Saigón 14

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2005 O-160Legal: C o it z s ó Dep 55 Martíne rera, 699-51 avarro ro Cab ISSN: 1 Emilio José N anuel Guerre as, y José rr r: :M Creado e Redacción anuel Valle Po d M Consejo e Rivas, José all Julián V entura Rojas V l e u n Ma sión: e impre Diseño an:

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JUVENTU


Este formidable haiku de Jacob Lorenzo abre nuestro número dedicado a Oriente. Un Saigón, cuyo nombre de por sí lo evoca, nacido alrededor de nuestro IV Premio de Literatura, que Francisco José Segovia Ramos y Felisa Lería Mackay han conseguido en poesía y microrrelato, respectivamente. Junto a ellos, autores de primera línea (Luis Alberto de Cuenca o Eduardo Moga, por citar algunos), reconocidos y habituales de nuestras páginas (de nuevo ofrecemos una gran nómina de autores y de estilos, así como mantenemos la variedad de los géneros literarios nuestras páginas) coinciden en hacer explícito lo que Jacob sugiere con el haiku que hemos iniciado. Como la cereza, Japón –lo oriental–, entre los labios de los lectores en cada verso y en cada palabra de esta revista.

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saigón

editorial

La luna roja de Japón. Una cereza en tus labios.


sumario

saigon 05 Editorial 08 Entrevista a Jesús Aguado 11 Abrimos fuego con poesía 13 A LA MANERA ORIENTAL. Agustín Calvo Galán 14 Lara Cantizani 16 HAIKUS ASONANTADOS. Luis Alberto de Cuenca 22 A SOLAS CON LA MÚSICA ORIENTAL. José Luis González Cáceres 23 Ángel Manuel Gómez Espada 24 TURANDOT. Antonio Llamas 25 HAIKUS DEL CIEGO Y EL PERRO. Eduardo Moga 33 Agustín Pérez González 34 Beatriz Ruiz Granados 35 Antonio Sánchez Fernández 37 10 HAIKUS DE INVIERNO Y PRELUDIO DE PRIMAVERA. Francisco José Segovia Ramos 50 PERFUME. María Jesús Soler Arteaga 51 Relatos para la ciudad perdida 53 VINO. Manuel Guerrero Cabrera 55 LA NIÑA DE LA MEDIA ALMENDRA. Felisa Lería Mackay 56 LA ESPADA DEL FILÓSOFO. Ana Patricia Moya Rodríguez 57 FUNAYÜREY. Marco Antonio Raya 58 ADORNO. Carmen Valladolid Benítez 60 GAIKOKUJIN. Julián Valle Rivas 61 Análisis en la retaguardia 63 MAGIA Y VIDA. LA NARRATIVA FANTÁSTICA DE HARUKI MURAKAMI. Antonio Joaquín González Gonzalo 71 LA BELLEZA ESCONDIDA EN LOS HAYKU Y EL ORDEN DEL MUNDO EN LAS WAKAS DE LARA CANTIZANI. Jacob Lorenzo 77 Alto el fuego 79 PRESENTACIÓN DEL Nº 13 DE SAIGÓN. Redacción 80 PRESENTACIÓN DE DESDE LA LIBRERÍA JUAN DE MAIRENA. Redacción 81 TANGO Y LITERATURA EN FEBRERO. Redacción 82 PREMIO ANDALOCIO DE LITERATURA 2009. Redacción


[0] entrevista


jesĂşs aguado


laentrevista Manuel Guerrero Cabrera

Jesús Aguado nació en Madrid en 1961 y ha vivido en diferentes lugares: Sevilla, Benarés (en India), Barcelona... Es autor, entre otros, de los siguientes libros: Los amores imposibles (Hiperión, 1990), Libro de homenajes (Hiperión, 1993), El fugitivo (Pre-Textos, 1998), Los poemas de Vikram Babu (Hiperión, 2000), Lo que dices de mí (Pre-Textos, 2002), Heridas (Renacimiento, 2004), La astucia del vacío. Cuadernos de Benarés: 1987-2004 (Ediciones Narila, 2005). Entre sus ediciones destacan: Antología de poesía devocional de la India (Índica-Etnos, Varanasi, India, 1998), Antología de poemas de las tribus de la India (maRemoto, 2003) y El vecino inquietante. Segunda antología de poesía devocional de la India (4 estaciones, 2004), No pasa nada. Los poetas beats y Oriente (El Bardo, 2007). 1.- En enero de 2009 se ha celebrado en Lucena el Congreso Orientarse, en el que usted ha sido Comisario Cultural, ¿cómo considera que se han desarrollado las jornadas? Con gran éxito de público y con un nivel extraordinario en lo que a los invitados se refiere. 2.- ¿Se han cumplido las expectativas? Se han sobrepasado. Por la importancia de los conferenciantes y directores de taller y, como decía, por la aceptación del público, que ha sido masiva y entusiasta. 3.- ¿Por qué Lucena es un pequeño Japón? Por los miles de haikus que ahí se han escrito, sobre todo de la mano de Manolo Lara Cantizani, y a partir de ahora por el resto de actividades «japonesas» programadas. 4.- «España-Japón-India» era parte del subtítulo de este Congreso Internacional que nos indicaba las culturas con las que se trabajaba. ¿Cuál prefiere usted: España, Japón o India? ¿Por qué? Las dos son culturas gigantescas de las que todavía conocemos poco en España. La India tiene el plus de ser la civilización viva más antigua del mundo.

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5.- Usted conoce muy bien la India, ¿cómo ha influido en su obra y en su vida? De manera decisiva. Sin ella yo no hubiera terminado de consolidar mi camino poético, estaría perdido como persona y nunca hubiera aterrizado en Lucena. 6.- En una poética suya, usted dijo que «cada libro de poemas es un plan de fuga puesto en práctica para escapar de una cárcel diferente». ¿A dónde suele «fugarse»? Eso, como entenderá, no puedo decírselo, ya que, de hacerlo, estaría dando mi posición para que los que me buscan contra mí me encuentren. 7.- ¿Prefiere que el lector interprete su obra como usted la concibió o que encuentre en ella otras lecturas? Mi obra no es mía a partir de que sale, en forma de libro, de mi casa. A partir de ese momento es de los demás (cuando los hay) o de las nubes (cuando no están). 8.- ¿Ha visitado Saigón (Hoy Ho Chi Min)? ¿Nos podría decir algo de ella? No he estado en Saigón. Pero un poeta está donde le apetece, así que sí he estado en Saigón. ¿Qué se puede decir de un lugar tan maravilloso, lejano y misterioso? Gracias por existir (y por no existir: es lo mismo), quizás sólo eso. 9.- ¿Qué debe visitar todo viajero en Oriente? Que nadie viaje a Oriente, me atrevo a aconsejar, si no lo lleva ya dentro de él mismo, inscrito en su memoria, palpitante en su corazón, rebosante de su cultura y de sus preguntas. 10.- ¿Qué lecturas de oriente influyen mayormente hoy en España? Los haikus japoneses y las distintas mitologías. 11.- ¿De qué modo nos llega la literatura oriental hoy a España? Con mucho esfuerzo, a cuentagotas, aunque cada vez con más cualificación y constancia gracias a unos pocos «locos» por esa parte del mundo. 12.- Indíquenos algunas películas donde mejor se refleje Oriente. Oriente es, en sí mismo, una película insuperable. La mejor película, por eso, es viajar hasta ahí y abrir mucho los ojos.

