reportaje
divisiĂłn sexual del trabajo. Las mujeres se hacen cargo de los hijos y la familia y, por ejemplo, el seĂąor mĂŠdico no va a tener ningĂşn problema en elegir una especialidad en la que no importa si tiene que estar ocho horas operando o trabajando, total va a existir una esposa que se harĂĄ cargo de los hijos. Eso es lo que sistemĂĄticamente estĂĄ detrĂĄs de las diferencias salariales. Todos estos temas vienen sucediendo en el Ăşltimo tiempo, y no son de fĂĄcil soluciĂłn. Por estos dĂas resulta indecente que en un banco digan que contratan Ingenieros Comerciales mujeres porque son mĂĄs baratas, o que en un canal de televisiĂłn digan que a las mujeres les pagan menos que a los hombresâ€?, sostiene. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha concluĂdo en diversas investigaciones y estudios en la regiĂłn que las mujeres tienen mĂĄs probabilidades de estar desempleadas, de trabajar en empleos de baja calidad, de estar ocupacionalmente segregadas, y de poseer empresas mĂĄs pequeĂąas. SegĂşn el Anuario EstadĂstico de la Cepal 2009, en AmĂŠrica Latina, el porcentaje de mujeres en el mercado laboral era de un 53%, pero en Chile la cifra alcanzaba sĂłlo al 41%. Y segĂşn estudios del INE del mismo aĂąo, el sueldo promedio de una mujer chilena era de $247.832, mientras que el del hombres era de $325.603. Esta brecha salarial se da en todos los tramos de sueldos, pero es especialmente dramĂĄtico en el equivalente a los sueldos mĂnimos. SegĂşn Encla 2006 (Encuesta Laboral), por ejemplo, en este tramo habĂa un 27% de hombres, pero un 35,5% de mujeres; y si se analizaba el extremo opuesto, los sueldos mĂĄs altos, los hombres tenĂan un 4,7%, versus un 2,5% de las mujeres. El BID, ademĂĄs, concluyĂł que a pesar de los avances en la educaciĂłn, las mujeres todavĂa se concentran en ocupaciones tradicionalmente femeninas, como el servicio domĂŠstico, la enseĂąanza y el trabajo de oficina. En cuanto al trabajo independiente, tienen mĂĄs probabilidades de ser trabajadoras independientes o empresarias en AmĂŠrica Latina que en otras regiones, pero poseen empresas mĂĄs pequeĂąas que los hombres en tĂŠrminos de ventas, costos, capital fĂsico y nĂşmero de empleados.
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El estudio “Costos Directos, Indirectos e Intangibles de la Violencia Intrafamiliarâ€?, realizado por la corporaciĂłn Domos por encargo del Sernam el aĂąo 2010, concluyĂł que el Estado gastĂł el aĂąo 2009 $32.417.628.656 en este Ătem. De esta cifra, sĂłlo el 10,6% se destinĂł a la prevenciĂłn.
Sexo, atrevidas y exigentes
El tema de la sexualidad, en tĂŠrminos generales, se ha ido desarrollando hace poco tiempo, puesto que los estudios comenzaron reciĂŠn hace 60 aĂąos, por lo tanto es durante los Ăşltimos cincuenta cuando se han generado grandes cambios en tĂŠrminos de conocimiento sobre la sexualidad. SegĂşn Daniela Miranda, psicĂłloga clĂnica y experta en sexologĂa del Centro Chileno de Sexualidad, durante el Ăşltimo tiempo la sexualidad va mas allĂĄ de la maternidad y la prevenciĂłn de enfermedades. Es decir, antes se esperaba que las mujeres tuvieran relaciones sexuales con fines reproductivos. Hoy la sexualidad, ademĂĄs de incluir la reproducciĂłn, pasĂł a ser un tema del disfrute, del gozo y de la exploraciĂłn. “En el Ăşltimo tiempo la situaciĂłn ha cambiado; la educaciĂłn sexual se ha abierto y no sĂłlo se enfoca a la reproducciĂłn y a la prevenciĂłn, sino que al desarrollo de una sexualidad saludable general y con todo lo que implica, es decir, que permita la capacidad de relacionarse de manera Ăntima, sentir placer y tener relaciones sexuales satisfactoriasâ€?, manifiesta Daniela. Agrega que los principales cambios en los Ăşltimos 5 aĂąos tienen que ver con una apertura en la sociedad, y un grado mayor de conocimiento. “Hoy en dĂa la gente consulta mĂĄs por temas como deseo sexual, anorgasmia o vaginismo, y que tienen que ver con inhibiciones, conflictos psicolĂłgicos, problemas relacionales y falta de informaciĂłn sobre esos temas. En el ĂĄmbito de sexualidad, las mujeres ahora comparten, manifiestan y piden mĂĄs ayuda. Se han desarrollado rĂĄpidamente, incluso mĂĄs que los hombres, en tĂŠrminos de cambios de roles sociales y en la participaciĂłn dentro de la sociedad, lo que tambiĂŠn involucra por cierto el tema de la sexualidad. TambiĂŠn hay que seĂąalar que los medios de comunicaciĂłn han ayudado mucho en todos estos cambios, provocando que se informen y se atrevan mĂĄsâ€?, sostiene. Otro cambio experimentado en el Ăşltimo tiempo dice relaciĂłn con que la mujer ha ido evolucionando, y el tema de la maternidad no es lo Ăşnico ni el principal foco de la vida, a diferencia de dĂŠcadas atrĂĄs, cuando se casaba y se dedicaba a tener hijos y atender a su familia y esposo. Ahora son madres mĂĄs tarde, y se desarrollan primero en otras ĂĄreas antes de procrear. La especialista explica tambiĂŠn que hoy las jĂłvenes exploran mucho mĂĄs, y su nivel de cuestionamiento en tĂŠrminos sexuales tambiĂŠn ha evolucionado. “Venimos de una sociedad inhibida, pero eso ha cambiado como parte tambiĂŠn del desarrollo. AsĂ, en el Ăşltimo tiempo la mujer se enfrenta de manera distinta tambiĂŠn al hombre y busca sentirse plena y mĂĄs desarrollada en tĂŠrminos sexuales. Ya no tiene el mismo papel pasivo de antes. Ahora busca, comunica y exige, y eso es muy buenoâ€?, seĂąala. Los especialistas coinciden ademĂĄs en que hoy las grandes novedades en tĂŠrminos sexuales respecto de la mujer van por el lado de la exploraciĂłn, que incluye el cuestionamiento en distintos tipos de relaciones, como la homosexualidad; es decir, hay un ĂĄmbito de exploraciĂłn que es totalmente distinto a lo que fueron generaciones anteriores.
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