Red de Espacios Culturales y de la Ciencia en el Barrio de Tepito

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“Red de Espacios Culturales y de la Ciencia en el Barrio de Tepito” Educación, arte y cultura para el Barrio. Luis Asiain Ramírez. ysma28@yahoo.com.mx

Antecedentes El Programa Comunitario de Mejoramiento Barrial. El Programa Comunitario de Mejoramiento Barrial da inicio en el año 2007, situación que detonó la participación ciudadana de manera coordinada desde las instancias de gobierno y se desarrollaron de manera conjunta con todos los actores sociales involucrados de la unidad básica de la ciudad “el barrio”. El tamaño del barrio es variable, pueden ser de una o varias calles, una manzana, una colonia etc. En realidad lo define la gente y el tamaño de su identidad social. Establecer las estrategias que permitan las atribuciones necesarias a la representación barrial y cuáles son las atribuciones que le corresponden a otros niveles de la democracia es el gran reto. Las experiencias barriales en España y Sud América son una base, pero fundamentalmente la experiencia de lo mexicano generado en campo por el Programa de Mejoramiento de Vivienda del Instituto de Vivienda del Distrito Federal, mismo que permitió realizar planteamientos para crear el Programa Comunitario de Mejoramiento Barrial de la Ciudad de México, que promueve la participación ciudadana en el planeamiento vecinal de sus barrios para que sea un espacio de participación y que esté coordinado por un grupo de profesionistas vinculados a una comunidad con un fin común; el beneficio de un barrio. El proyecto de la Red de Espacios Culturales y de la Ciencia en el Barrio de Tepito, busca la participación de los vecinos, con la intención de frenar el deterioro de su comunidad, resaltando las cualidades locales para el beneficio de sus residentes, aplicando el concepto de Habitar Construyendo, basado en el Diseño, la Planeación Participativa y la Producción Social del Hábitat. Los temas relacionados son: La regeneración de los barrios marginados, el mejoramiento de la vivienda, el comercio, la movilidad, asuntos ecológicos (impactos ambientales), los temas culturales y recreativos, la planeación urbana, la capacitación y sistematización de experiencias, el servicio social, la vinculación con gobierno, universidades y organismos de profesionistas interesados en la producción social, aplicación de las políticas de gobierno para el desarrollo del “espacio público”.

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Para lograr la territorialización del proyecto de la Red de Espacios Culturales y de la Ciencia en el Barrio de Tepito se deberá promover: 1. Independencia de decisión, producción e integración de la Red bajo un mismo marco conceptual. 2. Diferencia de territorios homogéneos. 3. Incorporación de asesores técnicos en el tejido social. 4. Micro planeación urbana. 5. Diagnósticos urbanos participativos. 6. Diagnóstico de la situación en cuanto a tenencia de la propiedad ayudando a la comunidad a tener certeza sobre su patrimonio. 7. Interacción con la autoridad local. 8. Interacción con los grupos sociales del territorio. 9. Interacción e intercambio de experiencias entre los diversos Programas de la Secretaría de Desarrollo Social y cualquier otra instancia vinculante del Gobierno de la Ciudad. Consideramos, que es de esta forma (desde abajo) como se puede llegar a consolidar la cultura urbana suficientemente sólida que permita crear las estructuras organizativas óptimas para desarrollar un proyecto de gobernabilidad de la ciudad. Pero a todo esto la pregunta es: “Existe la Voluntad Política para implementar las medidas encaminadas a solucionar el problema de la pobreza”. Red de Espacios Culturales y de la Ciencia en el Barrio de Tepito El proyecto de la Red de Espacios Culturales y de la Ciencia en el Barrio de Tepito, se basa en el trabajo que la comunidad del Barrio de Tepito viene desarrollando desde hace varias décadas (1970-2012) y consiste en llevar a la comunidad, educación, arte, cultura y capacitación como elementos de transformación social. Una vez terminados los proyectos, se pretende articularlos de tal manera que funcionen como una red y la zona de influencia sea la totalidad del Barrio de Tepito. Los objetivos que se plantea este proyecto son en dos vertientes estrechamente vinculadas. Por un lado se encuentra el mejoramiento del espacio público, entendido desde su dimensión físico-espacial y por otro lado, se busca intervenir en el espacio social, es decir el de la convivencia. El espíritu de éste vínculo, que da sentido a todas las actividades planteadas, es la creación de espacios de encuentro en la búsqueda por dar un sentido público al espacio urbano en el cual las actividades que se desarrollen, jueguen un rol vinculante e incluyente. Así, éste deberá ser un espacio de invitación, no de imposición, en el cual la difusión del conocimiento y el arte se piensen como parte de las actividades cotidianas. Entonces, el arte y la ciencia deberán ser percibidas como una experiencia de inclusión y de goce, de juego y de diversión, de crecimiento y desarrollo.

