Revista 424 febrero 2016

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REVISTA CREA - N.ยบ 424 Febrero 2016 - Ejemplar en la Argentina $35-

N.ยบ 424 Febrero 2016 - Ejemplar en la Argentina $35-




Sumario 08

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La generación Y en el agro Jóvenes protagonistas en el Movimiento CREA.

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Pasar de turismo carretera a fórmula 1 Impacto de la agricultura por ambientes en la región CREA Santa Fe Centro.

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Una receta exitosa Alentadores resultados agrícolas tras 23 años de siembra directa y mantenimiento estricto de la rotación.

28

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noticias de empresas

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La búsqueda de nuevas metas Los precios ganaderos superan el promedio histórico y posibilitan el desarrollo de planteos productivos más ambiciosos. La visión de Juan Pablo Garat.

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Parasitosis gastrointestinal en bovinos Una visión sistémica para desarrollar estrategias de control.

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Gestión de envases vacíos de fitosanitarios Guía para productores agropecuarios.

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Silajes de sorgo para la ganadería del norte Una herramienta útil para intensificar la actividad en regiones con limitaciones hídricas o edáficas

38 58

La producción de leche a pasto no tiene techo Avances y desafíos en la producción forrajera permiten avizorar un futuro prometedor para la actividad.

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El factor humano Aspectos por considerar para desarrollar empresas rentables, sostenibles y atractivas para las personas.

74

La metodología CREA se extiende entre los municipios Una iniciativa que se consolida.

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SECCIÓN ECONÓMICA 76 78 82

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El precio de la tierra LO AYUDAMOS A PRESUPUESTAR APUNTES



AACREA

Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola

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Editorial

FUNDADOR ARQ. PABLO HARY (†) COMISIÓN DIRECTIVA – EJERCICIO 2015/16

Nueva Visión del Movimiento CREA “Las empresas CREA, integradas a la comunidad, son referentes de innovación y sostenibilidad”. Esta es la nueva Visión del Movimiento CREA, el norte hacia el cual dirigiremos las acciones en los próximos años como institución. Esta Visión incluye varios conceptos: el primero es: “empresas integradas a la comunidad”. Es sinónimo de qué debemos hacer hacia afuera de ellas y comprende, entre otras, las siguientes ideas: articulación público-privada, buenas prácticas de producción, preocupación por generar empleo, trabajo en equipo, capacitación, educación, etcétera. “Referentes de innovación y sostenibilidad” se asocia a lo que las empresas debemos hacer “tranqueras adentro”. En 2016 podemos poner en marcha muchos proyectos de innovación y de comportamiento emprendedor que habían quedado en segundo plano en los últimos años, en un marco de trabajo que permita satisfacer las necesidades de los consumidores sin comprometer los recursos de las futuras generaciones. Si todos los miembros CREA nos comprometemos con esta Visión, todo lo demás va a fluir con facilidad. Así, podremos alinear las expectativas de los miembros con las acciones de la institución. En ese sentido, la actual Comisión Directiva cree que su rol es detectar las necesidades de las empresas y anticiparse. Identificar los “cuellos de botella” e instrumentar acciones para superarlos. El objetivo final es que desarrollemos empresas competitivas, que generen bienes tangibles e intangibles, bien hechos, con libertad y eficiencia, para mucha gente, integrados al mundo. Empresas que sean lugar de encuentro del capital, de la inteligencia y del trabajo para producir los mejores bienes y servicios. Este tema va a ser considerado en el Congreso Nacional de septiembre de este año. Trataremos de escudriñar el futuro de la empresa, pero con el mismo marco de valores que le otorga el Movimiento desde su fundación. Pablo Hary, su creador, ya lo definía hace muchos años: “La empresa es el elemento constitutivo básico e irremplazable del edificio económico y social moderno, dinámico y generador de bienestar”. Con esa mirada había asignado a la empresa una función de un plano muy superior al interés de los dueños; iba más allá de considerarla la célula vital del cuerpo económico. Considerada así, la empresa sirve al hombre en todos sus niveles, desde el jefe hasta el último colaborador; desde la comunidad cercana hasta la universal, que esperan de ellas los alimentos, las fibras y los bienes con valor agregado que necesita una población mundial en permanente crecimiento.

Presidente Francisco Iguerabide Vicepresidente Francisco Lugano Secretario Bernardo Debenedetti Prosecretario Fernando Zubillaga Tesorero Domingo Iraeta Protesorero Santiago del Solar Dorrego Vocal titular Hermenegildo Pini Vocal titular Nicolás de Mendiguren Vocal suplente Gerardo Sibaja Vocal suplente Adriana Arnaldo Revisores de Cuentas David Líbano y Patricio Quinos Vocales regionales Oeste: Ricardo Rhodius; Mar y Sierras: Martin Tuculet; Litoral Norte: Federico M. Gallo; Litoral Sur: Mauricio Davidovich; Norte de Buenos Aires: Alejandro J. Carafí; Centro: Juan Martín Cola; Sudoeste: Luis Alfredo Fernández; Sudeste: Luis Labiste; Semiárida: Nicolás Pfirter; Norte de Santa Fe: Andrés Scarel; Este: Adalberto O. Marsico; Sur de Santa Fe: Eugenio De Bary (h); Santa Fe Centro: Ariel Chiaramelo; Oeste Arenoso: Juan Julianelli; NOA: Julio J.M. Paz; Valles Cordilleranos: Ricardo J. García Pacheco; Córdoba Norte: Raúl Arinci y Chaco Santiagueño: Juan Martín Miretti. Consejo consultivo Eduardo P. Pereda, David Arias (†), Esteban L. Berisso, Luis E. Garat, Federico Méndez Duhau (†), Miguel I. Moneta, Lorenzo Amelotti, Manuel Candia, Manfredo von Rennenkampff, Bruno Quintana, Marcelo Lanusse, Alberto Ruete Güemes, Orlando Williams Seré, Luis M. Coviella, Eduardo Pereda (h), Carlos M. Vaquer, Marcos Rodrigué, Marcelo Carrique, Germán Weiss, Oscar Alvarado (†), Rafael Llorente, Juan Balbín, Alejandro Blacker y Juan Carlos Burgui. Socios honorarios Gregorio Pérez Companc, Wolfgang Grabisch (†), Marino Zafanella (†), Carlos Puricelli (†), Gianfranco Pensotti (†), Ignacio Galli, Luis Barberis (†), Adolfo Glave, Jorge Molina (†), Ángel Berardo, Sergio Lenardón, Bolsa de Cereales, Adolfo Casaro, Marcelo Foulon (†), INTA, FAUBA y Ernesto Viglizzo. Coordinadores regionales Oeste: Ignacio Lamattina; Mar y Sierras: Nora Mailland; Litoral Norte: Alejandro Socas; Litoral Sur: Fernando García Frugoni; Norte de Buenos Aires: Pedro Estrugamou; Centro: Carlos Peñafort; Sudoeste: José Ansaldo; Sudeste: Pablo Corradi; Semiárida: José Ansaldo; Norte de Santa Fe: Edgardo Dutto; Este: Daniel Fernández Cisneros; Sur de Santa Fe: Santiago Gallo; Santa Fe Centro: Rodolfo Tkachuk; Oeste Arenoso: Diego Pons; NOA: Daniel Rossi; Valles Cordilleranos: Fernando Ruiz Toranzo; Córdoba Norte: David Rubin y Chaco Santiagueño: Marcelo Zucal. Coordinador general Jorge Latuf

Francisco Iguerabide Presidente de AACREA

Equipo de dirección organizacional Comunicación y Marketing: Graciana Mujica Investigación y Desarrollo: Federico Bert Metodología y Desarrollo Personal: Federico Guyot Administración, sistemas y procesos: Jorge Pignataro Compromiso con la Comunidad: Germán Castellanos



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CREA

La generaci贸n Y en el agro J贸venes protagonistas en el Movimiento CREA


CREA

En las nuevas generaciones renace el optimismo que tenían sus abuelos. Cuando consultamos a los jóvenes que trabajan en el campo acerca de las cosas que menos les gustan de la actividad agropecuaria, una de las respuestas más habituales es “la cultura de la queja”. Ellos entienden que es uno quien debe ocuparse de los problemas; no avalan la queja sin una acción tendiente a resolverlos. Pero esto no es algo que se observe únicamente en el campo: está presente en muchos otros ámbitos. Hay quienes se preguntan si ese optimismo se sostendrá cuando estos jóvenes alcancen la edad de 60 años. No lo sabemos; pero es significativo el hecho de que esta generación sea mucho más optimista que la precedente. Muchas transformaciones van a poder concretarse a partir de este cambio de actitud. La cuestión ambiental está muy presente en los jóvenes que trabajan en el sector agropecuario. Las empresas del siglo XX se focalizaban sólo en el resultado económico, mientras que las empresas valoradas por los jóvenes en el presente siglo son aquellas que buscan resultados tanto en el plano económico como en el ámbito social y ambiental. No sólo tienen un qué, sino también un para qué. Y este es un cambio sustancial con respecto a las generaciones anteriores. Empresas muy exitosas del pasado, como las tabacaleras, ya no resultan atractivas para la mayor parte de la gente joven precisamente por ese motivo, incluso cuando otorguen muchos beneficios laborales. Nueve de cada diez jóvenes aseguran que no están interesados en trabajar en una empresa tabacalera. La denominada Generación Y tiene en común el hecho de haberse habituado desde la niñez a operar dispositivos digitales que transformaron la manera de trabajar y de comunicarnos. Todas las demás generaciones suelen mostrar mayores dificultades para adaptarse al cambio tecnológico constante. Los jóvenes son agentes de cambio porque el hecho de ser nativos tecnológicos les permite entender hacia dónde se dirige el mundo. Los cambios que vamos a experimentar en la sociedad son grandes y profundos. El avance tecnológico va a transformar muchos modelos de negocios y pautas culturales. Es más: los cambios se producen tan rápidamente que muchos de los adolescentes que hoy están en el colegio secundario probablemente tendrán trabajos que no existen en la actualidad (¿alguien se imaginaba 10 años atrás el rol del community manager?).

Entonces, incorporar a los jóvenes con roles activos en nuestras empresas nos brinda una ventaja comparativa frente a otros. Y también nos permite estar atentos a las señales de los cambios que se avecinan. Por primera vez en la historia de la civilización, los jóvenes saben más que los grandes respecto de ciertos temas, lo que no invalida el conocimiento de los adultos, sino que se suma al que ellos poseen. Pero es necesario darles un espacio a los más jóvenes. Muchos modelos de negocios desaparecerán para ser reemplazados por otros. Por esta razón, en la medida en que tengamos mayor diversidad generacional en nuestras empresas, más sólidas serán para hacerles frente a los cambios. Una empresa de servicios que –por ejemplo– les hace perder horas a las personas para realizar un simple trámite es algo que no va a existir más cuando los nativos tecnológicos lleguen a las posiciones de poder. Eso ocurre actualmente por una cuestión de mentalidad, no porque no haya otra manera de hacerlo. La cuestión es que muchos jóvenes, cuando entran a trabajar a una empresa, sienten precisamente eso: que deben esperar detrás de una larga fila durante horas de manera innecesaria. Eso es lo que hay que evitar; porque si ello sucede, si ellos consideran que no son escuchados o tenidos en cuenta, si perciben que su trabajo no tiene relevancia, entonces los jóvenes se van. Antes la gente aguantaba; hoy no sucede así. Trabajar con jóvenes exige ofrecer espacios adecuados para que puedan demostrar lo que son capaces de hacer. Una empresa sin jóvenes pierde la posibilidad de integrar a los intérpretes del futuro.

Paula Molinari Presidente de Whalecom Síntesis de una conferencia ofrecida en el Congreso Regional CREA Oeste Arenoso 2015.

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CREA

Sofía

Todos los viernes, Sofía Corina (26) hace su aparición en Canal Rural para comentar el informe semanal de evolución de cultivos elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). “Al principio me ponía nerviosa, pero fui perdiendo el pánico escénico al tomar clases de teatro y fonoaudiología”, explica. Sofía comenzó a trabajar en el equipo de Guía Estratégica del Agro (GEA) de la BCR dos años atrás. Integra un equipo de técnicos –ella es agrónoma recibida en la Universidad Nacional de Rosario– que emplea una importante red de colaboradores a partir de la cual se obtienen los datos necesarios para seguir la evolución de los principales cultivos en la zona núcleo pampeana, además de estimar el

área sembrada y la producción a nivel nacional. Su padre es miembro del CREA Armstrong-Montes de Oca. Sofía tenía 19 años cuando participó por primera vez de una reunión en ese grupo. “Esa experiencia me ayudó mucho en mi carrera y si bien ya no me resulta tan sencillo participar por las obligaciones que tengo en la Bolsa de Comercio de Rosario, intento ir la mayor cantidad de veces posible”. La firma familiar es 100% agrícola y se dedica a la producción de trigo, cebada, maíz y soja. “Mi rol en la empresa se focaliza en la gestión de la información productiva y económica; me gusta que todo esté organizado”. Para fortalecer sus conocimientos en materia de finanzas, está cursando actualmente una especialización en agronegocios. “En los grupos CREA se realiza el análisis de una empresa o de diferentes empresas de un grupo o de una zona. Y eso es precisamente lo que hacemos en el GEA, sólo que a nivel regional o nacional”.



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CREA

Lucas

Durante el último año de la facultad, Lucas Gandolfi (29) integró un pequeño pool de siembra del cual participaban miembros y asesores CREA. “Cada vez que nos reuníamos, ellos hablaban del grupo”, recuerda. Su familia no se dedica al negocio agropecuario, pero tiene un campo en Rojas como inversión. Cuando tenía apenas 20 años –estudiaba Administración en Agronegocios–, el administrador del establecimiento se fue. Entonces le ofrecieron hacerse cargo del campo, que alquilarían si

él se negaba. “Tardé dos minutos en decidirme”, explica. “Fue una experiencia interesante, pero sacrificada, con viajes constantes entre Rojas y Buenos Aires hasta recibirme”. El campo desarrolla agricultura en secano, producción de semilla comercial con pivote de riego y ciclo completo de ganadería (con unas 800 vacas, invernada y corral de engorde). Un 10% del área agrícola está destinada a la actividad pecuaria. Cuatro años atrás, decidió sumar la empresa al CREA Pergamino (el más cercano a su campo). “El CREA me dio la contención que necesitaba. Hoy no me imagino ser empresario agropecuario sin estar en un CREA; me faltaría algo”. Si bien el planteo ganadero es superintensivo –durante el verano, la carga animal se ubica en 7 a 8 vacas/ha en alfalfas con suplementación–, el campo comenzó a quedarles chico. Por eso está evaluando alquilar otro campo para llevar allí los vientres, concentrando la recría y la terminación en el establecimiento de Rojas. “No va a resultar sencillo porque estoy acostumbrado a tener a mis vacas con un excelente estado corporal durante todo el año”. “Lo que tiene el Movimiento CREA es que en cada lugar al que uno va se siente escuchado y valorado, además de tener la posibilidad de ampliar el campo de acción de la propia empresa. El año pasado participé de la organización del congreso zonal y también integro el grupo de afinidad ganadera de la zona CREA Norte de Buenos Aires”.


