Plantas del Sureste de la Comunidad de Madrid

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Sureste de la Comunidad de Madrid: un espacio natural desconocido e infravalorado Juan Manuel Martínez Labarga. Profesor del Departamento de Botánica Forestal de la Escuela de Ingenieros Forestales de la Universidad Politécnica de Madrid

Comunidades vegetales de alto valor, en la vega entre Valdelaguna y Perales de Tajuña

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n estos párrafos nos vamos a detener en el cuadrante sur oriental de la Comunidad de Madrid. Es decir, en el sector que abarca desde el valle del río Henares por el norte y este, hasta los valles de los ríos Manzanares y Guatén por el oeste, y hasta los confines provinciales con los límites de Guadalajara, Cuenca y Toledo. Cualquiera que atraviesa esta zona de Madrid coincide en que ese territorio es un secarral. Efectivamente, el paisaje está dominado por los tonos grisáceos, pardos, ocres y amarillos de los tomillos, aliagas y espartos. Los rincones arbolados son pocos y muchas veces son simples arbustedos, producto de la lenta recuperación que la vegetación inexorablemente lleva a término. La fisiografía del territorio está conformada por pequeñas cerros, suaves cuestas, pequeñas vegas fluviales y como nota más sobresaliente algún pequeño escarpe de piedra de yeso junto algún pequeño río. No se aprecia ningún elemento sobresaliente, ni grandes montañas como las que se pueden contemplar en otras regiones. El clima y la geología de la comarca

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de Las Vegas del sur madrileño no es lo más favorable para el desarrollo de grandes bosques, pero sí es apropiado para las formaciones con matas y plantas herbáceas vivaces, lo que se han denominado estepas. Las laderas contienen materiales calizo-yesosos que son muy desfavorables para el normal desarrollo de los árboles. El suelo aluvial, algo arenoso con canturral de cuarcitas de las vegas, más fértil, se ha explotado desde antiguo por la agricultura de regadío. En la actualidad, sobre todo en las vegas del Jarama, Henares y últimamente del Tajo, los usos agrícolas se han sustituido por la actividad extractiva para la construcción (gravas, arenas, etc). Para comprender el paisaje vegetal del sureste de Madrid hay que detenerse en la historia y analizar los siglos de uso intensivo del medio físico por el hombre, del secular pastoreo, de la caza de subsistencia, de la extracción de leñas, del carboneo, del aprovechamiento del esparto, de la recolección de tomillos, espliegos y otras aromáticas. Todo un muestrario de prácticas que permitían a la población local salir adelante, a la vez que dejaban una marca impresionante en el paisaje. A día de hoy, con los cambios que ha experimentado la sociedad, los usos referidos están en vía de desaparición y sus efectos en el paisaje se están evidenciando. Los habitantes de los pueblos ya no salen al campo a diario, solo cazan como actividad deportiva, no recogen productos silvestres y no hay casi rebaños en los

montes del sureste de Madrid. Además, trabajan en una actividad no relacionada con el medio rural, favorecido por la cercanía de la conurbación metropolitana madrileña. La consecuencia directa de este abandono de las actividades tradicionales es que la vegetación está evolucionando y los campos se están colonizando con plantas leñosas, e incluso, en algunos lugares, han llegado a formarse bosques. Por otra parte, el sureste de Madrid, abandonada la actividad productiva tradicional, ha quedado a merced de los intereses de los buscadores de rápidos beneficios económicos. Por eso, se repiten continuamente los proyectos altamente impactantes de incineradoras, centrales térmicas, macrocanteras, nuevas autopistas, urbanizaciones, etc…Todo ello al amparo de ser la reserva estratégica de suelo de la Comunidad de Madrid. Es decir, el lugar donde el suelo es más barato y donde la densidad de población es menor. Parece no importar a nadie los relevantes valores naturales de esta comarca. Sin embargo, estamos en una de las regiones europeas con mayor diversidad biológica, con notables elementos endémicos y con una importancia fundamental para -la que debería ser la salvaguarda de la diversidad europea- la red