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Análisis del proyecto A pesar de su gran tradición, no existe un consenso respecto a la delimitación geográfica del barrio de Tepito, ni es reconocido oficialmente bajo ese nombre. Como alternativa, los datos estadísticos que fueron utilizados como base para este diagnóstico corresponden a la zona de influencia del espacio de intervención. Para fines de este diagnóstico, se considera exclusivamente a los habitantes de la unidad territorial 15-023-1 “Morelos” de la Delegación Cuauhtémoc. El polígono de dicha unidad territorial inicia en el cruce de Paseo de la Reforma Norte y Eje 2 Norte, Av. Canal del Norte, de este punto continúa en dirección suroriente hasta llegar al cruce con el Eje 1 Oriente Av. del Trabajo, prosiguiendo por su continuación Vidal Alcocer hasta llegar al cruce con la Calle de Costa Rica, de este punto continúa en dirección, norponiente hasta llegar al cruce con la Calle República de Argentina, de este punto continúa en dirección Norte hasta llegar al cruce con el Eje 1Norte Av. Ignacio López Rayón, continuando sobre esta misma en dirección norponiente hasta llegar al cruce con Paseo de la Reforma Norte; finalmente de este punto continúa en dirección nororiente hasta llegar al punto de inicio. Ver imagen 1

En este breve diagnóstico, se pretende exponer algunos de los puntos más relevantes de las condiciones de vida en Tepito. En primer lugar, se presentará una síntesis demográfica, así como de las condiciones de la vivienda, el territorio y la función del barrio en el sistema metropolitano. En segundo lugar, se mostrarán aspectos como la economía subterránea, la delincuencia y sus consecuencias en el espacio público y el equipamiento local. Por último,

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se hará un perfil de las organizaciones civiles que inciden en el barrio, así como sus actividades y perspectivas. Población Tepito cuenta con una población de 34 312 habitantes, de los cuales el 30 por ciento se ubican en sectores manzanas consideradas como de muy alta y alta marginalidad. Algunas de las razones que lo justifican tienen que ver con el bajo nivel de ingresos, la falta de acceso a servicios de salud y una creciente tendencia a la deserción escolar de sus niños y adolescentes, además de las malas condiciones de habitación dentro y fuera de las viviendas. Ver imagen 2

La mitad de la población ocupada (55.1%) percibe hasta 2 veces el salario mínimo ($3200 mensuales aprox.), mientras que la tercera parte (29.35%) recibe entre 2 y 5 salarios mínimos, es decir, entre $4800 y $8000 al mes. Tan sólo el 7.7% de la población recibe más de 5 veces el salario mínimo, es decir, sólo una de cada 10 personas recibe más de diez salarios mínimos al mes. Respecto a la posibilidad de responder ante una emergencia de salud o atender enfermedades severas, la población del barrio experimenta un grado de vulnerabilidad alto, pues aunque más de la mitad de la población del Distrito Federal (56%) es derechohabiente 1, en Tepito sólo 4 de cada 10 personas cuentan con servicio médico asegurado (38%). Por 1

Estimaciones a partir de los totales de población por entidad federativa. CONAPO, 2002. Proyecciones de la Población de México 2000 2050 y, la estructura de la población según condición de derechohabiencia derivada de la muestra del XII Censo de Población y Vivienda. INEGI 2000. Información publicada en la red en: Suárez Valdés Ayala Alejandro, Síntesis ejecutiva “Población no asegurada y Núcleos Familiares sujetos de afiliación al Sistema de Protección Social en Salud”. Secretaría de Salud, Subsecretaría de Innovación y Calidad Dirección General de Información en Salud Mayo 2004 . http://sinais.salud.gob.mx/descargas/pdf/SE12_PobNoAseguradyNucleosFam.pdf

