Historia Parroquia

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Revista Historia de la Parroquia de San Pedro Apóstol. Número II. Enero, 2013

Historia de la Comunidad Parroquial de San Pedro Apóstol Siglos XV-XIX “La relación del pasado con el presente forma parte inevitablemente de la interpretación misma. Con ello, no disminuye el rigor de la investigación histórica, sino que lo aumenta”.– Benedicto XVI (La Infancia de Jesús. Proemio. Barcelona, 2012)

EN ESTE NÚMERO

En este segundo número de nuestra revista sobre la Historia de la Comunidad Parroquial de San Pedro Apóstol queremos acercaros a los años iniciales del siglo XIII concretamente a partir del segundo tercio de esta centuria cuando el rey leonés Alfonso IX conquista definitivamente la ciudad de Mérida a los musulmanes. Comienza a partir de este momento un interesante proceso donde toda una serie de aldeas, pueblos, villas y zonas muy concretas se repoblaran y comenzase así la historia de muchas de nuestras localidades pero a la vez, la historia en torno a la religiosidad de unos moradores que darán lugar a la presencia de la Iglesia en toda la zona y comarca.

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ontijo se irá situando entre las poblaciones más importantes del recién reconquistado núcleo o tierra emeritense por el leonés Alfonso IX. Precisamente será población de esa parte del norte peninsular cristianizado la que llegue hasta nuestra tierras bañadas por el río Guadiana y con ellas, llegarán igualmente costumbres, ritos y tradiciones, creencias y devociones que se irán implantando en aquellos núcleos nacientes. Montijo, Puebla de la Calzada, Lobón, Torremayor (Arguijuela como se le conocía), La Nava, La Roca, Carmonita, Cordobilla de Lácara y todo un amplio conjunto de realidades que hoy nos dibujan parte de la rica tierra de la Baja Extremadura.

EDITA Comunidad Parroquial de San Pedro Apóstol. Blog Parroquial. http://sanpedromontijo.es E-Mail: sanpedromontijo@sanpedromontijo.es Redacción: Archivo Parroquial-Fondo Histórico NÚMERO II-ENERO 2013

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Una de las principales aportaciones de los leoneses venidos hasta nosotros será el amor y devoción por María, la madre de Jesús y con esta singular aportación al cristianismo emeritense comenzarán a florecer advocaciones en torno a la Virgen entre los siglos XIVXV: La Caridad, Nuestra Señora de Barbaño, Virgen de la Salud, etc.


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omienza nuestra particular historia que no “personal ni tampoco individual”. Uno de los errores que se han venido cometiendo en el estudio de muchas zonas de la Baja Extremadura en particular y de la propia Extremadura en general es precisamente, “individualizar la historia” creyéndose quien la estudiaba que ésta, la de su localidad o población, era capaz de construirse y analizarse independientemente de la propia historia de Extremadura. Montijo, que no olvidemos nos debe llevar o conducir a la historia eclesiástica en la Comarca y en nuestra parroquia (especialmente), es parte de la Historia Eclesiástica de Extremadura, una historia que comenzó de manera muy concreta sobre aquellos cimientos del romanizado proceso de cristianización entre los siglos III-IV.

