20 La Esquina
Deportes
1era. edición octubre 2013
SOFTBOL SUPERIOR FEMENINO
¡Jueyeras, pentacampeonas de Puerto Rico! Por Redacción LA ESQUINA En la serie regular no parecían tener el poder de repetir, pero al final del camino demostraron tener la calidad para mantenerse al tope de la disciplina. De esta forma, las Jueyeras de Maunabo revalidaron su título y se convirtieron en pentacampeonas del Softbol Superior Femenino al derrotar 3-0 a las Capitanas de Arecibo que, una vez más, tuvieron que conformarse con el subcampeonato por segundo año consecutivo. La Serie Final se consumió vía barrida en el mínimo de tres partidos, siendo los primeros dos triunfos 6-0 y 6-3 en el parque local de las Jueyeras. El choque de campeonato se celebró en el parque del Barrio Capáez de Hatillo, ya que las instalaciones de la Urb. Reparto Márquez de la Villa del Capitán Correa no estaban en condiciones de juego para la conclusión del clásico final. Maunabo, con el triunfo, logra su quinto campeonato de forma consecutiva, racha que comenzó en el 2009. En el 2006 habían ganado el título, por lo que suman seis en la historia de la franquicia. Arecibo ha sido finalista en tres ocasiones (2009, 2012 y 2013) y en todas las ocasiones
ha llegado subcampeón, precisamente frente a las Jueyeras. La Jugadora Más Valiosa fue Jocelyn León, quien se apuntó dos de las tres victorias en la final. En el último triunfo la lanzadora tiró toda la ruta, permitiendo apenas cuatro imparables con dos bases por bolas, ponchando a ocho bateadoras en su excelente labor, para completar su segunda blanqueada y no permitir anotaciones en 13 entradas trabajadas en la serie. El juego se definió en la segunda
entrada cuando con una retirada. Glory Lozada recibió boleto gratis, adelantando a segunda por lanzamiento salvaje. Luego de que llegara hasta la tercera con roletín en el cuadro de Quetzy Rodríguez, un sencillo de Yaniliz Rivera produjo la primera anotación del encuentro, en las piernas de Nashally Rivera, que había entrado como corredora emergente por Lozada. En el tercer acto, la joven veterana, Ninoshtka Amaro conectó un largo batazo, que se convirtió en un
cuadrangular de piernas ante la perdedora arecibeña Yasmín Torres, sumando una más las maunabeñas, del bate de Dayanira Díaz para colocar el juego en caja de seguridad. De paso, Díaz se fue de 2-2 con una impulsada en el triunfo, mientras que Ninoshtka Amaro bateó de 3-1 y Yaniliz Rivera conectó de 2-1, ambas con una remolcada. Por Arecibo, la cuarteta de Krystle Valliere, Katiria Dávila, Adrix Paradizo y Ashley Nieves se fue de 3-1 de manera individual.
Mariano Rodríguez Alméstica
Exaltado a la Galería de Inmortales del Fútbol Puertorriqueño Por Roberto Addarich LA ESQUINA
La trayectoria de los seres de paso por esta vida, tiene sus recompensas cuando éste cumple con las más elementales virtudes humanas. Y Mariano Rodríguez Alméstica es uno de ellos. Nacido el 19 de abril de 1943 en Guayama. Desde muy joven comenzó a practicar varios deportes, entre ellos el béisbol, baloncesto y pista y campo, bajo la dirección de aquel líder recreativo mejor conocido como Barón Astacio. Podemos decir que aquellos tres deportes que practicó, siendo aún un niño, fueron relegados a un segundo plano, cuando en 1959, a los 16 años, comenzó a patear la pelota de cuero el día que el Dr. Roberto Monroig introdujo el balompié en Guayama. Desde entonces, el balompié se convirtió en la pasión de aquel jovencito sin saber lo que el destino le tenía deparado dentro del deporte. En 1962, Mariano juega por primera vez con el equipo Jumacao en la Liga Superior donde actuó delantero. Al año siguiente Guayama ingresa a la Liga
de Fútbol Superior y Mariano comenzó como delantero. Terminando,luego, como medio campista. En esos años (1963 al 1977) Guayama se convirtió en uno de los baluartes fuertes del Fútbol Superior al obtener 4 campeonatos nacionales, 1964, 1971, 1974 y 1976, en los cuales Mariano fue uno de los pilares de las victorias brujas. Algunos de los jugadores que compartieron la cancha con Mariano, en aquellos años de gloria del fútbol en Guayama, están sus hermanos Ely y Elam, Pellito De Jesús, Gula Pillot, Nel Santisteban, Juan Santiago, Freddie del Valle, Pedro Juan Soto y Miguel Peña. En 1965 viaja a New York con el equipo Hato Rey en un compromiso contra el Manta Ecuador. Mariano formó parte de la selección de Puerto Rico en los X Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se celebró en San Juan en 1966, donde nuestro equipo empató con los equipos de Cuba y El Salvador. En el plano internacional, Mariano formó parte de la selección de Puerto Rico que viajó a Panamá, donde Puerto Rico
logró su primera victoria internacional contra Las Bahamas. Ese mismo año, fue seleccionado como el Futbolista del año por la AFA y premiado en la Cena Olímpica. Vuelve a la República Dominicana, en 1974, siendo el capitán del equipo. En 1975, Mariano participa en el juego final entre Don Bosco y Guayama, donde el equipo de su pueblo se proclamó campeón de Puerto Rico. En 1975 Mariano participa con el equipo de Puerto Rico contra el Cosmos de New York, con Pelé como eje de atracción principal del evento. Estando en todo su apogeo como jugador, Mariano se dedicaba a dirigir equipos de categorías menores en Guayama donde impartía, además de sus conocimientos, el sabio consejo que todo atleta debe tener dentro del terreno de juego. En 1968 llevó al equipo a ganar el campeonato nacional (11-13 años). En la categoría infantil (8-10), también obtuvo el campeonato nacional. En 1996 viajó a la ciudad de Milano, Italia como asistente del entrenador Oscar Rosa en un Torneo Invitacional de la Categoría Infantil.
Retirado del deporte que tanto ama y al cual brindó sus mejores años, Mariano disfruta de su familia e hijos y el aprecio de sus conciudadanos en la ciudad que una vez le vitoreó en las canchas de fútbol. El 2 de diciembre de 2001 fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deportes Guayamés. La exaltación de Mariano Rodríguez Alméstica a la Galería de Inmortales del Fútbol Puertorriqueño es un gran honor para él y su familia, sus amigos y la ciudad de Guayama. Es un gran acierto para el deporte que él dignamente representa y un honor para la institución que lo honra. Honor a quien honor merece.