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MI GENTE
“No conozco a
los médicos” A sus 75 años, el albañil Ramiro Morales Correa sigue tirando pala, martillo y mezcla con la misma pasión. Néstor Castellar Acosta
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amiro Morales Correa no le teme al sol, al frío, a la lluvia y mucho menos a su edad. Con 75 años de vida a cuestas, este cartagenero de pura cepa sigue trabajando sin parar en lo que más ha hecho y lo que más le gusta: la albañilería.
Más de Ramiro Ramiro Morales es creyente y asiste a la iglesia cristiana todos los jueves y domingos. Tiene 8 hijos: Ilario (51 años), José (47) (ambos Barranquilla); Edwin (44), Wilson (42), Sandra (40), Ivonne (36), Alex (33) y Piedad Rosa (26 años). Todos los días se acuesta a dormir a las 7:30 de la noche y se levanta a las 5 de la mañana del día siguiente. Barre, riega las matas de su terraza, desayuna y luego se va a trabajar. Vive en el barrio Chiquinquirá con su mujer Odalis Díaz, sus 2 últimos hijos y un par de nietos.
Ramiro Morales Correa nació el 9 de marzo de 1937 en Cartagena.
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“Con 75 años estoy firme gracias a la obra del Señor que me da salud y fuerzas para vivir y trabajar”, cuenta el albañil.
Aunque pertenece a la población de hijos tiene Ramiro. la tercera edad, sus Calcula que son ganas y energías para como 16 nietos. ganarse el pan de cada día en este oficio se mantienen intactas como en su época de juventud. Morales Correa nació en esta capital pero se crió en Barranquilla. Allá trabajó en empresas textiles y tuvo sus primeros 2 hijos, pero su tierra lo llamó y se regresó joven a La Heroica, donde empezó de lleno su profesión como albañil. Aquí, este residente en el barrio Chiquinquirá conoció a Odalis Díaz, su compañera sentimental de toda El hombre trabaja en acabados y ha hecho casas y hasta ha laborado en la construcción de la vida, con quien vive y tieedificios. /Fotos: Luis Eduardo Herrán. ne otros 6 hijos.
“Yo me siento joven, he trabajado toda mi vida para sacar a mi familia adelante y gracias a Dios tengo un hogar feliz y lleno de amor. Mucha gente a mi edad sufre de enfermedades y pasa metida en su casa, pero gracias al Señor tengo salud y puedo seguir trabajando en la albañilería”, dice Ramiro. No se retira
Ramiro asegura que no tiene ni ha sufrido ninguna enfermedad y que jamás ha padecido percances de salud distintos a una gripa o una fiebre. “Prácticamente puedo decir que no conozco a los médicos y eso es una gran bendición”, dice
entre risas. Para él, no hay claves ni secretos para conservar su juventud y salud. Su fortaleza se la atribuye únicamente a Cristo y también a que come saludable, no ha tenido accidentes laborales, no consume licor, no fuma y no se trasnocha. Aunque reconoce que a veces se cansa por lo pesado de su trabajo, es normal que suceda porque es humano y hasta a los más jóvenes les pasa. “De todas formas los años van pasando y van golpeando, esa es la ley de la edad que no respeta, pero yo me siento firme y pienso seguir en esto hasta que Dios decida recogerme”, concluye.