Cyvm terminado (agosto)

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CLUB DE YATES VIÑA DEL MAR Gestación y Fundación


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CLUB DE YATES VIÑA DEL MAR Gestación y Fundación

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Indice

Presidentes y Comodoros 6 Prólogo 11 Hernán Cubillos Sallato 13 El deporte de la vela en la Escuela Naval

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Salidas a la mar en “La Niña”

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Génesis del CYVM 25 Fundación CYVM 27 En busca de una sede

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Entusiastas y socios 32 Primeros años 34 Yates y embarcaciones 42 Fusión CYVM y el CDNVM

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Concesión marítima 49 Cursos de patrón de yates de bahía

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Obras civiles e infraestructura 61 Administración y personal 65 Actividades náuticas hasta 1965 66 Epílogo 76 Referencias, cartas y documentos 78

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Presidentes y Comodoros CYVM (1955-1970)

PRESIDENTE

Hernán Cubillos Federico Carvallo Gonzalo López Hernán Cubillos Jorge Délano R. Eduardo Escalona Julián Larrain

PERIODO 1955 1956 1957 1958-1960 1961-1963 1964-1966 1967-1971

COMODORO PERIODO Luis Rodríguez-Peña 1955-1956 Jorge Délano R 1959-1966 Julian Larrain 1967-1970

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Prólogo

En Septiembre de 2008, con ocasión de una visita de Jorge Andrés Délano al Club de Yates de Higuerillas, un grupo de cofundadores del CYVM compuesto por Gonzalo López, Hernán Soffia, Jorge Andrés Délano, Sergio Cabezas y Sergio Mendoza, quisieron visitar también el Club de Yates de Higuerillas y pidieron a Jorge Guarello que en su condición de socio hiciera posible esta iniciativa. Gratamente impresionados, recorrieron todas las instalaciones del Club recordando aquellos años de juventud en que junto a Hernán Cubillos dieron origen al Club de Yates Viña del Mar. Entonces, J.Guarello les propuso que escribieran la historia de la Gestación y Fundación del Club como un homenaje póstumo de su amigo y compañero de la Escuela Naval, Hernán Cubillos. Aceptaron con interés el desafío y tras un almuerzo en el Club Naval de Campo de las Salinas, al que invitó Hernán Soffia, decidieron ponerse a la tarea. Por su parte, el Directorio del CYH al enterarse de esta visita, extendió una invitación vitalicia a cada uno de ellos, para que pudieran visitar libremente el Club. Una de las mayores dificultades que enfrentó el grupo cuando aceptaron la proposición de J.Guarello, fue recabar la información. Habían pasado 55 años desde que nació la idea de fundar el Club y ya varios de los que fueron protagonistas de ello habían fallecido. Otros sobrevivientes habían perdido en parte sus memorias y había muy poco escrito sobre sus primeras experiencias en la navegación a vela. Al iniciar las entrevistas o solicitarles que hicieran un relato, sus comentarios no coincidían con las fechas de ciertos hechos significativos. Por lo tanto hubo que entrar a analizarlos y a buscar otros antecedentes que respaldaran sus recuerdos. Para los relatores, el propósito era que el trabajo fuera lo más fidedigno posible con lo que realmente sucedió antes de la fundación oficial del CYVM en Enero de 1955.

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El tiempo transcurría rápido y atentaba también contra el propósito de rigurosidad que se habían impuesto sus autores. Decidieron entonces cumplir la tarea con la información que reunieran, recordando el adagio “”Lo mejor es enemigo de lo bueno”. De esta manera los autores han cumplido, aunque no con la perfección que hubieran deseado, con ofrecer este sencillo trabajo en recuerdo, muestra de admiración y gratitud a Hernán Cubillos, gestor fundador e importante impulsor del Club de Yates Viña del Mar, hoy Club de Yates Higuerillas.

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Hernán Cubillos Sallato

Hernán Cubillos Sallato

Nació el 25 de Febrero de 1936. Hijo del distinguido marino y futuro Comandante en Jefe de la Armada y Embajador de Chile en Brasil Hernán Cubillos Leiva y de María Graciela (Mimí) Sallato. Realizó sus estudios en el Colegio de los Sagrados Corazones de Viña del Mar y al ser destinado su padre a la Misión Naval de Chile en Inglaterra, los continuó en el Brombton Oratory Preparatory School de Londres. “Con solo 10 años de edad, abre sus ojos desmesuradamente al escuchar que al día siguiente será llevado junto a sus compañeros a Barnemouth (puerto al sur de Inglaterra) para hacer la primera práctica de navegación a vela. Era tradicional, en algunos colegios ingleses, el aprendizaje de este noble deporte que los británicos llevan casi en su subconsciente, afición nacida de su propia insularidad y de la hegemonía que su Armada, durante varios siglos, ejerció en todos los mares. En el muelle, el niño escucha ávidamente los consejos de su instructor y al cabo de unas pocas prácticas, está en condiciones de navegar el pequeño yate, controlando con pericia el timón y su vela”. 13


Es decir, tenía una habilidad innata para navegar en yate. En 1948 regresó a Chile y después de 2 años en el Colegio Mackay con 13 años de edad, ingresó a la Escuela Naval Arturo Prat en 1950. En Diciembre de 1953 egresó como Guardiamarina con la máxima distinción que otorga la Escuela Naval a sus alumnos sobresalientes.Más tarde y ya con mayor experiencia consiguió que la Escuela Naval se inscribiera en el Campeonato Nacional de Yates Star que se llevaría a efecto durante el verano de 1955 en la Herradura de Coquimbo. Entusiasmó a un grupo de civiles amigos y a algunos compañeros de curso o amigos cadetes para que se integraran. H.Cubillos y J.A. Délano destacaron a bordo del “Maquinoso” y ganaron el premio nacional de esta clase, recibiéndolo del propio ex Presidente de la República don Gabriel González Videla. Cabe recordar que la sede del recién formado Club de la Herradura estaba, en esos años, en lo que hoy es el Hotel Bucanero. Fue en este período que Hernán, movido por su entusiasmo y su sueño de encontrar una entrada de mar en las costas porteñas para formar allí un Club de Yates, se propone hacerlo realidad. Esta idea de organizar un club de yates le rondaba en la cabeza desde sus tiempos de cadete naval. La narración que sigue mostrará con más detalle y abundancia las hazañas de este marino y empresario que ya se perfilaba como tal con logros tan contundentes y concretos, como la creación y puesta en marcha de su soñado Club de Yates. La narración que sigue mostrará con más detalle y abundancia las hazañas de este marino y empresario que ya se perfilaba como tal con logros tan contundentes y concretos, como la creación y puesta en marcha de su soñado Club de Yates. Su desempeño posterior como empresario, Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, su valiente, inteligente y efectiva intervención en el conflicto de Chile con Argentina en 978, fueron la culminación de este destacado chileno que salvó a su Patria de una guerra inminente gracias a su astucia, a su acabado conocimiento del tema, a su capacidad de negociación, y sobretodo a su firmeza y fe en sus principios y a sus convicciones. Además de sus estudios personales de la situación limítrofe con Argentina en el Sur, su embarque de un año en el “Lientur” (1957) le permitió conocer la zona perfectamente. Completa esta breve biografía de H. Cubillos, la remembranza que sigue de su amigo, compañero de curso en la Escuela Naval y en el Servicio. 14


Recuerdos de mi amigo Hernán Cubillos (Sergio Mendoza) “Conocí a Hernán Cubillos en Febrero de 1950 cuando nos recogimos a la Escuela Naval luego de ser aceptados. Fuimos compañeros de curso durante los cuatro años en la Escuela (en un curso acelerado) y luego ejerciendo los dos primeros años de Oficial; como Guardiamarinas embarcados en el Acorazado Latorre y otros siete meses en el Buque Escuela AKA Pinto en viaje de estudios, y en el desarrollo del Curso Politécnico de 15 meses de duración que comenzamos a mediados de Sep. 1954 en la Escuela de Artillería Naval en las Salinas. La buena noticia llegó un año después cuando fuimos trasladados a Talcahuano, a terminar los S.Mendoza (al fondo) y H.Besa últimos tres meses del mentado Politécnico, en la Escuela de Torpedos de la Base Naval. Ahora, si hay un lugar maravilloso para practicar deportes náuticos, este es la Bahía de Concepción donde, sin menoscabar los estudios, los más aficionados a la vela no dejamos pasar oportunidad para salir en yate, si conseguíamos alguno, o en las chalupas para 5 remeros utilizadas a bordo para rescate en alta mar que siempre había disponibles y cuentan además con aparejo de vela. Hernán poseía una inteligencia extraordinaria, una memoria privilegiada y demostró con creces su calidad de “Líder” al dirigir con autoridad y sin inconvenientes por 4 años a los compañeros de Escuela Naval y luego a los 35 Oficiales egresados a fines del año 1953 como Guardiamarinas y más tarde, ya como Subtenientes, en el año y meses del curso Politécnico. Hernán se imponía por su gran carisma, seriedad y solidez de argumentos que utilizaba para informar al curso las instrucciones que necesitaba le fueran comunicadas. De temperamento tranquilo, nunca alzaba su voz o demostraba molestia con aquellos compañeros que se excedían en los cánones de conducta. Cuando era necesario animar alguna actividad en particular, el participaba con entusiasmo y personalidad y no tenía por norma inhibirse en modo alguno. Todo lo descrito le granjeó siempre entre los compañeros de curso una clara demostración de aprecio y respeto no obstante la notable variedad de personalidades que lo 15


integraban. Cuando había algo de relajo en la clase, debido a la ocasional falta de un profesor él aprovechaba, al igual que algunos pocos compañeros, para adelantar en materias que fueran de su personal preocupación sin interferir con el resto del curso Fue en los primeros meses de estudio Politécnico, es decir entre Septiembre y Diciembre de 1954, y en una de las típicas conversaciones informales que tenían lugar entre nosotros, que Hernán nos comentó por primera vez que había logrado iniciar un curso de Patrones de Yate a un entusiasta y distinguido grupo de profesionales civiles entre los cuales había Abogados e Ingenieros. Comentó además de las dificultades que encontraba para salir a clases prácticas de vela en la Bahía debido a que, fuera del Club de Yates de la escuela Naval y el de Deportes Náuticos de la Armada, ningún otro, en el área Valparaíso-Viña del Mar, disponía de embarcaciones para facilitárselos a sus Socios. Por ello y con el pleno apoyo de los integrantes del mencionado curso, nos manifestó su serio interés en organizar uno nuevo que llamarían Club de Yates Viña del Mar. Además nos dijo que aunque ya tenían en vista la Caleta Higuerillas como la mejor opción para sede del futuro Club, se habían topado con el inconveniente que dicha Caleta ya estaba entregada en Concesión a la Liga Marítima de Chile. Como este proyecto recibiera todo el apoyo que le pudiéramos prestar los compañeros presentes y el tema fuera vuelto a tratar en otras oportunidades, Hernán nos expuso que bajo ninguna circunstancia su intención era entrar en conflicto con la Liga Marítima, sino proceder con calma y, de alguna forma, llegar a un acuerdo con esa entidad, ya que de todas maneras durante los más o menos ocho años que ellos disponían de la citada Concesión, no aparentaban tener mayor interés por ella. Terminado el año y también el Politécnico, nuestro curso que, hasta esa fecha había estado siempre marchando unido como un solo grupo, recibió traslado a diferentes unidades a flote. En 1956 y ya como Subteniente pasó a desempeñarse

Compañeros en la cámara del Lientur en Punta Arenas, J.M. Brito, S.Mendoza, J. Jenske, H.Cubillos y C.de Toro.

