Ecos #19

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ECOS#19

a propรณsito de Raisa ร lava


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eCOS#19 #

a propósito de la exposición «Si aparezco aparezco» de Raisa Álava

En el programa de hoy veremos dos piezas de Fernando Renes: SOYLENTO y ROMANCE OMNÍVORO ***

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Cuando en lo alto el cielo no había sido nombrado, no había sido llamada con un nombre abajo la tierra firme. Enûma Elish - Poema babilónico que narra el origen del mundo 1200 a. C. Imágenes: Tablilla hallada en las ruinas de la biblioteca de Asurbanipal (669 a. C.-627 a. C.), en Nínive.

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Texto: Iván Gómez

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l llegar el día De, el pueblo de Mizo sube al volcán. Según dicta la vieja costumbre grabada en el barro, a medio camino, en la sinuosidad del río, los primogénitos hacen una primera parada y descargan de sus hombros el sapôto: una red de juncos, dispositivo ceremonial, que les ayuda a transportar hasta la cumbre a sus familiares fallecidos. Las aguas que surcan el paisaje lavarán las impurezas de sus difuntos antes de que empiece la segunda etapa de la vetusta peregrinación. Jittai, hijo de Kan y de Gyappu, ayudó a su hermano Doro con las labores del día De. Era su primer día De; de hecho, era su primer día en el pueblo de Mizo, pues Jittai había nacido en Ciudad Occidental. Kan había muerto en Ciudad Occidental y la frialdad del cemento gris había dejado desolada a la viuda Gyappu, quién hizo prometer a sus hijos que, llegado su día De, su cuerpo sería llevado ante el umbral entre el cielo y la tierra firme. Una vez lavada, Doro subió a Gyappu al sapôto. Jittai siguió a su hermano mientras miraba con aversión cómo los residuos y los raídos ropajes bajaban por el mismo arroyo que bañaría los arrozales del pueblo. Para sosegar el pensamiento de Jittai, una joven lugareña, de nombre Asiar, le señaló las imágenes que decoraban los blancos jarrones a los pies de los cerezos.


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Jittai ya había visto, en los platos de la casa de Gyappu, el símbolo , que hasta hoy le había parecido una combinación aleatoria, un simple trazo a dos dedos. Según ascendían, más eran las piezas y todas repetían la fórmula. Para Asiar ese par de eses endidas en la cerámica alojaban un significado que Jittai no lograba entender. Las arcáicas preocupaciones occidentales habían penetrado todos sus poros y Jittai era totalmente ajeno a esa iconografía. Recordó su formación en letras, los primeros textos inscritos en tablillas de barro, y pensó que podía hacer referencia al gran primogénito, al origen, o a algo así. Le vino a la mente el «origen» del dibujo. Aquella historia de Plinio el Viejo en la que Dibutades, la hija del alfarero, dibujó en la pared de la entrada el contorno de la sombra de su amado, antes de que este se fuera al extranjero. El dibujo que había en la casa de Dibutades, pese a las interpretaciones que hacían las visitas, nunca llegó a ser algo estético para ella. No solo era una forma mnemotécnica que tal vez hubiera capturado el alma de su amado, sino que para ella era todo un ideograma en el que leía, a la salida de casa, el significado del amor. Pasados los meses, su padre, el alfarero, vista la melancolía de Dibutades, a partir de la línea de la pared modeló un busto que su hija pudiera abrazar. Jittai vagaba entre estos recuerdos mientras ascendía, junto a Asiar, Doro, los restos de Gyappu y el pueblo de Mizo, río arriba. Resonaban las rocas azotadas por el agua en el interior de los blancos jarrones del camino. Llegado a la boca del volcán, el pueblo de Mizo arroja sus difuntos a la oquedad; oran, comen y deshacen el sapôto. Cada junco pasa a ser la vara o el bastón que acompañará los futuros pasos de los descendientes. Bajan la montaña por la orilla opuesta, y, según dicta la vieja costumbre, a medio camino, en la sinuosidad del río, junto al fangoso meandro blanco, los benjamines recogen el barro que, junto con ceniza de hueso, usarán para modelar las clásicas vasijas del pueblo de Mizo. Una vez en la aldea, cocerán las piezas, comerán y terminará el día De.

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Jittai no había roto muchos platos en su vida, pero tampoco había hecho uno. Tendría que hacer unos cuantos hasta que sus manos tuvieran la confianza para levantar la arcilla blanca y hacer aparecer las paredes del jarrón. Su hermano Doro le alcanzó un cuenco con polvo blanco que había recogido en la cima; Jittai lo amasó junto con el barro de la orilla. Una vez consiguió dar forma a la materia de la montaña, apretó los dedos índice y corazón y, sin pensarlo dos veces, surcó sobre el cuerpo de la pieza un . Asiar y Doro miraron con orgullo a Jittai. Jittai aún no sabía si comprendía, o si había algo que comprener en aquella imagen, pero dejó de importarle la razón. Al día siguiente debería abandonar la cerámica al borde del camino del día De. era ahora algo suyo.

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´ RaISa aLAVa [...] Las imágenes cargadas de simbolismo no dejan de ser atractivas por el desconocimiento del mismo. Siendo figurativas son abstractas: se convierten en algo que no sabes leer, lo que tú lees como un ojo se presenta de manera ilegible por cuanto aparece unido a elementos que no tienen un sentido literal (desconoces el código, el como si fuese una pincelada/ se trata como tal) no hay intención de generar una imagen figurativa sino de crear una especie de collage con elementos de distintas iconografías que se combinan en relación a su forma. (Extracto de la hoja de sala)

Maiztasun bat islatzen denean eta berriro entzuten dugunean, erdaraz Eco deritzo (oihartzuna). ECOS bitartekaritza-sortzaile proiektu bat da. Hilaren azken ostiralero, Rekalde Aretoko erakusketa nagusienen kontrako ikus-entzunezko aukeraketa bat jaurtitzen dugu, ahots berrien bitartez berriro entzunez. Horrela, erreboteaz baliatuz egiten dugu lan, esperientziatik ikasten saiatuz, difrakziotik. Cuando una frecuencia se refleja y volvemos a oírla, lo llamamos Eco. ECOS es un proyecto de mediación creativa en el que, el último viernes de cada mes, lanzamos una selección audiovisual contra las principales exposiciones de la Sala Rekalde, volviendo a escucharlas a través de nuevas voces. Trabajamos así desde el rebote, intentando apre(he)nder desde la experiencia, desde la difracción. When a frequency is reflected and we hear it again, we call it Eco in spanish. ECOS is a creative mediation project in which, every last Friday of the month, we launch an audiovisual selection against the main exhibitions of Sala Rekalde to listen again with new voices. We work from the rebound, trying to apprehend from experience, from diffraction.

Sala Rekalde / Alameda Recalde 30, 48009 Bilbao / Tel: +34 94 406 85 32 /Fax: +34 94 406 87 54 / http://www.salarekalde.bizkaia.net/


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