Avido Agrofina


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Gustavo

do una maestría en finanzas que espera poder terminar este año. Cuatro años atrás decidió sumarse al CREA 25 de Mayo, luego de extensas conversaciones que mantuvo con un amigo que se desempeña como asesor CREA. “Nuestra visión cambió completamente al participar en el grupo; nos ayudó a replantearnos muchas cosas y es muy valioso que podamos hacer aportes para mejorarnos unos a otros”. Junto con el asesor del CREA, Federico Albina, viene trabajando en manejos agrícolas diferenciados según macroambientes estandarizados en la zona Sudeste. “Los resultados mejoraron mucho con esa metodología”, afirma.

Agustín

En los últimos años, la empresa –integrante del CREA Villa Valeria– en lugar de expandirse mediante campos alquilados, optó por crecer a través de la producción de especialidades agrícolas, tales como maíz pisingallo, girasol confitero y la multiplicación de semillas de soja. “En nuestra zona era necesario contar con un oferente de semilla certificada para evitar sobrecostos y complicaciones logísticas; por ese motivo se decidió invertir en una planta clasificadora”, comenta Agustín. El negocio de la multiplicación de semilla tiene un margen de rentabilidad potencial superior al

En la campaña 2015/16, Gustavo Canal (30) apostó por el trigo y el maíz temprano. Vendió muchas vaquillonas preñadas antes del sinceramiento cambiario para aprovechar el buen precio en dólares que tenía la hacienda por entonces. Y buscó toda la financiación posible para retener la soja hasta la devaluación de diciembre pasado. Es ingeniero en producción agropecuaria. Ingresó a la empresa familiar en 2008 y se fue metiendo de a poco en su cargo actual de administrador. “En los últimos años, la realidad argentina determinó que el trabajo en el campo sea más de escritorio que de otra cosa”, comenta Gustavo. Está cursan-

Desde muy joven, Agustín Recondo (27) comenzó a trabajar en la empresa familiar localizada en la zona de Mattaldi (sur de Córdoba). Antes de recibirse de agrónomo, se hizo cargo de la planta clasificadora de semillas de la firma. En septiembre de 2014 se produjo un hecho trágico: falleció su padre, quien, junto a su esposa y su cuñado, comandaban la empresa. Agustín debió asumir de golpe muchas más responsabilidades. Actualmente trabaja a la par de su madre y de su tío.


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de la agricultura tradicional. Pero con un riesgo bastante más elevado. La multiplicación de una línea fundadora de un cultivar requiere cuidados intensivos en las diferentes etapas productivas. El costo directo es elevado, porque la recolección exige cuidados especiales. Si todo sale bien, alrededor del 80% de lo producido resulta apto para ser comercializado (el 20% restante es merma). “En cada una de las decisiones técnicas que debemos tomar, nos apoyamos mucho en el grupo y en el asesor CREA”, indica.

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CREA

Carolina

El primer trabajo de Carolina Williams (28) fue integrar el equipo organizador de un congreso forestal mundial realizado en 2009 por la Secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca. Luego, se desempeñó durante un tiempo en el área forestal del entonces Ministerio de Agricultura (Minagri) para luego pasar al área comercial de una corredora de granos (donde trabajó por más de cinco años). Poco a poco comenzó a ayudar a sus padres en la gestión de la empresa agropecuaria familiar y así fue asumiendo cada vez más responsabilidades. “Ahora ya soy empleada de la firma: me ocupo de la gestión comercial,

de la compra de insumos y del control de labores y de la parte física”, comenta Carolina. Le falta apenas un examen final para recibirse de agrónoma en la Fauba. Pero no deja de sumar desafíos. “Uno de mis abuelos, quien posee un pequeño campo de cría en la zona sudoeste (bonaerense), se retiró. Comencé a administrar esa empresa y lo primero que hice fue integrarla al CREA Benito Juárez; es la mejor decisión que tomé”. Así, pasó a ser la integrante más joven de ese grupo CREA, y también la única mujer. “Cuatro años atrás, si me preguntaban qué prefería, respondía: la agricultura, sin dudar. Pero ahora la ganadería me gusta cada vez más. El año pasado fue la actividad que sacó de apuros a muchas empresas mixtas”.



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Santiago

Poco antes de terminar la carrera de agronomía, Santiago Moro (29) dejó la casa de sus padres en Barrio Norte para ir a trabajar como ayudante de encargado de un campo localizado en Ameghino. No había tiempo para aburrirse porque la empresa desarrollaba agricultura, tambo y ganadería. Al comenzar a interactuar con gente de la zona, conoció al presidente de la Comisión de Lechería de AACREA, pero por entonces no sabía que ocupaba ese cargo; ni siquiera sabía que era parte del Movimiento. De ello se enteró al reconocerlo en una de las tantas entrevistas que le hicieron para ocupar el cargo de técnico de dicha comisión. “Me encontré en un ámbito en el cual la lechería es analizada en el marco de una mirada integral y sistémica”, comenta San-

tiago. Las tareas que desarrolla junto al coordinador técnico de la comisión son muy diversas, pero todas implican gestionar un volumen enorme de datos, relaciones y análisis del sector para generar diagnósticos e iniciativas orientadas a mejorar los diferentes aspectos de la actividad lechera. “Uno de los principales desafíos fue el proyecto Factor Humano, que es inédito tanto en la Argentina como en la región”. Se trata de un emprendimiento orientado a desarrollar una guía de buenas prácticas y condiciones para el trabajo en el tambo (el objetivo es que constituya un protocolo de criterios mínimos para las empresas lecheras de todo el país). El equipo interdisciplinario –integrado por agrónomos, veterinarios, psicólogos, empresarios y consultores– está conformado por AACREA, Aprocal, Caprolecoba, Fundación Valores para Crecer, INTA Rafaela, Universidad Austral, UBA, Universidad Nacional de Lomas de Zamora y Universidad Nacional del Litoral. “Trabajar en el campo tiene un encanto único, pero ser parte de procesos que van a mejorar la vida de mucha gente es una experiencia extraordinaria”, destaca.

La Generación Y en el Movimiento CREA ● Un 15% de los 1537 miembros CREA es Sub-35 ● La mayor parte son hombres (93%)

● Un 75% ya cuenta con título universitario o de posgrado ● La mayor parte de los recibidos son agrónomos (57%) ● Más del 70% se encuentra en la región pampeana

5 10

19

31

5

Salta

21-30 31-35 Más de 36

Córdoba Santa Fe

5 85

Buenos Aires

Mendoza

17 23

Resto del país


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Gonzalo

Cuando promediaba la carrera de agronomía, Gonzalo Albizu (31) se enteró de qué se trataba el trabajo de un asesor CREA. Y se prometió a sí mismo que algún día lograría llegar a ser uno de ellos. “Si bien conocía a los grupos CREA, no tenía en claro cuál era el rol del asesor”, comenta Gonzalo. “Me pareció un trabajo tan desafiante y completo que a los 21 años me lo puse como un objetivo por cumplir”. No bien se recibió, realizó el taller de asesores CREA y se contactó con asesores de la zona Oeste Arenoso –región de la cual es oriundo– para participar de diversas actividades. “Como inicialmente no aparecieron oportunida-

des para ser asesor CREA, comencé a trabajar como responsable agrícola de una empresa que siembra en campos de terceros en la zona este de La Pampa”. Pero un día apareció la posibilidad de cubrir el puesto de asesor del CREA Atreuco, y Gonzalo fue el seleccionado; tenía por entonces 27 años. “Por la calidad y la cantidad de información que recolecta, gestiona y analiza, el asesor CREA se convierte en un referente dentro de la región, y eso constituye un privilegio”. “Otro carácter distintivo del Movimiento CREA es el ejercicio constante de evaluar la empresa agropecuaria de manera integral, además de contar con la perspectiva aportada por los distintos integrantes del grupo”.

Un 17% de los Sub-35 viven en el campo o en pueblos rurales En la explotación

13%

Pueblo de hasta 2000 habitantes

4%

Pueblo o ciudad de 2001 a 10.000 habitantes

11%

Ciudad de 10.001 a 50.000 habitantes

29%

Ciudad de 50.001 a 300.000 habitantes

17%

Ciudad de más de 300.000 habitantes (excepto CABA)

17%

En CABA

8%

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Infografía: José Silvosa.

Pasar de Turismo Carretera a Fórmula 1 Impacto de la agricultura por ambientes en la región CREA Santa Fe Centro

Durante la campaña 2014/15, en un establecimiento del centro de la provincia de Santa Fe, se realizó un trabajo orientado a comparar el resultado del manejo de maíz sin discriminar ambientes (sitio “testigo” en el cual se empleó una tecnología promedio uniforme) versus un manejo ajustado según las limitantes de productividad de cada ambiente en particular.

Así, se identificaron tres ambientes: A, con mayor potencial (menores limitantes a la productividad); B, con potencial intermedio, y C, de menor potencial. En ellos se aplicaron dosis variables de fertilizante y distinta densidad de semillas. Los resultados demostraron que debido a la mayor eficiencia en el uso de los insumos, el resultado económico obtenido en el sitio testigo fue de 552 $/


CREA

ha contra 1966, 1784 y 1604 $/ha en los ambientes A, B y C, respectivamente. (Los cálculos se realizaron con precios de fin de campaña de maíz 2014/15).

Metodología Es importante establecer la siguiente aclaración: la agricultura de precisión consiste en el uso variable de insumos –fundamentalmente fertilizantes, semillas y fitosanitarios– con dosis ajustadas metro a metro según prescripciones. Para ello se requiere maquinaria con un equipo adecuado de dosificación variable. El presente trabajo no empleó esa tecnología, sino la denominada agricultura por ambiente, que implica diferenciar ambientes contrastantes en un mismo campo para realizar un diseño agronómico diferenciado según el caso. El objetivo de la agricultura por ambiente no es sólo optimizar el uso de insumos en grandes ambientes, sino también implementar una metodología de trabajo orientada a gestionar procesos productivos con un enfoque sistémico en función de los recursos disponibles (decidiendo para cada sitio una rotación particular, elección de cultivares/híbridos, diferentes fechas de siembra, densidades, fertilización, etcétera). A menudo, la tarea a nivel de macroambientes exige reemplazar los límites geométricos tradicionales de los lotes –alambrados– por límites establecidos según ambientes. Dentro de cada macroambiente, puede realizarse luego agricultura de precisión, pero con un esfuerzo económico y logístico superior. En el presente trabajo, las únicas tecnologías ajustadas fueron la densidad de semillas por hectárea y la cantidad de fertilizante utilizado, porque se realizó en un establecimiento que ya tenía un esquema de rotaciones armado y ya había adquirido el fertilizante. El sector “ambientado” estaba destinado a maíz de primera y no había posibilidad de cambiar el cultivo ni el tipo de fertilizante. Una última aclaración: en el ensayo se utilizó el criterio de suficiencia; es decir, los fertilizantes aplicados fueron los necesarios para que los nutrientes aportados, sumados a los que contenía el suelo, permitieran lograr los rendimientos esperados. El trabajo se desarrolló en cuatro etapas: delimitación de los ambientes, caracterización, ajuste agronómico y diseño agronómico diferenciado.

Delimitación de ambientes El estudio se realizó en un área de 630 hectáreas que abarcaba tres lotes de un campo ubicado en el centro de la provincia de Santa Fe. Para la delimitación de ambientes, utilizamos imágenes satelitales Landsat procesadas con un GIS (Geographic Information System/Sistema de información geográfica) para determinar el índice verde. Además, nos apoyamos en información proveniente de las cartas de suelo. En caso de que existieran mapas de cosecha o mapas de conductividad (Veris), se pueden utilizar superponiéndolos a los de índice verde para lograr un ajuste más detallado de los límites de los ambientes. Se procesaron imágenes de varios años con diferentes regímenes de precipitaciones. Al disponer de la historia de cada lote, se cuenta con una herramienta muy potente, ya que estos datos permiten inferir el vigor de los cultivos a través de su índice verde en años húmedos y en años secos, y así se pueden delimitar los ambientes promedio donde los comportamientos son diferentes. También puede realizarse un modelo topográfico del sector para considerar el funcionamiento hidrológico en superficie. En el gráfico 1 se aprecia el mapa de ambientes identificados según índice verde a partir de imágenes satelitales correspondientes a seis años.

