Alternativas en la integración de asentamientos informales

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Alternativas en la integración de asentamientos informales. Un proyecto de cooperación universitaria en Las Delicias-Ibagué.1

INGRID CAROLINA VARGAS DÍAZ Arquitecta en Colombia y arquitecta superior en España, candidata a doctora en urbanismo, ordenación del territorio y medio ambiente en la UGR-España. Investigadora Laboratorio de urbanismo y ordenación del territorio (RNM357). Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. Campus de Fuentenueva S/N, Edificio Politécnico, Planta -1, Universidad de Granada, C.P. 18071, Granada, España. carovar@correo.ugr.es EDUARDO JIMENEZ MORALES Arquitecto superior en España, candidato a doctor en urbanismo y ordenación del territorio en la UMA-España. Investigador y profesor ayudante en el departamento de arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, eAM, Plaza del Ejido, Escuela Politécnica del Campus El Ejido, Universidad de Málaga, C.P. 29071, Málaga, España. eduardo_jm@uma.es

Palabras clave: asentamientos informales, mejoramiento barrial, cooperación universitaria, participación comunitaria, Ibagué. Crecimiento urbano acelerado y segregación residencial socio-económica. Desde mediados del siglo XX, los grandes procesos de migración en Latinoamérica han contribuido al rápido crecimiento urbano y a la proliferación de tejidos informales. Este crecimiento se puede percibir al constatar que entre 1950 y 1980 el porcentaje de población urbana entre Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, Ecuador y Venezuela; pasa de un 47% a un 70% (Vargas et al, 2010).2 Diversos factores como la crisis de la deuda y las medidas adoptadas por el consenso de Washington, promovieron una importación de bienes y una modernización de la agricultura. El incremento de la pobreza y la dependencia de la población campesina a la ciudad, sumada al panorama de oportunidades que crecía en los centros urbanos junto al incremento de la calidad de vida, promovió la expansión y reproducción de asentamientos informales en muchas ciudades latinoamericanas. 1

Se basa en la tesis doctoral en proceso “Activación urbana en asentamientos informales: la ciudad de Ibagué como laboratorio de experimentación”, que lleva a cabo la autora y dirigida por el Dr. Alejandro Grindlay (UGR) y el Dr. Carlos Torres (Universidad Nacional). 2 Promedio de población urbana de estos países en 1950 y 1980.

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La migración voluntaria campo-ciudad se produce, en gran parte, por la búsqueda de oportunidades inexistentes en las áreas rurales.3 La ausencia estatal de suficiente inversión rural es notoria al comparar los datos del año 2006 en la cobertura de servicios entre las zonas rurales y urbanas. A través de este análisis se hace evidente la desigualdad que persiste entre los dos territorios (Ver gráfico 1). Los resultados reflejan que en las áreas rurales existía una cobertura de 51.2% de agua, 29.5% de saneamiento y 73.6% de alumbrado eléctrico; frente a un 92.2% de agua, 77.1% de saneamiento y un 97.1% de alumbrado eléctrico en las áreas urbanas.4

Gráfico 1. Cobertura de servicios en áreas rurales y urbanas (agua, saneamiento y electricidad) entre 1990-2006. Fuente: Elaboración propia con base en Naciones Unidas (2007). Como es sabido, las guerras civiles y la represión también han facilitado la informalidad en Latinoamérica. Una situación que ha generado, en muchas ocasiones, un desplazamiento forzado de la población hacia las cabeceras municipales. Desafortunadamente, éste se convierte en otro factor de expansión de los asentamientos informales en la región. Unos espacios no considerados originalmente por la planeación urbana y que suelen presentar una reconocible segregación residencial socioeconómica. 3

En particular de empleo, servicios, infraestructuras y equipamiento. Promedio de las cifras en servicios para 2006, excluidos Argentina y Ecuador, y usados los datos rurales de 1995, para Perú y Venezuela. 4

