1__

Page 1

Ooixoioxioxioxioxioxi

Oixoixoixoxioxixi oixoixoixoixoixoixoix Ooixoioxioxioxioxioxi

Oixoixoixoxioxixi

SE PIERDEN oixoixoixoixoixoixoix

5.032 hectáreas y

SE AFECTAN

13.171 cultivadas en caña CULTIVOS por causa del invierno DE

Ola invernal:

CAÑA VÍCTIMAS DE LAS

INUNDACIONES PROCAÑA, afiliado al BSI



contenido Del editorial Marzo de 2011 No. 92 ISSN 1657-4664

El aluvión vivido, recargó de agua considerables áreas agrícolas, muy especialmente en el norte del Valle del Cauca, donde se inundaron 19.203 hectáreas sembradas en caña. Las consecuencias de esto, pesarán durante largo tiempo sobre los proveedores afectados, a quienes hemos rodeado no sólo con nuestra solidaridad, sino con un trabajo denodado –acompañados por otros gremios- en pro de ayudas estatales que alivien su situación.

Del Informe de Gestión de la Dirección Ejecutiva

4

6

Sólo mediante una inspección directa en obras como dragados en jarillones y bajíos se pueden mitigar los daños que causan los ríos que circundan o atraviesan cada predio. Se trata de atender a los cultivadores no sólo con los programas de ayudas económicas establecidos por el Estado, sino con planes de prevención, nuestro propósito es que ingenios y cultivadores trabajemos en equipo para afrontar este invierno.

Crisis Agrícola para el 2011 El último decenio ha sido testigo de la aparición de una nueva restricción en el crecimiento de la productividad agrícola mundial: la existencia cada vez menor de tecnologías sin explotar. En algunos países con agricultura avanzada, los agricultores utilizan todas las tecnologías disponibles para aumentar los rendimientos. En Japón, el primer país en ver un aumento sostenido en el rendimiento de grano por hectárea, los rendimientos del arroz se han estancado durante 14 años.

Reclamos ante la CVC por facturación atrasada Las Asociaciones de Usuarios de los Ríos, que reúnen una buena parte de los cultivadores de caña y agricultores en general, dieron a conocer los problemas que afectan el sector debido a que la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, no les hace llegar las facturas de cobro por el consumo de agua desde hace casi cuatro años. Durante este lapso, muchos usuarios han dejado de recibir la cuenta por las concesiones para el uso del el agua que hace la entidad.

25

18


editorial

Invierno y agricultura

de caña

C Guido Mauricio López Ochoa Presidente Junta Directiva de PROCAÑA

uando las lluvias caen de manera torrencial, por eficientes que sean las tareas de contingencia, es inevitable el daño que ocasiona en las siembras del campo colombiano. Y nuestro cultivo, tan expuesto –como los demás- a los inclementes embates del clima, presenta apremiantes consecuencias en los cañaduzales que quedaron anegados por las aguas.

Analizar en el estado actual de la agricultura en nuestro país, es un ejercicio obligado para quienes tenemos la responsabilidad de liderar sectores como el de los proveedores de caña en el valle geográfico del río Cauca. Como bien lo dice el dicho, “mi Dios aprieta pero no ahorca” estos dos últimos meses (febrero y marzo) -no obstante pronósticos contrarios- han sido de invierno, sí; pero con lluvias más bien normales, comparadas con las del año pasado. Hecho que nos ha dado un respiro y ha permitido una cosecha de caña sin problemas. El aluvión vivido durante noviembre y diciembre pasados, recargó de agua áreas sembradas en caña, muy especialmente en el norte del Valle del Cauca, lo que produjo que se inundaran 19.303 hectáreas. Tales consecuencias pesarán durante largo tiempo sobre los proveedores de caña afectados, a quienes hemos rodeado no sólo con nuestra solidaridad, sino con un trabajo denodado -acompañados por otros gremiosen pro de ayudas estatales que alivien su situación.

4

A diferencia de otras ocasiones cuando la tragedia invernal campea en las tierras colombianas, tenemos que reconocer que en el Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, la atención del Ministerio de Agricultura -con Juan Camilo Restrepo a la cabeza- a los damnificados agrícolas ha estado a la altura de las delicadas circunstancias que nos rodean. Más bien, y quizá debido a los años donde la celeridad y seriedad para atenderlos no han brillado, esta vez los agricultores son quienes se han quedado cortos para solicitar y hacer uso de los cuantiosos recursos dispuestos por el Ejecutivo Nacional, a través de Finagro y el Banco Agrario. Hecho este paréntesis, nuestra atención regresa a lo que pasa con los cultivadores de caña, cuyas fincas están deterioradas. Las cerca de 20.000 hectáreas inundadas es una extensión que no está totalmente perdida. Hay que aclarar que una cosa es el área perdida y otra la afectada. En lo referente a la primera, significa que aunque la tierra se afectó y la siembra y cosecha no son recuperables, es posible volver a cultivar. En las hectáreas perdidas, tanto tierra, siembra y cosecha se tienen que volver a trabajar. Son 5.032 donde hay que renovar la caña o sembrar nueva, cuyo costo por cada hectárea es de $ 7´500.000, esto sin sumar, el tiempo que demora el agricultor para volver a sembrar, lapso durante el cual pierde diez toneladas de caña cada mes, durante un semestre, aproximadamente. También debe esperar a que el agua drene y hacer labores de adecuación hasta dejar los suelos aptos para retomar labores mecánicas, que en algunos casos pueden ser más de seis meses, dependiendo


