Segundo Encuentro ¿Por qué el psicoanálisis?

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Reunión 2 de Diciembre de 2010 Espacio Oeste ¿Por qué el psicoanálisis? Expone: María Harguindey Andrea había hablado en la reunión anterior, había presentado a Freud como neurólogo, Freud era un prestigioso neurólogo, estaba destinado a una prestigiosa carrera en las ciencias duras. Hablamos de cosas que ahora vamos a retomar. Voy a agregar también, que Freud era un gran lector, un lector apasionado de Shakespeare, de Goethe, y la cuestión literaria va a tener mucho peso en su obra, además de su pasión por la ciencia. Habíamos repasado un poco los métodos por los que pasó Freud, quien había ido a Paris a trabajar como investigador en la Salpetriere con una beca de la universidad de Viena, puntualmente quería investigar las atrofias y degeneraciones secundarias sobrevenidas tras afecciones encefálicas infantiles y como no había un laboratorio adecuado, terminó yendo a las clases de Charcot, aunque su objetivo había sido otro. Charcot en ese momento practicaba la hipnosis, que había rescatado para el campo de la ciencia, y sostenía que la neurología, para cierto tipo de patologías tenía que pasar a transformarse en una psicología, dado que la relación entre cuerpo y psiquis hasta ese momento en la medicina veía el cuerpo como dominante, y Charcot quería buscar lo recíproco, los elementos psíquicos que dominan el cuerpo. Freud quedó muy impactado con esto. También comentó Andrea la colaboración de Freud con Breuer respecto al método catártico. La catársis en griego quiere decir purificación, alivio del alma, y tiene que ver con la descarga por la narración. Es el famoso catarseate, es un alivio. Es lo que trabaja Freud a partir de su encuentro con Breuer y específicamente de la paciente Anna O., de Breuer, quien, dicho sea de paso, fue la que inventó un término para nombrar el método que la aliviaba: “limpieza de la chimenea”; la cura por la palabra, el alivio que se produce por la conversación. Este es un dato que Freud supo escuchar, lo que ahí supo escuchar Freud y no Breuer, fue respecto de la ruptura de este tratamiento por parte de Breuer, los fenómenos transferenciales, la afectividad que Anna O. desplazó en Breuer, él creyó que era él realmente el causante y esto le trajo problemas matrimoniales por ejemplo. Con el método de la sugestión, lo que quedó probado, fue que los recuerdos que aparentemente habían sido olvidados, no estaban olvidados sino que estaban… Pregunta: ¿en el inconciente? Respuesta: en el inconciente podríamos decir, bajo una fuerza que había que vencer para que salieran. Estamos hablando de 1890, el vocabulario de Freud era el de la física. Entonces las cargas, las contracargas, las fuerzas, entonces llama resistencia a esta fuerza que impide que la catarsis se produzca, que las cosas salgan. Pregunta: ¿eso que estaba reprimido? Respuesta: Exacto, esto es la otra fuerza. Freud dice, otra fuerza tuvo que haber actuado, antes de que la fuerza de la resistencia impida que esto salga, para que esto quede tapado, y a eso llama represión. Cuando Freud empieza a hablar de la operación de resistencia y de represión, se puede decir que funda el inconciente. La palabra inconciente ya existía, aludía a lo no-conciente. Lacan (psicoanalista francés que desarrolló una lectura muy importante de Freud) va a decir después que el inconciente es una palabra horrible para hablar del tema en cuestión, pero es la que usó Freud y ya está, es la que quedó. Pero se asocia mucho a lo no conciente, y no es el sentido con el que nosotros hablamos del inconciente en el psicoanálisis, no es por oposición a la conciencia, sino justamente en relación a lo reprimido, hay un deseo reprimido. Ya no se trata solamente de vencer las resistencias para hacer catársis sino de levantar las represiones, esto es el pasaje del método de la catarsis a la asociación libre.


