Portfolio Sabyne Cavalcanti by Sabyne Cavalcanti

Sabyne Cavalcanti Corpo M贸vel

CORPO MÓVEL Sabyne Cavalcanti

[...] o espaço privado deve saber abrir-se a fluxos de pessoas que entram e saem, ser o lugar de passagem de uma circulação contínua, onde se cruzam objetos, pessoas, palavras e ideias. Pois a vida também é mobilidade, impaciência por mudança, relação com um plural do outro. Michel de Certau e Luce Giard Artista e mobílias integram-se na imaterialidade da memória, no cotidiano que se tece aberto ao fluxo de pessoas, sabedor da passagem do tempo. Se a vida é mobilidade, o corpo é móvel, criatura e objetos transitam por lugares, oscilam no entremeio de histórias que deixam suas marcas na pele, na madeira do móvel, no azulejo demolido. Sabyne Cavalcanti franqueia o lugar onde mora, deixa abertas as portas do Mataquiri Museu para que a “relação com o plural do outro” torne-se plena, e assim estabeleça as trocas, possíveis no campo do afeto e da arte.

A morada, recorrente em sua obra, significa a proximidade com a natureza, com a terra, com a grama, com o barro que nasce da lama para moldar-se sobre o corpo. Tal qual uma arquiteta, Sabyne organiza espaços que abrigam sentimentos e ações de aproximação entre seres, lugares e objetos. Obras anteriores como SI, Casa Oca e Suprasensação oferecem moradas construídas com grama, cavadas na terra ou moldadas no próprio corpo para transforma-se em habitação do ser. O colecionismo de mobiliários agora a conduz a outra morada, de caráter museológico que se deixa invadir por histórias que exalam dos objetos expostos, advêm da casa museu, antes residência. São espaços emendados, interligados pela terra, pela planta que floresce no quintal, pelas obras que se espalham junto às árvores. O museu e a artista convivem e imbricam-se no dia-a-dia. A coleção de mobiliário, retirada das camadas subterrâneas da vida, dissemina-se por salas e quartos onde estão abrigados o berço branco em que Sabyne dormiu, o arquivo da escola em que estudou, a sapateira proveniente do mercado de Cascavel, o grande armário doado pelo amigo José Tarcísio. São objetos que, como outros, trazem com eles o desgaste temporal, cheiros, intimidades encobertas por lembranças. As digitais perdidas aguardam o toque de novas mãos e o objeto adquire uma nova função: a da arte. Marisa Mokarzel

Sabyne Cavalcanti Vai plantar batatas, 2015 Instalação, batata doce, barro e água Museu de Arte Contemporânea do Ceará, MAC-CE

Sabyne Cavalcanti Sem título, da série Corpo Móvel, 2015 Instalação, areia, vidro, móveis de herança Museu de Arte Contemporânea do Ceará, MAC-CE

Sabyne Cavalcanti Sem título, da série Corpo Móvel, 2015 Instalação, ervas, barro, móveis de herança Museu de Arte Contemporânea do Ceará, MAC-CE

Sabyne Cavalcanti Cordão Umbilical, 2015 Instalação, TV com transmissão on line de berço com flores na casa da artista em Cascavel, cadeira de balanço, ervas Museu de Arte Contemporânea do Ceará, MAC-CE

Sabyne Cavalcanti Corpo M贸vel

Sabyne Cavalcanti Sem título, da série Corpo Móvel, 2015 Instalação, Azulejo Mataquiti Museu, Cascavel -CE

Sabyne Cavalcanti Sem título, da série Corpo Móvel, 2015 Instalação, Cadeira, barro Mataquiti Museu, Cascavel -CE

Sabyne Cavalcanti Vai plantar batatas, 2015 Instalação, batata doce, barro e água Mataquiti Museu, Cascavel -CE

Sabyne Cavalcanti Cordão Umbilical, 2015 Instalação, berço, flores, camera de vigilância Mataquiti Museu, Cascavel -CE

Sabyne Cavalcanti Suprasensação

O barro em deslocamento e suas funções, revelaram-se com diversas experiências até chegar no corpo humano, como rito em uma cartografia de corpos onde o receptor aceita entregar-se ao devir barro, tornando-se escultura efêmera, viva e mutante. Essa experiência é um rito íntimo que acontece desde 2008, tornando-se coletivo em 2012 no programa de Pesquisa em Artes Visuais e agora apresento em vídeo duas paisagens em que coloca o corpo em estado de arte.

