedral, figura un acuerdo de su cabildo fechado en veintiocho de junio de 1518, por el que se encarga al maestro cantor Juan Ruiz, con su salario correspon(39) Cfr. ACC-LPGC, Cabildo: 26-VI-1596. (40) Ibídem, Cabildo: 20-V-1597. (41) Cfr. A. MILLARES CARLO, M. HERNÁNDEZ SUÁREZ, Biobliografía ..., TI, págs. 125-128,129. (42) Cfr. S. PADRÓN ACOSTA, o. c., págs. 32-37. (43) Ibídem, (44) Archivo Parroquia1 San J. BAUTISTA de Arucas-Gran Canaria, lib. lo de Fábrica, fol. 84


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diente, que diese dos lecciones diarias a los niños cantores de música y canto(45). Tres años más tarde, el trece de diciembre de 1521, reciben al nuevo tañedor de los órganos con el salario de seis mil maravedises, en lugar del canónigo Juan de Troya que lo servía"(46.NO son éstas las primeras noticias de la capilla de música, sino datos de su desarrollo que alcanzaría etapas de gloria en años posteriores, que enmarcan otras actividades musicales. Así, por acuerdo de once de enero de 1566, consta que

"también se mandaron dar media docena de doblas, por cuenta de la fábrica, al canónigo Antonio López por el trabajo de hacer todas las canzonetas en esta Pascua de Navidad, y las de todo el año"(47). en la que estaba incluído, naturalmente, el Corpus. Tal género antiguo de composiciones poéticas de distintos géneros, tonos y formas, muchas veces con todos los caracteres de la oda, alabanza previa al drama o comedia, donde cabía tanto el diálogo hablado o musical. Más adelante volveremos a este importante tema. Limpieza de calles, adornos florales, tapicería y colgaduras en las casas del recorrido procesional, portadores de bandejas de pétalos, etc., fueron actividades obligadas en la festividad del Corpus Christi, habituales en la catedral y en las parroquias de la diócesis de Canarias. Cerramos el primer ciclo de nuestro tema en el año de 1600. Pero pocos años antes debemos asistir a un acontecimiento que necesitó solución eficaz de la Sagrada Congregación de Ritos, por acontecimientos ocurridos antes de 1594, referidos a la procesión del Corpus en la capital diocesana, Las Palmas de Gran Canaria. Por lo que se deduce de las consultas elevadas a la Santa Sede por el obispo Fernando Suárez de Figueroa y su cabildo catedral, los padres franciscanos del Convento de Las Palmas no asistían o no querían asistir a la solemne procesión del Corpus y cuando lo hacía pretendían preceder al cabildo catedral o mezclarse entre los canónigos. Antes tales dubia, la Sagrada Congregación de Ritos respondió, el diez de mayo de 1594, en los siguientes términos: En efecto, el obispo podía obligar a los religiosos mendicantes, franciscanos y dominicos, a asistir corporativamente a la solemne procesión del Corpus a tenor de la disposición tridentina, capítulo trece de la sesión vigési(45) Cfr. ACC-LPGC, Cabildo, 28-V-1518. (46) Ibídem, Cabildo, 13-XII-1521. (47) Ibídem, Cabildo, 11-1-1556,


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moquinta que así lo ordenaba, y a no mezclarse ni preceder al cabildo catedral, a pesar de lo que pudieran alegar(48). Cerramos esta primera parte del presente trabajo con la iniciativa del consejo o cabildo de Gran Canaria, llevaba a sesión capitular por el obispo Fernando Suárez de Figueroa, de alternar las celebraciones externas del Corpus entre ambos cabildos. Así se acordó por el catedralicio en 15 de junio de 1591("9'.

Nueva legislación episcopal El catorce de abril de 1597 fue promovido a la diócesis de Canarias Don Francisco Martínez de Ceniceros (50). Al tomar posesión de la diócesis por poder en la persona del canónigo Juan Francisco Ludina el día veintiséis de septiembre del mismo año, acordó el cabildo que el canónigo B. Cairasco de Figueroa compusiese el correspondiente coloquio para las fiestas de recibimiento del nuevo prelado (51), En efecto; el coloquio se representó en la catedral según costumbre (52). Trasladado a Cartagena, partió de las islas el nueve de noviembre de 1608(53). Martínez Ceniceros tomó buena nota del solemne recibimiento de que fue objeto y de la comedia representado en su honor en la catedral. Pruebas existen de su inconformidad. La ocasión se le presentó cuando el cabildo catedral le solicita permiso para hacer en el interior de la catedral la correspondiente representación teatral, después de haber encargado al canónigo Talavera que buscase, la comedia adecuada a las del doctor Pedro Ortiz, de Diego Vázquez o de Pedro Zambrano. Así se acordó el siete de febrero de 1600(54). Por lo que veremos seguidamente, la respuesta del Obispo tuvo que ser negativa. En efecto; el veinte y nueve de marzo de 1604, vuelve el cabildo catedral con su reiterada pretensión. Veamos que preparaban los canónigos para el Corpus de aquel año:

"También nos ha parecido ser justo solemnizar la fiesta santísima del Corpus Christi como en todo el mundo se hace, hacien(48) Cfr. SEREDI, JUSTINIANUS, CARDINALIS, Codicis Zuris Canonici Fontes, Ciudad del Vaticano, 1935, vol. VIII, pág. 745. (49) Cfr. ACC-LPGC, Cabildo, 15-VI-1591. (50) Cfr. EUBEL OFMCAP,FRAY CONRAD VON, Hierarchia Catholica Medii Aevi, vol. IV, pág. 132. (51) Cfr. ACC-LPGC, Cabildo, 26-IX-1597. (52) Cfr. A. MILLARES CARLO, M. HERNÁNDEZ SUÁREZ, Biobliografia. .., 11, pág. 131. (53) Cfr.P. DÍAZ CASSAU, Serie de los Obispos de Cartagena, Madrid, 1895, pág. 108-113. (54) Cfr. ACC-LPGC, Cabildo, 7-11-1600, L. D E LA TORRE, La música en la Catedral de Las Palmas, Madrid, 1983, págs. 64,65,69,70.


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d o acá lo que nuestras fuerzas alcanzaren, y una comedia y danza, dando Vuestra Señoría licencia para ello, y pareciéndole que se hiciese en la iglesia sería bien por evitar grandes gastos y otros inconvenientes que se seguirán haciéndose en la plaza que los que se han seguido de pesadumbres por los tablados, en la iglesia se atajarán porque n o se consentirá hacer ninguno y, el de la comedia, será en la capilla mayor, bajo de madera que de sus asientos todos, sin mudarlos ni alterarlos puedan gozar de ella. Vuestra Señoría se sirva de enviarnos en todo su parecer y su venia, que no se saldrá ninguno de él, y mandarnos en que le sirvamos, a quien guarde Nuestro Señor y traiga presto a esta su iglesia" (55). Por dichas fechas se encontraba el obispo en su visita pastoral a La Palma. El capellán del obispo, Juan Núñez, entrega una carta del prelado a su cabildo, pero no es respuesta a la del siete de febrero. A su visita, insiste el cabildo en su empeño, con más abundancia de datos, reveladores de circunstancias de gran interés. Dice así:

"Con Juan Núñez, capellán, recibimosla de Vuestra Señoría y, con ella, muchísima merced, que n o es cosa nueva hacérnosla Vuestra Señoría, y por lo que al dicho Juan Núñez se h i z o a nuestra intercesión, besamos a Vuestra Señoría la m a n o mil veces, y como hijos y acostumbrados a recibirla de ordinario de Vuestra Señoría, como de nuestro Padre y Señor, n o dá ánimo a pedir otras. Y a Vuestra Señoría bien sabe con cuanto cuidado y en nuestra España e Italia se celebra la fiesta del Corpus Christi, y esto cada día más se aumenta, como es razón, y, aunque por nuestros pecados esta Santa Festividad ha venido a menos en esta ciudad estos años atrás, ha sido por la peste que en ella ha habido fJ6), y pues Dios nos ha hecho tanta merced en librarnos de ella y de q u e haya cesado, queríamos celebrarla con el ornamento y solemnidad a que nuestras flacas fuerzas alcanzasen. Tenemos una m u y buena comedia que, aunque n o la ha hecho el canónigo Cairasco, a la vista n o sólo la aprueba, pues también la ha albado mucho, del autor que es .Lope de Vega, se puede crear que será tal, pues, en toda España, en nuestros tiempos, n o ha habido cómico sin igual. Es m u y devota y grave. Sólo (55) ACC-LPGC, Lib. 1" de Cartas, fol. 7. (56) N.B. Hubo un ramo de pestilencia en 1600 y 1601 y siguió en 1602. ACC-LPGC, Cabildo, 2-111-1602.


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hemos reparado en que por muchos inconvenientes y grandes gastos, n o se podrá recitar en la plaza y, con mucho menos, se podrá hacer en la iglesia, en la capilla mayor, en u n tablado bajo que n o suba más de u n palmo o dos, para que en la iglesia n o ya tabladillos, c o m o n o los habrá, sino que cada uno, desde su asiento, goce de ella sin haber mucha mudanza alguna para asientos. El Provisor nos ha dificultado y dijo que sin licencia de Vuestra Señoría, n o lo ha de consentir. a Vuestra Señoría suplicamos con todo encarecimiento lo haya por bien su licencia y beneplácito, porque en la plaza n o será posible hacerse, además de los inconvenientes que, Vuestra Señoría bien entiende, tendrá y, en la iglesia n o los habrá, y si ésta se nos niega, quedaremos con el gasto hecho y sin fiesta alguna que será de mucho desconsuelo. 30 de abril de 1604(57). Los señores del cabildo catedral nos dejan ayunos sobre qué obra en concreto de Lope de Vega querían representar. Sólo sabemos que era m u y devota y grave. Con tal definición, dada la numerosísima producción del Feníx de los ingenios, es muy difícil de adivinar. En cuanto a la solicitud capitular, nos inclinamos a creer que el obispo Martínez Ceniceros, no cedió, dominando mucho desconsuelo entre los canónigos. Dos elementos contribuían a ello. La prohibición regia al respecto y la propia orientación pastoral del prelado. No podía, por otra el obispo cohonestar el permiso con sus criterios en las visitas pastorales. En efecto; 1603, un año de la petición capitular aludida, visita la parroquia del Salvador de Santa Cruz de La Palma. Sobre el tema que nos ocupa, Martínez Ceniceros ordena lo siguiente:

''Otrosí, porque algunas veces se suelen representar comedias en la plaza de la misma iglesia antes de andar la procesión, de lo que sigue que la procesión se hace tarde y con mucho calor y vejación de los que van en ella, por cuya causa se lleva mayor indevoción, mandamos que, acabada la misa conventual con la mayor solemnidad que a tal fiesta se debe, se ponga el Santísimo Sacramento en la custodia y andas que, para ello, estarán aparejadas en la manera dicha y andará las calles acostumbradas y, a la vuelta, se podrá hacer la representación que hubiere prevenida (57)

ACC-LPGC,

Lib. lo de C a r t a s , fol. 8.


en la plaza de la dicha iglesia, para lo cual habrá u n tablado en que se haga la dicha representación y, en medio, a u n lado de él, un altar m u y bien adornado donde se ponga el Santísimo Sacramento con sus velas y candeleros de plata, de manera que esté muy decentemente y, a los dos lados del dicho tablado se harán dos diferencias de asientos: El uno, para los clérigos y religiosos, el cual será a la parte donde estuviere el Santísimo Sacramento para que estén en su compañía como ministros suyos y, el otro, se hará al otro lado donde se sentará el cabildo de la ciudad y dos de más que él ordenare, pero adviértase que los dichos dos asientos sean iguales en la altura y en el ornato, de manera que estén igualmente altos, igualmente adornados, porque así conviene a la reverencia del Santísimo Sacramento y, n o es razón, que delante de El, ni aún en otra parte, los seglares tengan más preeminente lugar y asiento que los ministros de Dios, lo cual mandamos que así se haga y el vicario n o consienta lo contrario, mandando, si fuere necesario, pasar la procesión adelante sin aguardar la dicha representación y lo demás que viere que conviene para el dicho efecto, poniendo para todo ello las censuras y penas pecuniarias que viere que conviene, so pena de diez ducados, aplicados por tercias partes al juez, denunciador y pobres v e r g o n z a n t e ~ " ( ~ ~ ) . No paró ahí la exigencia de Martínez Ceniceros. Al concretar el modo de ejecutar las representaciones y comedias, no quedaron éstas si su oportuna normativa, precisada en los siguientes términos:

"Otrosi, mandamos que ni aquel día, ni en ningún tiempo del año, se hagan comedias ni representaciones dentro de la iglesia, ni el vicario lo permita, so pena de diez ducados, aplicados por tercias partes al juez, denunciante y pobres vergonzantes, para lo cual podrá poner censuras y las demás penas que le pareciere, y proceder con todo rigor de derecho, y lo mismo se entienda en todas las ermitas en esta ciudad y su distrito" ("). Junto a tal prohibición, exige la selección de las comedias y de los temas y contenidos de su argumento. La exigencia episcopal refleja el clima de la época. Dice así: (58) Archivo Diócesano de Canarias, Las Palmas de Gran Canaria, Leg. Visita del Obispo Don F. MARTINEZ D E CENICEROS a la parroquia del Salvador de Santa Cruz de La Palma, 1603, fol. 20 v-21. (59) Ibídem, fol. 23


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"Otrosz; porque suelen hacer algunos años algunas comedias indignas de representarse delante del Santísimo Sacramerzto, mandamos que no se haga comedia, ni en la dicha fiesta, ni en otra alguna, sin que el vicario la vea o la haga ver a personas doctas y de buen parecer, las cuales firmen n o solamente que n o tienen error, ni cosa alguna contra la fe católica, sino que es conveniente y digna q u e se represente para el b u e n e j e m p l o y costumbres de los fieles y, siendo tal, se podrá representar, y lo mismo mandamos que se haga de los entremeses que se hubieren de hacer en la dicha comedia, en los cuales se advierta que aunque, aunque sean regocijados que n o sean indecentes, ni deshonestos, ni provoquen a vicios, ni mine las costumbres, lo cual se cumpla y haga el vicario, so pena de veinte ducados por tercias partes al juez y denunciador y casamiento de doncellas huérfanas, y si la dicha comedia y entremeses n o fueran tales, no permita el vicario que se representen en las iglesias, so la dicha pena"(60). Las restantes normas prácticas estaban orientadas a la mayor dignidad de todas las ceremonias de la fiesta: Adorno del interior del templo con rama y tapicería, así como las calles del recorrido procesional; andas y palio para el Santísimo, cirios, imágenes con sus pendones, según su antigüedad; colocación ordenada de los clérigos y autoridades, etc. Antes y después de los mandatos arriba citados que fueron también ordenados para todas las parroquias de La Palma y, sin duda, para toda la diócesis, y antes del sínodo diócesano de Don Cristóbal de la Cámara y Murga que legisló sobre el Corpus siguiendo al pie de la letra a su antecesor Don Francisco Martínez Ceniceros, encontramos sustanciosas noticias del tema que nos ocupa. Así nos sorprende que el cabildo catedral acuerde en 1601:

" Q u e n o haya comedias en la fiesta del Corpus sino, en su lugar, danzas" (61). Tal danza era ejecutada por los mozos de coro, grupo de chicos asistente al coro catedralicio con su participación en el canto litúrgico, siguiendo sin duda la costumbre hispalense de sus seises. Duró según parece, muchos años dichas danzas. En fecha tan distante de la que registramos, el veintiocho de junio de 1675, los mismos mozos de coro solicitan al cabildo los vaqueros y medias para la danza porque los anteriores estaban muy viejos. Al propio (60) Ibídem, (61) ACC-LPGC, Cabildo, 6-VI-1601.


tiempo, Luis Rodríguez Hidalgo, cantor de la catedral, reclama al cabildo los Igualcien reales de su trabajo por enseñarles la danza y la loa del Corpus(62). mente ocurre, como continuación de las costumbres en los años 1685, con dos loas y danza, y en 1688, es el capellán real, Matías Lorenzo, quien recibe Y añalos cien reales de su trabajo en la preparación del mismo menester(63). den los acuerdos que se abonaron otros cien reales al muchacho que representó las loas del Corpus(64). Pero en el año de 1620, parece completarse el programa festivo del Corpus. Veamos:

"Que el día del Corpus se represente una comedia famosa en la plaza, a la vuelta de la procesión, antes de mediodía, y se hagan tablados para el cabildo. También se hará coloquio el día octavo, dentro de la iglesia, y las danzas que p~recieren"'~~). Tres acontecimientos importantes se suceden en breves años. En 1621 el cabildo catedral recurre a la Real Cámara por los estorbos con que la Real Audiencia pretende impedir las fiestas y comedias del Corpus organizadas por los canónigos(66). Resuelto el caso, de nuevo, en clara oposición al conocido criterio de la Real Audiencia, acuerda el cabildo en 1626 que para el Corpus se celebren dentro de la iglesia comedia y coloquio(67).Al año siguiente, es el cabildo o consejo de la Isla quien monta la comedia, pues así lo había De esta etapa, posterior pedido, alabando los canónigos el celo municipal(68). al obispo Martínez Ceniceros, consta que hubo ocasiones que se contrataron actores de Tenerife para las comedias ~atedralicias'~~).

El Corpus en las Sinodales del Obispo Cámara y Murga: 1629 Este ilustre prelado fue acreedor al obispo Martínez Ceniceros por propia confesión suya. Lo declara con humildad en los siguientes términos:

"Acabado ésto (las consecuencias de la invasión holandesa de 1599), y compuesto el obispo en la ciudad lo que pudo, se fue a la visita, que la hizo maravillosamente, dejando muy buena leyes y (62) (63) (64) (65) (66) (67) (68) (69)

Ibídem, Cabildo, 28-VI-1601. Ibídem, Cabildo, 21-V-1685. Ibídem, Cabildo, 4-VII-1685,28-VIII-1673. Ibídem, Cabildo, 26-111-1620. Ibídem, Cabildo, 7-VI-1621. Ibídem, Cabildo, 10-111-1626. Ibídem, Cabildo, 12-11-1627. Cfr. S. CAZORLA LEON, Historia de la Catedral de Canarias, Las Palmas de Gran Canaria, 1992, pág. 429-430.


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laudables mandatos de que, en lo general, para todo el Obispado nos hemos valido para ordenar las Constituciones Sinodales" Respecto al texto sinodal de la Cámara, conocido el mandato de Martínez Ceniceros, se observa que casi le sigue literalmente. Baste registrar el dato, pues no se trata de establecer aquí su paralelismo textual. Dice así el texto sinodal aludido: " D e la Festividad del Santísimo Cuerpo de Cristo. Esta fiesta es la más regocijada y con mayor solemnidad recibida entre las fiestas del año, por su grandeza, culto y veneración que se debe al Santísimo Sacramento del Altar y, así, es justo se acuda con gran demostración y n o se repare en el gasto que cada iglesia pudiere hacer semejante día. Estén las iglesias y parroquias aderezadas lo mejor que pudieren, y las calles con doseles, tafetanes, y sembradas con variedad de ramos, rosas y flores, por cuenta de las fábricas, si las ciudades y lugares n o acudieren, por tener alguna costumbre y obligación. Haya en la procesión mucha cera, muchas hachas y cirios, animándose los mayordomos de las Cofradías a servir a tan gran Señor y ganarle en aquel día y su octava tantas indulgencias. Vayan los pendones de todas las cofradías y, tras ellos, los Santos de la advocación y título de las dichas cofradías, conform e a la costumbre y antigüedad que tuvieren. Sólo el pendón del Santísimo Sacramento irá aquel día más inmediato a la custodia, de manera que dé lugar a los incensarios. Después de las imágenes las cruces de la parroquia o parroquias, según su costumbre, siendo la postrera y el mejor lugar la catedral, si la Fiesta y procesión fuere en la ciudad de Canaria. Después de las cruces entrarán las Religiónes, según su antigüedad, y en postrero y más preeminente lugar la Clerecía, todos los clérigos por su antigüedad, precediendo y en mejor lugar los Beneficiados enteros y medios precedan a los demás. Y el diácon o y subdiácono en los lugares que tienen de costumbre. Y en ir con capa a la procesión, se guardará lo que fuere más grave y más solemne y siempre se hubiere hecho. Y porque habrá algunos altares, donde se haya de dezir una oración al Santísimo Sacramento, irá u n m o z o de coro vestido que lleve el Misal, y so pena de dos ducados, n o pierdan los cléri(70) C. DE LA CÁMARA Y MURGA, Obispo de Canarias, Constituciones Sinodales..., Las Palmas de Gran Canaria, 1629, Madrid, 1634, fol. 327.


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gos su antigüedad, procediendo en dos hileras y manos hasta el último m o z o de coro, y de allí en adelante comenzarán las Religiónes (71). Sustanciosos apartados ofrecen criterios claros sobre la obligación canónica de clérigos y religiosos de asistir a la solemne procesión del Corpus; sobre las andas portadores del Santísimo Sacramento cómo debían ser cargadas por clérigos sacerdotes revestidos de misa; y quiénes al palio que, por costumbre inmemorial recibida sin objeción alguna, debía ser llevado por las justicias y regidores de cada lugar donde los hubiere, "y lo mismo en los domingos terceros de cada mes, de que hay costumbre tan santa y loable en iiuestra catedral y, a su imitación, en todas las iglesias de este Obispado, con gran devoción de eclesiásticos y seglares" (72). Omitió el prelado que tal devoción popular fue debida a las cofradías del Santísimo Sacramento establecidas en la catedral y en las parroquias. De la Cámara y Murga legisló también sobre las comedias, teniendo a la vista tanto los mandatos de Martínez Ceniceros, como la tradición recibida ~espectoa diversas festividades. Sobre las del Corpus, dispuso lo siguiente:

" D e las Comedias y Representaciones de las Fiestas del Corpus. Habiendo de haber comedias en la Fiesta del Corpus, mandamos, so pena de excomunión mayor y diez ducados, n o se representen sin que sean vistas y examinadas por nos o nuestros provisor y vicarios, cometiendo su examen a personas doctas y de buen parecer, las cuales firmen n o solamente que n o tienen error, ni cosa contra la fe, pero que son de buen ejemplo para las costumbres de los fieles y n o tengan deshonestidad o sean ocasión de algún pecado. Y después de examinadas y aprobadas las dichas comedias, por ningún caso queremos se representen en las iglesias, ni por la mañana, ni por la tarde, porque, aunque sean buenas, suelen traer muchos inconvenientes representadas en las iglesias y causan mucha irreverencia, con ruidos, bebidas, posturas de cuerpos, pláticas y palabras deshonestas de mucha gente moza. Todo lo cual se cumpla en todo nuestro Obispado, así en la catedral, como en todas las parroquias, s o pena de excomunión mayor latae sententiae, y de veinte ducados para la fábrica de las iglesias. Y damos comisión a los Beneficiados y Curas para que lo estorben. (71) Ibídem, fols. 108-109. (72) Ibídem, fols. 109-110


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Sin embargo de lo cual, siendo las comedias tales y con las licencias sobredichas, se podrán representar fuera de las iglesias, pero n o por la mañana, porque aquella es justo se ocupe toda, y todos, en sola la asistencia de la procesión, la cual faltaría mucho y se disminuiría por quedar cansados de la comedia. L o otro, porque las tierras de este Obispado son calurosas y es justo se acabe la procesión a buen tiempo. Pero bien permitimos que los dichos autos y comedias, se puedan hacer por la tarde, alrededor de las iglesias, de manera que guardando la decencia de tan gran Fiesta puedan, sin ofensa, regocijarla" (73). Al siguiente año ya encontramos noticias del cumplimiento de las sinodales al respecto. Será el cabildo catedral quien, como es usual, nos ofrezca la referencia:

" Q u e al tiempo de la representación de la comedia, por la tarde, en la plaza, después de Completas, se saque la Custodia y ponga con decencia y religión entre los dos tablados en u n lugar bien aderezado, y se siente el Cabildo en dos coros"(74). Otra nueva iniciativa embarga a los canónigos de entonces, interesados en celebrar con el mayor esplendor posible el Corpus. Ignorando si novedosa o restaurada, aparecen los gigantes, pues se comisiona al mayordomo de fábrica para que los mande confeccionar para "hacer una danza de gigantes para el Corpus" (75). Durante largos años permaneció esa danza, pues muchas fechas después de este acuerdo de 1634, se encargan dos pequeños y cuatro grandes en 1685 al escultor Lorenzo de Campos para pasearlos la víspera, día e infraoctava del Corpus, con severa prohibición de prestarlos. El cabildo catedralicio tuvo, no obstante la graciosa merced de llevárselos a las monjas de clausura en la tarde del día de Corpus (76). Fueron prohibidos por real cédula en 1781(77). ,jOlvidos

voluntarios?

En 1639, sin duda, vivían los canónigos que participaron en la celebración del sínodo de Don Cristóbal de la Cámara y Murga de 1629. Es harto posible que ya tuviesen en su poder la edición del mismo impresa en 1634, (73) (74) (75) (76) (77)

Ibídem, fols. 110-111. ACC-LPGC, Cabildo, 28-V-1630. Ibídem, Cabildo, 2-V-1634. Ibídem, Cabildo, 21-V-1785,13-VI-1685,20-VI-1685. Ibídem, Cabildo, 28-VII-1781.


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donde se daban normas precisas respecto a las comedias del Corpus que debían representarse fuera de las iglesias. Pues, bien; el cabildo catedral en veintiocho de mayo de 1639, toma el desconcertante acuerdo siguiente:

"Acordase que el Cabildo n o juzga haya inconveniente en que salgan sacerdotes a hacer papel en la comedia intitulada "La Carbonera': dispuesta para la fiesta del Corpus, como ni tampoco en que se represente en la iglesia, porque si hay alguna prohibición, el Señor Provisor la dispensaba. El Señor Maestrescuela (Don Diego Suárez Ponce), fue del parecer que n o representasen sacerdotes, y que lo que se hiciere en esta fiesta n o fuese comedia, sino auto sacramental como en E ~ p a ñ a " " ~ ) . Cuatro cuestiones de sumo interés plantea este acuerdo capitular. En primer lugar el olvido radical de lo ordenado por el sínodo respecto al lugar de las comedias de turno, con su previa censura y aprobación. La posible sustitución de la comedia por un auto sacramental que ya se representaron en la catedral antes de la fecha. Restan dos temas: Que la representación fuera interpretada por sacerdotes y que la comedia a escenificar fuera precisamente " L a Carbonera".

-

El maestrescuela, Don Diego Suárez Ponce, al opinar y brindar a sus compañeros capitulares de que no fueran sacerdotes los actores de la indicada comedia, les recordaba o refrescaba la memoria a aquellos singulares canónigos. En efecto; ya en el lejano siglo VII, San Isidoro de Sevilla recomienda a los clérigos que se alejasen de los espectáculos y pompas en general (79), que recoge Graciano en su Decreto bajo la rúbrica "Qualis esse debeat clericorum c o n v e r ~ a t i o " ( ~Graciano ~). culmina su Decreto en 1140 y a la indicada rúbrica añade dos referencias importantes sobre el tema: el canon 10" del concilio de Maguncia del año 813, inspirado en 407 del primer concilio Germánico celebrado en 743 @').Otra norma de regulación del teatro y de la interpretación de los clérigos aparece, también, en las Decretales de Gregorio IX, bajo la siguiente rúbrica: "Ludi theatrales prsetextu consuetudinis in ecclesiis ve1 per Esta Decretal, como otras muchas, fueron recibiclérigos fieri non debent" das por las Partidas de Alfonso X el Sabio, haciéndoles leyes del reino casteQueda claro que tales prohibiciones afectaban al clero por vía doble: canónica y regia. De ahí la extrañeza de tal acuerdo. (78) Ibídem. Cabildo. 28-V-1639. (79j Cfr. SÁN ISIDÓRO DE SEVILLA, De eclesiásticis oficiis, lib. 2", cap. 2. (Migne, Pl. 83, 1243-1252). (80) Cfr. ~ r i m Pars. á D. 23, c. 3. (81) Cfr. J. MANSI, Sacrorum Conciliorum Nova et Amplissima Collectio, X I V , 63 SS. (82) X, 1,12. (83) Cfr. Partidas 1,6,34.


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Pero sí tenemos en cuenta otros datos y referencias desaparecen las dudas y reservas al respecto. La legislación canónica y civil condenaban, claro está, los abusos y corruptelas, que a veces, importaba el teatro religioso. La gesticulación grosera y no pocos textos deshonestos perfilaron la norma prohibitiva de tales modos de actuar y de recitar, al mismo tiempo que se velaba por la limpieza del texto, letras y conceptos, se permitía y estimulaba el teatro bien hecho y bien dicho. La prohibición del obispo Fernando Vázquez de Arce va en esa línea(84). En cuanto a que fuera ese teatro representado por clérigos, tiene su explicación lógica y coherente con su función en el templo, con mayor énfasis en España donde se recoge su tradición clásica, remozada por la generosa efusión de la fe cristiana, partiendo de la vida litúrgica medieval, donde la expresión externa de la oración comunitaria, manifestación social del culto, se transforma en representación que nace en el mismo recinto de las iglesias. Este es el origen del teatro religioso medieval. Sería en la misma España donde los Autos Sacramentales tomen calles y plazas, en explosión incontenida que figuraba esencialmente la Eucaristía, con el desarrollo simbólico de la doctrina, de la fe y de la devoción. Pronto se les unirían las canciones, la música y la danza. En esas representaciones, combinación admirable de arte y de doctrina, el pueblo sentía como suyos los goces, las inquietudes y el dinamismo del autor. Es, quizá, en el teatro religioso donde menos se aprecian los límites entre ese dinamismo y la pasividad del pueblo habituado conocedor del mensaje cristiano. Aquí está una de las razones que tuvo Urbano IV al popularizar el Corpus Christi.. . En ese ambiente originario y en su desarrollo inmediatamente posterior, el clérigo es figura fundamental como celebrante de la liturgia y orientador de la oración comunitaria. Fue, pues, normal, el tránsito del clérigo, actuando desde el altar, a la escenificacíón de los misterios que el altar encerraba. Su "papel" se tomó con normalidad como actor, también como autor y realizador de los "misterios", apoyándose en otros ministros inferiores y gentes del pueblo para su correspondiente representación escénica. En ese ámbito tuvo especial relevancia desde el principio las Capillas de Música, que al tiempo que preparaban cantores, impulsaban a sus componentes como actores de las comedias, villancicos, etc. En el siglo XVII ya se confunden capilla de música y escuela de arte dramático, como expresión genuina de lo que fueron la liturgia, la música y el teatro desde el siglo XIV. Que llegaran los abusos a esas manifestaciones de arte, de doctrina, de catequesis y liturgia, fue obviamente fenómeno normal. Son los abusos los (84) Cfr. Vid. cita 31.


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que se destierran y se castigan. No, en cambio, esos elementos esenciales de teatro religioso, todo ello, muy a pesar de las normas canónicas y civiles que trataban de desterrar de los templos, y fuera de él, las comedias y autos, loas y coloquios, entremeses y danzas. Serían los glosadores los que lograrán mitigar la dureza de la ley eclesiástica, provocando el impulso y proyección del teatro religioso hasta el siglo XVIII. Suave pugna y mejora de la disciplina al respecto se percibe en las noticias que ofrecen nuestros archivos eclesiales al respecto. Las presencias de clérigos en las representaciones del Corpus fue habitual desde la puesta en marcha de la organización eclesiástica en Canarias apenas incorporadas a Castilla. En efecto; el veintiséis de mayo de 1582 el cabildo catedral de Santa Ana ordena a los instrumentistas de la Capilla de Música Juan de Centellas, Juan de Villarubia y Francisco de Pineda, para que

"acudan a la comedia el día del Santísimo Sacramento, con los demás que entran del Coro, y n o lo haciendo los han por despedidos" ("). Ante la negativa de los convocados para la comedia correspondiente, dos días más tarde, el veintiocho de mayo, dicen las actas capitulares:

"Mandaron poner de pena a Centellas y a Villarubia y a Pineda, el contrabajo, cuarenta doblas repartidas por tercios, en cada uno el suyo, en razón de que siendo costumbre en esta Santa Iglesia, que el día del Corpus, los capellanes y cantores, salgan a representar, aunque se les ha advertido de parte del Cabildo, n o lo han querido hacer"(86). Si el teatro religioso representado en Canarias es de plena importación peninsular, llegado a sus costas de manos de los conquistadores, y en él fue habitual la presencia de clérigos en escena, el término costumbre empleado por el secretario capitular en el acta que reseñamos, es, sin duda alguna, referencia exacta de su vigencia en nuestras islas. Aquel teatro aquí implantado perduró durante siglos. Así se explica que los mozos, posiblemente de coro, que se negasen a representar las comedias del Corpus fueran despedidos por el deán@'),así como e1 acuerdo capitular más arriba señalado sobre la conveniencia de que fuera los clérigos y cantores los que interviniesen en la representación de " L a Carbonera", obra de Lope de Vega, aunque algún prebendado no le gustara la iniciativa. Todo ello es claro testimonio d e la (85) ACC-LPGC, Cabildo, 26-V-1582. (86) Ibídem, Cabildo, 28-V-1582. (87) Cfr. ACC-LPGC, Cabildo, 17-IV-1600.


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persistente costumbre de aparecer los clérigos como intérpretes teatrales, como más arriba hemos registrado(R8). Para que todo fuera práctico y hacedero, poseía la catedral su corres-. pondiente guardarropía, tablados y otros enseres propios par las representaciones escénicas, con especificación expresa de que los vestidos fueran para ese menester. Todo ello nos están indicando de que se trataba de teatro en regla ya fuera representado dentro o fuera de las iglesias(R9). Otro tema es la interpretación femenina en el teatro religioso de aquella época. Hemos encontrado dato que nos lo aclare. Sí, en cambio, la diversidad de voces existentes en la Capilla de Música catedralicia, tiples, contraltos, etc., adultos, podrían ser una pista para su comprensión(90). Doña Leonor de Guzmán, Laura, personajes centrales de " L a Carbonera", fueron sin duda interpretados por actrices locales. Con tales ingredientes deja de ser sorpresa que el cabildo pretenda que sean sacerdotes los que representasen, nada más y nada menos que " L a Carbonera" de Lope de Vega, publicada como obra póstuma del Fénix de los Ingenios por su yerno, Luis de Usátegui, en 1634. Una breve referencia de la misma nos hará medir el alcance del acuerdo capitular aludido. Veamos:

"Esta comedia, agradable y bien escrita como todas las de la vejez de Lope., n o tienen ningún fundamento histórico que sepamos. Sírvenla de argumento ciertos fabulosos amores del rey Don Pedro con una hermana bastarda suya (hija de Doña Leonor de Guzmán), la cual, huyendo de la proscripción de su familia, se había refugiado en la choza de u n carbonero, tomando su humilde oficio y haciéndola pasar como sobrina suya. E n tal situación la encuentra el rey y se enamora de ella, sin sospechar n i remotamente el parentesco que los ligaba. Complicase la acción con los celos de u n Don Juan de Velasco, galán favorecido de la dama; y se ameniza el conjunto con m u y apacibles escenas rústicas del mismo género que las de El Vaquero de Moraña y tantas otras piezas de Lope Termina el drama con la obligada anagnárisis y son el perdón que a todos otorga Don Pedro cuyo carácter está presentado con visible tendencia apologética: Eso tiene el vulgo loco; Que en siendo u n rey justiciero, Luego dicen que es cruel" (9'). (88) Vid. cita 78. (89) Cfr. ACC-LPGC, Cabildo, 23-V-1597; 23-IV-1599. (90) N.B. A este respecto el cabildo catedral solicita al arzobispo de Burgos, Don C. VELA, que le busque y remita un tiple capón. Cfr. Cabildo, 16-VI-1589. (91) REAL ACADEMIA ESPANOLA, Obras de L. DE VEGA, Madrid, 1899, vol. IX, pag.165.


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El contenido del drama y la pretensión capitular no casan, rechazan toda índole exegética. Cabe, finalmente, una pregunta, obsequiosamente dirigida a nuestros colegas de antaño: ¿Qué interés tenía "La Carbonera" para ser escenificada en la catedral, ajeno al drama que encerraba? La misma comedia nos lo demuestra, pues, uno de los actores describe en cascada de versos el Corpus sevillano, que se inicia así: Llegué víspera del día Que la más valiente obra Que hizo Dios por su amor, Celebra, Laura, su Esposa. Y continúa: Juncia, espadaña y mastranzos servían al suelo de alfombras; De telas y terciopelos toda ventana se entolda. Por sus cercos adornaban naranjos con verdes hojas, entre cuyo azahar pendían ya limones, ya toronjas. En mirar calles, ventanas, altares, paños, historias y pinturas que adornaban se me pasaron dos horas. Al salir la procesión, las altas campanas tocan, en una pirámide puestas, que con los cielos abordan. Yo pensé que se venían de su máquina redonda los dos polos a la tierra, que así tocaban sonoras. Atabales y trompetas alegremente pregonan que sale en público el Rey en su dorada carroza. Púseme sobre las gradas, de donde todos me arrojan,


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porque un pobre mal vestido cualquier parte estorba. En fin, subido en dos piedras veo con solemne pompa la ordenada procesión, que las dos márgenes toma, acompañar con gigantes las andas de San Cristóbal, Santo que supo ensanchar las puertas del cielo angostas. Los gigantes, que parecen a personas perezosas, que otros los llevan y arriman adonde se les antoja. Luego varios estandartes al aire manso tremolan, jugando en los tafenates oro, cordones y borlas. Tras ellos, en sus lugares, las cruces de las parroquias, adonde la competencia hizo invenciones curiosas. Discurriendo a todas partes las danzas pasan y tornan, ya de galanes y damas, y ya de moros y moras. Con lazos, con toqueados, con palos que nunca aflojan, invención original de las danzas labradoras. Tras éstos, otros venían, que con espadas rotas, vestidos de lienzo y randas, lucen más o menos costa. ¡Buena gente para amigos, que danzan a todas horas con las caras descubiertas, sin máscara de lisonja.!


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Luego ví, Laura divina, las Ordenes religiosas, con sus cruces y sus capas, de mil historias bordan. Los canónigos también, y el santo Arzobispo, forman, con las demás clerecía, Laura una triunfante Roma. Aquí la música deja, puesta en concertada solfa la castellana poesía, la región del aire absorta. Con varas de plata y oro, los Veinticuatro, señora, con un paño de brocado, entre mil blancas antorchas, Llevaban el edificio de la divina custodia, Arca del Cordero santo, pasto, pastor, altar y hostia(92). Las precisas normas procesionales del Corpus Christi de los obispos Martínez Ceniceros y de la Cámara y Murga, tuvieron en estos versos sus mejores exponentes. Una vez más, sería Sevilla la gran inspiradora e impulsadora del Corpus Insular. Desde la lejana constitución del cabildo catedral canario, fechada, en la sala capitular metropolitana hispalense el veintidós de mayo de 1483(93), hasta el modo de pagar los salarios al personal catedralicio en 1523, todo debía conformarse "con la Santa Iglesia de Sevilla, cuyo ejemJ . de 1514 ya actuaba en nuestra cateplo y pisadas esta Iglesia ~ i g u e " ( ' ~Antes dral los mozos de coro o cantorcitos y al encargar en 1518 el cabildo a Juan Ruiz la preparación artística y musical de los mismos, le ordena "que todo se haga según y en los días que en la dicha iglesia mayor de Sevilla se acostumbra las fiestas de primera clase.. . y octava del Corpus" (96). Las transferencias de Sevilla a Canarias fueron habituales en el orden litúrgico y artístico, etc. ("1, en aquellos lejanos tiempos. De ahí que en la descripción del cor(92) (93) (94) (95) (96) (97)

Ibídem, pags. 543-545. Cfr. ACC-LPGC, Archivo Secreto, Lib. Estatutos ...,fol. 1SS. ACC-LPGC, Cabildo, 19-111-1523. ACC-LPGC, Cabildo, 15-V-1514,13-XI-1514. ACC-LPGC, Cabildo. 2-VII-1518. ACC-LPGC, Cabildo, 14-VI-1563.


tejo procesional sevillano se descubran excelentes coincidencias con el Corpus canario. En aquella fecha pontificaba en Canarias el obispo Don Francisco Sánchez de Villanueva y Vega quien, posiblemente, no pudo evitar la interpretación teatral proyectada por sus canónigos y que L a Carbonera fuera representada por clérigos. Bajo el mismo pontificado, hacia 1649, vuelve el cabildo catedral a preparar su programa de comedias del Corpus, pues, así acordaron: "Que se hagan dos comedias: Una el día del Corpus, por la tarde, y la otra el día octavo, con algunos coloquios en la infraoctava, antes de la procesión. Que antes de repartirse los papeles, los vea el señor Provisor. Que se pida al señor Obispo licencia para que se haga dentro de la iglesia, y que se convide a las Autoridades y Ciudad para que asistan en sus lugares, y se haga este servicio a Nuestro Señor" (98). Ignoramos si el Obispo Sánchez de Villanueva y Vega accedió a la solicitud capitular. Sabemos en cambio que en el pontificado de Fray Juan de Toledo OSH (1659-1665), ya se permitieron en la catedral, pero muy pronto se volvió a la antigua disciplina de representarlas en las plazas. Así, pues, en 1661, otro acuerdo del cabildo catedral al respecto, nos dice: "Que las comedias de las fiestas del Corpus se hagan dentro de la iglesia: Una el día del Corpus, otra el lunes y otra el día octavo, después d e Completas, y la procesión acabada la comedia"(y9). Si ese acuerdo se rubricó el ocho de junio de 1661, algo muy desagradable tuvo que ocurrir, pues el dieciocho de julio del mismo año, reunido el cabildo y por unanimidad determinó lo siguiente: "Que nunca jamás haya comedias, ni autos sacramentales, en las fiestas del Corpus ni dentro ni fuera de la iglesia, por las grandes irreverencias que de ello se originaban y gastos excesivos de la Fábrica, y que este acuerdo sea irrevocable; sino que en lugar de aquellas diversiones, haya sermones en toda la infraoctava, Maitines a los cuatro y procesión"(1W).

( 98) ACC-LPGC, Cabildo, 8-111-1649 ( 99) ACC-LPGC, Cabildo, 8-VI-1661. (100) ACC-LPGC, Cabildo, 18-VII-1661.


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Poco tiempo debió permanecer entre los canónigos el resquemor por los abusos ocurridos en el Corpus de 1661, pues, cuatro años más tarde, referidos al del año de 1665, no sólo se comprueba que volvieron a las comedias, sino que, además, se registra un dato sin duda consuetudinario en el teatro, enteramente normal, como es la participación de mujeres en las comedias, incluídas las del Corpus canario. No parece, obviamente, que las noticias al respecto sólo se refieran a esa fecha: 1665, sino que desde el principio debieron participar actrices en las comedias de los años precedentes. Será el canónigo Juan González Boza, encargado capitular para organizar los festejos del Corpus del indicado año de 1665, quien en sus cuentas registra las siguientes partidas: " A dos mujeres en el vestuario para vestir y desnudar las damas (de) las tres comedias, dama y criada.. ." " A otra mujer que fue con otra dama y criada y asistir al vestuario del vestir y desnudar en las tres comedias.. .". "Por los tocados de una dama y criada y ajustar los vestidos de ambas.. ." "Tres cajas de conservas para refrescos cuando servían en las comedias a desnudar (y

Otras atenciones gozaron actores y actrices en la preparación demandada por las comedias elegidas para el caso:

" D e las meriendas que se les dió en los ensayos a los comediantes en 51 dias duraron" ('O2). En el año de 1664 Fray Juan de Toledo OSH, Obispo de Canarias, había sido trasladado a la diócesis de León. En veintinueve de enero de 1665, el nuevo Obispo Don Bartolomé García Jiménez y Rabadán participa al Recibida cabildo catedral canario su nombramiento para nuestra diócesis('03). por los capitulares la misiva de referencia, declara el cabildo la sede vacante en veintitrés de abril siguiente('"). Después de su forzoso periplo por el atlántico hasta Santo Domingo en las Antillas, recala por Tenerife a finales de 1665. El dos de enero de 1666, destacó el cabildo a dos canónigos para que acudiesen a Tenerife a darle la bienvenida('05).En ese mismo año, a nueve de noviembre, ya interviene en las (101) ACC-LPGC, Cuentas Particulares (1596-1675), Cuentas del Canónigo, D o n J . GONZALEZBOZA por las Comedias del Corpus de 1665, fol. 276-276 v. (102) Ibídem, fol. 276. (103) ACC-LPGC, Cabildo, 22-IV-1665. (104) ACC-LPGC, Cabildo, 23-IV-1665. (105) ACC-LPGC, Cabildo, 2-1-1666.


LEGISLACION EPISCOPAL SOBRE LA FIESTA DEL CORPUS: EL TEATRO

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reformas convenientes en uno de los conventos de religiosas de clausura de . La Laguna de todas aquellas cosas que llevaban al relajamiento de la vida religiosa como era la "aplicación a libros profanos y de comedias" ('O6). Muy pronto comprobó García Jiménez el relajamiento más o menos acentuado que presentaba la diócesis en muchos aspectos pastorales. Las fiestas del Corpus, en su perfil teatral, no fue una excepción. Encontró este prelado un instrumento legal para la debida reforma: Las Constituciones Sinodales de Don Cristóbal de la Cámara y Murga, decretasen el año de 1629. A ellas recurrió en todas las circunstancias necesarias, hasta el punto de que cuando Carlos 11 recomienda a los obispos de Castilla la celebración de sínodos por su cédula de veintitrés de marzo de 1678, García Jiménez con entera libertad responde al rey que en Canarias no es necesaria convocatoria alguna al respecto. Le bastaba ejecutar el del De la Cámara y Murga, pues lo estimaba uno de los mejores de EspaÍía('07). García Jiménez, prelado muy ajustado y temeroso de Dios, se distinguió por su vida ejemplar y total desprendimiento, y un tanto riguroso y exigente en el campo moral. Como prueba de su carácter y vida, observamos en su amplio pontificado de veinticinco años el incremento de las locas y danzas del Corpus y muy actividades dramáticas propiamente dichas. Podemos asegurarlo, al menos, hasta donde hemos alcanzado en nuestras investigaciones. Basten las siguientes referencias al respecto: Para las fiestas del Corpus del año 1673 se autoriza la compra de medias de seda, por no haberlas en el mercado de lano o de capullo, "para los muchachos de la danza del Corpus" ('O8). Para el de 1675, "Luis Rodríguez Hidalgo pide se le mande dar los cien reales que se dan por el trabajo de enseñar la loa y la danza a los mozos de El Coro para las fiestas del Corpus", accediendo al cabildo catedral a ello(109). mismo veintiocho de junio del indicado año de 1675, fecha del acuerdo procedente, son los mismos mozos de Coro los que piden los "vaqueros y medias con que hicieron la danza por estar m u y viejos" Sólo recibieron las medias("O). No obstante, si hubo teatro en otras festividades, ignorando si fueron representadas o no en el interior de algún templo. Dada la austeridad impre(106) Cfr. Archivo Parroquia de Santa Brígida-Gran Canaria: L i b . d e M a n d a t o s e Instrucciones, fol. 16. (107) Cfr. Biblioteca del Palacio Real, Madrid. Ms. 2.832, fols. 174-175. (108) ACC-LPGC, Cabildo, 29-V-1673. (109) ACC-LPGC, Cabildo, 28-VI-1675. (110) ACC-LPGC, Cabildo, 28-VI-1675.


sa a la diócesis por García Jiménez, estimamos que lo hicieron fuera de ellos. La primera invitación extracatedralicia para asistir a comedias, le viene al cabildo "del Licenciado Marcos Alfonso Contreras, Hermano Mayor de la Hermandad de nuestro Padre San Pedro, y demás Hermanos, que convidan al Cabildo para que asista a las comedias que se hacen a Nuestra Señora de los Remedios, se acordó: Que se acepta dicho convite y se irá a dicha comedia, y para ello Diego de Castro haga tablado competente"("'). En 1681, vuelve dicha Hermana a invitar al cabildo a las comedias a representar el tercer día de Navidad que, además, solicitaba al cabildo el préstamo de maderas para el tablado, al tiempo que se autorizaba a los mozos de Coro que actuaban en las comedias para que asistiesen por la tarde a los correspondientes ensayos(112). Nombrado San José Patrono de España, fiesta de breve existencia el cabildo la celebra, compra zapatos y medias para los muchachos de la danza y de la loa que ha de hacerse en la dicha fiesta" ('13). Así se hace en 1679. En 1686, por unanimidad, acuerdo al cabildo que se monte para las fiestas del Corpus un auto sacramental y una loa. En este caso es Tomás Zapata a quien se encarga la loa y la danza y el correspondiente ensayo ("4). En el anterior sólo se habían hecho dos loas para el Corpus y su infrao~tava("~). En 1688, sólo dos años antes del fallecimiento del obispo García Jiménez, el cabildo catedral acuerda abonar al capellán real, Matías Lorenzo, lo que se acostumbra, por haber redactado la loa del Corpus de dicho año("6). Y la música Como acorde final a este trabajo, merece la pena considerar brevemente la señora aportación de la Capilla de Música de nuestra catedral de gran esplendor y desarrollo en maestros y composiciones de extraordinario valor artístico, alcanzando su plenitud en el siglo XVII. Si en el XVI se interpretaban partituras de Tomás Luis de Victoria y del italiano Palestrina, en el siglo que nos ocupa brillaron con luz propia los maestros de nuestra Capilla de Música: Carlos Patiño, Miguel Marqués, José Alonso Torices, Francisco Hernández ... y, sobre todo la abrumadora aportación de los maestros Diego Durán y Joaquín García. Pueden contarse por centenares sus composiciones, habiendo dotado a nuestra catedral de uno de los archivos musicales más importantes de España, distinguiéndose entre sus fondos las partituras del Corpus Christi (117). (111) (112) (113) (114) (115) (116) (117)

ACC-LPGC, Cabildo, 20-XII-1675. ACC-LPGC, Cabildo, 5-XII-1681. ACC-LPGC, Cabildo, 7-11-1679, ACC-LPGC, Cabildo, 22-IV-1686. ACC-LPGC, Cabildo, 21-V-1685,4-VI-1685. ACC-LPGC, Cabildo, 28-VII-1688. Cfr. L. DE LA TORRE, El Archivo de Música de la Catedral de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, Primer vol. 1964, Segundo vol. 1965. La Música en la Catedral de Las Palmas, 1514-1600, Madrid, 1983.


LEGISLACI~NEPISCOPAL SOBRE LA RESTA DEL CORPUS:EL TEATRO

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Muchas otras noticias podrían acumularse y añadirse a este trabajo. Tanto en el archivo catedralicio y en los libros de Cofradías del Santísimo Sacramento de todas las antiguas parroquias de Canarias, permanecen inéditas de cómo la gran fiesta del Corpus Christi ocupaba el rango que le señalaba la liturgia y disciplina de la Iglesia y la genuina y generosa devoción de los fieles. En todas ellas no faltaron los cultos, los festejos, las comedias, los fuegos el justo regocijo del pueblo cristiano. ¿Seríamos capaces de recuperarla?.

Francisco Caballero Mújica



ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 55 - 69. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

MUJER Y CONVENTO EN LAS PALMAS G. C. DURANTE EL S. XVll

ESTEBAN ALEMAN

RUIZ

LCDO. EN HISTORIA

L a s siguientes líneas son el producto de las reflexiones de su autor en torno al hecho monástico femenino grancanario en el siglo XVII. Se enmarcan dentro de un proyecto de investigación más amplio sobre la mujer y la familia en idénticos campos geográfico y temporal. Por lo mismo, no se trata de un estudio sobre los monasterios de la isla, ni sobre la experiencia religiosa en sí. Por el contrario, nuestro objetivo es un acercamiento a algunos aspectos -quizá los más llamativos- de la clausura religiosa de la mujer: los motivos de entrada en el claustro, la forma que esta clausura se impone en la teoría y en la práctica, y, por último, el grado de religiosidad que se pudo vivir en este colectivo de mujeres. Por supuesto, dadas las limitaciones de espacio y de nuestro mismo propósito, ninguno de estos tres puntos son tratados con exhaustividad. Se trata más bien de una acercamiento teórico, contrastado en la medida de lo posible con fuentes documentales, de cara a una posterior profundización en el tema.


En el siglo XVII, tres fueron los monasterios femeninos de la isla: La Concepción, fundado a fines del XVI; San Ildefonso, en la década de 1630; y San Bernardino de Sena, en 1664. Los dos primeros, pertenecientes a la Orden de San Bernardo; el tercero, a la de Santa Clara. Los tres se levantaron en la ciudad de Las Palmas, y constituyeron los únicos cenobios para mujeres de la isla durante todo el Antiguo Régimen canario. Como se comprobará en el texto, la mayor cantidad y variedad de fuentes que han llegado hasta nosotros pertenecen a La Concepción. De ahí que sea la columna vertebral del soporte documental de este trabajo. Pero consideramos que, con las debidas precauciones -y teniendo en cuenta la existencia de dos órdenes bien diferenciadas en un mismo espacio urbano-, es posible extrapolar algunas de las conclusiones extraídas de su consulta a los otros dos conventos, sobre todo en aquellos aspectos que hacen referencia a la vida comunitaria en el claustro.

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~ RELIGIOSA ~ FORZADA ~ O VOLUNTARIA? ~ ~

No es sencillo establecer un orden jerárquico, por importancia, de las causas que llevaron a la mujer canaria del siglo XVII al claustro religioso. No lo es, a menos que -como a menudo sucede- optemos por explicaciones unicausales, casi axiomáticas. Estas tienen la ventaja de proporcionar seguridad al investigador, al desechar otras posibilidades que pongan en duda su hipótesis; pero, por lo mismo, nos dan una imagen sesgada y excesivamente rígida de la realidad histórica y social. El problema viene dado por el carácter no cuantificable del fenómeno, ya que, como bien ha observado Sánchez Lora para el conjunto español, n o existe documentación monástica que permita apreciar más razón para ingresar en u n convento que la vocación religiosa(').No obstante, cuando contemplamos el fenómeno monacal femenino en las coordenadas socio-económicas, mentales y religiosas del momento elegido para su estudio, aquel se enriquece en matices e interpretaciones. Veamos algo de esto. Empezaremos por las dos bazas que suelen esgrimirse por los historiadores como líneas explicativas de la clausura religiosa femenina: la voluntad entendida como imposición- familiar y, en íntima conexión con la anterior, el interés económico. En Canarias, estos factores ya los detectaron en el siglo XIX los burgueses y la oligarquía agraria orotavense de los tiempos del Sexe(1) J. L. SÁNCHEZ LORA, Mújeres, conventos y formas de religiosidad barroca, Madrid, 1988, pág. 139.

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MUJER Y CONVENTO EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA DURANTE EL S. XVII

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nio Revolu~ionario(~). O, en el campo intelectual, Agustín Millares Torres, al referirse a las niñas de alto abolengo entradas en el convento nada más dejar la nodriza. El incisivo historiador canario resumía su situación, explicando que estas niñas recibían allí una educación somera (un poco de lectura y escritura, y labores de mano, aparte de la estrictamente espiritual), hasta que se les buscaba un mayorazgo con quien casarlas, o, si ello no fuera posible, terminaban profesando con una buena dote (3'. Nos encontramos aquí ante una idea básica: la detracción de mujeres del mercado matrimonial, bien por la ausencia de una dote acorde a su estatus social, bien por la necesidad de no dispersar más allá de lo imprescindible el patrimonio familiar. Es un punto abordado por numerosos investigadores(4),pero que también llamó la atención de los contemporáneo^'^'. Además, la entrada en religión parece haber sido rentable para las familias: al profesar, las novicias debían renunciar a las legítimas paterna y materna. Gracias a ello, no sólo se colocaba a las hijas y se liberaba de la carga de dotarlas para el matrimonio; sino que, por mor de la ley de renuncia, se aumentaba la legítima de las hijas a casar, a la par que se hacía más cuantiosa la herencia de los varones. Un ejemplo grancanario lo tenemos en Paula de la Presentación y Bernarda de San Lucas, hijas del capitán Domingo Pérez de Acosta y de María Suárez de Castro, vecinos de Las Palmas, quienes en 1686 donaban a sus padres sus legítimas paterna y materna para facilitar el reunir la dote de su hermana mayor(61. El papel de los padres y otros familiares a la hora de animar el ingreso en el monasterio está fuera de toda duda, desde el momento en que -insistimos- lo entendemos como un comportamiento acorde a la lógica social y mental del siglo XVII. Otra cosa es decidir su peso a la hora de la decisión final. La coacción no sería ajena a algunas vocaciones. Empero, es cierto que la documentación conocida para Gran Canaria sólo nos ofrece un caso que (2) Algunas de sus opiniones están recogidas en M. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Clero regular y sociedad canaria en e/ Antiguo - Régimen: Los conventos de la Orotava, La Orotaia, 19.83, pág. 7. (3) A. MILLARES TORRES, introducción a sus Biografías de Canarios Célebres, t. 1, Las Palmas, edición de 1982,pág. 22. (4) Entre los más recientes y de tendencias globalizadoras, cfr. A. RODRIGUEZ SANCHEZ, "Métodos de evaluación de las estrategias fam,iliares", en Fuentes y métodos de la Historia Local, Zamora, 1991, págs. 141-153; J. L. SANCH,EZ LORA, o. c.,, págs. 140 y SS.De obligada consulta para Canarias: Manuel HERNANDEZ GONZALEZ, Clero regular ..., del mismo autor, "La familia canaria en el Antiguo Régimen", Tebeto, 1, Puerto del Rosario, 1988, págs. 29-50. (5) J. L. SANCHEZ LORA, o. c., págs. 139 y SS.,da cuenta de los memoriales de los siglos XVI y XYII que se hicieron eco del peso de estos factores, ya en su época. (6) Archivo Histórico Provincial de Las Palmas, Protocolos Notariales, Juan García, leg. 1.400, cuaderno 2", de 1686, fs. 105 r-107r.


parece indubitable, el de Estefanía de Santiago, monja del monasterio de Nuestra Señora de La Concepción. Esta joven puso pleito en 1610 contra sus hermanas de religión y su hermano carnal, Miguel Ortiz, sobre la nulidad de su profesión. Según la denunciante, su hermano la obligó a profesar sin haber cumplido los catorce años, y a declarar bajo amenaza que tenía cumplidos los dieciséis, al parecer, con la connivencia de las madres del convento. Este triste caso se explica por el hecho de que la monja era heredera de sus padres, muertos ambos siendo ella novicia: no es preciso tener una mente retorcida para sospechar que, profesando ella, su hermano planeaba apoderarse de su parte de la herencia"). Por supuesto, se trata de un caso único, y hay que ser muy prudentes ante una posible extrapolación. Pero sí que es un ejemplo ilustrativo -extremo, si se quiere- de las dificultades con que a veces tropezaban las autoridades eclesiáticas para cumplir con la legislación canónica al respecto. Esta era, hasta cierto grado, ambigua. El capítulo 28 de la sesión 25 del Concilio de Trento había establecido la excomunión mayor ipso facto incorrenda para quien forzase a una mujer a tomar el hábito. En teoría, tampoco se podía profesar antes de los dieciséis años, ni ser novicia con menos de doce, como recordaba el Doctor Melchor Borges del Manzano, en su visita al monasterio de La Concepción en 1690 y 1691 Cuando alguno de estos requisitos se violentaba, era legítimo el recurso ante los correspondientes tribunales eclesiásticos. Sin embargo, no es menos cierto, que no se dejaba de animar a que los familiares, amistades y clérigos cercanos a las jóvenes hiciesen ver a éstas los beneficios espirituales y sociales que se derivaban de la vida contemplativa y el servicio a Dios. Por otro lado, es evidente que la legislación podía ser burlada mediante acciones indirectas, no coactivas. Nos referimos al papel de la educación. Ciertamente, las visitas de los obispos o de sus delegados a los conventos, insistían en la prohibición de admitir a menores de siete años. Pero la realidad no se ceñía siempre a la teoría, y no faltan los ejemplos de prácticas al (7) Archivo del Palacio Arzobispal de Sevilla, Sección de Provisorato o Justicia, Subsección

Apelaciones, Pleitos Apelados de Tema Variado, Leg. 3 -All. Este pleito es resumido por P. RUBIO MERINO en su artículo: "Problemática de los pleitos apelados del Obispado de Canarias al Tribunal Metropolitano de Sevilla 1595-1650", VI C(o1oquio) de H (istoria) C (anario)-(a) mericana, 1984, t. 11, laparte, Las Palmas, 1988, págs. 80-82. (8) A(rchivo) H(istóric0) D(iocesano) de L(as) P(almas), Sección 9: Religiosos, 9.7.4: Bernardas, legajo con el rótulo Bernardas: Monjas de 1690, Reglamento de las Dueñas.. ., "Autos de visita del Monasterio de Nuestra Señora de la Concepción, Orden de San Bernardo, de esta Ciudad, en sede vacante. Visitador, el Doctor D. M. BORGES DEL MANZANO, Canónigo de esta Catedral y Califiador del Santo Oficio de la Inquisición de estas Islas de Canarias, etc.", fol. 152 v. A fin de facilitar la localización y lectura de este y sucesivos documentos hemos actualizado la grafía.


h4UJER Y CONVENTO EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA DURANTE EL S. XVII

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límite, o más allá, de lo prescriptivo: María de Santa Inés ingresó en La Concepción con seis años(9);la famosa Petronila de San Esteban, lo hizo con los siete cumplidos, acompañada de sus hermanas Catalina -entorno a los trece- y Mariana -seis-(lo). Es poco probable que niñas de tan temprana edad tuviesen la suficiente independencia mental para decidir su futura vocación religiosa. Por el contrario, es lógico pensar que la educación conventual conducida, en estos casos, a la toma del hábito: la joven interiorizaba un comportamiento y una mentalidad que impregnaba su vida nada más despegarse de su nodriza. Visto así, se nos antoja inexacto hablar de libre voluntad en la elección de estas mujeres. Más aún si recordamos que a estas pupilas les estaba prohibido permanecer en el convento con más de veinticinco años, y, en tal caso, se veían obligadas a elegir estado: ("1 la joven que, cumplida esa edad, no tuviera posibilidad de casar, encontraba en el claustro una morada para el resto de su existencia. El tema de la influencia educacional es complejo, porque su incidencia en la vocación religiosa de nuestras mujeres no se limita al interior de los monasterios. Es todo el entorno social en que influye. Un entorno social que valora tanto la vía religiosa como el matrimonio, pero que no observa con buenos ojos el estado de soltería femenina -por el concepto de honra característico del Barroco('2),cuya explicación nos desviaría de nuestra argumentación-. De ahí que el convento sea la única salida aceptable para la mujer que se ve desplazada, voluntaria o involuntariamente, del mercado matrimonial. Pero todavía hay más, ya que la sociedad española -y, por ende, la canaria- del siglo XVII, a través de la educación familiar, la influencia de los esquemas mentales heredados de la madre y la educación en el seno del convento, hace que la mujer confunda la realización personal con la emocional: el universo emocional como único camino a seguir en la vida. No se le presenta -ni en la sociedad barroca española hay- otra alternativa, salvo la de dirigir esa realización emocional bien hacia el matrimonio, bien hacia el monasterio (13). Por tanto, es una delgada línea, por lo general imperceptible, la que separa la profesión voluntaria de la involuntaria. ¿Cómo entender la persuasión paterna, quizá no violenta, pero sí insistente? ¿Cómo, teniendo en cuen( 9) A.H.D.L.P.; 9.7.4., legajo con el rótulo Convento Bernardas. Escrituras ..., "Causa de despojo", fol. 54 r./v. (10) A. MILLARES TORRES, Biografias..., t.I,, n.17 pág. 22 y t. 11, n. 13, pág. 189. (11) A.H.D.L.P.; 9.7.4., "Autos de visita...," fol. 152 r.' (12) J. L. SÁNCHEZ LORA, o. c., pág. 148; J. A. MARAVALL, Poder, honor y élites en el siglo X V I I , Madrid, 1979, en toda su primera parte. (13) M". H. SÁNCHEZ ORTEGA; "La mujer, el amor y la religión en el Antiguo Régimen", en La mujer en la Historia de España (siglos XVI-XX), Madrid, 1990, págs. 35-58.


ta la mentalidad del Seiscientos, podía negarse la segunda hija del mercader Daniel Vandama, a seguir la vocación religiosa hacia la que éste ordenó en su testamento se la orientase?(14)¿NO sería esa misma mentalidad, reforzada por la sombra de la patria potestad, lo que hizo que la citada María de Santa Inés diese a su padre el gusto de ser religiosa por el mucho amor que le tenía? (15) Acabamos de mencionar que la soltería no se consideró durante el siglo XVII como un estado apropiado para la mujer honrada. Conviene añadir que tampoco la viudez, en el sentido de que la mujer canaria del antiguo régimen sólo tiene reconocimiento en tanto mujer casada;(16)diríamos que no sólo es un problema de reconocimiento social, sino del propio sentido de su vida. Aunque esta perdida del papel social no es absoluta -como lo demuestra la existencia de algunas viudas al frente de los negocios del esposo fallecido y a cargo de la jefatura familiar, entre la burguesía mercantil de Las Palmas-, no cabe duda de que la vida religiosa -a dedicación a Dios- le devolvía su estatus, amén de preservar su honra y asegurarle apoyo frente a las contingencias económicas de los tiempos. Tenemos, pues, la imposición familiar aunada con la presión educativa, social y económica. A estos factores tendríamos que sumar la huída de un matrimonio impuesto; o, en no pocas ocasiones, el uso del convento como refugio de las jóvenes depositadas en ellos por los párrocos que las ayudaban a casarse en contra de la voluntad paterna. De esto último da noticias el comerciante inglés George Glas ("1; ciertamente, un autor del siglo XVIII, pero cuyo testimonio nos plantea la duda de si semejante comportamiento no se practicaba ya en el XVII, si bien quizá de una forma más aislada y menos llamativa.

A todas estas mujeres hay que añadir las pupilas, o educandas, ya mencionadas. Su entrada en los conventos siempre fue limitada por los prelados y visitadores. En las ordenaciones, también señaladas, de 1691, para La Concepción, se recordaba que los estatutos de fundación del convento, de 1592, prohibían la entrada de doncellas como pupilas, salvo para ser educadas en las costumbres del monasterio. Habían de tener licencia del prelado y de la congregación; no entrar con menos de siete años; a ser posible, vivir (14) E. TORRES SANTANA; La burguesía mercantil de las Canarias Orientales 1600-1625, Las Palmas, 1991, pág. 103. (15) A.H.D.L.P.; 9.7.4., "Causa de despojo", fol. 50 r. (16) M". H. SÁNCHEZ ORTEGA, art. cit. págs. 49 y SS.;M. VIGIL, La vida de las nzujeres en los siglos XVZ y XVII, Madrid, 1986, págs. 195 y SS. (17) G. GLAS, Descripción de las Islas Canarias 1764, trad. de Constantino Aznar de Acevedo, Santa Cruz de Tenerife, 1982, pág. 21.


MUJER Y CONVENTO EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA DURANTE EL S. xvn

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separadas de las demás religiosas; observar las leyes de la clausura; y pagar cada seis meses su sustento al convento(18). En cuanto a las monjas legas, o monjas de velo blanco, el mismo visitador ordenaba, siguiendo ordenanzas anteriores, que no fueran numerosas, estuvieran sujetas a las leyes de la clausura, no vivieran ni durmieran con novicias ni profesas, y se sustentasen de su propio caudal. Se las recibía mediante voto secreto y favorable por mayoría, previa licencia del prelado; caso de no ser recibidas, habían de pagar un piso anual de cantidad variable. Tenían que conducirse honestamente, sin escándalos, so pena de expulsión (19J.

LA VIDA EN EL CLAUSTRO Existe la idea generalizada de que la vida en los conventos femeninos del antiguo régimen fue relajada y escandalosa. Semejante postura se suele sustentar en las afirmaciones de ciertos autores antiguos y modernos. Por ejemplo, la literatura de la época satirizó las devociones de monjas, hasta el punto de que hoy no nos imaginamos una novela picaresca española del siglo XVII sin la imagen de esos galanteos censurados por la Iglesia. Por otro lado, las fuentes inquisitoriales abundan en casos de este t i p ~ ( ~ ~ J . Es un tema que conviene abordar con cautela. Ciertamente, la literatura del Seiscientos -ya sean novelas o tratados religioso-morales- señala, con mayor o menor crudeza, la existencia de desórdenes en el interior de los conventos. Pero, desde la óptica de los especialistas actuales, la intención pecaminosa de las devociones es c u e s t i ~ n a d a ( ~como '), también lo es la ~ ~ J . Vigil es consupuesta facilidad con que aquellas se llevaban a c a b ~ ( Mariló cluyente:

Las relaciones entre las monjas y sus devotos n o solían pasar de charlas en las rejas y locutorios, envíos de billetes, intercambios de dulces por pequeñas alhajas, dedicatorias de versos más o menos alambicados, etc. Se trataba de amores que en pocas ocasiones se consumaban(23). (18) A.H.D.L.P.; 9.7.4., "Autos de visita...", fols. 119 v-121 r. (19) A.H.D.L.P.; 9.7.4., "Autos de visita.. .", fols. 119 r-121 v. (20) M". H. SÁNCHEZ ORTEGA, La mujer y la sexualidad en el Antiguo Régimen: La pers pectiva inquisitorial, Madrid, 1992. (21) A. DOMINGUEZ ORTIZ, La sociedad española en el siglo XVII, t. 11, Madrid, 1990, pág. 122. (22) J. L. SÁNCHEZ LORA, o. c., págs. 155 y ss. (23) M. VIGIL, o. c., pág. 241


En cuanto a las fuentes inquisitoriales, para todo el siglo XVII, en Las Palmas de Gran Canaria, sólo hemos encontrado tres casos con connotaciones sexuales, en los cuales se vean implicados monjas: el primero es un estupro(24); e1 segundo, es el proceso contra una vecina de Fuerteventura, estante en Gran Canaria, por hacer hechizos con que ligar a su enamorada dama a un clkrigo que andaba endevotado con una monja de La Concepción "). El tercer caso -y el más conocido- es el de las monjas de San Ildefonso y su capellán, que en su momento originó un gran escándalo, no sólo por la violación del voto de castidad por parte de varias de las religiosas, sino también quizá esto fuera lo más grave a los ojos de sus contemporáneos- por los falsos hechos milagrosos, éxtasis y revelaciones que acompañaron a aquella falta(26). Excepción hecha de este último episodio, no parece oportuno hablar de vida monástica licenciosa -mucho menos generalizada-, aún cuando la no constatación documental de casos similares no significa forzosamente que no se dieran más. Si, empero, los mandatos de los diversos visitadores de los conventos repiten hasta la saciedad la prohibición de mantener contactos asiduos con seglares y religiosos fuera de los límites establecidos -y si se castigaba duramente lo contrario-, era por la intransigencia que caracteriza a la clausura después de Trento y de las disposiciones de Pío V y Gregorio XIII. Pero, sobre todo, por la estabilización de la vida claustral desde mediados del siglo XVII. La clausura contrarreformista, en efecto, se caracteriza por el control que el ordinario local (el obispo) ejerce cuidadosamente sobre los monasterios femeninos: control de las visitas de familiares, amistades y de los propios eclesiásticos, y, por tanto, sobre los locutorios, puertas y rejastZ7).En suma, control de todo contacto con el exterior. Las disposiciones al respecto de los visitadores de los monasterios femeninos de Las Palmas, son reveladoras: [Las torneras y porteras] a ninguna hermana llegar dejen al torno sin licencia, ni digan a ninguna lo que allí pasare, ni den, carta ni recado ajeno ni suyo sin decirlo a la Madre Abadesa. Y en cualquiera de estas cosas que faltaren, mandamos a la Madre Abadesa 20 castigue con severidad. N o den lugar a pláticas en el torno, y si alguna se ofreciere la atajen luego con prudencia; cie-

(24) A (rchivo) del M (useo) C (anario), Inquisición, XIII-12. (25) A.M.C., Inquisición, CXIV-!$. (26) A.M.C., Inquisición, LXV-25, CXXXVII-1, CXXXVII-19, etc. El proceso fue estudiado en su momento, de una manera un tanto superficial, por A. MILLARES TORRES (Dos procesos de la Inquisición en Canarias, Las Palmas, 1977,págs. 3-14). (27) Una breve y sugerente panorámica de este proceso para la Europa contrarreformista en M. BOSA, "La religiosa", en R. VILLARI (ed.), El hombre barroco, Madrid, 1991, págs. 241-287.


