Política Petrolera: Entrevista con Bernard Mommer

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Entrevista con Bernard Mommer

“El mayor éxito de este proceso ha sido la revalorización del Estado como dueño de los recursos naturales” por estela aganchul

¿Usted vivía en Venezuela en el debate previo a la nacionalización petrolera de 1976? BM: Sí, llegué a Venezuela el 12 de junio de 1970, y desde el primer día me interesó el tema petrolero, seguía a diario la discusión alrededor del petróleo. Estuve un tiempo afuera haciendo el doctorado sobre el tema del petróleo en Venezuela. Así que he estado presente, y de manera muy consciente. En toda esa discusión previa a la nacionalización de 1976, ¿cuáles eran para usted los puntos débiles? BM: Si vemos el debate en la época yo diría que había una intuición de que algo no estaba del todo bien. Pero que hubiese un juicio firme, bien fundado, de lo que estaba ocurriendo, de cómo nacionalizamos, y de que la razón por la cual nacionalizamos en esta fecha estuviera profundamente torcida, equivocada, esta concepción no existía. Y en ese debate ¿quiénes participaban de todos los que conformaban la opinión nacional?

Para Bernard Mommer, estudioso de la política petrolera venezolana con una trayectoria de más de cuarenta años y actual embajador de Venezuela ante la OPEP, el mayor éxito que ha logrado el gobierno bolivariano hasta el presente es la revalorización del Estado como dueño de los recursos naturales, rol que se perdió a partir de la nacionalización en el año 1976, ya que según Mommer la apertura petrolera llevada a cabo en la década de 1990 fue la realización del programa inherente en la ley de 1975, ley con la cual también comenzó la caída de la IV República. Para el actual embajador ante la OPEP esa revalorización del Estado como dueño de la tierra y sus recursos le permitió al gobierno del presidente Chávez subir la regalía que en algunos casos estaba en 1% hasta llegar, actualmente, a un tercio,. Esta política ha sido, y sigue siendo, esencial para la continuidad de este proceso, iniciado hace 15 años por el presidente Hugo Chávez. BM: Hay que tener claro que no hubo debate sobre la nacionalización hasta que las compañías petroleras lo lanzaron. Si se revisa el debate público hasta 1972 allí se habla de una reducción en 1983, es más, Carlos Andrés Pérez, cuando lo eligieron candidato a la presidencia en e1973, habla en ese momento de los años 1983-84 como fecha del vencimiento de las concesiones otorgadas en 1943-44. Pero la nacionalización no era un tema. En la campaña electoral, muy al final, surge el tema, pero surge por lo que ocurre en ese momento en el Medio Oriente. En Venezuela ningún partido

político estaba comprometido con la nacionalización, ningún partido político la tenía en su programa por lo que, cuando a finales del año 1973, las compañías Shell y Exxon declaran en Miraflores que están de acuerdo con su nacionalización, la noticia cayó de sorpresa. No es cierto que aquí hubo un debate previo, se puede decir que la discusión sobre la reversión arranca a partir de este momento. ¿Entonces, la primera voz pública que se oye sobre el tema de la nacionalización sería la de las trasnacionales? BM: Efectivamente. En Venezuela estábamos

discutiendo en 1971 la Ley de reversión. Esta ley preparaba la forma en cómo se revertirían las concesiones que terminarían en los años de 1983-84, preparando así el terreno para ver qué se va haría con esto, si se harían empresas mixtas por ejemplo y, por otro lado, se estaban discutiendo contratos de servicio. La Coporación Venezolana de Petróleo (CVP) elabora para esto cinco contratos los cuales supuestamente iban a ser muy diferentes a las concesiones y sustituirían el sistema concesionario. Aunque ya en 1971, en los contratos de servicio -así los llamaba la CVP-, que eran

concesiones a través de la CVP, la participación en el capital en tres de esos contratos era de 1%, en uno era 10% y en otro era 20%. Es decir, no había una fuerte tendencia a la nacionalización. Pero ¿qué ocurre un tiempo después? En 1973, en el Medio Oriente se produce una explosión, y a raíz de ésta avanzan los Estados y las compañías dicen “tiramos la toalla, no podemos más con esto” y aceptan su nacionalización. Ahora, como hoy en día uno sabe más que en aquel momento, nos damos cuenta que en realidad éstas no “tiran la toalla” sino que arrancan de nuevo y la pelea ahora es sobre en qué forma se nacionaliza. Para ese entonces, la ley de nacionalización contaba con un proyecto realizado por la comisión de nacionalización –nombrada por Carlos A. Pérez y en la cual estaba representado el país entero. Esta Comisión hace un proyecto y lo presenta al Ejecutivo quien a su vez lo presenta, profundamente cambiado, al Congreso Nacional. ¿Qué significaban esos cambios? Lo único que se discutió fue el artículo 5°, que en la proposición original


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no preveía asociaciones, no había ninguna posibilidad de hacer asociaciones. Sí preveía la posibilidad de convenios asociativos, en cosas como: limpieza de pozos, limpieza de pisos, etc. Es decir, lo normal dentro de estos convenios, pero no había asociaciones. Con este artículo 5° que introduce CAP personalmente, desde Miraflores vienen los cambios que impulsaba Fedecámaras, de la cual las petroleras eran miembros, pero no se puede decir que había un debate interno sobre la nacionalización. Por eso cuando el país se ve forzado a discutir sobre la nacionalización, no está preparado. En esa época yo leí la ley, pero entender esto como una nueva estructura de poder y deducir las consecuencias que iba a tener para el país iba más allá de mis posibilidades, y hoy puedo decir que estaba más allá de las posibilidades de todos, porque si se revisan las opiniones más autorizadas, más calificadas, en aquel momento, como los discursos de CAP, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Gonzalo Barrios, nos damos cuenta que muy ingenuamente todos ignoraban la nueva estructura de poder y estaban seguros que iban a controlar a la compañía nacional. ¿Y la izquierda participó en algo? BM: Tan inesperada era la nacionalización que para esa época hubo un congreso cultural en Cabimas, creo que en 1972, en el cual se nacionalizó simbólicamente la industria petrolera. Pero ese hecho era tomado como una utopía. De manera que no se puede decir que había una opinión de izquierda o de derecha sobre esto. Sí había una fracción de la izquierda que estaba en contra del artículo 5°pero también una fracción de derecha, porque allí se trataba una cuestión nacional. Más allá del artículo 5° no había ninguna comprensión sobre qué estructura era la que se iba a crear.

¿La modificación del artículo 5° fue por consenso? ¿Todos apoyaron? BM: Al contrario, fue por disenso. CAP hizo esta proposición y finalmente cuadró con Acción Democrática, fue él quien lo impuso. La discusión fue el artículo 5° pero no creo que ese fuese el problema. El primer problema era cómo se controlaba a PDVSA y eso no estaba ahí. El Congreso, en ese momento, propone que las empresas del Estado deben hacerse por Ley, en cambio el proyecto que presenta CAP propone que la empresa del Estado la va a fundar él, y además las concesionarias, esas concesionarias que hasta ese momento controlaba el Ministerio, ahora se iban a convertirse en compañías petroleras nacionales, y ya no las controlaba el Ministerio sino PDVSA. La creación de PDVSA como holding, como compañía que controla a todas esas compañías convertidas en empresas nacionales, no productora, porque PDVSA está constituida legalmente como holding, se interpuso entre las compañías petroleras y el ministerio. Es decir, lo más importante en la nacionalización fue el desmontaje del Ministerio. De esta forma PDVSA escapaba al control del Ministerio, el Ministerio no tenía ninguna posibilidad de controlar a PDVSA y, a su vez, PDVSA controlaba a las filiales