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como Instructor de Guardiamarina a bordo del Buque Escuela Esmeralda. Yo, junto a siete compañeros fuimos designados al Crucero O´Higgins a practicar Mando, Artillería y Máquinas propulsoras, es decir, bastante de lo aprendido hasta esa fecha. Si bien esto motivó que nos disgregáramos a distintos buques ello no impidió, como sucede hasta hoy, que en cada oportunidad posible nos reuniéramos a conversar tanto de nuestras experiencias profesionales y sentimentales como, y de todas maneras, de los chascarros y metidas de pata que nos habían sucedido y que nunca faltaban. El año siguiente, 1957 volvimos a encontrarnos en Punta Arenas en diversas Unidades de la Zona. Hernán como 2° Comandante del Patrullero Lientur junto a Jorge Valdés y yo, embarcado como piloto del Transporte “Micalvi”, con Carlos de Toro y el Comandante ,Capitán de Corbeta y excelente Marino Don Roberto Kelly Vásquez . En el “Lientur” se cumplían lindas comisiones de reabastecimiento a Faros Oceánicos como Evangelistas y Diego Ramírez, se efectuaban trabajos Hidrográficos y, a fines de cada año, integraba la Flotilla Antártica. Por otra parte, durante las breves estadías del Lientur en Punta Arenas, para Hernán nunca faltaban invitaciones a reuniones sociales y, particularmente, a jugar bridge. Con ello demostraba que las clases recibidas de sus amigos Gonzalo López y Federico Carvallo habían rendido inesperados pero oportunos y entretenidos frutos. A fines de 1957 y estando en la Antártica, Hernán fue destinado como observador de intercambio al “HMS John Biscoe” y en Feb. de 1958 al “HMS “Protector” terminando, a principios de Marzo, en Port Stanley en las Islas Falklands.”Luego de entretenidas experiencias, regresó a Chile vía Montevideo. En Abril de 1958 fue destinado al “Crucero Prat”. Durante 1959 hizo el curso de la Especialidad de Navegación y en Marzo de 1960 fue destinado a EEUU para traer a Chile al “AGS Yelcho” para luego ser Oficial navegante del “Piloto Pardo” cumpliendo nuevamente comisiones a la Antártida para, en Marzo de 1961 pasar a ser Oficial Instructor en la Escuela Naval, Es en este período que, invitado por Agustín Edwards E. para ingresar como Gerente de Personal a Cemento Melón, opta por retirarse de su querida Armada e iniciar nuevas singladuras en la vida civil. A poco andar de haberse integrado a su nueva actividad y siempre a instancias del mismo Empresario, es nombrado asesor ejecutivo de la Presidencia de El Mercurio y Secretario General de Cemento Melón. Con el tiempo y, durante los tres años del Gobierno de la Unidad Popular, llegó a administrar prácticamente la totalidad de los intereses de Agustín Edwards en Chile. Durante ese período su batalla más importante consistió en evitar a todo trance la expropiación tanto del Banco como de los importantes diarios que tenía bajo su responsabilidad. Desconozco las razones que llevaron a Hernán a organizar, junto a Roberto Kelly y otras personalidades, la Marina de Algarrobo,(Cofradía Náutica) en cirunstancias que en el CYVM siempre sería bienvenido. En Marzo de 1978, en que ya se preveían momentos críticos en las relaciones con Argentina, fue designado Ministro de Relaciones Exteriores, cargo que desempeñó con gran habilidad, firmeza, inteligencia y mucho conocimiento práctico; sumatoria indispensable para llevar la Diplomacia Chilena con singular éxito. Obtuvo la 17


mediación Papal y la conservación de la Paz bajo las circunstancias más difíciles que hayamos alguna vez experimentado con nuestro vecino del Este. Y fue después de su salida del Ministerio de Relaciones Exteriores, cuando todas las tratativas finalmente culminaron en 1984 con la firma del Tratado de Paz con Argentina, que se pudo apreciar de mejor manera la destacada conducción de las RREE que llevó adelante durante ese dificilísimo período. Como una anécdota al margen puedo citar que poco tiempo después que Hernán asumiera como Ministro de Relaciones Exteriores y ya realizada su entrevista con el Papa Juan Pablo II, tuvimos con él una comida de Curso en el Caleuche de Santiago. Creo recordar que esta reunión debe haber tenido lugar a fines de Octubre o principios de Noviembre de 1978, justamente cuando nuestra situación vecinal era anormalmente crítica y se estaba deteriorando día a día. Durante esa comida nos habló de diversos tópicos que le preocupaban y además nos dio a conocer su visión de lo que venía a futuro que era muy serio. También nos relató que lo primero que buscó luego de recibirse del cargo de Ministro, fue obtener una entrevista con el Papa Juan Pablo VI; pero esta no se pudo concretar debido a la seria enfermedad que lo aquejaba y que le causaría la muerte. . Una situación similar le sucedió con el sucesor, SS. Pablo I, el cual, imprevisiblemente, también falleciera al poco tiempo de asumir su Pontificado. pero no así con el Papa Juan Pablo II quién, en conocimiento de la insistencia del Canciller Chileno por concretar una reunión con el máximo dignatario de la Iglesia Católica, sí le dio una debida prioridad y le programó una invitación con tal prontitud que esta le llegó cuando nuestro apreciado amigo Hernán, aún se encontraba en la etapa final de una visita Oficial a China. Luego de sopesar las prioridades y dado que el tiempo disponible para la reunión con el Pontífice Patrullero “Lientur” era de solo tres días, ofreció las disculpas correspondientes y, dando por terminada su visita a China, emprendió de inmediato el esperado y largo viaje a Roma. Con el Papa, su reunión duró cerca de 40 minutos pues fuera de los saludos y fotografías protocolares, fue de lleno a plantearle su convicción que la situación con Argentina era extremadamente delicada y que solicitaba su apoyo si se daba la posibilidad de nombrarlo como mediador en el conflicto. Los hechos posteriores le dieron la razón y pese a que de las declaraciones de la época se puede desprender que fue el Canciller Argentino quien solicitó la mediación 18


Papal, no me cabe duda que ello fue solo el resultado de lo que Cubillos había estado buscando desde un principio demostrando así, con creces, su increíble habilidad para lograr sus propósitos. Para Chile, el frustrado y nefasto viaje de Pinochet a Filipinas, pese a todos los argumentos en contra que le esgrimió la Cancillería, terminó en forma abrupta con su excelente trabajo en RREE. Posteriormente y, entre otros puestos, fue Presidente de BAT (British American Tobacco Co) en Chile, Vicepresidente del banco BCI y Presidente de la Editorial Española Santillana, cargos que mantuvo hasta 1990. No obstante estar retirado a sus actividades privadas en Chile y particularmente en la zona de Chiloé, continuó dictando sus conferencias regulares en la Academia de la Fuerza Aérea de USA centradas, usualmente, sobre temas de Política actual en Países de la América Latina. Luego de sufrir un terrible accidente en el camino de Ancud a Castro en los años 90 que lo dejo con serias limitaciones físicas y daños internos, continuó con sus actividades anteriores hasta su fallecimiento el 1 de Abril de 2001. De repente se le veía en noticias de televisión llegar con su infaltable bastón a la Embajada de USA a alguna recepción como un invitado especial, demostrando con ello el respeto y admiración que sentían por este ex marino y sagaz político. Su accidente y prematuro fallecimiento fueron, sin lugar a dudas, una lamentable pérdida tanto para la vida Política del País como de la actividad velero deportiva.”

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El deporte de vela en la Escuela Naval

Hasta 1949 las actividades generales de boga y vela se realizaban en botes de 8 remeros y de doble bancada que eran bastante pesados e inapropiados para utilizarlos como veleros en la reducida dársena de Valparaíso en que el viento era bastante débil al estar protegida por los cerros. También se utilizaban las “Chalupas” para 5 remeros, embarcaciones marineras que hasta el día de hoy emplean todas las unidades de la Armada, especialmente en la zona austral para las faenas de reabastecimiento de faros. RegataStar

Eran llevadas por los veleros sin motor para remolcar el buque en zonas de calma. Sin embargo sus características no eran las mismas que se requerían para que los cadetes pudieran participar en competencias y regatas de yates, pues aquellos eran bastante más sofisticados. Los cadetes solo lo hacían como tripulantes invitados por los socios del Yacht Club de Chile que tenían sus fondeaderos en la poza al norte de la casa de botes del Club de Regatas de Valparaíso. A pesar de que la Escuela Naval venía solicitando financiamiento para adquirir yates, esto no ocurrió sino hasta 1950 en que siendo Director el Cap. de Navío Hernán Cubillos Leiva se adquirieron 7 Yates clase Star que eran los que más usaban los clubes civiles en la época y eran muy apropiados para las condiciones de mar en la bahía de Valparaíso. Estos se fueron incorporando de a poco. El Director de la Escuela designó al Tte. 1° Roberto Kelly Vásquez, para que organizara el nuevo Seleccionado de Vela. Los 7 Yates Star recibieron nombres propios de la jerga marinera y tradicional de la Escuela Naval, a saber:

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CALIFÓN: Apodo que designa al cadete cumplidor de sus obligaciones y que es distinguido en el Cuadro de Honor con calificación sobresaliente. MAÑUECA: Nombre que la tradición señala que correspondió a un marinero Chilote del “Rising Star” fallecido a raíz de una explosión en la caldera del primer buque a vapor de nuestra Armada. Se bautizaba así también al chivo mascota de la Escuela. MARISCAL: Denominación que recibe el cadete que luchaba contra sus deseos de ser guardiamarina, repitiendo dos cursos y permaneciendo así más tiempo en la Escuela. Muchos de ellos han llegado al Almirantazgo. MOTE: Nombre de un pequeño pez que se da al bicho más insignificante de la Escuela, vale decir al cadete del 1er Año. PACHÁ: Nombre heredado del inmortal Sub Oficial Tudesca, jefe de la Ropería y Lavandería, donde el elemento femenino estaba en absoluta mayoría. PALETA: O bien paleteado, persona amistosa que por su prestancia, capacidad y simpatía logra lo que se propone hacer y facilita que lo hagan otros. PINGÜINO: Nombre que señala al habitante más destacado y elegante del continente Antártico. El Comandante Kelly, con su extraordinario liderazgo y entusiasmo, invitó a varios cadetes para que se integraran a este nuevo seleccionado, motivándolos para que aprendieran a navegar a la vela. Dictó un rápido curso de Patrones de Yates de Bahía e instó a todos a que siguieran navegando después de que dejaran la Escuela. Eduardo Valenzuela y Jorge Délano

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Los primeros entusiastas que integraron el seleccionado de Vela de la Escuela Naval fueron: Osvaldo Schwarzenberg, Helmuth Sievers, Agustín Benavente, Sergio Besa, Juan Diego Budge, Sergio Cabezas, Hernán Cubillos, Jorge A. Délano, Felipe del Puerto, Jorge Jenschke, Roberto Lopetegui, Sergio Mendoza, Leonardo Prieto, Luis Rodríguez - Peña y Eduardo Valenzuela. A fines, de año la Escuela participó en la “Regata Campeonato” con 2 yates. El Director H. Cubillos decidió dar el ejemplo y aunque no había participado nunca en una regata de yates de la categoría Star, tomó la caña de uno de ellos trazando el camino a los cadetes que no tuvieron más que seguirlo. Días más tarde los cadetes Osvaldo Schwarzenberg y Helmuth Sievers de Valdivia quienes eran los de mayor experiencia velera, vencieron en la segunda Regata Campeonato de Valparaíso, tripulando el Califón. En el verano de 1952 un grupo de ellos participó en unas regatas en Valdivia con motivo del cuarto Centenario de la Fundación de la ciudad.

Hernán Cubillos y Jorge A. Délano

Los 3 yates de la Escuela, Califón, Maquinoso, Mote y sus tripulantes fueron llevados a bordo de la barcaza LST Goycolea. J.D. Budge cuenta: “Fuimos muy bien tratados por los yatistas de Valdivia. Todos los días en la mañana iba un remolcador a dejarles barrilitos de cerveza enviados por Otto Stolzenbach, dueño del “Afrodita II” un crucero de dos palos, nos pasaba 22


a buscar después del almuerzo, nos sacaba a navegar hacia Corral a bordo del “Afrodita II” y nos retaba de ida y de vuelta. El padre de O. Schwarzenberg también nos sacaba a navegar hacia Corral en su yate “Ainilebu” de 2 palos, llevándoles un buen cocaví con tortas y pasteles que hacía su señora esposa”. Los ganadores absolutos de ese Campeonato fueron Hernán Cubillos y Jorge Délano tripulando el Yate Maquinoso. A mediados de 1952 la Escuela Naval, en conjunto con el Club de Yates de Coquimbo, organizaron unas Regatas que se desarrollarían durante las vacaciones de Invierno de los Cadetes con motivo de la inauguración de la nueva sede del Club en la Herradura de Coquimbo. Esta competencia fue personalmente auspiciada por el Presidente de la República y gran impulsor del embellecimiento de la Ciudad de La Serena, Don Gabriel Gonzalez Videla, quién puso especial interés en que este Torneo se realizara en Coquimbo. Las embarcaciones de la escuela Naval, del Club de Yates de Chile (Valparaíso), y Algarrobo y sus tripulantes fueron llevados a Coquimbo en el Transporte Pinto de la Armada. Por la Escuela Naval participaron, entre otros Hernán Cubillos, Eduardo Valenzuela, Felipe del Puerto, Jorge Délano y Leonardo Prieto…Tripulando el yate Maquinoso, destacaron Hernán Cubillos y Jorge Délano. No obstante y, por carecer de los registros pertinentes, debemos omitir quienes fueron los premiados los cuales sí recibieron sus distinciones de manos del propio Presidente de la República. Cabe mencionar que la recién inaugurada sede del Club de Yates estaba en lo que hoy es el Hotel Bucanero, en la Herradura de Coquimbo.

Salidas a la Mar en “La Niña” 23


Durante los veranos de los años 1953 y 1954 el papá de J.A. Délano, Jorge Délano Ross, recibió en préstamo el yate “La Niña” de propiedad de Pedro Ibáñez Ojeda con la condición de que se ocuparan de mantenerlo. Tenía su fondeadero frente a la casa de botes del Club de Regatas Valparaíso. J.A. Délano invitaba a varios amigos a salir a navegar en “La Niña” y normalmente lo hacía por todo el día alternando con otro grupo de amigos y amigas civiles con los que iban a la playa o, algunas noches, a bailar a la pérgola del Club de Viña. Entre ellos estaban: Sergio Benítez, Juan Braun, Verónica Braun, Carmen del Campo, Guillermo del Campo, Patricia Fell, Jacqueline Fell, Lionel Moller, María Angélica Pereira, Olga Poklepovic, Tatiana Poklepovic y María Teresa Tocornal. Los cadetes eran Cubillos, Délano y Cabezas. Generalmente se navegaba mar afuera hacia las Salinas - Reñaca y ocasionalmente hacia Los Lilenes, Higuerillas o Con-Con. Estas navegaciones les dió gran experiencia y le permitieron entusiasmar a estos amigos en el velerismo; pero lamentablemente solo algunos de ellos ingresaron más tarde al CYVM “La Niña” era un crucerito con una pequeña cabina con 2 literas. Si bien en comparación a los yates de ahora y era bastante menor en tamaño, sí se lo tenía por un excelente “Yate Escuela” que brindó muchas satisfacciones y un buen pasar. Felizmente nunca hubo una emergencia en ella.