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De acuerdo con Kaztman (2003), esta segregación se produce por la tendencia a una concentración de población urbana en espacios de composición social homogénea. La población se localiza en determinados espacios urbanos apartados del contacto con otras clases socio-económicas. Este aislamiento tiene fuertes consecuencias negativas en la sociedad y produce además una segregación educacional, una segmentación de servicios y usos de lo público, y una fractura laboral que dificulta el acceso al mercado de trabajo. Además, una parte de la población que habita en estos lugares, tiende a aceptar las actitudes delictivas de su entorno y las incluye en sus catálogos de conducta o de aprobación social. Estas mismas actitudes, al diferir de las normativas por las que se rige la ciudad, fomentan el aislamiento y producen un rechazo por parte de otros barrios. El creciente temor se manifiesta a través del blindaje de los, cada vez más comunes, condominios cerrados de las clases medias y altas (Janoshka, 2002). Al ser denominados como favelas, barriadas, tugurios, villas miseria o invasiones, la sociedad suele tener una actitud despreciativa que estigmatiza a sus habitantes. Más aún cuando, en innumerables ocasiones, han sido tratados como canceres urbanos o simples focos de problemas sanitarios que precisan ser extirpados. Afortunadamente, las políticas adoptadas para tratarlos, por parte de los gobiernos, han evolucionado y se dirigen cada vez más hacia su integración y mejoramiento. Tal como lo demuestra el estudio de Berenstein (2001) en Rio de Janeiro, estos sectores son en gran medida parte del patrimonio cultural y artístico de la ciudad. Al ser construidos dentro de particulares formas de sobrevivencia y a través del empeño colectivo e individual, su estética particular debería ser valorada. Lecciones de algunos programas de mejoramiento barrial en grandes ciudades. La experiencia que ofrecen las políticas aplicadas en algunas ciudades latinoamericanas, ha sido enriquecedora. A través de su evolución se ha encontrado que las actuaciones más integrales y respetuosas con las comunidades y la estructura urbana existente, son las más adecuadas. Un ejemplo de ello son los conocidos programas de mejoramiento barrial que, además de proveer infraestructuras y servicios, dan importancia al ámbito social en la búsqueda de una mayor integración.5 Este tipo de programas, usualmente cofinanciados por el BID, han sido implantados en varios países latinoamericanos.

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Promoviendo la participación ciudadana y la generación de empleo mediante la constitución de asociaciones y la capacitación laboral.

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gráfico 2 Entre ellos se encuentran: Colombia, con los Proyectos Urbanos Integrales de Medellín y el proyecto sur con Bogotá; Brasil, a través del programa Favela-Bairro de Rio de Janeiro; el Promeba en Buenos Aires-Argentina y con el programa de Habilitación de barrios en Caracas-Venezuela.6 Gráfico 2. Programas de mejoramiento barrial estudiados: Favela Bairro, P.U.I., Habilitación de barrios, Promeba y Sur con Bogotá. Fuente: Elaboración propia. Según Brakarz (2002), el mayor impacto urbano que producen los programas de mejoramiento barrial es la integración, desde distintas dimensiones –físicas, urbanas, sociales, políticas (…)-, de los asentamientos informales a la ciudad formal. Una visión compartida por Acioly (2001), quien asegura que son procesos que buscan la integración física, social y jurídica de los asentamientos y su población. Entre las lecciones para el diseño de futuras estrategias de integración que han dejado estos programas, están: la priorización de la regulación, como deber ciudadano al realizar las 6

P.U.I.: proyectos urbanos integrales (2004), Medellín. Programa Sur con Bogotá (1999) dentro del convenio de Cooperación entre Alemania y Colombia. Programa Favela-Bairro (1993) considerado, en muchas ocasiones, un paradigma del mejoramiento barrial en Latinoamérica. Programa de Habilitación de Barrios en Caracas (1999) involucra la comunidad, el gobierno y la academia.