Sabyne Cavalcanti Suprasensação, 2012 Corpo Específico Povoado Moita Redonda, CE

Sabyne Cavalcanti Suprasensação

Sabyne Cavalcanti Suprasensação, 2012 Corpo Específico Beberibe, CE

Nuestro entierro Un día antes, Sabyne me dijo que podía hacer la experiencia desnudo o en ropa interior, pero era mejor si me quedaba desnudo. El día de nuestro entierro, me animó verlo a Filipe sacándose la ropa muy tranquilo delante de otras personas (después me enteré de que también había sido enterrada una chica); pero sobre todo me animé porque esta especie de rito había terminado siendo, sin que nadie se lo hubiera propuesto, la culminación de una semana de exploraciones sensoriales que habían deparado, a su vez, una genuina y duradera trama de afectos, surgida sin que realmente supiéramos cómo, por más que todos en el grupo del Programa de Pesquisa en Linguagens Visuais de la Vila das Artes pudiéramos dar fe de que esa construcción se producía después de haber realizado juntos varias proposiciones de Lygia Clark. Yo sentí que con ellos, con el cuidado de ellos, podía animarme a un entierro absoluto, y a otras cosas que pudieran surgir. Con Sabine, además, habíamos pasado algunas horas juntos el día anterior, caminando por la costa y conversando de experiencias de vida de cada uno. Esa caminata también fue preparadora. Cuando me desnudé, no me dio vergüenza ni me sentí vulnerable. Al contrario, sabía que podía confiar en los que me rodeaban. Que la tensión afectiva no pasaba por mi cuerpo, sino por el hecho de participar de un ritual. Digo esto y pienso que de todas maneras un cuerpo desnudo despierta erotismo, pero yo no sentí que ese erotismo me hiciera mal. Era también una forma de estar con los otros. Al rato de quedar cubierto de arcilla, igual hubo un momento en que me sentí abandonado. Primero extrañé no tener un círculo de gente alrededor que velase por mi viaje. Ahí me vino la imagen de Filipe acostado en el piso, solo, como una estatua de yeso, como un cadáver pompeyano, expuesto a la curiosidad de ciertos espectadores. Pero él no tenía que ser objeto de contemplación o de análisis o de esparcimiento. Y yo no quería eso para mí tampoco. Entonces empecé a llamar a Sabyne, susurrando, casi sin voz, hasta que me oyó y se me acercó, y le pedí que cuidaran de Filipe y que cuidaran de mí.

Me irritaba que hubiera personas conversando cerca. Me producía una violencia interna insoportable y quería gritar, decirles a los gritos que se callaran, que no éramos fenómenos de circo. Creo que le dije a Sabyne que como yo me estaba exponiendo a ese viaje, a esa transformación, necesitaba la protección de los demás, no quedar expuesto a ellos, que era lo que estaba empezando a pasar. Tres veces Sabyne tuvo que pedir silencio. Lara también pidió. Sabyne y Lara me habían advertido que la arcilla enfriaba el cuerpo, pero en ningún momento de mi entierro sentí frío. No frío físico. Fue emocional el frío que sentí cuando, en cierto momento, me di cuenta de que ni Sabyne ni Lara estaban cerca de mí (seguramente porque estaban cubriendo a la tercera persona que fue enterrada). Ahí sentí una soledad de hielo, y por un instante me quedé paralizado. Después pensé que tenía que hacer algo. Que tenía que olvidarme de la gente que conversaba y de la soledad. Que tenía que revertir la situación. Y ahí empezaron unas convulsiones extrañas. Todas las convulsiones que tuve las tuve porque mi cuerpo reaccionaba a imágenes que pasaban por mi cabeza sin parar, o a fuerzas que me sacudían, me retorcían, me hacían corcovear (yo sentía que era algo muy animal) o me inmovilizaban. Todo el tiempo estuve consciente, menos en un momento, muy breve en mi experiencia, que vino justo después de la primera convulsión. En ese momento, al golpear todo el cuerpo contra el suelo de barro, sentí que me había apagado completamente. Que me hacía tierra. Que ya no había imágenes. Que todo paraba. Fue una especie de muerte dulce. Esto debe de haber durado dos o tres segundos, no lo sé. Me hubiera gustado que se repitiera, pero no se repitió. El resto del tiempo estuve dividido entre esas sacudidas fuera de control y la plena conciencia de lo que me pasaba. Tenía conciencia, además, de que hasta cierto punto podía intervenir mis movimientos corporales, dándoles mayor o menor velocidad, o llevándolos a una situación imaginaria específica. Lo único que no podía hacer era generar esos movimientos.

