FORMACIÓN CIUDADANA EN EL ISC
POR: Damaris Velásquez, Elizabeth Zapata y Olga lucía Tabares
La convivencia exige respeto de la dignidad humana y de todo lo que ella comporta, entre lo que se cuenta los derechos que corresponden a las personas individuales o colectivas, por su propia naturaleza. Este respeto debe ser recíproco; si cada uno respeta los derechos de los demás y todos los demás los de cada uno, surgirá la convivencia armónica. Todas las personas formamos parte de una sociedad, la cual se encuentra organizada y se desarrolla a base de normas; estas son de dos tipos: morales y jurídicas. Estas reglas permiten la convivencia entre todos los ciudadanos que integran la sociedad, motivo por el cual siempre deben ser respetadas, de ahí que se hable de formación ciudadana, la cual no es otra cosa que asumir de manera responsable el proceso de cohabitar, o sea, vivir con el otro, convivir en su concepto más simple e inmediato, y convivir es un acto de relación, que supone correspondencia, con la familia, con el vecino, con el barrio, con la sociedad; corresponsabilidad que no puede entenderse sin participar y la participación es a su vez el medio idóneo para hacer el recorrido hasta llegar a la ciudadanía plena. En nuestra sociedad, todos somos importantes por lo tanto todos los derechos deben ser respetados por todos, y cada uno debe cumplir con su deber. Este concepto permite definir la formación en ciudadanía y en civismo, que a su vez definen el respeto a las normas que rigen la convivencia pública y el interés activo por las instituciones e intereses de la patria.
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