Cuando Eulalia de Mérida muere en el año 304, la comarca de Mérida sería testigo excepcional de uno de los primeros y más rápidos procesos de cristianización del territorio romano, un territorio que dividido en provincias pertenecía a aquella misma Roma que había convertido en suya la tierra de Palestina llamándola IVDAEA en la orilla oriental del mar Mediterráneo y que vería durante el reinado del emperador Cayo Julio César Augusto nacido con el nombre de Cayo Octavio Turino (63 a.C.-14 d.C) ver nacer al gran protagonista de esta historia: Jesús de Nazaret. La misma Roma que en cl contexto de la II Guerra Púnica y durante el año 218 a.C. comenzó a acercarse a la Península pare terminar convirtiéndola igualmente en provincia romana con el nombre de HISPANIA (año 206 a.C. expulsión de los cartagineses). Pero, ¿por qué hablamos de romanización cuando nuestro interés se centra en la historia de una comunidad parroquial concreta? Volvemos una vez más a la explicación dada al inicio de este artículo: una visión e idea de globalidad histórica en este caso “cronológica”. El cristianismo sin el tejido socio-político y religioso del llamado Bajo Imperio Romano no puede ser entendido y muchos menos su proceso de expansión. En este entorno centramos nuestra atención en Emérita Augusta la llamada colonia Iulia Augusta Emerita capital de la Lusitania desde el 27 a.C. al 12 d.C. y que a partir de los años finales del siglo III fue capital de la Diócesis de Hispania. Precisamente en esta ciudad, se producirían los acontecimientos que llevaron al martirio a Eulalia (292-304) cuando por mandato del emperador Diocleciano y por una Página - 2 -

Cayo Julio César, emperador romano con quien Jesús vino a este mundo en la ciudad de Belén dentro de la Judea romana. Foto: wikipedia

actuación directa del gobernador Daciano Eulalia vería la muerte por no renunciar el culto a Dios a través de un ejemplo claro de entrega a Cristo. Ello supondría la rápida expansión del cristianismo acompañado por la llegada al trono imperial de Constantino que junto al emperador del romano imperio de Oriente Licinio firmarían en el año 313 el edicto de Milán por el cual no se perseguirá a nadie a causa de su “credo” (es importante que sepamos que este no es el edicto que proclama el cristianismo como religión oficial del Imperio, puesto que esto llegará con Teodosio año 380 cristianismo ortodoxo). Una pequeña villa situada a escasos kilómetros de Mérida, Torreáguila ocupará en estos años un especial protagonismo por la presencia en su zona de una arqueología cristiana.


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mediados del siglo I de nuestra era, aparece en las inmediaciones de Emerita Augusta una villa romana conocida con el nombre de Torre del Águila o Torreáguila que con el paso del tiempo y tras las aportaciones gracias a los importantes estudios con sus correspondientes excavaciones arqueológicas llevadas a cabo por el profesor y doctor Germán Rodríguez, se han convertido en un lugar central para la comprensión de la presencia cristiana en nuestra zona y que además podemos encajarlo con los momentos que expresamos en nuestro anterior trabajo sobre la mártir Eulalia y las persecuciones a los cristianos de Mérida. Vivirá la villa de Torreáguila el práctico dualismo entre paganismo y cristianismo desde el estudio que nos permite conocer que hablamos de una zona que contó con una población que oscilaba entre los 400 y los 500 pobladores con un momento de máximo esplendor en torno al año 250 d.C.

Tenemos hoy en día un especial interés desde la historiografía cristiana por esta villa romana si consideramos que el hombre tiende a una búsqueda de la protección divina cuando se encuentra en momentos de desolación. Lo propiamente religioso surge así en un estrecho vínculo entre Dios y el hombre, donde el amor y la manifestación del primero, actúan como respuesta y consideración a la incesante búsqueda del segundo. Indudablemente las corrientes ideológicas, la llegada a la Península del cristianismo y la constante movilidad demográfica produjo la cristianización de este zona. Las excavaciones correspondientes a la segunda fase en Torreáguila han determinado lugares dentro del yacimiento arqueológico destinado a funciones cristianas tales como martirium y el babtisterio es decir, lugares donde se daba un culto tan concreto como la celebración de la Eucaristía y los bautismos. Hay otros lugares próximos a esta villa romana que sufren un proceso parecido dentro de la conocida comarca de Lácara. Así por ejemplo tenemos la ermita levantada bajo la advocación de nuestra señora de La Caridad. Lo cierto es que, cuando la villa es asolada por las pestes en época visigoda en torno a los años 553 al 601, es cuando nos llegan los vestigios epigráficos de cristianos en la zona, testimonios que se corresponden con las lápidas funerarias de Florencio y Florencia muertos en el año 604 (566 de la era cristiana). Precisamente abrimos la puerta a un periodo donde las noticias del proceso de cristianización son importantes especialmente a partir del año 681 tras el concilio de Toledo bajo el mandato del obispo de Mérida, Esteban autorizándose toda una serie de normativas para la creación de la diócesis emeritense. Pero habrá que esperar hasta el primer tercio del siglo XIII cuando Alfonso IX conquiste Mérida para empezar a hablar de un proceso auténtico de asentamiento eclesiástico pues con anterioridad, a inicios del siglo VIII la zona se verá asolada por las invasiones sarracenas. Será con este rey, con la llegada de la Orden Militar de Santiago, con los diferentes procesos de repoblación de la zona, cuando comenzará el llamado medievalismo en la comarca proceso en el cual tendremos la erección de edificios, el surgimiento de advocaciones marianas y la dotación de una auténtica estructura jerárquica en la que aparecerá la comunidad parroquial en torno primero al templo de san Isidro y posteriormente al de san Pedro Apóstol, aspectos que comenzaremos a estudiar en el próximo número.


