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Jacaranda REVISTA CULTURAL del I.E.S. La Janda Número 1: Los sueños

Vejer de la Frontera. Enero de 2010


Sumario Surrealismo: contexto histórico y dimensión literaria Pilar Ballester y María Jesús Fernández, pp. 6-7. Falsos poemas dadaístas Alumnos de 2º de ESO A, B y C y 4º de ESO B del curso 2008-2009, bajo la supervisión de David Collis, pp. 8-11. Del surrealismo al realismo o al revés Alumnos de Música de 4º de ESO D, Paco Suárez y Ana del Moral, pp. 12-14. Dónde están las sombras Ángel Moya, p. 16. Inconsciente Antonio Torralba, p. 17. Maya Deren en la Sala Poesía y Sueño de la Tate Modern de Londres David Collis, pp. 18-19. La fábrica de sueños María Oliva García y Carmen Oliva Morillo, alumnas de 1º de Bachillerato AB, p. 20. Los comienzos Ana del Moral, p. 21. .

La química del celuloide Pedro Casado, p. 22. Sueños de celuloide Alumnos de 1º de ESO A y 2º de ESO B, C y D, bajo la supervisión de Ana del Moral, pp. 23-26. Mil vidas... quiero vivirlas todas Emilio Collis, alumno de 1º de ESO A, y Alejandro Soto, alumno de 2º de ESO C, pp. 27-29. Yo que no entiendo de música... Alumnos de 2º de ESO B y E, bajo la supervisión de Ana del Moral, pp. 30-31. Sueño de una noche de aquelarre Alumnos del Proyecto Integrado de Música de 4º de ESO, bajo la supervisión de Lola Villar, pp. 32-35. ¿Cómo dormimos? ¿Cómo soñamos? Alumnos de todos los niveles, con ilustraciones de Amaya Pagani, alumna de 2º de ESO C, pp. 36-39. El durmiente del valle Ramón Tejero y Ana Longenecker, pp. 40-41. Comienza el curso y hablamos de Educación Ana del Moral, Daniel Castillo, Andrés Comesaña y Amodio de la Isla, con ilustraciones de Miguel Ángel de la Fuente y alumnos de 1º de ESO A, B y E, pp. 42-49. Álmodó vár: sueños de Hungría Miguel Ángel de la Fuente, pp. 50-51. Sueño con mi ciudad Loubna Nouari, alumna de 2º de ESO D, p. 52. Halloween: comienza la pesadilla... Alumnos de 1º de ESO A bajo la supervisión de Consolación López, p. 53. La maldición de Halloween Ana del Moral y alumnos de 4º de ESO B bajo la supervisión de Pilar Morillo, pp. 54-55. Visita al cementerio Alumnos del Ciclo de Grado Medio de Atención Sociosanitaria, bajo la supervisión de Manolo Delgado, pp. 56-57. Personajes Ana del Moral, Daniel Castillo, Andrés Oliva, Juan José del Moral y alumnos de Música de 4º de ESO D, pp. 58-62.

Ilustración de la portada: Misterio y Melancolía de una calle. Giorgio de Chirico, 1914.


Jacaranda

REVISTA CULTURAL del I.E.S. La Janda Vejer de la Frontera Número 1: Los sueños Equipoderedaccin

Alumnos de Música de 4º de ESO D

Hancolaborado:

Pilar Ballester, María Jesús Fernández, David Collis, Paco Suárez, Ziggi Zakariassen, José Ramón Altamirano, Isidoro Rambaud, Rafael Leal, Yasmina Sánchez, Johana Oliva Pérez, Sergio Sánchez, Natalia Mejías, Víctor Sáiz, Ángel Moya, Antonio Torralba, María Oliva García, Carmen Oliva Morillo, Pedro Casado, Alejandro Soto, Emilio Collis, Mario Infante, Ana Salcedo, Moisés Castro, Juan Francisco Corrales, Alicia Mera, Alicia Gomar, María Oliva Muñoz, Amaya Pagani, Juan Francisco Sánchez, José Javier García, Víctor Manuel Guerrero, Raquel Diego, Estela Melero, Francisco José Astorga, Jara Doncel, Lola Villar, Ramón Tejero, Regina Gonçalvez, Juan Francisco Molina, Fiore Pitcher, Diego García, Ana Longenecker, Andrés Comesaña, Daniel Castillo, Miguel Ángel de la Fuente, Loubna Nouari, Paco Muñoz, Dolores Muñoz, Andrés Oliva, Juan José del Moral, Pepi Moraga, Zara López, José María Oliva, Irene García, El-Mehdi Makdomi, José Ramón Valdés, Juana Sánchez, Miguel Ángel Rivera, Javier Fernández, María Natividad Corrales, Isabel Rambaud, Paula Moreno, José Luis Astorga, Sebastién Galindo, Luisa Manzano, Antonio José Sánchez, Milagros Manzorro, Pablo Castro, Jonathan Morales, Alejandro Corrales, Amodio de la Isla, Isabel Treuer, Melisa Alvarado, María Varo, Leonor Domínguez, José Antonio Trujillo, Ramón García, María Oliva Bermúdez, Santi de El Caballo, Fátima Bermúdez, Encarna Ceballos, Mari Carmen Santos, Desirée Tamayo, Carlos Román, Marta Clavijo, Santiago Tocino, Antonio Bermúdez, José Antonio Doncel Moriano, Juan Antonio Casado, Carmen Oliva Ramírez, Paula López, Antonio Morales, Alex Brudenell, Cristina Ramírez, María Oliva Fernández, Laura Crespo, Ismael Cepero, Lucía López, Paula Alcedo, Rami Gamal, Francisco Manuel Cruzado, Natalia de Rojas, Rosa Olea, Cristina Castrillón, Carlota Caballero, Cristina Morcillo, Daniel Agúndez, Salomé Jiménez, Elena Santos, Isabel Peña, Ángela Castrillón, María José del Jesus, Elena Migolla, Consolación López, Pilar Morillo, Antonio Navarro, Bernabé Ureba, Juan Francisco Galindo, Manolo Delgado, Anabel Sánchez, María José Vega, Estefanía Sánchez, Juana María Jiménez, Carmen Jiménez, Patricia Guerrero, Ana Vanesa Mateo y la colaboración colectiva de 1º y 2º de ESO completos, 4º de ESO B, 4º de ESO B del curso académico anterior, Proyecto Integrado de Música de 4º de ESO y Ciclo de Grado Medio de Atención Sociosanitaria.

aquetacin

José María Guillén David Collis Maribel Almagro

Diseogrfico ycoordinacingeneral Ana del Moral

Editorial La jacaranda (del guaraní yacarandá) es un hermoso árbol de follaje caedizo y flores de color azul violáceo cuando los rayos del sol no inciden directamente en ellas; cuando lo hacen, adquieren un brillo plateado y una tonalidad mágica para la que no hemos inventado todavía un nombre. Sólo las sensaciones que podemos experimentar paseando en primavera por la calle Porvera de Jerez o por la plaza de Alfonso X El Sabio en El Puerto de Santa María se acercan a lo que realmente es una jacaranda. Como ocurre al contar un sueño, traicionamos la esencia de este árbol si pretendemos describirlo con palabras. Jacaranda es, al mismo tiempo, un adjetivo que alude a la belleza que procede de la felicidad y la buena salud, como lozana. Y viene de jácara, un tipo de romance alegre donde se relataban acontecimientos un poco picantes durante la oscura época que para las artes y la expresión de los sentimientos humanos fue la Edad Media. Jácara también es una danza airosa y vitalista muy popular en la España del siglo XVIII que solía interpretarse para animar los entreactos de las representaciones teatrales. Actualmente, podríamos llamar jácara a un grupo de gente alegre que de noche anda alborotando y cantando por las calles. Y en el lenguaje coloquial una jácara es una molestia o un enfado, una ofensa a la moral conservadora de las gentes decentes que convierten la palabra cuento en sinónimo de patraña. Jacaranda es un precioso juego de palabras en el contexto del I.E.S. La Janda de Vejer de la Frontera y es el nombre de la revista que nace en el curso académico 2009-2010 con la intención de convertirse en el escenario de las alegrías que provienen de la buena salud intelectual de los alumnos, profesores y personal no docente que conforman este centro de enseñanza. Nuestro primer número, Los sueños, está dedicado al mundo de la imaginación, de lo desconocido, de la esperanza, de lo profundo... porque estamos dormidos, aletargados... pero sólo en apariencia –los artículos que publicamos representan una décima parte de las colaboraciones que hemos recibido y guardado... gracias de todo corazón-; porque “somos del mismo material del que se tejen los sueños” (William Shakespeare).

Jacaranda no suscribe necesariamente –y, en ocasiones, necesariamente no suscribe- las opiniones manifestadas por sus colaboradores.


surreal “Anuncio al mundo una noticia de primordial importancia: un nuevo vicio acaba de nacer. Un vértigo más ha sido dado al hombre: el Surrealismo, hijo del frenesí y de la sombra. Entrad, aquí comienza el reino de lo instantáneo: cada imagen, a cada golpe, os fuerza a revisar todo el Universo. Y existe para cada hombre una imagen por encontrar que destruye el Universo”.

Manifiesto Surrealista

André Breton, 1924


ismo

Fotograma Un perro andaluz Luis Bu単uel, 1929


Surrealismo

contexto histrico y dimensin literaria Hacia 1930 un grupo de artistas inspirados en el Manifiesto surrealista de André Breton de 1924 inician un nuevo estilo artístico que da más valor a la realidad conocida a través del sueño que a la percibida por los sentidos. ¿Estaba preparado Occidente para este nuevo movimiento? ¿Un movimiento que daba más valor a lo soñado que a lo visto o que a lo vivido? Los años veinte del pasado siglo fueron años muy difíciles: un periodo entre dos Grandes Guerras. En 1918 finaliza la Primera Guerra Mundial, pero Europa ha quedado arrasada. Su economía dependía de la ayuda exterior, en especial de Estados Unidos, que se convierte en potencia indiscutible. A fines de la década, países como Francia, Alemania y Reino Unido empiezan a recuperarse. Pero la democracia aún no estaba suficientemente afianzada en Europa y los enfrentamientos entre partidos e ideologías comienzan a ser muy frecuentes. Los partidos políticos obreros serán percibidos como una constante amenaza, ya que la Revolución Rusa de 1917 había puesto por primera vez al pueblo en el poder. En estos momentos la cultura experimenta una fuerte expansión. Los movimientos artísticos se renuevan continuamente: el cubismo, el fauvismo, la pintura abstracta, el surrealismo... atraen a una sociedad intelectualmente avanzada al tiempo que repelen a la conservadora burguesía. A finales de 1929, la crisis de la Bolsa de Nueva York pondrá fin a la prosperidad económica y dará lugar a grandes cambios políticos que culminan con el ascenso de los totalitarismos al poder. Los nuevos movimientos artísticos empezarán a ser perseguidos y calificados de “arte degenerado”. Pilar Ballester Profesora de Historia

El Surrealismo fue un movimiento artístico surgido en Francia en 1920 que se reflejó en todo tipo de disciplinas relacionadas con el arte y la creación. Siendo su precursor precisamente un poeta –André Breton- la literatura fue uno de los cauces que gran número de intelectuales seguidores de esta corriente utilizaron para expresar sus emociones y pensamientos de una forma libre, profunda y no sometida a la rigidez del razonamiento lógico. El trabajo de estos escritores se reflejaría en la introducción de gran número de innovaciones en el terreno literario. Así, aparecerían nuevas formas de expresión poética como el versículo, se empezarían a tratar temas que hasta entonces habían tenido escasa presencia en este ámbito como los sueños o la sexualidad, se comenzarían a utilizar nuevas técnicas aplicadas a la literatura como la trascripción de sueños o la escritura automática o, entre otros, se favorecería la renovación del lenguaje con la generación de nuevos campos semánticos. Jacaranda 6


Pero el movimiento surrealista fue más allá de las barreras de lo puramente artístico. Si bien en sus primeros años su dimensión política apenas se hizo notar, desde 1925 la corriente empieza a adquirir un marcado carácter revolucionario vinculado a la ideología de izquierdas. El nacimiento del periódico El Surrealismo al servicio de la Revolución se convertiría en símbolo indiscutible de esta nueva etapa y los años venideros serían testigos del debate desde entonces abierto entre los que apoyaban un Surrealismo comprometido con la sociedad de la época y los defensores de la autonomía de un movimiento que para estos debía permanecer ceñido al mundo de las artes. En España, si bien los autores impregnados por esta escuela no gozaron de la unidad y solidez de los franceses, durante los años 30 del siglo XX el Surrealismo se reflejó en la obra de grandes literatos como Rafael Alberti, Federico García Lorca o Luis Cernuda, al tiempo que la revista La Gaceta de Arte sirvió de plataforma difusora de los trabajos de un importante número de intelectuales seguidores de esta tendencia. La Segunda Guerra Mundial generaría la dispersión de aquellos que habían mantenido viva la llama del Surrealismo. Desde entonces, el movimiento entraría en una fase de decadencia que culminaría con su desaparición. Hoy el legado surrealista en el terreno literario se conserva, no sólo con el recuerdo de las grandes obras realizadas por precursores de la corriente, sino además por creaciones posteriores que se han visto influenciadas por sus principios y técnicas y han hecho perdurar en el tiempo –al menos, de forma parcial- la visión, expresión y misión de aquellos que sembraron las primeras semillas de lo que más que una tendencia podríamos calificar de perspectiva filosófica ante la vida, el mundo y la realidad. María Jesús Fernández Profesora de Literatura y Lengua

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Falsos poemas dadastas Coja un periódico. Coja unas tijeras. Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema. Recorte el artículo. Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa. Agítela suavemente. Ahora saque cada recorte uno tras otro. Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa. El poema se parecerá a usted. Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendida del vulgo. Dada Manifiesto sobre el amor débil y el amor amargo VIII. Tristan Tzara, 1920. Este texto trasgresor y absurdo de Tzara nos sirve de punto de partida para llevar a cabo en el aula un juego de creación colectiva en apariencia azaroso. Organizamos la clase en grupos de cuatro o cinco alumnos. A cada grupo le entregamos un periódico y les proponemos que vayan recortando palabras de los titulares, al azar o bien con alguna orientación (por ejemplo, si hemos estudiado en clase la acentuación, se les puede proponer que recorten cinco palabras agudas sin tilde, cinco palabras agudas con tilde, cinco palabras llanas…). Una vez recortadas las palabras, cada grupo irá aportando al poema colectivo versos libres de rima y sin ataduras semánticas, respetando siempre la coherencia gramatical, de modo que el poema vaya fluyendo suavemente... David Collis Profesor de Lengua y Literatura Jacaranda 8