Cynara tournefortii


Palacio del Marqué de Legarda, en Ambite

de Espacios Naturales Europeos (Red Natura 2000), claramente infravalorada en este territorio. Entre los elementos naturales destacan las comunidades vegetales. En el sureste madrileño se encuentran, por lo menos, una docena de hábitat incluidos en la red Natura 2000. De ellos , al menos cinco, son prioritarios. Sin duda los matorrales sobre suelos de yeso, las estepas salinas, los pastizales con anuales tienen una nutrida representación espacial en esta porción madrileña. Estamos refiriéndonos a enclaves que a nivel mundial no tienen comparación en otros territorios. La vegetación o tapiz vegetal es el conjunto de plantas que crecen o se agrupan en un área. Por eso si en el sureste es importante la vegetación, aún es más significante la flora o conjunto total, -número-, de especies de ese territorio. De las más de 2.700 especies vegetales que se pueden encontrar en la Comunidad de Madrid, cerca del 60% se pueden encontrar en el sureste. Además, algunas de ellas, son notables endemismos del centro de la península con representación, solamente, en Castilla La Mancha. Como ejemplo citar los endemismos ibéricos Teucrium pumilum, Thymus lacaitae, Reseda suffruticosa, Arenaria cavanillesiana o Gypsophila bermejoi, que son colonizadores de los calveros de yeso del sureste de Madrid. Pero no solo hay elementos importantes en los cerros de yeso, también son importantes otros medios, como son las arcillas expansivas gris verdosas y marrones que se encontraban en el desaparecido Cerro Negro, y que actualmente solo se encuentran en unos pequeños rincones en áreas periurbanas de la capital, en Coslada y en San Fernando. En estos lugares se pueden encontrar especies incluidas en la lista Roja nacional como Malvella sherardiana, Cynara tournefortii, y otras muy raras como Convol-

vulus humilis, Teucrium bién las aristoloquias (Aristolochia pistospinosum, Klasea flaves- lochia y Aristolochia paucinervis), plantas cens, Scolymus macula- nutricias de la protegida mariposa arletus, Geropogon hybridus quín (Zerinthia rumina) y el espantalobos o Astragalus scorpioides, (Colutea hispanica), planta nutricia de la que denuncian con su rarísima mariposa Iolana iolas. Todas estas especies vegetales son presencia un matiz calido muy importantes para salvaguardar la en las localidades donde biodiversidad, y deberían estar incluidas se ubican. En los matorrales ha- en los catálogos de especies amenazalonitrófilos se encuentran das. Sin embargo muy pocas tienen una otras notables especies protección eficaz, estando abocadas, de como Rochelia disperma, seguir así las cosas, a su probable extinla alharma (Peganum har- ción en Madrid. La macrofauna está experimentando mala), las efedras, que en Madrid están presentes unos cambios bastante prometedores. las 3 especies ibéricas y Últimamente los buitres sobrevuelan la rarísima umbelifera Hohenackeria constantemente el sur madrileño, los polyodon, especie que lleva sin verse en corzos ya han colonizado los municipios madrileños del valle del Tajuña. Los, en Madrid desde 2002 y que probablemente se haya extinguido. Los muros de la otro tiempo, escasos búhos reales están asentados en la práctica totalidad de los estación de Santa Catalina donde crecía términos municipales. Las aves estepase han alterado en los últimos años, aderias -aguiluchos cenizos, alcaravanes, más de aplicar herbicidas en la zona. En zonas salinas se puede ver un sisones, avutardas, gangas y ortegasmuestrario de especies muy interesan- siguen teniendo en este territorio una tes como Senecio aurícula, Linum mariti- muestra significativa de las mejores pomum, Frankenia laevis, Microcnemum co- blaciones del mundo. Las numerosas poblaciones de microralloides, Arthrocnemum macrostachuym, Salicornia ramosissima, Suaeda splendens, mamíferos y de conejo, permiten que vaSuaeda spicata, Salsola soda, Suaeda vera, rias especies de aves rapaces se asienten Aeluropus littoralis, muchas de estas es- en el territorio, algunas raras en el resto de la provincia de Madrid, como el águila pecies son propias de lugares cercanos al mar y viven en lugares con alto conte- perdicera, o el águila real. E incluso parece que el águila imperial ibérica se ha decidinido en sal, por eso el hecho de vivir en do, definitivamente, a vivir en el sureste. Madrid es una prueba de la gran riqueza Por todo lo expuesto, el sureste de natural y de ambientes que se dan cobijo Madrid debería ser tomado en serio por en nuestro territorio. No solamente hay especies de inte- nuestros gobernantes, y se deberían rés en lugares desarbolados. En los bos- proteger sus importantes valores natuques del sureste, que también los hay, y rales. Aun estamos a tiempo para ello, y muy buenos, se pueden encontrar otras el Parque Regional del Sureste, que deespecies vegetales de notable interés. bería ser la eficaz herramienta protectoEntre los bosques del sureste de Madrid ra que la sociedad demanda, tendría que destacan los quejigares de Pezuela de ampliarse a todos los rincones de alto las Torres, y del valle del arroyo Vega, valor natural, alcanzando hasta el límite los carrascales-coscojares de Arganda, provincial y comprender la totalidad de San Martín, Aranjuez, Loeches, Torres las vegas del Tajo y Tajuña. de la Alameda, Carabaña y Orusco y el pinar de la Encomienda Mayor de Castilla, con datos históricos que confirman la presencia del pino carrasco en ese lugar en los últimos 500 años. Entre las especies, se pueden observar en los mejores bosques: Paeonia officinalis subsp. microcarpa, Dictammus albus, Cotoneaster tomentosus, Acer monspessulanum, y Lugar donde está proyectado el aeropuerto de Campo Real diversas orquídeas. Tam-

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