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otro lado, mientras que en el Distrito Federal el grado de escolaridad promedio es de 10.2 años, en Tepito es de 8.2 años. Las mujeres de Tepito tienen en promedio 2.3 hijos por mujer. Si se toma en cuenta que la fecundidad más baja en el país es de 1.8 hijos por mujer (Distrito Federal) y que el indicador más alto asciende a los 2.6 hijos por mujer (Estado de Guerrero), entonces se puede decir que la fecundidad en Tepito es relativamente alta. Esta situación es paralela al bajo nivel de ingresos de la población, por lo cual resulta ser una expresión más de la marginalidad que se vive en el barrio. La vivienda. Después de los terremotos de 1985, comenzó un proceso de renovación del barrio, a partir del cual, una parte importante de las antiguas vecindades fueron sustituidas por unidades habitacionales. Así, el barrio de Tepito adquirió un modelo diferente de vivienda. Por un lado, los antiguos cuartos redondos fueron sustituidos por pequeños departamentos en edificio y por otro lado, los conjuntos horizontales fueron a su vez reemplazados por conjuntos de edificios de 4 o 5 niveles. Actualmente, la altura promedio del barrio es considerablemente mayor a la de los años 70s, por lo que se supondría que al interior de la vivienda, la población contara con más espacio privado y con mejores condiciones generadas por el diseño arquitectónico. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados por los diferentes grupos de profesionistas que trabajaron en la producción de las viviendas nuevas, la realidad es que actualmente, los departamentos son reducidos y la ventilación e iluminación de éstos aún deja mucho qué desear. En el barrio viven aproximadamente 350 personas por hectárea (hab/ha), por lo que se considera como una de las zonas más densamente pobladas de la Delegación Cuauhtémoc, cuyo promedio es de 200 hab/ha. La densidad en Tepito es mayor que en la colonia Guerrero y que en la Paulino Navarro (200 hab/ha, respectivamente). En este sentido, la única zona que se puede comparar con Tepito es Tlatelolco, sin embargo, éste cuenta con una superficie mucho más amplia dedicada al espacio público y a las áreas verdes. Así, en el barrio de Tepito, 7 de cada 10 personas viven en un edificio y más de 6000 personas se encuentran viviendo en vecindades, por lo que en este perímetro, los espacios públicos de calidad son particularmente necesarios para el desarrollo de la comunidad. Como se verá más a delante, las redes de delincuencia organizada y de comercio informal fueron permeando en el tejido social del barrio. Esta situación debilitó poco a poco las redes sociales que anteriormente habían dado sustento a la dinámica social local. Como consecuencia de una tendencia creciente de la violencia, muchos vecinos que contaban con recursos económicos se mudaron a otras partes de la ciudad dejando vacías sus viviendas. La combinación de una gran oferta inmobiliaria a bajo costo y la demanda de espacios para

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guardar las mercancías de los comerciantes informales tuvieron como resultado la ocupación de viviendas como bodegas y talleres. Además de los problemas de uso, existen otros conflictos referentes a la propiedad de los departamentos. Esta situación tiene su origen en el procedimiento mediante el cual el gobierno adquirió la tierra para convertir las antiguas vecindades en edificios. Las expropiaciones que dieron paso a la demolición de las antiguas vecindades no tuvieron mayor efecto en la propiedad de los nuevos inmuebles. De esta manera, muchos de los solicitantes de vivienda de los años 80s aún no cuentan con la certeza jurídica que avale su calidad de propietarios de las viviendas que habitan. Territorio y función en el sistema urbano. Tepito se ubica en la zona lacustre del valle de México, igualmente, en esta zona de la ciudad, el suelo se caracteriza por el riesgo sísmico, es decir, que tiene su origen en los fenómenos y movimientos violentos de la corteza terrestre. En la Delegación Cuauhtémoc se localiza una falla geológica que va de surponiente a nororiente, la cual atraviesa la parte central del territorio, en la que se encuentra Tepito, por lo que se encuentra en condición de peligro sísmico alto. La zona nororiente de la ciudad cuenta con los terrenos más difíciles para la construcción, el suelo fangoso impidió por mucho tiempo la expansión urbana en esa dirección. Esta pudo ser la razón de la ubicación histórica de la población marginada de la ciudad2, Las condiciones actuales de Tepito, como de las demás colonias de la ciudad, están determinadas por la dinámica social, política, económica y cultural del país en su conjunto. En consecuencia, las condiciones de vida en el barrio y la localización de las actividades comerciales, así como el nivel socioeconómico de su población se explican, tanto por las condiciones y la historia del país, la función del Valle de México como región, pero también por el papel que desempeña el barrio en el sistema interurbano e intraurbano. El barrio de Tepito se ubica en el área central del Distrito Federal, la entidad económica más importante3 de un país periférico que en las últimas décadas ha dejado de desarrollar una industria propia y de fortalecer los servicios especializados con los cuales pudiera competir en un mercado neoliberal. En consecuencia, los mercados informal e ilegal han significado una alternativa para la población con bajos recursos, pero sobre todo ha sido una estrategia altamente rentable para lucrar con el poder que se ejerce desde las instituciones gubernamentales.