Dieciséis fármacos pedían música. El cadáver verde, semáforos. Amantes, el rápido aventurero. Solo llegan niños marginados a la montaña: consecuencia será la máxima nostalgia y el extraño asesinato de los últimos olivos, el crimen de las meretrices, el sexo y la dictadura de la memoria química. El vino negro castiga a los espías, el ritmo empleó la llave maestra de la cárcel, después la música comercial subirá en helicóptero. Víctimas de la pasión. Grupo de Refuerzo de Lengua 2º de ESO A y C

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El elegante doctor desnudo, en la misteriosa noche de Lisboa, sólo quería tener mujer física. La costa reclama cambiar la razón. La conspiración renovará la poderosa peluquería y el mercado de tacones y faldas. El primer soldado acabó con el paraíso de la música. Decir chivatazo es desaparecer mágico. El cáncer actuará en la capital de la República. La procesión de médicos promocionó los crímenes, El mejor imbécil investigó. Grupo de Refuerzo de Lengua de 2º de ESO A y B

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El amor sitúa misiles contra la igualdad. Welcome: el joven corazón puede vivir con esperanza y millones de ondas mentales. Proclama de muerte en mi solitario país. El violento vínculo renueva esta defensa de la culpa. La primera luz vuelve, pero envenenada de muerte. Hazte con las manos de la victoria, existiendo justicia durará la difícil aventura. El destino descarta la pobreza en el espacio. La paz en cuatro días entra en la patria de la belleza del fuego. 4º de ESO B, curso 2008-2009 Jacaranda 11


Delsurrealismoalrealismooalrevs

La place II Alberto Giacometti

Del realismo al surrealismo se puede pasar muy rápido. ¿Qué nos hace pensar que las figuras de la escultura están en una plaza y no suspendidas en el aire, aparte de una pequeña sombra en la fotografía que bien podría desaparecer con un retoque informático? El arte es el medio para escapar de las cosas que tocamos o pisamos y que solemos llamar realidad. ¿Por qué, aparte de por el título, trasladamos automáticamente al arte aquello de lo que el arte puede liberarnos? Solemos aferrarnos al lado humano de la vida: el arraigo a la tierra y el apego a las cosas. ¿Pero por qué pretendemos depositar en una plaza a seres que se parecen muy poco a un ser humano? Estamos atrapados en nosotros mismos... ¿egocentrismo, egoísmo, individualismo, estrechez de horizontes? Horizontes... para las figuras de Giacometti, convertidas en los personajes del cortometraje Balance, no hay futuro. ¿Miedo, sensación de vacío? ¿Qué da más miedo, el arte o la realidad? ¿Por qué no escapamos de la realidad a través del arte? Aunque luego volvamos a ella...

Balance es un cortometraje dirigido por Wolfgang y Christoph Lauenstein inspirado en la obra de Giacometti Premio Oscar en 1989

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Paseando a ochenta metros de altura puedes perder el equilibrio. Cuando llegas a la mitad, la cuerda se mueve mucho más. El pobre... se ha dedicado todos estos años a matarse. Ziggi Zakariassen Yo era un balancín donde los niños se subían y nunca se mantenían en equilibrio. José Ramón Altamirano Conocí a un alcohólico que estaba bien de la cabeza. Era un desequilibrado. Isidoro Rambaud Caminando por la cuerda floja lo puedes perder. Si te matas te quedas en armonía. Y cuidadito con la balanza, que es mía. Tienes un compromiso, acuérdate. Rafael Leal Cuando te veas en la cuerda floja reacciona cuanto antes. Déjate llevar. Yasmina Sánchez Cogemos una cosa muy pesada, pero que muy pesada, con una mano. Con la otra, una cosa muy ligera. Algo se nos pierde. Johana Oliva Pérez Hoy es un día en el que no me siento bien. Estoy decaído porque me he roto un pie. Sergio Sánchez Mi vida es un ascensor cargado de sentimientos que no saben si subir o bajar hasta... la última planta. Natalia Mejías El alcohol te hace perderlo. En el oído está. Y tu sexto sentido es.

Rafael Leal Jacaranda 13

icrorrelatos Equipo de redacción Alumnos de 4º de ESO D


Voy subida en un bordillo. Pasa un coche. Me caigo. Vuelvo a subir y pasa una moto. Y me vuelvo a caer. Esa es mi vida y así son mis sentimientos. Estela Melero Es extraño, estoy al borde del abismo y no me tiemblan las piernas... gracias a un mago que me hechizó y me transformó en un renacuajo. José Ramón Altamirano No tengo ni idea de hacer un microrrelato, pero no me tiemblan las piernas por entregar esta mierda. Isidoro Rambaud

Maravilloso y desasosegador corto de animación que nos muestra una visión un tanto negativa de la condición humana. En una plataforma suspendida en el vacío se encuentran cinco individuos que deben moverse coordinadamente para no desestabilizarla, lo que los precipitaría a la nada. La llegada de un objeto (una caja) hace que se manifiesten el egoísmo, la envidia y la destrucción entre ellos. Estos individuos parecen iguales, salvo por los números que llevan en sus espaldas, que son 23, 35, 51, 75 y 77. Todos ellos números impares que no guardan ninguna relación aparente, quizá para reforzar la sensación de aislamiento (los pares al menos están formados por parejas). El último que queda al final es el número 23, que curiosamente es el único número primo, lo que también sirve para aumentar la idea de soledad. Los primos no se pueden dividir por otros números, por lo que podemos considerarlos como los más “insociables”. Francisco Suárez Profesor de Matemáticas

Un microrrelato no cuenta una historia, sino que narra un hecho que esconde una historia. Con pocos datos el lector puede imaginarla o intuirla. Ese hecho (una situación, un pensamiento) debe ser sorprendente, misterioso, cómico... pero si se trata de algo común, cotidiano o aburrido, la originalidad deberá residir en la forma de narrar, en lo que llamamos estilo. Con la combinación de ambas cosas se roza la perfección en esta técnica. La extensión, evidentemente, debe ser muy corta: un solo párrafo, a lo sumo dos pequeños. La brevedad es la esencia del microrrelato. Como en otras técnicas de narración, el narrador puede adoptar diferentes puntos de vista: puede hablar en primera persona y ser el protagonista del microrrelato; puede ser un narrador testigo de los hechos que relata, incluso puede estar involucrado en ellos; puede narrar en tercera persona y alejarse totalmente del relato, como si contemplase todo desde arriba sin participar absolutamente en nada (se trata de lo que llamamos narrador omnisciente, como Dios). Por último, un microrrelato puede llevar título o no; en el caso de que lo lleve es aconsejable elegirlo al final. Ana del Moral Profesora de Música Sin título Me estaba cayendo y me levanté; me levanté porque me estaba cayendo. Francisco José Astorga Jacaranda 14


Feria del Libro 2009

Realizado por la ilustradora Rosa Olea y los alumnos de 2ยบ de ESO C


Dnde estn las sombras? ¿Dónde están las sombras? ¿Qué es una ilusión? Cuando hablamos de las constelaciones, del cielo infinito que nos narra la ciencia; cuando pensamos en una civilización histórica, en la tradición, en la memoria o en los sueños... ¿se trata de conceptos, imágenes, interpretaciones, visiones o realidades tangibles? Aquello que los hace existir y prueba su realidad podría ser, en cierto modo, el momento en que el sujeto los reconoce y los hace suyos, reales y efectivos, en un instante único e irrepetible. Los sueños son como las sombras, intangibles e inefables, misteriosos e inenarrables, pero al mismo tiempo constituyen la proyección y la lectura del individuo sobre la realidad que lo rodea. Los sueños marcan el límite entre lo conocido y lo desconocido, entre la parte consciente y la subconsciente, entre la realidad y la ficción, pero la definición de una simple línea, señalada física o simbólicamente, recta o curva, nítida o nebulosa, fragmentaria o infinita, caracteriza gran parte de nuestra historia reciente y sobre todo refleja una personalidad demasiado proclive a alejarse para escapar, para refugiarse en sí misma como modo de conocer la propia identidad. De hecho, delimitando una frontera no sólo se puede establecer una diferencia, una separación o un contraste de cualquier naturaleza, es posible sobre todo introducir una polaridad que se imprime gradualmente en el imaginario colectivo, obligando a caer en un dualismo que prohíbe, niega o esconde una comprensión mas articulada de la realidad. La tragedia contemporánea se funda sobre esta imposición de paradigmas dialécticos, de límites o de confines que vienen definidos y cuya configuración o ubicación cambia continuamente de identidad. Pero debemos estar atentos a no caer en la falacia de su metamorfosis; aquello que caracteriza el límite no es tanto la privación del movimiento como la defensa de una absoluta estaticidad en la que la pasividad y la contemplación dominan sobre la acción. De aquí que el arte, y sobre todo el arte contemporáneo, haya adquirido una función y una responsabilidad cultural que intenta empujar al espectador más allá de la frontera de su vida cotidiana y más allá de los limites de sus conocimientos. Intentando dirigir la mirada y la reflexión hacía abismos por los que poder deambular libremente, anulando cualquier vértigo que nos haga temblar. Los sueños tienen que ser entendidos en la misma dirección, no pueden ser restrictivos ni mucho menos prohibitivos. No pueden condenarnos a la huida de la realidad si no es para volver con más fuerza. No pueden condenarnos a la pasividad y herir nuestra voluntad con cadenas imaginarias. Los sueños son como las sombras, nos permiten volar en su intimidad, nos permiten alejarnos por instantes simbólicos y refugiarnos en su invisibilidad. Pero así como las sombras permanecen fijadas a nuestros pies para acompañar nuestros pasos, los sueños tienen que ayudarnos a caminar sin mirar hacia atrás, sin permanecer inmóviles anclados en nuestros miedos. Ángel Moya Crítico de Arte en la Gallería Oredaria. Roma

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Gallería Oredaria Roma

Inconsciente El siglo XX no tiene buena fama: guerras, genocidios, dictadores… Ya lo decía el pasodoble de la comparsa “El pitorreo” en el Carnaval del 2000; y el célebre tango “Cambalache” mucho antes, cuando la centuria todavía era joven. El autor del tango dice que sabe que el mundo ha sido siempre una porquería, “¡en el quinientos seis y en el dos mil también!”, pero que “el siglo XX es un despliegue de maldá insolente”. En parte, porque no se sabe quién es quién, aclara después. Sin embargo, hay dos herencias transcendentales del pasado siglo que han complicado nuestras vidas… “Complicado” en el doble sentido de “hecho más difíciles” y también de “hecho más ricas”. Una de ellas (la otra la dejaremos, si acaso, para otro día) es la teoría que intenta explicar eso de querer decir una cosa y que nos salga otra. Los lapsus, algunos chistes, los actos fallidos, ciertos síntomas… y, muy especialmente, los sueños, dejan asomar trocitos de algo que nos conforma, pero que no llegamos a entender; que por igual nos aterra y alienta nuestra creatividad. El inconsciente, en parte colectivo o común a la especie (o incluso al género, la familia, el orden…) y en parte tan personal como la huella dactilar, reconocido ya por los sabios del siglo XX como algo “real”, vino a dar un relieve nuevo a nuestras vidas. Nos llenó de polifonía, permitió que nuestras almas asumieran que pueden cantar a varias voces. Que no somos sólo lo que decimos que somos, lo que queremos ser, lo que nos dicen que hemos de ser. Que no somos sólo alumnos, o profesores, o ciudadanos, o súbditos, o víctimas, o verdugos, o ateos, o creyentes, o delincuentes, o gente de paz, o realidades, o sueños… Que tenemos que descubrirnos cada mañana. Antonio Torralba Profesor de Música en Córdoba

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ayaDeren

enlaSalaoesaySueodelaateoderndeondres Tate Modern de Londres se ofrece al viajero como un juego polifónico de voces que navegan sobre las aguas del Támesis en suave armonía. Desde la otra orilla del río, la luminosa modernidad del Millenium Bridge de Norman Foster deposita al viajero a los pies del viejo edificio de ladrillo visto que un día fue fábrica eléctrica y es hoy en sí mismo un museo y no un mero continente de obras de arte. Aguardará no obstante al viajero en su interior una de las colecciones más importantes del Arte del siglo XX. En la tercera planta del edificio, bajo la denominación de Poetry and Dream, encontrará el viajero una muestra de obras pertenecientes al movimiento surrealista y su influencia en autores posteriores: cuadros, fotografías, esculturas, diseños arquitectónicos… y un cortometraje. Entra el viajero en una sala oscura y siente que se traza a sus pies el itinerario que habrá de conducirlo por unos minutos a un mundo gobernado por la poesía y el sueño, el subconsciente y la irrealidad, bajo las leyes evanescentes de unas imágenes que empiezan a proyectarse en una pequeña pantalla: Meshes of the afternoon (1943), de Maya Deren. Maya Deren (Kiev, 1908 - Nueva York, 1961), antropóloga, bailarina, periodista, es considerada una de las máximas representantes del cine experimental y su obra marca el nacimiento del cine de vanguardia norteamericano. Una obra que recoge y proyecta los frutos del arte surrealista así como la influencia del existencialismo europeo y la cultura beatnik estadounidense de las generaciones de posguerra. Jacaranda 18


Meshes of the afternoon es su primera película y una de las más conocidas. Meshes, redes, mallas, trampas que se extienden sobre la pantalla tejiendo una no historia elaborada con el material de los sueños y la poesía visual –Dream and Poetry-. Una mirada subversiva e inquietante proyectada desde el inconsciente y que en el inconsciente del espectador-viajero se instala. Los continuos planos subjetivos y las angulaciones de vértigo, las panorámicas sobre objetos inanimados que cobran –como en los sueños- un valor simbólico y constituyen metáforas ilógicas de una sutil significación –llave, teléfono, periódico, cuchillo…-, los primeros planos, las reiteraciones y condensaciones, las rupturas espaciales y temporales marcan el territorio inconfundible de lo onírico, donde una mujer vestida de negro –la propia Maya Deren- sueña y muere, en un desmayo de poderosa sensualidad. Eros y Thanatos, de nuevo. Hay demasiados elementos que inquietan en el no relato fílmico de Maya Deren –reflejos en la hoja del cuchillo, sombras continuas, el rostro sin facciones de la muerte, desdoblamientos, objetos quebrados-, pero todos ellos son reconocibles y así los asume el espectador-viajero, hasta el último plano, hasta el verso último de un poema fílmico que lo aguardaba en la tercera planta de la Tate Modern. Para seguir arropado unos minutos por el ensueño de lo visto, el viajero sale a la terraza de la cafetería situada en la cuarta planta del edificio, toma un café y enciende un cigarrillo mientras contempla, acodado en la barandilla, una de las vistas más hermosas de la ciudad. No lejos de allí se oyeron hace un tiempo las palabras escritas por el poeta y dramaturgo: Sueño, dulce sueño, suave nodriza de la naturaleza ¿qué espanto te he causado, que no quieres ya cerrar mis párpados y empapar mis sentidos en el olvido? David Collis Enrique IV, William Shakespeare Profesor de Literatura y Lengua

Fotograma de Meshes of the afternoon, 1943. Maya Deren


afbricadesueos Una gran fábrica de sueños es aquella en la que podemos identificarnos con distintos personajes, paisajes, canciones... y soñar, soñar distintas historias fuera de una historia principal que podría ser nuestra vida real... y montarnos un mundo interior en el que todo está a nuestro gusto. El cine es un gran mundo del que emanan sueños y soñadores, eleva nuestro ser, hace que lloremos o riamos, nos asustemos o pasemos un buen rato... nos muestra distintas perspectivas de la vida. Podríamos decir que es una mezcla de las siete artes (seis, claro, sin contar el cine): el TEATRO, en el que se representa un papel con sentimientos, esperanzas propias y sueños por cumplir; la MÚSICA, sin ella una película estaría incompleta, la música expresa distintas emociones y situaciones, a veces incluso nos adelanta hechos, habla por sí misma; la DANZA ¿qué sería del cine sin movimiento? sólo la forma de andar y de moverse de un personaje nos muestra su personalidad; la LITERATURA... a raíz de ella surgen guiones llenos de significado, sin ello nuestra gran producción no transmitiría ni inspiraría nada; y finalmente la ARQUITECTURA y la PINTURA, que nos muestran distintos lugares y paisajes, que nos transportan a una época y a una cultura, y dan forma y color a nuestra imaginación.

