El Sistema sexual

Page 1

06 Sexo

21/9/04

13:10

Página 87

Sexología Integral 2004; 1: 1-2

actualización en sexología

El sistema sexual The sex system R. Roldán Tevar1, C. López Sosa2, F. Cabello Santamaría3 1

Sexólogo, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Centro de Salud de La Granja de San Ildefonso, Segovia 2 Sexóloga, médica, profesora Facultad de Medicina Universidad de Salamanca 3 Médico, sexólogo, psicólogo Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, Málaga

Resumen Aporta un nuevo modelo de concepción de la sexualidad basado en la teoría de los sistemas. Pretende relegar la idea de la sexualidad como cualidad, de modo que se contemple la posibilidad del “Sistema Sexual” en la corporalidad del individuo. También se aporta una modificación complementaria al modelo bio-psico-social imperante hasta el momento, aportando el aspecto medioambiental, episteme en el que se organiza hoy la concepción del ser humano. Palabras clave: sexualidad, modelos sexuales, teoría de los sistemas.

Summary We defend a new model for conceiving sexuality based on the Theory Of Systems. Our aim is to come to an end with the idea of sexuality as just a quality so that the Sexual System can be conceived as part of the “bodiness” of the individual. We also propose a modified version of the bio-psycho-social model, adding the environmental aspects, that, altogether, deliver a broader concept under which to study the human being. Key words: sex, systems theory, models theoretical sex.

La evolución del pensamiento científico hace que lo que ayer se consideraba un axioma indiscutible hoy ya no lo sea. Los conocimientos en las ciencias están muy determinados por la filosofía predominante en el siglo y ello conlleva diferentes expresiones en el transcurso del tiempo de un mismo fenómeno. No escapa a ello la ciencia anatómica, que ha ido evolucionando en sus conceptos, conocimientos y representaciones, desde Herófilo hasta el último proyecto de Correspondencia: Rafael Roldán Tevar C/ Río Adaja nº 15 05200-Arévalo, Ávila (España) E-mail: rroldant@wanadoo.es

hombre/mujer visible, pasando por Galeno, Avicena, Leonardo (Fig. 1) o Vesalio. Queremos aportar desde una perspectiva sistémica una nueva visión de la anatomía sexual humana.

Cuerpo y sexualidad Como seres humanos, nacemos del resultado añadido de un acto sexual y la sexualidad pervive en nosotros hasta la muerte, aunque nosotros diríamos que algo más, hasta la desintegración de nuestros componentes, ya que, aun muerto, nuestro cuerpo todavía puede ser objeto de deseo. Lo sexual es pues prevital, vital y postvital, y está ligado intrínsecamente a la génesis y modelación corpo-


06 Sexo

21/9/04

13:10

Página 88

88

R. Roldán et al. / Sexología Integral 2004; 1:

FIG. 1. Coito de hombre semidiseccionado con una mujer. Cuadernos anatómicos de Leonardo da Vinci (1452-1519). (Observar la representación anatómica de conexión úteromama definida por Leonardo).

tos elementos (sistemas), por las propiedades de la Sistémica (3), están interrelacionados entre sí, de tal forma que, si modificamos cualquiera de ellos, se verán afectados los demás, variando también hasta lograr un nuevo equilibrio. Los sistemas corporales son conjuntos de estructuras anatómicas y órganos funcionales. Podemos observar que los diferentes órganos pueden estar incluidos simultáneamente en varios sistemas; por ejemplo, la hipófisis participa en el sistema nervioso y endocrino, la nariz ejerce sus funciones en el respiratorio y también de olfacción como órgano de los sentidos, y el aparato genital realiza sus funciones en el sistema excretor, en el endocrino, en el reproductor y en el sistema sexual. Esta idea, que no es para nada novedosa y que la medicina conoce desde antiguo, avala la teoría que actualmente defienden muchos clínicos y es la concepción holística de la enfermedad.

El sistema sexual: dimensión biológica ral, a su ciclo de crecimiento, maduración y regresión, y a su ciclo mortal de reintegración al medio natural. El cuerpo es a la vez producto y productor sexual, y condición sine qua non para que la sexualidad se manifieste; sin embargo, esta conjunción cuerpo-sexualidad no concuerda con los conocimientos de la ciencia actual anatómica, que ha confundido y no precisado el sustrato biológico de lo sexual (1), lo ha confundido ubicándolo tan sólo en un órgano sexual por excelencia, denominándolo genital, órgano plurifuncional, a la vez urológico y procreativo, incluyéndolo en el denominado sistema urogenital y velando explícitamente la función sexual que también ejerce. El cuerpo humano se define constituido por un aglomerado de unos cincuenta billones de células, agrupadas en tejidos y organizadas en ocho sistemas reconocidos (locomotor, respiratorio, digestivo, excretor, circulatorio, endocrino, nervioso y reproductor), no encontrándose entre ellos el sistema sexual.