MUJER Y CONVENTO EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA DURANTE EL S. XVII

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rren el torno a la meridiana y a las aves marías, y entreguen las llaves a la Abadesa cada noche [...] En los estatutos fundacionales de La Concepción, se ordena (cuarta ordenanza) que, por su único locutorio,puedan hablar las profesas dos veces al mes, previa licencia de la abadesa, y entonces sólo con sus padres y n o con otra persona ninguna ni hermanos ni hermanas ni amigas ni conocidas, so pena de ser castigadas con un mes en grave culpa la primera vez, dos meses la segunda, y tres la tercera; la cuarta vez, se les prive de librar por un año, más se les alimente a pan y agua todos los viernes, y reciban dis~iplina''~). En 1612 se prohibe hablar por la sacristía con personas extrañas al convento; el torno común, se use únicamente para dar y recibir encargos. No se acuda a los locutorios en mangas de camisa, sin cogulla ni escucha, so pena de no librar durante cuatro meses, y, si porfía dos veces consecutivas más, se le quite el velo a la culpable, aunque libren con padres y madres. Igualmente, no se libre con hombres casados,

por los daños que sabemos resultan de las tales libranzas, ni con mozuelos ni con personas que n o sean de m u y buena fama y m u y compuesta, so pena de santa obediencia y que será castigada rigurosamente, y si la Abadesa dudare de alguna persona, dará primero aviso al Superior antes que de la dicha libranza, para que examine si tal persona tiene las calidades requisitas. En cuanto a la puerta reglar, no se abra salvo por extrema necesidad, y que las monjas no puedan sentarse ni hacer labores en ella, so pena de ser disciplinadas (30). 1615: Se reiteran idénticas medidas(31). 1636: No conceda locutorio para todo el día, ni puedan comer en él las visitas ~eglares'~'). 1648: Nadie hable con religiosa alguna por el torno de la sacristía, excepto los sacerdotes que pidan el recado para decir misa(33). 1653: Se pueda librar cada quince días, por la mañana o por la tarde (34). (28) (29) (30) (31) (32) (33) (34)

A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita.. .", fol. 25 rlv. A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita.. .", fol. 54 v. A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita.. .",fols. 60 v.-62 v. A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita...", fol. 70 rlv. A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita...", fol. 73 r. A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita...", fol. 77 r. A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita...", fol. 78 r.


1682: No se abran puerta, torno ni libratorios antes de la salida del sol, y se cierren por la tarde después del A ~ e m a r í a ' ~ ~ ) . Aparte de los comentados, los casos de violación de la norma claustral se reducen a aspectos que hoy nos parecerían irrelevantes, pero que no lo eran en Las Palmas del siglo XVII. Los estatutos fundacionales de La Concepción, por ejemplo, prohibían a cualquier religiosa tener perros, so pena de excomunión; la prohibición se hacía extensible a palomas, gallinas y conejos, a menos que fuesen en propiedad común'"). A mediados de la centuria, se advertía de la privación del oficio de abadesa que acarreaba la representación de comedias, coloquios u otro cualquier género de representaciones en los conventos, ya para profesar alguna religiosa, ya para cualquier otro efecto (37). En 1689, en fin, unos autos de gobierno de aquel monasterio se hacían eco de los problemas suscitados por la presencia de algunas niñas -pupilas o educandas-, ya que pueden servir de embarazo a la quietud que pide el estado religioso. A tenor de cómo se repiten continuamente estas disposiciones, no parece que se acatasen con toda la exactitud que se requería. Mayores dificultades encontraron la reformas de los tocados. El visitador Diego de Herrera Haro ordenaba en 1612 que se pusiera freno a los excesos cometidos por las monjas en materia de vestidos. No es preciso aclarar que estos excesos no nos parecerían tales desde el punto de vista actual; en cambio, lo eran en el clima de austeridad pretendido por la Contrarreforma: las tocas habían de ser blancas y de lino, sin mezcla de seda; el tocado, llano y honesto; los velos, ni lumbrosos ni de seda, como le constaba a Herrera(39). El obispo Villanueva y Vega, en sus visitas de 1636-1640, censuraba los trajes indecentes, es decir: prendas de oro, enaguas abultadas, tocas profanas, medias de color, zapatos picados con rosas, más el uso de joyas, anillos o cintas en la frente'"). En 1653, era el obispo Gutiérrez y Rosas quien reiteraba El tema, incluso, llegó a trascender lo meramente norestas prohibi~iones'~'). mativo, como lo atestigua el pleito que entre 1687 y 1693 enfrentó a la subpriora y nueve monjas de La Concepción con la abadesa y el resto de sus hermanas de religión, por el cambio del tocado grande por el pequeño, por entonces ya en uso entre las clarisas de Las Palmas y las de La Laguna, Oro(35) (36) (37) (38)

A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita...", fol. 32 v. A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita. ..", fol. 55 v. A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita.. .", fol. 78 r. A.H.D.P.L.; 9.7.4., Legajo con el rótulo Convento Bernardas. Escrituras ..., "Autos del gobierno del Monasterio de Nuestra Señora de La Concepción de San Bernardo de esta Ciudad, hechos por el Licenciado Don M. SÁNCHEZ DE ORELLANA, Abogado de los Reales Consejos, Provisor y Vicario General de este Obispado", f. 7 r. (39) A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita...", fol. 59 rlv. (40) A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita.. .", fols. 73 r. y 75 r. (41) A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita...", fol. 78r. ,


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tava y Garachico. En este ejemplo es inevitable preguntarnos si la apelación ante el Nuncio y la tensión entre las partes no podría indicarnos que en el envite se dirimía también un conflicto de naturaleza jerárquica, de lucha por el poder en el interior del convento, tan del gusto barroco. Desde luego, las monjas reformadoras contaron con el decidido apoyo del provisor y vicario general del obispado, en tanto la abadesa y sus partidarias -el elemento conservador de nuestra historia- defendieron su causa prácticamente en solitario (42). Otro motivo de queja para los visitadores fue el excesivo número de criadas que servían en los monasterios. Antonio Carrionero ordenaba en 1615 que se impidiesen las criadas y esclavas particulares: las monjas que las tuvieran, habrían de echarlas de La Concepción en un plazo de dos días (43). Casi setenta años después, al filo del siglo XVIII, se abría información, en el mismo convento, sobre las irregularidades cometidas en la entrada de criadas para el servicio de las monjas, descubriéndose que no menos de treinta fámulas las servían. Como muchas religiosas pretextaran haber perdido sus licencias para disponer de aquéllas, el provisor ordenaba a la abadesa que n o reciba ni viere criada alguna en dicho Monasterio sin que primero vea la licencia de Su Merced [el obispo] ("1. Era un problema de difícil solución, puesto que -a imagen y semejanza del resto de España- fue costumbre en todo el antiguo régimen canario que las monjas profesas y novicias de clase media y la nobleza, dispusieran de esclavas y criadas para su servicio personal(45).De nada serviría la orden del Doctor Borges del Manzano, en 1691, para que sólo pudiese haber una criada por cada diez monjas, y que no fuesen mujeres casadas ni esclavas de otras personas. Ese mismo año, a las ocho criadas conventuales de La Concepción se sumaban veintiocho particulares, para poco más de un centenar de monjas novicias y profesas: casi una sirvienta por cada cuatro religiosas(46). La insistencia de los visitadores en rebajar el número de criadas obedecía a su directa incidencia en la relajación de las costumbres monásticas, porque reducían el valor del trabajo como instrumento de potenciar la humildad y de humillar y mortificar el cuerpo y los valores materiales en aras de la perPero su actitud inflexible en este punto, también se debe fección e~piritual'~'). (42) A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita. ..", Legajo con el rótulo Convento Bernardas. Escrituras.. ., expediente sobre reforma de tocados. (43) A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita. ..", fol. 71 r. (44) A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita. ..", fol. 3 rlv. (45) M. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, "La familia canaria...", pág. 46. (46) A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita...", fols. 15 r.-16 v. 119 v. (47) A. GIL AMBRONA, "Entre la oración y el trabajo: Las ocupaciones de las otras esposas. Siglos XVI-XVII", en El trabajo de las mujeres. Siglos XVI-XVII, Madrid, 1987, pág. 62


a la carga que el exceso de personal de servicio suponía para las a menudo depauperadas arcas de los conventos femeninos canarios. Así, en 1645, la abadesa y madres de La Concepción solicitaban al Consejo Real y al Tribunal de la Santa Cruzada que se las eximiera del pago del subsidio y excusado, ante sus dificultades para alimentar a las más de cientoveinte monjas y criadas del convento, no alcanzando a darles más que una libra de pan y dos cuentos al día y por persona(48). Por último, en esta exposición de los delitos conventuales femeninos, no podemos olvidar que la normativa era especialmente insistente en un punto obvio: el cumplimiento del voto de obediencia. Siendo el claustro -como en el fondo lo era- un mundo jerarquizado, la obediencia a la abadesa y demás madres era un punto incuestionable, ya que ellas representaban dentro de los monasterios a la autoridad superior (el prelado, la orden, Roma en última instancia) y respondían con su oficio del cumplimiento de la normativa conventual. De ahí que las penas fueran realmente duras para quienes la violentaran en cualquiera de sus capítulos. Se distinguía entre culpas leves, graves y gravísimas, cada grupo con sus respectivas penas. No vamos a entrar ahora en la exposición y análisis de las mismas -bastará con señalar que abarcaban todas las facetas de la vida en el monasterio-. Pero sí es justo añadir que, junto a la dureza de algunas de estas penas para las monjas profesas (incluyendo disciplinas, postraciones a la puerta del refectorio para que las compañeras de la infractora caminasen también se recomensobre ella, la expulsión del convento en último extremo) (49); daba a las maestras de novicias que tratasen a sus pupilas

con amor y piedad [...] N o se maraville de las faltas que hicieren, sino corrijalas con caridad y espere, unas veces disimulando, otras haciendo lo que deseen hagan las novicias, que suele ser de notable provecho [...]

EL REVERSO DE LA MONEDA La lectura de las páginas precedentes puede inducirnos a pensar que la vida en los monasterios femeninos de Las Palmas se alejaba del ideal de recogimiento y espiritualidad que se les suponía. A tenor de los informes de los visitadores y de los procesos inquisitoriales, no es una opinión errónea, aunque los casos de grave incumplimiento de los votos religiosos no pare(48) A.H.D.P.L.; 9.7.4., Legajo con el rótulo Convento Bernardas. Escrituras ..., expediente sobre Subsidio y Excusado, fol. 1r./v. (49) A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita...", fols. 29 v.- 31 r. y 41 r.- 42 v. (50) A.H.D.P.L.; 9.7.4., "Autos de Visita.. .", fol. 27 r.


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cen haber sido numerosos. Tal vez, no podía ser de otra forma en una ciudad como la de Canaria, relativamente pequeña en extensión y población, y muy alejada del corruptor ambiente de los principales centros urbanos españoles Si bien no hay manera concluyente de probar la austeridad religiosa de la sociedad canaria del Seiscientos, está fuera de toda duda la existencia de mujeres sinceramente afectas a la vida espiritual, y no sólo monjas. Ejemplos como Susana del Castillo Tamariz, viuda del regidor Rodrigo de León, dama de ejemplar vida, de quien refiere la Historia pasó su larga viudez [veintinueve años] en la penitencia y práctica de todas las virtudes cristianas, hasta el punto son algo más de dormir sobre las tablas y con una piedra como almohada (52), que una exageración o una simple anécdota. Porque, aunque ni en Las Palmas ni en Gran Canaria parece que llegara a fructificar intento alguno de fundar un beaterio como el fracasado de La Laguna(53), la figura de la beata no fue desconocida en la isla, ni antes ni después de la fundación de sus tres monasterios femeninos(54).Más aún: de acuerdo con la conocida cita de Viera, el origen del convento de La Concepción estaría muy relacionado con este tipo de vida religiosa, pues años antes de su fundación institucional se pudo contemplar en Las Palmas. el espectáculo de ciertas doncellas virtuosas, hijas de nobles padres, que tomaron la resolución de encerrarse voluntariamente en unas casillas pobres que estaban inmediatas a la ermita de La Concepción, donde formando sus celdas, y como una especie de coro, practicaban sin ser monjas, una vida m u y ascética y ejem~lar(~~). Por su parte, la fundación del monasterio de San Ildefonso, unos cuarenta años después de la de La Concepción, fue, motivaciones materiales al margen, un reflejo canario -algo tardío- del movimiento de reforma (reco(51) Un efecto corruptor que sí se apreciaba nítidamente en los conventos femeninos madrileños, se hemos de creer la visión, hoy ya superada, de las monjas y los conventos barrocos sostenida en su día por J. DELEITO Y PINUELA, La vida religiosa bajo el cuarto Felipe. Santos y pecadores, Madrid, 1952, págs. 106-131. Una crítica a semejante visión, en J. L. SANCHEZ LORA, o. c., págs. 155 y SS. (52) F. FERNÁNDEZ BETHENCOURT, Nobiliario y Blasón de Canarias, t. 11, laed., Santa Cruz de Tenerife, 1878, pág. 26 (53) J. DE VIERA Y CLAVIJO, Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, t. 11, ed. de A. CIORANESCU, Santa Cruz de Tenerife, 1982, págs. 829-830. (54) Lo atestiguan A. CPBO DE SOPRANIS y otras menos conocidas para la historia oficial, pero presentes en la documentación notarial grancanaria de los siglos XVI y XVII, e incluso posterior. (55) J. VIERA Y CLAVIJO, o. c., t. 11, pág. 788.

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lección) que se vivía en el Císter peninsular desde finales del siglo XVI, y que promovía un retorno a la primitiva austeridad de la Orden(56).

¿Y qué decir de las monjas místicas canarias? Para Gran Canaria, contamos con un caso de renombre a fines de Seiscientos: Catalina de San Mateo. Hablamos, por supuesto, de un ejemplo de -para sus contemporáneos- probado contacto con el mundo celestial, no de los más numerosos casos de fingido misticismo de los que da fe la documentación del Santo Oficio. Haciendo gala de su conocido espíritu anticlerical, Millares Torres explicó estos casos como el efecto que la lectura continua de libros místicos, en la soledad y aislamiento de los claustros ejercía sobre algunas organizaciones delicadas y nerviosas; el resultado eran comportamientos.

sorprendentes de excitación cerebral y de sonambulismo, despertando ambiciosas aspiraciones de santidad, que fueron la admiración de sus crédulos contemporáneos, y el asombro del pueblo ignorante(57'. Estas y otras calificaciones más duras -cerebro enfermo, insensatez, ridículos extásis, etc.- hoy no deberían aceptarse sin más, por más que puedan contener un fondo de verdad, y por mucho que en ellas coincidan histoEn primer lugar, porque, como se encarriadores más cercanos a nosotros(58). gó de enseñarnos Caro Baroja, la vida religiosa española del Antiguo Régimen está tan llena de matices, que es muy difícil distinguir entre falsos y verdaderos místicos (59).En segundo lugar -y es una idea que quisiéramos recalcar-, porque la experiencia mística, transpersonal o como quiera que la llamemos, es, por definición, irracional; es decir: su esencia no se aviene a explicaciones basadas íntegramente en conceptos lógicos, porque entonces pierde toda su innegable riqueza. Además, no es ningún secreto que, por lo mismo, este tipo de vivencias están más cercanas a los estados alterados de conciencia que a lo que usualmente consideramos mentalidad normal, sin que ello signifique forzosamente que sean falsas(60). (56) A. LINAGE CONDE, El monacato en España e Hispanoamérica, Salamanca, 1977, págs. 309-313. (57) A. MILLARES TORRES, Historia de la Inquisición en las Islas Canarias, t. 11, Las Palmas, 1864, pág. 115. (58) Por ejemplo, M. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Clero regular ..., pág. 98, opina que la relación de los supuestos prodigios de la vida de sor Catalina raya lo ridículo, con una certeza más que discutible. (59) J . CARO BAROJA, Las formas complejas de la religiosidad barroca (Siglos XVZ y XVZZ), Madrid, 1978, pág. 37. (60) Valga como mera referencia a una aproximación a esta visión del misticismo. John WHITE, (Comp.), La experiencia mística y los estados de conciencia, Barcelona, 1988.


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En definitiva, sería aconsejable abordar el tema desde la única perspectiva que le es posible al historiador: no estudiando la experiencia religiosa en sí, sino más bien analizando el mundo de la religiosidad, de aquello que Caro Baroja define como la facultad de practicar una religión, dentro de las limitaciones individuales y sociales que le son impuestas a todo hombre al nacer(61). Individuo, pero inserto en su marco social. Y, como señala Benito Ruano, sin olvidar el friso de fondo que forman el conjunto de las figuras místicas femeninas canarias (62). En nuestro caso, sería interesante buscar la conexión -si la hayentre sor Catalina y sor Petronila con su más claro precedente isleño: el de Ana Cibo de Sopranis en el siglo XVI(63).

Esteban Aleman Ruíz

(61) J. CARO BAROJA, o. c., pág. 29. (62) E. BENITO RUANO, "Sor Catalina de San Mateo: Religiosidad popular y la taumataurgia en Canarias", VI C.H.C.A., 1984, t. 11, laparte, Las Palmas, 1988, págs. 155-169. (63) Sobre la figura de esta célebre beata, véase A. MILLARES TORRES, Biografias.. ., t. 1, págs. 103-124.





ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 73 - 84. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

EL PATRIMONIO INMOBILIARIO DEL CABILDO CATEDRAL DE CANARIAS EN EL ANTIGUO RÉGIMEN, SU COMPOSICI~NY G E S T I ~ N .

PEDRO C. QUINTANA ANDRES LCDO. EN HISTORIA

El análisis de la sociedad del Antiguo Régimen europeo no sólo se ha de basar en una ponderación de la estructura económica, sino también de las superestructuras emanadas de las relaciones dialécticas sociales, pues nos ayudarán a entender la mentalidad del momento y, a través de ella, fijar con mayor precisión el devenir histórico. Durante el período comprendido entre el siglo XV y el XVIII la Iglesia será uno de los principales protagonistas del entramado histórico, no sólo por su influencia religiosa sino además por su poder económico y político. La institución eclesiástica tenía un carácter supranacional, e n un momento donde comenzaban a emerger las monarquías nacionales, y con ello unas amplías y complejas relaciones de difícil estudio para cualquier investigador, no siendo raro que hasta fechas bien recientes las investigacio#nes económicas y sociales sobre esta entidad hayan brillado por sus ausencias. Lentamente, en la Península y en el Archipiélago canario se han ido dando los primeros impulsos a las investigaciones históricas sobre una


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entidad social que sobrevivió a lo largo de los siglos, frente a otro tipo de poderes terrenales sometidos a sucesivos cambios"). La Iglesia se desarrolló dentro de unas constantes que evolucionaron mucho más despacio que la vorágine política -social generada en Europa, tras la crisis religiosas- filosóficas de principios del siglo XVI y las transformaciones económicas de su modelo productivo, es decir, del tránsito de un sistema mercantilista a uno capitalista. Su funcionamiento interno y su relación con el resto de la sociedad apenas si ha sido esbozada -algunos de estos estudios con un claro sentido tendencioso-, pero sin llegar a conclusiones definitivas de su organigrama interno y sus mecanismos de regeneración. Para la historiografía Canaria actual la Iglesia es casi una incógnita histórica pues su estudio, como conjunto, se encuentra aún por realizar, siendo Viera y Clavijo el más importante estudioso sobre dicho tema, pese a haber transcurrido más de doscientos años en la edición de su obra histórica.

LA FINANCIACION DE LA DIOCESIS DE CANARIAS EN EL ANTIGUO RÉGIMEN

2.

La Diócesis Canariensis, creada a fines del siglo XV, era una de las más pobres de la Corona Castellana por las rentas generadas a través de los ingresos de diezmos, censos o patrimonio, alcanzando en el año 1587 la Mesa Capitular 14.300 ducados de recaudación. La mayoría de las sedes arzobispales -Sevilla, Valencia o Toledo- Sobrepasaban con creces el millón y medio de ducados. Los obispados de menor entidad en la Peninsular -exceptuando los gallegos-, como Cuenca o Córdoba, generaban unas rentas cercanas a los 45.000 ducado^'^). La existencia de un Patronato Real atenazador de la autonomía del prelado, las sucesivas contribuciones al Estado -cruzada, subsidio, excusado, décimas, mesadas eclesiásticas-, las amplias limosnas a los pobres -numerosos en las islas por sus cíclicas crisis J. FONTANA, La crisis del Antiguo Régimen, 1808-1833. Barcelona, 1979. A. DOMINGUEZ ORTIZ, Las clases privilegiadas en el Antiguo Régimen, Madrid, 1985. Del mismo, La sociedad española en el siglo XVIII. Madrid, 1979. Instituciones y sociedad en la España de los Austrias. Barcelona, 1985. S. CAZORLA LEON, Agüimes. Real Señorío de los obispos de Canarias (1486-1837). Las Palmas, 1984. J. -ERA Y CLAVIJO, Historia de las Islas Canarias. Santa Cruz de Tenerife, 1986. V. SUAREZ GRIMON, La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del Antiguo Régimen, Madfid, 1987. (2) L. FERNANDEZ MARTIN, "Aspectos económicos, administrativos y humanos de la diócesis de Canarias en la segunda mitad del siglo X V I " en Anuario de Estudios Atlánticos, n. 21, Madrid -Las Palmas, 1975.págs.95-129 A. DOMINGUEZ ORTIZ, Las clases.. . o. c. (1)


EL PATaIMONIO INMOBILIARIO DEL CABILDO CATEDRAL DE CANARIAS EN EL ANTIGUO REGIMEN.. .

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agrarias-, los conflictos jurisdiccionales y la lejanía del Archipiélago de la Península motivaron un grave absentismo eclesiástico y el desarrollo de una fuerte desidia en las costumbres religiosas del clero, que influyó directamente en la grey(3). Esta problemática estructural de la sede de Canarias, además de su idiosincrasia y tipología geográfica, conllevó un gasto extra en la financiación de sus servidores, aparato burocrático y eclesiástico en general, fundamental para entender parte de sus carencias. En el presente trabajo sólo intentamos situar y valorar un aspecto de las rentas adquiridas a través de su patrimonio inmobiliario, encauzado habitualmente hacia un mercado libre. Los capitales obtenidos por estas ventas fueron conducidos básicamente hacia su cada vez más ingente maquinaria administrativa, las mandas pías y el culto. Los inmuebles patrimoniales del obispado canario tenían un marcado carácter urbano, siendo una de sus principales características, correspondiéndose dicho hecho a la tipología de los asentamientos y a las fluctuaciones de capitales internas de la región. Dicho patrimonio estaba conformado por viviendas -casi el 75%- de diversas tipología, aunque predominando las terreras y aquellas sin ninguna determinación específica, siendo el resto: huertas, casas con terrazgos y parcelas agrícolas, localizándose casi todos los bienes en el ámbito urbano de la ciudad de Las Palmas, sede del obispado, de los grupos privilegiados y de un nutrido artesanado, principales compradores de este tipo de propiedades. Estos bienes patrimoniales de la diócesis se adquirieron por medio de dotaciones y fundaciones hechas a su favor: tanto por eclesiásticos, como la realizada por el obispo Frías -la primera de la que tenemos noticias, integrada por dos huertas y varias casas- o la de los canónigos Zoilo Ramírez, Manso, etc.; como por una pléyade de propietarios de carácter pío, que mediante su generosidad económica buscaban la compra del perdón eterno. A fines del siglo XVII, con el auge del crédito consignativo, se produce un sustancial cambio en la forma de adquisición de los bienes entregados pues no tienen ya, en su gran mayoría, un carácter dotacional, sino que serán fundamentalmente inmuebles procedentes de incautaciones y remates de propiedades censatarios incapaces de devolver los réditos en el tiempo prestablecido en sus contratos de préstamo a interés. La Mesa Capitular de la diócesis gestionó el patrimonio inmobiliario en función de la propia evolución de las estrategias del sistema socio-econó( 3 ) A. DOMÍNGUEZORTIZ, "Absentismo eclesiástico en Canarias" en A.E.A. n. 10, Madrid-Las Palmas. 1964.


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mico a lo largo del per铆odo estudiado, 1515-1700, para la apropiaci贸n de la renta generada. Fundamentalmente, los bienes se entregaron a censo, en sus diversas variantes, y en arrendamiento. En la primera mitad del siglo XVI, la VENTA DE BIENES INMUEBLES

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PRINCIPAL DE LOS BIENES INMLrEBLES RM'M f6f6 - 1700


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falta de una documentación en adecuadas condiciones no permite mayores precisiones, destacan las ventas a censo enfitéutico -donde no existe un dominio pleno del propietario de los bienes adquiridos- por dos vida que, lentamente, durante la segunda mitad del siglo XVI y la primera del XVII se aumentan a tres. A mediados del siglo XVII, se impone rápidamente las enajenaciones a censo reservativo -con dicho tipo de contrato se introduce el dominio pleno del bien por parte del comprador-, primero a rédito perpetuo y con posterioridad, en el último tercio del XVII, pasa a redimible. La evolución en la tipología contractual estaba en función de las propias características de los bienes detentados -casas, molinos- pues el necesitar éstos una permanente reparación, restando una apreciable porción de la renta generada por ellos, motivó una gestión diferente mediante el intento de ir transformando dichas propiedades en dinero líquido, a través de su venta a censo redimible, y poderlo invertir en propiedades mucho más rentables, caso de la tierra y el agua. Durante el período estudiado son numerosas las quejas de los propietarios de las viviendas hacia el cabildo por su deterioro, la imposibilidad de abordar cualquier tipo de reparaciones y lo elevado de los censos. Las rebajas en los réditos, las sucesivas condonaciones de los pagos a realizar por los propietarios -desviándose los capitales hacia la reparación de los bienes- y las cada vez más numerosas ruinas de las casas, tanto por causas naturales (temporales, avenidas del barranco) como por extraordinarias (quema de la vivienda por piratas, humedades), hacían imposible vender unos bienes cada vez más deteriorados, sirviendo algunos de vertederos y muladares a la población. Las tierras no presentaban tanto problemas para su gestión, pues tenían unas características bien diferente en su mantenimiento y un peso específico mucho mayor dentro de la economía del Antiguo Régimen. Los terrazgos tienen menos importancia dentro del conjunto de las ventas, salvo a fines del siglo XVII, cuando se introducen dentro del mercado de la tierra varios terrazgos adquiridos mediante la incautación de bienes. Este tipo de inmueble era rápidamente enajenado, pues las parcelas se vendían a baja renta -entre 1 y 4 doblas- pudiendo proporcionar unos sustanciosos rendimientos a sus nuevos propietarios. Los terrazgos de mayor valía, huertas con casa y viviendas, eran eminentemente urbanos, localizados en la zona trasera a el palacio episcopal, en la calle de los Reyes, zonas aledañas al convento de Santo Domingo, iglesia de San Telmo y Vera Cruz. Se entregaban siempre en arrendamiento, pues las rentas substanciadas por ellos eran altas, si las comparamos con las viviendas, pero muy variables en su conjunto, oscilando entre los 150 a 600 reales,


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con predominio de las situadas entre los 300-600 reales. El tiempo medio del arrendamiento era muy diverso aunque como media se puede señalar entre 6-9 años (4). Las viviendas dadas en régimen de alquiler fueron muy escasas durante la etapa estudiada, siendo todas casas rematadas por deudas de censos, diezmos o ha~imientos'~). Sólo durante el siglo XVIII los arrendamientos aumentarán, en proporción lineal a las sucesivas crisis de la economía insular y a la imposibilidad de devolver los principales de los préstamos. La enajenación a censo daba la posibilidad al censualista de permitirles unas entradas permanentes de dinero durante un tiempo prolongado, tres generaciones, pero en un siglo tan inflacionario como el XVII cualquier renta elevada a principio de la centuria se convertía en una nimiedad en su mitad, engullida por el progresivo deterioro económico -financiero. Por contra, el arrendamiento permitía unas rentas modificables en función de la fluctuación económica pero también la posibilidad de que, en un momento de crisis, un bien no fuera arrendado durante períodos más o menos prolon(4) Las huertas se localizaban en diversas zonas de la ciudad, así tenemos: Cercado de 4 fanegadas en Santo Domingo, en el camino del risco al Quemadero, con dos horas de agua arrendado por 600 reales y 9 años (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano: José García. Legajo: 1388. 1682); Huerta de hortaliza y casa con agua junto iglesia de la Vera Cruz, entregado por 26 doblas anuales y 6 años (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano: Pedro Bravo de Laguna. Legajo: 1213. 1641); Hacienda de viña, tierra calma, agua y casas en el barranco Tenoya, arrendada por 3 años y 300 reales anuales (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano: Francisco de la Puerta. Legajo 1076. 1623); Cercado Grande en Vegueta con casa, árboles y 11horas de agua por 600 reales y un año (A.H.L.P.L. Protocolos Notariales. Escribano: Antón de Zerpa. Legajo: 1039. 1622); Huerta del Chantre Segura en la calle Acequia en 18 doblas y 1 año (A.H.P.L.P. Prtocolos Notariales. Escribano: Francisco Amado. Legajo: 1407. 1611); Huerta de Benítez en San Telmo con casa terrera por 300 reales y 9 años (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano: Juan Vega de Vergara Renda. Legajo: 1.306. 1661); Tierra y casa en la Angostura por dos años y 200 reales (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano: Juan García Cabezas. Legajo: 1.100. 1635); Huerta del Toril en 150 reales por 1 año (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano; Cristóbal de Roteta. Legajo: 1.487. 1691); Huerta en el Toril de Soberanis por 250 reales (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano; Melchor Gumiel de Narváez. Legajo: 1.387. 1681); Huerta frente a la Pescadería con casa y agua por 300 reales y 6 años (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano; Melchor Gumiel de Narváez. Legajo: 1.378. 1670); Huerta del Tesorero Manso en San Justo por 6 años y 500 reales anuales (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano; Lázaro Figueroa Vargas. Legajo: 1.427. 1691); Huerta, árboles y casas que dicen de Aguilar en el Terrero por 260 reales y dos afios (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano; Francisco Ortega. Legajo; 1.410. 1690); Tierra, agua y casa en El Dragonal por 300 realews anuales y 4 años (A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano; Lázaro Figueroa Vargas. Legajo: 1.425. 1688); y la Huerta del obispo Frías en Pambaso. ( 5 ) A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano; Tomás de Melo. Legajo: 1.356. 1666. Se arrienda casa alta a Isabel Telles en la calle Gradas perteneciente a Andrés de Silva y Brígida de la Cruz, padres del licenciado Miguel de Silva, hacedor de El Hierro y la Gomera, que debía de su gestión entre 1654-55, 4.951 reales y 1.400 de la orchilla. Se arrendó por 16 años y 200 reales anuales.


gados y, por tanto, deteriorarse más rápidamente. Así, se prefirió dar las viviendas a censo y las tierras más productivas en arriendo, pues éstas siempre tenían una fuerte demanda como productoras de hortalizas para el consumo de la ciudad. La venta de los bienes se encuentran mediatizadas por diversos factores de índole socio-económico, además de la integridad o no de la fuente, por lo que el resultado que aportamos en este trabajo debe estar sometido a toda una serie de lógicas precauciones. Durante los primeros setenta y cinco años del siglo XVI apenas si se puede obtener unas series continuas en las enajenaciones, por el deterioro de la documentación consultada, aunque se observa un cierto dinamismo en el primer tercio del siglo XVI, momento de asentamiento de un gran volumen de población atraída por los repartimientos de tierras y el auge de la industria azucarera. Las series comienzan a ser más consistentes a partir del último decenio del siglo XVI, produciéndose una tendencia muy positiva al comienzo del XVII debido: al ataque y destrucción de la ciudad de Las Palmas por Van der Doez, cuyas repercusiónes económicas fueron muy negativas, motivando que el Cabildo Catedral se viera en la necesidad de ceder varias propiedades para remediar tal situación; el proceso de saneamiento de bienes menos rentables, para dirigir la inversión hacia otras iniciativas económicas; el deseo de afrontar nuevas obras en la Catedral, como las del Sagrario, la techumbre o el estudio; la posibilidad de transformar dichos bienes en dinero líquido e imponerlos a censos consignativos o invertirlos en bienes mucho más seguro; y la transformación del interés de los censos pasando del habitual 14.000 el millar (73%) a 20.000 el millar (5%) en 1608, propiciando la demanda de créditos y la compra de bienes a rédito. Será los primeros treinta años del siglo XVII los más dinámicos en traspasos, pues en ellos se vende el 42% de todos los bienes en el período estudiado y se dan propiedades por un valor equivalente al 33% del volumen total de los principales. En etapas posteriores, la introducción de inmuebles en el mercado se encuentra mediatizada por el propio dinamismo de los bines entregados en etapas anteriores, es decir, la renuncia o el fin del período acordado de tenencia del bien a censo enfitéutico por los antiguos usufructuarios, llevaba automáticamente a la propiedad a integrarse dentro del mercado inmobiliario, así como a los bienes incautados a los deudores. Se mantiene de este modo un constante tendencia en las ventas por parte del Cabildo con una media entre una o dos anuales. Por contra, los principales de dichos bienes sufren un espectacular incremento a fines del siglo XVII, motivado por un aumento de la moneda -tras la reforma de 1686 que las revaloriza un 25%- y la puesta en venta de bienes de mayor entidad económica -hacien-


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das, casas de alto y sobradas, huertas- rematadas a los censatarios y deudores de rentas, vendiéndose en esta etapa bienes por un valor superior al 30% del total. Los principales compradores eran tanto miembros de la iglesia, centrándonos en dignidades, canónigos y capellanes, como de su personal de servicio -cereros, pertigueros, apuntadores- a los que se unían grupos con ingresos relativamente elevados: milicianos, escribanos, artesanos. Existe un amplio sector de compradores que no aportan su profesión o grupo social aunque muchos, por la localización de los bienes solicitados parecen dedicarse al mercado, la agricultura y a la artesanía. TfPOLOGU DE LOS COMPRADORES

PERIODOS DE VENTA LOS BIENES INM. I

m 1616

- 1700

H. fe90 (fP.OU) /

n x

rtno ( r a s r )

rsro (rs.eu)


EL PATRIMONIO INMOBILIARIO DEL CABILDO CATEDRAL DE CANARIAS EN EL ANTIGUO RÉGIMEN..

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Se produce una clara relación entre el precio del inmueble y el grupo social del adquiriente del bien, aunque no debe tomarse estos resultados como un hecho determinante. Los eclesiásticos compraban los inmuebles en los alrededores de la Catedral y Plaza Real, los artesanos en las zonas cercanas al barranco y la mar -calles de la Herrería, ¿a Pelota, Peregrina y Carnicería-, mientras los comerciantes se instalan en Triana y en la zona trasera a la Catedral. En las localidades de Gran Canaria donde se realizan algún tipo de venta predominan los campesinos, salvo en Telde donde varios milicianos son los máximos compradores, lo mismo que en Lanzarote y Tenerife. VENTAS DE BIENES INMUEBLES DE LA DIÓCESIS DE CANARIAS ENTRE 1515-1700 ANO

CASAS

TERRAZGOICASAIAGUA

1515-1520 1521-1530 1531-1540 1541-1550 1551-1560 1561-1570 1571-1580 1581-1590 1591-1600 1601-1610 1611-1620 1621-1630 1631-1640 1641-1650 1651-1660 1661-1670 1671-1680 1681-1690 1691-1700

2 8 4

1 1

-

-

7 15 24 28 17 11 11 7 14 9 12 8

2 3 2 8 2 3 4 6 3 5 2 -

362.133 811.697 ''1 1,370.059 2,929.746 ''' 1,076.880'2' 611.620 903.240 1,013.240 '2' 899.166'3' 1,392.280'2' 922.400 ''1 2,898.280'2'

TOTAL

182

52

16,261.511(23)

-

2 3

-

1 1

PRINCIPAL (MARAVED~S)

150.666 (') 356.331 (') 265.573 -

112.800 185.400 "' -

(O): Número de ventas que no mencionan sus capitales. FUENTES: Archivo HistOrico Provincial de Las Palmas: Protocolos Notariales. Legajos: 911 al 1499. Archivo Catedral de Canarias. Actas del Cabildo números: 1 al 25. NOTA: Elaboración propia.

En total localizamos como bienes propios de la iglesia 204, de los que 141 eran viviendas, aunque el número de ventas, 234, y arrendamientos fue


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-

TIPOLOGU DE LOS BIENES VENDIDOS

mmm"

(63.)

7696 - 9700 DOS

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smo (4.6%)

LUCALIUCION Uh' LOS H I Y N a S Vh'NUIUOS

BCO. L*S PALMAS (88s) Llnrnon (o.-)

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CVI.4 (0,711) D ~ * ~ D N *(8.r~) L

mayor, pues eran bienes puestos varias veces dentro del mercado. Este porcentaje de propiedades, posiblemente más elevado si no estuvieran tan deterioradas las fuentes, representa en una estimación global entre el 4-6% de las viviendas localizadas en la capital de la isla y menos del 3% del total insular, mientras que su presencia y porcentaje en el resto de las localidades del Archipiélago debió ser mucho menor pues en algunos lugares, caso como el de Artenara, se limitaba a la tenencia de un granero o cilla para el diezmo, estando este edificio muchas veces tomado en alquiler durante el recuento los ejemplos más notorios en Gran Canaria se dan en Guía y Teror durante el siglo XVII-. No fue, con todo la entidad con más bienes inmuebles urba-


EL PATRIMONIO INMOBILIARIO DEL CABLDO CATEDRAL DE CANARIAS EN EL ANTIGUO RÉGIMEN ..

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nos de la ciudad de Las Palmas, pues el convento de Santo Domingo la superaba en cantidad aunque no en rentabilidad, por la tipología de los bienes del monasterio: casas terreras y pequeños solares. Una diócesis tan pobre como la Canaria no podía proporcionar unas considerables rentas y dotaciones equiparables a la de otras prelaturas peninsulares, hecho que tenía su más inmediata repercusión sobre la cantidad y calidad de los bienes inmuebles detentados por la institución. La Catedral de Salamanca, por ejemplo, poseía en su ciudad sede 400 casas, la de Sevilla recibía en el siglo XVIII dos millones y medio de reales de renta anual sólo de sus fincas urbanas (227.000 ducados) (6). La de Palencia, uno de los grandes obispados con bienes más modestos, gestionaba a mediados del siglo XVIII, según el Catastro del Marqués de la Ensenada, las dos terceras partes de las casas de la ciudad (70,1%) y más de las tres cuartas partes de la superficie dedicada a huerta (75.9%)'''. Nos encontramos en Canarias ante una realidad determinada por una sociedad embuida en una problemática diferente, como ya hemos mencionado, donde las sucesivas crisis económicas y su imposibilidad de establecer su propio futuro encauzaba irremediablemente su destino y papel dentro de la formación social en la que se encontraba inmersa. La iglesia en Canarias es pues reflejo de estas contradicciones, no sólo desde el plano social sino también económico.

3.

CONCLUSIONES

La Iglesia no sólo fue una institución de carácter espiritual sino que era una gran entidad recaudatoria y financiera. Hemos intentado definir parte de esta riqueza económica acumulada en su seno mediante el estudio de sus bienes inmuebles, lógicamente dejando aparte los edificios de culto y administración, y con la salvedad de otros que existieran en islas distintas a la de Gran Canaria que, ya por omisión o por tener una característica diferenciada en su titularidad, no ha quedado reflejada en la documentación eclesiástica. Las propiedades eran escasas y su gestión se limitaba al intento de que los usufructuarios mantuvieran las condiciones de habitalidad, así como el pago puntual de su renta. El deterioro del bien o su ruina significaba la pérdi(6) A. DOMINGUEZ ORTIZ, Las clases.. . o. c. pág. 340. (7) A. MARCOS MARTÍN, " L a Desamortización de Godoy en la ciudad de Palencia, 17981808" en D e esclavos a señores, Valladolid. 1992. pág. 219.


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da de todo ingreso y un prolongado tiempo de inutilización de la propiedad. Las relativas rentas bajas emanadas de dichos bienes llevó al Cabildo Catedral a inclinarse hacia el censo consignativo y el saneamiento de los diezmos, más que a una preocupación en la acumulación de bienes urbanos que acarreaban muchos gastos y pírricas rentas. El patrimonio inmobiliario eclesiástico fue así muy escaso y su aportación a la renta general del obispado mínima, aunque sí era significativo para algunas de sus partidas de gasto, caso de las capellanías, siendo las viviendas gran parte de la base de su sostenimiento. A la vez, dichos bienes fueron básicos a la hora del asentamiento de los eclesiásticos de más alto rango en su estancia en Las Palmas, pues observamos como las viviendas del Cabildo eclesiástico son sucesivamente rematadas y ocupadas por dichas clérigos.

Pedro Quintana Andrés


ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 85 - 122. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

LA ORDEN DE SANTA CLARA EN CANARIAS. SIGLO XVll

FRAYJOSEGARCIA SANTOS LCDO. EN TEOLOG~A

L a s monjas clarisas están de fiesta. Desde el pasado mes de agosto las hijas de Santa Clara, esparcidas por todos los rincones de la geografía, cantan alegres y festejan los ochocientos años del nacimiento de su fundadora. En Canarias hubo hasta cinco monasterios de estas monjas, desapareciendo todos en el siglo pasado, a excepción del de La Laguna, que fue el pionero en esta hermosa empresa. Las líneas que siguen pretenden ser un pequeño homenaje a tantos centenares de almas contemplativas que iluminaron nuestra iglesia canaria durante casi trescientos años; y también, un reclamo para seguir descubriendo tantas y tan buenas cosas de nuestra iglesia en estas islas, tan necesitada de una buena historia.

1.

EL HECHO ECLESIAL

Presento en este primer apartado una serie de claves, sin las cuales, a mi juicio, no se puede hacer una exacta valoración de este fenómeno eclesial.


La incorporación de la vida contemplativa a la Iglesia es un índice de su madurez, a la vez que ventanal abierto para explorar realidades siempre nuevas en el misterio eclesial. Así nos lo ha recordado el Vaticano 11, cuando dice que " la vida contemplativa pertenece a la plenitud de la presencia de la Iglesia", apostillando: "Por eso es necesario establecerla en las iglesias jóvenes" (AG 18). Así era nuestra iglesia, joven, cuando en 1.547 se implanta en ella la vida contemplativa institucionalizada, por el advenimiento de la primera Comunidad clarisa. Este acontecimiento eclesial, como en general la historia misma de la Iglesia, es algo más que el mero análisis de datos y su valoración humana; la Iglesia, es un instrumento de salvación, y esta clave es absolutamente imprescindible para entender lo que sucede en ella.Sólo entonces se puede hacer la valoración total de sus hechos; los otros análisis: sociales, económicos, diplomáticos, o cualesquiera que sea su nombre, si se quedan fuera de esta clave, tocan aspectos necesariamente parciales de la misma, que nunca deben ser tomados como conclusiones definitivas, por mucho que sea su rigor científico. Por lo que se refiere más a nuestro tema, no se puede abordar mínimamente, si se olvida algo que para un creyente es el abecé de la vida cristiana: la vocación. Se trata de personas que son llamadas por Dios para encarnar ese modo de vida en la Iglesia, aunque nosotros no podamos descubrir la raíz última de esa llamada. La conclusión final de este planteamiento es que las personas llamadas por Dios a la vida contemplativa buscan la santidad, a pesar de todas las debilidades humanas, que no son pocas; pero fijarse casi obsesivamente en la debilidad de alguno de sus miembros, es como si alguien quisiera emitir un juicio sobre la salud de los hombres contemplando únicamente los enfermos. ¿Quién aceptaría tal valoración?. No, afortunadamente el hombre es algo más que un enfermo, como la vida contemplativa es básicamente seminario de almas santas, por más que no falten enfermas. Por otro lado, no faltan quines expliquen la abundancia de vocaciones alegando la buena vida que se llevaba en los conventos; bien a las claras está que quienes tales cosas dicen no han vivido en un convento, y más si lo referimos a tiempos pasados. El hambre y todo tipo de molestias era la compañía más frecuente de quienes vivían en esos lugares. La vida religiosa, y más concretamente la contemplativa, será siempre algo muy difícil de comprender.


LA ORDEN DE SANTA CLARA EN CANARIAS, SIGLO XVII

11.

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EL HECHO HISTORICO

Aunque el marco de estas Jornadas es el siglo XVII, al tratarse de una monografía, no puedo menos de decir cuatro palabras del monasterio de La Laguna, que fue el primero de todos y origen de los demás, pero cuya fundación ocurre en el siglo anterior. l .Monasterio de S. Juan Bautista (1547)('1

Desde 1524 el Cabildo lagunero quiere implantar en Tenerife la vida contemplativa. Después de varios intentos, en 1545 firma con los franciscanos un Acuerdo, según el cual los frailes cederían el convento de San Miguel de las Victorias a las futuras monjas que serían de la Orden de Santa Clara. Las razones alegadas eran "la necesidad que hay en esta isla y en las otras comarcanas de ella que haya el dicho monasterio"; son muchas las "doncellas y dueñas" que, por no haber monasterio en las islas, pasan a la península para realizar su vocación. No eran sólo mujeres importantes; el Acuerdo recoge el dato de " muchas doncellas e hijas de hombres honrados e pobres que tienen voluntad de entrar en Religión e servir a Dios, e por no tener con qué lo dejan de hacer". La decisión será incluir en el Acuerdo una cláusula que obligue a admitir sin dote a dos candidatas,"las cuales sean de personas honradas e pobres", a cambio de ciertas rentas del Hospital de San Seba~tián'~). Queda dicho que las monjas eran concretamente las clarisas, cuya fundadora fue Santa Clara, discípula predilecta de S. Francisco de Asís. Desde 1488 los conventos franciscanos de Canarias formaban jurídicamente una Custodia(4),unida a la Provincia de Andalucía; por eso los trámites de la fundación se realizan en La Laguna por el Custodio fray Pedro de Sevilla o de San F r a n c i ~ c o ( ~en ) y Sevilla la gestione el Ministro Provincial fray Luis de Eciga. Fue éste quien escondió las 10 monjas que deberían ir a la Laguna, cuatro procedían del monasterio de San Antonio de Baeza y las otras seis venían del de Regina de Sanlúcar de Barrameda. Reunidas en la capital del Betis a últimos de enero de 1547, emprendieron viaje a las islas, (1) Aunque inicialmente estuvieron en S. Miguel de la Victorias, ya desde ahora lo designamos por este nombre, que fue el titular de la nueva fundación en 1577. Popularmente se llama de Santa Clara. (2) Dueña era una forma muy extendidda de señalar a las monjas que procedían de familias ilustres. Por extensión, luego se aplicó a otras. (3) Fray D. INCHAURBE, Historia de los conventos de Santa Clara de La Laguna y de S. Pedrop Apóstol y S. Cristóbal de Garachico. Sevilla, 1953, págs. 45-47. (4) En la terminología de la Orden se llama Custodia al estadio jurídico previo para constituir una Provincia, que es el grado perfecto de autonomía. (5) Aunque en unos lugares leemos fray Pecho de Sevilla y en otros, fray Pedro de San Francisco, parece que se trata de la misma persona.


acompañadas del Custodio, seis frailes más y fray Andrés de Villanueva, como confesor @j. La expedición llegó a Santa Cruz de Tenerife el 20 de febrero y se alojaron en San Miguel de las Victorias, previamente acomodado a las nuevas necesidades. La lista que nos da el cronista de las expedicionarias es la siguiente (7): Sor Juana de la Cruz. Abadesa; sor Ana de San Gabriel y Lugo; sor Ana Bautista de Lugo; sor María de Cristo Vanegas; sor Ana de la Trinidad; sor Catalina de Jesús; sor Francisca de San Miguel de Lugo; sor Gracia de San Jerónimo; sor Leonor de Santa María de Torres; sor catalina de San Pedro. Varias de las que procedían de Sanlúcar eran originarias de Tenerife. Todas eran, continúa el cronista, "Religiosas urbanistas de la gloriosa madre Santa Clara (esto es, Monjas que guardan la segunda Regla de Santa Clara, confirmada por nuestro santísimo Padre Urbano Papa cuarto)"(". Así se convirtieron en las primeras contemplativas de las islas(9). El cronista añade una nota que nos permite comprender mejor lo que sigue. Dice que las monjas se instalaron en San Miguel "como de prestado"; esto, unido a la disposición del Tridentino, que prohibía a las monjas de clausura vivir fuera del recinto ciudadano, dio lugar a que en 1577 se trasladaran al interior de la ciudad, fabricando monasterios en unas casas de Doña Olaya Fonte del Castillo ('O). Las casas fueron tasadas "en tres mil ducados", el equivalente a la dote de tres hijas suyas que habían de ingresar, reservándose la familia el derecho de patronato. En honor a su difunto esposo D Juan de Fiesco, el monasterio llevaría como titular a San Juan Bautista. La adquisición y posterior adaptación de las mismas se hizo "a costa de las dotes redimidas de las religiosas", y fue obra lenta y costosa. Por las (6) Fray J. PEDRAZA, Camino de verdad, por donde se demuestra el derecho de la Provincia de Andalucía al convento de Sanlúcar de Barrameda, contra las pretensiones de la de Canarias. M-uscrito en el archivo de la Provincia Bética, fol. 17. (7) Fray. P. YANES, Libro de la fundación del Monasterio de Santa Clara de La Laguna, fol. Ir-lv, que se conserva en este monasterio. Nos referiremos asiempre a él como cronista. (8) Santa Clara, como San Francisco, fundó su Orden sobre la más estricta pobreza, tanto individual como comunitaria. En 1263 Urbano IV otorgó a los monasterios que lo desearan la potestad de tener propiedades comunes. La historia ha bautizado con el nombre de urbanistas a las que se acogen a este privilegio. (9) Efectivamente, no sólo esta fundación, también la de San Diego de Garachico, es anterior a la de las cirtercienses en Las Palmas, 1592. (10) Es sabido que por estas fechas el convento de San Miguel de las Victorias quedaba fuera del recinto ciudadano. (11) P., TARQUIS RODRÍGUEZ, Diccionario de arquitectos, alarifes y canteros que han trabajado en las Islas Canarias. Anuario de Estudios Atlánticos, año 1964, pág. 544 y año 1965, pág. 367.


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investigaciones de Tarquis(ll)sabemos que el 10 de julio de 1575 el maestro de cantería Gonzalo Yanes se compromete con la Abadesa sor Ana de San Gabriel de Lugo a hacer una iglesia "de anchor e cumplido según están hechos e tupidos los simientos". Igualmente Andrés Rodríguez Bello, lagunero, se compromete en 1688 a derribar el campanario y levantar otro nuevo en su lugar; "la altura, a satisfacción de la Madre Abadesa", que lo era sor Juana de San Ignacio Medina. Desconozco por qué se derribó el primer campanario. Del resto de las obras conocemos los datos siguientes: en 1610 se emplea la dote de sor Olaya Fiesco "para acabar un dormitorio"; en 1612 se hace otro tanto con la de sor María Guerra "en los locutorios y obras del convento"; en 1615 es la de sor Francisca de Argumedo la que se invierte "en la fábrica de un dormitorio", hecho que se repite en 1651 con la de sor María Morato; todavía en 1663 se gastan dos mil reales "para la fábrica de un dormitorio". Evidentemente eran varias las piezas del monasterio asignadas a dormitorio, lo que habla del crecido número de inquilinas. La partida de 1667 trae mil ducados empleados "en la obra de los locutorios, puerta Reglar y lo demás", lo que hace pensar que se rodea el monasterio con una cerca. En 1679 se hace el mirador. Los materiales empleados no debían ser muy consistentes, ya que en 1695 se utilizan los mil ducados de la dote de sor Francisca Subibarría "en la reedificación del convento". Dos años más tarde, el 10 de junio de 1697, "día de la Santísima Trinidad", un voraz incendio "redujo todo este monasterio a cenizas, quedando en pie el cuarto de la puerta Reglar"; la Comunidad fue acogida caritativamente por sus vecinas las monjas dominicas o catalinas, pudiendo regresar en septiembre, no sin dejar allí sepultadas dos hermanas que fallecieron durante esa estancia. Dice la crónica que la reconstrucción fue tan rápida, con la ayuda de Dios, "que en el término de pocos años se reedificó todo el convento, gastando en la dicha obra gran parte de sus rentas". Pero no debió de ser tan rápido, pues todavía en 1711 se emplean los ochocientos ducados de la dote de sor Catalina de Santa Bárbara Salazar "en la reedificación del convento", cuyo importe todo estaba concluído en 1717, año en que se hace el nuevo mirador. Cree Tarquis que el incendio de 1697 no afectó a la estructura de la iglesia hecha por el maestro Yanes; no así los retablos y el artesonado, totalmente destruídos por el fuego. El nuevo retablo se encomendó a Andrés de Castro, tan buen entallador como informal en su trabajo, comenta 1. (13), costando no menos de 16.000 reales. Una nota de la crónica en 1726 afirma: "Púsose el sagrario dorado del altar mayor el día primero de Abril"('4)',por lo que hemos de pensar que ya estaba acabado el retablo. (12) El escudo equivalía a unos diez reales. (13) L.c. pág. 75. (14) L. c. pág. 54


El 11 de octubre de 1663, fecha en que termina la primera crónica fray Pedro Yanes, el monasterio tenía 90 profesas, 4 novicias. En la actualidad es el único superviviente de toda aquella hermosa floración de clarisas en el archipiélago, si bien está muy disminuido de efectivos personales y recursos económicos. Pasemos ahora a reseñar lo que es su más rico florón: los monasterios fundados por él, de los que paso a hablar de seguida. 2. Monasterio de S. Diego (1590) La familia Ponte, que ya había levantado en 1524 el convento franciscano de Ntra. Sra. de los Angeles, quiere tener también ahora un monasterio de clarisas. Apoyaban la idea el Ministro Provincial fray Bartolomé de Casanova, el Guardián del convento franciscano fray Salvador Perdomo (que en 1590 sería elegido Ministro Provincial) y el canónigo Don Pedro del Castillo; se oponían el Cabildo lagunero (a cuya jurisdicción pertenecía Garachico) y el propio obispo diocesano, que lo era Don Fernando Suárez de Figueroa. El año 1590 viene de Comisario-Visitador a la Provincia fray Jaime de Llobet, quien apoyó desde un principio tal anhelo, teniendo que hacer valer su antigua amistad con el prelado para que todo fuera a pedir de boca. El lugar ofrecido por la familia Ponte era otro obstáculo, por pertenecer al mayorazgo; y aunque se alcanzó Real Cédula de Felipe 11, se optó por comprar las casas de Luis Hernández, Juan Bautista Negro Calderón e Isabel de Mata, utilizando en su compra las dotes anticipadas de las que iban a ingresar para monjas. Y tanto fue el interés puesto en la obra, que en poco más de un año ya se había puesto la cerca, a tenor de la escritura de 5 de junio de 1590, que además nos da las medidas del nuevo monasterio: por la parte de abajo, 165 pies y medio; por la parte de arriba, que sale a la plaza de S. S., 180 pies; de anchura, por el callejón que llaman Montesdeoca y sale al pueblo, 102 pies(15). Al ver la prosperidad de la obra, el mismo obispo se convirtió en uno de sus mayores entusiastas, concediendo a las futuras monjas el 16 de julio que, mientras vivieran en la casa de Doña María de las Cuevas, pudieran celebrarles misa; más tarde, el 16 de agosto, regalaría al monasterio la campana que desde muy antiguo estaba en la ermita de San Sebastián. Por su parte el Comisario-Visitador, el Ministro Provincial, un Definidor y otros frailes graves de la Provincia se presentaron ante la reja del coro de las monjas de La Laguna, el 25 de junio, y en presencia de toda la Comunidad leyó el (15) INCHAURBE, 1. c., pág. 84.


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Decreto en el que se nombraban las que habían sido elegidas para fundadoras y sus oficios. Eran éstas: Sor Juana Bautista Colombo. Abadesa. Sobrina de Juan Bautista Colombo, racionero de Canaria(16).No se sabe qué año profesó, aunque el cronista le asigna el 1561. Sor Ana de la Trinidad, de la que no sabemos otra cosa; el cronista pone su profesión en 1559. Como no aparece con cargo alguno y en la lista no figura el cargo de Maestra de novicias, el hecho de ir colocada en segundo lugar me da pie para pensar que fuera ella la nombrada para ese cargo. Sor María de San Juan Bautista Perera de Lugo, orotavense. Tornera. Hija de Juan Benítez Perera e Inés de Lugo, hermana del primer Adelantado. Profesó en julio de 1556. Fue Abadesa de S. Diego de 1594-1596, año de su santa muerte. Sor Catalina de Palenzuela.Vicaria de coro. Natural de Canaria. Hija de Lorenzo Palenzuela, escribano público en Canaria, y Ana Jiménez. Profesó en febrero de 1571. Sor Francisca de San Zenón Calderón. Segunda tornera. Natural de Garachico. Hija de H. Calderón y hermana de García del Hoyo. Profesó el 24 de junio de 1590, dos días antes de salir para Garachico. Sor Francisca de San Lorenzo Palenzuela. Sacristana. Hermana de la otra Palenzuela, con la que profesó el mismo día. Sor Catalina de San Bartolomé Calderón. Provisora. Hermana de la otra Calderón. De ella dice el cronista que "salió novicia del convento y profesó en la iglesia de él" el mismo día de la marcha. Debía de estar muy bien dotada para encomendarle, recién profesa, el cargo de provisora. Más tarde fue Abadesa en S. Diego de 1602-1610. Fue una de las fundadoras de S. Pedro y S. Cristóbal, del que sería su primera Abadesa de 1643-1646. Todo ya preparado, el 26 de junio de 1590 salió tan singular comitiva hacia la Orotava, donde pernoctaron en casa de Doña-María de Aponte. Al día siguiente partieron para Garachico, donde fueron recibidas con mucho agasajo, pasando luego a residir a la casa de Doña María de las Cuevas, donde estuvieron hasta el 8 de julio. Ese día salieron y en la iglesia de los franciscanos tomaron el hábito sor Luisa de S. Diego, sor Francisca de S. Gabriel, sor Juana Bautista, sor Cipriana de los Ángeles, sor Elvira de S. Pedro y sor Inés de la Concepción. De S. Francisco pasaron a la iglesia parro(16) Siempre que ocurra este término en los documentos lo pongo tal cual, ya que esa era la forma de designar la capital de la isla.


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quial, de donde llevaron el Santísimo procesionalmente para colocarlo en el nuevo monasterio, celebrándose a la llegada solemnes vísperas. Al día siguiente el Comisario-Visitador ofició una misa en honor de San Diego de Alcalá "y cantaron las monjas". El titular del monasterio era San Diego, canonizado dos años antes(17). La vida se desarrollaba con toda normalidad y en línea siempre ascendente, hasta que el 5 de mayo de 1706, a las tres de la mañana, tuvo lugar la erupción del volcán, que obligó a las monjas a salir a todo trapo para salvar sus vidas. Como primera solución se refugiaron en el monasterio de las bernardas de Icod, pasando luego al de las clarisas de la Orotava; pero como ambas Comunidades no podían vivir juntas, dado el excesivo número, el Ministro Provincial fray Pedro de Abreu dio un Decreto el 21 de mayo ordenando la distribución de las mismas entre los monasterios de la Orotava y el de La Laguna. Hasta el 9 de agosto de 1710 no pudieron volver a Garachico, aunque parece que ya no se restableció del todo. Desapareció en el siglo pasado. Hoy sólo queda una calle con el nombre de S. Diego, indicativa de dónde estaba el monasterio.

3.Monasterio de S. José (1601) La semilla sembrada en La Laguna seguía desarrollándose con pujanza. Así, a los once años de haber fundado en Garachico, un nuevo monasterio se abrirá en la Orotava, con el título de S. José. Afirma Cionarescu(18)que los primeros pasos se dieron el 3 de diciembre de 1594, fecha en que los regidores Luis Benítez de Lugo y Francisco Suárez de Lugo, vecinos de la Orotava, comisionan a fray Bartolomé de Casanova (que había sido Ministro Provincial y quizá lo era de nuevo) para que haga las gestiones ante el obispo("); gestiones que debieron marchar por buen camino, ya que en 1597 los esposos José de Llarena y Ana Calderón consiguieron una Real Cédula para levantar en sus casas un monasterio de mientras que Santa Clara. Se opuso el Cabildo catedralicio el 4 de agosto(20), el de La Laguna la aceptó el 26 de septiembre, si bien todavía cuatro días más tarde se sigue hablando del tema. Dice Millares que el monasterio se fundó ese mismo año de 1597, sin indicar mes ni día, como tampoco el moti(17) INCHAURBE, l. c., pág. 87. (18) En nota a la obra de J. VIERA Y CLAVIJO, Noticias de la Historia General de las Islas Canarias. Santa Cruz de Tenerife, 1982, Ed. preparada por A. CIONARESCU, pág. 790. (19) Lo era Don F. MARTINEZ D E CENICEROS (15696-1607). (20) A. MILLARES, Anales de Canarias. Manuscrito del Museo Canario de Las Palmas.


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vo que retrasara hasta 1601 el ingreso de las monjas. Quedaba como patrono la familia Llarena, que, según el texto oficial enviado a la Curia General, había colocado en la capilla mayor tres imágenes notables ("conspicuas" dice el texto latino), a saber: la Inmaculada Concepción, S. José y Santa Clara'"). Llegó por fin la hora del ingreso en el nuevo palomar, y fue el 20 de ~ )grupo . enero de 1601, en el provincialato de fray Agustín de C a ~ a n o v a ' ~El de expedicionarias era este: Sor Catalina de S. Francisco Llarena Olivares. Abadesa, natural de la Orotava. Hija de Diego González de Llarena y María Cabrera Olivares. Profesó en julio de 1562 y murió en la Orotava con fama de santidad. Sor María de Cristo Llarena, hermana de la anterior. Profesó en julio de 1565 y murió también en la Orotava en opinión de santa. Sor Ana de S. José. Nada más sabemos, aunque el cronista fija su profesión en 1574. Sor Jacobina de Santa Isabel Luzardo, orotavense. Hija del capitán Juan Antonio Luzardo de Franchi, regidor en 1558, e Isabel Fonte del Castillo. Profesó en marzo de 1576. Sor Isabel de San Leandro Luzardo, hermana de la anterior. Profesó en 1572. Otras hermanas: sor Leandro de Cristo, sor Magdalena de S. Bernardino y sor Inés de San Juan, todas monjas en La Laguna. Sor Luisa de la Cruz. Sólo conocemos el dato de su profesión, en 1575. Sor Francisca de S. Esteban Grimaldo, orotavense. Hija de Esteban Grimaldo Rizo. Profesó en febrero de 1559. Regresó a La Laguna, donde murió santamente. Alaba el cronista el fervor de aquel grupo, muy en especial a las hermanas Llarena, lo que sin duda contribuyó grandemente a que en poco tiempo fueran unas setenta las moradoras, según Viera(23),aunque Hernández (21) La Provincia enviaba periódicamente a la Curia General nota escrita de lo más saliente. Tenemos la suerte de contar con los textos oficiales de las cino fundaciones. (22) Oriundo de Viseu (Portugal) y nacido en Garachico. Cursó estudios en la universidad de Osuna y luego, durante 18 años, predicó el evangelio por las islas. Guardián de los principales conventos, hasta ser elegido Ministro Provincial en Garachico en 1598. E n 1614 moraba en Las Palmas, donde murió en 1618. Cfr. INCHAURBE, Noticias sobre los Provinciales Franciscanos de Canarias. La Laguna, 1966, pág. 14. (23) L. c. 11, pág. 790.


González maneja estadísticas más bajas(24). A este autor debo los datos de la amplia remodelación del monasterio, realizada de 1645-1682, sin que nos diga el motivo de tantas obras. En 1645 se hace un corredor, un granero, una chimenea (¿la del horno?), un dormitorio, celdas, puertas de la provisoría y una cerca. Se contrata al maestro de campo Laureano Pereyra de Lugo, que trabaja con el oficial de albañilería Mateo González. La inversión total fue de 5.500 ducados, empleados en tejas, ladrillos, vigas, tablas, piedra quemada y cal, a razón de 2.849 reales. Trabajaron 133 peones, que cobraban dos reales cada uno; pero no indica cuánto duró la obra. Sólo el oficial Mateo González cobró 1.100 reales. Las obras de 1647 fueron: Un mirador, el coro y un locutorio. Duraron del 1 de mayo al 28 de marzo y trabajaron 469 peones, cuyo jornal llevaba aparejada la manutención. El importe total fue de 21.000 reales. La inversión de 1648 fue de 15.072 reales, viéndose obligada la Comunidad a redimir 12.249 de censos. Las obras fueron: dos coros, mirador, un pedazo de iglesia, las necesarias, gallinero, corredor y algunos remiendos; se entarimaron el coro y el locutorio y se hicieron tres balaustres en el corredor. La obra de albañilería corrió a cargo del maestro José Piñero; la carpintería se le encomendó a Salvador Rodríguez Quijada. Las necesarias, llamadas eufemísticamente casa o casita de los secretos, supuso la construcción de 94 hacer unos caños de argamasa y techarla. tapias y media(25), En 1650 se hace el campanario, que entre cal, piedras, esquinas, oficiaimportó 338 reales; más la campana, comprada a les, peones y pimpollos~2h~ Pedro Ribete en el Puerto de la Cruz por 1.079 reales. El costo de encepar y borrar'") la campana de plomo representó 513 reales y medio, incluyendo el trabajo de carpintería. Se enlosan los pisos de la sacristía en 1668, empleándose 400 losas. En el rebaje y allanamiento de la misma se gastaron 703 reales. El aumento de vocaciones lleva en 1673 a ampliar los dormitorios y aumentar las celdas, sin que se nos dé el importe. En 1676 se gastaron 2.941 reales en la construcción de un granero. Índice claro de la precaria economía de las monjas es el Decreto del Ministro Provincial el 28 de enero de 1682. En él se dice que "había gran (24) M. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Los conventos de la Orotava, Santa Cruz de Tenerife, 1983. (25) Tapia, aquí, equivale a la parte de pared que se hace al completar el molde o tapial. (26) Ignoro el sentido de este término. (27) También ignoro el significado de este término.


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necesidad de que se prosiguiese la obra de los dormitorios y claustro ya comenzada, que está hecha desde el coro hasta la mitad del callejón que sube hacia la calle de Alfaro, por estar allá arriba cayéndose el dormitorio, y el otro, que atraviesa por dentro del convento, donde al presente está la sacristia, enfermería y refectorio, apuntalado". Considerando que las monjas no tienen medios para continuar la obra ni tampoco la Provincia, decide que las celdas particulares de las que fallecieren pasen al uso de la C ~ m u n i d a d ' ~ ~ ) . En 1690 viene de Visitador a la Provincia fray Juan Riquelme, de la Bética, cosa que hacía por segunda vez y que es el único caso en la historia de la Provincia. Teniendo en cuenta las costumbres de la península, ordenó una nueva tarifa de los honorarios que trabajaban para las monjas. Quedó así: el médico, 550 reales; el cirujano, 450; el sacristán, 350; el mozo d e t~rno(~'),entre 250-350; el confesor recibía 250, repartidos así: 100 para un hábito y un manto, 30 para un túnica, 30 para tres pares de sandalias, 24 para una arroba de aceite. El administrador o mayordomo podía recibir hasta 700 ducados anuales, en virtud del 10% sobre lo cobrado; el escribiente recibía 300 reales y 400 el mozo de campo o alguacil('0).El monasterio de S. José gastaba en sermones 1.390 reales; 900 en cera; 1.200 en aceite; 30 en incienso; en lienzo. 100 en botica; 130 en b~llas(~~);1.600 Curioso y de particular interés son las cuentas de un día de la fiesta de Santa Clara, que importaron 100 ducados (11.000 reales), repartidos así: 1 carnero, 1barril de vino y una fanega de trigo para el convento de los francis20 de arroz, 100 canos; 120 reales en carne, 200 de azúcar, 50 de rapadura(32), de gallinas, 30 de pollos, 50 huevos, 40 en leche, 90 de miel de abejas, 100 de papel; 100 de loza fina, 8 de especias, 8 de ruedas y 72 en doce docenas de voladores. Interesante este aspecto lúdico. Su'pongo que esta enorme cantidad, que justamente escandaliza a Hernández, no fuera el gasto de cada año sino fruto de una circunstancia especial que desconocemos; por otra parte la penuria económica que hemos contemplado anteriormente no se compadece bien con estos excesos(3". Terminamos este recorrido con un dato muy humano y revelador. El 28 de noviembre de 1623 Urbano VI11 concede a María de Quesada licencia (28) INCHAURBE, Noticias, pág. 66. El Ministro Provincial era fray Buenaventura Dávila. (29) Esta denominación es nueva. Comunmente se llamaban mandaderos o demandaderos, que eran los encargados de hacer los recados. (30) Era el encargado de vigilar el campo y las cosechas. (31) Ignoro el significado de este término. (32) Se llama así el dulce más popular y apreciado de la repostería canaria. Tiene como ingredientes gofio, miel, almendras y azúcar. De color generalmente negro y de forma córiica. (33) Para todo este capítulo de gastos, HERNANDEZ, 1. c., págs. 213-232.


para que tres veces al año, con el consentimiento de las monjas y del Ministro Provincial, pueda entrar en clausura y convivir con las monjas, compartiendo incluso la refección corporal. Debían acompañarla no más de tres hijas, vestidas honesta y de~entemente'~~). Después de dos siglos largos de existencia el monasterio fue demolido en 1668 y se levantaron en su lugar las casas consistoriales.

4.Monasterio de Santa Agueda (1603) Poco más de dos años habían transcurrido desde la fundación de S. José, cuando se inaugura otro nuevo, ahora en la isla de la Palma. Había en ello, aparte el provecho espiritual, una cierta emulación con Tenerife, que en pocos años había hecho ya tres fundaciones. La persona que catalizó estos impulsos fue el propio regidor D. Juan del Valle, con el aplauso de otros nobles y ciudadanos. Si como se dice, las conversaciones se tuvieron con fray Agustín de Casanova, Ministro Provincial, que cesó en su oficio en 1601, estas debieron durar varios años ("1. El lugar escogido fue una ermita en Santa Cruz con la advocación de la mártir Santa Agueda, que con los recursos de todos pronto quedó habilitada para esos fines, hasta el punto que en 1602 el ahora Ministro Provincial fray Juan Zurita'") toma posesión, exactamente el 1de mayo(37). E1 titular sería el de la ermita: Santa Agueda. Aún pasaría año y medio hasta su inauguración, ocurrida el 25 de agosto de 1603, sin que se nos alcance el motivo del retraso. Por supuesto fue una vez más La Laguna quien prestó las monjas, hecho que al cronista le produce una satisfacción especial. Escuchémoslo: "Y no es pequeña grandeza de este convento, como madre de los demás y el primero que hubo de monjas en estas islas, parir y echar de sí en trece años veinte y cuatro fundadoras, tan religiosas y virtuosas como se ha experimentado, fundando desde aquí con sus hijas tres tan ilustres y religiosos monasterios, como son el de S. Diego de Garachico, el de S. José de la Orotava y este de Santa Agueda de la Palma". Las fundadoras eran: Sor Ana de S. Lucas Espinosa, palmera. Abadesa. Hija de Cristóbal de Espinosa y María López de Miranda, vecinos de la Palma. Profesó en 1570. (34) A. CHIAPPINI, Annales Minorum, t. XXVI, pág. 151. (35) A no ser que lo fuera de nuevo en 1603, cosa no probable. (36) Natural de Telde, hijo de J. Zurita del Castillo e 1. de Nueva España en 1608, donde parece que murió. Tenía tres hermanas monjas en La Laguna, sor L. de Los Angeles, sor M. de San Gabriel y sor F. de San Miguel. (37) INCHAURBE, Noticias, pág. 15.