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Caracterización Si decidiéramos introducir un cambio en el manejo considerando únicamente el mapa del índice verde o el de rendimientos, estaríamos tomando decisiones sobre un resultado sin conocer sus causas. El mapa de ambientes sólo nos dice que el ambiente A es diferente del B y del C, pero no dice por qué son diferentes. El diagnóstico, entonces, está incompleto. Decidir un cambio de fertilización sólo en función de ese mapa sería como si un médico se enfocara en los síntomas y no en las causas de una enfermedad. Entonces, la segunda etapa consiste en caracterizar esos ambientes para entender por qué son diferentes y tomar decisiones en función de ese conocimiento. Los indicadores utilizados para realizar el diagnóstico están representados en el cuadro 1. En el campo que nos ocupa, encontramos suelos con características químicas muy similares entre ambientes. Si intentáramos explicar las diferencias de índice verde o de rendimiento de los cultivos a partir de los análisis químicos de

suelo, encontraríamos que no existen limitantes importantes para la productividad de maíz en ninguno de los tres ambientes (excepto en lo que respecta a nitrógeno disponible, que es uno de los elementos más móviles y se corrige con fertilización). ¿Cuáles son, entonces, las limitantes que determinan que los cultivos se comporten de forma diferente en cada ambiente? La explicación se encuentra en las características físicas de los perfiles del suelo (factor que condiciona la dinámica del agua y la exploración de las raíces). En el ambiente A, el horizonte B comienza a los 27 centímetros de profundidad, mientras que el horizonte A, hasta esa profundidad, tiene óptima porosidad y una muy buena exploración de raíces. Se observa una leve estructura laminar superficial (3 a 4 centímetros), pero no hay compactaciones subsuperficiales que impidan la exploración de las raíces o el ingreso de agua de lluvia al suelo. La estructura general es de prismas con buen agrietamiento en sentido vertical, tal como se indica con líneas blancas en la foto 1. Esto facilita

Cuadro 1. Indicadores empleados para caracterizar ambientes

Físicos

Estabilidad estructural (S) Densidad aparente (Mg/m3) Infiltración (cm3/h)

Químicos

Materia orgánica (%) Fósforo (ppm) pH CE (dS/m) CIC PSI

Perfil cultural Cobertura Encostramiento superficial Espesor del horizonte superficial Actividad biológica Calidad de la estructura Infiltración potencial Porosidad Desarrollo radical

Foto 1. Suelo del ambiente A



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Fotos 2 y 3. Suelo del ambiente B

Foto 4. Detalle de compactación en suelo del ambiente C

el ingreso de agua y la penetración de las raíces. El ambiente B corresponde a un sector con mayor pendiente, donde se ha perdido parte del horizonte A por efecto de la erosión (su profundidad es de 23 centímetros). Se comienza a ver una estructura laminar a los 7-8 centímetros de profundidad; ese sector más denso representa alguna dificultad para la profundización de raíces cuando el suelo tiene poca humedad y, además, disminuye la velocidad de infiltración del agua. Esta caracterís-

tica, y el hecho de que exista pendiente en este sector, determinan que la captación/infiltración de agua de lluvia sea menor que en el ambiente A y se pierda una parte por escurrimiento superficial. El agrietamiento en este perfil no se produce en sentido vertical, como en el ambiente A, sino que comienzan a preponderar agrietamientos horizontales (fotos 2 y 3). En el ambiente C, el horizonte B comienza a mayor profundidad (más de 27 cm), probablemente por acumulación de sedimentos en el estrato superior, ya que este es el sector más bajo del relieve. En este ambiente las compactaciones son mucho más notables y la estructura laminar se encuentra más definida y a mayor profundidad en el perfil. Esto indica desagregación, probablemente producida por períodos con exceso de saturación de agua, anegamiento o ascenso de la napa. También se observan “barnices”, que corresponden a la lixiviación de materia orgánica sin humificar. El comportamiento del ambiente C es el que está más asociado a los déficits o excesos hídricos. En un año con pocas lluvias, la falta de estructura y el agrietamiento impiden la penetración de las raíces y del agua, limitando el rendimiento mucho más que en los otros dos ambientes. En años con el perfil húmedo, las limitaciones no son tan notables, mientras que en años con excesos hídricos,



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este sector puede estar anegado o demasiado saturado y generar problema de anoxia en raíces o clorosis férrica, entre otros inconvenientes (foto 4).

Cuadro 2. Diseño agronómico

Maíz

Rinde objetivo (qq/ha)

Urea (kg/ha)

Fosfato diamónico (kg/ha)

Plantas/ ha

Ambiente A Ambiente B

100

8

50

80.000

80

75

50

70.000

Ambiente C

65

27

50

50.000

Cuadro 3. Rendimientos según ambiente

Lote

Hectáreas

Rinde (qq/ha)

Fertilización (kg/ha)

Densidad (semilla/ ha)

Semillas/ metro lineal

Ambiente A

83,9

103,5

350

80.000

4,10

Ambiente B

279,9

83,6

150

70.000

3,65

Ambiente C

258,5

68,1

50

50.000

2,80

7,7

73,8

300

72.000

3,80

Testigo

Diseño agronómico Al concluir, entonces, que las limitantes a la productividad tienen su origen en los aspectos físicos del suelo –que condicionan la dinámica del agua y de las raíces– y no tanto en los aspectos químicos, definimos –en conjunto con los ingenieros del equipo técnico de la empresa propietaria del establecimiento– el rendimiento potencial del maíz en cada ambiente. Para ello tomamos en cuenta –además de lo observado en la historia del comportamiento de los materiales utilizados en el campo en ciclos Niño y Niña– otros antecedentes, como los resultados de ensayos zonales de cultivares/híbridos y análisis de campaña de la región CREA Santa Fe Centro, entre otras variables. Consideramos que este es el momento más importante del proceso. Independientemente de los métodos que se utilicen para detectar y caracterizar los ambientes, el análisis agronómico de la información y la toma de decisiones para adaptar las tecnologías a cada ambiente (aunque en este trabajo sólo lo hicimos con densidad de siembra y fertilización) son la clave para el logro de incrementos de eficiencia en el uso de los recursos. Con un pronóstico climático que al inicio de campaña proyectaba lluvias superiores a las normales para la zona, definimos la fertilización y la densidad de semillas por sembrar en función de los rendimientos esperados en cada uno de los tres ambientes caracterizados (cuadro 2). Para evaluar el comportamiento en cada ambiente y relacionarlo con el manejo “promedio” del maíz que solía hacer el empresario en todo el campo, decidimos sembrar en el lote una franja que abarcara los tres ambientes con ese manejo promedio (que es el mismo que se hace en el resto del establecimiento). En el gráfico 2 puede verse cómo quedó dividido el campo. Como disponíamos de un solo fertilizante –que era una mezcla de 50% de fosfato diamónico y 50% de urea–, tuvimos que adaptar el trabajo utilizando esa mezcla que la empresa ya había adquirido (aunque no era lo óptimo). En los ambientes A, B y C empleamos 350, 150 y 50 kg/ha de dicha mezcla, respectivamente. En el resto del campo se utilizaron 300 kg/ha en todo el cultivo de maíz, con el propósito de lograr un rinde objetivo de 80 qq/ha. El híbrido sembrado el 31 de agosto fue Dow 510. Si bien hubo algunas restricciones hídricas duran-


te el estadío vegetativo (hasta V7 y V8), desde el inicio del período crítico hasta la cosecha no se presentaron limitaciones al rendimiento desde el punto de vista climático (ni por déficit ni por exceso de agua de lluvia). Los rendimientos y datos de siembra de los tres ambientes y los del testigo pueden verse en el cuadro 3.

Conclusiones La identificación y caracterización de los ambientes permitió reconocer las limitantes a la productividad de cada sector y adoptar en el uso de insumos la tecnología adecuada para cada uno de ellos. El factor climático también se tuvo en cuenta para lograr los rendimientos esperados. El resultado económico obtenido, incluso en el ambiente de menor productividad, fue superior al logrado mediante un manejo uniforme sin identificar ambientes. Si bien en esta oportunidad trabajamos sólo con las variables fertilización y densidad, el concepto de manejo por ambientes en este establecimiento tiene como objetivo el ajuste agronómico de todas las tecnologías y decisiones de cultivo –rotación, fechas de siembra, elección de materiales, etcétera– para lograr la mayor eficiencia en el uso de los insumos al adaptarlos al potencial de cada ambiente. También se apuntará a la protocolización de procesos por ambiente. Desde el punto de vista de la sostenibilidad o de las buenas prácticas agrícolas, también consideramos la diferenciación de ambientes como punto de partida para el logro de los resultados. El concepto central es que una buena práctica para un ambiente no necesariamente es una buena práctica para otro. Cada sector tiene limitantes que deben ser tratadas y monitoreadas en forma particular para optimizar el manejo sostenible.

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CREA Gustavo López Socio de Gustavo López y Asociados / Asesor del CREA San Francisco Maximilano Finello Socio Gustavo López y Asociados / Empresario integrante del CREA San Francisco


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Una receta

exitosa

Alentadores resultados agrícolas tras 23 años de siembra directa y mantenimiento estricto de la rotación Las reflexiones que quiero compartir tienen que ver con mi participación durante más de 27 años en el manejo de un establecimiento del sudeste de Córdoba, originalmente ganadero y cubierto de gramón, que comenzamos a praderizar en 1986, para luego hacer una pequeña superficie de agricultura convencional y cinco años después, siembra directa con maquinaria propia. Durante ese período, la política de manejo fue

siempre la misma: rotación fija –no modificada por las relaciones de precios agrícolas– complementada con ganadería vacuna de cría e invernada. La maquinaria de siembra, fertilización y pulverización es propia, y el contratista de cosecha trabaja exclusivamente en el campo. Con el tiempo, se incorporaron prudentemente y en forma constante las innovaciones tecnológicas que se iban generando en materia de genética


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de cultivos, herbicidas, insecticidas, fertilizantes, inoculantes y fungicidas. La empresa cuenta con un equipo humano capaz, motivado, bien remunerado (con participación en las utilidades), reducido y sin burocracia, pero, sobre todo, merecedor de toda la confianza de los propietarios.

Sistema productivo La mayor parte de las siembras de primera se hace con un solo tractor grande, con banderillero satelital y monitor de siembra, que trabaja a una velocidad controlada, predominantemente durante el día. Desde 2005, una proporción cada vez mayor de la fertilización se realiza a voleo, dejando para la sembradora la incorporación del arrancador lateral a la línea de siembra. En soja de segunda, se usan dos máquinas para manejar distintas distancias entre surcos según variedades, para que la implantación sea más eficiente. Como se mencionó, la cría y la invernada son parte importante de la rotación. La hacienda ocupa los bajos que han quedado delimitados por las inundaciones de la laguna La Picasa. Luego del destete en otoño, las vacas aprovechan los rastrojos de maíz y de alguna soja de primera; se trata de evitar el sobrepastoreo para mantener una buena cobertura. Esta práctica resulta muy conveniente dado el volumen de rastrojos que se generó con el aumento de los rendimientos, especialmente en el caso del maíz (10.200 kilos por hectárea en promedio). De esta forma, se acelera la descomposición de los rastrojos y disminuye la cantidad de maíces “guachos” por el pastoreo preferencial de las espigas.

Manejo de suelos Con escasas excepciones, la rotación ha sido de tres años: maíz, soja, trigo/soja de segunda. Se siguen haciendo algunas praderas, siempre en siembra directa; en general, son lotes chicos que se ubican cerca del casco para suplementar a la hacienda durante la terminación. En alguna campaña de buenas lluvias, se sustituyó el maíz por trigo/soja de segunda en los mejores lotes, pero hubo dificultades para la implantación del cereal por la lenta descomposición de las cañas de los maíces BT –que atoraban a la sembradora– y por la escasez de agua en el perfil; por ello desistimos de esa alternativa.

Luego de 10 años de mejorar los niveles de fósforo, se abandonó el análisis anual de suelo para efectuar una reposición de la extracción promedio.

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La rotación empleada incluye maíz, soja y trigo/soja de segunda, y no se modifica por variaciones de precios.

Con datos propios, se hizo un análisis de los rendimientos agrícolas y de la tendencia a través de años de agricultura continua con la misma rotación. Con las técnicas empleadas, no se detectó hasta el momento ninguna tendencia a la caída de rindes tras 23 años de agricultura continua. Simultáneamente, la tendencia de los rindes promedio de todas las especies, analizada desde el principio de la agricultura por administración, aumentó de manera notable (gráficos 1, 2 y 3). Para la fertilización, luego de 10 años de mejorar los niveles de fósforo –pasando de 7 a 15 ppm en promedio–, hemos dejado el análisis de suelo anual de los lotes para efectuar una reposición de la extracción promedio de fósforo, azufre y calcio. Nos preocupamos cada vez menos por el nitrógeno, dado que en los balances de extracción de nutrientes, el suelo bien cubierto por los rastrojos parece aumentar la fijación simbiótica y no simbiótica muy por encima de los valores habitualmente sugeridos. Como ejemplo, en los últimos cinco años hubo un déficit de reposición de nitrógeno equivalente a 284 kilos de urea por hectárea y por año en la rotación, y los rindes siguen con tendencias ascendentes.

Rendimientos La campaña 2010/11 se caracterizó por los rindes promedio más altos alcanzados en trigo (7130



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Zubizarreta: “En los balances de extracción de nutrientes, el suelo bien cubierto por los rastrojos, parece aumentar la fijación simbiótica y no simbiótica muy por encima de los valores habitualmente sugeridos”.

kg/ha), maíz (12.599 kg/ha) y soja de primera (4819 kg/ha) de toda la serie (19 años) sobre superficies que rondan las 1650 hectáreas de cada cultivo. La rotación maíz, soja, trigo/soja de segunda no se modifica por razones de mercado. Son 4950 sembradas y 6600 cosechadas por el doble cultivo de trigo/soja de segunda. En esa campaña, los rindes de la soja de segunda fueron pobres (1980 kg/ha), quizás por la altísima extracción de agua y nutrientes que hizo el trigo, sumada a precipitaciones escasas. Los niveles y tecnología de fertilización se fueron adecuando a los niveles de extracción de la rotación. Como comentario final, estamos poniendo en marcha un sector con la misma tecnología pero sin uso de nitrógeno en toda la rotación para ver cuál es la reacción de fijación espontánea del suelo sin el efecto depresor del fertilizante nitrogenado.

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CREA Jorge Zubizarreta Consultor privado

Noticias de empresas Nuevos fitosanitarios El tratamiento de la semilla es uno de los segmentos de mayor crecimiento dentro de Nufarm, que cuenta con un plan de acción tendiente a incrementar su participación dentro de la industria. En el mercado argentino, la compañía se enfoca de manera global en el girasol, la colza y el sorgo; además de participar activamente en iniciativas regionales que incluyen a los cereales, el arroz, el algodón y el maní. El objetivo: brindar un valor agregado al consumidor final, mejorando el rendimiento de cosecha y la calidad de los alimentos. En el país, su meta principal consiste en ofrecer soluciones para atacar a los insectos, nematodos y hongos que se encuentran con mayor frecuencia. Así, en 2015 dio a conocer la formulación Imidacloprid (Nuprid FS 600 RED) y en la actualidad trabaja en combinaciones de fungicidas para aplicar en soja y maíz. La agroquímica es una industria cada vez más regulada, por lo que las nuevas formulaciones hacen hincapié en la seguridad, el desempeño y el respeto por el ambiente. En este sentido, los últimos desarrollos están formulados a base de agua en lugar de solventes, para generar mejores resultados en términos de seguridad ambiental.



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La búsqueda de nuevas metas Los precios ganaderos superan el promedio histórico y posibilitan el desarrollo de planteos productivos más ambiciosos “A diferencia de lo que ocurrió en las últimas tres décadas, en las que el valor del novillo se mantuvo prácticamente sin variaciones en moneda constante, en los últimos cinco años aumentó 33%. Este es un cambio extraordinario que los ganaderos aún no apreciamos lo suficiente”, aseguró Juan Pablo Garat, miembro del CREA Coronel Suárez. Invitado a exponer en la última jornada ganadera organizada por los grupos CREA del Sudoeste en Olavarría, el experimentado productor recordó sus

inicios en la actividad, relató sus fracasos, dejó enseñanzas y analizó el futuro de la actividad.

