6.8.1. Caracterización general de la problemática urbana
Crecimiento histórico y pobreza Mapa No. 50. Crecimiento histórico y desarrollo de Ibagué 1900
6.8.1.1. Reseña histórica
Fuente: Plan piloto de Ibagué 1916
Mapa No. 51. Crecimiento histórico a lo largo del siglo XX
Fuente: De la ciudad al territorio. p. 199
Tabla No. 56. Crecimiento de la ciudad de Ibagué. 1905-2005 Año censo
Población total
1905
24.566
1918
30.255
1938
61.447
1951
98.695
1964
163.661
1973
230.014
1985
314.954
1993
399.838
2005
498.401
Fuentes: DANE. Censos 1938, 1951, 1964, 1973, 1985,1993 y 2005.
Tabla No. 57. Pobreza, pobreza extrema e ingresos reales mensuales por persona en Ibagué Año
% Pobreza
% Pobreza extrema
$ de junio 2006
2001
45
11,4
450.000
2002
46
11,0
420.000
2003
44
10,0
440.000
2004
45
11,8
510.000
2005
40
8,1
500.00
Cálculos del Banco de la República, Medellín, con base en cifras de los septiembres y líneas medias de pobreza e indigencia para las 13 principales ciudades del país. Fuente: López, Hugo, 2007.
Según la Misión para la Erradicación de la Pobreza y la Desigualdad del DNP, en Ibagué la pobreza cayó del 43,5 por ciento en 2002 al 34,2 por ciento en 2006, y la pobreza extrema del 13,4 a 8,2 por ciento, en los mismos años.
La ciudad se ha desarrollado primordialmente sobre el lado norte; el centro se recostó contra los cerros para aprovechar el piso térmico más frío de la zona y el recurso de los afluentes hídricos. El crecimiento se fue dando en el sentido sur a norte sobre los ejes viales de las carreras segunda y quinta, en las salidas que conducen a Honda, Armero, Mariquita, Armenia y Bogotá. De acuerdo con el censo realizado en 1901 Ibagué tenía 25.000 habitantes; en el censo general de 2005 cuenta con 495.246 habitantes, es decir, la ciudad ha crecido diecinueve veces en el transcurso de cien años. Las primeras edificaciones en Ibagué fueron casas construidas con materiales livianos y perecederos, muchos con la influencia de las construcciones indígenas pero racionalizadas por albañiles y carpinteros que llegaron con los primeros pobladores (González, 2000). Las continuas invasiones de los Pijaos y el terremoto de 1827 no permitieron un crecimiento importante de la ciudad puesto que la comunidad siempre fue de escasos recursos económicos y los terratenientes preferían vivir en casas de campo. Las casas de la ciudad, de uno y dos pisos, se construyeron según los parámetros de la arquitectura colonial. Era costumbre establecer el lugar de la actividad económica (tiendas, talleres, incluso fábricas), en el primer piso y los cuartos de habitación en el segundo. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, Ibagué comenzó su proceso de configuración como ciudad. La estructura física de esta época tuvo grandes cambios provocados por catástrofes como los temblores de tierra ocurridos en 1764 y 1766; la población urbana cubría unas veinticinco manzanas incompletas, comprendidas entre lo que hoy son las calles 5ª a 12 y las carreras 1ª a 4ª entre los barrancos del río Combeima y el zanjón de la quebrada La Pioja; tenía en 1778 una población de 3.423 personas. Para entender de mejor manera el crecimiento de la ciudad en las últimas décadas se reseña a continuación lo investigado por González (2003) en relación con el desarrollo de la vivienda en Ibagué: En la segunda mitad del siglo XIX, la ciudad de Ibagué era una ciudad de pequeños ranchos de tapia y bahareque y los principales edificios públicos, eran casas grandes con pocos detalles arquitectónicos… En términos generales, era una ciudad pequeña porque en ella, a diferencia de otras ciudades colombianas, su poder económico estaba relacionado de manera indirecta con lo rural y su población permanecía gran parte de su tiempo en las grandes haciendas de su propiedad, en donde sí se construían grandes casas. Desde los años treinta, El Instituto de Crédito Territorial (ICT) y el Banco Central Hipotecario empiezan a financiar la construcción de casas para los nuevos habitantes urbanos, especialmente para empleados: bancarios, almacenistas, empleadas domésticas, obreros, empleados oficiales, y profesionales. Estos personajes generan una nueva relación con la ciudad y pensando en ellos se genera un tipo de vivienda que se independiza completamente del modelo rural de casa-solar… Aparecen los barrios obreros y las casas en serie financiadas… Hacia los años cuarenta, la clase pudiente abandona poco a poco el centro de la ciudad y va poblando la periferia y construyendo viviendas urbanas de muy buena calidad, inicialmente en el barrio Interlaken y más tarde en Cádiz, Piedra Pintada, El Vergel y así sucesivamente, a medida que el crecimiento urbano va llevando a disponer de nuevas áreas para construir (González, 2003).
En términos generales, a partir de la década de los años treinta del siglo XX, el desarrollo de las ciudades colombianas estuvo signado por los planes reguladores y las consecuentes recomendaciones de cánones internacionales en las que se contemplaba la necesidad de conservar el ambiente tradicional de las ciudades latinoamericanas, establecer criterios que impidieran la formación de barrios de excesiva concentración, faltos de aireación y de luz y acordar la presencia de áreas verdes privadas y comunes para mejorar las condicio-
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