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Sor María de Santiago. No tenemos más noticias. El cronista pone su profesión el 1575. Sor Ángela de Espíritu Santo Espinosa. Hermana de la Abadesa. Profesó en 1575. Sor María Bautista de los Reyes. Tampoco tenemos noticias. Su profesión la coloca el cronista en 1576. Sor Francisca de Jesús Perdomo, orotavense. Hija de Leandro Perdomo. Profesó en noviembre de 1574. Sor Catalina de San Juan. Hermana de la anterior. Profesó el mismo día que ella. Llevaron como dote conjunta 744 doblas, 3 gallinas y 3 pollos; las dos regresaron a La Laguna. De sor Catalina añade el cronista que según la tradición volvió a la Palma, como Abadesa, regresando nuevamente a La Laguna, después de haber gobernado aquel monasterio "con mucha prudencia, virtud y paz". Tenían un hermano franciscano llamado fray Luis(38). Sor Ana de Santa María Guerra. Hija de Juan Guerra de la Vega, Señor de Valle Guerra, y Juana Jerónimo de Almonte. Profesó en agosto de 1573. Regresó también a La Laguna. Hermanas suyas eran: sor M. de los y sor Francisca de la Cruz, que profesaron con ella. Sor María de Simón Valdés y sor Magdalena de San Diego Valdés. Hermanas. Las dos eran novicias y las dos eran de la Palma. Por no haber profesado no tenemos la filiación en la crónica; lo que sí dice es que su presencia en el grupo de las fundadoras se debió a las gestiones que hicieron sus familiares y el mismo Juan del Valle. Todas ellas salieron de La Laguna y se dirigieron a Garachico, donde esperaron la oportunidad de un barco que las llevara a su destino. Como era costumbre, iban acompañadas de algunos frailes, cuyos nombres desconocemos. La travesía fue de las que hacen época, pues, habiéndose levantado una gran tormenta, los marineros perdieron el control de la nave y se vieron precisados a vararla "muy lejos de la ciudad en unos peligrosos escollos y bajíos", y, "aunque con gran peligro de sus vidas, saltaron en tierra tan áspera e inculta que, saliendo de un peligro, se vieron en un desierto y aspereza, sin haber quien de tierra las socorriese y enseñase el camino por ásperos riscos y barrancos; anduvieron un día y una noche esta santa compañía, hasta que el día siguiente después del naufragio llegaron a la ciudad, donde fueron recibidas ya con lágrimas de compasión, por los trabajos y naufragio sucedidos, ya (38) Parece que ya moraba en La Palma desde antes de la fundación, y ciertamente, entre los años 1609-1612. Fue Ministro Provincial de 1619-1622.


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con gozo y aplauso general de todos, por ver cumplidos sus deseos de ver en la isla fundadoras de la Orden de Santa Clara", continida diciendo el cronista. El 25 de agosto de 1603 fueron llevadas en solemne procesión a su nuevo domicilio, profesando en ese acto las dos novicias que llevaban consigo. Pronto se fue ampliando el número de monjas, hasta el punto de que el cronista, al terminar su primera parte (segunda mitad del siglo XVII) afirme: "llegó la Comunidad a ser de más de 60 ieliginsas". Viera y Clavijo, desde una perspectiva más amplia, dice que eran más de 45 monjas. Suyo es también el dato de que el obispo Carrionero les dio licencia hacia 1616 para "poder mudar y extender aquella clausura hasta la plaz-alela de P larcón, cuyo sitio había franqueado la ciudad para ese efecton("). Desde 1839 el monasterio está ssnvertidc Dolores.

eli

el cstiial Flospital de

5. ilílonasterio de S. Bernnrdino de Siena (1644) Año 1663. El Ministro Provincial.fray Gonzalo Ternudoí4"'va a visitar a los frailes de Gran Canaria. Durante se estancia en Las Palmas recibe una comisión de personas importantes, que le pedían un monasterio de monjas clarisas para la capital, no obstante existir ya dos Comunidades de contemplativas (4').¿Era una forma de rivaliyar con Tbnerife, que ya teuía cuatro monasterios de esas monjas?. ¿Surgió la idea de los propios fraile?, deseosos de tener también aquí sus monjas'?. .Algo de ect:) Ii>arPcr deduriirsp, del documento que luego citaré. Salió el Ministro Provincial para la Orotava, no sin antes cominnicar a las monjas de La Laguna un grupo de '-padres discretos de esta Provincia", para ' , tratar el tema. Pareció presididos por el Visitador fray Luis de S j l ~ a ( ' ~ buena la propuesta a la comisión, por no tener era la "isla principal y cabeza d i todas y de la Provincia de S. Dicgo" UP. S O ~ Oruo~lícbo~i~a de monjas clari' 3 0 ) L. c. 11, pág. 791.

, $0) Había sido -guardían de Santa Lucía del Realeio de 1638-1641:al fundarse eri 1648 el con-

vento de San Diego del Monte, en lau afueras de La Laguna, fue su primer Guardían, de 3651-1654 fue Ministro Provincial, siendolo quevamente de 1661-1664 Por devoción a San Diego se retiro en 1668 al convento de Betanculid Cfr IlqCHAL'RBE, I".iticias, pág. 48. (41) Efectivamente, en 1592 fundaron las bernardas observantes o de la Concepción, en 1643, las de San 1. ($2) Guardían en San Miguel de las Victorias en 1645: Dtfiniiioi-. dz 1647-1651;Ministro Provincial, de 1667-1670. Cada tres años recibía la Provincia u n Comisario-Vistador; en esta ocasión, dada la premura económica de 1'1 Pirjvincid, e! hfl-,is?so General le confirió a él este oficio, siendo el pirmer caso que un h j j ~de !a Provincri. 2ci;;iiipiPab:i Fste cargo. Cfr. INCHAIJRBE, 1. c., pág. 54


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sas, y dieron carta blanca al Ministro Provincial para que procediera según derecho. Por estas fechas se encontraba en la Orotava el obispo diocesano í43 ; como también esta localidad era la residencia habitual de la Curia Provincial, el diálogo entre las dos autoridades fue rápido y fluido, siendo fray Antonio Gamarra, Secretario de la Provincia, el arquitecto jurídico de este entramado. Recibida la respuesta de la comisión, el 14 de febrero comunica fray Gonzalo al obispo su deseo de fundar "en la isla ...en la parte que fuere más conveniente y que no haya perjuicio en los conventos de Religiosas"; el monasterio tendría un número cerrado de 33 monjas de velo negro7',quedando abierto el camino a nuevas incorporaciones, si la condición económica lo permitía'"). Sin perder fecha contesta el obispo y urge al Ministro Provincial a comenzar ya la obra, ordenándole que le remita "los despachos que entregare el Provisor". Pasó fray Gonzalo a Las Palmas y prácticamente quedó ajustada la venta de las casas que fueron del famoso Cairasco y que ahora disfrutaba su sobrino D. Félix del Castillo Cabeza de Vaca, ya que "no halló otro lugar más cómodo y capaz que las casas altas sobradas principales que fueron del doctor B. Cairasco". Se pidió el consentimiento de los frailes, monjas, Cabildo catedralicio y curas del Sagrario, contestando todos afirmativamente. La misma contestación dio el Consejo de Justicia y Regimiento de Gran Canaria, y la explicó así: porque el monasterio de S. Bernardo "tiene más de sien Religiosas y el de S. Ildefonso de Recoletas tiene cumplido el número de su fundación" (4r'; y concluye dando licencia a fray Gonzalo Temudo "para que en esta ciudad pueda fundar y funde, haga y fabrique dicho monasterio de monjas de Santa Clara de su Religión, por la utilidad que de ello se sigue en esta isla, bien de las almas, frecuencia y exaltación del culto divino". ya que sin esperar las contestaciones Se percibe una cierta urgencia(46), solicitadas el Ministerio Provincial pide al obispo un Decreto, por el que autorice a las futuras fundadoras a vivir en cualquiera de los monasterios existentes en Las Palmas, ante la eventualidad de que el "que se está hacien(43) Lo era el jerónimo fray Juan de Toledo, elegido a finales de 1659. Trasladado a la diócesis de L-eón en abril de 1664, todavía estuvo al frente de la diócesis canariense hasta febrero de 1666. (44) Archivo Provincial de Las Palmas, Conventos 37-3, fol. 20. El simbolismo del número 33, que recuerda la edad tradicional de Cristo parecce un eco de lo hecho en 1659 con la Esclavitud de La Laguna. (45) Conventos 37-3, fol. 24v. Según VIERA, l. c., pág. 800, el número fundacional era de 24 monjas. (46) Esta urgencia podría relacionarse con el interés del propio obispo por dejar acabada esta obra antes de su partida para León, y también la del Ministro Provincial, que cesaría ese mismo año.


do no esté perfectamente acabado" cuando lleguen. La respuesta del obispo fire muy generosa, dejando a las monjas que escogiesen ellas mismas el monasterio, y autorizándolas a salir de clausura cuantas veces fuera necesario para inspeccionar las obras. Sólo faltaba el Decreto fundacional de la curia. Este llegó en los siguientes términos: Por cuanto "no hay contradicción de persona alguna, comunidad ni cabildo que se oponga" y "por otros informes particulares ... cosedía y consedió lisencia al dicho padre provincial para que pueda fundar y para que funde el dicho convento de religiosas de la Orden de Santa Clara". El titular sería S. Bernardino de Siena'"). Así las cosas, el 30 de marzo de 1664 fray Luis de Silva, con plenitud de poderes, se traslada al monasterio de La Laguna y lee ante la Comunidad el Decreto en el que se nombran a las fundadoras y sus oficios. Eran estas: Sor Magdalena de S. Pedro Jaén y Cala. Abadesa. Hija de Salvador Lorenzo y Mariana de Cala. Profesó en agosto de 1616. Había sido Abadesa en La Laguna de 1651-1654. Murió, dice el cronista, "cumplida de años y merecimientos en el convento de S. Bernardino". Como esta nota ya no es de fray Pedro Yanes, que parece concluyó su trabajo en 1682, su muerte hay que situarla después de esta fecha. Eran sus hermanas en La Laguna: sor María de Cristo, que profesó con ella, y sor Mariaria de S. Pablo(4X), que lo hizo en 1632. u

Sor Catalina de S. Félix Perera. Maestra de novicias. Hija de Juan Rodríguez y María Perera. Profesó en febrero de 1635. Había sido Abadesa en La Laguna desde el 9 de octubre de 1662 al 19 de abril de 1664, fecha en que renunció para venir de fundadora. Fue la segunda Abadesa de S. Bernardino. Sor Ana Bautista Sarmiento Romero. Portera. Hija del capitán Francisco Sarmiento y Porras, alguacil mayor del Santo Oficio, y Juana Romero y Céspedes. Profesó en julio de 1630. Hermanas suyas en La Laguna fueron: sor Feliciana de S. José, profesa en 1615; sor Bárbara de Santa Fe, profesa en 1626; sor Leonor de S. Francisco, profesa en 1627 y sor Francisca de S. Lucas, profesa en 1643. Sor Ana regresó a La Laguna, en 1672, según Pérez Herrero. De ella dice el cronista: "Murió esta señora habiendo cumplido sus días y ejemplar vida el miércoles onse de Diciembre de 1686". Sor Feliciana de S. Lucas Suárez. Sacristana. Hija de Melchor Suárez. Profes6 en diciembre de 1641. (47 Nacido en Massa Marittima, en la Toscana, en 1380. Ingresó en la Orden Franciscana a los 22 años. Después de ordenado sacerdote, recorrió beena parte de Italia propagando la devoción al nombre de J.; por eso se le representa con un estandarte donde figura un anagrama de Cristo: JHS. (48) Tanto PÉREZ H E R R E R O como INACISALJRME confunden esta hermana con sor Leonor de Guillermo, profesa en 1616, distinta de eitas.


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Sor Isabel de Santo Tomás Valle(49). Vicaria de coro. Hija de Juan del Valle y Francisca de Madrigal. Profesó en agosto de 1647. Murió en Canaria en 1670. Tenía otra hermana monja: sor María de S. Guillermo que profesó con ella, y murió el lunes 25 de septiembre de 1674, de madrugada, apunta el cronista. Tornera. Hija del maestro de Sor Zenona de Santa Teresa Gallegos(50). campo Felicianos Gallegos Espínola y Jerónima Salaberte. Profesó en mayo de 1642. La crónica dice que murió en Las Palmas en 1707. Tenía otra hermana en La Laguna: sor Francisca de San Alejandro, que profesó en 1644. Todo estaba ya dispuesto para emprender el viaje y comenzar la nueva aventura. Este relato es bastante conocido, sobre todo después que fray José de Sosa publicara su Topografía, en la que da la impresión de una crónica redactada por un testigo ocular(5').Las fundadoras, amparándose en la facultad otorgada por el obispo, escogieron el monasterio de S. I l d e f o n s ~ ( ~ ~ ) p a r a vivir hasta la terminación de las obras. El 31 de mayo, víspera de Pentecostés, fue la fecha escogida para su entrada solemne en el nuevo monasterio; y lo hicieron a los acordes del Te Deum y de la Salve a la Virgen del Patrocinio que presidía el altar mayor, teniendo "a su lado derecho la imagen de bulto del señor S. Bernardino de Sena, su Patrono, y al otro, la imagen de Santa Clara". Al día siguiente el Ministro Provincial "bendijo la iglesia según el seremonial y celebró misa rezada, en la que recibieron el hábito de Santa Clara ocho mujeres para religiosas y dos para legas". A las cuatro de la tarde se procedió al traslado del Santísimo desde la iglesia catedral, llevado por el arcediano Don Francisco Mesías y Salazar al que acompañaba un enorme gentío, que había engalanado las calles y plazuelas como si de la procesión del Corpus se tratara. Al llegar a la iglesia, el arcediano colocó el Santísimo sobre una peana para la adoración de los fieles, y "las fundadoras en el coro le cantaron un villancico en arpa"; luego depositó el Santísimo en el nuevo sagrario, dando por finalizada la función. Volvió el arcediano al día siguiente para celebrar la misa de la dedicación de la iglesia, en la que predico fray

(49) Ignoro el motivo de PÉREZ HERRERO para apellidarla Zambrana. Tampoco es exacto que profesara en San M. de las Victorias (nota que hace común a otras fundadoras), ya que el traslado al nuevo monasterio de San. J. Bautista tuvo lugar en 1577. (50) PÉREZ HERRERO le antpone el segundo apellido de su padre: ESPINOLA. (51) De echo el año 1664 fray José de Sosa era estudiante en el convento de San Francisco de Las Palmas. (52) La ubicación de este monasterio estaba en el actual Museo Canario.


Iliego de San Jerónimo, lector de teología, en el convento de San Francisco y famoso predicador. Con esta misa se dio por concluída toda la ceremonia fundacional i5') Pérez Herrero ha estudiado especialmente el aspecto de la construcción del nuevo monasterio e iglesia. De su estudio se desprende que el riuevo monasterio, inaugurado el 31 de mayo de 1664, tenía mucho de provicional, de suerte que la obra de adaptación duró varios años: por lo que hace a la iglesia, "es seguro que a mediados del año 1670 ya estaba c~nstruída"(~~). Las primitivas casas de Cairasco, que importaron 26.400 reales, fueron ampliadas con las de Francisco de la O y María Perdomo, por valor de 6.244 reales. En las obras trabaja como "maestro de albañilería y cantería el grancanario Luis Báez Marichal(j5),con quien se ajusta la Comunidad en 8.800 ;cales el 10 de marzo de 1668, "para hacer y acabar la iglesia nueva de dicho convento y mirador, tejándoles y encalándoles, ladrillados, pilas de agua bendita, dormitorio contra la iglesia y el dormitorio viejo, con sus encalados y azoteas, y el campanario del todo acabado; y para todo ello este dicho convento ...ha de poner los materiales y pagar los peones y oficiales necesarios, y al dicho Luis Baéz le han de dar y pagar cinco reales cada día de los que trabajare y asistiere en acabar dicha obra7'.El agobio económico que esto suponía llevó a la Comunidad a pedir a Da María de León, viuda de Miguel Afonso, un préstamo de 2.200 reales, como anticipo de la dote de su hija, pupila en el monasterio y que quería ser monja, para "vigar el dormitorio que está contra el coro y el corredor o antesala por donde se ha de entrar en dicho coro", y encalar la dicha iglesia; la obra les parecía forzosa y necesaria, que dejarla en este estado, además de estar la iglesia indecente por falta de encalado, amenazan ruina las paredes y maderas de dicho dormitorio". Por los mismos fines, también en 1668, venden al capitán Juan de Matos un tributo de 1.300 reales. La obra de carpintería fue encomendada a Nicolás de Almeida, quien entre julio y agosto de 1670 recibe la cantidad de 1.010 reales por los trabajos de su oficio realizados en el monasterioijh'. Si tales eran las premuras experimentadas por las obras, no eran menos las que repercutían en su sustento. Cuaiido el 19 de abril de 1664 sor Catalina de S. Félix Perera hace renuncia de su oficio de Abadesa, fray Luis de Silva, (53) Conventos 37-3, fol. 30-33v. (54) E. PEREZ HERRERO, Notas para la Historia del convento de San Bernardino de Sena, Orden de Santa Clara, de Las Palmas, 1664-1671, 111 Coloquio de Historia Canario-Americana (1978), 1, pág. 425. (55) L. c., pág. 426. El autor sostiene que, según la lectura de varios documentos, el apellido es MARCHAL y no MARICHAL, como se conoce. (56) L. c., pág. 428.


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que preside lz, ii~ievaeleccicr;, insta a la Comuriidad a que tome sus precauciones, a fin de QIIP 133 itir~dsi~i~~brs no carezcan de lo necesario; a este efecto se escogieron una sctie de medios tributos, por valor de 1.650 reales, para ser cobrados en Las Palmas. El Decreto dice "que las dichas madres fundadoras llevan por extenso las personas que pagan dichos tributos y adónde pasan las escrituras de ellos, sacados del libro de fundo de este dicho convento de La Laguna, para que los pongan por cabeza en el protocolo que ha de hacerse en el sobredicho convento de S. Bernardino, para que en todo tiempo conste cómo y por dónde les toca cobrar dichos tributos" (57j.El Decreto está dado en S. Miguel de las Victorias, a 28 de abril de 1664, y lleva la firma del Visitador fray Luis de Silva y la de su Secretario fray Mateo P e r d ~ m o " ~ ) . A pesar de todo, las cosas no funcionaron como se esperaba, principalmente porque "los tributarios no quieren pagar por mitad los tributos sino todos por entero", dando como resultado que las monjas "padesen muchas nesecidades y penurias". Ante esta situación, el nuevo Ministro Provincial fray Diego Grimaldo ('91 trata el asunto con la Abadesa y Comunidad de L.a Laguna y acuerdan fijar "tres o cuatro tributos de los de la hasienda del convento de sincuenta ducacos, para que se paguen al convento sobredicho de S. Bernardino de Canaria" El Decreto, también dado en S. M. de la Victorias, el 5 de enero de 1665, lleva la firma del Ministro Provincial y la de su Secretario fray Esteban Grirnaldo'"). También Pérez Herrero ha estudiado la ubicación del monasterio de S. Bernardino, llegando a la conclusión que "la plaza triangular de Cairasco y el Gabinete Literario nunca formaron, en cuanto a su superficie se refiere, parte del área utilizada por el convento que nos ocupa, como tantas veces se ha venido diciendo" (''). 'Traslada un Decreto del Definitorio del 22 de octubre de 1664, donde se dice que como entre el convento de los frailes y el de las monjas "sólo media una calle, y porque ha parecido conveniente que entre los dos conventos haya una plasuela, sin que medie el muro del compás (57) Conventos 37-3, fol. 2%-29. (58) Era natural de Puntallana, hijo, del alférez Cabrera e 1. Pérez. Hombre de grandes cualidades de gobierno, como lo acredita las muchas veces que estuvo de Guaiián; en San Miguel de las Victorias en 1649; en Buenavista, de 1651-1654; otra vez en San M.. en 1664; en Santa Cruz de La Palma, einn 1670; en el Realejo, en 1671; de nuevo en Santa Cruz de La Palma, en 1673. Definidor y Consultor del Santo Oficio. (59) Hijo de Doménigo Griinaldi Rizo Benítez de Lugo e Isabel Ponte y Calderón, que, una vez viuda, se retiró al monasterio de San J. de La Orotava. Fue Secretario de Provincia en el primer mandato de fray G. TEMUDO; Definidor, de 1654-1657, y nuevamente, de 1673-1677. Ministro Provincial, de 1664-1667, y otra vez, de 1687-1690. Probablemente era de La Orotava. (60) Conventos 37-3, fol. 27. (61) Hermano del fray D. (62) L. c., pág. 424.


de dicho nuestro convento, se determinó que se demuela dicho muro por la parte que mira a dicho convento de Monjas, y por la parte de abajo, que va a las monjas bernardas, se baje la pared en la forma que paresiere más desente, poniendo unas almenas, para que tenga el aseo y adorno necesario; y los materiales de la cantería de las puertas (63) y piedra que de allí se quitare lo aplica la Provincia para ayuda de la fábrica de la iglesia de dichas monja^"(^^'. Analiza luego los planos de Pedro Agustín del Castillo (finales del siglo XVII) y los de José Ruiz (1773) y deduce que la fachada principal estaba al norte, "y más concretamente en su ángulo N.E., en una estructura de mayor elevación que el reste del edificio, esbelta y cubierta a dos aguas. Sin lugar a dudas, hay que ver en ella la torre o campanario de la iglesia". He de suponer que al hablar de fachada principal se refiere a la de la iglesia y no a la del monasterio, ya que la confesión de la pintoresca sor Juana de San Bernardo Matos, hecha el 8 de febrero de 1776, dice que la puerta claustral (o principal) "estaba enfrente de San. Justo"; es decir, al sur, donde hoy está la de Alameda. Su último argumento se apoya en una carta dota1 de 3 de junio de 1670, en la que se impone un censo sobre casas situadas "en la calle que baja de la plaza de S. Francisco a la mayor de Triana, que linda por un lado con dicho monasterio de monjas claras y su iglesia...y por la parte de atrás con huerta y cerca de dicho convento". A mí no me cuadran las cosas: la plazuela de S. Francisco fue el resultante del derribo de la cerca del compás; por tanto, la calle que bajaba desde esa plazuela hacia Triana sólo puede ser la actual de Malteses; pero, si el monasterio e iglesia formaban ángulo con dicha calle, parece evidente que comprendía al menos parte del actual Gabinete Literario. En cuanto a la calle abierta a raíz del incendio de 1720, no consta que se hiciera en las propiedades del monasterio, por lo que es presumible suponer que se trate de la que actualmente rodea dicho Gabinete, y no de la prolongación del General Bravo hacia la catedral. La Comunidad fue creciendo más y más, hasta llegar ese mismo año de 1664 a contar con 30 monjas. Viera y Clavijo, en esa visión panorámica que acostumbra, dice que "la Comunidad suele ser como de 70 monjas muy ejemplares" Capítulo aparte merece la controvertida sor Catalina de San Mateo, monja lega, que vivió con fama de santa y murió en 1695. concitando la administración de todos, hasta el punto que su cuerpo estuvo expuesto a la (63) La cerca tenía varias puertas de entrada al compás, de las que conocemos una al oeste, cerca de la torre, y otra, al sur. (64) Conventos 37-3, fol. 26. (65) L. c., pág. 802.


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veneración de los fieles por espacio de una semana, oficiando sus funerales el mismísimo obispo, que lo era a la sazón Don Bernardo de Vicuña y Zuazo. Tampoco este monasterio se libró del fuego. El 13 de enero de 1720 un incendio lo dejó muy deteriorado. Se reedificó prontamente, gracias a la generosidad de Don Agustín de Torres Déniz, que dejó un legado de 4.600 pesos(66). DOSaños más tarde el mercader Diego Shanahan regala al monasterio un sagrario de madera sobredorada, y otro de "tresientas sesenta y sinco onsas de plata, para que en ellos se enserrase el Santísimo Sacramento todos los días de Jueves Santo"; a lo que añadía "seis candeleros de plata pata el altar mayor" (67). Es creencia general que el monasterio fue demolido en 1840, levantándose en su lugar la actual Alameda; pero Darias y Padrón sostiene que duró hasta el 7 de octubre de 1868, cuando la autoridad civil obligó a salir a las siendo conducidas al hospital de S. Martín, hasta que monjas por la fuerza(68), decidieran a dónde querían ir. Coincide con esta noticia una nota de la crónica de La Laguna en estos términos: "El día 8 de junio de 1874 se trasladó a este monasterio la señora sor Francisco de S. José Guerra y Suárez, habiendo sido religiosa profesa en el convento de San Bernardo de Sena en Las Palmas de Gran Canaria, con su pensión de 10 pesos mensuales". Murió el 25 de agosto de 1875. 6. Monasterio de S. Pedro y S. Cristóbal (1643) Este monasterio es de monjas concepcionistas, pero como durante algún tiempo fueron clarisas, voy a decir algunas cosas del mismo(69). A finales de 1636 el obispo Don Francisco Sánchez de Villanueva sugiere a Don Cristóbal de Ponte y Hoyo la fundación de un nuevo monasterio de monjas, pero sujetas al Ordinario. En un principio se pensó en el hospital, levantado en 1520, pero el pueblo se opuso con tenacidad, por lo que fue preciso buscar otro emplazamiento. Aparece entonces Pedro Díaz Franco, que vende se propia casa para este fin, formalizando la escritura en 1643. El nuevo monasterio sería también de clarisas y tendría como titular a S. (66) El peso tenía un valor apróximado de 15 reales de vellón. (67) Conventos 37-3, fol. 38v. (68) Dacio V. DARIAS Y PADRÓN; Historia de la Religión en Canarias. Santa Cruz de Tenerife, 1957, pág. 273. (69) Reciben el nombre de concepcionistas las monjas fundadas en Toledo en 1489 por Santa B. D E SILVA, llevan hábito blanco y manto azul. Desde el principio están vinculadas a la Orden Franciscana, con la que compartían la defensa de la Inmaculada, habiendo entre las dos una gran afinidad carismática.


Pedro Apóstol y S. Cristóbal, a quienes Don Cristóbal de Ponte (que era el patrono) profesaba singular devoción, hasta el punto de bautizar a sus dos hijos con estos nombres. Hechos todos los preparativos y obtenida la licencia de la Orden Frariciscana, el 9 de julio de 1643 hicieron su entrada solemne en el nuevo monasterio. Las fundadoras procedían del de S. Diego de la localidad y de S. José de la Orotava. Eran estas: Sor Catalina de S. Bartolomé Calderón, nombrada Abadesa por el obispo. Es aquella jovencita que en 1590 salió de La Laguna para la fundación de S. Diego, de donde fue Abadesa. Sor Inés de S. Jeronimo Jorva; sor Leonor de S. Lucas Alzola. Todas ellas procedentes del vecino monasterio de S. Diego. Sor Catalina de San Juan Llarena, nieta del Pedro Díaz que había dado su casa para monasterio, y sor Mariana de S. Esteban. Todas procedentes de S. José de la Orotava. El monasterio llevaba una vida próspera, hasta que el volcán de 1706 las obligó a trasladarse al monasterio de las bernardas de Icod. Tres años después un incendio pavoroso las tuvo durante cuarenta años fuera de su n~onasterio,y a punto de ser suprimidas. Su constancia y el cariño singular del obispo D. Francisco Guillén les permitieron hacer un nuevo monasterio, ya sin duda alguna de monjas conceycionistas. Pero esta es otra historia(70'. En un principio se trataba de verdaderas monjas clarisas, aunque con el característico hábito concepcionista, como aparece en el caso de sor Bartolomé de Llanera de Sta. Clara, que en 1652 era novicia en el lnonasterio de S. Pedro y S. Cristóbal, "Orden de Santa Clara y hábito del la Concepción"(7'). Otro tanto se desprende de la declaración de fray Marcos Hernández Huerta el 16 de abril de 1653, con motivo de unas representaciones hechas en aquella iglesia, que suscitó en él el siguiente comentario: estas más parecen acciones de mujeres encerradas que religiosas. Al replicarle uno de los presentes que se trataba de hijas de Santa Clara argumentó: "no son hijas de Santa Clara, por tener el hábito de la Concepción". ¿Cuándo dejaron de ser clarisas?. A propósito del envío de sor María de S. Juan Evangelista Guerra como Abadesa, añade la crónica: "Este convento de S. Pedro y S. Cristóbal de Garachico, siendo de Monjas de Santa Clara, se redujo después a Monjas de la Concepción, sujetas como antes al (70) Para todo lo referente a esta fundación, INCHAURBE, Historia págs. 287-291. (71) Archivo Histórico Nacional, Clero, libro 2.383, fol. 143.


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ordinario eclesiástico" (721. Como fray Pedro Yañes terminó sus notas casi con toda seguridad en 1682, el paso a concepcionistas fue necesariamente anterior a esta fecha. Concluyamos este recorrido fundacional con otra noticia. Doña Mariana de Ocampo Oramas, esposa de Don Gaspar de Rojas, dispone en su testamento ante Juan de Báez y Mesa el 30 de enero de 1670, que sus bienes se empleen en la fundación de un monasterio de monjas clarisas en Buenavista, su pueblo. No fue posible, ya que el patrimonio resultaba insuficiente, alcanzando de Roma facultad para cambiar la voluntad de la donante a favor de un hospital ("1.

111.

EL HECHO COMUNITARIO

1.- Por su peculiaridad, no resulta fácil conocer la organización interna de un monasterio(74).

En nuestro caso concreto hemos de comenzar recordando que las monjas clarisas forman parte de la gran familia franciscana. Para mantener más viva la comunión en el mismo carisma, la Iglesia puso directamente los monasterios de Santa Clara bajo la jurisdicción de los frailes franciscanos, que eran sus inmediatos pastores. Así, los Ministros provincia le^'^') daban el visto bueno a las fundaciones, recibían a las candidatas al hábito y a la profesión, fijaban la cuantía de las dotes('"', cada año las visitaba, les nombraba confesores y administradores, autorizaban la apertura de la caja monacal'") para hacer frente a gastos extraordinarios, presidía cada tres años la elección Naturalmente la intervención de los Ministros Provinciales de la Abade~a''~'. no era impositiva, salvo cuando se trataba de trasladar un mandato del Papa (72) YANES, fol. 31. (73) D. MARTIN D E LA PENA, El convento de San Francisco de Buenavista. Santa Cruz de Tenerife, 1986, págs. 285-296. (74) En la terminología canónica las mujeres que profesan vida contemplativa se llaman monjas, y monasterio, los lugares donde moran. (75) Los franciscanos se agrupan en zonas geográficas deiermiriadas, que reciben el nombre de Provincias, a cuyo frente está un Ministro Provincial; Ministerio General es el que preside la Orden entera, y Guardián, el que está al frente de un convento. San F. optó por el término evangélico de ministro, por lo que encierra de servicio a los demás. Entre nosotros, superior, aunque muy extendido, es un elemento espúreo. (76) El dote o la dote era la aportación económica, al contado o en forma de tributo, que la candidata llevaba al monasterio para garantizar su sustento. (77) Era donde se depositaba el dinero de las dotes y como la reserva habitual de los monasterios. (78) Aunque Santa C. hubiese preferido seguramente el de Sierva o Ministra, las circunstancias le obligaron a aceptar el de Abadesa, de larga tradición eclesial y muy hermoso, pues apunta la condición paterno-materna de los que están al frente de las Comunidades.


o del Ministro General; en los demás casos eran las monjas quienes decidían libremente en sus asuntos por mayoría absoluta.

2.- Al frente del monasterio estaba la Abadesa, que normalmente regía el mismo durante un trienio, pudiendo ser reelegida para otro inrnediato, si bien de ordinario se evitaban tales sucesiones. La profesión religiosa era el título de pertenencia al monasterio con todas las consecuencias; por lo tanto cualquiera profesa podía ser elegida Abadesa si las monjas le daban la mayoría absoluta. Este derecho primario de votar y ser votada, al que daba acceso la profesión, fue restringido en la práctica durante mucho tiempo, de suerte que el derecho a votar (o voz activa, en la terminología jurídica) sólo podían ejercerlo quienes tuvieran al menos ocho años de profesión; igualmente, el derecho a ser votada (o voz pasiva) quedaba limitada a las que, además de los ocho años de profesión, tuvieran un mínimo de 40 años de edad, aunque en esto último había excepciones. Las elecciones se hacían ante la reja del coro bajo, en votación secreta y mayoritaria, sobre candidatas (generalmente tres) previamente seleccionadas por las mismas monjas en votación secreta. Presidía la misma el Ministro Provincial o su Delegado, que la aprobaba si había sido hecha canónicamente. Cuando después de tres votaciones válidas, ninguna de las candidatas obtenía la mayoría absoluta (cosa no frecuente), la Comunidad perdía por esta vez el derecho de elección, siendo el Presidente el que, después de haberse asesorado, nombraba a la nueva Abadesa al día siguiente o inmediatos. Esta Abadesa era llamada también Abadesa in capite, tenía todos los derechos de las Abadesas, pero su duración dependía de la voluntad del que la nombró, nunca más de tres años. La Abadesa tenía poco poder por sí misma, necesitando casi siempre el concurso de otras monjas llamadas Discretas("). Su misión era decidir capitularmente con la Abadesa los asuntos más apremiantes del monasterio, algo así como una primera instancia antes de decidir toda la Comunidad, en un ejercicio de auténtico sabor democrático. El equivalente entre los frailes eran los Definidores.

3.- El grupo humano de estos monasterios estaba formado por monjas de velo negro y monjas de velo blanco. Las primeras entraban de lleno en una de las manifestaciones más importantes del monasterio: la liturgia coral, por lo que recibían también el nombre de monjas de coro; las de velo blanco, (79) Término acuñado por Santa Clara, de donde pasó a la legislación franciscana. Se elegían por votación capitular, a diferencia de los consejeros benedictinos, que podían ser escogidos por el Abad. Omaecheverría, fray 1.; Escritos de Santa C.. Biblioteca de Autores Cristianos, 1993, pág. 27.


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a su vez, ya sea por su falta de cultura, ya porque no tenían la dote necesaria para garantizar su sustento, ya porque voluntariamente optaban por esa solución, no se incorporaban plenamente al coro ni participaban en las elecciones; además, como su dote era la mitad de las de velo negro, debían ejercitarse en ciertos trabajos manuales, que era la fuente de su sustento. Eran siempre una mínima parte y recibían también el nombre de legas.

A lo largo de la historia no dejó de haber algún que otro problema entre ambas clases de monjas, pero esto no es frecuente; lo que me lleva a pensar que la mayoría de las monjas legas escogían ese modo de vida por verdadera vocación, reviviendo así la sencillez y evangélicas, tan queridas de S. Francisco y Santa Clara. No deja de ser altamente significativo el hermoso ramillete de hermanos legos que ha llegado al honor de los altares. Per referirnos únicamente a los españoles, ahí está S. Salvador de Horta, ahí está S. Pedro Bailón, ahí está nuestro S. niego de Alcalá. Por supuesto que desde que el analfabetismo desapareció prácticamente de los monasterios y el medio de sustento habitual ya no son las dotes sino el trabajo monástico, carecía de sentido semejante distinción, tan acertadamente eliminada por el Vaticano 11, aunque manteniendo la llamada a la sencillez y humildad evangélicas. 4.- La Regla de Santa Clara ofrece una institución típica: las hermanas externas o hermanas que sirven fuera del monasterio, en posición a las vlaustrales, que trabajan dentro del mismo. Su finalidad era atender las necesidades de las monjas fuera de la clausura. Eran verdaderas monjas, con cierta dispensa de la clausura; su trabajo en el exterior ha hecho que más de una vez se las considera como criadas, siendo necesario discernir claramente cuándo se trata de criadas y cuándo de monjas externas.

Si el número de estas seviciales es corto, no ocurre lo mismo con las criadas de las señoras de piso, que no siempre eran monjas, sí frecuentemente mujeres principales de la sociedad (con frecuencia, viudas), bienhechoras del monasterio, que expresan su deseo de retirarse a él. Su aceptación requería el visto bueno de las monjas y del Ministro Provincial, en votación secreta y mayoritaria; además, se necesitaba el breve o buleto del Papa, que lo concedía por un tiempo determinado, con posibilidad de prórroga. Estas señoras y sus criadas vivían en habitaciones separadas de las monjas, sin que tuvieran necesidad alguna de seguir a la Comunidad en sus actos. Tal fue el caso de Doña Catalina Benítez de Lugo y Viña, que se retiró al monasterio de S. José de la Orotava, para ser cuidada por dos hijas que allí tenía, muriendo el 24 de marzo de 1776(80). (80) L. A. DE LA GUERRA Y PENA;

Mernorjas.

Las Palmas. 1951, t. 11,pág. 116.


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FRAY JOSÉ GARCIA SANTOS

5.-- El Eje de la vida de un monasterio era la liturgia: misa diaria y el llamado Oficio Divino, que se ocupaba varias horas al día; el resto de la jornada (fuera del tiempo asignado a la oración mental o meditación, no inferior a dos horas) lo distribuía cada una a su antojo, siempre sobre la base de tener más tiempo para la oración particular, de lo que las crónicas dan cumplida cuenta. También hacían sus labores de aguja y repostería, pero no con afán de lucro sino para regalarlos a familiares y amigos bienhechores. Dormían en dormitorios corridos, acostándose y levantándose a la misma hora. Alguien pudiera pensar que con este horario tan liberal la pereza estaría a la orden del día; pues no, nada de eso aparece en la documentación que ha llegado hasta nosotros, lo que denota sin duda una madurez nada común y que se trata de mujeres hechas y derechas, muy sabedoras de lo que traían entre manos. Con todo, la escasez de actos comunitarios daba ocasión a no pocos inconvenientes de orden disciplinar y crematístico; de ahí que poco a poco se fue perfilando una vida más en común, donde además del coro, el refectorio y la sala de labores jugarían un papel decisivo. El hábito era de color azul, como el de los franciscanos en todo el archipiélago: hasta que en el siglo pasado se uniformó en toda la Orden, tal como ahora está. 6.--El ingreso en el monasterio no podía hacerse antes de cumplidos los 12 años, aunque la profesión sólo podía hacerse después de cumplidos los 16, por lo que no era infrecuente el caso de tener que esperar varios años para emitir la profesión. Tampoco era raro el caso de padres que entregaban sus hijitas al monasterio para ser educadas por las monjas. Cuando cumplían siete años podían quedar en el monasterio en calidad de pupilas o colegialas, a cargo de una monja, distinta de la maestra de novicias, que se encargaba de su formación. A los doce años, si querían ser monjas, recibían el hábito y comenzaban el n~viciado(~''. La profesión sólo podía hacerse con la garantía de una dote, que le permitiera vivir dignamente, aunque en la práctica su vida era bien pobre y a veces hasta mísera. La dote en un principio era de 1.000 ducados (=11.000 reales) y luego se rebajó a 800 ducados; la de velo blanco era la mitad. Raro es el caso de la dote entregada en dinero contante y sonante; lo normal era que toda o la mayor parte se impusiera en tributos, qiie anualmente debían pagarse al monasterio, cuyo cobro resultó a veces casi imposible, con las consecuencias económicas del caso. En realidad las monjas vivían de los intereses, que hasta el siglo XVIII era del 5% y luego fue el 3%; lo que significaba que las monjas debían mantenerse con una cantidad que va de los 550 a los 264 reales anuales, por cada una, según la cantidad de la dote y el tipo de (81) Tanto los 12 como los 16 era la edad canónica exigida entonces.


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interés. Si tomamos un promedio de 60 monjas en cada monasterio, resulta que cada uno tenía que silbsistir con una pensión anual de 33.000 ó 15.840 reales, según los casos. Lejos desde luego de lo que se dice una vida regalada.

Una nota de la administración del monasterio de 1,a Laguna, correspondiente a 1667, nos dice que ese año el nionasterio adquirió 442 fanegas de trigo y 50 botijas de aceite, importando todo 47.430 reales, que, divididos entre las 100 monjas que entonces habitaban el monasterio, nos da una renta per capita de 474 reales; y esto en teoría, pues en la práctica el monasterio vivía endeudado, llegando a situaciones muy difíciles. Así lo vemos en la intervención del Ministro Provincial fray Francisco Albertos en 1795; al comprobar que las monjas recibían como ración diaria una sola libra de pan y una corta ración de carne, ordena reducir otros gastos para mejor alimentar a las monjas. ¿Y qué decir de la dificultad para cobrar los tributos? También aquí tenemos un dato orientativo, tomado igualmente de La 1,agima. A finales del siglo XVIII los tributos anuales que les correspondían importaban la cantidad nada despreciable de 133.185 rrales; pero de ellos sólo se cobraban 65.592, la mitad. Las dotes eran registradas cuidadosamente en escrituras públicas, de las que existían un traslado o referencia en el Libro de Protocolos de cada monasterio. La candidata tenía que pagarse también el hábito y llevar su cama y accesorios. Como la dote empezaba a cobrarse con la profesión, la manutención durante el tiempo que pasaba desde el ingreso hasta ese día corría por cuenta de la interesada.

7:- Ya he dicho que las dotes se registraban ante notario. Un escribano público levantaba también acta de la elección de Abadesa, de la profesión y de cualquier otro acto de signo social que se realizara en el monasterio. El encargado de cobrar los tributos era el mayordomo, persona seglar afecta a las monjas. Al principio tenía de sueldo 100 ducados anuales; más tarde, para incentivai su interés, se le daba el 10% de los tributos que cobrara; aún así la lista de incobrables iba en aiirnento. Razón por la que el Gobierno de la Provincia nombró en 1736 a un fraile para cobrar los tributos, aconipañado de dos jóvenes; unos años rnás tarde ordenó que el mayordomo y los cobradores rindieran cuenta cada mes ante la Abadesa. Discretas y confesor. Ni siquiera la intervención de los abogados mejoraba las cosas, por el desembolso económico que llevaba. Una cuenta de La Laguna dice que pagaron al mayordomo 300 ducados, 150 reales al sacristán y 300, al procurador, cuyo cometido era represeratan- a la Coruuriidad ante las autoridades ., eclosiasticas y civilps.


8.- La música, en su doble dimensión de canto e instrumental, siempre ha sido un elemento básico en la vida monástica. El Oficio Divino o Liturgia de las Horas era normalmente acompañado del canto llano o gregoriano, con la apoyatura del órgano. El Oficio tenía un texto fijo en latín, con una música también fija, el gregoriano; no ocurría lo mismo con otras celebraciones, como la misa, donde el uso de motetes era frecuente, en castellano y con música figurada o moderna. La crónica conclusiva de la fundación de S. Diego de Garachico revela la honda satisfacción del momento, al decirnos que el acto acabó con una misa, "y cantaron las fundadoras". Con no menor énfasis se consigna el traslado del Santísimo al nuevo monasterio de S. Bernardino: "las fundadoras en el coro le cantaron un villancico en arpa"(82). El tiempo de Navidad y Semana Santa, de signo tan diferente, era también ocasión propicia para exhibiciones musicales. Y no olvidemos los ratos de solaz y esparcimiento, donde la música y el canto, con letra compuesta muchas veces por ellas mismas (¿también la música?) ponían el sello a la celebración. Había monjas que ya eran expertas en el órgano y el arpa antes de entrar en clausura, pero la mayoría eran enseñadas por las mismas monjas, y sólo en casos excepcionales se acudía a la competencia de maestros seglares, a quienes se les autorizaba la entrada en el monasterio para esos fines.

9.- Los oficios en un monasterio eran varios. El primero y principal era el de Abadesa, que regía a toda la Comunidad a tenor de la Constituciones propias. Estaba además la vicaria de coro, cuyo nombre indica claramente su cometido: actuar en nombre de la Abadesa en todas las cosas referidas al coro. Cuando se institucionalizó el oficio de cantora (83), SU competencia pasó a segundo término, pero ganó en otro terreno, pues se convirtió en un alter ego de la Abadesa en todo. De suma importancia era el cargo de maestra de novicias, para el que se escogía una monja madura y con amplia experiencia de la vida monacal. La clausura era un ingrediente fundamental en la vida contemplativa e implicaba una separación física del resto de la sociedad y un trato con el exterior reducido al mínimo. El signo era la misma construcción monástica (comunmente rodeada de una cerca), a la que se accedía por la puerta reglar o claustral, fuertemente cerrada, cuyas llaves eran entregadas por la noche a (82) Conventos 37-3, fol. 33. Villancico motete. (83) Dada la importancia de la música, a mediados del siglo XVII solía el Ministro General pagar dos dotes, una, para organista y otra, para cantora. Con el Nuevo Régimen el Estado asumió esta responsabilidad, dotando a los monasterios con estos dos oficios, si bien la cuantía era solamente de 100 ducados por cada una.


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la Abadesa. Para el servicio de aquellas cosas que no podían pasar por el torno había otra puerta, conocida con el nombre de puerta de los carros, a la que se aplicaba las mismas normas que a la puerta reglar. Las atendían las porteras, cargo de máxima responsabilidad. Cuando se trataba de objetos ~ menores se utilizaba el torno, especie de tambor de madera, c o diversos compartimentos, giratorio y fijo en el muro. Lo atendía la tornera, que siempre tenía una compañera en su ayuda. La sacristana atendía a su oficio en la doble sacristía: una en el interior de la clausura, con frecuencia de cierto valor artístico, y otra, donde se revestían los ministros sagrados, comunicadas por un torno. Dado que el trigo era la base de su alimentación, había una encargada de cuidar el granero, era la monja cillera o "granelera". Su misión era procurar que el grano no se echara a perder y avisar con tiempo para adquirir nuevas remesas. Las Comunidades con un promedio de 80 monjas venían gastando al año unas 400 fanegas, cuya adquisición se hacía normalmente en las islas, si bien a veces había que traerlo de la península, lo que encarecía notablemente el precio. La cocinera era la encargada de preparar los alimentos de las monjas, que consumían en la comida principal al mediodía, una pequeña colación por la noche y un ligero desayuno. La encargada de proporcionarle la materia prima era la provisora, como la refitolera era la que ponía en el refitorio o refectorio el servicio de cada una. La huerta, que casi nunca se explotaba en su totalidad, servía más bien para el cultivo de árboles frutales, verduras y flores. La encargada de la misma era la hortelana.

10:- Educadas para asumir en sus vidas los dolores y enfermedades de los hombres por amor a Cristo, la atención a las enfermas constituía casi una obsesión para las monjas. La razón principal de esa falta de salud hay que buscarla en la muy pobre y escasa alimentación, y en algunos excesos en las obras de penitencia. La atención a la enferma empezaba en el mismo momento de la aparición del síntoma, liberándola de todo compromiso comunitario y recluyéndola en el dormitorio, donde era agasajada con comidas especiales. El caldo de gallina era utilizado casi como un rito mágico de cara a la enfermedad; de ahí la frecuente referencia a sacrificios de gallinas, para alimentar a las enfermas con su caldo. Si la enfermedad se alargaba, la enferma era trasladada a una amplia habitación, bien soleada y orientada, llamada enfermería, con capacidad para varias camas y una capilla para poder celebrar la misa. Solían tener


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algún motivo religioso, como es el caso del Niño Jesús Enfermero en el monasterio de S. Bernardino de Siena. Cuando la enfermedad era contagiosa, las enfermas pasaban a lugares aislados. Al morir se les alumbraba con mucha cera, como era el uso, y se celebraban con toda solemnidad los funerales. La siguiente nota, perteneciente a la prelacía de sor Catalina de Jesús Lordelo en La Laguna (1681-1684) es bien reveladora: En el entierro de sor María Evangelista, ocurrió el 18 de abril de 1682, se gastaron 166 reales; en el de sor Bárbara de Santa Fe, el 12 de junio del mismo año, 89 reales por el alquiler de 50 candelones y 12 hachas; a las Comunidades religiosas asistentes se les dio 56 reales; un tostón(8"'costó abrir la sepultura, y real y medio importaron tres almudes ("1 de cal. Los entierros de sor Catalina de Sta. Juana Colombo de Torres, el 19 de noviembre de 1682; el de sor Leonor de S. Pedro Sopranis Fonte, el 19 de julio de 1683; el de sor María de Jesús, el 27 de julio del mismo año; el de sor María de S. Mateo y el de sor 'Eufemia de la Ascensión Gallegos Espinola, en noviembre del mismo año, costaron todos en particular 550 reales'") Para la atención de la enfermería había una o varias enfermeras, aunque esta era también una de las principales preocupaciones de la Abadesa. 11.- Los monasterios estaban emplazados en lugares donde ya había convento de frailes. El Guardián de cada convento asumía la alta dirección espiritual del monasterio, que habitualmente realizaba mediante un religioso, llamado vicario de monjas. Era a la vez capellán y confesor. La elección de estos frailes era muy cuidada por la legislación exigiendo que fueran personas maduras y no menores de 40 años; de hecho, buena parte de los que conocemos eran lectores actuales o jubilado^'^'). SU misión comenzaba muy de mañana, trasladándose al monasterio para la misa diaria, atendía a las enfermas, les administraba los últimos sacramentos y presidía los funerales. Según un calendario establecido o mediante recado de la Abadesa, oía las confesiones de las monjas, a quienes para mayor libertad se les daban otros confesores. Misión del vicario de monjas era también revisar cuatrimestralmente las cuentas del monasterio, junto con el Guardián del convento, cuentas que, como las de los frailes, a su debido tiempo se enviaban al Capítulo Provincial. En atención al número de monjas o por otras circunstancias se le asignaba uno o más compañeros. (84) (85) (86) (87)

El totón equivalía a unos cinco reales. El almud contenía unos cinco kilogramos. INCHAURBE, Historia, pág. 131. Recibián el título de lectores los profesores de filosofía y teología.


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12.- ¿Cuál era la extracción social de estas monjas?. Aunque no se puede negar la presencia de hijas y parientes de personas muy importantes (a veces, de la misma familia de los patronos del monasterio), el número de estas era muy reducido respecto a las que pudiéramos llamar burguesas o campesinas. En cuanto a su influencia dentro del monasterio, no se puede pasar por alto que la primeras solían tener mejor formación, lo que explicaría sin más su frecuencia al frente de las Comunidades. Pero no hay que exagerar las cosas; su número sigue siendo muy escaso y la profesión igualaba a todas dentro del claustro, dándoles los mismos derechos. Por otra parte, no faltan tampoco entre las primeras raros ejemplos de santidad, por lo que resulta al menos muy discutible que su presencia en los monasterios se deba a una falta de vocación buscando el claustro como un refugio, pues la dote para el matrimonio era mayor que la exigida en el monasterio, impidiendo además el ingreso de otras jóvenes, con verdadera vocación pero sin medios económicos para pagarse la dote(88). 13.- Cada vez que se quiere efectuar una nueva fundación, la importancia social aparece como una forma de ritornello: es un bien para la Iglesia y para la sociedad. Sin embargo, el aspecto económico que lleva aparejado inevitablemente, fue siempre objeto de reticencias, y terminaría haciéndose insoportable para una buena parte de la sociedad, no perdiendo ocasión para manifestar esas objeciones. Un buen ejemplo lo tenemos en el Acuerdo del Cabildo lagunero con los franciscanos el 15 de septiembre de 1545, al tratar de la venida a las islas de las monjas. Entre sus clausulas figura esta:

"otrosí, que porque esta tierra e isla es corta, e por tiempo podrá crescer mucho la renta que las dichas monjas tuviesen adjudicadas al dicho monasterio, lo cual sería e redundaría en mucho daño de esta isla e vecinas de ella; por tanto que la Abadesa e monjas que fuesen en el dicho monasterio, para siempre jamás n o puedan tener ni tengan de renta en cada año en esta isla de Tenerife más de hasta en cantidad de mil doblas de oro(89),del valor que al presente tiene, así en pan, como vino, como telares e dineros y en otra cualquiera cosa, e que llegada a la dicha cantidad, todo lo demás de las dichas mil doblas que aparecieren tener de rentas en cada u n año en esta isla, sean obligadas a lo vender a personas legas y seglares, dentro de u n mes primero siguiente que pareciere tener la dicha renta demaziada, e que para ello puedan ser compelidas por cualesquiera Jueces e Justicias eclesiásticas e seglares, e que se las dichas monjas pidieren o quisieren tener (88) M. HERNÁNDEZ, 1. c., pág. 7. (89) La dobla de oro tenía un valor aproximado de diez pesetas.


más renta, la puedan comprar e haber fuera de esta isla, donde quisieren e pudieren, e que venidas las dichas monjas, sean obligadas de consentir e aprobar la susodicha escritura de ella, en que se obliguen a aprobar, e cziw~plantodo lo susodicho en esta pregunta contenido(90). Interesante resulta también el modo de oponerse el mismo Cabildo a la fundación de los agustinos en Garachico en 1636: Que es notoria la pobreza de la isla, pues ordinariamente se recogían en aAos pasados 28 a 30.000 pipas de vino'"), que es todo lo que tiene de sustento, y que al presente sólo se han cogido 12.00 pipas; así que todos los moradores de ella estamos pobres, cortos y con notables necesidades; que que suponen más de la hay 15 conventos en la isla de frailes y 5 de monjas(92), mitad que hay en las otras seis islas; cuando se fundaron había con qué mantenerlos, no así ahora, como se ve en el convento de S. Francisco de esta ciudad, el más antiguo que ha más de seis meses que no pone gota de vino a los frailes en el refectorio y pasan otras calamidades de este estilo; que en el correr de los tiempos, los frailes se han adueñado de casi toda la hacienda de la isla, con sus tributos y capellanías; tantos conventos también es dañoso, pues muchos se entran frailes sin vocación, para comer y holgar, de lo que se siguen muchos escándalos, ocasionando mal ejemplo a los herejes. J.,a conclusiDn es obvia: no se debe admitir la fundación'"). Casi cincuenta años más tarde, en 1681, las cosas no habían mejorado lo más mínimo, a tenor de la dura crítica que el edil Francisco Fernández de Medicina presenta al mismo Cabildo, exigiendo la adopción de medidas urgentes. Seglín él, una buena parte del patrimonio está en manos del clero; muchos, para no trabajar, se hacen curas o frailes, y sujetan sus bienes raíces a capellanías eclesiásticas, lo que hace que en breve tiempo se hallen espiritualizados todos los bienes ("1, porque son muenos los ordenados. Especial 6nfasis pone en las dotes de las monjas, yd que, aderr~hsde los gastos ordinarios, propinas y asistencias, dan mil ducados(9')por razón de la dote perpetuamente, y porque hay poco dinero líquido ea !as ii.:as, eip preciso imponerlo s.3b.e bienes. 1-Iay en la isla 9 coiiventos de religiosas y 25 de religjo~as'~~), y cada dáa van aumentando, por lo que es necesario pone: ~0162.Una medida, (911) INCHAURBE, Historia, pág. 48. (91) La pipa contenía entre 300 y 400 litros cada una, (92) Véase apéndice 1. (93) A. MILL,RRES, Anales. (94) BE el sentido de convertirse en bienes de la Iglesia. (95) Ei ducado de este tiempo valía 11 reales. (96) Véasc apéndice 1.


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que aliviaría la siti~aci6n, es impedir la creación de nuevas capellanias y que las dotes no sean perpetuas, siso que, faltando la interesada, ka disfrute el convento algunos afios y luego vuelva a quien la dotó o a sus herederos; así las religiosas conseguirán que les paguen pronto los réditos, y los vecinos tendrán mayor alivio y desempefio de sus haciendas sin miedo a despoblarse, entrando sus hijos en religiónes y clericatos, y los otros, a otros Reinas, para subsistir.Termina su perorata advirtiendo que su crítica se refiere a temas econóinicos y en ningún modo va contra la religión("). Aunque el orador no consiguió convencer al parlamento, que aplazó la decisión para otro día, es claro que estamos asistiendo al principio de un cambio notable.

El marco cronológico impuesto por estas Jornadas deja fuercr más de un siglo de historia de unas mujeres, cuya vida será siempre poco c:eimpsendida, pues encarnan el lado oscuro, mistérico, de la Iglesia, donde ei d;áloge, interior se hace expresión vital. Centenares de estas monjas llenaron buena parte del hábitat de nuestra iglesia canaria, escondiendo debajo de sus hsperas estameñas, una recia personalidad acompañada de notables virtudes. De las relaciones enviadas a Roma por los obispos canarios resulta que el monasterio de La Laguna tenía 70 monjas; otras tantas eran en la Orstzva; un poco menos en S. Diego de Garachico y en la Palma; el de S. Cristóbal tenía unas treinta. Todos estos datos están referidos a la primera mitad del siglo XVII. El juicio global del obispo Guillén es el siguiente:" están niuy pobres y lo pasan con mucha miseria todos los conventos de Religiosas9', y continúa:"Hay mucha malicia y n~uchospecados en estas islas, pero hay también mucha virtud y muchas personas de opinión, especialmente en conve7atos de monjas".

Conventos en Canarias en el siglo XVII. Los agrupa por familias religiosas. Franciscanos: Buenaventura (Betancuria) 1417 San Francisco de Asís (Las Palmas) 1476 San Miguel de las Victorias, La Laguna, 1496 (97) A. MILLARES, Anales.


FRAY JOSÉ GARC~ASANTOS

Ntra. Sra. de la Concepción, Santa Cruz de la Palma, 1508 San Lorenzo, La Orotava, 1519 San Antonio de Padua, Gáldar, 1520 Ntra. Sra. de los Ángeles, Garachico, 1524 Santos Reyes, San Sebastián de la Gomera, 1533 San Sebastián Valverde de Hierro, 1584 Ntra.Sra. de Miraflores, Teguise de Lanzarote, 1588 S. Juan Bautista, Puerto dela Cruz, 1608 Santa Lucia, Realejo, 1610 Ntra.Sra., de la Antigua, Telde, 1612 Ntra.Sra. de la Piedad, San Andrés-La Palma, 614 Espíritu Santo, Icod de los Vinos, 1641 Ntra.Sra. de las Mercedes, Buenavista, 1648 San Diego del Monte, La Laguna, 1648 San Luis, La Granadilla, 1665 San Pedro de Alcántara, Santa Cruz de Tenerife, 1677 San Pablo y Ntra. Sra. de Guadalupe, Adeje, 1679

Dominicos:

San Pedro Mártir, Las Palmas, 1522 Santo Domingo, La Laguna, 1527 San Miguel, Santa Cruz de La Palma, 1530 Ntra. Sra. de Candelaria, 1530 San Benito, La Orotava, 1592 San Sebastián, Garachico, 1600 Ntra. Sra. de la Consolación, Sta. Cruz de Tenerife, 1610 San Pedro Apóstol, Hermigua de La Gomera, 1611 San Juan Ortega, Firgas, 1613. Santo Domingo, Güimar, 1649 San Pedro Telmo, Puerto de la Cruz, 1659 Ntra. Sra. de las Nieves, Agüimes, 1661

Agustinos:

Espíritu Santo, La Laguna, 1506 . San Juan Bautista, Realejos, 1601 San Sebastián (Icod de los Vinos) 1585 Santa Catalina, (Chasna de Tenerife), 1627 San Julián, Garachico, 1640 San Juan Bautista, Orotava, 1648 San Sebastián, Tacoronte, 1662 Santo Cristo de la Vera Cruz, Las Palmas, 1664

Clarisas:

San Juan Bautista, La Laguna, 1547 San Diego de Alcalá, Garachico, 1590 San José, Orotava, 1601


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Santa Agueda, Santa Cruz de la Palma, 1603 San Bernardino de Siena, Las Palmas, 1664 San Pedro y San Cristóbal, Garachico, 1643 Dominicas:

Santa Catalina, La Laguna, 1611 Santa Catalina, Santa Cruz de La Palma, 1626 San Nicolás, Orotava, 1626 San Juan Bautista, Puerto de la Cruz, 1630

Cistercienses: Ntra. Sra. de la Concepción, Las Palmas, 1592 San Ildefonso, Las Palmas, 1643 San Bernardo, Los Silos, 1649 San Juan Bautista, Icod de los Vinos, 1650

Descripción del volcán de 1706, hecha por sor Ana de San José, moradora de Garachico, el 5 de mayo de 1708 (Incahurbe, Historia, págs. 97-98). Digo que el dicho convento se desoló por el volcán que bajó de lo alto de dicho lugar en año pasado de mil setecientos y seis, día cinco de mayo de él, abrasándose la iglesia mayor del convento de Nuestro Padre. San Francisco de Observancia, y llegó a entrarse por los muros de dicho convento de San D., y muy en breve consumió su fábrica, dejando a dichas religiosas sin parte en el mayor conflicto, pues se vino a reducir en breves horas en pavesas, sin que los moradores pudiesen socorrerlas, para atender solamente en ver cómo libertaría sus vidas, sin atender a otra cosa, pues además del referido estrago, se temía el sumergirse todos los vecinos, por los disformidables temblores y los bramidos y feroces voces que de dicho volcán se oían en más de treinta leguas de distancia; en dicha tribulación, se salieron de dicho su convento en comunidad, sin sacar de él más que los hábitos que tenían puestos, por no poder guareser otra cosa, y llegaron al lugar de Icode, que dista media legua del referido convento, en donde, de orden del Vicario de Religiosas del Orden de San B. del dicho de Icode, las pusieron y depositaron en el convento, adonde estuvieron hasta que el R. P. Pedro de Abreu, Ministro Provincial, Comisario y Calificador de la dicha Orden Seráfica, dividió las Religiosas de dicha comunidad, asignando unas en el convento de La Orotava y otras en el convento de Santa C. de la ciudad de La Laguna, diez leguas distantes del lugar de Garachico.

Lista de precios en 1676, tomado de los Anales de Millares: Una libra de carnero, 2 reales''). Una libra de puerco, 10 cuartos. (1) La libra equivalía a unos 460 gramos.


Una libra de cabra, 1real. Una gallina, de 3 a 4 reales. Un capón, 3 reales. Un conejo, 1 real. Una libra de carne salada, 1 real. Una libra de bacalao, 1real. Una libra de queso, 1real. Una libra de pasas, medio real. Un quintal de higos, 62 reales y medio. Un millar de nueces, 10 reales. Una botija de leche, 2 reales@). Una botija de aceite, 2 reales y medio, el barril, 20 reales(3). Una botija de vino, 3 reales, el barril, 20 reales. Una botija de vinagre, 2 reales, el barril, 14 reales. Una botija de miel de abeja o caña, 13 reales, Una libra de azúcar, 2 reales. Una libra de pimienta, 3 reales. Una fanega de sal, 18 reales(4). Una carga de leña, 1real, la carretada, 12 reales(5). Un costal de carbón, 1real. Una carretada de paja, 40 reales. Una fanega de trigo, 18 reales. Una fanega de lentejas, 24 reales. Una fanega de garbanzos, 48 reales. Una libra de cera amarilla, de 3 a 5 reales. Una libra de cera blanca, 6 reales. Un millar de tejas, de 50 a 60 reales. Un par de sandalias, 12 reales. Una vara de estameña, 7 reales@). Un hábito, 76 reales. Una mano de papel, 1real, la resma, 20 reales''). Una docena de platos, 10 reales.

Nombramiento de mayordomo en San Bernardino de Siena, 14.11, 1683... "la Abadesa y Monjas de este convento de San Bernardino, Orden de (2) La botija contenía unos seis litros.

( 3 ) El barril contenía entre 25 y 30 litros. La fanega tenía unos 50 kilogramos. (5) La carga tenía unos 110 kilogramos, la carretada, 12 cargas. ( 6 ) La vara era poco más de 80 centímetros. (7) La mano tenía cinco cuadernillos o pliegos, la resma, 20 manos. (4)


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la gloriosa Madre Santa Clara, de esta ciudad de Canaria, a saber: Doña Magdalena de San Bartolomé Castillo, abadesa; Doña Magdalena de S. Pedro Jaén; Doña Catalina de San Felíx Perera; Doña Zenona de Sta. Teresa Espinóla; Doña Francisca de S. Leonardo, Madres fundadoras; y Doña Beatríz de San Cristóbal; Doña Ana María de S. Buenaventura; Doña Luciana de S. Diego. Bravo, Consiliarias, Monjas profesas en este dicho convento, en voz y en nombre de él y demás monjas que son de presente y fueren en adelante.. . Y estando como estamos juntas y congregadas como los habernos de uso y costumbre, y llamadas a son de campana, otorgamos y nombramos por nuestro mayordomo Juan López, maestro del oficio de sapatero, vesino de esta dicha ciudad, por todo el tiempo que fuere nuestra voluntad, con salario de sien ducados en cada un años, que corre dicho salario y su mayordomía desde sinco de agosto próximo pasado de este presente año, que le está usando y ejerciendo; durante todo el tiempo que lo fuere ha de estar obligado, y lo queda desde luego, a dar a este dicho convento todo lo necesario para el sustento de las Religiosas de él, del gasto ordinario y extraordinario que le pidiere la Rvda. Madre Abadesa, así de trigo como carnes, pescado, legumbres y todo lo demás que fuere pedido puntualmente, y todo ello a los precios corrientes que valieren los mantenimientos a los tiempos que los entregare, prosediendo e n esto con la lisura y verdad que fiamos d e su puntualidad y cristiandad; que de todo lo que diere y entregare a este convento se le haya de pasar en cuenta con recibos simples de la Rvda. Madre Abadesa, sin ser necesario otro recaudo, aunque de oficio se requiera; y ha de ser obligado, y lo puede desde luego, a cobrar y dar cobrados todos los sensos, tributos y rentas que tiene de presente y tuviere en adelante este convento, durante todo el tiempo de su mayordomía, de todas las pagas cumplidas y que se cumplieren, desde primero día de este presente mes en adelante, hasta el en que dejare la dicha mayordomía; y para dichas cobransas ha de hacer las diligencias judiciales y extrajudiciales que convengan, hasta conseguirlas realmente y con efecto, y fehecer y acabar las ejecuciones, hasta tomar posesión y amparo de los bienes que tomare a los morosos que no pagaren, y expulsarles de ellos; que con estas diligencias hechas, fenecidas y acabadas, se le pasarán en cuenta de la que diere del cargo que se le hiciere; y para dichas ejecuciones se le dará cada que lo pida razón de los instrumentos que pidiere y fueren necesarios puntualmente; y los mandamientos de interpelación que para dichas cobransas sacare, si con ellas pagaren, le pasaremos en cuenta el costo de ellos, y no más, porque en las ejecuciones y diligencias que llegaren apremio, embargo y prendas, las costas que se causaren las ha de haber y cobrar de los reos ejecutados; y en las diligencias hechas, que entregare fenecidad y acabadas, como queda dicho, las costas que en ellas se causaren, las que se tasaren se le pasarán en cuenta; y no es de su cargo ni obligación los tributos y rentas que este convento tiene fuera de esta


isla, que estas quedan a nuestro cargo y de este convento el cobrarlos; que al fin de cada un año de esta mayordomía ha de dar la cuenta con pago; y le entregaremos manual en que estén escritos todos los tributos y rentas que este convento tiene, para que por él haga las dichas cobransas; y con estas condiciones y obligaciones, que ha de cumplir puntualmente, le hacemos este nombramiento y elección de mayordomía, y le daremos y otorgaremos poder bastante para haber y cobrar los dichos tributos y rentas de este monasterio; y yo, el dicho Juan López, serviré dicha mayordomía con dicho salario de sien ducados al año, que he de cobrar de mi propia mano, y guardaré y cumpliré puntualmente todas las cláusulas y condiciones de esta escritura, según y como en cada una se contiene.. . y a dar la dicha cuenta con pago puntualmente sierta, leal y verdadera.. .. En la ciudad de Canaria, estando en uno de los libratorios de este dicho convento, martes catorse días del mes de Septiembre de mil seissientos y ochenta y tres años. (Archivo Provincial de Las Palmas, Protocolos; Diego Álvarez de Silva, legajo, 1.294, fol. 464v-469).

Fray José García Santos




ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 125 - 153.0 CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

D. BARTOLOME GARCIA JIMENEZ Y RABADAN GOBIERNO, CONFLICTOS Y LITIGIOS DE LA IGLESIA EN CANARIAS EN EL SIGLO XVll

TOMASGONZALEZ ALONSO DOCTOR EN TEOLOGIA

E n estas v Jornadas de la Historia de la Iglesia en el siglo XVII, vamos a concentrar nuestra mirada en los años del episcopado de D. Bartolomé García Jiménez y Rabadán, que ocupa un cuarto de siglo, casi el último, desde los años de 1665 al 1690. A todos nos ha tocado vivir de alguna manera las tensiones internas y los conflictos que la presencia de la Iglesia despierta en el medio ambiente donde cumple su misión evangelizadora.

Pero éste, es un fenómeno que no es propio y exclusivo de nuestra época. La Iglesia ha tenido siempre como misión dada por su fundador, la de ser levadura que haga fermentar la masa. No nos extrañe, pues, que surjan y hayan surgido siempre y en todas partes dichos conflictos y tensiones, si bien, en nuestros días, dadas las facilidades de información apostólica y evangelizadora, a pesar de las tensiones encontradas que luchaban en su seno y, sobrepasando los conflictos que periódicamente estallaban, bien, entre organismos eclesiales, bien, lo que era más frecuente, entre entidades de la Iglesia y otras del mundo civil.


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TOMÁS GONZÁLEZ ALONSO

Hoy vamos a contemplar las dificultades y luchas, unas encubiertas, otras notorias que agitaron a la Iglesia en Canarias en la segunda mitad del siglo XVII, en que D. Bartolomé García Jiménez, más que provocarlas, tuvo que sufrirlas. Es la época en que, fallecido Felipe IV, su viuda doña Mariana de Austria, como Reina Madre, rige la monarquía en nombre de su hijo Carlos 11, niño de poca edad a la sazón, época bien caracterizada en la Historia de España. Con ella termina la era de los Austrias. Fue esta época del final del siglo XVII, de general decadencia en todos los órdenes de la vida nacional. La política exterior, la gobernación del estado, la hacienda pública ...vienen marcados por el signo de la postración, cuyo exponente más caracterizado aparecía a los ojos de todos en la propia figura de su rey. Tal decadencia afectó, también, en algunos casos, a la Iglesia española. En nuestro trabajo, vamos a fijarnos en las tensiones internas y los conflictos externos propios de esta etapa ocurridos en la Iglesia diocesana de Canarias, durante el largo pontificado de su obispo D. Bartolomé García Jiménez y Rabadán, ocurrido entre los años 1665 al 1690. Los problemas generales que afectan a los eclesiásticos insulares, en la segunda mitad del siglo XVII, son los mismos que a la sazón agitaban a los de la península, con particulares matices propios del carácter insular de la diócesis. El aislamiento, la lentitud e inseguridad de las comunicaciones, retrasando la solución de los negocios de toda clase, tanto civiles como eclesiásticos ('1. Teniendo en cuenta la limitación cronológica y, sujeción de nuestro trabajo a los conflictos surgidos en el seno de la Iglesia en Canarias, nos ayudará a entenderlo, el género de vida, las costumbres, las ideas, las preocupaciones, los comportamientos de sus habitantes a finales de aquella época y de aquel siglo, en relación con la actitud religiosa. Puesto que nos vamos a limitar, en nuestro trabajo, a la época del pontificado de D. Bartolomé García Jiménez y Rabadán, empecemos por desenterrar del olvido de la historia a este Ilustre personaje de nuestro episcopologio.

