Espejos de mí - Yuretzis García (2018)

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Yuretzis García

Espejos de mí


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© Editorial Giraluna R.L, 2018 Primera edición: 2018 Libro Digital Derechos Reservados Edición al cuidado de: Rey D’ Linares reydlinares69@hotmail.com Diseño de portada: Carolina Linares artesgraficas20042009@gmail.com Ilustraciones: Guillermo Padrón Impreso en Venezuela por: Cooperativa Taller Editorial y Literario “Giraluna” J-29614384-6 editorialgiraluna2008@gmail.com Teléfono: (+58) 0212-524.25.33


Agradecimientos Quiero agradecer a Dios por sobre todas las cosas por llenarme de bendiciones y ser la luz que guía mi vida, a Guillermo Padrón por sus hermosas ilustraciones para este proyecto y a las tres razones por las cuales bauticé el libro “Espejos de mí”, mi Abuela Ofelia Torres y mis dos Tías Reyna Centeno y Yoraima Castillo. A mi Abuela porque es el espejo que me refleja la convicción de luchar por lo que se cree, no rendirse ante las adversidades y tomar decisiones con valentía y fortaleza, a mi Tía Reyna por ser el espejo de lucha y de bondad, mostrándome como nos vamos llenando de nobleza y perdón, siendo mi apoyo y consejo, y a mi Tía Yoraima llamada muy cariñosamente “Tía Mora”, por ser el espejo donde he identificado a mi alma gemela, mi mejor amiga y confidente, el amor que le da calor a mi corazón. Dios las bendiga.



Espejos de mĂ­



Carta a mi abuela, mi segunda madre Cuando mi mamá murió, yo tenía 7 años, aún creía en juguetes y me daba miedo la oscuridad. La esperaba todas las noches para que me leyera cuentos y en las mañanas para que me despertara con besos, y como no vendría, llegó usted. Usted, mi abuela, mi segunda madre, siempre admiramos su carácter fuerte, la valentía con la que tomabas decisiones sin temor y sin vacilar, siempre dando pasos hacia adelante, no sé de dónde sacabas tantas fuerzas. Llorabas a escondidas la muerte de tu hija, y nos veíamos a mi hermano y a mí como el regalo que ella te dejó, nos curaste las fiebres, las caídas, yo te llevaba orgullosa de la mano por mi escuela, usted hizo que el día de las madres no fuese un día tan triste para mí y me di cuenta que guardabas con recelo los obsequios que yo le daba hechos en la escuela con fieltros y palillos como si fueran de oro o marfil. A veces te confundas y en vez de llamarme por mi nombre me nombrabas por el de mi madre, tu hija, la cual las dos perdimos. Todos los 31 de diciembre siempre estuvimos unidas, mi promesa fue que yo te buscaría donde estuvieses para pasar ese día juntas, y al partir el año le daríamos gracias a Dios por estar una al lado de la otra y le pediríamos más tiempo porque siempre parece que falta, cómo lo siento ahora, nos faltó tiempo abuela, aún tengo que darte las gracias, siempre diste lo mejor de ti para con nosotros. Lamento si en ocasiones no lo comprendí y sentí que eras muy dura, ahora sé que me protegías de muchos peligros y gracias a su fortaleza yo no caí en vicios ni en situaciones que pudieran avergonzarme.

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Diste lo mejor, siempre estuve tranquila porque sabía que si alguien intentaba hacerme daño vendría mi súper abuela convertida en un fiera y me defendería. Gracias por cuidarme y enseñarnos lo bueno y lo malo, recuerdo que al poco tiempo te llamé mamá, porque eso eras, mi mamá, y yo siempre seré tu hija.