María Oliva García, alumna de 1º de Bachillerato AB

Componente del Grupo de Teatro La Lecherita

Desde pequeña he identificado los sueños con la base de los deseos que nos resultan inalcanzables, los que pensamos que nunca van a ocurrir. Siempre he estado sumergida en mis propios sueños, en los cuales cumplía todos los objetivos que en la vida real nunca alcanzaría. Me refugiaba en mi propio mundo, sin pensar que aquello que consideraba inalcanzable estaba más cerca de lo que creía. Un día desperté de este sueño y decidí vivir, yo misma, lo soñado. Me inscribí en un grupo de teatro, La Lecherita, en el cual varias chicas como yo depositaron todas sus esperanzas para que nuestro deseo se hiciera realidad. Fueron unos meses de diversión donde aprendí que el trabajo y la ilusión por experimentar cosas nuevas eran muy superiores a mi pánico escénico. El día de la representación llegó y me sorprendí al comprobar que, mientras actuaba, experimentaba sensaciones que los sueños no fueron capaces de transmitirme. Todo era muy diferente a como me lo imaginaba... de no haber vivido esto, no habría descubierto que todas las personas son capaces de hacer realidad sus sueños si se lo proponen. La experiencia del teatro me ayudó a comprender que vivir en el mundo de los sueños no es vivir. Aprendí que de los sueños tenemos que saber despertarnos cada mañana, para vivir la vida real que nos rodea, la que nos propone retos que sólo en los sueños no se pueden alcanzar.

Carmen Oliva Morillo, alumna de 1º de Bachillerato AB

Componente del Grupo de Teatro La Lecherita

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oscomienzos

Todos los libros de Historia del Cine relatan siempre una serie de anécdotas al estilo de un abuelo contando batallas. No sabemos hasta qué punto exageran, adornan o inventan, pero nosotros las creemos porque nos gusta pensar que ocurrieron de verdad. Una de las batallas más divertidas cuenta que en la proyección de una de las primeras películas, los espectadores corrían desesperados al ver que una locomotora parecía salirse de la pantalla y precipitarse sobre ellos. La película era Llegada de un tren a la estación de la Ciotat, de los hermanos Lumière, que inventaron el proyector cinematográfico en los últimos años del siglo XIX. Aquellas primeras películas mostraban imágenes de la realidad en movimiento, cuando todavía el invento de la fotografía parecía cosa de brujas. Mostraban otra realidad o, al menos, una nueva forma de contemplar la realidad. En los comienzos del cine, las películas no contaban historias, sino momentos o detalles de la vida cotidiana, como la llegada de un tren a la estación. Pero han pasado más de cien años, y el arte mágico de contar historias en los libros, en las canciones, en boca del abuelo o del amigo... se ha metido en una pantalla, y desde allí nos enseña lo mejor y lo peor de nosotros; tanto los buenos como los malos nos muestran nuestras dudas, nuestras pasiones, nuestros temores; un paisaje nos trae la calma; una música inquietante nos avisa del peligro; el gesto encantador de un actor nos recuerda a nuestro amado. La palabra, curiosamente, tardó más que la música en incorporarse al cine; incluso hubo algún director como Chaplin que, cuando las películas ya habían aprendido a hablar, se seguía negando a que las suyas lo hicieran con palabras, porque para contar historias él prefería la música. Ana del Moral Grupo de Teatro La Lecherita


Sueosde celuloide aqumicadelceluloide El celuloide es uno de los aportes de la ciencia para que recuerdos, ilusiones, ideas y sueños puedan proyectarse y compartirse en una pantalla.

Este producto químico es uno de los componentes principales de la película fotográfica. Fue Thomas Edison el creador del formato cinematográfico por excelencia, el 35 mm, sobre un soporte conocido como celuloide. Este es el nombre comercial del material plástico nitrato de celulosa, que fue inventado a mediados del siglo XIX por John Wesley Hyatt mezclando celulosa parcialmente nitrada y alcanfor. Es un material flexible, transparente y resistente a la humedad, pero también es extremadamente inflamable, característica que limita su uso. El celuloide fue usado como soporte cinematográfico hasta el año 1940. A partir de ese año se comienza a usar triacetato de celulosa (plástico termorígido), con lo que se evitó el alto peligro de incendio en los cines y en los almacenes de películas. Este material es el que se sigue utilizando en la actualidad. Gracias a nuevos avances en ciencia y tecnología, en los últimos años se ha desarrollado el cine en formato digital. Éste tiene muchas ventajas, como la mayor calidad de imagen, perpetuidad en su almacenaje y abaratamiento de costes (duplicado, mensajería, etc.) ya que en lugar de reproducir cintas, la señal puede enviarse vía satélite desde un terminal remoto y ser bajada en cualquier cine del mundo para su proyección. Se prevé que en unos años quede aparcado el uso de los soportes anteriores y se generalice el cine digital. A pesar de todas las ventajas que tiene, estaremos hablando fríamente de enviar y recibir datos, y no de imágenes materializadas en el celuloide.

Pedro Casado Profesor de Física y Química en Getafe (Madrid) Jacaranda 22


En el cine, como en los sueños, puede ocurrir cualquier cosa: escenarios que se transforman rápidamente en otros, personas que no estamos seguros de conocer, animales que hablan, viajes en el tiempo y en el espacio, situaciones que no se pueden controlar... Los alumnos de 1º de ESO A y 2º de ESO B y C imaginan que sueñan en clase (imaginar y soñar son acciones muy parecidas...) y cambian el escenario de sus sueños, donde siempre son protagonistas, a medida que su profesora, Ana del Moral, cambia la música, siempre cinematográfica:

Amarcord, de Nino Rota. Banda Sonora Original de la película de Federico Fellini. 1974. El bueno, el feo y el malo, de Ennio Morrione. BSO de la película de Sergio Leone. 1966. Carros de Fuego, de Vangelis. BSO de la película de Hugh Hudson. 1981. Apatrullando la ciudad, de El Fary. BSO de Torrente, el brazo tonto de la ley, de Santiago Segura. 1998. Moon river, de Henry Mancini. BSO de Desayuno con diamantes, de Blake Edwards. 1961. De nuevo Amarcord.

Me imagino en Venecia, paseando en una canoa en pleno verano con el frescor de poniente, los pájaros cantando y las mujeres paseando. En el Oeste, unos vándalos han saqueado mi pueblo y yo me enfrento a ellos. En la cancha de baloncesto, vamos perdiendo por un punto, quedan treinta segundos, cojo el balón, me dirijo a la canasta, cuatro segundos, salto y encesto. Una noche en Cádiz, en una fiesta en la plaza de Mina, bailando, divirtiéndome. Tengo una casa en una pradera, la ventana está abierta y entra el viento de poniente. Estamos en París, mi novia y yo. La invito a comer, luego al teatro, más tarde vamos a la Torre Eiffel. Allí le compro un ramo de flores y nos vamos. Alejandro Soto, 2º de ESO C De noche. Una cena donde hay mucha gente, una orquesta tocando. Yo hablo con alguien, no sé quién es. Todos van vestidos con traje y corbata. Yo no me veo, pero veo cómo hablo con los demás. Amarcord. Emilio Collis, 1º de ESO A

Una obra musical es cinematográfica cuando está hecha expresamente para una película. Cuando el compositor de una banda sonora incluye música compuesta por otros, esas obras pueden ser barrocas, románticas, contemporáneas, etc., pero no las podemos llamar cinematográficas.

Se me acerca un gran amigo que me reta a un duelo: una carrera. Le gané y se fue. Después me encontré con Emilio y Soto, jugaban en la playa dentro de un coche. Y así como así, el coche comenzó a elevarse hacia el cielo, donde se vio un corazón formado por nubes que fueron atravesadas por el coche. El bueno, el feo y el malo.

Ramón García, alumno de 1º de ESO A

Mario Infante, 1º de ESO A

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Sueosdeceluloide Sueño con una tarde en que estoy sentada en la plaza del pueblo viendo pasar a la gente. De repente ¡aparece en él! Mi cara cambia por completo… él está conmigo. Estoy en un bar del Oeste, desenfundo mi pistola, apunto y ¡pumm! Miro a mi alrededor y todos están muertos. Monto a caballo y huyo a galope. El cohete está a punto de despegar, subimos por un ascensor, entramos en él. Comprobamos las normas de seguridad y despegamos. El cohete ya casi ni se ve. Estoy en la playa con mis amigas. De pronto ¡otra vez él! Me pregunta si quiero bailar. Bailamos sin parar toda la tarde… era música de mi tierra. Amanece y me despierto junto a él, aún duerme y lo observo detenidamente, me parece que es precioso… siento cómo lo quiero. Cruzo el pueblo y me voy a la calle central, allí todo el mundo está haciendo las últimas compras de Navidad.

Ana Salcedo, 2º de ESO C Paseo por un parque, veo personas que desaparecen, plantas que se marchitan y desaparecen… Ahora, en el lejano Oeste, estoy en medio de un duelo. A la hora de disparar soy yo el que dispara, fallo y huyo. Varios cowboys me persiguen, monto a caballo y desaparezco. Corro en las olimpiadas, pero voy muy lento. Desaparezco. Qué extraño, estoy en el público. Estoy en diferentes sitios a la vez. De repente aparezco en un lugar donde no hay nada. Solo, escucho música y bailo a su ritmo. En un cuarto, tengo una máquina de escribir. En cierto modo no sé lo que escribo, la habitación es antigua y no puedo salir. Pienso en todo lo que me ha pasado. Y aparezco otra vez en el parque. Me pregunto a qué se deben tantos cambios… y aunque quisiera salir de todo esto, me siento feliz. Moisés Castro, 1º de ESO A Caminaba por una calle con mucha gente que me saludaba, iba saltando y veía a los pájaros posarse en los árboles, todo era maravilloso. De repente… …me encuentro en un lugar desconocido para mí: un bosque. Delante de mí hay una serpiente mirándome fijamente, no sé muy bien lo que hice pero… salí corriendo como alma que lleva el diablo. Y mientras corría aparecí en lo que los romanos llamaban… ¡la arena! Iba en un carro y no sé por qué el carro ardía en llamas. Estaba nervioso y con miedo, sin saber por qué comencé a reír cuando todo empezó a oscurecerse. Escucho un ritmo muy movido. Veo un muchacho con cara de loco bailando. Bailo con él. Fue un momento muy divertido. Me encuentro en un lugar muy hermoso, sentado con una muchacha en un banco… creo que en ese momento me enamoré, aunque a la vez me sentía algo triste y solo… pero estaba bien y me dormí. ¡Que me caigo! ¡Estaba en la misma calle, como si no hubiera pasado nada! Pero no podía quitarme de la cabeza todo lo que ¿había vivido? Me sentía bien, de verdad… de repente estaba en mi casa, sentado junto a mi familia, contento y algo triste en mi interior. Juan Francisco Corrales, 1º de ESO A Jacaranda 24


Después me encontré en medio de la selva con un montón de indios a mí alrededor. Me estaban cocinando en una cacerola gigante y yo gritaba de dolor. Poco a poco, me moría. El bueno, el feo y el malo. Alicia Mera, 2º de ESO C No sé dónde estoy… estoy perdida en medio de la oscuridad. Lo miro todo despacio, de repente veo algo de luz, pero sigo sin saber dónde estoy. Corro hacia la luz, estoy muy cansada, parece que nunca llego a ningún sitio. Es interminable. Carros de fuego. Alicia Gomar, 2º de ESO C Una puerta que se abre. A través de ella se ve el horizonte a lo lejos y nos dirigimos allí aunque eso no tenga fin. Aunque no tenga fin, parece que llegamos poco a poco... Carros de fuego.

María Oliva Muñoz, 2º de ESO B Mi vida es un desastre, es Navidad y la tengo que pasar sola. Paseo por la calle, miro a través de los ventanales y veo a todas esas familias felices… sin embargo yo no me lamento y sigo mi rumbo. Moon river. Amaya Pagani, 2º de ESO C Estoy escribiendo una carta para despedirme de mi amada, llorando como una magdalena porque no quiero irme, pero no me queda otro remedio. Moon river.

