rectangular ante el ventanal levemente redondeado), yo permanezco despierto terminando la lectura de La casa de las bellas durmientes, de Kawabata. En el insomnio la lectura y la vida se han fundido, y la literatura se ha convertido en la latencia más palpable de la realidad. Es la ficción. El único mundo en que permanezco despierto.
50 ensayo
| número 2 [corototeca]