La Niña

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Génesis del CYVM

Al término del viaje de Instrucción de Guardiamarinas en 1954 al ser trasladado a Curso Politécnico, H. Cubillos contaba a varios de sus amigos navales, su idea de formar un Club de Yates. Entre ellos destacaban A.Benavente, J.D.Budge, S. Cabezas, J.A. Délano, F. del Puerto, R. Lopetegui, S.Mendoza, L.Rodríguez-Peña. Paralelamente invitó a un grupo de civiles integrados por Gonzalo Lopez Iñiguez, Federico Carvallo Fuenzalida; Jaime Bustos Lorca, Hernán Soffia Prieto, Saturnino Améstica y Ernesto Concha Gana a navegar en Yate ofreciendo darles las clases necesarias a cambio de que a él le enseñaran a jugar Bridge. Es así como se reunían en las casas de Gonzalo López o de Federico Carvallo y a veces en la de Jaime Bustos. Éste nos relata elata que las clases prácticas de navegación las realizaban en yates de la Escuela Naval en la Bahía de Valparaíso. Cuando terminaban se iban al restaurante de la Estación del Puerto a comerse un reparador churrasco (que los hacían muy ricos) y a tomarse algo para recuperar fuerzas en medio de amenas charlas. En ese entonces solo existía en Valparaíso el Yacht Club de Chile y no recuerdan por qué no querían formar parte de él. Así siguió tomando cuerpo la idea de formar un nuevo Club de Yates. Fue en una reunión en casa de G. López que decidieron dar los pasos iniciales para crear el CYVM y para ello designaron un Directorio provisorio formado por G, López (Presidente), J. Bustos (Secretario) y Directores H. Cubillos y H. Soffia que redactó un acta. Entre Pascua y Año Nuevo de 1954, H. Cubillos había finalizado su año de Guardiamarina y S. Cabezas se había recién graduado como tal. Entonces decidieron invitar a unas amigas a salir a navegar en yate, para lo cual solicitaron un “zarpe” en el Club de Deportes Náuticos de la Armada que entonces dependía de la Escuela Naval. Con ese documento en mano llegaron a la Casa de Botes y cuando el contramaestre a cargo les iba a entregar el yate, apareció un Capitán de Corbeta que les dijo que mejor se fueran a la playa porque él lo ocuparía. Tuvieron que obedecer y volvieron a la Escuela Naval para obtener otro “zarpe” para el día siguiente. Al llegar nuevamente a la Casa de Botes con sus invitadas, apareció un Capitán de Fragata que también los despachó para usar él y sus 25


amigos el yate. Nunca supieron si ellos tenían “zarpe” o no; pero el resultado fue que muy frustrados, no les quedó otra alternativa que en medio de indignación y humillación partir nuevamente a la playa. En la tarde fueron a un “bailoteo” y ante las bromas de que fueron objeto por el chasco, H. Cubillos dijo: “esto no lo podemos repetir y la única solución es que nos compremos un yate”. La pregunta obvia fue: ¿con qué plata? si nuestros sueldos son bastante escuálidos. Hernán dijo qué eso lo podríamos arreglar y que recordáramos que hacía tiempo que veníamos hablando sobre la posibilidad de la formación de un Club. Por lo tanto, había llegado el momento de hacerlo para lo cual él hablaría con sus amigos civiles y pidió que nosotros hiciéramos lo propio con los marinos que se interesaran en hacer realidad este proyecto. Pocos días después, convocó a una Reunión constitutiva del “Club de Yates Viña del Mar” nombre oficial que le dio y que varios años más tarde (1982) se cambiaría por “Club de Yates Higuerillas”.

Embrión Náutico (Abstracción V. Kandinsky)

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Fundación del CYVM

En el relato de sus recuerdos, el Comodoro don J.Délano Ross dice: “El año 1954, los cadetes navales chilenos Jorge Délano Rodríguez y Hernán Cubillos Sallato tuvieron la idea de formar un Club de Yates”. Sin embargo, esta idea se fue gestando poco a poco entre los muchos entusiastas que participaban en las actividades de vela comunes desde la Escuela Naval o con algunos civiles amigos en los veranos. La constitución legal y fundación del CYVM se concretó en la sesión celebrada el 11 de Enero de 1955, en el local provisorio del Club ubicado en la Calle de 5 Norte N° 1285 de Viña del Mar, casa de Gonzalo López, a la cual asistieron el entonces Subtte. Hernán Cubillos Sallato, Jaime Bustos Lorca, Gonzalo López Iñiguez; Hernán Soffia Prieto, Lionel Moller Lyon, Saturnino Améstica, Federico Carvallo Fuenzalida, Ernesto Concha Gana y el Subtte. Luis Rodríguez-Peña. Entre los oficiales de marina más entusiastas por las actividad de yates y partidarios de formar un Club estaban J.A. Délano, S. Mendoza, S. Cabezas; R. Lopetegui; A.Benavente, F. del Puerto. Sin embargo, ellos no asistieron a la reunión de constitución del CYVM. Probablemente ese día estuvieron de guardia o de vacaciones fuera de Viña. Tampoco figuran en el Acta, otros personajes importantes en las primeras actividades del Club como Leandro Pons y Roberto Piazza. La mayoría de ellos fueron los primeros socios del Club. Por su parte, J.A. Délano quien dejó Chile en 1956 ha dicho que él nunca ingresó formalmente al Club; pero en mérito a sus actividades previas, merece ser incluido como uno de los fundadores del CYVM. El directorio quedo conformado entonces por: Presidente Hernán Cubillos Secretario Jaime Bustos Directores Hernán Soffia y Gonzalo López Comodoro Luis Rodríguez-Peña Es importante mencionar que uno de los principales objetivos del Club fue el de fomento del deporte de la vela y tener yates que pudieran ser facilitados a sus socios.

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En busca de una sede

En 1954 y teniendo ya la idea de crear un Club de Yates, J.A. Délano y H. Cubillos, junto a otros entusiastas, comenzaron a buscar un lugar apropiado para tener como fondeadero de las embarcaciones y sede de un futuro Club. Recorrieron por tierra la costa entre Punta Angeles y Con-Con y también por mar abordo de “La Niña”. Luego de una intensa búsqueda y analizar varios lugares preseleccionados y ya fundado el Club, se consideró la Caleta de Higuerillas, como el lugar más conveniente. Tenía condiciones favorables para fondear las embarcaciones, posibilidades para construir una infraestructura apropiada para mantenerlos en tierra y echarlos al agua y también hacer factible la construcción futura de un Club House.

Antiguos roqueríos de la Caleta Higuerillas

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Caleta Higuerillas antes de 1955

Caleta Higuerillas era un atractivo lugar aledaño a las costas pacíficas de Con- Con, frecuentado por los viñamarinos y porteños que salían a pasear por el camino costero los fines de semana. Liga Marítima de Chile, Institución creada para fomentar el desarrollo de las actividades marítimas y portuarias de Chile, además de actividades náuticas, organizaba entonces atractivas regatas a remo que eran visitadas con frecuencia por los avezados yatistas porteños que zarpaban de Valparaíso, impulsados por el viento SW. Tenía la concesión de la Caleta Higuerillas, la cual le había sido concedida el 20 de Septiembre de 1945. Caleta Higuerillas antes de 1955

De entre los veleros que utilizaban esta caleta se recuerda al “Surazo” y al hermoso “schooner” de 2 palos “Serva La Bari”, ambos pertenecientes al “Conde Jorge Di Giorgio”, el “Santa Isabel” de Agustín Edwards Budge, el “Bucanero” de Alfredo Betteley y “La Niña” de Pedro Ibañez Ojeda. 29


La caleta contaba entonces con un tangón que había sido instalado por Jorge Di Giorgio e inaugurado por la Liga Marítima antes de 1950 mientras la presidía Jorge Guarello Fitz-Henry. El tangón de unos 6 metros de largo con un precario entablado de pocos centímetros de ancho, similar al que utilizan los buques de guerra, era el único recurso de embarque. Unos candeleros unidos por cabo de manila permitían alcanzar a su término una escala de gato para bajar a la altura de embarque. Un bote a remo, conducido por uno de los marineros del Club llevaban a los tripulantes deportistas a sus distintas embarcaciones. Entre estos marineros destacaba “Pocholo” quien, gozaba de la especial simpatía de los socios.

Colocación Primera Piedra Tangón

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Según una carta enviada a la Liga Marítima, se señala que el CYVM se instaló en Caleta Higuerillas en 1956. Como Sede Social y facilidades para cambiarse de ropa, se arrendó el 2do piso del Restaurant Océano perteneciente a la familia Vera. Lo atendían sus hijos Martita y Alicia y su hermano Héctor. Estaba ubicado al otro lado del camino entre el puente y el Restaurant Chila.

Primera sede del Club de Yates

Vistas del precario tangón de Higuerillas

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Entusiastas y socios

Tras la Fundación del CYVM, los socios y un grupo de entusiastas, desarrollaban en 1955 actividades náuticas en la caleta, instalando boyas, preparando y fondeando “muertos”. Entre ellos figuraban: H.Cubillos S., J. Bustos L., G. López I., H. Soffia P., L. Moller L., S. Améstica, F. Carvallo, E. Concha G. L.Rodríguez-Peña S., J.A. Délano R., S. Mendoza R., S.Cabezas D., L.Pons, R.Piazza, A. Benavente, J. D. Budge M., R. Lopetegui, F. del Puerto, .J. F. Labbé, J. Blanchard, P. Fuentes, P. Scassi. Aunque no hay certeza de que todos ellos realmente se incorporaron como socios activos del reciente formado CYVM, sí se sabe que participaron en sus actividades iniciales. Como en todas las organizaciones o clubes, hay miembros que muy poco después y por diversos motivos, no continúan y otros que se van incorporando. Es así que Jorge Délano Ross fue invitado por Gonzalo Lopez a ingresar al Club a mediados de Agosto de 1955. Por otra parte su hijo Jorge Andrés Délano Rodríguez, quien fuera gran inspirador y entusiasta del CYVM, al decidir retirarse de la Armada para irse a Venezuela a trabajar en las empresas de su tío Eugenio Mendoza a comienzos de 1956, solicito a su padre que continuara par- ticipando en las actividades del Club, lo que hizo con singular entusiasmo y éxito. S. Cabezas invitó a asociarse al CYVM a J.Guarello en Noviembre de 1957. Personaje destacado fue el Dr. Eduardo Escalona, entusiasta pescador deportivo que salía a practicar su hobby con los pescadores del sector noreste de la Caleta Higuerillas donde hay un desplaye para varar embarcaciones. Apenas el CYVM comenzaba sus actividades náuticas en la caleta, solicitó su ingreso al Club, lo que fue muy grato, ya que a través de él se tendría muy buenas relaciones con los pescadores. El Dr. Escalona fue un socio muy activo participando en 1958 en el Curso de Patrones de Yates de Bahía que se dictó ese año. Más tarde fue Presidente del Club desde 1964 a 1966. Un par de años después de su fundación, varios entusiastas no continuaron y es así que en Noviembre de 1957 el Club registraba a los siguientes Socios Activos:

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1.- Hernán Cubillos Sallato

2.- Gonzalo Lopez Iñiguez

3.- Hernán Soffia Prieto

4.- Federico Carvallo Fuenzalida

5.- Jaime Bustos Lorca

6.- Saturnino Améstica

7.- Ernesto Concha Gana

8.- Leandro Pons Mezzano

9.- Luis Rodríguez - Peña

10.- Sergio Cabezas Dufeu

11.- Sergio Mendoza Rojas

12.- Jorge Délano Ross

13.- Pablo Scassi Buffa

14.- Jorge Guarello Finlay

Entre fines de 1957 y los comienzos de 1958, con motivo de la fusión con el Club de Deportes Náuticos Viña del Mar se incorporaron 21 nuevos socios los que se citan en el capítulo 11.