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Hipótesis de Carlos Morales Scheshiger http://www.elsemanario.com.mx/news/news_display.php?story_id=13076

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Ahora bien, todas las actividades económicas requieren de un sustento material y de una ubicación espacial. Dentro de las ciudades, cada zona cumple una o más funciones que responden a las diferencias adquisitivas entre la población, así como al tipo de mercancía y a los distintos nichos de mercado4. En este sentido, la economía informal también tiene un espacio específico y una zona central donde se llevan a cabo los negocios, es decir, un lugar donde se comunica la oferta y demanda del producto y de los servicios y en el cual suceden las transacciones y los acuerdos que hacen posible su existencia como mercado. La espacialización de la actividad económica en una ciudad capitalista se realiza de manera diferenciada según las posibilidades de aproximación de las mercancías y los productos a los consumidores potenciales y la capacidad adquisitiva de éstos. Según la teoría de Murphy5, la mayoría de las ciudades importantes, cuentan con una zona central de negocios (CBD, por sus siglas en inglés). En general, estos espacios se caracterizan por la multiplicidad de los giros comerciales y de servicios, por el volumen de las transacciones y negociaciones que tienen lugar que en ellos se llevan a cabo. A menudo estas zonas son la parte más antigua de la ciudad y suelen presentar traza reticular limitada por varias vialidades primarias. Varias de estas características se reúnen en Tepito. Sin embargo, otras particularidades, como la altura de los edificios y el status de los CBD´s no permitirían afirmar que Tepito es uno de ellos como podrían ser otras zonas de la ciudad de México como Santa Fé o Reforma. A cambio, se podría argumentar que en México existen varios tipos de economía, que hay en el país una creciente industria del narcotráfico, la piratería y del tráfico de mercancía robada; y que estas redes económicas involucran grandes cantidades de dinero. Luego, al igual que las industrias formales, el mercado subterráneo también requiere de un espacio físico dónde intercambiar la mercancía y en el cual tengan lugar las y transacciones y acuerdos comerciales. De esta forma, no se podría decir que Tepito es un CBD, pero sí un espacio comercial de primera importancia en la región metropolitana y en el país. En otras palabras, Tepito es uno de los enclaves comerciales más importantes para la economía subterránea en México. La localización en Tepito de esta pujante actividad comercial se debe entre otras razones a su accesibilidad. El barrio se encuentra en un espacio bien comunicado en el que el trasporte de los consumidores y de las mercancías se realiza con relativa eficacia. La zona se encuentra rodeada por cuatro vialidades primarias y es posible acceder a ella mediante 3 estaciones del sistema de transporte colectivo Metro. Además, el problema del 4

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http://enciclopedia.us.es/index.php/Teor%C3%ADa_de_ubicaci%C3%B3n_de_Von_Th%C3%BCnen Murphy, Edmond The Central Business District: A Study in Urban Geography.

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estacionamiento, que comúnmente afecta la actividad en los Centros Históricos se encuentra prácticamente resuelto, pues las dimensiones y alturas de los inmuebles permiten los usos de suelo adecuados para dicha actividad. La economía subterránea en Tepito. Desde antes de la conquista, el tianguis ha sido parte fundamental de la estructura urbana y de las actividades económicas de la Ciudad de México 6, es también una forma muy arraigada de usar y de comprender la ciudad. La venta callejera es apropiada a las condiciones climáticas locales y es también una forma ancestral de producir el espacio público urbano. Además, el tianguis es una expresión espacial de las relaciones entre diversos agentes, por lo que se puede afirmar que la estructura de las relaciones sociales, políticas y administrativas en nuestra ciudad se desarrolló en una relación muy estrecha con el tianguis. En otras palabras, el tianguis forma parte de nuestra cultura y es uno de las formas históricas de organización de nuestra ciudad. Por esta razón, afirmar que el comercio ambulante es un fenómeno reciente y que puede ser erradicado por completo, implica por un lado, desconocer las estructuras sociales, políticas y económicas que le dieron origen y que le dan fuerza cotidianamente. Además, intentar desaparecer el tianguis significaría negar una herencia histórica que implicaría en otro sentido perder un rico patrimonio intangible. A partir de la década de los noventa, la cultura del tianguis como forma de vida característica del barrio propició el desarrollo de nuevas fuentes de ingreso relacionadas con el mercado informal. La antigua venta callejera, que siempre fue acompañada por distintos tipos de delitos “menores”, fue tornándose cada vez más violenta y sórdida, marcando al barrio por la degradación social y por el deterioro espacial. Durante siglos Tepito fue una zona marginada a donde llegaba la población rural desde otras regiones del país en busca de mejores condiciones económicas. Así aunque el comercio callejero siempre existió, los oficios y la micro industria también eran una fuente de ingresos relativamente importante que permitía a la población dedicar su vida productiva a actividades legales y socialmente admitidas. Paralelamente, la política proteccionista de los años setentas y ochentas hizo florecer el mercado negro y la importación ilegal de enseres domésticos conocidos popularmente como fayuca. Esta nueva fuente de ingresos provocó que muchos de los oficios fueran abandonados por actividades que, aunque no fueran legales, significaran ganancias muy superiores.