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intervenciones; el fortalecimiento de la participación comunitaria, para formar sujetos capaces de gestionar su propio territorio (Torres, 2009) y la necesidad de encontrarse dentro de una sólida política habitacional, que permita un beneficio del conjunto de la ciudad evitando la especulación. Además de la necesidad de interrelacionar con mayor acierto las dimensiones e intervenciones físico-territoriales con las histórico-socio-culturales. Otro punto a tener en cuenta es la relación costo-beneficio, pues estos programas suelen requerir importantes inversiones. Los grandes prestamos y la mayoría de experiencias pertenecen a ciudades de gran tamaño. Sin embargo, ¿qué sucede con las pequeñas y medianas ciudades?, ¿sería posible encontrar alternativas sostenibles para ellas?, ¿Cómo implementar estrategias de integración que valoren aún más las organizaciones comunitarias y sus recursos? Crecimiento urbano y asentamientos informales de Ibagué. Ibagué, capital del departamento del Tolima, es una ciudad intermedia con una población aproximada de 500.000 habitantes. Su área total es de 140.589 ha, de las cuales 136.271 pertenecen a su área rural. Sin embargo, como en muchas ciudades latinoamericanas, el porcentaje de población urbano-rural se invirtió (Gonzáles, 2003), pasando de un 30% urbano en 1930 a un 80% en 1990.7 Las migraciones rurales hacia la cabecera municipal han jugado un papel importante en este crecimiento acelerado. Junto a la expansión de la ciudad, han crecido los asentamientos informales. Al realizar un análisis entre el crecimiento demográfico, la expansión de la ciudad y el número de asentamientos informales entre 1958 y el año 2008 (Ver gráfico 3); se determinan tres eventos relacionados con este crecimiento: la gran migración de mediados del siglo XX, la avalancha de Armero (1985) y el reciente conflicto armado.

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En el censo realizado en 2005 por el Dane, Ibagué tenía 496.246 habitantes.

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Gráfico 3. Planos de crecimiento urbano de Ibagué 1958-1990. Fuente: Elaboración propia con base en Gutiérrez (2003). Notorios crecimientos informales en la periferia se relacionan con esa primera migración.8 Según Neira (1995), las cifras de mortalidad por violencia en el Tolima entre 1949 y 1958, fueron las más altas del país al representar un 41% del total. Esta situación incrementó la población del municipio en un 66% en 9 años. Los campesinos, ante la imposibilidad de resolver sus demandas de vivienda, invadieron terrenos públicos y privados, apoyados por políticos, sindicatos y asociaciones.9 Las primeras medidas oficiales se orientaron a detener las migraciones y a expulsar la población de las invasiones. Al percibir la insostenibilidad de esta política, se adoptaron acciones orientadas a parcelar terrenos urbanos carentes de servicios públicos e infraestructura y a permitir la apropiación de Ejidos municipales. Muchas de estas invasiones controladas fueron paulatinamente dotadas de servicios y posteriormente consolidadas como barrios.10 Esta solución inmediata y a corto plazo consiguió fomentar entre 1960 y1970, la

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Aunque en la época colonial (1627) ya se existía en la ciudad un asentamiento indígena y periférico con el nombre de Pueblo Nuevo, este estudio se realiza a partir de la gran migración cuando la informalidad se hace más evidente. 9 En este periodo de tiempo el Tolima confirmó 35.294 muertes frente a los 85.144 que se registraron en todo el país. 10 Aunque previamente pasaron por una fase tugurial muy intensa.

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especulación, un incremento de la informalidad y el crecimiento descontrolado de la periferia.11 Otra medida oficial fue el desarrollo de grandes subprogramas habitacionales, por el Instituto de Crédito Territorial y la caja de vivienda popular. Según Cámara del Comercio y DANE (1983) en Ibagué, entre 1970 y 1982 el ICT realizó 6.799 soluciones, de las cuales 1.775 eran de autoconstrucción; mientras la Caja de vivienda construyó 1.137 soluciones, de las que 644 fueron de lote con servicios. Pero la explosión del Nevado del Ruiz en 1985, marcó accidentalmente a la ciudad y al departamento. Una avalancha arrasó el municipio de Armero dejando sin vida y desaparecidos a 20.000 personas. Miles de damnificados llegaron a Ibagué tratando de buscar refugio y arraigo (Pardo, 2009). Las acciones municipales se centraron en la generación de empleo y la inversión industrial. Desafortunadamente y tal como explica Gutiérrez (2003), las medidas se enfocaron en una serie de exenciones tributarias que atrajeron el oportunismo y el capital transitorio. El siguiente repunte de migración masiva surgió con el conflicto armado. Un fenómeno de desplazamiento forzado en todo el país, que ha afectado principalmente a la población campesina. Según datos de RUPD, la ciudad ya contabilizaba la recepción de 45.564 personas en condición de desplazamiento hacia 2009, y a pesar del descenso de la violencia, el número de desplazados pasa de 4.070 a 6.473 de 2009 a 2010.12 Un incremento del 59% en un año, que ubica la cifra de desplazados en 51.788 personas en 2010.13 No obstante, la violencia no es la única responsable. Según cifras del SISBEN 2003 para todo el Tolima, el 25% de los hogares encuestados pertenecientes a los niveles 1, 2 y 3 de pobreza, manifestaron no poseer vivienda propia, o vivir en hacinamiento o compartir casa o apartamento con más de 2 o 3 hogares (Gobernación del Tolima, 2006). 14 También existe una relación entre el aumento de población desplazada y el crecimiento de las tasas de N.B.I. y pobreza en la ciudad (Frasser y Moreno, 2009). Por ejemplo, la población en condiciones de hacinamiento entre 2002 y 2003 pasó de 28.722 personas a 43.272. Un incremento que coincide con altas cifras de recepción de desplazados y que también podrían explicar el aumento de los asentamientos informales entre 2000 y 2008 (Ver gráfico 4). Los niveles de pobreza y miseria también son más altos que el promedio nacional. Mientras en Colombia el promedio en 2008 era un 9.2% de pobreza y 1.2% de miseria, en Ibagué 11

