Liahona Noviembre 2005

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preparación misional. Obviamente, el proceso de llegar a ser misioneros no exige que un jovencito lleve camisa blanca y corbata a la escuela todos los días o que siga las reglas misionales en lo que concierne a la hora de acostarse y levantarse, a pesar de que la mayoría de los padres apoyaría esa idea. Pero pueden incrementar su deseo de servir a Dios (véase D. y C. 4:3), y pueden empezar a pensar como piensan los misioneros, a leer lo que leen los misioneros, a orar como oran los misioneros y a sentir lo que sienten los misioneros. Pueden evitar las influencias mundanas que hacen que el Espíritu Santo se aleje, y pueden aumentar su confianza al reconocer los susurros espirituales y responder a ellos. Línea por línea, y precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí, ustedes pueden gradualmente llegar a ser los misioneros que desean ser y los misioneros que el Salvador espera. 46

Ustedes no se transformarán de manera repentina o mágica en misioneros preparados y obedientes el día que pasen por las puertas del Centro de Capacitación Misional. Lo que ustedes hayan llegado a ser en los días, meses y años previos a su servicio misional es lo que serán en el CCM. De hecho, la clase de transición por la que tengan que pasar en el CCM será un indicador confiable del progreso que logren para llegar a ser misioneros. Cuando entren en el CCM es natural que extrañen a su familia, y muchos aspectos de su horario diario serán nuevos y difíciles, pero para el joven que se haya preparado bien para llegar a ser misionero, la adaptación básica a los rigores de la obra misional y de ese estilo de vida no le parecerán abrumadores, agobiantes ni inoportunos. Es por eso por lo que uno de los elementos clave al elevar el nivel de preparación consiste en esforzarse para llegar

a ser misioneros antes de ir a la misión. Padres, ¿comprenden la función que tienen de ayudar a su hijo a ser misionero antes de que vaya a la misión? Ustedes y su esposa son muy importantes en el proceso de que él llegue a ser misionero. Líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares, ¿reconocen la responsabilidad que tienen de ayudar a los padres y a todo joven a llegar a ser misioneros antes de ir a la misión? El nivel de preparación también se ha elevado para los padres y para todos los miembros de la Iglesia. El meditar con espíritu de oración en el principio de lo que deben llegar a ser brindará la inspiración que se ajuste a las necesidades específicas de su hijo o de los jóvenes a quienes sirvan. La preparación que estoy describiendo no sólo va enfocada hacia el servicio misional de un joven de 19, 20 ó 21 años de edad. Hermanos, ustedes se están preparando para toda una vida de obra misional; como poseedores del sacerdocio, siempre somos misioneros. Si verdaderamente progresan en el proceso de llegar a ser misioneros, antes de ir a la misión, así como en el campo misional, cuando llegue el día en que se les releve honorablemente como misioneros de tiempo completo, ustedes partirán de su campo de trabajo y regresarán a su familia, pero nunca dejarán de efectuar su servicio misional. Un poseedor del sacerdocio es un misionero en todo momento y en todo lugar. El misionero es quien es y somos quienes somos como poseedores del sacerdocio y como la descendencia de Abraham. La descendencia de Abraham

Los herederos de todas las promesas y de los convenios que Dios hizo con Abraham se conocen como la descendencia de Abraham (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Abraham”, subtítulo “La descendencia de Abraham”, págs. 6–7). Esas bendiciones se obtienen únicamente mediante la obediencia a las leyes y ordenanzas del Evangelio de


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