Se va a tratar de este inconciente se manifieste de otro modo. No como oposición a conciente, donde pareciera que lo inconciente sería algo profundo, lejano, invisible, que hay que buscar e investigar en las profundidades del alma… Andrea les contaba la vez pasada cuáles son las formaciones del inconciente, el lapsus, el chiste, el acto fallido, el olvido, los síntomas… que tienen que ver con el habla. Uno habla y se equivoca, o sueña. No está en ninguna profundidad, está muy en la superficie lo reprimido. En este sentido hablar del inconciente como lo reprimido no es lo mismo que hablar de algo oculto de lo que no se sabe nada hasta que se revela con algún método revelador. En las histéricas Freud pudo distinguir el organismo del cuerpo. Organismo, soma, físico, no sabemos bien cómo decirlo para diferenciarlo del cuerpo tal cual lo conocemos, que es un cuerpo ya constituido como cuerpo, es decir capturado por una imagen, atravesado por la palabra. El pasaje es el del cuerpo biológico al cuerpo erógeno. Vamos a abordar entonces la cuestión de las pulsiones, y de las pulsiones parciales. El cuerpo del animal está regido por los instintos, sabe lo que tiene que hacer para sobrevivir, sabe lo que tiene que hacer parar reproducirse, mientras que el humano no sabe ninguna de las dos cosas. Ni cómo hacer para sobrevivir ni cómo hacer para reproducirse. Ese saber está perdido. El lugar del saber instintivo, de cierto empuje, fuerza vital, parecida al instinto pero que no porta ningún tipo de conocimiento, se la llama pulsión. Es un concepto límite entre lo psíquico y lo somático, se dice. En lo somático en el sentido de organismo, en el mundo animal, en el mundo natural, no hay nada que traiga algo de “pulsión”. Es un invento con el que nombrar algo que falsifica aquel instinto que está perdido para nosotros pero sobre el que tiene algún tipo de parecido porque es algo que viene de la vida. Hay algunas fuerzas en el viviente que apuntan a la conservación, y otras que apuntan a la inercia, a lo inanimado. Freud las llamó pulsiones de vida y pulsiones de muerte. Dentro de las pulsiones de vida habla de pulsiones de conservación y de pulsiones sexuales o libido. Andrea A: Hay que tener en cuenta que Freud está construyendo una teoría y que esa teoría la viene sosteniendo con sus pacientes. En el 20 va a hacer un cambio en las tópicas. Freud se dice, se desdice, en la medida en que la clínica le muestra otra cosa, no tiene problemas en avanzar hacia otra cosa. Siempre igual la base es sobre lo orgánico, sobre la necesidad, sobre lo biológico, intentando despegarse de eso y mostrar otra cosa. Por eso esto de animado, inanimado. Y la diferencia por ahí, yo la comenté la vez pasada, cuando hablábamos de pulsión, yo dije que el término en alemán es trieb. Una de las acepciones para traducir del alemán, es instinto. De hecho la primera traducción de las obras de Freud que llegaron a Argentina, la de Lopez Ballesteros, dice instinto, luego la edición de los tomos verdes, la de Amorrortu, se corrige. Para intentar separar esto, un instinto obedece a un objeto, se satisface en un objeto, es unívoco: tengo hambre, el objeto es la comida. La pulsión, lo que va a decir Freud, es que el objeto es contingente. Habíamos dado el ejemplo la vez pasada del anoréxico. Uno diría que por instinto, por lo que es animado-inanimado, tendría que dirigirse a la comida, y sabemos que no es así. Pregunta: Según el idioma alemán, trieb es instinto. Andrea A: la palabra que usa Freud es trieb. Como todas las palabras, tiene múltiples acepciones, una es instinto, pulso también, pulsación, empuje. Es muy importante cuando uno lee Freud los pies de páginas. El va corrigiendo, y por ejemplo hay un texto que publicó en una revista en 1910, después en el 12, entonces él va agregando notas de edición y pone acá estamos hablando de instinto, acá de pulsión, si bien la palabra es trieb, pero él va haciendo esa diferencia. Pero trieb, cuando marca lo que tiene que ver con la necesidad, con lo orgánico, es instinto. Intervención: yo lo estudié como energía vital, tenía esa definición. Andrea A.: Hay cosas que están en Freud, cuando uno habla de psicoanálisis, ella nombró a Lacan, que es un psicoanalista francés, pero hay otras lecturas del psicoanálisis, las dos vertientes más conocidas son la escuela inglesa y la escuela francesa. Hay cosas que sí están en Freud pero Freud en eso, en 1920 hace un