Datos oficiales demuestran que entre 1951 y 1964 se construyeron en la ciudad 188.000 viviendas, de las cuales 80.000 eran tugurios. 12 RUPD: Registro único de población Desplazada. 13 De los cuales el 46,7% eran hombres y el 53,2% mujeres. 14 SISBEN: sistema de identificación de potenciales beneficiarios de programas sociales.

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eran de 10.2% y 1.9% respectivamente. Además, el 63% de la población pertenece a los estratos 1 y 2; el 26% corresponde al estrato 3 y el 11% restante pertenece a los estratos 4,5 y 6 (Secretaría de Planeación 2009). Esta concentración de la riqueza también afecta a la distribución equitativa de los servicios, infraestructura y equipamiento urbano.

Gráfico 4. Asentamientos Informales de Ibagué entre 2000 y 2008. Fuente: Elaboración propia con base en P.O.T. 2000 y P.O.T. 2008. La situación se intensifica al revisar las condiciones del empleo, pues Ibagué sostuvo por más de una década las más altas tasas de desempleo del país. Estas alcanzan hacia el 2003 un 25.4% de desempleo y un 39.7% de subempleo subjetivo. Aunque el desempleo disminuye en 2011 con un 17,2%, todavía continua por encima del promedio nacional

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(11.8%) y como la cuarta tasa más alta.15 El desempleo ha fomentado el subempleo, ha intensificado las ventas ambulantes y el empleo informal. Aproximadamente el 66% de la mano de obra ocupada era informal en el periodo comprendido entre 2001 y 2006, mientras que a nivel nacional era del 59% (Renza, 2008). Es evidente la relación existente entre calidad de vida y mercado laboral. Las garantías que ofrece un empleo formal permiten mayores posibilidades de financiación y por tanto, mayor seguridad para obtener una vivienda. Sin esas garantías, es el mercado informal del suelo y la vivienda el que prevalece. El desconocimiento de los derechos humanos, la ausencia de oportunidades, los altos índices de impunidad y las bajas condiciones en la calidad de vida en estos asentamientos, afectan las relaciones y facilitan un desequilibrio interurbano. El Gobierno Municipal ha intentado encontrar soluciones frente a la vivienda informal promoviendo algunos programas puntuales. Sin embargo, siguen siendo insuficientes. Hacia el año 2004 la demanda de vivienda para los estratos 1 y 2 seguía en un 52% (Alcaldía de Ibagué, 2007). Además, el déficit habitacional total pasa de 26.067 unidades de vivienda en 2005 a 27.681 unidades pronosticadas para 2009-2010 (Alcaldía de Ibagué, 2008a). Por el contrario se ha multiplicado el desarrollo de conjuntos cerrados en los últimos años, mientras las soluciones de interés social siguen apostando en aprovechar las zonas de expansión.16 Los aumentos continuos del déficit de vivienda se han intentado reducir con la construcción masiva de VIS Y VIP, que en total hacia el 2009 sumaron 2.350 obras.17 Desafortunadamente, sigue siendo una opción inaccesible para la población de menores recursos.18 En la actualidad, el P.O.T. cuenta con un programa de mejoramiento integral de vivienda, pero ningún programa concreto de mejoramiento barrial.19 Sin embargo, el artículo 11 del Plan de Desarrollo 2008-2011 (Alcaldía de Ibagué 2008b) planteaba cinco programas relacionados con el problema habitacional, en el que se menciona un mejoramiento integral de barrios. Aunque es un avance que existan buenas intenciones, durante este periodo no se inició ningún programa de mejoramiento barrial. Los proyectos prioritarios para la ciudad estaban conformados por planes parciales de renovación urbana ligadas a zonas formales. 20