(1) Cfr. L. FERNÁNDEZ, Tensiones y conflictos.. . págs. 521-522.


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Al intentar hacer una síntesis biográfica del Obispo Rabadán, tenemos una fuente original de la que están tomados casi todas las noticias que conocemos de D. Bartolomé García Jiménez. Se trata de una amplia carta escrita, por su primo y secretario particular, D. Juan García Jiménez, Arcediano de Fuerteventura, a petición de D.Jaime de Palafox y Cardona, Arzobispo de Sevilla. Escrita en 1691, es rica en detalles de los años de su pontificad~'~). D. Bartolomé García Jiménez, nace en Zalamea la Real, Arzobispado de Sevilla, hoy Provincia de Huelva, el 19 de Octubre de 1611. Es bautizado el mismo día en San Pedro de Alcántarai3). Estudia en Salamanca, colegio menor de Cañizares y mayor de Cuenca. Adquiere una gran formación intelectual y teológica en la escuela salmantina de cuya Universidad será después profesor entre los años 1647 y 1657(4). El 29 de Noviembre de 1664, siendo canónigo de Sevilla, es presentado por el Rey Carlos 11, para la Sede de Canarias, vacante por traslado a León de Fray Juan de Toledoís). El 14 de Mayo de 1665 el Papa Alejandro VI1 le extiende las Bulas del nombramiento. Tenía entonces 42 años. El Rey, por su parte, le nombraba Presidente de la Real Audiencia y Capitán General de estas Islas, cargos que no llegaría a desempeñar, por las incidencias del viaje desde Cádiz a Canarias, cosas decía el Obispo, que permitió Dios para librarle de muchos desaciertos y yerros que podía haber cometidoí6). El 31 de Mayo de 1665 recibe, en la catedral de Granada, la Consagración Episcopal por estar vacante la de Sevilla''). (2) Cfr. J. G A R C ~ AJIMÉNEZ, Noticias de la ejemplar vida del Ilustrísimo Sr. D. B. García Jiménez, ms (1691) publicado por J. HERNÁNDEZ PERERA, en Revista de Historia, XIX (1953) 221; vid. VIERA Y CLAVIJO, Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, con introducción y notas de A. CIORANESCU, Sta Cruz de Tenerife, 1961,11, págs. 551-561. (3) Cfr. J. G A R C ~ AJIMÉNEZ, o. c., pág. 183; A. HERNÁNDEZ RIVERO, Edictos e Instrucciones del Obispo de Canarias D. B. GARCIA JIMENEZ, man, inéd. 1, fol. 102 vtoLas Palmas. (4) Cfr. J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., pág. 183; P.A. DEL CASTILLO, Descripción Histórica y Geográfica de las Islas Canarias, , Madrid 1984-1960, pág. 806; VIERA Y CLAVIJO, o. c., pág. S51. (5) Cfr. J. GARCIA JIMÉNEZ, o. c., págs. 221-223; P.A. DEL CASTILLO, o. c., 111 pág. 806; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 551; CAUCHAT, Hierarchía Cathólica Medii et Recentioris Aqvi, Munster 1935. (6) Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 194 CAUCHAT, o. c., RITZLER-SEFRINI, hierarchía Catholica Medii et Recentioris Aevi, Padua, 1952, pág. 140; P.A. DEL CASTILLO, o. c., 11 págs. 550, 552, 554; L. FERNANDEZ, o. c. pág. 523; A. MILLARES TORRES, Historia General de las Islas Canarias, Las Palmas, 1984, págs. 68 y SS. (7) Cfr. HERNÁNDEZ, o. c., 1 fol. 88.


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Sale de Cádiz, rumbo a Canarias, el 5 de Julio de 1665, pero debido a los vientos y errores de los navegantes, toman tierra en Puerto Rico (América) el 9 de Agosto, pasando luego a Santo Domingo, desde donde reemprende el viaje hacia Canarias. El 27 de Diciembre, después de cinco meses de dura travesía, avistan la isla de La Palma, no pudiendo tomar tierra en ella, porque los vientos les eran contrarios. Por fin el 29 de Diciembre, fiesta de San Juan Evangelista, lo hacen en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, alojándose en el Convento de Santo Domingo Viera y Clavijo nos describe su llegada en estos términos:"El deseado arribo del Ilustre Prelado, sus raras aventuras y la anticipada opinión de su gran virtud, que le hacían una persona interesante para los canarios, todo contribuyó a que fuese recibido con las mayores demostraciones de contento, bien que no dejaban de desconsolarse, creyendo al considerar su delicada complexión, que tendrían Obispo para veinticinco días. Sin embargo, el pontificado de Don. Bartolomé Jiménez fue de veinticinco años" (9). Fue el Obispo que más vivió y residió en el Obispado de todos sus antecesores y sucesores, hasta el presente, exceptuando a Mons. Piladain que obtuvo 30. Las Constituciones Sinodales de D. Cristóbal de la Cámara y Murga, de 29 de Abril de 1629''U),Don. B. las mantiene en todo su vigor durante su largo pontificado, recordándolas y urgiéndolas en cartas e instrucciones pastorales a sus sacerdotes y diocesanos. En 1668, debido a los achaques que padece, presenta su renuncia a la Reina, que luego retirará a petición de sus diocesanos. Destaca por su celo y vigilancia pastoral con sus muchos decretos y cartas pastorales ("). Sobresalió por su caridad y limosna, sufriendo verdadera congoja por las necesidades que se padecía en las islas'"'. Poseía una gran pobreza espiritual y gran desprendimiento, volcándose en auxilio de los más necesitados y abandonados (13). Vivía una profunda humildad: "dotado por Dios de tanta ciencia y sabiduría, no se fiaba de sí mismo, y consultaba siempre con teólogos y juristas doctos" ('4). ( 8) Cfr. J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., págs. 184-193, 223; P.A. DEL CASTILLO, o. c., 111 págs. 806 y SS;VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, p'pags. 552-554. ( 9) VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 554. (10) Cfr. C. D E LA CÁMARA Y MURGA, Constituciones Sinodales de la Gran Canaria y su Santa Iglesia, Madrjd, 1634. (11) Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 207; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 559. (12) Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., págs. 200-209. (13) Cfr. Ibídem, pág. 212. (14) Ibídem,


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Descolló en la virtud de la justicia, que tantos trabajos había de darle. Es ésta, una de las facetas más importantes de su pontificado, y una de las preocupaciones que más refleja en su manuscrito del Gobernador Cristiano. Luchó incansablemente defendiendo el salario justo de los jornaleros. Urgía a sus jueces y tribunales para que no demoraran las sentencias en perjuicio de las partes (15). Acérrimo defensor de la inmunidad eclesiástica, a la que llamaba la "Niña de sus ojos'', y por la que, decía, estaba dispuesto a perder mil vidas ( ' h ) . En lo espiritual destacaba por la gran virtud de la penitencia, que vivía en el más riguroso secreto'"); por SU alta contemplación y continua meditación. D. Félix Nieto de Silva, Presidente de la Real Audiencia y Capitán General de las Islas, que se le había opuesto acérrimamente en ciertos litigios, tenía, a pesar de ello, muy alto concepto de sus virtudes heróicas y guardaba con gran veneración, decía, las cartas y firmas que tenía de su Señoría Iltma., porque esperaba que habrían de ser reliquia^"^). La Real Audiencia, a pesar de sus grandes y continuos pleitos con el Obispo, escribe al Rey: "Es un prelado que comúnmente es tenido en opinión de docto y virtuoso" ("). "Uno de los más celebres teólogos morales de España"(20). . "...insignísimo en virtud y ciencia ...por la ciencia un Santo Tomás de Aquino" (2'J. Le preocupaba mucho la formación doctrinal y religiosa de sus fieles, a los que él mismo adoctrinaba en sus paseos vespertinos por los campos; y también la de sus sacerdotes a los que reunía en sus visitas pastorales y les adoctrinaba con conferencias sobre el ministerio espiritual(22). Escribía con gran ligereza y desembarazo. En los últimos años de su pontificado escribió mucho. Entre otros escritos, nos reseña su secretario las siguientes obras: Poliantea miscelánea moral-política. Apología del rey Jacobo de Inglaterra. Compendio del Gobernador Cristiano. Resumen casi literal de dicha (15) (16) (17) (18) (19)

Cfr. Ibídem, 209,212 y SS. Cfr. Ibídem, pags. 22,237; A DEL MILLARES, o. c. pág. 70. Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 213. Cfr. Ibídem, pág. 215; VIERA Y CLAVIJO, o. c., pág. 268-272. Archivo General de Simancas. P.E. 219. Carta de la Audiencia al Rey, Canaria, 2 de MAyo de 1690. (20) P.A. DEL CAST!LLO, o. c., pág. 806. (21) J. CARCIA JIMENEZ, o. c., págs. 212-222. (22) Cfr. A.,HERNANDEZ, o.c.,I fol. 12 SS:Edicto sobre Doctrina Cristiana; Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., págs. 94-95.


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Obra de Fray Juan Márquez, agustino, catedrático de Salamaraca. Bridice de herejias y herejes hasta Eutero'"). Juntó, tarnblkn, aneichos papeles y apuntaciones de casos sucedidos y consultas hechas a diferentes abogados y teólogos, haciendo cuadernos y legajos con ellos, miay utiles y necesarios para el gobierno eclesiástico de este obispado (24). Su citado secretario, Juan Garcn'a JPménez, dice que iodos estos escritos y otros m6s se los de16 a 61 "para que si Dios en algliiin tiempo me diese medios para darlos a la prensa, los imprimiese, porque su escraipulo y nimia caridad no le dejó tener ánimo para aplicas la cantidad necesaria para drcha No pudo cumplir, su secretario, esta voluratad del Obispo Rabadán, y han pasado ya tres srgdos sin que se haya hecho. ¿Será ésta, una oportunidad para que Io hagamos?.

EB Ldo. Don. Luis Román (1617-1680) escribió un "Emachir~dion manual de respuestas a más de clen consultas del Hltmo. señor obispo de Canaria D. Bartolomk Garcia Jimknez, sobre maternas canónicas y civiles, un tomo de a folio" que no se conserva(26)* Profundamente devoto y amante de la Virgen de la Candelaria, bajo cuya sombra quiso reposaran sus restos mortales, y a la que se llamaba: ""..milagro continuo de nuestras aflicciones y ne~esidades"'~'); "Primera BsBeña cristiana de todo este Obispado y Precursora en ét de las luces del Santo Evangelio" (28). Fruto de este gran amor a Ba Candelaria, y de su gran erudición y cuttura son las glosas en Batín y caste88ano que h ~ z ode las 181 letras mayúsculas y minúsculas. sin relación alginna entre si, y separadas algunas entre si por puntos y estrellas, que se encuentran en Pa orla de la túnica, al cuello, en las bocamangas y en todo el borde del manto (L9'. Hasta eii año 1633. nadie %labiagodido declarar su signiificado, (23) Cfr. J . G A R C ~ AJIMÉNEZ, o. C., págs. 303, 205; VIERA Y 633,AV1JO, o. c., 11, pág 557s; J. SANCHEZ HERRERO, La Poblacióir de las Islas Canarias en la segunda mitad del siglo XVII,lti76-16,88, ea Anuario de Estudios Atlánticos, n. 21 1973, págs. 240,349. (24) Cfr. J. GARCYA JIMENEZ, o. c., pág. 203; VIERA Y CEAVIJO, o, c., 11, pág. 559-58. (25) J. GARCÍA JPMÉNEZ,o. c., pág. 203. (26) Cfr. L. ROMAN, Eic, Echiridion O aanual de r$spuest?s a más de cien consultas del lirrstrísimo señor obispo de Canarias D. B. GARCIA JIMENEZ, sobre materias can~aicasy civiles (un tomo en folio) vid. VIERA Y CLAVIJO. o. c., 11, phg. 910: A. MIé1.ARES CARLO. Bibliografía de Phutores Canarios, Madrid, !932. (27) A HERNANDEZ, o. c., 1, fol. 76 v.; Cfr. J. GARCBA JBMÉNEZ,o. c., págs. 206, 234, 238; 1 QIJINTANA y S. CAZORLA, La Virgen dei Pino en la Historia de Gran Canaria, Las Patmas, 1971. págs. 323,326,333; P.A. DEL CASTILLO, o. c., XII, pág. 809. (28) A. HEWNANDEZ, m:. c., 1 fol. 109~-110. (29) Cfr. J. G A R C ~ AJPMENEZ, o. c., págs 231.3%; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 1, pág. 277s.


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Estas letras indescifrables, fueron interpretadas por D. Bartolomé Garcia Jiménez y Rabadán, haciendo once glosas en latín y siete en castellano a las letras del cíngulo, tomando cada letra como inicial de palabra completada por él, amén, de otras interpretaciones en latín al resto de las letras (30). Funda las Fiestas kustrales de Ntra. Sra. de las Nieves de La Palma. Se encontraba, a finales de Enero y comienzo de Febrero de 1676, de Visita Pastoral en Ia isla de La Palma, costeando él los gastos de los tres primeros días. Fue tal el fervor y devoción de los palmeros, que el Obispo Rabadán, estimó que sería bueno y conveniente que esta Bajada se repitiese cada cinco años, y así lo dispuso, ordenando que a partir del afio 1680 se comenzase, por el mes de Febrero, coincidiendo con la octava de La Candelaria'"). Después de 25 años de azaroso y virtuoso trabajo pastoral, el 14 de Mayo de 1690, tras una penosa enfermedad, y la aparición de un cometa, que salió un año antes, por Diciembre, de la Gran Canaria al amanecer y atravesaba Santa Cruz de Tenerife, torciéndose para rematar sobre la casa en que vivía D. Bartolomé, nos dice su secretario y biógrafo, entregó su alma al Señor con fama de santidad. El 16 de Mayo era sepultado en la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, y cumpliendo su ríiltima voluntad el 17 de Septiembre del año siguiente (1691) eran trasladados sus restos mortales al Santuario de Nuestra Sefíora de La Candelaria (32). Todos los que le conocieron y vivieron su muerte, no dudaron en proclamar que había muerto un santo(33), y dejaron estos testimonios: "Un prelado que comúnmente es tenido en opinión de docto y "El Plltnno. Sr. D. Bartolomé García Jiménez, de eterna memoria, era canonizable" dice el Iltmo. Sr. D. Juan Francisco Guillén, Dignisimo Obispo de estas Islas de Canarias'"). El Obispo Dávila y Cárdenes, en sus Constituciones Sinodales de 8734 dice de D. Bartolomé: "Varón Insigne de infatigable celo, así en la Visita de todas las Islas, como en las Instrucciones, mandatos y cartas pastorales; en todo lo cual nos dejó a sus sucesores mucho que admirar y poco que (30) Cfr. J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., págs. 229-232, 239; A D E ESPINOSA, Historia de Nuestra Señora de Candelaria, Sta. Cruz de Tenerife, 1967, pág. 78; J. HERNANDEZ PERERA, Precisiones sobrr la escultura de la Candelaria venerada por los Guanches de Tenerife, en ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS. n. 21,1975, pág. 33-35,24 n. 17. (31) Cfr. A. HERNANDEZ, o. c. H. fol., Libro 111 de Relaciones de la Iglesia Arclprestal de la Capital palmerar, n. 54, fol. 228s. (32) Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., 203-4,206,217,221,223-4. (33) Pbídern, pág. 221. (34) P.E., 219 Carta d e la Audiencia al Rey. Canaria, 2 de Mayo de 1690. Cfr. L. FERNANDEF, o. c., pág. 566. (35) Cfc. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 221. (36) DAVILA Y CARDENAS, Constituciones Sinodales del Obispado de Canarias, 1734, Madrid, 1737, pág 535.


¿Cómo eran entonces las Canarias? Geográficamente, la Diócesis de las Islas de Canaria, o Diócesis de Canarias, estaba compuesta por las siete Islas que forman el Archipiélago Canario; tres de ellas, La Palma, Tenerife y Gran Canaria, llamadas mayores, y cuatro menores, Lanzarote, Fuerteventura, La Gornera y el Hierro. La capital diocesana con su catedral y Cabildo estaba en la Gran Canaria. El Obispo Rabadán residió habitualmente en la de Tenerife, con gran disgusto de su Cabildo, que le instaba a residir en la Capital de la Diócesis "'1. Histórica y políticamente las Islas se encontraban definitivamente incorporadas a la Corona de Ca~tilla'~"'. En los primeros tiempos, las Islas se gobernaban cada una por sus propios fueros, privilegios y ordenanzas municipales, como en Castilla, bajo la vigilancia del cabildo secular compuesto por Regidores y Alcalde mayor (39). Luego fueron nombrados Gobernadores, llamados, también, Capitanes Generales. Más tarde serían transformados en Corregidores y Comandantes Generales de mar y tierra. Estos por su parte nombraban a los alcaldes y alguaciles mayores, amén, del personal ordinario, plazas, éstas últimas, que quedaron después anexas a los consejos y otras hereditarias en las familias(40). En 1527, por disposición del Emperador Carlos V, se establece la Real Audiencia, en Las Palmas de Gran Canaria, como centro coordinador de los Gobiernos de las diversas islas, compuesto por tres jueces de apelación. No gustó esta institución a los Gobernadores y Regidores de Canarias. Entonces, el Rey nombra un Juez Visitador, aparte de los tres que componáan la Real Audiencia. Con ello aumentó el disgusto de los apelante^'^'). Más tarde es nombrado un Jefe Militar de Pa entera confianza de la Corona. Este, como presidente de la Real Audiencia y Capitán General de mar y tierra gobernaba las Islas y las defendía(42). (37) Cfr. J. GARCIA JIMÉNEZ, o. c., págs. 193,199,202,234; J. SANCHEZ HERRERO, o. c., pág. 241; C. D E LA CAMARA Y MURGA, Constitucion,es Sinodales, P.A. DEL CASTILLO, Descripción Histórica y Geográfica de las Islas Canarias.. ., Madrid 1676; VIERA Y CLAVIJO, o. c., págs 16-112. (38) Cfr. VIERA Y CLAVIJO, o. c., págs. 533ss, 660ss. (39) Cfr. Libro Rojo de Gran Canaria o gran libro de Provisión y reales cédulas, Introducción, notas y transcripción de P. CULLEN DEL CASTILLO, Las Palmas de Gran Canaria, 1947 págs. XVIIIss, 2s, 4s; Incorporación de la Isla y fuero y privilegios concedidosa Gran Canaria, Introducción, notas y transcripción por P. CUELEN DEL CASTILLO, Las Palmas de Gran Canaria. 2978, pág. 85ss. (40) Cfr. VIERA Y CLAVIJO, o , c., 11, p2g. 103-104. (41) Cfr. Ibídem, págs. 118-121. (42) Cfr. Ibidem, pág. 143-144.


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Estos títulos y poderes fueron otorgados, junto con el de Obispo de Canarias, al Sr. García Jirnénez y Rabadán. Este, no llegó a tomar posesión de dichos cargos, debido a lo accidentado de su viaje, que le llevó desde Cádiz hasta Puerto Rico. Cuando recaló a Canarias, ya había sido cubierto el cargo, que ostentaba ingerirlamente Fray Juan de Toledo, su antecesor en el Obispado, promovido al de A este propósito nos dice su biógrafo y secretario D. Juan García Jimenez: "Este propaso y trabajos ponderaba el Obispo...que los había permitido Dios para librarle de los muchos desaciertos y yerros que podía cometer; porque en la misma zaetía que salimos de España, venía cédula del Rey nuestro Señor para que empuñase también bastón de Presidente y Capitán General de estas Islas..., y solía ponderar su señoría que si hubiese entrado en ambos gobiernos, eclesiástico y secular, que desaciertos y yerros no hubiera cometido, mayormente no teniendo conocimiento de la tierra, ni de genios o inclinaciones de los habitadores de ella..."(44). Existía, también, el Tribunal de la Inquisición, o del Santo Oficio, que fue establecido en las Islas con motivo del arribo a las mismas, atraídos por el aliciente del comercio, de judíos expulsados de la península y moros de la vecina África. Comenzó por el año 1504. Estaba subordinado al de la metropolitana de Sevilla '"5'. Actuaba, asimismo, el Tribunal de la Santa Cruzada compuesto por tres jueces subdelegados, tres prebendados de la Santa Iglesia, uno de ellos el doctoral, con su audiencia junto a la Catedral, en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, con su alguacil, notario y otros ministros. En el resto de las islas tenía comisarios y otros oficiales subalternos(46). En lo estrictamente eclesiástico, en la capital diocesana, estaba el tribunal del Vicario General y Provisor para todas las causas contenciosas y de jurisdicción ordinaria de la Diócesis. En el resto de las islas, los obispos solían nombrar "Vicarios foráneos" -auténticos Vicarios Episcopales- para cada una de ellas (47). Las facultades de estos vicarios eran limitadas no pudiendo conocer las causas criminales. Sólo tenían facultad, en esta materia, para hacer sumarios y remitir el proceso al tribunal del Vicario General. (43) Cfr. J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., pág. 194: P.A. DEL CASTILLO, o. c., 111, pág 3.138: VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 252,254,550. (44) Cfr. J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., pág. 194: P.A. DEL CASTILLO, o. c., 111, cáp. 2, pág 806 SS; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 550,554,252. (45) Cfr. VIERA Y CLAVIJO, O. C.,11, pág. 603. (46) Cfr. Ibídem, pág. 605. (47) Cfr. Ibídem, pág. 601.


Esto acarreaba muchos costos y perjuicios a 10s residentes en el resto de las islas, por Io que hicieron presente al obispo estos inconvenientes. "'El Pltmo. Jiménez, prelado tan celoso, no tuvo reparo en dar a las islas mayores, Tenerife y La Palma, este consuelo, obteniendo el piivilegio de tener cada una un vicario juez de las cuatro causa^"^^^. Viera y Clavijo nos describe la panorámica: "Hay una comandancia, que fue capitanía general, una Real Audiencia, un tribunal de la Inquisición y otro de la Cruzada, un juzgado de las Indias, dos coaregirnientos, cuatro iilcaldes mayores de letras, e t ~ " ' ~ ~ ) . El ambiente político, resultante de la amalgama de poderes y ambiciotaes era tal, que: "en medio de tantos funcionarios infieles, de jueces prevaricadores, de Generales despóticos y rapaces, de visitadores complacientes y autoridades y corporaciones que seguían costosos litigios, sólo por satisfacer ridículas vanidades, es grato encontrar una persona que, como el Obispo D. Bartolorné García Jiménez, pensara ainicamente en el adelanta moral y espiritual de su Diócesis"

De fuera por el mar siempre rondando eE peligro de embarcaciones de moros "nuestro azote" que merodeaban las islas con intenciones de piratería y de apresar al Obispo, que pudo escapar casi milagrosamente(").No le intimidaban los moros en su celo pastoral; su caridad ardiente le hacía superar los riesgos, fiado en la infinita misericordia: "vamos en gracia de Dios, decía, y si fuere de su agrado, que nos cautiven, hágase en todo su Santísima Voluntad"(52).

GOBIERNO En estas tierras y en tales circunstancias, va a llevar a cabo su gobierno y labor pastoral D. Bartolomé García Jiménez y Rabadán, a lo largo de sus veinticinco anos de pontificado. "En todo el tiempo de su Pontificado no cesó de expedir edictos e instrucciones y Cartas Pastorales utilísimas al gobierno y dirección de los párrocos y SUS feligreses, de calidad que cada cura en su parroquia tenía un legajo de bastante volumen, además de otras muchas instrucciones que hizo, perte(48) Cfr. Ibídem, pág. 6052. (49) Cfr. Ibídem, pág. 420. (50) A. MILLARES TORRES, Historia General de las Islas Canarias, VI, Las Palmas de Gran Canaria, 1984, pág. 68. (51) Cfr. J. G A R C ~ AJIMÉNEZ, o. c., págs. 199-200;VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 557,

175 SS. (52) J . GARCÍA JIMÉNEZ,

O . C.,

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necientes al oficio de Vicarios, para instruirlos en el modo de portarse en las causas civiles y criminales y demás casos que se ofreciesen" (j3). El primer paso que dio, una vez tomada posesión de su Diócesis, fue im edicto General de Gobierno. Contiene veinte mandatos para el Gobierno y reforma de costumbres. Posteriormente, según iba teniendo noticias de lo que necesitaba remedio, fue expidiendo nuevos edictos y cartas pastorales e instrucciones en todo género de materias. Reconociendo que los fieles de este obispado no estaban muy instruidos en la Doctrina Cristiana, expidió otro edicto para todos los párrocos y confesores, exhortándoles al cumplimiento de su obligación para que ensefiasen e instruyesen a sus fieles(54). No conforme con dar dichos edictos e instrucciones, el mismo aprovechaba sus visitas pastorales para reunir a los beneficiados y curas de cada partido y los inastrania en los mismos, hacikndoles leer el Sínodo de este obispado sus instrucciones y edictos, así como algún capítulo de Concilio de Trento concernientes al ministerio de Ia cura de almas, ponderándoles y explicándoles lo estrecho y riguroso que era la obligación de los párrocos y la estrecha cuenta que darian a Dios si no cumglian con ella corno debian(55J. De esta suerte fue introduciendo en su obispado tal gobierno cual no se había experimentado, y al mismo tiempo, haciéndose amar de todos sus subdilos9'(5h). Ni los muchos anos de su pontificado, ni la enfermedad, ni la oposición de sus muchos adversarios le llevaron a la monotonía y cansancio en esta labor. Hasta en los últimos años de su vida, casi retirado, vigilaba celosa y apostólicamente a su rebaño, enfermo y agotado, desde su residencia en Santa Cruz de ñenerife: "incesantemente estuvo velando sobre el rebafio que Dios había puesto a su cuidado y gobierno, ya con edictos, ya con instrucciones y cartas pastorales, y ya con cartas misivas o circulares, conforme hallaba se necesitaba, dando los avisos y advertencias saludables a todos sus párrocos y demás ministros y fieles de su obispado"(57).

El testimonio más eficaz de este importante e inagotable trabajo pastoral es el índice de los Edictos y cartas Pastorales dados por el Obispo, hasta (53) Ibídem, pág. 194s. (54) C f r . J . ~ A R C ~JIIMÉNEZ, A o. c., pág. 194; V I E R A Y C L A V I J Q , o. c., 11, pág. 554; A. MERNANDE,Z, rns.c; 1, fol 12s. . (55) Cfr. J, G A R C I A JiMENEZ, o. c., pág. 199; V I E R A Y C E A V I J O , o. c., 11, pág. 556. (56) C f r . Ibídem. (57) J . G A R C ~ A JIMÉNEZ,o. c., pág. 203; Cfr. P.A. DEL C A S T I L L O , o. c., pág. 806ss.


un total de 54, que se conservaban encuadernadas en cada parroquia. Después de su muerte, Sede Vacante, por el año 1705, eran observados y guardados por mandato de los Señores Deán y Cabildo. Reproducimos a continuación la lista de los mismos: 1. Edicto general de gobierno e instrucción. 2. Edicto de testamentos. 3. Carta de instrucción sobre responder al edicto general del gobierno. 4. Carta de instrucción de aviso para los que quisieren ordenarse. 5. Edicto sobre arrodillarse los fieles al alzar y al Ave María. 6. Carta de instrucción sobre la enseñanza de la doctrina cristiana. 7. Instrucción a Curas y Vicarios para remediar pecados y dar aviso de ellos a su tiempo. 8. Edicto de doctrina cristiana con instrucción. 9.Carta de instrucción para que envíen las crismeras con tiempo y otros avisos necesarios convenientes a su oficio. 10.Edicto sobre diezmos y residuos. 11. Carta para que los Párrocos hagan recuerdo de los que se les mandó en carta de 30 de noviembre de 1.667, que es la del número nueve. 12.Carta de instrucción muy necesaria en donde hubiere negros bosales que aportaren, para saber como se han de haber con los bautizados y con los no bautizados, y modo de catequizarlos. 13. Carta de exhortación para que avisen a tiempo lo que les toca por su oficio y les está mandado por edicto e instrucciones. 14.Edicto para que los esclavos se puedan casar, no obstante la reclamación y contradicción de sus dueños. 15.Carta instrucción para que se bauticen los negros y la explicación necesaria para ello. 16.Mandato para que los Curas y Vicarios no dejen celebrar a los que vinieren de fuera del Obispado, y lo concerniente a ello. 17.Carta a los Párrocos de Tenerife sobre los residuos ocultos que entraren en su poder. 18.Carta con mandato que esté puesto en la sacristía para uso del Ritual Romano en la administración de los Santos Sacramentos. 19. Carta sobre el rezo del Patrocinio de Nuestra Señora. 20. Carta para el rezo de los Dolores de María Santísima Nuestra Señora. 21.Edicto de instrucción en declaración de los capítulos del edicto general de gobierno, diezmos y residuos. 22. Carta sobre el achaque de la epidemia. 23. Mandato de los Párrocos de los Lugares en que hay más número de clérigos para que residan.


DON BARTOLOMÉ GARC~AJIMÉNEZ Y RABADÁN:GOBIERNO, CONFLICTOS Y LITIGIOS DE LA IGLESIA. ..

137

24. Carta e instrucción en mayor declaración de la carta 25 de Enero de 1.672 sobre quitar conciencias erróneas. 25.Carta para que las Fábricas y Beneficiados cuiden de cobrar los residuos. 26. Carta sobre la indulgencia del Santísimo Nombre de María Nuestra Señora. 27. Resumen de la carta escrita en 30 de Noviembre de 1.667. 28. Carta en que se manda poner copia de los edictos y mandatos en la sacristía, para saber cuando se han de leer. 29. Carta de instrucción general sobre quitar conciencias erróneas. 30. Edicto sobre el cumplimiento en la apuntación de misas de capellanías y lugares donde se deben decir. 31. Carta sobre las usuras y compras. 32. Instrucción para que se celebre con ornamentos decentes. 33. Instrucción para que se deshagan conciencias erróneas. 34. Edicto sobre que se tenga en cuenta con los Mayordomos de cofradías y fábricas en los alcances. 35. Edicto sobre la tasa de todos los granos. 36. Edicto para que se guarde fe sobre la tasa de todos los granos. 37. Edicto cometido a los Provisores y Párrocos sobre cobro de rentas. 38.Edicto sobre el gobierno espiritual de sus Parroquias y en especial para la doctrina cristiana, etc. 39. Carta de la Reina Nuestra Señora cometida al Iltmo. Señor Obispo de estas Islas. 40. Carta a los Prelados y Superiores locales de los Conventos sobre registrar las licencias "ad tempus". 41. Carta cometida a los Párrocos para que toquen a agonizar. 42.Instrucción sobre la costumbre que antes se tenía para que en los días de cuaresma desde la una a las dos se toque la campana para que vayan a la Iglesia y les enseñen a los fieles la doctrina cristiana y también los hijos, criados y esclavos. 43. Edicto para dar luz y claridad a la enseñanza, práctica y extensión de la ley de Dios Nuestro Señor y de su Santa Iglesia. 44. Edicto en virtud de carta del Señor Nuncio, para que los Religiosos apóstatas parezcan en sus Conventos, los extramontanos dentro de cuatro meses, y los ultramontanos dentro de ocho meses. 45. Mandato universal hecho en santa y general visita. 46. Edicto sobre el capítulo que se ha de añadir al de Nuestro Pastor y Prelado. 47. Copia de carta de la Reina Nuestra Señora sobre que salía el Rey Nuestro Señor de su edad menor. 48. Número del capítulo que se ha de añadir al de Nuestro Pastor y Prelado sobre residuos públicos y ocultos.


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TOMÁS GONZÁLEZ ALONSO

49. Instrucción sobre la duda de un Párroco de esta Isla sobre el edicto remitido para Jubileo del Aaio Santo. 50.Fe de D. Pedro de Higueras para quedarse a guardar en la Parroquia la célebre Cruz de Filigrana de plata en que sale el Sanlisirno Cristo de los Remedios, por no estar desocupada la casa en donde se guardaba todo el afio, y pasó esto lunes 17 de Agosto de 1.646, que todo está original en el libro de mandatos de la Parroquial de Nuestra Señora de 30s Remedios en dicho, n..50, fo1.143. 51. Instrucción para Jubileo del Año Santo. 52. Carta de la Reina Nuestra Sefiora sobre las enfermedades. 53. Carta sobre la elecciói~del nuevo Pontífice. 54. Nuevo añadido para la instrricción de 2 del corriente, sobre el grave peso del Obispo y de 10s Párrocos acerca de testameiit~s('~. También hizo un Capítulo titulado: "Nuestro Pastor y Prelado" para quitar conciencias erróneas, mandando que se leyese en las parroquias y ermitas muy frecuentemente (59). Mandó, también, se hiciesen cada año en toda la Diócesis padrones o censos de sus feligreses y que se guardasen cuidadosamente en el Archivo de la Diócesis. Cuando en su segunda visita a la Isla de La Palma el año 2.675, viajó hasta La Gomera, pasa realizar a esta Isla su primera visita pastoral, envió al clero de toda su Diócesis la Instrucción sobre el Padrón Parroquial, fechada en Ea Gomera el 15 de Octubre de dicho año de 1.675, de la que entresacamos el siguiente apartado: " ... Item inviolablernente guardarán nuestro mandato que lo es también del sínodo haciendo por sus mismas personas el padrón y matrícula los que no tienen teniente legítimo, y pos lo que así hemos experimentado en esta santa y general visita, cuanto conviene que los prelados sepan con certeza el número de personas que hay en cada parroquia y su distrito no confirmadas, y cuantas sean las personas grandes y pequeñas bautizados y no bautizados, las pondrán todas sin falta alguna en dichas matrículas pues les es tan fácil llegando a cada casa haciendo el padrón con lo que han de poner la edad competate, poner los demás con la que tienen y si hay negros aún no bautizados apuntar el tiempo que ha están ya en este obispado, y al fin de la casa y familia añadir: hay por confirmar en esta familia tantas personas; después por los libros de bautizados y entierros contando sus capítulos desde principio de este año de 475 hasta el fin del contar o numerar los bautizados

(58) Cfr. J. G A R C ~ A J I M É N E Zo., c., págs. 195,225-227; AHERNÁNDEZ,m.c. 1, fol. 34-35. (59) Cfr. Ibídem,


DON BARTOLOMÉ G A R C ~ AIIMÉNEZ Y RARADÁN: GOBIERNO, CONFLlCTOS Y LITíGlOS DE LA IGLESIA.. .

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que ha habido en este dicho año, y asá mismo todos los difuntos grandes y pequeños ya se hayan enterrado en la parroquia o en convento o en otra parte, y a este modo en todos los años venideros concluyendo por epílogo en el padrón con la fórmula de esta cláusula: 'hay en esta parroquia tantas casas o vecinos, cuyas familias de bautizados y no bautizados hacen tantas personas, y de ellas faltan por confirmar tanto; los que confiesan y comulgan son tantos, los que solo tienen edad y capacidad para confesar, y no comulgar son tantos'; y luego proseguir con la fórmula acostumbrada y la noticia de penados públicos etc., con el juramento que se debe añadir, dando también inviolable cumplimiento a el remitir dicha matrícula en estado que tuviese sin esperar que vengan o no vengan a cumplir coli la Iglesia los ausentes, luego que inmediatamente pase la tercera domínica "oso pascha' haciendo en esto lo que tengo mandado en mi última instrucción sobre ello que lo he aquí expresado". Fruto exquisito de estas disposiciones del Obispo Rabadán, podemos hoy, en 1.994, disponer de los manuscritos originales de aquellos padrones parroquiales de los años 6.676 al 1.688, de todas y cada una de las parroquias de las siete islas. Los originales se encuentran er_ el archivo parroquia1 de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna (Tenerafe) (M'). Son muy pocos los datos precisos que se encuentran sobre Ba población de España y su evolución en el siglo XVPI(61).El interes mostrado por el conocimiento de la población de Castilla, en su aspecto p,stadístico, a travds de descripciones, relaciones y censos, en el siglo XVI, decae lastimosamente en la siguiente centuria, para revivir con singular pujanza en el siglo XVIII en Relaciones, Calastros y Censos de tipo general en los años 1722, 1755, 1768-69 y 1787 ("). Sobre la población de las Islas Canarias existe sobre el vecindario de La Laguna en el siglo XVI (63).De la población de las Islas Canarias en Ba segunda mitad del siglo XVIII(M);sobre la población de La Jorge Nada1 en su obra sobre la población de Laguna de 1837 a 1960(65). Esgafia, del siglo XVII no cita ni una sola vez a Canarias(6h).Jorge Gregorio afirma que para el siglo XVII, refiriéndose a las Islas Canarias, no hay más que: "aIginnas relaciones de vecindad, correspondientes al año 1646, que se (60) C/. J. GARCIA JIMÉNEZ, o. C., pág. 52; A. HERNÁNDEZ, ms.c., I fol. 39-40; J. SANCHEZ HERRERO, o. c., págs. 238s. (61) Cfr. J. SÁNCHEZ HERRERO, o. C.,pág. 238. (62) Cfr. Ibídem, pág. 239. (63) Cfr. Ibídem, pág. 240. (64) Cfr. Ibídem, pág. 241. (65) Cfr. Ibídem, pág. 242. (66) Cfr. Ibídem, pfig. 243. (67) Cfr. Ihídern, pág. 244.


Hoy, después del hallazgo de los custodian en el Archivo de Simancas" manuscritos conteniendo los censos hechos y custodiados cuidadosamente, por mandato de D, Bartolomé García Jiménez y Rabadán, en el archivo parroquial de la Concepción de La Laguna, estas afirmaciones no se mantienen en pie. Encontramos en dicho archivo parroquial hasta ocho volúmenes de folios manuscrito, en su mayoría, encuadernados rústicamente. Todos llevan al dorso la inscripción "Iltmo. Sr. Ximénez" y debajo una letra mayúscula, y que reseñamos en este trabajo: 1) "ILtmo. Sr. Jiménez V" contiene libro 1 de las consultas y manuscritos. Comienza el 31 de Julio de 1.681 y finaliza en 1.684. Es un tomo de a folio -unos 256- encuadernados en pergamino. 2) "Archivo del ILtmo. Sr. Jiménez - Q": contiene edictos y cartas que se han despachado a los Beneficiados y Párrocos de todo este obispado, desde principio del año 66 en adelante. Son unos quinientos folios. 3) "ILtmo. Sr. Ximénez - S": contiene libro de certificados y cartas de 1.669 - 1.690; licencias para celebrar, confesar, sochantres, fábricas, abadesas, etc. Unos 200 folios. 4) "ILtmo. Sr. Jiménez - R": Libro de cartas y edictos de 1669 a 1.679. Contiene 78 cartas y edictos. Son unos 500 folios. 5) "ILtmo. Sr. Jiménez -T": Libro de dispensas matrimoniales desde el 4-X-1.680 al 4-VII-1.683,211 folios. 6) "ILtmo. Sr. Jiménez - Y": dispensas matrimoniales desde el 3-VII1.683 al 7-IX-1.686 con 381 folios. 7) "ILtmo. Sr. Jiménez - U": Libro de pleitos -curioso-. "Libro 3 que lo más impresos de informaciones en Derecho y algo manuscrito de lo mismo y de otras cosas". 300 folios. Todos ellos están encuadernados en pergamino (h8). Tras este hallazgo, hoy, tres siglos y medio después, podemos dar, con exactitud matemática, datos sobre la población de cada una de las Islas, familias, varones, mujeres, nacimientos, muertes, bautizos, confesiones y comuniones, esclavos. Más aún, la diferencia de los varones en tres grupos según la edad: hasta los 17 años, de 18 a 60 y mayores de 60 años. Como ejemplo citemos el año 1675 como el de menor población con 93.108 habitantes en 21.332 familias y 2.089 muertes; y el año 1683 como el de mayor población con 106.885 habitantes en 25.406 familias y 2.878 muertes. El (68) Cfr. T. GONZÁLEZ ALONSO, el manuscrito "El Gobernador Cristiano de GARCIA JIMENEZ, tesis doctoral, Pamplona 1980, págs. 52-53; J. SANCHEZ HERRERO, o. c., pág. 237,239,241; Archivo Parroquia1 de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna-Tenerife.


año 1687 hay una población total, en la Diócesis, de 102.873 habitantes de los que 50.494 son de Tenerife, 21.764 de la Gran Canaria, 14.028 de La Palma, 4,156 de El Hierro, 4.517 de La Gomera, 4.416 de Lanzarote, y 3.498 de Fuerteventura. De estos 102.873 habitantes, 47.840 son varones y de ellos, hasta 17 años 20.121, de 18 a 60 años son 22.318 y mayores de 60 años 3.051(69). Incluimos unos ejemplares de dichos padrones originales, así como una estadísticas hechas con los datos sacados de dichos censos efectuados por mandato del Obispo Rabadán en los años de su mandato pastoral.

ISLAS

Tenerife Canaria La Palma Lanzarote Fuerteventura Gomera Hierro

ISLAS

CASAS

11.154 4.439 3.285 932 781 1.055 768

CASAS

PERSONAS COMUNION CONFESION NO CONHR. BAUTIZAD. MUERTOS

49.112 20.458 13.892 3.946 3.579 4.376 3.297

35.240 14.405 9.500 2.989 2.073 2.865 2.113

6.139 2.932 1.884 672 718 490 411

7.978 2.040 2.872 39 39 1.588 256

2.056 844 408 179 166 140 101

926 504 324 75 87 79 63

PERSONAS COMUNION CONFESION NO CONFIR. BAUTIZAD. MUERTOS

Tenerife Canaria La Palma Lanzarote Fuerteventura Gomera Hierro OBISPADO

(69) Cfr. J. SÁNCHEZ HERRERO, o. c., págs. 364-5,394-5,410-11. (70) Cfr. SÁNCHEZ HERRERO, o. c., pág. 370-371. (71) Cfr. Ibídem, pág. 374-75


CASAS

PERSONAS COMUNIION CBMSIQN NO CBNFIR. BAUTIZAD. MUERTOS

23.758

101.967

CASAS

PERSONAS COMUlrlPON COMSBÓN NO CONFHR. BAUTIZAD. MUERTOS

Tenerife Canaria La Palma Lanzarote Fuerteventura Gomera Hierro OBISPADO

PSEAS

68.201

13.567

12.986

Tenerife Canaria La Palma Lanzarote Fuerteventura Gon~era Hierro OBISPADO

70.709

13.428

13.095

4.412

2.600

2.190 916 352 202 138 144 122

1.624 799 205 116 208 77 79

4.064

3.108

23.478

101.785

CASAS

PERSONAS GBMUNION C O ~ S I NO ~ NCONFIR. BAORZAD. MUERTOS

23.642

101.274

Tenerife Canaria La Palma Lanzarote Fuerteventura Gomera Hierro OBISPADO

(72) Cfr. Hbídem, p6g. 380-381 (73) Cfr. Hbíem, pág. 384-385. (74) Cfr. Ibidem, pág. 390-91.

68.388 13.780

16.451

4.028

2.358



PERSONAS 49.991 22.253 13.110 4.006 3.223 4.448 4.003 101.034

PERSONAS 50.494 21.164 14.028 4.416 3.498 4.511 4.156 102.813

PERSONAS 51.561 22.154 14.342 4.483 3912 4.661 3.956 105.015

ANO 1686(77) ISLAS CASAS Tenerife 10.356 Canaria 5.032 La Palma 3.305 Lanzarote 942 Fuerteventura 711 Gomera 918 Hierro 964 OBISPADO 22.294

AÑO 1687(78) ISLAS CASAS Tenerife 11.508 Canaria 5.029 La Palma 3.416 Lanzarote 946 :uertevenhm 793 Gomera 1.009 Hierro 986 OBISPADO 23687

AÑO 1687(7q) ISLAS CASAS Tenerife 11.151 Canaria 5,183 La Palma 3.414 Lanzarote 983 :terieventura 924 Gomera 1.028 Hierro 911 OBISPADO 23681 VARONES 24665 10.516 6.167 2.081 2.292 2.305 1.606 49.638

VARONES 23.386 10.456 6019 2 344 1.181 2.155 1.699 47.840

VARONES 23.138 10.162 5.891 2.250 1.538 2.213 1907 47.105

HEMBRAS 28.119 11.181 8.111 2.358 1.620 2.243 2.350 56.108

HEMBRAS 26.865 11.318 7.831 2.043 1.711 2.357 2.301 54.444

HEMBRAS 25.626 12.091 1.214 1.156 1.685 2.225 2.096 52.693

V. 15A60 11664 5.108 2.811 1.191 1.150 1.305 115 23.950

10.807 5.030 2.135 1.267 686 991 802 22.318

V, HASTA 11 11.080 4.518 2.830 814 1.024 852 839 21.957

Y, 18 A ó~

9.801 4.425 1.668 1.115 187 1.109 816 20.121

V, 15A SS 11.136 5.156 2.861 1.099 192 1.140 810 23.054

V, HASTA 17

V, HASTA 14 8.419 3.996 2.204 929 589 865 813 11.935 CONFESIÓN 6.398 3.232 1.702 396 182 601 355 12.866

V , M S DE 60 1.659 181 471 88 118 104 52 3.279

1.543 152 370 89 136 80 81 3.051

COMUNION 34.675 15.258 9.144 3.619 2.231 2.922 2.121 11.236

COMUNIÓR 34.041 15.250 8.512 2.869 2.228 2.994 2.516 68.416

CONFES~ON COMUNION 6.639 34.126 3.115 15.361 1.019 9.853 321 2905 513 2451 513 3.045 352 2.663 13.398 70.410

6.319 3.140 1.731 339 552 542 333 12962

v,MAS DE MI COMESION

VaMAS DE SS 1,901 598 520 138 125 139 139 3.560

NO CONFIR, 1629 5.442 5.419 1.296 843 2.086 1.265 11.980

NO CONFIR, 9.151 4.730 4.911 1.011 193 1.884 1.292 23.184

NO CONrm 7.625 4.586 3.834 831 643 1.912 1.185 20.622

BAUTIZAD, 1.911 1.034 451 111 142 111 153 4.099

BAUTIZAD, 2015 925 564 189 135 164 122 4.114

BAUTIZAD, 1.669 881 357 160 102 113 145 3.421

MUERTOS 1.248 620 215 99 73 71 81 2.413

MUERTOS 982 514 194 92 73 81 45 1.981

MUERTOS 1.065 680 284 111 86 104 50 2.380


DON BARTOLOMÉ G A R C ~ AJIMÉNEZY RABADÁN: GOBIERNO, CONFLICTOS Y LITIGIOS DE LA IGLESIA...

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A la vista de su actuación pastoral y gubernativa podemos concluir, que su temor por los desaciertos y yerros que hubiera podido cometer en el gobierno de esta Diócesis, no teniendo conocimiento de las tierras ni de los genios e inclinaciones de sus habitantes quedó ampliamente sobrepasado por su infatigable celo apostólico. Sus sucesores nos dejaron testimonio de ello: "Varón apostólico, de quien dijo otro sucesor suyo muy activo que no había dejado nada que hacer ni decir a los obispos de Canarias, pero sí mucho que admirar"(81). D. Pedro Dávila y Cárdenas, en sus Constituciones Sinodales del Obispado de Canarias, de 1734 nos dice "Varón insigne de infatigable celo, así en la Visita de todas las Islas, como en las instrucciones, mandatos y cartas pastorales, en todo lo cual nos dejó a sus sucesores mucho que admirar y poco que hacer" @'). D. Lucas Conejero, obispo que fue de las Islas, y después Arzobispo de Burgos decía que no había dejado el Obispo Jiménez nada que hacer ni que adelantar a sus sucesores pues todo lo tenía previsto y dicho, y observando biógrafo y secretario escrisus Edictos se obraba con mayor seg~ridad(~~).Su be: "Hemos visto el progreso de su vida, su santo celo y, el desvelo que puso en el gobierno de este obispado, y los grandes frutos espirituales y temporales que logró en todo el tiempo que la gobernó.. ."(%l.

CONFLICTOS Y LITIGIOS A lo largo de su labor pastoral y gobierno al frente de la Diócesis le tocó sufrir a D. Bartolomé García Jiménez y Rabadán, serios litigios y largos conflictos. El historiador canario, Viera y Clavijo dice: "Pero como los mayores bienes sueles andar mezclados, ha tenido que sentir algunas veces nuestra Iglesia el mal inevitable ..., de algunas competencias y disputas con varios cuerpos de la provincia y con su mismo senado Capitular" Cfr. Ibídem, pág. 404-5. Cfr. Ibídem, pág. 410-11. Cfr. Ibídem, pag. 414-l5. Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 184. VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 561. P. DÁVILA Y CARDENAS, Constituciones Sinodales del Obispado de Canarias, 1734, Madrid, 1737, pág. 535,1960, pág. 806. Cfr. P.A. DEL CASTILLO, Descripción Histórica y Geográfica de las Islas Canarias, 111 Madrid 1948-196. pág. 806. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 194. VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 601


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Por una parte, su Cabildo Catedral mantiene una prolongada tensión que, con algunas alternativas, durará hasta la muerte del Obispo. D. Bartolomé escribía el 17 de Agosto de 1670 a la Reina Gobernadora Doña M. de Austria: "Sea satisfacción de mis muchos pecados las mortificaciones que sin razón me da el Cabildo cada día y que yo, escarmentado de los que son pleitos entre Obispados y cabildos procuro evitar sea con algún detrimento y desdoro de la dignidad"(86). La Real Audiencia, en carta al Rey el 2 de Mayo de 1690, año de la muerte del Obispo, se hace eco de estas enemistades: "...cabildo de quien ha diez y ocho o veinte años está divorciado y con quien ha tenido siempre reñidos pleitos y encuentros que son bien sonados"(X7). Junto a esto, otros muchos asuntos de competencias, jurisdicción y gobierno fueron los motivos de este enfrentamiento. He aquí algunos de ellos: del Provisor y Vicario General a Tenerife, nombrando en Las Palmas un juez Eclesiástico foráneo. - Presentación al Cabildo por los prebendos solamente el mandamiento de "mitendo in possessionem". - Que no se dé posesión hasta no personarse el interesado. - Que la información de limpieza se haga en el lugar de la naturaleza del prebendado; se había de hacer de nuevo para nuevas prebendas si habían pasado tres años. - Obligación de los Prebendados a asistir donde estaba el Obispo. - Privilegio del Cabildo a poner sillas en la Iglesia. - Riñas entre los Capitulares: si tocaban al Deán y adjuntos.. . - Sobre la visita del Deán y adjuntos en las Tinieblas antes que el Provisor. - Sobre el tratamiento de "Señores" al Cabildo(88). El año 16778, el Obispo visita al Cabildo y llegan a un acuerdo en sus enfrentamientos y hacen las paces. Entonces, D. Bartolomé para sellar esta armonía dona a la Catedral la hermosa lámpara de plata, traída de Génova, y que ahora, tres siglos después, podemos contemplarla pendiente de la cúpula central de nuestra Catedral(89). - Traslado

(86) Cfr. B. GARCÍA JIMÉNEZ, Carta a la Reina, en P.E. 219. ~ , pág. 506. (87) P.E. 219; Cfr. ANUARIO DE ESTUDIOS A T L Á N T I C O S ? ~ 1976, (88) Cfr. A.,HERNANDEZ, ms. c. 11, fol. 44; J. GARCPA JIMENEZ, o. c., págs. 234 y SS;L FERNANDEZ, o. c. pág.. 555 y SS. (89) Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 213; A. HERNÁNDEZ, ms.c., 11 fol. 21; A. MILLARES, Historia General de las Islas Canarias, VI, Las Palmas de Gran Canaria, pág.s. 68 y SS; P.A. DEL CASTILLO, o. c., 111, págs. 806 y SS


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Por el año 1683 se vuelven a agriar las relaciones con el Cabildo por El Obispo resolvió visitar la Concuestiones de administración y diezmos(90). taduría, el Cabildo y sus Capitulares, el arca de cuentas y la fábrica catedralicía. El Cabildo se opuso, y se originó un gran alboroto y pleito. La Cámara, a la que se recurrió, vistos los autos, mandó por Cédula especial al Obispo que hiciera la visita. La efectuó el Obispo, según ordenó su Majestad. Con esta ocasión publicó Don. Bartolomé un manifiesto con 23 proposiciones sobre dichas materias '"1. En el año 1674 se movieron entre el Cabildo eclesiástico y el Provisor'y Vicario General, residente en la ciudad de Gran Canaria, unos pleitos bien ruidosos y embarazosos, obligando al Obispo a volver a la Isla, dándole mucho trabajo cuyos resultados pasaron a la Corte, a donde acudió un prebendado del Cabildo, causando sobradas mortificaciones, costos y gastos para ambas partes'92). Otro motivo de discordias con el Cabildo, fue la designación de benefiPor si fuera poco, surge otro conflicto entre los ciados y curas del Sagrario(93). canónigos y los religiosos que se niegan a pagar a los párrocos la cuarta funeral de los entierros hechos en sus iglesias(94). Una larga controversia se originó por la división de la Parroquia de La Orotava, entre los beneficiados de la misma y el Obispo en los años 1669 al 84(95), que amargó la vida de Don Bartolomé durante 16 años, por su preocupación de la salvación de las almas que se hubieran podido perder por su flojedad(96). De esta época es su sabia norma de pastoral: "La regla más segura es la conveniencia de los feligreses y no de los párrocos, pues nuestra carga no es para mirar las propias sino las ajenas utilidades" (97). En el año 1668, el Obispo prohíbe a un convento de monjas, sujeto al ordinario, ciertas devociones con censuras. Las monjas no obedecen y son excomulgadas. Apelan a la Audiencia, pero roma confirma la autoridad del Obispo (98). (90) Cfr. A. HERNÁNDEZ, ms. c., 11, fol. 42ss; J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., pág. 235. (91) Cfr. J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., pág. 236; A. HERNÁNDEZ, ms. c., 11, fol. 112-129 (puede verse !e manifiesto). (92) Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 199; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 557. (93) Cfr. P.E. 219; L FERNANDEZ, o. c., en ANUARIO ... págs. 572 y SS. (94) Cfr. L. FERNANDEZ, o. c., pág. 582; P.E. 219, Escrito del Cabildo Catedral al Rey. (95) Cfr. Ibídem, págs. 534ss, 543,555. (96) Cfr. Ibídem, pág. 543. (97) B. GARCÍA JIMÉNEZ, Carta a SOSA y PÉREZ, en P.E. 219; Cfr. L. FERNÁNDEZ, o. c., pág. 544. (98) Cfr. J. G A R C ~ AJIMÉNEZ, o. c., pág. 237.


Otra serie de conflictos fueron los tenidos con las autoridades civiles, siempre, llevado por su ardiente empeño en dejar bien clara la inmunidad eclesiástica. Célebre fue su pleito con la Real Audiencia, por el uso de los "Alabarderos" en los oficios religiosos. Mucha tienta corrió por este motivo. Su biógrafo nos dice al respecto: "Con la Real Audiencia tuvo por último otro choque que no sé si le costo la vida" (99). La Real Audiencia en Carta al Rey, hablando del amplio y documentado manifiesto publicado por García Jiménez, sobre el caso de Los Alabarderos, dice: "...con relación al manifiesto del Obispo damos orden para que se imprima en ~ s p a ñ asiendo su contesto la mayor defensa de esta Audiencia y la más modesta y eficaz expresión del genio de este prelado"(100). En esta carta se queja de que el Obispo se inclinaba siempre, más por los Capitanes Generales que por la Audiencia(lol). Pero, tampoco, los Capitanes Generales se vieron libres en estas contiendas con D. Bartolomé García. Con Don Francisco Bernardo Verona, que también fue presidente de la Real Audiencia y Capitán General de estas Islas, tuvo otro conflicto bien reñido, por haber mandado este Caballero retener todas las cartas que venían de la península, reservando sólo las que venían para el Obispo, y no las de los eclesiásticos, par que no se entregaran a sus destinatarios, hasta que hubiesen sido vistas y leídas las suyas por dicho Capitán General. Hubo diferentes demandas y respuestas bien agrias y fatigosas, hasta que se logró retirar dicha orden('02).Su gran amistad con los mismos, no era obstáculo para oponerse a ellos cuando estaba por medio la inmunidad eclesiástica. Don Félix Nieto de Silva, Presidente y Capitán General de las Islas, ordenó la cuarentena de un barco llegado de la península en, tiempo de peste. Un religioso asistió en el mismo a una enferma y celebró la Santa Misa. Los Regidores diputados de la salud, dispusieron que los ornamentos y vasos sagrados usados en la misma, fueran entregados a los laicos para ser quemados. El Obispo, patrocinado por el Capitán General, llevó los autos por vía de fuerza a la Real Audiencia, que falló a favor del Obispo('03). Con los Tribunales de la Inquisición, en cambio, y de las Cruzada procuró, siempre, mantenerse respetuoso y guardó con ellos buena correspondencia. Las causas tocantes al Santo Oficio aunque fuesen competencia de ambos fueron, las remetía a dicho Tribunal encargándoles su castigo. (99) Cfr. J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., pág. 237. (100) J. GARCIA JIMÉNEZ, O. C., pág 215; A. HERNÁNDEZ, ms. c. 11, 62s, 64, 112-129; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 560, n. 3; L. HERNANDEZ, o. c., pág. 555s. (101) Carta d e la Audiencia al Rey en P.E. 219; Cfr. L. FERNANDEZ, o. c.,m 556; A. HERNANDEZ, ms. c., 11, fol. 141ss. (102) Cfr. J. GARCIA JIMÉNEZ, o. c., pág. 215; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 281. (103) Cfr. J. G A R C ~ AJIMÉNEZ, o. c., pág. 214.


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El no tener dicho Tribunal privilegios para usar sillas ni cojines; tampoco tenían los comisarios facultad para conceder licencias para oratorios, ni derechos a la cuarta funeral, que eran los motivos causantes de litigios entre las diferentes potestades, bien, pudiera ser la causa de que no se produjesen enemistades entre los mismos('"). También fueron sonados sus conflictos con los Ayuntamientos. El de la Justicia y Regimiento de Tenerife, reclamaba para sí, de los predicadores, el saludo de "Muy Ilustres Señores". El Obispo se lo niega y reclaman a la Audiencia('05). Los Ayuntamientos de Tenerife y Las Palmas, en réplica, le prohíben llevar silla en las procesiones del Corpus, y que sus familiares le acompañen en tropa, y el Obispo en respuesta se niega a asistir a las mismas (Io6). Otro motivo de discordias entre los Ayuntamientos y el Obispo Rabadán es, el privilegio que éstos tenían para convocar y preveer beneficios vacantes en las parroquias. El Obispo recurre al Rey que falla a su favor(lo7). Entonces, nombra tres examinadores sinodales, y no consiente se pregunte a los opositores en materias que no fuesen morales y pastora le^('^^). Por último, en esta serie de conflictos, hay que señalar la intransigente oposición del Obispo a pagar derechos de aduanas por el embarque de sus diezmos, o los "derechos de quinta", que las islas de La Gomera y El Hierra, islas de señorío, tenían sobre todo lo que salía de las mismas, y eran exigidos, también, a los eclesiásticos. El Promotor-Fiscal lo denuncia en la Audiencia, fallando ésta a favor de la parte eclesiástica. Apelan a la Nunciatura, y también esta falla a su favor('09). "Con los recaudadores de las Reales Aduanas de estas Islas siempre vivía con gran cuidado y los tuvo muy a raya, y hubo tiempo que cinco causas de inmunidad eclesiástica sobre querer cobrar derechos un recaudador de eclesiásticos fueron a la Real Audiencia por vía de fuerza, y declaró no hacerla el Obispo, mi Señor, sin otras muchísimas que en el discurso de su pontificado se siguieron con diferentes recaudadores y jueces seculares, sin que perdonase su celo aún a los más estimaba y con quien tenía más amistad" ("0). (104) Cfr. Ibídem, pág. 237. (105) Cfr. VIERA Y CLAVJJO, o. c., IKI, pág. 561, n. 2. (106) Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 238; VIERA Y CLAVIJO, o. c., pág. 561, n. 1; L. FERNÁNDEZ, o. c., en ANUARIO ..., pág. 557. (107) Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 208; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, págs. 652-658; A. MILLARES, Historia General de las Islas Canarias, VI, Las Palmas de Gran Canaria, 1984, págs. 6 8 s ; L. FERNANDEZ, o. c., pág. 572; A. HERNÁNDEZ, ms. c., 1 fol. 119. (108) Cfr. GARCÍA JIMEENEZ, o. c., pág. 209. (109) Cfr. Ibídem, pág. 213; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 66. (110) J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., págs. 213-214; A. MILLARES, o. c., VI, pág. 6 8 s ; A. HERNANDEZ, ms. c., 11, fol. 45,52v, 57.


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Cerramos este capítulo de conflictos y litigios con palabras de su secretario y biógrafo: "Estos son los casos de que he podido hacer memoria, aunque otros muchos no la pueda hacer tan bastante, que puede referir el fin o paradero que tuvieron, que como el Pontificado de mi Señor fue tan largo (pues de casi veinte y cinco años), no es fácil poder hacer perfecta refleja de los casos y sucesos acontecidos en tan dilatado tiempo, y lo que puedo decir es que todo él fue una batalla campal la que tuvo que llevar su Ilma.. ., y solía decir con mucha gracia que era un Palafocillo de mala mano, aludiendo a los contratiempos y trabajos del Vble. e Illmo. Sr. Palafox"("').

DETRACTORES Y ACUSACIONES Por si fuera poco todo lo citado, no podían faltar en el pontificado de D. Bartolomé los enemigos encubiertos y solapados. Ya desde los primeros años de su pontificado, surgen los descontentos y ambiciosos, encubiertos bajo la capa de celosos defensores de bien de las almas. Hasta la Reina, llegan dos cartas, con el seudónimo de fray Antonio de Guzmán, acusándole de que en cinco años que lleva en la Diócesis, sólo se ha dedicado a atesorar dinero y no da limosna a los pobres; no ha ordenado, ni confirmado, no hace visitas de sagrarios ni monjas, por lo que los fieles están escandalizados y se niegan a pagar los diezmos. También se le acusa de que por cualquier causa promulga censuras y condenas. Vive con desdoro de la Dignidad, sin familias y en un puerto,el de Santa Cruz de Tenerife, para vender a buen precio los frutos de su obispado. Y por si fuera poco, se le tilda de no estar en su cabal juicio("2). Que todos estos cargos son imaginarios e infundados, lo prueban su desinterés pidiendo la renuncia de la mitra a los tres años de su entrada en la Diócesis, y los testimonios recogidos por mandato de la Reina('I3). La acusación más real es la hecha por su Cabildo a la Reina de no residir en la Capital Diocesana, acusación que se dirige más a la forma de gobierno que a la integridad de costumbres del Prelado(114). Todas estas acusaciones se desmoronan ante el testimonio y pruebas que el Obispo, por medio de su secretario, presentó a la corte, cómo, por la (111) J. GARCIA JIMÉNEZ, O. C., pág. 238. (112) Cfr. Dos Cartas del Maestro Fray A. de GUZMÁN, en P.E., 219; L. FERNÁNDEZ, o. c., pág. 529. (113) Cfr. Ibídem, (114) Cfr. L.FERNÁNDEZ, o. c., pág. 530; A. HERNÁNDEZ, ms. c., 1, fol. 118,119v, 122v.


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multitud de declaraciones aportadas por testigos fidedignos en contestación al mandato de la Reina('I5).De estos testimonios consta que, la Isla de Tenerife fue visitada por el Obispo Rabadán, los años 1668("6),1674(117), el verano de 1676("8)y desde 1679 al 82("9).La Isla de Gran Canaria la visitó por primera vez el año 1666 para tomar posesión de su catedral, permaneciendo en ella Volvió a la misma por el año 1674, con motivo del litigio del hasta 1668('20). Cabildo con el Provisor y Vicario General(12').El año 1678 a proseguir la visita al Cabildo y Contaduría('22).Vuelve en Enero de 1679 y permanece en ella Y por último, la visita en el año 1682(lZ4). hasta Mayo(lZ3). El año 1678, estando en Gran Canaria, visita las islas de Lanzarote y Fuerteventura, haciendo en ambas, con este motivo, Misiones, de la que resultaron grandes frutos espirituales a los fieles de las Islas('25). La Palma fue la primera isla que visitó, recién llegado a la Diócesis, el año 1666, después de enterarse que hacía ya más de 40 años que dicha Isla no había recibido visita pastoral de Obispos('26).Vuelve, luego, a visitarla el año 1675, pasando ese mismo año desde ella a las del Hierro y La Gomera(lZ7). Terminadas la Visita a las islas del Hierro y La Gomera, vuelve otra vez a la de La Palma, permaneciendo en ella unos meses hasta regresar a Tenerife. En todas las Visitas aprovechaba para Confirmar, y reunía a los sacerdotes para adoctrinarles en el dogma y el moral. El 1 de Octubre de 1668, escribe a la Reina, diciendo que al año siguiente enviará a su familiar y Visitador a la "Visita ad Limina" con plenos poderes para presentar al Papa Clemente IX su renuncia al Obispado debido a su enfermedad y preocupación pastoral('28),renuncia que le fue aceptada y propuesto su sustituto. Pero el pueblo y las autoridades reaccionaron en contra de su renuncia, pidiendo a la Reina no le fuese aceptada, como así suce(115) (116) (117) (118) (119) (120) (121) (122) (123) (124) (125) (126)

Cfr. P.E. 219. Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 198: VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 556. Cfr. J. GARCIA JIMENEZ, o. c., pág. 199. Cfr. Ibídem, pág. 201. Cfr. Ibídem, pág. 202; VIERA Y CLAVIJO, o. c., Ii, pág. 557. Cfr. J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., págs. 196-198: VIERA Y CLAVIJO, o. c., Ii, pág. 556. Cfr. J. GARCIA JIMÉNEZ, o. c., pág. 199; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 557. Cfr. J. GARCÍA JIMENEZ, o. c., pág. 201; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 557. Cfr. J. GARCÍA JIMENEZ, o. c., pág. 202. Cfr. Ibídem, Cfr. Ibídem, pág. 201; VIERA Y CLAVIJO, o. c., pág. 557. Cfr. Ibídem, pág. 196; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 555; A. MILLARES, o. c., VI, págs. 68-73. (127) Cfr. J. GARCIA JIMÉNEZ, o. c., pág. 199; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11, pág. 557. (128) Cfr. P.E. 219. Carta del Obispo a la Reina Gobernadora. 1 de Octubre de 1670; L. FERNANDEZ, o. c., en ANUARIO ..., pág. 526.


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dió, a pesar de estar ya nombrado su sucesor. Anteponiendo el bien de sus fieles a su conveniencias personales, cedió a su súplica y no renunció(lZ9). La falsedad de la acusación de no atender a las necesidades de los pobres queda descubierta con el siguiente testimonio de su secretario. D. Juan García Jiménez quién nos dice que en la virtud de la caridad y limosna sobresalió muy en alto grado(130)."Con harta congoja y fatiga volvió a salir de la silla y se entró en mi secretaría lamentándose y explicando la congoja que le ocasionaban las necesidades que se padecían en estas Islas(131). Encontrándose el año 1675 en visita pastoral a la isla de La Palma, recibió aviso de que en Tenerife pasaban grandes necesidades por falta de granos y lluvias, agravada por la acechanza de los moros por la costa. Entonces despachó un navío a Cádiz, con 47.200 reales de plata para que se empleasen en trigo para repartir entre los pobres necesitados, costándole el flete del mismo 18.560 reales de plata(13'). Por si este testimonio fuera poco, tenemos el de los mismos pobres el día del entierro de D. Bartolomé García Jiménez y Rabadán, al enterarse de su muerte, los encontraban por los caminos llorando a gritos, y preguntados por el motivo de su llanto respondía: "por EP Padre de los Muchísimas cosas más podríamos seguir enumerando. Basten éstas, como resumen de la Vida y Gobierno del que fuera Obispo de las Islas de Canarias, por un cuarto de siglo, allá por el final del siglo XVII, D. Bartolomé García Jiménez y Rabadán.

Archivo General de Simancas. Patrimonio Eclesiástico, Legajo 219. Archivo Parroquial de Ntra. Sra. de la Concepción. La Laguna. Iltmo. Sr. J I M É N E Z , Z; V; Q; S; R; T; T; Y; U ;manus. siglo XVII. Cfr. T. GONÁLEZ, El Manuscrito "El Gobernador Cristiano de GARCÍA JIMÉNEZ, tesis doctoral, Pamplona, 1980. Archivo Parroquial de El Salvador. Santa Cruz de La Palma. Libro 111 de Relaciones de la Iglesia Arciprestal de la Capital Palmea, n. 54, fol. 228ss. (129) Cfr. P.E. 219. Memorial del Obispo a la Reina Gobernadora. 14 de Septiembre de 1672: L. FERNANDEZ, o. c., pág. 533; VIERA Y CLAVIJO, o. c., 11 pág. 556-7; A. MILLAREZ, o. c., VI, pág. 68ss. (130) Cfr. J. GARCÍA JIMÉNEZ, o. c., pág. 209. (131) Ibídem, pág. 200. (132) Cfr. Ibídem, pág. 201. (133) Ibídem, pág. 297.


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D E LA CÁMARA Y MURGA, C. Obispo de Canarias. Constituciones Sinodales del Obispado de Canarias,Madrid, 1634. DEL CASTILLO, P.A. Descripción Histórica y Geográfica de Las Islas Canarias,Madrid, 1948-1960. DÁVILA CÁRDENAS, P.M. Obispo de Canarias. Constituciones Sinodales del Obispado de Canarias, Madrid, 1737. FERNÁNDEZ, L. Tensiones y conflictos en la Iglesia de Canarias durante la segunda mitad del siglo XVIZ, en Anuario de Estudios Atlánticos, Madrid-Las Palmas de G.C., 1976. GARCÍA JIMÉNEZ, J. Heróica vida, virtudes y muerte del Ilustrísimo sefior Don B. GARCÍA JIMÉNEZ (manuscrito 1691) en, Revista de Historia XZX, 1953 por J. HERNÁNDEZ PERERA. GONZÁLEZ ALONSO, T. El Manuscrito "El Gobernador Cristiano de GARCÍA JIMÉNEZ, tesis doctoral, Pamplona, 1980. HERNÁNDEZ RIVERO, A. Edictos e Instrucciones del Obispo de Canarias D. B. GARCÍA JIMÉNEZ,man. inéd. 1, Las Palmas. Documentos referentes al Obispo D. B. GARCÍA JZMÉNEZ,,man. inéd. 11, Las Palmas. MILLARES TORRES, A. Historia General de las Islas Canarias, Las Palmas, 1894. SÁNCHEZ HERRERO, J. La Población de las Islas Canarias en la segunda mitad del siglo XVII, 1676-1688, en Anuario de Estudios Atlánticos, n. 21,1975. VIERA Y CLAVIJO, J. Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, Introducción y notas de A. CZORANESCU, Sta Cruz de Tenerife, 1967.



ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 155 - 171.0 CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

CONFLICTOS JURISDICCIONALES ENTRE EL OBISPO GARCIA JIMENEZ Y SU CABILDO CATEDRAL

MATIAS DIAZMARTIN LCDO. EN HISTORIA

E l Obispo Garcia Jiménez es una de las personalidades más destacadas del siglo XVII de la Iglesia en Canarias. Se le conoce más por su mundo de relaciones con su Cabildo Catedral y por sus años de residencia en Santa Cruz de Tenerife, que por la investigación directa sobre el conjunto de su vida y de su obra. El autor, no ha agotado el examen de la documentación diócesana de Canarias "1. García Jiménez, el hombre de la Iglesia, en medio de las tensiones eclesiáles e ideológicas de su época. La Diócesis de Canarias en el s. XVII, con sus peculiaridades humanas, geográficas y económicas. Estos son los hilos conductores del estudio que nos proponemos exponer. El Obispo García Jiménez se esforzó por renovar la espiritualidad del clero y mejorar su instrucción, además de llevar a cabo una reestructuración (1) Agradecimiento al canónigo don J. LAVANDERA LÓPEZ, Archivero Diócesano, por las facilidades dadas par? la reahización de esta ponencia. El legajo utilizado es el de la correspondencia GARCIA JIMENEZ con su Cabildo Catedral.


pastoral que incluía importantes arreglos en el plan beneficia1 y parroquia1 de las islas. La reforma en Gran Canaria topaba con la situación establecida por los canónigos del Cabildo Catedralicio, perceptores de la mayor parte de los diezmos, y nada propicio a ver mermadas sus rentas en favor de los curatos dispersos por la isla que dependían del él. Gran parte de su tiempo lo paso el Obispo en Tenerife. La actividad comercial y la vida intelectual creaban un ambiente más propicio para su espíritu. LOS CONFLICTOS Frecuentes fueron los conflictos que hubieron lugar entre el Obispo García Jiménez en su dilatado pontificado y su cabildo catedral. Unos fueron breves y puntuales; otros de larga duración temporal. Los motivos de discrepancia entre el Obispo y sus Canónigos fueron muy diversos llegando incluso a solicitar la meditación de una junta de Teólogos-Juristas en Madrid, para sus desavenencias o que fuesen la Real Cámara de Castilla quien decidiese sobre las cuestiones planteadas. Es de notar la acusación, por ambas partes, de anteponer su criterio personal, no excento de cierta pasión, antes de ceder a las pretensiones, privilegios o innovaciones de contrario en los diversos asuntos del Gobierno Pastoral, de la administración de los diezmos, interpretación de Leyes Eclesiásticas o Sinodales Diócesanas. No es inusual, según los canónigos que el Obispo quiera salirse siempre con la suya no respetando sus privilegios o la costumbre legítima del Cabildo en su administración privativa; por el contrario, el Obispo discrepa abiertamente con su Cabildo acusándole de poca escrupulosidad en las gestión de sus asuntos propios. Por uno y otro lado se interponen trabas legales que dificultan la gestión de cualquier asunto que se quiera promover. En las respuestas que da el Obispo García Jiménez, además de responder ordenadamente a cada una de las objeciones o reclamaciones de su Cabildo, da pie a su desahogo personal permitiéndonos acercarnos a su humana espontaneidad.


CONFLICTOS JURISDICCIONALES ENTRE EL OBISPO G A R C ~ AJIMÉNEZ Y SU CABILDO CATEDRAL

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DISCREPANCIAS DIVERSAS En carta del Obispo fechada en Garachico el 15 de marzo de 1668 en respuesta a la de su Cabildo de 6 de marzo del mismo año; que le es entregada por el hacedor del Cabildo para las isla de la Gomera e Hierro, en su respuesta da su parecer contrario al Cabildo sobre el nombramiento del hacedor y pregunta si no había persona más docta para el cargo; además se ha pasado disfrutando continuas licencias y los últimos cuatro años en Sevilla. Sobre el goce de su Capellanía le ordena que espere treinta días antes de comenzar a disfrutarla, ante los antecedentes expuestos. Quiere que quede clara su recta intención de conciencia para no agraviar al Cabildo o a persona alguna. Manifiesta que al recibir la presente se encuentra con muchas aflicciones espirituales y corporales. Las espirituales debido a la desobediencia de las monjas de Icod y los Silos, debido a ciertas devociones y al quebranto que supone para él la imposición de las penas a que haya lugar. En cuanto a las aflicciones corporales son debidas a calenturas y desconciertos en el vientre que le tienen sin fuerzas y postrado. Les comunica que no debe desear la vida si con ella no ha de servir a Dios. Y así, si el achaque continúa, tratará que sea para perdón de sus pecados por los merecimientos de Jesucristo, y morirá consolado que es mejor para padecer el purgatorio que este mundo, y allí con la certeza de no ofender a Dios, que acá nos falta estando llenos de peligros para ello. Aunque convaleciente tiene ánimo de volver a casa, pero con la tristeza de dejar desconsolados por segunda vez a los palmenses, gomeros y vecinos del Hierro; sabe Dios que no ha sido falta por su deseo ni por los medios que ha tenido. Cuando pueda con tranquilidad debido a tantas inquietudes que tiene, ha de dar justa respuesta al Cabildo de su conducta y el ánimo que le lleva a actuar dando verbal y con los libros en la mano, respuesta a las cuestiones que se le plantean para así obrar prudentemente y no agraviar a ninguna persona. Una vez expuesto lo antecedente, son tres las cuestiones de discrepancia: a) Nombramiento de provisor b) Licencia de Confesores c) Paga que debe a la mesa capitular. A) Le preocupa los reparos que el Cabildo Catedral hace a su deseo de nombrar un provisor que pueda reunir los grados de Teología y Cánones o sólo Teología. El Cabildo contaba con tres juristas, y su parecer era que fuese jurista y miembro del Cabildo o del Clero secular o regular, pero jurista. El Obispo argumenta que sólo en la

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Palma ha encontrado un sacerdote jurista digno del cargo, aunque su deseo es que sea teólogo y que él siendo canónigo en Sevilla recibió con buenos deseos al Provisor-Teólogo que puso el arzobispo y aquí en Canarias sede vacante, hubo un teólogo que rigió la Diócesis. Les manifiesta que él por su autoridad a la que están obligados en lo justo a obedecer pueden imponer dicho provisor, tan necesario que en ese momento no lo hay. Con esto, según el Obispo, no va contra los privilegios del Cabildo al que él por cortesía y urbanidad nunca los desmerece, antes bien los aprecia ya que ningún Obispo de España trata tan bien a su Cabildo como él; aunque ellos, los canónigos interrumpan sus mandatos y cuestionen sus documentos en aspectos formales. Para terminar diciéndoles en este apartado: " ... no hayan entrada por sus puertas algún chisme y de mi crea lo que en mi exterior ha visto, que aunque ruín, en lo interior me precio de desdecir de lo que vestí siendo canónigo y colegial y soy más estimador de VS, que lo es quizás VS de sí mismo", y continua "...El Obispo no tiene cédula de Dios para andar a milagros con su vida, cada día, VS, los considere todo; desnudese de afectos temporales".

B) Igualmente está en desacuerdo con el Cabildo en la cuestión de dar licencia a tres sacerdotes para confesar. Pues no los considera preparados y esto es cuestión de conciencia de la que él ha de dar cuenta. Hay, ya, bastantes sacerdotes confesores para poner otros sin los necesarios conocimientos y aunque no son indignos no tienen los suficientes conocimientos de moral. Les dice: "en más de un año que residí en esta ciudad no tuve noticias que quisiesen ser confesores; tan prestos después que me ausenté les vino la gana7'. Han de demostrar la suficiencia en el examen. "Yo admito a cuantos sacerdotes hay, a examen y en mi corazón entro a los que dan buena cuenta de suficiencia en los exámenes. De estos soy su abogado y no su fiscal, y en fin como en éste punto es Dios quien me ha de pedir la cuenta y no usted". Continúa en su república: "El mundo es siempre el mundo. Conozco los achaques de los curas, pero también que son servidores de beneficio de quien el Cabildo es propio párroco, VS verá lo que debe a su oficio que yo estoy siempre a cumplir el mio". El que quiera presentarse como idóneo él lo oirá conforme a derecho y los que no quieran examen, la respuesta que puede dar ya la conoce el Cabildo, "y para el que quiere estudiar ... maestro le


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tengo puesto y pagado en esa ciudad, y por último VS, se ingeniará como yo lo hago en mis curatos, y donde no hallo sacerdote secular idóneo, le pongo regular que ya estoy reducido a ser Obispo de Indias y andar extraño, y le aseguro a VS, con amor de hermano que hubiera mucha felicidad comer la porción de refectorio y haberme reducido a ella perdiendo la canongia que dejé antes de haber venido a gobernar este obispado, cuya carga no es para hombros tan flacos como los míos". Y termina este apartado l.. .[ "hasta lástima es que en tiempos en que todos nos debíamos humillar para aplacar la ira con que Dios nos está castigando con falta de agua y el cometa que hemos visto". C) En el punto referente a la paga que debe a la mesa capitular por el subsidio excusado y décima no lo ha hecho pero lo hará en la próxima paga disponible y no la abonó porque le habían dicho que les era igual en Tenerife o Canarias y para que no gasten un maravedí por su culpa así lo hará y, ya, ha dado órdenes pues no quiere dinero para guardar sino para pagar como Dios sabe. Termina su carta reiterándoles que le tiene, al Cabildo, en todo menos en su poca salud a su servicio y con ánimo de no quebrar por su parte la paz que es tan necesaria entre los obispos y sus cabildo; pues como según él, lo que en España y aquí y, en todas partes pasa cuando la rompen es llenar los pueblos de chismes, gastar el patrimonio de Jesucristo y litigar; y mientras se litiga o se muere el Obispo o, le trasladan. Continúa "[.. .] y todos vamos al altar con el miedo de sí pasa al entendimiento algo de la voluntad y con el hecho de defendernos se junta algún ánimo de ofender a Dios". El colofón de la carta es el siguiente: "deseo no ser puntuoso; pero que el prelado pone sobre su firma la urbanidad que no estimo siempre, es razón que VS, así lo ponga y sino en adelante correremos en iguales; que he sido canónigo y sé el estilo de escribir a los prelados propios y ajenos".

COMO RESOLVER LOS LITIGIOS Escribe al Cabildo Catedral en diciembre de 1669 desde la Orotava. Manifiesta su ánimo de querer solventar los asuntos de discrepancia por consulta de antes de recurrir a la Real Cámara: "[. . .] conservamos en estrecho cariño no perder acá frio y gastar en Madrid menos dinero". Le comunica al Cabildo que ha escrito a Madrid a su agente para que buscase allí dos de los mejores teólogos y dos de los mejores juristas, personas que pudiesen tener bastantes noticias de las costumbres y práctica de las


iglesias catedrales de España, para que estos cuatro resolviesen las dudas tanto en Teología como en Jurisprudencia. El ánimo del Obispo era conformarse con su dictamen aunque fuesen contra sus intereses. Pasa a comunicarle que de los sujetos que se eligieron conoce sólo a uno y que este habla con experiencia de capitular de Iglesia de provisión ordinaria y de Iglesia de Real Patronato y en ella con el oficio de Deán: "a quien tanto toca saber los estatutos y costumbres de su Igle~ia'~).

CUESTIONES DECIMALES Cómo administrar los diezmos es, quizás, la principal discrepancia entre el obispo y su cabildo(3).Da sugerencias sobre como ha de ser el Hacedor de diezmos del Cabildo; Les recuerda que han de llevar cuentas al día para poder hacer efectivos los pagos a los que están obligados a ello. Si bien, reconoce que el Cabildo tiene facultad para administrar su peculio: " [.. .] no en aumentarnos a las partes el mayor casto de lo que VS, creciere los salarios de los ministros, y no pague con las prebendas que en estas materias lo barato es caro [...l. La mejor administración de los que arriendan es dar sus fru(2) Ya en esta carta les envia una primera resolución de dicha junta. a) Ante la noticia de que el Cabildo sólo la aceptaría por mandato del obispo, es decir, judicialmente. El Obispo le comunica que no lo hará así sino amigablemnte y esta consulta fue para salvar su conciencia y grave escrúpulo. Ya que lo que él quiere que se haga se suele hacer y practicar en la Iglesia de Sevilla. b) En esta misma carta, además de felicitarles las Pascuas, les comunica que le envien las actas lo más rápido posible pues por lo malo de embarcarse y sus años, cuanto antes mejor. Es preciso que se la manden y no tenerla en su casa porque con tanta compañía como tienen los obispos en ella todo puede pasar. Dios quiere que las circunstancias de no ser tierra continental como sería su deseo, pues esa ha sido su suerte desde los primeros años de "indiante". (3) Fechada en Santa Cruz el 26 de diembre de 1669. En esta carta les recalca que ha sido canónigo de Iglesia, que administra diezmos y manifiesta sus sugerencias para mejor administralas aquí. Esto, según él, no es agraviar al Cabildo en sus privilegios antes bien como mejor conservarlas. Igualmente les solicita que le sean enviadas los recibos de años atrasados por parte de los Beneficiados dependientes del Cabildo para poner al día la contaduría. Manda que den orden a los mayordomos de fábrica que lo hagan, pues es obligación ex-oficio del Cabildo. En contencioso concreto con el hacedor del Cabildo, el racionero Don Marcos López, sucesor del fallecido Dr. Deán, Don Francisco de Bethencourt, le solicita las cuentas que aún no le han enviado: "parece va siguiendo los pasos del Sr. Deán, su antecesor". Conmina al Cabildo que se las pida o él ex-oficio o por medio de fiscal lo hará. "Para que remitan a VS, liquidación de los recibos de su hacimiento o pase a dar cuenta de ellos para que vistos por VS, y su casa de cuentas remita a las fábricas sus recudimeintos de recibos y los mismo haga a la dignidad; que depende de el cuidado de VS, estará dar aviso a los tercios y Beneficiados para los suyos. No se ha de esperar a nuevo milagro que los recibos del Sr. Deán, según lo apresurado de su muerte y disposición de sus papeles [...], quizás se hbieran vuelto aire o nada y lo digo sin malicia de interesado".

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tos y posesiones a hombres de verdad y reputación y de caudal con moderada ganancia siempre para que así tengan las pagas prontas". Recomienda prudencia en las adjudicaciones, pues los hay que ofrecen mucho, pagan bien al principio, pero no tienen para responder y poco seguros los medios para poder responder de los bienes que se le han encomendado y las rentas que han de abonar. "[...]Porque quien mucho abarca poco aprieta dice el común refrán y es evangelio a lo humano en estas materias. VS, lo pensará mejor todo esto si es privativo de su gobierno y no del mio". En carta fechada en Santa Cruz de Tenerife, se dirige al Cabildo sobre el estado de cuentas de la fábrica de la SIC (4). Les dice sobre su experiencia:

"Quisiera mucho que VS, en estas materias aún me atendiera más como a canónigo de Sevilla, que como Obispo de Canarias porque con la sobrepelliz que vestí aprendí más para administrar hacienda propia y ajena que con roquete que hoy visto, y éste VS, en que hay en aquel gravísimo cabildo sujetos n o sólo de exhuberantes y famosos estudios sino también insignes cabezas y testas para el gobierno de muchos millones de caudal". En lo referente a la mala gestión, continúa: "[. ..] bien conozco que en las comunidades n o sucede tal vez todo como se desea ni con el buen celo conque se veía, altera mucho las circunstancias de los tiempos; y tal vez, una confianza prudentemente fundada se desquicia por donde menos se piensa, ni extraño yo ni extrañara quien haya sido canónigo el mal abío de poder cobrarse todo lo que se debe, como las quiebras que hay, y suele haber en administradores, mayordomos.. .".

Justifica su intromisión en asuntos privativos del Cabildo, debido a la pasividad de éste para resolverlos:

"Por lo que Dios hace o permite de aquello en que a mi sólo m e toca padecer sin obligación de obrar, n o es mucho lo que pueda de consolar y asegurada la conciencia todo lo temporal de este mundo se debe reputar por nada; pero cuando n o sólo m e toca padecer, sino que m e queda la obligación de obrar, no cum(4)

Les recuerda lo que debe pagar el canónigo don Marcos López, sobre el hacimiento para dar satisfacción a los interesados, que por no pagar o vencidos sus cogedores están dannificadas o no satisfechos. Se lamenta que aún siendo deudor se le haya prorrogado por diez años su hacimiento con fanegas de tierra en seguridad.


pliré con el Dios lo quiere o Dios lo permite, su voluntad en m i se haga, que n o pensé que m i deseo o m i voto hubiese tenido este fin. Llevárame el diablo con esta perversa conformidad en la voluntad de Dios, porque n o es la que su Majestad Divina quiere en cuanto aquietarme por ella y echarme a dormir. L o que quiere es conformidad en padecer el mal suceso, con trabajo anidado y ánimo para remediarlo" En lo referente a la defensa corporativa de unos canónigos a otros, aún habiendo mala gestión, dice:

" N o condeno yo la buena correspondencia en las amistades que promiscuamente debe haber entre los capitulares unos con otros (plubiese a Dios y siquiera este beneficio bien logrado en esa santa comunidad ya que m e quedasen mas cosas que sentir o llorar por lo que m e ha pasado), menos extraño la compasión y lástima cuando n o es debida". Sobre la autonomía del Cabildo en su administración:

"[. ..] ni estrecho a VS. a que administre así la hacienda decimal en común, como la particular de su cabildo y fábrica catedral con aquel rigor y ley conque administran la hacienda de su Prelado sus mayordomos y administradores y la de los cabildos los mismos o los hacedores, en el de VS, más amplia mano tiene VS, y tienen los cabildos que administran los diezmos y su fábrica que n o la de los sobredichos, pues estos ni pueden aumentar ni disminuir salarios ni ministros ni dar u n real de limosna ni hacer otra cosa que aquello que se les manda o expresa". Continúa:

"[. ..] pero V S , y los demás administradores generales de diezmos tienen una administración que por equivalencia casi se equipara el dominio a el dominio, y en ella la facultad denegada a los otros administradores referidos y por lo que toca a la hacienda privativa del Cabildo y fábrica Catedral la de remunerar servicios y por la parte de solo el Cabildo hacer las limosnas cristianas que es razón hacer por comunidad. Puede también VS, todo lo que (5) En la citada carta, les pone el ejemplo del capitán o piloto de barco al que le viene la tormenta. Ellos no la quisieran o no se prepararon para resistirla. "Saben muy bien los tales porque se les da a entender la misma luz natural de la razón que no se cumple con eso y que han de resistir contra la misma tempestad y valerse de todas las reglas del arte para irse remediando y mejorando como puedan y si por último nada aprovechara porque Dios los hunde, mueren con el consuelo de que no faltaran a su obligación".


pudiera el dueño mismo propietario en orden a dar esperas a las pagas, componer pleitos [. ..] sin que el Obispo o los demás interesados puedan reclamar o quejarse. Si VS, lo hace o hiciese con justa y necesaria causa para una útil y mejor administración de la hacienda decimal. Pero cuando así n o fuese n o lo puede hacer VS" . Para concluir:

"[ ...] supuesto esto, presento a V S , las consideraciones siguientes en las que m e parece que n o seré tan singular en m i dictamen que n o las aprueben cuantos con independencia atendieren sólo al juicio de la razón natural. Cuando VS, nombra sus hacedores les pide fianza que V S , aprueba y abona; y consiguientemente echa sobre sí la carga en justicia y conciencia si estas n o fuesen bastantes y cual deben ser para el pagamiento seguro de los que administrar y en que V S , y su fábrica Catedral y demás partes interesadas se resguarden indemnes y perciban los frutos que Dios y la Iglesia le dan, es también cierto que dichos hacedores se obligan a dar cuenta con pago y dentro del termino y plazo puesto en su escritura, echándose a su cargo y riesgo los abonos francos y créditos de los arrendadores que a dinero arriendan los frutos y de los cogedores que nombran para recoger los granos, con la cobranza que han estilado". Ante esto el Obispo hace dos preguntas al Cabildo:

[...] ''¿Qué excusa tiene u n hacedor para n o dar su cuenta con pago al tiempo de su obligación?". "¿Y qué excusa en conciencia puede tener VS, para que n o la den y satisfagan a las partes como es su obligación?". El mismo Obispo se responde: "Si respondieren que es porque ellos n o han podido cobrar de los arrendadores ni cogedores. Tienen muchas réplicas. La primera dado que así sea y concedido sin hacer controversia de que n o hayan cobrado o podido cobrar aunque hayan hecho diligencias si su obligación fue pagar cumplido el plazo, si que a VS, le tocase el mirar si había o n o había cobrado. El si debió atender a quien arrendaba y a quien nombraba por cogedor para tener más pronto y sin litigio su cobranza; sino lo atendió o por el pevlsar de que subiese más la venta con la postura del que más daba aunque fuese el que menos o peor pagaba o por la contemplación del


ruego del amigo. Vuestro empeño particular echen así la culpa que VS, es administrador y debe en justicia hacer se le cumplan sus escrituras y sino atienda a lo que venga sobre si cuando nombra a los tales hacedores y abona sus fianzas. La otra réplica es preguntales a dichos hacedores de quien es el dinero que les deben los tales arrendadores porque este ni es ni puede ser otro que aquel que toca a los recudimientos privativos de V S , y su fábrica Catedral [. ..] Pero la excusa del hacedor a las partes interesadas de que esperen a que cobre lo del Cabildo para pagarles tras haber consumido lo que cobró, esto n o es teología de la Iglesia Católica"(6). Les recuerda que los Obispos de estas Islas visitan y pueden visitar así la fábrica Catedral del Cabildo como todas las demás del Obispado: pueden pedir las cuentas y orientarles a la buena administración de su hacienda y al "cobre y pague". Igualmente les recuerda que les puede reprobar y prohibir cualquier gestión en su hacienda del Cabildo por se negligentes en administrarla bien. Para todo eso y otras cosas están en los sagrados cánones, les dice, las normas pertinentes.

"Pero como en pleitos entre obispos y cabildos, deducidas de semejantes visitas hay las dilatorias y nuevos artículos que cada (6) Continúa en la misma carta la tercera réplica y "[ ...] es que VS, ha tenido muchos hacedores y casi todos, muy pocos exceptos, en todas las siete islas, le han dado cuenta con pago, y sin pedirle a VS, espera que pudiese parecer considerable, salvo alguna de corto y moderado tiempo. Como estos tales administraron bien y ataron su dedo a dar su cuenta con pago como con efecto lo han dado, por qué el canónigo Don Marcos López pretenderá excusa contra tantos ejemplares? El canónigo Don Juan Bosa, le sucedió inmediantamente y cumplió con su escritura cual pactó. Don Francisco de Bethencourt, Señor Deán que Dios haya, fue su antecesor inmediato; si quizás no hubiese muerto no hubiera dejado sus cuentas o el cumplimiento de su obligación con el atraso que después ha tenido; pero en medio de esto que espera le dió VS, a Don Simón Bethencourt, su hermano? Qué razón y motivo hubo VS, para hacer decreto o juicio de que en conciencia no le podía dar más espera? Que motivo también para hacerle ejecutar por no haber cumplido, como con efecto lo cometió VS, y al hacedor presente?. La Ley de Dios para todos es una y si no hubo teología para esperar tres años a Don Simón Bethencourt, como la hay para esperar diez al canónigo Don Marcos López? Qué esperanza tiene VS, de que las nuevas fianzas que le han dado, se conservaran de mejor calidad, que las que dió ahora hace seis años [. ..] Qué cédula de vida para de aquí a diez años tienen los particulares de VS, que hoy viven, y el dicho Don Marcos para creer que lo que hoy se ofrece se cumplirá al tiempo prometido como quein vive actor para no olvidarse de la deuda? Confunde mucho la muerte, y [. ..] en materias de pagos raras serán las esperas de diez años en que no sea lo mismo perder que esperar. No dió más tiempo el derecho para prescribir entre presentes. "[. ..] Para todos le digo lo mismo y muy claramente el grave peligro de la conciencia de VS, en tener enamorados aun por muchísimo menos tiempo, ni sus debitos propios y de su fábrica Catedral, ni mucho menos las de las demás partes interesadas".


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día se pueden formar; máxime cuando los cabildos creen que es tan buena y segura su teología, como la del obispo; es vida perdurable la de seguir semejantes pleitos y quizás ocasión de n o vivir con la caridad y cristiana paz que fuera razón, promiscuamente. He sido canónigo y la experiencia de los cabildos m e ha dado a entender que la mejor conciencia del obispo será vencer dificultades, con los avisos cristianos, proponiendo con eficacia, desinterés, y sin pasión las razones que tiene en lo que pide, y haciendo al cabildo juez en su misma causa". Reconoce las dificultades en tener conflictos con el Cabildo.

"Porque el Obispo o se muere o le sacan, y en el interin que su sucesor viene y se acuerda de tal pleito se pasa tiempo tanto, que después se vuelve a entrar en el pleito casi de nuevo y mucho más nombrando para él nuevos agentes o ministros. E n esto lleva mucho de ventaja los cabildos a los obispos, que son comunidades perpetuas, están siempre a la vista y pueden lograr la suya cuando el obispo n o puede; y aunque tal vez, n o se podrá excusar de poner algunos pleitos, por acusar la mala fe o porque n o se pretenda contra su dignidad, en esto les dará principio y sabe Dios quien verá el fin. Significo10 así a V S , como ánimo y deseo sencillo esperando que estas razones n o crea que son de singularidad y que n o deseo ni procuro m i utilidad particular precisamente; ni hablo por solo lo pasado, porque también aconsejo para lo venidero. Hágalo porque VS, n o tenga quizás la singularidad que a m i m e achaca administrando cual n o administra a lo que yo sepa, ninguna de las iglesias de la Corona de Castilla y León, a quienes VS, pertenece. Administre como ellas y bastele sola esta razón para persuadirse a que yo la tengo en lo que pido"''). Termina su carta con estas palabras:

"[.. .] Estamos obligados a deshacer los hierros que aun sin culpa se hubieran cometido. V S , lo pensará mejor y de las razones ponderadas sacará lo que es o n o es. De la obligación de su conciencia y conforme eso obrará que m i deseo es el que VS, la tenga ajustada, que si yo hubiera revelación certera de eso, n o le (7) Les exhorta a que reformen el decreto o decretos de ". .. semejantes esperas tan dilatadas y largas, cuando parece no pueda haber justa y necesaria causa para ellos" Les comunica que todo el particular lo envia al consejo de Su Majestad, del que siempre espera justicia pues le tienen en buen concepto, a él, porque nunca ha callado la verdad, aun en contra de de sí mismo.


cansará con estas cartas que para m i son de sobrado trabajo juntándolas con el demás peso del oficio Pastoral. Guarde Dios a VS, mil años".

EL CABILDO CATEDRAL El Cabildo Catedral en sus respuestas al P r e l a d ~ 'defiende ~) su postura en el ejercicio de sus privilegios. Veamos los argumentos que aduce en dos contenciosps puntuales, el del ascenso de tres canónigos y el de la anunciada visita del Obispo. En en primer apartado, donde el Obispo no da la colocación argumentando escrúpulos legales, le dicen:

"[. ..] con que hemos de apelar a buscarla por otro camino y como es libre el discurso y varios los sujetos presume cada uno lo le parece y por obrar esto y conservarnos en la paz y amor que deseamos tener a VSI. y con su dignidad y que cesen ocasiones de disturbios remite este Cabildo a VSI, u n testimonio auténtico de cédula Real que este Cabildo tiene para que se hagan nuevas pruebas a los señores que ascendieren de una prebenda a otra en esta S.I., con que creemos de la cristiandad de VSI, cesaran las dudas que hasta aquí ha tenido viéndola y reconociendo la voluntad del príncipe". Sobre la proyectada visita canónica al Cabildo:

"[ ...] la cual n o puede hacer sino en este Cabildo en la Sala Capitular ni admitir testigos que sean fuera del gremio de él, para lo cual tiene este cabildo Privilegio Apostólico, observado y guardado por todos los Señores Prelados antecesores de VSZ, a quien suplicamos con todo amor y respeto sea servido de obrar en esta materia con su cristiandad y desnudándose de alguna pasioncilla que como hijo de Adán puede tener que n o cree este Cabildo cabe en VSI".

(8) Carta del Cabildo Catedral al Obispo de Canarias, 10 de junio 1670.


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EL OBISPO SE DEFIENDE En carta privada(9) al canónigo Don Juan Bosa, va contestando a las diversas críticas que le hacen, en el Cabildo, sobre su postura en temas fronterizos entre su jurisdicción y la del Cabildo; igualmente le da su opinión sobre los diversos aspectos relacionados con la administración decimal.

"[. ..] supongo también que en el nuevo edicto para las declaraciones que he pedido, y en todos los despachos que conciernen a administración de diezmos siempre he protestado el que n o le hace perjuicio a la administración universal que nuestro Cabildo tiene todo el derecho de ajustar sus cuentas, y pedir pagamientos a todas las personas que por razón de esta administración les sean deudores de diezmos; con expresión que sólo procedo de oficio a la observancia de las leyes eclesiásticas y sinodales de este Obispado". Continúa:

" E n que expresamente se manda que los labradores y diezmadores paguen a Dios, el diezmo en ser y en aquellos frutos en que Dios nuestro Señor se lo da". A la argumentación que le hacen de ser demasiado rígido en los cobros sugiriéndoles que se podría ser más flexible debido a que no es costumbre aquí tanto rigor argumenta:

"[. ..] para el desahogo de las conciencias más útil y mejor administración del Cabildo, es o parece el dejar correr la materia como antes; pues de lo contrario se sigue los inconvenientes de que los labradores, ni paguen el diezmo ni lo declaren temerosos de que n o les pongan en la tablilla y recurriendo a que si la censura es reservada ellos la dejaran para la hora de la muerte en donde n o hay reservación; y de presente harán pretexto de necesidad y que lo que retienen es para sustentar su vida con los demás administrados". (9) Carta fehca en Santa Cruz de Tenerife. "Me holgara el responder a Vmd. más por palabra que por escrito, que no es fácil representar también con la pluma las razones, como se puede hacer con la conferencia". Les habla del borrador sobre recibos que envió al Cabildo para saber su parecer. [. ..] el edicto principal de recibos dispuesto en dos ideas una más larga y otra más breve lo remití al Cabildo para que me dijiese su parecer y si convenía se publicase, y habiéndose visto en el Cabildo el mismo que está publicado me respondió conformándose con mi dictamen".


Se justifica:

"[. ..] digo que por bondad de Dios, por lo que a m i parte toca tengo el manifiesto de que lo que mando es Ley de Dios, Ley de la Iglesia, y Sinodales de este Obispado a lo que se junta la disposición del Santo Concilio Tridentino [. ..] y la universal práctica de todos los obispados de España L.. ], si yo hierro, hierra conmigo el Santo Concilio Tridentino [...], hierran los sinodales, e hierran tantos prelados grandes como los que en España y fuera de España guardan ad litteram el decreto del Santo Concilio". Antes el argumento que le ponen, en el sentido de que el edicto traerá más complicaciones que resolver el problema, el le vé más fundamento en nuestra aprehensión que en la verdad y sustancia porque, según su opinión, todos somos hijos de la Iglesia y:

[...] el más rústico tiembla a la voz de una excomunión y se le hará más duro el dejar de confesarse por la cuaresma que si n o lo hiciere. El inconveniente que teme por u n lado le sobrevendrá por otro poniéndolo en la tablilla"(10'. No hay que hacerles caso, según el Obispo, a los cogedores y labradores porque éstos son interesados en quedarse con los granos y pagarlos cuando pudieren o quisieren(ll'. Tampoco acepta la excusa de la pobreza:

"[. ..] al argumento de que son pobres, he respondido diversas veces que es dificultoso pasarle a Dios ni para los hombres esa excusa" (12). (10) "No se dejan de ejecutar las leyes eclesiásticas porque es escándalo farisaico, los que quieren preterir las transgresiones para atender antes a su conciencia temporal que a la espiritual. Y las censuras son penas medicinales que aunque no aprovechen al pertinaz y obstinado en su delito, aprovechan al buen ejemplo por la consecuencia de que otros inocentes no caigan en semejante delito. Por esa razón aunque nuestra madre la Iglesia vea evidentemente cuanta inmensidad hay de herejes repartidos por el mundo en tantos reinos y provincias y que contra estos nada aprovecha la excomunión mayor reservada y demas penas que tiene impuestas; con todo para el miedo de que otros no caigan conserva esta ley y usa este freno publicándole todos los años en la Bula de la Cena", (11) "[ ...] luego hayan teología para decir que pueden lícitamente ocultar las fanegas que les pareciere [. ..] a título de compensación, pues es justo que tenga su trabajo algún premio y de otro modo no lo tuviera. Aviso es este que me le le ha dado un Beneficiado de esta isla por noticia cierta que ha tenido y no es sacramental de que algún cogedor más de una vez le ha dado esta excusa". (12) "[. ..] porque de diez que a Dios se le da, le dejan con los nueve, sólo paga una increible cosa, parece que hambre y no hubo artura, con nueve fanegas; se temió le satisfaga con una sola". "[ ...] además que lo que se da a Dios por razón del diezmo en su modo no recae en perfecto y total dominio del labrador; porque esa razón aunque esté preso en una cárcel por deudas y que tenga todos sus bienes expresamente hipotecados adhuc. La misma sementera del diezmo que es a Dios debido ni sus acreedores por razón de la hipoteca pueden echar mano ni el tampoco puede apagar a dichos con aquella porción".


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Para concluir su razonamiento:

"[. ..] Por fin todo el mundo está lleno de pobres y n o ha de ser sólo el Obispado de Canarias (el que singularmente haga) cuando en todos los demás obispados de la Iglesia de Dios, máxime e n España pagan todos sin la excusa de pobres. Fuera de esta llaga no sé si es más dañosa en este Obispado en los ricos y en los pobres, pues igualmente todos hallen en este fraude trampa adelante". No obstante no se amedra de llevar adelante su propósito sobre los diezmos y su cobranza(13J;a pesar que sus antecesores en la mitra no fuesen tan rigurosos como é1(14). Por otro lado, ya que aplica el máximo rigor en la cobranza de los diezmos, urge al Cabildo para que administre bien:

"Conque sacamos en limpio que el hacer procura tener grato al Cabildo pagándole del dinero que llega a sus manos sin reparar que el dinero del subsidio de recidvos n o entra en su poder c o m o en dominio sino c o m o en depósito y al m o d o mismo que entran los granos cuya naturaleza le debe seguir el dinero que por ello se subroga; cuando en la más larga teología sólo puede el depositario desprender el depósito cuando moralmente está cierto que tendrá la misma cantidad al tiempo en que le sea pedida o que l o deba entregar" (15). Pues su conciencia le obliga a corregir(16J,para una más recta economía. Lo intenta hacer con ecuanimidad:

"[. ..] Todos echemos a la espalda nuestro amor propio y pongamos a la cara la caridad de Dios y bien divino de los projimos". (13) "En esta tierra todo lo que no es lo que fue ayer se hace imposible, pero después con un poco de longaminidad y tiempo se hace tratable y fácil ¿no pareció mi edicto de suspensión de confesores ni el de la doctrina cristiana? Veáse después como se venció este fantasma que asombraba y llegaba a tocar. Se volvió aire y se remedió lo que Dios sabe y ya todos están aprovechados y se rien de si mismos en las dificultades que antes aprehendían. Muchas veces he dicho que fue especial providencia divina mi paso a Indias para enseñarme a que no es imposible ir y venir de Indias en un barco". (14) [...] Como hoy pasa de que colijo que a mis antecesores se les paso en blanco está como algunas otras materias de que no tuvieran noticias [. ..] No sabían lo que era su obligación para remediarla". (15) "En suposición de este argumento me responda Vmd, qué hiciera si fuera obispo y si tolerara el daño que tantos inocentes padecen cuando conoce la raíz de que se ocasiona y aunque no es administrador de los decimos". (16) [...] Para que se pague a las partes como es debido y le toca de oficio así la defensa del inocente, como sí no tiene medios para defenderse como la propia, en lo que fuesen frutos para si de la dignidad y para sus sucesores y en los demás casos que pertenecen a las fábricas parroquiales como administrador".


Porque:

" E l caso es que el dinero n o tiene cascabel y el Cabildo como sin mentalizarse mucho en el reparo si come con dinero ajeno o con propio con la respuesta de que el hacedor mirará por su conciencia pues cada uno recibe más cada año de lo que se le reparte conforme a su casilla; y los hacedores [...] persuadidos que n o les faltará para pagar a su tiempo, tal vez aún el mismo tiempo les falta quitándoles la vida y n o teniendo a la hora de su muerte lo que pensarán tener mucho antes. Quiera Dios, que en la otra vida, se les pase la cuenta con mano blanda y que en este mundo les haya ayudado la buena fe". La última parte de su carta al canónigo Don Juan Bosa, es para defenderse de la acusación que le hacen de vulnerar los privilegios del Cabildo contesta:

" E n cuanto que vulnero los privilegios de administrador que tiene el Cabildo, digo que estoy tan lejos de agraviar los privilegios del Cabildo que antes por el contrario los corroboro y doy más fuerza y les facilito más su mejor administración con aumento de la hacienda decimal". Razona su argumentación de la forma siguiente:

[...] Por lo cual ha de suponer Vmd. que en la materia de los diezmos hay la administración económica y la administración legal. La primera pertenece al Cabildo o por privilegio o por costumbre legítima. La segunda pertenece a los ordinarios. A la primera toca recoger los frutos, arrendarlos o administrarlos en fieldad; nombrar ministros inmediatos y mediatos; para ello tienen contaduría y casa de cuentas, para tener la razón de todo, distribuirlas a las partes interesadas haciendo sus recudimiento [. ..] todo lo que un buen tutor hace, puede y debe hacer con los bienes de su pupilo. A la segunda toca hacer que los fieles a quienes Dios diere frutos cunzplan con su obligación conforme a las leyes canónicas, sinodales y costumbre legítima, castigando a los transgresores con las censuras que el Concilio manda poner y que con efecto están puestas por los sinodales de este Obispado"("). (17) "Y para todo lo que fuere medio necesario para que se cumplan dichas leyes eclesiásticas tanto tocan y pertenecen a los ordinarios y a su oficio y en comprobación de esto vera Vmd. que en el edicto de pecados públicos que se publica en las visitas, una de sus preguntas es : ¿Si saben que algunas personas no paguen diezmos, los retengan? [...] y si el Obispo pudo hacer las leyes del Sínodo, porqué no podrá ejecutarlas e inquirir sobre su cumplimiento".


CONFLICTOS JURISDICCIONALES ENTRE EL OBISPO GARCÍA JIMÉNEZ Y SU CABILDO CATEDRAL

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En este apartado, según el Obispo, el Cabildo no tiene autoridad sino él y sus previsores y podrán entrar en la administración del primero cuando los cabildos fuesen, omisos, no administrasen según que por derecho y legítima costumbre debían('*).Por tanto, el Privilegio de administrar no exime a los Cabildos de la jurisdicción ordinaria y los sujeta a la Sede Apostólica; y en consecuencia, todo lo referido son principios de derecho y costumbre. Termina el Obispo García Jiménez esta carta con la siguiente pregunta: ¿Dígame Vmd. en qué vulneró los dichos privilegios del Cabildo?".

Matías Díaz Martín

(18) "Tratándose de los frutos y rentas, si no los recogiesen ni partiesen con tiempo a las partes interesadas. Todo esto toca a los ordinarios".



ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 173 - 184. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

EL PENDÓN DE LA CONQUISTA: LUGAR DE ENCUENTRO EN LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO

JUANARTILESSANCHEZ CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

E l Pendón de Castilla o el Pendón de la Conquista o el Real Estandarte es, sin duda, un singular mirador o pantalla desde donde o en donde se puede apreciar, con detalles precisos, las muy variadas vicisitudes, que, durante este medio milenio, se han vivido en las fronteras entre la Iglesia y el Estado. Aunque estas V Jornadas de Historia de la Iglesia en Canarias se sitúan en el siglo XVII, ésto no nos prohibe el que, para una mejor comprensión, recurramos al sistema de los contrastes entre diferentes épocas históricas. Sin duda alguna, las actitudes de los monarcas borbónicos con la Iglesia Católica se esclarecen y definen mucho mejor si las contrastamos con las de los monarcas austriacos, o con las de las repúblicas o con las de las dos dictaduras recientes o con las de la democracia reinante. Pues bien, las celebraciones del 29 de abril o de las fiestas de San Pedro Mártir o las del Pendón de Castilla, han servido de tensiómetro para tomar la altura o bajura de la tensión política-religiosa en cada momento histórico de nuestra Gran Canaria. Esta es la razón por la que titulamos este nuestro tra-


bajo EL PENDÓN D E L A CONQUISTA: LUGAR D E ENCUENTRO EN LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO. Hemos llegado a esta conclusión o hipótesis después de años de investigación y de verificación de datos encontrados en actas capitulares correspondientes a este medio milenio de cultura occidental archipielágica.

1.1. Así rubricamos también el capítulo V de nuestra tesis doctoral. Casa común, porque el rito de entrega del Real Estandarte, que hiciera Jiménez al Obispo Frías, el 29 de Abril de 1483, mientras gritaba ante un reducido número de canarios, en la iglesia de Santa Ana del Real de Las Palmas: "LA GRAN CANARIA POR LOS MUY ALTOS Y PODEROSOS REYES CATÓLICOS, D O N FERNANDO. Y DOÑA ISABEL, NUESTROS SEÑORES, REY D E CASTILLA, Y ARAGÓN", Pendón en mano, en presencia del cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, en manos también, pero del Obispo Frías, hizo de la Bandera Real el símbolo de un pueblo que se convertía simultáneamente en monarquía y en la Iglesia Católica. En el acta capitular del 29 de Abril de 1560 se recoge este hermanamiento:

Este día estando sus mercedes ayuntados dixeron que mandarlos los m u y magnflcos señores Justicia y Regimiento de esta isla tiene dotada una procesión que se acostumbra a hacer por los dichos señores de m i cabildo dando gracias a Dios nuestro Señor porque tal día como este día del Bienaventurado San Pedro Mártir dio victoria a los cristianos de ganarse a éste dicha Isla rezibir los infieles que tenía a la santa fe catolica y servicio de Dios y la subjección y dominio de los Reyes Católicos de España. Esta doble simbología aparece también recogido en la Cédula Real de 29 de Enero de 1615:

Regentes y juezes de m i audiencia de Canarias por parte de essa ciudad seme ha hecho Relación que Habiendo los catholicos Reyes Don Fernando. y Doña Isabel. mis predecesores. Conquistado ganado y Unido a la Iglesia Catholica y a estos mis Reynos de Castilla essas islas y la principal. 1.2. La palabra símbolo, de origen Griego, significa a nivel etimológicosemántico-primario fragmento o parte que exige ser completado para formar una realidad completa y funcional. No obstante, este término, situado en el


contexto antropológico moderno, conlleva un significante, que, a su vez, remite a un significado principal, que se hace, en cierto modo, presente, aunque no comunicado del todo, pero sí apoyado en la realidad misma del significante"). Por lo que no es convencional o platónico, sino arraigado en la realidad misma de la naturaleza de las cosas, con aperturas a perspectivas mucho más profundas y universales que las aparentes, entroncadas, incluso, en el mundo de los conceptos.

1.3. En consecuencia, el Pendón de Castilla, que es un significante, remite, a su vez, a otro significante. En este caso concreto, al pueblo canario, que es signo de otra realidad mucho más profunda, la de su mismo ser político y religioso, que le viene de la naturaleza propia del hombre, que es "homo políticus et homo religiosus": Estado e Iglesia, Rey y Papa, espada y altar. El hecho histórico del 29 de Abril de 1483, desde entonces, se convirtió en parte constitutiva del Real Estandarte en su doble simbología, sobrepasando las fenomenologías históricas en aras de un valor mucho más constante por su ahistoricidad. La irreversibilidad de lo histórico se entiende por la transustanciación de lo que puede ser un mero accidente en sustancia de lo permanente. Así lo real y lo eclesiástico se domiciliaron en un único símbolo, en un único Estandarte, en un único Pendón, que habría de ser la "CASA COMÚN". El canónigo Cairasco, poeta canario del siglo XVI, parece haberlo intuido, cuando escribió estos versos:

Y saca en procesión el Estandarte que fue del gran pastor Don Juan de Frías, Obispo de estas Islas venturosas y gran conquistador de Gran Canaria(Z).

Antes de entrar en el desarrollo de este tema, consideramos muy conveniente precisar los términos de tres extremos jurídicos del Estado Moderno: sentido de la soberanía civil, fundamento de la jurisdicción del soberano y naturaleza de la fe política.

(1) L. PACOMIO et al, Diccionario Teológico Interdisciplinar, et. Sígume, Salamanca, 1985, t IV, pág. 309. (2) J. VIERA Y CLAVIJO, Not. de la Historia G. de las Islas Canarias, t. 1, Sta. Cruz de Tenerife, 1967, pág. 536.


2.1. Soberanía El estadista británico Thomas Hobbes, en su tratado político "El Leviathan", define así la soberanía: "Thy seveaingty is de Solule of de Ceonmon-vealth". En el capítulo XVIII de esta su obra recoge el conjunto de derechos que constituye el ser mismo de la soberanía civil. Hobbes defiende que el objeto formal de Estado está en el pacto. Nosotros creemos que el pacto es la causa del estado, es lo que hace que nazca el Estado, pero no su objeto formal. Este está en la soberanía. Soberanía civil que tiene sus propiedades esenciales. Entre aquellas esta'n la indisolubilidad del pacto y la inmunidad del soberano; y, entre éstas, las funciones, judicial, legislativa y ejecutiva. Hobbes añade otra más: la función magistral. La soberanía es poder y es independencia, es sujeto jurídico de derechos y obligaciones políticas. La soberanía da unidad y garantía a estas funciones. Impide también ejercicios paralelos por parte de las distintas potestades, y promueve el trabajo coordinado en el quehacer político del estad^'^).

2.2. L a exclusividad del soberano La dualidad soberana nace, según el estadista británico, del dogma de que el Reino de Dios ha llegado ya, siendo éste la Iglesia Católica. La defensa de este error es "el mayor abuso de las Escrituras". De este abuso se deriva la institucionalidad de la Iglesia-Católica y la jurisdicción del Soberano espirítual. De aquí la distinción entre leyes civiles y canónicas. Dos palabras traídas al mundo para confundir a los hombres y a sus legítimos soberanos. Por lo que es irreal la distinción entre causas eclesiásticas y causas civiles. La iglesia y pueblo cristiano son términos equivalentes: the Church is the same thing with a Christian People". Fueron la Teología luterana y la calvinista las encargadas de dinamitar la institucionalidad de la Iglesia. Porque sólo así se podría conseguir la unicidad del soberano, según Hobbes.

2.3. El Vasallaje Fue este instituto jurídico la cantera de donde se extrajeron los sillares para la construcción del absolutismo del soberano civil. De acuerdo con esta filosofía, el único ciudadano mayor de edad era el monarca, encargado de vigilar y de responder por todos sus vasallos. Cualquier vasallo, y lo eran todos los vecinos del reino, se mantendrían siempre en minoría de edad.

(3) T. HOBBES, Leviathan,Cambridge University Press, Cambridge, 1991 cap. 18, págs. 121 y SS.


EL PENDÓN DE LA CONQUISTA: LUGAR DE ENCUENTRO EN LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO

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3.1. No hay otro fundamento jurídico más que el de la única soberanía. Cualquier otra competencia sólo se justifica si ésta deriva del único soberano. En consecuencia, la jurisdicción eclesiástica existe por privilegio del soberano civil. No se admite, en modo alguno, una competencia o jurisdicción originada de la naturaleza de la causa. 3.2. Precisamente la cuestión que quedó sin resolverse en los distintos concordatos del siglo XVIII fue la del origen del Patronato Regio. Los monarcas borbónicos trabajaron al máximo por aparcar esta cuestión de seguir adelante podría desembocar en un reconocimiento de una jurisdicción fundamentada en la naturaleza de la causa. Lo que supondría reconocer la doble soberanía, las de las dos espadas.

Desde que Carlos V de Alemania se propuso la "Universsitas Christiana", la fe pasó a tomar parte constitutiva del Estado Moderno. La fe, sin duda, era uno de los principios que más podría dar unidad política a las distintas regiónes de un país. Esto hizo que la fe política se domiciliara difinitivamente en el ser mismo de las Constituciones estatales. 4.1. Llamamos fe política a aquella cuyos dogmas vienen seleccionados por el Monarca de turno. La fe del pueblo dependería, pues, de la fe del rey o príncipe: "cuius regio eius religio. De este modo no sería la misma la fe política de Inglaterra que la de España, la de Francia o la de Alemania. De esta fe política se habla, cuando se distingue el catecismo religioso del catecismo en uso. El vicario de Garachico, en un escrito dirigido al Obispo Verdugo, fechado el 21 de Mayo de 1816, hace esta distinción: "de los varios catecismos religiosos y políticos que han ocurrido por la Península, el único que se enseña en las escuelas es el del Sr. Obispo de C ó r d ~ b a ' ~En ) . estos catecismos políticos siempre se cuidó mucho suavizar los dogmas católicos que supusieran alguna merma al absolutismo de los monarcas. 4.2. Tribunal de la inquisición "De instrumento de la autoridad civil" lo califica la obra "Historia del Mundo en la Edad Moderna", publicada por la Universidad de Cambridge. Desde que sus sentencias dejaron de ser apelables a la Silla Apostólica, el (4)

Cfr. AA.VV, Historia del Mundo en la Edad Moderna, t. 11, 2" ed. española, Editorial Ramón Sopena, S.A., pág. 702


Santo Oficio perdió su carácter eclesiástico, año 1497. No se puede negar que este santo tribunal estuvo siempre al servicio de la fe política, y no de la fe de la Iglesia. Podemos aportar un dato: El caso del catecismo de Mesegnyu, titulado "Exposición de la Doctrina Cristiana o Instrucción sobre las principales verdades de la religión". Mesegni, en su catecismo, ocultaba, en cierto sentido, la potestad sagrada del Primado de Pedro. Esto hizo que su edición fuera acogida rápidamente en círculos jansenistas y anglicanos. Estuvo prohibido por el Papa Clemente XIII. No obstante el Rey Carlos 111 lo escoge como libro de texto para educar a su hijo el príncipe Fernando. El autor del catecismo se acoge al recurso de reposición. No obstante, el Papa reitera la no aprobación. Desde Roma se remite el Breve Pontificio desestimario al Nuncio Apostólico en España. Este a su vez lo envía a todas las parroquias e inquisidores de la nación. Molesto el Rey, prohibe inmediatamente la publicación del breve pontificio. El Inquisidor general se opone a la decisión real. Carlos 111 reacciona, implanta de nuevo el "exsequatur regio", y destierra al Inquisidor general, año 1761. 4.3. Alegría Eclesial El júbilo con que el Cabildo Catedral de Canarias acoge y ejecuta el decreto de supresión del Santo Oficio, habla por sí solo del carácter político de este tribunal:

"Siendo m u y conveniente al Cabildo, atendidas todas las circunstancias, manifesta a las Cortes su propia obediencia a lo mandado, y felicitarle por haber extinguido u n Tribunal que n o hacia ningún honor a la Iglesia de España habiendo sido extinguido tanto tiempo ha en todas las naciones cultas en que lo habían introducido los siglos de ingnorancia". El acta capitular, en unas líneas más adelante, recoge la felicitación del Cabildo a las Cortes Generales por esta resolución: "por su celo religioso en haber quitado este borrón de la Iglesia de Jesucristo que hacía odiosa a su amable y santísima religión" ( 5 ) .

1.0. Pendón borbónico Fue el siglo XVII el siglo de los regalismos modernos. Los siglos anteriores pertenecieron a su prehistoria. Tuvieron un patriarca: Luis XIV; y unos perceptores: Thomas Hobbes y Bossuet. ( 5 ) Archivo catedralicio, libro de actas, n 50.


En cualquier caso, la carta magna del regalismo gálico fue el Leviathan y no la Politique de Bossuet. La obra Bossuetiana no fue otra cosa más que un intento de convertir al catolicismo el Leviathan calvinista del político británico. 1.1. Es doctrina común entre los psicólogos, como principio incuestionable, los factores de carácter: la herencia y el medio en el tiempo Pues bien: La herencia borbónica es "geneticamente" calvinista: Enrique IV de Francia, Enrique de Navarra, monarca excomulgado por el Papa por su beligerancia calvinista. Su origen calvinista está ahí. En Enrique IV no hubo conversión al catolicismo. Simuló su conversión por razones de Estado. La frase "Paris bien vale una misa", atribuida al Monarca, lo testimonia. 1.2. Luis XIV actuó siempre, de hecho, como jefe de la iglesia Francesa. Lo confirma la convocatoria para la ya conocida asamblea del clero francés. Los esfuerzo del preceptor de su hijo por traducir en católico la obra de Thomas Hobbes, ,manifiesta los criterios políticos del Monarca Francés. El regalismo borbónico no encontraba dificultad en la institucionalidad pública de la Iglesia Católica, como fue el caso del regalismo Alemán. Pero sí en la Soberanía espiritual del Papa. Por eso, la proporción primera del art. 3O del libro 7" de la Politique cuida mucho silenciar el episcopalismo, las iglesias nacionales. De aquí el que la fe política de Luis XIV reconozca la autoridad apostólica, pero sometida siempre "a las reglas, costumbres y constituciones del Reino". 1.3. Con esta fe política llego a España Felipe V. Lo que explica el decreto de ruptura diplomática con Roma, de 22 de Abril de 1709, el rechazo constante a abordar la naturaleza del Patronato Regio, y el decreto cismático de Carlos IV, de 29 de Agosto de 1799 lo demuestra. Esta filosofía política del monarca borbónico aparece en la pantalla del Pendón de Castilla. El simbolismo del regalismo político, guardado durante todo el siglo XVII en los pliegues del Pendón, se desempolva ahora para aparecer con todo su esplendor en las celebraciones del 29 de Abril. Concretamente, en la fiesta de 1706. El Cabildo secular aparece organizando por primera vez el protocolo que se habría de seguir en estas fiestas de San Pedro Mártir, no obstante, fue en la fiesta de San Pedro Mártir de 1746 donde aparece la presencia de los dos símbolos en el Estandarte Real. Lo que se proyecta en el rito y mito de entrega del Real Pendón al Alférez Mayor por parte del Cabildo Eclesiástico, con "la promesa de volver a entregarlo" a sus depositarios. En absolutismo borbónico se dejaba notar ya, con el hecho de apropiarse la programación de estas esfemérides. Los contrastes se alumbraban. (6) Cfr.E. CERDA, Una Psicología de Hoy, ed. Herder, Barcelona, 1978, pág. 116.


1.4. El Pendón de los Austrias El regalismo de la monarquía, originaria de los Reyes Católicos, nunca cuestionó el origen del Patronato Universal. Lo consideró siempre fruto de un privilegio Pontificio. La fe política de estos reyes fue coincidente con la fe de la Iglesia Católica, con matices. De aquí la hegemonía de la Iglesia en la vida social canaria. El Fiscal de la Real Audiencia, en su informe al Monarca, fechado en 1797, en réplica, a unos pedimentos del Obispo Martínez Plaza y del Cabildo Catedral, denuncia esta hegemonía secular durante el reinado de los austrias:

Ha estado viendo el Fiscal que informa algunas usurpaciones de la jurisdicción Real y m u y defraudados los derechos del Real Patronato desde tiempo antiguos, esto es desde poco después de la Conquista de estas Islas; iba a tomar la pluma para pedir lo que estimaba correspondiente a este Tribunal de Provincia y se hallaba con un cúmulo de dificultades y embarazos que le arrendraban veía al Estado Eclesiástico en quieta y pacljcica posesión de dar el tono en estas Islas. Y en renglones inferiores añade: Veía asimismo que hasta las fundaciones de conventes y comunidades religiosas, han corrido por su cuenta y yan sido parte de sus cuidados; veía confirmado cuanto dixo en el año pasado de 1681 un regidor de Tenerije que consta de la historia de Viera T. cuarto f 327 esto es que en breve se verían espiritualizadas todas las Islas Canarias. (lo subrayado es nuestro) ('1. El fiscal reconoce abiertamente el poder de la Iglesia, en las Islas, no solo durante el siglo XVI, sino también durante todo el siglo XVII. Fue al final de esta época, cuando la Monarquía Austriaca veía peligrar su permanencia en el Trono Español. La época en la que se inicia la presencia del símbolo político en el Pendón de Castilla, de cara al exterior. De una lectura reflexiva y analítica del acta capitular de 22 de Abril de 1625 se constata el modo de celebrar estas fiestas durante todo el siglo XVII, con la única excepciían, la del año 1693 y la de 1694. Los canónigos cayeron en la cuenta de que, en estas dos últimas fiestas, el Cabildo Secular se había encargado "de poner la cera patente al Santísimo Sacramento, sermón, olores, juncos y flores a la municipalidad". De aquí que al solicitar dicho Cabildo al Eclesiástico permiso para programar la fiesta de S. Pedro Mártir del año 1695, los capitulares advierten a los señores corregidores "que atento a que hasta ahora se entendía por este Cabildo que dicha solemnidad en la forma referida no se había de continuar y que había sido casualidad el haberse celebrado dicho los años (7) Archivo Histórico Provincial, Legajo de la Real Audiencia, siglo XVIIT.


EL PENDON DE LA CONQUISTA: LUGAR DE ENCUENTRO EN LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO

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reconocida ahora la continuación y perpetuidad intentada por la dicha Ciudad", no se consideraba conveniente seguir encargando al Cabildo Secular "poner la cera patente al Santísimo Sacramento, sermón, olores, juncos y flores". El Cabildo Catedral comprendió que estos menesteres eran de csmpetencia Eclesiástica. Su intervención en estas materias podría suponer injerenc i a ~competenciales.

1.0. Los años 1863-64 supusieron meses inquietos y revolucionarios para la Ciudad de Las Palmas. Los conservadores y los liberales competían por el poder. La "Unión Liberal" no pudo dar una respuesta adecuada a las cuestiones planteadas. El anticlericalismo apostaba por el sectarismo para la primera República. Los símbolos políticos y religiosos empezaron a sentirse incómodos en la Casa Común. Revoluciones que salpicaron rápidamente los pliegues del Estandarte Real. El Ayuntamiento pide al Prelado la supresión de esta fiestas. Pasado este bienio, se reanuda la celebración de esta esfemérides. Urge sumar fuerzas sociales en un intento desesperado por salvar la Monarquía Isabelina. Los dos símbolos abrían de pasarse por las calles de Vegueta unidos de la mano. El Alcalde, en dos oficios, pide al Cabildo Catedral amplíe el presbiterio bajo para que preste espacio suficiente para las autoridades y corporaciones, que asistan el día de San Pedro Mártir, a la función "cívico-religiosa" del aniversario de la Conquista de esta Isla. En este año, cuando se apellida por primera vez a esta fiestas de "cívico-religiosa".

1.1. Sexenio revolucionario: 1868-1874 Este sexenio fue un preludio de la primera república, con un paréntesis, año 1872. En este año se restaura la Monarquía en Amadeo de Saboya. Es un momento de crisis institucional. Urge enviar conflictos innecesarios. La Iglesia y el Estado abrían de presentarse unidos. El Ayuntamiento de la Capital solicita del Cabildo una celebración solemne en la fiesta de San Pedro Mártir. La filosofía agnóstica trabaja por suprimir el nomenclator tradicional de las mismas. De ahora en adelante, el 29 de Abril, en vez de titularse día de San Pedro Mártir, quedará sin nombre ni apellido. Se llamará, a secas, fiesta del 29 de Abril. Era de esperar. Al año siguiente, se proclaina la primera República. De nuevo se suprime la procesión cívico-religiosa. 2 de Enero de 1874, Castelar presenta su dimisión. El Capitán General de Madrid ocupa militarmente el Congreso. Es necesario la unidad de los dos símbolos. De nuevo se celebra la fiesta del 29 de Abril. Años 75-76 se establece la obligatoriedad del matrimonio civil, se secularizan los cementerios. Se cuestiona la confesionalidad del Estado. Otra vez los dos símbolos se enfrentan en el


Pendón de Castilla. El Real Estandarte quedaba así sin contenido. Año 1876: una nueva Constitución devuelve al Estado Español la confesionalidad católica. El Pendón recoge entre sus pliegues este nuevo cambio socio-político. El 29 de Abril de 1877 se celebra con todo esplendor. De lo que se hace eco el Boletín Oficial del Obispado(8). 1.2. Segunda República El 14 de Abril de 1931 se proclama la segunda República Española. Nace sin futuro, porque quiere ser sectaria. La Constitución del 31 no promete ser la Constitución de todos los españoles. Se proclama láica. Entre otras cosas, prohibe las manifestaciones públicas de culto. Por una parte reconoce la libertad de enseñanza y por otra inspecciona hasta el aburrimiento los colegios de la Iglesia. D e nuevo los dos símbolos se sienten incómodos en la Casa Común. Las autoridades civiles comunican al Obispo Serra Sucarrat su no participación en la ceremonia de San Pedro Mártir. El Prelado conferencia con su Cabildo Catedral. Decide celebrar la procesión del Pendón dentro de la Catedral. Publica con esta misma fecha una circular a sus diócesanos y les exhorta al respeto debido al poder constituído y a la obediencia a sus disposiciones, mientras no se opongan a la Ley de Dios. Año 1935, la CEDA se hace con el poder político. Hay un receso del sectarismo reinante. Las fibras del Real Estandarte acusan este cambio político. El Pendón sale otra vez por las calles de Vegueta. Año 1936, estalla la guerra civil. Secuestran el Pendón. Se teme por su quema. El Vicario Capitular consigue descubrir su paradero. Lo rescata. Antes de un mes de estallar la guerra civil, el Prelado Serra es asesinado en su nueva diócesis de SegorbeCastellón de la Plana.

1.0. Durante la dictadura de Primo de Rivera no hubo novedades en la fiesta de San Pedro Mártir, si exceptuamos la de 1923. El Pendón de Castilla se paseaba cómodo por las calles de Las Palmas. La pólvora y la sangre española en tierras africanas exigían del Real Estandarte un gesto de solidaridad con los compatriotras muertos o en guerra contra Marruecos. Lo mismo se quiso conseguir durante la guerra civil. En los tiempos difíciles el Estado y la Iglesia sienten el reclamo de su pueblo, exigiendo entendimiento (8) Cfr. Boletín Eclesiástico de Canarias, viernes 8 de Junio de 1877


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y diálogo entre las Instituciones públicas. Había que cuidar las presencias de el Pendón. 1.1.Presencias del Pendón El 21 de Julio de 1938, llega al aula capitular un comunicado del Gobernador Civil de la Provincia, solicitando del Cabildo Catedral la decisión de colocar permanentemente en el presbiterio el Pendón de la Conquista. Los capitulares acceden a lo pedido por la autoridad civil. Año 1939. El término de la guerra civil pedía ahora la presencia del Pendón fuera del territorio insular. En Madrid se iba a celebrar el desfile de la Victoria. Nuestro Estandarte no podía estar ausente en dicho acontecimiento. El Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria interviene ante el Cabildo Catedral, y el Obispo diócesano para que autoricen el traslado del Real Estandarte a la Capital de España. Fue encargado de su custodia hasta Madrid el canónigo Don Deogracias Rodríguez. No obstante, en el Archipiélago, se quiere celebrar la Victoria de las tropas vencedoras. Se precisa la presencia del Pendón de Castilla y del Pendón de Tenerife. Ambos van a recibir el homenaje de los ejércitos y del pueblo delante de nuestra Catedral. El símbolo de "Incorporado a la Corona de Castilla" habría de primar sobre el símbolo de "rezibir los infieles que tenía a la santa fe católica". Durante toda la época del régimen anterior las fiestas de San Pedro Mártir habrían de perder este apellido para incorporar este otro: la del Pendón de Castilla. La presencia del Mártir de Verona, patrono de la Isla, quedaría guardada en el recuerdo. El mismo panegírico de la Misa Pontificial abría de tener como tema la gesta de la incorporación de la Isla a la Corona de Castilla. Sería la autoridad civil la encargada de programar esta celebración, e, incluso, la de elegir el predicador de turno, Hubo dos excepciones: la del 29 de Abril de 1949 y la del 29 de Abril de 1963. En esta vez aparece el teocracismo. El Obispo Pildain se apropia indebidamente del símbolo político. Prohibe la entrega del Real Estandarte a las Autoridades Civiles. Estas sustituyen el Pendón por la bandera nacional en el año 49; y en el año 1963 las corporaciones políticas se limitan a presenciar el paso del Pendón, situados delante del Ayuntamiento.

1.0. Año 1976 y 1984. España se hace democrática y social. Se camina hacia una nueva Constitución. En las primeras elecciones municipales consigue el gobierno municipal el partido canario UPC. Preside el Consistorio Municipal el Sr. Bermejo El Pendón recuerda a la España una y libre. Por lo


que se hace incómodo a quienes piensan en unas Canarias independientes. El Pendón de Castilla, por decisión municipal, quedaría en estos años sin el homenaje de la Ciudad. Año 1984. Las municipales las gana un partido estatal, el PSOE. Ha llegado la hora de apagar los gritos separatistas. El Alcalde Rodríguez Doreste pide al Sr. Obispo y al Cabildo Catedral se celebren, como antaño, las fiestas del 29 de Abril. El Cabildo Catedral en sesión larga, acuerda separar en el homenaje la presencia de los dos símbolos. La Iglesia y el Estado habrían de marchar separados. El acuerdo Capitular decide rendir honores al símbolo de la fe dentro de la Catedral, y entregar a la autoridad civil el Estandarte Real para el homenaje de los ciudadanos al símbolo político. La nueva situación del Estado habría de proyectarse, una vez más, en la pantalla del Pendón de Castilla.

En palabras de Ortega y Gaset, "la Historia es sólo una labor científica en la medida en que sea posible la profecía". Nuestro Pendón es, pues, historia y es profecía. Es historia, lo acabamos de ver; y es historia porque es profecía. Nos habla de un futuro sin vitalismos ni racionalismos. Fe y cultura, Iglesia y Estado. Filosofías y teologías han de huir de ahora en adelante de los ismos, en carrera hacia nuevos diálogos, nuevos compromisos, nuevas actitudes; en destierros de salvajismos, cesaropapismos y teocracismos, de desconocimientos y enfrentamientos. Es hora de acabar con las purgas de un pasado valioso, pero también empobrecido por los sectarismos y teologismos en maniobras constantes en pro de guerras civiles que no nos han llevado a otros campos más que a desiertos, sembrados de diaclasas y cambios bruscos, en nuestro caminar por el tiempo. Historia porque es profecía, y profecía porque es historia. Quiera Dios que estas Jornadas sean un grito profético hacia una madurez socio-religiosa, que sólo sepa de verdad, de sinceridad, de justicia, de solidaridad, y de paz para toda la familia humana.

Juan Artiles Sánchez


ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 185 - 193. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

LA HUELLA HERALDICA DEL OBISPO CÁMARA Y MURGA EN LAS PALMAS

JUANGOMEZPAMO LCDO. EN HISTORIA

E s t a comunicación forma parte de un estudio más amplio sobre los elementos heráldicos que aparecen las manifestaciones artísticas en Canarias. En una ciudad como la de Las Palmas, sede de un obispado, es inevitable la presencia de los escudos episcopales. Se colocan para señalar la participación directa del prelado en una obra concreta. Así, en nuestra ciudad podemos verlos en distintos lugares: en la fachada de la Catedral y en la portada de la capilla del colegio de las madres dominicas de la Sagrada Familia están colocados sendos escudos del obispo Cueto, en el palacio episcopal un escudo del siglo XVII encabeza la portada que da a la plaza de Santa Ana, otro del XVIII figura en la fachada que da a la calle obispo Codina y otro del XIX en la fachada trasera y en el Hospital de San Martín anima su severo frontis el blasón decorado con motivos rococó del obispo Martínez de la Plaza.

EL OBISPO CÁMARAY MURGA Dentro de la heráldica eclesiástica del XVII, es del obispo Cámara y Murga del que más testimonios se han conservado. No es el momento de hacer su biografía, pero conviene recordar algunos datos sobre su vida.


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JUAN GÓMEZ PAMO

Nació Don Cristóbal de la Cámara y Murga en la villa de Arciniega, arzobispado de Burgos, en la actual provincia de Álava, partido judicial de Amurrio ('1. En la iglesia parroquia1 de su villa natal reposan las cenizas de este prelado en un panteón de piedra, sobre el cual hay una estatua orante con adornos pontificale~(~) y en la misma villa se conserva todavía el palacio Fueron sus padres Lope Ruíz de Murga, de interesante fachada platere~ca'~). de la Cámara y Doña Mencía de MurgaC4).Esta pertenecía a una de las principales familias de Álava, entroncada con los Ayala, Salcedo y Salazar. Como dicen los hermanos García Carraffa: "El solar de Murga, de Parientes Mayores, cabezas de Bando de los Gamboinos, radicó en la torre de Murga, valle de Ayala, hoy del partido judicial de Amurrio (Álava). Este solar de Murga, después del de Ayala, es el más calificado de aquel valle y provincia" Como figura en sus propias sinodales: "El Doctor don Cristóbal de la Cámara y Murga sucedió en este obispado, fue natural de la villa de Arciniega, Arzobispado de Burgos (. ..) a los once años salió de casa de sus padres, y estudió la Gramática en el Colegio de la Compañía de Jesús de la villa de Monterrey" ( 6 ) . Doctor de Teología en la Universidad de Alcalá, Colegial del Mayor de Oviedo en Salamanca en 1596, Magistral de Badajoz en 1603, Magistral de Murcia en 1606, Magistral de la Sagrada Escritura de la Santa Iglesia en Toledo en 1617. En 1627 Felipe IV le nombra Obispo de Canaria, llega a su Diócesis a 18 de mayo de 1628. "En dos años y tres meses visitó la Iglesia Mayor, ciudad, y todas las siete islas, sin quedarle un solo lugar, iglesia, ni ermita, y en todos ellos predi~ó"'~).

(1) Constituciones Synodales del Obispado de la Gran Canaria y su santa Iglesia, con su primera fundación y traslación, vida sumarias de sus Obispos y breve relación de todas las siete islas, compuestas y ordenadas por el Dr. don Cristóbal de la Cámara y Murga, en madrid, viuda de Juan González, 1631, pág 331. (2) P. MADOZ, Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, 1845-1850, t. 11, pág. 471. (3) Gran Enciclopedia Larousse, t. 1, pág. 627. (4) J. de VIERA Y CLAVIJO, Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1950-1951, t. 111, libro XVI, cap. 52, pág. 102 (5) A. y A GARCIA CARRAFFA, Enciclopedia Heráldica y Genealógica Hispano-Americana: Diccionario Heráldico Genealógico de apellidos españoles y americanos, t. 60, pág. 158. (6) Constituciones Synodales, o.c., pág. 331. (7) Ibídem, pág. 331.


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LAS ARMAS DEL OBISPO Las armas primitivas y propias del linaje de Murga son: "campo de oro, con cinco panelas de sinople, puestas en sotuer; bordura de gules, con trece estrellas de oro7'. Estas eran las armas que ostentaba la primitiva torre de Murga, así como el palacio contiguo y las que se ven en su capilla y enterramiento. Las panelas (hojas de álamo) proceden de los Salcedo, ya que el octavo señor de Ayala, Sancho García de Salcedo fue padre, fuera del matrimonio, de Juan Sánchez que levantó la torre de Murga en 1272. La bordura con estrellas la heredaron los de Salazar con los que estaban entroncado~(~). Una rama de la familia materna del obispo, los Murga de las Encartaciones, usaba un escudo partido: primero, campo de plata con las cinco panelas de sinople puestas en sotuer, y bordura de gules con las trece estrellas de oro, y segundo, también de plata con dos lobos de sable, andantes, uno sobre otro. Ese cuartel hace alusión a su descendencia de la casa de A ~ a l a ' ~ ) . El obispo Cámara y Murga utiliza siempre una variante de estas armas, la bordura de estrellas tomadas del blasón de los Salazar rodea a un tiempo los cuarteles, no sólo el de las panelas de los Salcedo, sino también el de los lobos de los Ayala. En ningún momento aparece en la armería de este prelado una alusión a la heráldica paterna. "Convocó a todos los párrocos y hombres doctos del Obispado para el Sínodo Provincial (...) fundó y doto el monasterio de Recoletas de San Bernardo (. ..) reedificó las casas de dignidad, que había quemado el holandés" (lo). Así señala Pedro Agustín del Castillo los tres hechos más importantes del episcopado de Murga. De todos ellos perdura una manifestación heráldica.