J.Guarello, S. Cabezas, G. López, H.Soffia, J.A. Délano, S. Mendoza

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Primeros Años

Los esfuerzos se centraron en la adquisición de yates, porque el espíritu e intención de los fundadores era que el Club contara con yates que pudieran ser utilizados por todos los socios. Esto funcionó bien hasta la fusión con el Club de Deportes Náuticos de Viña del Mar (1958) en que el CYVM liquidó su patrimonio náutico repartiéndolo entre sus 14 primeros socios. Inicialmente, los yates “Antares” y “Cruz del Sur” además de “La Niña”, facilitado por Pedro Ibáñez O., estuvieron basados en la casa de Botes del Club de Regatas de Valparaíso y utilizaron los fondeaderos facilitados por el Yacht Club de Chile, custodiados por su contramaestre. El Yacht Club de Chile se trasladó años después a Recreo. Aunque no se contaba con ningún derecho de propiedad sobre la Caleta Higuerillas, se empezaron a hacer pequeñas obras, tales como mejorar el acceso al embarcadero y al tangón de embarque. En 1956 se reforzó especialmente el muro hacia el mar y se construyó un pequeño muelle en donde se instaló Antares y Cruz del Sur una magnífica pluma que permitía echar las embarcaciones al agua e izarlas. Esta pluma fue adquirida el año 1958 a la Empresa Marchesini de calle Llay-Llay en Viña del Mar, gracias a la iniciativa de Gonzalo López. El 15 de Noviembre de 1956, por D.S (J) N° 5305 se concedió Personalidad Jurídica al CYVM y se aprobó sus Estatutos por los cuales debía regirse. Estos Estatutos fueron reducidos a Escritura Pública al 15 de Octubre de 1956 ante el Notario don Mario Farren. La primera Sede Social ubicada en el 2° piso del Restaurant Océano, disponía de una pieza donde los navegantes podían cambiarse ropa, una segunda habitación donde se ubicaron un par de sillones y un closet donde guardar velas y los aparejos 34


de los yates. También en esa época se tomó posesión simbólica de la caleta, izándose el recietemente diseñado banderín del Club, por la mamá de Gonzalo López, doña Iris Iñiguez, en una boya especialmente preparada para el efecto y fondeada en el medio de la caleta. A fines de 1956 y principios de 1957 se trabajó en habilitar fondeaderos para amarrar los yates a boyas improvisadas con tambores de aceite. En esto trabajó con mucho entusiasmo Gonzalo López. El 5 de Febrero de 1957 el diario “La Unión de Valparaíso” publicó un bonito y encomiástico artículo sobre la navegación que efectuaron el sábado 2 de Febrero nuestros yates “Antares” y “Cruz del Sur” que se desplazaban definitivamente a su base de Caleta Higuerillas. El artículo que narra este histórico hecho se acompaña al final de este capítulo*. A comienzos de 1958, nuestro socio Tte. S. Cabezas fue destinado transitoriamente al transporte Angamos para realizar un viaje a Punta Arenas. A su paso por Talcahuano visitó el Pañol de Excluidos del Arsenal, encontrando que había una serie de elementos náuticos que podrían ser útiles en las incipientes instalaciones de Higuerillas, destacando un huinche de torpedos del ex destructor “Uribe”, desguazado hacía varios años. Rápidamente le solicitó al entonces Director de Armamentos de la Armada, Capitán de navío Oscar Ferrari que lo donará al CYVM, junto a otros elementos. A su regreso de Punta Arenas, se encontró con la grata noticia que la solicitud había sido aprobada por la Armada, por lo que lo

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Gallardete del CYVM.


En Agosto de 1958, se inició un Curso de Patrones de Yates de Bahía integrado por 35 alumnos entre los cuales había varias esposas y amigas de los socios. Todos se graduaron en Diciembre de Patrones de Yates, constituyendo un record, al ser el curso más numeroso dictado hasta la fecha por algún club de yates en Chile. Durante la primavera las esposas de G. López y F. Carvallo, Luisi Gana y Elsa Soffia, además de tres “ pololas” y futuras esposas de H. Cubillos, S. Cabezas y E. Escalona respectivamente Marcela Sigall, Patricia Ferrari e Inés Purcell,

S. Cabezas, P.Cubillos, I,Purcell, M.Sigall

alumnas de curso, se encargaron de confeccionar e instalar cortinas en nuestra flamante sede social del segundo piso del restaurante “Océano”. La inagotable capacidad ejecutiva de H. Cubillos lo llevó a la realización del levantamiento hidrográfico de la Caleta Higuerillas, lo que era necesario para conocer el fondo marino y sus peligros además de la topografía del terreno para el diseño del proyecto de desarrollo del Club. 36


Mariano Sepúlveda recuerda que en 1959 siendo Tenientes H. Cubillos y él, efectuaban el curso de especialidad en Navegación e Hidrografía en la Escuela de Operaciones de la Armada. Se dio la extraña circunstancias que ambos fueron los únicos alumnos convocados y que lo realizaron en azarosas etapas en tierra, abordo o en expediciones prácticas terrestres. “En esa época H. Cubillos estaba muy abocado al desarrollo del CYVM en Caleta Higuerillas y en tal empeño me solicitó que lo ayudara en los trabajos de terreno necesarios. Es así como juntos y consolidando nuestra amistad, emprendimos la tarea hidrográfica indispensable (medición de base, taquimetría, caminamientos, planimetría, sondajes, cartografía, etc.) para aprovechar el espacio disponible de las instalaciones requeridas y a lo menos iniciar las actividades náuticas deportivas. Para ello pusimos en práctica los conocimientos que estábamos adquiriendo y utilizamos el instrumental dispuesto para el aprendizaje. Fue así posible aportar con mucho entusiasmo y no poco sacrificio, (todo se hacía o muy temprano o muy tarde, fuera de horas de actividades o guardias o festivos y con el más total desinterés), a una obra de gran significado marítimo, deportivo, turístico y regional.” A J.D. Budge y a L. Rodríguez Peña, como practicaban buceo se les solicitó que eliminaran unas rocas que molestaban la entrada de los yates al fondeadero en cercanía al muelle de la pluma. Se les facilitó un compresor, una perforadora y dinamita. Cuando iban a volar las rocas, pedían detener el tráfico ya que las rocas podrían saltar hasta el camino. Para celebrar con los socios lo expedito que quedó el costado del muelle se les regaló una insignia del Club para el ojal. Cabe destacar que la prestigiosa revista Zig-Zag en su publicación del 25 de Septiembre de 1959 decía: “ En Caleta Higuerillas un grupo de viñamarinos tiene su club de yates. Todo lo han logrado con su propio esfuerzo, cada uno ha puesto algo. El ingeniero su técnica, el marino sus conocimientos náuticos, el arquitecto su arte, el constructor su trabajo, el abogado sus conocimientos legales, el político su influencia, el comerciante y el industrial los materiales y el trabajo. Es una verdadera mancomunidad de esfuerzos para ponerle linda ropa a un bello paisaje”. El primer Capitán de Bahía fue Kurt Reichhard quien se encargó de los fondeaderos y de las maniobras tales como plumas y botes de servicio. Desempeñó su cargo con energía y entusiasmo. Tras la fusión de los Clubes se nombró Comodoro a don Jorge M. Délano Ross, responsabilidad que siempre realizó con singular eficiencia y señorío. El primer Contramaestre fue Robinson Poblete (Cirilo) de brillante desempeño. El primer cuidador fue Iván Azocar y un marinero muy querido fue “Pocholo”. 37


embarcó en el Angamos y lo trajo a Valparaíso, instalándose en breve tiempo en la pluma. Gracias a esta diligente gestión de S. Cabezas, se facilitaron enormemente las maniobras de echar al agua o izar las embarcaciones. En el año 1961 S.Cabezas presenta en proyecto de fórmulas de pago para estudiantes con el fin de fomentar el deporte de vela. Para acogerse a estas franquicias había 20 postulantes. Agustín Edwards apoyó también esta idea como una forma adecuada para impulsar y apoyar a los socios estudiantes. Consecuentemente se acordó elaborar un Reglamento para Socios Juveniles, tarea que se encargó a H. Cubillos y J. Gardeweg, A. Edwards y J. Guarello para redactarlo. El reglamento propuesto por J. Guarello fue aprobado en 1963 y se acordó ratificarlo por la Asamblea. Así el CYVM sembró la cepa que conduciría a la proliferación de deportistas y hombres de mar. Hubo también en los comienzos numerosas donaciones voluntarias que se mencionan en algunos capítulos de este relato y otras que se sumaron a ellas tales como: En 1960 la Armada donó un cañón de salvas para ser usado en el campeonato de Lightning de ese año y un faro de acetileno que se instaló en la puntilla de la piscina. Sergio Markmann donó en 1962 un extractor de aire para la cocina del Club House y una moderna batidora “Sindelita”. Juan Dagorret a su vez donó unos cueros y Julián Larrain se encargó de decorar con ellos el bar. También Agustín Edwards donó un magnífico anemómetro que inicialmente fue instalado a un costado del Club House. Por último y muy importante, el Capitán de Bahía Eduardo Gandras donó el motor Volkswagen que en 1963 fue instalado en la Pluma, facilitando enormemente las faenas de echar al agua e izar embarcaciones. En cuanto a los Concesionarios del Club House, en 1960 se contrató a la Sra. Emilia Espinoza quien solo duró un mes. La siguió, a cargo de la Concesión, El Sr. Turenne a cuyo contrato se puso término abruptamente en 1962. Esto creó una situación embarazosa para el Club por lo que el Directorio decidió confiar esta función a la familia Vera, dueña del Restaurant “Océano” que había acogido al CYVM en sus comienzos. Vistos los buenos resultados de esta decisión, el Director Hernán Sánchez y su 38


esposa Mariana se ofrecieron para aconsejar y ayudar a la familia Vera para que sus oficios fueran cada vez mejores.

El Club de Yates de “Viña del Mar” )

(Diario “La Unión” 5 Febrero 1957

“En la tarde del sábado 2 de Febrero recién pasado vimos con gran agrado, aparecer por el extremo sur de la Puntilla de Con-Con, dos hermosos yates que navegaban al impulso de una suave brisa sobre sus velas blancas. Su nombres, “Antares” y “Cruz del Sur”, tan llenos de significado náutico, son los que el Club de Yates “Viña del Mar” ha decidido colocar a sus dos primeros bajeles, y ese a propósito de aquella navegación y de este nuevo Club de Yates, que ahora estamos escribiendo, solo con el ánimo de informar a todo aquel que paseando por el camino hacia Con-Con, y llegando a la altura de Caleta “Higuerillas”, se pregunte el origen y procedencia de esas embarcaciones que son sus movimientos han dado nueva vida al panorama hermoso de nuestra costa viñamarina. Hace dos años, el 11 de Enero de 1955, se fundó el Club de Yates “Viña del Mar”, animado en los grandes ideales del “yachting” como deporte y en los grandes ideales del mar como escuela de formación moral y física, Así, imitando al puerto de Valparaíso quien hace años diera la iniciativa con la formación de un Club de Yates que desarrolla sus actividades en la zona portuaria y que cuenta con un refugio en el balneario de Recreo, un grupo de personas de nuestra ciudad unió sus fuerzas para hacer realidad el sueño, que ya parecía irreal de poder contar en Viña del Mar con una flota de embarcaciones que en los días de Verano animaran con su decorativo pasar el ya bello paisaje de este litoral rocoso. Resulta oportuno contestar a la pregunta lógica que el hombre del terruño se hará, al repentinamente despertar y asombrarse que un lugar de clima tan benigno, de vientos tan favorables y de panoramas envidiables en todo el mundo, no exista desde hace años una actividad náutico deportiva intensa, en cambio del pasar aislado que a veces alcanzamos a distinguir de una vela pequeña en el horizonte. Sin duda razones poderosas hay que no podemos eliminar y que con facilidad alejan a muchos de los que llegan al mar con la idea de navegar cómodos. Podemos nombrarlas, aunque preferiríamos ignorarlas para que no tuvieran tanta importancia: nuestra falta de puertos abrigados y seguros, la braveza del Pacifico, el agua helada que nos de la corriente de Humboldt y la furia de algunos vientos que conocemos como “surazos”. Pero si estos factores fueran realmente decisivos no podríamos comprender como existe nuestra Marina Mercante con su generación de hábiles marinos o nuestra Armada de Guerra, cuyas condiciones de navegantes son mundialmente reconocidas 39


y a cuyo espíritu debemos una Historia Naval, tan magnífica como la de una o dos naciones en verdad marítimas. Luego la respuesta al despertar oportuno del hombre del terruño, que ya mencionamos, debemos buscarla en otra parte y la experiencia nos ha enseñado que por paradojal que ello resulte, la solución a esta interrogante del mar yace en la tierra angosta de nuestro suelo. Nuestra actividad nacional es esencialmente terrestre y no son necesarias mayores demostraciones, porque en el fondo siempre lo hemos reconocido. Tampoco es necesario hacer resaltar la convivencia de una mayor actividad náutica que complemente el trajín del suelo, pero sí queremos hacer notar el despertar que nos ha tocado presenciar en todos los rincones con sus múltiples demostraciones de las cuales quizás el Club de Yates “Viña del Mar” también sea una de ellas. Si no podemos eliminar la furia del mar, la fuerza del viento, el frío del agua y el desamparo de nuestra caletas, podemos sin embargo azuzar nuestras inquietudes marítimas, vencer el temor de las olas, sobreponernos a nuestra característica de cómodos y organizándonos anularemos cualquier inconveniente. Así el frío disminuye con la ropa de lana, los vientos y el mar parecen menores desde una embarcación firme y la técnica moderna coopera a solucionar el problema de nuestras inquietudes portuarias. Todo esto para terminar despertando y saber que no hay disculpa. Hace años que siempre observamos a los mismos aficionados aparejando sus yates y que eran calificados como valientes. También vemos siempre a los cadetes de la Escuela Naval donde el interés por el mar no puede desaparecer, pero caras nuevas no existían. Por eso hemos dejado correr la pluma para destacar el trabajo de un grupo pequeño de gente nueva, que nos ha entregado el Club de Yates “Viña del Mar”. Su nombre está inscrito sobre una pared provisional que no podemos dejar de notar a nuestro paso por Caleta “Higuerillas”; allí en el viejo refugio de los pescadores nace esta institución que si logra mantener el ritmo de crecimiento que hasta ahora lleva, será un orgullo para Viña del Mar y motivo de gran atracción turística cuando comience a celebrar un acabado programa de regatas internacionales. Ya existe el fondeadero, la casa de botes comienza a levantarse y el interés, que nos parece lo esencial, nunca ha decaído. La actividad actual es reducida, cierto, para un ojo turista; pero para aquel que conoce los problemas de organizar cualquier empresa, parecerá importante. Los yates navegan, los aficionados al buceo en profundidad gozan de una pesca abundante y los amantes de la velocidad surcan el agua sobre esquíes al remolque de algunas lanchas veloces. Por todo esto, la primera navegación de estos yates hasta su refugio en “Higuerillas” nos parece un símbolo de progreso y de realizaciones efectivas. Los socios del Club de Yates nos han pedido al interrogarlos, que desean hacer público sus agradecimientos a la Armada Nacional, que siempre ha cooperado sus iniciativas y también al Club 40


de Yates de Valparaíso, cuyo ejemplo han seguido y a quien, debido a su ayuda y hospitalidad, deben los primeros pasos recién dados. Y a todos los navegantes quieren comunicar, que en la costa existe ya otro refugio dispuesto a recibir a aquellos cuyos barcos navegan impulsados por estos ideales que han formado Club de Yates “Viña del Mar”. Que nuestras palabras sirvan de estímulo para que esto que hace años deseábamos ver en la ciudad jardín se haga pronto una realidad”.