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Datos del DANE sobre indicadores del Mercado laboral serie 2001-2008. Total 13 áreas y ciudades metropolitanas. Datos del 2003 del trimestre Junio-Agosto y del 2008 del trimestre Enero- Marzo. Datos basados en la población desocupada que ha buscado empleo. 16 Con áreas construidas de 22.5m2 en lotes de 50 m2 17 Vivienda de interés social y vivienda de interés prioritario. 18 Hubo muchos problemas con los programas de VIS en la ciudad, a tal punto, que estuvo cerca de ser sancionada por parte del gobierno nacional. 19 Complementado con uno de reasentamiento y de vivienda de nueva construcción. 20 Ratifica que incluye acueductos, alcantarillados, vías, espacios públicos, equipamientos, reasentamientos por riesgos o afectaciones.

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De acuerdo con el Ministerio de Vivienda (2009), existe un “proyecto piloto” de mejoramiento por parte del gobierno municipal en dos barrios de la ciudad –Modelia y Las Delicias-, pero no se ha encontrado documentación ni estudios más avanzados al respecto. El único programa municipal relacionado con una idea de mejoramiento barrial que dejó resultados tangibles, fue el Programa Embelleciendo mi Entorno se Genera Empleo. Pero no estaba orientado a asentamientos informales si no a barrios con carencias de tipo comunal. Las actividades se centraron en la adecuación de vías, parques, plazoletas, bibliotecas, construcción de polideportivos, salones culturales y zonas comunes. 21 Estas intervenciones puntuales carecen de evaluaciones e indicadores de sostenibilidad. Pero el problema más preocupante, son las oportunidades que ofrecen para hacer desvío de capitales. Más aún cuando se presentan presupuestos exagerados para la adecuación de salones culturales o la recuperación de plazoletas. 22 ¿Qué se podría hacer entonces? ¿Hacia dónde se podrían orientar las futuras intervenciones? ¿Qué alternativa podría ser compatible dentro de una sólida política habitacional? El Barrio Las Delicias I y II como campo de acción “Las Delicias I y II” es un barrio periférico dentro de la ciudad de Ibagué señalado, según IIDH (2009), por ser receptor de población desplazada por la violencia. Ubicado en los cerros tutelares en la periferia norte de la Comuna Seis, se compone de un sector I formal y un sector II caracterizado como asentamiento precario o informal. Con una población aproximada entre 4000 y 4500 personas y con un promedio de 5 habitantes por vivienda, el barrio es asentamiento tradicional de familias en condiciones de vulnerabilidad presentando notorias carencias socio-económicas y urbanas.23 En una visita realizada al barrio, como parte del trabajo de campo, contrasta el estado de las viviendas y las vías entre la zona consolidada y la informal. Los materiales de las viviendas en las Delicias II varían entre latas, cubiertas corrugadas de zinc, plásticos, guadua, bambú, bahareque, adobe y las más consolidadas en ladrillo a la vista o pintadas. También es notoria la difícil accesibilidad al sector (un puente vehicular autoconstruido y dos peatonales improvisados) y los problemas ambientales -deslizamientos- producidos por las viviendas construidas en terrenos no urbanizables. Su cercanía a la quebrada La Balsa representa un problema ambiental importante para la comuna y la ciudad, pues sus habitantes vierten directamente distintos tipos de residuos al cauce del arroyo (Ver imagen 1). 21

Seguramente existen actuaciones puntuales de acciones municipales en barrios de la ciudad. Sin embargo no hay constancia de que hagan parte de un plan coordinado. 22 Como en el Barrio El Bunde con un presupuesto de $93.000.800 para la “adecuación de un salón cultural”. Un valor elevado teniendo en cuenta que ya existía, que el valor en el mercado de una vivienda apenas alcanza $29.000.000 y que el salario mínimo era de $535.600 en 2011. 23 Datos de la JAC del año 2012 para las Delicias con cálculos aproximados de proyección para las Delicias II.