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Carta al hombre que amo Hablar de resurrección, es hablar de lo que me pasó con usted. Es hablar de tiempo, de perdón, de fe, de olvido, es hablar de sanar y atreverse. Eso fue lo que me sucedió con usted, lo cuento y se me salen las lágrimas. Porque todo lo que le dije es verdad, por usted volví a recordar lo que es la felicidad, esas mariposas en la pancita, el miedo al saber que estaría en el mismo sitio que yo, el temblor al escuchar su voz aproximarse sin aún ver el cuerpo, esa mirada tratando de esquivar sus ojos que parecen no decir nada y lo dicen todo, como explicarlo… volver a vivir. Su presencia fue hacer planes de fe con el viento y crear un proyecto con las manos llenas de esperanzas y buenos deseos, no sé si esto funcione, si hay un “por siempre”, o quizás me regale de ese hermoso tiempo que es parte de su vida, esa vida que es solo una y que decidió compartir en un instante eterno conmigo. Si son solo algunos días, meses, años, si son solo algunas noches, lunas o soles, si son solo algunas sonrisas, las caricias del tiempo o la pasión del momento, bendita sea la forma en cómo me has revivido y me has hecho feliz.

Quizás por lo que usted y yo sabemos, en esta carta no haya dedicatoria y siempre sea un anonimato. No publique su nombre en mis libros, no lo nombre en una declamación o los viernes en mi encuentro de poetas, pero cerraré los ojos, recordaré que ya se fue, que siempre será mi “usted”, y que nunca nadie nos entendió, y no nos hizo falta. A lo mejor de eso se trata la vida, de llenarse el corazón de recuerdos que no te atan sino que te liberan, y yo no quiero liberarme de usted, de lo que siento y lo que sentí, seré esa

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mariposa en transparencia de colores que volando cerca del cielo adopta el color azul. Míreme, con sus ojos bonitos, que loco está, que loco estamos, y eso nos hace feliz. Un día me preguntó si seríamos pasado y le respondí que no puede ser pasado algo que no se olvida, entonces lo invito a no ser pasado, ni presente, ni futuro, lo invito a crear un tiempo nuevo en la fantasía de un ayer que habla hoy y resonará mañana. Posiblemente mañana nos reiremos de todo, nos tomaremos de las manos y diremos, “lo logramos”, “seguimos juntos”, pero si no es así, entonces tenemos una cita planteada en el futuro con uno de sus famoso té con leche y un buen libro, recordaremos las montañas, el mar, la nieve, el calor, los dulces, la magia, el amor, recordaremos tantas cosas y seremos tan felices como lo somos ahora.

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Mariposa azul Antes tenía tantos miedos hasta que me di cuenta que el que se quiere ir, se va, y el que desea quedarse, se queda. Y al final es mejor porque el que está contigo lo hace porque de verdad quiere hacerlo y el que se fue, pronto deja de hacer falta. Y te das cuenta de que no puedes vivir con miedo, y que aferrarte a las personas solo te hará esclavo del dolor, deja que la gente elija lo que realmente desea en la vida porque luego vienen los reproches y arrepentimientos. Date tu lugar y no aceptes migajas, el que te ama debe hacerlo en toda la extensión de la palabra. Aquí y en la China soy mujer, y una mujer se rebela ante lo improcedente, lucha ante lo inevitable y cambia lo inimaginable. No soy camaleón, soy una mariposa azul.

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Hombre mágico ¡Él se ríe tanto! Y bailamos bajo la lluvia, me toma de la mano, se queda hipnotizado observando la luna. Él no parece real, a veces lo toco para confirmar su aparición, se queda en silencio mirándome sin decir ni una palabra, me habla de libros y aventuras, le gusta el helado tanto como a mí y conversamos por horas de poesía. El tiempo pasa tan rápido y me quedo con muchas cosas que decirle. Parece un misterio, y a mí me encantan los acertijos.