productoras y, para completar, se elimina a la CVP. El Ministerio que había tenido un desarrollo muy consistente, muy notable enfrentando a las concesionarias, también había creado un brazo ejecutivo, por decirlo así, que era la CVP. La Corporación Venezolana del Petróleo era un instituto autónomo adscrito al Ministerio y presidido por el Ministro. Esta compañía petrolera nacional, la única que controlamos de verdad, se eliminó con la nacionalización, porque se nacionalizó como cualquier otra y el Instituto Autónomo se convierte en sociedad accionista y al mismo tiempo disuelven a su personal en la estructura de PDVSA. El Ministerio simplemente fue desarmado. A partir de ese momento si el Ministerio quiere saber algo de petróleo tiene que preguntarle a PDVSA. Además, todos los abogados administrativistas que estaban con el gobierno quedaron marginados, y de aquí en adelante viene un ejército de abogados defendiendo a la empresa del Estado, y ¿quiénes son? Los bufetes de la Creole, de Mene Grande… En resumen, en su momento, nadie tenía idea de lo que significaba este cambio estructural que además vino acompañado de un ejército de abogados que de ser abogados de las compañías extranjeras de repente se convirtieron en los abogados de las compañías nacionales, pero… con el

mismo pensamiento de antes. En cambio, a los abogados que veían desde la perspectiva del Estado: la administración, la revalorización del recurso natural los sacaron del juego. Hubo un cambio mayúsculo de la estructura de poder, PDVSA comenzó a tomar su rumbo, ya en 1975con su creación, para terminar con el embargo petrolero de 2002. Entonces, ¿qué significó la nacionalización? BM: Realmente la nacionalización lo que significó y sigue significando es que Petróleos de Venezuela va a ser el regulador y el Ministerio ya no lo es. ¿Cuál es la diferencia? El Ministerio regulaba la industria petrolera con la idea de revalorizar el recurso natural, PDVSA ha regulado la industria petrolera con la idea de maximizar la inversión y la producción. Esta fue la estructura que se creó y por ahí fuimos. Ese riel estaba muy bien hecho y la compañía tenía experiencia en eso en el mundo. Ellos sabían muy bien lo que estaban haciendo. La apertura petrolera era la realización del programa que está inherente en la ley de 1975. Fue la Ley de nacionalización que creó toda esa estructura y era una cuestión de tiempo tener a PDVSA como agencia de licitación y contratación y a las empresas productoras privatizadas. Ahora, yo recomiendo leer el artículo 303 de la nueva

En Venezuela ningún partido político estaba comprometido con la nacionalización, ningún partido político la tenía en su programa por lo que, cuando a finales del año 1973, las compañías Shell y Exxon declaran en Miraflores que están de acuerdo con su nacionalización, la noticia cayó de sorpresa. No es cierto que aquí hubo un debate previo, se puede decir que la discusión sobre la reversión arranca a partir de este momento.

Constitución de 1999. Allí se habla de PDVSA S.A., yo no sé qué es lo que una S.A. tiene que buscar en una Constitución pero allí está, y ese artículo dice que a PDVSA no hay manera de privatizarla, es cien por ciento del Estado, pero también dice que sí se pueden privatizar las filiales. Ahora vamos a aclarar, PDVSA popularmente es la industria petrolera pero no produce petróleo, ni un barril, quien produce son las filiales. Entonces, ¿qué está consagrado en el artículo 303? Una industria regulada por PDVSA que representa el capital y la producción privatizada, ese programa entró de contrabando en la Constitución de 1999. Se puede leer el 303 y completar con el artículo 302 y entonces se consigue el resumen de lo que era la nacionalización y después la apertura petrolera. Usted estuvo ligado al brazo político del PRV – Ruptura- y participó con escritos, investigaciones, publicaciones sobre materia petrolera. ¿Qué diferenció a este movimiento de otros de izquierda respecto a este tema, a la importancia del mismo? BM: La importancia del tema la sabía todo el mundo. Primero, quiero insistir en que si hablamos de política petrolera no hay izquierda y derecha. La política petrolera es esencialmente política nacional porque se trata de la tierra y la tenencia de la tierra como territorio nacional, que se defiende al hacer valer el recurso natural, no es una política proletaria, pero tampoco una política capitalista. Estoy de acuerdo en hablar de izquierda y derecha cuando hablamos de la distribución de la renta petrolera, quién se beneficia del ingreso petrolero, ¿el capital humano?, ¿el capital físico?, ¿dónde va el ingreso petrolero? Ahí sí hay izquierda y derecha, pero si hablamos de política petrolera yo a veces digo que hay arriba y abajo: los que viven arriba piden a los que


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explotan, abajo, el subsuelo “yo quiero participar en esto”. Pero “esto” es la nación, y luego empieza la confrontación política entre izquierda y derecha a favor de en quién gasto el recurso petrolero, que es una confrontación que está plenamente vigente hoy como lo estaba en aquel momento. Ahora, lo que diferenció al PRV o Ruptura en el tema petrolero fue el enfoque alrededor de la teoría de la renta de la tierra, de la revalorización del recurso natural ubicado dentro de la teoría general de reforma agraria, es decir capitalismo y recursos naturales. Ese es el gran tema donde el petróleo es un ejemplo y ahí se diferenció el PRV porque se encontró cierta lógica dinámica que permitió entender el desarrollo histórico de la política petrolera y nos encontramos, por ejemplo, con que en 1920, 1930, 1940 todo el mundo tenía en mente el recurso natural cuando se hablaba de política petrolera pero, a partir de 1945, este concepto desaparece. En 1970, cuando llegué a Venezuela, nadie hablaba de la renta de la tierra. No había literatura que aceptara o tomara un enfoque de esa naturaleza. El petróleo era simplemente un recurso natural no renovable, tenía un valor intrínseco, y con eso se cortó la teoría: si tenía un valor intrínseco, no había nada que discutir. Entonces, ver al petróleo como una confrontación entre capital y tierra o capital internacional y tierra nacional, fue la contribución. Pero también era una contribución problemática, porque, de repente, el discurso antiimperialista ¿cómo qué es antiimperialista? La idea de la teoría del liberalismo es una confrontación del capital monopolista por parte del capital competitivo, por la clase obrera, etc. Esto no es la política petrolera. En política petrolera nosotros defendemos un ingreso rentista a favor de la Nación en contra del capital internacional, que viene a explotar el recurso natural.

Este enfoque da mucha fuerza al análisis y no es de extrañar que haya tenido poco eco al final. Cuando se comenzó a hablar públicamente de la renta de la tierra en Venezuela es cuando el Banco Mundial, y otros organismos similares, atacan por ese lado, la versión de la “enfermedad holandesa”, etc. Todo lo que nosotros discutimos internamente se marginó y se dio cauce a la propaganda internacional contra la OPEP a través de PDVSA, porque todos los asesores de PDVSA eran anti OPEP, por definición, porque como dije antes, eran los mismos de las trasnacionales, igual los bufetes, a los abogados de la Nación, a todos los jubilaron. Usted sostiene, que a partir de la nacionalización del 76 los dos negocios del petróleo se confundieron, ¿cómo fue ese proceso? BM: Bueno, digamos que no había un enfoque teórico de la renta capital-tierra pero había un enfoque práctico y de un lado estaba el capital internacional y del otro lado la tierra nacional. En aquella época ¿quién era el héroe de la película en Venezuela? ¿Dónde estaba el asiento institucional de la tierra? ¿Dónde estaba el que llevaba la bandera nacionalista? En el Ministerio de Minas e Hidrocarburos. El Ministro tenía un gran apoyo en la Asamblea Nacional cuando llevaba la Memoria e informaba cómo iban las cosas. El nacionalismo petrolero tenía un solo asiento: el Ministerio. Las compañías no, eran compañías extranjeras. Además todos sabían que éstas sacaban petróleo para el extranjero, no para consumo nacional. Una vez que se nacionaliza, el Ministerio pierde su posición como asiento del nacionalismo petrolero y se lo entregan a PDVSA. PDVSA pasa a ser el nuevo asiento institucional del nacionalismo petrolero, y no le pasa por la mente a nadie que esto a lo mejor no fuese a ser así... Creo que hay una manera muy fácil de comprobarlo: en aquella época