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Imagen 1. Calle paralela al arroyo la Balsa en Las Delicias II (sector informal). Fuente: Ingrid Vargas. Pero sin duda los mayores problemas se encuentran en el ámbito social. La continua llegada de población en condición de desplazamiento forzado produce una ruptura de los tejidos sociales y altera el sentido de pertenencia. Además, persiste una mayor permisividad de las conductas delictivas en los espacios públicos y, a pesar de las campañas, continua la construcción de viviendas en zonas de alto riesgo y la contaminación de la quebrada. Las asociaciones existentes, aunque con buenas intenciones, no logran sus objetivos debido a la propia situación de orden estructural y a la ausencia de un plan general que dirija sus esfuerzos. ¿Cómo se podría mejorar la situación? Desde luego, la solución no está en promover medidas que impidan el disfrute de los espacios comunes, ni mucho menos aislar a una población victima de la violencia. Una idea compartida por la Universidad de Ibagué desde su colaboración en el Plan Participativo de la Comuna Seis desarrollado en 2004. Un proyecto en el que se realizaron algunos diagnósticos genéricos y de planificación comunal.24

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En el PP6 se realizó un amplio diagnóstico de la calidad de vida de la población, que incluía: los ámbitos educativos, sanitarios, sociales, económicos, entre otros. Sin embargo, los datos son genéricos y los barrios que componen la comuna son de distintos estratos socio-económicos.

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Fue a través de éste diagnóstico junto a las actividades realizadas por los estudiantes, como se encontraron razones por las que predominaban algunas actitudes de indiferencia y desarraigo en el barrio. Entre ellas: un desconocimiento del entorno urbano-ambiental, la baja o casi nula posibilidad de participar en las decisiones que comprometen la construcción de su entorno y la precaria inserción urbana. En el año 2011 se realizaron reuniones de contacto con la comunidad a través de la corporación CORTFAMI (Corporación para el Desarrollo de la Mujer, la Familia y la Infancia del Tolima). En ellas, las líderes aseguraron que la violencia e inseguridad junto a la drogadicción y prostitución en jóvenes, seguían siendo los problemas más graves que tenía la comunidad (Ver imagen 2). Una reconocida líder comunitaria habitante de las Delicias I, afirmaba: “El barrio tampoco es tan peligroso (…) uno conoce los cuatro ñámpiros que hay. Uno sabe que se dedican a atracar al carro del gas y busetas. Ellos van donde encuentran más dinero y es muy raro que atraquen a una sola persona”. Sin embargo Inés, una madre comunitaria que vive en la misma comuna, asegura: “¡No! A mi si me da miedo ir por allá solita, eso es caliente (…) en la entrada del barrio lo atienden a uno. Le salen niños de 12 a 15 años con palos afilados pidiendo monedas para vicio (…) y si uno no les da, pues hay un problema (…) yo se que se dedican a atracar personas en los puentes que unen al sector uno y dos y también, detrás de la iglesia Luterana.”25

Imagen 2. Reunión con líderes de ASOCFAMI en la comuna seis de Ibagué. Fuente: Ingrid Vargas.

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Abigail C., habitante de las Delicias I y líder comunal que hace parte de la asociación CORTFAMI e Inés, madre comunitaria del Barrio Ambalá.

