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Amanda Cárdenas Editora Vino Mx

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HUGO D'ACOSTA: MI PARTICIPACIÓN EN EL MUNDO DEL VINO

POR: HACHEMUDA1958

M

i participación en el mundo del vino es resultado de un sinnúmero de eventos conscientes e inconscientes, algunos de ellos buscados, pero la mayoría fortuitos.

Un día, así como así, me encontré frente a uno de mis maestros, cuyas palabras tuvieron la habilidad de despertar en mí una mezcla de intriga y curiosidad por la uva y todo lo que se asociaba a ella. Ese día inicié mi recorrido hacia el vino. Poco a poco pasé de querer “conocer de vinos” a “hacer vinos”.

Para mí, el vino mexicano es un representante de nuestro mosaico cultural. Es además una actividad que expresa en mucho el México contemporáneo, de propuesta y empuje. En Baja California esta actividad tiene un momentum único, casi caótico; aunque por su tamaño, comparado a otras regiones vinícolas, podría pasar desapercibido. Esta región es probablemente una de las zonas de mayor riqueza en su propuesta vínica, la variedad de actores, de uvas y su contexto; la vuelven una matriz con una oferta muy rica. Podemos decir que a pesar de nuestro trompicado recorrer histórico, el momento actual representa por mucho la mayor dinámica enológica del vino mexicano. Sin embargo, habria que ser prudentes y no echar a volar campanas triunfalistas: no debemos olvidar que este movimiento requiere de la siguientes generaciones para su consolidación. Creo que como consumidores debemos aprovechar el enriquecimiento de la oferta vinícola que el vino mexicano aporta al mundo. Hoy nuestros vinos son una propuesta de variedades, estilos, sabores y orígenes diferentes. El vino mexicano es por su sazón un producto que enriquece la oferta de sabores. Nuestros vinos sabiendo a México, diversifican la propuesta enológica mundial

Creo que uno de los avances más significativos para el vino mexicano hasta este momento, es la depuración de su personalidad y carácter; su presencia y penetración en el

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EL RETO ES QUE NUESTROS VINOS FORMEN

PARTE DE NUESTRO BAGAJE Y DÍA A DÍA ACERCARLOS A LO COTIDIANO, A NUESTRO QUEHACER, A NUESTRA MANERA DE VIVIR Y DE COMER.

México contemporáneo y su relación con la exaltación de la mexicanidad. Veo con emoción nuestros vinos cada vez más presentes en las mesas y celebraciones de las nuevas generaciones.

Cuando se consolida un producto de origen, la cultural culinaria se ve enriquecida, no solo por el producto mismo, sino por lo que a través del conocimiento de los productos de origen se genera. Así la presencia del vino mexicano es una pieza que refresca, enriquece y solidifica nuestro patrimonio culinario.

Los enólogos somos un elemento ocasional del trinomio sitio-planta-hombre, y tenemos por tanto el compromiso de ser portadores del aprendizaje adquirido con el tiempo. Nuestra responsabilidad es en gran medida la conservación, promoción, actividad y evolución del vino. Igualmente, no hay que olvidar que la elaboración del vino un oficio, por lo que el beneficio de cualquiera que lo ejerza es la formación y evolución misma de la bebida.

Hoy el vino ha vivido una dinámica que en pocos años ha cambiado la percepción del consumidor, creando las condiciones de un mercado mundial receptivo, competido y muy cambiante. Nuestro mercado evoluciona con las propuestas que nos llegan. El vino mexicano forma parte de esas propuestas, y aunque no es la única, su identidad sobresale de entre todas. El reto es que nuestros vinos formen parte de nuestro bagaje y día a día acercarlos a lo cotidiano, a nuestro quehacer, a nuestra manera de vivir y de comer.

Mi relación con el vino es tan importante que se ha vuelto un elemento indisociable de mí mismo. Mucho de lo que soy se lo debo al vino, no me imagino lejos del vino. Me interpreto a través del vino. El vino es un elemento de mi contexto. Yo creo que el vino es una actividad humana incluyente, que una zona se enriquece a medida que sus habitantes participan intercambiando las vivencias del oficio. Este trabajo conjunto vuelve al vino un elemento indisociable del quehacer de los individuos y del paisaje donde se elabora. La cultura vitivinícola de una zona se reconoce así cuando sus miembros la viven y la comparten en el espacio y el tiempo.

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