se discutía de política petrolera, había muchas publicaciones, ni remotamente comparado a lo que vemos hoy. La vida intelectual del país alrededor del petróleo desde los años 60 hasta el 75 es asombrosa. Pero también asombroso como todo esto se acaba con la nacionalización. A partir de ahí el negocio es de PDVSA. Pero hay publicaciones (Catalá, Centauro Editores, etc.) sobre la nacionalización petrolera en Venezuela donde están todos los documentos importantes, principalmente están los discursos de los presidentes. Cuando uno los lee se da cuenta que éstos no tenían ni idea del problema que les venía. Los presidentes (todos: presidentes y ex presidentes) manejaban la idea que los malos de la película habían sido las trasnacionales y que ellos estaban enfrentados a las trasnacionales pero no a los países consumidores. Pero en realidad estaban enfrentados a los países consumidores, ¿por qué? Porque estaban peleando el precio. ¿Quién paga el precio? Las compañías sólo lo traspasan. Hay una idea de que cuando las compañías ya no están en el país los países productores nos vamos a entender con los países consumidores. No, a las compañías las sacamos del juego porque subimos y subimos la renta, y desde luego esta renta las compañías se las cobraban al consumidor. La relación entre el país productor y el consumidor no era directa, porque entre ambos existía la compañía. Pero como no hay manera de cobrar al consumidor sino a través de la compañía, cuando se saca a éstas lo que nadie tenía claro es que entonces se quedaba directamente enfrentado a los países consumidores, y éstos van a responder. La nacionalización no fue el fin de la historia, una victoria definitiva… nada de esto… fue una escalada del conflicto. A partir de 1976 los países consumidores trabajan para destruir a la OPEP, porque aunque desde 1960 estaban en eso, ahora la contradicción se

No se puede decir que había una opinión de izquierda o de derecha sobre la nacionalización. Sí había una fracción de la izquierda que estaba en contra del artículo 5°pero también una fracción de derecha, porque allí se trataba una cuestión nacional. Más allá del artículo 5° no había ninguna comprensión sobre qué estructura era la que se iba a crear. agudiza. Y vienen con toda una serie de medidas en política internacional para crear nuevas condiciones para que las trasnacionales vuelvan con la fuerza suficiente para mantener en jaque a los Estados terratenientes. El porqué de los arbitrajes internacionales BM: ¿Y esto llevaría a la apertura petrolera de los 90? Sí, los países consumidores comienzan a implementar una estructura jurídica internacional de arbitraje que van a imponer a estos países productores. ¿Y quién implementa los arbitrajes en Venezuela? PDVSA los implementa. ¿Por qué tenemos esta cantidad de arbitrajes? ¿Por qué PDVSA está en demandas de arbitrajes y por qué el Estado está en

demanda de arbitraje? Se implementó en estos años de principios de los 90 y es una estructura que viene de los países consumidores, ellos la crean. Entonces PDVSA pone en práctica el programa de los países consumidores contra la OPEP. Concretamente, cuando uno estudia el desarrollo de esto y los contratos, entre otras cosas, y se observa, por ejemplo, cómo la Carta Europea de Energía que se convierte en el Tratado de la Carta Energética, es consecuencia del colapso de la Unión Soviética, para tratar de poner las manos sobre los recursos naturales de la ex URSS imponiendo unas reglas de juego, con la idea de que si el país está debilitado pueden tomar el control, nos damos cuenta que esa misma política la implementan al mismo tiempo aquí. Y es muy curioso cuando uno ve nuestra historia petrolera, digamos desde 1904, que es cuando surge la legislación especial en la materia, hasta 1976, porque si la vemos como película entonces la historia que va del 76 al 2002 es como ver la película al revés. Incluso mejor, empecemos en 1902 hasta 1976: un acecho continuo, en especial en la época de Gómez. ¿Cuál fue el punto de partida en 1902? El bloqueo de las costas venezolanas por parte de las potencias europeas, barcos de guerra. 1976 a 2002 la película al revés. ¿Cómo termina la película? Con el embargo de las costas venezolanas para que no pueda exportar petróleo. ¿Quién hace eso? ¿Buques de guerra de Estados Unidos, de Italia, de Alemania? No, lo hace la empresa nacional. Es decir, la empresa nacional lanza un embargo contra los puertos de exportación venezolanos exactamente a los 100 años del último embargo. La película realmente se ve al revés, entonces cuando uno observa el desarrollo positivo de nuestra legislación fortaleciendo nuestra posición como dueño, como propietario nacional y soberano a lo largo de más de 60 años, después ve

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el desmontaje parte por parte. ¿En este enfrentamiento que usted describe entre los países consumidores y la tierra, la tierra se subordinó? BM: La tierra era nacional, la compañías extranjeras. Así se entendía, pero cuando las compañías se transformaron en nacionales además con el abogado de la Creole pero ahora vestido de liqui-liqui y agitando la bandera de PDVSA, el país no tenía cómo responder. Es decir, colapsó la tensión y esa fue la idea. Y por eso la idea es cambiar al regulador: que el Ministerio no regule porque el ministerio tiene un vicio, esa gente piensa en el país, en el recurso natural, en el territorio nacional… En cambio en PDVSA se piensa en la inversión, para eso fue hecha. Pero se la presenta como la empresa nacional y ¡cómo no se va a apoyar a la empresa nacional! Y la empresa nacional va a decir que no hay manera, que el arbitraje tiene que aceptarse porque de lo contrario no hay manera que venga el capital. ¿Y por qué no viene? Porque si no hay arbitraje yo no lo traigo. Así de sencillo. ¿Cómo se produjo un cambio tan grande en Venezuela, rompiendo con una tradición de 60 años y llegando a identificar, principalmente a principios de los 90, a la apertura petrolera con una apertura de la mentalidad, de la sociedad, como una apertura hacia la modernización, como un avance? BM: A partir de 1976 va a cambiar todo el discurso sobre política petrolera. Es notable como en el 76 se anula toda la discusión anterior, desaparece. Además, los promotores en aquel momento mueren: Pérez Alfonzo se muere a finales de los 70, Betancourt también se muere por esos años, y además a toda la nueva generación que tenía experiencia en esa política los marginaron. Los pocos políticos petroleros que había en AD simplemente perdieron su posición de poder porque la

