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Resiliencia educativa en tiempos de pandemia COVID -19

COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT HUMANIDADES

Manuel Asensi Pérez

Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada Universitat de València

Ramón Cotarelo

Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia

Mª Teresa Echenique Elizondo

Catedrática de Lengua Española Universitat de València

Juan Manuel Fernández Soria

Catedrático de Teoría e Historia de la Educación Universitat de València

Pablo Oñate Rubalcaba

Catedrático de Ciencia Política y de la Administración Universitat de València

Joan Romero

Catedrático de Geografía Humana Universitat de València

Juan José Tamayo

Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Universidad Carlos III de Madrid

Procedimiento de selección de originales, ver página web: www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales

Francisca Silva Hernández

Germán Martínez Prats Autores

Resiliencia

educativa en tiempos de pandemia

COVID -19

tirant humanidades

Ciudad de México, 2024

Copyright ® 2024

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Director de la colección:

JUAN MANUEL FERNÁNDEZ SORIA

© Francisca Silva Hernández, Germán Martínez Prats

© TIRANT HUMANIDADES

EDITA: TIRANT HUMANIDADES

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Esta obra versa sobre una situación de vulnerabilidad en el que todos vivimos de distintas maneras y contextos a partir de la pandemia SARS-CoV-2, COVID-19 en el año 2019, de forma particular se aborda el binomio de educación y pandemia.

Sin duda, las circunstancias en ese sentido resultaron dinámica en la comunidad estudiantil. Como grupo social se vieron reflejadas acciones, conductas durante y después de la pandemia que han tenido un efecto retador para la propia sociedad y familia como institución social.

La educación fue un proceso significativo debido a la implementación y aceleramiento en un proceso de enseñanza aprendizaje vía remota en distintas plataformas digitales, virtuales, con el objetivo de otorgar continuidad a la educación en todos los niveles educativos; lo que implicó la progresividad del derecho humano de acceso a la educación.

El escenario de aislamiento total en los hogares o casas, involucró una convivencia, pero también, el que cada integrante de la familia o de quienes habitaban en una casa; estuvieran trabajando o estudiando a través de diversos dispositivos. Complicando un proceso de adaptación de convivencia, de instrumentar un equipo de cómputo y/o dispositivo, formación continua por parte del docente, la institución educativa resolviendo y atendiendo todo asunto que conllevará la implementación de las clases, pero también procesos administrativos de diversa índole.

Ante ello, de manera directa e indirecta fue emergiendo y suscitándose la resiliencia en el ámbito educativo, otorgando un proceso de reconocimiento y autogestión para emplear los recursos que se tenían, creando o reacomodando escenarios que permitieran mayor comprensión para abatir las circunstancias no previstas.

La comunidad estudiantil es una especie de familia configurada por diversos actores en el que se conjuga un proceso formativo, sentando

las bases de cada sujeto social como persona, como estudiante y futuro sujeto que se desarrollará en un espacio laboral y/o profesional.

La pandemia del COVID-19 en el ámbito educativo, rompió paradigmas para y en cada uno de estos actores de la comunidad estudiantil, sin embargo, no hay que bajar la guardia, sino prever y desarrollar escenarios que permitan la construcción, el aprender, aprehender acciones y conductas que permitan un conocimiento en la autogestión y colaboración para un bien común, satisfaciendo las necesidades conforme al contexto y los sujetos inmersos en ello.

INTRODUCCIÓN

Resiliencia educativa en tiempos de pandemia COVID -19, deriva de una investigación realizada del proyecto con financiamiento PRODECTI-2020-01/055 de la Convocatoria 2020 “Generación de Conocimiento POSTCOVID19” llevada a efecto en Tabasco, México durante el periodo 2021-2022.

Circunscribe como de forma individual y colectiva se tuvo y tiene la capacidad de hacer frente a las adversidades, superarlas y ser transformados por ellas mediante acciones que se tomaron como retos con valor para afrontarlas adaptándose a nuevas circunstancias.

En el ámbito educativo se configura como una comunidad estudiantil los estudiantes, profesores, padres de familia, tutores, personal administrativo, autoridades educativas, instancias educativas. Cada acción, actitud y conducta generada por algunos o todos los actores conlleva una dinámica que impacta a todos de alguna u otra forma; en ese sentido, es primordial integrar acciones en conjunto que determinen un bien común en beneficio de todos los actores o satisfaciendo sus necesidades.