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Carta de agradecimiento A mi Tía Yoraima Castillo (Tía Mora) con todo mi amor Ella siempre ha estado conmigo, parecía que persistentemente encontraba razones para sonreír, jugaba con sus cabellos y le hacía moñitos, era nuestro momento especial porque por más peinados locos que le inventaba de niña, ella constantemente se los dejaba. Se fue quedando en mí como un rayo de luz que te indica el camino. Terminamos compartiendo nuestros sueños, secretos e ilusiones, ella es mi mejor amiga. Mi amada tía, mi tía Mora, continuamente identifiqué tu noble corazón, de todo lo difícil sacas lo bueno y lo transformas a tu favor. Me enseñaste a ser optimista y a confiar en que tarde o temprano, pasan las tormentas. Tía, eres mi alma gemela, en tu corazón está mi hogar. En ti no existen ambiciones, hay transparencia y bondad en tu alma. Nuestra unión se basa en el amor, me diste dos hermosas primas, las cuales cuidé de pequeña a tu lado con mucho amor y llenaron la casa de milagros y luces, una de esas pequeñas lleva el nombre de mi madre, Ana. Tía, de ti solo salen cosas hermosas, tu optimismo, fe y perseverancia te hacen única. Aprendiste el don de perdonar, sanar y volver a empezar. Le agradezco a Dios que seas mi familia, no hay persona en el mundo con la cual me identifique más que contigo, tu corazón me conoce tanto que sabes lo que me sucede con solo escuchar mi voz, no hace falta que me mires para descifrarme. ¡Qué bendición es haberte conocido! En ti puedo ver una vez más la bondad de Dios. Te amo Tía Mora. Yuretzis García / 18


Carta a mi amor A mi Tía Reyna con todo mi amor Ella siempre quiere cuidar a otros, aunque parezca ruda, tiene un corazón de las mismas dimensiones del cielo, a pesar de los golpes de la vida ha sabido levantarse y volver a ser feliz, ella ha llorado conmigo, nos hemos reído, cuando tiene un pan lo parte y me da de él aunque sea lo único que tenga. Su nombre fue acertado, pues es la Reyna de mi corazón, le digo cariñosamente “mi amor”. Ella no deja que una tristeza la desarme, busca de Dios y se recarga de vida, sabe que cada momento es una oportunidad para estar al lado de su hija, hija que trajo a mi vida hace 21 años y la nombro como mi madre, Ana. Tía ¡Qué bueno es tenerte en mi vida! Eres símbolo de fuerza, coraje y valentía, sabes superar los obstáculos y hasta en los peores momentos has consolado a otros mientras tú aún lloras. Dios ha ido transformando tu corazón haciéndolo más hermoso, más humano, a ti te puedo llamar familia y saber eso reconforta mi corazón. Te amo Tía

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Visitas nocturnas En las noches me convierto en pájaro y vuelo a través de la nostalgia, vuelo al efecto de tus ojos impacientes de versos, y espero, mi vida se ha quedado en esperar la casualidad de tu sonrisa, mi corazón me habla, pero no lo escucho, me cuenta, pero no quiero ni oír sus reclamos. Me he vuelto sorda de tanto dolor, a pesar de todo, en las noches me convierto en pájaro, me acerco al cielo y le pido a Dios que nos dé más tiempo.

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Sueño Yo sueño con tus ojos, con un mundo distinto. Sueño con que las armas se nos vuelvan flores en las manos, con la reconciliación entre una madre y su hijo, entre hermanos, entre aquel esposo que olvidó honrar a la mujer que lo cuidó y le dio nueva vida. Sueño con hombres honestos y mujeres virtuosas, yo sueño con un niño comiendo pan y jugando en vez de trabajar, con tu mano sosteniendo la mía, sueño que me elijas todos los días, que desees llegar a casa para verme, para jugar con mi cabello, bailar sin música y abrazarnos sin frío, para hacer un pacto de libertad, de compromiso y de besos eternos. Sí, lo sueño, aunque me piensen ingenua, pero por lo menos me atrevo a soñar. Yo sueño con el día en que me mires y me digas que me amas.

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Las formas del amor Sí, conozco el amor, y es tan cálido, noble, puro, inmenso, es tan fuerte, ¡Te llena el alma! Te hace sentir poderosa, increíble, fantástica. Conocí el amor, y era tan bello, nunca me sentí igual, nunca había sonreído tanto, porque es algo hermoso, vivo y verdadero… Que me llamaba hija.