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Memoria del seminario “el ambulantaje en la Ciudad de México: investigaciones recientes. Programa de estudios Sobre la Ciudad- CEMCA, UNAM, México, 2005

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Más tarde, los sismos de 1985 y los cambios estructurales de la política económica nacional transformaron de forma radical la actividad comercial, las redes sociales y la imagen del barrio. Así, la venta irregular de mercancías que tradicionalmente existió fue aprovechada para la distribución de ese tipo de productos. Este fenómeno implicó mayores ingresos para los dueños de locales y para los líderes de las nuevas organizaciones de comerciantes. Tras la firma del Tratado de Libre Comercio en la década de los noventas, la apertura del mercado provocó una baja importante en los ingresos provenientes del mercado de la fayuca. La competencia desigual provocada por las transformaciones económicas nacionales y globales provocó el abandono de las industrias productivas y se experimentó una tendencia creciente de flexibilización de las relaciones laborales. Estos factores impactaron de manera importante en la vida cotidiana de Tepito, pues se hicieron evidentes el desempleo, la fragilidad de las pequeñas industrias locales y la pérdida de los ingresos provenientes del mercado negro de la fayuca. Los años de la relativa pujanza del barrio hicieron a su vez que la población se interesara poco en su propia capacitación y en la formación de recursos humanos que les permitiera, en un momento dado diversificar sus fuentes de empleo. Así, para finales del siglo XX, el creciente índice delictivo en la zona, la drogadicción, la violencia intrafamiliar y la depauperación de las condiciones de vida llevaron a su población a una situación límite. Paralelamente, el desarrollo tecnológico y el fortalecimiento de las redes internacionales de la delincuencia organizada, provocaron que el comercio informal tomara aún mayor fuerza y que desarrollara nuevos submercados como la piratería, el contrabando de armas, las drogas de diseño, entre otros. En este sentido, el mantenimiento de relaciones clientelares entre funcionarios de gobierno federales y locales con las organizaciones de comerciantes informales, ha impedido la realización de los proyectos urbanos que implican el retiro de los comerciantes de la vía pública. Conflictividad social. Los principales conflictos sociales están relacionados con la presencia en el barrio de organizaciones delictivas, la deserción escolar, la drogadicción, la acumulación de basura, la deficiencia en la calidad de los servicios y la falta accesibilidad que genera el cierre de vialidades por las actividades comerciales. En este sentido, las autoridades señalan la comisión de seis tipos de ilícitos frecuentes en la zona: venta de aparatos eléctricos de dudosa procedencia, piratería, falsificación de marcas, drogas, armas y delincuencia.

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Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública 7, durante diciembre de 2008, en el barrio de Tepito se registraron 63 delitos, de los cuales 13, sucedieron en las inmediaciones de los Palomares (zonas de patrullaje 7, 8 y 10). Los delitos más frecuentes fueron el robo a transeúnte, lesiones y el robo a casa habitación. También se presentaron robos a casa habitación, a transportistas así como robo de objetos y vehículos, entre otras formas de hurto. Sumando un total de 63 delitos durante el último mes del 2008, en promedio se registraron 2.1 delitos diarios; si se toma en cuenta un promedio de 2 delitos al día, se puede esperar un total aproximado de 730 delitos durante el presente año. Según estadísticas de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, Tepito es considerada la principal central de la droga en la ciudad, ya que cada mes por sus calles se trafican más de 350 kilogramos de narcóticos, principalmente marihuana y cocaína 8 Por otro lado, información oficial indica que la calle Jesús Carranza, en el corazón de Tepito, concentra al mayor número de vecinos presos en las cárceles capitalinas, Es el lugar en donde se distribuye el 70 por ciento del contrabando del país y donde se venden siete de cada diez productos pirata que se consumen en México 9. . La degradación social también se vive en el espacio privado; por lo que son frecuentes los casos de violencia intrafamiliar. La urgencia por escapar de un entorno sórdido ha provocado la emigración de la población que alcanza mejores condiciones económicas hacia zonas menos conflictivas de la ciudad. Así, esta serie de circunstancias ha tenido como consecuencia el desmembramiento de las redes sociales tradicionales, haciendo aún más difícil la transformación de las condiciones de vida. El deterioro físico Las consecuencias de esta compleja red de fenómenos que se conjuntan en Tepito son visibles en casi todos los aspectos del barrio. Por un lado, el acceso casi irrestricto a la infraestructura hidrosanitaria y a la electricidad propias de un área central, así como la política de permisividad para su uso ilegal ha afectado las condiciones materiales del barrio, limitando sus posibilidades de desarrollo y sus condiciones de habitabilidad. Una de las consecuencias más evidente ha sido la pérdida de permeabilidad, pues el acceso a sus calles se encuentra limitado 6 días a la semana y durante la mayor parte del día. La 7