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[1] abrimosfuego conpoesĂ­a 11


alán Calvo G Agustín antizani Lara C e Cuenca erto d res Luis Alb onzález Cáce a d G uis z Espa José L l Góme e u n a Ángel M tonio Llamas An o Moga Eduard González Pérez Agustín uiz Granados R ez Beatriz chez Fernánd s n á S Ramo Antonio osé Segovia ga J co rtea Francis esús Soler A J María

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AGUSTÍN CALVOGALÁN A LA MANERA ORIENTAL Una flor se va secando de mi libreta. (Inédito)

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entre las hojas


LARA CANTIZANI La rama rota por la mitad. Y medio mundo se seca.

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Y brota una hierba en el p谩ramo seco. Tan s贸lo una hierba. El universo envuelve su verde soledad. (El invernadero de nieve, Barcelona, DVD, 2007)

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LUIS ALBERTO DECUENCA HAIKUS ASONANTADOS ORIENTAL Dame tu magia, la alfombra voladora de tus palabras.

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ABSTINENCIA El dinosaurio de tus sue単os se ha vuelto vegetariano.

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TEMPVS NON FVGIT Reloj de arena. Me subo a tu cintura y el tiempo cesa.

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EL FARO Tú eres mi faro. Y tú tienes la culpa de mis naufragios.

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METAMORFOSIS Haz un milagro: convierte en cuerpo de oro mi alma de barro.

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FREUD Todo en la vida se reduce a dos cosas: sexo y comida.

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JOSÉ LUIS GONZÁLEZ CÁCERES A SOLAS CON LA MÚSICA ORIENTAL

Me encierro en mi claustro de silencio. Se alejan las palabras y las preocupaciones dialécticas para dejar solos a los pensamientos. Invito a la música oriental con sus sonidos solitarios de cuerda a que sea mi única acompañante. Las notas se hacen presencia y danzan con las secuencias de las mariposas, y se convierten en pétalos de almendros, y colorean como las azucenas, y susurran, y se estremecen, y suspiran con la sinceridad del viento; y ondulan con gravedad caprichosa, como juguetones copos de nieve; y se hacen aroma como el incienso. Son notas musicales que serpentean y brillan como luciérnagas de amor, que por amor a la trascendencia cierran mis párpados y dan paso al tiempo interno de la relajación. Solos, en el líquido amniótico de la belleza, se quedan mis pensamientos y la música, construyendo intimidad. (Inédito)

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ÁNGEL MANUEL GÓMEZ ESPADA El sol derrite los caminos de nieve. Tu casa acerca. (Inédito)

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ANTONIO LLAMAS TURANDOT

Dame la oscuridad de tu cuchillo, silencio bajo noche en el metal, la estrella que apagaste entre los dedos y el tiempo transparente donde habitas. Tu abrazo sepultado en este incendio de camisas y besos ya perdidos, la calle que te nombra tristemente, labio a labio, hasta matar la primavera azul en que reías. Dame esta sed de sombras y amapolas cuando se esconde enero entre tus muslos y del amor tan sólo invierno frío dormita en los escombros del deseo. La música pequeña en tus susurros, el papel que templado de acuarela sostiene cuanto existe y no es eterno. Dame en niebla tus pájaros de arcilla, alas donde urdir lluvia o sinrazón, la urgencia en la derrota de las manos casi ajenas al mundo en su tibieza. Tus hombros derramados en pinceles mojando los rincones de un minuto, la amargura con lengua que recoge el sólido veneno de la tinta. Y dame el corazón ganado en aquel duelo. (Inédito)

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EDUARDO MOGA HAIKÚS DEL CIEGO Y EL PERRO

El ciego mete al lánguido mastín bajo el asiento.

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El perro quiere salir, pero el ciego es inflexible.

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El ciego ve otras oscuridades. TambiĂŠn el perro.

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Se mueve el perro y, minuciosamente, se mueve el ciego.

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多Transcurre el tiempo entre el paso del perro y el del ciego?

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(Y un corolario afín) El tuerto ¿ve tan sólo la mitad de lo que existe? (Los haikús del tren, Almería, El Gaviero, 2007)

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AGUSTÍN PÉREZGONZÁLEZ Serpiente almenada que desafía al horizonte desde su extensa inmensidad. Dragón de piedra que guarda celoso la cuna del sol. Caminé tu lomo, soñé tu pasado, habité tu esencia y supe que tu fantasma sigue dividiendo el mundo: A tu izquierda, locura blanca, negra o mestiza. A la derecha locura amarilla teñida de rojo por ideas y sangre de quien no las comparte.

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BEATRIZ RUIZGRANADOS La sed abierta el cuerpo suspendido en la arena. (inĂŠdito)

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ANTONIO SÁNCHEZ FERNÁNDEZ El relámpago en dos cortó la noche. Desde la herida el cielo está sangrando su redonda luz blanca. (inédito)

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FRANCISCOJOSÉ SEGOVIARAMOS 10 HAIKUS DE INVIERNO Y PRELUDIO DE PRIMAVERA Poema ganador del IV Premio de Literatura «Saigón»

1 Llorar no puedo, mis ojos están secos. Está lloviendo.

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2 Un saltamontes trisca flores sin prisa. No se detiene.

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3 Ă rbol sin hoja, desnuda y seca rama, vestido viejo.

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4 El perro ladra a la constante lluvia, ladra y languidece.

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5 Tierra mojada, tierra reciĂŠn cavada. LĂĄgrimas de hijo.

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6 Viento del Norte, feroz y despiadado, como tus ojos.

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7 En la monta単a se arrastra la nieve, pu単al helado.

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8 ¡Niña, cántame! Una canción alegre juega en la nieve.

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9 Nubes oscuras, horizonte infinito, ciego de amor.

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10 Nubes sin agua, estĂŠriles arroyos, invierno falso.

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y 11 Ardiente sol anuncio de primavera Fiel emisario.