(8) GARCÍA CARRAFFA, o.c., Las armas de los Salazar son bastante conocidas en nuestras islas, están representadas, por ejemplo en el palacio lagunero de los condes del Valle de Salazar, en la casa de esta familia en la Calle Real de Santa Cruz de la Palma y en los escudos cuartelados de los Castillo-Ruíz de Vergara en sus residencias y enterramientos de Las Palmas. pág 177. (9) Ibídem, pág 178, El escudo de los Ayala también lo usaron en Canarias los descendientes de Diego García de Herrera y Ayala, Señor de las islas por su matrimonio con Inés Peraza, Entre ellos, los condes de La Gomera, los Peraza de Ayala de La Laguna, los Espinosa-Ayala de El Hierro, etc. (10) P. A. del CASTILLO, Descripción histórica y geográfica de las Islas Canarias acabada en 1737 por (. . .), edición crítica, estudio bibliográfico y notas de Miguel Santiago, Ediciones del Gabinete Literario de Las Palmas, 1948.1960, t. 1, facs. 3, págs.797-798; Constituciones Synodales, o.c., pág. 331.


ESCUDO EN LA SEGUNDA EDICION DE LAS SINODALES "Las Constituciones Synodales del Obispado de la Gran Canaria" se editaron por primera vez en Madrid por Juan González en 1631, y en segunda edición por la viuda de este Juan González en 1634. En el frontispicio de esta segunda edición aparece un grabado con la inscripción "1. de Courbes F.", se trata de la firma de Juan de Courbes. Para José Manuel Matilla, que ha realizado un hermoso estudio sobre su obra, este artista, nacido en París en 1592, es "de entre todos los grabadores franceses que llegaron a España en la primera mitad del siglo XVII, sin duda alguna el que logra una mayor calidad técnica en su producción". Asi como el único que consiguió cierto éxito dentro del sector tipográfico madrileño, a lo que no debió ser ajeno el hecho de que su hermano Jerónimo fuera ya un conocido librero de Madrid (").

Escudo en la portada de la segunda edicidn de h Sinodales

Nacido en París en 1592, trabaja en Madrid entre 1620 y 1623, año en que vuelve a su ciudad natal hasta 1626. De regreso a la villa y corte desarroilará su labor de forma ininterrumpida hasta 1641. Catorce años en los que realiza más de un centenar de estampas de muy variada tipología, si bien predominan los principios, retratos y escudos de armas, aunque no faltan emblemas y estampas sueltas de devoción. (11)

J.M.MATILLA, La estampa en el libro barroco: Juan de Courbes, Vitoria, Ephialte, 1991, de donde tomamos todos los datos sobre Courbes.


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Hay que destacar su relación con Lope de Vega para cuyas obras realizó láminas, entre ellas un retrato del escritor. Asímismo fue el primer grabador en abrir una lámina basada en una pintura de Velázquez: el retrato de Góngora. Matilla piensa que un grabado que representa a Felipe IV a caballo está basado en el primer retrato ecuestre que el pintor sevillano hizo del rey. En este caso se trata de un principio: estampa que sirve de portada a un libro y se caracteriza por la utilización de elementos arquitectónicos como soportes de la iconografía y datos del libro. Las formas arquitectónicas se encuadran en lenguaje del manierismo tardío, definido sobre todo por Palladio, Serlio y Vignola. Junto a las influencias italianizantes son detectables modelos más cercanos aunque también inspirados en el manierismo italiano, como son Juan de Herrera y Juan Gómez de Mora. La influencia del primero se aprecia en esta estampa, que usando las palabras de Matilla podría describirse como "arquitecturas sabias, sin demasiada decoración fundamentalmente a base de pirámides y bolas sobre el frontón, que, en algunas ocasiones, se nos presenta roto para dejar hueco a un escudo". En este caso se trata del escudo de Felipe IV, entonces reinante y quién nombró obispo a Cámara. Aparecen San Joaquín y Santa Ana, titulares de la Catedral, sede episcopado canariense, enseñando a leer a la Virgen. Tema iconográfico que tiene su origen en los Evangelios apócrifos. El escudo tiene la forma española tradicional con el lado inferior semicircular o algo rebajado (12). Timbrado por el capelo de alas anchas, que los obispos llevan forrado de verde y los cardenales de rojo, con cordones de seda entrelazados, con seis borlas a cada lado, los cardenales llevan quince y diez los arzobispos, que empiezan en una y acaban en tres. Por detrás aparece la cruz propia de los obispos(13).

ESCUDO EN LA PORTADA DEL PALACIO EPISCOPAL "Reedificó las casas episcopales quemadas de los hereges treinta años a ~ i a " ' ' ~SU ) . reconstrucción comenzó en 1629('5).Por eso se colocó su escudo sobre la portada principal plateresca, levantada en el siglo XVI, muy simple, (12) J. ÁLVAREZ VILLAR, Arte y heráldica. Universidad de Extremadura, 1985, pág. 9. (13) V. de, CADENAS, (et al), Tratado de Genealogía Heráldica y Nobiliaria, Madrid, Hidalguía, 1984, pág. 180 y SS. (14) Constituciones Synodales, o.c., pág. 331. (15) A. RUMEU DE ARMAS, Piraterías y ataques navales contra las Islas Canarias, Madrid, Instituto Jerónimo Zurita, 1947-1950,t. 3, 1 parte, pág. 290.


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JUAN G Ó X I E ZPAMO

en la que un alfiz que se quiebra en su tramo medio queda roto en la parte superior por la inclusión de un escudo epi~copaI('~'.

Se trata de un escudo en cantería azul. que sigue la forma tradicional española, de lado inferior semicircular o algo rebajado. y lleva los correspondientes ornamentos eclesiásticos. capelo. doce borlas y cruz episcopal. como decoración propia del siglo XVI"" y que continua en Canarias por lo menos durante la primera mitad del XVII aparece el blasón apergaminado, en el cual los bordes adoptan la forma de los de un pergamino que se enrolla. Este tipo de ornamentación se puede ver, entre otros ejemplos, en la casa Quintana de Guía, de la misma época. ( 16) F.J. GALANTE GÓMEZ. Elementos del GOtico en la,arquitectuv canaria. Las Palmas

dc Gran Canaria: Edirca 1983. pBy. 107: F.C. MARTIN RODRIGUEZ, Arquitectura doméstica canaria. 2 ed., Santa Cruz de Tenerife. Aula de Cultura del Cabildo, Interinsular. 1977. pás. 210 (17) J. ALVAREZ VILLAR. o.c.. pBg 18.


ESCUDOS EN EL CONVENTO DE SAN TLDEFONSO El obispo Cámara fundó en 1634 el convento de monjas bernardas descalzas o recoletas de San Ildefonso, que ocupaba con su iglesia y huerta toda una manzana"".

La entrada principal del convento estaba en la calle de la Vera Cruz, hoy Doctor Chil. La sencilla fachada de la pequeña iglesia miraba a la calle de San Marcos. Fue el único de los seis conventos de la ciudad que sobrevivió (18) SANTIAGO QUINTANA. IGNACIO y C A Z O R L A . SANTIAGO. La Virgen dcl Pino en la Historia de Gran Canaria. 1971. pág 362. cstos autorcs corrigen la fecha de 1643 dada por Viera para la fundación del convento y que ha sido copiada por los autores posteriores. la correcta es 1634 según podemos ver ene 1 extracto de las actas del cabildo catedralicio que hizo el propio Viera. Archivo del Museo Canario. copia de Agustín Millarei Torrcs en 1874. cfr.. Madoz. o.c.. t. XII. pág. 617.


a los primeros embates de la desamortización, aunque hubo intentos de convertirlo en escuela de instrucción primaria a mediados del siglo XIX(19). La Junta Revolucionaria formada en Las Palmas a raíz el destronamiento de Isabel 11 en 1868 ordenó desalojar las monjas de San Ildefonso y llevarlas al Hospital de San Martín. El convento y la iglesia fueron derribados enseguida(20). El doctor Martín Galán estudia lo que llama el "pleito por el convento", que durará veinte años, hasta que ya parcelado el solar, comenzó a edificarse en 1889(2'). A San Ildefonso pertenecían dos escudos en piedra arenisca, ambos de forma elíptica vertical. Los clérigos solían usar esta forma y la circular para sus representaciones heráldicas. También se puede apreciar el característico enrollamiento apergaminado (22). Uno lleva las cinco panelas, que con la bordura de trece estrellas forman las armas primitivas de los Murga. Ya hemos visto que las panelas deberían representarse en sotuer o en aspa, que es lo mismo, es decir: dos, una y tres. Pero aquí aparecen en cruz, puestas una, tres y una. El otro escudo trae los lobos de los Ayala, pero con la misma bordura anterior. Se trata sin duda de una solución para colocar los dos escudos de forma simétrica (como en la casa Amoreto-Manrique en Vegueta), a los lados de una portada. Actualmente se encuentra en una casa situada en la Hoya del Parrado, construida en el primer tercio del siglo XIX, tras el proceso de repartos de tierras que se desarrolló en el Monte Lentiscal entre 1806 y 1818(23). Después del derribo de la iglesia y de convento de las bernardas recoletas, algunos elementos decorativos, como estos escudos y el bajorelieve de arenisca representando la imposición de la casulla a San Ildefonso se colocaron en esta casa junto con algunas lápidas procedentes de otros derribos formando un conjunto bastante heterogéneo. (19) F. MARTIN GALÁN, Las Palmas: ciudad y puerto: cinco siglos de evolución, 1984, pág.151. (20) C JIMÉNEZ FUENTES, Incidencias de la desamortización eclesiástica en la arquitectura conventual de Canarias, tesis doctoral mecanografiada en la biblioteca de El Museo Canario, pág. 403; C. NAVARRO RUIZ, Páginas históricas de Gran Canaria desarrolladas desde @ conquista hasta nuestros días, Las Palmas, Diario, 1933, págs. 137-138. (21) F. MARTIN GALÁN, o.c., pág. 151 y SS.,J. BOSCH MILLARES, El Doctor Chil: su vida y su obra, Las Palmas, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1971, págs. 167 y SS. (22) J. ÁLVAREZ VILLAR, o.c., págs. 9 y 18. (23) Cfr. V. SUÁREZ GRIMÓN; La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria en la crisis del Antiguo Régimen, Las,Palmas, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1987, t. 1, págs. 374 y SS.;A. HANSEN MACHIN; Bandama: paisaje y evolución, Las Palmas, Cabildo Insular, 1993.


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Otros dos escudos del obispo se custodian hoy en el Museo Canario, que ocupa parte del solar del antiguo convento(24).Se trata de dos tallas gemelas en madera de cedro policromada, que repiten la forma elíptica vertical con bordes apergaminados que ya habiamos visto, también aquí las panelas están representadas incorrectamente, una, tres y una, y no en sotuer. se debe' probablemente a una adaptación a la forma elíptica del escudo. Muchas veces no sabemos si los cambios se deben a un deseo intencionado o a una dificultad por parte del artesano para interpretar las piezas. Es la diferencia entre la heráldica oficial de los armoriales escritos o dibujados y la heráldica real de sus representaciones en piedra, madera, e t ~ ( ~ ~ ) .

Juan Gómez Pamo

(24) C. JIMÉWEZ FUENTES; o.c., pág. 114 (25) J. BUGALLAL VELA; Curiosas variantes de las armas de los Castro en Galicia, en Hidalguía, ario XXXVIIT, mayo-agosto 1990, n. 220-221, pág. 439.





ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 197 - 212. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

NOTICIAS SOBRE LA CONSTRUCCI~N DEL CONVENTO DOMINICO DE SAN PEDRO MÁRTIR

J o c ~CONCEPCION RODRIGUEZ DOCTOR EN HISTORIA DEL ARTE

L a ponencia que ahora presentamos pretende aportar algo más de luz en relación con los avatares que ha experimentado el convento dominico de San Pedro Mártir. Trataremos especialmente la reconstrucción de su iglesia -hoy sede de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán- tras el ataque del pirata holandés Pieter Van der Doez. Es por ello que nos centraremos particularmente en los siglos XVII y XVIII, fechas que quedan enmarcadas entre 1599, año en que tiene lugar la mencionada invasión, y los últimos decenios del Setecientos, momento en que se culmina la nave del Evangelio, con su correspondiente cubierta y portada a la plaza. Ello nos permite, aunque atravesemos la frontera crsnológica establecida para las jornadas que ahora se celebran, obtener una visión global de este Cenobio. Las fuentes utilizadas para este trabajo son las propiamente insulares: Archivo Histórico Provincial en sus diferentes secciones y los correspondientes Diocesano y Catedral, así como una diversa bibliografía relacionada directa o indirectamente con el convento y la propia comunidad de predicadores.


Respondiendo al título que enmarca esta ponencia, nos centraremos de manera especial en las labores constructivas, si bien se hará mención de algunos bienes muebles -tallas, sobre todo, así como retablos-, generalmente en relación con las capillas que les daban cobijo. Esta última labor nos ha resultado un tanto ardua, habida cuenta del constante trasiego que han experimentado y aún experimentan estos bienes por su propia condición, sobre todo en la presente centuria. La aparición de la orden de predicadores en la isla de Gran Canaria está íntimamente ligada al conquistador Pedro de Vera, pues trajo consigo a los frailes Diego de las Cañas y Juan de Lebrija, habiendo solicitado ante los Monarcas Católicos ayuda para la elevación de casa e iglesia con destino a tal comunidad. Surgió así en esta ciudad la primera fundación dominicana en Canarias, erección que se fecha en 19 de marzo de 1522"). En cualquier caso, parece haber habido hermanos de esa regla al menos desde 1518(2). El cenobio se elevó en solares propios del conquistador, cedidos a la comunidad con este fin. Este lugar había resultado sede, en 29 de abril de 1483, festividad de San Pedro Mártir, de la entrega a los conquistadores de dos princesas indígenas. La relevancia del lugar hizo entonces que se elevara allí mismo una ermita dedicada a este santo, la que existía aún en el reseñado año de 1522(3). La primera edificación presentaba forma cuadrilonga, elevándose su iglesia, ya de tres naves en el siglo XVI, en el costado norte. Quedaba aneja a una zona claustral con patio de dos plantas(4). La cédula de fundación de la comunidad grancanaria parece haber correspondiendo al emperador Carlos V. Así consta en documento signado por el propio monarca en Valladolid el día 13 de enero de 1523, en el que insta a la ciudad a que se dé agua para el abasto de los religiosos. Nueve meses más tarde, el 26 de octubre, los monjes tomaron posesión del agua mencionada, actuando en nombre de la comunidad fray Tomás de Santiago (3. (1) J. VIERA Y CLAVIJO; Historia de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1982, t. 11, págs. 737-738. (2) Ibídem, pág. 738. (3) A. RUMEU D E ARMAS; Canarias y el Atlántico: Piraterías y ataques navales. Cabildo Insular de Gran Canaria, Gobierno de Canarias y Cabildo Insular de Tenerife, 1991 ( l a Edición de 1947), t. 11, laParte, pág. 285. (4) Ibídem. (5) Archivo Histórico Provincial de Las Palmas (en adelante A.H.P.L.P.): Sección de Audiencia, expte. 15.516. Copia del documento original realizada en 22 de septiembre de 1813 por el escribano público José Cristóbal Quintana.


Pasaban los años y las obras en el recinto avanzaban con cierta prontitud. El propio cabildo catedral, en sesión de 4 de abril de 1522, concedió materiales para ayuda de su fábrica@).Los cuantiosos gastos que suponía las empresas no arrendaron a los dominicos, quienes es de suponer acudirían a los pobladores de %aciudad para obtener caudales. Es así que dieciséis años después dcl comienzo de las obras, e1 ya mencionado rey Carlos emite una Real Cédula, fechada en Valladolid en 6 de septiembre de 1538 --respuesta quizá. a quejas de los capítulos religioso y civil-, en que se ordena a 10s monjes se etengan al asiento que habían hecho con el cabildo catedral, segan el cual 10s predicadores no podían tener bienes propios. Afirmaba el monarca que esto no respondía a la realidad que "diz que de pocos días a esta parte comencais a tener muchas tierras y viñas y canberales y censos y otras cosas lo qual es en mucho daño y perjuizio de nuestras rrentas rreales y la dicha ygkesia catedral y de los vecinos de esta isla porque diz que si a ello se diese lugar en poco tiempo seria la mayor parte della d e ese dicho convento" (7). En 1524 aún se trabajaba en la iglesia, faltando por edificar la capilla mayor(*).A1 tiempo en que se realizaban estos trabajos comenzaron a elevarse las primeras capillas. En 1535 se construía la de Santa María Magdalena"). La colateral del Evangelio 9arece haber sido fundada con anterioridad a 1562 ('O) por Hernán Moro, vecino de? lugar'") y de origen flamenco, cuyo verdadero apellido resultaría una deformación de more^('^). La correspondiente en el lado de la Epístola fue objeto de fundación de Juan Mansel y María de Santa Gadea; su construcción tuvo lugar antes de 1547,fecha de las mandas testamentarias de aquél, en una de cuyas cláusulas pide ser enterrado en ella(13). allí recibieron sepultura igualmente Pedro Cerón y Sofía de Sta Gadea, (6) Noticia gentilmente cedida por S. CAZORLA LEÓN. (7) Ibídem, Dato extraído del Archivo Secreto de la Catedral Canariense, legajo 41. (8) R. RODRIGUEZ Y RODR~GUEZMATOS; "Incidencias socio-históricas de los conventos masculinos extintos de la capital grancanaria (franciscanos, dominicos y agustinos)". Actas del V I 1 Coloquio de Historia Canario-Americana, 1986, Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria, t,.II, 1990, pág. 269. (9) M. LOBO CABRERA, Zndices de extractos de protocolos de Hernán González y Luis Fernández (1550-1552). Las Palmas de Gran Canaria, 1980, págs. 123-124. Ibídem: Aspectos artísticos de Gran Canaria en el siglo XVI. Documentos para su historia. Excma. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, 1981, pág. 57. (10) M. LOBO CABRERA; A.spectos artísticos.. . o. c., pág. 87. (11) A. HERRERA PIQUE; La ciudad de Las Palmas. Noticia Histórica de su urbanización. Excelentísimo Cabildo Insular de Gran Canaria, 1978, pág. 33. (12) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Sebastián de Saavedra, n. 980, f. 191, poder de Hernando Moreo, mercader flamenco a Andrés Bandama. (13) F. CABALLERO MUXICA; Pedro Cerón y el Mayorazgo de Arucas. Casa de la Cultura de Arucas, 1973, págs. 42 y 58.


yerno e hija de este matrimonio(14).E1 recinto estaba colocado bajo el patrocinio de San Juan E~angelista('~). Anterior a 1578 es otra capilla, de advocación y fecha de erección desconocidas, cuyo patronato desempeñaba en este año Francisco de Medina (16). Llegamos así al año 1599, fecha del ataque del pirata holandés acontecimiento tratado tanto por las crónicas contemporáneas como por autores posteriores como D. Pedro Agustín del Castillo y especialmente el profesor D. Antonio Rumeu de Armas ("'. E1 cenobio quedó prácticamente destrozado, de modo que apenas podía recogerse en él un sólo fraile(18).

Arruinado el edificio de la comunidad se procedió a su reedificación, alentada por las frailes Juan de Saavedra y Juan Martín, quienes procuraron recabar recursos de los feligreses. En 1610 recibieron la valiosa aportación del matrimonio formado por el capitán Rodrigo de León y Susana del Castillo Tamariz, quienes, en cumplimiento de promesa se obligaron a costear su capilla mayor reservándola entonces para sí(19). (14) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Juan Leal Camacho, n. 1.104, fols. 49 y SS. Copia realizada en 1629 de la escritura de mayorazgo otorgada por Pedro Cerón y Sofía de Santa Gadea en 15 de abril de 1567 ante Alonso Balboa. (15) F. CABALLERO MUXICA; o. c., pág. 60. (16) M. LOBO CABRERA; Panorama artístico de Gran Canaria en el Quinientos. Nuevos Documentos, Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1993, págs. 127. (17) J. VON LEUBELFING; " Diario de viaje de Johann von Leubelfing, abanderado del almirante holandés van der Does". Revista del Museo Canario, XXVI-XXIX, núms. 89103 (enero-diciembre, 1966-1969), págs. 145-186. Traducción y notas de D. L.SIEMENS HERNANDEZ. P. AGUSTIN DEL CASTILLO; Descripción histórica y geográfica de las Islas Canarias. Edición crítica, estudio bio-bibliográfico y notas de Don M. DE SANTIAGO, Madrid, 1948-1960, t. 111, págs. 984 y SS..El manuscrito original corresponde a 1737. J. D E VIERA Y CLAVIJO; Historia de Canarias, o. c., t. 11, págs. 163.168. J.H. ABENDANON; "El ataque de una flota bajo el mando de Pieter Van der Doez contra las Islas Canarias y la de Santo Tomé". En Revista del Museo Canario, t. XIII (enero-diceimbre), págs. 73-100. A. RUMEU DE ARMAS; Canarias y el Atlántico.. . o. c., t. II,2" parte, págs. 795 y SS. A. ANAYA HERNANDEZ, "Noticias sobre los presos de la invasión holandesa". En Revista Aguayro, Las Palmas de Gran Canaria, septiembre-octubre de 1983, no 149, págs. 29-30. (18) S. CAZORLA LEÓN; "Colaboraciones. Convento de Santo Domingo". Boletin Oficial de la Diócesis de Canarias, año CIX, no 9 (septiembre de 1970), pág. 292. (19) A. RUMEU DE ARMAS; Canarias y el Atlántico ... o. c., t. 111, laParte, pág. 286. A, MILLARES TORRES; Anales de las Islas Canarias, t. 111, f. 49. Manuscrito conservado en el Museo Canario de la capital grancanaria.


El mismo prior, el mencionado fray Juan, acudió a la corte en búsqueda de recursos para la restitución de su fábrica religiosa(20). Los caudales se irían acumulando, de modo que unos años después del desastre los monjes contrataban con el carpintero Amaro Hernández para la realización de trabajos en la zona del capítulo (21). Este artífice aparece frecuentemente en los expedientes notariales correspondientes al tránsito entre los siglos XVI y XVII. Sabemos por documentos de 1606 que poseía al menos dos casas en la calle de Triana, una de ellas arrendada al marchante DOSaños después, Melchor Hernández("), la otra a Pedro Díaz Poderoso(23). en 1608, él mismo arrienda una casa propiedad de Francisca Bautista(24). Consta asímismo en 1587 una persona del idéntico nombre, esposo de Justa Sánchez, en relación con una deuda(25). En 1603 se anotaba en las cuentas del cenobio el pago a Luis Pavón de 700 reales en razón de la confección del coro de la nueva iglesia conventual(26). En 1616 ya estaban cenobio e iglesia bastante avanzados, en opinión del regidor don Miguel de Muxica. Afirmaba este señor en 9 de marzo de tal año que el rey Felipe 111 había concedido una dádiva -no indica cantidad-, para ayuda de la reconstrucción. Los vecinos -diceaportaron igualmente caudales y madera, de modo que a la sazón la comunidad disponía de acomodadas celdas y jardines, aunque la iglesia estaba aún por acabar, excepción hecha del presbiterio y capillas colaterales, costeadas por sendos vecinos de la isla, de los que no reseña nombres. Señala igualmente que "mucho mejores que antes estaban iglesia y casa" ("1. Seis años más tarde, en 1622, según acta de Cabildo de 17 de agosto, las naves estaban aún en obras(28). En el primer decenio del siglo tiene lugar un acontecimiento que quizá resulte reflejo de esta necesidad de caudales que acuciaba a la comunidad y que impedía, por tanto la culminación de los trabajos. Nos referimos a ciertos A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Sebastián de Saavedra n, 984, f. 189. Escritura de poder otorgada por los padres superior interino y procurador de la comunidad grancanaria en 15 de mayo de 1605. M. LOBO CABRERA; Aspectos artísticos.. ., o. c., págs. 2 y 135-136. A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Lope Galán de Figueroa, no 977, documento de 9 de enero de 1606. Escritura de traspaso de arrendamiento de dicha casa otorgada por Melchor Hernández al sastre Juan Calderón; el otorgante manifiesta que tal vivienda es propiedad del artifice. A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Lázaro de Quesada, n. 1.006, f. 274 v. Ibídem, f. 339. M. LOB0,CABRERA; , Panorama artístico, o. c., pág. 175. R. RODRIGUEZ Y RODRIGUEZ MATOS; Incidencias.. ., o. c., pág. 277. J. ESCRIBANO GARRIDO; Los jesuitas y Canarias. 1566-1767. Granada, 1987, págs. 189-192. Agradecemos de nuevo a Don SANTIAGO CAZORLA LEON la cesión de este dato.


autos que mantuvieron los dominicos con la otra comunidad mendicante establecida en la ciudad, aunque al costado izquierdo del barranco, los franciscanos. La base de este litigio estuvo en un tributo de 400 doblas de principal que el genovés Esteban Calderín había instituido para reparos en la capilla mayor del cenobio de la zona alta de Triana, bajo condición, sin embargo, de que si la comunidad seráfica mantenía conflicto con la "nación genovesa", perdería entonces todos los derechos, y el producto pasaría entonces a la capilla del Rosario del convento que aquí tratamos. En 1606, los franciscanos requirieron a la colonia genovesa la reconstrucción de la capilla mayor de su iglesia, afectada también por el pirata, situación que aprovecharon los dominicos para requerir el producto del mencionado tributo, habida cuenta del enfrentamiento que se planteaba entre aquellos religiosos y los ligures. El producto del tributo, sin embargo, parece haber quedado en propiedad de los franciscanos (29). En 1605 fray Sebastián Méndez y el procurador del cenobio fray Tomás de Lezana, en nombre del prior fray Juan de Saavedra, ausente en la corte en petición de socorros para su comunidad, como ya se indicó, admiten que Pedro Hernández del Castillo, quien fue condestable de la artillería en las islas Azores, sacó de la zona marítima próxima a la isla Tercera 46 piezas de artillería. De su producto, el rey le prometió la tercera parte. Apreciado por los gobernadores de las islas de San Miguel y Tercera el total rescatado, se evaluó en 18.000 ducados. El mencionado Pedro Hernández, por testamento bajo cuya disposición falleció declaraba que de los 6.000 que a él correspondían según lo antedicho cedía la mitad a la comunidad de predicadores para "redificación del dho. convento". Puesto que esta voluntad no se ha cumplido los frailes, representados por los miembros citados, hacen escritura de poder a fray Domingo Trocado en 15 de junio de 1605 para que en su nombre haga averiguaciones en dichas islas del Atlántico y recupere lo que corresponde al convento según las mandas testamentarias de Pedro Hernández (30). Desconocemos, sin embargo, si los 3.000 ducados correspondientes revirtieron en el cenobio. Otro legado destacado es el que hace fray Juan Suárez por testamento otorgado en el mes de febrero de 1613, cuando aún no había tomado los hábitos dominicanos. En estas mandas últimas afirma el testador "ser afisionado al orden y convto. de frailes del Sr. Santo Po. Mártir de esta ciudad", en (29) L. de la ROSA OLIVERA; Francisco de Riberol y la colonia genovesa en Canarius, en Estudios Históricos sobre las Canarias Orientales. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, 1978, págs. 190-191. (30) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Sebastián de Saavedra, n. 984, f. 189. Escritura de poder otorgada el 15 de junio de 1605.


el cual tiene deseos de entrar como religioso. Ordena se den cien doblas tras la profesión si ocurriere; en caso contrario tal manda quedará sin cumplir (31). Su propio hermano Francisco hace igualmente testamento el día 4 de noviembre de 1614, fecha en la que Juan vestía ya hábito. Indicaba en él que el religioso, de los bienes que habían quedado de la legítima de sus padres, le dejo como heredero de 400 doblas para que las invirtiese de la manera siguiente: 200 que se habían de imponer a tributo para que su rédito lo gozase el fraile mientras viviese y tras su muerte fueran distribuidos en las misas que declara en su testamento; cien que concedía de limosna al convento de predicadores "para ayuda de los arcos del cuerpo de la yggla. del"; las cien restantes debían ser invertidas en los gasto de su profesión y vestuario. Admite Francisco haber hecho ya donación de las 100 doblas a la comunidad de predicadores (32). El propio monarca concedió al convento 3.000 ducados, los que se consiguieron quizá gracias a las instancias del propio prior del cenobio, fray Juan de Saavedra, en la corte. Una cantidad igual llegó de otros lugares, dedicadas en este caso a la reedificación de las celdas y jardines, lo cual, a tenor de la opinión del racionero Gonzalo Rodríguez Loranza constituía un desacierto, pues los caudales se invertían en la reconstrucción de la zona conventual y no en la iglesia, que debía tener preferencia. Tales manifestaciones las hizo en 1616(33). Con todo, en 1607 el cantero Luis de Morales, vecino de la ciudad, contrataba con la comunidad la realización del frontispicio de la iglesia. Esta obligación incluía la obtención y labra de la cantería que fuese necesaria, extraída de la zona de Lugarejo, "de la mejor que alli huve". Este trabajo habría de comenzarlo Morales el primer día de febrero de 1608. El arco debía ser de la misma "trasa y modelo que esta hecho el arco de la capilla de Nra. Sra. de la Antigua que es que esta mas llegado al altar labrandole del genero corinto conforme tal dho. arco de la dha. capilla Resaltado ecepto que no se le an de echar los dentallones". Suponemos se refiere aquí a la correspondiente capilla de la catedral grancanaria. Recibiría el artífice por ello 300 ducados de a 11 reales, aparte cuatro fanegas de trigo y un barril de vino, distribuido todo ello en tercias: desde el comienzo de la obra 100 ducados, el vino y el trigo; una vez estuviese la cantería a pie de fábrica otros tantos y los restantes cuando el arco estuviese acabado. Se hace constar que la (31) Ibídem Protocolos Notariales, escribanía de Juan Delgado, n. 1.060, fols. 50 y SS.Testamento abierto realizado ante Francisco Suárez en 9 de febrero de 1613. (32) Ibídem, Testamento de 4 de noviembre de 1614. Es albacea de esta última voluntad su propio hermano fray Juan. (33) S. CAZORLA LEON; Colaboraciones. Convento de Santo Domingo. En Boletin Oficial de la Diócesis de Canarias, n. 9. (1970), pág. 293.


"cimbra y debanadera y la madera pa. los andamios y cal e todo lo demas nesso. como son clavos y sogas" corren a cargo de la comunidad, respondiendo Morales de los oficiales y peones que necesitase. Firman el concierto fray Bernardo de Herrera y el propio Luis de Morales de su puño y letra(34). Este mismo autor, natural de Gran Canaria, es tratado con detenimiento por don Pedro Tarquis en su trabajo sobre arquitectos, alarifes y canteras Uno de sus primeros traque laboraron en Canarias durante el siglo XVII(35). bajos se materializó en la reconstrucción del claustro de la comunidad franciscana de la ciudad, para el que hizo tres arcos y dos pilares. El contrato se firmó en febrero del año 1600. La localidad de Teror le debió la desaparecida portada de la iglesia de Ntra. Sra. del Pino, trabajo en el que colaboró su propio hijo. Se materializaría esta labor en 1605, pues al año siguiente consta en un descargo de aquella iglesia, según el cual se le pagaron por la ejecución 1.000 reales ( 3 6 ) . Asímismo en esta isla trabajó, tras el ataque holandés, en la reconstrucción del claustro perteneciente al convento franciscano de la capital grancanaria, particularmente en tres arcos y dos pilares. El contrato se firmó en 29 de febrero de 1600(37). Aún se conocen dos trabajos en el siglo XVI. En 1586 se obliga a trabajar, junto al albañil Manuel Viera, en ciertas obras realizadas en unas salinas propiedad de Bartolomé Pavón y Gregorio López, ubicadas en el camino que de la capital insular conducía a Telde(3q.Cinco años más tarde se concertaba con el regidor Martín Osorio para la construcción de una casa en la plaza de Santa Ana, obra que había de ser de mampuesto y cantería azul(39). En Tenerife se reconocen igualmente labores suyas como maestro de cantería y alarife (40). En esta isla tuvo que acontecer su muerte con anterioridad 1617(4'). (34) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Juan de Quintana, n. 1.012, foliación pérdida. Documento de 27 de noviembre de 1.607. Son testigos del contrato J. D E ARENCIBIA, GARCIA D E ESPINOSA y A. DE SAN JUAN, vecinos de la ciudad. (35) P. TARQUIS RODRIGUEZ; Diccionario de arquitectos, alarifes y canetros que han trabajado en las Islas Canarias (siglo XVII). Anuario de Estudios Atlánticos, Madrid-Las Palmas, n. 11. 1965, págs. 309-316. (36) Ibídem, págs. 311 y 316. 1. QUINTANA y S. CA'ZORLA; Lu Virgen del Pino en la historia de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1971, pág. 163. M. LOBO CABRERA: Lasprimeras construcciones en Gran Canaria: la iglesia de Teror. Diario La Provincia, 8 de septiembre de 1991, pág. 50. (37) M. LOBO CABRERA. Aspectos artísticos ..., o. c., págs. 16-17 y 1340135. (38) Ibídem, Panorama artístico ..., p. c., pág. 170. (39) Ibídem, págs. 217-218. (40) P. TARQUIS RODRÍGUEZ; "Diccionario.. ., o. c., págs. 309-316. (41) Ibídem, pág. 310.


NOTICIAS SOBRE LA RECONSTRUCCI~NDEL CONVENTO DOMINICO DE SAN PEDRO MÁRTIR

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Las capillas de la iglesia conventual comenzarían a reconstruirse desde los albores del Seiscientos. Queda constancia, por ejemplo, del pago de 1.200 reales que hizo el sucesor en el mayorazgo de Cerón y Santa Gadea para la construcción de un arco que se estaba haciendo en su capilla, la colateral de la Epistola c4'). La mayor aportación en relación con las obras de la iglesia que aquí tratamos, si bien desconocemos sus artífices, se debe al matrimonio formado En por el regidor D. Marcos de León y Doña Susana del Castillo Tamariz(43). 27 de agosto de 1610 se obligaban estos señores ante el padre provincial fray Juan Marín a la reconstrucción de su capilla mayor (44'. El caudal aportado para ello ascendió a más de 2.000 ducados (45). En dicho contrato se comprometían a elevar de nuevo el presbiterio y colocar en él una talla grande de Cristo Crucificado, un sagrario y una lámpara de planta(46). Existe al respecto documentación que atestigua que en 1614 estaba acabada dicha capilla mayor, pues la primera ocasión, tras el ataque de Van der Does, en que la misa mayor que celebraba la festividad de San Pedro Mártir se oficiaba en ella (47). En este recinto se enterraron sus benefactores y descendientes. Era don Rodrigo natural de Telde, hijo de Marcos de León, mercader de esta ciudad. Se dedicó al comercio con América llevando vinos primeramente pertenecientes a su padre y luego por su propia cuenta. Hizo varios viajes al Nuevo Continente, en 1584,1586,1587,1588 y 1590, fecha ésta en que aparece como propietario del navío "Santa Margarita y San Telmo". En 1594 estaba de nuevo en Indias y tres años más tarde parece haber tenido vecindad en Sevilla(48). Esta actividad mercantil no se limitó al continente americano. Rodrigo de León y Cristóbal Cachupín entregaron diversas cajas de azúcar a IHernando Moreo para que las vendiese en Francia o Inglaterra(49).El comerF. CABALLERO MUXICA; Pedro Cerón ..., o. c., pág. 154. Sobre los litigios que el mayorazgo mantuvo con los dominicos, veánse las páginas de 154 a 157 en esta misma obra. A. RUMEU D E ARMAS; Canarias y el Atlántico.. ., o. c., t. 111, 1" Parte, pág. 286. A.A.V.V.; Nobiliarg de Canarias, Régulo Editores, t. 1,1952, pág. 364. S. CAZORLA LEOW; Colaboraciones para el archivo artístico. Boletín Oficial de la Diócesis, n 4, (4) 1974, pág. 230. Ibídem. "Colaboraciones.... 1970, art. cit., pág. 292. Ibídem., "Colaboraciones..., 1974, art. cit., pág. 230. Actas de Cabildo de 15 de abril de 1614. Este dato nos ha sido amablemente suministrado por D. Santiago Cazorla León. A. CIORANESCU; Diccionario de canarios-americanos. Santa Cruz de Tenerife, t. 11, 1992, pág. 200. M. LOBO CABRERA; Gran Canaria e Indias durante los primeros Austrias. Docurnentos para su historia. Comisión de Canarias para la Conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América, 1990, págs. 307,342 y 410. E. TORRES SANSANA; El comercio en las Islas Canarias orientales en tiempos de Felipe 13. Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria, 1991, pág. 345.


cio local ocupó igualmente parte de la actividad del esposo de Doña Susana. Así, en 1606, el mercader Lorenzo Pérez se compromete a pagarle cierta cantidad en razón de esparto de calidad que el regidor le había vendido (50). Seis años antes, Cristóbal de Orihuela hacía idéntico documento en relación con 266 reales correspondientes a diversas telas que de el había recibido(51). Fue Rodrigo de León asímismo mayordomo del cabildo religioso. Como tal actúa en escritura de 1606(j2). Esta actividad mercantil, sin embargo, no fue exclusiva de los primeros patronos del presbítero dominicano, sino que continúa la tradición del padre de Don Rodrigo, el reseñado Marcos, y se trasmite a un hijo de los fundadores, de igual nombre que su abuelo. Aquel consta enviando a Indias diversas El y SU madre, Magdalena de León, dan cantidades de vino en 1569 y 1578(53). poder en 1580 a un vecino de Sevilla para que cobre de la Casa de Contratación lo que correspondiere de los cueros, azúcar, plata y oro que a ellos viniere consignado (j4).Cuatro años después este mismo señor y Cristóbal Pérez fletan una embarcación de mercaderías y frutos de la isla hasta 20 toneladas El padre del benefactor de la comunidad dominicacon destino a América(55). na disponía asímismo de una tienda o tahona en la isla(sh).Su actividad productora se manifestó igualmente en la posesión de un ingenio en Telde(j7). Su nieto Marcos alcanzó el presbiteriado en fecha que nos es desconocida. Con anterioridad a su ordenación siguió sin embargo los derroteros económicos de sus ascendientes y fue asímismo regidor de la isla. En 1607 recibía de Antón Hernández, vecino de la Vega, 150 reales por diversas cantidades de tela'"). Igual escritura por 278 reales hacen un año antes en relaA.H.P.L.P. Protocolos Notariales, escribanía de Francisco Suárez, n. 917, fols. 140-141. Escritura de carta de pago de 13 de marzo de 1606. Ibídem., Escribanía de Luis de Betancourt, n, 970, f. 20. Escritura de 8 de agosto de 1600. A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Francisco Suárez, n. 917, escritura de 3 de octubre de 1606. Consiste en una carta de pago que se le hace por parte de Juan Bautista y el matrimonio que constituían Bernardo de Cigala y Catalina Zambrana, según cuantía de 138 doblas, en razón del diezmo de quesos, miel y lana correspondientes a los términos de Gáldar y Guía. M. LOBO CABRERA; Gran Canaria e Indias ..., o. c., págs. 173 y 264. Ibídem, pág. 279. Ibídem, pág. 304. En 1628, su nieto, el presbítero, Don Marcos de León Tamariz recibe de Francisco Ramírez por carta de pago 97 reales resto de mayor cantidad que éste debía a su abuelo de "mercadurías que med dio de su tienda". Vid. A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Juan Leal Camacho, n. 1.104, foliación pérdida, escritura de 22 de octubre del mencionado año. A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Jiian Leal Camacho, n. 1.104, foliación pérdida, documento de 20 de octubre de 1628. Escritura de venta de Susana del Castillo y su hijo Don Marcos a Francisco Hernández Hidalgo. A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Francisco de Cubas, n. 2.597, documento de 11 de marzo de 1607.


ción con él dos vecinos de la ciudad (59). En 1629 consta que su madre Doña Susana del Castillo vendía ciertas tierras, lo que le permitiría poder costear los estudios de su hijo Marcos en Sevilla, ciudad en la que a la sazón ya residía y realizaba su formación(60). De esta actitud productiva y comercial del linaje saldrán los caudales que permitieron la reconstrucción y ornato del presbiterio dominicano. Se ha mencionado que el contrato que suponía la concesión al matrimonio de este De lo en principio planteado, el recinto se firmó en 27 de agosto de 1610(61). matrimonio parece no haber realizado más que la propia labor arquitectónica. El resto fue obra de su hijo el mencionado Don Marcos de León, consultor del Santo Oficio. El Santo Cristo que hoy preside el retablo mayor fue contratado entre éste y el artífice Cristóbal Osorio Melgarejo en 23 de marzo de 1645, fecha en la ya que sus progenitores eran fallecidos, Osorio realizó la talla y policromía de la efigie 'h2). El sagrario corrió de la mano de Antonio de Ortega; éste extiende carta de pago en 14 de marzo de 1666 (6'),habiendo contratado la obra en 25 de agosto del año anterior'"). La pieza, aún conservada, debía alcanzar hasta los pies del Cristo obra de Osorio Melgarejo y habría de emular en su estructura al de las monjas recoletas bernardas de la ciudad(65). Su dorado correspondió a Francisco de Osorio, hermano de Cri~tóbal'~~), por contrato de 18 de febrero de 1666@'),extendiéndose carta de pago en 2 de junio del mismo año(h8). Ibídem., Protocolos Notariales, escribanía de Francisco Díaz Espino, n. 2.488, sin foliar, documento de 1de abril de 1606. A.1-I.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Francisco de la Puerta, n. 1073, f. 76v. Don M. debió de ordenarse por tanto con posterioridad a este año de 1629. A. CAZORLA LEON; "Colaboraciones...", 1974, art. cit., pág. 231. No hemos podido cotejar el documento original, custodiado en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas, por estar fuera de consulta debido a su deterioro. Ibídem., y A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Francisco de Moya, n. 1.200, fols. 367 y vto. Este artífice ha sido tratado por la doctora Clementina Calero Ruiz en su obra La escultura barroca en Canarias 1600-1750,Aula de Cultura de Tenerife, 1987, págs. 179-182. S. CAZORLA LEON; :'Colaboraciones.. .", 1974, art. cit. A. TRUJILLO RODRIGUEZ; El Retablo Barroco en Canarias. Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1977, t. 11, págs. 36-37. A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Melchor Gumiel de Narvaéz, n. 1.373, fol. 165. A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Melchor Gumiel de Narvaéz, n. 1.373, fols. 165-166. Escritura de concierto para la realización de la obra. Al margen consla la carta de pago correspondiente. Véase la nota anterior. Ibídem., C. CALERO RUÍZ; La escultura barroca en Canarias 1600-1750. Aula de Cultura de Tenerife, 1987, pág. 383. A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Francisco de Vergara Renda, n. 1.310, f. 69. Ibídem., Protocolos Notariales, escribanía de Melchor Gumiel de Narvaéz, n. 1.374


La lámpara antes reseñada fue encargo igualmente del mismo señor al platero Alonso de Ayala también en 1666(69). Este artífice es conocido por su labor desde 1654 hasta la fecha de confección de esta luminaría. Autor de cierto arcaísmo, trabajó frecuentemente para la catedral de Santa Ana'"). Estas obras, Sagrario, Cristo y lámpara los mandó realizar Don Marcos de León. Así lo hace constar en sus mandas testamentarias, en las que pide asimismo ser enterrado en la capilla mayor del convento, a los pies de la sepultura de sus progenitores. Manda también se haga un dosel de damasco carmesí por valor de 200 reales para esta ~apilla'~'); con ello no hacía más que seguir la voluntad de sus padres, como se dijo. La devoción que sentía D. Marcos por el santo dominico le lleva además a instituir su fiesta en 1666, indicando que "por quanto la debocion del patriarca Santo Domingo es general en todos los fieles yo como uno de sus aficionados debotos e tenido boluntad de que su festividad sea mas aplaudida y la deboción mas frecuente y por (roto) biene en procesion a este convento los Ssres. Dean y Cabildo desta Sta. Ygla por (roto) del Sr. Canonigo Garci Tello Osorio ya difunto, y aunque la festividad se hace con tanta beneracion, el glorioso Santo no anda en procesion alrededor del Claustro ni le pone en las andas sino esta en su altar maior con que no se hace segun conbiene por no haber tiempo para ello". Instituye así esta festividad con procesión el día 28 de agosto del reseñado año(72). El retablo que hoy preside la capilla mayor es bastante posterior al conjunto, habiendo sido atribuído a Antonio de Almeida(73). (69) S. CAZORLA LEÓN; "Colaboraciones.. . ", 1974, art. cit., pág. 231. (70) J. HERNANDEZ PERERA; Orfebrería de Canarias. Madjid, 1955, págs. 377-378. (71) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Diego Alvarez de Silva, n. 1.284, fol. 318. Testamento de 21 de noviembre de 1667. Es testigo de esta criatura, entre otros, el pintor F. D E TORRES DENIZ. En el documento se muestra la liberalidad del arcediano en relación con la iglesia de San Juan de Telde; para el dorado del tabernáculo de Ntra. Sra. del Rosario cede 20 ducados, que habían de invertirse, caso de no procederse a esta labor, en dos candelabros con destino a la misma capilla. Este rasgo de religiosidad se expresa asímismo en su primer condicilo, según el cual deja 50 reales y una arroba de aceite para un nuevo manto con destino a la imagen de La Inmaculada Concepción de Jinámar, bienes que ya había prometido antes del incendio del manto anterior al que se menciona; otros 50 reales concedio a la talla de Ntra. Sra. del Buen Suceso en San Lorenzo para invertir en su capilla o vestuario; doble cantidad, 100 reales, dejó para la la capilla de San Bartolomé, sita en la iglesia de San Juan Bautista de Telde. Vid. A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de D. ALVAREZ D E SILVA, n. 1.285, fols. 184v1186. Escritura de primer codicilo, fechada en 26 de agosto de 1668. (72) A.H.P.L.P.; Sección de Conventos, legajo 6, expediente n. 24. Escritura ante Melchor Gumiel de Narváez. (73) A. TRUJILLO RODRÍGUEZ; El retablo ..., o. c., t. 1,págs. 154-155 y t. 11, pág. 10.


Las obras en el resto de la iglesia conventual continuaron a finales del siglo y el siguiente. Cristóbal Ramírez, maestro de cantería y albañilería, realizó la sacristía por orden del padre regente fray José Guillén. Así consta en el testamento de este artífice, otorgado en enero de 1704, documento por el que sabemos igualmente que laboró en el palacio episcopal y en el puente de la ciudad, correspondiendo en este caso las labores de carpintería a Antonio de Acosta Narváez y Francisco de Q ~ e s a d a ' ~ ~ ) . En 1733 se contrataba entre Francisco de Paula, mayordomo de la cofradía del Dulce Nombre, y al albañil y maestro cantero Gaspar Rosales la realización de un arco para su recinto, de igual estructura que el ubicado en En el espacio presidido por Jesús Infante la capilla colateral de la Epístola(75). se habían desarrollado obras ya en 1656, fecha en la que se encontraba con el oficial cantero Diego Hernández un retablo de cantería azul. hoy no conservado (76). En 1736 los maestros de cantería y albañilería Gaspar González y Mechor de Armas, vecinos de Arucas, se comprometen a hacer el campanario de la iglesia, previo derribo del anterior, "en el propio sitio sobre el bestion que se halla". La obra habría de confeccionarse en cantería azul, siguiendo un diseño que los monjes habían propuesto. Incluía el contrato la recubrición de sillería por la zona anterior y laterales desde los cimientos hasta la cornisa, como se observa en la actualidad. Por todo ello cobrarían tales artífices 2.950 reales, pagados en dos tantas, seiscientos que recogen en Lbs dos artífiel momento del concierto y el resto una vez acabare la obra(77). ces gozaban de experiencia profesional, pues Gaspar había trabajado con y anterioridad, al menos desde 1723, en la iglesia de la compañía de Jesús(78), Melchor Hernández se contrataba con el capitán Muxica y el coronel de ingenieros Francisco Lapierre en relación con la obtención de materiales con destino a unas obras que se iban a emprender en el Castillo de la Luz(79). (74) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Domingo de Cala, n. 1.497, fols. 30-32v. Testamento de C. RAMIREZ, fechadco en el mes de enero de 1704 (es ilegible de día). (75) Ibídem., Protocolos Notariales, escribanía de Francisco de Mendoza, n. 1.567, fols. 41v-42. (76) A. TRUJILLO RODRIGUEZ; El retablo ..., o. c., t. 11, págs 28 y 81. Este nicho debía ser igual, según la escritura de concierto que aquel que se ubicaba en la ermita de Ntra. Sra. de los Remedios de la ciudad, según se, entraba a mano derecha. Vide A?H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Diego Alvarez de Silva n, 1.274, fols. 129-130. Escritura de concierto fechada en 23 de febrero de 1656. (77) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Fernando Álvarez Trujillo, n. 1.618, fols. 263 y ss. (esta foliación es reciente y aparece en color rojo). Contrato entre el convento y los mencionados artífices en 29 de diciembre de 1736. (78) J. ESCRIBANO GARRIDO; Los jesuitas ..., o. c., págs. 373. (79) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Cayetano Trujillo, n. 1.610. Documento de 1de septiembre de 1741.


La puerta de acceso a la zona claustral, ubicada bajo el campanario, parece haber sido alzada en 1714(79b's). La nave del Evangelio fue culminada en 1786, pues se alzó en esa fecha La techumbre se hizo en tal año con estructura aboveel acceso principal(80). dada y su construcción acabó en el mes de septiembre (81). Desconocemos los autores de estas obras. La capilla de San José, existentes desde el primer tercio del siglo XVII, estuvo presidida por una talla de origen americano, traída en la segunda mitad del siglo XVIII por D. José Naranjo @'). De cualquier manera, ya en 1624 había una representación de bulto correspondiente a este patriarca. Así consta en el testamento del presbítero José de Baniverbe, protocolizado en ese año. En una de sus cláusulas admite dejar un cobertor de damasco a la capilla de Ntra. Sra. del Rosario para que sea utilizado como fondo de la talla mariana, bajo condición de que los dominicos pusieran en esta capilla de la nave de la Epistola una talla de San José que los monjes tenían en su poder (83). Tras esta fecha suponemos que se alzaría la capilla al santo, presidida desde finales del siglo XVII por un retablo de una sola hornacina y remate, obra que se atribuye a Alonso de Ortega, artífice muy ligado a la comunidad (84). Se conserva precisamente un documento que relaciona a Ortega con esta capilla, pues en la década de 1720 mantiene autos su yerno D. José Merino y Machado, como marido de Francisca de Ortega, hija del pintor, con Don Francisco Naranjo de Quintana en relación con unos asientos ubicados en dicha capilla. Al parecer, la construcción del arco de este recinto limitó los asientos pertenecientes a la familia Naranjo, afectando a los que disponía la familia del artista. En el documento se afirma que la data que consigna la cesión de asientos a la familia Naranjo era de "inmemorial provon., pues tiene cien as". El recinto existía por tanto al menos desde la década de 1620(85). (79h") C. FRAGA GONZÁLEZ; La arquitectura mudéjar en Canarias. Aula de Cultura de Tenerife, 1977, pág. 212. (80) C. NAVARRO RUIZ; Páginas históricas de Gran Canaria desarrolladas desde la conquista hasta nuestros días. Las Palmas de Gran Canaria, t. 1,1933, pág. 69. (81) 1. ROMERO CEBALLOS; Diario, t. 1. fol. 187. Manuscrito Conservado en el Museo Canario de,Las Palmas, actu-mente en prensa. (82) D. MARTINEZ DE LA PENA; Esculturas y pinturas americanas en Canarias. En Canarias-América, Madrid, 1989, pág. 216. (83) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Francisco Amado, n. 2.724, fols. 192v1 9 5 . Testamento fechado en 10 de diciembre de 1624. (84) A. TRUJILLO RODRIGUEZ; El retablo..., o. c., t. 1 pág. 14 y t. 11, pág. 36. C. CALERO RUÍZ; La escultura.. ., o. c., pág. 248. Sobre las conexiones de este artifice con la comunidad de predicadores, véase el estudio que de él hace la doctora Doña Margarita Rodríguez González en La pintura en Canarias durante el siglo XVIII. Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1986, págs. 380-386. (85) A.H.P.L.P., Sección de Conventos, legajo 41, expediente n. 60. El documento corresponde al día primero de junio de 1728.


De fecha incierta es la reconstrucción de la capilla presidida por Ntra. Sra. del Rosario, advocación tan querida de los predicadores. Consta su existencia con anterioridad al ataque pirático, como se deduce del testamento de Beatriz Múñoz, otorgado en 1552, en el cual manifiesta el deseo de ser enterrada, en ella (86). NO en vano, ya en 1526, cuatro años apenas después de la erección de la comunidad, recibió el cenobio una imagen de esta devoción, regalo de Don Álvaro de Herrera(87).En el testamento de la ya mencionada Sofía de Santa Gadea, otorgado en 16 de septiembre de 1590, declaraba ésta dejar una lámpara de plata para el altar de Ntra. Sra. del Rosario "qe. esta el en monasterio de Señor San Pedro Mártir de la orden de Señor Santo Domingo en el oratorio del Cristo junto a mi capilla" (88). Tras su destrucción se elevaría de nuevo, y en fecha ya más tardía se haría su retablo, encuadrado en el primer tercio del siglo XVIII(89).Así se deduce documentalmente por escritura d e imposición de Fray Juan de Andrade, mayordomo de la cofradía mariana, en relación con Guillermo Benet, capellán del obispo canariense. Dice aquél en el documento notarial que hacía once años se había comenzado a hacer la obra lignaria con limosnas de los fieles, siendo éstas tan cortas que aún no se había acabado, lo que le proporcionaba cierta inquietud'"). No se había dorado en octubre de 1759, fecha en la que el cabildo religioso decide conceder a la comunidad 30 ducados para que se invirtiesen en este menester(91). Poco tiempo después se planteó la realización de un camarín para la imagen titular. Ello suponía la realización de obras que afectaban a una pared colindante, correspondiente a la capilla del Nazareno, de la que era patrono el marqués de la Fuente, sucesor en el mayorazgo instituido por Pedro Cerón y Sofía de Santa Gadea tres siglos antes. Al parecer estas obras se hicieron sin su permiso, por lo que a través de Don José Joaquín Verdugo, su representante, pide se paralicen. En 22 de mayo de 1765 se obtiene respuesta a su favor (%). Cenobio y aristócrata parecen haber llegado finalmente a un acuerdo pues un año después hacen aquéllos escritura de obligación en la que reconocen tener permiso del mencionado Don José Joaquín para abrir una puerta que comunicase el camarín con la iglesia, evitando así el tener M. LOBO CABRERA; Extractos d e protocolos d e Hernán González y Luis Fernández .. ., o. c., pág. 143. Agradecemos a S. CAZORLA LEÓN esta referencia. F. CABALLERO MUJICA: Pedro Cerón..., o. c., pág. 64. A. TRUJILLO RODRIGUEZ: El retablo ...,o. c., A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Fernando Álvarez Trujillo, n. 1.619. Escritura de imposición por fray Juan de Andrade en 18 de diciembre de 1737. Información deferenciada de S. CAZORLA LEÓN. Archivo Diócesano de Las Palmas (A.D.L.P.); Expédientes de Las Palmas, sin número.


que bajar la imagen por la capilla desde el propio nicho. La comunidad se obligaba ante el marqués a que si éste o cualquier sucesor pidiese se cerrara de nuevo, su requerimiento fuese atendido. La mencionada puerta no es otra que la que hoy comunica la capilla del Nazareno con las dependencias donde se custodian los tronos(93). Existió igualmente en el cenobio una capilla dedicada a Ntra. Sra. de la Luz, cuya ubicación desconocemos. Así consta por testamento de Alonso de Robles, vecino de la Vega, otorgado en 1631. Afirma aquí poseer su patronato, el que recibió por muerte de su padre Hernando de Robles y habría de Consta que este Alonso pasar, por no tener él descendencia, a su hermano(94). vuelve a hacer testamento en 1645, donde reseña haber fundado una capellanía de misas en el "altar y capilla de Ntra. Sra. de la Luz" (95). Es posible que este recinto estuviese ubicado en el claustro. Esta es la visión que ahora presentamos sobre la reconstrucción de la iglesia de la comunidad de predicadores de la capital grancanaria. Queda, pues, por rastrear la documentación existente en los archivos peninsulares, especialmente las conservadas en el Archivo Histórico Nacional, lo que permitiría, de una parte, cotejar esas fuentes con lo aquí expuesto, y de otra completar esta visión de uno de los conjuntos conventuales más importantes del ámbito insular. Agradecer, sin más, el apoyo y las orientaciones que para este trabajo nos ha brindado Doña Beatriz Pérez Navarro, religiosa dominica, y Don Santiago Cazorla León.

José Concepción Rodríguez

(93) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, n. 1651, fols. 85v-86, Documento de 3 de marzo de 1766. (94) A.H.P.L.P.; Protocolos Notariales, escribanía de Alvaro de la Cruz, n. 1153. Escritura de testamento de 28 de noviembre de 1631 Actua de testigo en estas últimas voluntades el platero y familiar del Santo Oficio Honorato Estacio. (95) 1. QUINTANA y S. CAZORLA: La Virgen del Pino ..., o. c., pág. 281.


ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 213 - 221. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

ALGUNOS ASPECTOS DEL LEGADO ART~STICODEL SIGO XVll

GRACIELA GARCIA SANTANA DOCTORA EN ARTE

H a s t a llegar al siglo que ahora nos ocupa, Canarias había recibido muchas influencias foráneas, influencias por otro lado que no iban a desaparecer de golpe, pero no sería muy descabellado el considerar que como característica importante del siglo XVII podríamos decir que la escultura española toma carta de naturaleza. Las circustancias históricas así lo habían determinado. Si tenemos en cuenta la política y la economía del país en esta época expuesta a serios contratiempos, tendremos que destacar con énfasis el apogeo que alcanza el mundo del arte. Lo que sabemos del siglo XVI, inmediato antecesor, es que desde el punto de vista religioso no fue realmente impactante para las islas porque habían pasado largos años de contactos entre los canarios y los europeos que como comerciantes o aventureros se acercaban a Canarias. Ellos habían dado a conocer el cristianismo y éste había dejado sus frutos para las generaciones posteriores. De esta época podemos destacar la diversidad de población que no se componía únicamente de castellanos, aragoneses o mallorquines, sino también de una nutrida colonia extranjera en la que destacaban italianos, franceses y flamencos.


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GRACIELA GARC~ASANTANA

Las necesidades artísticas que surgían en las islas para adornar las iglesias o ermitas que se íban construyendo podían ser escasamente satisfechas con artistas locales por lo que se recurría a la compra de obras de talleres exteriores. La "nacionalidad", o mejor dicho la escuela dependía del comprador, de su propio gusto estético, de su ambiente cultural, etc... Sin embargo no nos faltan ejemplos de obras europeas vinculadas a familias españolas como es el caso del encargo del retablo flamenco para la Iglesia de San Juan Bautista de Telde en el año 1515 por parte de Don Cristobal García del Castillo. Y antes de introducirnos en el legado artístico que corresponde al siglo XVII, creemos necesario citar algunos ejemplos del XVI que pueden esclarecer el ambiente que en las islas se respiraba. Como característica del conjunto para el siglo XVI podemos señalar el sencillo estilo de la mayoría de las imágenes y la belleza del conjunto que forman. Por ejemplo, Nuestra Señora de la Vega de la Alcaldía de Gáldar es una de las imágenes más antiguas y de calidad artística de la isla. La imagen pertenece al siglo XVI, pero de esta época sólo conserva las manos y la cara. Por el contrario los ropajes de la escultura pertenecen al siglo XVIII avanzado. Las telas ostantan la consabida estampación floral y la decoración de rocallas. Es posible que al retocar la imagen se inspirasen en la Virgen de la Encarnación de la parroquia de San Juan Bautista de Telde. De hecho, a la Virgen de la Vega se la identifica con el nombre de Nuestra Señora de la Encarnación, pero su primera ermita era la de la Vega Mayor. Lo cierto es que entre ambas imágenes hay diferencias notables, principalemente en el rostro y en las manos (que se encuentran bastante deterioradas), mientras que la caída de la túnica y la forma de tratar el manto reflejan ciertas similitudes. Esta segunda imagen mencionada, Nuestra Señora de la Encarnación de Telde, se encuentra catalogada como obra de la escuela flamenca, aunque no exíste ninguna documentación que lo acredite, al menos que sepamos. Según nos relata Pedro Hernández, el licenciado Hernán García del Castillo tenía él mismo negocios con Flandes pues dice literalmente: "poseía una flota de navíos que comerciaban con los Países Bajos siendo probable que él la trajera" ('). La imagen de la Virgen es muy bonita. Toda ella es un cuerpo triangular de líneas cerradas del que sólo destacan el pequeño rostro y las manos delicadas entre la gran riqueza de abundantes y menudos pliegues que van desde la cintura y los brazos, hasta los pies. Se trata de la justa represen(1) P. HERNÁNDEZ BENITEZ, Telde: sus valores arqueológicos, históricos, artísticos y religiosos. Ed. Imprenta Telde. Las Palmas de Gran Canaria, 1958, pág..107.


tación de una imagen que todavía no ha conocido la línea abierta y móvil, que aparecerá en Europa a partir del siglo XVII. La cara está enmarcada por un rostrillo que hace juego con los puños de lechugillas blancos de las manos. Realizados ambos con ondas ininterrumpidas, consideramos que simulan los encajes de la toca de una mujer de la época. Pero a pesar de estos dos pequeños detalles de delicadeza, la imagen destaca por la rudeza y el caracter pesado de los ropajes. Lo que si nos atrevemos a mencionar es que la decoración de la túnica y el manto, así como la combinación de colores roja, azul y dorada es posterior a la propia talla. Otra imagen muy importante de este período artístico pero que sólo queremos mencionar es la pequeña Virgen de la Inmaculada de Jinamar que presenta una variante iconográfica curiosa porque la Virgen tiene al Niño en los brazos y es normal que la Inmaculada se represente sola, pero esto tambien lo hemos visto en la Inmaculada Concepción de Corteconcepción en la provincia de Huelva''). Lamentablemente esta pequeña pieza de Jinamar está en muy mal estado. La restauración es urgente y necesaria. Presenta varias grietas profundas en el cuerpo. La mascarilla está totalmente desprendida de la cabeza y mantenida a presión por la corona. Una situación penosa para una de las escasas obras del siglo XVI que conservamos en Canarias. También merecen destacarse a Nuestra Señora de Candelaria de Moya, o la interesante imagen de Nuestra Señora de las Nieves de la Peña del Palmar de Teror, o la extraordinaria obra, entre otras, de Nuestra Señora de las Nieves de Aguimes. Y finalmente nombrar la imagen de Nuestra Señora de la Asunción de Salvago. Se trata casi de una desconocida porque sólo en el día de la fiesta de su advocación sale a la calle en procesión en la iglesia del Fondillo. Es una imagen particular de Dña Sonsoles Manrique de Lara y que presumimos no ha debido sufrir restauraciones lo que la hace muy interesante. Ya entrando de lleno en el siglo XVII destacamos que los contactos de las islas con Andalucía se fueron intensificando paulatinamente. Faltaba todavía algún tiempo para que en Canarias se desarrollase una escuela local de arte, faltaban maestros asentados, estilos enraizados, en resumidas cuentas, un desarrollo cultural más fuerte. Tengamos presente lo diferente que podía ser el ambiente que rodeaba el archipiélago, en comparación con cualquier ciudad española de su tiempo, donde se heredaba un cuerpo gremial importante, quizás en estos años empezando a ser superado. Pero lo que (2) J. M. GONZALEZ GOMEZ y M. J. CARRASCO TERRIZA. Escultura Mariana Onubense. Ed. Instituto de Estudios Onubenses "Padre Marchena". Excma. Diputación Provincial de Huelva. Huelva, 1981, pág. 49.


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interesaba era su estructura interna que había dado base al desarrollo posterior. En Canarias, por razones históricas esto no se había dado en su tiempo y, paradójicamente, después se mantendría más tiempo por diversas causas fundamentalmente geográficas, como el aislamiento de las islas que permitía que los artesanos de la península que se establecían anclaran en cierto modo sus mentalidades siendo dificil despojarse de ellas(3).Otros temas, como las cofradías religiosas, verdaderas potenciadoras del arte, ya existían desde el siglo anterior, pero no realizan su gran impulso en las islas hasta el siglo XVIII, donde van a tener un desarrollo generalizado en todas las parroquias. Pero todo esto, sin duda alguna, benefició la compra de imágenes a talleres peninsulares. Si tuviéramos que definir el acontecer religioso de las islas durante este siglo, tendríamos que destacar dos circustancias que se repetían con harta frecuencia: por un lado los problemas fundacionales de conventos en distintos pueblos, a veces con la población del lugar y a veces con otros conventos vecinos, pero también queremos destacar otro hecho que se dio no sólo en esta centuria y es la falta de asistencia de las islas por parte de lo obispos nombrados. Algunos querían recibir las rentas desde la península, y los que venían, no querían visitar el resto de las islas por lo peligroso que podía resultar el viaje. En medio de esta situación, de aspecto ciertamente desalentador, debemos tener en cuenta que la compra de imágenes, si bien lógicamente se pudo haber incrementado, en realidad los compradores eran los mismos que durante el siglo XVI, ya que la población general de Gran Canaria era aún bastante pobre y falta de recursos y no podía permitirse determinados lujos. De esta forma, sigue siendo la clase privilegiada la que accede a las artes, eso sí, esta clase también había incrementado sus miembros. No olvidemos, por otra parte, la importancia que en este momento histórico supuso el salto a América. Canarias se convierte en el lazo de unión entre España y el nuevo continente. Con todo esto, el mecenas del arte seguía comprando imágenes por razones tan simples como el cuidado de revalorizar sus pertenencias siempre que se pudiera con obras de calidad, la idea de agradar a Dios o a la Virgen con ofrecimientos de imágenes de su culto, el deseo de ser alabados por los demás por sus donaciones y también, sencillamente, porque eran los únicos que podían hacerlo. Característica de esta época es el sello español y la verdad es que esto era casi irremediable por el gran campo que brindaba la escuela andaluza. Decir que las imágenes salieron beneficiadas depende úni(3) F. PEREZ SAAVEDRA, "Las relaciones de trabajo en la isla de Tenerife durante el siglo XVI". Ed. Anuario de Estudios Atlánticos. n. 29 Patronato de la "Casa de Colón". Madrid-Las Palmas, 1983, pág. 91.


ALGUNOS ASPECTOS DEL LEGADO ARTISTICO DEL SIGLO XVII

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camente de los gustos, pero lo que tampoco se puede discutir es que la belleza de la talla andaluza va a dominar y a marcar, en cierta medida, las andaduras artísticas insulares posteriores.