En su momento, nadie tenía idea de lo que significaba este cambio estructural que además vino acompañado de un ejército de abogados que de ser abogados de las compañías extranjeras de repente se convirtieron en los abogados de las compañías nacionales, pero… con el mismo pensamiento de antes. En cambio, a los abogados que veían desde la perspectiva del Estado: la administración, la revalorización del recurso natural los sacaron del juego política petrolera se llevaba a través de Miraflores no a través del Parlamento. Le voy a dar un ejemplo: para los contratos de servicio (se pueden firmar contratos de servicio, convenios, asociaciones, empresa mixtas), en 1967, se reformó la ley para aclarar que 1) tienen que ser más ventajosos que una concesión, 2) la tierra tiene que estar bien definida, la cantidad de kilómetros cuadrados que se le va a dar, con lujo de detalles, eso tiene que estar en la base de la contratación que aprueba la Asamblea Nacional, y finalmente la Asamblea Nacional tiene que disponer de toda la información pertinente a través del Ejecutivo Nacional. Mientras el Ministerio trabajó con la CVP todo ese proceso se cumplió. Las compañías petroleras estaban en el otro lado, porque los cinco contratos de servicios que se entregaron fueron a la Occidente (3), a la Shell y a la Mobil. En la Ley de Nacionalización ya no se habla de ese artículo. Allí también dice que el Congreso Nacional, con toda la información, tomará las decisiones. Ahora ¿quién puede llevar la información en 1991, en 1992, al Congreso Nacional? El Ministerio con la información

que le pasa PDVSA. Eso es así, ya el Ministerio no tiene ni un ojo propio en la industria. El Ministerio a partir de la nacionalización ve a la industria petrolera a través de los ojos de PDVSA y no tiene otra opción. Entonces el soberano Congreso Nacional tiene que aprobarlo. El soberano Congreso tiene todo el poder, eso sí, no tiene la información. Y cuando tiene que decidir se le dice o bien se aprueba o no hay nada. Es decir que no hay ninguna opción. El que tiene que firmar a juro el documento no sabe lo que está firmando y sabe que está mal pero… qué más le queda. Ellos pueden tomar la decisión que sea, hay una sola opción, no va a haber otra. El mejor ejemplo y el más sencillo de este colapso de la tensión representada entre el Ministerio y las compañías extranjeras es este: según el artículo 5° había contratos operativos pero no los tenía que aprobar la Asamblea Nacional, porque los contratos operativos, y allí la ley era muy clara, eran esos contratos para hacer mantenimiento, análisis especializados para zonas sísmicas, etc., pero que no afecta la esencia de la nacionalización, porque la industria contrata muchas

cosas. PDVSA entra por ahí y hace un contrato de servicio operativo que no es de mantenimiento sino de producción, son contratos que producen, pero con un pequeño truco formal como “el petróleo no va a ser de la compañía sino siempre va a ser de PDVSA… y PDVSA paga por los servicios”, etc. Todo es una cortina de humo para hacer en realidad una concesión. Van a la Comisión de Energía y Minas para que ésta le informe al Congreso que esos son auténticos convenios de contrato operativos tal como está previsto en el artículo 5°. ¿Cómo se presenta esto en la Comisión de Energía y Minas? Creo que fueron nueve veredictos de distinguidos bufetes caraqueños que dijeron “esto es el prototipo de un contrato de servicio operativo”, por lo tanto no necesita la aprobación de la Asamblea Nacional, no es de producción porque el petróleo nunca es de ellos, etc., etc. A los abogados se les paga por defender lo que no es… y ellos van a defender como si fuese lo que en realidad no es. Yo creo que Lagoven y todas las compañías le pedían a los abogados opiniones, a todos los bufetes les pedían opiniones. Si un abogado opinaba que eso no es ningún contrato de servicio operativo, y que ese contrato necesitaba la aprobación de la Asamblea Nacional, simplemente se archivaba y no se presentaba a la Comisión. ¿Quién seleccionó las experticias que se presentaron a la Comisión? PDVSA. Se puede decir que allí están los informes de todos los bufetes y todos dijeron lo mismo, pero lo que no se dice es que a los que no dijeron lo mismo les archivan sus informes y fueron condenados a callarse debido a la obligación contraída con el cliente. Esto lo vi ahora en los juicios, en los juicios con Exxon. En un momento dado buscamos un par de testigos importantes y nos dimos cuenta de que todos los testigos que nos interesaban ya habían sido contratados por Exxon. Nunca aparecieron en

el juicio, simplemente los neutralizaron. Si yo contrato a alguien para que me dé su opinión y además le pago bien, y una vez que me la da no me conviene, la archivo e impido que testifique en un juicio en mi contra porque yo lo contraté. Por esta razón no se tenía idea de que PDVSA era parte y todas esas experticias que se hizo con los contratos de servicio las había contratado y pagado PDVSA. Es como un juicio con una sola parte, porque la otra no contrató a ningún abogado. Ahora, ¿qué opinaba en su momento Celestino Armas o qué opinaba Guevara (que era viceministro)?, no estaban satisfechos con esto pero era lo que les venía, pero tampoco el Ministerio tenía cómo contratar a un abogado para tener así una opinión del Ministerio, es decir una de PDVSA y una del lado de la tierra. Un peor ejemplo: cuando el proyecto Cristóbal Colón, en ese entonces había una ley de nacionalización del gas la cual decía que el gas era libre, que no se podía explotar para exportar, eso fue en 1972… entonces PDVSA va a la Corte para aclarar que esa Ley, precisamente en esta parte, está derogada por la Ley de Nacionalización. Es decir, la Ley de Nacionalización prevalece sobre la de Nacionalización del gas, del mercado doméstico, etc. En realidad lo que hicieron fue anular el artículo 3 de la Ley 1967, sobre la CVP. Eso es lo que buscaban y finalmente lo anularon. ¿Qué decía el artículo? Que la empresa nacional CVP no podía ir a un arbitraje, cualquier litigio que no se pueda arreglar amistosamente con la CVP va a los tribunales nacionales. Es decir exclusiva jurisdicción nacional, no solamente para las concesiones como decía la Ley de 1910 o 1909, sino que también la CVP tiene la misma inmunidad soberana. Los socios de la CVP la pueden demandar en cortes venezolanas no mediante el arbitraje internacional. Esto fue derogado. Por eso es que


Venezuela acaba ahora en los tribunales internacionales. Ahí abrieron el camino para esto. Ahora, si la Creole hubiera ido a la Corte ¿cuántos abogados del Ministerio hubieran estado ahí? La Creole no fue a la Corte, los abogados de Lagoven, a través de la CVP, fueron a la Corte. El Ministerio ni se enteró, nunca fue, nunca mandó un representante. Yo tuve la oportunidad, en una ocasión, de hablar con Celestino Armas, fue en 1996 en el gobierno de CAP, y me dijo como tres veces: “estoy sorprendido que jamás nadie, jamás nadie, me haya dicho que en 1991 pasó algo en la Corte Suprema”. Con ese veredicto de Duque Corredor destruyeron toda la nacionalización, porque la gente entendía, un poco ingenuamente, que lo que habíamos logrado con la vieja Ley de Hidrocarburos era como un piso, y de ahí hacia arriba, no hacia abajo. Y lo anuló porque el artículo 3 decía que el contrato no podía ser por más de 30 años, y le pusieron 40, y luego 50 y por ahí iban… También el artículo especificaba que las áreas había que definirlas, pero ellos informaban que por allí había unas áreas que son nuestras, no decían el tamaño, nada… hay que ver todo lo que implica el problema de la áreas ¿no? Y, desde luego, el arbitraje internacional estaba explícitamente excluido en el artículo 3 de la Ley de 1967, en la de 1976 nadie dice nada porque nadie tiene nada claro, pero en 1967 se tuvo la prudencia de construir la concesión como piso sobre la cual se construyó nueve contratos como segundo piso. La Ley de Nacionalización es borrón y cuenta nueva. Nos lanzamos al vacío y ni cuenta nos dimos. Entonces, el Ministerio tiene las defensas bajas, ¿qué hace PDVSA en la Corte Suprema? Va a aclarar ¿Qué? Eso es trabajo del Ministerio ¿o no? Pero por ahí fueron y simple y llanamente quitaron las bases mínimas de cualquier contrato y de allí vienen las regalías del 1%, de