Sistemas corporales En la definición de “sistema” del Diccionario de la Real Academia Española (2) encontramos las siguientes acepciones: “(Del lat. syste¯ma, y éste del gr. συ′ στηµα). 1. m. Conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente enlazados entre sí. 2. m. Conjunto de cosas que relacionadas entre sí ordenadamente contribuyen a determinado objeto”. Luego al individuo lo entendemos como un sistema complejo cuyos elementos son también sistemas. Es-

La definición de un sistema sexual nos permite su normalización y entender que tiene como objetivo llevar a buen fin unas determinadas funciones: la sexualidad, la cual es el resultado de la especialización evolutiva de la especie humana para una viabilidad eficiente de su existencia. El sexo es el eje consustancial en torno al cual se articula el ser humano y éste se caracteriza por su impregnación sexual, que define su existencia y la condiciona. El sistema sexual está integrado por aparatos y órganos. El aparato al que más preponderancia se le ha dado históricamente es el genital, a pesar de su importancia relativa dentro del sistema sexual, con una clara predominancia generativa que lo diferencia de los demás órganos y aparatos que componen el sistema y que permite continuar la reproducción del género humano. El sistema sexual está formado por un órgano rector, el cerebro (4), que procesa y modula la información, y que recibe de los órganos de los sentidos y gestiona todas las fases de la respuesta sexual humana. Es la central en la que se articulan todas las posibles respuestas sexuales y desde donde se condicionan todas las diversas conductas en torno al sexo. Los órganos receptivos de la información (órganos de los sentidos) que reciben las sensaciones, vista, oído, olfato, gusto y tacto, constituyen elementos clave en el sistema sexual, siendo la piel y las mucosas en toda su integridad receptores erógenos de suma importancia y no tan sólo los órganos genitales, como se ha intentado centralizar sobre todo en el hombre, quitando importancia y anestesiando el placer proveniente del resto de la economía cor-


06 Sexo

21/9/04

13:10

Página 89

R. Roldán et al. / Sexología Integral 2004; 1:

poral; no ocurre así en la mujer (5), en quien se reconoce que de un modo distinto desarrolla más la sensibilidad periférica inicialmente y menos la genital. En la fase de excitación la vista y el oído también juegan diferentes prioridades en el hombre y la mujer, predominando el oído en la mujer y la vista en el hombre. Los órganos de la comunicación y la logística los constituyen elementos compartidos con los sistemas nervioso, endocrino y vascular, que aportan y llevan órdenes y nutrientes a los diferentes órganos, facilitando las respuestas fisiológicas. Como se ha podido apreciar en la actualidad con el advenimiento del sildenafilo y otras drogas vasodilatadoras, la disfunción eréctil ha dejado de ser una catástrofe para los varones. Las diferentes hormonas son mediadores eficaces de la respuesta sexual humana, pero no sólo como elementos que producen una acción per se, sino como sostenedores de un ecosistema humano (6). Los órganos motores constituidos por elementos compartidos con el sistema músculo esquelético nos permiten la dinámica y, por lo tanto, la aproximación y el contacto con los objetos de deseo, facilitando la comunicación con ellos y participando en la dinámica del contacto comunicativo. Y, por último, los órganos reproductores, con los genitales.

El sistema sexual: otras dimensiones La parte descrita hasta ahora corresponde a la dimensión biológica del sistema sexual, pero también se integrarían en él las dimensiones psicológica, social y medioambiental, que están, como ya hemos visto por las propiedades de los sistemas, equilibradas entre sí y por lo tanto son determinantes en la evolución y morfología de sus estructuras actuales. BIOLÓGICO

MEDIOAMBIENTAL

C PSICOLÓGICO

SOCIAL

FIG. 2. Modelo del átomo de carbono versus modelo biopsico-socio-medioambiental.

89

Nos interesa enfatizar del sistema sexual las dimensiones psicológica, social y medioambiental. Éstas hacen referencia a la elaboración que cada individuo realiza de sus propias experiencias, de las de otros, de la información, de lo que percibe al observar, del ecosistema en el que se desarrolla, etc. Así, asimila todo ello y lo dota de significados y emociones que van a dar lugar a la facilitación o inhibición de una respuesta, dependiendo de que emocionalmente se le atribuya un valor positivo o negativo a una determinada vivencia. Se deduce que la influencia del entorno social en el que nos desarrollamos mediatiza nuestra forma de “sexuarnos”. Múltiples estudios antropológicos nos aportan datos enriquecedores acerca de por qué nuestra “sexuación” difiere en su expresión de la de otros pueblos (7).