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Confieso que estoy loca Estoy loca, a mí me gusta cantar mientras llueve, me gusta perderme en los ojos del amor, yo quiero que la gente vaya por la calle recitando versos, que lloren de felicidad, que en vez de agravios se den besos, que las mujeres se acepten con sus arrugas, y mejillas redonditas. Yo quiero que llueva pan, que los niños corran libres por las calles sin temor, que no hayan guerras, que la gente empiece a vivir y deje de imitar como sonámbulos descerebrados, todas las modas sin saber el porqué y el para qué. Mi locura está en tomarte de la mano, sentirme feliz porque estamos cerca, mirarte a los ojos, encontrar la verdad y pensar, que siempre va a ser así.

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Más allá del dolor De la vida lo que quiero es el verbo y de ti la acción de vivirla. Vívela conmigo, te digo en cada apretón de manos, en cada caricia, en la dimensión de nuestros labios acercándose a la piedad del beso. De la vida quiero el verbo y de ti, tu acción absoluta de hacernos felices, de hacernos cosquillas, de darte momentos de aliento, de darme razones de vida. Pero si un día me observas quedarme ya sin argumento y con las manos vacías, no dejes que el recuerdo de lo que fue me amarre, ábreme la puerta sin que te detengan mis heridas, yo sabré curarme de ti, de tus ojos, de tus besos, de tus frases y mentiras. Solo abre la puerta, que no te detengan mis lágrimas, que mi tristeza no se derrame en tus mejillas, no me ates a un futuro con la compasión de tu sombra, con la caridad de tu ausencia en presente. Recoge todos nuestros momentos y señálame el camino de la despedida, que yo sabré recordarte con cariño y se ruborizaran mis mejillas, pero si un día nuestro amor se convierte en compañía, no me retengas como a las mariposas en el frasco, como a los azulejos en las jaulas, como nuestros labios cuando los tuyos los dejan presos. Solo ábreme la puerta, dame un beso y confía que es mejor la despedía, que yo seré fuerte y que algún día te veré desde aquel árbol por las casualidades de la vida, o porque el destino en su jugada ambicionó que se cruzaran nuestras líneas, y te veré con cariño y se ruborizaran mis mejillas.

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Si te tuviera Solo pensar en ti me da fuerzas, solo pensar en ti me llena el alma, me da paz, me irradia de luz. Pensar en ti me hace cantar, bailar, llorar de alegría. Si solo eso causa tantas cosas en mí; imagínate si te tuviera.

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Yo no moriré Yo no moriré, mientras me quede en las letras. Mientras tu mirada me sostenga en tus pensamientos, mientras las sábanas de nuestros encuentros todavía contengan mi olor invisible de malicias y trampas. Yo no moriré porque tu memoria irresistible al pensarme me traerá como volcán erudito de tu redención. Déjame vivir en tu corazón de hombre, de caballero amante de amapolas. Toca mi ser golpeando en lo profundo. Me desnudarán tus ojos sin verme, y mi amor hará crecer los samanes. Correrás al árbol y las hojas al caer te besarán el rostro. Yo estaré ahí, cálida para tus labios. Yo no moriré, amor, en ti hay pedazos de mí y tú llevas en tu alma mi vida entera ¡Dios! ¿Qué es esto? Que me llama, que se siente tan dentro que me llena y me desborda. Estoy tan cerca del cielo que siento que mi voz se contempla en toda tu cosmopolita sonrisa.

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Ojos verdes Y fue entonces cuando supe lo que era el amor… Él era todo un espectáculo, siempre tan sincero y tan correcto, no le mentía a nadie más que a sí mismo, pero tenía una razón para hacerlo. Y yo que por primera vez dejé de caminar con fantasmas y sombras, e hice lo único arriesgado entre mi vida metódica, planeada y estrictamente organizada… le dije que sí. El color de la luna daba la luz en nuestros ojos, y todo lo que me tocaba volvía a revivir. Me enteré de partes de mí que ni sabía que existía, y al cerrar los ojos empecé a ver. Llorabas mientras me abrazaba porque sabía que tenía miedo, no de él, sino de mí, pero me desnudé, no por quitar la tela que cubría mi cuerpo, sino por los velos que había atormentado por años mi alma; sentir es malo, pensar es malo, todo es malo. Nos veíamos y sonreíamos de gozo. Era como cuando uno entiende lo que realmente es el amor. Se iban cayendo las inseguridades y me sentí hermosa, porque en tus ojos abrazarme era lo más bonito, recosté mi rostro en su pecho y su brazo me decía: aquí estás segura, tus alas guardaban mil poesías. Yo sabía que era así. Me desperté y ya no estabas, solo te había soñado.