allí vienen la extensión a 40, 45 años… de ahí viene, de ese escenario, la Exxon, donde mete en paralelo un contrato donde adquiere derechos sobre toda las partes de Lagoven, en la FPO, el gobierno nacional no se enteró de lo que aprobó. ¿Y qué hicieron con el Congreso? El Congreso va a aprobar no las bases, no los principios sino el contrato completo. Mandan al Congreso Nacional 350 páginas que no lee ni Mandrake el Mago, porque eso lo escribieron equipos y solamente lo pueden leer equipos, y el congreso nacional aprobó esto (así lo dice la decisión) incluido los anexos, todo eso aprobó el Congreso. Eso es ridículo, nadie puede aprobar eso, porque el Congreso Nacional es político y lo que tiene que aprobar son los principios, y con Cerro Negro es la primera vez que una compañía comienza a producir en Venezuela y ni siquiera aparece en Gaceta Oficial. Hasta ese momento aparecía en la Gaceta Oficial las áreas de las asociaciones. Cerro Negro jamás tuvo un área por GO, la tuvo directamente de Lagoven. ¿Y qué área tuvo? Toda el área de Lagoven en la Faja, salvo el pedazo que tenía Bitor. Entonces, el colapso de la tensión es crucial: capital vs tierra no está en la comprensión venezolana, extranjero vs nacional sí. Y cuando esto cambió y el extranjero se vistió de liquiliqui se acabó la política petrolera. Después de la destitución de Carlos Andrés Pérez, asume el historiador Ramón J. Velásquez. El tiempo que él gobernó lo hizo con una Ley Habilitante, ¿por qué? BM: Eso lo entiendo más tarde, en esa época yo estaba en PDVSA, en Planificación Corporativa Estratégica, en La Campiña. Carlos Andrés Pérez se equivocó con la nacionalización de 1975, la hizo mal… sin embargo él era venezolano de la vieja escuela y, por ejemplo, él

amaba a la OPEP. Él fue en el 75 a la primera reunión de jefes de Estado de la OPEP en Argelia, él vivió todo esto. Entonces, cuando viene la Apertura él le da cauce a ésta con los contratos de servicio operativos, pero en otras cosas no y, en particular, se enfrenta con su ministro Andrés Sosa Pietri principalmente en el tema de la OPEP, porque para Sosa Pietri las cuotas deben desaparecer porque de lo contrario no habrá apertura. Para él la OPEP nos tiene frustrados, y no nos permite desarrollarnos…, etc. La respuesta de Carlos Andrés Pérez es que la OPEP es muy importante y se van a respetar las cuotas porque eso es lo que se negoció, de manera que Carlos Andrés Pérez le dijo sí a la Apertura pero muy a medias. Y de ahí viene, en mi opinión, el primer golpe de Estado, en este caso jurídico, promovido por PDVSA. Si uno se pregunta quién tumbó a CAP, la respuesta es: la Corte Suprema, con una decisión que decía que la sospecha era suficiente para que CAP tuviese que salir de la Presidencia. Ahora, ¿cómo él llegó a tener minoría en la Corte Suprema? Porque en 1992, después del 4 de febrero, hubo una alianza con Arturo Uslar y los “notables” y CAP se dejó presionar y sacó a cinco jueces de la Corte Suprema porque eran demasiado pro adecos, pro a su favor, y los cambió por cinco jueces más neutrales. Ese fue el paso decisivo. Solo hay que ver, por ejemplo, como en EEUU pelean cada juez de la Corte Suprema, y aquí CAP se dejó aplastar y metieron cinco jueces. Y cuando llega el caso contra él a la Corte Suprema, hay mayoría contra él. Y esa fue la primera guerra mediática, hubo una campaña muy intensa contra CAP, tenía que salir y lo lograron. Todos los casos derivados de la Apertura que hoy en día están en la Corte ocurren cuando gobernaba Ramón J. Velásquez, no cuando CAP. El Cristóbal Colón, en 1991, va al Congreso Nacional pero lo retiran por varios problemas

y lo vuelven a introducir en 1993, después de la salida de CAP. Los arbitrajes internacionales contra la República se aprueban y ratifican cuando Ramón J. Velásquez. Conoco entra ahí. La apertura de verdad verdad empieza en 1993 con Ramón J. Velásquez. Ahí se acabaron todas las limitaciones y contaron con el apoyo total del Congreso. ¿La Apertura como tal comenzaría con un presidente interino, que ni siquiera fue electo y además gobernaba con una Habilitante? BM: La segunda ronda de

La nacionalización lo que significó y sigue significando es que Petróleos de Venezuela va a ser el regulador y el Ministerio ya no lo es. ¿Cuál es la diferencia? El Ministerio regulaba la industria petrolera con la idea de revalorizar el recurso natural, PDVSA ha regulado la industria petrolera con la idea de maximizar la inversión y la producción. Esta fue la estructura que se creó y por ahí fuimos.

los convenios operativos, realmente la decisiva, se hace en 1992 pero se firman en 1993. Y allí mismo viene la tercera ronda y en el mismo 1993 la asociación de la Faja. Y se crea lo que más tarde va a ser Sincor y Petrozuata, todo en 1993. Y Lagoven con el Cristóbal Colón. Todo eso se aprueba por medio de la Ley Habilitante durante la presidencia de Ramón J. Velásquez. Y con esa Habilitante también se cambia la Ley de Impuesto Sobre la Renta. No solamente reducen el ISLR al 34%, pero todavía era una tasa menor para las empresas petroleras. A partir de 1993, las empresas petroleras están sujetas al régimen NO PETROLERO de impuestos. Ahí comienza la discusión, sumamente grotesca, sobre la Faja Petrolífera del Orinoco, donde se decía que no era Petrolífera sino Bituminosa. Entonces, ese ataque hacia nuestro régimen fiscal aplicado al petróleo lo convirtió en un régimen fiscal no petrolero. Ramón J. Velásquez abre las puertas (él es un independiente, ¿no?, simpatizante de AD pero independiente), pero ahí se impone y CAP cae. ¿Por qué no se vincula a Ramón J. Velásquez a la apertura petrolera? BM: La apertura comienza antes, pero con fuerza en el 1993 con la salida de CAP. Pero bueno, ¿quién escribe esa historia? ¿Quién escribe la historia del Ministerio? ¿Alguien conoce la historia del Ministerio? No. Ahí hay un desarrollo propagandístico, ¿quién manejaba la guerra mediática contra Chávez? Lo que pasa que Hugo Chávez no se dejó, pero CAP tenía varios puntos débiles. Además todo eso coincide con el colapso de la URSS, el ambiente internacional y nacional hace que el espacio que éste tiene sea cada vez menor. Entonces lo presionan, lo apabullan, lo quitan del camino y ahí se rompe el dique. Eso es la apertura. Y si se lee los discursos de nacionalización,