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MARÍAJESÚS SOLERARTEAGA PERFUME Es la certeza del frío intenso la que corta la piel. Los restos del perfume resbalan rotos entre los dedos. Cadencias de deseo que no se borran salen al patio. Se abre el jazmín, se corta el arrayán; llega la noche.

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[2] relatosparala ciudadperdida 3531


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MANUEL GUERRERO CABRERA

Vino ...bogando por el río se ahogó Li-Po. JUAN JOSÉ TABLADA La luna llena en el río. Plenitud de sed de muerte al que llega este recuerdo: el sabio chino del vino, Li-Po, consiguió beberla para morir con honor. La luna, taza de jade, ocultó el licor mortal de menguante luz y sangre. Se marchó. La luna llena en el río. Plenitud de sed de muerte que ya no le corresponde. Se marchó. Para esperar el jade menguante próximo, para igualarse a Li-Po, el sabio chino del vino, que tomó la última copa de un solo trago.

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FELISA LERÍA MACKAY

La niña de la media almendra Microrrelato ganador del IV Premio de Literatura «Saigón»

Korismato es la maiko más exquisita de la casa de Ohno. Su cara es como porcelana translúcida, mueve las manos igual que mueven las alas las libélulas y su cuerpo... su cuerpo es, sencillamente, perfecto. Esta mañana pasea con pasitos cortos bajo los almendros; la blancura de su tez se confunde con los pétalos. De pronto, desea convertirse en flor. «¿Qué flor te gustaría ser?», le pregunta Mutasa, su onee-san. «Un jazmín», contesta, cerrando los ojos y fingiendo aspirar su delicado perfume. Entonces, volando con sus cinco alas blancas, un jazmín se posa suavemente sobre el hombro de la joven. Korismato nota un peso enorme y cae desplomada. Se produce una gran agitación en el hanamachi. La llevan en volandas, la tienden sobre un lecho de seda y llaman a los médicos; éstos le diagnostican magullamiento general y le recomiendan quietud y una infusión de ginkgo, que es bueno para la circulación y hará desaparecer la extrema lividez de su rostro. Y el escritor de haikus, Zitokromo, que estaba allí cuando sucedió todo, escribió: A korismato le cayó un jazmín y la aporreó.

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ANA PATRICIA MOYARODRÍGUEZ MACKAY

La espada del filósofo Por dónde pasaba Ryo, el guerrero, todo se cubría de rojo. Pero él no era feliz asesinando. Se inició en el arte de la espada por obligación: él quería ser filósofo, pero su padre, soldado orgulloso, no lo permitió. Sus años más felices fueron en la escuela filosófica: ansiaba hallar el ideal humano supremo; se obsesionó tanto que hasta viajó para encontrarse con el ermitaño, un anciano retirado de la civilización. La respuesta que obtuvo de aquel rostro arrugado de larga barba blanca fueron unos versos. Regresó al pueblo, desconcertado e insatisfecho; allí se encontró con la desagradable sorpresa de que había comenzado la guerra. Una tarde, su katana falló: el filo cortante fue esquivado y el del enemigo atravesó su estómago. Postrado de rodillas en el suelo, hizo un esfuerzo para vislumbrar el campo de batalla... pero algo llamó más su atención: un árbol de cerezo. Se agitaba al ritmo del viento. Admiró el baile del tronco, sus delgadas ramas, las flores blancas, como la nieve... tanta belleza provocó que una lágrima rodara por su mejilla. Antes de expirar, recordó aquel poema del ermitaño de la montaña: «Filosofía de muerte para comprender esencia de vida»

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MARCO ANTONIORAYA

Funay´ürei las costas de okinawa me lamentan. soy la hija vernácula de la pura sed. se extienden mis alas como las de una medusa, acariciando el rostro blanco que los niños llamaban flor y rojo. mi rostro, ahora que se ha convertido en cubil para la muerte lo reconozco. estoy fría, cerca de ti. aseguro que tu sexo podría acariciarse para siempre porque me siento en deuda con el naufragio. batientes tus brazos, puertas deshechas de sujetar la canción del perdón de nuestros padres, no me dejan entrar. pero finalmente vienes, danzando en espiral hasta el centro de la nada. en la orilla, de día, soy un despojo rodeado de gatos que desplazan sus lenguas amargas por mi boca. nada dicen de tu sonrisa. hokan, príncipe bestia, por ti he venido. lame nuestros pies. lame nuestra modestia, para el perdón de los hombres. para la luz del día que no he de ver jamás.

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CARMEN VALLADOLID

Adorno En la danza era libélula. Su cuerpo nunca tuvo esa consistencia que tenemos los humanos. Cuando ella aparecía, un sonido de agua se metía en los oídos y, sin saber muy bien cómo, inducía al silencio y la contemplación. Y no sólo cuando bailaba. En las tareas cotidianas la armonía de sus movimientos parecían composiciones musicales. Su esposo prefería asomarse y, antes de entrar, se dedicaba a escuchar su silencio de insecto. Cada día se miraba en el espejo, se acicalaba y se tocaba la boca. Nadie sospechó nunca que la oprimía su poca libertad. Lo que más costoso le resultaba era fingir que todo era armónico, que la suavidad le nacía desde un lugar mágico. Los primeros días que fingió siempre le quedaba el temor a ser descubierta. Poco a poco fue notando que lo hacía realmente lindo. Así, Dayeah,* fue la mujer perfecta: la amante silenciosa de día, apasionada de noche. Se hizo a sí misma una mujer adorable. Cada noche se repetía las enseñanzas de su abuela. Cada día bailaba como una niña. Y cada tarde tenía que recomponerse. Nadie sabía que el sonido de agua que acompañaba a su ser-libélula provenía de lágrimas tragadas.

* Dayead: Nombre femenino de origen hebreo que significa «Pájaro».

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JULIÁN VALLERIVAS

Gaikokujin Era la tercera vez que Sebastián Vizcaíno me miraba. Tantas como el shogun Tokugawa Hidetada lanzaba con altanero desdén la palabra «gaikokujin». Extranjeros. O eso nos había traducido el discípulo del jesuita Francisco Javier. Pero, la verdad, aun careciendo del tono, la indicación ya sobraba. Conocía esa mirada, acompañada ahora de una sutil aproximación de la mano hacia la cintura. Comenzaba a cansarse del desprecio del oriental y por menos había matado. Suerte que lo habían desarmado. Suerte que comparecía como diplomático de Su Majestad Felipe III. Suerte para el otro, claro. Toca joderse... por ahora. Conocía esa mirada. El Emperador Kotohito aceptaba credenciales y negociaciones, nos había dicho. El Emperador aceptaba. Ja. Sí, ya, me creo el origen de la noticia. Conocía esa mirada. No era negociador, era el único español con cojones para cumplir las órdenes del Rey entregadas por el Virrey. Y el que más cerca del lugar los tenía. Vizcaíno, explorador y marino, había conocido muchos pueblos y por ello sabía que aquél no era uno corriente. Aquél no se dejaría influir, ni doblegar; respetaría su tradición. Pinta difícil, amigo. La mirada del primer embajador de España, de Europa, en Japón me lo decía todo.