cambio, en un artículo muy conocido de él que es “Más allá del principio del placer”. El dice que el aparato, es cierto lo que vos decís, es energía vital, a lo que tiende la persona es a una homeostasis, a encontrar el equilibrio Lis: Son los principios de la física de la época. Andrea A: homeostasis, estado de nirvana, grado cero de tensión, mantener las energías lo más bajo posible, entonces en ese punto se corresponde con energía vital, pensando que vital es vida… Intervención: Claro pero pulsión de muerte… (inaudible) Andrea A: Por eso es más allá del principio del placer, destrona al principio del placer. Y les había comentado, que desde que Freud introduce el tema de la pulsión de muerte, dice que nunca las pulsiones se presentan puras, que siempre están entrelazadas. Pregunta: Con eso de la pulsión de vida tiene que ver el goce? Andrea A: Eso es de Lacan, Lacan lo ubica de esa manera. Lacan también es médico, es psiquiatra, y también clasifica diferentes tipos de goce: goce del cuerpo, goce del sentido... Pero digamos que es la satisfacción de una de las metas pulsionales, podemos hablar de un goce también que tiene que ver con el goce de la palabra, estar hablando, y con un exceso de goce, lo que va a llamar goce mortífero. Ella va a hablar también de zonas erógenas, todos estamos marcados por estas zonas erógenas que tienen que ver con los orificios del cuerpo y uno podría decir que la pulsión se satisface, siempre, pero una cosa es estar acá hablando, y otra es estar en la esquina con tres botellas de cerveza, el goce… (inaudible). Por esto de lo erógeno es que hablamos de Eros, también tendríamos que hablar de libido. La libido, que tiene un uso vulgar que tiene que ver con el personaje libidinoso, así como la catarsis tiene un uso vulgar, corriente, y también el narcisismo lo tiene, es el personaje narcisista. Quería volver a decir por ahora que no se trata del mismo cuerpo cuando hablamos del cuerpo del animal, el soma, el organismo, el viviente… que cuando se trata del cuerpo humano que es un cuerpo construido con la incorporación del lenguaje. Y aquí creo que hay una articulación interesante para pensar lo reprimido, como lo estaba planteando hace un rato, eso inconsciente, que también retorna en el cuerpo, como síntomas histéricos conversivos por ejemplo, lo que indica nada menos y nada más que el inconciente no está separado del cuerpo, porque si puede retornar en el cuerpo es porque no hay tal separación, volvemos a plantearnos el uso de las clasificaciones, a las divisiones, que después, cada vez que hablamos tenemos que revisar, pues esas divisiones en general están mal, dividimos mal… decimos hay pulsión de vida, pulsión de muerte, y resulta que es una porque están entrelazadas, pero a veces hay más de una o más de otra, esto confunde, y también sucede con el narcisismo. Un conflicto psíquico que aparece como síntoma somático, esto es un síntoma de la histeria, da cuenta de la continuidad. En 1893, sin computadoras, sin biromes, Freud escribió, haciendo un trabajo enorme, el “Estudio comparativo de las parálisis motrices e histéricas”, y esta es una de las frases más citadas de la literatura psicoanalítica: ”la histérica se comporta con sus parálisis y demás manifestaciones como si la anatomía no existiese, como si no tuviera ningún conocimiento de ella. La histeria ignora la distribución de los nervios y de ese modo no simula las parálisis periférico espinales o de proyección, no conoce el quiasma de los nervios ópticos, y por lo tanto no produce…” Todas las fallas por donde los médicos pensaban, acá hay simulación. No puede simular porque no conoce. Andrea A.: Simulada se entendía como conciente Sigue la cita “la histérica toma los órganos en el sentido vulgar, popular, del nombre que llevan, la pierna es la pierna hasta la inserción de la cadera…”. La histeria se