Juan Francisco Sánchez, 2º de ESO B Estoy en Cuba, en una escuela de baile. Salgo fuera y me encuentro una fiesta con cubanos bailando, una banda de música, mi madre bailando… todo para recibir a una estrella del baile: yo. Apatrullando la ciudad. José Javier García, 1º de ESO A Estoy bailando en una celebración con el Fary y con Torrente, y él me dice: “Chavalote ¡vamos a atracar un banco!”. Yo le digo: “¡tú estás loco!” y empieza a pegarme y a pegar tiros porque le había quitado el pin del Atlético de Madrid. Apatrullando la ciudad. Víctor Manuel Guerrero, 2º de ESO C Iba paseando por el parque del pueblo cazando mariposas. Una de ellas no paraba de revolotear a mi alrededor. Me pareció que me hablaba… pero salió volando hacia lo más alto de un árbol. Amarcord. Raquel Diego, 2º de ESO C Jacaranda 25


Me encuentro en una calle de París: frente a mí una farola, detrás la catedral, al fondo se distingue un puente. Son las seis de la mañana, hay niebla. Por una esquina aparece un perrito feliz que persigue a una paloma. Comienzo a andar por una calzada de piedra sin fin. Corro... ¡Noooooo! No llego, lo va a sacar, lo está sacando ¡Emilia está sacando “el dibujo prohibido”! Estoy a pocos pasos de ella. Pero ¿qué me pasa? No avanzo nada, me duelen las piernas, la alcanzo y... se gira ¡No me da tiempo! Me encuentro en una sala oscura, veo a un hombre cantando tras un foco de luz, se escuchan más voces y más instrumentos aparte de una guitarra. El hombre me señala otra guitarra... pero si yo no sé tocar ¿Qué quiere que haga? Estoy en el sótano de una casa alemana, o al menos lo que queda de ella. Lloro. Recuerdo quienes vivían allí: mi familia, aquella a la que mató Hitler. Recuerdo “La ladrona de libros”. Vuelvo a caminar alegre. Ha amanecido, las ventanas de las casas se abren, se asoman mujeres, los niños salen a la calle, felices. Es un día nuevo.

Jara Doncel, 2º de ESO D Cuando nos vamos a dormir no sabemos nunca lo que va a ocurrirnos en sueños, no se sabe si vas a vivir la mejor historia de tu vida, si vas a aparecer en medio del desierto, si vas a tener una horrible pesadilla... los sueños siempre son una sorpresa. Es posible que a veces parezcas adivino porque sueñas algo muy parecido a lo que te ocurre al día siguiente. Pero lo más impresionante es que todo aquello que ves ha sido creado por ti, por tu propia cabeza. Quizás pienses que no tienes imaginación, que no serías capaz siquiera de inventarte una historia de más de dos paginas, pero no es así, porque durante todas las noches lo haces, y además cada día es diferente al anterior, eso sí que es imaginación y lo demás son tonterías. ¿Y por qué no compararlos con una película? En realidad ambas cosas son muy parecidas, la única diferencia es que las películas que vemos en los cines son de otros, pero los sueños son tuyos, son tu propia historia.

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Toda una vida es poco para un hombre, la Tierra me entregó un cuándo y un dónde atrapado ahora en esta era insomne, quiero vivir más vidas que la que me corresponden, viajar a los paisajes que toda memoria esconde. Verme al principio de los tiempos sin autoconciencia, homo sapiens cuya ciencia es la supervivencia con la piel en carne viva mi paciencia doma el fuego madre tierra da la esencia que alimenta luego. Habitar el Nilo antes de Jesucristo, ser escriba del antiguo Egipto ver que existo y aun resisto junto a Keops mi faraón, saber que es dueño de los sueños que poseo y de mi razón. Civilización en gracia como Grecia sentir en vivo la pasión de Platón, cosmovisión. Desde el Partenón su herencia entre columnas corintias sus lecciones limpian mi conciencia y son Luz para el corazón, luz para la Historia luz como magnolias en Mongolia sentirme un samurai, con sed de gloria defender mi imperio, conquistando como único medio para hacer Historia. Mil Vidas, quisiera vivirlas todas, una sola es poco y yo choco entre las olas del tiempo, horas yendo a la deriva, por qué sólo una época, por qué sólo una perspectiva. Las olas del tiempo llegan al Renacimiento allí Leonardo me anticipa un nuevo invento me siento junto a Copérnico en un mundo esférico, metálico mientras la Inquisición sigue mis pasos sin aliento.

ilvidas ...quierovivirlastodas por Emilio Collis, 1º de ESO A y Alejandro Soto, 2º de ESO C


Viena 1700, ciudad llena de cultura palpo la hermosura de un lugar lejano gozar al rozar a Mozart verle tocar y acariciar la eternidad entre sus notas de piano. Sinfonía en armonía querer vivir las vidas que no fueron mías no es absurdo como entrar al palacio de un zar en San Petersburgo y gritar ¡Revolución! para cambiar el mundo. Y mientras cambia yo lo observo pueblos invaden pueblos, siglos y derrotas, civilizaciones rotas verme al lado de Toro Sentado, ser un chamán meditando iluminado entre los prados de Dakota. Y brota en mis manos magia, cura del hombre blanco y la locura que contagia y así el futuro se presagia mientras el sol desde su trono vigila y dicta el ser humano es sólo un parpadeo de todo lo que ha visto.

Ven a chocar en las olas del tiempo, milenios que se funden en un sólo momento, quiero vivir mil vidas. Mil Vidas, quisiera vivirlas todas, una sola es poco y yo choco entre las olas del tiempo, horas yendo a la deriva, por qué sólo una época, por qué sólo una perspectiva. Chicago años veinte, visto gabardina, zapatos de charol siento el descontrol mirando en cada esquina la ley seca se impone, yo acudo a un cabaret para olvidarme que la mafia de Al Capone se propone liquidarme.

Viajar a Woodstock y desde el amanecer yacer entregado al amor libre y al placer ver en concierto a Jimmy Hendrix, Janis Joplin y a Tim Hardin colocao de LSD, este es mi jardín, mi camping. Mi libertad sin fin y allí me veo, buceo entre los prados de la Historia y su fortuna quiero escapar junto con esta pluma de un presente que me abruma estar en la pupila de Neil Amstrong al pisar la luna. Ser un pantera negra, con mi puño en alto, pelo afro sentarme con Rosa Parks atrás en aquel auto aprender de Crazy Legs y de sus primeras firmas fin de los setenta, sur del Bronx, no hay mas enigmas que el deseo de vivir más vidas que una sola Madrid ochenta y tres, movida, yo en la puerta del Roccola fumándome un pitillo absorto pensando que el camino que separa cuna y cementerio es corto. Mil vidas, allí donde quise estar, y todo lo que quise ver.

ach


Pienso que esta canción expresa la curiosidad del ser humano por conocer lo que le rodea, esa curiosidad de saber cómo funcionaba el mundo en otros tiempos, cómo era aquella gente... Vivir mil vidas, una en cada época, poseer una máquina del tiempo, ese es el sueño de toda persona... al menos es uno de los míos: conocer todo lo que pasa a mi alrededor. Somos seres humanos, animales curiosos que sueñan con conocer el mundo y el más allá... eso es lo que quiere decir Nach con Mil vidas. Emilio Collis Mil vidas cuenta muchos sucesos importantes ocurridos a lo largo de la Historia y transmite el ansia del autor por querer verlo todo, vivirlo todo, estar en todos los lugares. A mí, personalmente, no me habría gustado vivir todos los momentos de la Historia: no me gustaría, por ejemplo, saber que ningún faraón “es dueño de los sueños que poseo y de mi razón”. Alejandro Soto

Todas las imágenes de este artículo han sido seleccionadas por Alejandro y Emilio


oquenoentiendodemsica... Decalcomania René Magritte, 1966.

asoadora de arinarais

Tristeza, dolor, soledad, pena, muerte, pérdida, arrepentimiento, frustración, rechazo, emoción, amor, dulce, impactante, muy inspirada, depresión, día lluvioso, sueño, recuerda la muerte, lentitud, malos ratos de llanto, daño, calmante, preciosa, ganas de llorar, enfermedad, lástima, religiosa, una muerte, engaño, melancólica, una cena de despedida, la fuga de alguien que se siente culpable, inquietud, esperanza, suave, sensible, amargura, pesimismo, recuerdos, romántica, olvido, el silencio, inseguridad, crueldad, culpa, lágrimas, ilusiones, miedo, solo, sin amigos, rezo, cárcel, desolación, hace mal tiempo, ha muerto alguien, Venecia, vuelo, pobreza, abandono, muere el amor de tu vida, adormidera, cementerio, para dormir, hojas secas en otoño, medieval, ya no queda nadie, naufragio, desamor, desastre. Alumnos de 2º de ESO E Grabación recomendada: BSO Todas las mañanas del mundo. Hèsperion XXI, bajo la dirección de Jordi Savall. AliaVox. Jacaranda 30


Los alumnos de 2º de ESO han escuchado una obra musical en clase sin conocer su título y se han dejado llevar por las imágenes que la música les sugería. Este es el resultado. Presentamos una aportación, como mínimo, de cada uno de ellos.

reludio alasiestade unfauno de ClaudeDebussy

Misterio, infancia, el final de alguna película, inseguridad, sorprendido, florecer, cansancio, primavera, otoño, aparición, un poco de tristeza, el atardecer, alguien se esconde detrás, niños jugando, mariposas revolotean, tensión, curiosidad, camino por el campo, algo mágico, inquietud, un valle, el cielo está despejado, gente que vuela, una danza, relajación, tranquilidad, China, hadas, el mundo, armonía, alegría, lo comprendo, confianza, se abre el telón, libertad, sutileza, pájaros, qué maravilla el campo, una puerta que se abre, fantasía, aventura, descubrimiento, maravilloso, la India, el desierto, soledad, me da un poco de miedo. Alumnos de 2º ESO B Grabación recomendada: Royal Concertgebouw Orchestra, bajo la dirección de Bernard Haitink. Philips.


Sueodeunanochedeaquelarre delaSinfonaFantstica HctorBerlioz,1830.

Grabación recomendada: London Philharmonic Orchestra, bajo la dirección de Zubin Mehta. Teldec Classics.

A través de la música programática o descriptiva el compositor intenta evocar imágenes concretas en el oyente. Los alumnos del Proyecto Integrado de Música de 4º de ESO de Lola Villar presentan los resultados de la escucha del último movimiento de la Sinfonía Fantástica.

Ver è ch’altra fiata qua giú fui, congiurato da quella Eritòn cruda che richiamava l’ombre a’ corpi sui.

Otra vez bajé aquí por la hechicera Ericto, de alma cruda, conjurado que sombras a sus cuerpos devolviera.

Quell’è ‘l piú basso loco e ‘l piú oscuro, e ‘l piú lontan dal ciel che tutto gira: ben so ‘l cammin, però ti fa sicuro.

Es el lugar más bajo y más oscuro y más lejos del cielo por quien gira todo: ve tú también y ve seguro.

Divina Comedia. Infierno, hacia 1308. Dante Alighieri. Editorial Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores (2002) Traducción de Ángel Crespo Ilustraciones de Miquel Barceló


Cuando escucho esta música veo cómo algo se quema.

Cristina Castrillón, 4º de ESO A

Las brujas corren de un lugar a otro alrededor de una pequeña hoguera. La amada destaca entre ellas, se mueve ligeramente pero sin poder parar. Carlota Caballero, 4º de ESO A


Daniel Flint Agúndez, 4º de ESO A

Salomé Jiménez, 4º de ESO A

Ángela Castrillón, 4º de ESO B

Cristina Morcillo, 4º de ESO B

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Elena Santos, 4º de ESO B

Isabel Peña, 4º de ESO C

Maria José del Jesus, 4º de ESO A

Elena Migolla, 4º de ESO A Jacaranda 35


Cmo dormimos? e pones msica para dormir? Cul? -Sí, la que va pasando en el móvil (Zara López, 4º ESO D). -Me duermo con la voz de la maestra (José María Oliva 2º ESO C). -Muy a menudo, sobre todo los fines de semana. Cualquier obra lenta, generalmente obras para piano (Irene García 2º ESO D). -Me pongo algunas veces al rapero Nach o SFDK (El-Mehdi Makdomi 1º ESO A). -Sí, heavy metal, rock: AC/DC, Slipknot, Iron Maiden… (José Ramón Valdés 2º ESO D). -Sí, ópera (Juana Sánchez 2º ESO C). -Me duermo con el sonido de los anuncios de la tele (Moisés Castro 1º ESO A). -Sí, duérmete niño (Miguel Ángel Rivera 1º ESO D). -No, porque no puedo dormir, me desvela (Estela Melero 4º ESO D). -Sí, Camarón de la Isla (Javier Fernández 4º ESO D). -No, la música no calma a todas las fieras (Jara Doncel 2º ESO D). -Sí, suelo escuchar ópera y country (María Natividad Corrales 2º ESO D). -Sí, cuando no puedo dormir. Escucho de todo (Isabel Rambaud 2º ESO D).

Cuntas horas duermes? -Todas las que puedo y más (Paula Moreno 2º ESO C). -Dormir es perder el tiempo… nueve horas como máximo (Zara López 4ºD). -Ocho, pero siete las paso despierto (José Luis Astorga 1º ESO A). -Las que dicte el cerebro (Sebastián Galindo 2º ESO C). -Las que me de la gana (Alejandro Soto 2º ESO C). -Puedo dormir todo el día, pero algunas veces me he pasado hasta dos días seguidos sin dormir nada (Luisa Manzano 4º ESO D). -Las que tarde sin despertarme... (Pablo Castro 2º ESO C). -Depende de hasta qué hora esté en el ordenador (Amaya Pagani 2º ESO C).

Marco realizado por Amaya Pagani, alumna de 2º de ESO C

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Con osito de peluche? -No, con la PSP (Luis Miguel Muñoz 2º ESO C). -Según, cuando estoy sentimental con un peluche que me regaló mi novio (Natalia Mejías 4º ESO D). -No, porque soy alérgico (José María Oliva 2º ESO C). -No, se me ha roto (Jonathan Morales 2º ESO D). -Duermo con un pequeño osito de peluche que me regaló mi bisabuela antes de fallecer. Le tengo mucho cariño (Amaya Pagani 2º ESO C). -Con un pez de peluche (Luisa Manzano 4º ESO D). -No, ni loco (Alejandro Corrales 1º ESO B). -No, con mi perro en mi cama (Sebastián Galindo 2º ESO C).