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Yates y embarcaciones de apoyo.

Según relata Leandro Pons, “Él se inició en la práctica de la vela junto a 2 amigos: Pedro Güell, experimentado navegante recién llegado de España y Roberto Piazza. Se hicieron socios del Club de Yates de Chile cuya sede era la famosa Casa de Botes de Valparaíso. Con Roberto tomaron un Curso de Patrones de Yates de Bahía que dictó el Dr. Renzo Tomasello. Navegar en esos años era complicado pues no había apoyo de radio, teléfonos portátiles, ni rescate marítimo; sin embargo, decidieron comprar un yate en Villarrica. Se trató del “Antares” que tuvo un trágico final varios años después. Los Domingos navegaban hacía los Lilenes y se amarraban a la balsa de la playa, se bañaban y comían su cocaví, iniciando después sus singladuras de regreso a Valparaíso contra el viento SW, ciñendo en varias bordadas llegando a veces a las 10 de la noche a puerto. Alrededor del Yacht Club de Chile estaban Gonzalo López, Federico Carvallo, Hernán Cubillos, Pablo Scassi y otros, conversando sobre la idea de tener un Club

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de Yates en Viña del Mar, lo que culminó en Enero de 1955. Con muy pocos recursos económicos más tarde se arrendó el 2do piso del Restaurante Océano de Higuerillas, en donde funcionó la primera Sede Social. En la Bahía de Higuerillas cada propietario de yate preparaba su propio fondeadero que consistía en un muerto de cemento, una cadena y un tambor de aceite de 100 litros con una argolla o arganeo para el amarre del yate. Para embarcarse lo hacían con la cooperación de los pescadores de la caleta y más de una vez se desembarcaban a nado. El yate adquirido por Leandro Pons y Pedro Güell en Villarrica era un crucerito con una pequeña cabina y 2 literas al cual le compraron un motor fuera de borda. Fue bautizado como “Antares”, iniciando con ello la idea de designar con nombres de estrellas a los yates de los socios del CYVM. Más adelante y cuando sus socios y sus amigos se fueron a vivir a Santiago decidieron vender el yate al club, pasando a ser el “Antares” el buque insignia de la incipiente flota del CYVM. Leandro, al quedar solo se compró una lancha; pero no se acostumbró pues no era lo mismo que el desafío de navegar a vela”. Leandro Pons, ha sido un muy activo socio del CYVM y lo es hasta el día de hoy a más de 60 años desde que empezaron las actividades veleras que culminaron con la fundación del CYVM. Por otra parte en el Club, como sus socios mantenían plenamente vigente sus deseos de poseer yates, se gestionó y se obtuvo un crédito en el Banco Edwards con el propósito de financiar la compra de un primer yate. Para ello cada uno de los socios firmó 12 letras equivalentes en total a un sueldo

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vital mensual. Podríamos decir que hoy sería un sueldo mínimo ($ 250.000.), lo que para algunos que recién empezaban a recibir un sueldo parecido, era un gran esfuerzo. Un guardiamarina ganaba entonces $ 17.000 mensuales. Con ello se compró en la Escuela de Grumetes de la Isla Quiriquina un yate Star usado que se bautizó como “Cruz del Sur”. Hernán Soffia relata que habiéndose constituido el CYVM un grupo de 4 socios adquirió el Star “Cruz del Sur” y después se lo vendieron a otros socios. Estimamos que más bien se trató del “Antares”. Con motivo de la fusión del CYVM con el Club de Deportes Náuticos Viña del Mar que funcionaba en la laguna de Sausalito a fines de 1957 el CYVM liquidó Alfa Centauro ¡Al agua! su patrimonio asignando en 1958 el yate “Antares” a H. Cubillos, J. Deláno Ross, G. Lopez y H. Soffia y el yate “Cruz del Sur”, a los 10 socios restantes. A esa fecha el total de socios eran 14. En esto no hubo dinero por medio. Ni S. Mendoza, ni S. Cabezas, ni J. Guarello recuerda como se hizo esto. El querido “Cruz del Sur” también tuvo un trágico fin en las rocas años después, descubriéndose que sus destrozadas maderas entregaban un delicado olor a sándalo. Fue un noble yate que se caracterizaba por su casco azul. “Al poco tiempo de fundado el Club, Pedro Ibáñez, en aquel tiempo Senador por Valparaíso y Rector de la Escuela de Negocios de Valparaíso precursora de la Universidad Adolfo Ibáñez, en conocimiento de que no contábamos con yates aún, tuvo el generoso gesto de facilitar al naciente CYVM su pequeño y tan querido crucero “La Niña” con la condición de que se lo mantuviéramos, lo que hicimos con mucho esmero y cariño”. Esto fue un gran aporte, ya que si bien el Star era un buen yate de élite para regatas, no era muy apropiado ni conveniente para hacer instrucciones a principiantes, en cambio “La Niña” era más segura y podía aceptar un mayor número de tripulantes a bordo. La flota comenzó a crecer y en 1959 fue al agua el “Alfa Centauro” de Vilma y Ricardo Corssen y J. Guarello seguido por el “Polaris” de los Drs. Gonzalo Astorga y Francisco Christie. Ambas embarcaciones fueron construidas en el Astillero de Las Habas y las primeras embarcaciones a vela del CYVM después del “Antares” y del “Cruz del Sur”. 44


Jorge Guarello y Fernando Cabezas tras una singladura

En 1960 llegó un yate clase Pirata : Red Witch de Germán Novión. Con motivo del Sudamericano de yates Lightning de 1960, la Federación Chilena de Yates ordenó la construcción de 10 embarcaciones de esa clase para poder facilitarlas a dotaciones extranjeras. Terminado este campeonato decidió venderlas. Es así como F. Carvallo adquirió uno que bautizó “Acamar”, H. Cubillos el “Cubichete”, R. Eberhard el “Aldebarán” y H. Hermosilla otro cuyo nombre original ha quedado en el olvido; pero que a principios de 1962 lo vendió a S. Mendoza y a S. Cabezas quienes lo rebautizaron como “Cygnus”. Lo repintaron color naranja. Luego A. Edwards aportó a la flota Acamar de F. Carvallo

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el “Huiro” y el “Geisha” y también Eduardo Escalona el Lightning Sagitario. Hernán Sánchez, Ventura Sánchez y Carlos Schiavetti adquirieron al “Alphard” que era comandado por Ventura Sánchez y tripulado por Carlos Schiavetti y Rodrigo Sánchez. Siguió Roger Berard que ordenó la construcción del “Norma” a Contreras, famoso carpintero de ribera. Con todos estos yates de la clase Lightning, el Club organizaba unas muy participativas y competitivas regatas que produjeron excelentes dotaciones que tuvieron destacadas actuaciones, ganando competencias nacionales y compitiendo en el extranjer En 1960 Sergio Mendoza y Sergio Cabezas trajeron de EEUU un singular yate que era una ballenera modificada a la cual le habían agregado un bauprés. Tenía una buena cabina con un par de literas. Estaba aparejada con una vela cangreja y era muy marinera. Después fue vendido al Socio Sr. Patricio Peralta H. y a cambio le adquirieron el Lightning a Héctor Hermosilla.

Acamar de F. Carvallo

Además fue inicialmente muy útil en la preparación de los fondeaderos y la maniobra de amarre de las embarcaciones.

En cuanto a las primeras embarcaciones de apoyo éstas fueron un bote: el Capitán Kuk, donado por el Comodoro J.M. Délano. Este bote prestó valiosos servicios en el traslado de los navegantes desde el tangón de embarque hacia los yates o lanchas. Acamar de F. Carvallo

El Capitán Kuk era generalmente tripulado por nuestro simpático y muy querido marinero “Pocholo”. Lamentablemente en 1958 a conscuencia de un temporal se perdió el “Capitán Kuk” y tras su naufragio, el socio Dr. Eduardo Escalona donó al 46


Club su bote “Anestesia” que prestó iguales y eficientes servicios. En 1962, el socio Raúl Jara, donó al Club un bongo pesquero al que en agradecimiento se le denominó “Jarito”. Éste, por su mayor tamaño prestó muy buenos servicios, en especial para cargar los elementos como muertos o boyas para el amarre de los yates o lanchas. Ese mismo año se adquirió un Bote Salvavidas que se bautizó como “Capitán Nemo”, quedando a cargo del Capitán de Bahía y Director B. Elizalde quien para tripularlo se encargó de formar un cuerpo de salvavidas voluntarios, entre los socios juveniles, para tripularlo. Durante un fuerte temporal el “Capitán Nemo” se hundió perdiéndose la lancha de rescate y de salvataje. Otro fuerte temporal en 1964, ocasionó la pérdida del yate “Almeja” y ese mismo año se robaron el bote salvavidas que había reemplazado al siniestrado “Capitán Nemo”. Posteriormente fue hallado en Las Salinas solo y sin remos. En 1965 el Cap. de Bahía Benjamín Elizalde dio cuenta de la pérdida del yate de Arturo Orrigorriaga al cortarse su arganeo durante un temporal que lo llevó a las rocas, destruyéndose totalmente.

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Fusión del CYVM con el CDNVM

A principios de 1958 el socio Jorge M. Délano Ross se enteró de que estaba formándose una institución náutica denominada Club de Deportes Náuticos Viña del Mar, para la práctica de navegación en lanchas a motor y práctica del esquí acuático. Desarrollaban sus actividades en la laguna Sausalito de Viña del Mar; pero que no tenían ninguna instalación náutica. Reunían a 21 socios entre los cuales estaban: Ernesto Bauer Andrés van Dohren Eduardo Escalona Boris Godoy Samuel González Héctor Hermosilla

Enrique Hernández Edward Jones Antonio Karmy Enrique Kreft Luis Margossini

Gonzalo de Peña Kurt Reichhard Hernán Sánchez Ventura Sánchez Hernán Santibañez

Carlos Schiavetti Mauricio Schiavetti Heriberto Schmutzer Jaime Veneziano Jorge Vigil

Propuso a Hernán y Ventura Sánchez Luco, ambos corredores de la Bolsa ambos distinguidos deportistas y a Gonzalo López, distinguidos deportistas, la idea de unirse de inmediato al CYVM que ya estaba desarrollando algunas instalaciones y facilidades en Caleta Higuerillas en un solo Club. La idea prosperó feliz y rápidamente y a fines de 1957 o principios de 1958 se produjo la fusión formal y el ingreso de todos sus 21 socios al CYVM que los recibió en su naciente sede náutica de Caleta Higuerillas aumentando con ello a 35 sus socios lo que fue un paso crucial en su crecimiento. Al fusionarse ambos clubes su nuevo Directorio quedo integrado por: Presidente, Gonzalo López, Secretario, Saturnino Améstica, Tesorero, Federico Carvallo, Directores, Eduardo Escalona, Hernán Sánchez, Carlos Schiavetti, Hernán Soffia y Jorge Vigil Se designó a Jorge M. Deláno Ross, Comodoro y a Kurt Reichhard, Capitán de Bahía. Esta fusión se celebró con una concurrida comida en el Club de Viña del Mar.

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Concesión marítima

Apenas fundado el CYVM y adoptada la decisión de instalarse en Higuerillas, H. Cubillos inició las gestiones verbales para obtener la autorización para hacerlo y obtener la concesión Marítima de la Caleta. En Octubre de 1957 el Presidente del CYVM, G. López, dirigió una carta al Presidente de la Liga Marítima, mencionando el incremento de actividades náuticas desde que el Club se instaló en Higuerillas y solicitó que la Liga Marítima cediera al CYVM las facilidades para desarrollar toda clase de deportes náuticos en su zona de concesión de Higuerillas. Pidió también que la Liga Marítima autorizara al CYVM para construir dentro de su zona de concesión algunas obras que permitieran un mínimo de comodidad para el desarrollo de la actividad náutica. En Enero de 1958 la Liga Marítima otorgó al CYVM el derecho a usufructo de la concesión marítima y la autorización para iniciar pequeñas obras. Al año siguiente, el CYVM consiguió también que la Liga Marítima le autorizara ocupar un terreno de su propiedad ubicada en la ladera del cerro, frente al Club y construyó allí una casa prefabricada para el Contramaestre que asignaba la Armada al CYVM. En Abril de 1960, con gran habilidad, H. Cubillos solicitó a la Liga Marítima que el CYVM fuese aceptado como socio jurídico de esa Institución pagando una cuota única y vitalicia en Septiembre del mismo año. Desde el principio Hernán desestimó ir a una confrontación con una organización como la Liga Marítima, pese a que el Reglamento o ley de Concesiones establece que la organización que obtiene una debe iniciar obras que la justifiquen en el plazo de un año. La Liga Marítima gozaba de esa Concesión por más de 10 años y no lo había hecho. La aprobación final la obtuvo H. Cubillos luego de concurrir a una reunión de Directorio de la Liga Marítima en la que después de exponer sus planes, obtuvo la votación favorable para ceder la concesión de la Liga al CYVM.