Yo sentía toda la tierra alrededor. Sentía el poder de la tierra cubriéndome, acariciándome, invadiéndome. Me entraba por las orejas, por las narinas, por la boca, por los ojos, por el culo. Me entraba sin entrar, como sensación, o entraba de verdad (pero de esto me iba a dar cuenta después). Yo entonces no quería estar simplemente cubierto de arcilla, sino zambullirme en arcilla, y nadar. Cuando hacia el final del entierro me quedé boca abajo, tenía toda la cara sumergida en la tierra-arcilla, pero a la vez respiraba sin dolor, con naturalidad. De alguna manera que yo no planeé, la posición de mi cabeza contra el suelo había dejado un hueco por donde entraba el aire. Enrico me dijo después que él también quedó sorprendido de que yo hubiera podido respirar. Y me quedé así un rato. No tengo idea de cuánto, pero fue bastante. En la caminata del día anterior, Sabyne me había contado que a una parte de la Praia de Iracema donde había un lecho rocoso a orillas del mar, un lugar donde se formaban piscinas naturales y donde a los vecinos les gustaba reunirse, la habían cubierto con cemento para poder extender la vereda que ya cubría casi toda la costa. En cuanto vi la zona balnearia, el primer día, entendí que la aniquilación de la naturaleza era en Fortaleza una condición para convertir las playas en plataformas de consumo puro. Alisar para que el consumo fluyera sin impedimentos. En las fachadas de azulejos de los edificios, en esas superficies modulares sin marcas de historia ni de singularidad social, la arquitectura quedaba homologada a los cuerpos lisos de la cirugía estética y el gimnasio. Y las paredes de vidrio de los edificios más nuevos agregaban a la lisura una transparencia inexplicable: vivir dentro de un barril de cien metros de alto y cien de diámetro, viendo y siendo visto por los cuatro costados, y ver, en dirección a la playa, la arena lisa (todos los días alisada por tractorcitos) y un mar que, en esas condiciones, sólo podía ser visto como una única y enorme lisura. La intimidad expuesta como una forma de auto-eliminarse ante los demás, todos matándose para estar juntos.

En contrapartida, el centro precario, plagado de accidentes letales, brutal carcaza desde donde los productos y servicios fluyen para las zonas de consumo. El tránsito imposible, señal de la tensión de una ciudad partida al medio. En ninguna de las dos zonas, un lugar donde hacer reposar la mirada. Sintiendo la arcilla en mí, en un momento me imaginé en un cruce de calles del centro, acostado en el asfalto, los autos pasando a mi alrededor, mordiéndome la piel al pasar, a punto de aplastarme, inoculándome tóxicos por los poros, volviéndome loco con el ruido de los motores, que eran como la charla embrutecida e histérica de personas que ya no pueden pensar. Entonces vi toda la ciudad cubierta de arcilla: las casas, los edificios, las tiendas, los autos, todo igualado en la naturaleza, calmo, dándole sensación al sinsentido. Fue un momento de enorme paz. Me pareció lógico y natural que todo lo que habíamos experimentado juntos durante esa semana fuese la base de cualquier cambio en las estructuras y los comportamientos sociales. Dos meses antes del viaje a Fortaleza me habían operado del cuello. Uno de mis mejores amigos interpretó la enfermedad como expresión de la desconexión entre cuerpo y cabeza que yo estaba padeciendo. Y en efecto, en el último par de años, entre otros motivos por mi mudanza a Brasil, yo había dejado de hacer prácticas corporales regularmente y estaba lidiando con los problemas de mi nueva vida casi exclusivamente con la cabeza. Con la mente recalentada y el cuerpo frío, en algún momento se produjo una explosión. Y fue en una zona de pasaje clave, en una zona de pasaje y de articulación. Estando acostado boca arriba sobre la arcilla, una convulsión se repitió muchas veces: se me arqueaba la base de la espalda hacia arriba y la cabeza se me iba para atrás, todo con bastante violencia. Después me di cuenta de que el objetivo de ese movimiento era expandir el cuello para que funcionase a pleno como canal de aire. Porque en esa posición el cuello quedaba recto y todo desplegado. Mi entierro fue así parte de mi proceso de convalecencia.