El difícil equilibrio de la vida Entendemos que los entes o seres vivos son sistemas energéticos integrados por diversos compuestos químicos del carbono, organizados para gestionar los intercambios energéticos con el sistema (medio ambiente) donde habitan, con la finalidad del mantenimiento de su existencia, mediante las funciones de metabolismo y reproducción (8, 9). El metabolismo mantiene la vida en un tiempo limitado, pues las diferentes reacciones químicas llevan con el tiempo al envejecimiento del sistema, que cada vez es menos capaz de almacenar la energía ambiental necesaria para su existencia (10). Para superar esta limitación temporal el ser vivo invierte parte de su energía en la creación de seres nuevos que mantengan la vida más allá de los tiempos individuales. La vida se puede expresar como una relación de apoyo mutuo (11) molecular, una simbiosis (12) entre las proteínas y el ADN, entre el metabolismo y la reproducción, una negociación energética entre la conservación de su entropía y el uso de la energía para la reproducción, un difícil equilibrio entre el orden y el caos. El individuo es como un fractal (13) químico orgánico, una repetición de combinaciones de compuestos de carbono, que produce formas que se repiten en diferentes niveles y dimensiones, el resultado último de una fórmula combinatoria. Así se puede entender a imagen y semejanza de su átomo constitucional, una entidad condicionada en sí misma por cuatro enlaces: biológico, psicológico, social y medioambiental (bio-psico-socio-ambiental), y éstos a su vez están relacionados entre sí, influyéndose mutuamente, de tal manera que cualquier cambio en uno de ellos repercute sobre todos los demás (Fig. 2).


06 Sexo

21/9/04

13:10

Página 90

90

R. Roldán et al. / Sexología Integral 2004; 1:

Puntos básicos

Función del sistema sexual

Desarrollo de la sexualidad humana

Finalidad de la especie

Procreación generativa

Finalidad del individuo

Placer

Desarrollo y crecimiento colectivo

Equilibrio biopsicosociomedioambiental Desarrollo y crecimiento personal

FIG. 3. Función del sistema sexual.

Por ejemplo, el conjunto de individuos con iguales características bio-socio-medioambientales produce una impronta característica y reconocible en el “psico”; ejemplos claros de ello son los individuos que han pasado por seminarios, por el ejército o por conventos. Lo mismo ocurre cuando concurren colectivos con similares características bio-psico-medioambientales, que dan sociedades peculiares y diferentes: Inuik, beréber, lapón, islas del Pacífico, etc. Cuando concurren las mismas condiciones socio-psico-medioambientales, lo que se trasforma de una forma característica es lo “bio”: tatuajes, mujeres jirafa, pies modificados en China, circuncisión, infibulación, implantes, etc. Es claro que el resultado del conjunto bio-psico-social influye en el medio ambiente. Sólo hay que ver el resultado del paso de la humanidad sobre la Tierra, desde el paraíso situado entre el Éufrates y el Tigris al inicio de los tiempos humanos hasta el desértico y desastroso Irak de nuestros días. Esta interdependencia entre los sistemas vivos y el ambiente en que se desarrollan es la base de la evolución (3, 6, 14). Los cambios generan modificaciones diferenciales entre los individuos, aumentando la biodiversidad y por lo tanto generando mayor potencial de viabilidad de la materia viva ante condiciones ambientales diferentes. Hay que tener también en cuenta que la evolución además está condicionada por las respuestas conjuntas de las diferentes especies, que se imbrican para crear niveles superiores de desarrollo vital; así la simbiogénesis (15), teorizada inicialmente por Kostantin Merezhovsky, que postulaba que con la selección natural era imposible la creación de nueva vida, y continuada por Lynn Margulis para explicar el origen de la célula eucariótica (16) a partir de la simbiogénesis de diferentes especies bacterianas (17), nos abre caminos para la interpretación de los saltos cualitativos vitales en la evolución, desde los organismos uni-

• Aplicación de la teoría de los sistemas a la sexualidad humana. • Redefinición de las finalidades del sistema sexual. • Contexto del sistema sexual en las ciencias de la salud. • Episteme de la sexualidad humana: Desde una perspectiva sistémica se desarrolla una episteme basada en un sustrato biológico al formularse la teoría de la existencia de un “sistema sexual” anatómico.

celulares a los pluricelulares, a los tejidos, a los órganos, a los sistemas. El(los) individuo(s) también interacciona(n) con el ambiente, modificándolo. En el fondo no es más que la aplicación de la segunda ley de termodinámica (10) lo que rige estas interacciones entre dos o más sistemas puestos en contacto, que equilibran sus potenciales energéticos.