En qu postura duermes? -En la postura de jugar a la PlayStation3 (Alejandro Soto 2º ESO C). -Al principio de lado, pero ya después ni idea (Isabel Treuer 4º ESO D). -De todas menos boca abajo (Luis Miguel Muñoz 2º ESO C). -De lado, porque si me pongo boca arriba o boca abajo me duele la barriga (Melisa Alvarado 1º ESO A). -Me duermo de lado, pero siempre me despierto de diferente postura (María Varo 2º ESO C). -De las cuatro posturas (Leonor Domínguez 2º ESO D). -Con los pies en la almohada (José Antonio Trujillo 1º ESO B). -Mirando hacia la pared y acurrucando a mi hermana pequeña (María Oliva Bermúdez 1º ESO A).

oncas? -Tela (Luisa Manzano 4º ESO D). -La verdad es que una vez que estaba entre el sueño y la vida me escuché roncar (Fátima Bermúdez 2º ESO D). -No, sólo cuando estoy mala (Ziggi Zakariassen 4º ESO D). -No, qué miedo (Encarna Ceballos 2º ESO D). -Nooo, si lo hiciese me compraría el aparato que sale en la tele (Mari Carmen Santos 1º ESO A). -Nunca me he escuchado, un día pondré una grabadora (Desirée Tamayo 2º ESO D). -Sí, como un borrico (Carlos Román 1º ESO B). -Es privado (Pablo Castro 2º ESO C). -¿Y a ti que te importa? (Alejandro Soto 2º ESO C).

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Cmo soamos? ienes sueos repetitivos? -Pues no... eso creo. Alguno habrá (Marta Clavijo 1º ESO A). -Sí, y a veces me cansa soñar siempre lo mismo (Paula Moreno 2º ESO C). -Sí, sueño que un chico misterioso con careta me lleva a conciertos y me dice cosas románticas ¡no sé por qué! (María Oliva Bermúdez 1º ESO A). -A veces, pero casi siempre son pesadillas y cansan mucho (María Varo 2º ESO C). -Sí, todo está oscuro (José Ramón Valdés 2º ESO D). -No, siempre sueño cosas nuevas (Raquel Diego 2º ESO C). -Sí, me estoy cayendo por un precipicio y cuando voy a llegar al suelo me despierto (Santiago Tocino 1º ESO A). -Sí, con una tía en la cama (José María Oliva 2º ESO C).

Sueles recordar lo que sueas? -Generalmente sí, pero algunos sueños se me olvidan en media hora (María Varo 2º ESO C). -Muy pocos (Sergio Sánchez 4º ESO D). -Sí, porque siempre me pongo a pensar si veo que no me acuerdo. Me gusta pensar en mis sueños (María Oliva Bermúdez 1º ESO A). -Sólo me acuerdo de un sueño en el que me caía a un pozo (Moisés Castro 1º ESO A). -Que yo recuerde sólo sueño con Lucía Lapiedra (Antonio Bermúdez 1º ESO A). -Sí, pero no siempre. Y algunas veces no quisiera acordarme (Alicia Gomar 2º ESO C). -La mayoría de las veces sí, aunque algunos se me olvidan... es que tengo muchas cosas en la cabeza (Paula Moreno, 2º ESO C). -Siempre (José Javier García 1º ESO A). -Muy pocas veces (José Antonio Doncel Moriano 1º ESO A).

Cuenta un sueo bonito -Que estaba metido en un cuento (José María Oliva 2º ESO C).

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-Puf… he tenido tantos que ya ni me acuerdo… Una vez soñé que mis amigas y yo nos fuimos de viaje muy lejos de aquí y nos lo pasamos pipa (Isabel Treuer 4º ESO D). -Que vienen los lunis y me dan las buenas noches, jeje (Marta Clavijo 1º ESO A). -Que era actor porno (Juan Antonio Casado 2º ESO D). -No se debe, después no se cumple (Ziggi Zakariassen 4º ESO D) -Una vez soñé que ganaba un campeonato de natación, pero no fue bonito del todo porque al recoger la medalla me caí y me di un porrazo (María Natividad Corrales 2º ESO D). -Estaba en una gran casa con una nevera llena hasta arriba y con un mayordomo (José Antonio Doncel Moriano 1º ESO A). -Estaba con Laura Morillo Patrón y me dio un beso (José Antonio Trujillo 1º ESO B).

Cuenta una pesadilla -Que me matan quemándome con gasolina (Johana Pérez 4º ESO D). -¡Que mi abuelo se hincó un tenedor en el ojo! (Paula López 2º ESO D). -Que me comían (Antonio Morales 2º ESO C). -Soñé que el campo en el que yo estaba salía ardiendo (Natalia Mejías 4º ESO D). -Que estaba solo en la oscuridad (Alex Brudenell 2º ESO D). -Abrir los ojos y encontrarme a mi madre sin maquillaje (Alejandro Corrales 1º ESO B).

Cul es tu sueo en la vida? -Ser Guardia Civil (Cristina Ramírez 4º ESO D). -Ser bailarina y bailar por todo el mundo (María Oliva Fernández 2º ESO D). -Ser feliz, muy feliz, ser inmortal, viajar al pasado, oír pensamientos ajenos, volar, hablar con los animales y tener un perro (Irene garcía 2º ESO D). -Tengo uno que espero que no sea imposible: que mi problema con la ortografía se acabe… al igual que la delicada fragancia de mis pies (Jara Doncel 2º ESO D). -Tener mucho dinero para poder acoger y cuidar a todos los animales que no tuviesen familia (Fátima Bermúdez 2º ESO D). -No lo sé, tengo todo lo que quiero (Laura Crespo 2º ESO D). -Tengo tantos… pero uno de los que más me gustan es ser una cantante muy famosa (Mari Carmen Santos 1º ESO A). -Casarme con Alicia (Ismael Cepero 1º ESO A). -Ser médica, aunque es demasiado difícil… (Desirée Tamayo 2º ESO D). -Tener un perro (Lucía López 1º ESO A). -Ser maestra (Paula Alcedo 2º ESO D). -Ir de viaje por todo el mundo (Carlos Román 1º ESO B). -Terminar el come-cocos (Francisco Manuel Cruzado 2º ESO C). -Pues enamorarme (Victor Manuel Guerrero 2º ESO C). -Ser actriz (Natalia de Rojas, 1º ESO B).

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e dormeur du val C'est un trou de verdure où chante une rivière Accrochant follement aux herbes des haillons D'argent; où le soleil, de la montagne fière, Luit: c'est un petit val qui mousse des rayons. Un soldat jeune, bouche ouverte, tête nue, Et la nuque baignant dans le frais cresson bleu, Dort; il est étendu dans l'herbe, sous la nue, Pâle dans son lit vert où la lumière pleut. Les pieds dans le glaïeuls, il dort. Souriant comme Sourirait un enfant malade, il fait un somme: Nature, berce-le chaudement: il a froid.

Les parfums ne font pas frissonner sa narine. Il dort dans le soleil, la main sur sa poitrine, Tranquille. Il a deux trous rouges au côté droit. Arthur Rimbaud

Le Dormeur du val es uno de los primeros poemas de Arthur Rimbaud. Cuando escribió este soneto tenía diciséis años y andaba errante después de escapar, por segunda vez, de casa de sus padres por el mes de octubre de 1870, en plena guerra que enfrentaba entonces a franceses y prusianos. El primer cuarteto nos presenta un marco idílico : un escenario campestre luminoso (le soleil luit, le petit val mousse de rayons), y colorista (trou de verdure, des haillons d’argent), donde la naturaleza es personificada (une rivière chante accrochant follement, la montagne fière). Los dos encabalgamientos –frase que se reparte bruscamente entre dos versos- D’argent y Luit acentúan la fusión luminosa del agua y del sol. Es una naturaleza alegre y viva. El segundo cuarteto nos presenta el único personaje del poema, un soldado, tal vez tan joven como Rimbaud. Parece que duerme plácidamente en este escenario idílico. Ahora dominan los colores fríos (bleu, pâle, vert, l’herbe). Pero algo nos inquieta: el soldado está pálido, la hierba es su lecho, el azul (casi violeta) del berro roza su cabeza. En el primer terceto, el verbo duerme (dort) es el eco de sí mismo en el verso siete. Pero duerme incómodamente, ya que el berro es planta acuática. El soldado « duerme », pálido (pâle), junto a un arroyo, sobre un suelo húmedo, en el mes de octubre (mes otoñal), en el noreste de Francia, y tiene frío (il a froid). El día plácido, luminoso del primer cuarteto sigue siendo el mismo; pero ahora, en este terceto, nos va invadiendo un sentimiento de inquietud, inquietud por el joven soldado, porque, aunque sonríe, lo hace como un niño enfermo (malade). El segundo terceto es, de acuerdo con la estructura clásica del soneto, la estrofa del desenlace. El verso trece ya es más inquietante. Con su ritmo regular de cuatro tiempos reforzado por las fricativas y las nasales, que imitan la respiración, coloca la negación «pas» (breve, explosiva, seca) justo al final del primer hemistiquio –pausa a mitad del verso-: Les parfums ne font pas frissonner sa narine De nuevo, por tercera vez, se repite el verbo «dort». El último verso constituye el desenlace: no emplea la palabra muerte (en francés «mort»), sino que el poeta recurre a una metonimia –expresando la causa por el efecto-: … Il a deux trous rouges au côté droit. … Dos agujeros rojos tiene en el costado derecho. La suavidad del paisaje contrasta, pues, con al muerte del joven soldado.

El sueño del caballero Rafael Sanzio, 1504.

Ramón Tejero Profesor de Francés


Eldurmientedelvalle Es un hoyo de verdor, donde un riachuelo canta dejando, alocado, en las hierbas jirones de plata; el sol, desde la montaña orgullosa, brilla: es un pequeño valle que vibra de luz. Un joven soldado, boquiabierto, desnuda la cabeza, y la nuca bañando en el fresco berro azul, duerme; yace, bajo el cielo, sobre la hierba, pálido en su verde lecho, donde llueve la luz. Con los pies en los gladiolos, duerme. Sonriendo como sonreiría un niño enfermo, está soñando: naturaleza, acúnalo tibiamente: tiene frío.

Los perfumes no hacen estremecer su nariz. Duerme al sol, con la mano sobre su pecho, tranquilo. Dos agujeros rojos tiene en el costado derecho. Traducción de Ramón Tejero Profesor de Francés

Es un resquicio de verdor en donde canta un remanso de agua Colgando alocadamente jirones de plata a las hierbas; en donde el sol, de la orgullosa montaña, Centellea: es un pequeño valle que enamora a los rayos. Un soldado joven, la boca abierta, la cabeza descubierta, Y la nuca inmersa en el fresco berro azul, Duerme; está tendido en la hierba, bajo la nube, Pálido en su lecho verde donde la luz llora. Los pies en el estoque, duerme. Sonriendo como Sonreiría un niño enfermo, dormita: Naturaleza, mécelo afectuosamente: tiene frío. Los perfumes no hacen vibrar las ventanas de su nariz. Duerme bajo el sol, la mano sobre el pecho, Tranquilo. Tiene dos agujeros rojos en el costado derecho. Traducción de Ana Longenecker Profesora de Inglés y Francés Jacaranda 41


Comienzaelcurso

y hablamosdeEducacin

Ilustración de Miguel Ángel de la Fuente

amaldicindelsapoalciempisbailarn Cuando redacto estas líneas son las siete de una tarde donde el sol se ha escondido mucho antes que en tardes anteriores. Tengo entendido que el cambio de horario que sufrimos llegado el otoño responde a una medida tomada por la Unión Europea para reducir el consumo de electricidad en nuestros hogares y en el suministro energético público: apagamos la luz una hora antes a la vez que amanece más temprano. Por lo visto esto antes no ocurría, y el animal de costumbres que es el hombre no se veía sometido al desajuste que supone jugar con el tiempo, un elemento de por sí ambiguo, escurridizo, inquisidor y engañoso, que se acorta o se alarga de manera sorprendente en función de nuestro estado de ánimo, que se alza como juez en nuestras vidas, que cura todas las heridas, que es implacable. Todavía no lo he consultado en ningún libro; la única fuente de información fiable que tengo por ahora es mi madre, la cual me asegura que eso no pasaba antes.

Para mí, que las noches sean más largas es un tremendo desafío. Soy noctámbula: durante el día hago lo que debo hacer y la noche la reservo para lo que de verdad quiero. Cae la noche de hoy y todavía sigo sin hacer lo que debía desde que salí del trabajo en el instituto a las tres menos diez: la programación didáctica. El tiempo pasa y me quedan tres días repletos de clases, reuniones y citas laborales. Soy profesora de Música en Enseñanza Secundaria Obligatoria, estudio un instrumento difícil a mi edad (como todos) cuyo provecho intento que revierta en mis alumnos, fascinados de entrada sólo con su nombre: la viola da gamba. Intento también no abandonar la flauta dulce, con la que comencé mis estudios musicales disciplinados aunque no reglados y que también utilizo en clase; mi primer contacto con la faceta de interpretación de la música fue el piano y eso si lo he abandonado completamente (el tiempo dirá si de forma definitiva). Jacaranda 42


Cultivo además la faceta de la escucha, algo igualmente beneficioso para mis alumnos, que disponen de la variedad y la calidad de mi discografía y de la que me facilitan mis amigos melómanos y profesionales de la música. Coordino una revista no sólo musical en el centro de enseñanza donde imparto una materia de la que me queda mucho por aprender. Y además hago otras cosas, como guardias cuando falta un profesor y la administración no cubre su baja, o papeleo burocrático (permítaseme la redundancia, que no tengo más armas que el lenguaje). Me gusta leer y escribir, y charlar sobre literatura o cine con profesores y alumnos... asuntos que tiendo a considerar dentro de la categoría de deberes, aunque quien mira desde fuera y desde bien lejos las considera simples aficiones, entretenimientos, o peor: pasatiempos. Torre Tirana queda muy lejos y está ciega, y sorda (o más bien insonorizada). Desde allí se escriben modernas leyes de Educación que ya no me parecen bienintencionadas, pues poco se puede avanzar en la formación de los jóvenes si se escatima tanto en recursos humanos, si la calidad de la gestión está por encima y va minando la voluntad de acción. El tiempo me asfixia y me deja poco margen para hacer lo que quiero, que a menudo coincide con lo que debo hacer: estudiar, tocar, escuchar música, preparar clases, leer. Menos esta noche ya oscura en que no veo muy claro ponerme a sistematizar ningún proceso de enseñanza, ajustar temporalmente al método los contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales, diversificables y adaptables a las peculiaridades de cada alumno... como si tuviese diez por clase) o jurar sobre lo más sagrado la consecución de unos objetivos y la aplicación de unos criterios pedagógicos en un ejercicio que recuerda a la fábula de la maldición del sapo al ciempiés bailarín: bailaba éste distraídamente una bella danza hasta que se le acercó el sapo y le preguntó que cómo hacía para saber que la pata número cuarenta y ocho tenía que plegarse, mientras la vigésima se mantenía estirada y la octava golpeaba el suelo. El ciempiés quedó paralizado para siempre. Lo haré con la luz del día, para contar con más energía y poder seguir jugando al ritmo del sistema educativo (pues no quiero quedarme fuera), cuyas reglas las ponen los pedagogos, que no se cansan porque son los que menos bailan. Los figurantes se han hecho con un papel importantísimo en un escenario que no requiere de su omnipresencia. Los elementos fundamentales en todo proceso de enseñanza-aprendizaje son, por este orden, el alumno (o los treinta y dos alumnos) y el profesor; la Administración Educativa ha de proporcionar el contexto en que esa relación se da, es decir, la escuela, con todo lo que se entiende normalmente que ese término engloba: desde los planes de estudio hasta la tiza, pero nunca podrá sistematizar ese fenómeno humano tan imprevisible y creativo que es el acto de educar. “Es el momento de recordar que la pedagogía tiene mucho más de arte que de ciencia, es decir, que admite consejos y técnicas pero que nunca se domina más que por el ejercicio mismo de cada día, que tanto debe en los casos más afortunados a la intuición”, en palabras de Fernando Savater. En un artículo de la Revista Archipiélago, Miguel Lizano cuestiona que poner en duda el deber del docente de ejecutar los dictámenes de la pretendida ciencia pedagógica equivalga a dudar que el albañil deba poner en pie el proyecto del arquitecto a través de las instrucciones del jefe de obra. Lo cuestiona mediante argumentos lúcidos y un estilo elegante, me remito a su escrito en el número 38 de esta publicación: “La educación a debate”. Sólo la comparación es ya inaceptable por insustancial, y el símil del Arquitecto y el Pedagogo (pensémoslo en mayúsculas para que la abstracción ayude a no ofender a nadie) le viene muy grande a los psicólogos del Gran Teatro de la Educación, que prescinde desde hace mucho del personaje de Juan de Mairena, a través del cual Antonio Machado resumía la cuestión pedagógica en dos palabras: amor y provocación.