Juego del estanciero Garat se sumó a CREA en 1961. A los 76 años está retirado, pero sigue acompañando a sus colegas y amigos ganaderos. “Aunque estoy jubilado, sigo vinculado a la actividad ganadera por una cuestión absolutamente cultural”, explicó. Al recordar su paso por el negocio ganadero,


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desgranó algunas experiencias y desilusiones importantes. “En un momento dado de mi historia como ganadero, formé parte de una asociación de empresas que exportaba carne a Europa y a otras partes del mundo. Era una de esas agrupaciones de productores que tenía cupo para exportar dentro de la Cuota Hilton. Armamos una sociedad para la cual yo había reunido 2500 vacas, entre las mías y las de todos mis parientes sanguíneos y políticos. Yo era el socio que tenía menor escala; el siguiente tenía 4000 vacas”, describió. “Esta agrupación exportaba carne con trazabilidad. Nos dábamos a conocer como empresarios que llevaban directamente la carne del lote a la góndola. El negocio empezó a funcionar muy bien; nos costó mucho trabajo armarlo. Había gente que conocía mucho; conseguimos algunos empleados que habían formado parte de la antigua Junta de Carnes, algunos de los cuales se habían quedado en Europa; eran muy buenos comisionistas y nos vendían muy bien la carne allí. Además, aquí también teníamos exempleados de la Junta que manejaban muy bien la mesa del frigorífico”, detalló. Garat sostuvo que, en aquel momento, el negocio dejaba una renta anual del 15-20%. “Fue una época maravillosa. Pagábamos el mejor precio de Liniers contra la entrega de un novillo de primera calidad”, recordó. “Yo me ocupaba de visitar los campos, de revisar los novillos y determinar si el biotipo servía para nuestro negocio. De lo contrario, no entraba en el cupo de Hilton. Además, tenía como tarea hablar con el encargado del campo para que me asegurara que para tal fecha iba a tener ese novillo con 420 kilos o más. Para eso debía tener una crianza muy buena y haber engordado sin restricciones, para que no se redujera el área de ojo de bife, un atributo fundamental a la hora de exportar”, explicó. “Nos iba bastante bien, abrimos el mercado de Hong Kong y desde allí pudimos entrar con carne a Corea del Sur. Tocábamos el cielo con las manos”, aseguró Garat, quien aclaró que lo bueno duró poco. ¿Qué pasó? “Un día nos dejaron de devolver el IVA, que era del 21%, mientras que nosotros ganábamos el 18%. Nos asustamos y liquidamos todo”, recordó amargamente. “No se puede trabajar en un país donde las reglas cambian todos los días”, lamentó. Hablando de cambios de reglas, Garat recordó otra experiencia poco feliz. “En otra oportunidad, adquirí, junto con otros socios, un establecimiento

ubicado en la meseta de Río Negro. Era un campo que soportaba una carga de una vaca cada 25 hectáreas, es decir, bajísima, pero tenía puerta de río. Entonces conseguimos un crédito de parte de un instituto que los ofrecía a condición de que se plantaran álamos. Si el que tomaba el crédito demostraba que tenía un monte logrado, eso disparaba el reintegro de lo gastado”, explicó. Como el dinero del crédito no les alcanzaba para hacer lo que tenían en mente, invirtieron sus ahorros para nivelar el terreno y plantar con álamos una extensión de 220 hectáreas, con mucho esfuerzo. “El primer año, plantamos los árboles, regamos y quedamos exhaustos; no nos quedó un peso. El segundo año probamos con avena, maíz y papa. Sembrábamos entre las líneas de álamos. Todo desarrolló muy bien, pero el gobierno de La Pampa decidió cortar el río Colorado para que funcionara la presa de 25 de Mayo, que se acababa de terminar, porque había algunas restricciones energéticas”, criticó. De esta forma, a Garat y sus socios se les secaron todos los álamos y los cultivos. Lentamente, debieron sacar las 800 vacas que habían adquirido hacía unos años como parte de un negocio de cría extensiva que habían decidido llevar a cabo. “Así y todo, con estos golpes, no me fui nunca del negocio, ni me iré”, aseguró Garat.

El vuelco de la ganadería “Yo creo que la ganadería dio un vuelco descomunal en el mundo en los últimos 8 o 10 años, y también en la Argentina desde hace 5 años”, aseguró. “Acá faltaba una gota que rebalsara el vaso y Néstor Kirchner la proporcionó”, acotó. “El precio del novillo registró una suba de un 33% en los últimos cinco años, en moneda constante, respecto del promedio. Los precios promedio entre 1985 y 2005 fueron bastante estables. Ahora nos asustamos cuando caen un poco, enseguida pensamos que no es negocio, pero cuando los deflactamos, observamos que estamos un 33% por encima del promedio”, resaltó (gráfico 1). “No tomamos conciencia de lo que significa en el mundo un 33% de aumento porque estamos acostumbrados a una inflación muy alta. Pero un por ciento es una parte del todo y la tercera parte del todo es una barbaridad en cualquier lugar del mundo. Tenemos un tercio más del negocio”, subrayó Garat. “En consecuencia, se incrementa nuestra capacidad de aplicar tecnología. Sin embargo, yo veo

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en las charlas y en las actitudes, que muchos todavía siguen pensando cómo evitar el gasto, cuando el negocio cambió y hoy tenemos la posibilidad de invertir”, aseguró.

Gastar bien Garat aclaró que “al gasto hay que hacerlo inteligentemente, porque la ganadería es muy complicada, muy artesanal y porque incuestionablemente no se puede usar el dinero de manera ineficaz. Hoy, en síntesis, el negocio da para gastar bien”. Explicó que “los ganaderos tenemos en nuestro inconsciente un freno, forjado durante años en los que no se podía gastar”. Y exhortó: “Cambiemos de una vez por todas la forma de razonar. Tenemos un 33% más del negocio, hay que reinventarlo. No hay ninguna duda”. Al afirmar que hay que cambiar el modelo mental, subrayó que “esto implica modificar las actitudes de cada día y también cambiar la mente de la gente que trabaja con nosotros, que también tiene que adaptarse”. Asimismo, señaló que su experiencia le indica que cada vez que se cambia algo de una manera más o menos importante, el nuevo modelo tarda por lo menos tres años en expresar su máxima

Garat: “En el largo plazo, la eficiencia productiva pesa mucho más que la política económica; sin embargo, siempre estamos dando vueltas alrededor de esta última. Ocupémonos de nosotros”.

capacidad. “Por lo tanto, cuando hacemos un plan de inversiones, no debemos depositar todas las expectativas en el primer año. El negocio da, pero ver resultados lleva su tiempo”, afirmó. En cuanto al cambio de forma de pensar, sostuvo que “uno de nuestros mayores problemas reside en que nuestra incertidumbre respecto de las políticas económicas nos impide estar incómodos con lo que hacemos: le echamos la culpa al gobierno y nos quedamos cómodos en casa. Entonces, al no desarrollar incomodidad, no nos hacemos preguntas. Y para tener una buena idea necesito cierta incomodidad y buenas preguntas”, señaló. En este sentido, opinó que “en el largo plazo, la eficiencia productiva pesa mucho más que la política económica, pero siempre estamos dando vueltas alrededor de esta última. Ocupémonos de nosotros”, remarcó.

Carne vacuna: producto premium Garat explicó que el aumento del precio del novillo tiene que ver no sólo con una política errónea del gobierno y con la sequía del ciclo 2008/09, sino con un trasfondo mundial, de crecimiento de la clase media que busca productos premium. También planteó que en la Argentina cambió la matriz de consumo de proteína animal: “Hace 30 años, el 98% de la carne comprada era vacuna; ahora este porcentaje cayó al 52%. Este cambio fenomenal determina que la presión política sobre el precio del vacuno disminuya”. Completó su análisis señalando que “la demanda en el mundo ya no está asociada a una necesidad primaria, sino que es un problema de deseo. La filosofía del consumo está cambiando: ya no soy por lo que tengo, sino por lo que tengo y por lo que consumo. Por esta razón, un bife es un lujo que todos nos queremos dar. Entonces, tenemos que pensar en producir para ese cliente que recién llega a la clase media en el mundo y lo primero que quiere comer es un bife. Esto es un mercado Prime, con precios Prime, por eso el negocio se dio vuelta. Y esto va a seguir así por un tiempo largo”. Y finalizó: “Si a esto que pasa en el mundo le agregamos todo lo que ocurrió en la Argentina, que destruyó el rodeo, se quedó sin novillos y tiene solamente vacas y terneros, va a haber muchos años de faltante y de buenos precios”, concluyó. f CREA



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Parasitosis gastrointestinal en bovinos Una visión sistémica para desarrollar estrategias de control

En sistemas intensivos de engorde, con alta carga por unidad de superficie y utilización de animales jóvenes, las parasitosis gastrointestinales constituyen la principal limitante del crecimiento. El tema ha sido tratado por María Luisa Montico y María Gabriela Rodríguez, técnicas del Área de Desarrollo de la Corporación de Fomento del Valle Bonaerense del Río Colorado, y por Roberto Iglesias, técnico del INTA Hilario Ascasubi en un reciente informe, del cual se ofrece una síntesis a continuación.

Perjuicios Desde el destete y hasta bien entrada la primavera, las parasitosis internas comprometen seriamente la producción de novillitos y vaquillonas. En ese período, los animales pueden perder hasta 30 kilos de peso sin presentar síntomas (cuadro 1). Un hecho destacable es que las pérdidas tempranas ocasionadas por los parásitos afectan directamente el desarrollo de los animales y jamás serán compensadas, incluso si se aplican tratamientos efectivos después. Estas estimaciones fueron realizadas sobre la base de los efectos directos en los animales, aunque no hay que olvidar las pérdidas indirectas ocasionadas por el mal aprovechamiento del forraje, el tiempo extra necesario para alcanzar el peso de la faena, la menor calidad de la res y la menor fertilidad y tamaño pelviano en vaquillonas para

cría, como así también por la menor resistencia de los animales a otras enfermedades.

Ciclo de los parásitos Los animales recién destetados ingieren, junto con el pasto, lombrices generadas a partir de huevos eliminados durante el ciclo de producción anterior y que lograron sobrevivir al verano refugiadas dentro de la bosta. Ocurrida la infección, los parásitos se desarrollan en el cuajo e intestino de los animales, que en tan sólo tres semanas comienzan a eliminar huevos de parásitos en su materia fecal. Dentro de las bostas, se generan nuevas larvas que son trasladadas al pasto por las lluvias y quedan disponibles para que los animales las ingieran nuevamente, cerrando el ciclo parasitario. Los huevos que son eliminados con la materia fecal se desarrollarán hasta alcanzar el estado de larvas infestantes con mayor o menor velocidad, según la temperatura ambiente. Así, en verano, ese lapso será de una semana, mientras que en el Cuadro 1. Pérdidas de peso según el grado de intensidad de la infestación parasitaria

Grado de infestación

Pérdidas estimadas por animal (kg)

Leve

5 - 20

Moderado

25 - 40

Grave

50 - 70

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invierno, la transformación insumirá entre seis y ocho semanas. Las larvas pueden sobrevivir en la materia fecal por más de 18 meses; de ese modo, pasan de un ciclo de producción a otro. El ciclo descripto es el que se cumple normalmente durante el período otoño-invernal. La rapidez con que estos ciclos parasitarios se encadenan determina que en dicho período se desarrollen cuatro o cinco generaciones, acumulándose grandes cargas parasitarias en los animales y en las Cuadro 2. Seguimiento de praderas en pastoreo luego de un tratamiento antiparasitario

Número de larvas por kilo de pasto seco Día Previo al pastoreo Posterior al pastoreo

Pastura del lote testigo (animales sin tratamiento)

Pastura del lote tratado (animales con tratamiento)

0

0

0

52

5200

130

110

4113

98

Fuente: Parasitismo gastrointestinal en bovinos sobre pasturas irrigadas. INTA, Corfo.

pasturas. Sin embargo, con la llegada de la primavera, la mayoría de los parásitos que son ingeridos por los bovinos junto con el pasto detienen su desarrollo y se “adormecen” en la pared del cuajo (convirtiéndose en larvas inhibidas). Así, la maduración de los parásitos en los animales –que en el período otoño-invernal demora tres semanas– se extiende a cuatro-cinco meses. Esta particularidad de “prolongar” su ciclo les permite a los parásitos atravesar sin demasiados riesgos un período del año desfavorable para su supervivencia, como es el tiempo estival. De ese modo, logran alcanzar el otoño siguiente, momento en que encuentran condiciones óptimas (de temperatura y humedad) y animales susceptibles (destete). A mediados del verano, los parásitos reanudan su desarrollo y completan su ciclo parasitario. En ese proceso lesionan gravemente el cuajo ocasionando un importante efecto sobre la ganancia de peso.

Los parásitos y las pasturas Como hemos visto, el ciclo parasitario consta de una fase que se desarrolla sobre el huésped y otra en el medioambiente. Los estadios parasitarios de vida libre, sobre las pasturas, superan el 90% de la población parasitaria presente en un sistema productivo. Esto significa que al realizar los tratamientos antiparasitarios a los animales, se ataca a menos del 10% de los parásitos presentes en el sistema. De allí la importancia de evitar la contaminación de las pasturas a través de la introducción de animales infectados. Los tratamientos antiparasitarios administrados oportunamente no sólo deben tener la función de evitar las pérdidas de producción en los animales, sino también la contaminación de las pasturas. El seguimiento de una pastura nueva permite observar cómo es contaminada rápidamente cuando es pastoreada por animales sin un debido control antiparasitario, generando una importante fuente de reinfestación (cuadro 2). El número de larvas en la pastura del lote testigo se elevó peligrosamente tras un pastoreo, tornándose muy riesgosas para animales susceptibles a la enfermedad en escasos 52 días.

Los parásitos y la producción de carne Tel: +54 351 5580312 / +54 351 6258697 I mail: info@omixom.com I

www.omixom .com

Hace unos años, el INTA y la Corporación de Fomento del Valle Bonaerense del Río Colorado (Corfo) iniciaron una serie de ensayos en el Cam-



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Las pérdidas tempranas ocasionadas por los parásitos afectan directamente el desarrollo de los animales y jamás serán compensadas, incluso si se aplican tratamientos efectivos después. po Piloto Ganadero de esta última y en campos de productores con la finalidad de generar información zonal respecto del efecto de los parásitos gastrointestinales sobre la producción de carne. Así, durante dos años consecutivos se evaluó el efecto de los parásitos internos sobre la ganancia de peso en tres grupos de 15 terneros de raza británica, de 8 a 10 meses de edad, destetados. Los tratamientos utilizados fueron los siguientes: a) libre: animales tratados con antiparasitarios cada 21 días, considerándoselos libre del efecto parásito; b) estratégico: animales que fueron tratados con antiparasitarios según la cantidad de huevos eliminados en la materia fecal y la cantidad de larvas presentes en las pasturas; y c) testigo: grupo de animales sin tratamiento. El lote de animales libres de parásitos ganó en promedio 26 y 14 kilos más que el de animales testigo, para el primer y segundo año, respectivamente. Con respecto a los animales del grupo estratégico, estos produjeron 18 kilos más que el lote testigo, para ambos años. Las principales diferencias en la ganancia de peso se observaron hacia el final del verano; la

principal responsable de esas diferencias sería la reanudación del desarrollo de las larvas “adormecidas” en el cuajo durante la primavera.

