Antología para 4to Grado (Primaria)

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LEEMOS MEJOR DÍA A DÍA

dónde llegaba la capacidad cromática del túnel, me concentré para provocarme sentimientos diversos: amor, soledad, odio, alegría, tristeza, y muchos otros. Y, cada vez, el gas respondió con un color distinto. Cuando le ofrecí sentimientos mezclados daba una combinación de colores; cuando los cambios anímicos eran leves, variaba la matización del color. Era sensible a la más mínima mudanza de la emoción o el pensamiento. Joan Manuel Gisbert, “El túnel que lee los sentimientos” en Escenarios fantásticos. México, SEP-SM, 2003.

115. Consejos o dinero Rosendo y Leonardo pasaron frente a una casa que tenía un letrero que decía: “Consejos o dinero para los caminantes”. Alegres con aquel anuncio, entraron y se encontraron con un ancianito de semblante benévolo. –Buenos días, señor –dijeron ambos. –Dios los acompañe –contestó el anciano–. ¿Qué hacen por aquí? Supongo que ya vieron el rótulo que está colgado con vista a la calle. –Sí, señor –respondió Rosendo–, yo quiero monedas. –¿Y tú? –dijo el viejo dirigiéndose a Leonardo. –Yo, consejos, porque he oído decir que el que no toma consejo no llega a viejo. –Espérenme un momento, buenos muchachos –dijo el anciano al entrar en su choza. –¡Tonto! –le dijo Rosendo a Leonardo– ¿Para qué quieres consejos, eso vas a comer? –No, Rosendo, los consejos valen más que el dinero, yo sé lo que te digo. El anciano salió con una talega de monedas de oro, y se la entregó a Rosendo. –Adiós y gracias –dijo Rosendo, y sin despedirse de su hermano, echó andar. –Ahora tú, que eres más cuerdo –continuó el viejo– escucha atento: El primer consejo es que nunca tomes un atajo. CUARTO GRADO


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