paraliza en los nombres, recorta los miembros como se dibujan bajo los vestidos, dice Freud. En 1890, en un texto que se llama “Tratamiento psíquico, tratamiento del alma”, Freud dice que la palabra psiqué se traduce del griego al alemán como alma. Entonces tratamiento psíquico y tratamiento del alma serían análogos, Freud dice que para él el tratamiento psíquico es desde el alma, ¿por qué? porque se sirve de un recurso fundamental del alma, que es la palabra. Es decir, que en 1890 Freud tenía situado que su trabajo tenía que ver con la palabra, por eso destaqué antes, su fervorosa pasión por la literatura. Intervención… Cuando hablaste de estructura, de pulsión de vida y de muerte, como fuerzas que viven juntas… esto les da pie a los guestálticos para hablar de una estructura que se va estructurando y a hablar de un psicoanálisis de la (inaudible). Por esto de la estructura… Andrea A: Usan ellos el término pulsión? No, yo sé que hablan de estructura y de dinámica de una estructura, una estructura que se va estructurando y cómo las fuerzas forman una estructura, también con un sentido físico, como si fuera el átomo… (Discusión inaudible) Sigo con Freud, que dice que la vertiente que toma la medicina es la del cuerpo que domina el alma, y la vertiente simétrica, la del alma que domina al cuerpo, ha sido dejada en manos de las ideas mágicas y la superchería y que él se propone recuperar para la ciencia ese campo. En este punto podemos comentar algo que se lo llama clínica de la mirada y clínica de la escucha. Hay un texto de Miller, que es un psicoanalista frances, yerno y heredero de Lacan, que habla de la función social de la escucha. En él se dirige a un otorrinolaringólogo y le dice: Usted encuentra un tapón de cera, lo ve y lo extirpa. Esto lo puede hacer porque lo ve. Los psicoanalistas no ven, escuchan. Esto es un debate que viene desde Charcot, quien aunque buscaba las causas orgánicas, visibles, ya se había dado cuenta de que algo de las terapias desde el alma, producían cambios directos en el cuerpo, claro que ellos quería saber cómo y por qué, no solamente saber que se podía perturbar, a la manera de lo que hacían los shamanes, los hechiceros… recuperar eso para la ciencia pasa por investigar cómo y por qué. Pero esa realidad se podía volver a abordar. En Introducción al narcisismo, texto de Freud de 1914, voy a comentarles un par de cosas que a mí se me resaltan de la lectura, ustedes pueden consultarlo, se pude leer on-line en Internet está en muchos sitios. Freud empieza diciendo que el narcisismo proviene de una descripción psíquica que se refiere al estudio de las perversiones, donde alguien trata a una parte de su propio cuerpo como si fuera un objeto sexual. Este texto para mí la característica que tiene es que trata de abordar, se ocupa de tomar desde las patologías, desde la perversión, las observaciones de niños, de pueblos primitivos, Freud usa esa secuencia en muchos textos, para ir luego hacia lo normal, lo que es norma, lo que es estructura, lo normativo, lo que nos produce como sujetos en el habla. En este caso arranca con el tema de las perversiones, y dice que un poco, de esta colocación de la libido. Este texto es sobre la libido. Esta satisfacción sexual, un poco está en lo que nos pasa a todos y que es un elemento constituyente del cuerpo. El va a dividir narcisismo primario y narcisismo secundario. Yo pensaba también en relación al cuerpo y a cómo se reciben los bebés, los nuevos humanos en este mundo, y esta impericia con que llegan, en tanto despojados del instinto los humanos hemos quedado sin posibilidades de sobrevivir si no es por otro. Y que también hay una patologización de este amor a los niños, que es la pedofilia, paidofilia, que etimológicamente quiere decir amor a los niños, si hablamos de las perversiones con Freud, hay algo del propio cuerpo que se tiene que transformar en un objeto para uno mismo, más allá de los ejemplos patológicos, corriéndonos de la patología. Y hay algo del amor a los niños, más allá de la patología, de tomarlos como objeto de un


goce sexual, el amor a los niños tiene que funcionar para que los niños encuentren un lugar en el mundo. Me parece que este es un movimiento muy típico de Freud, de despatologizar las cuestiones para después ubicar algunas cosas que tienen que pasar, separándolas de los excesos y las formas patógenas, pero como forma de estudio, como forma de encontrar los temas. Así como se encuentra el tema de que el inconsciente, lo reprimido aparece en el cuerpo desde una patología histérica como es una parálisis, encuentra también que hay un narcisismo primordial desde el narcisismo en el sentido que se usaba en 1899 como ejemplo de perversión. Aclaremos qué es la libido. La teoría de