Este libro expone elementos que configuran la resiliencia mediante la interconexión de diversos autores llevándonos a poder construir el concepto de forma teórica y práctica. Aborda el contexto de la educación en el nivel medio superior y el impacto del COVID-19 como un tema de política pública, que conlleva el análisis desde el ámbito social y económico relacionándolo con el ámbito educativo. Se presentan los resultados del diseño e instrumento metodológico aplicado en el nivel medio superior para conocer el alcance e implicación de la resiliencia en la educación media superior en los tiempos de COVID-19 en el estado de Tabasco.

Comprendiendo la dimensión teórica conceptual de la resiliencia en el ámbito educativo en un escenario real de un contexto determinado, pero que a partir de los resultados obtenidos, otorga elementos que

pueden ser estudiados en otros contextos del mismo nivel educativo, invitando a considerar elementos que puedan ser reproducidos o bien retomar algunos aspectos que de acuerdo al contexto y nivel educativo puedan ser ajustados, teniendo así a partir de una investigación con diseño metodológico aplicado en el ámbito educativo, resultados que puedan ser divulgados y retribuidos a la sociedad y al sector educativo para desarrollar acciones, estrategias que determinen nuevas transformaciones en mejora de la calidad en la educación y vida de todos los miembros de la comunidad estudiantil y por ende de las sociedades.

Resiliencia

La palabra resiliencia ha sido conceptualizado desde el punto de vista del planteamiento negativo de la ausencia de Psicopatología hasta el enfoque positivo de competencia (Luthar,1993). La resiliencia es un término que nace de la física en relación con la tenacidad de los materiales, así como con la capacidad de recuperación de los mismos al ser sometidos a diferentes presiones y fuerzas (Castillo, Castillo-López, López-Sánchez y Días, 2016). Refleja unión dinámica de factores que promueven la adaptación positiva a pesar de las diferentes situaciones adversas (Cabanyes, 2010).

El concepto de resiliencia deriva del latín reliliens y lo define la American Psychological Association (2011, parr. 4) como “el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas, familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras. Significa “rebotar” de una experiencia difícil, como si uno fuera una bola o un resorte.”

El interés inicial de la resiliencia se orientó a las características de los niños y niñas que salían adelante desde contextos difíciles. Sin embargo, la mayoría de los primeros investigadores e investigadoras no utilizaron el término resiliencia, sino que se refirieron a esta cualidad describiendo a dichos niños y niñas como invulnerables o invencibles, en el sentido de que eran resistentes al estrés (Lösel, Bliesener, & Koferl, 1989).

Las personas con el paso del tiempo viven experiencias que marcan sus vidas en diversos aspectos trayendo consigo momentos difíciles que les cuesta poder superar y dar continuidad a su vida normal ante esos sucesos, es normal que la gente demuestre este tipo de conductas lo cual indica el esfuerzo y la motivación para proseguir con sus vidas y seguir creciendo.

De acuerdo con García-Vesga y Domínguez (2013), las definiciones sobre resiliencia pivotan en cuatro supuestos:

a) Las que relacionan resiliencia con la adaptabilidad. Consideran a la resiliencia como una adaptación positiva que supera las exposiciones de riesgo o la vulnerabilidad.

b) Aquellas que integran el concepto de habilidad y/o capacidad. Consideran la resiliencia como una capacidad o habilidad para afrontar exitosamente las adversidades.

c) Aquellas que ponen más énfasis en la relación de factores externos e internos consideran que estos se encuentran en constante interacción.

d) Adaptación y proceso. Vista la resiliencia como el producto de una interrelación de factores que se activan en un proceso dinámico.

En el análisis Hu, Zhang y Wang (2015), dividen las aproximaciones en tres orientaciones:

1. La orientación rasgo (resiliencia rasgo), implica la existencia de un rasgo individual que contribuye a que la persona afronte la adversidad positivamente y consiga un ajuste óptimo.

2. La orientación resultada, la resiliencia está en función de los resultados del comportamiento de la persona que pueden ayudar a recuperarse positivamente de la adversidad.

3. La orientación proceso, de forma dinámica donde las personas se adaptan activamente y se recuperan con rapidez de las adversidades.

Se observa que entre mayor sea el análisis de la resiliencia mayor es la opacidad de este, lo cual la esencia del concepto esta en superar las adversidades con rapidez y que no contenga daños en el comportamiento o en la salud de los afectados.

