instructores de Yoga

Recuerdo el primer encuentro en el cual nos preguntaste porqué queríamos hacer o que esperábamos al realizar el instructorado de Yoga. Aquél día te comenté que era por un crecimiento personal, más espiritual que físico. Hoy puedo asegurar que ha superado ampliamente mis expectativas, he podido conocerme más, estoy aprendiendo a silenciarme y observarme sin juicios, ver cada detalle en mí, tanto mental, como físico y espiritual. Aceptando que tengo mejores y peores días, y agradeciendo cada nuevo día en este mundo.

He aprendido que la mente tiene más poder del que creía. Que la respiración consciente, atenta, me ayuda mucho a frenar mi cabeza. Me hace muy bien la práctica de ejercicios respiratorios, me saca del lugar donde el resto me pone y encuentro un lugar propio, donde puedo encontrarme conmigo a solas, observarme con detalle para saber que está pasando. También me ha ayudado mucho en la relación con mi entorno, familia, amigos, compañeros de trabajo, teniendo una mirada que no juzga, más objetiva y tomando distancia. Si me piden una opinión puedo darla, sino prefiero el silencio. Observar, reconocer, aceptar y actuar en consecuencia, sin que el fruto de lo que hago sea lo importante, sino la acción misma. Actualmente he podido tomarme media hora diaria para silenciarme. Para poder observarme y descargarme de cosas que llevo en mi espalda y eso me hace muy feliz. Me alegra mucho contar con estos ejercicios donde puede concentrarme y abstraerme, para escucharme y encontrar respuestas. En cuanto a la práctica física, en general noto y reconozco que en algunos aspectos he podido avanzar y en otros me cuesta más. Es más sencillo flexibilizar el cuerpo que la personalidad, pero creo que al flexibilizar la personalidad reconociéndome y aceptándome, mi cuerpo actúa en consecuencia y todo fluye más fácilmente. Tengo como muchos, una impronta muy grande a nivel religioso, con mandatos, premios y castigos, que cuesta mucho dejarlos de lado porque crecí con ellos. Igualmente encuentro muchas similitudes en todas o en la mayoría de las filosofías que buscan el bien común a través del esfuerzo, el trabajo diario en uno mismo y en relación con los demás. En definitiva fue un año de mucho crecimiento, mucho autoconocimiento y reflexión. Agradezco haber tenido la voluntad para continuar cuando hubo momentos con más o menos ganas y tiempo. Gracias Carlos por haberme ayudado tanto a conocerme, gracias… Jorge

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