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[3] anรกlisisen laretaguardia


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ANTONIO JOAQUIN GONZÁLEZ GONZALO

Magia y vida. La narrativa fantástica de Haruki Murakami Uno de los escritores japoneses más leídos en Occidente en la actualidad es Haruki Murakami. En su narrativa se encuentran dos tendencias perfectamente imbricadas como son la realista (Tokio Blues, Al sur de la frontera, al oeste del sol, Sputnik, mi amor) y otra que podría enlazar con la literatura del realismo mágico (La caza del carnero salvaje, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo y Kafka en la orilla)1. La última novela de Haruki Murakami traducida al español, After Dark, debería ser considerada de un modo especial, pues se desarrolla en un ambiente realista. Sin embargo, en ella aparecen una serie de factores que la acercan hacia lo fantástico. El primero de ellos es el ambiente onírico representado en el personaje que duerme a lo largo de toda la novela. El segundo es el desarrollo nocturno de la historia en Las ediciones que se han manejado de las obras de Haruki MURAKAMI son las siguientes: La caza del carnero salvaje, Barcelona, Anagrama, 2003 (Hitsuji o meguro boken, 1982, Traducción de Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala); Tokio Blues, Barcelona, Tusquets, 2005 (Norwegian Wood, 1987, Traducción de Lourdes Porta); Al sur de la frontera, al oeste del sol, Barcelona, Tusquets, 2003 (Kokky no minami, Taiyi no nishi, 1992, Traducción de Lourdes Porta); Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Barcelona, Círculo de Lectores, 2001 (Nejimaki dori kuronikureu, 1994, Traducción de Lourdes Porta y Junichi Matsuura); Sputnik, mi amor, Barcelona, Tusquets, 2002 (Supûtoniku no koibito, 1999, Traducción de Lourdes Porta y Junichi Matsuura); Kafka en la orilla, Barcelona, Tusquets, 2006 (Umibe no Kafuka, 2002, Traducción de Lourdes Porta); Sauce ciego, mujer dormida, Barcelona, Tusquets, 2008 (Traducción de Lourdes Porta); The Elephant Vanishes, New York, Vintage Books, 1994 (Traducción al inglés de Alfred Birnbaum y Jay Rubin); Hard-Boiled Wonderland and the End of the World, London, Vintage Books, 2007 (Traducción al inglés de Alfred Birnbaum); After Dark, Barcelona, Tusquets, 2008 (Traducción de Lourdes Porta); What I Talk about when I Talk about running, London, Random House, 2008 (Hashiru koto ni tsuite kataru toki ni boku no kataru koto, traducción al inglés de Philip Gabriel) Para aligerar las notas posteriores se mencionará exclusivamente el título del texto de Haruki Murakami al que se haga referencia. En la presente exposición nos vamos a centrar en los textos traducidos al español. 1

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un mundo inquietante de luces artificiales y violencia (ejemplificada en la agresión que sufre la prostituta china y los anuncios de venganza de la mafia china). Otro aspecto que produce una clara transición hacia lo fantástico está representado en la presencia de unos observadores que contemplan el inquietante sueño de Eri Asai a lo largo de toda la narración. Estos observadores recuerdan a los personajes del futuro que analizan las circunstancias en las que se desarrolla el drama Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo (aunque las finalidades de uno y otro son radicalmente distintas). En After Dark, por otra parte, Haruki Murakami retorna a la literatura japonesa, pues Eri Asai, la hermosa modelo que duerme su extraño sueño, recuerda perfectamente la novela de Yasunari Kawabata La casa de las bellas durmientes (obra que también influye en una novela como Memoria de mis putas tristes de Gabriel García Márquez)2. Ese ambiente de misterio y onirismo de After Dark no está muy alejado de la literatura clásica japonesa. El mismo Haruki Murakami, en su novela más lograda –desde mi punto de vista–, Kafka en la orilla, acerca su concepción de lo fantástico a obras como Genji Monogatari. La línea que separa lo cotidiano de lo mágico en la narrativa de Haruki Murakami es extremadamente delgada, tanto es así que las dos tendencias, la realista y la mágica, en algunos momentos confluyen a la perfección. La descripción de lo cotidiano tal y como aparece reflejado en la narrativa de Haruki Murakmi es muy japonesa. Responde a la perfección al tratamiento del paisaje, del objeto y del gesto que caracteriza la cinematografía de autores japoneses como Akira Kurosawa, Yasujiro Ozu o Kenji Mizoguchi. Lourdes Porta, en la introducción a Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, lo expresa con las siguientes palabras: Su obra presenta una sensibilidad puramente japonesa en el tempo de la narración, en sus minuciosas descripciones, en la concepción del paso del tiempo, en la decadencia y la muerte. También es japonés su mimo en la descripción de la naturaleza y de los objetos inanimados, su sentido de las estaciones. Además, aunque el Tokio que describe Murakami sea una metrópoli moderna, nunca deja de percibirse vívidamente Japón, no en sus templos o santuarios, sino en el metro, en las cafeterías, en los patios traseros de las casas, en la concepción de la vida de sus habitantes3.

En el pasado congreso internacional celebrado en Lucena en enero de 2009, Orientarse, Antonio Cruz Casado me recordó la relación existente entre esta novela y la de Kawabata.