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Ana del Moral Profesora de Música


amelos Con estas palabras expresan los alumnos la tranquilidad de haber estudiado y sentirse capaces de superar el próximo examen. Y si sacan buena nota podrán decir que se lo sabían muy bien. Pero, en eso de saber ¿no habrá algo más, y algo más valioso, que tener bien preparado un examen? Comencemos por el principio. Al empezar cada tema, el alumno debería sentir ese afán por abrirse a lo nuevo y mostrar lo que suele llamarse motivación para el aprendizaje. A este respecto, los profesores podrán vender mejor o peor su mercancía, podrán ponerse pesados, podrán, por supuesto y para ir a lo más eficaz, amenazar con el suspenso, incluso algún iluminado podrá entonar los loores de la alta cultura, pero motivar… La motivación o sale de dentro o no sale. Por no mencionar el hecho de que motivar a aprender, en cualquier caso, no podría consistir sino en contagiar a los alumnos la propia pasión por una ciencia, por un arte, por una técnica… Disponerse a saber requiere un compromiso personal desde el principio, no es suficiente dejarse llevar por la inercia del sistema. Avancemos un poco más. Por el motivo que sea, el alumno se sienta en casa a estudiar. Irán entonces cayendo los minutos, irán pasando los epígrafes del tema, en el caso de los alumnos más competentes es probable que incluso a un ritmo cronometrado y programado de antemano. El tiempo que toma este estudio es para él un tiempo de menos, un tiempo restado. Las horas dedicadas a este estudiar para el examen se van llenando y van alcanzando la paradójica plenitud de un vacío: del vacío en que nos encontramos al percibir la ausencia de vida en aquello que nos ocupa. Nunca puede llamarse a esto esforzarse por saber. La dedicación del saber implica una intensa actividad, no un triste y plano ir pasando horas, ir pasando páginas. Una actividad que constituye una dimensión primordial de la existencia humana, que otorga amplitud y relieve a nuestro mundo y que, en cuanto tal, sólo puede procurarnos alegría.

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Saber supone un hacer, un hacer en el sentido más firme y noble del término: un asimilar lo nuevo, lo desconocido, dándole forma, dándole vida en uno mismo. Uno no puede menos que sentirse protagonista de este hacer que tan de lleno le incumbe, y que nunca puede darse por concluido. Para nada se trata de ese ir pasando horas, semanas, libros, cursos, con ese aburrimiento experto que va planchando el traje liso y sin arrugas que llevará el buen estudiante el día de la entrega de notas. Y no estoy hablando de constructivismo pedagógico (¡por favor!), más bien trato de no hablar de nada etiquetable… Los alumnos, también los aplicados, terminan temas, terminan cursos, cumplen etapas. El “ya me lo sé” está cargado de ese bendito aroma de la feliz promesa: que todo esto se acabe, que llegue el verano, más aún, ¡que llegue un verano definitivo! Pero por lo que hace al saber, una vez iniciado, nunca se termina de recorrer su camino. Y lo más importante: nunca se desea abandonarlo o concluirlo. Hasta el punto de que el alivio más grato puede llegar a ser el de tomar conciencia de lo equivocado que andaba uno o de lo poco que había recorrido en realidad cuando creía haber avanzado mucho, y aun así sólo se querrá continuar. El estudiar temas para los exámenes provoca en los alumnos la ilusión óptica de que el de la teoría es un ámbito en el que todo está perfectamente dicho, acabado y puesto en su sitio, como en un libro de texto… Un espacio cerrado sobre sí mismo, que sólo puede recorrerse como se recorren las estancias limpias y ordenadas de la sede de un alto organismo público, mirando con respeto y sin tocar nada. ¡Cómo va a ser un hacer eso de la teoría! Para terminar aclaro que no quiero decir con todo esto que en la escuela no se aprenda, sino que ese aprender, la mayoría de las veces, no pasa por un asimilar lo nuevo haciéndolo parte viva de uno mismo. Y es dudoso que bajo el actual formato educativo el aprendizaje pueda ser otra cosa distinta de lo que viene siendo. Decían Platón y Aristóteles, que algo sabían de esto y casi de todo, y que tenían muchos discípulos, que sólo amando lo más vivo puede el hombre llegar a saber.

Daniel Castillo Profesor de Filosofía en San Fernando

Marco realizado por Diego García, alumno de 1º de ESO E

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o es verdad No es verdad que la educación en España haya empeorado o haya perdido calidad. Sería realmente un fenómeno muy extraño porque la educación en la España franquista, dictadura fascista que se levantó, tras asesinar a todos los que pudo , sobre la mentira, la manipulación y la represión extrema (por si alguien ya lo ha olvidado) la educación franquista, digo, no podría haber sido peor. Cualquier cosa que intentemos ahora será mucho mejor que el horror del que venimos. Por más disparate legislativo que hayan provocado los extremismos políticos, por mala suerte que haya habido con la modas psico-pedagógicas o por lamentable que sea la falta de profesorado en institutos absurdamente abarrotados de ordenadores, lo cierto es que la educación en nuestro país no deja de mejorar. Mucha más responsabilidad tiene en los fallos de nuestro sistema educativo la falta de formación pedagógica del profesorado (la oposición no mide la capacitación educativa tanto como el saber erudito en cada especialidad), ya que prácticamente nadie que imparte secundaria ha estudiado algo sobre educación. Se queja ese profesorado acostumbrado a lucir sus disertaciones de que el nivel ha bajado y ya no se puede pretender alcanzar en la aulas ese sublime desarrollo de las materias más complejas y elaboradas, porque hay que enseñar a estas masas televidentes a leer y a escribir. Y es que esa ha sido siempre la modesta y esencial contribución de la educación secundaria al sistema democrático, la de un imprescindible servicio social a la totalidad de la sociedad (logro conseguido con la obligatoriedad de la educación hasta los dieciséis años). No se puede ni debe pretender que el sistema educativo de un país democrático forme maravillosamente sólo a unas élites que son las que accederán posteriormente y con exclusividad a los puestos de poder y alcanzarán sólo ellas un nivel de vida y un desarrollo civilizado.

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No se trata de educar muy bien a unos pocos porque la función primordial e irrenunciable del sistema educativo es la de equilibrar las desigualdades sociales e intentar dar las mismas oportunidades de desarrollo a ricos y pobres. Por eso tiene que ser pública la educación. No se debe perpetuar la discriminación educativa, sino que ésta tiene que entenderse como tarea universal, ya que todos los humanos poseemos la misma racionalidad. Ya basta de ese profesorado que, porque de pequeños ellos fueron muy buenos estudiantes y modelos de conducta, se quejan constantemente de la indisciplina y la pérdida de autoridad que provocan todos esos alumnos que antes estaban fuera del sistema educativo o eran rápidamente rechazados por éste. Ese es nuestro trabajo, que, insisto, es prioritariamente una labor social y nunca una búsqueda del propio lucimiento para cubrir la necesidad de obtener devoción, reconocimiento y mérito. Que se vayan a obtener premios y reverencias al ámbito privado y nos dejen a los humildes curritos esforzarnos para mejorar el desarrollo de toda la sociedad. Por supuesto que, gracias al esfuerzo y dedicación diaria de la gran mayoría de los docentes, la experiencia acumulada, unida a la sensatez, permiten que la mayoría del alumnado reciba una educación buena y que esto haya sido así incluso con el franquismo, que nunca consiguió llegar del todo a donde pretendía ni dominar todas las conciencias. Pero es indudable que queda mucho por mejorar y que con asesoramiento y conocimientos pedagógicos, conseguiremos perfeccionar el sistema educativo para que en España haya por fin un nivel científico a la altura de Europa, con profesionales e investigadores del máximo nivel en todas las ramas del saber y que todos los ciudadanos reciban una formación ética que mejore la convivencia. Andrés Comesaña Profesor de Filosofía

Marco realizado por Regina Goçalvez, alumna de 1º de ESO A Jacaranda 47


Cuando esto reviente, que reviente con todos dentro La extensión de la escolarización obligatoria hasta los 16 años ha llegado a ser la piedra de toque en eso de saber cuán equivocado o puesto en razón anda por aquí cada cual. Quizás sea éste el único punto en el que los enseñantes de unos niveles y otros hayamos alcanzado un consenso de considerable amplitud (así nos va…). Al tratar de los problemas del sistema educativo casi todos estamos de acuerdo en señalar esa medida introducida por la logse como la Madre Del Cordero. Pero eso de estar de acuerdo no es cosa que vaya con nosotros: tan pronto concreta cada uno los motivos por los que la señala como el origen de los males, empezamos a discutir. Pero no por la excelencia del sentido crítico de este colectivo (¡Dios, qué buen vassallo, si oviesse buen señor!), más bien tendemos a dividirnos como en este país se divide en general la gente a propósito de otros debates. −O sea, que la cosa va de fachas nostálgicos y progres concienciados… Así por encima sí, pero veremos que en éste como en otros debates son posibles otros puntos de vista. Otros, sí, incluso sin contar el centrismo tolerante. Esa medida sí es, considerándola al margen de las circunstancias concretas de su aplicación, igualitaria y justa. Las condiciones socioeconómicas influyen en las aspiraciones del alumnado respecto del sistema educativo. Esto no quiere decir que los hijos de los obreros no puedan ser buenos estudiantes, o que todos los obreros sean incultos, hablamos de tendencias. De acuerdo, hacen falta fontaneros y técnicos de televisores, la sociedad no sólo demanda literatos y científicos (por cierto, no te estás gastando esa pasta mensual en el colegio privado para que tu hijo ejerza la digna profesión de fontanero ¿verdad?). La cuestión es si es justo que, en un alto porcentaje, los jóvenes de las sucesivas generaciones reproduzcan la misma división social del trabajo. Muchos de nosotros ejemplificamos casos de ascenso social por vía de un sistema educativo que, aun siendo jerarquizador, suponía un gran avance en relación a la educación en la España de los años 40 y 50. El actual sistema público de enseñanza, en la medida en que da ocasión a que muchos padres que pueden pagarlo escolaricen a sus hijos en la privada, irá dejando de posibilitar tal ascenso. Y reconozcámoslo: la igualdad formal en derechos políticos de nuestra democracia puede no serlo en función de las diferencias de capital económico y cultural de los ciudadanos. No es justo esperar sólo de la institución educativa el logro progresivo de la igualdad social, pues en esto también intervienen factores sociales, económicos y políticos de mucho peso, pero tampoco lo es aceptar que, en democracia, la escuela se consolide como mecanismo de reproducción de las jerarquías sociales de cada tiempo y lugar.