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Límites ¿Hasta cuándo tanta violencia? ¿Cuánta gente debe morir para que estén satisfechos los injustos, prejuiciosos y corruptos? ¿Quién detendrá los ríos de sangre, el hambre y la inopia? El silencio quiere consumir a la verdad, pero ésta se rebela, y el amor ronda buscándonos. Alza tu voz, golpea con la palabra, declama tu protesta, redacta tu sentir, tendremos un arrebato de versos, porque si seguimos así ya no habrá nada que matar, ni nadie a quien querer, si seguimos así, ya no quedará nada.

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Promesas de amor Te prometí que iba a sonreír, aunque te extrañara, y lo estoy haciendo, que iba a sentarme a leer tus libros, nuestros libros. Te prometí que iba a ser tu niña linda, que iban a decir: ¡Cómo se parece a su madre! Que iba a luchar por lo que sentía, por lo que quería, que no dejaría que nadie callara mi voz y estropeara mi corazón. ¡Te prometí tantas cosas! Y no me estás diciendo cómo lo estoy haciendo.

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Coloca en mí tus sueños Quizás parece que me conoces, que mi rostro te da la confianza donde colocarías tus sueños. Tal vez me imagines desnuda despegándome palabras del pecho, espalda y piernas, pero son mis manos las que me atan el corazón a un papel que derrama mariposas en un azul que me llena de esperanza. No esperes sostenerme con tus manos, no cierres los puños, no cortes el aire, no hagas planes de tiempo, yo quiero estar contigo entre sueños, dejarte esperando en el crepúsculo, consuélame entre besos y lamidos, confórtame en tu voz de hombre fuerte, y suéltame cuando sientas que sin mí no puedes estar, yo no puedo quedarme por mucho, pronto despertarás del sueño y yo tendré que vestirme y volver a tu subconsciente.

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Lo que no se ve Cuántas veces una mujer se mirará en el espejo, criticará su imagen con respecto al estándar de otros, lastimará su alma al decirse que no es hermosa, sufrirá al esperar que su esposo la desee y nada de esto ocurra, se propondrá competir con otras y salir victoriosa, cuántas veces nos miraremos al espejo sin observar nuestras almas ¿O es que los ojos no tienen esa capacidad? ¿Será que la consciencia no es bella?

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No temerle al temor No me pidas que te espere a la intemperie, en la noche o en la duda, no me pidas que confíe en decretos y explicaciones, no me ruegues que te crea en la huella taciturna, yo no quiero señalarte el camino andando sola, yo no quiero que te calles, que te calmes, o encerrarte, quiero amarte en el respeto, en la confianza y en la luna. Pero no bajo llaves de candados y de órdenes cerradas, yo quiero que decidas, y que luches y que cambies con la aurora sin quitarte lo que te hizo llamarme “mi señora”. Si no me aferro no es porque tenga miedo, sino porque jamás quiero tenerlo, no quiero recompensas ni pagos, quiero que se corresponda el sentimiento, porque me importa que estés siendo libre en tu pura esencia. Quiero que rías, que cantes, que seas feliz ¡Por favor sé feliz! Me sentaré a disfrutar como eres tú, sin chaqueta ni corbata, siendo libre de irte, pero prefiriendo quedarte, Sin ser alguien más, solo siendo tú, hoy y mañana y todo el día de todos los días. dame eso, y te daré un amor hermoso e inolvidable.

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Problemas gramaticales Yo que me visto con la semántica, que me dirijo por la sintáctica, que me deleito con la fonética, que le escribo versos a la pragmática, y usted, usted, me ha dejado, sin palabras…

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Él no sabe que lo amo Él puede caminar entre palabras, sobre sueños profundos, sobre frases hermosas. Él camina, y sus pasos son grandes, firmes y fuertes, con él avanza la dicha, la virtud y el amor, hace todo esto y no se da cuenta del impacto que causa, del efecto que produce y de las emociones que su voz arrastra. Y me siento tan grande cuando me ve y tan pequeña cuando paso inadvertida por sus retinas aparentes de luz. Él no sabe que lo amo.