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sobre todo para el Cristóbal Colón, es una lectura que recomiendo mucho, CAP explica por qué no se anula la ley de gas, por qué no se va a exportar gas licuado, él lo dice en su discurso. Quince años más tarde él es nuevamente presidente y ahí va el Cristóbal Colón que es exactamente todo lo contrario, además anulan los artículos de la Ley de gas que impiden la viabilidad de este proyecto. Él dice por qué no se va a exportar gas licuado: porque el gas se necesitaba para la industrialización de Venezuela. CAP no era un político petrolero, se equivoca por completo en 1975, cuando nacionaliza, se equivoca en muchas cosas, él siempre era el grande, la gran Venezuela, el gran tiraje… hace muchas cosas, pero no pierde de vista a la OPEP. Sigue creyendo en la OPEP. Y si se quiere saber más sobre esto y su importancia, recomiendo el libro de Andrés Sosa Pietri, Petróleo y poder, y hay que ver la confrontación que hay entre PDVSA y CAP y Celestino Armas. Y esto lo tumba, y de allí en adelante ya no hay cuota OPEP. ¿Cuál es la consecuencia?: el 98, el colapso de los precios a niveles pre Segunda Guerra Mundial y la muerte de la IV República, porque la IV República a partir de la nacionalización perdió el control de la política petrolera. ¿Y cómo se gobierna a un país petrolero si no se controla la política petrolera, el sector petrolero? Imposible. Es verdad que AD se descompuso, etc., pero ¿cuándo empezó la caída de la IV República? El 1 de enero de 1976. O en 1975, cuando aprobaron la Ley de nacionalización. Cuando asumió Rafael Caldera por segunda vez, ¿había alguna esperanza de que la apertura se parara?, ¿de implementar alguna política nacionalista? BM: Hay que leer el discurso de Caldera en 1975 y ver lo que dice él ahí. Por ejemplo, él habla de la Faja y cita a Lorenzo Fernández: la Faja la vamos a desarrollar nosotros, los venezolanos. ¿Y qué hace

La política petrolera es esencialmente política nacional porque se trata de la tierra y la tenencia de la tierra como territorio nacional, que se defiende al hacer valer el recurso natural, no es una política proletaria, pero tampoco una política capitalista. él en su segundo gobierno? Da vía franca, en realidad él hace lo que puede pero no puede. Es un Presidente que tiene todos los poderes pero ningún conocimiento, ninguna información, ya no tiene ni la CVP. Caldera aprueba todo lo que contradice su discurso de 1975, por cierto muy buen discurso. Me permito observarlo, porque no era precisamente calderista yo, pero el discurso de Rafael Caldera en la nacionalización, en 1975, es el discurso más serio de todos. Caldera nunca se imaginó lo que le iba a tocar. Usted maneja la tesis de tres golpes petroleros en el país por parte de PDVSA. ¿Cuáles son? BM: El primero el juicio y la salida de CAP. Ese fue un golpe de Estado jurídico y, en materia de petróleo, la Corte Suprema estaba siendo tomada por PDVSA, por ejemplo, el juez que anuló el artículo 3, Duque Corredor, había sido empleado de Maraven y antes era de la Shell, es decir viene de la industria petrolera. Para mí, la única institución que podía

manejar toda esa estructura era PDVSA. PDVSA era la plataforma de toda la discusión neoliberal, de la democracia… eso era PDVSA. Y yo lo observo, yo estaba en PDVSA y puedo decir que en PDVSA se celebró la caída de CAP. El segundo ¿cuál es? El golpe militar contra el presidente Chávez, y allí la participación de PDVSA está filmada. El presidente de PDVSA en ese momento, un militar, Lameda, ¿no está celebrando?, ¿no encabezó la marcha? Eso es el golpe militar, donde no cabe la más mínima duda de la participación de PDVSA. El tercero es el bloqueo de las costas venezolanas por PDVSA para que de aquí no salga ningún barco petrolero. Tal como EEUU o Gran Bretaña contra Irán en los años 30, luego Gran Bretaña, EEUU… en los años 50, bloqueo contra el petróleo mexicano, esto acá lo hace la COMPAÑÍA NACIONAL. Y yo creo que en Venezuela cuando se habla de esto no se tiene ni idea de la monstruosidad de la que estamos hablando. Y además esta monstruosidad la hicieron justo en la fecha del centenario del bloqueo. 19022002 describe un ciclo que comienza con un bloqueo de las fuerzas externas y concluye con un bloqueo de las fuerzas internas, nada menos que de la compañía nacional. El tercero es el golpe económico, y sin duda alguna lo hizo PDVSA, allí no hay más nada qué decir. Usted, en su texto “Petróleo subversivo” explica cómo y por qué la clase media, los profesionales, se fueron identificando con PDVSA: lo que ofrecía la empresa, el entorno de trabajo, cómo se los visualizaba a los empleados de PDVSA. Ahora ¿cómo esa parte del país puede apoyar su propia destrucción. ¿Hay algo suicida en eso? BM: Sí, sin duda. Pero eso tiene que ver con lo que dije inicialmente. No hay que olvidar que no hay política petrolera de izquierda y derecha, así no es, sino es

arriba contra abajo. Entonces la política petrolera de la cual yo le estoy hablando: los recursos naturales contra el capital, recurso natural nacional contra el capital internacional es una política eminentemente gubernamental. ¿Cuántas personas de este país han leído alguno de los contratos petroleros firmados? Cuando yo me ponía a analizar un juicio de la Corte Suprema y vemos esa política nos damos cuenta que eso es de élite. De élite en el sentido de que hay que estudiar años para poder ver algo ahí. Eso no es de conocimiento popular. Yo en una oportunidad hablé con un importante dirigente sindical de PDVSA y me di cuenta que él no sabía lo que era una regalía, pero no tenía por qué saberlo. Como sindicato él se preocupaba de las relaciones obrero-patronales. En la misma industria se encuentra fácil más de mil ingenieros que no saben lo que es una regalía. Esta relación hay que tratar de estudiarla y entenderla: la clase media veía a PDVSA como el resultado de la nacionalización, era nuestro gran éxito. No veían que esto era la destrucción de la IV República. Lo atribuían a otros factores, culpaban al Ministerio, lo acusaban de haberse excedido con los precios, cosa que también es cierta, porque no es que el Ministerio haya tenido una participación particularmente gloriosa en esos años, se desmontó, para decirlo de otra manera. Entonces, el conocimiento no existe, y todavía hoy ni siquiera una buena fracción chavista tiene idea de lo que pasó con la apertura. Es mucho más grave de lo que se cree porque el mismo paro se presenta no como un paro alrededor de la política petrolera sino un paro alrededor de la democracia, alrededor del presidente Chávez que es déspota y nosotros somos democráticos, y entonces la compañía petrolera tiene que ser independiente… por ahí vienen. Pero el presidente Chávez se metió y dijo: “yo soy Presidente de Venezuela,

por lo tanto quien nombra al Presidente de PDVSA soy yo. ¿A quién nombro? A quien yo quiera nombrar”. Y allí choca con PDVSA. De hecho PDVSA chocó primero con él. Ya cuando él sale electo Quirós Corradi llamó a un paro de ejecutivos petroleros si no se nombraba a un “meritocrático” como presidente de PDVSA. Entonces cuando hablamos del manejo del recurso natural es un conocimiento extremadamente especializado por lo que no es fácil de entrar en ese tema. Si yo le explico todo lo que pasó en la Faja es muy difícil de entenderlo, porque es un tema especializado. Ahora si uno ve las declaraciones de PDVSA donde dicen que eso no sirve, no es petróleo, no se vende, no fluye, allí es más fácil de entender, porque la primera pregunta que surge es: un momento, están hablando mal de la Faja, ¿esta empresa, esta gente, son vendedores o son compradores? Si yo vendo hablo bien de lo que vendo. Si yo defiendo la Faja diré no, eso no es ningún Bitumen, es un líquido, lo bombeamos, ¿Qué es muy difícil de refinar?, sí es cierto, pero las refinerías están avanzando rápidamente y por ahí vamos… ¿no fluye? Bueno, lo diluimos siempre lo hemos hecho o lo calentamos, como el Boscán, que tampoco fluye, y eso lo hacemos desde los años cincuenta. Sólo hay que escuchar la música e identificar quién está tocando, y PDVSA se empeñó en quitarle cualquier valor a la Faja. Por lo tanto la deducción es simple: está cuadrada con los compradores no con los vendedores. Por ejemplo, me llamó la atención que Sosa Pietri estaba en contra del paro, porque él era muy militante con todo lo concerniente a PDVSA, pero de alguna manera intuyó que la compañía no podía hacer eso, porque ¿cómo la compañía nacional va a bloquear las costas venezolanas y justo en el centenario del otro bloqueo? ¿A qué hemos llegado? No hay que entender mucho para poder decir: “esta