Sabyne me contó que estuve en la arcilla cerca de una hora cuarenta. Para mí no hubo tiempo mensurable, aunque percibí el tiempo transcurriendo. Me dio una alegría profunda sacarme el barro con chorros de agua, aspirar el aroma de las hierbas que Sabyne colocó en la carpita de resucitación, sentir los pulmones abiertos y el calor volviendo al cuerpo después del baño, después del pasaje de la tierra al aire otra vez. Estaba tranquilo y tenía una energía enorme, yo que no tengo grandes reservas de energía. El viaje a Fortaleza terminó así: nos fuimos a almorzar a la playa, casi al anochecer, cerca del río y los manglares. Ahí la mirada encontró reposo, pero no tanto por el paisaje, como por el hecho de que nos habíamos acogido unos a otros en una nueva fraternidad. Santiago Navarro

Sabyne Cavalcanti Suprasensação, 2011 Corpo Específico Povoado Moita Redonda, CE

Sabyne Cavalcanti Suprasensação, 2012 Corpo Específico Centro Cultural Banco do Nordeste, Fortaleza- CE.

Sabyne Cavalcanti Suprasensação, 2012 Corpo Específico Centro Cultural Banco do Nordeste, Fortaleza - CE.

Sabyne Cavalcanti Rito

Sabyne Cavalcanti Rito, 2012 Site Specific Centro Cultural Banco do Nordeste, Fortaleza-CE

Rito A terra em sua matéria retém a memória de um lugar e é elemento primordial de transformações e invenções. Removendo literalmente a terra e transportando para outro lugar, o espaço passa a ser explorado, construído, habitado, enquanto movimento de percepção, interação e intervenção. A experimentação do espaço se faz necessário para entendê-lo como uma rede de signos, com um sistema de objetos significastes, onde cada componente tem seu sentido elaborado e socialmente compartilhado, a partir de suas relações. No seu programa de trabalho, além do uso da terra, Sabyne Cavalcanti se dedica a pesquisa de diversos materiais perecíveis, criando espaços de relacionamentos nas instituições de arte, que funcionam mais como um laboratório do que como um espaço expositivo, um lugar de renovação da energia, onde não apenas o espaço, mas o tempo da galeria é alargado, e cujos significados são construídos coletivamente. Com essas ações de Remover, Deslocar e Experimentar, Sabyne propõe a construção de um espaço alquímico e se interroga dos limites físicos e conceituais da arte. Solon Ribeiro.

Sabyne Cavalcanti Rito, 2012 Site Specific Centro Cultural Banco do Nordeste, Fortaleza-CE

Sabyne Cavalcanti Ilha - Site Specific

Por ilha entende-se: “um pedaço de terra cercado de água por todos os lados”. Portanto, o Projeto Ilha é uma obra de site-specific em acontecimento. Este trabalho envolve o deslocamento de um pedaço de terra firme para um ambiente fluido, mole. Interessa a observação de como o corpo, previamente estável, se estabiliza em um novo lugar, em outras condições.

Sabyne Cavalcanti Ilha, 2012 Site Specific Praia de Iracema, Fortaleza-CE

Sabyne Cavalcanti Casa Oca

Sabyne Cavalcanti Casa Oca, 2010 Site specific Centro Cultural Drag達o do Mar, Fortaleza-CE

Um mergulho na terra para retirar a venda que a arte nos impôs A relação da artista com a terra está ligada a procura de um autoconhecimento e desenvolvimento pessoal, e é através dessa experiência que a sua arte foi se elaborando e apresentando novas possibilidades para o viver e o fazer. Vida e arte se movendo num terreno comum, o que lhe interessa não é simplesmente apresentar uma ação artística, mas agregar a arte, algo que se apresente como um enigma, não para ser desvendado, mas para gerar novos enigmas. A relação alquímica da artista com os elementos da natureza seja o barro, a grama, a ferrugem, tem se revelado uma fonte de potência poética. Criandos ambientes poéticos destinados a ser um espaço para a manifestação da vida, uma abertura no solo, revestido com grama, convida o publico a comunhão com o elemento terra, a um rito, entre o frio e o quente, o vazio e o cheio, a terra é removida do seu espaço, dando lugar a uma cavidade, uma quase moradia. O que a artista propõe é que todos os participantes vivam novas sensações. Podemos pensar esta descida como um encontro entre vida e morte, é só lembrarmos, que para os Astecas, a terra é a mãe criadora, mas também aquela que se alimenta dos mortos, sendo, portanto também destruidora. Através da construção deste sítio específico, Sabyne Cavalcanti, procura expandir a percepção do mundo apreendido e a importância de ser e estar aqui, compactuando este lugar; isso é a vida feito arte. Solon Ribeiro

