La luz del paladín

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Septiembre 2016

Equipo de trabajo: Carolina Ramírez Chica. Estudiante de Archivística Editora Sección académica Programadora y diseñarora

Colaboradores externos: Martín L. Rocha Rincón Bibliotecólogo

Juliana Sepulveda Hurtado Estudiante de Bibliotecología

Solangy Carrillo Pineda.

Estudiante de Bibliotecología Editora Sección Cultural Programadora y diseñarora

David Carazo Parra

Estudiante de derecho

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La luz del paladín Edward Hero Día 190, han pasado seis meses desde que llegué a este mundo, me he acostumbrado a cómo funciona todo, pero aún no encuentro forma de regresar, no sé cómo llegué en primer lugar, si no fuera por la ayuda de Otsuo seguro ya estuviera muerto, después de todo en este mundo solo los más fuertes sobreviven y ella es la persona más fuerte y bondadosa que conozco. Otsuo ha sido una gran maestra, me ha enseñado todo sobre el oficio de paladín; me invitó al clan del que hace parte y me anima cuando pienso en mi mundo, creo que es por ella que no seguí pensando en mi antiguo mundo, además no pude encontrar como volver. —¿Qué haces, Gary? — Otsuo, ¿cuándo llegaste? -Le dije sorprendido— Acabo de llegar, Ya tengo todo listo para enfrentar al dragón. — ¿Estás segura que podremos hacerlo? —No te preocupes Gary, nuestro clan es muy fuerte, no por nada somos llamados: “los invencibles de Nagura”. Mientras trabajemos en equipo tendremos muchas posibilidades de vencer a la bestia. —Me dices que no me preocupe pero la verdad no me siento preparado, y no sé si el clan pueda trabajar en equipo, ¿crees que Cage pueda hacerlo? —No te preocupes por Cage, yo hablaré con él, pero recuerda que la confianza en tu clan es lo primero que debes de tener, nosotros como paladines debemos proteger a los demás y confiar en que ellos nos apoyaran, así que confía en mí, Gary. —Confío en ti, Otsuo, pero no confío en Cage.


—Yo me encargaré de él - dijo Otsuo con una sonrisa -. —Por cierto Gary, ¿qué hacías con ese libro? Dudé en contestarle, miré el libro pensando qué podía inventar; me apenaba decirle que tenía un diario. —Ah, emm, sólo escribía algunas notas de lo que he aprendido en este mundo. —Cuando derrotemos al dragón asegúrate de escribirlo también ¿vale? —¡Sí! Dentro de las sombras salió Cage, su caballo blanco destacaba, y su pelo rubio hacía juego con su armadura dorada, ¿estaría hace mucho ahí? No pude notar su presencia hasta que estaba justo detrás de mí. —Así que acá estaban, prepárense que saldremos por el dragón. ¡Otsuo deja de perder tu tiempo con ese perdedor! —¡Cage! ¡no le digas perdedor a Gary! -dijo Otsuo—Está bien, sólo no pierdas el tiempo con él. De la misma forma que llegó, partió de nuevo. Cage no era el tipo de persona que me agradara y yo estaba seguro que él sentía el mismo rechazo hacia mí. No entendía porque alguien como Otsuo estaba en el mismo clan que él. — Vamos Gary, mañana será un día difícil.-dijo Otsuo mientras me tendía la mano—¡Sí! Partimos esa misma noche. Esperábamos llegar al amanecer y evitar tantos clanes peleándose y desgastando nuestras fuerzas. La recompensa que se ofrecía por el dragón era lo suficientemente grande para que todos los clanes se olvidaran del peligro que representaba, nosotros no éramos la excepción.


—Hey Gary, ven acá - dijo Cage -, debo explicarte algo del plan. Me acerqué a él, sentía que desenvainaría su espada y me atacaría, lo podía ver en sus ojos. —Escucha muy bien Gary, deja de hacer sufrir a Otsuo ¿no crees que eres egoísta solo pensando en ti? —¿La hago sufrir?- dije confundido—Sí, así es, Otsuo por estar cuidándote no puede superar su pasado, ¿o no lo sabías? Ella como todos nosotros tiene un pasado. —Mi intención nunca fue herirla ni hacerla sufrir, yo quiero hacer algo por ella. —Escúchame bien Gary, de ahora en adelante mantente alejado de ella. No supe qué responderle, ¿en verdad hacía sufrir a Otsuo? ¿Soy una carga para ella? Desde que llegué a este mundo ella siempre ha estado conmigo, por eso nunca pensé en lo que ella hacía antes de conocerla, ni siquiera sé qué es lo que quiere. Por estar llorando por mi mundo olvidé que ella también tiene preocupaciones, sueños y miedos, siempre la vi tan fuerte que no pasó por mi cabeza que Otsuo pudiera sufrir, su sonrisa nunca me demostró dolor alguno. —¡Gary! ¡Cage!, ¡hemos llegado a la cueva del dragón!- dijo Otsuo – —Muy bien –dijo Cage - ¡TODOS PREPÁRENSE!, vayan a sus puestos y recuerden lo planeado, haremos esto fácil y rápido, sólo hagan lo que les digo. —¡SÍ! – gritaron todos La bestia salió al escuchar todo el ruido, provocando pavor con sus fauces, haciendo que los soldados perdieran el espíritu de lucha con solo verlo. El dragón se aferraba al suelo con unas garras que podrían destrozar la carne de un hombre, se movía de forma lenta por su gran tamaño, por último salió su cola robusta llena de puntiagudas escamas. —¡ATAQUEN!- gritó Cage - lo acabaremos en un solo momento.