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3 PORTA, Lourdes, «¡Qué extraño es el mundo!», Prólogo de la traducción española de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Op. Cit. pp. 7

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A partir de una situación inicial tan cotidiana como es una llamada de teléfono mientras un hombre cocina unos espaguetis, la fantasía comienza a correr desbocada hacia un mundo que se aleja totalmente de lo real para aproximarse a una especie de maravilla de la cual no está exento el elemento simbólico. El principio simbólico que alimenta buena parte de las fantasías de Haruki Murakami queda patente en el cuento «El año de los espaguetis», perteneciente a la colección Sauce ciego, mujer dormida. El principio de esta narración no puede ser más cotidiano, de hecho recuerda el fragmento antes mencionado de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. 1971 fue el año de los espaguetis. En 1971 yo hacía espaguetis para vivir y vivía para hacer espaguetis. El vapor que se alzaba de la olla de aluminio era mi orgullo, la salsa de tomate que se cocía a fuego lento en la cazuela haciendo ¡chup! ¡chup!, mi esperanza. [...]. En principio, yo hacía los espaguetis solo y me los comía solo. Podía resultar que, por una u otra razón, tuviera que comer acompañado, pero yo prefería mil veces comérmelos solo. Para empezar, en aquella época, yo estaba convencido de que los espaguetis eran un plato para degustarlo solo. Aunque no tengo la menor idea de por qué creía eso. (p. 199) También en este cuento hay una llamada telefónica desde la cual se llega, no tanto al cruce hacia el territorio de la fantasía como a ese contenido simbólico al que ya se ha hecho mención. Durum semolina. Un trigo dorado que crece en los campos de Italia. Los italianos se habrían quedado estupefactos si hubieran sabido que lo que exportaban en 1971 no era más que soledad. (p. 204) En buena parte de la narrativa de Haruki Murakami, lo que predomina ante la sombra del desarrollo fantástico es la expresión de la soledad del ser humano; no puede haber palabras más significativas que las escritas al final de «El año de los espaguetis». Este elemento metafórico que es la soledad nos recuerda el contenido final que subyace en una obra genésica del realismo mágico como es Cien años de soledad. Por otra parte, en relación con el fragmento de Lourdes Porta, anteriormente citado, nos podemos acercar a un panorama cultural que explicaría la obra de Haruki Murakami desde unos principios muy distintos a los que se han venido utilizando para explicar las influencias literarias que marcan su narrativa. Haruki Murakami fue traducido tempranamente a la lengua inglesa. Los primeros estudios académicos sobre su obra se generan en el ámbito norteamericano. Además, el mundo cultural que se refleja en muchas ocasiones en las creaciones

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de Murakami es el anglosajón: la música jazz, o autores como Francis Scott Fitzgerald, Raymond Carver, J.D. Salinger, a los cuales el escritor japonés ha traducido a su lengua. Se olvida, por otra parte, la influencia de la propia tradición nipona, patente, como ya se ha dicho, en una obra como Kafka en la orilla: los cuentos maravillosos japoneses (tan bien traducidos por Lafcadio Hearn en colecciones como Kwaidan), el Genji Monogatari o la narrativa de Natsume Soseki, sobre todo en una novela como Botcham cuyo protagonista explica el comportamiento de algunos personajes de Murakami más que la manida referencia a El guardián entre el centeno. En una de las mejores entrevistas (por la periodista argentina Juana Libedinsky en 2007) que se ha realizado a Haruki Murakami –siendo como es tan poco pródigo en concederlas–, se esclarecen algunos elementos muy importantes para explicar la creación de Murakami, más allá de la omnipresencia de lo anglosajón. Escribo cosas raras, muy raras –reconoce respecto a sus historias, que mezclan realidad y fantasía, y que los críticos occidentales han calificado de posmodernas. Pero soy una persona muy realista. No creo en nada New Age: el horóscopo, el tarot, los sueños. Sin embargo, cuanto más serio me vuelvo en la vida real, más extrañas son las cosas que escribo. Por eso uno de mis escritores favoritos es Manuel Puig, con esa imaginación tan libre. Encuentro un punto en común muy fuerte entre su literatura y la mía. De este fragmento hay que destacar dos conceptos importantes. El primero de ellos es la preeminencia dada a un principio como es la imaginación libre; y el otro, el reconocimiento de las influencias de la literatura hispanoamericana ejemplificada en dos nombres: Manuel Puig y Gabriel García Márquez, cuya obra Cien años de soledad fue traducida al japonés en 1971 influyendo, por otra parte, en Kenzaburo Oé en una novela como M/T y la historia de las maravillas del bosque (1986). Las dos tendencias en la narrativa de Haruki Murakami –magia y vida, fantasía y cotidianeidad– se encuentran perfectamente imbricadas. Podemos leer dos textos que lo corroboran. El primero de ellos es un cuento perteneciente a Sauce ciego, mujer dormida; se trata de «En cualquier lugar donde parezca que esto pueda hallarse». En esta narración asistimos a la investigación muy peculiar acerca de la desaparición de un hombre; nada explica su ausencia y los elementos fantásticos surgen a lo largo del relato sin que se produzca una justificación lógica de cómo un hombre ha podido desaparecer mientras sube un tramo de escaleras, para aparecer días después sin recordar nada, como si el tiempo transcurrido se hubiese borrado. En relación con esta desaparición está la de Sumire en Sputnik, mi amor: una ausencia a todas luces ilógica, pues sucede en un lugar donde es imposible e inexplicable esfumarse sin dejar huella. Murakami lo expresa en las siguientes

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palabras: Sumire ha encontrado, en alguna parte, una salida. Lo aventuro simplemente. Qué tipo de salida es o cómo la ha encontrado, esto no puedo saberlo. Lo dejaremos para más tarde. Supongamos que es una puerta. Cierro los ojos y configuro una imagen concreta, definida, de una puerta. Una puerta normal que se abre en una pared corriente. Sumire ha hallado esta puerta en algún lugar, ha alargado la mano, ha hecho girar el pomo y ha pasado sin más... De este lado al otro lado. Con un pijama fino de seda y unas sandalias de playa. ¿Qué escena podía haber al otro lado de la puerta? Eso se escapaba a mi imaginación. Pero la puerta se había cerrado, Sumire ya no volvería. (Sputnik, mi amor, p. 198) Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con el perdido en «En cualquier lugar donde parezca que esto pueda hallarse», Sumire aparecerá y, en sus palabras, el hecho misterioso se transforma en una atolondrada aventura. ¡Ya estoy de vuelta! –exclamó Sumire. De un modo muy natural. Muy real. Me ha pasado de todo, pero, en fin, ya he vuelto. Ha sido como La Odisea de Homero resumida en menos de cincuenta palabras Sputnik, mi amor, p. 244. Hay un punto común entre los cuatro textos de Murakami que hasta ahora se han mencionado («El año de los espaguetis», Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, «En cualquier lugar donde parezca que esto pueda hallarse» y Sputnik, mi amor). Lo que queda al final de todos estos textos es la soledad. Tema, por demás, recurrente en la narrativa de este escritor japonés. ¿En qué consiste esa confluencia entre magia y vida –que podría denominarse como realismo mágico– caracterizadora de la narrativa de Murakami? Desde los ejemplos que se han ido mencionando a lo largo del presente artículo está bastante claro. El mundo contemporáneo de personajes aparentemente reales es la base desde la cual se desarrollan las ficciones de Murakami. Para convertir la vida de cada día en mágica, el escritor japonés recurre a una serie de instrumentos que pasaré a enumerar a continuación. En primer lugar, la creación de un ritmo casi musical que Murakami ha aprendido del jazz. El ritmo es lo más importante porque es la magia, lo que invita a la audiencia a bailar y lo que yo quiero son lectores que bailen con mis palabras. No quiero que entiendan mis metáforas ni el simbolismo de la obra, quiero que se sientan como en los buenos conciertos de jazz, cuando los pies no pueden parar de moverse bajo las butacas marcando el ritmo. Luego viene la melodía, que en literatura es un ordenamiento

