Comentario

Comentario de texto.

Creo que están hablando de personas normales, que dan la imagen de ser muy buenas, que dicen hacer actos maravillosos y que ayudan a la gente.

Pero es simplemente una imagen, y realmente son personas egoístas que han sido unos más entre nosotros, pero se han vendido al mundo de la política y han cambiado.

Para ellos no hay problemas, solo se encargan de escribir discursos o de leer discursos escritos por otras personas.

Estos diálogos están hechos de falsas promesas y mentiras.

Al principio, llevan a cabo campañas llenas de mucha palabrería e ilusiones, pero cuando ganan y llega la hora de la verdad, cuando verdaderamente hay que dar la cara, comienzan a ser egoístas y a exteriorizar sus verdaderas intenciones.

No cumplen sus promesas, y generan guerras donde la población es quien debe afrontar los problemas, mientras estos se sientan a ver el espectáculo con una copa de champagne en la mano, gente trabajando para ellos y pendientes de cada uno de sus caprichos/necesidades.

Ellos siempre tienen la razón, y hay que hacer todo lo que nos dicten.

Hay extremos casos de gente muriendo de hambre y realmente necesitadas, que necesitan ayuda en casos de vida o muerte. Estos casos cada vez son mas.

Estos “políticos” se despreocupan, y gastan el dinero público en aires acondicionados, “smartphones”, máquinas de última generación, trajes de chaqueta, zapatos nuevos o chicas de compañía, entre otras cosas.

La imagen es lo primero, y aparecen en todas las portadas por cada singular tontería.

Mientras, personas en comedores sociales se tragan esa mierda en televisión.

Con mierda, me refiero a verlos en yates haciendo reuniones que parecen serias y de trabajo, y que en realidad se resumen en copas y diversión generalizada.

Y se les ve a todos muy amigos, pero eso en público, quizá realmente no se soporten.

En resumen, todo a su alrededor son mentiras, nos engañan y usan nuestro dinero, deberían hacer recortes en sí mismos ahora que hay crisis, pero para ser sinceros no creo que lo hagan.

Señoras y señores, he aquí nuestra cruda realidad.