Recaudos Para instrumentar un manejo que reduzca los perjuicios causados por los parásitos gastrointestinales, se recomienda tener en cuenta los siguientes aspectos: • Las pasturas son la llave de transmisión parasitaria, no sólo porque son el vehículo mediante el cual los parásitos son transmitidos a los animales, sino también porque los protegen de condiciones adversas. • En invierno, la menor disponibilidad y calidad forrajera de las pasturas predispone a que la acción de los parásitos se manifieste con mayor intensidad. • La alta carga animal de pasturas puede agravar el problema, ya que a medida que se incrementa el número de animales por unidad de superficie, el número de larvas asciende a valores riesgosos.



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Por otra parte, en estos casos los animales no pueden pastorear selectivamente y se ven obligados

a comer cerca de la bosta, donde se encuentra la mayor cantidad de larvas infectivas. • La liberación de las larvas desde la bosta a la pastura, y por ende el aumento de larvas en la pastura, depende de las lluvias, que producen un “arrastre” de parásitos desde la bosta hacia el pasto. • El desarrollo de las defensas frente a los parásitos gastrointestinales es muy lento; por lo tanto, los animales jóvenes tienen pocas posibilidades de contrarrestar el efecto perjudicial de los parásitos, siendo la categoría más afectada. • Si bien para fijar los tratamientos adecuados para cada establecimiento es recomendable tener un conocimiento mínimo de los distintos parámetros parasitológicos, en la figura 1 se indican, en forma general, los períodos de mayor riesgo.



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• El período otoño-invernal (parásitos adultos) y el fin del verano (parásitos inhibidos) son los momentos en los que pueden presentarse las mayores pérdidas productivas por efecto de las cargas parasitarias. • Para lograr una invernada eficiente, es necesario planificar los tratamientos antiparasitarios a partir del destete y durante el otoño-invierno. • El seguimiento de la carga parasitaria en los animales y en las pasturas son los indicadores necesarios para determinar los tratamientos antiparasitarios adecuados para cada establecimiento.

Control de parásitos en invernada Es sabido que la parasitosis gastrointestinal provoca significativas pérdidas en vacunos cuando el control es deficiente. Del mismo modo, resulta evidente la importancia que tienen las drogas antiparasitarias para alcanzar los niveles

productivos deseados. En cambio, todavía no ha alcanzado la valoración correspondiente el progresivo aumento de la cantidad y la gravedad de los problemas de resistencia a los antiparasitarios. La gran mayoría de los sistemas productivos los utilizan sin un plan que involucre al asesor veterinario. Así, es frecuente comprobar errores en cuanto a categorías de animales, oportunidad y drogas elegidas para desparasitar, y también en el desaprovechamiento de la integración con condiciones que podrían aliviar el riesgo parasitario (potreros nuevos, verdeos, lotes utilizados para reservas, etcétera). En este marco se justifica la recomendación de adoptar un planteo básico de control en cada establecimiento ganadero. Hay fundadas razones para cuidar las escasas drogas antiparasitarias existentes y para realizar un gasto mínimo en asesoramiento que permita alcanzar satisfactorios niveles de eficiencia en el control. En los párrafos que siguen se presenta un re-

Cuadro 3. Errores comunes en los tratamientos antiparasitarios

Error

Categorías

• Desparasitar toros, vacas, vaquillonas de segunda parición y novillos de más de dos años.

Recomendación • Concentrar el control en los destetes, los novillitos y las vaquillonas de hasta 14 meses de edad, aproximadamente. • Desparasitar animales adultos sólo en caso de necesidad comprobada. • Prestar particular atención en marzo-abril y principios de la primavera. • Entre octubre y febrero, desparasitar sólo si hay necesidad comprobada.

Épocas del año

• Desparasitar entre mediados de primavera y fines del verano.

Cadena forrajera

• Desparasitar a los animales inmediatamente antes de su ingreso a los recursos, sin contaminación o con muy baja contaminación parasitaria (verdeos, potreros vírgenes con clausura estival, etcétera).

• Ante un cambio de potrero, evaluar la necesidad de tratamiento según información provista por el plan de seguimiento. Incluir en la decisión el potencial riesgo parasitario de los recursos forrajeros que se van a utilizar (actuales o inmediatos).

• Frecuencia de uso mensual o de menor intervalo en esquema fijo. • Uso de drogas con efecto prolongado (meses) en situaciones de control convencional. • Utilización de drogas o dosis ineficaces para parásitos inmaduros.

• En el marco de un plan de seguimiento, ampliar los intervalos de uso de las drogas para permitir una evolución controlada de la parasitosis y reducir la selección para resistencia. • Considerar drogas/dosis con efecto sobre parásitos inmaduros, según la época del año (febreroabril) y el origen (pampeano centro-sur).

Antiparasitarios

Análisis de materia fecal (HPG)

• Prescindir de su utilización o usarlos esporádicamente y sin planificación. • Bajo umbral de tolerancia a los niveles de HPG por sobrevaloración de su potencial de riesgo productivo.

• Uso como herramienta base en planteos bajo asesoramiento. • Evaluación de los niveles de HPG según antecedentes zonales de riesgo de impacto productivo, manejo, condición coropral, etcétera.



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sumen de la información preparada por Carlos Descarga, técnico del INTA Marcos Juárez, volcada en el trabajo “Invernada: qué, cuándo y cómo controlar los parásitos internos”.

Principales errores en el uso de productos Entre los errores cometidos en la utilización de antiparasitarios, los más habituales son la subdosificación por la excesiva rapidez del tratamiento y las distorsiones en el cálculo del peso de los animales. No obstante, el principal problema consiste en no tener un planteo de control con asesoramiento ajustado a las necesidades. Ello deriva en las dos principales causas de resistencia a los antiparasitarios: el exceso y la inoportunidad de los tratamientos (cuadro 3).

Puntos por controlar El sistema (pastoril, confinado o mixto) y sus características (estructura, cadena forrajera, categorías, ingresos, biotipos, manejo) son determinantes del nivel de riesgo parasitario y por consiguiente del planteo de control y del involucramiento del asesor (cuadro 4). Los puntos más destacados de control son: a) utilizar una droga antiparasitaria base según antecedentes del

sistema (uso, prueba de eficacia, instalaciones, recursos humanos, etc.); b) evaluar su eficacia luego del tratamiento, y c) efectuar un seguimiento basado en análisis de materia fecal como criterio principal para desparasitar. La actual situación de resistencia a los antihelmínticos está dada por la alta prevalencia de ineficacia de las avermectinas y el creciente reconocimiento del problema con los bencimidazoles. De hecho, en la región pampeana hay sistemas donde ninguno de estos dos grupos puede utilizarse como soporte del control. El horizonte de escasa disponibilidad de nuevas drogas antiparasitarias y el impredecible plazo de recuperación del estado de resistencia de los establecimientos afectados destacan la importancia de mantenerlos sin resistencia. Por último, se enfatiza que el control planificado con asesoramiento propuesto es sencillo de implementar. Su costo está ampliamente compensado por los desempeños productivos que asegura mediante el seguimiento y la reducción en la cantidad de desparasitaciones a la que generalmente lleva. Adicionalmente, está el beneficio que se desprende de “cuidar” la eficacia de insumos críticos para la productividad de los sistemas intensificados.

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Cuadro 4. Control de parásitos en sistemas pastoriles y en confinamiento

Pastoril

A corral permanente

Épocas de riesgo

• Carga de parásitos durante el otoño-principios del invierno. • Riesgo decreciente desde mediados de la primavera y menor en verano.

• Sin trascendencia.

Riesgo del sistema

• Por definir según asesoramiento. Puede ser elevado,fmedio o bajo según tipo y características del CREA sistema. • En sistemas pastoriles, es importante evitar la “importación” de resistencia. Las invernadas basadas en diversos orígenes que no han evaluado la eficacia de los tratamientos al ingreso tienen mayor probabilidad de importar resistencia.

• Bajo. Depende de los niveles y del tipo de parásitos que constituyen los “residuos” postratamiento (por droga, dosis inadecuadas o resistencia). • Sin evaluación de la eficacia de los tratamientos al ingreso, hay altas probabilidades de “importar” resistencia.

Puntos por controlar

• Durante el ingreso de los destetes, evaluar la eficacia de los antiparasitarios utilizados. • Encadenamiento con el plan de control durante la recría-engorde: 1) seguimiento planificado mediante análisis de materia fecal, 2) ensamble con recursos forrajeros que reducen el riesgo.

• Limitado al ingreso: evaluación de la eficacia de los antiparasitarios utilizados. Ante una ineficacia, evaluación de la nueva droga utilizada.



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Gestión de envases vacíos de fitosanitarios Guía para productores agropecuarios Los envases usados de fitosanitarios deben seguir un cuidadoso proceso luego de vaciar su contenido. Hay normas precisas para su lavado, inutilización, almacenamiento y transporte, que se consideran a continuación.

Lavado Los productores agropecuarios deben actuar como usuarios responsables de los fitosanitarios y según el marco legal correspondiente. Además, deben cumplir con los procedimientos de lavado


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de envases establecidos en la Norma IRAM 12069. En esa norma se establecen los pasos por seguir (ya sea el triple lavado manual o el lavado a presión) para su posterior transporte, almacenamiento y disposición final. El triple lavado consta de tres pasos básicos: 1) agregar agua hasta alcanzar un cuarto de la capacidad del envase, 2) cerrarlo y agitarlo en todas las direcciones durante 30 segundos y 3) verter el agua de enjuague dentro del equipo pulverizador. Este procedimiento debe repetirse tres veces. El agua para el lavado no debe ser tomada de ríos, arroyos ni estanques. El procedimiento tiene que realizarse indefectiblemente en el campo donde se preparan los caldos de aspersión, inmediatamente después de vaciar el envase. El líquido debe ser vertido en el tanque del pulverizador. El segundo método consiste en la limpieza interna de los envases mediante equipos especiales que proyectan agua a presión. El líquido generado se recolecta y también debe ser enviado al tanque del equipo pulverizador. En ambos casos se trata de una operación sencilla, rápida y económica que permite remover prácticamente la totalidad de los residuos presentes en el envase. Básicamente, el lavado de los envases ofrece los siguientes beneficios: • Económicos. Con los distintos sistemas de lavado se aprovecha casi el 100% del producto. El remanente estimado en el envase sin lavado es del 3 al 5%. • Ambientales. Sin residuos, el envase no representa un peligro y puede ser manipulado por las personas sin correr riesgos.

Inutilización Los envases vacíos de fitosanitarios son considerados residuos peligrosos por la Ley Nacional N.° 24051 y deben ser perforados para evitar su reutilización o uso inadecuado. En algunas provincias se ha dictado normativa que “desclasifica” este tipo de residuo; con ello, se lo considera como no peligroso después del triple lavado o lavado a presión. Esta desclasificación facilita –en gran medida– su gestión, ya que de esta manera no es necesario recurrir a un transportista de residuos peligrosos habilitado para movilizarlos fuera del campo.

Recolección Dada la gran dispersión geográfica, la concentración de los envases vacíos libres de contaminación debe concretarse necesariamente en centros creados especialmente para ello. Este es el tercer paso que debe cumplir el productor: lo más conveniente es destinar un espacio dentro del establecimiento para almacenar los bidones (como acopio a campo) y que se organice un centro de acopio transitorio (CAT) que abarque a un grupo de productores. Casafe está llevando adelante un programa de responsabilidad social y ambiental destinado a concientizar y a colaborar en la elaboración de un sistema de recolección y transformación de envases vacíos de plástico rígido, llamado AgroLimpio.

Transporte y disposición final El transporte de los campos al CAT debe estar a cargo de un transportista habilitado (o bien del propio productor en los casos que la legislación provincial lo permita). El transporte desde cada CAT hasta las compañías tratadoras de este tipo de residuos –empresas conocidas como operadores habilitados– debe realizarse indefectiblemente con transportistas habilitados. Una vez en manos de los operadores habilitados, los bidones pueden recibir dos tratamientos: • Reciclado. Está orientado a la reutilización, produciendo artículos útiles y sin riesgo. El plástico de los bidones no puede terminar en elementos que estén en contacto directo con las personas (como juguetes para chicos o cepillos de dientes). Deben ser productos autorizados, como guardabarros de camiones, cintas transportadoras, cableado, conos para la ruta, etc. • Termodestrucción en hornos habilitados para el tratamiento de residuos peligrosos (pero este proceso implica un alto costo económico).

f

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Síntesis del trabajo “Gestión de envases vacíos de agroquímicos. Guía para productores agropecuarios”, preparado por Fernanda Feiguin, María Laura Ortiz de Zárate y María Eugenia Magnasco, técnicas del proyecto Ambiente de AACREA.

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Silajes de sorgo para la ganadería del norte Una herramienta útil para intensificar la actividad en regiones con limitaciones hídricas o edáficas Entre los principales factores relacionados con la intensificación de la producción de carne figuran la definición de la cadena forrajera y la carga animal por utilizar. El ajuste de la carga animal de acuerdo con el aporte de la pastura base revelará invariablemente la incapacidad de mantener un elevado número de animales durante el invierno, época del año en que las pasturas presentan un crecimiento escaso o nulo. Si el objetivo es hacer una invernada de corta duración (de no más de 12 meses), se debe mantener un ritmo de ganancia de peso adecuado durante el invierno (por ejemplo, 0,75 kg/día si se trata de novillos británicos). En este sentido, el silaje de sorgo se convierte en una alternativa ventajosa, ya que provee un forraje con una concentración energética de 2,2-2,4 Mcal de energía metabolizable por kilo de materia seca y es menos oneroso que los concentrados energéticos. Por otra parte, el rendimiento por hectárea del silaje de sorgo duplica en energía al sorgo para grano; por lo tanto, se necesitan menos hectáreas para cubrir las épocas de déficit, lo que permite aumentar la carga animal sin que disminuyan las ganancias de peso durante la época invernal. Además, se reduce al mínimo la necesidad de verdeos invernales, los que pueden ser utilizados simplemente como suplemento proteico de los silajes. Por su resistencia a la sequía y a condiciones limitantes, el silaje de sorgo puede competir ven-

tajosamente con el de maíz en las zonas a las que se desplazó la ganadería en los últimos años. En esas regiones, el cultivo del cereal se torna riesgoso y sus rendimientos pueden ser erráticos, mientras que el sorgo ofrece mayor seguridad.