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apropiado de las palabras para que vayan a la par del ritmo y la armonía. Después llega la parte que más me gusta: la libre improvisación. Yo empiezo a escribir sin ninguna estructura, apenas con alguna imagen o una serie de personajes que me interesan. Así como los lectores, no puedo esperar a dar vuelta a la página para saber qué pasa con esta gente que he creado, porque no tengo idea del argumento, simplemente dejo que la historia fluya libremente desde mi interior y me sorprendo a mí mismo. Por eso creo que la libre improvisación es simplemente llegar a la esquina sin aliento para ver qué hay al girar en ella, con un sentimiento de excitación que debería ser transferido a los lectores, lo mismo que la sensación de libertad. Esto ya es el punto final, la elevación, esa emoción que uno experimenta al completar su interpretación, sentir que ha alcanzado un lugar nuevo y significativo, que ha logrado mover a la audiencia del punto A al punto B, que la ha transformado y nunca volverá a ser la misma. Es una culminación maravillosa que no puede obtenerse de ninguna otra manera e implica que el lector o quien ha escuchado la música ya es otra persona. Cualquier libro que logra eso se ajusta a mi definición de un buen libro. (Entrevista por Juana Libedinsky) Ese ritmo nos acerca a la recitación de carácter mágico de las narraciones mitológicas; posible influencia, por otra parte, de la cultura ancestral japonesa, que tiene una base oral muy importante. El ritmo se consigue por la presencia de unos temas que se repiten (los gatos, las orejas, la sangre), incluso, por las alusiones directas a la música que continuamente escuchan los personajes. El segundo aspecto que hemos de considerar es lo iniciático, conseguido mediante la presencia de unas estructuras antropológicas (a la manera de símbolos tradicionales tan arraigados como el pozo y el bosque). Por otra parte, son muy numerosos los personajes que sufren ordalías antes de entrar en contacto con otro plano de la realidad. Los ejemplos más claros de ello se pueden encontrar en La caza del carnero salvaje y en Kafka en la orilla. Unido directamente a la prueba iniciática se encuentra la violencia trascendental. En este sentido hay que considerar las pruebas sufridas por el teniente Mamiya en Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, el cual sufre una iluminación que en lugar de darle la vida, le roba el alma. Mario Vargas Llosa en 1971, cuando analizó la obra de Gabriel García Márquez en Historia de un deicidio, consideró que una de las principales técnicas a la hora de originar la maravilla de lo cotidiano, o el realismo mágico, es la contaminación mágica, la cual consiste en dar un salto cualitativo en la mirada hacia la realidad. Después de haber representado con cuidado, casi con el mimo que caracteriza a Haruki Murakami, los actos y mundos más reales y cotidianos, surge repentinamente el hecho fantástico que tiñe toda la normalidad anterior con la misma pátina de lo maravilloso. Esta es una de las técnicas que mejor domina Haruki Murakami, la cual le lleva a plasmar lo cotidiano con una mirada que no deja de ser inquietantemente

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premonitoria. Este aspecto, por otra parte, es el que distancia la narrativa del escritor japonés de los cuentos de Raymond Carver, uno de los autores más nombrados de la literatura norteamericana a la hora de explicar las influencias que generan su manera de narrar. Finalmente, la técnica que hace trascender la realidad hacia lo maravilloso, una de las que mejor domina Haruki Murakami, es la creación del personaje raro. La galería de personalidades extravagantes en las novelas de Murakami es muy amplia. Hay distintos grados de extrañeza en los personajes de estas historias. Podría mencionarse una rareza cotidiana expresada en aquellos personajes separados de sus circunstancias normales, así ocurre con Toru Okada de la Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, o Hajime en Al sur de la frontera, al oeste del sol. Ambos cruzan el umbral de lo cotidiano debido al sentimiento de soledad que les embarga. También existen los personajes que pueden poner en contacto dos dimensiones de la realidad; los dos ejemplos más claros se encuentran en Kafka en la orilla y son la maestra Setsuko Okamachi y Nakata, personaje perfectamente enlazable con El idiota de Fiodor Dostoievski. Dentro de la nómina de personajes extravagantes también habría que mencionar a algunos de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo como las hermanas Kanoo; Malta, que se dedica a la adivinación, y Creta que ejerce la prostitución mental; o Noboru Wataya, un personaje ansioso de poder que interpreta la economía como una política mística. La obra en la que se produce una mayor aglomeración de personajes extraños es Kafka en la orilla, en la cual, además de los ya mencionados Setsuko Okamachi y Nakata, nos encontramos con el andrógino Oshima, el héroe gamberro Hoshino, el Coronel Sanders –logotipo viviente de Kentucky Fried Chickens– y Johnie Walken, que pierden su significado publicitario para pasar a ser expresión de la eterna lucha entre los principios del bien y del mal. Bajo esta acumulación de elementos narrativos que trascienden lo cotidiano hacia lo mágico, lo que encontramos es uno de los rasgos fundamentales del arte de contar de Haruki Murakami: la magia de la novela es la libertad creativa total con un contenido simbólico.

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JACOB LORENZO

La belleza escondida en los hayku y el orden del mundo en las wakas de Lara Cantizani La rama rota por la mitad. Y medio mundo se seca. Este es el haiku-éxtasis del poeta Lara Cantizani. Pero la palabra «éxtasis» en su más puro significado, tasis = movimiento; ex = salir de; por eso, con este haiku sales del movimiento, te paras delante del mundo circundante, lo miras, pero no basta con eso, como poeta debes abrir lo mirado y verlo desde dentro, desde la más íntima realidad de las cosas. Hay gente que piensa que vive dentro del tiempo. Lara no; él sabe que está fuera, que se quiere quedar fuera, porque intuye, y la intuición es un atajo a la sabiduría, que el artista, como decía ayer Chantal, está en perpetua transformación. Aunque de repente, este poeta de papel se percibe a sí mismo en el proceso del cambio, se inunda de presente, arde en el instante porque se da cuenta como Wislawa que si quiere hablar sobre las nubes, tendrá que darse mucha prisa, porque en un segundo dejan de ser ésas para ser otras nubes diferentes. Pero entre tanto fluir, el poeta se detiene, observa y dice: En equilibrio el horizonte rojo tensa la tarde.

