siones tienen oportunidad de exponer sus intereses, los cuales deben ser tomados en cuenta. Otra aportación del diálogo y la participación a la vida democrática es que ayuda a dar solución a problemas de la vida social sin recurrir a la violencia. Ponerse de acuerdo mediante la palabra es esencial para trabajar conjuntamente. Hablando se entiende la gente, y cada uno pone lo mejor de sí en tareas colectivas si recibe palabras amables, de aliento y respetuosas. Seguramente tú ya has notado la diferencia entre que te tomen en cuenta o no en actividades que te involucran. Las sociedades democráticas reconocen que hay diferencias entre las personas, y que, dentro del marco de la ley, cada uno puede elegir su modo de vivir. Por eso, la vida en una sociedad exige establecer acuerdos entre las diferentes personas y los diversos grupos que la componen para dar respuesta a los problemas y las necesidades que de manera cotidiana se presentan. Esos acuerdos deben tener como principios básicos la legalidad, la participación, el respeto a la dignidad de las personas, la tolerancia, la igualdad, la equidad y, por supuesto, la justicia. No es fácil llegar a acuerdos sobre asuntos que involucran a muchas personas, por lo que la participación busca que no se cometan errores o injusticias por falta de información o por no tomar en cuenta los derechos de alguien.
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