Mosaicos y pinturas De la cultura romana Bizancio heredó la decoración mediante mosaicos que llegaron a su máximo esplendor con este imperio. Los mosaicos eran figuras formadas por pequeños trozos de piedra o vidrio coloreado (llamadas también teselas). Seguían estrictas normas para ilustrar pasajes de la vida de los emperadores y escenas religiosas. Estas últimas cubrían las murallas y cielos rasos de las iglesias. Son particularmente destacables los retablos de temática religiosa conocidos como iconos.
Cristo Pantocrátor: El más famoso de los mosaicos bizantinos (siglo XII) de la Iglesia de la Sagrada Sabiduría (Agia Sofia) conservado en Estambul (antigua Constantinopla). Una de las pinturas bizantinas más admiradas, la Virgen y el Niño (fines del siglo XIII, National Gallery of Art, Washington). Se dice que en esta obra se refleja la influencia italiana manifiesta en el mundo bizantino durante esta época.