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Veinticinco Ya era verano y tu pelo blanco largo, brillaba aún más con los destellos del sol. Me miraste con alegría mientras recordábamos nuestra juventud de estudiantes debajo de un araguaney que nos brindaba sombra. Nos tomamos de las manos viendo más allá de nuestras marcadas venas, las arrugas del correr de los años. ―¿Sabes? Te dije, recuerdo nuestra noche de estrellas y mariposas, cuando en un beso respondí a tu acentuada pregunta. ―Recuerdo tus mejillas enrojecidas y tus ojos grandes conteniendo el universo, me respondiste, mientras observaba las manos de mi hermosa esposa, sabiendo que en ellas se encontraban mapas de historias de amor que no envejecen. Y así, entre una tarde en el parque, celebramos nuestro aniversario de bodas número veinticinco.

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El verdadero Doctor Con amor al Doctor José Lorenso Torres Quintero

Te acercas a las personas con estetoscopio en mano, con la esperanza de encontrar corazones sanos, y recuerdas el juramento que te has hecho a ti mismo. A toda hora estás alerta y dispuesto a dar lo mejor de ti. Cargas al niño, consuelas a la abuela, socorres a la mujer y ayudas al hombre. Tu vida es entregada en porciones a tu profundo trabajo, dando tu tiempo para curar las heridas del alma. En tu pasión está el compromiso que tu vocación ha elegido. Has estado en cada momento difícil sin importar horario ni adversidades, y muchas veces, con firmeza das duras noticias soportando también las ganas de llorar y desplomarte. Por eso tu fortaleza es símbolo de virtud, buscando siempre ser el buen samaritano que ayuda y sirve. Te conmueves cuando traes en tus manos el nacimiento de una vida, cuando la familia celebra y se regocija por la sanidad de un ser querido, y secretamente tú también has celebrado y llorado. Doctores, que llevan su empeño como fuente inquebrantable que guía en la oscura angustia. Al final de la jornada, sabes que lo que realmente ha sanado ha sido el amor de Dios, y te alegras de formar parte de ese milagro.

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Te extraño en mil palabras Te extraño en mil palabras, y en mil palabras te busco, en las mismas en las que he hecho contigo lo que tanto he querido, y solo en ellas he ejercido mi dominio sobre tu voluntad inquebrantable. Volveré a escribirte hasta que sea verdad.

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Un minuto de silencio Solo quiero un minuto de silencio por aquellas palabras que nunca se dijeron. Por la gente que ya no ama, no llorar, no besan, no buscan respuestas o acertijos.

Un minuto de silencio por los orgullosos, los que no perdonan, los que nunca han dicho un “te quiero”, un “te amo”, un “te extraño”. Un minuto de silencio por aquellos que nunca se atrevieron a contradecir nada, a cuestionar, a ir en contra de un pensamiento. Y debemos guardar ese silencio, que sea solo un minuto, uno por las cosas que se destruyeron y nadie propuso repararlas. Guardamos silencio mientras pensamos en eso, cambiamos el rumbo de lo que no queremos, antes de que ese minuto se vuelva eterno y nuestra voz enmudezca en los miedos del tiempo.

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Solo quiero más tiempo Solo quiero más tiempo para ver las estrellas, para reírme de nada, para dejar de juzgar a todos. Solo quiero más tiempo para viajar por el mundo conociendo animales, flores y colores que antes jamás vi por tener mis ojos hipnotizados en mi reloj de mano. Más tiempo para tocar la puerta de aquellos amigos de infancia, para besarte sin luna, para dejar las peleas tontas y los reclamos amargos, para estar con usted, pedirte perdón y disfrutar cada instante sin pensar en pasado y futuro. Quiero mirarte y detenerme, tocar tu rostro, hacer silencio. ¡Me duele tanto las horas que por orgullo no fui a buscarte! Y ahora lo necesito. Te ofreceré mi presente, que es lo único que tengo, y mi mundo será el tuyo. Prenderemos las luces, arreglaremos la sala donde bailaré sin música y correré descalza, cantaré en medio de la calle. ¡Qué triste es no haber hecho lo que debías en el momento justo! ¡Tengo miedo de volver a tener miedo! Y me miras de frente, te sonrío a lo lejos. Tú me tocas el rostro y yo guardo silencio, aunque salga la luna, aún estamos a tiempo,