A medida que iban pasando los años, la escultura se va incrementando en número. Las razones que apuntamos es mayor nivel poblacional y también se puede decir que mayor nivel devocional. En este momento ya existía un grupo de artesanos formados que a partir de ahora van a ir adquiriendo mayor importancia. No es un grupo descollante ni que de nombres inmortales pero desde luego es el que marcará la pauta del futuro. En la propia Gran Canaria podemos relacionar a Agustín Ruíz, Domingo Pérez Donis, Blas García Ravelo, Francisco Alonso de la Raya, Cristobal Osorio Melgarejo, Francisco Osorio Melgarejo, Salvador Gutierrez, Fray Francisco de Quesada, Andrés de Orbarán, Lorenzo de Campos y Miguel Gil Suárez entre otros, que si no todos fueron de la propia isla, sí trabajaron activamente en ella. Gran Canaria era, en este momento, una isla abierta al mercado exterior. Pensemos en las relaciones comerciales, en las guerras e infortunios que marcan la política española de este momento y en los que Canarias queda implicada. De hecho, las esculturas procedentes de Europa, tanto italianas como flamencas que fueron las destacadas en la centuria anterior, y que ahora poco a poco dejan de tener importancia. Que la isla tuviera su grupo de artistas era una realidad inevitable. Las imágenes que llegaban de fuera eran las auténticas maestras para estos hombres que posiblemente tenían pocas posibilidades de aprender y observar a los buenos imagineros. Una de las consecuencias a tener presente de este siglo es el gran anonimato que presentan. A veces se tienen noticias de ellas pero suelen ser posteriores y no especificatorias de sus procedencias. La mayoría de las veces estamos obligados al estudio técnico, escapándosenos el histórico de entre las manos. Otra de las características de la época es la todavía dominante técnica de la talla sobre la imagen de candelero. Aunque, evidentemente, es el siglo XVIII el que produce el auténtico cambio en el aspecto de las imágenes religiosas y donde la imagen de vestir adquiere un gran desarrollo. Característica final de este siglo es su gran calidad. Una imagen, para nosotros, excepcional de Gran Canaria es esta talla en madera policromada, de casi un metro de alto y que consideramos que pertenece al círculo del imaginero Martínez Montañés. Estamos mencionado a Nuestra Señora de Candelaria actualmente en el Museo Diocesano de Arte Sacro de Las Palmas. Esta imagen procede del antiguo convento dominico de San Juan de Ortega de Firgas y estos frailes le debieron cambiar la advocación por la de Virgen del Rosario que es la titularidad más importante de la orden d~minica'~). La Virgen está vestida con una túnica oscura ceñida por (4) Archivo Histórico Nacional. "Libro de Protocolos del Convento de Firgas (Dominicos) de San Juan de Ortega hecho en visita de 1790. (s/n).


una cinta que marca el talle alto, símbolo de virginidad. Se envuelve, a su vez, en un amplio manto que conjuga con el mismo tono. Pliegues ampulosos y bien distribuidos que se cruzan verticales y diagonales por toda la imagen, consiguen una combinación rítmica acertada. Siempre que se definen las imágenes montañesinas se describen como serenas, naturales, ciertamente elegantes, con un deje de tristeza, clásicas y realistas. Sin embargo, no se puede olvidar que van a ser muy populares y que va ser el propio pueblo el que les va a dar culto. Pues bien, estamos ante una imagen montañesina con sus caraterísticos ojos almendrados, sus labios dibujados ligeramente más grueso el inferior, el cuello bien modelado, el cuidado tratamiento del pelo, incluso cuando el profesor Juan Miguel González Gómez describe a la Virgen de la Cinta de Huelva que atribuye a Martínez Montañés, sus formas se ajustan perfectamente a esta: "clásica y manierista ... Consigue movimiento al flexionar la pierna mientras el cuerpo descansa en la otra. El leve desequilibrio del contraposto queda atemperado bajo la ampulosa y aplomada distribución de los paños que subraya la majestuosa pose" Para comprender esta imagen tengamos presente el sentimiento de la época, la propia espiritualidad de la Contrarreforma, el papel de la Iglesia y la respuesta de los que tenían que expresar todo este maremagnum cultural y ser lo más claro posible para el pueblo llano. Martínez Montañés es el escultor que recogió todo esto con un caracter original y una facilidad que pocos han igualado. Sus imágenes llegan a alcanzar la penetración perfecta, sin salirse de los cánones comprensibles, enmarcadas por una gran sencillez. Esta Virgen es un exponente claro sobre este particular. El Niño presenta el típico tratamiento y distribución montañesina del cabello, la misma expresión y, en general, las mismas formas del referido maestro. Sobre esta imagen hay una anécdota digna de mención y queremos narrarla para poner de manifiesto la poca preocupación y el descuido en que a menudo han caído nuestras obras de arte. Hace unos cuantos años, algo más de sesenta, se necesitaba una imagen de San José para el Belén ya que la Navidad se aproximaba. Ante la supuesta imposibilidad, que debemos suponer, de conseguir una figura del santo varón, decidieron en la parroquia colocar una imagen que, por cierto, no se le tuviese mucha devoción. Esto nos da el dato de que esta imagen posiblemente estaba retirada del culto por estas fechas. Y sin más miramiento a esta escultura la transformaron en San José. Téngase en cuenta que por estas fechas la parroquia de San Roque de Firgas contaba con dos vírgenes del Rosario. Una era esta pequeña andaluza montañesina, la otra una gran talla de casi dos metros de alto. Se vivía una época en que se prefería la de mayor tamaño porque parecíales más digna y elocuente en una procesión que la no tan airosa Virgen sevillana. ¿Qué ocurre a partir de esto?. Que nuestra imagen apartada del (5) J. M. GONZALEZ GOMEZ,"Dos versiones escultóricas de la Virgen de la Cinta en Huelva". Ed. De Erebea. n. 2. Colegio Universitario de la Rábida. Huelva, 1980, págs. 147-157.


culto y porque era de pequeño tamaño se convierte en la candidata perfecta para la transformación. Se le hacen arreglos en el pelo, se le hizo una barba de escayola y pasta que se le ajustaba al rostro por medio de tachas. El bigote estaba pegado con pasta y cola. Tenía un taco de madera en el cuello. El carpintero había puesto una cuña más alta con otra de madera y una espiga, quizás por la barba. Se pintó todo el cuerpo con pintura de lata. La túnica era violeta y el manto ocre. Después se le quita al Niño y, finalmente, se la expone como San José en el portal de Belén de la iglesia esa Navidad. Nadie volvió a acordarse de la imagen. El Niño Jesús se lo había quedado el párroco y lo guardó en su casa. Y así se mantuvo hasta que pasado el tiempo, en un arreglo a las imágenes se descubrió que el tal San José era una imagen de la Virgen de excelente calidad. El Niño aún se conservaba en una de las casas de la familia del cura que, en ese momento, ya había fallecido. Y afortunadamente después de una restauración que llevó a cabo José Paz Vélez, que además fue uno de los primeros en advertir la falsedad de la imagen de San José, la escultura montañesina volvió a su estado original. Lamentablemente cuando se le quitaron todos estos aditamentos la encarnadura original había saltado. Lástima ese brazo derecho perdido. El Niño también había perdido una mano. Otra imagen de gran calidad es Nuestra Señora de los Dolores de la parroquia de San Juan Bautista de Arucas. Una escultura en madera policromada que hemos atribuído al círculo del escultor granadino Pedro de Mena y Medrano. Lamentablemente, sobre esta efigie apenas tenemos documentación. Sin embargo, hemos hallado la donación de esta imagen a la parroquia en el Libro de Memorias del archivo parroquial, en el que consta que: "La imagen de Nuestra Señora de los Dolores de medio cuerpo que se colocó al pie del Cristo del Altar mayor sobre el sagrario fue donada por el Doctor en Medicina D. Manuel Gonz. y Gonz. natural de esta Villa el día 14 de Abril de 1876" Esta es una anotación interesante aunque nos falta encontrar si es el propio Manuel González el que hace la compra a Sevilla o la adquiere por algún otro medio. En otros inventarios aparece mencionada aunque sin Se trata de un busto de la Virgen de medio cuerpo nombrar su pr~cedencia'~). y está vestida como todas las Dolorosas de Mena, por tanto manteniendo la dualidad del rojo para la túnica y azul liso para el manto. Colores, por tanto, concepcionistas La atribución al círculo del escultor Pedro de Mena y Medrano, nos viene por la similitud de formas que mantiene con los bustos de este maestro. Y creemos que es una obra más de taller que del propio escultor. Recordemos que la difusión de las obras de este autor fue bastante (6) Archivo Parroquial de Arucas. "Libro de Memorias de la Parroquia de Arucas". fo1.72. (7) Archivo Parroquial de Arucas. Inventario de 1960. D. F HIDALGO HERRERO. (s/n). (8) J L. ROMERO TORRES, L a escultura en el Museo de Málaga. Siglo XIII-XX. Ed. Imprenta del Ministerio de Cultura. Madrid, 1980, pág. 51.


importante y encontraremos su producción muy dispersa, no sólo en España, sino en la misma América. Es obligado que contara con un buen taller y varios colaboradores. Ejemplo de su producción conservada en América es el artículo del profesor Angulo Iñiguez que atribuye un Ecce Homo y una Dolorosa de la iglesia Profesa de México a este insigne escultor andaluz(9).La Dolorosa de México nos resulta más sencilla que las españolas. Queremos decir que la imagen del Convento de las Descalzas Reales de Madrid o la propia de Cuenca son muy melodrámaticas en sus formas. Esta Dolorosa de Arucas recuerda más a la de México que a las de España, aunque el tratamiento de las manos sea distinto, pues la mexicana tiene una mano sobre el corazón y la otra desplegada y la canaria ha unido sus manos ante el pecho en oración. De todas formas les une esa frontalidad casi perfecta, esa falta de exageración dramática y a la vez se unen todas en ese deseo de Mena de "interpretar los estados del alma" ('O). Lo que consideramos ciertamente es que sea una obra de taller. Bien vienen a colación unas palabras, no de Mena, sino de Martínez Montañés a propósito del Crucifijo de Carmona y dice: "porque tengo gran deseo de acabar y hacer una pieza semejante a esta para que quede en España y no se lleve a Indias, ni a otras partes y se sepa el maestro que la hizo para Gloria de Dios"'"). Este párrafo nos recuerda tantas obras que salieron de España, la gran mayoría para América. Algunas se quedaron a medio camino en Canarias, aunque otras vinieron aquí directamente. Pero Montañés nos está diciendo algo muy concreto, que las mejores piezas siempre se quedaban en la península. Desde luego, lo que sí era seguro es que una escultura para una iglesia sevillana o granadina era mucho más cotizada y valorada que si lo era para enviar fuera. Debemos tener presente que este tipo de bustos, tanto de Dolorosas como de Ecce Homos, proliferaron mucho porque como expresa María Elena Gómez-Moreno: "eran más baratos y de facil colocación en oratorios y clausuras monacales y esto explica su auge"(I2).Mena era un hombre profundamente religioso y con este sentido de la existencia transmite su arte. La Virgen, iconográficamente, está representada "con los colores litúrgicos" ... "pues su túnica es de color jacinto con tendencia a carmináceo, y el manto azul celeste. Su toca grisácea o marfileña" (13). LOSpliegues de la túnica, de la toca y del manto, siguen perfecta(9) D ANGULO IÑIGUEZ, "Dos menas en México. Esculturas sevillanas". Ed. Archivo Español de Arte y Arqueología. n. 31. Madrid, 1935, págs. 136-152. (10) Ibídem, pigs. 136-152. (11) J HAZANA DE L A RUA, "Vázquez de Leca. 1573-1649". Ed. Imprenta Sobrino Izquierdo. Sevilla, 1918, pág. 237. (12) GOMEZ MORENO, María Elena. "Escultura del siglo XVII". Ed. Plus Ultra. Ars Hispaniae (Historia Universal del Arte Hispánico). Vol. XVI. Madrid, 1963, pág. 254. (13) HERNANDEZ DIAZ, José. "La escultura y la arquitectura españolas del siglo XVII". Ed. Espasa Calpe, S.A. Summa Artis (Historia General del Arte). Vol. XXVI. Madrid, 1982, pág. 183.


mente el estilo y la técnica de Mena, abiertos, algo angulosos y resultando tremendamente expresivos. Las manos se encuentran bien trabajadas. Tanto éstas, como el rostro, expresan resignación, la intensa intimidad en que está sumida María. Estas imágenes junto a la Soledad, han conmovido y siguen conmoviendo a los fieles. Era dificil realizar una imagen de la Virgen llorosa y fría, abatída y fría, sentida y fría, sino que tanto unas como otras se llenan de sentimiento y es la propia esperanza que emana, la que hace destacar las figuras(14).María Elena Gómez-Moreno ha definido el espíritu de Mena de esta forma: "logra el acercamiento de lo divino a la intimidad humana que es el signo de nuestra arte del siglo XVII"(15).Sólo resta decir que esta magnífica talla se encontraba en un estado lamentable hasta que el restaurador José Paz Vélez realizó una buena labor. Se encontraba en un ropero de la sactistía y estaba comida por la carcoma. La tabla de la base la realizó Paz Vélez. Se ajustaron todos los huecos con tacos de cedro y se dio cera para que quedara perfectamente pegada y el insecto no pueda atacar. Todo se hizo en madera. La restauración de esta imagen se realizó entre 1972 y 1975 pero no hemos podido ajustarla. Hoy se encuentra al culto, bien conservada, ya que serespetó el espíritu y la intencionalidad de su autor, que si bien y, a modo de resumen, no consideramos del propio Mena, sí que es desde luego de su círculo. Terminamos mencionando sólo otras imágenes interesantes que pertenecen a esta centuria y que por razones de tiempo no podemos comentar, como es el caso de Nuestra Señora del Madroñal a cargo de José Paz Vélez, Nuestra Señora de la Soledad de la Portería de San Francisco de Las Palmas que ha sido limpiada este mismo año por encargo de su cofradía, labor que recayó en la restauradora Inés Cambril, o la más desconocida Virgen de-Candelaria de Acusa Verde de Artenara que sabemos que presenta capas superpuestas de pintura y que sería interesante hacer un buen estudio de su estado de conservación y finalmente la excelente restauración de la Virgen María de la parroquia de San Miguel de Valsequillo a cargo también de José Paz Vélez.

Y de esta manera concluímos la comunicación.

Graciela García Santana (14) GONZALEZ GOMEZ, Juan Miguel. "Sentimiento y simbolismo en las representaciones marianas de la Semana Santa de Sevilla". Las Cofradías de Sevilla. Historia, antropología, arte. Ed. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla. Servicio de Publicaciones del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla. Sevilla, 1985, pág. 150. (15) GOMEZ MORENO, María Elena. "Escultura del siglo XVII". o. c., pág. 240.



ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 223 - 226. O CENTRO TEOLOGICO D E LAS PALMAS

DOTACIONES DE ERMITAS EN EL SIGLO XII EN GARACHICO (TENERIFE)

MARIADOLORES TAVIODE LEON LCDA. EN ARTE

L a gran figura de la Historia de la Iglesia en el siglo XVII en Canarias fue el Obispo Don Bartolomé García Jiménez. A través de él podemos entrever todas las tensiones y conflictos habitados a nivel eclesiástico. La salud de la Diócesis de Canarias era tan delicada como la de su Obispo y en sus largos años de gobierno (1665-1690), padeció duros ataques contra su persona y entre sus propios feligreses. Litigios casi interminables como el surgido en La Orotava por la división de beneficios, que duró diecisiete años, o los problemas del Cabildo Catedral con la Audiencia por una simple salutación, marcaron esta complicada centuria. Otro grave problema era el aislamiento con respecto a la península, e incluso entre islas, a la hora de resolver cualquier dificultad. Además de esto, aunque el Obispo fue preconizado como tal el 16 de marzo de 1665 por el Papa Alejandro VII, no llegó a Canarias hasta el 29 de diciembre del mismo año, debido a un error en la ruta que le llevó a la isla


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MAR^ DOLORES T A V ~ ODE LEÓN

americana de Santo Domingo, desde donde tuvo que embarcar de nuevo hacia las Canarias, llegando a finales de año. En total fueron seis meses de viaje que minaron aún más su delicada salud, lo que hizo que practicamente estuviera enfermo todo el año siguiente. Como vemos pues, en los años de 1665 a 1666 hubo un vacío en la Diócesis, pues cuando el Obispo, por fin, pisó la isla de Tenerife, se quedó allí un año hasta pasar a la verdadera capital de la Diócesis, la ciudad de Canaria, hoy Las Palmas de Gran Canaria. Realmente vivió más en Santa Cruz de Tenerife, con cortas estancias en La Laguna, que en Las Palmas, lo que dio lugar a exacerbados ataques contra su permanencia en aquella isla. En 1670 y debido a una orden de la Reina Gobernadora Doña Mariana de Austria, debe pasar a vivir a Las Palmas aunque sabemos que en 1672 vivía realmente en La Laguna. Pero centrandonos ya en el lugar de origen de las ermitas dotadas, Garachico, podemos decir que si bien el siglo XVI fue rico en comercio, la centuria que nos &upa fue en la que se decide qué hacer con esos resultados económicos, ya se decide destinarlos, en su mayoría, a obras eclesiásticas puesto que la Iglesia tenía, en esos momentos, una importancia decisiva. Todo esto a pesar de lo calamitoso que fue el siglo en cuestión de tragedias tales como epidemias, aluviones, plaga de langosta, incendios de calles enteras, etc. Garachico, gozó de una gran opulencia durante el siglo XVII, antes de que el volcán de 1706 acabara con esa abundancia y prosperidad. Desde los inicios de la conquista comenzaron los grandes señores a dotar ermitas. En este siglo practicamente fueron dotadas y fundadas casi la totalidad de las capillas que existían -y algunas aún hoy existen- en esta Villa. La de Lamero, dotada en 1633 con 30 reales por su ornato y aseo por Don Alonso de Ponte-Ximénez, ante el escribano Mateo del Hoyo. Dedicada al santo de Padua se encuentra hoy abandonada a la entrada de la finca a la que pertenece. Existía en ella, en un bellísimo retablo, del que aún quedan vestigios, las imágenes de bulto de San Antonio. San Pedro de Alcántara y San Juan Bautista niño.


DOTACIONES DE ERMITAS EN EL SIGLO XVII EN GARACHlCO (TENERIFE)

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La de San Nicólas, fue dotada por Nicolás de Ponte en 1634, ante Marcos Martínez , escribano público, con 33 reales para su fábrica, con licencia del Obispo Murga. Fue fabricada en las laderas de una heredad de viña. En el siglo XVII estaba casi en ruinas y se le compone el tejado, pasando su cuidado a su nuevo poseedor Gaspar Fernández Feo. Hoy ha desaparecido al igual que la de San Juan Degollado, en la Hacienda del Marqués de Adeje, también dotada en 1633 por Bartolomé de Ponte ante Gaspar Delgadillo. La d e Nuestra Señora del Carmen, dotada por el Capitán Gaspar Agustín de Ponte, en 1673 ante Francisco Fernández, se edificó con licencia de Don Andrés Romero Suárez y Calderín, Provisor y Vicario General del Obispado. Se le señaló un tributo de 40 reales, impuestos sobre dos casas propiedad del dicho capitán. La ermita de San Salvador, dotada con seis doblas por Luis de interián, por escritura ante Delgadillo en 1632, impuestas sobre dos molinos de agua de su propiedad. Hoy también ha desaparecido. La ermita de San Roque, en las afueras de la Villa, más allá del convento dominico, aunque fue reedificada en 1736, se le coloca el santo de su advocación y una imagen, también de bulto, de Nuestra Señora de la Mercedes. La de San José, con capellanía fundada en 1641 por Ana Alonso, ante el escribano Juan de Ascanio, para la que deja un tributo de 416 reales en la Heredad de Mateo Viña, que la había fundado ya desde 1624, por escritura ante Gaspar Delgadillo. La ermita de San Cristóbal, en la Quinta Roja, dotada por el Marqués de la Quinta Roja, Cristóbal de Ponte, en 1620. Hoy afortunadamente se está restaurando junto con la hacienda. Y la de Nuestra Señora de la Consolación, en la que, por último, nos vamos a centrar. Aunque la ermita fue dotada en el siglo XVI (concretamente el 21 de agosto de 1565 ante Gaspar de Cejas), y bajo la advocación de San Isidro, no será hasta el siglo XVII cuando se comience a construir. Por motivos que todavía desconocemos, se cambia la advocación en 1669 cuado Melchor López Prieto la dota de nuevo con 33 reales de tributo perpetuo, sobre una heredad de viña en el Malpaís. En junio de 1636, el capitán Luis Fernando Prieto, firma un contrato con Antonio de Ortará, vecino de La Palma "...para hacer un retablo para


su ermita que tiene en el Malpaís, y que ha de tener el alto veinte palmos y de ancho de par a par y por precio de 2.000 reales.. .". Además de ser obligado a levantar en la ermita un altar de once palmos de alto o más si fuera necesario. Esto nos lleva a pensar que en la primera dotación del siglo XVI realmente no se llegó a levantar la fábrica de la ermita, y no sería hasta esta segunda dotación cuando se edificó la ermita y se llevaron a cabo las obras del altar. La ermita, a la que se accede por un arco de cantería de medio punto con su espadaña también de cantería, está techada con artesonado y tiene un único retablo con tres hornacinas separadas por pilastras. En el nicho central está la imagen de la Virgen de la Consolación, y a ambos lados las de San José y de San Antonio. En el remate cierra 'el retablo un cuadro con el tema de la Adoración de los Reyes Magos. Esta ermita pasa por vicisitudes casi tan espinosas como lo fue el siglo, hasta llegar hasta hoy perfectamente cuidada y convertida en lugar de reunión de los fieles del barrio del El Guincho.

María Dolores Tavio de León




ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 229 - 238. O CENTRO TEOLOGICO D E LAS PALMAS

SITUACIÓN DE LA BENEFlClENClA EN SANTA CRUZ DE LA PALMA A LO LARGO DEL SIGLO XVll

LOURDES ARVELOGIL LCDO. EN GEOGRAFIA E HISTORIA

L a bula del papa León X concedida a principios del XVI, permitió la fundación del hospital de Santa Cruz de la Palma. Paralelamente al de La Laguna, ambos bajo la advocación de N.S. de los Dolores. Como la mayoría de los primeros centros asistenciales rapidamente se convirtió en lugar de refugio para menesterosos y viajeros. Uno de los principales aspectos de esta casa radicaba no tanto en una rápida mejora de los enfermos, como en un sentido de caridad y de responsabilidad para quienes sufrían. Este hecho da explicación a la colocación de pequeños altares y lienzos devocionales ubicados en las dos salas del hospital, las cuáles se articulaban en torno a un patio central apareciendo la capilla junto a un lado del vestíbulo. El ataque pirático sufrido por la isla de La Palma en 1553, por la flota pirática capitaneada por el hugonote Le Clerk, conocido por Pata de Palo, supuso uno de los más graves percances acaecidos en la historia de esta isla. Gaspar Fructuoso señala "El fuego o incendio de esta desdichada ciudad no perdonó al templo y casa de N" Sra. de los Dolores, que era hermoso, fresco y bien situado, con un claustro, rica dependencias y enfermerías donde se


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LOURDES ARVELO GIL

curaban de diversas enfermedades, hospital bien asistido.. . todo ardió" ('1 y con ello los documentos que se encontraban depositados en las casas consistoriales, lo cual nos impide remontarnos a los primeros pasos dados por el único centro asistencia1 de la isla y saber como se formó la cofradía de la Concepción y la Misericordia. Si bien este tipo de hermandades remontan su origen al siglo XIII, en la ciudad de Florencia, donde surgieron con la finalidad transportar a los enfermos a los hospitales y de recoger y enterrar a los muertos.

A lo largo del siglo XVII, la cofradía citada se convirtió en la hacedora de todo el funcionamiento del hospital, los hermanos tenían plenamente asimilado el echo de que "... su instinto principal parece consistía en esercitar la caridad cristiana en beneficio del próximo"(2),y para ello no sólo enterraban a los muertos sino que de dos en dos recorrían las calles de la ciudad recogiendo la limosna diaria destinada a paliar las necesidades básicas, de las que ellos eran los responsables pues, se puede decir que la totalidad de la asistencia estaba en sus manos. "Por lo que pedimos y rogamos por reberencia de ntras. que pues su dibina magd los a puesto en dho hospital en que tanto que puedan y servir y mereser el bien y acresentamiento.. . espiritual y temporal sepan aprovechar tan buena ocasión procurando en todo que la hacienda del hospital sea bien gobernada y acrecentada y que los gastos sean con prudencia y cuidado cumplan las intenciones de los fundadores porque haziendo esto Dios será servido y el hospital muy agrecentado y en esta vida y en la otra tendrán el premio muy colmado ..." (3) d e esta manera son alentados los cofrades a comienzos del siglo XVI, por el obispo Francisco Martínez, animando y exorando a los cofrades a realizar un trabajo marcado por el servicio a los demás y el amor a Dios. La figura del mayordomo jugó un papel fundamental, de él dependía la aceptación de un enfermo así se contempla en sus atribuciones, "...no se puede resibir en el dho hospital pobre ninguno sin lisencia y consentimiento del mayordomo.. ." (4) además tenía que evitar cualquier tipo de enfermedad contagiosa se introdujera en casa y para ello "...que el mayordomo los haga primero ver del médico del dho hospital por si tuviere enfermedad contagioA pe-r de esta importancia manifiesta, los primeros datos que tene(1) G. FRUCTUOSO, Fontes Rerum Cnanariorum, XVII, Instituto de Estudios Canarios, La Laguna, 1964. (2) A.H.M.P. Libro primero de la fundación de la Casa hospital de Dolores, pág. 639. (3) A.M.H.P. Libro de Visitas y Mandatos, pág. 629. (4) Ibídem, ant. (5) Ibídem, ant.


S I T U A C I ~ NDE LA BENEFICIENCIA EN SANTA CRUZ DE LA PALMA A LO LARGO DEL S. XVII

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mos se remontan al año de 1599, en que comienza la mayordomía de D, Melchor García Segura que concluye en 1602. En esos momentos el hospital sobrevivía gracias a las generosas donaciones otorgadas por sus benefactores, que permitía alimentar y acoger a más de cuarenta personas juntos con los niños de la cuna. Si bien esto no quiere decir que tuviera las condiciones idóneas para proporcionar una asistencia adecuada, ya que su disposición muy próxima al barranco de N.S. de los Dolores y una exposición directa a los vientos reinantes le conferían un aspecto insalubre, uniendo a ello unas deficitarias instalaciones, para acoger a un volumen de población importante procedente de todos los pueblos de la isla, como los numerosos marineros que llegaban al puerto palmero afectados de algún tipo de mal, cuando no aquejados de heridas recibidas en confrontaciones con barcos piratas de lo cual se conservan numerosos ejemplos a lo largo del siglo XVII, pues no podemos olvidar que por estas fechas Santa Cruz de La Palma se había convertido en paso obligado para los viajeros que se dirigían hacia las Américas. D. Andrés Maldonado será el mayordomo a partir de 1603, comerciante que mantenía estrechos contactos con el Nuevo Mundo, hecho este que tuvo una gran importancia para la iglesia del hospital, y que ya comentaremos. A D, Andrés corresponde las primeras obras de cierta consideración que se llevaron a cabo en las instalaciones, obras esenciales como el enladrillado del patio, la canalización del agua del mismo para evitar sus empozamiento con las consiguientes humedades que se unían a las ya provenientes del barranco ". .. y se haga el canal de tablas de tea a modo de artesón grande y bien hecho de madera, que no se salga el agua y asimismo aya una tabla recia de la dha tea donde se estiren los paños porque la piedra que es para esto suele romperse mucho.. ." Así mismo se busca una mayor ventilación de la enfermería alta destinada para la mujeres por medio de la apertura de dos vanos. Estas reformas llegaron al Oratorio ampliándose la puerta de la sacristía siendo de una especial magnitud "Acossi que se haga un tabernáculo para dha imagen, (La Concepción) bueno y desente porque el que tiene es muy descomodado, de manera que pueda tener sus belos de tante porta reberencia de la dha imagen ... así mismo se implanto que los muchos vestidos que tenía la imagen principal se aprovecharan en hazer casullas y otros hornatomientos.. ."(') Aspecto muy importante era el referido a los enterramientos tanto de "pobres como de negros esclavos y mulatos de los qual la iglesia siempre esta ocupada de cuerpos de muertos y mui desolada, por lo que no se entierre nadie que no pagase la limosna de su sepultura y el gasto necesa( 6 ) A.M.H.P.Libro Primero de la Fundación del Hospital, pág. 629 (7) Ibídem, ant.


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LOURDES ARVELO GIL

rio para bolber a enladrillar dha sepultura, para que de esta manera siempre este enladrillada" Estas reformas pudieron llevarse a cabo gracias a importantes donaciones, cabe citar los quinientos cedidos por "D. Juan de para hacer un guarto en que los enfermos tomasen sus sudaderas" (9). Durante la visita de Fray Francisco de Sosa, 1615, y habiendo aumentado considerablemente las necesidades del hospital se vendieron una serie de piezas entre las que se encontraban: - "Ytem

un anillo de oro".

- "Ytem

una gargantilla de oro".

-

"Ytem un anillo de piedra colorada".

- "Ytem

una hechura de Xpo de oro"(lO).

El siguiente mayordomo que encontramos en la documentación e capitán D. Melchor de Monteverde, el cual sólo estuvo a cargo de la administración del centro un año 1616-1617, hallándose de regidor de la isla D. Gaspar Vendaval de Cervellón. El ejercicio fue similar a los anteriores, aunque destacaremos el echo la presencia de un médico flamenco llamado Juan el cual cobró por su trabajo hasta finales de 1617 la cantidad de 20 ducados, poniéndose de manifiesto una vez más que la isla de La Palma fue uno de los lugares donde los flamencos tuvieron una mayor importancia en todos los aspectos de la vida, destacando de una manera especial en el comercio. Una de las mayores preocupaciones de los mayordomos y de los hermanos cofrades era poder ofrecer una asistencia adecuada, para lo cual se hacía necesaria la presencia de un médico y de un cirujano, que no siempre se encontraban ya que el trabajo era duro y mal remunerado, por lo que pasaban largas temporadas sin contar con ninguno de estos "profesionales". Llegando un punto que el rey en 1674 a través de sus reales cédulas envía cincuenta mil maravedíes para pagar sus sueldos, "Santa Cruz en la ysla de San Miguel de La Palma una de las nuestras yslas de Canarias.. . están necesitar un medico, cirujano y boticario.. ."(") A pesar de lo cual podemos enumerar a una serie de médicos que realizaron su labor a lo largo del s. XVII: - Licenciado Juan - Licenciado ( 8) ( 9) (10) (11)

de Cervantes, trabajó entre los años 1599 y 1610.

Avendaño, trabajó entre los años 1611 y 1616.

Ibídem, ant. A.M.P.H. Libro de Legados y Donaciones, pág. 636 A.M.H.O. Primer Libro de Mayordomos, pág. 631 A.M.P.H. Reales Cédulas, pág. 739

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S I T U A C I ~ NDE LA BENEFICIENCIA EN SANTA CRUZ DE LA PALMA A LO LARGO DEL S. XVII

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- Licenciado

Manuel Ravelo, natural de Portugal, trabajó entre los años 1632 y 1635.

Cuando las circunstancias lo requerían los enfermos eran enviados a la Fuente Santa, cuyas aguas eran termales y conocidas sus propiedades por los habitantes del archipiélago como por penínsulares y extranjeros que venían a curarse en tibias aguas, que desaparecieron con la erupción del volcán acaecida el 13 de noviembre de 1677. Si bien los vecinos realizaron excavaciones en busca de la fuente, ésta nunca fue encontrada lo que supuso un desastre económico para el pueblo por lo que la mayoría de sus habitantes tuvieron que emigrar. En el hospital no existía libro de entrada y salida de enfermos hasta 1624, que comienza a llevarse a cabo, quedando por ello un vació en la historia de este centro asistencial, pero si tenemos en cuenta el fin de este tipo de casa, lo anotado a partir de la fecha señalada nos permite hacernos una composición más o menos acertada de quienes fueron sus usuarios; "Francisco Pérez, pobre mendigo". "Juana de Abreu, pobre mendicante" (12). Uniéndose a ellos, extranjeros que llegaban a la isla en los numerosos barcos que por ella pasaban. Así mismo a comienzos del siglo XVII, se observó que "...en el dho hospital suelen haber algunos retirados y se están en el por muchos días en el qual se inquieta el dho hospital y se siguen otros muchos inconvenientes, por lo cual mandamos que ningún retirado pueda estar en el ocho días en adelante so pena de excomunión mayor y si fuese rebelde el vicario procederá a declararlo excomulgado y a echarlo con sensuras y otras graves penas7'(13). La hacienda dejada en herencia por parte de los benefactores del hospital fue la base de su supervivencia pues "sin ella, ni se puede curar a los pobres, ni se puede acudir a las demás necesidades del dho hospital, ni se para lo cual había que tener en cuenta: puede hacer perseberancia en 1.-

(12) (13) (14) (15)

Que las limosnas enviadas desde otro llegarán "... quando muriere alguna persona que dejare el dho hospital alguna hacienda o dinero se procure tener noticia de ello. Preguntando a los beneficiarios a cuyo cargo queda el cumplimiento del testamento se procure sacar la cláusula de tal testamento autorizando y ponerlas en el libro de es~ripturas"('~).

A.M.P.H. Libro de Entradas y salidas de Enfermos, pág. 649. A.M.P.H. Primer libro de Mayordomos, pág. 631. A.M.H.P. Primer libro de Mayordomos, pág. 631. Ibídem, ant


LOURDES ARVELO GIL

2.-

Había que cuidar para que los terrenos donados no se fueran degradando, lo que iba en perjuicio directo del hospital, pues las casas y terrenos dejados en condición de arriendo al alcanzar un estado de deterioro importante, no aportaban las rentas establecidas en un primer momento y que tanta importancia tenían para el mantenimiento del hospital. Cuando se llega a este punto generalmente se establecía un litigio entre la administración de la casa asistencia1 y el arrendatario, cada uno busca su propio interés, siendo estas situaciones gravosas para el hospital que era el denunciante.

3.-

Está relacionado con el punto anterior, pues en todas las visitas de los obispos se encomienda de una manera especial el cobro de las deudas, hecho este bastante complicado cuando había que desplazarse a pueblos lejanos con difícil acceso, como era el caso de Tijarafe, Puntagorda y Garafía donde el hospital tenía bastante tierras y casas.

4.-

Los responsables tenían que gastar con moderación evitando gastos superfluos, a la vez que evitar la mala utilización de productos de primera necesidad. Como dato cabe señalar que en un primer momento se amasaba el pan dentro del propio hospital, pero se comprobó que esto era un gasto considerable ya que había que comprar leña, pagar a las amasadoras, las cuáles en algunos caos se quedaban con panes para su consumo, decidiéndose realizar el pan fuera. Otro dato que nos indica el mal funcionamiento interno es el gasto innecesario de vino, que según se hace constar se lo bebían los sirvientes cuando no se lo daban a los enfermos, "siendo como es tan contrariado a su salud de donde se sigue que se les alarge más sus enfermedades y al cabo no salgan curados" (16).

Con el cumplimiento de estas cuatro normas, quizás el hospital de Santa Cruz de La Palma no hubiera tenido que pasar por tantas penurias,. Por ello tienen sentido estas palabras "Encargamos a los mayordomos y hermanos de dho hospital que con zelo y caridad.. . tengan mucho cuidado con ver como gastan los dichos bienes ... pues se han hecho gruesas limosnas de algunos años a esta parte que si se hubieran gastado con orden y consierto estuviere el dicho hospital aventajado.. ." (17). (16) Ibídem, ant. (17) Ibídem, ant.


S I T U A C I ~ NDE LA BENEFICENCIA EN SANTA CRUZ DE LA PALMA A LO LARGO DEL S. XVII

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De las muchas donaciones realizadas citaremos a grandes rasos algunas de las más significativas, aunque tenemos que tener en cuenta, el echo de que estas limosnas tenían implícito el destinar ciertas cantidades, para el casamiento de las huérfanas que el hospital tenía a su cargo.

* "Baltasar

González y su mujer cincuenta doblas para Huérfanas".

* "Francisco

González Montelongo y Catalina González, un tributo por tres vidas de veinte doblas".

* "Don

Juan Bautista Poggio y Maldonado como heredero universal del capp. Don Luis Maldonado y Monteverde, mi tío que por su fin y muerte y por su última voluntad dexo a la casa y hospital de Ntra. Sra. de los Dolores de esta ciudad docientos ducados.. .".

* "El capp. Bartolomé Pinto.. . lega 1.000 ducados a la dha casa con el gravamen de dos misas cantadas y de casar una huérfana dándole veinte doblas para ello.. .".

* "Juan

Massiu y Juana de Ariel su muger una sessión d e 750 doblas.. ."

* "Alonso

Hernández, veinte doblas de tributo perpetuo para que cada año por el día de Ntra. Sra. de agosto se repartan y se den a dos guerfanas.. ." (la)

Especial importancia tuvieron para el mantenimiento tanto del hospital como de los más pobres de la ciudad. El arca de la Misericordia fundada por D. Gaspar Fernández de Camillón, cuyo testamento fue protocolizado ante el escribano Tomás González, el dieciséis de noviembre de 1647. Siendo el primer pósito de este carácter que se creaba en la ciudad, teniendo como administrador al Muy Ilustre Ayuntamiento de Santa Cruz de la Palma. D. Luis Van de Walle, fundó "pósito de trigo perpetuo, para siempre jamás, que se gaste en la necesidad de los pobres e personas necesitadas que están y estuvieran en esta dha ysla"(19),esta escritura se llevó a cabo ante el escribano Diego Chávez, el veinte de diciembre de 1560, dejando como administrador al Cabildo. Esta fundación sirvió para aliviar a los más necesitados que vieron como su situación, se empeoraba con la ausencia de lluvias que regaran los campos. A pesar de ello. Fructuoso señala que se alimentaban con carne, queso, ñames y leche por lo que no murió nadie de hambre. La situación se empeoró con una ola de calor que azotó a la isla en 1561, por lo que hubo de buscar el sustento fuera. Luis Dolfos se dirigió a Flandes y las (18) A.M.H.P. Libro de Donaciones, pág. 636. (19) .M.H.P. Fundación del Pósito de los pobres.


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islas Británicas en busca de trigo, pero antes que él, llego el maestre Silvestre Jorge con un cargamento de trigo y tocinos que había, sólo la providencia del mal tiempo lo había llevado hasta el puerto de Santa Cruz de La Palma donde no tenía intención de parar. Pero no será hasta 1562-63,cuando las lluvias hagan brotar la tierra como en los primeros años del s. XVI. D. Luis dejo estipulado en su testamento veinte doblas para casar una huérfana el día de la Concepción. La familia Van de Walle fue una de las principales benefactoras del hospital de Nuestra Señora de los Dolores, ciertamente eran una de las familias más importantes de la ciudad cuyos miembros ocuparon los puestos más destacados tanto de la vida política como social, demostrando un gran sentido religioso propio de la época, ya D. Luis Van de Walle (el Viejo) fue así mismo el mayor protector del convento domínico de la ciudad donde mandó a construir la capilla dedicada a Santo Tomás de Aquino ubicada en la iglesia del convento de !a orden de predicadadores D. Antonio Van de Walle será un de las principales donantes en lo que a la plata del hospital ya que como consta en los documentos "...dotando la plata labrada que se halla en dha casa hospital.. ."(20). Como la mayoría de hospitales de esta época, no destaca por su arquitectura peculiar o novedosa sino que se adapta a unos cánones establecidos, tales como una articulación entorno a un patio en el cual se encontraba una fuente, enfermería alta para las mujeres y baja para los hombres, encontrándonos en este primer piso las instalaciones destinadas a la acogida de niños abandonados, que generalmente eran alimentados por las amas de cría en el piso superior. Existencia de un patio trasero por donde entraban los carruajes con los alimentos y medicina así como el servicio del hospital: lavanderas, "enfermas", obreros, etc. El oratorio de hospital se caracterizó por una gran sencillez, lo cual no quiere decir que estuviera exento de bellas e importantes obras de arte, algunas de ellas de procedencia Americana como veremos. El primer inventario de la iglesia data de 1603, y encontramos entre otras las siguientes piezas: - "Primeramente

un Xpto grande, busto que esta en el altar mayor de la iglesia del dho hospital". - "Ytem un esse homo de pluma de las indias". - "Ytem una imagen de S. Blas en un tabernáculo". - "Ytem un retablo de S. Ana con sus puertas que esta en uno de los altares bajos que la dha iglesia tiene". (20) A.M.H.P. Libro de Legadados Donaciones, pág. 632


SITUACIÓN DE LA BENEFlClENCIA EN SANTA CRUZ DE LA PALMA A LO LARGO DEL S. XVII

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"Ytem un bastidor de linco con S. Cosme y S. Damián". - "Ytem retablo de piedra con figuras". - "Ytem un retablo pequeño de palo con sus puertas"(21). - "Ytem otra imagen pequeña de Ntra. Señora de la Candelaria". - "Ytem una imagen de Ntra. Sra. de la Concepción que sale en las procesiones con el niño Jesús7'. - "Ytem una de Ntra. Sra. del Rosario". - "Ytem otro lienco con Ntra. Sra. de Candelaria al lado del altar de Santa Ana". -

Si analizamos la iconografía de la mayoría de estas imágenes podríamos establecer dos grupos, partiendo de la base que estos son propias de los edificios sanitarios con un componete religioso muy importante:

* Representaciones de santos que de una manera u otra están ligados a la salud del hombre.

* Representaciones de carácter mariano. Dentro de la primera clase, encontramos a S. Blas hacedor de numerosas curaciones milagrosas. S. Roque el cual poseía el don de librar de las epidemias, hecho este muy importante en un momento en que lo más fácil era que llegara a la isla una pandemia arrasando con todo y con todos y de una manera especial a los más débiles S. Cosme y S. Damián reconocidos médicos de la antigüedad que destacaron por su gran humanidad y por las prodigiosas curaciones que llevaron a cabo. El segundo grupo pone de manifiesto el gran arraigo que desde siempre ha tenido la iconografía mariana bajo las diferentes advocaciones, portadora de luz, sin mancha, madre, etc. Respecto a la talla que se cita de un Cristo grande, así como de un Ecce Homo, hemos de decir que su procedencia americana es fruto del intenso comercio que la isla de La Palma mantuvo con el Nuevo Mundo. No Podemos olvidar que fue el primer juzgado de indias del archipiélago establecido en 1558. Es muy probable que D. Andrés Maldonado, juez oficial de la contratación de las Indias en la isla de La Palma tuviera mucho que ver con la llegada de estas dos imágenes a la isla, pues había sido mayordomo del hospital a comienzos del XVII, a él correspondió el importante encargo de una cruz de plata; "El capitán hizo traer una cruz de plata para las procesiones.. .". (21) A.M.H.P. Libro primero de la Fundación del Hospital, pág. 629.


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La imagen del Cristo se encontraba colocada en el altar mayor del oratorio; está realizado según la técnica de Titsingueri, siendo muy semejante al Cristo de la Misericordia de Santa Ana en Garachico o al existente en la iglesia de S. Juan en Telde, sin olvidar el de la iglesia de S. Marcos de Icod, los cuáles están caracterizados por un naturalismo. La imagen del Cristo hospitalario se encuentra hoy en la iglesia de los Remedios de los Llanos de Aridane, pues en 1822 después del traslado del hospital al convento de Santa Agueda está imagen como así como numerosos objetos de valor quedaron arrinconados en el ya vacío oratorio. Por los que D. Jacinto María Kábanas comenzó a realizar los trámites necesarios para llevárselo, concluyendo estas gestiones su sobrino D. José Kábana y Valcácel, donde se encuentra, siendo conocido por "El Cristo de la Salud". Respecto al Ecce Homo, es probablemente una de las piezas más antiguas provenientes de América, ciñéndose al modelo iconográfico gótico del Señor de la Humildad y la Paciencia. Es una talla relicario, siendo este elemento propio de la edad media.

Lourdes Arvelo Gil




ALMOGAREN. 16. (95). Págs. 241 - 282. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS

LOS REGISTROS PARROQUIALES DEL BACHILLER DON JUAN MATE0 DE CASTRO ( 1648-1693)

J ~ s u sEMILIANORODRIGUEZ CALLEJA LCDO. EN GEOGRAF~AE HISTORIA

M i contacto con el Br. Don Juan Mateo de Castro es como consecuencia del trabajo de investigación tendente a la reconstrucción de la población en las parroquias rurales de Gran Canaria durante el S. XVII''), e inserto dentro de la futura tesis doctoral que se elabore el término de las investigaciones en los diferentes archivos parroquiales y en relación con sus registros de bautismo, matrimonios y defunción. En la continuada recopilación de datos se va a tener contacto con todos aquellos anotadores que van reflejando, día a día, los diferentes registros''), que por lo general se trata de una actividad monótona ya que se suelen seguir unas mismas pautas que van a ser controladas y vigiladas, a la vez que en la evolución temporal se modifican algunos aspectos, por los diferentes visitadores, provisores y vicarios del (1) Las parroquias rurales del s. XVII, en la isla de Gran Canaria, están radicadas en: Agaete, Agüimes, Arucas, Gáldar, La Vega, Moya, San Lorenzo, Santa María de Guía, Tejeda, Telde, Teror y Tirajana, A ellas hay que añadir la de El Sagrario-Catedral, en La Ciudad. (2) Los registros parroquiales son de obligado cumplimiento a partir del Concilio de Trento (1545-1563), pero en Canarias hay un adelanto por medio de las disposiciones del obispo D. DE MUROS, en el sínodo de 1497 y que aparecen recogidas por F. CABALLERQ MÚJICA, en su obra Canarias hacia Castilla, 1992.


obispado, por lo que estas anotaciones se realizan siguiendo una fórmula muy similar en todas las parroquias y así cuando se entra en contacto con un párroco que introduce datos añadidos a los estipulado, dando una información complementaria, va a resaltar de manera especial a la vez que estamos ante una fuente que amplía su campo de información y por consiguiente gana en validez e interés para la reconstrucción histórica que se pretende realizar. Estudiados los registros parroquiales de Arucas, El Sagrario-Catedral, Moya, San Lorenzo, Santa María de Guía y Tejeda, nunca había observado el interés de párroco alguno por legar a la posteridad otros datos que no fuesen los estrictamente solicitados por las disposiciones sinodales. La excepción a todos estos múltiples y diferentes anotadores la tenemos en el Br. D. Juan Mateo de Castro, en dande el poco tiempo de entrar en contacto con su labor notemos que nos encontramos ante alguien diferente. Alguien que no sólo se preocupa por el orden y por el estilo, sino que también se preocupa por dar una información añadida por medio de la cual irá actuando a modo de cronista diario e informando de lo que sucede cotidianamente en relación con los nacimientos, matrimonios y defunciones de sus parroquianos, a la vez que sus estilo ameno y atrayente hace que te introduzcas y, en no pocas ocasiones, te trasladas imaginativamente al momento en el que se reflejó la anotación que se está transcribiendo. Este interés por reflejar diferentes aspectos no es puramente circunstancial, sino que lo hace de una manera totalmente consciente y en no pocas ocasiones hace indicaciones y notas de advertencia a los curas que le sucedan, o deja claramente anotada y expresada su voluntad de que lo que escribe permanezca y conste para siempre y es aquí, en esta voluntad de dejar información a los que le sucedan, cuando se convierte en historiador ya que sus datos son un aporte esencial para el conocimiento de la vida cotidiana de las parroquias de Arucas y Moya durante la segunda mitad del S. XVII. Esta voluntad de que permanezca no sólo lo que escribe sino lo que ya está registrado se manifiesta en el celo que pone en el cuidado de los libros y en su custodia y así vemos que muchos de ellos son hechos a su costa, tanto en Arucas como en Moya y así lo refleja en la cabecera de los mismos. En Arucas ante el deterioro que presentaba, ya en su época, el libro 111 de bautismos copiará los capítulos deteriorados. En Moya, a imitación de Arucas donde desde 1671 ya hay un archivo en el baptisterio para custodiar los santos óleos y libros, decide mandar hacer a su costa un archivo para: "en que se pongan y guarden todos los recados y libros de esta Sta Yglaparrochial y libros de todas las cofradías y santos óleos y dho archivo q ya esta hecho se ha de poner y fijar dentro de la reja del Baptisterio para que este con toda seguridad y cuidado y con dos llaves"(3). ( 3 ) Archivo Parroquia1 de Moya APM, Libro 11, fol. 333 v. Este Libro 11 incluye baustimos, confirmaciones, casamientos, entierros, fábricas y memorial de limosnas


LOS REGISTROS PARROQUIALES DEL BACHILLER DON JUAN MATE0 DE CASTRO 1648-1693

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El desarrollo de su ministerio en las parroquias de Arucas y Moya va a ser fundamental, no ya por la aportación de datos que nos va a ir proporcionando, sino por la ordenación que hace en las mismas de la documentación en ellas existente y sobre todo del encauzamiento, con la apertura de nuevos libros, que va a dar y que significará una posterior continuidad a la que se van a ver obligados el resto de los curas que le sucedan, aunque algunos de sus sucesores van a ser muy descuidados en este aspecto. En concreto, él no va a hacer más que poner al día todas aquellas disposiciones sinodales que al respecto había pero que en las parroquias rurales, por unas circunstancias u otras, no llegaban a cuajar de una forma precisa y de ahí el constante requerimiento que los visitadores, vicarios, provisores, e incluso los propios obispos, hacen en las repetidas visitas que cursan a las parroquias. Esta ordenación la va a llevar a cabo un hombre que se adivina ordenado, celoso de su trabajo y preocupado por dejarnos un legado, una historia cotidiana, y ello lo adorna con una elegante caligrafía donde no tienen cabida la mancha o el borrón(4), pero pese a ello y en contra de su voluntad, suponemos, tuvo el defecto de usar una tinta demasiado fuerte que ha ocasionado la pérdida irreparable de numerosos registros y anotaciones por él realizadas, entre los que cabe significar el memorial de limosnas inserto en el libro 111de bautismos, de Arucas; muchos de los bautismos anotados en dicho libro 111 entre 1661 y 1669; los matrimonios anotados en Arucas entre octubre de 1664 y abril de 1666, del libro 111, y en Moya 3 folios del libro 11 que recogen los bautismos entre el 7 de septiembre de 1659 y el 21 de noviembre de 1660. El presente trabajo, que a continuación se desarrolla, se centrará esencialmente en los datos extraídos de los propios registros y anotaciones realizadas por el Br. Don Juan Mateo de Castro.

PERFIL BIOGRAFICO Hacia finales de febrero de 1621 es cuando nace el Br. Don Juan Mateo de Castro, ya que su partida bautismal queda reflejada el 27 de dicho mes y en ella se indica que es hijo de Juan Mateo y de Ursula de Rosales, siendo apadrinado por Manuel Álvarez y Catalina de Godoy, oficiando dicho bautismo Juan Pérez de Ojeda. Pronto quedará huérfano de madre, cuando aún no había cumplido los tres años de edad, quedando al cuidado de su prima-hermana Justa que ella "lo crió en su puericia y adole~cencia"(~). (4) F. CABALLERO MUJICA, El Manuscrito de República Christiana del Bachiller J. M. DE CASTRO, 1979, pág. 54. ( 5 ) Archivo parroquia1 de Arucas, APA, Libro 11 de Bautismos, fol. 22 v. (6) APA: Libro 1 de Bautismos, fol. 1 r.


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JESÚS EMILIO RODR~GUEZCALLEJA

Presumiblemente su primera formación es como resultado de un acercamiento a la parroquia aruquense, pero ya en 1638 vamos a saber que la profundización de su formación la recibe en la ciudad ya que en un capítulo de bautismo, apadrinando a un hijo de Anastasia, su única hermana directa, pues su padre casará en otras dos ocasiones, se le menciona como estudiante y asistente en la ciudad"), pero nada se sabe de cómo y dónde llegó a obtener las titulaciones de bachiller o licenciado. El nunca usó la nominación de licenciado, sino que son otros, el hacer referencia a su persona, los que le denominen licenciado y en los documentos parroquiales manejados aparece mencionado antes como licenciado que como bachiller y es el 27 de noviembre de 1641 cuando así es mencionado por el cura Manuel Álvarez de Silva al reseñarle como padrino en el bautizo de Bernardo, hijo de Domingo de Acosta y de María de Almeida@),y así volverá a denominarlo en el padrinazgo de un bautismo posterior realizado en 15 de junio de 1643(9).El propio Juan Mateo de Castro nunca usó la denominación de licenciado, siempre se acompañó de la anteposición de bachiller. La primera vez que aparece como bachiller en los registros parroquiales es cuando el cura Sebastián Espino Pelos le nombra como testigo matrimonial, junto al capitán Domingo Suárez, en 24 de noviembre de 1648 ('O).Esta diferenciación en el tratamiento nos hace dudar sobre si realmente era licenciado y ello se acrecienta cuando vemos que mientras él no usa nunca esta titulación, sí lo hacen otros y lo apreciamos en la remisión de las licencias matrimoniales que al ir dirigidas a él le denominan licenciado("), o en el proceso que Juan de Ortega sigue contra él por la participación de los bienes de su hermana Anastasia(12). Independientemente de su titulación, lo que si sabemos es que muy pronto tiene una relación con la parroquia, anterior al desempeño de su sacerdocio y así entre 1639 y 1642 aparecerá reflejado como sacristán, igualmente sucede con el cargo de notario, pues en algunos capítulos de defunción se lee que los determinados difuntos hicieron testamento ante él (13). Como testigo matrimonial también queda reflejado entre los años de 1643 y 1644(14). De igual manera y como consecuencia de una anotación propia del dicho APA: Libro 11 de Bautismos, fol. 145r. APA: Ibídem, fol. 168r. APA: Ibídem, fol. 179 r. APA: Libro 1 de Matrimonios, fol. 115r. En el APA, al igual que sucede en el de Santa María de Guía APSMG, durante cierto tiempo las licencias matrimoniales van cosidas al lado del capítulo correspondiente de matrimonio al que se refieren. Archivo Diócesano de Canarias, Las Palmas ADC-LP; Demanda de autos de J. DE ORTEGA contra el Licenciado J. M. DE CASTRO. Observaciones que se aprecian en APA, Libro 1 de Matrimonios, fol. 102r. y SS.y enm Libro 1 de Defunciones, fol. 32v. y 33v. APA: Libro 1 de Matrimonios, fol. 107v-109r.


LOS REGISTROS PARROQUIALES DEL BACHILLER DON JUAN MATE0 DE CASTRO 1648-1693

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bachiller sabemos que en 1643 y 1644 desempeñó el cargo de mayordomo de fábrica, pues bajo un capítulo de defunción anota: "desde aquí entro por mayordomo de fábrica el bachiller Juan Mateo de Castro siendo cura d e dha parroquia1 por tiempo de 1665 y habiendo sido ya mayordomo de los años de 1643 y 1644" ('9. Disponemos de información suficiente para saber que cruzó el Atlántico para dirigirse a la Corte del rey de España y así hay constancia de que visitó las ciudades de Sevilla, Toledo y Madrid(16),igualmente, el propio bachiller nos informa sobre estos viajes y así en la relación que hace de sus bienes el 3 de julio de 1670 en la demanda que Juan de Ortega sigue contra él indica que: "...y en el viaje que hice a España a aprender ciencia dejé el patrimonio a cargo de m i padre que vendió y enajeno tierras sin poderlas recuperar hasta hoy" ("1; sobre la fecha de su partido, o algunas de sus partidas, también nos da información y así bajo el capítulo de bautismo de su herma anota: "fue hermana única del cura desta villa murió en el mes de mayo tercer día de pascua del espíritu santo. Estando dicho cura en la corte del rey de España y siend o cura el bachiller Manuel Alvarez de Silva" (la), por lo que podemos deducir que salió de Gran Canaria después del 22 de agosto de 1644, fecha en que y antes del 4 de junio de 1645 queda reflejado como testigo matrim~nial('~), que es la fecha en que se registra el capítulo de defunción de su hermana y en el que se indica: "hizosele un inventario de sus bienes por el alcalde de esta villa (20),bienes que darán paso a la demanda de Juan de Ortega contra el bachiller. Sobre su paso por Madrid y Sevilla nos da noticias en el memorial de limosnas que él mismo incluye en el libro 11 de Moya diciendo que dió: "... dos rosarios blancos de yeso u n o más delgado que otro hechos en Madrid q traje cuando vine de la corte dilos a Nra señora del Rosario. Mas en los tres altares dha iglesia de Nra Sra de Candelaria del Santo Chisto y de Nra Sra de Guadalupe puse tres tablas de canon de la misa sussintamente y en el altar maior el evangelio de san JuOcon su estampa puesto en su tabla a m o d o de atril que traje de la ciudad de Sebilla"(2') La formación cultural del Bachiller Don Juan Mateo de Castro fue amplia, complementada con el dominio de facetas pictóricas y artísticas(2z). (15) (16) (17) (18) (19) (20)

APA, Libro 11 de Defunciones, fol31v, en fecha de 1de enero de 1665. F. CABALLERO MUJICA, o. c., págs. 12-13. ADC-LP, Demanda ..., o. c., pág. 18r. APA, Libro 1 de Bautismos, fol. 87r. APA, Libro 1 de Matrimonios, fol. 109r. APA, Libro 1 de Defunciones, fol. 34v. El alcalde de Arucas en 1645 es el álferez D. SUAREZ, que aparece como testigo matrimonial en APA, Libro 1 de Matrimonios, fol. 112r. (21) APM, Libro 11, fol. 229r. (22) F. CABALLERO MÚJICA, O.C.


Dispuso de una amplia biblioteca en donde llegó a reunir más de un centenar de títulos, agrupados en diversas especialidades tales como filosofía, teología, moral, predicación, hagiografía, pastoral, liturgia y espiritualidad, historia, constituyendo una buena base para su perfeccionacronología y derecho (23), miento y consulta a la hora de realizar su amplia producción literaria, campo en el que se le asigna la paternidad de hasta 17 obras manuscritas de las cuales sólo han llegado hasta nosotros: Memorias de los curas habidos en Arucas (hay transcrita y conocido como libro De Memorias Antiguas) y De Repúbli Chistiana (24). En esta producción destacan las obras de carácter histórico, aspecto por el cual, el márgen de su actividad eclesiástica, despertó ya curiosidad y así el historiador franciscano Fray José de Sosa, ya en 1677, teniendo el bachiller 56 años, indica que en aspectos de cultura e historia canaria, "era Por conhombre curiosamente docto, mayormente en aquestas materias" (25). siguiente, el Br. Don Juan Mateo de Castro ya despertó interés en momentos pasados y ahora no hacemos otra cosa que recordar su memoria cuando se cumplen trescientos años de su fallecimiento.

SU MISTERIO SACERDOTAL El desarrollo de su actividad sacerdotal se puede seguir con facilidad dado que va dejando constantes anotaciones sobre sus tomas de posesión. Así sabemos que es la parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, de la villa de Moya, donde inicia su servicio sacerdotal, si bien antes ya deja reflejado en dicha parroquia un capítulo de bautismo en fecha 17 de mayo de 1648 (26), por los que ya podemos suponer que estaría de ayudante o de teniente de cura. Lo cierto es que el 18 de octubre de 1648 es el día exacto en que toma la posesión de la parroquia1 de Moya y así lo anota repetidamente en los En 18 de diciembre de 1660 ya toma la posesión de la libros de registro (27). parroquia de Arucas y así lo manifiesta tanto en el libro de defunciones (28), en el de bautismos (29) y en e1 de matrimonios en el cual anota: "a 18 días del mes de diciembre de 1660 tomé la posesión y empecé a servir este curato de S"' San Juan Bautista desta noble y antigua villa de Arucas y para que conste lo (23) Ibídem, págs. 27-41. Este autor hace un estudio profundo de cada uno de los títulos y los clasifica tanto a nivel general como por especialidades. (24) Ibídem, págs. 44-45. (25) FRAY J. D E SOSA, Topografia de la isla Afortunada de Gran Canaria, 1849. (26) APM, Libro 1, fol. 14%. Este libro incluye bautismos, entierros, confirmaciones y matrimonios. (27) APM, Ibídem, fol. 105r. e Ibídem supra nota 21. (28) APA, Libro 11 de Defunciones, fol. 20r. (29) APA, Libro 111 de Bautismo, fol. 72r.


LOS REGISTROS PARROQUIALES DEL BACHILLER DON JüAN MATE0 DE CASTRO 1648-1693

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firme" (30) y SU meticulosidad al anotarlo en los tres libros nos hace saber que tal día 18 de diciembre fue sábado. Su firmeza nos la muestra en el bautismo que se celebra el día siguiente de su llegada, 19 de diciembre, y celebrado por el cura saliente, Br. Don Lorenzo Finollo y Venegas que ha de indicar que dispone de la oportuna licencia indicando ser: "beneficiado electo de la ciudad de Telde y notario del Santo Oficio, con licencia de el bachiller Juan Mateo de Castro cura propietario de esta villa" (31). En su villa natal de Arucas seguirá de manera continuada como párroco hasta 1671 siendo su última actuación un bautismo el 7 de mayo de dicho año y ya el día siguiente aparece un registro realizado por su sustituto, Juan Ángel de Vera Falcón (32), pero ni uno ni otro indican fechas de cese o posesión. Pasará tres años sin tener destino eclesiástico, siendo este período un momento oscuro de su vida, en donde no sabemos en qué pudo emplear su energía, lo que está claro es que permanece en Arucas ya que los propios registros parroquiales, en especial el de bautismo, nos van indicando la presencia del bachiller, bien como eficiente de bautismos en 6 casos, o como padrino, en 7 casos, y repartidos entre el 23 de noviembre de 1671 y el 11 de mayo de 1674 (33), aunque para esta última fecha ya es cura de Moya por segunda vez y alla nos lo confirma cuando anota en el memorial de limosnas: " Y o el Br Juan Mateo de Castro cura propietario de la parroql de Nra S" de Candelaria deste lugar de Moya volví con todo gusto y resignasion a servir este dicho curato y toma la posesión en 6 de mayo de 1674 y con el fervor divino pretendo acabar de reedificar este santo templo y fortificar con estribos de cantería lo mejor q se puede por averse rendido y desplomado" (34). Para dejar una confirmación clara de su vuelta también lo anota en la parte correspondiente de bautismos, defunciones y matrimonios (35), así como en el libro de la CofraUna de sus primeras acciones será la de día de Nuestra Señora del Rosario reponer la campana de la iglesia y que él pagó a su costa, costándole 200 reales y que colocó con gran celeridad puesto que el 20 de mayo, domingo y día de la Santísima Trinidad, "pusosé en dha Ygla" (37). POCOtiempo estará esta vez en Moya ya que el 6 de febrero de 1675 volverá de nuevo a Arucas. De este cambio también nos deja constancia cuando anota en el Libro de Cuadrante, "'j).

APA, Libro 11 de Matrimonios, fol. 3v y Libro 111 de Matrimonios, fol. 22v. APA, Ibídem, supra nota 29. APA, Libro IV de Bautismos, fol. 13r. APA, Ibídem, fols. 13r-45r. APM, Libro 11, fol. 233r. APM, Ibídem, fols. 74v, 30v y 22v, respectivamente. APM, Libro de erección, constitución y cuentas de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario, fol. 12r. (37) APM, Ibídem, supra nota 34.

(30) (31) (32) (33) (34) (35) (36)


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que él ya había iniciado en 1669 dejándolo preparado para anotar a modo de colaturía todas las capellanías, aniversarios y memorias de la iglesia de San Juan Bautista y en el cual no se volverá a anotar nada hasta que él regrese de Moya, donde nos da la referencia cronológica apuntando: "pasé a servir el curato de Ntra Sra de Candelaria de Moya en 1674 cuya iglesia parroquial acabe de reedificar con el auxilio divino y en la obra y curato asistí sólo nueve meses hasta el mes de febrero de 1675 y entré en dicho curato de Moya el 6 de mayo de 1674", para proseguir: "fui promovido otra vez de dicho curato de esta iglesia de San Juan Bautista de Arucas y recibí la posesión en tres de febrero de 1675 y en dicho mes prosigo con las misas de las animas del purgatorio con advertencia de que las digo cantadas con su procesión en los lunes de cada semana y otra a día desocupado" (38). Pero su vuelta a Arucas ya la conocía con anterioridad ya que al oficiar un bautismo el 2 de febrero en Moya hace indicación de ser cura de Moya y electo de Arucas (39). En Arucas permanecerá hasta su muerte, en mayo de 1693, y es en esta segunda etapa aruquense cuando se dedica a revisar todos los libros de la parroquia, haciendo constantes anotaciones marginales, así como a la recopilación de todas las limosnas de la misma en el Libro de Cuadrante, o a la recopilación de todos los mandatos e instrucciones en el Libro de Mandatos y esta afirmación de que lo efectúa en esta época nos la da cuando bajo su propio capítulo de bautismo, el cual repasa, escribiré, adivinando la intención de su idea de dejar permanencia de dos aspectos que debieron proporcionarle gran satisfacción y orgullo, tales como el de ser el primer hijo de Arucas en ocupar su parroquia y el de la reedificación de los templos de Moya y Arucas y ello lo manifiesta así: "A supra dho baptizado en capo antecedente es el primocura propietario natural desta antigua villa de Arucas que a susedido en el curato desde el año 1660 hasta el presente de 16... abiendo sido cura propietario antes de la igla parroq de Moya 13 años y en cada parroq asistido dos veces y se reedificaron las dhas dos parrochias en su tiempo" (40). Muchas son las referencias que el Br. Don Juan Mateo de Castro hace sobre la reedificación de la iglesia de Moya, a cuya tarea debió emplearse de manera concienzuda puesto que en la recopilación de capellanías, aniversarios y memorias perpetuas de dicha iglesia, aspecto que debió serle difícil y emplearle mucho tiempo, ya indica su dedicación a las tareas de reedificación al advertir a los curas sus sucesores que pongan mucho cuidado en las memorias puesto que: "hayome de presente y muy embarazado y ocupado con el cuidado de la fábrica de esta iglesia parroquial que estoy edificando y por eso (38) APA, Libro de Cuadrante, fols. 2v y 3r. (39) APA, Libro 11, fol. 76r. (40) APA, Ibídem, supra nota 5.


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dejo este encargo a mis curas sucesores" (41). La evolución de las obras se puede seguir por medio del memorial de limosnas, siendo el propio bachiller uno de los principales aportadores. En septiembre de 1674 se terminó de maderar y poner la teja en la capilla mayor, cuya clavazón fue puesta de limosna por él; también en dicha fecha se cubrió la sacristía y se encaló por dentro, al igual que la capilla mayor, y se puso el "moxinete" de la puerta mayor y se pusieron las gradillas del coro, y el sellado del coro, y el sardina1 de la puerta mayor; no pudiéndose seguir con el encalado por falta de cal y por la entrada del invierno; también se hicieron los estribos de cantería, todos de cal y sin llevar barro alguno para dar más seguridad y firmeza, cuya cantería corrió a cargo del Br. Juan Ángel, beneficiado de Telde, y el Licenciado Juan Rodríguez hizo el altar a su costa y la obra se terminó el 31 de diciembre, día del glorioso San Silvestre, cuando se colocaron las gradil l a ~de la puerta traviesa que sale y mira a la montaña de "Oramas"; asentándose así mismo otros dos cantos con dosel que faltaban a una de las gradillas de la capilla mayor, con lo que quedó cerrada la pared (42). De la misma manera se reedificó la iglesia de Arucas, si bien los datos que podían darnos luz sobre el seguimiento de este hecho y reflejados en el memorial de limosnas, se han perdido como consecuencia de haber empleado una tinta muy fuerte, no obstante hay algunos restos que nos permiten saber que en 1663 se comenzó el coro y que en dicho año se terminó de encalar toda la iglesia y se enladrilló la capilla mayor y la del Santo Cristo, a costa de los vecinos, y en 1664 se ladrilló y encaló la capilla de De igual manera, Nuestra Señora del Rosario a cargo de Pedro Suárez Castro(43). durante su ministerio se van a seguir haciendo obras y así en 1688 se termina la torre de la iglesia de Arucas, hay desaparecida, así como en fechas diferentes se reedifican las diferentes ermitas y el convento de San Juan de Ortega, de Firgas, quedando tan sólo sin restaurar la ermita de San Pedro Apóstol, propiedad del Mayorazgo de Arucas ("1. Destaca e n su ministerio sacerdotal la preocupación sobre el decoro y presencia que han de ofrecer los párrocos e n el momento de oficiar, aspecto éste que debió preocupar sobremanera, no ya sólo el mencionado bachiller, sino también el propio obispo Dr. Don Bartolomé ~ a r c Í Jiménez a que ante las noticias que tiene sobre el gran descuido que ponen algunos párrocos al celebrar con ornamentos rotos e indecentes, es lo que le mueve a proclamar un edicto sobre este aspecto (45),pero anterior a este edicto, de fecha 8 de (41) (42) (43) (44) (45)

APM, Libro de Cuadrante de Capellanías y Coleturía, fol. Ir. APM, Libro 11, fols. 233-234. APA, Libro 111 de Bautismo, fols. 272-273. F. CABALLERO MUJICA, o. c.,pág. 26. APA, Libro de Mandatos, fols. 73-75. En este libro se encuentran recogidos y recopilados todos los edictos y mandatos que se cursaron a la parroquia de Arucas y que el Br. Don J. M. D E CASTRO agrupó. El edicto referente sobre la celebración con ornamentos decentes fue dado en 8 de mayo de 1671 y recibido en Arucas el 28 de junio de 1671.


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mayo de 1671, ya el Br. Don Juan Mateo de Castro se preocupa por este aspecto y en su primera posesión como cura de Moya da como limosna un hábito para que hubiese misas solemnes con ministros dado que faltaba, igualmente da seis varas de tafetán doble blanco para hacer una manga de cruz y un paño de hombros para el sacerdote cuando lleva la custodia, indicando que le costó de contado 103 reales y que lo dió en 1652; igualmente, ya en 1674, dará un cíngulo ancho, de seda con borlas de hilo de oro y de color "esbelteado" colorado y blanco, así como realizar a su costa unos cajones de tea, con cinco repartimientos grandes para guardar con todo aseo los instrumentos ya que hacía mucha falta pues los ornamentos se perdían y arrugaban; estos cajones se aprovechaban de tal manera que servían no sólo como vestuario sino también para bajar al camarín de Nuestra Señora de Candelaria y poder así vestirla en sus festividades, costándole 50 reales por la hechura, que lo hizo el maestro Nicolás de Almeida(46).ES fácil imaginarse que recibió con gran agrado los diversos legados que van llegando a su parroquia y así el Licenciado Álvaro Pérez de Gamboa, que murió en La Habana, de entre sus bienes, dejó una casulla blanca de damasco, con su manípula y estola, que dio su madre Ana Sánchez, vecina de la ciudad, con una bolsa y unos corporales y una hijuela purificada para el cáliz; el licenciado Antonio Fernández de Montesdeoca, cura que fue de la villa también dio, siendo cura de Teror, un cíngulo blanco de seda y un paño de cáliz y el mayordomo de fábri) . Arucas actuará de igual ca Salvador Rodríguez hizo un alba de r ~ á n ' ~ 'En manera y pese a el ya indicado deterioro del memorial de limosnas, podemos saber que el propio bachiller regaló una casulla negra por faltar durante años debido a romperse la que había, también aderezó a su costa otra casulla verde que hacía cuatro años que no servía por estar muy rota y destocada, y también unas capas blanca y negra, manifestando que cuando entró en dicho curato había ornamentos muy rotos y por ello suplica a los curas que tengan cuidado (4R). No sólo se preocupará por los ornamentos que han de portar los curas, sino que también pondrá gran interés en adecentar y embellecer el propio templo y así procurará adquirir limosnas y favores para ello, en donde él suele ser, como de costumbre, el principal donante. En Moya y siguiendo el memorial de limosnas vemos como se va embelleciendo la parroquia y así el 26 de septiembre de 1649 se coloca una lámpara de plata, con cuatro candeleros, para usarla en las fiestas solemnes, que fue donada por el Licenciado Álvaro Pérez Gamboa, residente en La Habana, y cuyo valor fue de 1.100 reales de plata; así mismo se hacen unos corporales para Nuestra Señora con (46) APM, Libro 11, fols. 229-233. (47) APM, Ibídem, (48) APA, Libro 11 de Bautismo, fol. 272v.


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la limosna obtenida por el sacristán Baltasar Rodríguez cuyas puntas realizó "graciosamente" Doña Catherina de Ortega, hija del alcalde de la villa; con un salero de plata que Doña Francisca de Osorio había dejado hacía tiempo a la iglesia se hizo una cruz para el guión de Nuestra Señora, para lo cual aprovechó una deuda que habían contraído los antíguos mayordomos Francisco Hernández y Francisco Marrero, resultando una cruz "muy linda" que costó 107 reales, de los cuales 42 fueron por la hechura que cobró el oficial de platero S. de Balentín y el resto fue el valor de una libra de plata; a ello hay que añadir una peana de barbusano negro que el propio bachiller mandó hacer para poner en el secretario cuando se celebre la misa y se colocó el domingo 13 de marzo de 1650; igualmente se hizo un palio al Santísimo Sacramento, por estar muy usado el que tenía, con un tafetán colorado de Nápoles, para el que mayor limosna dió fue Sebastián de Rosales, de color moreno, que vivía junto a Los Dragos, mas como para este palio faltaba holandilla para forrarlo aprovechó que en Moya estaban cumpliendo una novena Anna Ley, vecina de la ciudad; y unas mozas llamadas Las Dingalaz; y Don Agustín de León, capitán de los de a caballo; y Lucas Fernández, clérigo presbítero, de los cuales sacó la limosna para dicho forro que realizó de gracia la mencionada Ana Ley Graves a la que se le dieron 29 reales y medio para la sede de la flecadura y para una cintica de resplandor que tenía alrededor y que tuvo que aportar Gonzalo Rodríguez de 34 reales que había recibido de limosna de los vecinos. De dicho tafetán sobró un pedazo y con ello se hicieron dos paños, uno más grande que otro y que sirvieron para el cáliz y el atril del altar y todo se puso el día de Jueves Santo a 14 de abril de 1650 estrenándose en la procesión solemne que se hizo el Santísimo en aquel día (49).

A medida que van transcurriendo los años y el bachiller se va asentando en la parroquia de Moya, ésta se verá incrementada en su ornato y belleza y así el ya mencionado licenciado Fernández de Montesdeoca dará en 1652 dos leones de barro colorado que se colocarán en el altar mayor; Doña Josefa Ortiz, vecina de la ciudad, un manto amarillo con puntas de oro a Nuestra Señora de Candelaria que se estrenó en su fiesta del 15 de agosto de 1652; con las limosnas de dicho año se realizaron dos escaños nuevos de tea y un frontal de oro con una "sibillana" de oro y un biso de lo mismo; con la hacienda de la fábrica se hicieron dos manteles con puntas grandes para el altar mayor; para el Niño Jesús de Nuestra Señora de Candelaria se hizo un vaquerito de tafetán y el propio bachiller hizo a su costa una tumba nueva y una banca que se necesitaba para poner las hachas en los entierros y en la fiesta de las ánimas, así como una credencia para colocar las vinagreras y además recado del altar y todo ello se colocó el 2 de febrero de 1652, festivi(49) APM Libro 11, f o l s . 229-230.