Al momento de enfrentar situaciones por las cuales las emociones de las personas salgan a relucir causan una gran preocupación, generando una serie de problemas que en ocasiones puede traer estragos en la salud propia. Oriol-Bosch (2012) opina que los individuos y los grupos

pueden hacerse vulnerables si se modifican sus condiciones de vida por cambios forzados en su entorno. La resiliencia social depende de la confianza mutua y de la fortaleza de los vínculos en el grupo y expresa su capacidad de absorber las presiones y estabilizarse rápidamente.

Business & Merino (2019) aluden que la resiliencia es el resultado de tener una naturaleza optimista, cuando el optimismo no distorsione tu sentido de la realidad en situaciones extraordinariamente adversas, ver el mundo a través de unas lentes rosas puede resultar desastroso e inviable.

El poder ser optimista ante cualquier situación indica que puede estar preparado, prever escenarios y ser cautos, asiste a poder tener un crecimiento personal grandioso, generando confianza en sí mismo para hacer lo que se deseen sin miedo al fracaso. A pesar de ello, el ser demasiado optimista puede nublar escenarios a los cuales se pueden enfrentar sin tomar en cuenta que algunos de ellos pueden afectar a terceros por lo cual se debe tener la capacidad de percibir en todo momento ese tipo de situaciones para un buen vivir.

Del Rincón (2016) concibe la resiliencia como la capacidad de enfrentarse a situaciones difíciles, incluso aparentemente insuperables, saliendo fortalecidos y transformados. La persona resiliente se sitúa a un nivel superior respecto al que partió. No cualquiera persona cuenta con este tipo de capacidades, el poder superar momentos difíciles con o sin ayuda habla de la fuerza mental y emocional que cuenta la persona al poder mantenerse de pie a pesar de las circunstancias y seguir adelante, pero con una mayor fortaleza, teniendo más sabiduría y experiencia de como tratar ese tipo de situaciones a futuro, ayuda a su propio crecimiento personal.

La vida nunca es fácil para nadie, siempre se presentan momentos difíciles, de angustia, de tristeza, de decepción, entre muchos otros, por lo cuales las personas llegan a rendirse a dejar todo un lado a no poder seguir más con sus metas y sueños, lo cual conlleva a una tremenda caída en el ámbito emocional e impide el crecimiento de la persona, por

ello, el contar con las fuerzas y el valor suficiente para confrontar cada uno de esos problemas es muy difícil.

La imposibilidad de poder superarse como persona indica una falta de entendimiento sobre la capacidad que se tiene para ser mejor, sobre la fortaleza que uno tiene para salir adelante, pero sobre todo la capacidad que se tiene para afrontar cualquier problema y poder avanzar creciendo de manera significativa, volviéndose más fuertes tanto mental como emocionalmente.

El tema de resiliencia tiene que ver mucho con el aspecto psicológico el poder desarrollar aspectos positivos en su entorno, el cómo tomar las cosas antes situaciones difíciles partiendo con una estabilidad de la salud mental y emocional.

Por otra parte, Bermejo (2010) conceptualiza la resiliencia como la capacidad, fruto de la interacción de diferentes variables personales con factores ambientales, que permite al individuo enfrentarse y resolver, de manera adecuada e integrada en su entorno cultural, diferentes situaciones de adversidad, riesgo o traumáticas por diferentes motivos, permitiéndole alcanzar una situación normalizada y adaptada a su medio cultural. El tener un posicionamiento, actitud y conducta de adaptación, transformación, gestión, resolución y solución a circunstancias complejas, integra la formación de la persona resiliente desde un estado de salud mental y emocional estable, restableciendo el bienestar propio para suscitar las condiciones optimas conforme a sus necesidades en su contexto.

Por consiguiente, la persona se posiciona legitima y responsablemente de su realidad a través de actos que ajusten las condiciones de desarrollo en sus diversos ámbitos. Es la demostración de que se dispone de alma y voluntad, anhelo profundo de felicidad, de valores escondidos, de ascuas cubiertas de cenizas que necesitan un resoplido para prender el fuego (Belmonte,2014).

Para Tapia (2015) resiliencia se ha caracterizado como un conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos que posibilitan tener una vida

sana, viviendo en un medio insano. Estos procesos tendrían lugar a través del tiempo dando afortunadas combinaciones entre atributos del niño y su ambiente familiar, social y cultural. Es difícil para una persona que no cuenta con esta capacidad el poder afrontar las dificultades que su entorno le represente, pero en comparación de los que si la tienen se les hace menos complicado y por ende pueden seguir estando tranquilos continuando lo más normal posible con su vida.