Yuretzis García / 44


yo te pido perdón, tú me amas, es cierto, te propongo el balcón como lobos hambrientos, te me lanzas encima, yo te toco y me pierdo, solo quiero más tiempo, nos estamos queriendo, pero mi corazón, no resiste, está lento, y me duele el bombeo de la sangre a mi cuerpo, tú si sabes quién soy, yo no busco al ser prefecto, pero sabes muy bien que me entrego a tus besos, a tu alma, al amor y a todo lo complejo que me ofrece estar así, tú, sobre mi cuerpo. Y me besas profundo, y yo quiero, más tiempo.

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Hoy te vi Hoy te vi y me quedé soñándote como en tantos insomnios que llevan tu ausencia. Hoy te vi y me quedé añorándote, siempre añorándote. ¿Por qué tus gestos son tan eternos? Yo te imagino, me dedico por horas a pensarte ¡Tantas horas! Que se me está yendo la vida en un sueño paralelo a esta triste realidad donde no eres mío. No sé si pasan las horas cuando te anhelo, y yo abstraída en un recuerdo, voy perdiendo los años. No te imaginas cuántas veces te sueño en el insomnio. Tú me lees mientras yo te escribo y recorro en el recuerdo tu sonrisa, tus manos, tu desconocida boca, tus ojos bellos y así en fragmento conozco la felicidad fugaz de revivir el recuerdo. Hoy te vi…

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Bella mujer Hay mujeres ¡Tan bellas! Que su mayor maquillaje está en lucir su sonrisa. Hay mujeres ¡Tan nobles! Que se les hace inevitable detenerse a levantar del suelo a aquel niño que corriendo se cayó. Y son de esas buenas amigas, esplendidas esposas, valientes hijas, que solo son felices por darle amor a los demás, que hacen mil cosas en un segundo. Esas mujeres que con sus abrazos dan más consuelo y cuidados que cualquier medicina. Con ellas los dolores se hacen pequeños y cualquier padecimiento desaparece. Que te hablan con dulzura y te enseñan tantas cosas que a pesar de los años que pasemos sin verla, nunca nos olvidamos de sus lecciones y su profundo amor.

Yo conocí a una mujer así, y le llamaba mamá.

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Todo o nada Te puedo querer, pero no seré un estigma de tus palabras fallidas. Me puedes gustar, pero no seré tu muñeca de porcelana o la que colocarás en la repisa de tu casa. Te puedo amar, más mi voluntad, mis sueños, mis ilusiones y mis alas no las pondré en tus manos como quien entrega su vida a un sentir regido a una sola voz. Hablemos de amor, baja la guarda, dame tus argumentos y te doy mis razones. No acepto menos que amor sincero.

Espejos de mí / 49


Aún no te he olvidado Me levanto muy temprano, arreglo mi cabello, le sonrío al espejo y al estar lista le lanzo un beso.

Y me repito ¡Hoy será un hermoso día! Y lo doy todo, sin embargo, siempre siento que me faltó algo o que lo pude hacer mejor. En las noches antes de dormir, le pido a Dios por ti, aunque sé que estás lejos y quizás no estés pensando en mí, aunque sienta que estás sumido en el sueño o en tus múltiples ocupaciones, sin importar lo que pase, siempre mi primer y mi último pensamiento está abstraído en ti. En medio del día me detengo para echarme agua fría en el rostro y así dejar de soñarte despierta. No sé qué es peor ¿Morir de amor o haber amado tanto? Y sigo mi vida, aunque llegue a casa a escribir y escribir de ti. Inventándome motivos que me hagan salir, soltar mi cabello, arreglarme la nostalgia y seguir teniendo fe. Soñando con que cambiaré al mundo. Luego me detengo y me doy cuenta que no tengo nada de ti, lo que llevo en mis manos son cosas mías que quise contigo. Y como esta realidad no me sirve, me invento una felicidad que me llena los vacios del pecho donde mi corazón es mi peor enemigo. Ya no quiero vivir así, ya no quiero esta forma lenta de morirme.