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Cuando el 31 de Diciembre de 1965 venció la Concesión de Caleta Higuerillas en favor de la Liga Marítima, ella se abstuvo de renovarla. Finalmente el 23 de Febrero de 1967, por DS 151 se le otorgó al CYVM la Concesión Marítima de la Caleta Higuerillas lo que le permitió hacer mayores inversiones hasta llegar a ser una marina modelo como es hoy.

Vista aérea del CYVM

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Cursos de patrones de yates de bahía

Primer Curso de Patrones de Yates de Bahía 1954

Al término de su viaje de Instrucción de Guardiamarinas en el “AKA Pinto”, H. Cubillos fue trasladado a fines de Septiembre de 1954 a la Escuela de Artillería Naval, para realizar el Curso Politécnico para Subtenientes. Inquieto como siempre, Hernán entusiasmó a un grupo de amigos civiles a participar en un Curso de Patrones de Yates de Bahía y simultáneamente ellos le enseñarían a jugar Bridge. Las clases teóricas se realizaron en la casa de Federico Carvallo Fuenzalida, ubicada en 1 Poniente entre 1 y 2 Norte. Integraron este Curso, en que H.Cubillos actuó como instructor, las siguientes personas: S.Améstica, J.Bustos, F.Carvallo, Elsa Soffia de Carvallo, E. Concha, G.López, H.Soffia y Luisi Concha de Lopez. Las prácticas de navegación a vela se hacían en la bahía de Valparaíso, zarpando desde la Casa de Botes del Club de Regatas Valparaíso, utilizando los yates que facilitó la Escuela Naval, bajo la Dirección del entonces Capitán de Navío don Oscar Ferrari Chaigneau. Cuenta J.Bustos que después de las salidas a vela se iban al restaurante de la Estación Puerto a comerse unos ricos churrascos y a conversarse unos traguitos, para recuperar fuerzas y energías. Alternativamente otras tardes se juntaban en la casa de J. Bustos o de G. Lopez Iñiguez, para hacer las clases de Bridge. Fue en la casa de Gonzalo Lopez que acordaron formar un Club de Yates. Aunque este Curso se hizo poco antes de la fundación formal y legal del CYVM, fue de tal importancia, que marcó un hito en su gestación y sus integrantes fueron quienes, a poco andar, le dieron vida. Por eso lo recordaremos como el Primer Curso de Patrones de Yates de Bahía organizado por el naciente Club.

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Segundo Curso de Patrones de Yates de Bahía 1958.

Al regresar desde Punta Arenas donde era 2° Comandante del Patrullero “Lientur” y ser destinado al Crucero Prat, H. Cubillos se reintegró en Abril de 1958 con su natural entusiasmo a las actividades del CYVM. Muy pronto sugirió la idea de re- alizar un nuevo Curso de Patrones de Yates de Bahía que fuera integrado principal- mente por estudiantes universitarios o empresarios jóvenes que, potencialmente fueran una inyección de entusiasmo y progreso para el Club, lo que encontró el más decidido apoyo del Directorio. Para lograr lo anterior, inicio una campaña a través de la prensa local, dando a conocer esta iniciativa e instó a que los socios motivaran a sus amistades y pololas para que se inscribieran en el Curso que él dirigiría.

Sergio Cabezas, Hernán Cubillos, Jorge Délano Ross

S. Améstica Instructor

Pidió la cooperación de S. Mendoza, G. López, S. Améstica, F. Carvallo y S. Cabezas para que lo acompañaran como instructores de clases teóricas y en las prácticas de navegación a vela. Su proyecto era ambicioso y contemplaba tener a más de 30 alumnos. 52


A comienzos de Agosto se dio comienzo al Curso que contó con 35 participantes entre los cuales había varias esposas y amigas. Hernán alcanzó a darles la bienveni da y hacer la primera clase en la Escuela de Artillería Naval que para estos efectos asignó una sala. Lamentablemente, la Armada de la República Argentina desembarcó y destruyó un faro ubicado en el Islote Snipe del canal Beagle que ya había sido motivo de conflicto al haber desembarcado una patrulla. Ante eso, el Gobier- no dispuso el inmediato desplazamiento de la Escuadra al Sur, por lo que Hernán, embarcado en el Prat, zarpó con ella. Dejó a cargo del Curso a S. Cabezas quien contó con la ocasional cooperación de S. Mendoza para llevar adelante la tarea Las clases teóricas dictadas incluyeron nomenclatura náutica, fundamentos de la navegación a vela, Reglamento para evitar choques y abordajes, principios de meteorología y estados del mar, práctica de nudos marineros, para lo cual se contó con la colaboración de un contramaestre y dos marineros de la Escuela de Artillería Naval. Como Instructores de navegación a vela, además de los nombrados, participaron G.López, S.Améstica y ocasionalmente F.Carvallo.

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Los alumnos que integraron el curso fueron:

1.- Mario Alessandri 2.- Saturnino Améstica 3.- Hernando Apablaza 4.- Eduardo Band 5.- Clive Birrel 6.- Antonio Cambiaso 7.- Ernesto Concha 8.- Vilma Corssen 9.- Patricia Cubillos 10.- Francisco Christie 11.- Jorge Délano Ross 12.- Gonzalo Delaveau

14.- Raimundo de Solminihac 15.- Andrés van Dohren 16.- Benjamín Elizalde 17.- Eduardo Escalona 18.- Oscar Ferrari 19.- Patricia Ferrari 20.- Jorge Garnham 21.- Jorge Guarello 22.- Sybill Hammersley 23.- Héctor Hermosilla 24.- María Luisa Herrera 25.- Ernesto Arce

13.- Guillermo del Campo

26.- Eric Luco

27.- Gonzalo Martínez 28.- Inés Purcell 29.- Félix Rodríguez 30.- Flora Rioja 31.- Enrique Romero 32.- Marcela Sigall 33.- Hernán Soffia 34- Ventura Sánchez 35.- Pablo Scassi

Alumnas M. Sigall, I. Purcell, P. Cubillos, instructores S. Cabezas, G. López.

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Reglamento de Choques y Abordajes

Al comienzo de cada clase teórica se hacía un pequeño interrogatorio que servía como repaso de la clase anterior. Al revisar el Reglamento para evitar choques y abordajes que en forma de verso dice “Si ambas luces de un vapor, por la proa has avistado, has de caer a estribor, dejando ver tu encarnado” y luego : “Si da el verde o el rojo con su igual, entonces nada se pierde, sigue rumbo cada cual”. Se les daba como tarea a los alumnos aprenderlo de memoria y al ser interrogado, el simpático Benjamín Elizalde respondió: “Si ambas luces por la proa has avistado, entonces nada se pierde sigue avante cada cual”. Su decidida respuesta que en la práctica provocaría un choque frontal, produjo una gran hilaridad. Fue sancionado con escribir 3 veces los versos completos y se llevó un gran aplauso por su simpática improvisación. Para el desarrollo de las clases de navegación a vela se contó con la colaboración del Club de Deportes Náuticos de la Armada que gracias a su Presidente R. Kelly, facilitó 2 yates Lightning y dos yates clase Pirata, muy apropiados por su capacidad, para estas prácticas de navegación. Éstas se hacían en Higuerillas con 2 turnos los días Sábado y Domingo en la tarde y un turno el Domingo en la mañana. De esta forma todos los alumnos nuevos participaban en 2 turnos de 2 horas cada fin de semana, ya que algunos tenían experiencias previas y salían una sola vez entre 55


el Sábado y el Domingo. Estas clases de navegación a vela fueron igualmente rigurosas y metódicas, iniciándolas con una demostración de cómo navegaba un yate recibiendo el viento de diferentes direcciones: a la cuadra, a un largo y ciñendo contra el viento. En cada Lightning se embarcaban 5 alumnos y en los Pirata 3. Cada alumno tomaba la caña y experimentaba las diferentes sensaciones, mientras otro tomaba la escota de la vela mayor y un tercero la escota del foque. Luego que adquirían cierta destreza y mayor confianza, se les enseñaba a “virar por avante” y cuando alcanzaban mayor experiencia a “virar por redondo” lo que es de más cuidado. Se les hacía tomar una boya que especialmente se había fondeado para este efecto y luego la de su fondeadero. Finalmente debería maniobrar el yate para aproximar a un salvavidas y rescatar un hombre al agua, lo que felizmente nunca sucedió en la realidad. En una de estas prácticas el yate comandado por S. Mendoza navegaba a dos o tres millas de la Caleta con un muy buen viento de 12 a 15 nudos y se le empezaron a cortar los obenques de estribor (los que sujetan el palo hacia las bandas). Para evitar un desastre, tomó el control, viró a estribor y continuaron despacio; pero alejándose de la caleta. En esa circunstancia bastante complicada, la única que realmente le cooperó fue una mujer tripulante de unos 30 años...(puede haber sido Flora Rioja). Con cabos amarraron los obenques cortados y los tesaron lo mejor que pudieron, con lo que maniobraron hasta lograr un rumbo adecuado para regresar. ¡Fue una buena prueba de fuego! que gracias a la hábil y decidida tripulante, se pudo salvar la emergencia. A fines de Diciembre el Curso completo rindió con gran éxito un examen teórico ante las autoridades de la Gobernación Marítima en la Escuela de Artillería Naval y otro práctico en Higuerillas. Al ser aprobado todos los alumnos este Curso, fue el más numeroso que había sido dictado por algún Club hasta la fecha. Solo 2 alumnos universitarios (Guillermo del Campo y Jorge Guarello) no pudieron dar el examen práctico en la semana por tener pruebas finales en sus Universidades, pero lo dieron a los pocos días obteniendo todos, su esperado título. El Curso finalizó con una simpática Comida de Camaradería en el Club de Golf de Granadilla que sirvió de despedida a sus instructores Sergio Cabezas y Sergio Mendoza quienes el 4 de Enero volarían a EEUU para seguir un curso de Aviación Naval en la Base Aeronaval de Pensacola, Florida. Gonzalo Delaveau, alumno del curso, recuerda: “Corría el otoño de 1958 y ya egresados universitarios muchos de nosotros o profesionales jóvenes otros y simpáticos viñamarinos dedicados a la Cruz Roja o 56


Cursos de Capacitación Personal o universitarios, todos con mucha vida social entre la ju- ventud Viñamarina, fuimos invitados a participar en un curso de Patrones de Yates de Bahía, que promovía el Club de Yates de Viña del Mar, que iniciaba sus primeras actividades náuticas en la Caleta de Higuerillas en Con-Con. Sus pioneros de la época encabezados por el Teniente de la Armada H. Cubillos S, junto a los tenientes S. Mendoza y S. Cabezas y activos participantes como G. López, S. Améstica, B. Elizalde, y V. Sánchez entre otros, fuimos invitados a participar en dicho curso que se dictaría en la entonces Escuela de Artillería Naval en Av. Jorge Montt. El curso fue muy numeroso con varias damas y muchos amigos. Un grupo humano muy simpático, con mucho interés guiados por la “sapiensa innata” de Hernán Cubillos que nos hacía preguntas capciosas para ver si entendíamos la técnica de maniobrar “contra el viento” (ceñir). Ello se demostraba en las clases prácticas los sábados por la tarde o domingos donde concurríamos a Higuerillas, vistiéndonos con la tenida de “navegación” de la época en que no había ni muchos menos lo que hoy existe. Zapatillas de tenis blancas, (no había otro tipo como hoy,) pantalones del buzo llamado “salida de cancha”, que usáramos en el Colegio o en Deporte en la Universidad, alguna polera y con suerte una chaquetilla para evitar el viento y evitar algo de agua. Adornaba a tan bellas personas un jockey o gorro que a la primera de cambio, se volaba de nuestra cabeza.” Las clases prácticas eran en yates “Pirata” y “Lightning” que fueron facilitados por la Armada. En todo caso se trataba de pesadas embarcaciones de madera, con un aparejo en regular estado y por qué no decirlo de difícil manejo para estos aprendices de navegantes. El “Club House”, era el 2° piso de un restaurant, cuyo nombre no recordamos, pero era pequeño, con solo una pieza muy chica, para que las damas se cambiaran ropa, el resto de los varones amontonados y desordenados tratando de dejar su ropa en un lugar que fuera de fácil reconocimiento después de la práctica naval”.