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A veces, el presente puede ser oscuro, porque como afirma el autor, pensar le entristece, y ese «sudor trágico, profundo como un pozo de dulzura anónima» lo conduce a la nieve sucia o al mal amor de algunas, (y dice): Costa sin faros que empapa tu almohada de acantilados. Su libro más orientado a oriente se llama El invernadero de nieve, aquí Lara Cantizani cultiva la íntima realidad de las cosas, arde las pasiones hasta que surge la llama de las imágenes, (dos ejemplos): Almendro en flor. ¿A qué olerá la luna que nos contempla? La piruleta. Y mis labios se pegan contra el olvido. En vez de reducir al minimalismo el mundo exterior, en este caso el mundo se disminuye en un paysage d’âme o paisaje del alma, como solían hacer los artistas impresionistas. Lara nos muestra la naturaleza en toda su inmediatez concreta. Inmediatez que da sustancia a la forma trascendental como en este haiku-oral de su hija Adriana: Mira, papa, esa flor huele mal porque estás triste. Unos poemas que se tienden a nosotros para a su vez extendernos hacia ellos; sirenas, manzanas o copo de nieve son ejemplos de esa vita minima; son mortales como el hombre, pero sin conciencia de mortalidad. Y vuelvo a las nubes de Wislawa, ya que ellas no tienen la obligación de morir con nosotros. No necesitan ser vistas para poder pasar. Por eso estos versos son eternos, por ser de nieve, por ser un iceberg en llamas, ya que siempre estará ardiendo en los ojos de los lectores. Esa sutileza nívea suspensa en el fuego es un ideal expansivo, jamás tendrá fin: «lo más frágil es lo que dura» (otros dos ejemplos):

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Aquí y ahora, tus labios en mis labios parecen haikus. En mi memoria castillos enterrados. Arena antigua. Este es un gran libro de poemas, o un poemario, o un solo poema. Es una luna de golf o un copo de luna. Un hilo vital que va desde la infancia hasta la infancia. Y en contra de lo que dice algún crítico criticable, al que animo a que penetre más en esta hoguera de versos granizados, esta obra sí tiene unidad, ya que, como se sabe en la filosofía Zen, una imagen no tiene porque tener una contigüidad lógica con lo que se dice, sino que esta pureza nipona se basa en fogonazos, en flashes de luciérnagas que alumbran el alma del lector profundo. Lara Cantizani como Juan Ramón Jiménez ha sabido ver la belleza escondida, una realidad superior a la que perciben los sentidos. En estos últimos meses he leído diversos estudios sobre haiku o sobre autores que intentan escribir haiku; y ha sido inevitable toparme en más de una veintena de ocasiones con las palabras «pequeño, poema mínimo, pequeño espacio, leve imagen», etc. Tengo que decir que no me parece adecuado describir el haiku con esos vocablos, sobre todo y ante todo después de leer el haiku que por excelencia resume la belleza escondida en la poesía oriental de Lara: El astronauta. Cuando llega a la luna no ve la luna. Y es que claro, ¿dónde está la luna de la luna? Entonces, ¿es este haiku un poema mínimo acaso, o un leve espacio o algo de eso que dicen por ahí? No. Aquí está todo, poesía unitiva entre el trasfondo permanente y la permanente ausencia. WAKA CONTAMINADA SOBRE UN HAIKU DE TOKUGEN Tras la nevada, movimiento y quietud: brillo de excavadoras. No hay nada tan negro Como la nieve sucia.

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Lara nos invade de lo cotidiano, pero arrastrándonos con su sed de belleza. El budismo le aporta la franqueza de ir al grano y la percepción del instante y la filosofía zen la convergencia paradójica de lo práctico y lo ideal. El poeta se envuelve en una locura cálida para intentar plasmar el orden o el peso del mundo en sus wakas: Astillo un orden de adúltero deseo. Bajo tu pulso y mis manos un puente sin piso ni barandas. Calla el otoño. El cielo se desploma tras el alcor. Contra el suelo las hojas definen el silencio. La escritura oriental parece ser que se lleva a acabo en la edad madura, es decir, en la etapa reflexiva de la vida, y eso le ocurre a nuestro poeta lucentino: con dos hijas-haiku y una decena de libros ha conocido que la mejor poesía se escribe desnudándose el alma, por eso en los veranos tranquilos es un poeta en tanka. Entre sombrillas dos labios extranjeros arden el mar. Fuego griego en los ojos de hogueras sin bikini. Te sientas en una silla con El invernadero de nieve en las manos y te preguntas que dónde nace lo ilimitado, hacia dónde va. Y, poro a poro, la piel imposible de este libro empieza a sucumbir en tu piel tal vez posible. Contemplas la caída de la nieve, los copos dilatando todo lo que tocan, modificando formas hasta que no queden formas. Poemas que llueven en todas direcciones, indecibles, tan blancos que te funden la memoria en cada paso que das. Luego llega el calor de una taza de té, pero eso es insuficiente para impedir que lloremos la pérdida; lo que has leído ya no es lo mismo. Te has movido para completar las cosas, como Mark Strand: «En un campo/ yo soy la ausencia/ de campo./ Siempre pasa lo mismo./ Dondequiera que esté/ soy aquello que falta./ Cuando camino/ divido el aire/ y el aire/ siempre se mueve/ llenando los huecos/ que mi cuerpo deja./ Todos tenemos razones/ para

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movernos./ Yo me muevo para completar las cosas». Por eso estos versos son infinitos, porque nos completan y porque tenemos que completarlo y así acabar el orden cíclico del mundo que nos rodea. En resumen, el mundo se rompe por la mitad para hacerse esencia. Y os leo el último tanka de Lara: El pararrayos y la cruz. Fe segura en la espadaña. Un ciprés, de rodillas, herido desde el cielo. Para terminar haré una pequeña reflexión a la que llegué después de leer a un amigo. Se escribe porque se está solo, se escribe para dejar testimonio del asombro y el amor por lo que te ocurre y que no se acaba de entender. Y, al final, acabas necesitando estar solo para escribir. Se acaba convirtiendo en una madriguera-trampa y acabas siendo esclavo de tu propio don. El don es condena. Por eso no se vive de la poesía, y menos del haiku, pero sí de las cosas laterales a la poesía, conferencias, recitales... Por eso Manuel Lara Cantizani, mi padre de papel, se ha buscado otro trabajo ajeno a las letras, para poder escribir sólo lo que necesita escribir y, visto lo visto, lo que todos nosotros necesitamos leer.