En conclusión, se puede apreciar que la adversidad se considera como el antecedente o desencadenante del comportamiento resiliente. La adaptación efectiva se refiere al éxito en la obtención del comportamiento resiliente y contaría con la intervención de una serie de variables que coadyuvarían en su obtención. El proceso indica que no se trata de una cualidad individual, sino que necesita de la interacción de diferentes mecanismos psicosociales.

La resiliencia es un proceso de transformación de nuestro medio de carácter individual con alcance colectivo, es adaptación a procesos adversos y situaciones de vulnerabilidad, en una escala de aceptación, afrontamiento y persistencia a un cambio funcional de entendimiento, reconocimiento y desarrollo.

Correlación: resiliencia y educación

En México el tema educativo es un tema controvertido por diversas razones, infraestructura, transparencia, calidad educativa, sistema educativo, docentes (atención, capacitación, formación), presupuesto, entre otros. Como derecho humano representa la garantía y acceso a la educación de toda persona de manera progresiva y universal.

Los actores de la población estudiantil de los distintos niveles educativos se ven afectados en su desarrollo educativo, en el caso de que alguna o varias razones expuestas en el párrafo anterior se presente; propiciando una brecha de desigualdad en el acceso a dicho derecho humano. Al respecto, como un actor principal de la comunidad estudiantil, altera la dinámica de los miembros de dicha comunidad, toda vez que son ellos, el eje central de los procesos formativos del proceso de enseñanza aprendizaje.

Existen numerosas investigaciones y testimonios que destacan el papel de la educación formal y de los profesores en la construcción de la resiliencia de alumnos procedentes de entornos desfavorecidos y en riesgo de exclusión social (Uriarte, 2006).

La escuela actual reconoce la normal diversidad de la realidad social, de los alumnos, de los profesores, de los programas y de los métodos, pretende la integración de todos los alumnos como prerrequisito para la integración en una sociedad compleja, favoreciendo el desarrollo individual y la originalidad personal. (Uriarte, 2006).

La escuela comprensiva, integradora e inclusiva actual reconoce el valor educativo de la diversidad y se propone dar las mismas oportunidades de desarrollo y aprendizaje a todos los alumnos. (Sánchez-Teruel, Robles-Bello, 2013).

Es necesario reconocer que la escuela está en tela de juicio ante los altos índices de fracaso, de conflictividad y de riesgo de exclusión educativa. La escuela falla cuando no da respuestas adecuadas a las necesi-

dades educativas de todos los alumnos y no compensa las limitaciones de origen familiar o social que afecta a alumnos procedentes de familias problemáticas y de medios desfavorecidos socioculturalmente (Uriarte, 2005). Cuando no se prepara debidamente para afrontar correctamente las tareas evolutivas de las etapas posteriores a la escolaridad obligatoria: formación profesional, inserción laboral participación social, convivencia, entre otras.

Por lo que se debe de actuar como miembros de una misma comunidad estudiantil, en el que el efecto mariposa debe preverse, atendiendo hechos que no trasciendan a un entorno desfavorable sino de integración a través del diálogo y consenso plural entre todos los actores.

Diversos estudios han destacado el papel de la escuela, el profesor y las experiencias escolares en la construcción de la resiliencia. La escuela puede ser un contexto para el desarrollo integral y para la resiliencia de todos los alumnos, desfavorecidos o no, si es capaz de sobrepasar la mera función cognoscitiva de enseñar y aprender y se convierte en un verdadero espacio de comunicación, dando oportunidades a todos los alumnos para establecer vínculos positivos que en algunos casos compensen experiencias negativas de otros contextos sociales.

Silas (2008) describe que, por lo regular, los educadores, ciudadanos y formadores de políticas públicas entienden que la educación es uno de los caminos más seguros para lograr que los individuos se inserten en los beneficios de la economía y la sociedad. Esta circunstancia marca a la escuela como uno de los principales depositarios de las expectativas de las familias con relación a su mejoramiento económico o, al menos, de perspectivas y capacidades.

El tener presente que la educación es el pilar para el desarrollo en todos los ámbitos a nivel nacional, existen programas de apoyo para el acceso a ellas a pesar de sus circunstancias, sin embargo, es recomendable revisar y mejorar las condiciones que han determinado persistir en la ausencia de mejora sustantiva en la educación, tal pareciera que son