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ENTRONCADOS EN UNA BELLA HISTORIA “Están dos iglesias en la villa del Montijo en las cuales hay cuatro altares. Tres en la una y en la otra uno”.

(Libro de Visita de la Orden Militar de Santiago. Año 1494)

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a historia de la comunidad eclesiástica en torno a san Pedro Apóstol obviamente está inserta en una visión mucho más amplia de la propia historia local. Si lo viéramos así es decir, como una unidad independiente (que en alguna ocasión ha sido visionada erróneamente de esta manera) no estaríamos más que ante una isla carente de sentido y proyección histórica. La Historia de la Iglesia en nuestra Comarca es quien generosa y ricamente abraza la de nuestra comunidad parroquial que girará en torno a la misma historia del edificio pero que como ya hemos expresado anteriormente es mucho más que el propio edificio. Os presentaremos desde la acción misma de la Orden Militar de Santiago en la comarca y por tanto la reconquista con Alfonso IX en los años iniciales del siglo XIII de manos sarracenas a las mayordomías, curatos y títulos de colación de extraordinaria riqueza y sumamente interesante como documentos que nos hablan y explican cómo y de qué vivían nuestros sacerdotes entre los siglos XV al XVIII. La vida local plasmada en su religiosidad popular tan amena y rica históricamente como igualmente desde los primeros momentos tan “polémica eclesiásticamente”. Edificios que fueron surgiendo y dependieron de la iglesia matriz y que en momentos determinados de fuertes acontecimientos históricos como pudieron ser las guerras con Portugal o con Francia así como los propios ataques internos tales como las fases de desamortización en el secular siglo XIX, hicieron que muchas desaparecieran y hoy Montijo presente un triste panorama en patrimonio artístico, cuando no ha sido la nefasta gestión local: pérdida por ejemplo de la casa de los condes, casa granero, pósitos, etc. Pero si hay una historia bien conservada y estudiada esta es indudablemente la que hace referencia a la Historia de la Iglesia en Montijo y toda la comarca emeritense que a Dios gracias, ha visto ya la luz en obras interesantes que recogen toda la historia socioeconómica, religiosa, política y en general, bien estructurada en torno a la historiografía como corresponde para la zona en la que nos encontramos, la Baja Extremadura.

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Redacción— Redacción—Sumario próximo número Fuentes utilizadas: archivo histórico parroquial de San Pedro Apóstol. Redacción: Blog Parroquial de San Pedro Apóstol. E-Mail: sanpedromontijo@sanpedromontijo.es Próximo número: “La reconquista y la repoblación en la comarca emeritense: siglos XIII-XV”. “Las iglesias de san Isidro y San Pedro Apóstol: siglos XV-XVI” “Caridad y asistencia. Hospital Medieval de Pobres”.


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