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N SAIGÓ º 13 DE N L E ND NTACIÓ PRESEción RÍA LIBRE Redac DE LA S E D N DE NTACIÓ ENA PRESE IR A DE M JUAN ción O c a d EBRER e R A EN F R U T A R Y LITE TANGO n TURA ió c Redac LITERA E D ALOCIO IO AND PREM 2009 ción Redac

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Presentación del número 13 de Saigón El 15 de diciembre se ponía fin a los actos que la Asociación Cultural Naufragio ha celebrado para conmemorar el V aniversario de su publicación Saigón. El motivo fue la presentación del número 13 de dicha revista en la Casa de la Juventud de Cabra. Anteriormente, en octubre y noviembre había realizado varios actos en Lucena. En la foto, Carmen Güeto, concejal de Cultura de Cabra, Manuel Lara Cantizani, concejal de Juventud de Lucena, Manuel Guerrero Cabrera, miembro de la redacción y de la Ejecutiva de esta Asociación, y Thyzzar, autor de la cubierta. El acto contó con la interpretación musical de Teresa Alonso (también en la foto) a la guitarra.

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Presentación de Desde la librería Juan de Mairena El pasado 15 de enero tuvo lugar en la sala «La etiqueta me duele», totalmente abarrotada, de la Biblioteca Municipal de Lucena la presentación del libro de José Trapiello, «Pipo», Desde la librería Juan de Mairena. Un punto de vista de la Transición en Lucena, que ve la luz gracias al afán de Ática Comunicación, la Asociación Cultural Naufragio y la ayuda de la Diputación de Córdoba. Este texto formó parte de la sesión de comunicaciones que el autor presentó en las pasadas Jornadas sobre la Transición española que la Asociación Cultural Naufragio y el Ayuntamiento de Lucena organizaron en febrero de 2009 e inicia la colección Lucena21 de Áticabooks. En la foto, los intervinientes: José Ma García, responsable de Ática Comunicación, «Pipo», autor del texto, Manuel Lara Cantizani, concejal de Juventud, y Manuel Guerrero Cabrera, de la Ejecutiva de nuestra Asociación.

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Tango y literatura en febrero El 5 y 6 de febrero nuestra Asociación realizó dos actividades sobre la música y la literatura con motivo de la muerte de Gardel ocurrida hace 75 años. Para ello, el día 5 José Manuel Ventura, saigonista y Doctor en Historia, impartió una conferencia en la Biblioteca lucentina con título «La música popular en los inicios del siglo XX» y el día 6 se presentó ante una gran audiencia del Palacio Erisana de Lucena el libro Tango. Bailando con la literatura de Manuel Guerrero Cabrera (momento al que pertenece la fotografía), en la que intervinieron, además del autor, Manuel Lara Cantizani, concejal de Cultura, y Antonio Cruz Casado, catedrático de Lengua y Literatura del IES Marqués de Comares, y se contó con la actuación del dúo Frente a Frente Tango que interpretaron varios tangos y con el baile de Ángel y Carmen.

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Premio Andalocio de Literatura 2009 Nuestra Asociación recibió a finales del año pasado el Premio Andalocio de Literatura, que la revista Andalocio, la guía cultural de Córdoba, concedió en su primera edición, por nuestra «promoción, difusión y fomento» de la literatura y cultura que realizamos desde el sur de la provincia. Esta Asociación agradece el apoyo recibido para conseguir el Premio. En el centro de la foto, Beatriz Madrid y Juan Antonio Gavilán, de Andalocio, junto al Ejecutivo de esta Asociación, Manuel Guerrero, Inma Granados y Toni Reyes, y de Julián Valle, miembro de la redacción de Saigón.

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V PREMIOSAIGÓN DELITERATURA La revista cultural Saigón convoca el

V Premio Saigón de Literatura en la modalidad de Poesía y Microrrelato n PRIMERA Podrán participar en este concurso escritores que tengan 16 o más años el 31 de diciembre de 2010 y de cualquier nacionalidad, siempre que los trabajos presentados estén escritos en castellano y sean originales e inéditos. n SEGUNDA Se establecen dos modalidades: A) Premio para poesía. B) Premio para microrrelato. En esta quinta edición del Premio, el tema es la guerra y la paz (se puede tratar uno solo o los dos temas al mismo tiempo) para ambas modalidades. La modalidad A deberá tener una extensión mínima de 5 versos y máxima de 64 y la modalidad B no podrá exceder de las 200 palabras. n TERCERA Se establece un premio de un lote de libros en cada una de las dos modalidades. El premio conlleva la publicación de la obra en uno de los números de Saigón que la Asociación Cultural Naufragio pretende editar en 2011. La entrega del premio tendrá lugar en el acto de presentación del número que correspondiera. n CUARTA Los originales se presentarán por duplicado, mecanografiados o en letra impresa New Times Roman tamaño 12 o similar, en papel de tamaño DIN A-4, espaciado a 1.5 sólo por el anverso. No es necesario que se presenten encuadernados. n QUINTA Los trabajos se entregarán sin otra identificación que el lema. En el interior de un sobre cerrado, que acompañará al trabajo, se detallará el nombre, apellidos, dirección, teléfono y dirección de correo electrónico del autor y en el exterior de dicho sobre

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se indicará el título del trabajo, el lema bajo el que se identifica y la modalidad a la que se presenta. n SEXTA Los trabajos se entregarán por correo ordinario (se recomienda –no es obligatorio– que sea certificado) a la siguiente dirección: Revista Saigón Plaza de Aguilar, 7 14900 Lucena (Córdoba). El plazo de presentación comenzará el 30 de enero y concluirá el 30 de septiembre de 2009. Cerrado el plazo de presentación, en el blog de actividades de la Asociación Cultural Naufragio (acnaufragio.blogspot.com) se dará la relación de trabajos que participan en el Premio. n SÉPTIMA El jurado estará compuesto por escritores y estudiosos de la literatura, que mantienen una fuerte relación con Saigón. El jurado leerá los trabajos presentados que reúnan los requisitos formales establecidos en esta convocatoria, produciéndose el fallo en consideración del mérito absoluto de los mismos antes de la convocatoria del próximo Premio «Saigón». El Premio se podrá declarar desierto. n OCTAVA Tras el fallo del jurado, se expondrá en el blog citado en la SEXTA disposición de esta convocatoria el nombre de los ganadores y de las obras premiadas y se les avisará por carta o teléfono. n NOVENA La participación en el concurso implica la aceptación y conformidad con estas bases y, en lo no previsto en las mismas, se estará a lo que dictamine el jurado. n DÉCIMA Las copias de todos los trabajos recibidos quedarán en el archivo de la Asociación. Los autores podrán recogerlos durante un año desde el fallo del jurado. Pasado este tiempo, la Consejo Ejecutivo (o quien ella determine) valorará la permanencia en el archivo de los trabajos.

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