Es cierto que el sistema educativo, por su propia lógica, genera diferencias entre los alumnos. Lo que hay que analizar y evaluar es qué diferencias, en qué momento de la trayectoria escolar del alumno, por qué causas y justificadas por qué razones. Ya escucho el griterío: “¡es que hay alumnos que NO QUIEREN estudiar!” ¿Os habéis preguntado hasta qué punto puede legítimamente el Estado tomar en serio la decisión de “no querer estudiar” de chavales de 14 años? ¿No es ésa una edad difícil, no son aún muy vulnerables a la publicidad y a la telebasura (porque la ven, claro…), no están día a día acosados por la tentación del dinero rápido, y de ahí por la de sacarse un titulito pronto y a la calle a trabajar “de lo que sea”? ¿Qué estaría haciendo el Estado si los escuchara, a quién serviría? “Ya se reincorporarán a niveles educativos superiores si el día de mañana quieren seguir estudiando”: o no. Y, entre tanto, mano de obra barata, carne de consumismo del cutre y a pasar de la política, que es un rollo. A saber qué significa trabajo temporal, flexibilidad laboral, 600 euros y contratos por horas. Es de esto de lo que estamos hablando. Los que seguro que no dejan lo suyo para irse a un PCPI ni a un Ciclo Formativo de grado medio son los del Colegio Suizo. Es verdad que lo más importante es hablar de las condiciones concretas de aplicación de esta medida, pero se hacen valoraciones cínicas y conservadoras sobre ello si no se tiene presente el carácter igualitario de la misma. Si hubiera una próxima ocasión, podríamos seguir por ahí. Y vosotros, profesores de la pública con vuestros hijos en la privada, añorantes de la escuela clasista de antaño, lejos ya del campo o del almacén de los trabajos infantiles, acomodados en lo bueno que sabéis tomaros de este sistema público que los vuestros se están cargando allí donde pueden... ¡cuánto cinismo! os mereceríais iros a trabajar a la privada. Amodio de la Isla Marco realizado por Fiore Pitcher, alumna de 1º de ESO B


Ilustración de Miguel Ángel de la Fuente

SueoconHUG


lmodvr El castillo (vár) soñador (álmodó)… así entiende un húngaro el nombre de este pueblo de Córdoba. Pero no sabrá que es un pueblo de Córdoba, más bien pensará en Penélope Cruz haciendo como que canta “Volver”. Hungría es un castillo que sueña con dejar de aparecer en los billetes de doscientos florines y empezar a aparecer en los de doscientos euros. Las paredes de este castillo son los Cárpatos, para defenderse de las invasiones orientales. Su almenas son su gente, los mismos que descubrieron la vitamina C e inventaron el cubo de Rubik. Dejándose llevar por este país pequeño y extraño algunos amigos se preguntaron “Mi tartja a Holdat?” (¿qué sostiene a la Luna?), cantaron usando poemas de Csoóri Sándor como “A másik” (“Los otros”) o llevaron a los teatros de Budapest obras en lengua magyar basadas en “El retablo de las maravillas”, como Csodakvintett. Y yo no dejo de recordar las calles de Miskolc que solía atravesar en bicicleta para ir a clase. Mis alumnos. Recuerdo como un sueño las noches en que mis alumnos, ya graduados, llevando velas encendidas y al son de una guitarra, cantaban canciones bajo mi ventana, para despedirse de su profesor y agradecer los años juntos. Hago un esfuerzo para no olvidar las palabras extrañas que me acompañaron a diario, köszönöm! szervusztok! király! izom!… Tardé meses en poder pedir un vaso de agua mineral sin gas, por favor: egy szénsavmentes ásványvizet kérek szépen. Sueño con las pastelerías húngaras, inigualables. Sentado en la pastelería de la esquina, comerme un eszterházy tortaszelet y ver pasar el tranvía número dos. Y cada año llega un otoño de película. Toda la gama de colores otoñales cubre las calles de Miskolc, los parques desnudos y los cielos arañados por las ramas entre las que silba el viento. Es una maravillosa época para subir al monte Bükk, pasear por la Avenida Andrássy en Budapest, y en los días fríos y de lluvia simplemente meterse bajo las mantas a dormir. Un día, comprendes porqué se canta “blanca navidad”… claro, en Andalucía no nieva, pero los húngaros esperan que el día de Navidad amanezca todo nevado. Eso significa que el año que entra será un año bueno. Sueño con ser húngaro, gente elegante. ¡Ojalá se me haya pegado algo de ellos! Miguel Ángel de la Fuente fue profesor en el Herman Ottó Gimnázium de Miskolc (Hungría) desde el año 2004 hasta 2008 Jacaranda 51


Sueoconmiciudad Mi nombre es Loubna, un nombre árabe que no tiene significado en español, y vivo en Vejer desde hace cinco años y medio. Antes vivía en otro lugar llamado Oujda, una ciudad muy grande cerca de la frontera de Argelia.

ujda arruecos

Echo de menos algunas cosas, como sus preciosas montañas y la nieve en invierno. Me acuerdo mucho de mis amigos, de mis primos, de mis abuelos, de toda mi familia... son lo mejor que tengo allí. Y el cuscus que hace mi abuela... ¡está riquísimo! También echo de menos mi casa, sobre todo mi cuarto. Suelo ir todos los años, normalmente en el mes de agosto, y aunque hace mucho calor voy a la playa menos veces que aquí, porque en Oujda la playa está a 60 kilómetros. Pero eso se compensa con los partidos de fútbol que juego con mis primos por las tardes. La verdad es que en Oujda me lo paso mucho mejor que aquí, me divierto mucho con mi familia.

Pero, por otra parte, en Vejer tengo muchas amigas: Emilia, Laura, Irene, Jara, María Oliva... ellas son las más cercanas a mí, y no están en Oujda. Loubna Nouari, alumna de 2º de ESO D Jacaranda 52


Halloween

comienzalapesadilla...

Dibujos realizados por alumnos de 1º de ESO A a principios de noviembre en la clase de inglés...

José Javier García

... formando parte de un conjunto de actividades guiadas por la profesora Consolación López...

... bajo la maldición de Halloween.

Mari Carmen Santos

Milagros Manzorro

José Luis Astorga

Antonio José Sánchez

Jacaranda 53


amaldicindeHalloween Mi amigo Pedro dice que la culpa de Halloween la tienen las de inglés, que en nuestro caso siempre han sido profesoras. Mujeres de carácter extravagante, exótico, estrafalario, espeluznante, escalofriante... Algo de culpa tiene también el cine en esto de Halloween. En cualquier caso, hablamos de culpa, Pedro y yo, porque el cielo les tiene que guardar un castigo muy grande por haber profanado de esa manera el día de Todos los Santos y el luto de los Difuntos. En los pueblos de Jaén (donde sabe dios en qué año llegó el cine), cuando yo era pequeña, cada uno de noviembre los niños íbamos con los mayores a visitar las tumbas de la familia, que el día de antes las mujeres habían limpiado y adornado con flores. Yo me desplazaba desde Córdoba, porque los restos de mi padre y mis abuelos (con el tiempo también los de mi tío) reposaban en Villanueva de la Reina, y los difuntos de la familia de mi madre estaban en Torreperogil.

Cementerio de Vejer 1 de noviembre de 2009


Mis recuerdos de Villanueva son pocos y confusos... algunos muy nítidos, como la enorme impresión que me causaba ver el nombre de mi hermano escrito en la lápida de mi abuelo, pues se llamaban igual... o el puente sobre el río Guadalquivir, por entonces muy acaudalado. En cambio, los de la Torre (así se conoce a mi pueblo), desdibujados o definidos, forman mi historia: los cementerios llenos de más gente contenta que triste; el brasero de ascuas... eran días de frío; las latas de tortas que mis tías preparaban en el horno comunitario del pueblo, algún dulce más sofisticado que traía mi tía de Úbeda, Mercedes siempre por allí... elogiando las gachas que yo no podía ni oler y mi madre me perdonaba no comerlas; las velas de mariposa flotando en un plato de aceite de oliva y mi abuela diciéndome: “mira, tu padre se ha juntado con el abuelito, están hablando”... Mercedes viniendo durante muchos años desde Granada cada vez que se nos rompía el alma, no el día de Todos los Santos, sino cualquier otro maldito día. Yo faltando al último entierro... Ahora, el día 1 de noviembre sigue siendo señalado para mí, que he crecido, pero el mundo funciona de una manera mucho más improvisada y las distancias cuentan depende de para qué. El paso del tiempo, los cansinos murales de Halloween en el instituto y el truco o trato de las películas americanas de sobremesa, me fueron separando de los míos, vivos o muertos. Ana del Moral Profesora de Música

I never celebrate Halloween because I think it isn´t a real party to me. People celebrate somehing but not Halloween, they only have fun drinking alcohol. So, in my opinion, Halloween isn´t funny. Antonio Navarro, 4º de ESO B I celebrate Halloween because it can be amusing and I have fun. I celebrate it with my friends; we watch a horror movie in a dark room and then, we tell scary stories. But we never get disguised or go out because we don´t like it. People go to the cemetry, they pray for their dead relatives and deposit flowers at their graves. Some people put pumpkins with scary faces and a candle inside on their windows. Bernabe Ureba, 4º de ESO B These dates (30th October, 1st November) are celebrated in Spain, with special characteristics. During these days,people visit their deads´ graves for cleaning and decorating their tumbs with all kinds of flowers, specially chrysanhtmums. I never go to the graveyard. Juan Francisco Galindo, 4º de ESO B Alumnos de Pilar Morillo Profesora de Inglés …a salvo de la maldición de Halloween Jacaranda 55


Visitaalcementerio Sinceramente, me extrañó la decisión de ir al cementerio. De camino hacia allí, en mi cabeza solo existía la pregunta que nos hacemos casi todos: ¿por qué ir al cementerio? En un principio me negaba a entrar, ya que nunca superé la muerte de mis abuelos, mi tía y mi amiga, pero por otro lado pienso que ya es hora de afrontarlo y hacerme a la idea de que, quiera o no, poco a poco nuestros seres queridos nos van dejando. Llena de recuerdos entré, sentí algo raro: todo blanco, lleno de flores y que, en el fondo, transmite paz. Cogida del brazo de mi compañera fui recorriendo los pasillos largos en forma de laberinto. Algo me llamó mucho la atención: una niña de tan sólo catorce meses descansaba desde este mismo año. Paso tras paso, me sentía cada vez algo mejor, apenas pensaba en las cosas del principio y tenia una sensación de tranquilidad. Una vez que estás dentro, todo es diferente. Estefanía Sánchez Cuando Manolo dijo que íbamos a ir a visitar el cementerio me pareció una buena idea. No me produjo miedo, ni escalofríos, ni nada parecido, sólo un vacío en el estómago, porque lo primero que se me vino a la cabeza fueron recuerdos de algunos seres queridos que tengo allí. Camino del cementerio fui acordándome de mi abuelo, porque es la persona de mi familia que ha fallecido más recientemente. Murió hace unos meses y me acordé de cómo era, de las cosas que decía, de sus virtudes, sus defectos... Al entrar me dio pena ver las lápidas, entonces me acerqué a la de mi abuelo y la toque ¡se me pusieron los vellos de punta!, todavía no me creía que mi abuelo pudiera estar ahí. Vi a muchas personas limpiando las lápidas de sus familiares porque llegaba el día de Todos los Santos; unos las limpiaban con alegría, otros con pena... cada uno como lo sentía. En algunas había fotos de las personas fallecidas, lo que me produjo una sensación muy extraña y difícil de transmitir; otras lápidas estaban como abandonadas, no tenían flores, tenían agujeros alrededor, estaban muy mal cuidadas... esto me dio mucha pena. Sentí escalofríos al ver algunas de ellas abiertas, con restos de flores y de bichos, yo no quería mirar porque me hace pensar en muchas cosas, como cuando llegue mi momento... algo que no quiero pensar aunque forme parte de la vida. Como dije anteriormente, me pareció una buena idea la visita al cementerio porque, en nuestra profesión, vamos a tener que pasar por muchas de las muertes de las personas que vamos a cuidar y, aunque no sean familiares, seguro que nos va a dar pena porque vamos a darles cariño y vamos a estar con ellas día a día. Otra de las cosas en las que me fijé cuando estaba en el cementerio fue en las dedicatorias de las lápidas, como por ejemplo a un niño recién nacido: “Aquí yace un ángel”. María José Vega

Cuando Manolo ha dicho que íbamos al cementerio me he quedado un poco “pillada”, en realidad siento respeto. Al entrar he sentido la necesidad de visitar a todos los familiares que tengo allí. Al ponerme delante de las lápidas me han venido recuerdos de ellos. He tenido la sensación de limpiarlos, aunque ya estaban limpios. A las compañeras que venían conmigo les he ayudado a limpiar y ellas a mí. Cuando he salido he tenido una sensación muy extraña, como si alguien estuviera vigilándome. Juana María Jiménez Jacaranda 56


Al principio, cuando entré, no estaba tan triste, pero cuado vi muchas tumbas me imaginé la de mis padres que son mayores y se me puso el cuerpo muy malo. Me ha puesto muy triste la visita. No sé por qué se me ha pasado eso por la mente, serán cosas de la cabeza. Me tengo que concienciar de que los familiares y todo el mundo se muere, unos antes y otros después, y no ponerme tan mala cuando vaya al cementerio. Las tumbas de los niños me ha dado mucha pena, tan pequeños... Y gente de mi edad, con veinte años, que se haya muerto por cosas del destino... eso entristece mucho. Carmen Jiménez Cuando Manolo dijo que íbamos a ir al cementerio pensé que era una buena oportunidad para limpiar las lápidas de mi abuela y de mi abuelo, ya que mis padres nunca vienen a Vejer. Toda la clase quería ir al piojito, pero yo lo veía una tontería muy grande ya que, si no tienes dinero ¿para qué vas? ¡Para que te quedes con las ganas de algo...! Cuando llegamos al cementerio, después de un viaje pesado por el calor, fuimos a ver y limpiar a la familia de Juana Maria, luego a la de Oliva y por último a la mía: mi abuelo y mi abuela. Limpié la de mi abuela pero no la de mi abuelo, debido a que estaba muy alto y no encontrábamos una escalera para subir. Me vinieron a la cabeza muchos recuerdos de ellos. Estoy muy contenta, parece que me haya quitado un peso de encima, ya estoy tranquila porque mis dos abuelos están en perfectas condiciones y descansando en paz. Anabel Sánchez La verdad, no me ha gustado ir al cementerio porque es un sitio donde no tengo recuerdos buenos, además siento muchas veces miedo y sentimientos de tristeza. Desde pequeña tengo ese miedo y por una parte quisiera afrontarlo, pero por otra… Sé que algún día tendré que afrontarlo y espero que sea pronto, porque si mi trabajo va a estar vinculado con la muerte, no tengo otro remedio. He visto a gente limpiando las lápidas y gente mandando besos a través de ellas. Eso sí es bonito: ver que la gente no olvida a sus seres queridos y que de vez en cuando van a visitarlos. Creo que a este tema le debemos un gran respeto. Patricia Guerrero

Cuando Manolo ha propuesto la idea de ir al cementerio me ha impactado, pero me ha parecido a la vez interesante, ya que trabajaremos con personas mayores y la muerte estará presente. Cuando he llegado a la puerta he sentido un poco de nervios, nada más de pensar que hay tantas personas muertas, que tuvieron su vida y que ahora sólo forman parte de un recuerdo... y pienso que yo estoy viviendo y que en un futuro sólo seré un recuerdo... Poco a poco, una vez que iba paseando por allí con mis compañeras, he sentido que es un lugar tranquilo, donde no se respiran malas vibraciones, ni hay malos pensamientos, donde no existe violencia, sino todo lo contrario: es un lugar de paz y tranquilidad. Ana Vanesa Mateo Alumnas del Ciclo de Grado Medio de Atención Sociosanitaria acompañadas por su profesor, Manolo Delgado ...a salvo de la maldición de Halloween Jacaranda 57


ersonajes La noche del pasado 12 de mayo, mi amigo Andrés me escribió un mensaje al móvil: “cada vez nos quedamos más solos”. Yo estaba en el salón de mi casa: acababa de bajar el retrato de Camarón de la Isla que tengo colgado en mi cocina –lo más parecido a una imagen religiosa que hay en mi casa- para ponerle una vela en recuerdo de Antonio Vega. Lo mismo hice el pasado 2 de noviembre, cuando José Luis López Vázquez se unía a mis difuntos en un día tan señalado –esta vez ante la fotografía Ian Curtis, la imagen más venerable que hay en casa de mi querido Daniel-. La redacción de Jacaranda guarda en sus archivos un recuerdo para él y otro para Mercedes Sosa –que nos dejó en octubre-, y que no han podido publicarse ahora por falta de espacio. Ojalá no aumente demasiado la lista de los que se marchan para siempre, o que nuestro obituario se nutra de pérdidas como la de Francisco Ayala, fallecido a los ciento tres años de edad. Y que crezcan sin parar nuestros pequeños homenajes a los que nos alegran el día a día, tan duro a veces, como Paco y Dolores –ellos han perdido en poco tiempo a varios seres muy queridos, en cambio... son la simpatía del instituto-, como José Antonio, el amable bibliotecario del pueblo –que igualmente aparecerá entre las páginas del próximo número de nuestra revista-, o como Rami, el niño de la foto –mi niño preferido-, que es todo un personaje soñador.