Sabyne Cavalcanti Casa Oca, 2010 Site specific Centro Cultural Drag達o do Mar, Fortaleza-CE

2 Na filosofia chinesa, o mundo é composto por duas forças complementares do Yin-yang que oscilam entre noite e dia, bem e mal, prazer e dor, quente e frio, e infinitas dualidades que engendram tudo o que existe. A terceira lei de Newton afirma que o mundo é regido pelas forças contrárias de ação e reação, evidenciando a dualidade presente em cada ato realizado. Esse princípio dialético está presente na idéia de Sabyne: para construir é preciso destruir, para erguer o alto, é preciso erguer o baixo. O homem constrói seu lar a partir da destruição da natureza, extraindo do solo a argila para o tijolo, das árvores a madeira, das entranhas das montanhas o minério; tudo o que é construído pelo homem é extraido da Terra. É uma verdade óbvia mas que está sedimentada nas sucessivas camadas de artificialidade produzidas pelo homem, e por isso despercebida. A vida contemporânea urbana é industrializada. Em todos os aspectos o homem usa e consome bens industriais, até a alimentação é artificial. A natureza crua está revestida de asfalto, concreto, alumínio, pvc, silicone, e tantas outras peles polimerizadas. Consequentemente, o viver torna-se sintético, um produto de laboratório - corrigido por doses de diazepam. Realizado apenas com terra e grama, o Projeto Casa de Sabyne Cavalcanti expressa numa linguagem clara as forças duais de Yin-yang:os círculos que sobem são os mesmos círculos que descem. Esta proposta descasca o verniz do “progresso”, questionando o poder de transformação da natureza pelo homem. Construir e destruir são faces da mesma moeda, paga pela ambição humana. Artur V. Cordeiro

Sabyne Cavalcanti Casa Oca, 2010 Site specific Centro Cultural Drag達o do Mar, Fortaleza-CE

Projeto Casa Oca Uma abertura no solo, revestido com grama, convida o publico a comunhão com o elemento terra, a um rito, entre o frio e o quente, o vazio e o cheio, a terra é removida do seu espaço, dando lugar a uma cavidade, uma quase moradia. Podemos pensar esta descida como um encontro entre vida e morte, é só lembrarmos, que para os Astecas, a terra é a mãe criadora, mas também aquela que se alimenta dos mortos, sendo, portanto também destruidora. Através da construção deste sítio específico, procuro expandir a percepção do mundo apreendido e a importância de ser e estar aqui, compactuando este lugar. A CASA é formada pela Cavidade e pela sua forma oposta, a Oca. Usando o mesmo procedimento abaixo, é possível aumentar ou diminuir o número de degraus da CASA, mantendo a mesma proporção de degraus escavados e preenchidos, respectivamente na Cavidade e na Oca.

Procedimentos de construção da CASA com dois degraus. Cavidade: 1º Marcar um centro no terreno e traçar uma circunferência com 1,2m de raio. 2º Cavar no limite da circunferência um degrau de 30cm de profundidade. 3º Traçar a segunda circunferência de 90cm de raio, a partir do mesmo ponto central. 4º Cavar no limite da segunda circunferência um círculo-degrau de 30cm de profundidade. 5º Plantar na cavidade a grama adequada ao meio-ambiente do lugar. Se necessário usar barro para fixar a grama ao solo.

Oca: Fazer a Oca com a terra retirada da Cavidade, no espaço contíguo ou em outro desejado. 1º Marcar o centro e traçar a circunferência de 1,2m de raio. 2º Preencher no limite da circunferência traçada, um degrau de 30cm de altura. 3º Traçar a segunda circunferência com 90cm de raio a partir do centro da Oca. 4º Preencher a segunda circunferência com um degrau de 30cm de altura. 5º Plantar na Oca a grama adequada ao meio-ambiente do lugar. Se necessário usar barro para fixar a grama ao solo.