Funciones del sistema sexual Si el sistema circulatorio tiene la función de irrigar el cuerpo humano, aportando los nutrientes precisos a las células, el sistema nervioso, la de procesar la información y mandar los mensajes, el respiratorio, la de aportar el oxígeno y el digestivo, la de elaborar los nutrientes, el sexual tiene la función de desarrollar la sexualidad. Esta función del sistema sexual humano tiene una doble finalidad (Fig. 3): 1. La finalidad de la especie: su desarrollo y crecimiento mediante la procreación generativa. Esta función conlleva diferencias específicas en múltiples niveles, cromosómicos, fenotípicos, genitales, anatómicos, fisiológicos, psicológicos, etc., obteniendo individuos diferentes que mezclándose enriquecen la diversidad y por tanto las posibilidades de supervivencia evolutiva. 2. La finalidad del individuo: su desarrollo y crecimiento personal. Mediante el placentero equilibrio dinámico, evolutivo, bio-psico-socio-ambiental, que genera el ejercicio de la sexualidad. La construcción de un individuo sexuado semejante a los demás seres, pero al mismo tiempo como resultado de esa evolución y mutua influencia, único y diferente. En conclusión, creemos necesario incorporar a nuestro pensamiento y formación el sistema sexual como uno más del ser humano. Ello contribuiría a mejorar la comprensión de la sexualidad humana desde su asiento biológico y permitiría, sin olvidar los otros aspectos que la condicionan (psicológico, social y medioambiental), facilitar su abordaje por los profesionales de la salud.


06 Sexo

21/9/04

13:10

Página 91

R. Roldán et al. / Sexología Integral 2004; 1:

Referencias 1. Marañón G. Climaterio de la mujer y del hombre. Ensayos sobre la vida sexual, gordos y flacos, amor y eugenesia, la evolución de la sexualidad, los estados intersexuales. En: Obras Completas (Ensayos). 1ª ed. Madrid: Espasa Calpe; 1972; Tomo VIII. 2. Real Academia Española. Diccionario de la lengua española. 22ª ed; 2001. Disponible en Internet en < http://buscon.rae.es/diccionario/ drae.htm > [Consulta 12 -12.03]. 3. Bertalanffy Von L. Teoría General de los Sistemas: fundamentos, desarrollo, aplicaciones. Título original: General System Theory: Foundations, Development, Applications; Juan Almela (trad.), 3ª ed. México, D.F: Fondo de Cultura Económica; 1993. 4. Denis C. Brain development: The most important sexual organ. Nature 2004; 427(6973): 390-2. 5. Usall i Rodié J. Sexo y cerebro: diferencias morfológicas y funcionales entre mujeres y hombres. Actas Esp Psiquiatr 2002; 30(3): 18994. 6. Margulis L, Sagan D. ¿Qué es el sexo? 1ª ed. Barcelona: Tusquets Editores; 1998.

91

7. Bronilslalaw M. La vida sexual de los salvajes. 3ª ed. Madrid: Morata Ed.; 1975. 8. Crusellas J. El origen de la vida I. Jano 2002; 62: 56-7. 9. Crusellas J. El origen de la vida II. Jano 2002; 62: 64-5. 10. Atkins PW. La segunda ley. Barcelona: Prensa Científica; 1992. 11. Kropotkin P. El apoyo mutuo. Un factor de la evolución. Algorta (Vizcaya): Zero Ed.;1970. 12. Chapman MJ, Margulis L. Morphogenesis by symbiogenesis. Int Microbiol 1998; 1(4): 319-26. Review. 13. Escohotado A. Caos y Orden. 4ª ed. Madrid: Espasa Calpe; 2000. 14. Darwin C. El origen de las especies. Título original: Of the origen of species; Enrique Godinez (trad.). Torrejón de Ardoz: Akal, D.L; 1985. 15. Dolan MF, Melnitsky H, Margulis L, Kolnicki R. Motility proteins and the origin of the nucleus. Anat Rec 2002; 268(3): 290-301. 16. Margulis L, Bermudes D. Symbiosis as a mechanism of evolution: status of cell symbiosis theory. Symbiosis 1985; 1: 101-24. 17. Margulis L. The conscious cell. Ann N Y Acad Sci 2001; 929: 55-70. 18. Gray MW, Burger G, Lang BF. Mitochondrial evolution. Science 1999; 283(5407): 1476-81. Review.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.