Utilización La principal característica de los silajes de sorgo en producción de carne bovina es su alto potencial de producción de forraje de buena calidad. Desde el punto de vista de las estrategias de utilización, hay una serie de alternativas que van desde su inclusión como suplemento hasta su uso como único alimento, tanto en épocas de restricción de la oferta forrajera como en engordes a corral. Cuando se lo utiliza como principal fuente de alimentación, permite la conformación de dietas totalmente balanceadas y acordes a distintos requerimientos animales y sistemas de producción. Para formular dietas a base de silajes de sorgo, es necesario, en primer lugar, identificar su valor nutritivo mediante el análisis de fibra digestible neutra, fibra digestible ácida, digestibilidad, proteína bruta, etcétera; luego se podrá planificar su corrección. Uno de los componentes que suele ser deficitario en estos silajes es el contenido de proteína, por lo que se requiere la adición de alguna fuente que la provea, especialmente cuando se deben cubrir los requerimientos de animales jóvenes.

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Otro aspecto que se puede corregir es el valor energético del silo, definido básicamente por el contenido de grano. Mediante la adición de Cuadro 1. Rendimiento y composición de 24 híbridos de sorgo para la confección de silajes de planta entera

Grupo Granífero

Rendimiento (kg MS/ha)

Hoja (%)

Tallo (%)

Panoja (%)

Grados (Brix)

16.976

17,52

36,09

46,40

5,7

Doble propósito

19.066

16,64

42,09

41,27

5,3

Silero

16.735

15,18

65,83

18,99

10,6

Forrajero

17.340

12,46

67,30

20,24

8,3

Promedio

17.411

16,62

43,66

39,72

6,48

Mínimo

13.527

8,07

33,07

7,20

2,8

Máximo

20.029

20,93

75,95

53,33

13,6

un plus de grano, se puede alcanzar el valor energético necesario para lograr altas ganancias de peso. Este aspecto adquiere gran importancia en el caso de silajes de sorgo forrajero, que pueden producir gran cantidad de forraje, aunque de menor valor que el silaje de maíz. Mediante la adición de distintas proporciones de grano, ya sea de sorgo molido, húmedo o de maíz, se han logrado ganancias de peso compatibles con invernadas de corta duración. Entre los factores que definen la calidad de un silaje de sorgo, se pueden mencionar el tipo de sorgo –granífero, forrajero o azucarado– y el momento de confección, que determina el rendimiento y la calidad. Esto se debe a los importantes cambios en la composición de la planta y en el contenido de grano que se producen a medida que avanza el grado de madurez del cultivo. En los sorgos graníferos, el principal factor por considerar es que el grano no se endurezca, es decir, que no pase del estado de grano pastoso. En los forrajeros, el corte temprano no favorece la calidad del silo, ya que la planta debe tener cierto tenor de materia seca y de hidratos de carbono que permitan una buena condición de ensilado.

Rendimiento Desde el punto de vista del rendimiento (kg MS/ ha), el primer aspecto por considerar es la gran variabilidad de materiales genéticos y técnicas de cultivo. En el cuadro 1 se observan los resultados de una evaluación de híbridos de sorgo destinados a la confección de silajes realizada durante 2012. En el gráfico 1 se presentan los rendimientos promedio de 10 años de distintos cultivos de sorgo para silaje y de maíz obtenidos en el INTA Manfredi.

Calidad La calidad del forraje conservado es otro aspecto determinante del resultado final. Los trabajos realizados en el INTA Manfredi demuestran que la calidad de los silajes de sorgo es definida, en primera instancia, por su contenido de grano. En consecuencia, la elección del material por ensilar es decisiva para lograr la respuesta animal deseada. Paralelamente, los silajes de sorgo poseen como factor común un bajo porcentaje de proteína bruta, que por lo general oscila entre 6 y 8%.


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Según se aprecia en el gráfico 2 y en el cuadro 2, si bien se observan relaciones generales entre el contenido de grano y la digestibilidad de los materiales, esta correlación disminuye cuando se considera la distribución de los materiales con su variabilidad individual, tal como se observa en el gráfico 3. En el gráfico 4 se presentan los promedios de calidad de distintos tipos de silajes obtenidos en el INTA Manfredi en un período de 10 años y su comparación con el silaje de maíz.

Respuesta animal Es importante destacar que la relación entre la magnitud de los cambios en la digestibilidad de la dieta y la respuesta animal revela que un 10% de incremento en la primera provoca al menos un 100% de diferencia en la segunda. Esto se da por cuatro efectos que se suman y potencian:

Generalmente, los silajes de sorgo contienen un porcentaje de proteína del 6 al 8%, que puede aumentarse con pellet de girasol o urea. la proporción del alimento aprovechado por el animal, la digestibilidad como determinante del consumo, la dilución del gasto fijo para mantenimiento y la energía neta retenida. Estos efectos se pueden determinar a través de los programas

de cálculo de aportes y requerimientos nutricionales de las distintas categorías animales frente a alimentos de distinta calidad. En este sentido, la falta de un balance energéticoproteico de las dietas es una de las causas más Cuadro 2. Calidad de silajes de distintos tipos de sorgos

MS (%)

PB (%)

FDN (%)

FDA (%)

DIG. (%)

Conc. E (Mcal/kg MS)

Granífero

35,7

8,9

47,1

27,0

69,0

2,5

Doble propósito

33,2

8,3

52,5

31,1

66,2

2,4

Silero

28,7

7,8

58,0

35,2

63,4

2,3

Forrajero

33,0

6,9

65,5

40,4

59,8

2,2

Grupo

Fuente: EEA Manfredi 2010.

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Cuadro 3. Efecto del balance proteico de la dieta basada en silajes sobre el aumento diario de peso vivo (ADPV), el consumo diario de alimento (kg MS/animal) y la eficiencia de conversión (kg de MS de silaje/kg de ADPV) de vacunos

ADPV (g/an/día)

Consumo (kg MS/día)

Conversión (kg MS/kg PV)

Testigo sin corrección proteica

206

5,7

21,8

Silaje + urea

716

6,6

8,2

Silaje + urea + pellet de girasol

955

7,5

7,2

Silaje + pellet de girasol

1059

7,6

6,7

Silaje + semilla de algodón + urea

723

5,3

6,5

Tratamiento

Cuadro 4. Consumo y aumento diario de peso vivo (ADPV) de novillos alimentados con silajes de cuatro tipos de sorgos (2010)

Tipo de sorgo

Consumo (kg MS/an/día)

Consumo (% PV)

ADPV en 104 días (g)

Granífero

8,06

3,11

0,85

Doble propósito

7,01

2,82

0,72

Silero

5,75

2,49

0,41

Forrajero

5,47

2,44

0,36

habituales de pérdida de eficiencia en la transformación del forraje en carne. Lo que se debe buscar en primera instancia es la optimización del funcionamiento ruminal y de los procesos fermentativos bacterianos, tanto de los componentes energéticos como de los proteicos. Los desbalances naturales en la composición de los distintos recursos forrajeros, ya sea por exceso o déficit de proteínas degradables en el rumen, da lugar a niveles de respuesta animal que constituyen el 50% de lo que el alimento generaría con dietas balanceadas. Dicho de otra manera, una adecuada corrección de las dietas puede duplicar la respuesta animal. Por todo lo expuesto, la formulación de dietas sobre la base de silajes de sorgo exige conocer su valor nutritivo. Como se expuso antes, esto es posible mediante el análisis de, al menos, las principales variables que lo definen y a partir de las cuales se podrá planificar su corrección. Para silajes con bajo contenido proteico existen numerosos productos correctores, los cuales tienen distintas características desde el punto de vista de su degradabilidad ruminal y de otros aportes, como proteína pasante. En el cuadro 3 se muestran algunos resultados. El otro aspecto que se puede corregir en la calidad de un silaje es su valor energético, definido básicamente por su contenido de grano. Los resultados obtenidos en el INTA Manfredi (que se presentan en el cuadro 4) muestran que la ganancia diaria de peso vivo (kg/an) de novillos alimentados con dietas a base de silajes de sorgos corregidos en su tenor proteico tiene relación directa con el tipo de sorgo utilizado, y por ende, con su calidad. Los silajes de sorgo deben dejar de considerarse como una reserva forrajera de uso ocasional para convertirse en un elemento estratégico en la planificación de sistemas de producción intensivos de alta producción. El impacto final de la utilización de los silajes sobre la rentabilidad de los sistemas ganaderos es resultado de la sumatoria de los efectos individuales que tienen el rendimiento de los cultivos, su calidad, la elección del momento de picado y el balance proteico de las dietas basadas en aquellos. f CREA Síntesis del trabajo “La utilización de silajes en sistemas ganaderos”, elaborado por Marcelo De León, técnico del INTA Manfredi.



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La producci贸n de leche a pasto

no tiene techo Avances y desaf铆os en la producci贸n forrajera permiten avizorar un futuro prometedor para la actividad


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Durante una jornada lechera realizada recientemente por los grupos CREA de la zona Semiárida en Guatraché, Hugo Quattrochi, consultor en producción lechera, se refirió el futuro de la actividad y destacó las razones por las cuales considera que tiene muchas posibilidades de crecer.

Entorno local Al comienzo de su exposición, el técnico analizó las particularidades de la lechería argentina. La primera de ellas tiene relación con la convicción de los productores de incrementar la producción de leche. “Este es un factor común, al menos entre los empresarios que fueron encuestados por AACREA, aunque no es algo que ocurra en todo el mundo” (gráfico 1). Luego, señaló que la competencia por el uso de la tierra es un factor importante a la hora de definir un sistema de producción en la Argentina. “En muchas regiones, el objetivo es producir más leche en una superficie cada vez más reducida; de esta manera, se busca diluir el costo de oportunidad de la tierra”, reveló el orador, quien mencionó que existen relevamientos que indican que el 50% de la actividad paga efectivamente ese costo, y lo hace todos los meses, porque se desarrolla en gran medida sobre campo alquilado. Otro factor que caracteriza el entorno local es la volatilidad de precios, que se acentúa a nivel mundial y es definitoria a la hora de definir el sistema de producción”, señaló el consultor. A continuación, analizó la conveniencia de alimentar a los animales con pasto o con grano en relación con el precio de la leche durante el período 1996-2007. Al respecto, indicó que mientras que en Nueva Zelanda siempre fue más conveniente ofrecer pasto, en EE. UU. resultaba más favorable administrar grano. A diferencia de estos dos países, en la Argentina, en 5 de cada 10 años fue preferible ofrecer grano. “El nuestro es el único país, entre 80, que cruzó la línea de flotación cinco veces en ese período”, resaltó el disertante. En este sentido, señaló que “más allá de las ventajas de cada sistema, lo más probable es que en nuestro país haya una convivencia de ambos, aunque cada productor deberá convertirse en un especialista en lo que hace”. “La idea de identificar un sistema de producción superior al resto no tiene ningún sentido. Cada uno tiene sus fortalezas y sus debilidades; ade-

más, está expuesto a distintos tipos de riesgo. Con la escala y el entorno adecuados, pueden funcionar distintos sistemas, siempre que estén en las manos correctas”, sostuvo. Por ejemplo, un modelo que esté muy atado al precio del maíz tiene que ser manejado con una espalda financiera muy ancha y un índice de liquidez absolutamente distinto del que no consume grano. En cambio, el sistema neozelandés debe contar con un stock de reservas o con un equipo de riego que le permita reducir el riesgo climático.

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Por otra parte, Quattrochi manifestó que “en De acuerdo con estas proyecciones, la producel caso de la Argentina, el contexto políticoción internacional de lácteos debería crecer a económico es un factor clave”. En este sentido, razón de 20 millones de toneladas al año, que señaló que una particularidad “importantísima” equivale a lo que produce Nueva Zelanda en un de nuestro entorno es que producimos leche sin año. “Un 60% de ese crecimiento sería provocapoder tomar créditos a largo plazo, lo que signifido por un mayor consumo de leche y lácteos per ca que para crecer en cantidad de vacas, infraescápita, y el 40% restante, por el crecimiento de la tructura, etcétera, los tambos deben reinvertir las población”, detalló. ganancias genuinas. Asimismo, el orador consideró que el número A su juicio, la ausencia de crédito es determinante de tambos se reducirá cada vez más, aunque su en las decisiones: “A todos los productores que tamaño tenderá a ser cada vez mayor. “El proceso conozco les gustaría tener una instalación de de concentración y de aumento de escala en los ordeño más grande o un tambos es un fenómeno La producción internacional de mundial. En este sentido, equipo de riego, pero la lácteos debería crecer a razón realidad es que, sin crédila Argentina es uno de los tos, somos hijos de nues- de 20 millones de toneladas por pocos países en los que tra macroeconomía. Esta año para abastecer el aumento el promedio de vacas por es una de las debilidades tambo es apenas supede la población mundial. con las que debemos lirior a 100”, comentó el diar. Si hubiera tales posiexperto. bilidades, nuestros tambos se parecerían a los de Otro factor que generará una mayor presión sobre Uruguay o Chile; serían tambos de base pastoril los sistemas de producción es el cambio climático. con mucha infraestructura”, conjeturó. “Cabe esperar una mayor frecuencia de eventos extremos; más períodos de sequía, los cuales Un mundo con mayores necesidades podrían interrumpirse con la caída de 200 milíEl orador describió que hoy se está produciendo metros de lluvia; tormentas de mayor intensidad leche en un planeta cuya población está en auy descensos en las precipitaciones totales o cammento y cada vez más concentrada en los centros bios en la distribución pluviométrica”, enumeró el urbanos. Hacia 2050 se prevé que el número de disertante, y agregó que, sin embargo, “más allá habitantes ascenderá a la cifra de 9100 millones. de las amenazas que representan, estos fenóme“Esto exigirá producir un 70% más de alimentos nos también van a generar oportunidades”. que en la actualidad, y esos alimentos se van a En tal sentido, señaló que “el calentamiento tener que generar en una superficie cultivable global no sólo provoca un aumento de la tempelimitada”, advirtió. ratura media, sino también una prolongación del



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período libre de heladas, con lo cual, si el agua está o si la podemos agregar, los potenciales de rendimiento pueden aumentar en algunas regiones”. “El cambio climático, algo que parece muy lejano, significa que tenemos que tomar muchas decisiones todos los días, tanto en lo que refiere al diseño de los sistemas productivos como a su gestión”, agregó y afirmó que “en este escenario mundial, los países del hemisferio sur cuentan con importantes ventajas comparativas en su nivel de costos”. También destacó un aspecto del negocio que ejerce cada vez más influencia tranqueras adentro: la opinión del consumidor. “Las usinas lácteas más importantes lo saben muy bien. Por ejemplo, en el norte de Europa, las industrias les pagan un plus a los productores para que saquen sus vacas a pastoreo, porque para el consumidor local eso está muy asociado con el bienestar animal y con la producción verde. Y este no es un aspecto que se pueda negociar”, sostuvo el asesor, para agregar: “Los sistemas pastoriles, más allá de que a veces sean más difíciles de manejar, son elegidos por muchos holdings y fondos de inversión para producir leche en gran escala. Precisamente, Sudamérica es uno de los lugares elegidos, junto con Oceanía y algunas áreas de EE. UU.”.