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Un proyecto de cooperación universitaria como punto de partida.26 Partiendo de este reconocimiento se propuso un Proyecto de Cooperación Universitario entre la Universidad de Granada (España) desde el CICODE, la Universidad de Ibagué y con la colaboración de la Universidad Nacional de Colombia. Un proyecto que tenía como objetivo general, el contribuir al mejoramiento urbano y ambiental del Barrio Las Delicias con una acción participativa de su población.27 Como objetivos específicos pretendía: Consolidar el vínculo entre el Barrio, las comunidades vecinas y la universidad; mejorar la inserción social; mejorar urbana y ambientalmente los espacios públicos y establecer un organismo mediador entre comunidad y administración municipal. Los resultados que se buscaban eran los siguientes: establecer un observatorio de barrios precarios en la Universidad de Ibagué, mejorar algunos espacios públicos deteriorados con alto nivel de conflicto, descontaminar las afluentes hídricas y generar mecanismos de participación y reconocimiento del entorno urbano. Se aprovechaba la ubicación estratégica de la Universidad de Ibagué en la Comuna Seis, y las buenas experiencias de la institución con algunas capacitaciones frente a la gestión local del riesgo. Se buscaba mejorar las condiciones del entorno urbano-ambiental desde el fortalecimiento de la capacidad operativa de sus habitantes, con una interacción continua entre academia-comunidad y planeación municipal. El proyecto se basaba inicialmente en el diagnostico de 2004 y proponía una serie de actividades en el barrio. Estas acciones fueron el resultado del análisis de los mayores problemas del barrio que, con sus principales relaciones de causa-efecto, se podían apreciar en un árbol de problemas. Un estudio de causas y efectos que permitía analizar la realidad del barrio y establecer la base para una intervención operativa (Camacho et al, 2001). A su vez, las actividades propuestas tenían como objetivo convertirse en impulsos de mejoramiento continuo desde pequeñas intervenciones. Estas actividades no exigían grandes inversiones, debían ser inicialmente financiadas por el CICODE y continuadas por Planeación Municipal. Para determinar nuevas problemáticas y verificar la vigencia de las ya estudiadas, el proyecto planteaba la realización de un diagnostico técnico-participativo, además de promover una campaña de reconocimiento del entorno urbano-ambiental y programar una serie de encuentros comunitarios e inter-universitarios para encontrar estrategias de 26

El proyecto que se detalla, fue presentado por los autores, a la IX convocatoria de proyectos de cooperación universitaria para el desarrollo, transferencia de conocimientos en el ámbito de la acción social y sensibilización educativa para el desarrollo 2009. Granada- Universidad de Granada. 27 CICODE: Centro de iniciativas de cooperación al desarrollo de la UGR y FHACS: Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad de Ibagué-Colombia.

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intervención. Propuestas que se concentrarían inicialmente en el recorrido del arroyo y en el espacio público del barrio. Para lograr la sostenibilidad y el monitoreo del proyecto, también se pretendía diseñar un plan de mejoramiento barrial con la comunidad. Un plan que promoviera intervenciones como resultado de encuentros con la comunidad, que involucrarían el trabajo, tanto voluntario como remunerado, de la población y su capacidad para mejorar. Aunque no se proponían grandes intervenciones anticipadas, no se justificaba una ausencia de coordinación. De hecho, el proyecto de cooperación estaba diseñado según el enfoque del marco lógico. Todas las actividades eran programadas e insertadas en una matriz de planificación que analizaba los indicadores objetivamente verificables, las fuentes de verificación y las hipótesis de cada objetivo y actividad.

Gráfico 5. Matriz de planificación del proyecto de cooperación universitario. Fuente: Elaboración propia. Estas actividades se integraron en un cronograma y luego se programó el presupuesto del proyecto, con un desglose y justificación de cada una de las partidas presupuestarias en costes directos e indirectos (equipos, material inventariable, personal, material fungible, viajes, dietas y gastos administrativos). Su duración aproximada con el apoyo internacional

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era de dos años y el aporte de CICODE era de aproximadamente 20.000 euros por año, si se lograba la subvención. Los factores de viabilidad eran elementos esenciales en el diseño del proyecto y comprendían desde políticas de apoyo, aspectos institucionales, socioculturales, enfoque de género, factores tecnológicos-medioambientales y factores económico-financieros hasta la apropiación por parte de los beneficiarios. Cabe aclarar que las intervenciones que surgieran de este proyecto serían distribuidas sobre el territorio como una acupuntura urbana. Una serie de dinámicas sostenibles y necesarias para “revitalizar y ayudar a curar, mejorar” (Lerner, 2005) y crear nuevas acciones positivas en el barrio. Más que lograr una gran transformación física, se buscaba resaltar costumbres, rescatar la memoria urbana y construir espacios a través de la historia de sus habitantes.

Gráfico 6. Estudio de viabilidad y acupuntura urbana en Las Delicias. Fuente: Elaboración propia. Sin embargo, ¿Cómo se podría lograr la participación e implicación de una comunidad diversa, en la construcción de su propio entorno y sobre todo, una continuidad en las actuaciones que se llevarían a cabo?