Los paladines atrajimos a la bestia pero era muy poderosa, el dragón atacó con su cola, los paladines fuimos barridos y sólo Otsuo pudo permanecer de pie; Cage al ver esto ordenó a la caballería que se lanzaran a bocajarro, en ese momento perdimos la batalla. Los arqueros dominados por el pánico empezaron a lanzar flechas al dragón, hiriendo a los soldados también, Cage no estaba usando la cabeza, el pavor hizo que tomara una mala decisión. —¡Cage!, haz que todos se retiren!-le grité—¡Cállate!, nosotros lo derrotaremos. Aún con el miedo que tenía Cage en ese momento, se rehusaba a perder el título de “invencibles”, incluso si eso conllevara a perder todo el clan. —¡Ataquen con todo lo que tengan! - dijo Cage – Todos atacaron al dragón con una fuerza increíble, poco a poco se fue debilitando, pero nuestro clan ya no tenía energías, en la batalla perdimos todos los soldados, los únicos que quedábamos en pie éramos Otsuo, Cage y yo. —¡Debemos retirarnos, si seguimos moriremos! —Gary tiene razón - dijo Otsuo - debemos huir. —¡Maldición! Perderé mi título del “invencible Cage”. El monstruo se acercó a nosotros, ya no podíamos hacer nada, no podríamos contener su furia, levantó su cola y nos golpeó con ella. Destruyendo consigo un grupo de árboles. —¡Otsuo, ¿estás bien?! -dije – —Sí, lo estoy, pero quedé atrapada. —No te preocupes, te voy a ayudar. El árbol que estaba encima de ella era muy grande, con mis fuerzas no lo


podría haber levantado, si tan sólo hubiera sido más fuerte podría habérselo quitado de encima. —Otsuo, resiste - dije – —No tienes que preocuparte por mí, huye Gary. —Es una pena que pase esto - dijo Cage -, pero es mi oportunidad para huir. Qué lástima que todos te traicionen Otsuo ¿no crees?, espero que el dragón sea misericordioso con ustedes. Con esas palabras Cage nos abandonó, la misma persona que parecía preocuparse por Otsuo la dejo atrás, ahora solo podíamos esperar que el dragón nos acabara. —Huye tú también Gary - dijo Otsuo – —De ninguna manera, no te dejaré atrás. Intenté mover el árbol pero mi fuerza no era suficiente, nunca me había sentido tan débil, deseaba poder. El poder para proteger a Otsuo y vencer al dragón. —Lo siento Gary, por mi egoísmo te he traído hasta aquí - dijo Otsuo – —El egoísta he sido yo Otsuo, solo pensé en mí y nunca me pregunté por tus sentimientos. —¿Mis sentimientos? Mis sentimientos han estado contigo desde que te conocí. En ese momento el dragón llegó a nosotros de nuevo y mostrando sus colmillos nos miró fijamente, calculando cómo atraparnos de un solo bocado. —Huye Gary, no te preocupes por mí. —Mis sentimientos también están contigo Otsuo, es por eso que no puedo huir. No puedo huir de ellos.


Me paré en frente del dragón, decidí que la protegería sin importar el miedo que sintiera, desafiaría la muerte y triunfaría para volver con Otsuo, tocar su cabello negro, conocer sus sueños, sus miedos; besar sus labios rojos y pelear junto a ella de nuevo. El dragón se lanzó con su gran hocico, en ese momento una luz proveniente del cielo cayó sobre nosotros, cubriendo todo con una cálida sensación, era un sentimiento muy familiar. Cuando volví en sí el dragón no estaba, tampoco encontré a Otsuo. Había vuelto a mi mundo, todo había sido un sueño, ya no tenía mi armadura, ni mi yelmo, la espada y el escudo que portaba en la batalla fueron solo una ilusión, eso pensé hasta que vi mi diario. Los sentimientos que tengo por Otsuo son reales, ninguna ilusión haría que mi corazón se estremeciera al ver un diario, tomé el diario y comenzó a brillar, al abrirlo pude ver todo lo que había escrito, y al final una letra que no era la mía decía: “Gracias a la Luz del Paladín, el dragón fue derrotado y yo fui salvada, pero aún así un dolor se posa sobre mí. Solo espero que el paladín regrese como el héroe del clan, Gary por favor regresa.” Otsuo me esperaba, debía encontrar una forma de volver y el diario de alguna u otra manera era la conexión para poder volver. Necesitaba la luz del paladín de nuevo.

Edward Hero Estudiante de Bibliotecología Universidad de Antioquia




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