la libido de Freud. Es la energía sexual la libido; Lacan dice que es un órgano irreal con efectos reales. Pero dentro de la clasificación que hace Freud, lo ubica dentro de las pulsiones eróticas, Eros, que contiene las pulsiones de conservación también. Andrea A.: sostener que la libido es sexual es lo que hace la ruptura con un colega con el que trabajaba mucho, Carl Jung, que decía que la libido era la energía psíquica, no sexual. Sexual para Freud igual no remite a lo genital, la sexualidad es lo que constituye a un sujeto como un ser sexuado. (sigue inaudible un comentario) Intervención: igual yo lo digo como docente, esto lo estudié en el profesorado y nunca nadie me supo explicar cómo hizo Freud para afirmar que un nene de dos años por ej. hace caca o no hace caca por las causas que él dice… para agradar a los padres, para retener… ahora no me las acuerdo todas. Andrea A.: Freud en realidad ahí hace una construcción que toma… él no trabajó con niños, hay un solo caso publicado de él, caso Hans o Juanito… después Melanie Klein va a trabajar mucho con niños… Hay una construcción que uno hace (esto desde la práctica), que el modo de comportamiento… o por el modo de goce… uno puede construir ahí cómo ese cuerpo fui libidinizado. Y quién libidiniza ese cuerpo, la persona que se encarga de los cuidados principales de ese niño. Intervención: la mamá… Andrea A.: la madre… que tiene tan mala prensa para el psicoanálisis, (risas). Marca a ese cuerpo… Había una época cuando uno iba a las entrevistas cuando los chicos comienzan la escolaridad, que te preguntaban a qué edad deja la mamadera, etc., uno se da cuenta de que eso realmente es innecesario. Intervención: Si, a mi me ha tocado trabajar en jardines donde las entrevistas las hacía un psicólogo, entonces bárbaro, pero cuando nos enchufaban la entrevista a nosotros… Andrea A.: Son datos que a veces no se registran, uno no se acuerda, pero son datos… los hábitos, o… cómo un chico hace síntoma, por ejemplo la enuresis, la encopresis, uno puede leer ahí cómo fue el desprendimiento… uno puede hacer una lectura retrospectiva. Entonces Freud se basa en eso. Hay otra forma de construir que es muy piagetiana también, a pesar de que Piaget es posterior, que parte de la observación de sus nietos, y de sus hijos. Freud analizó a su hija Anna Freud… Intervención: que se dedicó a los niños. Andrea A.: si, ella y Melanie Klein fueron las primeras que empezaron a tomar niños en análisis. Pero observación de los nietos. Piaget también. Epistemólogo, no psicólogo, le interesaba saber cómo se construye el conocimiento, por eso la sexualidad no entra. A partir de unas observaciones propias y otras de sus discípulos, armó construcciones por ej. en base a muestras de diez observaciones, cosa que hoy sería inaceptable, se cuestionaría la validez. Trabajó con lo que había. Y Freud, la construcción que hace del relato de su paciente, cómo se maneja con este objeto, con este recorte de su cuerpo, se puede hacer una lectura de cómo eso fue tratado, por sus otros primordiales, la mamá, el papá, los hermanos… Comentarios inaudibles. María H.: … qué pasa con lo que dicen los pacientes? No es que sea fiel a la verdad… no importa… lo que importa es otra cosa… cuando alguien habla de lo que le ocurrió


en la infancia, lo que les decía Andrea la otra vez respecto de la afirmación de Freud: las histéricas me mienten. Hay una forma de decir la verdad del sujeto que tiene que ver con una ficción, con poder rellenar las lagunas… Intervención: Partir del relato no? María H.: y para armar un relato uno tiene que hacer ficción, el relato está impregnado de ficción. Andrea A.: rellenar las ausencias… María H.: Además si tuviéramos que decir solamente lo que sabemos no podemos hablar. No por armar la ficción concientemente, sino que uno se pone a hablar y rellena su historia con ficciones, y después ya no sabe bien, si es recuerdo o si es recuerdo de un recuerdo y no importa mucho, porque si Freud pudo tomar algo para relacionar por ejemplo la neurosis obsesiva con un goce anal, es por lo que le cuenta el paciente ya mayorcito, en el tratamiento. Andrea G.: … la represión no la vemos, la inferimos por sus consecuencias. A partir de la formación de los síntomas, se puede dar cuenta de la represión pero no es que uno ve la represión. María H.: Seguimos con narcisismo