Pero no solo íbamos a clases, teníamos que ayudar a bajar al agua, con un huinche manual, las pesadas embarcaciones ya que al comienzo no había grúa mecanizada y todo se hacía a mano, bajo las órdenes de don Cirilo un contramaestre que nos trataba como si fuéramos marineros haciendo el servicio militar, pero con mucho respeto. El aprendizaje, sinceramente no era difícil, salvo algún error el timonel de turno que hacía una mala maniobra y todos al agua. Aprendimos también como 57


enderezar la embarcación cuando ésta se daba vuelta y quedaba acostada en el agua. Ahí salían a flote algunos sándwich y bebidas que llevábamos de contrabando en el Yate. Tercer Curso de Patrones de Yates de Bahía 1959 En el mes de Febrero de 1959 el Directorio encarga a J.Guarello la organización de un Curso de Patrones de Bahía que dictará H.Cubillos. En Marzo se reúnen con éxito 25 alumnos. Se adquirieron textos de nomenclatura náutica del 1° año de la Escuela Naval para entregarles a los participantes. El curso incluía nociones

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de primeros auxilios. Para las prácticas de vela se contó con los Yates del Club de Deportes Náuticos de la Armada y la de los socios dueños de yates del CYVM. Los instructores fueron H. Cubillos, J.Guarello y S.Améstica. Las clases empezaron en Junio y terminaron en Septiembre con la tradicional comida de graduación. El curso estuvo integrado por los siguientes alumnos: 1.- Gonzalo Astorga 2.- Maruja Allemani 3.- Hernán Cruz, 4.- Sergio Chiessa, 5.- Diego de Castro 6.- Raúl Eberhard 7.- Jorge Espic 8.- Yoyo Fortezza 9.- Rosita Herrera 10.- Gonzalo Ibáñez

11.- Ilse Ivens 12.- Francisco Labbé 13.- Julián Larraín 14.- Luis Marchant 15.- Sergio Marckman 16.- Germán Novión 17.- Carmen Oyarzún 18.- M. Angélica Palacios 19.- Germán Pfingsthorn 20.- Gerd Reinke

Fotografía : Reunión social

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21.- Heidi de Reinke 22.- Carlos Schiavetti 23.- Martita Searle 24.- Jorge Tapia 25.- Raúl Valenzuela


Asamblea General de Club de Yates, 15 de Enero de 1960 Hernan Cubillos, Presidente, Benjamin Elizalde, Secretario, Hernàn Sànchez, Eduardo Escalona, Carlos Schiavetti, Gonzalo Lòpez, Hernàn Santibañez, directores, Jorgue M. Dèlano, Comodoro

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Obras civiles e infraestuctura

Lo primero que se hizo en 1955 fue mejorar el tangón de embarque para darle mayor seguridad. Enseguida se mejoró el acceso a los terrenos que ocuparía el Club y se reforzó el muro de contención.

Es realmente inexplicable como se hicieron ciertas inversiones costosas si no se contaba con ningún derecho sobre la Caleta ni sobre los terrenos adyacentes. Muestra la inmensa fe que se tenía en que más tarde se obtendría la Concesión.

Acceso al Club

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Obra importante fue la construcciรณn del espigรณn en donde se instalรณ la pluma para lanzar embarcaciones al agua y luego izarlas.

Inaguraciรณn de la pluma

Posteriormente en 1958 el Directorio, fortalecido por la fusiรณn de los Clubes, dio curso a mediados de Agosto al aprobado proyecto del arquitecto Mario Riveros para construir un Club House, designando para ello a F. Carvallo como su constructor.

Club House

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En 1959 el Directorio priorizó la construcción de muros, rellenos, estacionamientos de autos y yates para un mejor desarrollo de las actividades náuticas y poder afrontar el Sud Americano de Lightning programado para 1960. El Club recibió entonces un anticipo de E° 17 millones a cuenta de E° 30 millones que habría aprobado la Tesorería General de la República para contribuir al desarrollo del CYVM. En 1960 se construye un nuevo muelle que elimina el tangón de embarque y finaliza la obra gruesa del Club House. A Jorge Gardeweg se le encargó construir las escalas reales para el muelle. La construcción del muelle significó un grave problema económico para el CYVM que fue superado por 4 Directores que avalaron un préstamo del Banco de Chile y cuotas extraordinarias aportadas por los socios.

Sustitución del tangón y nueva plataforma de embarque

Piscina en contrucción

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Vista Aérea del Club de Yates Higuerilla

En 1961, superados los problemas financieros, se acordó construir una piscina. Se inició en 1962 terminándose su obra gruesa en 1963 con la participación de personal del Club. Luego se construyó otro muro frente al Club. Se iniciaron rellenos en torno al Club House y se le conectó agua potable de la red de los Lilenes, con un medidor independiente. En 1963 se instaló en la pluma un motor Volkswagen donado por Eduardo Gandras lo que facilitó enormemente las faenas de echar al agua e izar las embarcaciones Familia Mendoza

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Administración y Personal

Al trasladarse definitivamente los primeros yates del CYVM a Caleta Higuerillas, su primer Capitán de Bahía fue Kurt Reichhard. A mediados de 1958 fue reemplazado por Andrés Van Dohren hasta Marzo de 1959 y luego relevado por Benjamín Elizalde. Al fundarse el Club en 1955 fue designado Comodoro Luis Rodríguez-Peña; pero poco después que don Jorge M. Delano Ross ingresó al Club como socio lo reemplazó en este cargo. En 1957, con el apoyo de la Armada, se contó con un Contra- maestre, Robson Poblete, más conocido como Cirilo. El primer cuidador fue Iván Azocar y el primer marinero “Pocholo”. En 1961 hubo un lamentable y fatal accidente al disparársele casualmente su arma el guardia de la Armada puesto a disposición del CYVM ya que también custodiaba las embarcaciones del Club Naval de Deportes Náuticos. En 1962 el Directorio acordó contratar un Administrador y confirió este cargo a Carlos Cisternas. El cariño que esta persona tomó por el Club, su identificación con él y la dedicación que le dio fueron fundamentales para el desarrollo que desde entonces tuvo la institución.

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Actividades náuticas hasta 1965

Habiéndose ya fundado el Club de Yates de Viña del Mar en el verano de 1955, la primera actividad náutica en que participó el Club fueron unas regatas en la Bahía de la Herradura de Coquimbo a las que concurrieron varios de los socios fundadores con sus esposas, algunos hijos de muy corta edad y otros socios que ingresaron inmediatamente después de su fundación formal. Entre ellos estuvieron H. Cubillos, G. López, F. Carvallo, J. Bustos, H. Soffia, L. Rodríguez-Peña, S. Améstica, F. del Puerto y E.Concha. Los yates que se utilizaron fueron algunos Star de la Escuela Naval y otros del Club de Deportes Náuticos de la Armada que aportó algunos yates clase Pirata. Según Hernán Soffia y Gonzalo Lopez, el yate que les prestaron era un verdadero tarro. En 1959 la Fedeyates acordó dar al CYVM la sede del Campeonato Sud Americano de Lightning que se haría durante el verano de 1960. Sin embargo en Octubre de 1959 el Yacht Club de Chile (Recreo), se opuso a que el CYVM fuera la Sede. Sumado esto a la falta de recursos, Hernán Cubillos informó a la Federación que el CYVM no podría organizarlo. Entonces la Federación designó al Club de Yates de Algarrobo para que lo organizara. El Capitán de Bahía Benjamín Elizalde dispone el fondeo de 42 muertos en rejera y habilita 60 fondeos para el campeonato en ciernes. Fondeo de boyas para el campeonato

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Entre el 27 y 28 de Febrero se organiza un Festival Náutico con participación de lanchas, yates y aviones navales que tuvo gran acogida de público.

Pedro Sisti Campeón Argentino Lightning, I. Purcell, V.Wilhelmy. J.Guarello Sra.Sisti

En Mayo de 1960 el CYVM solicita a la Fedeyates que la sede del Campeonato Nacional de Lightning programado para Febrero de 1962 sea Higuerillas En lo náutico, los socios del CYVM participaron siempre en todas las regatas de la zona y obtuvieron lugares destacados también en los eventos más importantes, especialmente la Copa Navarro. En 1958 se acordó participar en el Campeonato Nacional de yates Lightning a realizarse a comienzos del año siguiente en Pichidangui. Por el CYVM concurrieron el Loa Lid, Norma, Huiro, Cubichete y Alphard. A cargo de la delegación fue Hernán Sánchez, nominado para la ocasión Vicepresidente del CYVM en reemplazo del Presidente titular Gonzalo López. Cubichete en apuros

J. Tapia, H. Cubillos, A. Poklepovic, J.Larrain

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Los yates Cubichete, Loa Lid, Huiro y Alphard tuvieron una brillante actuación en el Campeonato Nacional de Lightning en Pichidangui, donde este último de Ven- tura Sánchez, con Carlos Schiavetti y Rodrigo Sánchez como tripulantes quienes salieron Vice Campeones para representar a Chile en USA. En 1959 la Fedeyates acordó dar al CYVM la sede del Campeonato Sud Americano de Lightning programado para el verano de 1960. Sin embargo, en Octubre de 1959 el Yacht Club de Chile ( Recreo ) se opuso y solicitó la sede para ellos. Sumando esto a la falta de recursos, nuestro Pdte. H. Cubillos, resolvió informar a la Fedeyates que el Club no podría organizarlo, designándose para ello al Club de Yates de Algarrobo. Entre el 27 y 28 de Febrero de 1960 se organizó un gran Festival Náutico con participación de lanchas, yates y aviones, el que tuvo gran éxito acogida del público. En Mayo de 1960 el CYVM solicitó a la Federación que la sede del Campeonato Nacional de Lightnings programado para 1962 , fuese Higuerillas, lo que ocurrió. En lo náutico, los socios del CYVM participaron siempre con gran entusiasmo en todas las regatas de la zona y eventos más importantes, especialmente la Copa Navarro, obteniendo lugares destacados. En Febrero 1962 se organizó una regata de lanchas “zapatillas”. A fines del año 1962 el CVYM ya contaba con 210 socios y una flota de 120 embarcaciones. Su Pdte. era J.M. Délano Ross y su Comodoro B. Elizalde. Se organizó el Campeonato Nacional de Lightning para seleccionar a los que participarían en el Sud Americano de Lightning en el Callao. Por el CYVM participaron V. Sánchez, H. Cubillos y Pedro Ibáñez. Los yates fueron llevados sin costo por la naviera Grace. El Comodoro Elizalde pidió la 68


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disponibilidad de los yates de G. Astorga, F. Carvallo, H. Cubillos, E. Escalona, R. Eberhard, A. Edwards, J. Guarello y V. Sánchez, para realizarlo. El Club se fue consolidando en lo institucional y en lo deportivo. En Diciembre de 1962, con motivo del Campeonato Nacional de Lightning en Antofagasta, del 08 al 15 de Enero de 1963, viajó a esa ciudad una numerosa delegación de socios quienes gracias a las gestiones del director Agustín Edwards y del socio Juan Costabal, completaron un avión especial con las tripulaciones y sus esposas, todos uniformados y con las insignias del Club. Todo ello fue muy comentado y aplaudido por la prensa de esa ciudad. El Club se presentó con 5 Yates, teniendo todos, una buena actuación y se compartió con las tripulaciones de los otros Clubes en el Hotel Antofagasta, en un ambiente muy cordial, constituyéndose en uno de los campeonatos más brillantes y con mayor participación de embarcaciones. Una percepción más personal y directa es el relato de Rodrigo Sánchez, muy joven entonces que oficiaba a cargo del foque como miembro de la tripulación del Alphard que ganó muchos trofeos para el CYVM. Rodrigo no solo ganó regatas sino que supo ganarse el aprecio y la admiración de los competidores por su simpatía y su cordial personalidad. Dice así: “Narrado por Rodrigo Sánchez (“Guata” en el ambiente de las velas). Desarrollo de la Clase Lightning. A fines de los años 50, cuando ya se encontraba formado el CYVM y teniendo una pluma, los antiguos lancheros, acostumbrados al esquí acuático, encontraron que el mar de la rada de Higuerillas era muy diferente al de los tranques de La Luz, o el del Melón y comenzaron a pensar que los yates eran una opción más apropiada y entretenida que las lanchas. Fue así como ya en el año 60, había una incipiente flota de Lightnings en el club. Se encontraba el Cubichete, de Hernán Cubillos, el Alphard de los hermanos Hernán y Ventura Sánchez en sociedad con Carlos Schiavetti. También el Club disponía de un viejo modelo donado por la Armada. En 1960 se desarrolló un campeonato sud americano de la clase Lightning en Algarrobo, siendo ganado por el gran yatista Isidoro (Lolo) Melero, con Andrés Pulido y Gastón Salvatore como tripulantes. Con ese evento la clase tomó fuerza y en Higuerillas se incorporaron más yates a la flota como el Norma de Roger Berard y los yates Huiro y Geisha de Agustín Edwards. 70


A partir del año 61, el calendario de regatas de la clase era bastante activo en los meses de verano, organizándose un campeonato del Club y otros con el Club de Yates de Recreo. En ese tiempo, el gran yate a vencer era el de Radislav Pesut de origen Croata y que había navegado desde la infancia en su país natal. El campeón del Club se disputaba entre el Cubichete de Cubillos y el Alphard de los Sánchez y Schiavetti. La mayoría de las veces resultando vencedor el Alphard Una vez al año se disputaba el Campeonato Nacional, donde se juntaba toda la flota de Lightnings de la costa central,