http://portal.ssp.df.gob.mx/Portal/ProgramasyCampanas/Geolocalizacioncontraelcrimen.htm http://74.125.95.132/search?q=cache:psaz7f9VsHAJ:www.eluniversal.com.mx/notas/483532.html+estadisticas+tepito&hl=es&ct=clnk&cd=2 9 www.letraslibres.com/index.php?art=12455 8

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dinámica comercial antes mencionada ha provocado la instalación de estructuras semifijas en las principales calles del barrio, específicamente en Fray Bartolomé, Jesús Carranza, Tenochititlan y en las inmediaciones de la cancha de fútbol conocida como el “Maracaná”. En materia de seguridad, el principal obstáculo es que las patrullas no pueden transitar durante el día porque las calles están invadidas por puestos ambulantes. Otra dificultad se presenta en el ramo de la Protección Civil, pues los cuerpos de emergencia no pueden llegar con rapidez para atender un siniestro. La depauperación de los espacios públicos y las escasas alternativas de esparcimiento es grave para una comunidad en condiciones de marginalidad, pues las condiciones físicoespaciales no permiten la comunicación y la reunión de sus pobladores fuera de un entorno violento, incómodo e insalubre. Conforme se ha consolidado la actividad comercial y delictiva, la mercantilización de las vialidades y plazas es una realidad que afecta cotidianamente Ver imagen 3,4 y 5

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Organizaciones sociales del barrio plantean el proyecto de la Red de Espacios Culturales y de la ciencia en el Barrio de Tepito. Ante las graves condiciones de vida en la zona, los habitantes de Tepito han trabajado desde hace varias décadas, por el rescate de la cultura barrial, el cuidado del patrimonio intangible, el desarrollo del arte público y la revitalización de los espacios públicos. Ver imágenes 6 y7

La transformación física de un entorno es necesaria para mejorar la calidad de vida en el barrio, pero nunca será suficiente por sí misma, pues para acabar con la violencia y la miseria, es indispensable generar formas de habitar propicias para el desarrollo social. Con esta visión, los colectivos culturales del barrio han llevado a cabo iniciativas desde hace ya varias décadas. En los últimos años, el objetivo ha sido la recuperación de los espacios públicos contra la tendencia a la mercantilización de las calles y plazas y a favor de nuevas alternativas de actividades recreativas en el espacio público. La intervención arquitectónica que se propone es una manera de fortalecer este trabajo y de propiciar actividades sociales y culturales mediante el apoyo a la organización comunitaria. Es indispensable fomentar la reconstrucción de las redes sociales para contrarrestar la presencia de las organizaciones delictivas, la drogadicción y la anomia que afectan especialmente a las condiciones de vida de las mujeres y los sectores vulnerables del barrio. Así mismo, la red de espacios culturales constantemente convoca a la comunidad para bailar, para aprender artes y oficios, para escuchar la música y las producciones literarias de otros. La organización comunitaria ha ido generando espacios de confianza y han hecho posible la participación de las mujeres en la vida pública local. También, paulatinamente se han tenido experiencias de su empoderamiento tanto en la toma de decisiones como en las actividades comunitarias. Así, esta propuesta de mejoramiento barrial implica el mejoramiento del espacio de expresión y de diálogo, así como la ampliación de la capacidad

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para recibir a otros públicos. También significa que las actividades pueden realizarse en horarios más amplios, permitiendo a su vez una cobertura mayor que integre grupos de interés muy diferenciados aun si fueran minoritarios. Es importante recalcar la presencia en el barrio de artistas reconocidos internacionalmente, como el caso de Daniel Manrique, conocido por la trayectoria de Tepito Arte Acá. La intención de Manrique, ha sido desde hace varias décadas, intervenir la imagen del espacio público para expresar su visión respecto a la comunidad, a sus tradiciones y a sus valores Ver imagen 8.