Encaje forrajero Más adelante, el consultor se refirió a otras cuestiones fundamentales dentro de los sistemas lecheros, como la producción de forraje. Indicó que su aprovechamiento en nuestros sistemas,

basados en el pastoreo, enfrenta un reto muy claro: si se quiere incrementar la carga sin aumentar la producción de forraje, se genera un cuello de botella a nivel productivo. Unido a esto, señaló que para afrontar la variabilidad climática con cargas mayores, es necesario realizar un encaje forrajero: una reserva que permita satisfacer una parte de los requerimientos nutricionales anuales del rodeo. Para explicar el concepto, describió la evolución de los sistemas de producción lecheros según dos encuestas realizadas por el Movimiento CREA: la primera, desarrollada en 2003/04, y la segunda, en 2010/11. Durante ese período, la productividad, medida en litros por vaca aumentó 35%; la carga lo hizo en un 23%; la producción por vaca, 10%, y el aprovechamiento del forraje, 12%. Al mismo tiempo, el uso de concentrados aumentó casi un 80% en kilos de materia seca por hectárea, mientras que los silajes de cultivos de verano también se incrementaron en un 80% (gráfico 3). “Estos empresarios, que lograron incrementar su productividad anual en un 35%, adaptaron la base forrajera incluyendo mayor participación de cultivos de verano para silo; de lo contrario, si hubieran aumentado la carga sin incrementar la producción de forraje, se habrían encontrado con un cuello de botella productivo que les habría exigido traer alimentos desde afuera del sistema”, explicó el disertante. Al mismo tiempo, reiteró que los productores viven un entorno en el que la variabilidad climática es cada vez mayor, lo que obliga a trabajar con el mencionado concepto de encaje forrajero, es decir, con la conservación de forraje para abastecer un porcentaje de los requerimientos anuales del rodeo para su utilización estratégica. “La sequía del ciclo 2008/09 nos dejó muchas enseñanzas. Fue a partir de ese momento que empezamos a buscar acotar el riesgo de la variabilidad climática con reservas forrajeras”, recordó.

Tres aspectos clave De cara al futuro de la actividad, Quattrochi presentó tres áreas de intervención vinculadas a la intensificación de la producción de forraje: el diseño de rotaciones forrajeras, las tecnologías de insumos y conocimientos, y la intensidad en el uso de los insumos. Para ilustrar el primer caso, relató una experiencia desarrollada en un campo de la cuenca de Mar y



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Sierras. “En nuestra antigua y querida rotación forrajera, todo era más sencillo: hacíamos praderas que duraban cuatro años y que secábamos el 15 de enero. Luego, sembrábamos una avena el 20 de febrero; después avena con raigrás. Posteriormente, destinábamos ese lote a maíz para silo y después raigrás con trébol rojo. Aplicábamos 150 kilos de urea a un quinto de la superficie de raigrás; lo cerrábamos y hacíamos silos los primeros días de noviembre”, describió. Sin embargo, veranos erráticos y otros problemas determinaron que fuera necesario modificar algunas cuestiones de manejo y ajustar las rotaciones (cuadro 1). “El primer ajuste consistió en aumentar la superficie de verdeos y de maíces para silo. Luego, se redujo la rotación de siete años a seis, se incrementó la proporción de alfalfa –con preva-

lencia de grupos largos– y se realizaron ensayos de especies de verano”, reveló. Finalmente, se llevó a cabo un cambio más profundo: las rotaciones se dividieron en ambientes. El orador mostró, por un lado, un sector con lomas y limitantes por la presencia de tosca, donde se ensaya una rotación sin pasturas: avena-soja o sorgo y después cebada para silo. Por otro lado, señaló que hay ambientes profundos donde la rotación incluye otros cultivos. “Con la ambientación buscamos reducir la incertidumbre. En ese momento, apareció el maíz RR, que permitió que el cultivo se convirtiera en cabecera de la rotación. Empezamos a hacer una parte de los maíces con barbechos largos para acumular agua, incluimos cebada para silo y también probamos con triticale y raigrás. Así, ana-

Cuadro 1. Rotaciones forrajeras en tambos de la cuenca Mar y Sierras

Rotación tradicional

Pastura

Pastura

Pastura

Pastura

Avena – RGA

Primer año

Segundo año

Tercer año

Cuarto año

Maíz para silaje

RGA-Trébol rojo

RGA-Trébol rojo

Pastura

Pastura

Pastura

Pastura

Avena – RGA

RGA

Primer año

Segundo año

Tercer año

Cuarto año

Maíz silaje

Sorgo/soja

Maíz para silaje

Cebada para silaje

Primeros ajustes cuando se redujeron las precipitaciones: • Mayor superficie de verdeos de verano y de maíz para silaje • Aumento en la proporción de alfalfas de grupos VII–IX • Ensayos con especies de verano

Rotaciones por ambientes Se procuró:

Ambientes con limitantes de profundidad o lomas

• Reducir la incertiCebada Avena – dumbre para RGA • Utilización de maíz silaje RR como cabecera Soja pp. de rotación • Planificación de un Ambientes profundos porcentaje de maíz con barbecho largo Pastura Pastura Pastura • Planificación de cebadas para silo con el Primer Segun- Maíz para objetivo de distribuir año do año silaje riesgos de clima

RGA

Sorgo/soja


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lizamos en qué ambiente funcionaba mejor cada uno de ellos, cuáles eran capaces de resistir un golpe de calor o una sequía. La idea era distribuir el riesgo climático, generar reservas y mejorar el encaje forrajero”, explicó. Con ese diseño de rotaciones forrajeras, aparecieron oportunidades para nuevas especies que no eran habituales en la zona, como la arveja forrajera, el tifton, el capín, las Brassicas y Trifolium michelianum”, enumeró el consultor.

Tecnologías de insumos “Hoy la semilla empieza a ser un vehículo para acceder a nuevas posibilidades agronómicas, como mayor persistencia, tolerancia a sequía, mayor digestibilidad y menor contenido de taninos. Actualmente tales caracteres constituyen un valor agregado que muchas semillas ofrecen”, aseguró Quattrochi. En cuanto a las tecnologías de conocimiento, sostuvo que el avance en áreas de ambientación y modelos de simulación agronómica permitirá comprender mucho más las interacciones entre el suelo y la planta. “A través de distintas variables, estos modelos permiten hacer análisis de riesgo con anticipación, además de manejar la heterogeneidad ambiental y hacer simulaciones a nivel de sistema”, indicó.

Otro avance está vinculado con la caracterización de especies y variedades según el valor que aportan al sistema de producción. En este sentido, el disertante contó que en Nueva Zelanda se creó un índice de valor forrajero. “Tomaron todas las variedades de raigrás que figuran en los ensayos oficiales y crearon un índice que calcula el valor agregado a partir de la estacionalidad, de la producción de materia seca, de la calidad nutricional y de la persistencia. El índice informa cuánto dinero por hectárea deja determinada variedad comparada con otra en tal momento del año, en un sistema determinado. Así, se estableció un ranking de cultivares que permite elegir cuánto va a rotar el dinero en el campo, en un momento del año. Ya no se habla solamente en kilos de materia seca por hectárea”, resaltó el orador. En cuanto a la intensidad en el uso de los insumos, sostuvo que el riego suplementario va a permitir dar un salto en la producción de forraje en aquellos lugares donde haya suficiente agua de calidad como para poder regar. Una de las razones fundamentales es la relación entre el precio de la hectárea agrícola y el valor del equipo de riego. “Entre 1996 y 2012, el valor de la hectárea se multiplicó por 6, mientras que la inversión en un equipo creció en menor medida”, distinguió. Sin embargo, para lograrlo, es clave la

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financiación. “Una vez que haya créditos, es muy poco probable que no se produzca un boom de riego”, aseguró. Además de ser una herramienta de intensificación, “el riego suplementario permite estabilizar el sistema y le pone un piso al rendimiento de materia seca por hectárea”, completó el asesor.

El arte del pastoreo Quattrochi aseguró que hoy se están desarrollando muchas tecnologías que van a favorecer un crecimiento de la actividad. Sin embargo, hay algo que es aún más importante y tiene que ver con el

Humor

diseño global del sistema. “Es necesario definir con claridad las prioridades y después hacer la sintonía fina. El 80% de las ganancias de la empresa es resultado de una correcta definición del sistema: el tipo y la época de parición, la carga animal, el tipo de vaca, la alineación del equipo de trabajo –entre otros factores– nos permitirán aprovechar bien al forraje”, explicó el orador. Otra cuestión fundamental, independientemente de los avances tecnológicos, es el manejo del pastoreo. “Con mi equipo de trabajo recorremos cada 15 días el 100% de las empresas en las que trabajamos, precisamente porque un manejo adecuado del pastoreo exige balancear la tasa de crecimiento y la tasa de consumo tratando de mantener el stock de pasto en el rango adecuado”, aseguró. Y hacia el final resaltó que las tecnologías de información van a desempeñar un rol clave en el aprovechamiento de forraje, aportando cada vez mayor precisión y objetividad para la toma de decisiones, tanto en lo que respecta al monitoreo del recurso forrajero durante el pastoreo como al manejo del proceso. Igualmente, si bien es importante la información que brindan estas tecnologías, es poco probable que reemplacen la capacidad de observación y el criterio bien aplicado. f CREA



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El factor humano Aspectos por considerar para desarrollar empresas rentables, sostenibles y atractivas para las personas Lejos quedó el tiempo en que las personas trabajaban durante décadas en un mismo establecimiento y en que los hijos continuaban la labor de sus padres. Quizás esto sea más evidente aún en el sector tambero, donde hay una alta rotación de empleados. Así lo demuestra un relevamiento realizado por la Comisión de Lechería del Movimiento CREA en el marco del proyecto Factor Humano. Durante la última jornada de actualización técnica organizada por la región Semiárida en Guatraché (La Pampa), Santiago Monlezun, asesor de los CREA Trenque Lauquen-La María y Navarro, presentó algunos indicadores que reflejan el principal problema que enfrenta hoy la actividad.


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Del problema al desafío

Monlezun consideró fundamental que desde el “La mayor limitante es la mano de obra”; “se Movimiento CREA se comience a trabajar en esta perdió la cultura del trabajo”; “no se consigue problemática para lograr mejores resultados, ya personal capacitado”; “hay mucha rotación” o que estos se generan a través de las personas “hay capacitación, pero los resultados no meque trabajan en la empresa. joran”. Estas son sólo algunas de las frases que El disertante citó un informe de la fundación suelen escucharse en boca de los empresarios Valores para Crecer, que trabaja con las empresas lecheros de distintas zonas productivas. CREA para inculcar los valores del trabajo y para “Pensar algo como un desafío es muy distinto a facilitar y liderar la comunicación de las personas pensarlo como un proble(figura 1). ma. El problema encieEl orador planteó que paEn las empresas tamberas rra una tensión entre lo conviven distintas generaciones ra lograr resultados, los que deseo y lo que tengo; trabajadores tienen que con diferentes expectativas y entre lo que es y lo que poder, tienen que saber y formas de vida que hay que considero que debería tienen que querer. “Para armonizar. ser. Hay productores que poder, se necesitan recuando se enfrentan a sicursos y un estilo de contuaciones adversas se insducción adecuado. En estalan en la queja. Sus preto tiene que estar muy tensiones de cambio no van acompañadas de presente el empresario”, aseguró. Luego señaló acciones y hechos concretos. Afortunadamente, que para querer, el personal debe ser motivado; en los grupos en los que me ha tocado trabajar, hay que buscar el compromiso y desarrollar se logró salir de esa situación y se han generado un sentido de pertenencia. “Hay que buscar cambios”, indicó el técnico. la manera de que ellos deseen lo mismo que Para Monlezun, tomar un desafío implica ocuparnosotros, motivarlos desde afuera para que se se del problema, entenderlo y tratar de generar un automotiven. Es todo un desafío y no es nada cambio. Sin embargo, este cambio no se produce fácil”, afirmó. a partir de una receta mágica. “Cada tambo debe trabajar a su manera, en función de la realidad Diferencias generacionales de la zona a la que pertenece y de la gente con De la encuesta realizada surgió que de los trabala que cuenta. No hay recetas, cada cual debe jadores encuestados, el 47% tiene menos de 30 encontrarle la vuelta a su tambo”, sostuvo. años, al contrario de lo que ocurre con los empresarios: el 50% tiene más de 40 años. “Este no

Encuestas En 2013, diversas zonas del Movimiento CREA definieron que de cara a 2025, los recursos humanos constituían el principal desafío de los tambos. Para atacar el problema, desde la Comisión de Lechería se desarrolló un relevamiento tipo “encuesta de clima laboral” a empleados y empresarios pertenecientes a 11 regiones CREA. Las encuestas fueron completadas por 1184 empleados y 138 empresarios. Las preguntas abarcaban aspectos tales como edad, estudios cursados, rol que desempeñan en la empresa, antigüedad en la actividad, nivel de capacitación, áreas de rechazo y preferencia, comunicación interna, remuneración percibida, horario de trabajo, francos y descansos, planes de retiro, infraestructura, vivienda, facilidades, servicios y educación familiar, entre otros.

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Los propietarios de tambos deben desarrollar acciones para tornar atractiva la empresa para los trabajadores, considerando sus necesidades básicas y las que suman confort. es un dato menor. Dadas las diferencias que hay en el nivel generacional, no sólo hay divergencias entre los equipos de trabajo, sino también entre los equipos y los empresarios. En esto se centran los temas en los que hoy se trabaja, vinculados a la comunicación, a las expectativas, a lo que quiere uno y a lo que espera el otro”, indicó. En este sentido, Monlezun afirmó que “los tiempos cambian y las generaciones también”. Encontramos la generación de los baby boomers (48 a 66 años), la X (33 a 47) y la Y (18 a 32). También empieza a aparecer la generación Alfa, que aún no ha ingresado al mercado laboral”. Y señaló: “Hoy en día, en los tambos conviven casi todas las generaciones, y cada una de ellas vive el trabajo y enfrenta las distintas situaciones de determinada manera”, describió. En este punto, el orador comparó dos grupos bien diferenciados: “La generación de los baby boomers y la X buscan estabilidad laboral, tareas establecidas y hacer carrera dentro de la empresa. El trabajo es un eje principal en su vida. Persiguen el progreso, valoran las relaciones cara a cara, muestran respeto por la autoridad y hacen poco uso de las tecnologías. Las generaciones más nuevas –la Y y la Z– procuran sobre todo su bienestar, valoran el tiempo personal y el trabajo en equipo; demandan acceso a las tecnologías y necesitan estar conectados las 24 horas del día. Por estas razones, hay alta rotación en el trabajo y horizontalidad de mando”, contrastó. “Todo esto provoca un entramado muy complejo a la hora de gestionar los equipos de trabajo. Y es

necesario tener en cuenta que esto no sólo ocurre en los tambos; lo mismo sucede a nivel mundial y se aplica a todos los ámbitos”, aclaró Monlezun. “Si alguien pretende tener empleados que permanezcan 10 o 20 años en la empresa, va a chocar continuamente con esta realidad. Entonces, en la línea del desafío –y no en la del problema– debemos pensar cómo adaptar nuestras empresas al nuevo contexto”, recomendó el orador. Una buena herramienta para contrarrestar esta situación es la utilización de protocolos: “Teniendo en cuenta la rotación del personal, una estandarización de los procesos permitirá que los resultados se sigan generando”, señaló.