Invierno y agricultura de caña

como se comporten las lluvias en el segundo trimestre del año, cuando muy seguramente -si regresa un crudo invierno- se verán agricultores a quienes se les prolongará el tiempo para volver a cultivar la tierra. Una vez que siembra en las áreas recuperadas, el cultivador, deberá esperar otros 13 o 14 meses para poder cosechar. En pocas palabras, son dos largos años que se consideran para volver a tener ingresos y flujo de caja. Sembrar de nuevo su propiedad le implicaría aproximadamente un costo de otros $ 7´500.000. De las áreas perdidas pasemos a las 13.171 hectáreas de caña de azúcar afectadas, donde el agua alcanzó a salir y aunque drenada, la producción se afecta pero no se pierde la cosecha. El impacto negativo disminuye, pero no por ello resulta menos grave para el cañicultor. Dependiendo de la cantidad de agua que anegó sus predios, de los drenajes o la facilidad de escurrantía, el cálculo es que la productividad se podría afectar hasta en un 50% en promedio. Las sumas totales reflejan la magnitud del peso económico que deben soportar los empresarios agrícolas. Las hectáreas pérdidas equivalen a 60 mil millones y las casi 14.000 restantes, con una pérdida promedio en producción del 50%, llegan a 49.400 millones de pesos. Si añadimos los costos de bombeo de agua, los del tiempo perdido y financieros, entre otros, la cifra total, fácilmente es de 120 mil millones de pesos en pérdidas para el sector de la caña en el valle geográfico del río Cauca. En ocasiones como ésta resulta inevitable pensar en los seguros por pérdidas de cosechas y no sólo por consecuencias del invierno, sino por las sequías que se dan en épocas de verano. El primer paso ya lo dio el Gobierno nacional, que a través del Ministerio de Agricultura ha ofrecido el 60% del costo de la póliza que asegure un cultivo. Aspecto que nos deja ad portas de lo que decidan las aseguradoras. Esperamos que los seguros agrícolas, sean no sólo una nueva y buena línea en sus negocios, sino una infraestructura de servicios de redención para un sector de la economía colombiana, tan importante como es la agricultura. Para finalizar, tenemos el tema de las corporaciones autónomas regionales, las tan mencionadas CAR que por estos días han recibido todo el peso del cuestionamiento de la opinión pública. Su responsabilidad en el manejo del medio-ambiente en las regiones no sale bien librado. La

falta de una infraestructura adecuada para el control de inundaciones y evitar el desborde de los ríos, es sólo un reflejo de lo que se puede comprobar, debido a que no se hacen más obras, como grandes embalses para almacenar agua en las partes altas y planes de reforestación de cuencas para regular las aguas. Se trata de controlar en el invierno y suministrar suficiente en el verano, porque sí hay algo peor que el exceso de agua, es la falta de ésta. Como expresión de fraternidad con los cultivadores de caña afectados, PROCAÑA quiere dejar de reflexión el valor del manejo de la agricultura, desde tres puntos de vista que deben estar encadenados: agricultura específica por sitio, un tema que se ha venido trabajando con el Centro de Investigaciones de la Caña de Azúcar de Colombia, Cenicaña, enfocado a saber cuándo se debe sembrar, cual es la variedad, el sitio y cómo debemos hacerlo; esto debe ir amarrado a la agricultura de precisión que contempla cuándo se deben hacer las labores, cuáles son las formulas, el uso del producto adecuado en las cantidades precisas, ir a las velocidades requeridas y ejecutar las tareas exactas donde se va a sembrar la caña. Y la agricultura de calidad, que analiza el cómo se hicieron las otras dos agriculturas o todas las labores del campo como tal. Es importante enfocarse en la realización de cada labor con calidad, porque de lo contrario significaría desaprovechar una productividad, donde podría estar la rentabilidad del cultivo.

A diferencia de otras ocasiones cuando la tragedia invernal campea en las tierras colombianas, tenemos que reconocer que en el Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, la atención del Ministerio de Agricultura -con Juan Camilo Restrepo a la cabezaa los damnificados agrícolas ha estado a la altura de las delicadas circunstancias que nos rodean. De esta forma nos enfocamos a ponerle valor a nuestras cañas, aprovechar al máximo todas las oportunidades y a pensar en términos de rentabilidad del cultivo, para poder tener la sostenibilidad y la garantía de un agro-negocio a largo plazo y una relación contractual donde se beneficie al buen agricultor por la calidad de la materia prima que vende a sus compradores. 5


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.