primario y secundario, les voy a contar una analogía que hace Freud que dice que la libido es como el cuerpo de una ameba que emite seudópodos. El narcisismo en el yo, o sea el amor, la libido en el yo, y la libido en el objeto, se representan para Freud como esta ameba con seudópodos que se emiten y se retraen, de los objetos al yo. Lo primario sería esta ubicación primordial de la libido en el yo que hace a la constitución del yo y del cuerpo. A dónde va la libido cuando no está en el yo? Aquí vemos la cuestión de las cargas como en la pulsión de muerte y de vida, que sube una y baja otra, con la libido también baja la del yo y sube la de los objetos. En el neurótico los seudópodos se retraen, la libido vuelve, pero no hacia el yo sino hacia la fantasía y en la psicosis retorna hacia el yo, y lo engrandece dando lugar a los delirios de grandeza, son formas de hablar de los movimientos de la libido. Quería señalar esto de este texto, para luego tomar una versión más lacaniana, menos preñada de organicismo tal vez. Aunque Lacan también inventa un órgano para la libido, la laminilla, la hommelette, homofonía hombre-letra, Lacan hace muchos juegos de palabras, y realza cada vez más el valor de la palabra que Freud ya había destacado como lo característico del campo que él quería hacer científico. Andrea G.: Antes de pasar a Lacan, quería recordar que en ese texto Freud desarrolla el narcisismo primario que tiene que ver con un vínculo particular del niño con los padres, y se caracteriza por la sobreestimación del niño, entonces dice que es tratado como “su majestad, el bebé”. His majesty, the baby, en un pie de página comenta que lo saca de un cuadro de Drummond, allí se ven a policías londinenses paran el tránsito para que el niño con su niñera pasen. María H.: Freud toma el ejemplo de los niños como este engrandecimiento del yo. Intervención: Antes los niños no tenían la importancia que tienen hoy, eran adultos chiquititos. Andrea A.: no había ropa, no había juguetes, Philippe Ariès hace un trabajo sobre la historia de la infancia, la construcción de la infancia. María H.: Si, hace un relevamiento de las imagenes de niños desde la edad media hasta el punto de la idealización de la infancia con la modernidad. Bueno, como hablabamos hace un rato sobre la palabra paidofilia, queda horrible, pero hay que tener amor a los niños! Y cuando hablamos de narcisismo generalmente lo vinculamos con una persona narcisista, una persona jodida. Lo que señala Freud, y Lacan retoma, es que la operación del narcisismo, esta construcción del yo y del cuerpo, es una operación fundamental para un sujeto, porque no hay sujeto sin cuerpo, justamente esta división donde el sujeto es una cosa y el cuerpo otra, ya hemos visto desde las histerias que lo reprimido aparece en el cuerpo, la división no es tan sencilla. El narcisismo no es malo, sólo si se transforma en una patología narcisista, como en el mito de Narciso que por amarse se ahoga en su propia imagen, es malo si no


funciona, si desaparece el sujeto en la imagen, pero la imagen es necesaria para constituirlo. Intervención: Tenemos la idea de que el narcisismo es lo bello, lo hermoso. De repente también podría ser aceptarse a sí mismo, con sus arrugas, su cuerpo, y hay un cierto grado de narcisismo también, cuando uno empieza a aceptar y a partir de allí uno se va queriendo como es, de la manera que es. Intervención. ¿Eso es lo que Freud llama el sentimiento oceánico? Andrea A.: Eso está más relacionado con la completud, con el grado cero, Freud lo menciona en relación a la religión, la religión propone eso. Retomando lo que decía Jorge, el narcisismo se construye como una operación fundante en relación con los otros, con una madre que mira y que aloja a ese niño, pero también está atravesado por lo cultural, social, de lo que es lo bello en cada época. Federico Andahazi es un escritor que es psicoanalista, trabajó un tiempo y después se dedicó a la literatura. Tiene varios libros: El anatomista, y otros. Y una novela que se llama El conquistador, y transcurre en México en 1400, en la época de la conquista, y él propone dar vuelta la historia, y de México viaja a España, América descubre Europa. Y el personaje protagonista tenía una diferencia en el cuerpo… hace ver el lugar para los lisiados… (inaudible) Ustedes saben que se sancionó