Ana del Moral

El cuentito del minutito o ami soador Su tío tenía puesta la música bajita, para que Rami pudiera dormirse. Anatomía de una ola es un buen disco para recogerse en una plácida serenidad introspectiva. La infancia se pierde para siempre. Después ni siquiera al soñar nos es dado volver a ser niños. Rami aún lo es. Por eso, quizás, pudo verlo y acertó a pedirle que le contara un cuento. Antonio comenzó: “El cuento del minutito. Érase una vez un minutito que, aburrido, saltó de las manecillas de un reloj perezoso, que siempre atrasaba. El minutito quería que alguien lo aprovechara, así es que se acercó a unos hombres que charlaban y reían en un bar y les preguntó si lo querían. Ellos contestaron que no, que justo lo que deseaban era olvidarse por completo de la hora que era. Siguió buscando y vio a una vieja que caminaba con dificultad. Le hizo la misma pregunta, a lo que ella respondió que ya para qué, que no esperaba ya nada más de la vida. En eso vio a un señor que iba hacia el trabajo, le preguntó, pero el hombre llevaba el tiempo justo… Andaba nervioso cuando se cruzó con un camión cargado con antiguos relojes de pared, estropeados y ya inservibles. Les preguntó si podrían recogerlo. Uno de ellos contestó: -tú eres tiempo, y como tiempo habrás de pasar. No te preocupes por cómo. Y ahora ¡anda!, vuelve con tus hermanos y sigue soñando-”. Jacaranda 58

Daniel Castillo


“Ante un mundo descomunal, siento mi fragilidad...”, cantaba aquella tarde en La gata, en un atardecer lleno de turistas rojos como cangrejos, tumbados en la arena ante el escenario. Sin alzar la cara, oculta bajo la espesa melena su expresión de poeta maldito a su pesar, su voz avejentada dibujaba en el aire cálido recuerdos de fiestas, de amores perdidos, de soledades y sueños que se alzaban atrayendo a la noche cómplice. “No creo en más infierno que tu ausencia, paraísos sin ti yo los rechazo, que ningún juez declare mi inocencia”....aferraba la guitarra con sus manos desgranando los versos de Antonio Gala, recordando quizás a Marga, que lo había dejado tan sólo al morir tres años atrás, tras una vida juntos, tras años oscuros y malas noches y luz de poemas y ternura en su voz. Siempre a su lado. Siento mi fragilidad..., pero la música y el escenario seguía alentándolo, insuflando fuerza en aquel cuerpo tan machacado desde que en los años ochenta se dejara llevar. “Cualquier día me dejo caer en medio de un concierto y verás que cara ponen”, comentaba jocoso ante los cuervos de la prensa. ¿Te sirve la droga para inspirarte?, preguntó una vez un imbécil cualquiera ante alguien que hubiera dado todo el éxito que tuvo por bajarse del caballo al que se subió en los días de vino y rosas. “De sol, espiga y deseo, son sus manos en mi pelo. De nieve, huracán y abismos, el sitio de mi recreo”. No me arrepiento de nada, se jactaba él a pesar de todo. La gente en el concierto le pedía una vez más “La chica de ayer”. Dedicada a cualquier novia y escrita en cualquier bar de Malasaña a finales de los setenta, la canción que le llevara a reinar en la movida y que se convirtió en el himno de una generación, parecía hablar ahora de la juventud perdida, “Me asomo a la ventana, eres la chica de ayer, demasiado tarde para comprender, mi cabeza da vueltas persiguiéndote”. Una juventud a la que la bronceada y cuarentona audiencia pretendía engañar poniéndose bañadores multicolor y alguna que otra raya blanca. Sonreía y daba las gracias Antonio, pleno de humildad y feliz porque había vuelto a conquistarnos. Había traído consigo pedazos de la vida de todos y con ellos en sus canciones se marchaba. Se marchaba a dibujar sueños en cualquier otro mundo, en cualquier otra playa, dejando con su silencio aún más oscuro el rumor del mar que se acercaba. Andrés Oliva Profesor de Historia en Barbate Antiguo profesor del IES La Janda

Antonio Vega 1957-2009

Lucha de gigantes convierte el aire en gas natural Un duelo salvaje advierte lo cerca que ando de entrar en un mundo descomunal Siento mi fragilidad Vaya pesadilla corriendo con una bestia detrás Dime que es mentira todo un sueño tonto y no mas Lucha de gigantes Antonio Vega, 1987. Jacaranda 59


Al conocer la muerte de Francisco Ayala este tres de noviembre de 2009, a los ciento tres años de edad, el reconocimiento hacia el personaje histórico, la admiración hacia el escritor y la simpatía hacia el hombre concreto surgen en nosotros de forma unánime. Como hombre que vivió un periodo desgarrador de nuestra historia durante la Guerra Civil, creo que los españoles nos alegramos infinitamente de que quien tuvo que salir de España en 1939, pudiera al fin volver a su patria, instalarse en ella, vivir en ella como un español más, y morir sintiéndose reconocido y querido por todos. En cierta manera, el destino de Ayala nos consuela o nos redime cuando pensamos en Antonio Machado, en Manuel Azaña, en Max Aub, en Juan Ramón Jiménez, en Luis Cernuda... Al reconocer a este hombre, a Francisco Ayala, en cierta manera hemos reconocido a todos los que no pudieron volver. Como escritor, su obra aún está en la extraña tierra de nadie de los españoles que escribieron fuera de España. Es una injusticia que habrá que solventar. Quizás a algunos grandes escritores del exilio (pienso en Max Aub o en Arturo Barea) haya que aplicarles una suerte de discriminación positiva para compensar todos los años que aquí estuvieron prohibidos. Con Francisco Ayala deberíamos empezar por proponer como lectura recomendada para el Bachillerato alguno de sus libros de cuentos. En Los usurpadores, por ejemplo, reconoceremos la degradación física y moral del poder a través de la figura de Carlos II (El Hechizado), leeremos la alucinada historia del pastelero de Madrigal, que a punto estuvo de suplantar la personalidad del rey portugués Don Sebastián (Los usurpadores) o penetraremos con horror en el tenebroso mundo de la Inquisición (El Inquisidor). Por fin, la imagen que de Ayala nos ha llegado en sus últimos años provoca simpatía y curiosidad. Simpatía por la persona que, para reírse de la edad, decía que llevaba muchos años cenando dos manzanas y un whisky, aunque últimamente ya eran dos whiskys y una manzana. Simpatía por el hombre que para desmontar el tópico, decía que si se hubiera tomado un whisky con todos los que dicen que lo han tomado con él, se habría alcoholizado. Curiosidad por la persona que en el exilio de Argentina, en los años sesenta, invierte su dinero en comprar un piso en Madrid, para cuando sea posible habitarlo. Curiosidad, en fin, por la persona en cuyo funeral el Rey de España besa con verdadero sentimiento a su viuda, Carolyn Richmond, y saluda a otra mujer que lleva pañuelo musulmán. Quizá aquella que le escuchó sus últimas palabras: “Voy a morir. Ya”

“Su majestad –nos dice- estaba sentado en un grandísimo sillón, y apoyaba los pies en un cojín de seda color tabaco, puesto encima de un escabel. A su lado reposaba un perrillo blanco.” Describe –y es asombroso que en tan breve espacio pudiera apercibirse así de todo, y guardarlo en el recuerdo- desde sus piernas flacas y colgantes hasta el lacio, descolorido cabello. Nos informa de cómo el encaje de Malinas que adornaba su pecho estaba humedecido por las babas infatigables que fluían de sus labios; nos hace saber que eran de plata las hebillas de sus zapatos, que su ropa era de terciopelo negro. “El rico hábito de que su Majestad estaba vestido –escribe González- despedía un fuerte hedor a orines; luego he sabido la incontinencia que le aquejaba.”

Juan José del Moral Profesor de Literatura y Lengua en Jerez

Los usurpadores. El hechizado. Alianza Editorial(1998)

Francisco Ayala 1906-2009

Jacaranda 60


Doloresyaco,lasimpatadelinstituto Paco, cuando Ana nos propuso hacer una entrevista a un personaje importante del instituto te elegimos por tu simpatía, porque nos alegras el día cuando nos lo estropea algún profesor... porque eres muy buena gente y nos das muchas cosas, además de bocadillos... Pero enseguida nos dimos cuenta de que Dolores, más discreta y más tímida, hace lo mismo por nosotros, así que... ¿te importa compartir con ella el protagonismo? Paco: A mí... claro que no me importa. Dolores: Una cosa: puede que yo sea más discreta, pero tímida no soy. Pregunta: La primera pregunta no podía ser otra: ¿habéis estudiado algún master para preparar tan bien esos bocadillos de lomo? Paco: No, no he estudiado ningún master, cielo... P: ¿Y no os entra hambre preparando tanto bocadillo? Paco: A veces... Dolores: Sí, a veces... P: ¿Os agobiamos mucho cuando llegamos tan impacientes en los recreos? Dolores: No, porque os damos una voz y os ponemos derechos (se ríe). P: Sabemos que sois hermanos y que Juan, encargado de la cafetería de El Pinar, también lo es. ¿Cómo llegasteis los tres al instituto? Paco: Llegamos primero Dolores y yo. Dolores: Se realizó una subasta en la que participamos con un proyecto donde se reflejaban las características que debía reunir la cafetería de un instituto. Nos fue adjudicado y nos hicieron un contrato de cuatro años que posteriormente nos fueron renovando ya sin necesidad de entrar en concurso. Jacaranda 61


P: ¿Cuánto tiempo lleváis trabajando aquí? Dolores: Pues... ¡diecisiete años! P: ¿Cuánto valía un bocadillo entonces? Paco: De lomo no se hacían, había de salami, de chorizo, de queso... y valían ochenta pesetas. P: ¿Habéis engordado mucho desde que trabajáis aquí? Paco: Yo habré cogido un kilito o dos... Dolores: Yo sí... llevamos diecisiete años, es inevitable... P: ¿Qué es lo que más os gusta del instituto? Paco: A mí lo que más me gusta sois ustedes... mis niños. P: ¿Hay alguna cosa que os gustaría cambiar? Paco: Nos gustaría cambiar la cafetería de lugar, a la casa del conserje. Dolores: El espacio es más amplio, sería mucho mejor. P: ¿Con qué profesores os relacionáis más? Dolores: En general con todos. Después, en la calle, hay una serie de profesores que son más amigos nuestros. Paco: Yo con la que me llevo peor es con Anita del Moral. P: Por cotillear un poco.. ¿ha surgido alguna historia de amor en la cafetería? Paco: No sabe no contesta... (insistimos). Ese es un tema aparte (se ríe). P: A la mayoría de nosotros, cada vez que nos metemos en la cocina nos pasa algo ¿habéis sufrido vosotros algún accidente laboral? Paco: Yo no ¿tú me ves a mí herido? Dolores: Algún corte que otro con la máquina, pero nada que se pueda llamar accidente laboral. P: Sabéis que el primer número de nuestra revista está dedicado a lo sueños ¿Cuál es el sueño de vuestra vida? Paco: Ay... que me toque una buena primitiva... pero me parece que no va a ser... Dolores: Mi sueño real es tener lo suficiente para vivir y dedicarme a mis aficiones, que son muchas: la lectura, diferentes manualidades como la costura, el punto, trabajar la madera... P: ¿Tenéis alguna pesadilla, como que el bar sale ardiendo o se queman las tortillas? Paco: ¡Anda ya! No, no, eso sí que no. Dolores: Con lo bien que dormimos ¿cómo vamos a tener esas pesadillas? P: Nos han dicho que os gusta mucho leer ¿nos recomendaríais algún libro? Dolores: Uf! Muchísimos: de Matilde Asensi, por ejemplo, El mundo perdido o El último Catón; El Código Da Vinci, de Dan Brown, ése alguno lo habréis leído...; Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi, aunque ése quizá aún no es muy apropiado para vuestra edad...; El lector, de Bernhard Shlink, ese es maravilloso... Paco: El último que me he leído: El sueño de Hipatia, de José Calvo Poyato; y El lector, sí. P: También nos han contado que os gusta mucho la música y que cantáis muy bien... ¿cuál Entrevista es vuestra música favorita? realizada por Paco: Hija, lo mío es la copla. Y el flamenco puro (al el equipo de principio dice que no canta, pero termina redacción. cantando...). Alumnos de Música Dolores: Yo no canto... P: Por último, queremos daros las gracias por de 4º de ESO D. atendernos y por tener tanta paciencia con nosotros. Ha sido un placer. Ambos: Gracias a vosotros. Jacaranda 62


gradecimientos La redacción de Jacaranda quiere expresar su sincero agradecimiento a todos sus colaboradores. Nos han llegado tantos sueños, tan distintos, tan hermosos, tan grandes… que la realidad del papel impreso no ha podido asumirlos en su totalidad. Gracias a los soñadores que han podido ver publicados sus trabajos en este primer número; gracias a los que tendrán que esperar al siguiente. Gracias a nuestros primeros lechos confortables, el Departamento de Actividades Extraescolares y el Proyecto Lector del centro, y a todos los que nos han ido arropando a lo largo del camino, dentro y fuera del instituto; Jacaranda os necesitaba para descansar y reponer energías, pues ver cumplido el sueño de su edición ha costado un gran esfuerzo... pero ha sido un enorme placer. Gracias, especialmente, a los amigos –a los de ahora y a los de siempre-.

Vejer de la Frontera, enero de 2010.

Marco realizado por Juan Francisco Molina, alumno de 1º de ESO B


Ilustraci贸n realizada por Juan Francisco Corrales, alumno de 1潞 de ESO A

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