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Se pensó que la solución podría estar en el establecimiento de un organismo mediador permanente: un Observatorio Urbano de Asentamientos Informales en la Universidad de Ibagué como organismo de gestión, evaluación y apoyo institucional. Una plataforma capaz de instruir a la población en la valoración de su propio entorno, incentivar su participación tanto en el diseño como en la realización de estrategias y lograr la sostenibilidad de las aplicaciones. El Observatorio se configuraba como un espacio abierto al encuentro de alternativas de mejoramiento desde sus propuestas multiagente, compuestas por las universidades, la comunidad y la administración municipal. El observatorio, además de ser el centro generador de estrategias participativas de mejoramiento barrial, se planteaba como un espacio para el encuentro. La Universidad y sus estudiantes no solo tendrían un papel pasivo como receptores y procesadores de información, sino que además podrían facilitar una visión más generosa de la sociedad. Muy necesaria para esta ciudad que precisa de atención y de acciones similares en más de 65 asentamientos (Alcaldía municipal, 2008c). Ubicado en la Universidad de Ibagué, estaba pensado tanto como espacio donde explorar soluciones integrales, concertadas, participativas, democráticas y sostenibles; como desde donde “observar” los procesos urbanos inherentes a los asentamientos informales de la ciudad. Concebido también por la necesidad de clasificarlos, cartografiarlos, conocer su historia, su población, sus costumbres, su idea de ciudad, etc. Todo esto, con la misión de realizar diagnósticos, programas e investigaciones aplicadas al mejoramiento de comunidades con importantes carencias urbanas, buscando un desarrollo y planificación urbana más equitativa. Orientado desde la cooperación universitaria y tomando como base la experiencia del Laboratorio de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Universidad de Granada, el Observatorio se configuraba como un espacio abierto al encuentro de alternativas de mejoramiento barrial. RESULTADOS Este proyecto de cooperación se intentó aplicar en el año 2009 a través de la convocatoria abierta del CICODE para Proyectos Internacionales de la Universidad de Granada. Desde la experiencia de intentar llevarlo a cabo, destacan algunos aspectos que se deberían tener en cuenta en futuras convocatorias o en otras posibles formas de implementación. Es importante lograr la participación de una universidad local que tenga una semiconsolidada base investigativa, cuerpo docente en formación para la investigación, o por lo

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menos una dirección general que apueste realmente por el I+D+i. El proyecto interuniversitario precisa de un centro operativo dinámico, participativo y sostenible. 28 La voluntad política es imprescindible para la viabilidad del proyecto. Es posible que los compromisos iniciales adquiridos por los entes gubernamentales, sean sostenidos con mayor acierto desde la presión que ejercen los colectivos comunitarios. Al parecer, el empoderamiento de la comunidad es el motor de la viabilidad en este tipo de iniciativas. El diseño del proyecto de cooperación universitario debe estar programado desde un inicio, directamente con los líderes comunales o asociaciones y no solo partiendo de un acuerdo con las entidades comprometidas. Desde el reconocimiento de estas lecciones, actualmente se pretende reactivar el proyecto a través del contacto directo con las mujeres que conforman la asociación CORTFAMI y algunas madres comunitarias. Se pretende aprovechar la experiencia del colectivo en proyectos comunitarios internacionales, su poder de convocatoria y los buenos resultados de sus iniciativas de dotación urbana en los barrios de Las Delicias y Bella Vista. Destaca su capacidad de lograr acuerdos público-privados para la construcción de equipamiento y la movilización popular para embellecer el entorno. Se considera rescatar el proyecto y presentarlo a una futura convocatoria por las posibilidades de mejoramiento que podría generar, por el entusiasmo que trasmite la asociación en representación de la comunidad y por las posibilidades de generar un ambiente propicio para la generación de estas dinámicas participativas de mejoramiento barrial en Ibagué. Se sigue apostando por un proyecto que tiene en cuenta las limitadas condiciones económicas de las ciudades intermedias, aprovechando las ventajas que ofrecen sus recursos humanos e institucionales. Un proyecto de cooperación universitario como fuente parcial de recursos económicos y técnicos, que busca incentivar la aproximación entre las administraciones, instituciones y la comunidad. En definitiva sigue siendo una idea que busca reconocer, tal como asegura Magalhaes (2007), que la producción de la ciudad debe ser propia de los colectivos, el gobierno y la sociedad.

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I+D+i: Investigación, desarrollo e innovación.

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