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música no me suena bien”. Pero el conocimiento específico, especializado es otra cosa. Pero hay algo básico: somos un país petrolero, las costas están bloqueadas, no sale petróleo, no entra dinero… nos afecta a todos. Y eso no es muy difícil de entender. BM: Eso es lo que hubieran hecho las grandes potencias contra cuanto país petrolero hay, y acá se le ocurrió nada menos que a la compañía nacional hacer un bloqueo al país. ¡Hay que ver de lo que hablamos! La confusión era enorme, tanto es así que el paro tampoco tiene una clara división. No se puede decir que todos los que estaban en contra del paro eran chavistas ni se puede decir que los que eran chavistas no se pararon, porque era muy confusa la situación. Muchos pararon porque su jefe paró. Y esto pasó porque la política petrolera no se presentó como línea divisoria. En el 70 era muy fácil saber si alguien estaba de parte de las compañías extranjeras o del Estado y punto. Esto en el 2002 no está tan claro. Se levantó la bandera de la democracia o la antidemocracia, y el lema de que el presidente Chávez iba a destruir a esta empresa maravillosa. Una empresa maravillosa con ejecutivos meritocráticos, que a mí siempre me pareció una ridiculez llamarse a sí mismo así. El problema es de qué lado estaba la empresa en ese conflicto nacional: estaba del otro lado. Cuando el presidente Chávez gana las elecciones, ¿PDVSA se confunde con él, cree que lo puede manejar? BM: No. Yo diría que lo que pasó ahí es que todas las fuerzas aperturistas se reestructuraron y se desmoronaron con el paro, con los abogados, etc. Una estructura que se vino abajo y se trató de remontar pero allí cobraron fuerza los que veían, los que criticaban esos convenios operativos, alegando que no son convenios operativos y que no fueron

aprobados por el Congreso Nacional. Esto prevalece y hay una oportunidad de replantear esa relación solamente por el colapso de la vieja PDVSA. No hubiese habido manera de renegociar y de forzar la migración de todos los convenios operativos o a renegociar todas las asociaciones si no hubiese habido un paro donde la consecuencia fue la derrota de la meritocracia. Ese paro fue decisivo. Yo no era académico, nada… pero desde 1970 siempre estudiaba esto de los contratos porque me fascinó siempre… por qué varía, por qué no… entonces llevaba un cierto registro, pero como hobby personal, absolutamente fuera de lo común, y había otros por ahí, Silva Calderón, otros que habían estado en el Ministerio antes de la nacionalización y observaban críticamente esto, pero eran fuerzas muy débiles. Después del paro cogen vuelo. El artículo 5° lo interpreta y la CSJ lo dice en 1991: No tiene que ser mayoría accionaria. Ok, es una interpretación arbitraria, pero lo hicieron con el juez Duque Corredor. Ahora qué dice la GO de aquel momento, no dice que no tiene que ser mayoría accionaria, dice que bajo ninguna circunstancia podíamos tener mayoría

accionaria. Ahora, los vientos vienen de otro lado, una cosa es que se diga que no es necesario tener mayoría y otra cosa que salga publicado que bajo ninguna circunstancia Lagoven va a tener mayoría accionaria, lo mismo Petrozuata, lo mismo Sicor. Pero no hay opinión pública que recoja todos estos pequeños escándalos. Ahora cuando cae la meritocracia hay fuerzas para ir al frente y adoptar la política de rescatar el recurso natural bajo la forma de la migración de los convenios operativos a empresas mixtas y la renegociación de las asociaciones para convertirlas también en empresas mixtas. Esto es consecuencia de que PDVSA no tenía fuerza y entonces se marginó a todos los abogados que estaban en la apertura. No estaban en la política de migración. ¿El ministerio ha ido recuperando su vieja función, se ha fortalecido? ¿Cree que realmente hay una nueva PDVSA? BM: Yo diría que sigue muy confuso lo que es PDVSA. Si hablamos de la tierra, si hablamos de arbitrajes contra la República que se autorizaron primero con el tratado de 1993 y lo ratificó RJV con Holanda, llegamos a firmar como 24 de estos tratados, con Francia, con

Canadá... La política petrolera está muy dispersa, esos tratados vienen algunos de cancillería, del ministerio, etc. Lo que puedo decir es que logramos rescatar la valorización del recurso natural en estos contratos donde participa el capital extranjero e impusimos a PDVSA también una regalía que finalmente es del 30%, un tercio de hecho. Lo que no logramos es armar un nuevo régimen petrolero. El régimen petrolero hoy, desde un punto de vista formal, es el mismo de 1975, reforzado por la Constitución de 1999 en sus artículos 302-303. Se puede decir que rebatimos la política de minusvalía del recurso natural pero no tuvimos la fuerza de crear un nuevo régimen, este nuevo régimen todavía no existe. Volviendo a su texto “Petróleo subversivo”, usted concluye diciendo que el presidente Chávez tendrá que demarcar tres roles del Estado: como soberano en general, como dueño de los recursos naturales y como accionista único de PDVSA, y al mismo tiempo tendrá que definir un nuevo rol para el sector privado tanto nacional como internacional. Esto lo escribe poco antes de comenzar el paro petrolero.

PDVSA se empeñó en quitarle cualquier valor a la Faja. Por lo tanto la deducción es simple: está cuadrada con los compradores no con los vendedores. Por ejemplo, me llamó la atención que Sosa Pietri estaba en contra del paro, porque él era muy militante con todo lo concerniente a PDVSA, pero de alguna manera intuyó que la compañía no podía hacer eso, porque ¿cómo la compañía nacional va a bloquear las costas venezolanas y justo en el centenario del otro bloqueo? ¿A qué hemos llegado? No hay que entender mucho para poder decir: “esta música no me suena bien”. Pero el conocimiento específico, especializado es otra cosa.

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¿Se logró demarcar esos tres roles? BM: Ese artículo lo escribí en 2001 y allí insisto en que la IV República estaba bajo dos ataques: desde PDVSA por la parte petrolera y desde el sector popular con la llegada de Hugo Chávez. Chávez no hacía una campaña petrolera sino una campaña popular. El representó el empobrecimiento del sector no petrolero y encabezó ese movimiento y choca con el petrolero. Su pregunta supongo que es ¿qué se ha logrado? Esa es la pregunta, porque además esto sale en su libro, La Cuestión Petrolera, y la edición que incluye este artículo --según palabras del presidente Chávez- todos los liceístas de este país deben leer, y aclaró que para él era uno de sus libros de cabecera. BM: Ese libro lo escribí en 1991 y se tradujo en varios idiomas, yo lo escribí en castellano y lo traduje al inglés, lo escribí en Oxford, aunque en aquel momento yo era persona non grata en los círculos petroleros de Venezuela, despertó mucho interés y lo vi traducido hasta en ruso. Vamos primero por los puntos, el primero es sobre la soberanía y allí están los arbitrajes: el último tratado de inversión con arbitraje que firmamos fue con Rusia, creo que en 2009. Es decir esto siguió así. La República Bolivariana de Venezuela también aceptó los arbitrajes. ¿Por qué? Porque el sistema estaba allí y eso no lo podían parar o no se quiso parar. El segundo punto: como dueño de los recursos naturales. Ahí sí se atacó con fuerza, se comenzó a renegociar todos esos contratos de convenios operativos y asociaciones y antes de que subieran los precios, por lo que no es cierto que fue una reacción a la subida de los precios. Lo que pasa es que durante la renegociación comenzó el alza de los precios y, desde luego, eso ayudó mucho al gobierno, al ministerio, dirigido por Rafael Ramírez, de recuperar esa parte. Allí yo diría que tuvimos grandes progresos y de venir de una