Sabyne Cavalcanti Si

Sabyne Cavalcanti Si, 2010 Site specific Centro Cultural Drag達o do Mar, Fortaleza-CE

Sabyne Cavalcanti FotossĂntese

Sabyne Cavalcanti FotossĂntese, 2004 Gravura Centro Cultural DragĂŁo do Mar, Fortaleza-CE

Sabyne Cavalcanti Finito

Sabyne Cavalcanti Finito, 2003 Instalação Fortaleza-CE

Sabyne Cavalcanti Gravuras

Sabyne Cavalcanti Sem título, 2000 Água tinta

Sabyne Cavalcanti Sem tĂtulo, 1998 Ponta seca

Sabyne Cavalcanti Sem título, 2000 Água tinta

Sabyne Cavalcanti Territ贸rio e Lugar

Território e Lugar ‘O importante é saber que a sociedade exerce permanentemente um diálogo com o território usado, e que esse diálogo inclui as coisas naturais e artificiais, a herança social e a sociedade em seu movimento atual.’ Milton Santos

A ação é uma cartografia das instituições de arte do centro de Fortaleza: Museu do Ceará, Centro Cultural Banco do Nordeste, Galeria Antônio Bandeira, Galeria Correios, Sobrado Dr. José Lourenço, com a intenção de conectar esses lugares que são despercebidos pelos transeuntes.

Sabyne Cavalcanti Território e Lugar Projeto de intervenção Urbana Praça dos Leões, Fortaleza - CE

Sabyne Cavalcanti Território e Lugar Projeto de intervenção Urbana Galeria Antônio Bandeira, Centro Cultural BNB e Sobrado Dr. josé Lourenço, Fortaleza - CE

Formação 2011 - 2012 - Programa de Pesquisa em Linguagens Visuais - Vilas das Artes, Fortaleza - CE; 2000 - 2005 - Artes Visuais - Faculdade Grande Fortaleza, Fortaleza - Ceará; 1998 - Residência em Arte - Desenho, Gravura, Pintura e Arte Têxtil - Kunsthojskolen, Thorstedlund, Frederikssund - Dinamarca;

Exposições 2015 - Corpo Móvel - Museu de Arte Contemporânea do Ceará - MAC-CE e Museu Mataquiri; - Suprasensação - Museu Mataquiri; 2012 - Perpendicular - Residência Artística; - Individual Ritos - Centro Cultural Banco do Nordeste, Fortaleza - CE; - Perambular, Experimentar e Correr perigo - Centro Cultural Banco do Nordeste, Fortaleza - CE; 2010 - Pra Começo de Século - Museu de Arte Contemporânea do Dragão do Mar, Fortaleza - CE;

2008 - Deslocamento - Praça da Bandeira, Fortaleza – CE; 2005 - Intervenção Urbana - Guaramiranga – CE; 2004 - Equilíbrio - Centro Cultural Banco do Nordeste, Fortaleza – CE; 2003 - Experimental - Museu de arte Contemporânea, Centro Cultural Dragão do Mar, Curadoria: Luiza Interling, Fortaleza – CE; - Interferência nos tapumes da Praça José de Alencar - Secult, 93 anos do teatro José de Alencar, Curadoria: Dodora Guimarães, Fortaleza- CE; - Exposição Acadêmica - Galeria Aldemir Martins, Fortaleza-CE; 2002 - Salão de Arte Contemporânea Sobral – CE; 2001 - Novíssimos - Centro Cultural Dragão do Mar, Fortaleza – CE. Gravura em Metal – Casa D’Arte. Fortaleza- CE;

Prêmios 2010 - Exposição na Galeria Raimundo Cela; - Interações estéticas em pontos de Cultura- FUNART- MINC; 2009 - Exposição Edital de Cultura do BNB - Cotidiano Contemporâneo; - Secult - Impressão Ancestral - Pesquisa; 2008 - 1º Edital da Artes da SECULTFOR - Pesquisa e Produção; 2005 - Projeto BNB de Cultura - Experimental de Gravura - outubro de 2005 a abril de 2006; 2001 - Salão de Sobral de Artes Plásticas. Sobral - CE;

sabynetom@yahoo.com.br