Compra a mi hijo
No te vuelvas camino
Compra a mi hijo ingrata, llévate sus dolores, sus tristezas, llévate todo lo malo, y regálale un tostón para que de su mano cuelgue, ahuyentando a los demonios que me lo quieren quitar. Compra a mi hijo cabrona, sé mi comadre. Frota tus frescas manos sobre su tibio cuerpo desgastado por el mal de ojo que reposa en sus entrañas. Sóbalo de corazón, aguardiente te regalaré, y un saludo, nunca te faltará.
Soledad, fiel amiga, fiel amante. Conversamos en silencio, nos miramos en el viento del atardecer, caminamos sin dejar huella y nos besamos sin juntar los labios. Soledad. No te vuelvas camino, quiero seguir buscando, quiero seguir vivo. Rodrigo López
Licenciatura de Historia
Rodrigo López
Licenciatura de Historia
ANTESALA
Con estos ojos que no verán ni sabré que estoy muerto. Sólo espero no estar infinitamente solo, mirar el espejo universal y encontrar a nadie. Imagino ser polvo estelar vagando en la obscuridad de muerte, sin cuerpo, sin lenguaje, ni sabré que estoy allí. Mil luces ajenas, mil colores sin nombre, no sabré que alguna vez viví. Y miedo y asfixia y desespero y nadie y solo. ¿Quién se inventó un Dios para aliviar esta soledad? Quiero llorar y no me encuentro, quiero invocarlo y no lo encuentro, quiero vivir y no me acuerdo. Me pierdo en la tiniebla irremisible, en el mar de la nada que me ahoga, que me jala, me envuelve, me lleva dentro, más adentro, es implacable, es eterno. Un instante antes, sabremos que no hay retorno, un último suspiro y al fin despierto del sueño de la muerte a su breve antesala, al último rayo, a la boca del río. Uziel Celis
Licenciatura de Antropología Social
Boletin ENAH • 2013 • N úm . 2
¿Qué hay después de la vida? Algún día todos allí estaremos, un instante antes sabremos que no hay retorno, como lo sabe el río, un metro antes frente al mar, el sol, un rayo antes frente a la montaña, un sueño, un suspiro antes frente al despertar. La nada.
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