Como parte de los colectivos promotores de este proyecto, su propuesta será integrada en la intervención arquitectónica. De esta manera, la pintura de fachadas será realizada como un mural, y se intervendrá también en la estructura y los detalles del mobiliario urbano. Ver imagen 9

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La consolidación de la identidad barrial es especialmente importante frente a la dinámica destructiva y sórdida provocada por la instalación en sus calles y viviendas de un núcleo metropolitano de la economía subterránea. Un entorno urbano seguro también requiere de referentes simbólicos que refuercen al tejido social y que den legitimidad a la auto organización comunitaria. Durante el desarrollo de las sesiones de trabajo, se plantean en total siete proyectos dentro de esta red barrial. El proyecto de la Red de Espacios Culturales y de la Ciencia en el Barrio de Tepito, propone: 1. Crear una Red de Espacios urbanos en todo el barrio. 2. Integrar a la comunidad (todos los actores sociales) a esta Red con la intención de generar junto con ellos una cultura urbana local, que permita regenerar al barrio y así, generar identidad, arraigo, participación ciudadana. 3. Que a través de esta red, se generen los proyectos estratégicos para el barrio partiendo de lo mínimo. 4. Generar conciencia de la articulación barrial y de regiones ínter barriales, como una necesidad integral de desarrollo en función de un todo. Uno de esos proyectos es títeres en los palomares, un proyecto realizado bajo la iniciativa de uno de los pobladores más reconocidos en el barrio. Luis Arévalo ha trabajado durante un año y medio con los niños de la unidad habitacional de “los Palomares”. Entre otros logros, se reconoce una transformación importante en las relaciones entre los niños ofreciéndoles actividades que los alejen de la violencia y del clima de abandono que sufre la comunidad. Este proyecto, entre muchos otros ha sido objeto de diversos programas de gobierno. Uno de ellos fue el apoyo de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal para actividades culturales comunitarias. El programa ha sido exitoso, pero aún es necesario impulsar de una forma más eficaz el desarrollo de este tipo de iniciativas. Ver imagen 10

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Otro proyecto es Martes de Arte en Tepito. En medio del comercio ambulante se rescató un espacio casi abandonado y lleno de basura. Se trabaja con la comunidad en proyectos culturales, artísticos y recreativos. Todos los martes se baila al ritmo de la sonora matancera, cumbia, salsa, danzón o tango. Los miércoles es día de La Palabra, otro día es el Corral del Gallo donde se discuten temas de interés para los vecinos, todos tienen la palabra y todos opinan libremente. Ver imagen 11

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En el caso específico de la Adecuación de la Alameda Morelos, se llevó a cabo una experiencia de co-decisión. Así, a pesar de la premura impuesta por la convocatoria gubernamental, se logró hacer un balance entre las expectativas y necesidades de la población y los requerimientos técnicos, así como con las restricciones económicas y administrativas del proyecto. En la plaza pública se desarrollan actividades artísticas y se baila al ritmo del Danzón, ChaChaCha, Cumbia y Salsa. Que son los ritmos del barrio. La Fortaleza, Red de Espacios de la Ciencia el objetivo es Lograr que las Universidades, bajo convenios, tengan un espacio en el barrio donde puedan trabajar con los vecinos en proyectos de divulgación científica o de investigación social y cultural con la gente. “La ciencia como parte de lo cotidiano”. Ver imagen 12

La conchita, en este lugar existe una Capilla que se construyó en el sitio donde se asegura que fue aprehendió a el último Huey Tlatoani Mexica. Actualmente alrededor de este sitio, se genera un tianguis conocido como del Baratillo. Se pretende la remodelación del entorno físico y la reorganización y ordenamiento del Tianguis. El proyecto del Núcleo Vecinal es un proyecto donde se busca la remodelación de una pequeña Unidad Habitacional con características que por su calidad arquitectónica y de diseño que se deben conservar (este proyecto iniciará este año). El Proyecto de la Plaza de