Fidelización Asimismo, destacó el concepto de marcaempresa, que está en línea con la nueva realidad y guarda estrecha relación con la fidelización. En este punto, distinguió entre fidelizar y retener. “Mientras que este último concepto implicaría forzar a un empleado a quedarse cuando no desea hacerlo, en oposición, fidelizar habla de lo que hacemos para que alguien quiera permanecer en la empresa. Eso exige trabajar en la capacitación, en las condiciones de vida de los empleados, etcétera”, aseguró el disertante. En este sentido, la pregunta que debe hacerse cada empresario es: ¿qué estoy haciendo para que la gente quiera trabajar en mi empresa? Ante esto, sugirió interiorizarse acerca de la situación de los empleados: quiénes tienen chicos en edad escolar, cómo hacen para ir al colegio, ver si



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Proyecto Factor Humano El proyecto interinstitucional Factor Humano es una iniciativa de la que forman parte el Movimiento CREA, el INTA, la Asociación Pro Calidad de la Leche y sus Derivados, la UBA, la Universidad Austral, la Universidad de Lomas de Zamora, la Fundación Valores para Crecer, la Cámara de Productores de la Cuenca Oeste y la Universidad del Litoral. “Es un proyecto que se creó con el objetivo de que cada tambo sea una empresa sostenible y atractiva para las personas que forman parte de ella y sus familias. Las áreas que se busca potenciar son desarrollo organizacional, sistema productivo, familia y vivienda, infraestructura organizacional, inserción en la comunidad y marco legal. “Ellos les dicen a los productores que si no se sienten parte del problema, no pueden ser parte de la solución; por eso hablan de factor humano y no de recursos humanos”, indicó Monlezun. Así, empezaron a transformar las dificultades en preguntas: ¿cuál es el verdadero problema del personal de los tambos?, ¿qué les gusta y qué no de la actividad?, ¿quiénes ordeñarán en el futuro y qué pretenden?, ¿es posible crecer en la actividad sin abordar esta problemática?, ¿qué tecnologías son más amigables y atractivas para la gente?, ¿cuál es el desafío de las empresas que quieren atraer personal para que trabaje en su establecimiento? “Guiados por el lema ‘En la realidad de tu tambo hay mucho por hacer’, le dedicaron horas de trabajo a esta problemática, tanto en el ámbito regional como en el de las empresas particulares. Y cada cual, a su manera, le fue encontrando la vuelta”, relató Monlezun. Entre las acciones que llevaron a cabo en la región Santa Fe Centro, se encuentran la simplificación del manejo (cantidad de rodeos) y del sistema de alimentación (mixers, autoconsumo); la estacionalidad de los partos; la definición de horarios de la jornada laboral; la regularización de francos y vacaciones; el armado de reuniones para alinear objetivos, con participación de empresarios, técnicos y empleados; y la contratación de especialistas en el tema para la resolución de problemas. Pero los cambios también están llegando a otras zonas que desarrollan sistemas productivos diferentes. Germán Weiss, miembro del CREA América Lechero y expresidente de AACREA, viene ocupándose de estos temas. Dentro de su establecimiento trabajan unas 45 personas, de las cuales 22 desempeñan su labor en el tambo. Allí, los problemas en relación con el personal se hicieron evidentes con el aumento de vacas en ordeño. Esto lo llevó a poner en práctica diversas reuniones con el equipo de trabajo, con la consigna de identificar qué necesitaban para trabajar mejor. De esta forma, se les puede ofrecer las condiciones que necesitan para trabajar con comodidad y se cumple con uno de los objetivos planteados, que es el de generar una empresa atractiva para todos. .


cuentan con un establecimiento educativo cerca o qué se puede hacer para que sigan estudiando. Otro tema importante es la vivienda. “Cuando se les preguntó a los empresarios si la vivienda de los peones cubría las necesidades básicas, el 49% dijo que sólo lo hacía parcialmente. Es decir, hay una brecha que se puede mejorar”, puntualizó. “Hay ciertas cuestiones básicas que se deben cumplir sí o sí, y hay otras que suman confort. Pero para que la gente se quiera quedar, primero tiene que estar cubierto lo básico”, advirtió.

Adaptaciones Por otro lado, señaló la necesidad de “tener organizadas las tareas y armar equipos de trabajo adecuados en función de lo que hay que hacer en el día a día”. “No existe la cultura del trabajo. Esta frase resume varios aspectos que generan tensión, ya que entre algunos empresarios está la idea de que la cultura del trabajo implica trabajar de sol a sol, que los empleados no se vayan al pueblo los fines de semana, que no tengan vida propia. Hoy eso cambió y va a cambiar cada vez más. Entonces, si seguimos pretendiendo lo mismo, vamos a chocar contra una pared”, aseveró Monlezun. Comentó que “algunos tambos están adecuando sus horarios de trabajo para que el personal disponga de más tiempo libre. En esa línea, sostuvo que dentro de los grupos CREA que están buscando mejoras, hay algunos empresarios que están sumándose a la tarea de los ordeñadores para que estos puedan descansar. También programan las vacaciones e incluso ofrecen una semana en algún lugar turístico. Al finalizar, Monlezun dejó algunas preguntas que ayudan a repensar el tema: “¿Están especificadas las responsabilidades por puesto?, ¿se han definido (y transmitido) los objetivos y los parámetros de calidad para las distintas tareas?; ¿cuánto tiempo dedican a explicar las tareas a un empleado nuevo?; las personas, ¿disponen de los elementos necesarios y de las condiciones óptimas para realizar sus tareas?; quienes trabajan en la empresa, ¿saben qué es lo que se espera de ellos?; ¿tienen un espacio para darles feed back a las personas a cargo?; ¿existe un plan de crecimiento para las personas que trabajan en la empresa?; ¿se considera el balance entre trabajo, familia y ocio? f CREA


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La metodología CREA se extiende entre los municipios Una iniciativa que se consolida

La tesis de posgrado de Delfina Irazusta consistió en el proyecto de una red de intercambio de experiencias municipales gestionada por medio de la metodología CREA. La iniciativa pronto se volvió realidad. En agosto de 2012 comenzó a funcionar el primer grupo de intendentes coordinado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) y la Red de Acción Política (RAP). Estaba integrado por los intendentes de las ciudades de Rosario, Santa Fe, Rafaela, San Francisco, San Miguel de Tucumán, 25 de Mayo, Zárate y Ushuaia.

Con el tiempo fueron apareciendo más grupos. Y más interesados. Se hizo evidente que, para crecer, era necesario montar una estructura sostenible en el tiempo. “Por eso creamos la Red de Innovación Local (RIL), que actualmente tiene más de 40 municipios asociados, los cuales en el presente año comenzarán a integrarse en diferentes grupos RIL”, comenta Irazusta. “La diferencia respecto de la experiencia inicial es que todos los grupos estarán conformados por municipios de una misma región”, añade. Pero ¿quién va a coordinar tantos grupos? Se necesitaba un taller similar a los que hacen los


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asesores CREA pero orientado a especialistas en diferentes aspectos de la gestión municipal. “En la primera semana de marzo próximo, vamos a realizar el primer curso de facilitadores RIL en la localidad bonaerense de Pilar, que será dictado por técnicos CREA con el propósito de que los grupos de intendentes o funcionarios municipales puedan ser coordinados por profesionales capacitados en el uso de esta metodología”, explica Irazusta, quien se desempeña como directora ejecutiva de RIL. Actualmente, están funcionando dos grupos municipales integrados por secretarios de producción del sudoeste bonaerense y de la zona núcleo agrícola (Pergamino/Venado Tuerto). En lo sucesivo, y en función de las necesidades presentes en cada región, podrían surgir grupos de secretarios de obras públicas, de hacienda, de desarrollo social o de seguridad (para lo cual será necesario contar con facilitadores especializados en cada una de tales materias).

Metodología La metodología de trabajo de los grupos municipales está basada en la dinámica CREA: una reunión mensual en alguna de las comunas que integran la red para compartir una determinada problemática común. El procedimiento consiste en concretar tantos encuentros al año como ciudades representadas en el grupo. En cada encuentro, el representante del municipio anfitrión presenta un problema particular. El desafío compartido por el intendente o funcionario es analizado por sus pares, quienes ofrecen sus opiniones y recomendaciones en un intercambio coordinado por un facilitador. En cada encuentro –que se extiende durante un día completo– se suceden ciertas actividades estandarizadas: los participantes comparten las últimas novedades relevantes de su localidad; luego, los funcionarios que ya oficiaron de anfitriones indican cuál es el estado de los problemas planteados y qué impacto están teniendo las propuestas recibidas. Posteriormente, el municipio anfitrión presenta el caso por tratar antes de dar comienzo al trabajo grupal, que puede incluir una recorrida por aquellos lugares o ámbitos del municipio que resulten relevantes para resolver el problema planteado. Una vez concluida la actividad, se organiza una conferencia de prensa con medios locales en las

que participa el intendente o funcionarios locales junto con los demás integrantes del grupo. Por último, el anfitrión se retira para que los visitantes analicen la situación planteada. Una vez finalizado el debate, el anfitrión vuelve a ingresar para escuchar la devolución de sus pares. La jornada termina con una capacitación sobre un tema técnico específico de la gestión pública, que puede estar a cargo del facilitador, o bien de un especialista invitado. Unos días después del encuentro, el facilitador entrega un documento con las conclusiones a todos los participantes. “Tal como sucede en AACREA, la Red de Innovación Local, además de integrar a los diferentes grupos y regiones, ofrece a los municipios –a partir del pago de una cuota mensual– herramientas de gestión, asesoramiento y talleres de innovación”, comenta Irazusta (más información en redinnovacionlocal.org). f CREA

En agosto de 2012 comenzó a funcionar el primer grupo de intendentes, integrado por representantes de las ciudades de Rosario, Santa Fe, Rafaela, San Francisco, San Miguel de Tucumán, 25 de Mayo, Zárate y Ushuaia.

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Datos del 1 al 5 de enero. Precios de referencia de insumos agropecuarios sin IVAy sin fletes, excepto combustibles.


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Apuntes Baja calidad En la última campaña, el porcentaje de proteína promedio del trigo se ubicó en 8,8% en el sur de Santa Fe y en 9,1% en el sudeste de Córdoba y norte de Buenos Aires. “Históricamente, no se habían registrado valores tan bajos en toda la región (norte de la zona pampeana)”, indicó el informe de calidad de trigo 2015/16 del Laboratorio de Calidad Industrial de Cereales y Oleaginosas del INTA Marcos Juárez. “El bajo uso de tecnología determinó que hubiera diferencias entre lotes, con amplitud entre rindes mínimos y máximos en una misma zona. Esto afectó también el contenido de proteína y gluten, con altos porcentajes de granos con panza blanca (índice de baja proteína) debido a la escasa fertilización aplicada, la lixiviación o lavado del nitrógeno por exceso de lluvias y días nublados y frescos en llenado de grano”, añadió. Las frecuentes lluvias registradas en el tramo final del cultivo produjeron “lavado del grano” y determinaron que el peso hectolítrico bajara entre 2 y 8 puntos (el promedio fue de 77,60 kg/hl en el sur de Santa Fe y de 77,70 kg/hl en el sudeste de Córdoba). Los niveles de gluten fueron tan bajos que un alto porcentaje de muestras no aglutinaron debido a la escasa cantidad de proteína formadora de gluten presente en los granos. En el sur de Santa Fe, el promedio fue de 18,1%; en el sudeste de Córdoba, de 19,1%, y en el norte de Buenos Aires, de 21,4%. El relevamiento realizado por el equipo de la investigadora del INTA Martha Cuniberti fue efectuado en acopios y cooperativas de la región central del país sobre una muestra de unas 270.000 toneladas.

N.° 424 Febrero 2016 Propietario: AACREA Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola Director: Gerardo Lucio Sibaja Editor: Carlos Marín Moreno cmarin@crea.org.ar Subeditor: Mariela Suárez revista@crea.org.ar Secretario de redacción: Ezequiel Tambornini redaccion@crea.org.ar Diseño: Rene Durand Prensa: Maximiliano Denaro Fotografías: Pablo Oliveri, Martín Gómez Alzaga Corrección: Alejandra Valente Editorial responsable: AACREA Registro de la Propiedad Intelectual: 5216982 ISSN: 2362-4892 DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN Sarmiento 1236, 4.° piso, Capital Federal (1041) Teléfonos: (011) 4382-2076/79 Fax: (011) 4382-2911 http://www.crea.org.ar SUSCRIPCIONES Romina Vignati Teléfono: (011) 4382-3517/2076/79 Fax: (011) 4382-2911 suscripciones@crea.org.ar Valor de la suscripción anual: En el país: $ 385 En Europa: U$S 250 En países limítrofes: U$S 115 Resto de América: U$S 240 África, Oceanía y Asia: U$S 260 PUBLICIDAD Ignacio Amaya (011) 4382-2076/79. Int. 181 iamaya@crea.org.ar Sarmiento 1236, 4.° piso, Capital Federal (1041) IMPRESIÓN IPESA Magallanes 1315 (1288) Capital Federal DISTRIBUIDORES EN CAPITAL FEDERAL Jaqueline DISTRIBUIDORES EN EL INTERIOR Interplaza S. A. Luis Sáenz Peña 1836 Teléfono: (011) 4304-9377/4305-0114 Está permitida la reproducción total o parcial del contenido de la revista en los medios gráficos, destacando en forma clara la fuente. Para su reproducción por medios electrónicos, se requiere la autorización explícita por parte de AACREA. La revista no se responsabiliza por las opiniones vertidas por los entrevistados en las notas periodísticas ni en colaboraciones firmadas. Tampoco es responsable de la devolución de originales de artículos no solicitados.




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