Una boda hecha a mano Gemma y Jordi encargaron el diseño de sus invitaciones y de toda la papelería de la boda al estudio creativo de Romina & Morad, que supieron captar a la perfección lo que querían los novios. Gemma se encargó personalmente de la decoración de su boda. Ella misma confeccionó los manteles que vestirían las mesas del banquete, en un sutil color crema, sobre los que destacaban los caminos de mesa de color lavanda, también realizados por ella. Todos los dulces y la repostería de la boda la realizaron entre Gemma, su madre y su abuela, que ya ha cumplido los 91 años. Hornearon unas simpáticas galletas con forma de chica y otras con forma de chico, que esperaban sobre los platos a los invitados, en un packaging personalizado con el nombre de cada uno. Sin duda una sabrosa y dulce manera de dar la bienvenida. En lugar de la típica tarta de bodas, Gemma y Jordi ofrecieron un delicioso buffet de postres, que por supuesto eran caseros, y que sin duda fue un gran éxito, ya que todos los invitados hicieron cola para probarlos y como no, para repetir. Y como dulce despedida, Gemma preparó unos monísimos tarritos de mermelada casera, que adornó con unas telas de cuadros blancos y lilas, y unas tarjetitas en color lavanda con el nombre de los novios y la fecha de la boda.
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