cine
cuatro décadas de el espíritu de la colmena de víctor erice Jorge Latorre
Una de las más importantes películas del cine español cumple cuatro décadas. Con este motivo, es analizada en detalle por el más destacado de sus estudiosos
E
l trigésimo aniversario de El espíritu de la colmena se celebró con los honores que merece una de las mejores películas de la historia del cine español. Vale la pena destacar su reposición para la gran pantalla, con reestreno estelar durante el Festival de cine de San Sebastián de 2003, en el que fue escogida para figurar en el cartel anunciador; o el simposio que la Asociación Española de Historiadores del cine y el Institut Valencià de Cinematografía le dedicaron en Valencia, durante los días 6 y 7 de mayo de 2004. La publicación de las actas de este simposio se sumó a la documentada monografía sobre la película que Jaime Pena publicó en Paidós con ocasión de los treinta años, y a mi libro ensayo sobre la recepción de la película y las diferentes interpretaciones que se han hecho de ella a lo largo de estas tres décadas1. Víctor Erice siempre había sido reacio a explicar la película, para respetar la libertad interpretativa del espectador. Sin embargo, con ocasión de este aniversario se explayó con generosidad públicamente sobre la película. Tanto en las intervenciones de San Sebastián como de Valencia,
fue tajante al afirmar que no es posible -y ni siquiera adecuado intentarlo- separar lo que hay de evocación poética y de memoria histórica en El espíritu de la colmena, que abarca todo el franquismo, desde su tiempo diegético (ese impreciso “hacia 1940” con el que comienza) hasta el momento en que vio la luz el proyecto, cercana ya la Transición en 1973. Estas referencias espacio-temporales (tanto del rodaje en los últimos años de la dictadura, como de la propia infancia del director en la inmediata posguerra) constituyen las anotaciones del paisaje humano, que resume una etapa clave de la historia española, de dimensiones universales. La confusión entre experiencia personal y relato histórico es tal, que Erice recuerda el rodaje de la película como una experiencia durísima, con una sensación de enorme soledad (muy distinta de la experiencia placentera de su primer cortometraje, Los desafíos, aunque el equipo de trabajo era prácticamente el mismo), sin saber tampoco explicar el porqué de sus nuevas ideas a los que creían conocerle perfectamente pero experimentaban el proyecto como algo cada vez más incom-
prensible. Paralelamente, los gastos se iban disparando, aunque sin salirse nunca de los estrechos márgenes presupuestarios del momento: 9.712.650 pts., contabilizadas para rodar en 38 días, a partir del 8 de febrero de 1973. Con el recorte de una semana de filmación (decisión en la que pudo influir el distanciamiento progresivo del recientemente fallecido Elías Querejeta), la obra pudo terminarse a tiempo de ser presentada al festival del cine de San Sebastián, y –avatares del azar- fue la primera vez que recibía la Concha de Oro una producción nacional, por lo que se estrenó inmediatamente después, el 8 de octubre de 1973, en el cine Conde Duque de Madrid. Fue también la primera vez que era galardonado un director de fotografía español (Luis Cuadrado) con el primer premio en el festival de Londres; y a éste seguirían después otros premios internacionales como el Hugo de Plata de Chicago (1973), el Prix L’Age D’Or de Bruselas (1974) y el premio a la Mejor Película de Arte y Ensayo de Turín (1974). La Concha de Oro contribuyó sin duda a que la película fuera saludada por la crítica con una rara una-
------------------------------1 PENA, Jaime, El espíritu de la colmena: Víctor Erice, Paidós, Barcelona, 2004. LATORRE, Jorge, Tres Décadas del El espíritu de la colmena (Víctor Erice), Colección Letras de Cine, Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid, 2006, 382 pp. JUL-SEP 2013
el pensador | 107