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dad de la Purificación de Nuestra Señora. El día de todos los Santos de 1653 se puso el sagrario dorado, que había sido vendecido en la ciudad por el Obispo Don Rodrigo GUTIÉRREZ de Rojas, cuyo coste fue de 707 reales, de los cuales 450 costó el dorarlo y 7 la llave y su escudo; para lo cual los vecinos dieron de limosna 351 reales; el propio bachiller 100; el licenciado Luis de León 50 y los que faltaban, por cuya causa no se podía traer dicho sagrario, los va a obtener el propio bachiller de una manera un tanto, se nos antoja, decidida puesto que para ello se fué hasta el corregidor Don Juan de Palacio del Oyo, aprovechando una visita de éste a Moya, y obtuvo el consentimiento para, en una año de trigo, sacarlo del pósito, anotando que todos los vecinos estuvieron conformes y: "Todo lo cual apunto para que quede memoria en los siglos venideros y que si se ofreciese otra prenda que comprar para la iglesia se acuerden los vecinos si no pudieren todos de echar mano del posito pues es de todos y la iglesia también es de todos la mas cierta casa que emos de tener hasta el juissio venidero"(50).LOSoficiales que realizaron dicho sagrario fueron Melchor Hernández, en blanco, y Blas García, natural de Tenerife, el dorador. En octubre de 1554 se pusieron las andas doradas a Nuestra Señora del Rosario hechas por el moyense avencidado en La Ciudad Francisco Hernández, oficial de carpintero, y doradas por Cristóbal de Osorio Melgerejo, para ello contribuyeron los vecinos y en especial el alcalde Agustín de Trujillo; el mayordomo de fábrica González Rodríguez; Gregorio Rivero y el propio bachiller, que en esta ocasión contribuirá con una fanega de trigo; las andas con sus angallones para los brazos y su velo blanco se estimaron en 1.000 reales de costo final. En este mismo año el día de San Francisco, se colocaron las coronas doradas de Nuestra Señora del Rosario y al Niño Jesús, que tiene una piedra azul y una perla y que fue donación de la vecina de La Ciudad Doña Josefa Ortiz y el platero dorador Pedro Rodríguez doró graciosamente la corona del Niño Jesús, por la devoción que tiene su mujer y por habérselo pedido, y la limosna se sacó de entre las mujeres que dieron de los extremos de sus gargantillas, destaca la aportación que hace una esclava del propio bachiller y del encargo de la obra se preocupó la vecina de la ciudad Ana Sánchez, que ya había contribuido con otras donaciones a la iglesia, y de recoger la limosna la esposa del alcalde, Sebastián R~dríguez'~''. Durante su segunda etapa en Moya, su aspecto más destacado está en la reedificación de la iglesia, pero también y pese al corto período que allí permanece, hay una amplitud en el ornato de la iglesia y así en 1674 Gregorio Álvarez dió una limosna con la que se puso un velo nuevo, de tafetán (50) APM, Ibídem, fol. 231r. (51) APM, Ibídem, fols. 231v-232r.


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beteado de colorado y amarillo, a la patrona de la parroquia Nuestra Señora de Candelaria; también por estas fechas el alférez Gregorio González Fleitas, vecino de la ciudad, dió un frontal nuevo de pintura de bastidor que se colocó en "la fiesta naba17'(52). En Arucas se observará idéntico comportamiento y así el propio bachiller utilizará sus objetos de plata para convertirlos en útiles de culto (53', pero también tenemos constancia de otras aportaciones e incrementos y así reflejó en el memorial de limosnas que su hermana, Isabel de Quintana, dio de limosna un frontal blanco de damasco para el altar mayor y que los espaldares de los altares se encalaron también a su costa; la limosna obtenida el Viernes Santo de 1674, que fue de 55 reales y medio, él la aplicó para hacer un vaso de plata para guardar las formas consagradas con que comulgaban los fieles, que costó de hechura 26 reales y lo hizo con curiosidad el oficial de platero y vecino de la ciudad, capitán Alonso de Ayala y Roxas, que también en dicho año, y a petición del dicho cura, la corona del Niño Jesús y cuyo coste, sólo de dorarla, fue de 40 reales; en 1665 se hace una corona nueva para Nuestra Señora del Rosario que se le puso sin dorar, junto a un vestido blanco de damasco (54). ES fácil suponer que la parroquia de Arucas se fue embelleciendo con el paso del tiempo pero el deterioro del memorial de limosnas nos impide su conocimiento, aunque sabemos, por medio de los capítulos de defunción, que este incremento ornamental y artístico es cierto y de cuyo contenido se dará cuenta cuando se traten los registros de defunción. No obstante encontramos otro dato por el que se sabe que en 1681, el día de la Ascensión, María Pérez, de Los Trapiches, entregó al mayordomo de la cofradía del Rosario dos candeleros de plata, que pesan 29 onzas, cuyo valor es de 300 reales y su hechura fue de un valor de 60 reales (55). Otro aspecto en el que el mencionado bachiller pone gran celo es en la administración y vigilancia de las fuentes económicas que alimentaban a sus parroquias y aunque este control donde más se aprecia es en los registros de defunción, no es preciso pasar por alto algunos aspectos muy llamativos e incluirlos en este apartado referente a su actividad sacerdotal ya que lo que se refleja en los capítulos de defunción es producto de un momento dado, pero lo que seguidamente se mencionará es como consecuencia de una revisión concienzuda de las cuentas e incluso de investigaciones muy profundas. Uno de estos casos nos lo ofrece en Moya sobre una capellanía de misas rezadas a Nuestra Señora de Guadalupe y fundada por Alonso de la Barrera (52) (53) (54) (55)

APM, Ibídem, supra nota 34 F. CABALLERO MUJICA, o. c., pág. 27. APA, Libro 111de Bautismo, fol. 273. APA, Libro de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario, fol. 9r.


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y su hijo mayor Luis de Mendosa, sobre muchos bienes, tanto en Moya como en Arucas, y tanto de tierras como de agua, fundada sobre una ermita en el barranco Del Rapador, donde hubo un ingenio, aquí nos ofrece el dato histórico de que dicha ermita quebró por unos temblores que hubo en aquellos tiempos, pasando su imagen, no menciona a qué advocación, a la parroquia; sus bienes en agua eran de 12 horas que salían de una hazada de 50 y que comparte solamente con el Mayorazgo de Arucas y que antiguamente se ajustaba a 25 días, 6 días para la capellanía y 19 para el Mayorazgo, pero cuando el Br. D. Juan Mateo de Castro la revisa observará que se ha ajustado a 31 días, a semejanza de la Acequia Real, por lo que pide se vuelva a ajustar a 25 días ya que el perjuicio para la iglesia es grande. Sobre el pago del tributo de esta capellanía entabla un pleito y desposee de tierras y aguas a las personas que las tenían usurpadas por no haber pagado a los curas sus En ocasiones contará con la colaboración vecinal y así el 16 antecesores (56). de febrero de 1650, acabada la misa declaró las cuentas con toda claridad y ese mismo día Mathias Trujillo le informa que vistas las mismas no aparece una cabra que había dado de limosna al mayordomo Agustín de Trujillo para Nuestra Señora de Candelaria y que aquel la recibió y que no sabía las crías que pudo tener desde hacía 4 años que la dio; también Salvador Rodríguez le declara que no se ha hecho cargo de unas piezas de tea que se trajeron para hacer el coro y que tiene noticia que el dicho mayordomo las vendió y que también se habían dado de limosna tres cabras que habían tenido crías y que no se había hecho cargo de ellas en las cuentas(57). En Arucas sigue la misma pauta y así en el libro de la cofradía del Santísimo incluye una advertencia por la que indica que el capitán Juan González Denis, en 1656 hizo un descargo de 14 botijos de aceite y en 1657 otro de 22 para la lámpara, pero él indica que el gasto común y ordinario en dos años es de 12 botijos, por lo que parece que en ello hay un "divertimiento" y ello lo advierte para que lo repare el susodicho; en 1664 revisa las cuentas que dio el sacristán mayor Fernando de Armas y Troya, encontrando que hay un desfase en las cuentas, faltando las mismas del 20 de febrero al 5 de agosto y advirtiéndose que es como consecuencia de haber desistido Andrés González de la mayordomía en la primera de las fechas y comenzarse a dar las cuentas en la segunda fecha, pese a todo y hecho el descargo de las cuentas seguirá observando un desfase de 9 reales ante lo cual el mayordomo jurará haber De igual manera en una contabilidad aportada dado fielmente las cuentas(59). por María Marrero, viuda de Melchor Rodríguez, repara que hay un error en (56) (57) (58) (59)

APM, Ibídem supra nota 41. APM, Libro de la mayordomía de la Virgen de la Candelaria, fol. 67. APA, Libro de la Cofradía de Nuestra Sra. del Rosario, fol. 9r. APA, Libro 1 de Fábrica, fols. 254-255.


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la suma y donde tenía que haber 218 reales sólo hay 132 y justifica de dónde han de salir los 218 reales, obligando a la dicha a pagar la diferencia en un plazo de 15 días al mayordomo(60).Mas no siempre saldrá triunfante en sus gestiones y así sobre una limosna que dejó Álvaro Yánez sobre unas casas en El Cerrillo, en 1579, por dos doblas y media y que en 1634 Gregorio Canizares pagaba 18 reales y en el momento de la revisión Juan González Denis, que es quien estaba gozando las casas, sólo paga 3 reales; se le obligará a pagar 18 reales, pero parece ser que la gestión no debió surtir mucho efecto ya que se pone la advertencia de que de no pagarse al cura cesará en decir las misas(61).Igualmente sobre un mandato de requiem todos los jueves del año, dejado por Pedro Ximénez a cuenta de una bota de vino sobre un parral, que en 1579 poseía Juan de Almeida y que en 1687 poseen dicho parral y tierras Gregorio Bautista Suárez, Francisco Suárez y otros muchos y como dichas misas no se cumplen el Bachiller Don Juan Mateo de Castro hace diligencias para buscar dicho tributo, pero fue infructuosa ya que indicará que esta memoria se perdió puesto que la viña hace más de 100 años que también se perdió y que la tierra estaba dividida en muchas "tajadas" y había que pleitear con cada uno de sus poseedores y se lamenta añadiendo: "...y pues se suelen perder memorias modernas no es mucho se haya perdido memoria tan antigua no teniendo instrumentos para su defensa" ( 6 2 ) . Sobre esta pérdida de memorias ya advierte y por ello cuando hace referencia a la colocación del archivo dentro del baptisterio de Arucas y del que hay dos llaves, una de ellas para el sacristán, que los libros cuando sea necesario sacarlos se vuelvan en 15 días y: "...no se consienta quitar de dichos libros hoja alguna ya que por esta causa se han perdido muchos tributos" (63). Sobre el costo de las misas y según un informe que le llega de el prelado en la visita cursada en diciembre de 1668, se da cuenta que conforme a las nuevas sinodales han de pasar a cobrarse de 2 a 3 reales, poniendo el cura la cara, y las cantadas a 9, tocando a 8 reales al cura y una para la fábrica de la ante esta disposición realizará una adaptación de las iglesia por la cera(64), misas acomodándolas al nuevo precio pero no todos estarán conformes con esta nueva tarifa, ya que en Moya ha tenido muchas dificultades para cobrar el tributo sobre la capellanía de Mensia Rodríguez de Leppe y es por lo que incluye una advertencia para los curas que le sucedan en que es necesario hacer una revisión, ante escribano público, sobre estos bienes, por: "... el mucho trabajo que cuesta la cobranza de este tributo que lo se muy de expe(60) (61) (62) (63) (64)

APA, Ibídem, fol258v. APA, Libro de Cuadrante, fol. 10. APA, Ibídem, fol. 11. APA, Libro de Cuentas de Fábrica, s/n. APA, Libro de Cuadrante, fol. 1.


riencia pues se me quedaron debiendo muchos reales en 12 años que fui y lo supliqué al señor visitador en su tiempo que haya reducción de estas misas rezadas porque se pagan a dos reales y han de pagarse a tres como se ha mandado en todas las parroquias" (65).

LOS LIBROS D E REGISTRO Llegados a este punto ya tenemos constancia de la meticulosidad, control y rigor que el Br. Don Juan Mateo de Castro viene realizando tanto en el desarrollo de su ministerio sacerdotal como en la administración parroquial. Es en los libros parroquiales de bautismo, matrimonios y defunción donde se observa su labor cotidiana resaltando su pulcritud y orden metódico, ya que las anotaciones se realizan por un riguroso ordenamiento cronológico, cosa no común en otros anotadores y así es frecuente ver como otros curas registran capítulos mezclados de diferentes días, meses e incluso años(66).Otro aspecto relevante está en que es él mismo quien oficia la práctica totalidad de bautismos, matrimonios y defunciones, salvo cuando se trata de parroquianos vecinos de Firgas en cuyos oficios suelen intervenir los frailes del convento de San Juan de Ortega, de aquella localidad, pero no destacando con excesiva asiduidad y siendo más frecuentes en los casos de defunciones y matrimonios, ya que en el convento se realizaron algunos matrimonios y enterramientos, pero ningún bautismo. El bachiller permanecerá de una manera constante al frente de su parroquia y salvo causas de enfermedad o en su último año de vida, no se apreciará intromisión alguna y ausencias sólo se ha detectado una entre el 2 y el 21 de febrero de 1680 y cuyos bautismos en este por enfermeperíodo fueron oficiados por Fray Joseph González Denis (67); dad entre el 2 y el 4 de abril 1690, en que oficia Fray Tomás de 0 r d o ñ 0 ' ~ y~ ) será a partir de febrero de 1691 cuando pase a encargarse de los bautismos Agustín Álvarez de Figueredo, con algunas intromisiones de Blas Gozález En febrero de 1893 ya Denis y del propio Br. Don Juan Mateo de Castro(69). aparece Agustín de Figueredo con la indicación de ser teniente de cura ,)O'( con lo que es fácil adivinar que su fallecimiento se está aproximando. Este aspecto de delegación que apreciamos en bautismos no destaca en matrimo(65) APM, Ibídem, supra nota 41. (66) Este aspecto de alteración de fechas se observa en todas las parroquias y con la mayoría de los curas, pero el caso más sobresaliente lo encontramos en los registros bautismales de Tejeda, APT. (67) APA, Libro IV de Bautismo, fols. 110-111. (68) APA, Libro V de Bautismo, fol. 49v. (69) APA, Ibídem, fols. 23-49. (70) APA, Ibídem, fol. 50.


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nios y defunciones y así la última anotación que refleja en matrimonios la la última de defunciones el 23 de marzo de realiza el 25 de enero de 1693(71), 1693(72) y la última anotación de bautismo que anota data de el 15 de enero de 1693(73). Ya hemos manifestado el deseo que tiene de legar información al futuro y para ello se preocupará de proveer a su costa de diversos libros a las parroquias de Arucas y Moya y así él realizará y dará comienzo a los siguientes libros de registro: En Moya el 11, que engloba bautismos, confirmaciones, casamientos, entierros y fábrica, así como el memorial de limosnas; en Arucas el IV y V de bautismos, el IV de matrimonios y el 11 de defunciones que Igualmente sucederá con los libros consta de una primera y segunda parte(74). de mayordomías y cofradías de ambas parroquias en cuyas cabeceras o márgenes anota su autoría. Destacan los libros de cuadrante, tanto el que inicia en Arucas para la recopilación de todas las capellanías y aniversarios, como el que hace en Moya, del cual sabemos que le costó 8 reales y lo hizo para: "en que escribir las capellanias memorias y aniversarios que ay en dha parrochial porque hamas se asido con averse mandado azer en las visitas que abia m u y especial necesidad que advirtiere y apuntare con todo el cuydado y diligensia posible y con la mesma procurare juntar todos los instrumentos y recad o s d e d h a s m e m o r i a s para q u e conste siempre y a y a seguridad y permanensia" (75). También merecen mención el libro de Memorias Antíguas, iniciado por él y en donde se fueron reflejando los diferentes obispos; los párrocos habidos en Arucas y los clérigos hijos de esta localidad, hoy transcrito y ampliado con anotaciones de los párrocos sucesores al Br. Don Juan Mateo de Castro. Y el libro de mandatos en donde agrupó todos los mandatos e instrucciones llegados a la parroquia. Estos libros de registro fueron todos revisados por el propio bachiller, según consta de las anotaciones que va haciendo en sus márgenes y que delatan se procedencia debido a su inconfundible grafía y a la tonalidad de la tinta, que como ya quedó dicho, fue uno de sus defectos y consecuencia de determinadas pérdidas. Guiándonos por la anotación que hace bajo el capítulo de su propio bautismo, ya comentada, podemos deducir que tal revisión de libros la efectuó en fechas posteriores a 1675, cuando vuelve por segunda vez a Arucas, ya que en dicha anotación hace constancia de haber reedificado las (71) APA, Libro IV de Matrimonios, fol. 94v. (72) APA, Libro 11 (El libro 11 de Defunciones consta de una primera y segunda partes) de Defunciones, fol. 49r. (73) APA, Libro V de Bautismos, fol. 49v. (74) En el inicio de todos estos libros queda la constancia de que fueron hechos por el Br. Don J. M. D E CASTRO. (75) AOM, Ibídem supra nota 34.


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iglesias de Moya y Arucas. Aspecto esencial es el interés que tiene por destacar sus pertenencia familiar, como si se tratase de buscar un arraigo que vio truncado a muy corta edad cuando falleció su madre y así repasará, destacará e insertará notas marginales en los capítulos de nacimiento de su madre y de su prima-hermana que lo crió; así como en su propio capítulo de nacimiento; en el de su hermana, todos ellos ya comentados anteriormente; en el capítulo de defunción de su padre, que destaca para que resalte mejor repasando la escritura del Br. Don Lorenzo Finollo y Venegas y colocando sobre su cabecera: "Ioan Mateo Truxillo murió de edad 68 años" (76), en el capítulo de defunción de su madre también realizará una nota a su márgen que dice: "nació la dicha Ursula de Rosales y Castro mi madre en el mes de octubre año de 1588 y se fue desta presente vida a 21 de enero de 1624 teniendo 35 (77).

De toda esta revisión y anotaciones marginales se desprende un celo excesivo y un ánimo de tener un control y conocimiento exacto de sus parroquianos así como de velar fielmente por los intereses de su parroquia. En diferentes ocasiones haremos alusión a estas notas marginales al tratar más detenidamente cada uno de los aspectos referentes a bautismos matrimonios y defunciones.

Los registros bautismales Al hablar de su formación ya mencionamos su proximidad a la iglesia de Arucas, por lo que para él no significó nada nuevo el tener que realizar estos registros en el momento de desempeñar su cometido como párroco. En Arucas, en la actualidad, el primer registro bautismal que se conserve data del 22 de octubre de 1589 y es precisamente el capítulo donde está inscrita la madre del propio bachiller, pero es fácil adivinar, por el deterioro de este primer libro, que los registros debieron comenzar con anterioridad, ello por varias razones: una dado que la disposición tridentina es anterior a este primer registro, otra porque se nota que la numeración de los folios está alterada con respecto al primitivo ordenamiento y quizá la más contundente es la nota que incluye el comisionado Agustín Cabra1 y Jaimes, en noviembre de 1592, dando cuenta de que de el primer libro de bautismos se sacó la copia de matrimonios que en él se contenían y también de algunos bautismos que estaban apolillados, viniendo a quedar el libro en 63 hoja^''^). En la actualidad este libro 1 de bautismos presenta 94 folios. Al hacerse cargo de la parroquia de Moya, cuyo primer bautismo que se conserva data de fecha 18 de enero de 1593, revisó este primer libro que (76) APA, Libro 11de Defunciones, fol. 14. (77) APA, Libro 1 de Defunciones, fol. Ov. (78) APA, Libro 1 de Bautismo, fol. 15r.


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incluye bautismos, entierros y confirmaciones y así, en la parte referente a bautismos encuentra saltos en la numeración indicándolo y así del folio 35 se pasa al 46, aunque no faltan capítulos; del folio 49 se pasa al 53 y en el folio 96 anota: "resevi este libro faltandole 39 hojas y para que conste lo firme"; también hay otra anotación en la que se indica que faltan capítulos desde el Estas revisiónes hacen que esté en mes de marzo de 1645 a enero de 1646(79). contacto con la forma y manera de anotar, que esencialmente se concreta en indicar el nombre del bautizado; la fecha del bautismo; el nombre de los padres y de los padrinos y, por último, la indicación del cura que oficia. Estos serán los datos básicos y a partir de aquí ya dependerá de los diferentes anotadores para obtener una mayor información y ésta nos viene proporcionada al indicársenos el lugar de vecindad de los padres y padrinos, así como, en ocasiones, especificar sus dedicaciones, en especial cuando éstos ocupan algún cargo de relevancia a nivel social, político, administrativo, eclesiástico o de milicias. Un aspecto que también incluye el bachiller es la diferencia de edad con que el niño llega al bautismo desde el día en que nació, incluso la circunstancia de su nacimiento ya que suele reflejar si fue bautizado en casa, bien por un vecino o por la comadre, a quien posteriormente se les examinará para saber si la fórmula empleada fue la correcta y por consiguiente dar por válido el bautismo, o por contra actuar "subconditione"; pero este aspecto en sí nos está indicando los casos de nacimientos con peligrosidad; se especificará, también, la característica étnica del bautizado indicándolo con alusiones a la pigmentación de la piel y así indicará: negro, moreno, mulato, o con otras características como gentil o negro bozal. La forma en que refleja los capítulos es muy ordenada, rayando en la perfección metódica a partir de 1675 en donde a la costumbre de colocar el nombre del bautizado al márgen, aspecto éste que no todos los párrocos cumplen, pese a que ya hay un mandato al respecto y así vemos que en una visita realizada por el provisor, visitador y vicario general Sr. Don Eugenio de Santa Cruz ya mandó que en los capítulos se ponga el nombre del que se bautiza dentro del mismo y al márgen para que así se "hayen con mayor facilidad" Ello se verá acompañado de la numeración que el bachiller da a cada capítulo y estos dos aspectos nos han podido permitir saber cuántos bautismos se celebraron entre 1661 y 1669, ambos incluídos, pues se perdieron por la fuerza de la tinta y aunque el libro donde inicialmente estuvieron copiados se transcribió el copista pasó por alto el número de capítulos que faltaban e incluso cuando indicó que faltaban algunas no acertó en su número exacto, cosa que es fácil descubrir guiándose por el original, del que sólo se conservan los márgenes y en ellos se aprecia la numeración. Otra caracte(79) APM, Libro 1, fols. 46,53 y 96. (80) APA, Libro 11 de Bautismo, fol. 15r.


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rística suya es la de incluir tres capítulos en cada cara de los folios por lo que tenemos, salvo que se incluya una notificación de visita, que en cada folio se insertan seis capítulos y para una mejor localización procurará que el inicio de cada año corresponda con el inicio de un folio, aspecto que también empleará para el inicio de los libros y esto se aprecia en el Libro 111 de Bautismos cuando escribe: "Este libro por tener ya pocas hohas se le dio fin en este presente año de 1669 y se prosiguió en otro libro nuevo hecho a m i costa y para que conste lo apunto y Sobre la fórmula básica de anotar los capítulos, parece ser que no era de común cumplimiento en todas las parroquias, aún así nuestro bachiller sé se ajustará a ella, pero no obstante en una visita general que hace el obispo Sr. D. Rodrigo Gutiérrez de Rojas se indica la forma y manera de cómo han de reflejarse los bautismos y ello lo vemos anotado tanto en los libros bautismales de Moya y Arucas, transcribiendo aquí la inserta en Arucas:

E n la villa de Arucas a cinco días del mes de agosto de mil seiscientos e cinqta e tres a""su S"" el Sr Don Rodrigo Gutiérrez y Roxas obispo destas islas de Canay del consejo de su magestad m i Sr. estando en la visita general de este obispado y en la desta villa haviendo visto donde se escriben los baptizados y en lo que necesita de enmienda dixo que mandaba y mando se guarde la forma de asentar a los que se bautizan que pone el de esta forma: E n la iglesia parroquia1 de N en tantos días de tal mes y tal año yo N cura etta baptice a N hijo o hija de Nparrochianos de N fueron sus padrinos N y N y lo firme yo el cura. Y que se cumpla asi so pena de excomunión mayor y de dos ducados por cada u n o que asi n o se escriba y asi lo proveyo mando y firmo ("1. Esta fórmula se mantendrá estable durante todo el S. XVII y a ella solamente se añadirá la indicación de advertir a los padrinos la condición de parentesco espiritual que contraen con los bautizados y que en Arucas durante el ministerio del Br. Don Juan Mateo de Castro aparece reflejada en dos ocasiones por los visitadores, la primera en 1679 y la segunda en el año A estas anotaciones bautismales se les suele añadir en el márgen de 1687(83). se carece de óleo y crisma como consecuencia de haberse terminado en el momento de realizar los bautismos y que cuando vuelve a disponerse de óleo, nuevamente, se les unge y se deja indicación, aunque sobre este aspecto (81) APA, Libro 111 de Bautismo, fol. 141v. (82) APA, Ibídem, fol. 13v. (83) APA, Libro IV de Bautismo, fols. lOlr y177r.


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hay un requerimiento en la visita que el 12 de mayo de 1669 hace el Sr. provisor y vicario general Dr. Don. Diego Romero Bote110 al cura de ese momento, Juan Ángel de Vera Falcón, para que haga diligencia en poner óleo y crisma a las personas que les falta en la parroquia de Moya(84). La meticulosidad del Br. Don Juan Mateo de Castro nos permite adivinar la estructuración de la población atendiendo a aspectos de nacimiento y así tendríamos: hijos legítimos; ilegítimos, que pueden atender a varias modalidades como el caso de padre conocido y madre desconocida, de madre conocida y padre desconocido que es lo más común, hijos de padres solteros, hijos de hombre casado y mujer soltera y alguna otra variante. En este aspecto de niños ilegítimos algunos párrocos solían delatar al supuesto padre, siendo el caso más llamativo el de el Br. Roque Merino, beneficiado de Santa en otras ocasiones se trata de enmascarar esta ilegitimidad, María de Guía(85), Nuestro bachiller aspecto que resalta en Tejeda y por diferentes curas nunca delatará a nadie, ni en Moya ni en Arucas, y cuando menciona al padre, en un caso de éstos, siempre indica la circunstancia de por qué no están casados, bien porque estén esperando la dispensa por ser parientes, o bien por estar en pleito, aunque estos casos no son muy numerosos y ejemplos los tenemos en el bautismo de María, celebrado en Arucas el 31 de mayo de 1675 en donde indica ser hija de Aana Baptista y: "cuyo padre no se conoce por ser su pariente y por que está para ir en persona a Roma para alcanzar dispensación para casarse con la susodicha" (*'). Cuando hay pleito por contraer matrimonio la situación la expresa como en el caso del bautismo de María, celebrado el 18 de mayo de 1675, en donde indica que la madre Faviana de Cerpa, vecina de Firgas y: "cuyo padre está dudoso por estar en pleito con un vecino de F i r g a ~ " ' ~ ~ ) . Sobre los niños expósitos también nos deja constancia y aunque en Moya durante su estancia, en las dos ocasiones, no refleja a ningún niño expósito, si lo hace en Arucas, donde incluso nos indicará el lugar de exposición de estos niños, a los cuales parece ser que criaba a su costa ya que bajo el capítulo de bautismo de Laurencia, en 13 de agosto de 1670, y que fue echado a la puerta de la iglesia, indica: "se puso a criar este niño sin renta alguna y he de advertir a los curas sucesores que yo he cuidado mas de cincuenta niños expósitos en 10 años que asisto en este curato para que valga y (84) APM, Libro 11, fol. 55v. (85) APSMG, Libro 1, bautismos reflejados por el Br. Roque Merino entre los años de 1598 a 1629. (86) APT, Libros 1 y 11 de Bautismo. De 76 ilegítimos reflejados en todo el s. XVII, se ha detectado 7 enmascaramientos. (87) APA, Libro IV de Bautismo, fol. 56v. (88) APA, Ibídem, fol. 56r.


así no lo extrañen en su tiempo" (89),pero lamentablemente no podemos corroborar este dato debido a que es precisamente este período el que presenta el deterioro de los capítulos de bautismo, ya comentado, por lo que inevitablemente es preciso dar por buena la información del bachiller. En otra ocasión sabemos que remite una expósita a la cuna del Sagrario, tal es el caso de Petronila bautizada el 21 de febrero de 1683 Con referencia a el lugar de exposición vemos que no siempre es a la puerta de la iglesia, sino que se suelen dejar en otros lugares, caso de la puerta de un vecino, a las puertas de las ermitas o en otros lugares. El siguiente cuadro nos da una idea más exacta de los lugares de exposición de los niños expósitos durante el ministerio sacerdotal del Br. Don Juan Mateo de Castro en Arucas. Expuestos a la puerta de la iglesia: Expuestos sin indicación de lugar: Expuestos a la puerta de un vecino: Expuestos en la ermita de S. Sebastián: Expuestos junto a El Calvario:

11 4 2 1 1

FUENTE: APA. Registros bautismales del Br. D. J. M. DE CASTRO Elaboración propia.

Sobre los esclavos también se aportan datos, siendo el de mayor importancia el referente a la indicación de su propiedad o el de sus madres ya que generalmente se observa que los esclavos bautizados son hijos de esclava y padre desconocido, aunque no faltan casos en que hay hijos de esclavos pertenecientes a diferentes dueños, sin estar casados, o hijos de un matrimonio de esclavos legalmente constituido; también se dan los casos, aunque en menor proporción, de bautismos de esclavos adultos(91). Un aspecto que resulta incomprensible es que no incluye en el márgen ni haga mención alguna, a la referencia de realizar el padrón o de remitir las matrículas, aspecto éste que no hubo de desconocer puesto que en el Libro a de Mandatos él mismo archivó un edicto del obispo Bartolomé ~ a r c f Jiménez sobre el padrón parroquial, dado en La Gomera en 16 de octubre de 1675 (92). En los libros parroquiales que se han trabajado hasta el momento y ya indicados al comienzo de este trabajo, se han encontrado referencias a este envío del padrón solamente en el caso del párroco de Moya Blas Rodrí-

(89) (90) (91) (92) (93)

APA, Ibídem, fol. 6v. APA, Ibídem, fol. 136r. APa, Observado en las anotaciones bautismales del Br. Don J. M. DE CASTRO. APA, Libro de Mandatos, fols. 117-118. APM, Libro 11, fol. 184v.


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guez, que tomó la posesión el 2 de julio de 1693 '"1, fecha en que ya había fallecido el Br. Don Juan Mateo de Castro, pero que parece tiene esta costumbre de anotar la remisión de padrones y matrículas y que lo suele hacer por los meses de abril y mayo, con regularidad anual, y así lo refleja de 1694 a 1700(94). El aspecto más llamativo de todas las anotaciones marginales que el Br. Don Juan Mateo de Castro hace en los capítulos de bautismo lo encontremos en Moya cuando bajo el nombre de los bautizados escribe su signo zodiacal en 11 ocasiones, de las cuales en 8 anotó al márgen que murió pronto, murió luego o murió pequeño, en otra ocasión se trata de un niño cuyos padres son vecinos de La Costa, en Gáldar, y en las otras dos ocasiones no indica nada'95). Esta indicación sobre el fallecimiento de algunos niños podría habernos aportado alguna luz sobre cuando hizo estas anotaciones ya que se nota claramente que lo realiza pasado un tiempo del bautismo, no sólo por la referencia en sí de haber ya fallecido la criatura, sino por el colorido diferente de la tinta. Examinados los registros de defunción para localizar a estos niños vemos que en 5 casos localizados, la edad de estos niños al fallecer oscila entre 20 días el de menor y año y medio el de mayor edad, lo que nos da a entender claramente que los signos zodiacales los hizo pasado un tiempo desde el nacimiento de los diferentes niños. Ciertamente sí se puede asegurar que lo hizo durante su primera estancia en Moya ya que niños fallecidos posteriormente a su marcha a Arucas tienen su signo reflejado. No sabemos el motivo de no continuar en esta costumbre ya que, al parecer no hay nada que se indique en caso contrario en la visita pastoral que se hace el 9 de agosto de 1653 por el obispo Don Rodrigo Gutiérrez de Rojas(96),salvo que iniciase la realización de los signos zodiacales con posterioridad a esta fecha. Posiblemente esta afición le pudo surgir al quedar motivado por alguno de sus diversos libros de cronología y que debió llegar a sus manos sobre los primeros años de la década de 1650, ya que sabemos que disponía de varios libros de este tipo, según el inventario de sus bienes, tratándose de: una Cosmographia, en latín; dos Calendarios; Compendio del mar y del sol; Calendario perpetuo y Lunario perpetuo i9'). Por la circunstancia que fuera cesó en estas anotaciones, aunque la afición debió seguir teniéndola ya en Arucas puesto que en el capítulo de bautismo de Isabel, bautizada en 15 de noviembre de 1653, anota: "nacio en el signo de Escorpión el cual es cassa nocturna goso de (94) (95) (96) (97)

APM, Libro 111de Bautismo, fols. 202-219. APM, Libro 11, fol. lr-26v. APM, Ibídem, fol. 8. F. CABALLERO MUJICA, o. c., págs. 29-31. Hace una ordenación del inventario de la biblioteca del Br. Don J. M. D E CASTRO. Sobre estas obras, en concreto, de un informe sobre ediciones anteriores y coetáneas al bachiller, pág. 40.


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Marte cayda de la luna y tristeza de Venus = Señala 22 años de edad"(98), aunque luego será tachado; de ello se deduce que este signo fue hecho en 1675, pero aún así sigue la interrogante sobre este aspecto zodiacal que introduce el bachiller. Ya hemos visto como anota los signos zodiacales al mencionar el realizado a Isabel El primero de los que hace está aplicado a Leonor, bautizada el 31 de enero de 1650 y que había nacido el 21 de dicho mes y dice así: "El Sol entraba en signo de Acuario casa diurna y gozo de Saturno" (99). Salvo en dos casos que pone el signo dudoso, uno de ellos por no saber bien el día de su nacimiento, la variación simplificada de signos que refleja se indica en el cuadro que sigue: Aries-Júpiter. Taurus-Venus. Géminis-Mercurio. Cancro-Luna. León-León. Virgo-Mercurio. Libra-Libra. Capricornio-Acuario Capricornio-Sagitario. Acuario-Sagitario.

Aries-Marte. Dubius en Taurus

Libra-Venus. Capricornio-Júpiter. Capricornio-Saturno. Acuario-Saturno.

Ambygua de Venus.

Capricornio-Mercurio.

FUENTE: ARM. Registros bautismales del Br. D. J. M. DE CASTRO Elaboración propia.

La anotación de la vecindad de padres y padrinos es un dato fundamental para conocer la movilidad de la población y saber cuáles eran los núcleos de población; su importancia; su evolución, así como el radio de influencia de las parroquias de Moya y Arucas durante este período. Computados todos los capítulos podemos ofrecer los núcleos de población de vecindad de los padres de los.bautizados y los núcleos de población de los padrinos, pero en este caso cuando se trata de padrinos que tienen diferente vecindad que la de los padres dado que esta diversidad de vecindad entre padres y padrinos nos marca la variación en las relaciones sociales entre los diferentes núcleos de población sobre los que inciden estas dos parroquias. Seguidamente adjuntamos los cuadros referentes a este aspecto y concernientes a ambas parroquias de Moya y Arucas.

(98) APA, Libro 11, de Baustismo, fol. 1%. (99) APM, Libro 11, fol. Ir.


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Parroquia de Moya: Periódos: 1648 a 1660 y 1674-1675 Registros anotados: 188 VECINDAD

1

Padres de:

Casos

Moya Arucas Guía La Costa de Layraga") Fontanal Firgas La Costa-Gáldar Tenerife (2) Tejeda

Padrinos de:

Casos

1

La Ciudad Arucas Guía Agaete Firgas Gáldar Teror La Aldea de S. Nicolás

NOTAS:

(1) Jurisdicción de Moya (2) Estantes en Moya. FUENTES: APM. Registros Baustismales del Br. Don J. M. DE CASTRO. Elaboración propia

Cuando por su fallecimiento le sustituye Sebastían González Montañés, se perderá esta referencia a la indicación de vecindad de padres y padrinos de los bautizados y sólo se apreciará cuando bauticen en el lugar de aquel Fray Salvador Perdomo o Blas González Denis''").

Los registros matrimoniales Al igual que mencionamos en bautismos, cuando el bachiller comienza su ministerio sacerdotal en Moya ya hay antecedentes de registros matrimoniales, siendo el más antiguo que perdura de 25 de octubre de 1598 y curiosamente se trata del matrimonio entre el portugués Manuel Jorge de Andrade y María Truxil10('~'),y como ya sabemos este libro fue revisado por Br. Don Juan Mateo de Castro anotando en al parte correspondiente a casamientos: "El día que se me dio este libro faltaban 27 hojas de el y por verdad lo firme" ('O2), lo que nos hace afirmar que vió la disposición que se fijó en noviembre de 1628 en la visita que cursó el obispo Don Cristóbal de la Cámara y Murga y anotando en él la forma en que han de registrarse los matrimonios, que transcribimos:

"...y habiendo visto el orden de casados que se tiene en escribirlos mando de aquí en adelante al cura que escribiere ponga (100) APA, Libro V de Bautismo, fols. 55 a 177. (101) APM, Libro 1, fol. 106r. (102) APM, Ibídem, fol. 135.


Parroquia de Arucas: Penódos: 1661 a 1671 y 1675-1693 Registros anotados: 1890 VECINDAD

Padres de: Arucas ('1 Firgas Sin Identificar (2) Tenoya La Costa de L a ~ r a g a ' ~ ) El Repartimiento La Ciudad Granadilla (Ciudad) Masapeses Barranco de Azuaje Buenluar Trapiches El Bañadero Guía Tamaraceite Teror Acusa Barranco de Tenoya Barraqueras Cerrillo La Casa Blanca La Vega San Lorenzo Ytara

NOTAS:

Casos 1.267 277 244 36 30 12 9 6

5 3 3 3 2 2 2 2 1 1 1 1 1 1 1 1

Padrinos de: La Ciudad Teror Moya Guía San Lorenzo Tenoya Firgas Gáldar Arucas El Repartimiento Granadillal (Ciudad) Palmar (Teror) Telde Tejeda Trapíches Acusa Agaete Arbejales (Teror) Artenara Barranco Hondo (Gáldar) La Costa Lanzarote La Vega Tamaraceite Toscón Valsendero (Teror)

Casos 92 43 24 14 14 11 9 6 3 3 3 3 3 3 3 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

(1) Incluidos 38 bautismos donde se indica que los padres son vecinos de Arucas, pero naturales de otros lugares fuera de la isla de Gran Canaria y que se reparten así: Isla de Fuerteventura 25 Isla de Tenerife 7 Isla de La Palma 3 Isla de La Gomera 1 1 Isla de Lanzarote Portugal 1 (2) Por deterioro del Libro 111de Bautismo entre 1661-1669. (3) Jurisdicción de Arucas. FUENTES: APA. Registros bautismales del Br. Don Juan Mateo de Castro. Elaboración propia

I


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día mes y año en que hace el casamiento por letra con mucha claridad diciendo los padres de los casados y como precedieron las amonestaciones de que son el Santo Concilio de Trento y quienes son los testigos que se hallaron presentes pues es fuerza que se hallen tres o por lo menos dos según las ordenes del dicho sacro concilio lo cual hagan pena y dos ducados por lo demás que lo dejara de hacer asi lo mando"('03). Ya siendo párroco el Br. Don Juan Mateo de Castro, se darán instrucciones al respecto sobre las amonestaciones y así en la visita que el obispo D. Rodrigo Gutiérrez de Rojas hace el 9 de agosto de 1653, que dará por buenas las anotaciones del bachiller, se reflejará: "...y mando que de aquí en adelante el cura que es y sea por el tiempo n o pueda casar a ningunas personas n o habiendo precedid o primero las tres amonestaciones sino es con licencia y dispensación expresa de justicia aunque este ausente firmada de su m a n o y refrendada de su secretario y n o de otra persona n i ministro alguno que tampoco puedan casar a ninguna otra persona que sea de otro lugar y de esta ysla sin que hayan precedido primero las dichas tres amonestaciones en la parte donde fuere natural sino es que haya venido a este lugar antes de tener la edad legitima que manda el derecho para contraer matrimonio lo cual cumplan pena de cincuenta ducados aplicados a obras pias al arbitrio de justicia y los demás que hubiere sugerir mando esto y asi lo proveyo mando y firmo"('").

Sobre las velaciones también hay disposiciones y tampoco han de ser desconocidas por el bachiller y así en Arucas se hace una indicación, al respecto, en la visita que el 6 de agosto de 1653 hace el visitador general D. Juan de Valdomero y Cuevas y que deja reflejado: "no puede el cura que por tiempo fuera velar antes del alba ni fuera de la parroquia otro sacerdote en convento a ermita sin licencia del cura de dicha parroquia y asi lo proveyo y firmo" ('O5). Sobre este aspecto de velación se ha observado que no se venía haciendo en un tiempo anterior a 9 días después de casados y esto es general en todos los registros trabajados, al respecto es el de Santa María de Guía el más ilustrativo ya que junto a los capítulos de casamiento están las licencias para levantar la excomunión por no haberse velado o amonestado. Este (103) APM, Ibídem, fol. 138. (104) APM, Libro 11, fol. 3r. (105) APA, Libro 111 de Bautismo, fol. 270r. E n este libro están recogidas 18 velaciones.


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aspecto de dejación debió de ser tan común que incluso nuestro bachiller lo pasó por alto y así se puede comprobar en las referencias de anotaciones marginales donde se indica la fecha de velación, que es muy posterior a estos nueve días, pero en visita que hace el provisor Don Diego Romero Bote110 el 4 de diciembre d e 1668, parece que se intenta remediar este aspecto, el menos en Arucas, y para ello escribe en el libro matrimonial: "...y asi mando su Md que el primero día de Pascua de Navidad amonesta al afertorio que todas personas que estan por velar se velen dentro de ocho días y si n o obieren venido a velarse los declare y ponga en la tablilla por publicos excomulgados y n o les quite della y vuelvan hasta aver pagado cada uno de las que n o hubieren cumplido con lo mandado conforme lo manda el sinodo los cuales dos ducados se aplicaran a la fabrica parroquia1 desta villa y juntamente averlos velado y asi lo mando y firmo. Y en adelante el dicho venerable cura cumpla lo dispuesto por el synodo y mandatos de los señores obispos dando cuenta de los que n o se velen"(lo6).

Bajo estas fórmulas se moverán las anotaciones del bachiller, el cual, como ya dijimos, revisó las de Moya y lo mismo hizo en Arucas en donde colocará sus consabidas anotaciones marginales. En Arucas los registros matrimoniales ofrecen mayor antigüedad que en Moya y la primera anotación que hoy se conserva es del 5 de octubre de 1595 pero al igual que se mencionó para os registros bautismales de Arucas, los registros matrimoniales debieron ser más tempranos pues según se anotó en el libro bautismal se extractaron de él los primeros matrimonios, haciendo libros separados y es fácil deducir posibles pérdidas que también se indican('o8). Los registros matrimoniales del Br. Don Juan Mateo de Castro son muy completos, en especial los que plasma en Arucas a partir de 1675, y por lo general, independientemente del nombre de los contrayentes, suele indicar el nombre de los padres de éstos; su vecindad y así como si están fallecidos, dato éste que nos permitirá en estudios posteriores ampliar aspectos sobre la mortalidad; también incluye padrinos, aunque esta costumbre es más propia de los primeros registro e irá decayendo a medida que avanzamos en el tiempo y es característica general de todas las parroquias estudiadas; se dan datos sobre los matrimonios de esclavos; se ofrecen fechas sobre el momento de la velación y referente a las velaciones se puede deducir si los matrimonios se han celebrado en las parroquias o en La Catedral, o si los matrimonios ya son sagrados proceden de otros lugares, por lo que este dato nos informa de la (106) APA, Libro 11 de Matrimonios, fol. 46-47. (107) APA, Libro 1 de Matrimonios, fol. Sr. (108) APA, Ibídem supra nota 78.


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movilidad de la población; también se indica si ha existido licencia del provisor, bien por ser uno de los contrayentes forastero o extranjero, o por ser parientes en algún grado de consanguineidad; en último lugar se refleja a los testigos de los que se suelen dar datos de su vecindad y también de su actividad o si desempeñan algún cargo público, político, administrativo, eclesiástico o de milicias. Sobre la indicación de vecindad de los contrayentes podemos hacernos una idea de la movilidad de la población. En Moya no se puede hacer una indicación completa ya que faltan los capítulos anotados entre febrero de 1642 y enero de 1651, por lo que se habrían perdido aquellas anotadas por el Br. Don Juan Mateo de Castro de 1648 a 1651. En los cuadros que siguen se ofrecen estas relaciones, tanto en Moya como en Arucas, y se puede apreciar la diversidad de intercambios que hay, apareciendo las relaciones entre diferentes localidades. Parroquia de Moya: Periódos: 1651 a 1660 y 1674-1675 Registros anotados: 29

1

Novio de:

1

Casos

Moya Guía

Moya

Moya

Arucas Gáldar Guía La Vega Tenerife Tenoya I

Novia de:

1

FUENTES: APM. Registros Matrimoniales del Br. Don Juan Mateo DE CASTRO. Elaboración propia

En Moya no se menciona ningún caso de matrimonio con consanguineidad entre sus contrayentes. Todos los matrimonios son entre solteros, salvo un caso que se especifica entre un viudo y una soltera. Todos los matrimonios son realizados en la iglesia parroquial.


Parroquia de Arucas: Periódos: de 1661 a 1671 y de 1675 a 1693 Registros anotados: 335 (.)

Novio de:

Novia de:

Arucas

Arucas Firgas La Ciudad Fuerteventura") Teror El Repartimiento Gáldar La Costa La Vega Lanzarote Moya

Teror La Ciudad San Lorenzo Moya Tenoya Gáldar Guía Tejeda Tirajana Agaete Artenara Fuerteventura La Vega Acusa La Habana(2) Madeira Telde

Arucas

Barranco de Azuaje

Barranco de Azuaje:

irg gas

Firgas Arucas Teror El Repartimiento Los Masapeses San Lorenzo

Casos 115 10 4 2 2 1 1 1 1 1 1 15 11 9 8 6

5 5 3 3 2 2 2 2 1 1 1 1 2 29 18 2 1 1 1


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27 1

Barranco de Azuaje Fuerteventura Granadilla (Ciudad)

NOTAS:

(1) Estantes en Arucas (2) Se trata del matrimonio entre el capitán Don Diego Borges del Manzano, natural de Tenerife y vecino de La Habana, con Doña Ana Denis Cruz('"). (3) Uno de los casos es una velación y otro caso el novio es estante en Arucas y la novia es estante en Firgas y natural del Valle de Santa Inés. (4) La novia natural del Valle de Santa Inés. (5) Vecinos en Arucas. (6) En este matrimonio el novio es vecino de Santa Ursula. (7) En estos matrimonios en uno el novio es vecino de La Victoria y en el otro de Garachico. (.) De este cómputo total, 18 casos no se pueden determinar por el deterioro de los capítulos anotados entre octubre de 1664 y abril de 1666. FUENTE: APA. Registros Matrimoniales del Br. Don J. M. de Castro. Elaboración propia.

(109) APA, Libro IV de Matrimonios, fol. Sor.


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ESÚS EMILIO RODR~GUEZCALLEJA

En el convento de San Juan de Ortega, en Firgas: En la ermita de La Santísima Trinidad, en el Barranco de Azuaje('1: En la ermita del Ángel Custodio, en Los Trapiches: En la ermita de San Andrés, en la Costa de Layraga: En El Repartimiento: En El Bañadero: En La Palma del Castillo(2): En La Ciudad?

14 2

1 1 1 1 1 1

(1) Uno de estos matrimonios se realizó con licencia que piden los contrayentes por no tener traje para ir a parroquia de Arucasu'"1. (2) Entre un vecino de Teror y una vecina de Arucas. (3) En el monasterio de monjas de Nuestra Señora de la Concepción, de la Orden de San Bernardo. FUENTE: APA, Registros Matrimoniales del Br. Don Juan Mateo de Castro. Elaboración propia NOTAS

No todos estos matrimonios se celebraron en la parroquia de San Juan Bautista, en Arucas, así tenemos algunas muestras de casamientos celebrados fuera de la parroquia. Son pocos los casos y entre ellos sobresalen los que se celebran en Firgas, en el Convento de San Juan de Ortega. La relación de estos matrimonios celebrados fuera de la parroquia sería la siguiente: En referencia a la consanguineidad entre los contrayentes se han observado los casos que se señalan en el cuadro que sigue:

En dos cuartos grados de consanguineidad: En dos cuartos grados mixtos: En segundo grado de consanguineidad: En tercer grado de consanguineidad: En tercer con cuarto grado de consanguineidad: En cuarto grado de consanguineidad:

1 1 1 1 3 10

FUENTE: APA. Registros bautismales del Br. Don Juan Mateo de Castro. Elaboración propia.

Aunque no se indican más casos que los expuestos, parece que pudo ser mayor el número de casos de matrimonios con afinidad de consanguineidad y así, en los capítulos de bautismo el propio bachiller, hace mención de cuatro casos en que indica que los padres están esperando la licencia para poder casarse por se parientes, y en un caso de matrimonio con afinidad

(110) APA, Libro 111 de Matrimonios, fol. 2 5 .


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parece querer justificar la causa cuando indica que ello es debido "por causa de la cortedad del lugar"("'). La gran mayoría de matrimonios se realiza entre personas solteras, aunque no se sabe la edad que pueden tener los contrayentes, ya que no se indica y para su conocimiento sería preciso localizar a cada individuo en su correspondiente capítulo de bautismo, aspecto un tanto difícil dada la dispersión que puede observarse entre los matrimonios. Sí se precisa el dato de defunción de alguno de los padres de los contrayentes, aspecto éste que es de gran utilidad a la hora de recomponer la esperanza de vida de la población en este período. Independientemente de los matrimonios entre solteros se han observado otras variantes y así, entre viudo y soltera hay 27 casos; entre viuda y soltero 7 casos; y entre viudos un total de 6 casos. Un aspecto que llama la atención es que entre bautismos y matrimonios parece no haber una relación bastante acorde, ya que en Moya tenemos una relación de 188129 y en Arucas de 1.8901335, que si bien dan medias que pueden ser posiblemente aceptadas: de 6,4 para Moya y de 5,6 para Arucas, siguen indicando dificultad de aceptación, al menos hasta que se haga una recomposición más fiable y tomando la totalidad de las parroquias. Este hecho me ha obligado a profundizar en la investigación sobre los matrimonios y es por lo que en la actualidad se está trabajando en los registros matrimoniales de El Sagrario Catedral, en donde, confirmando las sospechas reveladas, están apareciendo de manera regular diversos matrimonios de feligreses de otras parroquias, y por supuesto de Arucas y Moya, así como matrimonios entre extranjeros e isleñas, destacando los portugueses, y entre gentes del reino de España e isleñas, al menos en lo que ha alcanzado dicha exploración (de 1565-1640). Los registros de defunción Al igual que en los anteriores registros, los de defunción tampoco son desconocidos por el Br. Don Juan Mateo de Castro ya que según su costumbre también estos fueron revisados y de manera especial a partir de 1669 cuando elabora los libros de cuadrante, tanto en Moya como en Arucas, con la finalidad de hacer un inventario de las capellanías, aniversarios y memorias que pertenecen a ambas parroquias y para tal fin revisa todas las partidas fecha qiie considede defunción. En Moya el primer registro data de 1630(112), ramos tardía pero no se puede precisar si hubo registros con anterioridad. En (1 11) APA, Libro IV de Matrimonios, gol. 63v. (112) APM, Libro 1, fol. 98r.


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Arucas el primer registro data de 1606 pero curiosamente se encuentra inserto entre capítulos de matrimonio junto a otra def~nción'"~), pero hay un laguna que llega hasta 1615 y los siguientes años de 1616 y 1617 se encuentran insertos entre los capítulos de bautismo ("4). Ordenadamente comienzan a partir de diciembre de 1623, dándose comienzo así al primer libro de defunciones. De ello se puede deducir que en Arucas los registros de defunción pudieron comenzar antes de 1606, pero la pérdida de folios y la reelaboración de los libros es lo que posiblemente ha dado lugar a estas lagunas y a que no se pueda precisar la fecha exacta del inicio de los registros pero en el libro de Cuadrante el Br. Don Juan Mateo de Castro ya reclama un tributo que dejó Álvaro Yanez en 1579(Il5), por lo que de este dato se puede presuponer, posiblemente, que ya había un control sobre los fallecimientos, aunque faltase un libro de anotación de las defunciones. Sobre los registros de defunción no se encuentra un fórmula indicativa hasta bastante tarde y aunque hay constancia del paso de los visitadores, ya que éstos lo reflejan en los libros e instan a los curas a que reflejen las defunciones como lo vienen haciendo. La primera disposición en concreto la vemos en Arucas, en 1668, en una visita que hace el obispo Dr. Don Bartolom6 García Jiménez, en 4 de diciembre, en que además de mandar hacer un libro nuevo de defunciones el propio bachiller, también indicará:

"...que no vala al dicho venerable cura entierro ninguno sin primero cobrar y tener en su poder la memoria o testamento que el tal difunto o difunta hubiere hecho de las cuales memorias y testamentos hará un protocolo que tenga en su poder para cuando vengan los señores visitadores y mando se cumpla so pena de excomunión mayor y de cuatro ducados por cada uno que asi no se cumpla y asi lo mando y firmo. Otrosi manda hacer un libro en que apuntan todas las misas dejando folios en blanco"("6). Esta última disposición es la que le moverá a realizar los libros de cuadrante en Arucas y Moya. Posteriormente, y en Moya, encontramos un fórmula sobre la manera de anotar según indicaciones del provisor, visitador y vicario general Dr. Don Diego Romero Botello, en visita cursada el 12 de marzo de 1669, indicando:

"...que en cada casilla y capítulo que se pone el nombre del difunto se escribe su dicho veornbre? su estado y donde vivía en (113) (114) (115) (116)

APA, Libro 1 de Bautismo, fol.5. APA, Libro 1 de Bautismo, fols. 11-12. APA, Ibídem supra nota 61. APA, Libro de Defunciones, fol. 35r.


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casa y calle y si hizo o n o testamento o memoria y ante quien y tenga cuidado al cura que es ofuere de que antes de que salga la cruz de la parroquia1 al intierro cobrar la memoria testamento o cuenta de todo el autorizado y en dicho capítulo se ponga día mes y año con claridad aparente y apartar al margen de dicho capítulo en que sepultura se enterro y saber si se enterro con cara de las animas y poner también al margen lo que se hizo de alquiler dello y asi lo proveyo mando y firmo"("7). Posteriormente a esta indicación encontramos otra en 1675, anotada en Arucas el 31 de diciembre, del visitador y racionero de la catedral Agustín de Figueredo, que se encuentra bastante deteriorada advirtiendo en la constancia de tener que reflejar los oficios y misas rezadas, así como los herederos y albaceas que han dejado y esto es tanto para los que se entierran en la parroEn 1677 se recibirá en Arucas un quia como en el convento de Firga~'"~). informe favorable del obispo Dr. Don BartolomC García Jiménez, sobre la propuesta que le hace al Br. Don Juan Mateo de Castro en relación al cobro de oficios y entierro en Arucas y Firga~'"~). Los registros que hace nuestro bachiller se adelantan a estas disposiciones y en ellos suele indicar la edad del fallecido que suele acompañar de la expresión "más o menos7', por lo que para conocer la edad exacta de los fallecidos será necesario contrastarlo con los respectivos capítulos de bautismo; su estado, si es casado con quien y si es viudo de quien; en los solteros suele indicarlo tal cual o con la expresión de moza doncella para las mujeres; a los niños, en contadas ocasiones, no les pone el nombre e indicará un niño, un hijo de , e incluso un nieto o sobrino de; cuando se trata de jóvenes que aún viven con los padres suele indicarlo como hijo-a de familias. De igual manera anota los esclavos y a quien pertenecen; el nombre de los padres de los fallecidos; las misas y oficios que se dejan o dicen, así como las misas perpetuas que se han dejado y las limosnas que se han aportado; también si se ha hecho memoria o testamento y ante quien. A partir de 1675 se incluyen los herederos y albaceas. También apunta el lugar de sepultura y la vecindad de los difuntos, aspectos éstos en los que nos detendremos posteriormente. Como ya se ha indicado en este trabajo el bachiller reyas6 determinadas partidas: las de su madre, hermana y padre, pero tarnbikn hizo anotaciones y correcciones a otros párrocos que le precedieron, en especial al Br. Lorenzo Finollo y Venegas al que le repasa los descuidos al olvidarse del (117) AQM, Libro, fol. 25. (118) APA, Libro II de Defunciones, fol. 55r. (119) APA, Libro de Mandatos, fols. 143-144.


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apellido o de las misas dejadas por los difuntos indicando ser descuidos del lo que viene a corrocura al no prestar atención al apellido y a las misas(120), borarnos que revisó los libros y, por ende, era conocedor de todas las disposiciones. En los registros de defunción es donde mejor se nota su control económico de los bienes de la parroquia y así en las revisiónes de los capítulos son varias las veces en que al márgen hace indicación sobre determinadas sepulturas que no se pagaron o misas que dejaron de apuntarse, o sobre testamentos que no se encontraron, incluso, y aquí se hará delación, indicará los bienes y limosnas que han quedado en poder de otras personas y no le han sido satisfechas, como los casos del clérigo de menores órdenes Damián González Morejón que se quedó con una limosna y no le encargó las misas ni le entregó el recibo de haberlas dicho112'),o cuando el alcalde de Arucas se quedó con un manto y unas alhajas dejadas por Luzia Medina para decir 10 misas, alegando aquel que con ello pagó la sepultura, pero el bachiller indica que por la sepultura no se pagó nada al ser de pobre^^'^"'. En este aspecto de control económico destaca el cuidado que pone en el control y gasto de cera, sobre la cual, curiosamente hace muchas referencias y así sabemos que la mejor era la de Agaete pues lo indica cuando recibe las cuentas de la cofradía de Nuestra Señora de Candelaria, en Moya, cuando el sacristán mayor Baltazar Rodríguez le presenta las del año 1649 y al recibirlas indica que: "dejo dha cofradía con ciento y quatro libras de sera blanca labrada de la también en Moya cuando de inicio a los Gaete que es la mejos desta isla"1123); registros de la cofradía del Santísimo Sacramento, hace relación de mayordomos de la cera que entregan, de algunas deudas de cera comprada y de velas, para continuar haciendo una memoria de todas las personas que deben cera y limosnas a la citada cofradía (lZ4). En Arucas también hay referencias a la cera y así sabemos que la misma se guardaba bajo llave, puesto que en una entrega de cuentas entre mayordomos, el saliente, capitán Juan González Denis, entrega al entrante, Francisco Rodríguez, 245 libras de cera de diferentes clases y un candado para guardar la cera y las linternas, una vieja y otra nueva, a lo que sigue una relación de bienes ('25),igualmente, en 1687, hace una indicación a Lucas Rodríguez, mayordomo de la cofradía de Las Benditas Animas, del alquiler de la cera, paños, gasto y labor de la cera de APA, Libro 11 de Defunciones, fol. 3. APA, Libro11 de Defunciones, fol. 7r. APA, Ibídem, fol. 13r. APM, Ibídem, supra nota 21. APM, Libro de la cofradía del Santísimo, se la de San Sebastián y de la de Guadalupe, fol Ir. (125) APA, Libro de la cofradía del Santísimo (120) (121) (122) (123) (124)


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dicha ~ofradía''~~). Incluso él mismo en la creación de su primera capellanía indicará que los distintos capellanes que ésta tuviera han de poner la cera para las festividades que él señala, añadiendo que para lo cual les deja las colmenas (lZ7). La meticulosidad que pone para registrar las misas perpetuas no está acorde con la forma de reflejar las misas rezadas que dejan los difuntos, ya que son numerosas las ocasiones en que indica no conocer o no acordarse de las misas que dejó; más notables son los casos en que indica que dejó algunas, aspecto bastante incomprensible y que no podemos determinar a qué razones se pudo deber. Esto no sucederá cuando el difunto deja un número determinado de misas y éstas han de repartirse con otras parroquias o conventos, casos del convento de San Juan de Ortega, en Firgas; con el de San Francisco, en La Ciudad, o con las parroquias de Moya y Teror. El Reparto con el convento de Firgas parece ser que es a 114 para la parroquia('28). Otro de los aspectos en los que destaca es cuando refleja los datos sobre la causa de la muerte del fallecido y así en Moya lo hará en 4 ocasiones, en una indica que murió de repente en un incendio('29), en dos ocasiones por caída de un risco''") y en otra se trata de una niña de 5 años que se ahogó(13'). En Arucas los casos son más numerosos, alcanzando hasta 21, mencionando diferentes causas, como: muerte repentina, accidente grave, enfermedad penosa, caídas de caballo y de riscos, ahogados, desprendimientos de piedras y un caso de "propheia" ('32).Para dar una idea de cómo refleja estos aspectos mencionaremos tres casos concretos y así en el capítulo de defunción de Lázaro González, en su márgen pone:

"Caso notable = murió desgraciadamente siendo homicida de si mismo casualmente sin quererlo e intentarlo pues viniendo caminando a la entrada de esta villa cayó de sus pies clavandose u n cuchillo que tenia en una alforja al hombro por el lado del coracon perdiendo el sentido con que solo le pude dar el santo oleo" (133). Sobre la muerte de Melchor González, vecino de Los Masapeses, indica:

"porque viniendo a caballo cayo en una barranquera y el caballo sobre (126) (127) (128) (129) (130) (131) (132) (133) (134)

APA, Libro 2" de Defunciones, fol. 36r. APA, Cuadrante de Capellanías, fols. 453 y SS. APA, Libro 11 de Defunciones. Registros del Br. Don Juan Mateo de Castra. APM, Libro 11, fol. 3v. APM, Ibídem, fols. 12v-31r. APM, Ibídem, APA, Libro 11 de Defunciones. Registros del Br. Don. Juan Mateo de Castro. APA, Ibídem, fol. 22r. APA, Libro 112'de Defunciones, fol. 33v.


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Y sobre el la muerte de Marcos Rosales, anotada el 30 de octubre de 1689 indica:

"se ahogo en la costa de las salinas y hasta hoy que son tres de noviembre n o ha aparecido el cuerpo = el cuerpo de este difunto se consumió en el Fuera de los libros de defunción también hace referencias a este aspecto y así al márgen del capítulo de bautismo de Domingos, de fecha 14 de abril de 1622 hace la siguiente anotación: "murió de enfermedad muy penosa el este Domingos no está reflejado entre jueves ocho de octubre de 1683" (136), los capítulos de defunción posiblemente falleció fuera de Arucas y al poner la mencionada indicación debía tratarse de alguien muy conocido por el bachiller posiblemente de un amigo de la infancia. La generosidad es algo que también se aprecia y son varias veces las que indica hacer oficios de caridad a su cuenta y esta preocupación por honrar a los difuntos se aprecia cuando fallece, e n La Habana, el ~,icenciadoÁlvaroPérez de Gamboa y que había sido benefactor de la parroquia de Moya y al que hizo unos oficios cantados graciosamente ('"). Igualmente dispondrá que todos aquellos pobres que fallezcan en Arucas y se entierren en sepultura de pobres y que no tengan bienes reconocidos, reciban el día de su entierro una misa rezada con su responso por parte del capellán de la primera de sus capellanías y esas misas han de entrar en el cupo de las 180 con que está dotada('38). Ya hemos visto como las parroquias de Moya y Arucas se fueron embelleciendo, debido a diferentes limosnas aportadas por sus feligreses, también en los registros de defunción se observan limosnas que acrecentarán el inventario artístico de la parroquia de Arucas, casos de diversos candeleros de plata, un cuadro de Nuestra Señora de Belén para la capilla de Wuestra Sefiora del Rosario o un velo para Nuestra Señora(13'). Ea indicación de la vecindad de los difuntos nos permite un conocimiento de kss lugares habitados, en el momento de nuestro estudio, así como del radio de influencia de las parroquias de Moya y Arucas.

(135) APA, Ibídem, fol. 41r. (136) (137) (138) (139)

APA, Libro 11 de Bautismo, fol. 30r. APM, Libro 11, fols. 229-230. APA, Ibídem supra nota 127. APA, Libro 11' de Defunciones, Registros del Br. Don Juan Mateo de Castro.


LOS REGISTROS PARROQUIALES DEL BACHILLER DON JUAN MATE0 DE CASTRO 1648-1693

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Parroquia de Moya: Periódos: 1648 a 1660 y 1674-1675 Registros anotados: 85") VECINDAD DE LOS DIFUNTOS

Moya La Costa de Layrage") Fontanal La Costa Barranco de Azuaje

69 4 3 3

La Costa de San Andrés Firgas La Ciudad Los Dragos

1 1 1

1

--

NOTAS: (1) De este total 7 casos se indican ser pobres FUENTES: APM. Registros de defunción del Br. Don. Juan Mateo de Castro. Elaboración propia

Parroquia de Moya: Periódos: 1661a1671 y de 1675-1693 Registros anotados: 491") VECINDAD DE LOS DIFUNTOS Arucas 349 Firgas 60 Barranco de Azuaje 8 El Repartimiento 8 Los Masapeses 8 Fuerteventura 6 La Ciudad 6 Los Trapiches 6 Buenlugar 4 Forasteros 4

La Costa El Bañadero La Costa de Layraga Tenoya Barranco Tenoya Las Barranqueras Montaña Ariquianes Portugueses Tenerife

4 3 3 3 2 2 2 2 2

Barranco Hondo De las IslasiZ) Fontanal Isla de La Palma La Santidad La Palma(3) Madeira Tamaraciete Trasmontaña

B 1 1 1 1 1 1 1 2

(1) De este total 89 casos se indica ser pobres. (2) No especifica de que islas. (3) En la Villa de Arucas. De estos 491 registros, en 49 casos se hace la indicaci6n de que los difuntos fueron sepultados en el convento de San Juan de Ortega de Firgas. FUENTE: APA. Registros de defunción del Br. Don Juan Mateo de Castro. Elaboración propia. NOTAS:

Otro aspecto que queda reflejado es el lugar de sepultura y el valor de la misma; por lo general son muy pocas personas las que disponen de sepultura propia. En los cuadros que siguen se indica la relación de los lugares reflejados por el Br. Don Juan Mateo de Castro, tanto en Moya como en Arucas, así como el precio que se indica y a quien a de pagarse.


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JESÚS EMILIO RODR~GUEZCALLEJA

Parroquia de Moya: Lugares de sepultura indicados por el Br. Don Juan Mateo de Castro.

1

LUGAR Arco de la Capilla Mayor Capilla Mayor Debajo de la escalera del coro De pobres En medio de la iglesia Frente a la pila del agua bendita Frente a la puerta pequeña En el cuerpo de la iglesia Frente al altar de N.S. del Rosario Junto a la pila mayor del agua bendita Junto a la puerta mayor Junto al arco mayor(2) Junto al altar de N. S. de Guadalupe Junto al altar de N.S. del Rosario Junto al altar del Santo Cristo Junto al cepillo y pila de agua bendita

1

VALOR(') ?

8-30 De limosna 4 8 7 6 12 ? ?

De pobres 6 ? ? ? ?

1

PROPIEDAD

1

Propia FábricaIIglesia ?

Fábrica Iglesia Iglesia Iglesia PropiasIIglesia Iglesia Iglesia Iglesia Iglesia Propia Iglesia Propia Propia

NOTAS: (1) E l valor está expresado en reales (2) Se trata de la sepultura de un niño. (3) E n la Villa de Arucas. FUENTE: APM. Registros de defunción del Br. Don Juan Mateo de Castro. Elaboración propia.

Hay que indicar que sobre las sepulturas del convento de San Juan de Ortega, en Firgas, no hay indicación del lugar en que se sitúan ni de su valor. Curiosamente el Bachiller Don Juan Mateo de Castro, que había prestado tanto celo en el cuidado de los libros y en la meticulosidad de las anotaciones, en especial de las de defunción, él no aparecerá reflejado en los libros, no sabemos a qué se debió esta circunstancia, quizá fuese por los enfrentamientos suscitados el mismo día de su muerte como consecuencia del reparto de sus bienes(140).Todo ello pese a tenerlo dispuesto y previsto de antemano en la capilla de San Miguel Arcángel, donde tenían que decirse las misas con su responso, "en un altar que tengo edificado con su nicho ... en su sepultura que está señalada con una losa cerca de la capilla de Nuestra Señora de Rosario (14'). Independientemente de los datos aportados, extraídos de los registros de bautismo, matrimonios y defunción, hay aspectos interesantes que nos (140) F. CABALLERO MÚJICA, o. c., págs. 43-44. (141) APA, Cuadrante de Capellanías, fol. 433


LOS REGISTROS PARROQUIALES DEL BACHILLER DON JUAN MATE0 DE CASTRO 1648-1693

28 1

ayudan a comprender un poco mejor la situación de la época y así hay referencia a la peste padecida en España y esto lo deja mencionado cuando indica haber hecho una procesión muy solemne en Moya, el domingo 25 de 1649, sacando a Nuestra Señora de Candelaria y: "...pidiéndole la salud q tanto nos amenasaba los tiempos y contagio que a la sazon se padesia en muchas partes de España (142j. Sobre este aspecto de la peste se puede hacer un buen seguimiento consultando las diferentes instrucciones y mandatos que se encuentran recopilados en el Libro de Mandatos y en donde el propio bachiller anota haber hecho las rogativas y procesiones pertinentes (143j. Igualmente hay un referencia a la sequía al relatar una promesa de los vecinos de Gáldar hacia la patrona de Moya y que cumplieron el 13 de marzo de 1650, relatándola de esta manera: Parroquia de Arucas: ~ u ~ a rde e ssepultura indicados por el Br. Don Juan Mateo de Castro. LUGAR Altar de San Miguel Arco de la Capilla del Rosario Arco Mayor Capilla Mayor Capílla Mayor, junto a las gradillas de Ntra. Sra. Capilla de Ntra. Sra. Capilla de Ntra. Sra. del Rosario Capilla de Santo Cristo Capilla del Santo Cristo, bajo el arco, junto a las gradillas de la epístola Capilla del Santo Cristo, junto a la peana y escaño de la Hermandad del Santísimo. De pobres De pobres, junto a la puerta de la acequia Entre las dos pilas Frente a la puerta traviesa Frontera a la puerta traviesa Junto a la Capilla de Ntra. Sra Junto a la pila del agua. Junto a la pila del agua bendita Junto a la puerta de la plaza Junto a la puerta traviesa Junto al altar de Santa Catalina Junto al altar del Ángel Junto al altar del Ángel y Capilla del Rosario NOTAS:

VALORu) 14 10 ?

50 4 (21 16 16 16-8(2'

PROPIEDAD Iglesia ? Iglesia ? Fábrica FábricaIIglesia FábricaIIglesia FábricaIIglesia

?

16 8 ?

10 12 8 10 6 8-10 8 8 14 10 ?

(1) El valor está expresado en reales (2) Sepulturas y valor que pagan los niños (3) En la Villa de Arucas. FUENTE: APA Registros de defunción del Br. Don Juan Mateo de Castro. Elaboración propia.

Iglesia Iglesia Fábrica ? Iglesia FábricaIIglesia ?

Fábrica Fábrica


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JESÚS EMILIO RODR~GUEZCALLEJA

"... viinieron en prosesión todos los Pc de la noble villa de Galdar a esta santa iglesia en cumplimiento de una promesa que habian hecho a N" S de Candelaria por el agua de que en estrerno estaban necesitados y juntandose para hacer cabildo en Ea dekrminackbn de dicha prosesión luego que se determinaron u n arrirnez y conforme empeso a hacer demostraciones de su piedad siendo mucha la fuerza de su fe y fue tanta el agua que fue en comun que rremedio toda esta ysla que estaba m u y falta della.. ." (144) Igualmente, con los datos aportados se puede reconstruir, practicamente en su totalidad, la relación de alcaldes de Arucas al obtener este dato de las diversas veces que actúan como padrinos de bautismo o hacen de testigos matrimoniales. También hay una importante información sobre diferentes frailes del convento de San Juan de Ortega, que se obtiene cuando ofician.

Jesus Emiliano Rodríguez Calleja

(142) APM, Libro 11, fol. 229v. (143) APA, Libro de Mandatos, fol. 135,153-154,162,174 y 178. (144) APM, Ibídem, nota supra 21





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