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política de eliminar la regalía, atribuir un valor 0 al petróleo, pasamos a una política donde subimos la regalía, de 1% en muchos casos, y la llevamos a un tercio en la actualidad. Aquí yo diría que hubo mucho éxito, y muy importante para la continuidad del gobierno. El tercer punto, el Estado como accionista único de PDVSA: yo diría que ahí el progreso ha sido mínimo. PDVSA sigue reportando y actuando con la misma estructura de antes. El último legado del final de la IV República fue eliminar las filiales, centralizar todo, PDVSA arriba regulando, y las compañías que producen. El esquema hoy es exactamente el mismo y si se ve cambio en la práctica es por las personas pero no por un cambio en la estructura. Alí Rodríguez, en entrevista publicada en este periódico, dice que siendo ministro y también presidente de PDVSA él comprobó que el Estado es el mismo, el mismo de la IV República y que es muy difícil poder actuar dentro de esa estructura. BM: Sí es verdad. En Venezuela, en la época concesionaria, teníamos concentrados todos los poderes y éstos confluían en la política petrolera. A partir de la nacionalización en 1976 todo eso se divide, y ha sido una política sistemática. Hoy por hoy no existe una plataforma de política petrolera, al menos que yo sepa. Es decir, se firmaron tratados bilaterales de inversión que obviamente apuntan al sector petrolero y el ministerio no estaba ahí, no hay coordinación de todo esto. PDVSA escribe los contratos, la CVP dice que no se puede ir a arbitraje, PDVSA dice que sí, pero el punto no es que se vaya a arbitraje, esos contratos lo que hacen es que el Estado no cambie el régimen fiscal dentro de ciertos parámetros. Si el Estado lo cambia PDVSA va a indemnizar, por lo que los arbitrajes de PDVSA son contra el Estado porque, formalmente, ellos garantizan estabilidad fiscal

a las compañías extranjeras, limitando la soberanía impositiva a través del arbitraje. Por eso en 1967, los políticos adecos apoyaron a la CVP en que no admita el arbitraje, ya que sabían que a través de la CVP iban a atacar al Estado. Cuando a PDVSA la condenan a pagar determinado monto ¿quién lo paga? Lo paga el Estado, no PDVSA. Ahora, el problema del arbitraje de PDVSA era un problema de los contratos y esto sí en la migración lo cambiamos. Las empresas mixtas no tienen cláusula de arbitraje. Sin embargo, lo que el Ministerio no puede cambiar son los tratados binacionales porque son entre naciones y ahí está el arbitraje. Por ejemplo, lo que se convino entre Holanda y Venezuela es que son países amigos, entonces a los inversionistas holandeses en Venezuela se les concede el derecho de mandarnos a una corte internacional, y los inversionistas venezolanos en Holanda, que como todos sabemos son muchos ¿no?, tienen derecho a demandar al Estado holandés. Por lo que, ante cualquier problema, las compañías escriben: acepto su oferta de ir al arbitraje. Así mismo. Yo recibí un escrito así cuando era viceministro y me dije: ¿qué oferta, cuándo oferté eso? Bueno, en ese tratado estaba escrito que una empresa holandesa en Venezuela tiene derecho de demandar al Estado en un tribunal internacional.

El segundo punto es que las empresas petroleras tienen una empresa holandesa. Si se tiene una dirección de correo en Holanda, con un par de formalidades, sin necesidad de tener un solo empleado en Holanda, se tiene una empresa holandesa. Ni siquiera se pueden llamar una empresa de maletín, eso es bastante pretencioso porque ni maletín tienen. El hecho es que nosotros tenemos un juicio con Exxon Mobil, y si acaso alguien no lo sabe, es una empresa holandesa, tenemos un juicio con Conoco Philips y por si no se sabe, también es una empresa holandesa, si digo ENI tal vez se crea que es una compañía italiana, pues no, es una compañía holandesa, la CVPC tal vez todos crean que es una empresa china, pues para nuestros fines es una empresa holandesa. Entonces, con un tratado muy favorable al inversionista extranjero, con cláusulas que lo que definen a una empresa holandesa es cumplir con un par de formalismos para ser aceptada por Holanda, luego la cadena de la inversión de Exxon en Venezuela pasa por Holanda, ya para EEUU es una empresa holandesa. ¿De acuerdo con esto funcionarían muchas empresas holandesas en Venezuela? BM: Sí, y lo denunciamos, el único tratado que denunciamos es el holandés,

pero también alguien tiene una empresa en Barbados o en Canadá, pero la empresa es venezolana y porque actúa en la bolsa de estos países es extranjera. Entonces el inversionista nacional también puede hacer su juego y demandar al Estado venezolano, con tal de que tenga una empresa holandesa que no es gran cosa, es más fácil formar una empresa holandesa que conseguir una visa de turista. En 2004 denunciamos el tratado holandés por el embargo en Inglaterra, y eso hizo Exxon en su ataque contra PDVSA, no contra la República, eso lo hicieron después. Entonces Holanda apoyó esto, como la Corte en Inglaterra lo decidió, Holanda hizo lo mismo. Se embargaron los bienes, todas las refinerías, finalmente a Exxon le salió, lisa y llanamente, el tiro por la culata, simplemente porque no tenían base. Ellos aprovecharon la ley, porque era muy difícil cobrar al que debe, y el ejemplo son los barcos, desaparecen… Esa medida es una medida provisional, Exxon la hizo y arguyó que se le debía 12 mil millones de dólares mínimo, finalmente la Corte decidió que eran 900 millones. Eso era lo que valía el activo, no 12 mil millones. El embargo de las refinerías formó parte también de la farsa, porque una refinería no es un bien móvil, no hay manera de venderla de

El tercero es el bloqueo de las costas venezolanas por PDVSA para que de aquí no salga ningún barco petrolero. Tal como EEUU o Gran Bretaña contra Irán en los años 30, luego Gran Bretaña, EEUU… en los años 50, bloqueo contra el petróleo mexicano, esto acá lo hace la COMPAÑÍA NACIONAL. Y yo creo que en Venezuela cuando se habla de esto no se tiene ni idea de la monstruosidad de la que estamos hablando

inmediato… todo era para apabullarnos. Pero déjeme decirle que si no hubiese sido Chávez el Presidente nosotros cedemos, porque la reacción de la oposición fue que se había maltratado a las trasnacionales, cualquier presidente de la IV República no hubiese resistido la presión. Pero se resistió y ganamos. Y luego el juicio de PDVSA salió muy bien porque hay que estar claro: el litigio en este caso se trataba de cuánto era la indemnización y, sin duda, le debíamos a Exxon, pero no 12 mil millones. Ahora la suma de 900 millones era muy razonable y no hubiese habido ningún problema de llegar a ella en una negociación pacífica. Pero Exxon entonces dijo: pero soy una compañía holandesa, y valiéndose del tratado demandó al Estado por no sé cuántos miles y miles y miles de millones. Los rumores dicen que son alrededor de 17 mil millones. Bueno, el veredicto lo veremos muy pronto.


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