Bambi de Isidoro Melero

De izq, a derecha. C. Schiavetti , V. Sànchez , R. Sànchez

ya compuesta por unos 12 yates. Entre los algarrobinos destacaba Lolo Melero, Manolo González, Pablo Gallyas, Marcelino Fernández, Ramiro Larios, Fernando Magnasco, etc. Normalmente los algarrobinos ocupaban los primeros lugares, pues contaban con más experiencia y tenían mejores equipos. En ese tiempo todos los yates eran construidos de madera, por lo que pesaban demasiado. Las velas que en un principio eran de algodón, ya a fines de los 50 aparecieron las de Dacron. Eso fue una gran 71


revolución. Aun no se utilizaba la fibra de vidrio en los cascos, ni tampoco el aluminio en el aparejo. Los palos y cascos solían ser de Alerce; pero los mejores modelos fueron construidos de Raulí y los palos de Pino importado de Argentina o USA. Existían varios “astilleros” de Lightnings. Los más famosos fueron Gallyas y Planas en Santiago. En la Quinta Región estaba el Maestro Contreras, de Santa Inés, quien le construyó el yate a Pesut, a Roger Berard y a varios otros que probaron tener buen performance. También el Maestro Vega fabricó buenos yates. Ya mayor se fue a trabajar exclusivamente para Agustin Edwards. En el año 63, se incorpora al club y a la flota Lightning la familia Montalbetti, quienes compran el Alphard II (del Maestro Contreras) y aprenden a regatear con Rodrigo Sánchez de patrón y Luis y Guido Montalbetti de tripulantes. Ese año ganaron el Campeonato Nacional que se disputó en Recreo. El año 64 entra en escena German Novión, quien le había comprado a Lolo Melero un yate construido por él. Este yate tenía el fondo de Raulí y las bandas de Álamo, madera sumamente liviana, pero blanda. Lolo utilizando su habilidad e ingenio, diseñó y fabricó este bote al que luego cubrió con resina sintética para impermeabilizarla y darle más rigidez. Germán lo bautizó como Red Witch II, ya que el primero era uno de la clase Pirata. Germán convidó a “Guata Sánchez” y a Danny Elton a la tripulación y juntos tuvieron la más destacada performance que cualquier otro yate del club. De hecho ganaros 5 campeonatos nacionales y en el año 1972 el Campeonato Sud Americano de la clase que se desarrolló en Algarrobo. En esa oportunidad el tercer tripulante fue Teddy Elton. A mediados de los años 60, comenzaron a llegar a Chile los primeros yates traídos de USA, de fibra de vidrio y con aparejo de aluminio. Fue una revolución tecnológica, pues la diferencia de peso y también un diseño diferente, dentro de las tolerancias que permitía la clase, hicieron desaparecer de escena a los yates de madera, siendo estos relegados a la instrucción en los clubes o al paseo. Los yates americanos más destacado eran los fabricados por Tom Allen (multicampeón mundial de la clase) y el Lipincott, más fino en terminaciones, pero más lento que los Allen. Toda la flota que ya por esos años había crecido a más de 20 yates, cambió; pero en Higuerillas la clase Lightning quedó estacionada en prácticamente dos competidores, German Novión y los Montalbetti. Los Montalbetti, fieles a su origen, importaron un yate de Italia. Era precioso de terminaciones. Tenía los tajamares, verduguetes y bancadas de caoba; pero nunca rindió en las regatas. Al menos Novión y su tripulación fue el que más que sacó la cara por Higuerillas. 72


Desarrollo de la clase Finn.

Por el año 1963 comenzó a hacerse famosa en Sud América la clase Finn, diseño nórdico de Paul Elvstrom. Era un yate para una sola persona y una gran vela mayor, embutida en un palo sumamente flexible. Casco redondo muy rápido y planeador; pero sumamente inestable y pesado para adrizar. Ya era una proeza subirse a cubierta y pasarse a la proa para izar la mayor, sin caerse al agua. Esta clase fue nominada clase olímpica, por lo que tuvo un fuerte y rápido desarrollo. El año 64 fue anunciado que en Buenos Aires se realizaría el primer Sudamericano de la Clase Lightning. En Chile, fueron varios los que se entusiasmaron y compraron yates confeccionados localmente. Por supuesto que en esa época ya existía la posibilidad de la fibra de vidrio; pero los hacían sumamente pesados y toscos. Cada uno de los tres hermanos Montalbetti compró uno, Agustin Edwards compro dos y así se formó una pequeña flota en Higuerillas. La idea era ir a Buenos Aires a competir y así se hizo. Los Montalbetti armaron un tráiler con dos Finn, uno sobre el otro y partimos a B. Aires remolcando los yates con una Station Wagon grande donde íbamos Luis y Guido Montalbetti para competir en sus propios botes y Danny Elton, Horacio Cornejo y Rodrigo Sánchez a competir con yates prestados por socios del Yacht Club Argentino. Ninguno de nosotros tres nos habíamos subido nunca a un Finn. Además viajaba otro amigo no yatista. El viaje tuvo sus peripecias, pero llegamos. Los resultados de nuestro equipo del CYVM en ese campeonato fueron funesto, salimos del 20avo lugar para adelante. Al menos yo, ocupé el mejor lugar entre los chilenos, a pesar de que rompí el bote que me prestaron. Resulta que en la última regata (menos mal), salió el famoso “Pampero” cuando llevábamos unas dos piernas. El viento es tan fuerte que algunos arrían velas, se anclan y esperan que pase, pues no dura mucho. Yo que no venía tan mal ubicado, quise arriesgar para mejorar mi posición; pero en la pierna de popa, venía planeando tan rápido que el yate se clavó en una ola y salí volando. Cuando me di cuenta que había pasado, el yate estaba volcado como 20 metros más adelante. Me costó pillarlo, pues con el viento se me arrancaba. Cuando lo pillé estaba exhausto. La verdad es que creí que me iba a morir ahogado. En esos años, no se acostumbraba a usar chaleco salvavidas, incluso había algunos tripulantes que eran muy livianos para esa clase y los llenaban con agua para poder adrizar mejor. Como resultado final, el yate que me habían prestado, regresó a la Dársena Norte con dos forados en la proa causados por la lancha que fue a rescatarlo. 73


De regreso en Chile en Higuerillas se organizó el primer Campeonato Nacional de la clase Finn. De Algarrobo vinieron varios yates, entre los que estaba Willy Schacht y Lucho Bierwirth, grandes competidores. Por Higuerillas compitieron los tres hermanos Montalbetti (Luis, Guido y Marco). Agustin Edwards me prestó uno de sus Finn a mí y el otro a Horacio Cornejo. (Nunca lo dijo; pero estoy seguro que alguna vez trató de navegar en uno y se fue al agua sin ni siquiera izar la mayor; pero los prestaba). Yo salí segundo, detrás de Willy Schacht en un reñido campeonato, gracias a que el Comité de Regatas me desestimó un legítimo protesto contra Willy por un cruce de amuras. Una anécdota divertida, no para los afectados; pero sí para el resto, fue lo que le sucedió a Horacio Cornejo. En la pierna a la cuadra de Lilenes a Playa Negra, sentimos gritos provenientes del yate de Horacio, quien venía bastante bien ubicado en ese momento. Estaba parado, con la mayor suelta y gritaba “mi orza, no tengo mi orza”. Pues bien, al izar la orza, parece que no la amordazó bien o se desenganchó del pasador, pues en esos yates la orza va solo encajada en el perno/ pasador. La cosa es que se le fue al fondo. Hasta allí llego el campeonato para Horacio. Cena de Clausura del Campeonato del Club de Yates Antofagasta Julián Larraín, M. Isabel Anguita, Hernán Cubillos, Angélica de Larraín, Juan Costabal, Jorge Kulgis Comodoro CYA

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El bote salvavidas del club.

La rada de Higuerillas es tranquila solo en la franja pegada a la costa por el sur. Alejándose hacia mar afuera y Lilenes, es encontrarse en altamar de un minuto a otro. Como la actividad náutica de embarcaciones menores había aumentado considerablemente y también las regatas, se hacía necesario tener un bote salvavidas y que sirviera también para el árbitro de las regatas. Algún socio encontró y recomendó al directorio la compra de un bote salvavidas de barco, dado de baja. Era como una antigua ballenera. Aunque pesadísima y no muy hidrodinámica, cumplía para lo que se necesitaba. En el Club había un socio que tenía maestranza (van Doren) y le montó un motor de Volkswagen enfriado por aire y le fabricó una chubasquera como cuarto de circunferencia en la proa. Con su palo de señales al centro, quedo de lo más bonito. Carlos Schiavetti que tenía mucha gracia y le buscaba sobrenombres a todos, no más verlo y lo bautizó como “El Mojón Blanco”. Benjamín Elizalde fue nombrado o se auto nombró “Capitán” del Mojón Blanco y andaba dando vueltas por la bahía todos los fines de semana. Desconozco si alguna vez tuvo que rescatar a alguien; pero me consta que hicimos varios viajes de turismo a la isla de Mantagua. En todo caso fue indispensable el servicio que “don Benja” y su bote prestaron para llevar al Árbitro de las regatas, quien con una paciencia infinita se fondeaba en la línea de largada y luego de la llegada, bamboleándose sin piedad.”

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Epílogo

Este sencillo relato desarrollado como un sentido homenaje al que fuera su gestor, fundador y gran deportista H. Cubillos comprende la historia de los primeros 10 años del CYVM. Consecuente con el propósito señalado, el período que abarca corresponde a aquel en que H. Cubillos permaneció como socio del CYVM. En 1965, fiel a su vocación empresarial, H. Cubillos debió alejarse del Club que había creado. A 60 años de su Fundación, el Club de Yates Viña del Mar, renombrado Club de Yates Higuerillas desde 1992, es un relevante atractivo turístico de la zona y el centro del deporte náutico más importante de Chile. H. Cubillos, sin perder jamás su entusiasmo por la navegación a vela, repitió su hazaña creativa fundando con otro grupo de navegantes, “La Cofradía del Pacífico” en Algarrobo donde pudo fondear su magnífico velero Swan de 42 pies al que llamó “Caleuche”, en un molo de abrigo y calado que Higuerillas no podía ofrecer entonces. *Según H. Cubillos, la etimología de este nombre, de acuerdo a la tradición chilota es: El Caleuche es un barco fantasma utilizado por los brujos para trasladarse de un punto a otro y que puede navegar tanto en la superficie de las aguas como debajo de ellas. Por el hecho de ser instrumento de la secta recibe también el nombre de “buque de arte”. Este es tal vez el nombre más adecuado, ya que por arte de magia recorre enormes distancias a una velocidad inconcebible y transforma, a voluntad, su estructura ya sea en un tronco de árbol o en una roca negra. Generalmente se presenta como un velero hermosísimo, íntegramente pintado de blanco y profusamente iluminado. Sobre su cubierta, la tripulación se entretiene bailando el compás de una música enervante y tan maravillosa que subyuga y atrae con magnético encantamiento.

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Cuando el Caleuche abandona su fondeadero, lo hace desapareciendo repentina mente y dejando tras de él un murmullo misterioso orquestado por ruidos de cadenas y aparejos en maniobras con el eco de suaves melodías cautivadoras. Se sabe que su plana mayor está integrada por brujos y se sabe también que el barco es aprovechado para surtir de mercaderías a los comerciantes con los cuales la “Mayoría” ha celebrado convenios. Para proveerse de tripulación, el capitán del Caleuche se vale de las cautivadoras melodías de su orquesta; de esta manera subyuga y atrae a los incautos navegantes isleños a quienes “enlesa” y mantiene indefinidamente a su servicio. Si, por cualquier causa, alguno de ellos no es del agrado del capitán, es abandonado en alguna caleta solitaria. Cuando esto acontece, el desdichado se vuelve mudo o permanece para toda la vida con sus facultades mentales perturbadas”.

El Cauleche

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Referencias, cartas, documentos

Antecedentes El trabajo “Gestación y Fundación del Club de Yates de Viña del Mar” es una recopilación de antecedentes, fotografías, documentos, en parte como extracto de documentos encontrados que por su extensión o deficiente estado de impresión no ameritaban incluirlos completamente en el relato. Su interés puede ser significativo y por eso se da a continuación el nombre de estos documentos para que los interesados en conocer su contenido exacto, puedan consultarlos en los archivos de la Administración del Club. Referencias 1) Recuerdos del Comodoro (Jorge Délano Ross) 2) Recuerdos inéditos del Comodoro (Jorge Délano Rodríguez) 3) Inauguración de la nueva sede del CYVM (Jorge Délano Ross) 4) Recordando el pasado (Roberto Kelly) 5) De un tangón a la Marina (Julián Larraín) 6) Historia de la Navegación a vela en Chile (Luis Bierwirth) 7) Fotos Históricas (Liga Marítima de Chile) 8) Recuerdos de mi compañero de curso y amigo Hernán Cubillos Salatto (Sergio Mendoza)

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Cartas y Documentos

Primeros Estatutos del Club de Yates Viña del Mar Concede Personalidad Jurídica y aprueba Estatutos del CYVM 15.11.56 Al Presidente de la Liga Marítima del 23.07.58 y firmada por Hernán Cubillos S. Carta al Vice Almte. Carlos Torres Hevia Presidente de la Liga Marítima firmada por Gonzalo Lopez Presidente del CYVM. Carta al Vice Almte. Carlos Torres Hevia del 24.07.58 i firmada por Benjamín Elizalde Carta al Vice Almte. Carlos Torres Hevia del 19 Junio 1959 firmado por Hernán Cubillos Circular N°1 (1960): Amplia Cuenta del Directorio de entonces. Docto. de Concesión Marítima del 30.03.59 firmado por Pdte. Republica Jorge Alessandri Carta al Vice Almte. Carlos Torres Hevia nombrándolo Socio Honorario del CYVM Carta al Vice Almte. Carlos Torres solicitando ingreso del CYVM como socio de la LM Libro de Actas de Asambleas Generales hasta 1965 Libro de Actas de Reunión de Directores hasta 1965 Fotocopia del Acta de fundación del CYVM Presidentes y Comodoros del CYVM Fotos históricas del CYVM y de Caleta Higuerillas

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Dedicado a Hernán Cubillos Sallato Sus amigos cofundadores del CYVM. __________________________________

Este libro se terminó en Agosto de 2015 en Viña del Mar

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En representación de todos los co-fundadores del CYVM, a la sazón jóvenes cadetes de la Escuela Naval y amigos civiles coetáneos de la década 50-60, los ejecutores de esta reseña agradecen las contribuciones escritas y verbales con que ellos contribuyeron en el recuerdo de la gestación y posterior fundación del CYVM liderados por su fundador Hernán Cubillos Salatto. Agradecen también la buena disposición y los antecedentes, documentos y fotografías que gentilmente proporcionaron La Liga Marítima de Chile y el Club de Yates de Higuerillas y amigos veleristas

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