La Voz De Dios, Cindy Jacobs

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125 ¿CÓMO SABER CUÁNDO Y DÓNDE PROFETIZAR? Ya he hablado de las lenguas y su interpretación. Escuché a un maestro compararlas con dos monedas de cinco centavos que sumadas equivalen a una de diez y que la profecía es la de diez. Las dos suman lo mismo. La profecía puede ser más poderosa si permanece sola, pero las lenguas necesitan interpretación. Una pregunta que se me formula a menudo es: «¿ Cómo sé que soy el único que Dios ha ungido para anunciar el mensaje?» Muchas veces cuando el Espíritu Santo se mueve en una reunión, casi cualquiera que sea profético puede profetizar. Esto no significa que todos lo van a hacer, sino que deben tener la voluntad y estar disponibles para el Señor si Él deseara que profetizaran. Hay ocasiones en que podría anunciar un mensaje, pero prefiero esperar a que los más jóvenes que yo que no han profetizado mucho se dirijan al frente. Luego, si hay algo más qué decir, le hablo el resto de lo que creo que el Señor quiere expresar. Aliento siempre a las personas a que pidan al Señor que les permita profetizar. En ocasiones, el Señor puede utilizarlos aunque no tengan el don. La Biblia nos exhorta a profetizar (véase 1 Corintios 14.39). Ha habido ocasiones en que alguien dio por primera vez un mensaje y toda la congregación experimentó una poderosa bendición del Señor. Fue una unción más poderosa que si alguien más experimentado hubiera dado el mensaje. Por lo tanto, ¿cómo saber cuándo y dónde profetizar? Usted puede confiar en que el Espíritu Santo le dé una sensación profunda de su presencia y de su paz. Algo que se debe preguntar es: «¿Es este un mensaje profético que Dios da para mí o para que lo exprese a los demás? Algunas veces puede ser tanto para uno como para todos. He visto a personas pararse y anunciar un mensaje que no era de edificación para el cuerpo de Cristo en general y he pensado: Esas palabras eran para ellos solos y las proyectaron al cuerpo. Otra manera de saber cuándo profetizar o no, es preguntar a un anciano lo que piensa. Los líderes con experiencia generalmente están capacitados para decir sobre quién está la presencia de Dios, y saben que cierta persona es la indicada para anunciar el mensaje profético. Este es un don que Dios da a muchos en el liderazgo. Como mencioné anteriormente, me doy cuenta de que cuando empecé a profetizar, la unción que me llegaba era tan poderosa a veces que era difícil contenerla. Esto me sucede algunas veces, pero no muy a menudo. Por medio de una gran experiencia he llegado a conocer la voz de Dios, y por lo general, no necesita golpearme para lograr que me mueva; casi siempre basta un simple empujón de su presencia. Cuando el mensaje profético se comparte en forma debida, en el tiempo y a la manera de Dios, a menudo confirma la prédica sobre la que se va a hablar. ¡Ha habido ocasiones en que el predicador bromea que yo prediqué su sermón! Por supuesto, lo que profeticé fue una porción de la prédica pero el mensaje resaltó lo que el Señor quería decir. Hay ocasiones en que yo he sido la oradora y he pedido a Dios que me confirme por medio de la música o de una palabra profética el mensaje que voy a predicar. Es asombroso que esto ha sucedido muchas veces justamente cuando lo he pedido.

SU VIDA PERSONAL DE ORACIÓN Un factor crítico para cualquiera que va a ser usado por el Señor para profetizar es asegurarse de que su vida de oración y el tiempo con las Escrituras permanezcan en


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