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Santa Ana, es un proyecto que fue desarrollado por otro grupo barrial de Tepito pero se pretende acordar que forme parte de la Red de Espacios Culturales y de la Ciencia. El proceso de planeación participativa En una larga serie de reuniones por proyecto, se organizaron estrategias de difusión para las reuniones vecinales. Se imprimieron trípticos y carteles para invitar a las reuniones para llevar a cabo las reuniones de presentación del proyecto a los vecinos. Durante todas estas reuniones se recogieron documentos e información general para desarrollar el diagnóstico de las plazas y del barrio en general. También se recogieron las inquietudes y comentarios de los vecinos para luego ser incluidos en el anteproyecto final. Las principales peticiones fueron las luminarias así como mejores condiciones para las actividades culturales. Las propuestas se incorporaron en cada una de las propuestas mediante algunas consideraciones sobre la forma de las estructuras y los materiales más convenientes. El alto índice delictivo del barrio, así como la existencia de zonas controladas por mafias ha generado un clima de violencia generalizado que afecta especialmente a las mujeres y a los grupos vulnerables de la comunidad. Por esta razón, la intervención que se propone sigue dos criterios principales: la cultura de prevención contra la violencia y el fomento a la integración social y cultural. Nuestro objetivo es lograr un entorno seguro para la comunidad; para esto proponemos dos vías de acción: 1) un diseño urbano-arquitectónico apropiado a las diferentes necesidades y demandas de las mujeres, los niños, los jóvenes y los adultos mayores, y 2) el fomento a las formas de habitar que sean propicias para el desarrollo social. Siguiendo la lógica del diseño adecuado a las necesidades de seguridad, se pondrá especial énfasis en la iluminación de las plazas, calles y mobiliario urbano. En este sentido, se colocarán luminarias resistentes al vandalismo que se caractericen por su potencia y por abarcar suficientemente las banquetas y pasillos para generar un ambiente protegido. En este sentido, la forma y la altura de las cubiertas permitirá la visibilidad total y permitirá su iluminación correcta. Otro aspecto de diseño es el cuidado de la accesibilidad para toda la población. Actualmente las calles, banquetas y explanadas se encuentran repletas de obstáculos como residuos de postes, pavimentos defectuosos, baches y desniveles inadecuados que reducen la movilidad de los adultos mayores y de la población infantil, y que representan un riesgo cotidiano y un ambiente hostil generalizado. Para contrarrestar esta situación se propone la nivelación de pisos y el retiro de estorbos, así como el diseño de nuevos pavimentos, rampas de acceso, y de niveles diseñados conforme a los estándares de calidad. Así mismo, se hará especial énfasis en el diseño de estructuras estables, el uso de materiales resistentes al fuego y

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diseños de postes, bancas, templetes, tensores y pisos que impidan las lesiones, especialmente entre los jóvenes y niños. Es necesario fomentar en la imagen del espacio público, el sentido de un proyecto de desarrollo local que esté al margen de la actividad comercial informal y de sus prácticas depredadoras de los recursos urbanos de sus habitantes. Es indispensable construir un modelo de barrio que supere a la violencia de la delincuencia organizada. Tepito es desde siempre un icono de la resistencia cultural y ha sido también un nodo de creación artística que lucha constantemente por mantener vivo el patrimonio intangible, la herencia despreciada de lo popular, la cara chida de la Ciudad de México. El programa Comunitario de Mejoramiento Barrial es una propuesta de atención a comunidades profundamente afectadas por dinámicas económicas y políticas que la rebasan. La justicia social implica la atención de las comunidades más vulnerables, y por esta razón, la generación y el desarrollo de actividades en pro del desarrollo humano no sólo es primordial sino urgente. La transformación física de un entorno es necesaria para mejorar la calidad de vida en el barrio, pero nunca será suficiente por sí misma, pues para acabar con la degradación y miseria, es indispensable generar formas de habitar propicias para el desarrollo social. En los últimos años, el objetivo ha sido la recuperación de los espacios públicos contra la tendencia a la mercantilización de las calles y plazas y a favor de nuevas alternativas de actividades recreativas en el espacio público. Las intervenciones que se proponen a través del PCMB es una manera de fortalecer este trabajo y de propiciar actividades sociales y culturales mediante el apoyo a la organización comunitaria. Es indispensable fomentar la reconstrucción de las redes sociales para contrarrestar la presencia de las organizaciones delictivas, la drogadicción y la anomia que afectan especialmente a las condiciones de vida de las mujeres y los sectores vulnerables del barrio. Un entorno urbano seguro también requiere de referentes simbólicos que refuercen al tejido social y que den legitimidad a la auto-organización comunitaria. La planificación urbana debe ser práctica innovadora en razón de la conceptualización del territorio como una integralidad y como principio rector del desarrollo, bajo un proceso participativo y concertado de los agentes socio económicos y políticos como principio y fin en sí mismos. El programa comunitario de mejoramiento barrial será exitoso en razón no solo de sus objetivos sino en razón, también, de los montos de inversión que se le asignen para la realización de los proyectos planteados por las comunidades.

Bogotá, Septiembre 2012

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