Lárgate de una vez si es que te vas, pero deja de estar ilegítimamente aquí. Ya no quiero más fantasías frías y besos imaginarios. Y esta esperanza denigrante que no me deja. El anhelo que guardo en Yuretzis García / 50


una caja con las fotos de un pasado que no pasó. Vuelves, me ves dormir, siento tu presencia, tu olor me perturba, sé que no eres tú, solo soy yo, imaginándote.

Espejos de mí / 51



Intermitencia Tengo un llanto retrasado y una lĂĄgrima reprimida, tengo una pregunta en silencio y una respuesta escondida, tengo una tristeza propuesta y una verdad esperando, tengo una cita con la felicidad y una incertidumbre en mi [directorio, tengo el miedo en la contestadora y un viaje detenido, tengo tantas cosas esperĂĄndome, mi historia interrumpida y todavĂ­a me atrevo a decir que estoy viviendo.

Espejos de mĂ­ / 53


Tú Tú eres mi hogar, mi frase favorita es tu nombre, tu risa es mi canción preferida, y tus ojos… Tus ojos son las caricias que tocan mi alma

Yuretzis García / 54


Mi lápiz, mi cuaderno y la poesía A veces solo están ellos, siento que somos el grupo perfecto, sobre todo, cuando al llegar ellos, ella aparece casi de forma inmediata. En ocasiones ella llega primero, Y a ellos no los encuentro…

Espejos de mí / 55


Índice Carta a mi abuela, mi segunda madre / 9 Carta al hombre que amo / 11 Mariposa azul / Hombre mágico

14 / 16

Carta de agradecimiento

Carta a mi amor

/

Visitas nocturnas

/

18

19

/ 20

Sueño / 21 Las formas del amor /

22

Confieso que estoy loca

/ 23

Más allá del dolor / Si te tuviera

25

/ 26

Yo no moriré / 27 Ojos verdes Límites

/ 28

/ 30

Promesas de amor /

31

Coloca en mí tus sueños Lo que no se ve

/ 33

/ 34

No temerle al temor

/ 35

Problemas gramaticales

/ 36

Él no sabe que lo amo / 38 Veinticinco

/

40

El verdadero Doctor

/ 41


Te extraño en mil palabras Un minuto de silencio

/

42

/ 43

Solo quiero más tiempo / 44 Hoy te vi

/

46

Bella mujer

/ 47

Todo o nada

/

49

Aún no te he olvidado / 50 Intermitencia / 53 Tú / 54 Mi lápiz, mi cuaderno y la poesía

/ 55



Obras publicadas por la autora

2013

2014


2015

2019 2016



Este libro se publicó en el mes de marzo de 2018, en de la Editorial “Giraluna”, Caracas, Venezuela.


Yuretzis del Valle García Castillo (Carúpano, Edo. Sucre, 1989)

Poetisa, Licenciada en Educación, Mención Lengua y Literatura en el Instituto Pedagógico de Maturín. Su profesión es su vocación, sin embargo, la escritura se ha convertido en su otro amor y parte fundamental de su vida. Comenzó a escribir a los once años y compartía sus escritos con sus profesores, los para que cuales la alentaban continuara escribiendo. Actualmente trabaja como docente y continua escribiendo. Ha publicado los poemarios: “El Alma del verso” y “20 poemas y una mujer” (Editorial Giraluna, 2013), “El retorno de tus ojos” y “Hombre del Campo” (Editorial Giraluna, 2014), “Pasión y rosas” y “Voces y silencios” (SUReditores Venezuela, 2015), “Más que palabras” (Editorial Giraluna, 2016),


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