en estos días la ley de salud mental, de aquí en adelante no va a haber más centros de internación psiquiátrica, pusieron 10 años como lapso para hacer un sistema para insertar a la gente que está en los grandes hospitales, como el Borda, el Moyano… De hecho hoy por hoy para hacer una internación se debe hacer en un hospital general… …….inaudible María H.: … con tal de que el que está frente al espejo vea su imagen, arrugado y todo y pueda decir: ese soy yo, ahí ya hay narcisismo funcionando. El narcisismo es justamente eso, que aparezca una imagen que unifique lo que uno no puede sentir como unificado, no hay unidad corporal en el bebé, se construye y se sigue construyendo, vamos cambiando, se agregan unas arrugas y hacen que se ponga en juego esta dialéctica, si ése soy yo, el que lo dice no está ahí del todo, hay esta división, hay un narcisismo que no es el ahogo en el espejo ni la locura de ser esa imagen. Normalmente no nos creemos del todo que somos esa imagen, por suerte… Intervención: ¿Y qué diferencia hay entre el yo y el superyo? María H.: Freud hace una segunda tópica, después del giro del ´20, habla de yo, ello y superyo… habíamos hablado ya de las tópicas, que para Freud es como una manera de distribuir tareas y funciones. Dice que el superyo es el heredero del complejo de Edipo porque es una instancia del aparato psíquico que se encarga de la conciencia moral y de la autoridad. Andrea A.: ¿Vos lo pensabas como una deformación del yo? Intervención: No, como que el yo tiene otro yo y no existe nadie más. Andrea A.: No, son instancias diferentes. María H.: En El yo y el ello Freud habla de los vasallajes del yo, como a veces el yo es esclavo del superyo y a veces esclavo del ello, que vendría a ser lo pulsional, lo que llama a la satisfacción. Hay una autorregulación entre las instancias que evita la debacle. Lacan, el superyo lo va a tomar de otro modo, pasa de ser la instancia moral, la instancia de autoridad, a ser el Otro. El Otro es el lugar de la palabra, del lenguaje, del significante, en una vertiente es la mamá cuando recibe a su niño, lo erogeiniza, le da cuerpo, le da imagen a través de los símbolos, pero también el Otro es una voz, una palabra, algo que funciona automáticamente, en la medida en que no representa a nadie, en que es válido para todos como el saber, el discurso, no encarnado… resulta un imperativo, que habla solo, que nos habla y que nos goza. Esa es la cara feroz del superyo, no es un significante en el cual nos podamos hacer representar frente a otros significantes, en ese sentido es enemigo del deseo, nos aplasta. Nos quedó hablar de las zonas erógenas.


Hablamos de las pulsiones, no hay macho hembra en la sexualidad humana, la sexualidad está tan perturbada que la podemos encontrar en la infancia, y en cualquier cosa, porque lo que decimos con “sexual” es la perturbación del lenguaje… que corre el conocimiento instintivo haciendo que la complementariedad sexual, los dos universos según los cuales cualquier hombre sería bueno para cualquier mujer y viceversa… eso no existe. Lo único que hay de sexualidad son ciertos goces de las pulsiones parciales que se satisfacen en otro lado, no allí donde uno dice “ahí estoy yo”, es decir, en la apariencia para los otros que es la imagen del yo. Las pulsiones se satisfacen no en una superficie sino en un recorrido, esta es la parcialidad que se nombra como el goce todo perdido, el cuerpo biológico perdido… quedan las partes…. Intervención: Nuestra cultura es muy genital en el goce, en cambio otras culturas que tienen que ver más con lo sensitivo, por ejemplo los orientales... María H.: No se si es muy genital en el sentido del goce en sí, sino en el orden del discurso, porque nosotros ubicamos que el objeto de deseo tiene que ver con el órgano fálico, eso si es lo cultural nuestro, podríamos decir que nosotros organizamos alrededor de lo genital la idea del goce, pero no sé si gozamos en relación a lo genital. Andrea A.: Me parece que nosotros situamos el encuentro con el otro en lo genital, y la respuesta, el cuerpo nos da avisos, respuestas de lo que está pasando, nos reímos, lloramos, tenemos distintas respuestas que nos avisan lo que está pasando, me parece que uno puede excitarse mirando, escuchando, no es necesario el encuentro.


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