Antología para 2do Grado (Primaria)

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LEEMOS MEJOR DÍA A DÍA

Me peinó con mucha vaselina y me revisó detrás de las orejas para que fuera bien limpio. Caminamos hasta la entrada con toda naturalidad, pero cuando me iba a despedir...¡ay!, cuando me iba a despedir...¡empezó a llorar tan fuerte que parecía que estábamos en plena tormenta! Papi, que sabe resolver esos problemas, comenzó a repartir paraguas de colores. Así, los demás niños pudieron llegar secos a la entrada y las mamás se pusieron contentas porque estrenaron paraguas. La maestra dijo entonces: ―¡Veo que usted es una persona emotiva!‖ A principios del verano empezó la olimpiada de la escuela. Había competencias de carreras, salto de altura, futbol y tiro al blanco. ¡Corrí rapidísimo! Brinqué altísimo... pateé durísimo... Al final me dieron una medalla. Estaba tan contento que corrí a ponérsela a papi, que sabe componer las cosas. ¡Entonces sí pasó algo tremendo! Abrió muy grandes los ojos y se le llenaron de agua. Le empezó a temblar la boca y de repente... ¡GUAAAA! ¡Papi se puso a llorar! ¡Y mami no estaba preparada para enfrentar esa situación! Entonces pensamos que la nuestra, toda, es una familia muy emotiva. Y sólo hay una cosa que se puede hacer con una familia toda muy emotiva... ¡Completarla corriendo a comprar el perro más llorón que tengan en la tienda! Eva Lobatón de Chávez, Una madre emotiva. México, SEP-Trillas, 2008.

190. Tibilí, el niño que no quería ir a la escuela Tibilí, es un hombrecito de seis años que se ríe de la mañana a la noche. Y seguiría riéndose en la cama si no se cayera de sueño de tanto correr y jugar todo el día. Un día, sin embargo, Tibilí deja de reírse: Su mamá acaba de decirle que pronto tendrá que ir a la escuela. Tibilí no quiere ir a la escuela.

SEGUNDO GRADO


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